La economía norteamericana en franco crecimiento

marzo 21, 2018

La economía de EE.UU. crece y no se recalienta

Por Jorge Castro.

USA banderaLos empleos en EE.UU. aumentaron 313.000 en febrero, el mayor incremento desde julio de 2016, y superaron en más de 100.000 puestos de trabajo las estimaciones más optimistas del mercado. Esto ocurrió con una tasa de desocupación de 4,1%, la más baja desde la década del 60, salvo el breve interregno 2000/2001 (boom de la burbuja Dot.Com).

El nivel récord de creación de empleo en febrero no modificó la tasa de desocupación porque más de 60% de los nuevos puestos de trabajo fueron ocupados por hombres adultos (25/54 años de edad) ajenos a la fuerza laboral, que resolvieron reintegrarse a ella por la fuerte demanda y los mejores salarios reales.

La participación laboral en EE.UU. entre 2010 y 2017 (62,4% de la población económicamente activa) ha sido la menor de los últimos 20 años, lo que significa que más de 8 millones de adultos en condiciones de trabajar han permanecido voluntariamente ajenos a la fuerza de trabajo en ese periodo.

La tasa de participación laboral aumentó de 62,7% a 63% en febrero de 2018, lo que equivale a afirmar que se incorporaron a la fuerza de trabajo 806.000 operarios. En los últimos 2 meses comenzaron a elevarse los salarios reales estadounidenses (+2,8% anual en enero/ +2,6% en febrero); y todo esto sucede con una tasa de inflación menor que 2% anual, inferior al nivel de referencia establecido por la Reserva Federal para enfrentar el riesgo deflacionario.

Puede concluirse que no hay ningún síntoma de que se haya agotado la capacidad productiva norteamericana, usualmente denominada “sobrecalentamiento”; y esto ha ocurrido cuando ha vuelto a crecer el nivel de productividad de todos los factores (PTF), que ascendió a +1,5% anual en enero, lo que implica que ha quedado definitivamente atrás la etapa abismal en que la PTF fue inferior a 0,5% por año (2010/2016), la más baja de la historia de EE.UU.

El recorte de impuestos de Trump implica una disminución de 14 puntos porcentuales (p.p.) en la tasa marginal de ganancia de las corporaciones estadounidenses. Equivale a una reducción de 8 p.p. en el costo del capital y a una mejora en el retorno empresario de 20%/30%.

También el recorte disminuye 2.75 p.p. el impuesto marginal a los ingresos de los trabajadores estadounidenses, que implica un alza de US$4.000 por año en los salarios efectivos que llevan a sus hogares. El nuevo sistema impositivo ha desatado un auge extraordinario de los incentivos económicos a la inversión y a la fuerza de trabajo.

El resultado ha sido un aumento nítido de la capacidad potencial, que podría alcanzar a 2 o 3 puntos porcentuales del PBI en los próximos 2/3 años. Lo que sucede es un fenómeno por el lado de la oferta, no de la demanda; y por eso aumenta la productividad de todos los factores y se incrementan los salarios reales, sin inflación.

La Reserva Federal de Dallas advierte que el recorte de impuestos aumentará 1,3% el PBI en 2020, y que la mayor parte del alza ocurrirá en 2018. Este recorte impositivo (la tasa de ganancia pasa de 35% a 21%) es el más drástico de la historia norteamericana desde el gobierno de Ronald Reagan, con el agregado de que las mejorías en las ganancias de individuos y corporaciones tienen un carácter permanente, estatutario, de una vez para siempre.

El nuevo sistema tiene un carácter territorial, que sujeta exclusivamente a las empresas norteamericanas a la obligación de tributar en los ingresos que obtengan dentro de sus fronteras. Más del 60% de las compañías estadounidenses son transnacionales, y representan 44% del total de las firmas que integran el sistema integrado transnacional de producción, núcleo estructural del capitalismo del siglo XXI.

Esto significa que ha terminado la doble imposición sobre las empresas norteamericanas en EE.UU. y en el exterior. Esta es la razón fundamental que hace que las firmas estadounidenses tengan afuera más de US$3,4 billones, y de los que este año repatriarían (según la UNCTAD) US$2,4 billones.

La bajísima tasa de inversión en EE.UU. (12,9% del PBI entre 2010 y 2016) era la consecuencia de este fenómeno de la doble imposición y del hecho de imponer a sus empresas el impuesto a las ganancias más elevado del capitalismo avanzado.

Esto sumergió a EE.UU. en un estancamiento depresivo entre 2010 y 2016 (el PBI aumentó 2,1% anual en ese periodo), al tiempo que frenó el pleno despliegue de la nueva revolución industrial a pesar del liderazgo científico y tecnológico de Silicon Valley.

La Reserva Federal de Dallas estima que las firmas norteamericanas disminuirán en 29% el pago de impuestos en los próximos 10 años, y que 7,8% de este recorte tendrá lugar en 2018.

Por eso el recorte de impuestos de Donald Trump tiene una importancia mundial, y modifica, a través del boom de inversiones que recibe EE.UU., la direccionalidad del flujo de capitales a escala global.

Un cambio crucial ha ocurrido en el capitalismo norteamericano.

Fuente: Clarín, 21/03/18.


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Una ola de innovación atraviesa el agro de los Estados Unidos

marzo 7, 2018

Una ola de innovación atraviesa el agro de los «farmers»

En el contexto de un negocio agrícola en el que se achicaron los márgenes, las compañías se fusionan e invierten para lograr mayor eficiencia.

