¿Sacarán los tecnócratas a Europa de la crisis?

noviembre 30, 2011

¿Sacarán los tecnócratas a Europa de la crisis?

 

La delicada situación económica que atraviesan algunos países de la zona euro ha provocado movimientos significativos en algunos Gobiernos. Los políticos propiamente dichos han dejado paso a lo que se ha dado en llamar tecnócratas, es decir, técnicos o persona especializadas en materia de economía, que ejercen su cargo público con tendencia a hallar soluciones eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas o políticas.

«Un tecnócrata es alguien que tiene una probada capacidad técnica en áreas muy concretas», explica Federico Steinberg, investigador principal de Economía y Comercio Internacional del Real Instituto Elcano y profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid. Y añade que «están avalados por su larga experiencia. No suelen formar parte de ningún partido político. La clave es que tienen capacidad para poder realizar reformas y tomar decisiones impopulares porque no están preocupados de volver a ser reelegidos en unas elecciones democráticas».

Sin embargo, Ángel Saz profesor del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de ESADE, sostiene que “la dicotomía entre políticos y tecnócratas es incorrecta y no es útil”, aunque reconoce que “algunos políticos llegan al poder sin estar preparados”.

Los tecnócratas han tomado recientemente las riendas en Grecia e Italia con el objetivo de llevar a cabo las reformas necesarias para poder sacar de la crisis económica a unos países muy endeudados, con altos déficits fiscales y fuertemente presionados por los mercados financieros, que cada vez les han exigido una rentabilidad más alta para comprarsus bonos. Según los últimos datos publicados el pasado mes de octubre por Eurostat (la oficina estadística de Unión Europea), la deuda de Italia ascendía en 2010 a 1,842 billones de euros, equivalente al 118% del Producto Interior Bruto (PIB), con un déficit del 4,6% del PIB. Mientras que Grecia padece una deuda del 145% del PIB y un déficit del 10,6%. En ambos casos superan con creces los límites fijados por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo de una deuda del 60% del PIB y un déficit del 3%.

 “Da la sensación en el caso de Italia de que unos políticos pasan la batuta a otros políticos para que hagan reformas y tomen unas medidas poco populares y con grandes costes electorales”, opina Saz. “El problema más grande es que los incentivos electorales y electoralistas distorsionan los mensajes de los políticos, unos mensajes que bajo esa limitación no son válidos en situaciones críticas y difíciles como las actuales”, argumenta.

¿Quiénes son estos tecnócratas?

Lucas Papademos, exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exgobernador del Banco Central Griego, tomó posesión el pasado 11 de noviembre de su cargo de primer ministro de Grecia junto a los miembros de su gobierno de unidad nacional. Fue la figura elegida tras semanas de negociación por el hasta ahora partido gobernante, el PASOK, el principal partido opositor, Nueva Democracia, así como el derechista LAOSpara liderar un Gobierno que saque al paaís de la delicada situación económica. Este tecnócrata, que sustituyó en el cargo a Yorgos Papandreu, estudió Ciencias Físicas, Ingeniería y Económicas en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts. Posteriormente, enseñó Economía en la Universidad de Columbia de Nueva York y tuvo un alto cargo en el departamento de Economía de la Reserva Federal en Boston.

En Italia, el ex primer ministro Silvio Berlusconi decidió dimitir de su cargo como primer ministro el pasado 12 de noviembre después de fuertes presiones internacionales y nacionales para que lo hiciera. Finalmente, el parlamento italiano acordó que le sustituiría en el cargo Mario Monti, que estudió Economía en la Universidad Bocconi de Milán y en la Universidad de Yale en Estados Unidos. Además, el nuevo primer ministro ha trabajado como profesor de economía en la Universidad de Turín y en 1984 fue nombrado rector de la Universidad Bocconi. En 1994, se convirtió en Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios y en 1999, se hizo cargo de la cartera comunitaria de Competencia.

“Los perfiles de estas dos personas son distintos”, valora Mauro Guillén, director del Lauder Institute, The Wharton School. “Monti tiene experiencia política en Europa como comisario. Papademos tiene experiencia como banquero central solamente. Ambos son competentes. Pero lo que importa ahora es si van a poder actuar como políticos”, añade.

Para Steinberg, los perfiles de Monti y Papademos son “muy buenos” y “encajan perfectamente en la descripción de tecnócrata”. Considera que poner al frente del Gobierno a tecnócratas de este tipo “no asegura que se vayan a solucionar los problemas de un país”, sin embargo, mantiene que “es una alternativa muy interesante, ya que los políticos que ocuparon anteriormente este cargo han demostrado que son incapaces de hacerlo”.

