Un día en la vida del rey de los sesgos cognitivos
Los errores en la toma de decisiones, que provienen, por ejemplo, de convicciones que se van adoptando en la vida, marcan la economía cotidiana y definen cómo será el futuro.
Por Pablo Mira.
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Un día normal en la vida de Sesgismundo Biasone empieza con un despertador que suena 15 minutos antes del horario que debería. Metódicamente se despierta, lo apaga y disfruta de otro rato durmiendo. Durante el desayuno evita leer el diario, aplicando la ignorancia estratégica, para que estos tiempos de posverdad no lo confundan. Mientras toma un baño escucha en la radio a su periodista favorito, ese que suele confirmarle cada una de sus posiciones, y se pregunta si no le convendría prestar atención a otras voces para reflexionar mejor sobre la realidad.
Para ir a trabajar, Sesgismundo jamás usa el auto. Está convencido de que conduce mucho mejor que el resto, pero sabe que el resto de los que manejan también piensan lo mismo, así que prefiere no pecar de demasiado confiado en su idoneidad para manejar. Dispuesto a tomar el 132, recuerda el accidente que sufrió la línea el día anterior, pero este hecho saliente no lo paraliza, porque entiende que estadísticamente no es significativo.
Sesgismundo tiene un proyecto en danza: armar un cerramiento en la terraza de su casa y construir una pieza para su hijo mayor, que pide más independencia. Sus intentos de ahorrar para este fin solían fallar debido a sus erróneas previsiones de gastos, sus continuas tentaciones para gastar en cada paseo al centro comercial y la aparición de proyectos menos costosos, que se colaban y se encaraban antes que la reforma de la terraza. Pero un día Biasone (el doctor Biasone, él es contador) descubrió cómo controlarse para ahorrar, al reparar en el chanchito de su hija menor: un agujero de entrada, ninguno de salida… Biasone pensó y se le ocurrió una idea: destinar de manera automática una parte de sus ingresos a un plazo fijo todos los meses. Hoy, Sesgismundo está cada vez más cerca de cumplir su sueño.
Clara, la esposa de Sesgismundo, también tiene planes: quiere reciclar el baño de la casa y consulta al banco por un crédito. Mientras ambos evalúan la propuesta, su marido se entusiasma por lo accesible que parece la cuota mensual. Pero Clara le explica que está fallando en el cálculo y que no importa el valor de la cuota, sino el costo financiero total, que incluye los intereses más todos los gastos del préstamo.
Quien lea estas líneas puede pensar que a Sesgismundo Biasone lo acosan los problemas. En realidad, lo acosan 168 problemas. Sesgismundo es la antinomia del homo economicus, esa construcción hiperracional de la economía tradicional. Sesgismundo, podríamos decir, es el homo fallacious, o el homo sesgus, un hombre acechado permanentemente por todos los errores cognitivos conocidos, que, según reza Wikipedia, suman 168. Pero algo diferencia a Biasone de otros individuos irracionales, y es que él es consciente de sus sesgos y toma acciones concretas para evitarlos.
Lo primero es no desesperar. En la práctica es casi imposible que cometamos al mismo tiempo los 168 sesgos. Una razón inmediata es que muchas de estas fallas se contradicen entre sí. En algunas ocasiones somos demasiado confiados en nosotros mismos (como cuando nos evaluamos como conductores) y en otras somos excesivamente tímidos respecto de nuestras capacidades potenciales (como cuando somos escépticos respecto de nuestras cualidades matemáticas).
Pero además, como Sesgismundo, luchamos contra los errores, porque a la larga esto sería catastrófico para nuestra economía personal y para nuestra vida social. A veces el ajuste lo hacemos solos; a veces nos ayuda nuestro entorno, y otras veces nos protegen el Estado y sus instituciones. El Estado se encarga de establecer reglas de seguridad en el tránsito, de proveer estadísticas confiables, de obligar a las empresas a transparentar la información de sus productos y de exigir a los bancos mostrar el verdadero costo financiero incluido en sus préstamos.
También se encarga de ahorrar por nosotros para la jubilación, mediante los aportes obligatorios, que evitan que los ansiosos gasten todo su dinero antes de tiempo y se queden sin un peso al alcanzar la vejez. El Estado también prohíbe el consumo de sustancias adictivas, tentadoras en el corto plazo, pero decididamente destructivas en el largo.
Gracias a las recomendaciones que da el reciente premio Nobel Richard Thaler en su libro Nudge, en algunos países los gobiernos han establecido algunas políticas que se meten en las decisiones diarias de los individuos, para minimizar posibles sesgos. En Estados Unidos, por ejemplo, algunos estados especifican un tamaño más pequeño para las bebidas dulces, con el fin de desestimular el consumo extra de azúcar de envases más grandes, porque sentimos que debemos agotar su contenido para no «derrochar».
En busca de nosotros mismos
En toda esta confusión entre racionalidad e irracionalidad cabe preguntarnos, finalmente, quiénes somos. De partida, podemos descartar los extremos: nadie es completamente racional y nadie yerra todo el tiempo. Quizá podamos sacar alguna pista interpretando el «cableado» que nos legó nuestra historia evolutiva.
Por un lado, no todos los sesgos constituyen verdaderos «errores». La evolución nos dotó de un catálogo de facultades muy ventajosas para la supervivencia, pero sobrevivir no siempre requiere una racionalidad mecánica. Hay atajos lógicos que ayudan, como cuando elaboramos estimaciones aproximadas en lugar de perder el tiempo buscando resultados exactos. Mientras solucionamos ecuaciones para determinar la probabilidad de que detrás de aquella mata se esconde un león, el felino aumenta exponencialmente sus posibilidades de transformarnos en su almuerzo. En consecuencia, no es que venimos «fallados» para este mundo moderno, sino que fue el contexto el que cambió demasiado rápido para lo que veníamos preparados.
