“Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y holgazanes legalmente. Se nos alentó a consumir sin producir. Nuestro pueblo no carece de alimentos sino de educación y por eso tenemos pauperismo mental. En realidad nuestro pueblo argentino, se muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácticos, y de ignorancia en el arte de hacer bien las cosas. Sobre todo se muere de pereza, es decir de abundancia.
Quieren pan sin trabajo, viven del mana del Estado y eso los mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición. El origen de la riqueza son el trabajo y el capital, ¿Qué duda cabe de que la ociosidad es el manantial de la miseria? La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias argentinas”.
Aun cuando la afirmación podría pecar de exagerada, lo cierto es que el gobierno, ante la falta de reactivación de la economía, enfrenta un problema serio al que todavía no le ha encontrado solución. A esta altura, cumplido el primer año de gestión macrista, nadie se anima a arriesgar un vaticino respecto de cómo pueden evolucionar la producción, el consumo, los servicios y las finanzas públicas desde ahora y hasta principios de octubre próximo. No hay dudas en cuanto a la baja de la inflación —o, al menos, no las había hasta el momento en que el Central decidió ceder a presiones del Ejecutivo para acelerar el descenso de tasas— pero, al propio tiempo, las incertidumbres acerca del crecimiento de la actividad económica pueblan los despachos oficiales. Las luces de alerta se prendieron —tanto en la Casa Rosada como en el Palacio de Hacienda— en atención al hecho de que los brotes verdes se hacen esperar más de la cuenta, la obra pública tarda en poner primera, el consumo no consigue recuperarse ni siquiera con fórceps, y las inversiones extranjeras brillan por su ausencia.
Las interpretaciones que se han esbozado para explicar semejante situación son de las más variadas. Pero está a la vista que el segundo semestre toca a su fin y la recesión, contra la mayoría de los cálculos del oficialismo, demuestra ser más extensa y de mayor envergadura que la imaginada por las autoridades.
Está claro que, en lo que falta para culminar el año en curso, no habrá números halagüeños. En todo caso, si se desea ser optimista, podría apuntarse como crédito para el gobierno la desaceleración de los precios que ofrece lugar a la esperanza de un futuro repunte del poder adquisitivo de la gente. Si existiese la certeza de que el proceso en marcha fuese a dar sus frutos, a más tardar en el segundo trimestre de 2017, no habría lugar para el nerviosismo. El problema radica en que no hay evidencias al respecto.
Mauricio Macri y Alfonso de Prat–Gay confían en los efectos que podría tener una cosecha salvadora de la campaña agrícola 2016-2017. Estimada en 130 MM ton —15 % superior a la del 2015-2016— la producción total de cereales y oleaginosas —trigo, girasol, maíz y soja— haría las veces de motor, capaz de dar impulso al consumo interno. También confían en el resultado final del blanqueo de efectivo, que superó los U$ 7000 MM. Se descuenta que una parte considerable de lo recaudado se aplicará a la adquisición de inmuebles y de automotores. Demás está decir que el gobierno deberá, en el año electoral venidero, impulsar artificialmente el nivel de actividad. Fogoneará la demanda, financiándola con deuda, en la convicción de que vale la pena asumir el riesgo de incrementar el rojo fiscal a sufrir la recesión.
Para la administración de Cambiemos la recuperación del consumo es de vital importancia. Una encuesta reciente, de carácter cualitativo, refleja algo que no le pasó desapercibido a esos dos fanáticos de esta clase de relevamientos: Marcos Peña y Jaime Duran Barba. En la misma quedó al descubierto que en los sectores más necesitados de la población, e inclusive en una franja muy importante de los segmentos sociales medios y medios-bajos, la merma en la capacidad de consumir preocupa más que la inflación.
La cuenta regresiva que aqueja al gobierno se prolongará hasta agosto o septiembre del año a punto de iniciarse y se relaciona, estrictamente, con los comicios legislativos anunciados para octubre. Cualquiera puede darse cuenta de los vasos comunicantes hallables entre el ánimo de los votantes y el resultado de las elecciones. Como siempre sucede en estas latitudes —y en casi todos los países del mundo— el bienestar económico es un estímulo fundamental para apuntalar en las urnas al oficialismo de turno. Contrario sensu, el malestar conspira inevitablemente en contra de las autoridades que no dan con el remedio indicado a la hora de enfrentar la recesión, el desempleo, el alza del costo de la vida y otras calamidades por el estilo.
