Jugando a ser Dioses
febrero 18, 2021
La creciente amenaza de la Agenda Globalista
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El engaño de la Agenda Globalista
La amenaza de la Censura Globalista
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¿Dónde está la Justicia en Argentina?
junio 12, 2020
Feria judicial: retardo de Justicia y silencio cómplice
Por Julio E. Lalanne.
El derecho humano básico y fundamental de todo ciudadano de acceder a la Justicia para obtener la protección de sus derechos está suspendido en la Argentina desde el 13 de marzo de 2020. Ese día la Corte Suprema decretó una feria judicial extraordinaria que puso al enorme aparato judicial argentino en pausa. Desde entonces, más allá del empeño personal de algunos magistrados que intentan continuar con sus tareas, la Justicia sólo atiende urgencias y la gran mayoría de los juicios están frenados.
El Poder Judicial ejerce una función crucial del Estado, que es dirimir pacíficamente los conflictos entre particulares. Es un servicio por lo menos tan esencial como el periodismo, la seguridad, los bancos o los supermercados. Sin embargo, curiosamente, todos estos servicios se siguen prestando durante la cuarentena y el de Justicia no.
Se puede vender, hornear y repartir empanadas, pero no se pueden hacer valer derechos en los tribunales. Parece absurdo que estén funcionando plenamente talleres mecánicos, ferreterías y otros comercios mientras que el Poder Judicial apenas se activa en formato de emergencia. Cabe preguntarse: ¿cómo se resuelven los conflictos cuando falta el órgano independiente e imparcial especialmente destinado a impartir justicia? La respuesta es simple: en favor del más fuerte, que es quien está en mejores condiciones para hacer prevalecer su interés. Cualquier similitud con la vuelta a las cavernas no es mera coincidencia.
La otra pregunta a responder es la siguiente: ¿a quien beneficia la paralización de los cientos de miles de expedientes judiciales hoy congelados en la Argentina? La respuesta también es sencilla: a la parte demandada en esos juicios que, la mayor parte de las veces, es quien ha incumplido sus obligaciones, violado derechos, trangredido la ley.
La feria judicial extraordinaria es un premio para los incumplidores, los pícaros y los deshonestos. Y, al mismo tiempo, un castigo injusto para sus víctimas, que contemplan azoradas cómo se licúan sus créditos al compás de la descomunal emisión de dinero, quizás indispensable, pero indudablemente perjudicial para quienes esperan, a veces desde hace años -piénsese en los cientos de miles de jubilados, por ejemplo- el cobro de sus legítimas acreencias.
La Corte y el gremio de los judiciales justifican la feria por la situación sanitaria, que obviamente debe ser atendida. Sin embargo, es perfectamente posible reactivar el Poder Judicial a través de mecanismos que impiden el contagio del virus, aplicando soluciones probadas como el teletrabajo, la presentación de escritos en forma electrónica y la producción de prueba por medios informáticos, entre otras herramientas disponibles.
Después de todo, para escribir una sentencia, un auto de apertura a prueba o cualquier otra resolución judicial, no hace falta ni siquiera concurrir a los tribunales. Basta sentarse ante una computadora, tal como lo hacen a diario millones de argentinos en cumplimiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio dictado el 19 de marzo.
La Constitución Nacional dice que uno de sus fines es “afianzar la justicia”. Dice, además, en el art. 18, que “es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos” y reconoce el derecho a “peticionar a las autoridades”. La Corte Suprema, que debería ser garante y custodio de estos derechos fundamentales, los ha puesto en cuarentena desde hace más de dos meses. Por otra parte, ¿Qué hace el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, representante institucional de los abogados, frente a este escandaloso retardo de justicia? Se mantiene en silencio. Es hora, de que los que teníamos la ingenuidad de esperar sus palabras hagamos escuchar nuestras voces en forma clara: ¡es imperioso reabrir la justicia! .
—Julio E. Lalanne es abogado y profesor universitario (UCA).
Fuente: Clarín, 10/06/20.
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Pandemias y Ciencia-Ficción
mayo 2, 2020
Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción
Ray Bradbury, Isaac Asimov, J. G. Ballard, Ursula K. Le Guin, Philip K. Dick y Stanislaw Lem imaginaron un futuro de pandemias, distancia social y redefinición del ser humano. Seis expertos analizan sus predicciones
¿Qué escritor de ciencia-ficción adivinó mejor el futuro? Seis especialistas explican los pronósticos realizados por seis grandes maestros. Sus respectivas obras demuestran que la literatura se adelantó a fenómenos como la pandemia mundial, la distancia social, la preocupación ecológica, el sexo no binario, la robotización, la inteligencia artificial, la civilización de la pantalla, la realidad aumentada, la aspiración a la inmortalidad, los viajes espaciales, el control del Estado o la disidencia política en el siglo XXI. Como era de esperar, casi ninguno se consideraba a sí mismo autor de género, pero de su imaginación salieron futuros que se parecen mucho a nuestro presente.
Ursula K. Le Guin
Abriéndonos la puerta del universo
Por Rosa Montero
Cuando hablamos de escritores de ciencia-ficción que adivinaron el futuro, solemos estar refiriéndonos a individuos que intuyeron adelantos técnicos e innovaciones científicas. Ursula K. Le Guin no forma parte de ese colectivo; ella nunca fue muy tecnológica en su obra, sino monumental y mítica. Es uno de esos pocos autores capaces de atrapar en sus libros tanto las más pequeñas sutilezas del individuo como los más vastos anhelos de la humanidad. Y desde esa mirada de águila sí que ha sido capaz de anticipar grandes movimientos sociales e incluso viajes que apenas estamos comenzando.
Por ejemplo, su novela El nombre del mundo es Bosque, publicada en 1972, ofrece una profunda reflexión ecologista, un tema que por entonces no le parecía importante a casi nadie, así que podemos decir que Le Guin formó parte de la avanzadilla contra la crisis climática (por cierto que la película Avatar se inspiró en este libro, eso sí, sin decirlo). Del mismo modo, La mano izquierda de la oscuridad (1969), que habla de un mundo en donde los humanos son hermafroditas, neutros durante tres semanas y en la cuarta machos o hembras dependiendo de la pareja que tengan en ese momento, predice la manera en que los géneros están siendo dinamitados actualmente. Me refiero a la sexualidad líquida y mudable de los pansexuales, demisexuales o queer; de los trans y los bi; de los andróginos y los no binarios, todo este glorioso y resbaladizo lío, en fin.
Por último, la serie narrativa más ambiciosa de Le Guin son las novelas del Ekumen, una federación de mundos habitados por humanos que salieron de la Tierra hace milenios y que han ido conformando civilizaciones muy distintas. Y justamente ahora nos encontramos en el inicio de ese salto colosal hacia otros planetas. Hay un frenesí exploratorio en búsqueda de exoplanetas habitables y existen diversos proyectos para colonizar Marte, el más llamativo el de Elon Musk, que pretende transportar hasta el planeta rojo a un millón de colonos para 2050. Es decir (qué vértigo), estamos en el comienzo del Ekumen. Le Guin nos abrió la puerta del universo.
UN LIBRO. Los desposeídos, por ser la mejor novela del Ekumen, que nos enseña que los humanos tendremos que colonizar otros planetas.
Isaac Asimov
Los marcianos éramos nosotros
Por Javier Sampedro
Isaac Asimov (1920-1992) es conocido sobre todo por dos colecciones de novelas, una sobre robots y otra, llamada Fundación, acerca de una civilización galáctica. Ahora que la robótica ha despegado con fuerza impulsada por los avances en inteligencia artificial, las predicciones de Asimov se están empezando a discutir no ya en los foros coloridos de los aficionados al género, sino incluso bajo la luz tenue de los laboratorios de investigación. Los científicos y los ingenieros discuten, por ejemplo, si sus “tres leyes de la robótica” (un robot no dañará a un humano; obedecerá a un humano siempre que esto no contradiga la primera ley, y se protegerá a sí mismo siempre que esto no contradiga las dos primeras leyes) pueden ser de aplicación como una especie de código moral para máquinas autónomas. El futuro lo dirá.
Cuando sus editores le estimularon a escribir una ópera galáctica, pensando en un conflicto entre la especie humana y los seres alienígenas más extraños que el autor pudiera imaginar, Asimov razonó que la humanidad no tenía la menor oportunidad de salir victoriosa. Nuestra civilización tecnológica es apenas una recién nacida y lo más probable es que se quede muy corta respecto a cualquier otra civilización tecnológica de la galaxia. Así que el autor renunció por completo a cualquier guerra de los mundos e imaginó más bien un futuro en el que los humanos nos hemos propagado por toda la galaxia.
En la serie Fundación, los marcianos somos nosotros. Esa serie, que empezó siendo una trilogía y acabó creciendo tanto que no es fácil decir exactamente cuántos libros comprende, es también una predicción sobre las predicciones. Prevé el desarrollo de una nueva ciencia llamada “psicohistoria” capaz de augurar las grandes corrientes históricas del futuro. Una metapredicción. En un relato sin relación con las series anteriores, la humanidad está a punto de perecer junto al propio universo que la alberga, por la simple degeneración termodinámica que pondrá fin a todo. Los científicos le preguntan al mejor supercomputador del momento: ¿cómo se puede revertir la entropía del cosmos? El ordenador trabaja durante miles de millones de años y al final, con la humanidad ya extinta y olvidada, responde: “Hágase la luz”.
UN LIBRO. Anochecer, por inventar un mundo con siete soles donde nadie ve las estrellas, lo que impide despegar a la ciencia.
Philip K. Dick
Deshumanización tecnológica
Por Laura Fernández
Philip K. Dick inventó el deshumanizado mundo de pequeñas y engañosas píldoras en el que vivimos. No, no se trata de píldoras reales, sino de píldoras de realidad. No es solo que escribiese sobre el exceso de información, descontextualizado, atomizado y ametrallador con el que convivimos, sino que lo utilizó para profundizar en su efecto sobre la psique implosiva del que la recibía. Sí, el mundo como un espejo roto en millones de pedazos en los que el individuo se refleja de una forma confusa y distinta y, por lo tanto, enloquecedora.
Tendía Dick a la paranoia —estaba convencido, desde niño, de que todo el mundo quería matarle— y eso le hizo desconfiar de todo y de todos. En especial, de cualquier ente autoritario existente, es decir, los Estados, pero también las empresas todopoderosas —hay al menos una de ellas en cada una de sus novelas— y, cómo no, de la cambiante historia. Esto es, el pasado como algo con lo que se juega en virtud de los intereses de quien puede jugar con él (por ejemplo, hacer creer al protagonista que sigue viviendo en la década de los cincuenta para utilizarlo como arma en la guerra que se libra en el futuro en el que vive sin saberlo).
Es decir, por un lado la confusión, que nunca es colectiva sino individual, y por otro, cientos de pequeñas cosas, como el aspecto cada vez más lúdico de la sociedad (pensemos en la guerra con una sociedad extraterrestre convertida en partidas de una especie de Monopoly en Los jugadores de Titán), la dependencia de las nuevas tecnologías (en Dick hasta los coches cuidan de nosotros y nos dan conversación de vuelta a casa porque no hay nadie más ahí, estamos rodeados de gente pero seguimos inquietantemente solos) y la precariedad (en The Crack in Space se ofrece dormir a aquellos que no van a poder pagarse una vida en el presente), que culminan con la dolorosa y desesperante deshumanización que explica hasta el cada vez más pujante negocio de las mascotas en nuestros días (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? anticipa la imperiosa necesidad del ser humano de volver a sentirse humano cuidando de algo vivo e inocente). No, Dick no era partidario de las catástrofes inexplicables, sino de todo aquello que hacía mal (y por maldad) el ser humano.
UN LIBRO. Ubik, por convertir la realidad en un espejismo que nos conduce hacia un pasado que no existió como lo imaginamos.
J. G. Ballard
La enfermedad del futuro (y viceversa)
Por Jordi Costa
Como si ya hubiera estado allí, J. G. Ballard escribió sobre el futuro con el desapasionamiento notarial de un forense que estuviese realizando la meticulosa autopsia de un nuevo milenio que ya había nacido cadáver. El llamado oráculo de Shepperton (1930-2009) podría haber declarado ayer mismo que “la enfermedad nos ha proporcionado una suerte de apuntalamiento a todos los procesos de alienación que han tenido lugar en nuestra cultura en los últimos 10 años”. En realidad, lo dijo en los ochenta, en el contexto de esa crisis del sida que infectaría uno de sus relatos, El amor en un clima más frío, miniatura distópica que imaginaba una sociedad donde el sexo sería práctica obligatoria legislada por los Gobiernos y gestionada por las Iglesias.