Además, los sesgos no se activan en todos los ámbitos. Por ejemplo, no es posible endeudarse para gastar de más si la economía no cuenta con instituciones dispuestas a otorgar créditos. Un país que jamás sufrió devaluaciones traumáticas seguramente no exhiba una psicología de ahorro en moneda extranjera tan obsesiva como la nuestra.
La buena noticia es que algunos investigadores están logrando identificar nuestras limitaciones cognitivas y sus relaciones de una manera un poco más sistemática. En dos trabajos recientes donde conducen múltiples experimentos, los investigadores Victor Stango, Joanne Yoong y Jonathan Zinman intentan basar sobre roca sólida esta miríada de sesgos. Sus resultados indican que los fallos humanos prevalecen por sobre la racionalidad y que no se trata de meras anomalías. Ni los mecanismos de mercado, ni el aprendizaje, ni la plata en juego los corrigen. Los sesgos, además, contribuyen a explicar nuestra economía personal, ya que, según parece, quienes son menos pacientes terminan obteniendo ingresos más bajos.
El acoso cognitivo que sufre Sesgismundo Biasone (y que sufrimos todos) es permanente, pero esto no le impide vivir, relacionarse ni progresar. El antídoto definitivo a estos sesgos no se ha inventado, pero mantener una actitud escéptica de desconfianza hacia las percepciones primarias ayuda mucho. Es este sentido de la racionalidad humana el que los economistas deberían considerar más a menudo en sus modelos.
La historia de la modelo top que fue tapa de Vogue, ganaba millones y hoy vive en la calle
En sus tiempos de esplendor como modelo, Nastasia Urbano cenaba con celebridades del espectáculo, pero un amor le trajo la desgracia.
En los años 80, Nastasia Urbano, nacida en Suiza pero criada en Barcelona, tocaba con las manos el glamoroso cielo del mundo de la moda. Paseaba su belleza particular por las pasarelas de Europa y Nueva York, fue tapa de Vogue, cenaba con estrellas del espectáculo y llegaba a ganar un millón de dólares por solo 20 días de trabajo al año. Pero hoy, por una mala jugada de la vida, su realidad es muy diferente: la exmodelo top vive en la calle y suele dormir en la antesala de los cajeros automáticos.
Urbano, que hoy cuenta con 57 años, comenzó su ascendente carrera en el modelaje en Barcelona, luego de lo cual salió de su país para dirigirse a Milán, donde trabajó con el prestigioso fotógrafo Fabrizio Ferri. Poco a poco fue subiendo escalones en el universo fashion y llegó a salir varias veces en la portada de la emblemática revista Vogue, desde donde saltó a las pasarelas neoyorquinas. «Hacía todas las revistas, le encantaba a todo el mundo. Era muy camaleónica y la gente no se cansaba de mí. Hay modelos que son muy guapas pero que solo tienen un registro. Yo nunca tuve ese problema», relató la modelo a El Periódico de Catalunya.
El hoy y el ayer de la modelo, en la página de Gofundme, donde se pide asistencia económica para Nastasia Crédito: Gofundme
Con su imagen de modelo top totalmente consolidada, Nastasia se convirtió en la imagen de firmas de la talla de Revlon, Opium o Yves Saint Laurent. «Hice la campaña de Revlon. Todas las ‘top model’ de aquel entonces hacían esa campaña, y yo también la hice. Para la de Opium trabajé con Helmut Newton, y más tarde me contrataron para la de Yves Saint Laurent, que hizo David Lynch», expresó la mujer.
Con el paso de los años, la vida glamorosa de Nastasia empezó a caer en picada Crédito: Instagram
Gracias a su fama y su estilo camaleónico se convirtió en una de las primeras modelos en firmar un contrato multimillonario para anunciar ropa: «Me daban un millón de dólares al año por 20 días de trabajo», contó Nastasia.
Además, al convertirse una celebridad de la moda se codeaba con grandes personalidades estadounidenses como Jack Nicholson, Andy Warhol o Harrison Ford. Cenaba con ellos, «o con Roman Polansky, o con Harrison Ford. Estuve en fiestas con Melanie Griffith, con Don Johnson, con Simon y Garfunkel». Incluso fue invitada a la boda de Madonna con Sean Penn, a la que finalmente no pudo ir porque, ella y su novio de entonces ese día «nos despertamos con tal resaca que no pudimos levantarnos».
El ocaso de una estrella
Pero la suerte de esta mujer terminó cuando se encontraba en la cresta de la ola. Fue en el momento en que conoció al que acabaría convirtiéndose en su marido. Con ese matrimonio desgraciado, ella perdió todo su dinero. El que ahora es su ex se aprovechó de su fortuna desde el primer minuto de conocerla. Así lo relató ella: «Me dejó con lo puesto. Lo único bueno de esa relación han sido mis hijos, pero lo demás fue horrible. Todo lo pagaba con mi dinero. Al segundo día de conocerlo quiso que le comprara un BMW, y yo, como una tonta, le hice el cheque. Estaba enamorada. Si no confías en la persona de la que estás enamorada, ¿en quién confias? Pero él no. Él no me quería».
Una de las portadas de Vogue con Nastasia Urbano
A partir de entonces, su vida comenzó a deslizarse cuesta abajo.Tanto es así, que fue deshauciada en tres oportunidades, y actualmente vive en la calle y alterna sus noches durmiendo en sofás de amigos o en los cubículos de los cajeros automáticos de Barcelona.
