Los peligros del Dinero electrónico

mayo 29, 2020

Dinero electrónico: un instrumento del Estado Policial

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Una de las razones por las cuales sabemos que el actual sistema monetario y financiero está condenado a seguir fracasando –hasta su colapso definitivo– es que la institución moneda no nació como una herramienta de control social. De hecho, la violencia la torna inefectiva, si no perjudicial. Por eso Jon Matonis no se cansa de repetir que si el dinero electrónico puede ser utilizado como un medio para identificarnos, escudriñarnos, vigilarnos y censurarnos, pues estamos mejor sin dinero electrónico.

El caso del señor Salah, que Mike Hearn recuerda en el foro de Bitcoin, ilustra muy bien los peligros de un sistema financiero cuyos canales han sido secuestrados por un Estado Policial.

Una de las críticas más comunes que se le hacen a Bitcoin es que, al ser como el dinero en efectivo, no admite el control gubernamental de las transacciones – algo que, según se afirma, es necesario para luchar contra el terrorismo. Si vas a involucrarte en un debate sobre este tema, el siguiente caso puede interesarte.

Sinopsis

Salah et al. V Ministerio de Hacienda es una demanda federal presentada en nombre de Muhammad Salah, ciudadano de los EE.UU. que reside en este país, contra la decisión del Ministerio de Hacienda de designar al Sr. Salah como “Terrorista Especialmente Designado” sin debido proceso ni razones que lo vinculen en modo alguno a un delito penal, y bajo restricciones tan severas que le impiden llevar a cabo las actividades más básicas de la vida.

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Estado actual

 

En respuesta a la demanda, y sin intentar defender su previa posición, el Ministerio de Hacienda eliminó unilateralmente al Sr. Salah de la lista de “Terroristas Especialmente Designados”. Después de 17 años de opresivas restricciones sobre su capacidad para realizar las actividades más básicas de la vida, el Sr. Salah y su familia fueron liberados de la carga que el Gobierno de los EE.UU. les había impuesto.

Vale la pena preguntarse: ¿cómo es posible que un supuesto terrorista digno de las sanciones más severas por más de 17 años sea de pronto designado como no terrorista, simplemente en respuesta a una demanda? La calidad (y por tanto la utilidad) del proceso en cuestión es, como mínimo, discutible, sobre todo teniendo en cuenta que el del Sr. Salah está lejos de ser un caso aislado.

¿Y cómo es vivir en los EE.UU. mientras uno está incluido en la lista de “Terroristas Especialmente Designados”?

Como resultado de la designación, Salah ha tenido que vivir bajo restricciones extremadamente severas, privándose de prácticamente todas las transacciones económicas – incluso las necesarias para la supervivencia: Al Sr. Salah no se le permitía conseguir un trabajo, pagar el alquiler, obtener atención médica, o incluso comprar una hogaza de pan.

Al estar obligado a informarles a sus posibles empleadores que él era un “Terrorista Especialmente Designado”, le era prácticamente imposible conseguir trabajo.

Sus familiares y amigos tenían prohibido ayudarlo económicamente.

Tenía prohibida la compra de artículos tan simples como un libro o un periódico, una entrada para un concierto o un evento deportivo, o flores para su esposa.

También tenía prohibido cumplir con su obligación religiosa de hacer donaciones regulares a instituciones caritativas.

Ser expulsado de la economía de manera tan radical es un castigo terrible, incluso una amenaza para la vida. Y cualquier persona que intente ayudarte puede ser acusada de “lavar dinero”, violar las sanciones o ambas cosas.

Fuente: elbitcoin.org, 14/02/13.

Estado Policial


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Sin libertad monetaria no hay libertades civiles

Por Wendy McElroy.

El monopolio sobre el dinero es la base de los feroces ataques a la privacidad que padecemos, y el principal  instrumento de vigilancia del Estado norteamericano. Como dijo Mark Hubbard: “La civilización es un movimiento que tiende hacia la privacidad – esto es, hacia lo opuesto al Estado policial. La legislación fiscal se ha convertido en la legislación del Gran Hermano“.

El rastreo de fondos es, en gran medida, un medio para facilitar el robo a la población productiva, pero también sirve para identificar y castigar el comportamiento “inaceptable”, como por ejemplo el comercio de ciertas drogas o la disidencia política. De hecho, es criminalmente ingenuo suponer que el gobierno no va a utilizar esa enorme cantidad de información para apuntar contra sus críticos.