Con las herencias del surrealismo y el psicoanálisis definiendo una mirada única, capaz de detectar las lógicas perversas que subyacen bajo el tejido de lo cotidiano, la literatura de Ballard marcó un radical punto de inflexión en la ciencia-ficción de los sesenta al desplazar el foco del espacio exterior —el territorio de la space-opera— al espacio interior — esa subjetividad pulsional, bombardeada y al mismo tiempo activada por desastres apocalípticos, mutaciones del paisaje mediático o inquietantes derivaciones de la ingeniería social—. Su obra siguió un trazado riguroso desde el desbordamiento imaginativo —esas heterodoxas novelas de catástrofes (El mundo sumergido, La sequía, El mundo de cristal), cuyos personajes no se regían por el instinto de supervivencia, sino por la pulsión de muerte— hasta el aséptico hiperrealismo de sus últimos trabajos —de Furia feroz a Bienvenidos a Metrocenter—, que certificaron que ya llevábamos largo tiempo habitando un presente distópico. Entre uno y otro extremo, las obras que permitirían entender el poso autobiográfico del conjunto —El imperio del sol, La bondad de las mujeres— y, sobre todo, la ruptura abierta por las revolucionarias La exhibición de atrocidades y Crash, las piezas más violentamente transgresoras de su carrera, ambientadas en un universo, regido por la fusión de lo sadeano y lo tecnológico, que funcionaba como espejo, cromado y deformante, de una sociedad iluminada por el sol negro de la muerte del afecto.
UN LIBRO. Rascacielos, por abismarse en la barbarie potencial que yace bajo los frágiles cimientos de la sociedad del bienestar
Ray Bradbury
Nos vemos en Marte en 2026
Por Jacinto Antón
Tener que defender a Ray Bradbury (1920-2012) en una competición sobre quién adivinó mejor el futuro puede parecer una faena. Porque Bradbury no es ni se consideró él nunca un escritor de ciencia-ficción. Al menos no de ciencia-ficción al uso. Su terreno creativo fue la fantasía, una fantasía llena de metáforas, teñida de un profundo lirismo con conmovedoras notas melancólicas, feéricas y con una propensión también, en muchas de sus creaciones, a lo tenebroso y hasta lo macabro. De hecho, obras como los estremecedores relatos de El país de octubre —con esas cúspides del escalofrío que son ‘La guadaña’, ‘La multitud’, ‘El viento’ o ‘El pequeño asesino’— lo convierten en un maestro del terror, con influencia en el género reconocida por el propio Stephen King. Dos de sus grandes novelas, las bellísimas y nostálgicas El vino del estío y La feria de las tinieblas, tampoco tienen que ver con la ciencia-ficción, sino con las experiencias y sueños de su infancia en su pueblo natal de Illinois, esa Arcadia rebautizada como Green Town.
Los dos libros más de ciencia-ficción, Crónicas marcianas y sobre todo Fahrenheit 451, tampoco es que se ciñan al canon estricto del género, aunque en la una narre la conquista de Marte por los terrícolas y la otra sea una distopía en la que una unidad de bomberos especializados se dedica a quemar libros. Ciertamente en la primera hay cohetes y marcianos, y en la segunda se podría considerar que se anticipan (es de 1951) algunos artefactos como la televisión plana y los airpods (“caracolitos”, “radios de dedal” que se meten en las orejas y te sumergen en “un océano electrónico de sonido”). Pero siempre está todo subordinado a una dimensión poética y maravillosa: la aventura del bombero Montag es por encima de todo un canto de amor a la lectura (las bibliotecas eran el paraíso de Bradbury) y las crónicas otro, una elegía al planeta rojo de las revistas pulp, Edgar Rice Burroughs y H. G. Welles.
¿Quiere decir todo esto que Bradbury no puede ganar la competición? En absoluto: él nos ha animado como nadie a pensar lo impensable, ha predicho que viajar al espacio nos hará inmortales y ha anticipado que un día de 2026 en Marte nos reconoceremos como los verdaderos marcianos.
UN LIBRO. Crónicas marcianas, por vaticinar que ir a otro planeta no nos librará de nuestros miedos ni de nuestros pecados.
Stanisław Lem
Un mundo de exclusiones
Por Patricio Pron
No hay mucha ciencia en la obra de Stanisław Lem, pero sí muy buena ficción, así como la ruptura conceptual y el “extrañamiento cognitivo” que son los rasgos más salientes del género. Lem (1921-2006) reprochaba a una ciencia-ficción en cuyo marco prefería no ser leído su fijación con la tecnología y su incapacidad de anticipar el futuro: en particular, de admitir que nada cambia nunca porque la naturaleza humana condiciona las respuestas individuales y colectivas a toda situación de peligro y estas tienden a parecerse.
Es lo que sucede en Solaris (1972), quizás su obra más conocida. Cuando Kris Kelvin llega a la estación de observación en torno a ese planeta descubre que uno de sus tripulantes se ha suicidado y que los otros dos no son los únicos ocupantes del módulo: un día ve caminando por el pasillo a una mujer negra desnuda; otro se encuentra con su esposa. Pero ésta también se ha quitado la vida, años antes.
Naturalmente, el problema aquí es el de cómo saber que lo que creemos observar es real. Lem confronta a sus personajes con sus miedos y sus anhelos más profundos al tiempo que critica el proyecto de comprender el universo mediante métodos supuestamente objetivos. Para alguien que como él escribía bajo un régimen totalitario que se amparaba en un cierto “socialismo científico”, el problema no era menor, por supuesto. Pero tampoco lo es para nosotros. Según el filósofo alemán Markus Gabriel, no existe una gran diferencia entre la negación de la ciencia de los extremismos religiosos y políticos y su transformación reciente en herramienta de control por parte de Gobiernos solo en apariencia menos radicales: ambas son respuestas “moralmente reprochables” a una situación de excepción instrumentalizada para reforzar el control ya sea mediante “pasaportes de inmunidad”, geolocalización, “distancia social” o confinamiento forzoso. Vivimos en un presente “construido con exclusiones, negaciones y diversas suposiciones, cada una más opaca que la anterior”, observa Lem en Máscara (1976), y en realidad no podemos saber, excepto, tal vez, que la “luz al final del túnel” será otra opacidad, quizás incluso más oscura que la anterior.
UN LIBRO. La investigación, porque habla, con molde policiaco, sobre la inutilidad de la prueba en un mundo absurdo y falaz.
Fuente: elpais.com, 22/04/20.
40 novelas sobre pandemias
En la literatura, como en el cine, las pandemias y epidemias han sido siempre una fórmula de éxito. Sin ir más lejos, en el Antiguo Testamento (Libro de Samuel II-24), Dios le da al rey David la elección entre tres castigos: siete años de hambruna, tres meses de guerra o tres días de peste. Boccaccio (1313-1375) también utilizó el drama de la peste negra en sus Cuentos del Decamerón, donde un grupo de diez jóvenes -siete mujeres y tres hombres refugiados en una villa a las afueras de Florencia para huir de la epidemia- narran cien historias durante 10 días. Edgar Allan Poe también utilizó este recurso en su relato La máscara de la muerte roja. Veamos otras novelas cuya trama se basa en las epidemias:
Novelas sobre epidemias y enfermedades contagiosas
La peste, Albert Camus
La peste narra las consecuencias del aislamiento de toda una ciudad, lo cual pone de manifiesto lo mejor y lo peor que cada uno de sus ciudadanos lleva dentro: sus miedos, traiciones, individualismo, pero también la solidaridad, la compasión, el espíritu de colaboración con el prójimo en tareas comunes… Novela apasionante, de gran densidad de pensamiento y de profunda comprensión del ser humano, se ha convertido en uno de los clásicos más indiscutibles de la literatura francesa de todos los tiempos y en uno de los más leídos.
Epidemia, Robin Cook
Ambientada en diversas ciudades de Estados Unidos, esta electrizante novela recrea la peripecia de un grupo de médicos y biólogos que emprenden una desesperada carrera contra el tiempo para evitar la propagación de una epidemia mortal.
Todo empieza cuando Melissa Blumenthal, doctora del Centro para el Control de Enfermedades, organismo gubernamental dedicado a la prevención de epidemias, es enviada a una clínica de Los Ángeles, donde un médico y varios pacientes se hallan en estado crítico a consecuencia de un virus misterioso.
Apocalipsis, Stephen King
Esta narración cuenta cómo un virus gripal, creado artificialmente como posible arma bacteriológica, se extiende por Estados Unidos y provoca la muerte de millones de personas. Los supervivientes tienen sueños comunes, en los que aparece una anciana y un hombre joven. La mujer anciana los incita a viajar a Nebraska para combatir a Randall Flagg, un abominable personaje que encarna las fuerzas del mal y posee un arsenal nuclear.
Pandemia, Wayne Simmons
Dos agentes de policía se abren paso a través de una multitud tan enfurecida como temerosa. Su destino es un bloque de viviendas de Belfast. Han recibido un aviso sobre un nuevo brote de gripe. Cuando alcanzan su objetivo, topan con los ojos inyectados en sangre de una niña lituana de seis años. Presenta todos los síntomas de la pandemia y hay que ponerla en cuarentena. Pero el virus no deja de mutar y otro suceso sacude con violencia a los supervivientes de Belfast: los cadáveres de los infectados se están alzando. Bajo los rayos de un sol implacable, la ciudad es el escenario de una batalla sangrienta e implacable entre los muertos y los vivos. La única esperanza de Belfast reside en la capacidad de los supervivientes de comportarse como lo que se suponen que son: seres humanos.
La peste escarlata, Jack London
La Peste Escarlata (1912) es un clásico memorable sobre la fragilidad de la civilización que inauguró el género de novela catástrofe. Su acción se desarrolla en 2072, sesenta años después de que una implacable epidemia, llamada Muerte Roja, diezmara la raza humana reduciendo a los sobrevivientes a un nuevo primitivismo salvaje y violento. Un viejo maestro sobreviviente de la pandemia intentará desesperadamente recuperar e inculcar los valores perdidos a sus nietos en un largo y difícil camino hacia el conocimiento.
Pandemia, Daniel Kalla
Novela basada en el tristemente famoso virus de la gripe aviar. Perfectamente documentado -el autor es médico de profesión-, el resultado es un thriller altamente realista que nos muestra un escenario no sólo posible, sino terroríficamente probable. Ambientada en China, el doctor Noah Haldane de la Organización Mundial de la Salud y experto en este tipo de enfermedades da la voz de alarma ante la existencia de un posible virus que trasciende las barreras existentes entre humanos y animales, exigiendo mayores y mejores medidas de prevención. Sin embargo, el doctor no sólo tendrá que enfrentarse a las horribles muertes. En el hospital del distrito entran dos personas, supuestamente oficiales gubernamentales, para sacar muestras de sangre de las víctimas. No les ha enviado ningún organismo oficial. Se trata de un desalmado grupo de terroristas que amenaza con hacer uso del virus en algún concurrido lugar del planeta. Pandemia es una apasionante y contemporánea visión de la sociedad actual que engancha desde la primera página y que hace de Kalla uno de los escritores más interesantes del panorama literario actual.
El libro del día del Juicio Final, Connie Willis
A mediados del siglo XXI, la joven estudiante Kirvin Engle se prepara para hacer un viaje en el tiempo. Junto con otros científicos, pretende recabar información de primera mano sobre una de las épocas más oscuras de la historia de la Humanidad: la Edad Media. Aparentemente, todo ha salido bien. Kirvin se encuentra en una nevada campiña inglesa en pleno siglo XVI. Lo que no sabe es que, en 2045, el técnico que marcó las coordenadas de su viaje ha caído fulminado, presa de una extraña plaga que parece asolar la población de ambos tiempos. La historiadora está atrapada en plena época de la Peste Negra, y su venida es interpretada como un acto de Dios; creen que es un ángel protector llegado del Cielo para evitar el Juicio Final.
Diario del año de la peste, Daniel Defoe
Un escalofriante relato novelado en el que se describen con crudeza los horribles acontecimientos que coincidieron con la epidemia de peste que asoló Londres y sus alrededores entre 1664 y 1666. Daniel Defoe, con precisión de cirujano, se convierte en testigo de los comportamientos humanos más heroicos pero también de los más mezquinos: siervos que cuidan abnegadamente de sus amos, padres que abandonan a sus hijos infectados, casas tapiadas con los enfermos dentro, ricos huyendo a sus casas de campo y extendiendo la epidemia allende las murallas de la ciudad. El Diario del año de la peste es una narración dramática y sobrecogedora, con episodios que van de lo emotivo a lo terrorífico, un relato preciso y sin concesiones de una altura literaria que todavía hoy es capaz de conmovernos hasta las lágrimas.