De vez en cuando, Nastasia consigue algo de dinero haciendo algún trabajo precario, pero todo se le hace más difícil porque desde hace un tiempo padece depresión. Al final de la entrevista con El Periódico, la modelo rompió en llanto y señaló: «Quiero salir del agujero en el que me encuentro. Quiero que mis hijos me vean bien. Quiero recuperarme como persona para estar a su altura, que estén orgullosos de mí».
Como una añoranza de sus tiempos de glamour, Nastasia aseguró que extraña Nueva York. Aseguró que lo extrañaba «día y noche», porque «Nueva York es una ciudad que te hace vibrar, salis a la calle y se te pone la piel de gallina. Aquí, en Barcelona, mi alma se ha ido apagando».
Con el objeto de recaudar fondos para sacar a la exmodelo de su pobre situación económica, los amigos de Nastasia armaron un petitorio en la página Gofundme, un sitio web destinado a causas solidarias.
Elige el momento adecuado y conoce las palabras correctas para hablar acerca de dinero; planea la charla, sé claro y marca fechas límite para dejar de proporcionarle apoyo económico.
Padre e hijo
Casi la mitad de los adultos de mediana edad en Estados Unidos dieron apoyo financiero a un hijo adulto el año pasado, según el Pew Research Center.
Ya sea que le estés proporcionando alojamiento y comida, que cubras sus gastos de seguros, o le des cheques de forma regular, podrías estar haciendo a tu hijo -por no hablar de ti mismo- un perjuicio en lugar de un beneficio.
«En algún punto, los padres tienen que ayudar a sus hijos a abrir sus alas, incluso si esto significa dejar que fracasen», dice Steve Aucamp, un asesor financiero de Washington, DCPUBLICIDAD
Estas señales pueden ayudarte a hacer que tu dijo deje de depender de ti:
Las reglas del juego
Olvida la culpa. «Querer que tu hijo sea financieramente independiente no es algo malo», dice Susan Ende, coautora de ‘How to Raise Your Adult Children’.
Haz un plan. La mayoría de los expertos dicen que lo mejor es ‘destetar’ a sus hijos en lugar de cortarles el suministro de golpe. Así que piensa en tus términos antes de abordar el tema.
Elige tu momento. Trata de conjuntar la charla con un evento importante, como una graduación o un nuevo trabajo, dice la experta en dinámica familiar Ruth Nemzoff.
¿No es posible? Programa una charla en lugar de esperar hasta que tu hijo necesite dinero.
Cuando estés cara a cara…
1. Argumento de apertura: «Estamos felices de haber sido capaces de ayudarte en estos últimos años, pero creo que eres capaz de tomar más responsabilidad ahora».
¿Por qué funciona?: «Estás enmarcando esto como un paso positivo hacia adelante, y no lo haces sentir culpable», dice Nemzoff, autora de ‘Don’t Bite Your Tongue: How to Foster Rewarding Relationships With Your Adult Children’.
2. Explícate: «Ustedes han sido nuestra prioridad durante años, ahora tenemos que enfocarnos en ahorrar para nuestra jubilación y también queremos que se conviertan en adultos económicamente independientes».
¿Por qué funciona?: Ayuda a tus hijos a entender el panorama general, y van a estar más dispuestos a aceptar la nueva realidad, dice Aucamp. Así que, asegúrate de que sepan por qué no podrás seguir apoyándolos y que tu decisión no es un castigo.
3. Fija los términos: «Creemos que es hora de que pagues tu renta. Para ayudarte a comenzar, vamos a cubrir los próximos tres meses e igualar lo que ahorres hasta 1,000 dólares».
¿Por qué funciona?: Estás indicando exactamente lo que puedes ofrecer en el corto plazo y tus expectativas para el largo plazo. Este enfoque ofrece apoyo -e incentivos- y hace que tu hijo se haga responsable.
¿Y si Junior protesta y dice que no puede hacerlo? Suponiendo que tus términos sean razonables, no vaciles.
4. Dale el regalo de la empatía: «Sabemos que no será fácil. Estaremos aquí cada vez que necesites hablar».
¿Por qué funciona?: «Deja claro que sólo porque estás cortándole el dinero no significa que estés cortando la relación», dice Nemzoff. En lugar de dinero, ofrece consejos cuando se te pidan. Por ejemplo, puedes sugerir recursos para encontrar un compañero de cuarto para dividir la renta o ir con tu hijo a ver los alojamientos más baratos.
5. Enfatiza la fecha límite: «Creemos que tres meses es tiempo suficiente para establecer un colchón de efectivo. Así que, después del primero de noviembre estás por tu cuenta».
¿Por qué funciona?: «La gente se pone a la altura de las circunstancias cuando tiene que hacerlo», dice Ende.
Por supuesto, las fechas límite -al igual que los planes- son buenos sólo si nos atenemos a ellos. «Si tu hijo regresa a casa y tú te abalanzas hacia él con una red de seguridad», añade, «simplemente tendrás que iniciar el proceso de nuevo».
¿Cuál es la diferencia entre deuda buena y deuda mala?
Por Drago.
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Muchos gurús de las finanzas personales abrazan una filosofía de evitar cualquier tipo de deuda a toda costa. Apuntan con el dedo a todas las consecuencias negativas de abusar del crédito. Señalan que las grandes y maquiavélicas compañías de tarjetas de crédito se aprovechan de la gente corriente. Las acusan de conducirnos a una vida de esclavitud moderna al servicio de la deuda. Pero lo que nunca te dicen es que existe algo considerado como “deuda buena”.