Por Jorge Castro.
Una ola de innovación atraviesa el agro de los "farmers"

La agricultura de precisión, con sensores y drones, y a es decisiva para lograr más competitividad y aprovechar mejor los insumos.
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Los ingresos de los productores agrícolas norteamericanos cayeron más de 50% en los últimos 3 años, mientras que el precio de la tierra y los impuestos a la propiedad aumentaron 30% promedio en los estados del Medio Oeste, con epicentro en Nebraska, Iowa, y Kansas, corazón de la producción agroalimentaria de Estados Unidos, la primera y más avanzada del mundo.

USA banderaAl mismo tiempo, las grandes trasnacionales estadounidenses del negocio agroalimentario –Cargill, ADM, Bunge- experimentaron una disminución neta de más de 30% en sus ganancias corporativas como consecuencia de la caída de los precios de los commodities agrícolas.

Esto sucede cuando las tres grandes del negocio agroalimentario norteamericano se ven forzadas a aumentar sus inversiones de capital para satisfacer una demanda mundial que se intensifica cada vez más, proveniente ante todo de China y los países del sudeste asiático.

Allí la nueva clase media reclama más y mejores alimentos, a través de un boom de consumo crecientemente sofisticado, que sumó más proteínas cárnicas y más lácteos. Además crece a un ritmo acelerado la migración del campo a las grandes ciudades, una tendencia que también influye en la demanda de alimentos.

Una ola de innovación atraviesa el agro de los "farmers"

Con cada nuevo evento biotecnológico, los cultivos logran mayor potencial de rinde y sustentabilidad.

Esto ha desatado entre las grandes trasnacionales, debido a la combinación de bajos precios de los commodities y exigencias de mayores inversiones de capital, un proceso de concentración y consolidación absolutamente imparable.

El titular de Dow Chemical ha explicado las razones de su fusión con Dupont, la otra gran compañía química norteamericana: “He visto muchos cambios en la industria agrícola de Estados Unidos, pero nunca como el mercado agrícola de los últimos 3 años, donde los ingresos de los farmers han caído 55% desde 2013”.

Esto significa que la única forma en que los farmers pueden aumentar sus ingresos es a través del alza de la productividad, y esto requiere, ante todo, nuevas tecnologías a menores costos.

De ahí la fusión entre las compañías Dow Chemical y Dupont, y el proceso generalizado de concentración y consolidación de la industria agroalimentaria en Estados Unidos y en el mundo.

La lógica económica que fundamenta esta ola de compras y fusiones es disminuir los costos de producción mediante un aumento de la escala y un alza sistemática de la eficiencia.

De esa manera, mediante los ahorros obtenidos por el recorte de los costos de producción, las compañías trasnacionales apuestan a aumentar las inversiones de capital, y en especial los gastos en inversión y desarrollo (I&D) científica y tecnológica, cuya magnitud (exigencias de capitalización) se ha más que duplicado en los últimos 20 años.

Las trasnacionales estadounidenses, además del proceso de consolidación y concentración en el que están inmersas, destinan ahora una parte creciente de sus inversiones de capital a la compra de start ups agrícolas de alta tecnología, que encabezan el proceso de innovación del sector agroindustrial y se caracterizan por su extraordinaria capacidad disruptiva (la aptitud para la “destrucción creadora”).

Monsanto y Syngenta destinaron el año pasado más de 25% de sus inversiones de capital a la compra de high tech de alta tecnología, frente al porcentaje de 7% que alcanzaron en 2016. Este año esa pauta se elevaría a más del 50% del total de sus gastos de capital Aquí está en juego lo esencial del negocio agroindustrial mundial en el siglo XXI.

Estados Unidos: crecimiento sin inflación

marzo 4, 2018

Estados Unidos: boom de crecimiento sin inflación

Por Jorge Castro.

La economía norteamericana creció 3,1% anual a partir del segundo semestre de 2017, con una tasa de desocupación de 4,1%, la más baja desde 1960, salvo un breve interregno entre 1999 y 2000, con una creación de empleo que tiende a acelerarse y que se manifestó en un promedio de 179.000 nuevos puestos de trabajo mensuales entre julio y diciembre, que trepó a 200.000 en enero, virtualmente pleno empleo, según señaló Jay Powell, titular de la Reserva Federal, ante el Congreso de EE.UU. en la exposición realizada esta semana.

USA banderaLo notable de la situación estadounidense es que en estas condiciones de pleno empleo y alto nivel de expansión, la inflación se haya mantenido en un nivel inferior a 2% anual en este periodo, una pauta más cercana a la deflación que a las perspectivas que ofrece un boom productivo como el que presenta EE.UU. hoy.

El resultado ha sido que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 1,7% anual en los 12 meses concluidos en diciembre de 2017, el mismo nivel que en 2016, solo que el PBI aumentó ese año solo 2,1%, mientras que la productividad se derrumbó a +0,2% anual.

Powell prevé que el IPC se mantendrá en un nivel de menos de 2% en 2018, lo que significa que la primera economía del mundo continuaría enfrentando un riesgo deflacionario a pesar de que el boom de inversiones que experimenta en este momento por el recorte de impuestos de Trump aseguraría una expansión de 4% anual o más en los próximos 10 meses.

El bajísimo nivel de inflación explica por qué la Reserva Federal aumentó solo 0,25% la tasa de interés sobre los Fondos Federales, llevándola en diciembre de 1,25% a 1,5% anual, que implica en términos reales una pauta levemente superior a 0% en el año.

Todo depende ahora en EE.UU. de si el crecimiento a altas tasas que presenta coincide con un aumento de la productividad por el lado de la oferta, porque en ese caso habría un alza de la expansión de largo plazo (auge de la capacidad potencial), que disminuiría estructuralmente el riesgo de la inflación en una etapa de boom económico.