Asimismo, el monopolio sobre el dinero le permite al gobierno imponer medidas que castigan y controlan a determinados grupos humanos. Por ejemplo, mientras los bancos funcionen como un brazo del gobierno, seguirán negándose a abrir cuentas a nombre de personas que carecen de identificación emitida por el Estado. De este modo, se les impide a los “sin papeles” llevar a cabo transacciones monetarias que forman parte de la vida cotidiana. Por el contrario, las instituciones financieras contraculturales a menudo sólo requieren un nombre de usuario y una contraseña para depositar fondos.

Big Brother

El monopolio sobre el dinero es una de las condiciones necesarias para el establecimiento de un Estado policial. Al abogar por un mercado libre de monedas, es importante afirmar y reafirmar algo que debería ser obvio: las libertades civiles exigen la existencia de una buena moneda.

Y nada garantiza mejor la calidad de la moneda –o de cualquier otro producto– que la libre competencia.

Fuente: elbitcoin.org, 28/10/12.


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¿Es malo el dinero en efectivo?

agosto 27, 2018

El lado siniestro del efectivo

Los billetes de alta denominación alimentan la corrupción y la delincuencia.

 Por Kenneth Rogoff.

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Comentario de EconomiaPersonal.com.ar:
Es un enorme peligro eliminar el dinero en efectivo, podemos literalmente vernos inmersos en un mundo orwelliano donde los gobiernos puedan controlar literalmente cada compra, transacción, y movimiento económico, de cada persona.

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Cuando le digo a la gente que he estado estudiando por qué el gobierno debería reducir drásticamente la circulación de papel moneda, la reacción inicial más habitual es el desconcierto. ¿Para qué ocuparse de esas nimiedades? Pero lo cierto es que el dinero en efectivo está en el centro de algunos de los problemas monetarios y de finanzas públicas más complejos de la actualidad. La eliminación de la mayor parte del efectivo circulante —es decir, el avanzar hacia una sociedad donde el dinero se use con menos frecuencia y principalmente pequeñas transacciones— podría ser una gran ayuda.

dólaresLas fuerzas del orden tienen muy pocas dudas de que el papel moneda (especialmente billetes de alta denominación como el de cien dólares), facilita la delincuencia en la forma de chantaje, extorsión, lavado de dinero, tráfico de drogas y de personas y corrupción de los funcionarios públicos, por no hablar de terrorismo. Hay sustitutos del efectivo, como las criptomonedas, los diamantes en bruto, las monedas de oro, las tarjetas de prepago, pero para muchos tipos de transacciones criminales, el dinero en efectivo sigue siendo el rey. Ofrece un anonimato absoluto, portabilidad, liquidez y es casi universalmente aceptado. No es casualidad que cada vez que hay un gran operativo policial antidrogas, las autoridades suelen encontrar grandes fajos de billetes.

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El efectivo también está profundamente implicado en la evasión de impuestos, que le cuesta al gobierno federal de EE.UU. unos US$500.000 millones al año en ingresos. De acuerdo con el Servicio de Impuestos Internos (IRS), gran parte de la evasión se concentra en pequeñas empresas, que usan el efectivo intensivamente, lo cual dificulta la verificación de sus ventas y declaraciones de ingresos. Por el contrario, las empresas que hacen la mayoría de sus pagos con cheques, tarjetas de crédito o transferencias electrónicas saben que es mucho más fácil que las autoridades fiscales detecten cualquier irregularidad. Aunque hay menos datos sobre los gobiernos estatales y locales, es probable que estos pierdan hasta US$200.000 millones al año por este concepto en EE.UU.

Obviamente, reducir la cantidad de efectivo no va a cambiar la naturaleza humana y hay otras maneras de evadir impuestos y gestionar empresas ilegales. Pero es indudable que inundar la economía informal con papel moneda alienta el comportamiento ilícito.

El efectivo también se encuentra en el núcleo del problema de la inmigración ilegal. Si los empleadores estadounidenses no pudieran pagarle tan fácilmente en efectivo a los trabajadores indocumentados al margen de los libros, el atractivo del empleo disminuiría y el flujo de inmigrantes ilegales se reduciría drásticamente. Es obvio que la eliminación de la mayor parte del efectivo sería una forma mucho más humana y sensata de desanimar la inmigración ilegal que construir un muro gigantesco.

Para que quede claro, estoy proponiendo una sociedad con “menos efectivo”, no una sin efectivo, al menos en el futuro previsible. La primera etapa de la transición implicaría la eliminación gradual de los billetes de alta denominación que constituyen el grueso del circulante. De los más de US$4.200 en efectivo por cada persona que circulan fuera de las instituciones financieras en EE.UU., casi 80% está conformado por billetes de US$100. Los billetes de US$50 y US$20 también deberían ser eliminados gradualmente, aunque los de US$10, US$5 y US$1, que apenas constituyen el 3% del dinero circulante, deberían ser mantenidos indefinidamente.