El crédito, utilizado responsablemente y con moderación, es bueno para la economía en general. Facilita más transacciones y permite una transferencia más ágil de bienes y servicios, que es al fin y al cabo para lo que se ha creado. No obstante, puede ser muy malo para tu salud financiera en caso de abuso. Abusar del crédito es extremadamente fácil debido a que es constantemente ofrecido a nosotros por los bancos y otros prestamistas. Es su forma de hacer dinero, y es bastante lucrativa.
¿Cuál es la diferencia entre “deuda buena” y “deuda mala”?
La buena noticia es que existe una manera fácil de determinar si se trata de buena deuda o mala deuda. La clave es mirar con lupa a qué es la deuda en realidad. Se trata simplemente de gastar tus ingresos futuros en comprar algo hoy. Así, es razonable concluir que el único motivo para pedir prestado contra tus ingresos futuros es utilizarlo para comprar algo que vaya a potenciar esos ingresos futuros. Esto es, invertir.
Por ejemplo, supongamos que utilizas tu tarjeta de crédito para comprar unos zapatos nuevos en Asos. Estás pidiendo prestado ingresos de tu yo del futuro para comprar esos zapatos hoy. No tienes dinero para comprar esos zapatos hoy, así que lo apuntas en la cuenta de tu yo del futuro y te vas tan tranquil@. Al fin y al cabo, será solo un problema para tu yo del futuro, ¿verdad?
El problema no es en sí mismo el hecho de que compraste con crédito. El problema es que lo que compraste con crédito no incrementa tus ingresos futuros, que es lo que estas utilizando para pagar esos zapatos. Si por el contrario, utilizases crédito para comprar algo que produzca ingresos en el futuro, tendrías dinero para pagar la deuda más los intereses. La clave es comprar activos que produzcan suficiente ingreso adicional (o incremento de su valor) para devolver la deuda, y aún así tener un remanente que puedas utilizar para lo que te dé la gana. Preferiblemente para reinvertir, y así beneficiarte de la fuerza exponencial del interés compuesto.
Ejemplos de deuda buena
Por ejemplo, supongamos que utilizas crédito para comprar una propiedad para poner en alquiler. Si lo has hecho bien, dicha propiedad te producirá unos ingresos adicionales mensualmente. Por lo tanto, has incrementado tus ingresos futuros al comprar dicha propiedad, a pesar de que no tenías la cantidad total en cash para comprarla. Esa es la diferencia fundamental entre deuda “buena” y “mala”.
Aquí hay unos ejemplos de lo que podría considerarse como deuda buena, siempre que se utilice responsablemente:
Hipotecas para propiedades que pondrás en alquiler. Veremos un ejemplo práctico de este caso en el apartado siguiente.
Préstamos para tu negocio. Una vez más, como cualquier tipo de deuda, podemos entrar fácilmente en el abuso. Pero si el negocio es exitoso, obviamente utilizar deuda es una manera rápida de potenciarlo.
Tarjetas de crédito, pero solo si la pagas íntegramente cada mes a tiempo. Utilizada de esta manera, te permitirá acumular recompensas y descuentos, a la par que mejorará tu historial crediticio.
Beneficios de la deuda buena
Algunos de los beneficios de utilizar deuda sabiamente incluyen construir una buena calidad crediticia, obtener recompensas como descuentos en aerolíneas y cashback, y ventajas fiscales (en interés hipotecario por ejemplo). Pero el beneficio más poderoso del crédito es el concepto de apalancamiento. El crédito funciona como una “palanca” para incrementar el rendimiento de tu inversión por encima de lo que obtendrías solamente con cash.
Por ejemplo, supongamos que compras una propiedad para alquilar por €100.000, pagando el 20% en concepto de entrada, unos €20.000. Esta propiedad en particular puede alquilarse por €600 cada mes. El coste total mensual incluyendo hipoteca, mantenimiento, impuestos y seguros son €400. Tendrías un ingreso neto de €200 cada mes, lo que representa un rendimiento anual del 12% sobre tu capital inicial (€20.000).
Ahora, vamos a comparar este resultado con lo que hubiese ocurrido si, en lugar de pedir prestado el 80% del coste de la propiedad, la hubieses pagado íntegramente en cash. En este caso no tendrías que pagar hipoteca, por lo cual podrías obtener un ingreso neto en concepto de rentas mensuales mucho mayor. Supongamos que ahora obtienes un ingreso neto de €500 al mes. Estás haciendo más dinero, ¿verdad?
Aunque estás haciendo más euros, estás obteniendo un porcentaje de rentabilidad inferior sobre tu inversión inicial. El rendimiento de tu inversión ha disminuido, porque la hipoteca actuaba como una palanca para incrementarlo. En este caso, el rendimiento sin apalancar sería un 6% (€500 por 12 meses, partido por tu capital inicial de €100.000).
El apalancamiento aumenta el rendimiento, pero tambien el riesgo
Antes de terminar pintándote un cuadro color de rosas sobre endeudarse, déjame que te enseñe la otra cara de la moneda. En el ejemplo anterior, te he enseñado cómo el rendimiento de una propiedad en alquiler puede duplicarse gracias al apalancamiento. Aunque esto sea cierto, y un concepto financiero reconocido, deberíamos puntualizar que el apalancamiento funciona tanto hacia arriba como hacia abajo.
La reciente crisis financiera es un ejemplo clásico. Muchos bancos estaban altamente apalancados con instrumentos financieros complejos basados en préstamos hipotecarios. Y cuando la economía se dio la vuelta, acabaron en bancarrota o teniendo que ser rescatados. Esto funciona exactamente de la misma manera a nivel personal.