Es una hipótesis que ha dejado de serlo y se ha convertido en una realidad en marcha: la productividad aumentó en enero 1,5% anual, un punto y medio por encima de 2016 (0,2% en el año), un nivel inferior al de Japón (0,6% anual) y el más bajo de la historia norteamericana.

Lo fundamental es que esta baja productividad ha quedado atrás; y que la sequía de inversión que fue la regla del periodo 2010/2016, cuando alcanzó a 12,6% del producto, el menor nivel en 70 años, ahora es solo un recuerdo histórico.

La Fed estima que el recorte de impuestos de Donald Trump agrega 0,7%/0,9% anual al PBI norteamericano en 2018/2019. Implica que el alza de la productividad es acompañada por un aumento de la inversión en bienes de capital, que ha crecido más de 30% en el segundo semestre de 2017 y se ha duplicado prácticamente entre enero y febrero de este año. Hay que subrayar que más de 60% de la inversión de EE.UU. se realiza en “capital intangible”— ideas, innovaciones —, no en bienes físicos.

Lo que sucede en EE.UU. es parte de la recuperación de la economía global, que crece por segundo año consecutivo en 2018, y lo hace en forma coordinada, sin excepciones, como respuesta a un impulso estructural, endógeno, no cíclico.

El FMI estima que la economía mundial crecería 4% este año (dólares constantes), que sería 4,8%/5% anual, si se lo mide en capacidad de compra doméstica. Más de 80% del crecimiento de la economía mundial en 2018 es obra de los países emergentes.

El boom de inversiones en EE.UU. abre paso al pleno despliegue de la nueva revolución industrial, la informatización e integración de la totalidad de la manufactura y los servicios.

Esto hace que la “curva de Phillips” (nivel de inflación / vigor de la actividad) se haya achatado y se postergue o disminuya el ritmo de aceleración del alza de las tasas de interés por la Reserva Federal.

La curva de Phillips es una representación gráfica que muestra la relación entre desempleo e inflación. Establece que un aumento del desempleo reduce la inflación y viceversa, la disminución del desempleo se asocia con una mayor inflación.

 

La particularidad que ofrece el crecimiento coordinado de la economía mundial es que la inflación subyacente (core), sin alimentos ni energía, aumenta por debajo del auge del producto real (1,1% anual vs. 4% por año).

Esto se debe a que el impulso reflacionario que experimenta en este momento la economía global es consecuencia de una expansión real, no un fenómeno monetario o fiscal, que se realiza por el lado de la oferta, no de la demanda, y que tiene por eso un carácter cualitativo que se revela como aumento de la productividad.

Un rasgo central de la economía mundial en este momento histórico es que presenta un sistema financiero internacional de extrema hiperliquidez, con las tasas de interés más bajas de la historia. Nunca hubo como ahora más capitales disponibles en el sistema mundial para todo proyecto de inversión redituable.

Hay una nueva etapa en la historia del mundo.

Fuente: Clarín, 04/03/18.


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La baja del S&P 500 no debe generar temor

febrero 15, 2018

Goldman alerta que la corrección es solo técnica y recomienda no entrar en pánico

Las caídas son normales al señalar que el S&P en un 96% de los años ha caído al menos un 5% en algún día del año y más de un 10% en un 65% de años.

Por Carlos Rodríguez.

Escenario de mercado en EEUU

Goldman Sachs en su último informe de estrategia ha analizado las últimas caídas que se han producido en los mercados al otro lado del Atlántico (el Lunes 12/01/18 el S&P cayó 4,6%). El banco de inversión estadounidense ha destacado que se trata de una corrección técnica y no fundamental, por lo que alerta que la calma debe imperar y no hay motivos para el pánico. 

Los factores en esta caída no son atribuibles a un evento político o económico obvio y concreto. Por tanto, «responden más a flujos de inversión de determinados inversores que reaccionan por obligación ante ciertas cosas». Desde el equipo de análisis aducen a estrategias que siguen modelos cuantitativos (matemáticos) como fueron las órdenes de venta generadas de manera masiva  a cierre de mercado del llamado ‘lunes de negro’ de la semana pasada y que causaron un «mini» octubre de 1987.

A los expertos del banco esta corrección no les ha pillado de imprevisto. Afirman que las caídas son de las «más predichas» de la historia y lo argumentan en que ya había pasado bastante tiempo desde la última. A lo que habría que sumar que los indicadores a principios de año apuntaban a un sentimiento excesivamente positivo que suele asociarse a una corrección de mercados.

Por tanto, desde Goldman Sachs recomiendan seguir invertido y dan datos para que no cunda el pánico puesto que las correcciones de la magnitud que hemos vivido son frecuentes. En un 96% de los años hay una caída de al menos un 5% en algún momento del año, en un 64% de los años hay una caída de al menos un 10%, en un 35% de los años la caída excede el 15% y en un 21% de lo años sufre un castigo de al menos un 20%. Casi nada. Por tanto, lo raro es lo de 2017, con el mercado no sufriendo apenas movimientos a la baja. 

El escenario macro también apoya la versión de mantener la calma y seguir invertido. Los analistas del banco resaltan que nada ha cambiado: «Los datos publicados en lo que llevamos de año no hacen sino confirmar el crecimiento de las economías del G4 al menos en tendencia o incluso por encima. El aumento de empleo continúa, y los salarios siguen subiendo de manera contenida. Esto hace que la inflación siga siendo estable, y ligeramente por debajo de objetivo». Aun así, destacan que el dato de inflación será lo que determine que esta corrección siga o se convierta en algo más.