La amenaza Andromeda, Michael Crichton
Cuatro científicos estadounidenses, escogidos por sus logros en microbiología, patología, epidemiología y química electrolítica han sido convocados sin saber por qué y con la máxima urgencia a un laboratorio secreto que el Proyecto Wildfire esconde bajo tierra en el desierto de Nevada. Allí, rodeados por los más sofisticados equipos informáticos y sin poder comunicarse con el exterior, excepto por una línea directa con la oficina de Seguridad Nacional, trabajan para combatir la amenaza de una epidemia mundial. Han de encontrar un antídoto contra un microorganismo desconocido que, inexplicablemente, ha matado a todos los habitantes, excepto a un anciano y un bebé, en un pequeño pueblo de Arizona donde un satélite ha sido recuperado. Pocas piezas les faltan ya para completar el puzzle cuando una rotura en el sello que aísla el laboratorio ha permitido que su adversario microbacteriano salga al exterior. Entonces, su ya desesperada búsqueda de una respuesta médica se unirá a una frenética carrera para impedir el fin del mundo. Con su fuerza narrativa, el suspense y los conocimientos científicos que atesora, La amenaza de Andrómeda coloca al lector ante una trama que une la investigación espacial a los más altos secretos de estado.
El sueño de la aldea Ding, Yan Lianke
La muerte recorre las calles de la otrora próspera aldea Ding. Sus habitantes desaparecen igual que las hojas de los árboles en otoño. Una extraña fiebre se lleva sus vidas. Es la enfermedad de quienes hace ocho años vendieron su sangre por unas pocas monedas. Narrada por el pequeño Xiao Qiang, esta novela, de una sobrecogedora belleza, nos adentra en la historia de la aldea Ding, una de tantas afectadas por el escándalo de la sangre contaminada de la provincia china de Henan. Los aldeanos, incitados a vender grandes cantidades de su propia sangre, con la que se enriquecieron unos pocos, son ahora víctimas de la mayor epidemia conocida en el país. Abandonados e ignorados por las autoridades, solo pueden esperar la llegada de la muerte.
El último hombre, Mary Shelley
El último hombre es una novela apocalíptica, publicada por primera vez en 1826. El libro narra la historia de un mundo futurista (2073) que ha sido arrasado por una extraña epidemia. La novela fue criticada duramente en su época, y permaneció prácticamente en el anonimato hasta que los historiadores la resucitaron en la década de 1960.
Némesis, Philip Roth
Bajo el calor sofocante de la “Newark ecuatorial” hace estragos una espantosa epidemia de polio amenaza con dejar a los niños de la ciudad de Nueva Jersey mutilados, paralizados o minusválidos, e incluso con matarlos. El protagonista de Némesis es el joven de veintitrés años Bucky Cantor, responsable de las actividades al aire libre de los alumnos de una escuela. Cuando la polio empieza a asolar el patio de recreo, Roth se concentra en los dilemas de Cantor y en las realidades cotidianas a las que este se enfrenta, y nos conduce a través de todas las emociones que una plaga semejante puede engendrar: el miedo, el pánico, la cólera, el desconcierto, el sufrimiento y el dolor.
El año de la peste, Geraldine Brooks
Narrada en la voz de su protagonista, una joven viuda y madre de dos hijos, esta es la sobrecogedora historia de un pequeño pueblo inglés que en 1966 se vio asolado por la peste bucónica y, liderado por un carismático vicario, decidió aislarse del mundo.
Pandemia, Lewis Perdue
La existencia de la humanidad está en juego. Los creadores de armas biológicas están desarrollando formas de vida mortales, modificadas genéticamente que se activan con los genes relacionados con la raza y etnia. Los análisis de ADN muestran que la raza humana estuvo a punto de extinguirse en el pasado. Cuando Lara Blackwood, brillante ingeniero genética, recibe una llamada pidiéndole ayuda para combatir una espantosa epidemia, está dispuesta a hacer todo lo que está en su mano. Se horroriza al descubrir que el trabajo de su vida ha sido pervertido para producir una nueva arma genética revolucionaria, que mata al hacer que los cromosomas de las personas relacionados con la etnia afectada se vuelvan contra ellos mismos. ¡El reloj de la humanidad corre mientras Lara lucha contra sorprendentes inconvenientes para dejar al descubierto la conspiración que se oculta detrás del virus mortal, antes de que un complot terrorista amenace con extinguir a toda la raza humana!
Nivel 5, Douglas Preston y Lincoln Child
En un remoto lugar del desierto de Nuevo México, un enigmático centro de investigación lleva a cabo un ambicioso proyecto científico: un tratamiento definitivo para una enfermedad común pero molesta, y grave en algunos casos. El espectacular hallazgo representará sin duda sustanciosos beneficios para la empresa, y el Premio Nobel para el equipo de investigadores. Por todo ello, cuando un joven científico recibe la oferta de colaborar en el proyecto, no se lo piensa dos veces. Sabe que se halla ante la ocasión de su vida: trabajar con las más destacadas figuras de la medicina y la ingeniería genética y participar en el descubrimiento del siglo. No sospecha, sin embargo, que tras la aséptica y rutilante apariencia de la más avanzada tecnología se oculta un siniestro secreto.
España: guerra zombie, Jaime Noguera
Alejandro Noriega, un mediocre escritor español, es requerido desde su refugio en un archipiélago noruego para redactar un informe de la ONU sobre la Guerra Zombi en España. Sus reticencias iniciales para viajar a la Penísula Ibérica, ocupada en su mayor parte por las hordas de muertos vivientes, desaparecen cuando, junto a una jugosa cantidad económica, se le ofrece conocer el paradero de su familia, desaparecida durante la fase inicial de la pandemia. Lo que comienza como una tarea de recopilación de vivencias personales sobre la hecatombe zombi se convierte en un viaje pesadillesco, del Gibraltar ampliado a la fortaleza de Toledo, del País Vasco Independiente a la Barcelona nuclearizada, en la que Noriega se ve atrapado entre dos frentes que luchan por hacerse con el misterioso Profesor Saviola y su vacuna contra el virus.
La peste negra, Luis Miguel Guerra
En el año 1347, los mongoles someten a un duro sitio la ciudad portuaria de Caffa, que se defiende con uñas y dientes. Sin embargo, acabar con la resistencia de los italianos se convierte en un problema menos cuando surge entre las filas de los atacantes una enfermedad fulminante que se extiende como la pólvora: la peste negra.
Con este estremecedor episodio arranca una sorprendente novela, que a continuación conduce al lector a un apasionante recorrido por una Europa asolada y atemorizada por la enfermedad y en la que conocerá las correrías de tres médicos empeñados en encontrar remedio a lo que parece el Apocalipsis. Pero también hay quien ve en la propagación del mal una fuente de poder, y su búsqueda se convertirá en una aventura muy arriesgada.
El misterioso caso de la peste negra, Eduardo Mira
El célebre escritor inglés Godofredo Chaucer, autor de los Cuentos de Canterbury, deberá investigar el origen de la peste negra que acabó con más de treinta millones de personas.Godofredo Chaucer, además de un escritor inmortal, fue un espía británico testigo de la Guerra de los Cien Años, de la revolución campesina de Londres, del Cisma de Occidente, del asalto a las juderías española y de la peste negra: la epidemia que asoló Europa y acabó con treinta millones de personas. Eduard Mira utiliza como narradora a Isabel de Loris, biznieta de Corbino, que narra las memorias de este desde un prostíbulo valenciano.
La leyenda del rey de la peste, Lars Andersson
El rey Magnus Eriksson reinó en Suecia en la Edad Media, hacia la mitad del siglo XII. Gobernó un reino inmenso, con súbditos godos, visigodos, suecos, fineses y noruegos. La peste despobló su reino de campesinos, el hambre lo persiguió como un fantasma. Exiliado en su propio país, huyendo de la guerra que lo había enfrentado a su propio hijo, el rey recorrió Värmland completamente solo, como un vagabundo. Lars Andersson, uno de los escritores más notables que ha dado la literatura sueca contemporánea, ha recogido su leyenda y la ha transformado en una epopeya íntima, carente de héroes. El encuentro del rey solitario con un cazador furtivo, enterrador de las víctimas de la peste, es el encuentro de dos almas, de dos voluntades. El rey se confía a Göpa, que no lo traiciona. Ambos comparten miserias y dolores, y huyen juntos de la peste y del hambre. La leyenda del rey de la peste se mueve entre la magia y el sueño, en un mundo desolado, en el que sólo la muerte y la peste son verdaderas reinas.
Epidemia, Frank Slaughter
Nueva York, 1965. La ciudad se ve asolada por una terrible epidemia originada por una plaga de ratas africanas llegadas en las bodegas de un barco mercante. El pánico cunde y los científicos libran una carrera contra el tiempo para encontrar una vacuna y evitar una catástrofe sin precedentes, al tiempo que la delincuencia s e multiplica salvajemente por las calles de la Gran Manzana…
El húsar en el tejado, Jean Giono
Europa, siglo XIX. Angelo Pardi, joven aristócrata piamontés y coronel de húsares comprometido con el movimiento carbonario, que ha tenido que exiliarse en Francia a causa de un duelo, emprende el viaje de retorno a su patria para cumplir una misteriosa misión. Para ello debe atravesar la Provenza, pero la región está siendo azotada por una epidemia de cólera y los viajeros son inmovilizados y puestos en cuarentena. El joven oficial, acusado de envenenar las fuentes, se refugia en los tejados de la ciudad, desde donde contempla la tragedia de la muerte que asola esos bellísimos parajes, hasta que, en compañía de una enigmática mujer, emprende la huida.
En el blanco, Ken Follett
Escocia, unos días antes de Navidad. Toni, jefa de seguridad de unos laboratorios de investigación farmacéutica, detecta el robo de una droga antiviral en fase de experimentación: es muy peligrosa, un virus letal. Rápidamente hace saltar las alarmas, logra encontrar al ladrón (un empleado, que ha muerto por el virus) y aislar su casa contaminada. Cuando la noticia llega a los periodistas, la situación ya está controlada, como les informan en rueda de prensa ella y Stanley, el propietario del laboratorio. Algo así no volverá a ocurrir. Pero unos días después… Toda la familia de Stanley se ha reunido en casa de él para celebrar la Navidad y les cuenta su relación con Toni. Stanley es viudo y tiene tres hijos adultos. No aceptan a Toni; es una amenaza para ellos y no tardan en comenzar a discutir. A la reunión también ha venido Kit, el hijo problemático. Todos creen que quiere hacer las paces con su padre (que se vio obligado a pagarle todas su deudas hace un tiempo). En realidad, Kit vuelve a tener problemas. Debe millones a unos gángsters y estos han decidido cobrárselos de otra manera: quieren el virus.
El factor Hades, Robert Ludlum
Un vagabundo en Boston, un mayor del ejército en California y una adolescente en Atlanta mueren en forma súbita y dolorosa, a causa de un desconocido virus fatal que sorprende por elegir sus víctimas en forma precisa.
Durante días un equipo de científicos que trabaja en un laboratorio del gobierno de los Estados Unidos se dedica desesperadamente a la tarea de develar el secreto del mortal virus. Cuando el principal investigador, el teniente coronel Jonathan Smith, regresa de Europa, sobrevive casi por milagro a una serie de ataques muy bien organizados cuyo fin era acabar con su vida.
Después de eludir a sus perseguidores y regresar a su casa, descubre que el virus se ha cobrado una cuarta víctima, la doctora Sophia Russell, con quien Smith estaba por casarse. Devastado por la pena, pero impulsado por la furia, Smith no tarda en descubrir que la muerte de su prometida no fue casualidad, que alguien tiene en su poder el virus y que la pandemia que amenaza a millones de vidas tampoco es accidente.
Sin saber en quién confiar, Smith reúne un equipo privado para alcanzar la verdad oculta tras el virus letal. Y a medida que la lista de víctimas aumenta, su búsqueda llega a los niveles más altos del poder y a los rincones más oscuros de la tierra. Su capacidad de investigador se enfrenta con un genio decidido a todo, y el destino del mundo depende de ella.