Uno de las críticas que han recibido los nuevos gobiernos formados por tecnócratas en Grecia e Italia es que no han sido elegidos por el pueblo en las urnas de forma democrática,  por lo que algunos consideran que su legitimidad no es plena. Las opiniones al respecto son dispares. Mientras que para Ángel Sazlos gobiernos “tienen el respaldo de los parlamentos, por lo que su legitimidad democráticas es absoluta”, Steinberg considera que ese problema existe, por lo que “esto debe tratarse de una solución alternativa para un momento muy puntual, siempre y cuando dentro de poco tiempo se establezcan la celebración de  elecciones democráticas”.

Capear la tormenta

A lo largo de la historia no hay muchos ejemplos de casos similares que poder tomar como ejemplo y ver si esta solución puede ser eficaz o no. Guillén reconoce que no conoce “ninguna experiencia positiva”, aunque comenta que “la gente suele citar de ejemplo a Chile bajo Pinochet [que gobernó entre 1973-1990 y confió el manejo económico a un grupo de tecnócratas denominados los Chicago Boys, en referencia al lugar donde la mayoría de ellos estudiaron sus postgrados], pero no lo veo como el modelo a seguir”. En la misma línea, Steinberg señala que «en la historia más reciente podemos encontrar ejemplos de tecnócratas a los mandos de un país en Latinoamérica, a finales de los 80 y principios de los 90 [como Argentina]. La gran diferencia respecto a lo que está ocurriendo hoy en Europa es que aquellos sí que fueron elegidos democráticamente en las urnas”.

Sin embargo, ambos coinciden en señalar los problemas que se pueden encontrar los gobiernos de tecnócratas a la hora de implementar las duras medidas de ajuste que las economías necesitan. Guillén apunta: “Los políticos están para crear coaliciones y para organizar apoyos para las políticas que se quieran poner en práctica. Los tecnócratas están para asesorar, fundamentalmente. Corremos el riesgo de que los tecnócratas no electos fracasen si se encuentran con oposición popular a sus políticas”.

En la misma línea, Steinberg sostiene que “si las reformas y las medidas que quieren imponer son muy duras, se pueden encontrar con la desaprobación del pueblo y una presión social muy grande que les obligue a abandonar sus cargos antes de tiempo y sin terminar su tarea”. En su opinión, las reformas se tienen que hacer, son necesarias. Así que, en este sentido, «hay que explicárselas muy bien a los ciudadanos, especificar los planes qué se van a llevar a cabo y por qué hay que ejecutarlos”.

Saz también habla en la misma dirección al respecto: “La respuesta social será muy importante tanto en Grecia como en Italia para la sostenibilidad de los nuevos gobiernos. Si hay duras protestas y, por ejemplo, se paraliza todo durante días, por muy tecnócrata que seas no podrás sostener un país en esa situación”.

Los políticos, en entredicho

A la espera de que el tiempo juzgue si la decisión de elegir tecnócratas para dirigir un país es correcta o no, la situación pone en primera línea del debate democrático actual a la figura de los políticos y a su capacidad para afrontar situaciones realmente críticas.

“Lo ideal sería que los líderes políticos también tuvieran capacidades técnicas para poder afrontar situaciones como éstas. Actualmente nos encontramos con todo tipo de políticos, depende mucho de cada país. En Europa actualmente son la mayoría de un alto perfil político y muy poco perfil técnico”, declara Steinberg. Los expertos creen que la opinión pública no debería demonizar a los políticos o a la clase política. Guillén sostiene «que lo que necesitamos es mejores políticos, no descalificarlos a todos. Me gustaría que en estos momentos tuviéramos a Kohl, Thatcher y Mitterrand al mando en Europa. Desgraciadamente, Merkel, Cameron y Sarkozy no están a la altura de las circunstancias”.

Para Saz, los políticos identifican y saben perfectamente por donde tienen que ir, qué medidas tienen que tomar en momentos como los actuales, pero no son capaces de hacerlo por su alto coste electoral. “Parece ser que en España [en las recientes elecciones presidenciales del 20 de noviembre] han salido reforzados los partidos políticos que ya han tomado medidas duras en los sitios [comunidades autónomas] donde gobiernan o que han mostrado su intención de hacerlo. Y se ha demostrado que eso no les ha supuesto ninguna carga electoral [negativa], sino todo lo contrario. Parece que el electorado entiende que hay que tomar ciertas decisiones que no se pueden evitar en la situación económica actual. Y han elegido a partidos que ven capaces de hacerlo”, asegura este profesor de ESADE.

