Aumenta la amenaza terrorista pero también los retos de la banca internacional
Por Departamento editorial de LavadoDinero.com
Bélgica y Pakistán en la última semana dan cuenta que el terrorismo aumenta y se globaliza. Aunque algunos países han creado fuertes escudos de protección contra los ataques, los especialistas apuntan a que los sofisticados mecanismos de su financiamiento imponen al mundo financiero nuevos retos. Independientemente de que Latinoamérica sea un territorio – por ahora – libre de esta categoría de ataques, eso no implica que transacciones realizadas en el sistema financiero de la región, no aporten fuerza a la logística de estas acciones criminales.
“Para cometer un atentado terrorista en un país occidental no es necesaria una gran cantidad de dinero. Estamos en presencia de lo que podemos denominar un terrorismo “low cost”. Los préstamos al consumo que se conceden de una forma muy rápida pueden ser un nuevo patrón de financiación terrorista”, explica a Lavadinero.com el catedrático español, Juan Miguel del Cid Gómez experto en temas de terrorismo.
Por citar un ejemplo, Amedy Coulibaly, uno de los terroristas que cometió el atentado de París, obtuvo un préstamo “express” de 6.000 euros que le permitió comprar las armas que se utilizaron. El reciente ataque en el metro de Bruselas tampoco implicó una operación costosa.
Coulibaly al pedir el préstamo, rellenó el formulario con algunos datos falsos que no fueron comprobados por la entidad financiera y tampoco declaró el destino de los fondos.
Sería necesario reforzar el control sobre este tipo de préstamos, aplicando una mayor diligencia sobre el cliente y sobre todo conocer cuál va a ser el destino de los fondos.
Hay que insistir en las diferencias
A diferencia del Lavado de dinero, la Financiación del terrorismo utiliza cantidades de dinero relativamente pequeñas que pueden desplazarse a través del sistema financiero informal, correos de efectivo y organizaciones de caridad.
En ocasiones el dinero sigue una sola dirección: recolección, envío, retiro y rápida utilización para cometer el atentado.
Hay que considerar que la mayoría de las transacciones financieras son neutrales en el sentido de establecer alertas. La transacción toma un significado real sólo cuando la realizan personas consideradas como una amenaza real o potencial (conocidos o presuntos terroristas o que mantienen relaciones con ellos).
“Lo fundamental es la relación entre la persona y la transacción, en lugar de la propia transacción”, insiste del Cid.
Apenas unos días antes de los ataques en Bélgica en la conferencia anual organizada en Miami por la Asociación de Banqueros Internacionales de Florida (FIBA, por sus siglas en inglés) participantes de alto nivel concluyeron que:
– Los bancos deben hacer informes de actividades sospechosas y de dinero procedente de instituciones benéficas. Se deben buscar canales formales e informales para mejorar el intercambio de información. Esto es clave para minimizar las amenazas.
– Investigaciones evidencian que el narcotráfico latinoamericano financia a organizaciones irregulares como Hezbolá.
– La banca ha invertido grandes sumas de recursos en la capacitación de su personal y en sistemas tecnológicos, pero los grupos delictivos también han cambiado la manera de obtener y manejar su capital.
– El adoctrinamiento se puede presentar en zonas donde hay minorías étnicas.
Embestida regulatoria
Las presiones internacionales sobre la banca aumentarán sin duda. Los movimientos terroristas como Isis han lanzado recientemente amenazas al mundo y las grandes potencias apuntarán a quitarle oxígeno financiero.
El director ejecutivo de Lavadodinero.com, Alejandro Baptista reitera que el desafío es fortalecer los procesos de control y detección del financiamiento del terrorismo, porque en los próximos meses se espera una nueva embestida regulatoria que aumente la presión sobre las instituciones financieras.
Fuente: lavadodinero.com, 28/03/16.
Más información:

Cómo fue el plan de Paraguay para lograr créditos a baja tasa
Repercusiones positivas del trabajo de los Dres. Antonio Hyman, Mariano Federici y Juan Félix Marteau en Paraguay, en el marco de las asistencias técnicas del FMI y del BID para realizar la Estrategia Nacional y la Evaluación de Riesgos de Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo.
El país latinoamericano ejecutó en 2013 un extenso programa que incluyó puntos centrales para seducir a inversores extranjeros. La deuda a 30 años y su tasa, envidia de Venezuela y Argentina.