El objetivo de deshacerse de los grandes billetes es dificultar el transporte y almacenamiento de grandes montos de dinero. Un millón de dólares en billetes de US$100 pesa poco menos de 10 kilos y puede caber cómodamente en una bolsa de compras. Hacer lo mismo con billetes de US$10, no es tan fácil: piense en cargar un baúl de 100 kilos. Los acaparadores y los evasores de impuestos encontrarían proporcionalmente más costoso contar y almacenar billetes de baja denominación. El uso de dinero en efectivo podría ser desalentado aún más poniendo restricciones al tamaño máximo de los pagos en efectivo permitidos en las ventas al por menor.

El hecho de que los grandes billetes se utilicen mucho más en las actividades ilegales que en las legales ha penetrado desde hace mucho en la televisión, el cine y la cultura popular. Los espectadores de “Breaking Bad”, la serie de TV sobre un profesor de química de secundaria transformado en traficante de metanfetaminas, mostró una idea bastante clara de cómo el dinero se gana, se gasta y se lava en las actividades delictivas.

Los diseñadores de políticas han sido mucho más lentos en reconocer esta realidad. Destacan la popularidad del dólar en el exterior, especialmente en algunos países con gobiernos problemáticos como Rusia, donde no es inusual pagar por un apartamento con un maletín lleno de billetes de US$100. En un momento, la Fed y el Departamento del Tesoro insistían en que la demanda externa explicaba hasta 70% de la demanda de dólares estadounidenses, pero este argumento ha sido contrariado por la evidencia que sugiere que al menos una gran proporción de dólares debe ser mantenida en la economía informal de EE.UU. (como he mostrado en un trabajo de investigación hace casi dos décadas). La propia Fed estima ahora que menos de la mitad de todos los dólares en efectivo circula fuera de EE.UU.

Si el dinero en efectivo es tan nocivo, ¿por qué quedarse con los billetes de US$10 y menos? Por un lado, el efectivo sigue representando más de la mitad de las compras minoristas inferiores a US$10. Este porcentaje cae abruptamente a medida que crecen los montos de las transacciones y el uso de tarjetas de débito, de crédito, transferencias electrónicas y cheques. Estos medios de pago exceden al efectivo para los compromisos superiores a los US$100, que son además legales y pagan impuestos.

Muchas personas de escasos ingresos todavía dependen en gran medida del efectivo, aunque por supuesto no son los que cargan fajos de US$100. No costaría mucho que el gobierno o las instituciones financieras les proporcionaran tarjetas de débito. Esto también haría más sencillo, más seguro y menos costoso para el gobierno hacer transferencias a los más necesitados. Varios países escandinavos ya han dado este paso.

Retener los billetes de baja denominación alivia una serie de problemas que podrían surgir si el efectivo fuera eliminado por completo. Por ejemplo, el efectivo sigue siendo útil cuando un huracán u otro desastre natural deja fuera de servicio la red eléctrica. La mayoría de los manuales de preparación de desastres piden a la gente que conserve un poco de dinero a mano, advirtiendo que los cajeros automáticos podrían estar paralizados.

Pero los tiempos están cambiando. Hoy, las torres de celulares y las grandes tiendas minoristas normalmente tienen generadores de respaldo, lo que les permite procesar tarjetas bancarias durante un apagón. Y siempre hay cheques. A su debido tiempo, es probable que la tecnología de teléfonos inteligentes supere al resto de los demás medios de comunicación, y uno siempre pueda mantener un repuesto de recarga en caso de emergencia.

Tal vez la objeción más difícil y fundamental para deshacerse del dinero en efectivo tiene que ver con la privacidad, nuestra capacidad para gastar de forma anónima. Pero, ¿dónde trazar la línea entre el derecho individual y la necesidad del gobierno de gravar, regular y hacer cumplir la ley? La mayoría de nosotros no quiere socavar al derecho de una persona para hacer una compra ocasional de US$200 con total privacidad. Sin embargo, ¿qué pasa con un auto de US$50.000 o un apartamento de US$1.000.000? Deberíamos ser capaces de limitar los problemas que he descrito aquí, garantizando al mismo tiempo que la gente común pueda seguir utilizando billetes pequeños para mayor comodidad en sus transacciones cotidianas.