España es otro de los países europeos que se han visto obligados a cambiar de Gobierno por la crisis. Sin embargo, allí se ha hecho con la disolución de las Cortes y mediante la celebración de elecciones democráticas. El Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy, ganó en las urnas al partido socialista, gobernante en los últimos ocho años, por una amplia mayoría que le otorga el control total del Parlamento y el Senado. Esta agrupación de centro-derecha ha asegurado a lo largo de la campaña electoral que tomará las medidas que sean necesarias para equilibrar las cuentas públicas, hacer que la economía despegue y se reduzca la alta tasa de paro.

Saz dice que no sabe si este cambio puede hacer que los políticos sean a partir de este momento mucho más realistas y transparentes a la hora de gobernar. «Ahora mismo, en Europa es muy difícil presentarse a unas elecciones sin abordar dos temas claves. Por un lado, las reformas y ajustes que se tienen que llevar a cabo en el ámbito nacional, y por el otro, abrir el melón sobre lo que hay que hacer en el continente ante la crítica situación”, señala respecto a las tendencia políticas que pueden nacer a partir de ahora en Europa.

Mauro Guillén “duda mucho” de que la colocación de tecnócratas en el poder sea una tendencia que se pueda extender y afianzar en los próximos años.“Estamos en democracia. Por tanto, todo tiene que pasar por unas elecciones”. Steinberg  también ve muy difícil que pueda haber líderes de altas capacidades técnicas y poco perfil políticos «porque las estructuras partidistas en Europa son fuertes. Lo que sí espera todo el mundo es que cada vez más los gobiernos estén formados por personas altamente cualificadas en ministerios en los que se necesita de un alto nivel técnico de conocimiento”, concluye.
Fuente: Wharton Universia, 30/11/11.

Las medidas drásticas para acabar con la crisis de Timothy Geithner

noviembre 30, 2011

Las medidas drásticas para acabar con la crisis de Timothy Geithner

Por Robert Thomson

 

Desde su nombramiento como secretario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner ha enfrentado continuas olas de crisis que no parecen amainar. ¿Cuáles son sus perspectivas a futuro tanto para EE.UU. y China como para la zona euro? Geithner habló sobre estos y otros temas con el editor en jefe de The Wall Street Journal, Robert Thomson. A continuación, apartes editados:

Robert Thomson: ¿Las experiencias de las crisis han hecho más fácil lidiar con las circunstancias actuales?

Timothy Geithner: Aun con nuestros retos, creo que (EE.UU. está) en una posición mucho más fuerte hoy para enfrentar lo que sigue siendo un mundo desafiante. En un principio, tomamos decisiones muy difíciles para apagar los peores incendios financieros y recuperar una enorme cantidad de capital privado para nuestros sistemas financieros y así poder sanear sus rincones más débiles. Gracias a esas decisiones estamos en una mejor posición que si hubiésemos esperado a que la crisis se apagara sola o hubiésemos pretendido que no existía. Estoy seguro que no siempre hicimos lo correcto, pero hicimos lo que siempre hacemos… tomar decisiones duras.

Thomson: Algunos dirán que el peligro no ha sido lo suficientemente dañino para que ocurra un cambio profundo.

Geithner: Nos enfrentamos a un debate trascendental sobre algunas decisiones fundamentales como país: qué papel puede, no puede y no debe jugar el gobierno en su esfuerzo por crear condiciones para un crecimiento más fuerte y mejores oportunidades. Y cómo regresamos al punto en que, como país, vivimos de acuerdo a nuestras capacidades económicas. ¿Cómo extraemos más ingresos de la economía, como parte de un plan fiscal equilibrado, sin perjudicar los incentivos para el crecimiento? ¿Cómo lo hacemos de tal manera que el sistema en general sea más justo? Necesitamos avanzar en estos puntos porque la confianza en nuestro futuro como país depende mucho de demostrar que nuestro sistema político puede hacer esas cosas.

Thomson: Obviamente, está concentrado en la tasa de desempleo, pero si tuviera que elegir un indicador a corto o mediano plazo, ¿sería la vivienda?

Geithner: Muchos propietarios son víctimas inocentes de decisiones tomadas por otros. Los bienes raíces hoy por hoy reflejan en su mayor parte la debilidad general en la economía. El sector seguirá en problemas por un largo período de tiempo, hasta que el crecimiento económico se fortalezca y más gente tenga oportunidad de empleo.