Aunque por elementales razones de prudencia y de estrategia electoral no lo exprese en voz alta, el oficialismo suma a las preocupaciones de índole económica que fueron señaladas antes, la ausencia de candidatos de primer nivel en la provincia de Buenos Aires. Salta a la vista, en un análisis hecho a mano alzada, que el Frente Renovador, el peronismo ortodoxo y el kirchnerismo se hallan hoy en mejores condiciones que Cambiemos. ¿Por qué? Básicamente en virtud de que los únicos postulantes conocidos que pueden bajar al ruedo, en el principal distrito del país, no sólo están peleados a muerte entre sí sino que miden mal en las encuestas. Es un secreto a voces que Elisa Carrió no lo puede ver a Jorge Macri ni en figuritas. A su vez, el primo del presidente y actual intendente de la localidad de Vicente López, si bien no vocea su odio en público, la quiere a Lilita lo más lejos posible de cualquier candidatura en el ámbito bonaerense.
Las diferencias podrían atemperarse en caso de que juntos conformasen una de esas duplas imbatibles. Pero lo contrario parece cierto. La jefa de la Coalición Cívica arrastra voluntades en el interior de la provincia. En cambio, suscita poca adhesión en las dos circunscripciones claves —la primera y la tercera— como para enfrentarse con posibilidades de ganarle a Sergio Massa, Florencio Randazzo y Cristina Kirchner. Imbatible en la capital federal, es una del montón en Buenos Aires. Por su parte, Jorge Macri figura lejos de los candidatos con mayor intención de voto.
Como no podría ser de otra manera, las apuestas del macrismo se encuentran centradas en el desenvolvimiento económico. ¿Quién lo conocía a Antonio Erman González en la Capital Federal? Riojano de pura cepa, menemista hasta los tuétanos, fallido ministro de Economía nacional, ganó las elecciones de 1993 en la ciudad puerto y sorprendió a muchos. Claro, no había salido airoso del trance en razón de su ascendiente sobre la población porteña. En otras circunstancias, habría hecho un papelón. Pero era el candidato de un fenómeno que, por primera y única vez en nuestra historia, consiguió sumar los sufragios peronistas y los votos gorilas. El triunfador fue Carlos Menem. Su correligionario resultó apenas un instrumento.
Con arreglo a esa experiencia es que, en las filas de la coalición gobernante, se razona así: con una economía en alza, basta María Eugenia Vidal para ponerse la campaña al hombro y lograr que gane Lilita, Jorge Macri u otro menos conocido. De la misma manera que Raúl Alfonsín transformó a Alejandro Armendáriz en gobernador, en 1983, ¿qué impide pensar que Mauricio y María Eugenia puedan compensar en octubre la flacura de sus candidatos? Eso, claro, si repunta el consumo, si cesa la recesión y si no crece el desempleo. Para algunos, demasiados si. Para otros, la base de una estrategia electoral.
Día de la Soberanía Nacional: por qué se recuerda hoy
En 1845, las tropas nacionales consiguieron una victoria inesperada y propulsada por el amor a la patria.
Hace exactamente 172 años, el 20 de noviembre de 1845, un grupo de soldados argentinos consiguió lo inesperable: pese a la desigualdad de condiciones, a favor del oponente claro, consiguieron hacerle frente a una invasión anglo-francesa que pretendía meterse en suelo argentino, adueñarse de sus tierras.
En total, los extranjeros habían dispuesto más de cien navíos para llevar a cabo la misión; cada uno de ellos estaba repleto de productos para ser colocados en la provincia de Corrientes y en Paraguay . Además, contaban con 300 camiones. No bastaron. El buque argentino, los 24 lanchones, los 40 cañones y las tres cadenas gruesas fueron más fuertes. Fueron muestra de que el pueblo no estaba dispuesto a renunciar una vez más a su capacidad de elegir. Los tiempos de la colonia habían quedado atrás.
Juan Manuel de Rosas, al frente del gobierno de Buenos Aires por entonces, no tuvo dudas. Se contactó con el libertador de América, el general José de San Martín, consiguió su respaldo y preparó así una resistencia que iba a hacer historia.
La Vuelta de Obligado, un estrecho recodo del río Paraná donde el cauce de las aguas se angosta y gira, fue la clave de la victoria. Los invasores querían entrar por ese río pero las tropas nacionales, al mando de Lucio Mansilla, consiguieron anticiparse gracias al conocimiento de ese espacio.
La batalla comenzó antes de que los enemigos lo planificaran. Y pese a que en número, en tecnología y en conocimientos eran superiores, los soldados argentinos dieron el batacazo, no se acobardaron y pelearon sin descanso durante siete horas. Así lograron que las tropas sajonas no ocuparan las costas y por consiguiente no lograran adentrarse en suelo argentino.
«Esta heroica resistencia, así como también el espíritu de lucha nacional se conoció en toda Europa y quedó inscripto en nuestra historia como un símbolo de independencia, libertad y unidad nacional», destaca en su web el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Desde 2010, esta fecha es feriado nacional. Sin embargo, este año el gobierno decidió pasar el asueto al lunes 28 de noviembre.
La primera vez que escuché las palabras “contabilidad creativa” pensé que se trataba de un chiste. No es ningún chiste. Existe y se aplica: la aplica el Gobierno cuando quiere ocultar el aumento del déficit o la oposición cuando necesita forzar un financiamiento imposible.