«El endurecimiento de las condiciones financieras es pequeño comparado con lo que mejoraron en 2017, y no es suficiente para cambiar nuestra visión», por lo que destacan que «seguimos esperando que el crecimiento global se acelere en 2018. Combinado con políticas monetarias y fiscal todavía laxas, pensamos que la probabilidad de una recesión en 2018 es baja, en el entorno de un 10%».

Además, van más allá. En el informe de estrategia destacan que «el mercado ha malinterpretado los últimos comentarios del BCE ya que no han indicado subidas de tipos más cercanas en el tiempo». Al otro lado del Atlántico «las subidas de tipos las atribuimos sobre todo a una mayor oferta de bonos que el mercado tendrá que absorber, la combinación de la reforma fiscal en EEUU, y la disminución del balance que está llevando a cabo la Fed, pero no pensamos que vayan a continuar al ritmo que hemos visto en estas últimas semanas».

Desde el banco de inversión pronostican que la Fed subirá tipos tres o cuatro veces este año, «un poco por encima de mercado pero ya no mucho, porque el mercado ha pasado a descontar más subidas en poco tiempo» y destacan la buena temporada de resultados en Estados Unidos.  El 74% ha mejorado expectativas de resultados, y el 78% de ventas, mejor que la media histórica. Por tanto, van más allá y destacan que «las proyecciones para 2018 han aumentado en lo que llevamos de año, algo que generalmente no ocurre puesto sucede más bien lo contrario, las expectativas suelen revisarse a la baja».

En referencia a la volatilidad que se ha vivido en el mercado, el motivo puede ser muy claro: la recompra de acciones. «Está prohibido comprar mientras se anuncian los resultados, lo que ha podido ayudar a que la volatilidad de estos días haya sido superior a lo que habría pasado de producirse la corrección fuera del período de anuncio de resultados».

Por tanto, el escenario de mercado es positivo. Los fundamentales no han cambiado y siguen siendo sólidos. Los factores técnicos han sido los principales culpables de las caídas de los últimos días y podrían persistir un tiempo más. De ahí que desde Goldman Sachs aconsejen a sus clientes que «continúen invertidos o aprovechen para ir comprando».

Fuente: lainformacion.com, 15/02/18.


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El abuso de opiáceos en Estados Unidos

febrero 3, 2018

El abuso de opiáceos en EEUU es tan grave que está reduciendo la esperanza de vida

Por Amanda Erickson.

(Flickr)
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Por segundo año consecutivo, la esperanza de vida en Estados Unidos ha disminuido.

USANo es difícil entender por qué: en 2016 hubo un aumento del 21 por ciento en el número de muertes causadas por sobredosis de drogas, y los opiáceos causaron dos tercios de ellas. En 2016, la epidemia de opiáceos mató a 42,000 personas, más de las que murieron de Sida en cualquier año en el punto álgido de la crisis.

«Deberíamos tomar esto muy en serio», señala Bob Anderson, jefe de la Rama de Estadísticas de Mortalidad en el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, a mis colegas Lenny Bernstein y Christopher Ingraham. «Si nos fijamos en los otros países desarrollados del mundo, no están viendo este tipo de cosas. La esperanza de vida está aumentando«, advierte.

En otras palabras: en ningún otro país desarrollado hay personas que mueren a causa de los opiáceos con las tasas registradas en Estados Unidos.

¿Qué explica la discrepancia?

El sistema médico de Estados Unidos.

(Flickr)

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A los estadounidenses se les prescriben opiáceos significativamente más a menudo que en otros países. En Estados Unidos se toman 50,000 dosis de opiáceos al día por cada millón de residentes. Eso es casi un 40 por ciento más alto que la tasa de Alemania y Canadá, y el doble de la tasa de Austria y Dinamarca. Es cuatro veces más alta que en Gran Bretaña y seis veces más alta que en Francia y Portugal. Como lo expresó la BBC, «los médicos estadounidenses prescriben, mucho».

Eso es en gran parte resultado de nuestra estructura de seguro de salud. A diferencia de los países que brindan servicios de salud universales financiados con impuestos estatales, Estados Unidos tiene un sistema de atención principalmente privatizado. Y los expertos dicen que es mucho más probable que las aseguradoras paguen una píldora que la terapia física o la repetición de tratamientos.

(Flickr)

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«La mayoría de los seguros, especialmente los de los pobres, no pagarán nada más que una píldora«, comenta a la BBC Judith Feinberg de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Occidental. «Digamos que tienes un paciente que tiene 45 años. Tiene un dolor fuerte en la parte inferior de la espalda, lo examinas, y ves que tiene un espasmo muscular. Realmente lo mejor es la terapia física, pero nadie pagará por eso. Así que los médicos se preparan para tirar de la plataforma de recetas. Incluso si el seguro cubre la terapia física, probablemente necesite autorización previa, lo que implica mucho tiempo y papeleo».

Como resultado, a los estadounidenses se les receta opiáceos. A menudo, se les dan varias pastillas más de las que se podría esperar que usaran, para evitar más visitas. «Otros países lidian con el dolor de manera mucho más saludable», comenta Feinberg, profesora del Departamento de Medicina Conductual y Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la WVU.

El sistema de atención de salud de Estados Unidos también es diferente en comparación con los demás países. Hay presión para enfrentar el dolor y hay una actitud generalizada de que todo es reparable. Como resultado, los médicos en Estados Unidos son mucho más propensos a proporcionar analgésicos que los médicos de otros países. Un estudio comparativo encontró que los facultativos japoneses trataban el dolor agudo con opiáceos casi la mitad del tiempo. En Estados Unidos, el número fue del 97 por ciento.