El síndrome Pinocho, David Zeman
En el mundo tras el 11 de septiembre, todavía convulsionado por terribles ataques terroristas, un senador millonario y megalómano pretende derrocar al presidente de EEUU acusándole de ser demasiado débil contra los terroristas y avivando el odio de la opinión pública. Por otro lado, el brote de una extrañísima enfermedad acaba de crear al caos. Nadie sabe cómo surge, cómo actúa ni cómo se detiene, pero resulta mortal. Karen Embry, una joven periodista especializada en temas médicos pretende desvelar el misterio del síndrome, sin saber que su investigación acabará siendo una cuestión de alta política.
Gripe mortal, Pablo Caralps
¿Quién se beneficia de una epidemia de gripe? ¿Sabemos cómo funcionan las empresas farmacéuticas? Gripe mortal es un thriller científico que aporta material real suficiente y bien documentado; es una historia verosímil de ficción a ritmo de bestseller. Una novela que, de manera extraordinaria y sorprendente, nos lleva a conocer el funcionamiento de un oscuro negocio. El dueño de una importante empresa farmacéutica se encuentra atravesando una situación complicada: las ventas están descendiendo de manera abismal. Su colaborador estrella y mejor amigo, Luis, le presenta un perfecto plan de acción: robar la cepa llamada “gripe española”, un virulento virus que causó la pandemia de gripe más mortífera de la historia: murieron entre 20 y 50 millones de personas durante 1918. Con esta cepa podrían expandir la enfermedad en varios lugares del mundo, creando antes una vacuna y dos antigripales específicos. El único problema sería la OMS (Organización Mundial de la Salud), que es la que autoriza y programa las vacunas de cada año para cada continente. Pero si apareciera una gripe desconocida que rápidamente se convirtiera en pandemia, el laboratorio podría tener disponible la vacuna. Con esta operación no sólo podrían salvar su situación financiera, sino hacerse inmensamente ricos… ¿Realidad o ficción?
¿Alerta pandémica?, José Manuel Echevarría
En Guatemala, las autoridades sanitarias alertan de un nuevo virus de gripe que ha causado algunas muertes inesperadas. Ante la propagación del virus, que pronto alcanza a otros países americanos e incluso a otros continentes, la Organización Sanitaria Internacional (OSI) declara en Lausana el estado de alerta pandémica a escala global.
Las autoridades sanitarias gubernamentales cierran filas en torno a la OSI para hacer frente a lo que ya se presenta como una seria amenaza para la humanidad: una epidemia global con previsión de millones de muertos en todo el mundo.
Sin embargo, algunos profesionales, tras analizar los datos que se van generando, poco a poco comienzan a hacerse la misma pregunta:¿existen realmente razones para una alerta pandémica?
La terrible duda que provoca esta pregunta nos llevará hasta una ignominiosa trama de manipulación de la opinión pública, de pingües intereses económicos y de ansia de poder que, en realidad, había comenzado a urdirse siete años antes de la detección del brote epidémico… en un exótico mercado de un apartado rincón del Lejano Oriente.
Siempre en capilla, Luisa Forrellad
Tres jóvenes médicos, Leonard, Jasper y Alexander, se enfrentan a una epidemia de difteria que se extiende sin control por una barriada pobre de los alrededores de Londres. Estamos a finales del siglo XIX y no hay tratamiento médico para la enfermedad, por esto Jasper, siguiendo los métodos científicos de Pasteur, está desarrollando una vacuna, aun cuando no osa probarla en humanos. Un asesinato misterioso precipitará de forma sorprendente los acontecimientos y pondrá en riesgo la vida de los protagonistas.
La plaga, Ann Benson
¿Qué ocurre cuando la peste bubónica, ausente durante tanto tiempo del mundo moderno, reaparece en la sociedad del siglo XXI? La plaga urde con brillantez dos relatos paralelos. En el siglo XIV, el médico Alejandro Canches se salva de ser ejecutado por realizar una autopsia y en su huida recorre la Europa de la Peste Negra. Finalmente es enviado, contra su voluntad, a la corte de Eduardo III de Inglaterra para combatir la epidemia. En dramático contrapunto, la arqueóloga y médica Janie Crowe llega a la Inglaterra del siglo XXI e involuntariamente, provoca la difusión de una mortífera bacteria en un mundo que no está preparado para combatirla. En un futuro en que los antibióticos han perdido toda eficacia y un pasado dominado por el terror, estos dos héroes, muy a su pesar, se ven unidos por la historia.
Cibertormenta, Matthew Mather
Mike Mitchell es un hombre corriente, con una vida corriente, que hace todo lo posible por mantener a su familia unida, cuando de pronto se encuentra luchando solo para mantenerla con vida cuando una extraña cadena de desastres empieza a destruir el mundo que los rodea. Internet se cae. La comunicación se desmorona. Una epidemia comienza a atacar a la población de manera embravecida. Hay rumores que apuntan a que todo forma parte de un plan de ataque coordinado que llevará al mundo a una guerra tecnológica. Mike y su familia se afanan por sobrevivir en medio de una metrópoli en la que millones de personas ya están condenadas.
Ensayo sobre la ceguera, José Saramago
Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una “ceguera blanca” que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. Ensayo sobre la ceguera es la ficción de un autor que nos alerta sobre “la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron”.
La plaga, Jeff Carlson
¿Puede una vacuna causar el fin de la humanidad? Un laboratorio diseña un producto de nanotecnología para combatir el cáncer. Durante el proceso, un fallo de seguridad permite la fuga de estos mecanismos microscópicos cuando aún están en fase de pruebas y lo que debía ser un método curativo se convierte en una plaga tecnológica. El nanorobot creado para para combatir el cáncer se convierte en una plaga tecnológica que acaba con la vida de cinco mil millones de personas, cambiando la vida en la Tierra para siempre. Pero el mecanismo nanotecnológico se autodestruye a altitudes superiores a los tres mil metros. Aquellos pocos que han conseguido escapar luchan por sobrevivir en las montañas más altas. La última esperanza de la humanidad son una científica que se encuentra a bordo de la estación espacial internacional y un pequeño grupo de supervivientes en California.
Apocalípsis Z: el principio del fin, Manuel Loureiro
Un grupo de rebeldes caucásicos asalta unas instalaciones militares liberando una enfermedad que se expande sin freno por todo el planeta. La enfermedad mata a la persona que la padece pero el afectado resucita, sigue caminando y su único objetivo es saciar su hambre mordiendo a los no infectados. Las autoridades toman medidas creando Puestos Seguros donde agrupar a la población. Pero esto es insuficiente. Los No Muertos son demasiados y poco a poco terminan con la sociedad que conocemos.
Peste & Cólera, Patrick Deville
En 1887, mientras Francia prepara los festejos del centenario de la Revolución Francesa, Louis Pasteur funda una escuela de biología y descubre la vacuna contra la rabia. Con veintidós años, el suizo Alexandre Yersin llega a París y se enrola en la aventura pasteuriana. Investiga sobre la tuberculosis y la difteria, y todo lo encamina a convertirse en uno de los sucesores privilegiados de Pasteur. Pero a Yersin lo mueve un espíritu aventurero, como el de su admirado Livingstone, héroe de su infancia y adolescencia. Entonces, el joven se enrola como médico en un barco, se hace a la mar e inicia sus travesías por Extremo Oriente, explora la jungla, y viaja a China, Adén y Madagascar. Y durante la gran epidemia de Hong Kong, en 1894, descubre el bacilo de la peste.
Éstas son sólo algunas de las hazañas de un científico y explorador al que Patrick Deville consagra esta emocionante epopeya de tintes conradianos, donde el brillante ejercicio literario se combina con un preciso trabajo de documentación que llevará al escritor a sumergirse en el fascinante universo de la correspondencia mantenida por la «banda de los pasteurianos».
El puente de los suspiros, Elena Peroni
Una impresionante novela que cuenta la historia de amor entre un leproso y una mujer sana a comienzos del siglo XX y los sucesos históricos que han rodeado a la enfermedad en Colombia y el mundo. La novela narra cómo fue la suerte de los leprosos en Colombia. Su persecución, el estigma de ser rechazados, sus amores, sus anhelos, la solidaridad de algunas personas con su martirio, y el descubrimiento de que no era una enfermedad contagiosa.
El velo pintado, William Somerset Maugham
Kitty Garstin, joven y bella londinense, cumple sus veinticinco años sin haber alcanzado el objetivo para el que fue educada por su madre: hacer una buena boda. Por temor a que su hermana menor se case antes que ella, contrae matrimonio con un bacteriólogo, un hombre inteligente, educado y moralmente intachable, que la ador a pero de quien no está enamorada. Después de la boda, se trasladan a Hong Kong, donde Kitty se enamora de Charlie Towsend, un inglés apuesto y frívolo de la colonia extranjera, con quien será infiel a su marido. Descubiertas sus relaciones adúlteras, y traicionada por Charlie, se verá obligada a seguir a su marido a una zona del interior de China afectada por el cólera. Kitty, incapaz de obtener el perdón de su marido, se entrega a labores humanitarias. El contacto con la muerte y con una realidad dura y penosa harán de ella una persona nueva.
El año del tifus, Edorta Jiménez
El año del tifus es un trepidante thriller histórico ambientado en los mares belicosos del siglo XVI. La novela se desarrolla en una de las naves que conforman la Armada rumbo a Inglaterra, donde las diferentes razones e intenciones de los tripulantes se irán desentramando a lo largo del viaje. Marineros en busca de fortuna, o tal vez de aventura, galeotes obligados a remar sin descanso, personajes oscuros, enamorados y huidizos, para quienes la supervivencia en el barco se convertirá en una batalla a muerte… Todos permanecen encerrados durante meses, compartiendo confesiones y miserias, haciendo frente a tempestades, epidemias y a la peor y más corrosiva de todas las pestes: la envidia.
Partials: La Conexión, Dan Wells
En 2076, en un mundo devastado por la guerra, los seres humanos están al borde de la extinción y la clave de la supervivencia está en manos de una chica de 16 años. La humanidad está a punto de desaparecer tras haber perdido la guerra con los Parciales (seres creados con tecnología genética, idénticos a nosotros). Los humanos sobrevivientes fueron reducidos a unos pocos miles por el RM, un virus letal utilizado como arma biológica, al cual solo parte de la población es inmune. Los habitantes se concentraron en Long Island y, aunque los Parciales se han retirado misteriosamente, su amenaza persiste. Pero lo peor de todo es que en 11 años no ha habido un solo bebé que haya sobrevivido al RM.
Trilogía de Argel, Yasmina Khadra
Trilogía integrada por las novelas policiacas Morituri, Doble blanco y El otoño de las quimeras, protagonizadas por el comisario Llob.
El incorruptible comisario Brahim Llob (también escritor de novelas policiacas) está dispuesto a todo para acabar con los depredadores integristas que asuelan su país y desvelar sus ocultas conexiones con la mafia político-financiera. Con sus peripecias entrega al lector la implacable radiografía de una tragedia vivida a escasas brazas de Europa, mientras el mundo descubre, perplejo, el advenimiento de una plaga que habrá de propagarse como un reguero de pólvora.
La Tierra permanece, George R. Stewart
Un devastador y desconocido virus asola la civilización; inexplicablemente, Isherwood Williams sobrevive a la plaga. A la deriva, ha de afrontar un mundo sin humanidad, de paisajes degradados y hordas de insectos y roedores. Finalmente, dará con una superviviente, con la que fundará una nueva sociedad semejante a la de los antiguos nativos norteamericanos. Único testigo del pasado, Ish nos recuerda que “los hombres van y vienen, pero la Tierra permanece”.
El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo —por una vez sucesivo, y no circular—, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
Fuente: eraseunavezqueseera.com, 2014.
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¿Qué impacto tendrá la Pandemia Covid-19 en el proceso de Globalización?
abril 19, 2020
Coronavirus: por qué la pandemia puede acelerar la desglobalización de la economía mundial (y qué peligros conlleva eso)
Una de las palabras clave para entender los últimos 25 años de la historia mundial es globalización
Aunque, como dice Jonty Bloom, periodista de la BBC, cualquier historiador económico puede hablar de cómo durante siglos -si no milenios- las personas han estado comerciando a través de grandes distancias.
Recuerda Bloom que basta con fijarse en el lucrativo comercio de especias en la Edad Media.
Pero la globalización actual es diferente realmente por la escala y la rapidez del intercambio internacional, que en las últimas décadas explotó a niveles sin precedentes.