Thomson: Cualquier política generada (en EE.UU.), hasta cierto punto, está a la merced de lo que está ocurriendo en Europa.

Geithner: El principal reto de Europa es estabilizar su sistema financiero y la capacidad de Italia y España, en particular, de obtener tasas de interés asequibles. Al mismo tiempo, sin embargo, debe asegurarse de que haya progreso en esas reformas para fortalecer el crecimiento y resolver los retos fiscales básicos. Creo que lo están haciendo gradualmente.

Thomson: ¿Cuánto le preocupa el yuan?

Geithner: Pienso que China cree que lo que más le conviene es dejar que su moneda se siga apreciando frente al dólar. Pero quiere hacerlo de una manera más gradual de la que creo les beneficia a ellos, a nosotros y al sistema. Creo que lo mejor para todos es que el proceso ocurra más rápido. La tasa de cambio no es el único problema, tienen otras distorsiones de la economía como la presión que ejercen sobre las compañías para que transfieran tecnología al país.
Fuente: The Wall Street Journal, 25/11/11.

Lo impensable de la crisis europea

noviembre 29, 2011

Lo impensable de la crisis europea

Por Simon Nixon

 

Uno de los rasgos más llamativos de la crisis del euro es la velocidad con la que lo impensable se ha vuelto realidad. Hasta la cumbre de Cannes hace un mes, una división de la eurozona era considerada un riesgo extremo. Ahora todos los inversionistas del mundo discuten las implicancias de una posible división. La semana pasada, la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido recomendó públicamente a los bancos preparar planes de contingencia. ¿Pero qué deberían hacer los bancos y los gobiernos?

La respuesta breve es que la planeación depende de una gran cantidad de conjeturas, debido a las incertidumbres extremas y los potenciales resultados; una división podría abarcar cualquier cosa, desde la salida de un país a una completa disolución y un retorno a las monedas nacionales.

Mucho también depende del Banco Central Europeo: si se apega estrictamente a la norma y niega a los países en cesación de pagos acceso a las líneas de financiamiento, una división podría ser incluso más desordenada. Una complicación adicional es que los encargados de política y los bancos están reticentes a negociar planes de contingencia -o comprometerse a poner cualquier cosa por escrito- por temor a avivar la crisis.

Para los bancos, la mayor preocupación es el riesgo de una redenominación: necesitan determinar qué activos y pasivos están en mayor riesgo de ser convertidos a una nueva moneda y tomar medidas para mitigar su exposición.

Gran parte depende de la situación legal de su exposición transfronteriza: si los activos se mantienen en filiales extranjeras y son financiados por depósitos locales, entonces la exposición neta al riesgo cambiario sería limitada. Pero si los bancos han estado prestando dinero en el extranjero, respaldados por depósitos en su moneda local, entonces los bancos podrían enfrentar riesgos de redenominación aún mayores. Los bancos podrían tratar de minimizar los riesgos cambiarios al registrar los activos en jurisdicciones más seguras. Pero necesitan sopesar este proceso contra un riesgo de incumplimiento que podría ser mayor ya que los clientes serían quienes tendrían que soportar el riesgo cambiario.

Además, los bancos señalan que definir cómo se redenominarán las cuentas no es fácil. Unicredit, por ejemplo, es el tercer mayor banco en Alemania y el segundo mayor en Italia. ¿Cómo decide a qué clientes se les paga en marcos alemanes y a cuáles en liras? ¿Depende de dónde se abrió la cuenta? ¿O dónde vive el cliente? ¿O de qué país es su pasaporte? Estas serán al final decisiones políticas que los bancos no pueden planificar fácilmente.

Los bancos también necesitan considerar cómo una división de la eurozona podría afectar su capital y financiamiento. La posible suspensión del cronograma de Basilea III podría otorgar algo de alivio. Los controles de capital podrían ayudar a limitar la fuga de depósitos para bancos nacionales en países que saldrían del euro, pero también evitarían que los bancos extranjeros retornen el dinero a sus países. Sólo un puñado de bancos europeos tendría una probabilidad real de recaudar capital privado. Separados del BCE, la única forma en que los gobiernos de los países que abandonarían la unión podrían recapitalizar sus bancos o garantizar financiamiento sería recurrir a la impresión de nueva moneda, lo que presenta el riesgo de que la inflación se salga de control.