-¿Usted qué quiere que le responda? Yo tengo papers para todo; a favor y en contra, me dijo, inmutable, un asesor presidencial kirchnerista, en la radio, durante la campaña.
Según Kamal Nasser, la contabilidad creativa es “la transformación de los números de la contabilidad financiera de lo que realmente son a lo que quien los prepara quiere que sean, aprovechando las reglas existentes y/o ignorando algunas o todas ellas”.
A la hora de dar ejemplos se cita el caso Enron, una empresa que tardó sólo 24 días en pasar de un valor de 70.000 millones de dólares a poco más de 100 millones.
En Argentina, señores, la matemática es subjetiva: dos más dos es “depende”, y no cuatro.
Ahora que Juan Manuel Abal Medina se despertó y encontró, sorprendido, un país lleno de pobres, el Senado dio por amplia mayoría media sanción a la “ley de emergencia”.
Se trata de aumentar un 15% las asignaciones por hijo y por embarazo y “crear” un millón de empleos formales mediante la reconversión de planes sociales, junto a un Consejo de la Economía Popular que deberá proponer en menos de 180 días un salario social complementario para los trabajadores en negro.
El proyecto es encantador y quizá le faltó pedir otro reno para Papá Noel, de modo que los regalos lleguen antes a los niños.
¿Quién podría estar en contra? Yo, sin ir más lejos, querría seis millones de puestos de trabajo y un 300% de aumento para la AUH. ¿Votamos?
Detrás de la escena todos secretean: Macri va a tener que vetarlo. En el fondo importa más eso que el proyecto en sí.
Hay también -cuándo no- intereses de parte: con ese dinero podría triplicarse la asignación, pero se elige “crear” puestos de trabajo a través de cooperativas: la asignación evita el clientelismo y ésta otra opción, quizá, lo fomente.
Por otro lado, en la medida en que la propuesta política se aleja de la realidad concreta, se vuelve reaccionaria: nada peor que deprimirse por algo que nunca va a pasar.
¿Cómo inventar un millón de puestos de trabajo sin invertir a la vez, para que los beneficiarios trabajen en algo?
A menos que se crea en la necesidad urgente de cortar el borde del pasto de las plazas, ¿en qué trabajarían sin inversión de capital con el que desarrollar los emprendimientos?
Como este ítem básico ni siquiera está contemplado, es imposible hablar del costo real del sueño culposo de Abal Medina. La contabilidad creativa surge a la hora de tener que explicar el financiamiento: aumentar impuestos. Uno de ellos es el impuesto a la renta financiera que funciona en el imaginario como funciona el aguinaldo en el caso individual: cuando llegue podré comprarme todo, cancelar las deudas y ser feliz.
Es del todo cierto: es injusto que ese impuesto no exista, pero su entidad en la recaudación es discutible.
Ya hay hoy un grupo de rentas financieras alcanzadas con el impuesto, pero es verdad que casi la totalidad de las rentas generadas en Argentina no están sujetas a impuesto cuando quien las gana es un individuo y no una empresa.
También tienen trato excepcional, por ejemplo, las remuneraciones de la actividad petrolera o el Poder Judicial cuando no paga Ganancias.
Según el economista Martín Tetaz, de nuestro equipo en Radio Mitre, algo que relativiza el impacto de la renta financiera es que el 58,1% de los títulos públicos y el 34,5% de los depósitos de plazo fijo en pesos pertenecen al ANSeS y al BCRA. Como probablemente se los exceptuaría del pago, la recaudación bajaría a la mitad. A la vez los fondos de jubilados están en un 64,4% en títulos públicos y obligaciones negociables, y también se verían afectados.
Los impuestos de las mineras también figuran en la lista de financiamiento: en este punto la discusión es esquizofrénica: hay quienes afirman que las mineras sólo pagan el 3% de lo que extraen, y las mineras sostienen que pagan más impuestos acá que en Chile o Perú: 30,4% en Argentina, 18,7% en Chile y 20,4 en Perú.
Es imposible que las dos cosas sean ciertas a la vez, pero lo es también desentrañarlo.
En el caso de los impuestos al juego todavía vuela como un pájaro negro la frustración de Vidal para imponerlo en la provincia de Buenos Aires: en su gabinete se ilusionaron con 1.200 millones extras elevando de 12 al 19% Ingresos Brutos de los bingos, pero el tándem Angelici-Mautone intervino para bajarlo.
En paralelo, el gobierno anunció el bono de $ 2.000 a $ 3.500 para los empleados estatales. El dinero que lo financia no fue aportado por Robin Hood: nos costará a todos nosotros entre 150 y 200 pesos por habitante.
De los 365 días del año, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, al menos 172 se destinan a trabajar para el Estado. Según el salario un trabajador formal, debe trabajar entre 172 y 217 días para cumplir con los impuestos municipales, provinciales y nacionales. El día del año en el que empezamos a trabajar para nosotros mismos esta entre el 21 de junio y el 5 de agosto.