Facilidades para viajar, internet, el fin de la Guerra Fría, acuerdos comerciales y economías desarrollándose con rapidez, se han combinado para crear un sistema que es más interdependiente que nunca antes.
Es por eso que el brote del nuevo coronavirus ha tenido tan inmediatos y abrumadores efectos económicos en todo el mundo.
La profesora Beata Javorcik, economista en jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo le dijo a Jonty Bloom que el ritmo de cambio en la economía en los últimos 17 años ha sido muy profundo.
«Cuando pensamos en la epidemia de SARS de 2003, China constituía el 4% de la producción global», recuerda. «Ahora China constituye el 16%, cuatro veces más. Eso significa que lo que sea que ocurra en ese país afecta mucho más al mundo«.
El lado oculto
Por su parte, Ian Goldin, profesor de globalización y desarrollo en la Universidad de Oxford, dice que en los últimos años se ha permitido que los riesgos se propaguen. «Son el lado oculto de la globalización«.
Eso, agrega, se puede ver no solo en esta crisis, sino en la económica de 2008 y la vulnerabilidad de internet a los ciberataques. «El nuevo sistema económico mundial brinda enormes beneficios, pero también implica riesgos enormes«.
Entonces, ¿qué significa esta crisis para la globalización?
Richard Portes, profesor de economía en la London Business School, le dice al periodista de la BBC que es obvio que algunas cosas tendrán que cambiar, porque tanto las personas como las compañías se han dado cuenta de la dimensión de los riesgos que han venido tomando.
«Mire el intercambio comercial. Una vez que las cadenas de suministro fueron interrumpidas [por el coronavirus], las personas empezaron a buscar por fuentes alternativas en casa, incluso si eran más costosas«, dice.
«Si las personas encuentran proveedores domésticos, se quedarán con ellos, precisamente por esos riesgos que ahora perciben«.
La profesora Javorcik está de acuerdo y cree que existe una combinación de factores que harán que la industria manufacturera occidental empiece a traer de vuelta a casa parte de sus trabajos («re-shoring«, se le llama en inglés).
El reshoring es una tendencia cada vez más habitual, especialmente entre las empresas que habían optado por la deslocalización de parte o toda su producción hacia países emergentes. También conocido con el nombre de backshoring, el reshoring, se basa por lo tanto en el retorno al país de origen de los procesos productivos anteriormente deslocalizados.
«Creo que la guerra comercial (principalmente entre EE.UU. y China) combinada con la epidemia del coronavirus hará que muchas compañías se tomen el ‘reshoring‘ con mucha seriedad», indica.
«Muchas de esas actividades pueden ser automatizadas, porque reshoring trae certeza. No tienes que preocuparte por la política comercial nacional. Y te da la oportunidad de diversificar tu base de proveedores«.
En un artículo publicado en la revista mexicana Letras Libres, Toni Timoner, experto en riesgo macroeconómico, es más contundente:
«Se acelerará el repliegue del comercio internacional. Los exportadores ya están reconfigurando sus cadenas de suministros y acercando producción a costa de eficiencias. Los importadores subirán barreras arancelarias en respuesta. Este proceso ya había comenzado con la guerra comercial y ahora entrará en barrena. Asia y Occidente se aíslan mutuamente. Cae un telón de acero económico sobre el mundo«.
Las universidades
Pero. como indica el periodista de la BBC Jonty Bloom, gran parte de la globalización no es sólo acerca de movimiento de bienes o materias primas, sino gente, ideas e información. Algo que las economías occidentales hacen muy bien.
David Henig, director de Política de Comercio del Reino Unido para el Centro Europeo de Política Económica Internacional, señala que «el sector de los servicios debe sentir como que cayó desde un risco. Fíjense solo en el turismo y las universidades«.
«Debe existir una enorme preocupación sobre el número de nuevas postulaciones a la universidades occidentales en este otoño. Es una industria enorme. Muchas universidades, por ejemplo, dependen de los estudiantes chinos«.
La misma preocupación se la expresó a BBC Mundo el escritor y pensador canadiense Michael Ignatieff, rector de la Universidad Central Europea, con sede en Budapest.
«Creo que las fronteras se están alzando por todas partes y que la movilidad de labor se va a ver reducida, pero no la de capital.
«Con las fronteras más estrictas va a ser más difícil para universidades como las mías seguir atrayendo estudiantes de cien países diferentes. Yo tengo latinoamericanos en Budapest… ¿Voy a seguir teniendo a los mismos extraordinarios colombianos, peruanos o brasileños que tengo ahora?»
«No lo sé, los países reforzarán las fronteras, aumentarán las restricciones. Entonces es posible que tengamos una desglobalización de la enseñanza superior. Esa es una amenaza real que todos en el mundo universitario está hablando al respecto. No quisiera que la próxima generación esté atrapada dentro de las fronteras nacionales«. reflexiona.
Ya estaba en declive
Según el periodista de la BBC Jonty Bloom, ralentizar o reversar la globalización va a golpear duramente a todos las industrias mencionadas, pero agrega que el profesor Goldin piensa que la actual pandemia marca un cambio oceánico y que 2019 «fue el año que marcó el pico más alto en la fragmentación de la cadena de suministro«.
Algunos factores como las impresoras 3D, la automatización, las entregas rápidas y el proteccionismo ya los hacían sentir. Al parecer, covid-19 sólo aceleró el proceso.
La preocupación ahora -señala Bloom- no es si estos cambios van a ocurrir no, sino cuán profundos serán y cómo se van a manejar.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, cree que la gobalización «al menos como la conocíamos antes de esta pandemia, definitivamente va a ser distinta«.
En entrevista con BBC mundo indicó que «definitivamente, esta ya no va a ser una globalización de cadenas de valor. Eso es lo que va a ser más importante: el cambio en los modos de producción y en los modos de consumo«.
Por su parte, Terry Breton, el comisario de mercado interior de la Unión Europea, dijo en una teleconferencia con periodistas que es muy pronto para sacar conclusiones, «pero todos somos conscientes de que habrá un antes y un después de esta crisis. Nadie sabe cómo saldremos, pero se escribirá un nuevo mundo basado en otras reglas. Seremos más autónomos en ciertas áreas críticas. Las relaciones bilaterales se revisarán«, según reporto el diario El País de España.
El profesor Goldin tiene una manera sencilla de abordar cuáles pueden ser los cambios profundos que enfrentará la globalización, según le explicó a la BBC: ¿será más parecido a lo que ocurrió después de la Primera Guerra Mundial o a lo que sucedió tras la Segunda?
Después de 1918 tuvimos organizaciones internacionales débiles, el ascenso del nacionalismo, proteccionismo y depresión económica.
En cambio, luego de 1945 tuvimos más cooperación e internacionalismo, reflejado en el acuerdo Bretton Woods, el Plan Marshall, las Naciones Unidas y el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio.
Aunque es optimista, al profesor Goldin hay algo que le preocupa: quién va a asumir el liderazgo. «Podemos tener optimismo, pero no vemos liderazgo desde la Casa Blanca«. Y agrega: «China no puede asumirlo y Reino Unido no puede liderar en Europa«.
Entonces, ¿se reversará la globalización?, se pregunta el periodista Jonty Bloom. Y responde que probablemente no, pues es un desarrollo económico demasiado importante, Pero ciertamente puede ralentizarse.
La gran pregunta, agrega Bloom, es si aprenderemos las lecciones de esta crisis.
Y remata: «¿Aprenderemos a identificar, controlar y regular los riesgos que parecen ser inherentes a la globalización? Porque la cooperación y el liderazgo necesarios para que ocurra no parecen abundar en estos momentos«.
Fuente: bbc.com, 15/04/20.
Automatización, empleo y ‘reshoring’
Por desgracia, y aunque hay que reconocer que no sin cierta base, se asocia a la automatización y la robotización la pérdida de empleo.
Sin ignorar los riesgos, soy más bien tecno-optimista y confío en que, en conjunto y a medio plazo, la tecnología siempre va a ser beneficiosa (aunque en ciertas áreas, colectivos o sectores, evidentemente, se puedan generar efectos adversos transitorios).
Sin embargo, en este post no quiero hablar exactamente del tema del impacto en el empleo de la robotización, asunto sobre el que ya corren, como se suele decir, ríos de tinta (aunque sea tinta digital).
Pero sí quería comentar un efecto interesante de la automatización y que, visto, eso sí, desde el punto de vista del primer mundo, genera un impacto positivo en el empleo (cierto que a costa del empleo en tercer mundo o países emergentes).
Se trata del fenómeno del ‘reshoring’.
Durante las quizá dos últimas décadas, y como un mecanismo para conseguir eficiencia, las empresas han ido externalizando las tareas de menor valor, generalmente asociadas a fabricación, operación o tareas administrativas. Esa externalización ha sido en muchos casos dirigida a terceros países, dando lugar al fenómeno denominado ‘offshoring‘.
En general, lo que se busca con el ‘offshoring’ es la eficiencia o, más bien, el ahorro de costes. Porque esa eficiencia se consigue, no tanto por la mejora de procesos, como por el ahorro de costes laborales, muy inferiores en los países del tercer mundo. Esto tiene unas muy relevantes e incluso preocupantes connotaciones éticas pero, sin entrar en ellas y quedándonos en lo económico, el resultado del offshoring es un ahorro de costes de la empresa del país desarrollado y un desplazamiento del empleo desde el primer mundo hacia países emergentes aunque, eso si, quedándose el primer mundo con los, al menos en principio, empleos mas cualificados. Pero a nivel de volumen, el empleo disminuye en el primer mundo y aumenta en el segundo o tercero.
Y, en eso, aparece la automatización masiva. ¿Y qué ocurre?
Nos lo describen Antoni Garrell y Llorenç Guilera en su libro ‘La industria 4.0 en la sociedad industrial‘:
El primer argumento en favor del reshoring o relocalización es la fuerte reducción del diferencial de costos de producción entre los países desarrollados y los emergentes. El desarrollo económico de los países emergentes ha ocasionado que los costos de producción (y no sólo los laborales) hayan aumentado. Por otra parte, con la automatización inherente al modelo de la industria 4.0, el peso del factor mano de obra en el proceso productivo se ha reducido sustancialmente y para muchos productos el coste salarial representa hoy en día una parte pequeña y decreciente del costo total.
Es decir, la automatización hace que el volumen de mano de obra necesario disminuya fuertemente y la masa salarial también siendo su peso en el coste total mucho menor que hace unos pocos años. Por tanto, en el nuevo escenario con fuerte automatización es mucho menos ventajosa la externalización a un país emergente (el offshoring). A eso se une el aumento de costes laborales de los países emergentes debido precisamente a su desarrollo.
¿Consecuencia?
Que se produce el fenómeno contrario al ‘offshoring’ y los países desarrollados comienzan a traer ‘de vuelta a casa‘ el empleo que habían trasladado a los países emergentes. Esto puede paliar parcialmente la falta de empleo en los países desarrollados y, a cambio, suponer un peligro para los países emergentes.
Y es paradójico que, por ejemplo tecnologías como la automatización robótica de procesos han tomado muchísima fuerza y se han desarrollado en un país como la India, especialista en prestar servicios en modo offshoring y que han utilizado RPA para optimizar sus servicios y mejorar sus costes. Lo peligroso para ellos es que si los países occidentales imitan su modelo, dejarán de necesitar en gran medida los servicios prestados desde la India que ya no serán tan competitivos. ¿Están cavando su propia tumba?
Por supuesto, las dinámicas del empleo y de los equilibrios económicos entre países desarrollados y emergentes son mucho más complejos e influidos por muchos otros factores, pero resulta interesante ver cómo la automatización, desde el punto de vista de los países desarrollados, puede ser una forma de recuperar empleo via ‘reshoring‘.
Fuente: ignaciogavilan.com, 23/10/19.
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George W. Bush urgió en 2005 a prepararnos para futuras pandemias
abril 18, 2020
El día que George W. Bush alertó sobre el peligro de la próxima pandemia e intentó preparar a EEUU para enfrentarla
En 2005, el entonces presidente republicano pronunció un discurso en el que explicó lo que se debía hacer y cómo debía responder su país ante una crisis como la actual del coronavirus.
“Una pandemia se parece mucho a un incendio forestal. Si se detecta temprano, podría extinguirse con un daño limitado. Si se deja que arda sin ser detectado, puede convertirse en un infierno que puede extenderse rápidamente más allá de nuestra capacidad de controlarlo”, dijo en un discurso en 2005 el entonces presidente George W. Bush en la sede del Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
G. W. Bush quería que su país, y el mundo entero, estuviesen preparados ante una pandemia como la del coronavirus, que ya dejó casi 150 mil muertos y más de dos millones de contagios.