(Archivo)

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«Tengo 51 años«, comenta el profesor Keith Humphreys de la Universidad de Stanford a la BBC. «Si voy a un médico estadounidense y le digo: ‘Oye, corrí la maratón que solía correr cuando tenía 30 años, y ahora estoy adolorido’, mi médico intentará arreglar la situación. Si lo haces en Francia, el doctor dirá: ‘Es vida, toma una copa de vino ¿qué quieres de mí?'».

También hay otros culpables. Estados Unidos es uno de los dos únicos países que permite que las compañías de medicamentos con receta se publiciten en televisión (el otro es Nueva Zelanda). Las compañías hacen publicidad, y mucho. En 2016, las compañías farmacéuticas gastaron USD 6.4 mil millones en publicidad. Los expertos también dicen que las escuelas de medicina de Estados Unidos no han hecho lo suficiente para educar a los estudiantes sobre el manejo del dolor, la adicción, el uso y el abuso de los opiáceos.

Las compañías farmacéuticas también tratan de cortejar a los médicos con regalos. Algunas empresas organizan cenas lujosas y otras patrocinan conferencias. En 2016, por ejemplo, el fabricante de OxyContin Purdue Pharma gastó USD 7 millones en regalos para médicos y hospitales. De 1996 a 2001, la compañía patrocinó 40 «simposios nacionales de manejo del dolor» en distintos lugares. En el mismo período, la compañía duplicó su fuerza de ventas y distribuyó cupones para que los médicos pudieran ofrecer a los pacientes suministros de OxyContin por 30 días, además de otros medicamentos altamente adictivos. En esos seis años, las recetas de OxyContin aumentaron de más de 670,000 a más de 6 millones.

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Eso alarmó al menos a un grupo de salud pública, que publicó un boletín en 2009 titulado La promoción y comercialización de OxyContin: Triunfo comercial, tragedia de salud pública.

Para entonces ya era demasiado tarde.

Fuente: infobae.com, 03/02/18.


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Salud y Vida

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Estados Unidos: Con niveles mínimos de desempleo

febrero 2, 2018

El desempleo de Estados Unidos se mantuvo en 4,1%: se crearon 200.000 puestos de trabajo en enero

Gracias a la creciente demanda en el sector inmobiliario y el repunte de la inversión de capital, la tasa registra su nivel más bajo desde el año 2000. Según los analistas, la cifra podría caer por debajo del 4% en los próximos meses por la reforma tributaria de Donald Trump.

El índice de desempleo de los Estados Unidos se mantuvo estable en 4,1% por cuarto mes consecutivo en enero. Se crearon 200.000 nuevos empleos, informó hoy el Gobierno.

Este dato de desempleo, que es el nivel más bajo desde el año 2000, refuerza la idea de que la economía estadounidense se estabiliza en cuotas de pleno empleo, gracias a la creciente demanda en el sector inmobiliario y al repunte de la inversión de capital.

USA banderaAdemás, los 200.000 nuevos empleos creados en el primer mes del año 2018 suponen una notable mejora en relación con diciembre, cuando se crearon 161.000 puestos de trabajo, según la cifra revisada y divulgada hoy por el Departamento de Trabajo.

El crecimiento en la creación de empleo superó las expectativas de los analistas, que habían pronosticado que la economía estadounidense generaría una cifra de alrededor de 177.000.

En los últimos tres meses, EEUU creó un promedio de 192.000 nuevos empleos, una media superior al promedio que se registró en el conjunto de 2017, que fue de 181.000.

El salario promedio por hora se incrementó también en 9 centavos (un 0,3%) con respecto a diciembre y quedó en 26,74 dólares, un incremento que situó el aumento anual en 2,9%, marcando el nivel más alto desde junio de 2009.

Habitualmente, en los años de bonanza económica los salarios crecen entre un 3% y un 4% anual.

En cuanto a la tasa de participación ciudadana en la fuerza laboral, que refleja el número de personas en edad de trabajar que buscan activamente empleo, quedó en el 62,7%, prácticamente estable respecto al mes precedente.

Por sectores, la construcción agregó 36.000 empleos, la restauración contrató a 31.000 nuevos trabajadores, la salud aumentó las nóminas en 21.000 y la industria manufacturera aumentó en 15.000 puestos.

Según los expertos, es probable que la tasa de desempleo caiga por debajo del 4% en los próximos meses por primera vez desde el 2000 gracias al estímulo que debe suponer este año la reforma fiscal del presidente estadounidense, Donald Trump.

Fuente: infobae.com, 02/02/18.


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Estados Unidos: tres gigantes se unen para tener su propio sistema de Salud

enero 30, 2018

Estados Unidos: tres gigantes se unen para tener su propio sistema de Salud

Son Amazon, Berkshire Hathaway y JPMorgan Chase. Crearán una compañía sin fines de lucro que ofrecerá planes médicos a sus empleados. 

Estados Unidos: tres gigantes se unen para tener su propio sistema de Salud

Un depósito de Amazon, una de las tres empresas que se unieron para ofrecer planes de salud a sus empleados.
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Tres empresas clave de Estados Unidos en sus respectivos sectores, Amazon, Berkshire Hathaway y JPMorgan Chase, anunciaron este martes su intención de crear una compañía para atender las necesidades médicas de sus empleados en el país.

Estados Unidos: tres gigantes se unen para tener su propio sistema de Salud

Warren Buffett (izquierda, Berkshire Hathaway), Jeff Bezos (centro, Amazon) y Jamie Dimon (, derecha, JPMorgan), los líderes de las tres empresas que se unieron para ofrecer cobertura de salud a sus empleados.
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Un comunicado conjunto de las tres empresas desde sus respectivas sedes indica que la «compañía independiente» que se creará buscará mejorar las necesidades de salud de sus empleados y reducir los costos de estos servicios.