Resumen
Hemos visto que, contrariamente al sentir general respecto a endeudarse, podemos incrementar nuestros ingresos futuros utilizando deuda buena responsablemente. Como norma general, no deberíamos comprar con crédito lo que no podemos permitirnos solamente con cash. Con la única excepción de inversiones que vayan a potenciar nuestros ingresos futuros.
La deuda puede ser un instrumento poderoso, tanto para bien o para mal. Si decides utilizar deuda buena, utilízala responsablemente y con precaución. Y, en caso de ser necesario, contrata un especialista que te asesore sobre las opciones disponibles que mejor se adapten a tus necesidades y situación personal.
Esta es la clave para ahorrar dinero, según la ciencia
Un estudio determina que el materialismo y el impulso por gastar están vinculados con una pésima gestión de las finanzas personales.
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Al momento de ahorrar, definitivamente los principales obstáculos son el materialismo y la impulsividad, así lo determina un estudio científico realizado por un grupo de psicólogos de Estados Unidos que descubrió un método que permite mejorar nuestra capacidad financiera.
Contrario a lo anterior, adoptamos mejores prácticas en nuestras finanzas personales cuando tenemos perspectivas más claras sobre el futuro. Así lo concluyó este estudio que fue presentado en Denver (Colorado) ante la Asociación Estadounidense de Psicología este año, de acuerdo con el informe del portal Eurekalert.
El resultado está basado en un estudio hecho a más de 700 personas adultas estadounidenses con al menos grado de educación secundaria. El estudio analiza sus comportamientos de gasto y ahorro (materialismo, impulsividad, educación financiera y capacidad de proyectarse en el futuro).
Los psicólogos descubrieron que el impulso al momento de comprar se relaciona con la práctica de equivocadas decisiones financieras, es decir con gastos mayores y ahorro minimizado. Al mismo tiempo, pensar en el futuro de manera objetiva es más determinante que la misma educación financiera cuando se toman correctas decisiones económicas.
Sarah Newcomb, la doctora en filosofía quien presentó el informe, concluye:
“CUANDO CREAMOS EN NUESTRA MENTE IMÁGENES DETALLADAS SOBRE EL FUTURO, CON OBJETIVOS DEFINIDOS, TOMAREMOS MEJORES DECISIONES FINANCIERAS”
Uno de los descubrimientos que más sorprendió a los autores del estudio fue que las personas con mejor capacidad para ahorrar son aquellas que no recurrían a solicitar préstamos, y que a su vez, eran las menos impulsivas al momento de comprar.
“Engorden juntos”: abogados de divorcios nos dicen cómo mantener una relación estable
Por Diego Urdaneta.
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¿Hay personas que escuchen más quejas y sepan las razones reales por las cuáles parejas se separan, que los abogados de divorcios?
En la era de Tinder, Instagram, Facebook, Twitter y Bumble, nadie tiene el secreto para mantener una relación estable. Nunca había sido tan fácil ligar. Ahora, con sólo ir a la casilla de mensajes directos de cualquier persona que nos parezca sexualmente atractiva, podemos tener una oportunidad.
Soy pésimo para tener compromisos y normalmente saboteo mis relaciones de alguna manera. No sé, es como si hiciera pequeñas cosas cada día para que en algún momento mis relaciones se destruyan.
Pero siempre he sido de los que gustan de buscar expertos para tomar consejos y tratar de dañarlo lo menos posible. ¿Hay personas que escuchen más quejas y sepan las razones reales por las cuáles parejas se separan que los abogados de divorcios? O sea, hasta Ross le pide consejos a su abogado de divorcios en Friends:
Estos abogados diariamente separan uniones que a primera vista deberían de haber sido «eternas». Así que si hay personas que saben qué no hacer en tus relaciones, son ellos. Acá puedes encontrar un mapa para que veas cuánta gente se divorcia en tu país.
Para hacerle un bien al mundo y tratar de encontrar algunos secretos o consejos para que tu relación no se vaya a la mierda (al menos tan rápido), platicamos con abogados de divorcios para saber cómo mantener una relación estable según sus experiencias.
Haz un inventario de tus bienes
Un consejo para que una relación sea duradera es la partición de gananciales. En este régimen los patrimonios del marido y de la mujer se mantienen separados y cada uno de los cónyuges administra, goza y dispone libremente de lo suyo. Es decir, durante la vigencia del matrimonio opera como el régimen de separación de bienes.
Sin embargo, al finalizar la vigencia de este sistema, por alguna de las causales señaladas por la ley, se regulan las utilidades que cada cónyuge obtuvo, compensándose las ganancias obtenidas por uno y otro, de modo que ambos queden igual de afectados o beneficiados. Cabe mencionar que se entiende por gananciales la diferencia de valor neto entre el patrimonio originario y el patrimonio final de cada cónyuge. Por lo tanto, los gananciales son el resultado de la operación aritmética de comparar el valor del patrimonio de cada uno de los cónyuges en dos momentos específicos: al momento que decidiste casarte (patrimonio originario) y al momentos que decidiste divorciarte (patrimonio final).
En palabras simples: el cónyuge que adquirió bienes de mayor valor debe compensar al que obtuvo menos en caso de divorciarse, para que ambos queden iguales. Así que, para que tu relación sea duradera, propón la partición de gananciales y así por lo menos tendrás la satisfacción de saber que si no funciona y disuelven el vínculo matrimonial, si se hunde uno, se hunden los dos, o por el contrario te queda un montón de dinero que no trabajaste. Ganar, ganar.
—Georgia, 24 años.