Por el costo argentino, las heladeras cuestan tres veces más que en Chile
Las empresas del sector se quejan del aumento de las importaciones y del retroceso del consumo, que ya perjudicó el empleo.
Por Francisco Jueguen.
Las heladeras no frost -las de mayor tecnología- cuestan en la Argentina casi el triple que en Chile (179% más) o el doble que en Brasil. Con las cíclicas -que todavía tienen 73% del market share local la diferencia es menor. En Chile tienen un precio 28% más económico que en cualquier comercio argentino. En comparación con Brasil, la heladera nacional es un 25% más cara.
La heladera, como toda la producción industrial nacional, sufre con los costos argentinos, pero también aparece hoy bajo la lupa del Gobierno, que exige a los empresarios más competitividad interna mientras -con algunas medidas que impulsan la transformación productiva- se bendice una mayor apertura de la economía.
La heladera, como toda la producción industrial nacional, sufre con los costos argentinos, pero también aparece hoy bajo la lupa del Gobierno.
«La pregunta no es sobre el precio final del producto, sino qué hace el Gobierno para bajar el costo argentino», cuestionó un ejecutivo de una de las firmas fabricantes de heladeras. «Nuestros costos son la mano de obra, los proveedores monopólicos, los impuestos y los fletes. Lo que gastás en fletes en la Argentina no lo gastás en ningún otro lugar», contó.
Por la caída del consumo y una entrada de más heladeras del exterior, los productores locales vieron afectado el empleo. Gafa/Electrolux redujo su plantilla en 80 empleados. Bambi tuvo suspensiones que afectaron hasta 800 trabajadores. Días atrás, el secretario de Industria, Martín Etchegoyen, estuvo reunido con fabricantes de heladeras en Santa Fe (Rosario es un gran polo) y relativizó el impacto de las importaciones. «Es cierto que aumentaron [las importaciones], pero no van a cubrir más del 15% de la demanda total. Y hablamos con ellos en forma permanente», contaron en el Ministerio de Producción. «El sector tiene posibilidades, sin dudas», dijo a LA NACION para responder sobre si será una de las actividades que deberá transformarse o tendrá posibilidades de competir. «Tendrán mercado en heladeras chicas y medianas. En las grandes, doble puerta, es más difícil porque necesitan más escala. Si la demanda levanta, van a andar muy bien. Y hay segmentos donde están trabajando bien, como en las heladeras comerciales», agregaron.
Hoy hay dos grandes multinacionales con producción propia en el mercado: Mabe y Electrolux. Según un análisis de Abeceb sobre el sector, tienen 51% delmarket share. Bricket, Bambi y Pilisar (con perfil pyme) representan el 38%, y Autosal, Saiar, y Calorex (más pequeñas) completan un 11%. Hace poco, Samsumg ingresó en este sector.
Entre 2003 y 2007 el mercado fue un 50% nacional y un 50% importado. Entre 2008 y 2011, casi el 80% fue fabricación nacional. Ese porcentaje se elevó a 93% entre 2013 y 2015. Este año y 2017 no sólo son de caída del consumo (muchos compraron en cuotas y antes de la devaluación), sino de más importaciones.
En el Gobierno proyectan un mercado de 850.000 unidades en 2016 (en el sector dicen que apenas superará los 650.000). En un año la participación de productos importados, según datos oficiales, pasó de 8 al 13%. Se espera que en 2017 sea del 12%. Este año entrarán 115.000 heladeras (20% por stock de DJAI y 31% por productores locales). El resto lo trajeron los retailers. Para Producción, éste no es el problema, sino la caída del consumo, algo que -dicen- se frenó en octubre. En la industria no comparten ese veredicto aún.
179%
Precios comparativos de las heladeras en la región
Es el mayor precio final de una heladera no frost producida en la Argentina en comparación con Chile. Si se mide contra Brasil, el valor promedio local es 100% mayor. El doble.
Donald Trump ganó las elecciones de los Estados Unidos basándose en el “Make America great again”. A pesar de tener a todos los medios de comunicación y a una importante mayoría de Hollywood en su contra, de su discurso discriminatorio contra latinos y de su abusiva relación con las mujeres, ganó porque la gente vota con el bolsillo. Anti-globalización significa intentar recuperar los puestos de trabajo que EEUU perdió y exportó al resto del mundo:
En los últimos 25 años los puestos de trabajo de la clase media de Europa y los EEUU fueron destruidos y exportados a Asia. Sumado a esto, en los últimos 40 años el PBI per cápita de los ricos creció dramáticamente y el de la clase media se vio estancado:
El grueso de la población de los EEUU no ha logrado adaptarse a la velocidad del cambio que impone la globalización y el avance tecnológico. Y esto significa hoy una profundización de las diferencias en la distribución del ingreso en todo el mundo. No olvidemos que el capitalismo es un sistema fuertemente darwinista en donde el mejor se queda con todo.