USA«El sistema de salud es complejo, y asumimos este desafío con la mente abierta sobre el grado de dificultad«, sostiene el máximo directivo de Amazon Jeff Bezos, en una declaración que figura en el comunicado conjunto.

La compañía unirá al gigante mundial de comercio electrónico Amazon, al primer grupo bancario de Estados Unidos JPMorgan Chase, y al conglomerado financiero multinacional Berkshire Hathaway, dirigido por el multimillonario Warren Buffett.

«Los crecientes costos del cuidado de la salud actúan como una tenia hambrienta en la economía estadounidense», sostiene Buffett.

El máximo directivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, señaló también que los empleados de las tres compañías «quieren transparencia, conocimiento y control en lo que se refiere a la gestión del cuidado de su salud».

No se ofrecieron muchos detalles sobre este esfuerzo conjunto, pero sí se confirmó que la compañía no tendrá fines de lucro y en una primera etapa estará enfocada en soluciones tecnológicas para prestar la asistencia médica a sus empleados estadounidenses.

En principio, cada empresa ha destinado a esta compañía a tres de sus directivos, Todd Combs (Berkshire), Marvelle Sullivan (JPMorgan Chase) y Beth Galetti (Amazon). Más adelante se informará de la sede que tendrá y sus detalles operativos.

Fuente: Clarín, 30/01/18.


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Naturaleza y Capitalismo en el siglo XXI

enero 23, 2018

Nuevo lazo entre naturaleza y capitalismo en Estados unidos

Por Jorge Castro.
Nuevo lazo entre naturaleza y capitalismo en Estados unidos

«La naturaleza ha comenzado a crecer orgánicamente en EE.UU. a un ritmo superior a su conversión en insumos», dice el autor.
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USA banderaLa caída de la intensidad energética por unidad de producto —más de 30% desde 2001— es la manifestación principal de la revolución tecnológica del procesamiento de la información en el sistema productivo estadounidense. También es la causa esencial de la disminución por la mitad de la emisión de dióxido de carbono (CO2) experimentada en este periodo.

La industria norteamericana consume ahora menos materias primas y fuerza de trabajo por unidad de producto.

La caída de la intensidad energética en EE.UU. expresa el proceso acelerado de intensificación del capital, que caracteriza su condición de país-frontera del sistema, en que el futuro por definición llega primero. En el límite, este proceso adquirió una intensidad tal que ha forjado una nueva relación entre el capitalismo y la naturaleza. De ahí que la recuperación de la naturaleza (crecimiento orgánico), provocada por el cambio tecnológico que utiliza menos materias primas como insumos productivos, es superior al nivel de su consumo.

La naturaleza ha comenzado a crecer orgánicamente en EE.UU. a un ritmo superior a su conversión en insumos. Ha dejado de ser depredada (convertida en objeto) como ha sido la regla en el capitalismo industrial de los últimos 100 años.

El resultado ha sido una drástica modificación de la ecuación ecológica del sistema, lo que ha cambiado el posicionamiento norteamericano en relación con el cambio climático, el gran desafío del siglo XXI.

En el agro norteamericano se ha producido una separación estructural entre la tierra sembrada y el rendimiento por hectárea a partir de la década del 40. Desde entonces, los farmers han multiplicado por 5 la producción de maíz, con la misma superficie de tierra sembrada. Lo decisivo ha sido que el alza de los rendimientos fue acompañada por una disminución creciente en el uso de fertilizantes, incluso los nitrógenos, fosfatos y el agua.

Hay una caida del 37% en uso de pesticidas químicos entre 1940 y 2015, y los rendimientos agrícolas aumentaron 22% en este periodo. En términos globales, no se requiere más tierra fértil en la explotación agrícola, a pesar del aumento de 2.500 millones de personas a la población del mundo en 2050.

Más de 30% de la producción mundial de alimentos se desperdició en 2017 (1.300millones de toneladas). En la India, con la mayor población desnutrida del mundo, esa pérdida es de más de 40%. El problema de la alimentación es hoy una falla del sistema de distribución, no de la capacidad productiva.

Si este flagelo se eliminara, un área semejante al subcontinente indio podría ser sustraída a la producción agrícola en los próximos 33 años, a un ritmo de 2 millones de hectáreas cada 12 meses.

El calentamiento de la atmósfera está impulsando la reforestación de EE.UU. Una hectárea de los bosques helados producía 3,6 m3 de madera por año, y ahora —cambio climático mediante— provee 7,4 m3.

Lo que está ocurriendo es que hay un aumento acelerado de la biósfera en la superficie terrestre debido al calentamiento global. Se está desplegando un verdor creciente, que equivale a más de 2.000 millones de toneladas por año. El dióxido de carbono les permite a las plantas crecer más, con menor consumo de agua.

De ahí que los veranos, y en general los ciclos productivos, se extiendan y por eso aumenta la bioatmósfera, y por consiguiente las plantas crezcan debido a una mayor absorción de dióxido de carbono. Esta es la tendencia ecológica central de la segunda década del siglo XXI.

Hace más de 20 años que cae en EE.UU. la utilización de las 9 principales materias primas, encabezadas por el cobre, el mineral de hierro y el acero, y baja incluso el consumo de agua. Entre 1970 y 2000, la población aumentó en 80 millones, pero el consumo de agua retrocedió en términos absolutos. La producción de maíz se ha triplicado en este periodo, pero ahora requiere menos agua que 30 años atrás.