Pase lo que pase, divide la cuenta
El matrimonio es una unión civil que implica ciertas responsabilidades con la ley y entre quienes lo contraen. La reciprocidad en socorrerse da principalmente lo que se deriva del matrimonio. Para que eso se mantenga (además de la llama sentimental del amor que lo enciende): hágase el favor y divídase con su pareja y futuro cónyuge la cuenta a la mitad. Una costumbre no es más que un comportamiento que se convierte en hábito de acuerdo con sus periódicas repeticiones. Entonces, hacer de dividir la cuenta una costumbre le permitirá a usted en una posible vida conyugal tener mayor control sobre sus finanzas y previsión sobre la de su cónyuge (que a veces suelen querer gastar de más, sin importar el sufrimiento del bolsillo del otro).
La armonía que surge al pagar en conjunto no tiene precedentes, créanme lo que les digo. Ahora, si el caso es que usted tiene buen poder adquisitivo, y su pareja no (además teme que gaste su dinero) préstenme atención. Recuerdo el cumpleaños de una amiga en el que escuché a una abogada divorciada gritar como consejo de vida para la cumpleañera: «¡Capitulaciones!» Respalde su patrimonio y cuídelo de las garras de las parejas malgastadoras.
—Ivanna, 25 años.
Engorden juntos
El matrimonio es una unión que debe ser siempre en igualdad de condiciones. Para bien o para mal. La inmaculada promesa de quererse en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, debería incluir cuando estén flacos y gordos, también.
La técnica de engordar juntos puede mantener una relación duradera, ambos serán menos atractivos para otras personas, lo que evitará que caigan en la razón número uno de los divorcios: infidelidad. Y, a su vez, sentirán la dicha de haber construido algo juntos, aunque la base sea el colesterol. También hay parejas que se proponen metas para incursionar en el mundo del fitness y deciden ir juntos al gimnasio o seguir un plan de dieta para perder todos los kilos que engordaron desde el matrimonio, esto no es recomendable. Rebajar es más difícil que engordar y la deprivación de comida puede derivar en conflictos, frustraciones e irritabilidad, más o menos los mismos síntomas que cuando estás desintoxicándote de una droga fuerte. Esto, en mi experiencia, puede llevarte a solicitar mis servicios para tu divorcio. Para mantener una relación duradera: engorden en comunión con dignidad.
—Verónica, 28 años.
No hagas capitulaciones
Antes de casarte no hagas capitulaciones, lo tuyo es de ella y lo de la otra persona es de su propiedad. Mi consejo se basa en la simple premisa de mantener contenta a tu pareja desde el punto de vista económico ya que aun teniendo problemas como pareja, es más difícil que se quiera divorciar de ti, por cosas como no mantener la mancomunidad.
—Carlos, 26 años.
Separación total de bienes
En la primera clase de Derecho Civil, como preámbulo para el tema del divorcio, mi profesora dijo una frase que nunca olvidaré: «Si quieres conocer verdaderamente a alguien, divórciate de él».
El divorcio es la disolución de un vínculo amoroso que conlleva a su vez a la repartición de bienes conyugales. O mejor dicho: agarra tus cosas y yo agarro las mías. Suena fácil, pero al introducir la solicitud de divorcio se abre una ventana de guerra, una verdadera guerra económica. La sociedad conyugal de bienes es el régimen de aplicación tradicional en las legislaciones del mundo occidental, se forma entre los cónyuges por el solo hecho de casarse. Es decir, si los que están contrayendo nupcias no pactan un régimen distinto al momento de la celebración del matrimonio (separación total de bienes o participación en los gananciales), se entiende que se adquiere por el solo hecho de concretarse el matrimonio.
En términos prácticos, la sociedad conyugal consiste en la fusión de los patrimonios de marido y mujer en uno solo, común para ambos (lo tuyo es mío y lo mío es tuyo). Sin embargo, en muchos casos la ley señala que este patrimonio aunque es común, será administrado por el marido (otra vez nos jodió el patriarcado). Así que, si esta idea te molesta y partiendo de la premisa que nunca terminamos de conocer a las personas, te sugiero la figura de la separación total de bienes previo a contraer matrimonio y así no tendrás que repartir todo por la mitad si le amor se termina.
—Georgia, 24 años.
Conoce tu nivel de locura
Una de las primeras cosas al buscar una relación duradera, es saber de qué manera eres estable o si definitivamente tú no tienes remedio y debes buscar a alguien con un nivel alto de tolerancia a tu personalidad. Cada quien es estable a su manera, y como blanco y negro, estable e inestable a su manera. Incluso hay personas que se consideran estables por que toleran el mismo tipo de locuras. Así como hay personas que pueden parecer inestables pero en realidad son compatibles porque toleran el mismo tipo de sin sentidos, por muy raro que parezca.
Por eso como abogado, mi consejo es hacer tu due diligence mental-personal, o en español, pensar en qué cosas te convierten en un volcán hormonal y cuáles te agradan o te dan igual. Para esto es útil hacer una gráfica Hot-Crazy Line, es un gráfico muy sencillo que podrán ver en Youtube, el cual básicamente te explica los niveles aceptables de locura en base a lo increíblemente buena (o no) que este tu opción y su nivel de locura.
Esto no es muy difícil, ejemplos básicos: si no te gusta compartir tu comida no te busques a quien come de tu plato. Si te gusta gente con iniciativa, no escojas alguien que siempre te deje escoger dónde comer. Si te gusta comer como te dé la gana, no te busques a alguien amante del fitness que te juzgue mientras masticas. La comida es un ejemplo fácil pero hay un millón de cosas más.
En conclusión, piensa las cosas que te molestan antes de que te toque aguantarlas y terminen causando que las que te gustan se te olviden.