Fue un trabajo de años. Y no fue fortuito, ni mágico. Paraguay dedicó mucho tiempo a intentar insertarse en el contexto financiero internacional contradiciendo la tendencia que vivía la región con la influencia del chavismo. Primero con la decisión del ex presidente Federico Franco y ahora con la política económica de Horacio Cartes, el país latinoamericano logró ser un caso atractivo para los mercados mundiales.
El proceso de Paraguay, sin embargo, no fue fácil ni automático. Requirió varios años hasta que sus finanzas estuvieran ordenadas y prolijas y el gobierno mostrara verdaderos signos de cambio hacia los estándares exigidos por los organismos multilaterales de crédito. Pero además, debía evidenciar transparencia en dos ejes que resultan fundamentales para quienes compran deuda: lavado de dinero y lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
El gobierno de Asunción tenía pésimos récords en estas materias. Desde que en 2008 ingresara en la “lista gris” del Grupo de Acción Financiera Internacional contra el Lavado de Dinero (GAFI, FATF, por sus siglas en inglés) por un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que su situación se agravó. En ese informe, el organismo reprochaba a Paraguay las “importantes lagunas” respecto a “los riesgos en Lavado de Dinero (LD) y Financiamiento del Terrorismo (FT), tanto en el sector público como en el privado. El país está lejos de alcanzar la mayoría de las recomendaciones de GAFI”.
Pero la drástica evaluación no terminaba allí. También ponía el foco en el “cuantioso contrabando existente en las fronteras con la Argentina y Brasil (que) facilita el lavado de dinero en Paraguay”. Ese lugar, conocido como la Triple Frontera facilita el “tráfico de estupefacientes, el contrabando y la falsificación de mercaderías”. ¿Qué país podría querer invertir en Paraguay dadas la baja calificación y la situación que allí se experimentaba? Más aún cuando el gobierno no mostraba ningún avance en su lucha.
También el Fondo Monetario reprochaba a Paraguay su falta de tenacidad en la lucha contra el terrorismo. En ese sentido, el organismo de crédito hace referencia a las “cantidades de dinero que son enviadas periódicamente a Medio Oriente tanto a través de transferencias cablegráficas y otros medios informales”. En numerosas investigaciones periodísticas, Infobae explicó cómo funcionaba la ruta del dinero entre la Triple Frontera (y América Latina en general) y el grupo terrorista Hezbollah, cuyos miembros operan en la región.
Hacia 2008, incluso, Paraguay tampoco contaba con una legislación pertinente que le permitiera sancionar a aquellos que financiaran actividades terroristas. “No tiene disposiciones específicas que permitan congelar fondos de terroristas u otros activos de las personas y entidades jurídicas designadas”.
Estos puntos y la falta de esfuerzos dejaron a Paraguay al margen del mundo. Si bien era un país que nunca había experimentado una ingerencia internacional relevante, la apertura que pretendía el nuevo gobierno que continuó al depuesto sacerdote Fernando Lugo requerían un cambio financiero, pero sobre todo cultural en materia económica.
Al año de estar a cargo del gobierno, el ex presidente Federico Franco aprobó el “Plan Estratégico del Estado Paraguayo en su Lucha contra el Lavado de Dinero, el Financiamiento del Terrorismo y la Proliferación de Armas de destrucción Masiva”. Firmado el 11 de junio de 2013, el decreto del Poder Ejecutivo permitiría al país sanear su imagen en el exterior y conseguir que los mercados depositaran su atención en ese territorio desconocido para la mayoría del globo.
Para lograr el plan integral, Franco no sólo convocó a sus hombres de confianza, a todos los ministros y a los mejores técnicos que tenía disponibles la nación. También hizo partícipe del proyecto al sector privado. Fue así como la Asociación de Bancos del Paraguay, la Asociación de Casas de Cambios, la Asociación Paraguaya de Compañías de Seguros, la Asociación de Entidades Financieras, el Colegio de Contadores de Paraguay, la Cámara Paraguaya de Empresas Inmobiliarias y el Colegio de Escribanos del Paraguay fueron instituciones que contribuyeron desde su perspectivas a optimizar el plan trazado por el gobierno.
El ambicioso proyecto tenía el apoyo, además, del Banco Central de Paraguay, la Unidad de Información Financiera de Paraguay (UIF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional. Entre las misiones que se propuso el plan “interinstitucional”, Asunción buscaba “afianzar el prestigio e imagen del país ante la comunidad internacional” y “proteger la reputación del sistema financiero y de la economía”.