¿Cómo afecta el triunfo de Trump al blanqueo argentino? Disminuye de forma importante la probabilidad de que los EEUU quieran intercambiar información con la Argentina (no olvidemos que el gobierno de Macri apostó todas sus fichas por Hillary Clinton), y disminuye también la probabilidad de que los EEUU se sumen al acuerdo multilateral de la OCDE (el Common Reporting Standard). El objetivo será simple: intensificar, a través del hermetismo, la captación de dinero no declarado del mundo y consolidar aún más la posición de los EEUU como paraíso fiscal del mundo.
Además de anti-globalización, Trump significa menos regulación. Este hecho tuvo un impacto inmediato en dos industrias que celebraron en grande: la bancaria y la farmacéutica.
Bancos
Como consecuencia de la crisis financiera del 2008, los bancos han venido sufriendo una presión regulatoria mucho más estricta por cuenta de la ley Dodd-Frank firmada por Barrack Obama en 2010. Esta ha sido la ley más agresiva desde la Gran Depresión para regular el sistema bancario de Estado Unidos. Justamente fue creada para evitar que casos como los de la burbuja hipotecaria o Lehman Brothers se repitieran.
Trump ha prometido modificar esta ley que limita la flexibilidad operacional e incluye severas provisiones a los bancos. “Dodd-Frank ha hecho que sea imposible que los bancos funcionen. Hace que sea muy difícil para los banqueros prestar dinero para que las personas creen empleos, para que las personas con negocios creen empleos. Esto tiene que parar”, declaró Trump en una entrevista para Reuters en mayo de 2016. Además de esto, menos regulación significará que hacer transferencias bancarias deje de ser una odisea. De rebote, esto también le facilitará la operatividad a las diferentes financieras/cuevas que realicen cable. El costo “de traer dinero de afuera” será más bajo con Trump que con Clinton.
Un día después de las elecciones, los precios de las acciones de algunos de los grandes nombres como J.P Morgan, Wells Fargo, Goldman Sachs y Morgan Stanley cerraron entre un 5% y 7% arriba. La tendencia siguió hasta el cierre del viernes. El movimiento del índice XLF (Sector Financiero) tuvo un gran salto:
Pharma/Biotech
Trump había prometido durante su campaña no tomar acciones para controlar los precios de los medicamentos. En cambio Hillary Clinton había prometido lo contrario. La suba del índice de Amex Biotech Index también ha sido contundente:
Conclusión:
Trump significa un resurgimiento del nacionalismo estadounidense. Su costado antiglobalización hará que busque menor intercambio de información financiera para atraer recursos a los Estados Unidos, en donde promete ofrecer una menor carga regulatoria.
Aquellos que estaban en la duda acerca de cuánto tiempo permanecería EEUU ajeno al intercambio de información internacional, hoy pueden estar seguros de que la cuestión está muy lejos de ser una prioridad para la Casa Blanca.
También en EE.UU. se cansaron un poco de los progres y el estatismo
Por Guillrmo Kohan.
Contra todos los pronósticos de los encuestadores. Contra el círculo rojo de la mayoría de los medios de comunicación. Contra la voluntad del Papa Francisco. Finalmente se dio el tremendo batacazo en Estados Unidos y ganó Donald Trump, el que no podía ganar. Por poco margen en la cantidad de votos, con el país dividido, muy parecido al triunfo de Mauricio Macri en la Argentina hace casi un año. Así como Cristina Kirchner resultó la madre de la derrota del oficialismo en 2015; también Barack Obama carga desde ayer con el mismo destino. En la última semana de la elección, llamó al electorado a votar por «mi tercer mandato».
Es obvio que las comparaciones son odiosas, y efectivamente hay enormes diferencias entre los colectivos sociales que acompañaron con el voto a Trump el martes en USA, y a Macri hace un año en Argentina. Sobre todo en los sectores de centro izquierda no peronistas, que no solo votaron por el ex presidente de Boca en las presidenciales, sino que también lo acompañaron en la ciudad de Buenos Aires en tanto la alternativa fuera el kirchnerismo. También Trump se beneficio del rechazo y cansancio de amplios sectores del electorado norteamericano a la figura de Barack Obama y lo que representaba: cada vez más impuestos, más regulaciones estatales en la economía, privilegios para las cúpulas sindicales y dirigentes sociales, un falso progresismo que terminó beneficiando con cargos y presupuesto estatal a los dirigentes más que a las minorías oprimidas que supuestamente representan. Y todo a cargo de las empresas y trabajadores del sector privado, que pagan la cuenta con impuestos cada vez más agobiantes.