Por Liz Moyer, Jason Zweig, Ryan Wallerson, Liam Pleven, Leslie Scism, Kirsten Grind y David Benoit.
Los buenos consejos pueden transformar carreras y cambiar la vida de las personas en algo mejor. The Wall Street Journal solicitó a un grupo de personajes que invierten, gestionan, estudian y escriben acerca del dinero que compartieran el mejor consejo financiero que recibieron o dieron en su vida. Entre los entrevistados figuran inversionistas que han ganado miles de millones de dólares para ellos y sus clientes, fundadores y gestores de firmas de valores y premios Nobel que han ayudado a dilucidar las fuerzas que mueven los mercados.
Robert Shiller, premio Nobel de Economía en 2013 y profesor de la Universidad de Yale.
El mejor consejo que recibí provino del asesor de mi tesis de doctorado en el MIT, Franco Modigliani, quien me dijo que comprara cuando el mercado se disponía a tocar fondo a inicios de los 80.
Invertí casi el 100% de mi portafolio en acciones baratas, aunque la mayoría pensaba en ese momento que había que diversificar. Leí con suma atención su trabajo en conjunto con [Richard] Cohn de 1979, ‘Inflación, Valuación Racional y el Mercado», que argumentaba que las acciones estaban 50% subvaluadas.
Esta sugerencia de inversión produjo otro milagro para mí porque fue la inspiración de un artículo que escribí en 1981 y que fue muy mencionado a la hora de justificar mi premio Nobel. De modo que el consejo de Franco no sólo me dio retornos fenomenales, sino que también me ayudó a obtener el Nobel.
John C. Bogle, fundador de Vanguard Group
La mejor forma de invertir en acciones es a través de un fondo indexado.
Bill Gross, codirector de inversión de Pimco
El reloj interno de un inversionista es crucial para saber cuándo entrar y cuándo salir de los mercados. Si el gallo canta normalmente a las 6 de la mañana, habrá algunos inversionistas que se despiertan pasada la medianoche, demasiado temprano para saber si un mercado están en un máximo o un mínimo. Y para los que se despiertan a las 10 u 11 de la mañana, como un estudiante universitario, es demasiado tarde. Hay que aprender a reconocer cuando suena el reloj interno y trabajar para que lo haga a las 6 de la mañana.
Scott Adams, creador de Dilbert
El mejor consejo financiero que recibí en mi vida fue que le pusiera un precio alto a mi trabajo y ver qué pasa. Los seres humanos no somos muy buenos a la hora de reconocer nuestro valor de mercado. Cuando empecé a dar charlas en distintos eventos no tenía idea cuánto cobrar. Un mentor me dijo que pusiera un precio absurdamente alto. El cliente lo aceptó sin vacilar y me ofreció costear todos los gastos del viaje.
William Sharpe, premio Nobel de Economía en 1990 y profesor emeritus de finanzas en la Universidad de Stanford
Este fue el mejor consejo que recibí, de Armen Alchian, mi mentor en la Universidad de California en Los Ángeles: A la hora de pensar en los mercados hay que asumir que los precios se fijan por las interacciones entre compradores y vendedores y que cada uno trata de maximizar su bienestar. El mejor consejo que ofrecí: en los mercados de valores no hay que esperar que te regalen nada, hay que diversificarse ampliamente y mantener los costos bajos.
Sallie Krawcheck, dueña de 85 Broads, una empresa de redes de contactos para mujeres, y ex alta ejecutiva de Bank of America y Citigroup
No hay que comprar un producto financiero que no se entienda ni comprarlo de una persona que no pueda explicarlo de un modo que se pueda entender. Piense en el estafador Bernard Madoff. Muchas personas no entendían como obtenía los retornos que ofrecía, pero no los ponían en duda porque eran muy buenos.
Maurice ‘Hank’ Greenberg, presidente de la junta de Starr Insurance Holdings y ex presidente de la junta de American International Group
Un consejo que sirve en una era no es uno que se pueda usar para siempre. Sin embargo, daría este consejo: hay que invertir en lo que uno está haciendo, mostrar confianza en lo que se está haciendo. Pero no hay que perder de vista que hay asuntos más amplios que deben ser abordados hoy… temas regulatorios y de política.
John Rogers, presidente del fondo de inversión Ariel Capital Management
Mi entrenador de basquetbol en la Universidad de Princeton, Pete Carril, decía que primero que nada tenía que pensar en los compañeros de equipo. No hay excusa para actuar de forma egoísta y colocarse por encima de sus colegas. Eso ha sido fundamental en mi trayectoria en los negocios: velar por los intereses del equipo y de nuestros clientes, en lugar de los míos.
Carl Icahn, inversionista activista
Cuando los amigos y familiares te dicen que eres un genio, antes de aceptar su opinión, piense por un momento en lo que pensaba valían sus opiniones en el pasado.
Mark Cuban: dueño del equipo de basquetbol Dallas Mavericks
Lo primero es pagar las deudas. Estar libre de deudas vale más que cualquier cantidad que se pueda ganar.
Charles Schwab, presidente de la junta directiva Charles Schwab Corp.
Un amigo me dijo, Chuck, te va mejor como dueño. Atrévete y funda tu propia empresa.
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La posesión del dinero y las características, vienen como consecuencia de hacer cosas de un CIERTO MODO; los que hacen cosas de este CIERTO MODO, ya sea con intención o por casualidad, se enriquecen; mientras que aquellos que no hacen las cosas de ese CIERTO MODO, sin importar con qué fuerza trabajen o cómo sean de capaces, permanecerán pobres.