Todo indica que la nueva revolución industrial va a acelerar esta tendencia, que la producción se está “desmaterializando” y que aumenta exponencialmente el contenido de inteligencia e innovación.

Se trata de tendencias globales que, como es usual, se despliegan primero en EE.UU. La regla en el capitalismo es que “la humanidad se plantea solo problemas que puede resolver”, avalando el sesgo profundamente antiutópico de la inteligencia práctica (teoría, acción, resolución) del hombre moderno.

La nueva revolución industrial sienta las bases de un sistema productivo sustentable en el largo plazo, profundamente desmaterializado y basado en una nueva relación con la naturaleza. Torna real a lo posible y fusiona el futuro con el presente, que es la única categoría temporal que realmente importa.

El siglo XXI recién comienza.

Fuente: Clarín, 21/01/18.


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USA, China y la nueva geopolítica del shale gas

noviembre 26, 2017

La nueva geopolítica del shale gas

Por Jorge Castro.

La nueva geopolítica del shale gas

Una perforación de shale gas en Waynesburg (Estados Unidos), que es el líder mundial en esta tecnología.
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La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que la producción de shale gas de EE.UU. aumentaría más de 8 millones de barriles diarios entre 2010 y 2025; y que la consecuencia sería que más de 80% del alza de la oferta energética mundial provendría de fuentes norteamericanas en este periodo.

La previsión de IEA muestra la siguiente secuencia: EE.UU. tendría una producción petrolera total de 16,9 millones de barriles diarios en 2025; y se elevaría a 13 millones de b/d la suma de crudo, condensados (refinados), y gas natural líquido (LNG).

“EE.UU. es el líder indiscutible de la provisión de petróleo y gas en el mundo en las próximas décadas”, afirma IEA. La explosión del shale estadounidense “… ha superado todos los récords históricos, y ha dejado atrás las mayores experiencias de Arabia Saudita en los megacampos de Ghawar, así como los logros soviéticos de los superyacimientos siberianos de la década del 60”.

Hay que ubicar la previsión de IEA en el siguiente contexto: la demanda energética mundial crecería más de 30% en 2040 y la de gas natural más de 45% — “…el equivalente a añadir otra China y otra India a la actual demanda global”— ; y el precio del petróleo se mantendría en los niveles actuales (US$ 50/ US$ 60/ barril) en este período.

La Agencia Internacional señala que los 2 millones de automotores eléctricos que recorren las rutas del mundo hoy serían 50 millones en 2025 y más de 300 millones en 2040, sin descartar la posibilidad de que esta cifra se triplique para entonces.

La energía renovable (solar/eólica), que cubre actualmente 5% de la oferta energética mundial, treparía a 40% en 2040 y atraería más de las dos terceras partes de la inversión energética global de los próximos 25 años.

China es la clave de estas previsiones. Para enfrentar el crecimiento excepcional de la demanda eléctrica, obra de los requerimientos de la nueva clase media constituida por más de 300 millones de personas con niveles de ingresos comparables a los norteamericanos (US$35.000/US$45.000 anuales), la República Popular necesitaría agregar a su actual producción un sistema generador de electricidad que equivalga “…al parque norteamericano de hoy, e India otro semejante al tamaño de la Unión Europea (UE)”. Solo el sistema de frío que necesita construir China en 2040 excedería la demanda total de electricidad de la economía japonesa hoy.

La política de Xi Jinping ha modificado la demanda energética de la República Popular, y ha sustituido en forma acelerada la provisión de carbón como principal fuente energética por el consumo de gas natural y la energía renovable. El cambio de matriz productiva con un sesgo favorable a los servicios y a la alta productividad ha reducido el auge de la demanda energética, que ahora crece solo 1% por año hasta 2040 (comparada con el alza de8% anual que experimentó entre 2000 y 2012).

Aun así, respondería por más de 30% del incremento de la demanda mundial de gas en este período; y las importaciones de gas líquido (LNG) alcanzarían a 280.000 millones de m3 en 2040, al tiempo que superarían 13 millones de barriles por día (m/b/d) las compras netas de petróleo en el exterior.

La revolución del shale en EE.UU. ha devenido en una potencia exportadora extraordinaria de gas líquido (LNG). Por eso proliferan en la economía norteamericana las inversiones en la industria petroquímica y en general en las actividades manufactureras energo-intensivas.

Hay un nuevo centro de poder mundial surgido del acuerdo entre EE.UU. y China resuelto por los presidentes Xi Jinping y Donald Trump en Palm Beach, Florida (6/7 de abril de 2017), consolidado y profundizado en la visita de Estado del mandatario estadounidense a Beijing hace 15 días, en que se firmaron transacciones entre empresas de los 2 países por US$253.500 millones.

El eje de este acuerdo histórico entre las 2 superpotencias de la época es la explosión del shale estadounidense bajo la forma de gas líquido (LNG). Hoy el shale norteamericano expresa toda la cadena integrada de valor LNG: producción, transporte, distribución, financiamiento, e inclusive la actividad manufacturera de las nuevas industrias de alta intensidad energética.

Las exportaciones de shale líquido a China, que se multiplicarían por 3 en los próximos 2 años, según lo pactado por Trump y Xi Jinping en Beijing, constituyen el principal instrumento para reducir (eliminar) el superávit comercial de la República Popular con EE.UU., que es el objetivo absolutamente excluyente del mandatario estadounidense.