¿No encontrará el sector privado nuevas maneras de hacer transferencias anónimas que eludan las restricciones del gobierno? Ciertamente. Pero mientras el gobierno evite que estos vehículos alternativos sean utilizados fácilmente por las tiendas al por menor o por los bancos, no podrán desempeñar el papel que hoy tiene el efectivo. Obligar a delincuentes y evasores de impuestos a recurrir a alternativas más arriesgadas y costosas complicará sus vidas y mermará la rentabilidad de sus negocios.

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Algunos podrían sostener que la menor circulación de dólares estadounidenses sólo funcionará si existe una coordinación entre todas las grandes economías, ya que los delincuentes y evasores de impuestos estadounidenses podrían sencillamente convertir sus dólares a euros. Esto es muy improbable. Pocos puntos de venta de Estados Unidos aceptan euros, los bancos tienen que presentar informes sobre grandes depósitos en efectivo, y hay un tope de US$10.000 para la cantidad de dinero que se puede traer a o sacar de EE.UU. sin presentar un formulario de aduanas.

Es cierto que el gobierno estadounidense ahorra costos de financiamiento al imprimir una gran cantidad de dinero en lugar de, por ejemplo, emitir bonos del Tesoro que pagan intereses. Pero esa inundación de fondos en efectivo facilita la vida de los oligarcas rusos, los narcotraficantes mexicanos y los responsables del tráfico de personas a nivel mundial. El mayor ingreso que el gobierno conseguiría al eliminar el efectivo (y por lo tanto, reducir mucha evasión de impuestos) probablemente excederá los ingresos que el Tesoro de EE.UU. obtiene actualmente de engrasar las ruedas de la delincuencia mundial, sin tomar en cuenta los enormes beneficios directos e indirectos de tasas de delincuencia más bajas. En cualquier caso, si EE.UU. toma la delantera, otras economías avanzadas acabarían haciendo lo mismo por vergüenza.

El ángulo fiscal y la delincuencia son razones suficientes para destrozar las montañas de papel moneda del mundo. Hay, sin embargo, un motivo muy diferente y quizás sorprendente, que tiene que ver con la capacidad de los bancos centrales para hacer frente a las crisis financieras y recesiones profundas. ¿Por qué? Porque pese a toda la polémica en torno a la política fiscal, la política monetaria sigue siendo la primera línea preferida de defensa contra las recesiones.

La reducción de las tasas de interés proporciona un estímulo rápido y eficaz dando a los consumidores y a las empresas un incentivo para endeudarse. También eleva el precio de las acciones y de las viviendas, lo que hace que las personas se sientan más prosperas y quieran gastar más. La política monetaria anticíclica tiene un largo historial, mientras que las discusiones políticas siempre van a interferir con un estímulo fiscal oportuno y eficaz.

Desde 2008, sin embargo, la política monetaria ha comenzado a lucir cada vez menos ágil. La mayoría de los bancos centrales se ha encontrado que una vez que recortaron las tasas de interés a alrededor de cero, sus opciones eran bastante limitadas. Esto ha hecho que muchos bancos centrales deseen tener la capacidad de reducir las tasas de interés por debajo de cero.

¿Qué significa eso? Cuando un préstamo tiene una tasa de interés negativa, los pagos del deudor en realidad suman menos que la deuda original. Varios bancos centrales (como el Banco Central Europeo y el Banco de Japón) han experimentado con este tipo de medidas. Para los ahorradores, tiene el efecto contrario: El dinero que queda en un depósito bancario o en un fondo del mercado monetario sigue disminuyendo debido a las tasas de interés negativas.

Ver: El impacto de las Tasas negativas en la Economía global 

En teoría, recortar las tasas de interés por debajo de cero debería estimular el consumo y la inversión de la misma forma en que lo hace la política monetaria normal, al fomentar el endeudamiento. Por desgracia, la existencia de dinero en efectivo entorpece este mecanismo. Si usted es un ahorrador, simplemente retirará sus fondos del banco y los convertirá en efectivo en lugar de ver que se reduzcan con rapidez. Enormes sumas pueden ser retiradas para evitar tales pérdidas, lo que podría hacer que sea difícil para los bancos hacer préstamos, anulando por lo tanto el propósito de la política.

Eliminar el efectivo o hacer que el costo de acapararlo se vuelva suficientemente alto, sin embargo, allanaría el camino para que los bancos recorten las tasas a territorio negativo tanto como sea necesario en una recesión severa. Las personas podrían acaparar billetes pequeños, pero los costos probablemente serían prohibitivos para cualquier tasa de interés negativa realista. Si es necesario, los bancos centrales también podrían fijar cuotas temporales para los grandes retiros y depósitos de papel moneda.