“Para responder a una pandemia, necesitamos personal médico y suministros adecuados de equipo”, dijo Bush. “En una pandemia, todo, desde jeringas hasta camas de hospital, respiradores y equipos de protección, serían escasos”, advirtió.
Bush dispuso de 7 mil millones de dólares de su Gobierno para desarrollar un plan que preparara a Estados Unidos ante una crisis de este tipo. Los secretarios de su gabinete instaron a su personal a tomarse en serio los preparativos y lanzaron el sitio web www.pandemicflu.gov, el cual todavía está en funcionamiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, se hizo cada vez más difícil justificar la financiación.
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En su discurso en el NIH, Bush presentó toda clases propuestas y describió cómo se desarrollaría una pandemia en los Estados Unidos. Entre los presentes se encontraba el doctor Anthony Fauci, el prestigioso epidemiólogo, líder de la crisis actual en su país y quien en ese momento ya era el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
“Primero, debemos detectar los brotes que ocurran en cualquier parte del mundo; segundo, debemos proteger al pueblo estadounidense almacenando vacunas y medicamentos antivirales, y mejorar nuestra capacidad para producir rápidamente vacunas contra una cepa pandémica; y tercero, tenemos que estar preparados para responder a nivel federal, estatal y local en caso de que una pandemia llegue a nuestras costas”, dijo Bush.
Pero, ¿qué había pasado para que Bush pronunciara ese discurso?, ¿por qué el ex presidente republicano estaba preocupado ante un peligro no latente y difícil de predecir? Unos meses atrás en su rancho en Crawford, Texas, había leído el libro La gran influenza, del historiador John M. Barry. La obra cuenta la historia del brote de influenza en 1918 que mató a millones de personas en Europa y el mundo.
[Nota de EP: Este tipo de anticipación es lo que debe producir la Inteligencia Estratégica.]
“Tienes que leer esto”, recuerda Fran Townsend, en ese entonces asesora de seguridad nacional, lo que le dijo Bush cuando le recomendó el libro. “Mira, esto sucede cada 100 años. Necesitamos una estrategia nacional”, agregó el ex mandatario a su ex asesora.
A partir de ese momento se creó el plan de preparación ante una pandemia más completo en la historia de EEUU: incluía diagramas para un sistema global de alerta temprana, fondos para desarrollar nuevas tecnologías y producir de forma rápida vacunas y una sólida reserva nacional de suministros críticos como máscaras faciales y respiradores, informó ABC News.
Sin embargo, el proyecto no fue tomado en serio por el resto del aparato político y gran parte del ambicioso plan no se realizó o quedó archivado, a medida que otras prioridades surgían, como la crisis de 2008 que sacudió a EEUU y al mundo al entero.
Durante su discurso de hace 15 años, G. W. Bush fue claro en trazar un estrategia y dijo que lo primero y más importante era detectar los primeros brotes antes de que se propaguen por todo el mundo. Durante la pandemia de coronavirus una las principales críticas que le han hecho algunos líderes mundiales a China es haber ocultado información cuando se presentaron los primero casos en la ciudad de Wuhan.
“Una pandemia no es como otros desastres naturales, los brotes pueden ocurrir de forma simultánea en centenares o incluso miles de lugares al mismo tiempo”, dijo Bush.
“Los científicos y los médicos no pueden predecir cuándo ocurrirá la próxima pandemia o cuán severa será, pero la mayoría está de acuerdo en que, en algún momento, estaremos frente a una”, agregó.
Adaptado de infobae.com, 17/04/20.
Cómo enfrentó George W. Bush las amenazas del SIDA y el SARS
El president George W. Bush ha recibido elogios de republicanos y demócratas por el compromiso que asumió para combatir el SIDA mundialmente, pero particularmente en África.
En 2003, la administración del presidente George W. Bush creó el Plan de Emergencia para el Alivio del SIDA, una iniciativa para atender la epidemia mundial.
“Esa iniciativa fue posiblemente una de las mejores políticas de su presidencia”, dio Barry. “Básicamente recibió un aplauso universal”.
Desde su inicio, el plan de Bush proporcionó 80.000 millones de dólares para tratamiento el SIDA, prevención e investigación, convirtiéndolo en el más grande programa global de salud enfocado en una enfermedad. Se le da crédito con haber salvado a millones de personas, especialmente en el África sub-sahariana.
En abril de 2003, luego de un brote en Asia, G. W. Bush firmó una orden ejecutiva agregando el Síndrome Severo Agudo Respiratorio (SARS, por sus siglas en inglés) a una lista de enfermedades contagiosas que podrían resultar en el aislamiento forzado de personas. Eventualmente, unas 8.000 personas contrajeron el virus a nivel mundial, y unas 774 murieron durante el brote del 2003. En Estados Unidos, solo ocho casos de SARS fueron documentados con resultados clínicos.
En 2005, la administración Bush creó la Estrategia Nacional para la Pandemia de Influenza, que obliga al gobierno a mantener y distribuir un inventario de suministros médicos en el evento de un brote, y una infraestructura para que futuros presidentes puedan aprender y apoyarse al lidiar con sus propias pandemias.
Adaptado de: voanoticias.com
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La OMS ocultó información vital sobre el Covid-19
abril 15, 2020
Taiwán avisó tres meses antes pero nadie le hizo caso
Taiwán reveló los correos que envió a la OMS diciembre 2019 alertando sobre un brote de «neumonía atípica».
Taiwán reveló los correos que envió a la OMS diciembre 2019. Estos correos alertaban sobre creciente amenaza de una “neumonía atípica”.
La Organización Mundial de la Salud negó la existencia de esta correspondencia pero se hizo pública.
La OMS desmintió el haber recibido y desatendido una alerta precoz de Taiwán. Además, negaron que fueron alertados sobre la gran base de contagios que empezaba a crecer día a día entre el personal médico en Wuhan. Es decir, alertaron de un contagio “de humano a humano”.
El gobierno de Donald Trump denunció que la OMS había sido notificada y esta ignoró la temprana advertencia.
Taiwán envió una advertencia en diciembre de 2019 un brote de “neumonía atípica” en China. El presidente de los Estados Unidos destacóla inclinación de la Organización por China.
Semanas atrás, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, acusó a Tsai Ing-wen, la presidenta de Taiwán, de racista y ella se defendió:“Taiwán es un país que se compromete con la libertad, la democracia, la diversidad y la tolerancia”.
Y agregó: “Durante años, hemos sido excluidos de las organizaciones internacionales y sabemos mejor que nadie lo que se siente ser discriminado y aislado».
La OMS solo toma como miembros aquellos países que participan de las Naciones Unidas. La Asamblea General de la ONU no reconoce a Taiwan; por lo tanto, el país queda excluido de los debates con el resto de los países.
El Centro de Control de Enfermedades de Taiwán reveló a través de un comunicado de prensa oficial el contenido de la carta y su fecha de envío.
“En respuesta a que la OMS se niega a admitir que fue alertado de la posibilidad de contagio humano a humano de COVID-19”, comienza el comunicado del país.
“El Centro de Control de Enfermedades de Taiwán se enteró de 7 casos de neumonía atípica en Wuhan, China”. Y explica: “En China, el término “neumonía atípica” se refiere al SARS, una enfermedad que se transmite entre humanos”.
La OMS dijo que en el correo “no se menciona una transmisión de humano a humano” y el CDC taiwanés demostró lo contrario.
El comunicado sigue y escribe: “Debido a la experiencia de la pandemia de SARS en 2003, Taiwán lleva cuenta de información del nuevo brote. El 31 de diciembre de 2019, Taiwán envió un mail a la OMS informando sobre nuestro entendimiento de la enfermedad y pidiéndole información adicional a la Organización”.
“El brote ocurrió justo antes de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que generalmente enormes cantidades de personas para viajan”.
El gobierno de Taiwán afirma que su alerta no fue enviado a otros países, sino que la OMS decidió ocultarlo.
“En el correo electrónico nos esforzamos por referirnos a la neumonía atípica, y notamos específicamente que los pacientes habían sido aislados para recibir tratamiento”.
Taiwán acusa a la OMS con pruebas de su imposibilidad de actuar a tiempo: según el país, fueron alertados de la transmisión de persona a persona en diciembre.
Al día de hoy, Taiwán cuenta con 393 casos confirmados de COVID-19 y con seis víctimas fatales. El país en 2003 sufrió un gran golpe con la pandemia de SARS y reaccionaron inmediatamente frente a este nuevo brote.
Fueron capaces de clasificar el 15 de junio la enfermedad como: “Neumonía especial, severa y contagiosa” antes de llamarla COVID-19.
Fuente: infotechnology.com, 14/04/20.
Antecedentes de manejos turbios en la OMS:
La OMS ocultó que sus expertos en Gripe A cobraron de Farmacéuticas
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El impacto del coronavirus en la Geopolítica europea
marzo 29, 2020
El coronel Pedro Baños: «Los informes alertaban de una pandemia mundial y ha faltado reacción»
«La Unión Europea va a salir muy debilitada de esta crisis», advierte el coronel del Ejército de Tierra. Lamenta que «nuestros aliados nos den la espalda» pero lanza un mensaje de optimismo: «Los españoles sabremos salir adelante, ojalá tengamos líderes políticos que nos lleven por el buen camino»
Por Gonzalo Araluce.
El coronavirus ha roto en dos la Historia reciente de España… y del mundo. Los equilibrios de poder han cambiado. También las inquietudes sociales. Las cifras de infectados, de muertos, asaltan los informativos y luchamos por doblegar la famosa curva de contagios. ¿Había alguna forma de prever esta situación? ¿Cómo vamos a quedar cuando superemos la crisis? Los informes ya alertaban de los riesgos de una pandemia mundial. Así lo advierte el coronel Pedro Baños, diplomado de Estado Mayor y durante años al frente de labores de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo. Ahora desgrana para Vozpópuli algunas de las claves de esta epidemia. Lamenta la falta de previsión de los Estados. También cree que la Unión Europea será la gran perdedora de esta crisis mundial, lastrada por su correosa burocracia y su incapacidad de una reacción rápida. Sobre el futuro de España, advierte: «Es el momento de replantearnos muchas cosas a nivel interno».
–¿Estaba prevista una crisis sanitaria de esta envergadura? ¿Ha faltado reacción?
-Previsto estaba. En las estrategias de Seguridad Nacional de España se ha abordado varias veces el tema. En la de 2011 se hablaba de los riesgos de las pandemias. En la de 2013 se insistía en el tema. Y en 2017 se profundizaba más en ellas con especial detalle en el ébola. Aún más lo citaban en las estrategias de Reino Unido de 2008 y 2010, citando la palabra ‘pandemia’ una docena de veces y diciendo que es una de las grandes amenazas a la seguridad. Al mismo nivel que un ciberataque o un ataque terrorista.
Pero todo eso queda sólo en el papel, no se ha fortalecido el sistema. Es cierto que una pandemia como esta no hay un sistema sanitario que lo aguante, pero estábamos con la guardia muy baja. También en el ámbito económico: casi sin reservas o con deudas. Ha faltado reacción y la recuperación va a ser muy difícil.
–Si algo estamos viendo estos días es que la pandemia del coronavirus está sacudiendo el tablero internacional.
-Lo primero que tenemos que entender es el concepto en que estábamos. Era de un enfrentamiento tecnológico que iba a más entre un Estados Unidos decreciente y una China con un auge impresionante. China ha gestionado la crisis y la ha convertido en oportunidad. Aún estamos a la espera de ver la reacción de Estados Unidos, que tiene que reformular el orden económico mundial para que le vuelva a ser favorable. Estamos en los primeros pasos, nos quedan por ver muchos movimientos.
–En uno de sus libros –Así se domina el mundo y El dominio mundial [ambos en la editorial Ariel]– recoge la siguiente reflexión: “No hay aliados eternos, sino intereses permanentes”. ¿Lo estamos viendo estos días?
-Tenemos el caso bien claro de Italia, que ha pedido ayuda no a un país de la OTAN, no de la Unión Europea. Se la ha pedido a Rusia. Toda esta situación está fomentando el euroescepticismo. La Unión Europea no ha logrado materializar nada. Los países afectados abren los brazos de par en par a Rusia y China.
–Si hace dos meses nos enseñan imágenes como las de los militares italianos y rusos trabajando codo con codo nos hubiera costado creerlo.