Conviene apuntar que además de todas las barbaridades que se dijeron en los medios contra el ahora presidente electo, el que ganó el martes fue quien prometió bajar los impuestos a la clase media, a los trabajadores, y a las empresas que dan trabajo. Ganó el que prometió retirar al Estado de las regulaciones cada vez mayores contra la actividad económica.
Hasta Wall Street se comportó finalmente ayer al revés que los pronósticos más alarmistas: los mercados fueron una fiesta al final del día, con gran recuperación de los sectores económicos tradicionales de la economía norteamericana: bancos, laboratorios, construcción, armamentos, telecomunicaciones, entre otros, fueron los que más brillaron en los mercados.
Comenzaron a moderarse las expectativas tan negativas que se habían formulado durante la campaña electoral contra Trump en términos financieros. No parece lógico que un empresario que quiere recuperar el empleo y la actividad de las fábricas en Estados Unidos opte por fortalecer mucho al dólar con las tasas de interés en alza. Sería alentar con atraso cambiario las importaciones de todo el mundo a los Estados Unidos. El último republicano que pisó la Casa Blanca, George Bush Jr., asumió con el dólar a 0,80 contra el euro, y lo devaluó 100% hasta 1,60. La gran Duhalde, pero administrado de a poco.
Más interesante resulta volver la mirada a una realidad que se mencionó hace meses en esta columna, que otra vez parece volver a confirmarse. A Donald Trump, por lo visto, le va mejor en la calle que en la TV. No lo quieren la mayoría de los periodistas y lo detestan la mayoría de los artistas y los intelectuales. No alcanzó el homenaje al progresismo norteamericano que se intentó con el Premio Nobel a Bob Dylan para tumbar a Trump. Igual ganó
Lección interesante para el gobierno de Mauricio Macri, en particular para quienes le recomiendan disfrazarse de progresista para asegurar el apoyo de la opinión pública y no enfrentar al establishment políticamente correcto de los medios y la dirigencia política local. Con ingredientes que colocan el caso más en tono de comedia que de tragedia.
En la carrera por medir quién es más progre y menos empresario en el Gabinete, quedó en falsa escuadra hasta la canciller Susana Malcorra, quien hasta ahora conducía con gran profesionalidad la gestión menos culposa de la era Macri. En política exterior, la gestión Macri no es gradual, es claramente opuesta a lo que venía de la era K. Aún así, y con el resultado puesto, igual la ministra argentina se manifestó en público apenada por la derrota de Hillary. Semejante gafe no se la hubieran perdonado en las Naciones Unidas.
Agenda cargada le toca también a otro de los representantes del ala progre del Gabinete, el ministro Prat Gay, quien también se jugó a fondo por los demócratas, sin medir que ahora tendrá que ir a pedirles su salvación a los republicanos. Necesita que se mantenga el crédito externo tan fluido para financiar el déficit. Y que la administración Trump colabore con la Argentina en las cuestiones de información financiera para garantizar el éxito del blanqueo. Recalculando el camino, actualizando de apuro el GPS.
El Juzgado en 1ª Instancia en lo Civil y Comercial de la 4ta nominación de Salta falló, el 5 de mayo del corriente año, a favor de un reclamo presentado por un hospital público para el cobro de los gastos incurridos en la atención de una víctima de un siniestro vial. En esta columna analizaremos con detenimiento el hecho y los argumentos esgrimidos por las partes. Entre otras cuestiones, el fallo presenta una serie de desafíos para el mercado: el hospital no es considerado consumidor, y la falta de pago resulta “inoponible frente al tercero damnificado cuando lo que se reclama es el pago de la obligación legal autónoma”.
El hecho
Todo comienza a las 7:30 de la mañana del día 3 de septiembre de 2012 en la ciudad de Salta, al momento de producirse un siniestro que involucra a una motocicleta marca Gilera y un vehículo Renault 12. A raíz del mismo, el conductor de la motocicleta es trasladado al Hospital de Gestión Descentralizada San Bernardo, ubicado en la capital provincial. Cabe mencionar que dicho nosocomio atiende la demanda sanitaria tanto de la ciudad como de la provincia de Salta.
La víctima del siniestro ingresó al hospital con diagnóstico de politraumatismo, ante lo cual los profesionales de la salud llevaron adelante prácticas traumatológicas con implante de clavo endomedular con material de osteosíntesis e injertos. A su vez, le realizaron análisis clínicos y asistencia quinesioterápica para facilitar la rehabilitación. Atento al tratamiento brindado y, en el marco de lo establecido en el Artículo 68° de la Ley Nacional de Tránsito[1] con respecto a los gastos de sanatorio o velatorio de terceros,el hospital le reclama a la aseguradora con la cual tenía contratado el seguro el vehículo marca Renault 12, la suma de pesos veintiséis mil setecientos ocho con ochenta y cinco ($ 26.708,85). Cabe recordar que es la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) el Örgano competente para la fijación del límite máximo en concepto de obligación legal autónoma.