A los economistas en general les gusta la idea de agregar las tasas de interés negativas al arsenal de herramientas de los bancos centrales. John Maynard Keynes la consideró en su gran obra “La teoría general del empleo, el interés y el dinero” (1936). Pero Keynes escribía en una era anterior a la banca electrónica, por lo que veía las tasas negativas como una idea totalmente poco práctica.

No todos son partidarios de las tasas negativas. La resistencia es particularmente fuerte en el sector financiero, al que le preocupa la dificultad de traspasarlas a los pequeños depositantes. Sin embargo, estas preocupaciones pueden ser aliviadas significativamente. Los bancos podrían ser compensados por permitir depósitos de tasa de interés cero de hasta, digamos, US$2.000 por persona.

A otros les preocupa que las tasas negativas lleven a los bancos y a todo el sector financiero a asumir riesgos imprudentes, lo cual ya es suficiente amenaza con tasas de interés en cero. Pero si una fuerte dosis de tasas negativas puede sacar a una economía de una recesión, debería poder hacer subir la inflación y las tasas de interés a niveles positivos con relativa rapidez, reduciendo posiblemente la vulnerabilidad a las burbujas en vez de aumentarla.

En resumen, hay numerosos temas a tener en cuenta, pero si se hace de forma gradual y adecuadamente, el balance de los argumentos se inclina claramente a favor de que pasemos a ser una sociedad que dependa mucho menos del dinero en efectivo.

¿Será alguna vez realidad? Creo que ha llegado el momento. Los ministerios de Hacienda están desesperados por recaudar más ingresos fiscales sin subir los impuestos, las agencias de seguridad interna están preocupadas por la forma en la que el dinero facilita la financiación del terrorismo, los ministerios de Justicia están más preocupados que nunca sobre el papel del efectivo en la delincuencia. Para las autoridades de inmigración, mientras tanto, reducir el efectivo seguramente es mucho mejor que la idea de erigir muros.

El efectivo es algo que conocemos íntimamente: forma parte de la trama de nuestras vidas y de nuestras experiencias como consumidores y empresarios. Pero los gobiernos han dejado que los suministros de dinero en efectivo se descontrolen, en beneficio de los delincuentes y los evasores de impuestos en todas partes. Es hora, por fin, de deshacerse de todos los billetes de US$100.

—Kenneth Rogoff es el profesor de Políticas Públicas Thomas D. Cabot de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. Este ensayo es una adaptación de su nuevo libro, ‘The Curse of Cash’, algo así como ‘La maldición del efectivo’, que será publicado en EE.UU. en septiembre por Princeton University Press.

Fuente: The Wall Street Journal, 30/08/16.


Más información:

PELIGRO: El BCRA apunta a eliminar el dinero en efectivo

¿Un mundo sin dinero en efectivo?

¿Dinamarca quiere eliminar el dinero en efectivo?

Economía mundial: hacia el fin del dinero en efectivo

Los peligros del Dinero electrónico

Arriba las manos: los impuestos o la vida

¡ATENCIÓN! – Nota del Editor:

El uso de la tecnología para crear una moneda digital implica el enorme riesgo de que el Estado transforme el sistema tributario en violatorio de los derechos individuales, al exigir al contribuyente que le proporcione información privadísima para fiscalizarlo.

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El futuro del Dinero electrónico

agosto 25, 2016

Cashless, el futuro del Dinero electrónico

Paypal, Fintechs, eWallet, todo hace indicar que el fin se aproxima para las monedas de metal o de papel y este final es originado por la auténtica revolución en los medios de pago electrónicos.

Por Carlos González.
Ha comenzado una nueva era en el escenario de los pagos electrónicos, con un número incalculable de nuevas fintech en competencia o en asociación con las instituciones de pago tradicionales.
Ha comenzado una nueva era en el escenario de los pagos electrónicos.
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(Expansión) – Dinamarca, Suecia y Noruega están estableciendo planes para, en los próximos años, eliminar el dinero físico. De hecho, en esos países menos del 5% de las transacciones se realizan por este método, los bancos han dejado de proveerlo y se están eliminando progresivamente los cajeros. Mientras que en países como Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Canadá o Francia más del 80% de los pagos se realiza sin efectivo.

Comentario de EconomiaPersonal.com.ar:
Es un enorme peligro eliminar el dinero en efectivo, podemos literalmente vernos inmersos en un mundo orwelliano donde los gobiernos puedan controlar literalmente cada compra, transacción, y movimiento económico, de cada persona.