El aumento de las compras de LNG norteamericano por China implicaría una reducción de ese superávit comercial de 30% en 2020 y de más de 50% en 2025.

usa y chinaHay en marcha en el mundo una nueva geopolítica del gas natural en el siglo XXI; y este acontecimiento crucial sirve como fundamento e impulso a una nueva configuración bipolar del sistema de poder mundial que están llevando a cabo EE.UU. y China, el nuevo eje de la historia global.

Fuente: Clarín, 26/11/17.

 


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La tasa de crecimiento potencial de los países avanzados se redujo a la mitad

septiembre 6, 2017

Se redujo la suba potencial de la economía global

La tasa de crecimiento potencial de los países avanzados ha caído más de la mitad, pasando de 2% anual en 2009/2010 al 1% por año, o menos. 

Por Jorge Castro.Se redujo la suba potencial de la economía global

Estados Unidos y China, las dos superpotencias de la época, son a su vez las que encabezan la nueva revolución tecnológica.
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El principal resultado de los seis años de estancamiento experimentados por la economía mundial entre 2010 y 2016 ha sido que la tasa de crecimiento potencial de los países avanzados ha caído más de la mitad, pasando de 2% anual en 2009/2010 al 1% por año, o menos. Y en el caso de EE.UU. se orienta a caer todavía más, y sería 0.5% por año en 2025, inferior a la de Japón.

Esto se contrapone con el hecho de que la economía mundial volvió a crecer en los primeros 6 meses de 2017 (+4.3% anual en el segundo trimestre), lo que implica 3,5 puntos porcentuales por encima de la tendencia potencial de largo plazo.

La causa mayor de esta disminución ha sido el debilitamiento de la productividad de todos los factores (PTF), que se ha reducido a 0,5% anual en este período (en EE.UU. cayó a 0,2% por año en 2016).

El cálculo que hace la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) es que por cada 2 puntos de aceleración de la productividad de todos los factores (PTF) en los países avanzados – esencialmente EE.UU. – hay un crecimiento de 0,3 puntos porcentuales en el resto del sistema mundial que comercia con ellos.

usa y chinaLa fuerza de trabajo declina en todo el mundo avanzado por el envejecimiento generalizado de la población y su disminución en términos absolutos. Por eso el aumento de la productividad depende ahora en forma prácticamente exclusiva del alza de la innovación (que es sólo PTF); y por lo tanto de lo que ocurra con el cambio tecnológico en los dos países centrales, que son EE.UU y China.

No hay cuestión más importante para el sistema capitalista en los primeros 20 años del siglo XXI que lo que ocurra en materia de cambio tecnológico en los 2 países más avanzados, y entre ellos. De esto depende la recuperación sostenida de la economía mundial o su fracaso.

El riesgo mayor que enfrenta la economía global en 2017 es que se produzca una ruptura entre las dos superpotencias de la época, que son a su vez las que encabezan la nueva revolución tecnológica, y que esto suceda bajo la forma de guerra comercial.

Esta ominosa eventualidad sumergiría a la economía mundial en un proceso de proteccionismo generalizado y de ruptura de los lazos internacionales, que hundiría sin alternativa la recuperación experimentada este año.

EE.UU. y China son las dos mayores economías del mundo. Entre ambas tienen un producto combinado de US$30 billones (EE.UU., US$18 billones y China, US$11,4 billones), que es la mitad del PBI mundial (US$67 billones).

Una guerra comercial entre EE.UU y la República Popular implicaría por necesidad la quiebra del proceso de integración mundial del capitalismo, que es el verdadero significado histórico de la globalización como fenómeno central de la época.

De ahí la importancia decisiva del pacto establecido por Donald Trump y Xi Jinping en Palm Beach, Florida (6 y 7 de abril de este año), en el que las dos superpotencias fijaron un acuerdo completo sobre comercio e inversiones, que se ha convertido en el nuevo punto fijo de los acontecimientos mundiales y la principal decisión política-estratégica de 2017.

La nueva revolución industrial (informatización completa de la manufactura y los servicios) implica el pleno despliegue de tres tecnologías fundamentales: Inteligencia artificial (AI), Internet de las Cosas (IoT), y robotización. EE.UU. tendría 5,2 robots por cada 1.000 trabajadores en 2025, lo que equivaldría a un aumento de la productividad de más del 30% en este período. Alemania prevé un porcentaje similar de incremento de la PTF por este mismo fenómeno (Industrie 4).

El mundo está en las vísperas de un extraordinario surplus de productividad. La única cuestión no es si va a acontecer, sino que se hace con él, como se lo redistribuye. La Reserva Federal de San Francisco señaló que la revolución tecnológica del procesamiento de la información (IT) fue responsable de un aumento de la productividad en la economía mundial de 3% anual entre 1990 y 2004.

Pero esta revolución tecnológica se agotó en 2004, y esto sumergió a la economía global en una fase depresiva que se acentuó a partir de la caída de Lehman Brothers en 2008.

Significa que la recuperación del crecimiento mundial en 2017 no tiene un carácter cíclico, sino estructural. Responde a una nueva revolución tecnológica (la “nube” o cloud computing), en la que convergen bajo la categoría de nueva revolución industrial las tres grandes tecnologías de la época (AI, IoT, robotización).

El crecimiento económico no es en el capitalismo un fenómeno agregado de tipo cuantitativo, sino una serie de saltos cualitativos que se despliegan a través de sucesivas revoluciones tecnológicas. El capitalismo es un sistema autoinducido de revolución permanente, altamente inestable por necesidad.

La recuperación de la economía mundial en 2017 es un fenómeno real, no monetario, de carácter cualitativo, que aumenta el producto potencial a través de un auge sostenido de la productividad de todos los factores.

La realidad siempre tiene razón.

Fuente: Clarín, 03/09/17.


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