La demanda
Ante el rechazo por parte de la compañía de seguros [Liderar Cia. Argentina de Seguros Ltda. S.A.] de abonar el monto reclamado por el hospital (cabe mencionar que dicho reclamo superaba el monto establecido por la SSN), la institución toma la decisión de avanzar por la via judicial. Es así que, sumado al reclamo inicial, agrega los conceptos de intereses, gastos y costas y la suma de pesos treinta mil ($ 30.000) por daño punitivo. Bienvenidos a zona de litigio.
La parte demandante reclama lo antedicho “en concepto de reembolso por los saldos emergentes de la prestación realizada por el hospital”. Afirma estar legitimado por la subrogación legal establecida en el artículo 68° de la Ley N° 24.449, y por ser un sujeto expuesto a la relación de consumo entre el tomador del seguro y la compañía, sosteniendo que tanto la víctima como el hospital son destinatarios finales del servicio brindado por la aseguradora”.
Por su parte, la defensa de la parte demandada “niega que el hospital revista el carácter de consumidor. Además, sostiene que el reclamo no puede prosperar porque al momento del siniestro la Sra. A. se encontraba sin cobertura financiera por falta de pago, invocando que ese hecho produciría la caducidad de los derechos del asegurado”.
El análisis
Expuesto lo anterior, existen tres puntos que debieron ser resueltos por el juez interviniente:
Determinar si aplica la figura de consumidor a la parte demandante.
Resolver si el hospital se encuentra facultado para reclamar el reintegro de los gastos sanatoriales, y la validez del argumento presentado por la parte demandada.
Analizar la constitucionalidad del límite fijado por la autoridad competente en materia aseguradora.
En relación al primer punto, el fallo analiza si existe una relación de consumo. Para ello, aclara que “siendo el objeto de la acción el cobro de crédito emergente de la obligación legal autónoma prevista en el artículo 68° de la ley N° 24.449 -por vía de reembolso y mediante subrogación- , anticipo que en mi opinión no resulta aplicable la ley de defensa del consumidor, por no revestir el hospital público el carácter de consumidor, ni de consumidor expuesto, no resultando posible la subrogación de esa condición”. Para llegar a esa conclusión, el juez se ampara en los artículos 1.092 y 1.093 del Código Civil y Comercial de la Nación, mencionando que el hospital “no es el sujeto particularmente vulnerable al que el constituyente decidió proteger de modo especial en el artículo 42° de la Constitución Nacional”.
Recordemos los artículos del CCCN:
Artículo 1.092. Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Artículo 1.093. Contrato de consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.
Resuelto el primero de los puntos y en relación al segundo, el juez aclara que “se trata de una obligación que no emerge de un vínculo contractual, sino de la ley, y apunta a brindar a la víctima una prestación de urgencia por los gastos de atención médica o de sepelio en su caso”.
Sin embargo, para resolver sobre el fondo del reclamo, se deben comprobar cuatro condiciones: la ocurrencia del siniestro (lo que se encuentra suficientemente acreditado con la denuncia policial que acompaña a la demanda); que el tercero haya sido damnificado (lo que se logra comprobar a través de las facturas y la historia clínica incorporadas al expediente); que el demandado es una de las compañías aseguradoras de alguno de los vehículos involucrados (sobre este punto nos detendremos a continuación); y los gastos reclamados (existencia de facturas).
En relación al argumento esgrimido por la compañía sobre la falta de cobertura financiera al momento del siniestro, el juez determina que “esta defensa no puede prosperar, pues la caducidad de los derechos del asegurado resulta inoponible frente al tercero damnificado cuando lo que se reclama es el pago de la obligación legal autónoma, pues la especial naturaleza de la obligación y del proceso, no admite esta clase de defensa, la que en su caso, podrá ser repetida por la compañía contra el asegurado o el responsable civil de los daños…”.[2]
Atento a esto, también cita al artículo 68° de la Ley de Tránsito sobre la vigencia anual del seguro, mencionando que de acuerdo a lo establecido en el decreto reglamentario de la Ley (Decreto N° 775/1995) el sólo hecho de contar con el comprobante del seguro es prueba suficiente de la vigencia del mismo: “Artículo 40° inc. c) La posesión del comprobante de seguro obligatorio diseñado por la SUPERINTENDENCIA DE SEGUROS DE LA NACION, será prueba suficiente de la vigencia del seguro obligatorio de automotores exigido por el artículo 68 de la Ley Nº 24.449, sólo por el período indicado en su texto, el cual será anual salvo las excepciones reglamentariamente previstas. La autoridad de comprobación y/o aplicación deberá verificar que los conductores posean dicho comprobante de seguro obligatorio y que dicho seguro se encuentra vigente en oportunidad de realizarse la constatación, acreditándose dicha vigencia, corroborando el período de cobertura que obra en el texto del comprobante”.