Ver: ¿Dinamarca quiere eliminar el dinero en efectivo?

Esta tendencia obedece no solo a la comodidad que representa para los usuarios no portarlo. El dinero electrónico presenta ventajas claras que han animado a estos países a fomentar su uso: el efectivo es caro de producir, de almacenar y de transportar; genera ineficiencias a la población en cuanto a tiempos de espera en cajeros o sucursales; aumenta los índices de criminalidad derivados de robos a instituciones o particulares; tiene importantes costos medioambientales; pero, sobre todo, se presta a un uso fraudulento no controlado por las instituciones.

Ver: ¿Un mundo sin dinero en efectivo?

No por nada, desde la primera mitad del siglo XX ya existían distintos tipos de tarjetas bancarias o de empresas. Llegaron después las transferencias electrónicas y otros métodos de pago sin efectivo. Aunque el boom de los smartphones es el que ha revolucionado los medios de pago digitales en los últimos años.

Caso contrario en América Latina, donde las cifras de uso de dinero físico parecen inversas a las de países más avanzados. De acuerdo con diferentes estudios, alrededor del 80% de los pagos en México y Brasil se realiza en efectivo. Esta cifra es similar al porcentaje de efectivo en curso sobre el Producto Interno Bruto de cada país.

Ver Video: Un mundo sin dinero en efectivo: ¿Una solución o una pesadilla?

Sin embargo, esto se está transformando rápidamente con la penetración de pagos electrónicos, creciendo a una velocidad vertiginosa. Hay más de 160 millones de tarjetas en circulación en México y un uso de aplicaciones móviles de los Bancos cercano al 20%. Así que las nuevas generaciones, con mayor tendencia a usar la tecnología, harán variar las cifras muy pronto.

Ver Video: El engaño de la eliminación del Dinero en efectivo

La evolución

Es innegable que ha comenzado una nueva era en el escenario de los pagos electrónicos, con un número incalculable de nuevas fintech en competencia o en asociación con las instituciones de pago tradicionales.

En tan poco tiempo ya hay empresas consolidadas con una importante parte del pastel como Paypal, que ha realizado más de 800,000 millones de dólares (mdd) en transacciones en el primer trimestre de este año. Los gigantes de la industria como Apple o Google ya se han posicionado con Google Wallet o Apple Pay, lo cual hace indicar que el segmento de los pagos móviles es apetecible y lo será más en el corto plazo.

dinero digitalTambién están empujando fuerte las fintech, especializados en un ámbito concreto de la cadena o tratando de hacerse un hueco no menor en este entorno (como Kash, wepay, square, izettle) y un sinfín de empresas de mayor o menor tamaño que se van repartiendo el negocio de pagos en el nuevo escenario.

En línea con esto las instituciones financieras tratan de mantener su posición ofreciendo servicios innovadores y de mayor valor, a una velocidad nunca antes vista, que incluye fuertes inversiones en tecnologías y renovación de todo el portafolio de soluciones para pagos móviles.

Los bancos están apostando fuerte para mejorar la experiencia del usuario, poniendo a disposición de sus clientes, wallets, pagos móviles persona a persona sin necesidad de disponer de tarjetas, una banca móvil avanzada con múltiples funcionalidades, pagos NFC, dispositivos de cobro móvil para comercios y un sinfín de nuevas posibilidades. En ocasiones, los bancos ofrecen dichas soluciones en asociación con los fintech de este ecosistema, con una visión muy innovadora de colaboración.

A esos medios de pago hay que sumarle las monedas puramente digitales como el Bitcoin, que ha tenido una historia de adeptos y detractores, pero con las cuales en la actualidad se realizan más de 250,000 transacciones diarias.

Es posible, de hecho, que estemos viviendo el primer episodio de la nueva temporada de los pagos digitales: independientemente del éxito de Bitcoin, la tecnología que lo sustenta, denominada Blockchain, está siendo analizada por todo el mercado como una alternativa segura y fiable para las transacciones monetarias y de activos en general. Esto puede revolucionar los pagos tal como los conocemos, incluso en la era digital.

En definitiva, muchos cambios en muy poco tiempo que parecen acorralar al dinero físico utilizado durante tantos años, de este análisis, se originaba en mi cabeza la pregunta, ¿le quedará a la moneda el mismo tiempo de vida en días como años vividos?; es decir, ¿menos de una década?