-Más aún teniendo en cuenta que Rusia está sancionada económicamente por la Unión Europea. Evidentemente esto tiene sus tintes propagandísticos y su estrategia, pero la realidad esta ahí. Aquellos que pensábamos que eran nuestros amigos más íntimos, nuestros aliados, nos están dando sistemáticamente la espalda.
–Dice que la Unión Europea no ha logrado materializar las ayudas a los países miembros…
-Va a salir muy debilitada de esta crisis, traslada a la ciudadanía una imagen de ineficacia. A eso hay que sumar el euroescepticismo que ya estábamos viviendo, con el Brexit como máximo exponente. Esto puede provocar una profunda desunión. La Unión Europea no está sabiendo aprovechar esta crisis para reconvertirla en una oportunidad de fortalecerse. La lentitud burocrática es un problema.
–¿Y en España? ¿Puede cambiar la concepción del Estado tal y como la conocemos?
-Pueden cambiar muchas cosas en el plano socioeconómico interno. Nos enfrentamos a un debilitamiento enorme de la sociedad. También de las grandes empresas y de los Estados. Tenemos volúmenes de paro muy alto, jóvenes con trabajos mal pagados y poca calidad. La clase media está cada vez más empobrecida. Es el momento de replantearnos muchas cosas a nivel interno. Tenemos que tener siempre alguna previsión, una reserva en el plano gubernamental y también en el individual para hacer frente a una crisis.
–Las consecuencias de todo esto las tenemos que contemplar a largo plazo.
-Lo estamos viviendo ya en España. Todos tenemos personas en nuestro entorno que lo están sufriendo en ERTEs, autónomos sin proyectos, pequeños empresarios que se quedan sin trabajos… Si esto se prolonga 2 o 3 meses, muchos no abrirán la persiana. Hay economistas que dicen que vamos a salir en ‘V’ [teoría que apunta a que la economía y el consumo se revitalizarán a fuerte ritmo tras los meses de parón]. Yo creo que no, que más bien será una ‘U’. Que una vez que esto pase, las personas con pocos ahorros tendrán que pedir préstamos, que el consumo se va a retrotraer y que aquellos con disponibilidad económica van a estar muy pendientes de gastar poco.
–Y una vez golpeados de pleno nos encontramos con el surgimiento de una cantidad ingente de fake news, que dificultan la gestión de la crisis.
-Lamentablemente también proceden de las instituciones, son oficiales y es muy difícil luchar contra ellas. Están proliferando agencias, departamentos o webs para detectar noticias falsas, pero sólo filtran aquellas que les interesan, por tintes ideológicos, económicos o el que sea. También hay quienes crean fake news por divertirse o por pura maldad. Hoy en día las notamos más porque nos entran a todos a través de la tecnología.
–¿Saldremos de esta?
-El pueblo español es extraordinario. Somos más trabajadores de lo que nos pensamos: cuando salimos al extranjero damos el do de pecho. Somos creativos, flexibles, y todo eso nos va a permitir salir adelante. No significa que vaya a ser fácil ni en poco tiempo, pero seguro que lo conseguimos. Ojalá tengamos líderes políticos que nos lleven por el buen camino y dentro de la unidad.
Fuente: vozpopuli.com, 29/03/20.
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Coronavirus: Prevención y Tratamiento
marzo 18, 2020
Coronavirus: todo lo que hay que saber sobre las estrategias de prevención y tratamiento
Debemos recordar que la situación es dinámica y que las recomendaciones pueden variar si surgen nuevas evidencias. Hasta el momento, estas son las herramientas de la ciencia para contener la epidemia y para tratar a los pacientes infectados
Por Daniel Stamboulian. Profesor Emérito de Infectología de la Facultad de Medicina de la UCES y Voluntary Profesor of Medicine of the University of Miami
¿Cómo y cuándo comenzó todo? En diciembre de 2019 cuando se reportó un brote de neumonías graves en la ciudad de Wuhan, China. Los estudios de los pacientes revelaron que se trataba de un nuevo coronavirus humano que se denomina coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2). En pocos meses la infección se diseminó rápidamente. Avanzado el mes de marzo ya afectó a 146 países en el mundo con más de 164 mil casos confirmados.
Los coronavirus (CoV) conforman una familia de virus que en los humanos causan infecciones respiratorias de distinta gravedad: desde el resfrío común leve, hasta el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
La infección con SARS-CoV-2 se llama COVID-19, puede ser asintomática o puede causar enfermedad con síntomas desde leves a moderados o graves. Según lo observado en China, la mayoría de los pacientes tenían entre 30 y 80 años y el 80% de los casos fueron leves. El período de incubación es de 2 a 14 días, con una media de 5 días y los síntomas más comunes son la fiebre, la tos, el cansancio y la dificultad respiratoria. Las formas graves comprometen el pulmón causando neumonía. Las personas con más riesgo de enfermar son los mayores de 60 años y aquellas con enfermedades preexistentes.
Las principales medidas de prevención son:
-Lavado de manos frecuente con agua y jabón o alcohol en gel
-Distanciamiento o aislamiento social en especial en las personas con factores de riesgo (restricción de reuniones, de viajes, suspensión de las clases)
-Uso de barbijo solo en las personas que presentan síntomas (fiebre o tos) y sus cuidadores. Es importante seguir las indicaciones para un uso correcto de las mascarillas según las Guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
-Ventilar los ambientes
-Desinfectar superficies y utensilios de cocina con una dilución de lavandina (4 cucharaditas de té en 1 litro de agua) o alcohol etílico diluido al 70% (tres partes de alcohol y una de agua).
Tratamiento
En cuanto al tratamiento, existen varias drogas que se evalúan en estudios clínicos en el mundo. En la Argentina, especialistas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) elaboraron un consenso provisorio para el tratamiento farmacológico de la neumonía por COVID-19 sobre la base de la escasa evidencia disponible hasta el momento. Las recomendaciones son:
Lopinavir/Ritonavir (un antiviral inhibidor de proteasa que se utiliza para el tratamiento del VIH). La dosis recomendada es 400mg/100mg cada 12 horas vía oral.
Esta combinación fue efectiva en pacientes con SARS. (Fuente: Tsui E et al. Treatment of severe acute respiratory syndrome with lopinavir/ritonavir: a multicentre retrospective matched cohort study. Hong Kong Med J. 2003)
También se puede utilizar la combinación Darunavir/Ritonavir (600mg/100mg) cada 12 horas.
Hidroxicloroquina 400 mg cada 12 horas. Esta droga se usa hace más de 70 años para el tratamiento de la malaria y también tiene acción antiviral. (Fuente: Colson P et al. Chloroquine and hydroxychloroquine as available weapons to fight COVID-19. Int J Antimicrob Agents. 2020:105932.)
El Remdesivir es otro antiviral potencial pero no se encuentra aprobado, ni disponible en Argentina. El consenso también recomienda el tratamiento preventivo con Lopinavir/Ritonavir o Darunavir/Ritonavir, en las personas mayores de 60 años o con comorbilidades que tuvieron un contacto estrecho con una persona infectada. Todas estas recomendaciones son dinámicas y se actualizarán de acuerdo a la nueva evidencia que surja. La OMS no recomienda el uso de corticoides para el tratamiento de CoVID-19.
Por su parte, no se demostró un aumento del riesgo de complicaciones en pacientes infectados con COVID-19 que recibieran inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y los bloqueantes del receptor de angiotensina 2 para el tratamiento de la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y la diabetes. Sobre esto último, la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Argentina de Hipertensión comunicaron que es primordial que los pacientes hipertensos continúen el tratamiento antihipertensivo y el control de la presión arterial y que no existe evidencia científica hasta el momento que avale la hipótesis de aumento de riesgo para los pacientes que reciban esos tratamientos. (http://www.saha.org.ar/)
Ya hay en desarrollo y en estudio varios candidatos vacunales contra COVID-2.
La ciencia avanza y los investigadores y científicos trabajan incansablemente. También lo hacemos todos los que integramos el sistema sanitario y los comunicadores. Es importante que cada persona nos acompañe cuidándose a sí misma y a la sociedad toda.
Fuente: infobae, 18/03/20.
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Cómo proteger a los adultos mayores del coronavirus
marzo 17, 2020
Cómo podemos proteger a las personas mayores del coronavirus
Por Katie Hafner. The New York Times.
En medio de la incertidumbre que se vive en torno a la pandemia del coronavirus se encuentra un hecho incontrovertible: las personas mayores tienen el índice más alto de muertes, sobre todo quienes tienen padecimientos médicos subyacentes.
Hasta la fecha, de los casos confirmados en China casi el quince por ciento de los pacientes de más de 80 años ha muerto. Para los que tienen menos de 50, el índice de mortalidad era de menos del uno por ciento.
Aún no hay pruebas de que sea mucho más probable que las personas mayores se contagien del coronavirus, a diferencia de los jóvenes. Sin embargo, los expertos médicos dicen que, si las personas de más de 60 años se infectan, es más probable que sufran una enfermedad grave que amenace su vida, aunque su salud general sea buena. Las personas mayores con padecimientos médicos subyacentes están expuestas a un riesgo particularmente alto. Los expertos le atribuyen parte de ese riesgo a un debilitamiento del sistema inmune debido a la edad.
Eso hace que las personas mayores y sus familias se pregunten cuáles son las precauciones adicionales que deben tomar. Hay varias prácticas ideales que han sido recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS), los geriatras y los especialistas en enfermedades infecciosas.
Familiarízate con los lineamientos y síguelos
Los geriatras recomiendan a sus pacientes que se apeguen a las recomendaciones actuales de los CDC y la OMS, una letanía de consejos que se han vuelto bastante conocidos: lávate las manos frecuentemente con jabón y agua tibia durante veinte segundos o límpialas con un gel antibacterial a base de alcohol; evita estrechar manos; aléjate de las grandes reuniones; limpia y desinfecta objetos que se toquen con frecuencia; evita el transporte público y las multitudes. Abastécete de provisiones.
Los cruceros no son una buena opción, como tampoco lo son los viajes no esenciales. No se recomienda hacerles visitas a los nietos.
“He tenido esta conversación unas cien veces durante la semana pasada”, dijo Elizabeth Eckstrom, directora de geriatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon en Portland. Eckstrom dijo que la mayoría de los pacientes que atiende en su clínica tienen más de 80 años. Todos han expresado abiertamente su preocupación.
Según Eckstrom, todos sus pacientes tienen al menos un padecimiento crónico. “La mayoría tiene tres, cuatro, cinco o más”, agregó.
La gente se equivoca al asumir que, si un padecimiento médico se gestiona adecuadamente mediante tratamiento, está fuera de peligro. Incluso quienes tienen padecimientos y se encuentran estables deben tener precauciones adicionales.
“Esos padecimientos pueden limitar la reserva subyacente y llevar a peores resultados cuando las personas mayores se enferman de gravedad, lo cual afecta a todos los sistemas de órganos”, dijo Annie Luetkemeyer, especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital General Zuckerberg de San Francisco.
“La diabetes, por ejemplo, puede hacer que sea más difícil combatir una infección, y un padecimiento cardiaco o pulmonar subyacente quizá dificulte que esos órganos sigan el ritmo de las exigencias provocadas por una infección grave de COVID-19”, dijo, refiriéndose al síndrome causado por el nuevo coronavirus.
Daniel Winetsky, académico en materia de enfermedades infecciosas en la Universidad de Columbia en Nueva York, dijo que los consejos que les dio a sus propios padres, que viven al otro lado del país en San Francisco, han cambiado drásticamente. Hace una semana, dijo, les decía que estaban seguros e incluso les recomendó que siguieran adelante con un viaje que estaban planeando hacia la región de Everglades en Florida con un pequeño recorrido en grupo.
A lo largo del fin de semana, aumentaron sus temores sobre la pandemia, y el martes no solo les pidió que no fueran, sino que también les aconsejó reducir a un mínimo el número de personas con las que tenían contacto. Las visitas de sus nietos están prohibidas.
Winetsky le dijo a su madre, Carol, que tiene 73 años y sufre asma, que dejara de asistir a las reuniones que tiene cada dos semanas con su grupo de tejido. Además, le pidió a Hank, su padre, que ha tenido dos endoprótesis coronarias, que no asistiera a ninguna de sus dos reuniones grupales de lectura.