Por lo tanto, y en relación al fondo del reclamo, falla a favor del hospital. Sin embargo, y ya entrando en el tercero de los puntos mencionados en los párrafos anteriores (analizar la constitucionalidad del límite fijado por la autoridad competente en materia aseguradora) el juez entiende que “resulta razonable y aplicable a este caso concreto, pues lo contrario, es decir si se hiciese lugar a la procedencia de un reclamo de repetición sin limitación alguna cuando no existe ya la urgencia de una respuesta inmediata (…) podría afectarse gravemente la ecuación suma asegurada, riesgo y prima que sirve de base al sistema de seguros, y terminaría en definitiva desvirtuando el principio de solidaridad en el que pretende fundarse la norma”.
En conclusión, el juez:
No admite la aplicación de la ley de defensa del consumidor para el caso bajo análisis;
Reconoce al hospital público facultado para realizar el reclamo por los gastos incurridos;
Declara inoponible la falta de cobertura financiera;
Respeta los límites máximos fijados por el Poder Ejecutivo.
Conclusión
El fallo analizado presenta una serie de desafíos al mercado en su conjunto, en tanto y en cuanto la interpretación del juzgado interviniente en la presente pueda ser replicado por las demás jurisdicciones.
En primer lugar, se debería evitar colocar obstáculos para el pago en concepto de obligación legal autónoma a los hospitales públicos (siempre y cuando los mismos respeten los límites máximos).
En segundo lugar, y en base a los avances tecnológicos disponibles en el presente, se debería generar un procedimiento que facilite la comunicación entre aseguradora y asegurado y permita notificar, instantáneamente, cuando el pago del seguro no se realizó o no ingresó correctamente a la entidad (en aquellos casos de débito automático).
Pensar estrategias para evitar situaciones como la falta de cobertura financiera, va permitir disminuir las frustraciones de la persona afectada, mejorando el vínculo y la cercanía con su aseguradora.
—Lic. Nicolás Wittwer Pruyas. Economista UBA. Ex Subgerente de Relaciones con la Comunidad de la Superintendencia de Seguros de la Nación.
Referencias:
[1] Ley N° 24.449. Artículo 68°: “(…) Los gastos de sanatorio o velatorio de terceros, serán abonados de inmediato por el asegurador, sin perjuicio de los derechos que se pueden hacer valer luego. El acreedor por tales servicios puede subrogarse en el crédito del tercero o sus derechohabientes”.
[2]El juez cita el siguiente fallo. Cam. Apel.Civ. y Com. De Concepción “Higgins, Luis Eduardo c. Seguros Bernadino Rivadavia Cooperativa Ltda. s/amparo”: Ante el reclamo del pago de los gastos sanatoriales o de sepelio a que hace referencia el artículo 68° de la Ley de Tránsito, las aseguradoras no pueden oponer defensas emergentes del propio contrato o relativas al modo en que acaeció el accidente que produjo el daño, ni tampoco alegar que el seguro se hallaba suspendido por falta de pago, sin perjuicio de los derechos que pudieran hacer valer con posterioridad”.
Luis Barrionuevo: «A este Gobierno hay que darle por lo menos dos años»
El titular del gremio gastronómico y líder de una de las corrientes que integran la nueva CGT pidió “sostener y acompañar” al Poder Ejecutivo.
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Luis Barrionuevo parece haberse convertido en un original mentor de frases que perduran en el tiempo y atraviesan los gobiernos. Hace más de una década, el histórico líder de los gastronómicos pidió «dejar de robar por dos años» para que el país pudiera salir adelante. Este lunes apeló al mismo tiempo de paciencia, pero con un sentido muy diferente: para respaldar al gobierno de Mauricio Macri.
«Yo creo que este gobierno necesita un apoyo, no dándole un tiempo eterno. Este gobierno necesita por lo menos dos años para que lleguen los capitales«, aseguró Barrionuevo en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red.
«Se está volviendo un poco amarillo«, chicaneó el periodista. Y el sindicalista explicó: «Yo veo esto como alguien que debe aportar algo y no perturbar«.
Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid.
Desde que Cambiemos llegó al poder, la CGT Azul y Blanco ha sido la vertiente sindical que se ha mostrado más contemplativa con el Poder Ejecutivo. De hecho el jefe de Estado eligió la sede de Gastronómicos para celebrar el Día del Trabajador en medio de protestas de otros sectores gremiales.
Las declaraciones de Barrionuevo surgen a horas de que la nueva CGT unificada se reúna con representantes del Gobierno y las empresas para negociar un bono de fin de año con un piso de dos mil pesos.
De acuerdo con los dichos del otrora presidente de Chacarita, el pago adicional para los estatales ya estaría prácticamente acordado y ahora se espera un gesto del sector privado.
«Yo creo que Macri trae desde Roma mensajes para lograr un consenso general. Ya se deben haber dado cuenta que solos, con la política de los CEOs, no van a sacar el país adelante«, analizó.