Hay muchos factores que van a influir en esa predicción, las comunicaciones serán un actor clave en este proceso, que será distinto por zonas geográficas, igual que han sido determinantes los niveles de bancarización en la evolución de los pagos con tarjeta, con una media de países desarrollados por encima de 90% y países en vías de desarrollo por debajo de 40%. El futuro de los pagos móviles estará plenamente condicionado por la cobertura de red y el grado de penetración de los smartphones.

Este nuevo escenario no podía ser perfecto, nuevos riesgos nacen con él. Pero las empresas están invirtiendo fuertemente en ciberseguridad para garantizar el funcionamiento correcto del sistema. Las civilizaciones han ido adecuando, sus usos y costumbres a las distintas épocas y como no podría ser de otro modo, la moneda se está adecuando a la era digital a una velocidad propia de la misma.

El impacto de esta tendencia en México traerá consigo grandes beneficios como: la disminución de la economía informal y por consiguiente la bancarización, y con ello el incremento del PIB.

Además, generará ahorros para el Estado en lo concerniente a la producción y gestión del dinero, y la posibilidad de contar con mejores sistemas de fiscalización.

Recientes estudios indican que naciones con gran uso de efectivo concentran aproximadamente 40% de su PIB en la economía informal; en tanto, países con mayor empleo de dinero electrónico, el porcentaje es del 20%, según datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO).

México debe impulsar políticas públicas, junto con la iniciativa privada, para incentivar el uso de pagos electrónicos y la desaparición gradual del dinero físico.

[Nota de EconomiaPersonal.com.ar: Nuestra opinión difiere la del autor de este artículo, la eliminación del dinero en efectivo implica ENORMES riesgos para la Libertad individual.]

Fuente: expansion.mx, 19/08/16.

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Robo de bitcoins quiebra banco electrónico

marzo 7, 2014

Robo de bitcoins quiebra banco electrónico

Un banco especializado en bitcoins anunció su cierre después que piratas informáticos le robaron la moneda digital.

El cierre del banco Flexcoin ocurre una semana después del colapso de Mt. Gox, una importante bolsa de bitcoins.

El cierre de Mt. Gox también estuvo vinculado con un robo electrónico.

Los casos probablemente creen más dudas sobre la capacidad del bitcoin de establecerse como dinero alternativo.

Los hackers robaron 896 bitcoins de la bóveda en línea de Flexcoin, según un comunicado publicado el martes en el portal de internet de Flexcoin, lo que equivale a una pérdida de unos 600.000 dólares, sobre la base del valor de cambio del bitcoin en estos momentos.

A diferencia de los bancos que negocian monedas respaldadas por los gobiernos, las pérdidas de Flexcoin no están cubiertas por el seguro de depósitos. El banco afincado en Alberta, Canadá, informa que no puede recuperarse de esa pérdida.

Los bitcoins que Flexcoin mantenía fuera de su sistema electrónico están seguros, según la institución. Aunque Flexcoin no ofreció detalles, los bitcoins almacenados de esta forma están documentados en certificados de papel o en un disco duro no conectado con internet.

El colapso de Mt. Gox representa un golpe mucho mayor a la credibilidad del bitcoin porque significó una pérdida de unos 750.000 bitcoins, aproximadamente 6% de la circulación total de esa moneda electrónica. Mt. Gox, con sede en Japón, solicitó la protección de las leyes de bancarrota mientras trata de solucionar sus problemas financieros.

Pero el momento en que ocurre el colapso de Flexcoin pudiera hacer más difícil impulsar la confianza en el bitcoin.

Sus partidarios defienden la moneda virtual, creada hace cinco años, como una forma de reducir los cargos por transacciones al sacar del proceso a los bancos y procesadores de pagos, que cobran miles de millones de dólares anualmente por sus servicios de intermediarios financieros.

Los escépticos, entre ellos líderes de gobierno de todo el mundo, la consideran una moneda de especulación.

Fuente: The Associated Press, 03/05/14.

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Roban 220 mil dólares en bitcoins

Una red de criminales cibernéticos robó al menos 220 mil dólares en bitcoins y otras monedas virtuales usando cientos de miles de computadoras infectadas, dijeron expertos de seguridad informática.

Los investigadores de la empresa de seguridad Trustwave dijeron que el atraco fue realizado por una «botnet» de computadoras, es decir, una red de ordenadores conectados a internet que interactúan de manera autónoma y automática para llevar a cabo una tarea de distribución.

La «botnet» usó un tipo de software denominado «Pony» que infectó unos 700 mil equipos, permitiendo a los criminales controlar las cuentas de los usuarios.