Su madre sigue yendo a la tienda de abarrotes y evita lugares concurridos como Costco. Con el permiso de su hijo, aún asiste a sesiones de terapia física para una lesión en la espalda, pero se asegura de que su terapeuta se lave las manos y que limpien el equipo con desinfectante.
¿Qué pasa con las citas médicas no esenciales?
Algunos expertos están recomendando que los adultos mayores en riesgo cancelen las citas médicas no esenciales, incluyendo las visitas de bienestar. En caso de estar disponibles, los servicios de telemedicina pueden ser un sustituto razonable.
Eckstrom generalmente está de acuerdo, pero con sus reservas. Aunque quizá sea prudente cancelar las visitas programadas que no son urgentes, dijo, “muchos adultos mayores tienen problemas que requieren un seguimiento constante, como la demencia, la enfermedad de Parkinson, las caídas y los problemas cardiacos”. Le preocupa que cancelar visitas permita que estos padecimientos se salgan de control, pero está de acuerdo en que las consultas de telemedicina pueden ayudar a cerrar esa brecha.
Otro paso útil: habla con tu médico sobre acumular dos o tres meses de medicamentos esenciales con receta.
Ten cuidado con el aislamiento social
Los expertos advierten que el distanciamiento social, el pilar del control epidémico, podría causar aislamiento social, que ya es un problema en la población de la tercera edad. De acuerdo con un estudio reciente del Centro de Investigaciones Pew en más de 130 países y territorios, el dieciséis por ciento de las personas de 60 años o más viven solas. La soledad, según hallazgos de los investigadores, implica su propio conjunto de riesgos de salud.
Winetsky está consciente del peligro, y les ha sugerido a sus padres que organicen reuniones virtuales con amigos y familiares, pues tiene en mente los beneficios de la participación social. “He tratado de explicarlo así: ‘No cancelen esas actividades, sino opten por Zoom, Skype o FaceTime’”, comentó.
Charla con los asistentes de atención médica en el hogar
La Asociación Nacional de Cuidado Doméstico y Hospicio calcula que doce millones de “personas vulnerables de todas las edades” en Estados Unidos reciben cuidados en sus hogares, suministrados por una fuerza laboral de atención médica en el hogar de aproximadamente 2,2 millones de trabajadores. Para muchos adultos mayores, eso implica un desfile constante de asistentes de atención médica que pasan por su puerta, algunos más conscientes de la higiene que otros.
Las personas deben conversar con sus cuidadores sobre la higiene, sugirió David Nace, presidente electo de la Sociedad para Medicina de Cuidados Postagudos y a Largo Plazo, un grupo profesional que representa a los trabajadores que laboran en centro de cuidados a largo plazo.
Verifica dos veces que los encargados de los cuidados se laven las manos o usen gel antibacterial. Cualquier equipo que traigan debe limpiarse con desinfectante. Además, asegúrate de que se sientan sanos.
“Si estás solo, quizá estés en una posición muy vulnerable porque dependes de esa persona”, dijo Nace. “Puede ser intimidante. Pero con suerte quizá haya una relación tan buena como para iniciar la conversación”.
El dilema del asilo para ancianos
Cerca de 1,7 millones de personas, la mayoría de la tercera edad, se encuentran en asilos en Estados Unidos, una fracción de los 50 millones de estadounidenses de más de 65 años.
Dada la serie de muertes en un asilo en Kirkland, Washington, donde hubo muchas afectaciones por el virus, los asilos para ancianos están en alerta máxima. Muchos se han sometido a una cuarentena total.
El gobierno federal les está pidiendo a los asilos para ancianos que prohíban la entrada de visitantes, con la excepción de “la atención compasiva, como las situaciones del término de la vida”.
Curtis Wong, de 66 años, un investigador retirado de Microsoft que vive en el área de Seattle, solía visitar a sus padres con frecuencia. Tienen noventa y tantos años y viven en un centro de vida asistida en Sierra Madre, California.
El jueves, el centro prohibió todas las visitas no médicas y señaló que estaba cambiando sus códigos de acceso al edificio. En un correo electrónico mediante el que anunciaron la medida, la administración del centro ofreció poner a los residentes en contacto con sus familiares a través de FaceTime.
Hace tres días, dijo Wong, durante un chat de video con su padre se preocupó por la posibilidad de no volverlo a ver. “Las cosas se pusieron muy emotivas”.
Mantente activo, incluso durante una pandemia
Los geriatras temen que el distanciamiento social quizá afecte rutinas de maneras que afecten la vitalidad de los adultos mayores. Enfatizan la importancia de mantener los buenos hábitos, incluyendo suficiente tiempo para dormir, la alimentación saludable y el ejercicio.
El ejercicio quizá sea benéfico al combatir los efectos del coronavirus. Puede ayudar a impulsar el sistema inmune, disminuir la inflamación y tener beneficios mentales y emocionales. Un paciente que depende del ejercicio diario en el gimnasio pero quiere evitar situaciones riesgosas quizá simplemente pueda tomar un paseo.
El miércoles por la tarde, Hank Winetsky, de 80 años, acababa de regresar de una ronda de golf con un pequeño grupo. Las cuatro personas tenían de 70 a 81 años. “El golf es bastante seguro en cuanto al contacto humano”, comentó.
No obstante, incluso el golf demostró no ser un deporte libre de contacto. “Había una botella de agua en el carrito, y todos pensaban que era suya”, comentó. “Los cuatro bebíamos de ahí. Ahora todos estamos espantados”.
Fuente: infobae.com, 17/03/20.
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Coronavirus: ¿Qué pasará con la Economía global?
marzo 13, 2020
¿Recesión o depresión global?
Por Héctor Rubini.
El avance del coronavirus sigue una dinámica que se ajusta a lo que días atrás llamábamos el “tipping point”. Un punto de inflexión bifronte: con una desaceleración en el avance de esta enfermedad en la República Popular China y una aceleración de contagios en el resto del mundo. La suspensión de actividades en Italia y las medidas restrictivas en varios países europeos y de América (incluido el nuestro) bien podría ser el inicio de un nuevo sendero de dinámica desconocido. Es de esperar que finalmente se logre la ansiada vacuna, y probablemente para varios tipos de coronavirus, pero hasta su alcance para la población mundial en general se requerirá una cantidad de meses todavía incierta.
El impacto sobre la actividad económica ya asoma también fuera de China y los mercados lo vienen descontando desde hace casi dos semanas. La reacción es lo que se conoce como “flight to quality”: huir de activos percibidos como riesgosos y de baja liquidez. Los impactos negativos sobre las finanzas personales, de empresas y de gobiernos no se limita ya a China y como era de esperar, los mercaos bursátiles reaccionaron drásticamente a la baja. La caída de ayer no ha sido tan sorpresiva luego del drástico anuncio de Donald Trump de prohibir el arribo de vuelos desde Europa, salvo Reino Unido.
Las respuestas sanitarias de los gobiernos nacionales de todo el mundo lejos están de ser coordinadas, y el rol de la Organización Mundial de la Salud no parece ir más allá del relacionismo público. El rol de los organismos multilaterales, gobiernos y bancos centrales no es muy diferente, y el público lo percibe así. El anuncio de la Reserva Federal de inyectar US$ 1.500 millones sonó a poco y, con una caída superior al 5% por la mañana de ayer, Wall Street tuvo que detener su operatoria. Algo análogo ocurrió en otras plazas, repitiéndose el desplome de los precios de las acciones.
En el otro lado del Atlántico, el Banco Central Europeo anunció emisión monetaria para compras de deuda pública, manteniendo sin cambios las tasas de interés en torno de cero. La respuesta de los inversores siguió siendo la misma: vender, vender. Mal debut de Christine Lagarde como “piloto de tormenta” en Europa.
El clima de pánico se ha arraigado, y estamos en presencia del inicio de una destrucción de riqueza no muy diferente del derrumbe de los mercados de 2008 ante la caída de Lehman Brothers. Pero el lunes 9 se registró por primera vez una caída de toda la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. a niveles inferiores a 1%. Un tipo de pánico algo mayor y que no será fácil de revertir. Tampoco sus consecuencias después de nuevas caídas en los precios de las acciones como las registradas ayer en varias plazas del mundo: Milán (-16,9%), San Pablo (-14,8%), Madrid (-14,1%), París (-12,3%), Frankfurt (-12,2%), Londres (-10,9%), Dow Jones (-9,9%), Buenos Aires (-9,8%), Zurich (-9,6%), S&P500 (-9,5%) y Nasdaq (-9,4%).
Las caídas acumulada de los índices bursátiles más representativos en lo que va de 2020 son realmente impresionantes, tanto por su magnitud, como por la incertidumbre respecto de cuándo se detendrán San Pablo (-37,2%), Milán (-36,6%), Madrid (-33,1%), París (-32,4%), Buenos Aires (-31,9%), Frankfurt (-30,9%), Londres (-30,6%), Dow Jones (-25,7%), Zurich (-22,1%), Tokio (-21,6%), Nasdaq (-19,7%), México (-15,9%), Hong Kong (-13,8%) ,y la lista sigue…
¿Será viable optar por inyecciones de liquidez coordinadas como después de la crisis Subprime? Factible, es. Su efectividad es más que dudosa. El origen del problema no es una crisis de liquidez en el sistema financiero, es un shock real sobre los recursos humanos de cada vez más países que impacta inicialmente en la oferta y circulación de bienes, pero que será magnificado por una inevitable caída de la demanda agregada de los países afectados por este nuevo mal, y las medidas restrictivas aplicadas por sus gobiernos y los de países vinculados a los mismos.
¿Sería viable un megaplan global fiscal coordinado? No es de descartar, y de hecho lo están pidiendo inversores privados, hasta el fondo Blackrock, que cobró notoriedad en nuestro país por su protagonismo en la crisis cambiaria de 2018-2019. Pero su resultado estará condicionado al cese de la difusión de esta enfermedad y a las forzosas cuarentenas y restricciones de los gobiernos ante la inexistencia de una vacuna. ¿Hay riesgo de una gran recesión mundial? Sí. ¿Hay riesgo de una gran depresión mundial? También. Las teorías económicas disponibles, ¿tienen recetas únicas de política para recomendar en este tipo de escenario? En realidad, no. Poco y nada han explorado las teorías macroeconómicas modernas frente a episodios considerados fantasiosos hasta no hace mucho, como guerras bacteriológicas, daños ecológicos generalizados e irreversibles, o aparición de virus nuevos frente a los cuales la ciencia médica y los investigadores en biotecnología necesitan tiempo para dar respuestas efectivas. Un tiempo incierto que torna inviables no pocas actividades económicas y que forzosamente obliga a descartar alternativas de inversión de alto riesgo.
¿Podría repuntar la demanda de deuda pública en todo el tiempo necesario para poner fin a esta pandemia? No se sabe. Se puede hacer el intento, puede salir bien, o no. Pero se requiere coordinación internacional, la gran ausente hoy no sólo en materia de políticas sanitarias, fiscales y monetarias, sino también en la regulación de los mercados bursátiles. Algunas Bolsas optaron ayer por prohibir posiciones cortas sobre acciones con bajas superiores a cierto umbral arbitrario (-10%, por caso, en la Bolsa de Madrid).
Sin coordinación internacional, ni criterio claro de definición de prioridades, objetivos e instrumentos, poco pueden aportar. Sin coordinación de verdad, el pánico no se va a revertir. Ayer algunos analistas de Barclay’s han sostenido respecto del “efecto dominó” en las Bolsas europeas que “los mercados se mantendrán agitados durante las próximas semanas”, “los valores europeos podrían caer 10% más”, “las acciones en Europa se venden a niveles que sugieren una recesión”.
¿Y el petróleo? En medio de la guerra de precios, también vía cantidades hay “picardías” que también fortalecen el clima bajista. Arabia Saudita ofrece petróleo cada vez más barato en Europa (“patio trasero” para las petroleras y gasíferas rusas), y en EE.UU., ya abastecido gracias al fracking. La presión a la baja al precio del barril bien podría continuar. En el caso del Brent, ya cayó a U$S 33 y no se descarta que en breve rompa el “piso” de U$S 30. Frente a esto, la baja de las commodities podría continuar, salvo en el caso del oro, que junto a los bonos de los Tesoros de EE.UU., Alemania y Japón, asoma como uno de los pocos “refugios seguros”. Pero cuando todo cae, lo “seguro” bien puede no serlo.
En suma, marzo empezó muy mal, y nada indica que pueda terminar mejor. Un escenario turbulento que nos seguirá complicando la vida a todos, al menos por varias semanas.
Fuente: eleconomista.com.ar, 13/03/20.
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