Es una ley natural que ciertas causas producen determinados efectos; y, por lo tanto, cualquier hombre o mujer que aprende a hacer las cosas de este CIERTO MODO, infaliblemente se enriquecerá.«
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Entrevista a Elaine King: «Hoy la gente habla más de sexo que de la necesidad de ahorrar»
Por Juan Carlos Cuadros Guedes.
Elaine King: «Hoy la gente habla más de sexo que de la necesidad de ahorrar». Experta en finanzas personales sugiere que se debe inculcar a niños habilidades y hábitos y financieros para que enfrenten el futuro
“Si bien las habilidades financieras se aprenden, los valores y las actitudes frente al dinero forman parte de un legado familiar o son innatos e instintivos, o quizá son una mezcla de ambos. Lo importante es cómo alcanzar el éxito y ser feliz”, afirma Elaine King, experta en planificación financiera y reconocida administradora de fortunas en los Estados Unidos.
Planificar la economía en casa no es una tarea difícil; solo requiere deseo, conocimiento y determinación. Elaine King es joven y emprendedora, y llegará en los próximos días a Lima con la intención de inspirar en las familias peruanas mejores hábitos de ahorro que les permitan organizar y administrar mejor su dinero.
¿Por qué planificar nuestros gastos?
El tiempo pasa y jamás hacemos un alto para pensar en el futuro. Y así como el tiempo pasa, nuestro dinero igual.
Si no planificamos nuestros gastos a diario, al final nos preguntaremos qué pasó con el dinero, adónde fue a parar y será imposible volver en el tiempo para recuperarlo.
Los consumidores buscan una satisfacción inmediata. Por eso gastan…
Y a veces más de la cuenta. Ese es el mayor problema. No saber aguantar la respiración para pensar y decidir una compra. ¿Puedo vivir sin esa laptop? ¿Puedo dejar de comprar eso nuevo? Un estudio hecho en Estados Unidos reveló que la gente deja de lado un seguro de vida para comprar ropa o un televisor plasma. No piensan en los hijos y menos en ellos mismos.
No cultivan hábitos financieros.
Es lamentable. Hoy la gente habla más de sexo que de la necesidad de ahorrar. Los hábitos financieros deben inculcarse a los niños en casa y desde muy pequeños. Como el hábito de lavarse los dientes. Mi mamá siempre me decía: “Al despertarte debes lavarte los dientes”. Y es una práctica que hoy realizo voluntariamente. Lo mismo debe ser con el ahorro y la necesidad de planificar.
La gente necesita desarrollar una filosofía de vida y no solo pensar en un orden cuando hay dificultades.
La planificación financiera es un proceso integral a largo plazo que involucra la administración juiciosa del dinero. Como cualquier empresa debemos sentarnos una vez al año y elaborar una estrategia a seis y doce meses: cómo vamos a alcanzar nuestros objetivos, cómo vamos a llegar a ellos. Ese es el secreto, las finanzas personales deben llevarse de la misma forma: ¿cómo voy a pagar la educación de los hijos?, ¿cómo voy a ahorrar y en cuánto tiempo? ¿Necesito un seguro? ¿Tengo para pagar la deudas?
¿Qué opina de aquellos que se hacen de dos o tres tarjetas de crédito y luego no saben cómo hacer para pagarlas?
Las tarjetas de crédito son un instrumento para pagar en caja cuando uno no carga efectivo y tiene esa plata depositada en el banco. No es ni debe ser un instrumento para comprar lo que no se puede pagar. Es un peligro pensar así. Es vivir artificialmente. Si gastas con tu tarjeta de crédito y pagas solo el mínimo, te demorarás años en pagar tus deudas. Te vuelves esclavo de la tarjeta. Y es una tontería, pues si compras un iPod ahora y lo pagas con tarjeta, cuando termines de cancelar las cuotas habrá un equipo nuevo y no podrás tenerlo.
¿Cuántas tarjetas es recomendable tener?, ¿dos, tres?
Solo dos, nada más. Una de débito para pagar los gastos inmediatos y una de crédito para ciertas ocasiones muy especiales que puedan atenderse a tiempo. Lucir varias en una billetera es aparentar y hacerse de problemas.
¿Y cómo debe ser la planificación en casa? ¿Los dos deben aportar lo mismo? ¿Un fondo común?
Es difícil, pero no imposible. Un buen comportamiento se logra con hábitos. El problema se presenta cuando en la pareja uno es gastador y el otro ahorra. Dicen que los opuestos se atraen no solo en lo físico sino también en personalidades financieras. Yo recomiendo a las parejas sentarse y hacer un presupuesto: los gastos de luz, agua, cable, los niños, etc. Y aportar cada uno en proporción del sueldo. Si uno gana más que el otro, debe ser proporcional. Pero eso sí, lo que le sobre a cada uno, el manejo debe ser individual. Si uno lo quiere gastar, que lo haga. Si lo quiere ahorrar, es su decisión. Lo mejor es conversar.
¿Debemos invertir en seguros? Hablo de seguros de vida, de salud, contra todo riesgo.
Siempre que pensemos en los demás, sí. A veces no pensamos en que algo nos puede pasar y dejamos pasar buenas oportunidades de contratar un seguro. Lo mejor es ahorrar para contratar uno. Los chinos lo han logrado con disciplina. Pueden tener necesidades, pero todos ahorran para atender sus enfermedades en el futuro.
¿Nació en el Perú?
Sí. Eso me ayudó a ser como soy. A ver la vida de otra manera: con mucha responsabilidad en el gasto.
Cómo nos equivocamos según nuestra edad al tomar decisiones financieras
Nuestros errores financieros más costosos varían según la edad, incluidas decisiones sobre los ahorros para la jubilación. Consejos para corregir los errores.