Lo que hizo que los ciberdelincuentes se quedaran con el equivalente a unos 220 mil dólares en monedas virtuales, como Bitcoin, LiteCoin, FeatherCoin y otras 27 más, dijeron los investigadores Daniel Chechik y Anat Davidi.

De acuerdo con los investigadores, esta pandilla estuvo activa entre septiembre de 2013 y enero de 2014.

Más fácil que robar un banco

La «botnet» robó 600 mil credenciales de inicio de sesión web, 100 mil credenciales de cuentas de correo electrónico y otros datos de cuentas seguras.

«Robar bitcoins y cambiarlas por otra moneda, incluso una regulada como los dólares estadounidenses, es mucho más fácil que robar dinero de un banco», señalaron los investigadores de Trustwave.

Dijeron que los ladrones cibernéticos con bitcoins pueden utilizar una infinidad de sitios web comerciales para obtener dinero real manteniendo el anonimato.

Trustwave dijo que el mismo malware fue utilizado el año pasado para robar la información de acceso de más de 650 mil cuentas, entre ellas de Facebook, Yahoo y Google.

Fuente: AFP | Fecha: 24/02//14.

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Más información:

A Bitcoin le llegó la hora de la verdad

El sitio de bitcoin Mt. Gox desaparece de la web


Bitcoin

Bitcóin (signo: ฿; abr.: BTC , XBT, es una criptodivisa descentralizada concebida en 2008 por una persona (o grupo de personas) que bajo el seudónimo “Satoshi Nakamoto” publicó un libro blanco que propone un sistema de transacciones electrónicas que no depende de la confianza, sino que permite realizar transferencias de forma directa sin la necesidad de un intermediario. El término se aplica también al protocolo diseñado por el mismo autor y a la red P2P que lo sustenta. Al contrario de la mayoría de las monedas, el bitcóin no está respaldado por ningún gobierno ni depende de la confianza en ningún emisor central, sino que utiliza un sistema de prueba de trabajo para impedir el doble gasto y alcanzar el consenso entre todos los nodos que integran la red. Bitcoin es un proyecto relativamente nuevo que se encuentra en evolución. Por esta razón, sus desarrolladores recomiendan ser cautos y tratarlo como software experimental.

Fuente: Wikipedia, 2014.

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Litecoin

Litecoin (signo: Ł; abr.: LTC) es una Criptodivisa sustentada por la red P2P, y un proyecto de software de código abierto publicado bajo la licencia MIT. Inspirada y prácticamente idéntica en su aspecto técnico a Bitcoin (BTC), la creación y transferencia de Litecoin se basa en un protocolo criptográfico de código abierto que no es administrado por ninguna autoridad central. Litecoin fue pensada para ser una moneda electrónica alternativa de Bitcoin y ofrece tres diferencias principales. En primer lugar, la red Litecoin realiza el procesamiento de un bloque cada 2,5 minutos en vez de cada 10 minutos, lo cual permite una confirmación más rápida de transacciones. En segundo lugar, la red Litecoin producirá aproximadamente 4 veces más unidades que Bitcoin, o cerca de 84 millones de Litecoins. En tercer lugar, Litecoin utiliza la función scrypt en su algoritmo de prueba de trabajo: una función secuencial de memoria dura concebida por primera vez por Colin Percival, facilitando la minería, ya que no necesita de equipamiento sofisticado como en el caso de Bitcoin. Cada litecoin es fraccionado en 100.000.000 unidades más pequeñas, definidas por ocho decimales.

Fuente: Wikipedia, 2014.

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Feathercoin

Feathercoin (code: FTC) Es una moneda encriptada y de software de codigo abierto, publicado bajo la licencia del MIT/X11. Fue inspirado por Litecoin, la cual fue inspirada por Bitcoin. El principal programador es Peter Bushnell, magistrado en Tecnologia de la informacion, en el colegio de Brasenose, en la univerdad de Oxford.La red de Feathercoin genera monedas a una velocidad descendente y esta programada para generar 336 millones de monedas, 16 veces más que el Bitcoin y 4 veces mas que Litecoin. El día 2 de Diciembre del 2013, la red Feathercoin lleva generadas 25 millones de monedas, de las 336 millones programadas.

El día 2 de diciembre del 2013 FTC valía aproximadamente 1.02 USD, o 0.001 BTC.3 Feathercoin es la séptima mayor cryptomoneda con el volumen de capitalizacion bursatil de alrededor de 32 millones de USD.

Fuente: Wikipedia, 2014.

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Bitcoin

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