En el texto se enumeran además los “esfuerzos” que realizó Paraguay para salir de la “lista gris” impuesta por el GAFI que le impedía la llegada de inversiones genuinas. La reforma en el Código Penal, la llegada de comisiones internacionales de la OEA para fiscalizar los avances en la lucha contra la corrupción, también medidas tendientes a mejorar la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. El trabajo conjunto con oficinas del GAFI y el Fondo fueron clave para acelerar los procesos y dejar atrás la temida “lista gris”. En diciembre de 2012, cuatro años después de haber ingresado, el “Pleno de GAFI removió a Paraguay de ese ranking “por haber cumplido las exigencias” de ese organismo.
Uno de los objetivos que tienen este tipo de regulaciones es atacar el corazón de las bandas delictivas internacionales. Paraguay entendió a la perfección que debía “privar a las organizaciones criminales y terroristas (de su) patrimonio -muchas veces cuantioso- para desarrollar sus actividades y afianzar su poder en territorio nacional, regional o global”.
En la oferta de la colocación de deuda de mil millones de dólares a treinta años, el memo descriptivo hizo referencia a las innumerables medidas que Paraguay había ejecutado en los últimos años “contra el lavado de dinero destinado a financiar el terrorismo al aprobar una importante legislación y el fortalecimiento de sus sistemas de controles y de supervisión”.
En tal sentido el memorando enumera que la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) implementó “regulaciones relativas a las remesas que no fueran hechas a través de bancos u otras entidades financieras” y exigiendo “información en relación a lo transferido”. Por caso, ejemplifica con casos en que el gobierno sancionó a aquellas empresas que no cumplieron con los recientes requisitos impuestos por la administración. “Como resultado de ello Paraguay no es más sujeto de control por parte del GAFI”, señala el documento presentado por J.P. Morgan y el Bank of America Merrill Lynch.
Fuente: Infobae, 27/10/15.

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S-11: a catorce años del ataque que cambió al mundo
En la mañana del 11 de septiembre de 2001 el mundo entero vio como Estados Unidos sufría un catastrófico ataque en el corazón financiero de Wall Street. La caída de las “Torres Gemelas” del World Trade Center sorprendió a la población mundial, pero en ese momento pocos imaginaron que estaba naciendo un nuevo estilo de vida moderna, en el que tendría un lugar predominante un concepto poco popularizado hasta entonces: el financiamiento del terrorismo. 
Motivados por un patriotismo exacerbado y con la misión de aumentar sus defensas preventivas ante nuevos ataques, las autoridades de Estados Unidos desataron todo su poder militar, económico, diplomático, cultural y legal para crear nuevas estructuras normativas que les permitieran contar con más y mejores recursos contra los grupos terroristas de todo el globo.
Solo 45 días bastaron para que fuese promulgada la Ley Uniendo y Fortaleciendo a América con los Instrumentos Adecuados Necesarios para Interceptar y Obstruir el Terrorismo de 2001, mejor conocida como USA PATRIOT ACT (por sus iniciales del nombre en inglés). Este texto marcó las bases para el establecimiento de muchos procesos de control sobre la sociedad americana (e internacional) y el sector financiero no se escapó de tales medidas, por el contrario terminó convirtiéndose en una de las principales herramientas informativas de las autoridades.
La banca de Estados Unidos tuvo que incorporar en su cumplimiento normativo diversos y complicados procesos para intentar identificar, reportar y congelar bienes asociados a grupos terroristas.
Estas obligaciones fueron paulatinamente extendidas al mundo financiero global y posteriormente al resto de los sectores regulados, convirtiéndose no sólo en estándares internacionales, sino en el espíritu de cientos de leyes, decretos y regulaciones en decenas de naciones.
La detección del financiamiento de actividades terroristas pasó a ser una de las columnas vertebrales de la lucha contra los grupos considerados terroristas en todo el mundo… y en el centro de esa compleja estructura está el personal de los departamentos de cumplimiento de las empresas reguladas.
Los desafíos que surgieron a partir del 11 de septiembre de 2001 son muchos y muy complejos. Todos aquellos que son responsables de luchar en contra del terrorismo -sea como investigadores, expertos en inteligencia trasnacional, reguladores o, simplemente, desde la trinchera lejana de un escritorio en una empresa regulada-, tienen la gran responsabilidad de estar trabajando por un mundo más seguro para todos.
Lavadodinero.com y la Asociación de Especialistas Certificados en Gestión de Riesgos (AECGR) presentan este documento en el que se recopilan las opiniones de reconocidos expertos internacionales, quienes disertan y analizan el impacto generado por los ataques al World Trade Center de 2001 en Latinoamérica, partiendo de dos preguntas básicas:
– ¿Se está haciendo una lucha efectiva contra el financiamiento del terrorismo en Latinoamérica?
– ¿Qué falta en la región?
Lea el documento:
Fuente: LavadoDinero.com, 15/09/15.
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Caso Arab Bank reafirma la importancia del “Conozca a su Cliente” para detectar el financiamiento del terrorismo
Por Departamento Editorial
La importancia de la política “Conozca a su Cliente” quedó una vez más en evidencia con la decisión que el pasado 22 de septiembre tomó un jurado la Corte Federal del Distrito de Brooklyn contra el Arab Bank PLC, que se convirtió en el primer banco en ser encontrado culpable en una acción civil por financiamiento de terrorismo.
Durante el juicio, los abogados de unas 300 víctimas de 24 ataques ocurridos entre 2001 y 2004 demostraron que el banco procesó transferencias que eran “compensaciones” enviadas por donantes árabes a las familias de los atacantes suicidas. Además, el banco prestó servicios a líderes de Hamas y a organizaciones caritativas controladas por el grupo rebelde.
Por su parte, los abogados del banco argumentaron que la institución nunca realizó negocios de forma consciente con personas incluidas en las listas negras del gobierno. Sin embargo, según la Ley Antiterrorismo de 1990, en Estados Unidos los bancos pueden enfrentar demandas civiles por mantener relaciones de negocios con clientes relacionados a grupos o actos terroristas, a pesar de que éstos no estén en la Lista Nacionales Especialmente Designado de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
La ley estadounidense provee recursos legales a víctimas de terrorismo internacional para actuar contra entidades financieras que no hayan implementado suficientes recursos o que no hayan podido detectar operaciones relacionadas a los ataques. Actualmente varios casos de demandas están ejecutándose en las cortes federales contra entidades financieras.
La clave: “Conozca a su Cliente”
La decisión del tribunal demuestra que las instituciones financieras deben hacer un esfuerzo considerable al momento de implementar la política “conozca a su cliente”. No es suficiente con chequear a los potenciales clientes en las listas negras, es necesario hacer una revisión subjetiva aún cuando no se encuentren coincidencias en las listas, aseveró Henry Balani, gerente de la firma Accuity, quien fue citado por el Wall Street Journal
Balani destacó que se «continúa presionando a los bancos si quieren operar en el Medio Oriente (…) Para un banco para operar en una jurisdicción de alto riesgo, la clave es conocer la naturaleza subjetiva de [el riesgo]”.
Por su parte, Jimmy Guruléun profesor de leyes de la University of Notre Dame, quien participó como consultor de los demandantes en el caso del Arab Bank, precisó que «Los bancos en el futuro tendrán que actuar con mayor diligencia debida para asegurarse de que no están haciendo negocios con organizaciones terroristas”.
El Grupo de Acción Financiera (GAFI) en su Recomendación 10 indica en el aparte “D” que las instituciones financieras deben “Realizar una debida diligencia continua de la relación comercial y examinar las transacciones llevadas a cabo a lo largo de esa relación para asegurar que las transacciones que se realicen sean consistentes con el conocimiento que tiene la institución sobre el cliente, su actividad comercial y el perfil de riesgo, incluyendo, cuando sea necesario, la fuente de los fondos”.
En las Notas Interpretativas de la Recomendación 5, el GAFI señala: “Debe aplicarse a las personas jurídicas responsabilidad y sanciones penales, y, cuando ello no sea posible (debido a los principios fundamentales de derecho interno), debe aplicarse la responsabilidad y sanciones civiles o administrativas. Esto no debe impedir procesos paralelos penales, civiles o administrativos con respecto a las personas jurídicas en países en los que se dispone de más de una forma de responsabilidad. Estas medidas no deben ir en perjuicio de la responsabilidad penal de las personas naturales. Todas las sanciones deben ser eficaces, proporcionales y disuasivas”.
Fuente: LavadoDinero.com, 02/10/14.

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