Finalmente, cualquier plan de contingencia debe considerar cómo mantener el funcionamiento de los mecanismos de pago, sin los cuales los países podrían caer en un desorden civil. Las uniones monetarias se han dividido antes, pero ninguna involucraba interrelaciones tan complejas entre los países y entre los gobiernos y los bancos. Introducir nuevos billetes y monedas nacionales es un desafío logístico enorme; los billetes y monedas en euros no se introdujeron hasta dos años después de que surgiera el euro. El desafío sería aún mayor si el euro en sí mismo dejara de existir.

Quizás es por eso que, aun en este momento tan difícil, muchos de los responsables de los planes de contingencia siguen creyendo que esta vez lo impensable es realmente impensable -y que los líderes de Europa al final harán lo que sea necesario.
Fuente: The Wall Street Journal, 28/11/11.

Los nuevas estrellas emergentes

noviembre 29, 2011

Las nuevas fronteras de inversión en los mercados emergentes

Por Reshma Kapadia

 

Cuando Taizo Ishida vio a Bangladesh por primera vez, pensó que las imágenes lo acompañarían para siempre. Asentado en ese lugar en los años 80 como oficial de desarrollo de Naciones Unidas, Ishida vio poco más que pobreza miserable en todos lados. Al no tener una red eléctrica confiable o incluso o los servicios públicos más básicos, el país del sudeste asiático fue un arquetipo trágico del país en vías de desarrollo, pensó Ishida; o más bien, eso fue así hasta el año pasado. Fue entonces cuando Ishida, ahora gerente principal del prestigioso fondo Matthews para el Crecimiento en Asia, regresó a Bangladesh por primera vez desde sus días con la ONU. Lo que encontró lo dejó completamente sorprendido: allí había un auge de la inversión.

Dhaka, la capital del país, estaba alborotada con proyectos de construcción, mientras la ciudad se transformaba a sí misma en un centro de la industria global de manufacturas textiles. Los precios de las viviendas se aproximaban a los de algunos de los vecindarios de elite de Manhattan. (Un amigo de Ishida compró un apartamento hace más de una década por US$60.000 y ahora vale US$1 millón). Los precios de las acciones en el floreciente mercado bursátil del país, en tanto, se habrían triplicado en los 15 meses previos. «Aún es muy pobre, pero el mercado ha explotado», se maravilla Ishida, quien ahora espera que las valoraciones caigan un poco antes de invertir,

¿Bangladesh? ¿En serio? No es la clase de lugar al que encontraría al navegar en Google Earth, pero no se equivoque: el mapa del mundo de inversión ha cambiado de forma dramática durante los últimos dos años, y como lo dicen muchos intrépidos gestores de dinero, la topografía se transforma con suma rapidez actualmente, mientras los mercados en todo el mundo atraviesan cambios sistémicos de una semana a otra. Los países que en su momento avasallaban con retornos olímpicos —Brasil, China, India y Rusia— ahora, bien, parecen casi mortales en comparación. El camino a las ganancias, incluso en estas tierras bien viajadas, no es lo que era hace sólo unos años. Y, a la vez, los lugares que durante mucho tiempo se desestimaban como «países en vías de desarrollo» avanzan con mucha más rapidez de lo que jamás se previó.

Mark Mobius, un pionero de los mercados emergentes que supervisa alrededor de US$50.000 millones en activos para Franklin Templeton, ha estado comprando propiedades en Rumania, bancos en Nigeria y acciones de petroleras en Kazajstán. Laura Geritz, co-gerente del fondo Wasatch Emerging Markets Small Cap, se reunió hace unos meses con presidentes ejecutivos e inversionistas locales en Ghana, que ahora tiene unas 30 empresas que cotizan en su bolsa nacional.

Los motivos detrás de los cambios son muchos, y van desde la desaceleración de la economía en China y la India hasta la llegada de nuevos mercados de consumo y la sorprendente forma en la que la crisis de deuda está afectando el escenario internacional. Y, por supuesto, hay otro gran por qué: el viejo libreto ya no funciona. Considere que durante los 10 años que terminaron en diciembre de 2010, el índice de referencia Morgan Stanley Emerging Markets (MSCI) superó el S&P 500 por un total de 250 puntos porcentuales; en el lapso desde entonces, el índice ha quedado detrás del S&P en siete puntos. «No es que la oportunidad en los mercados emergentes se haya agotado», afirma Maria Negrete-Gruson, quien trabaja en el rubro desde hace 20 años y gestiona un portafolio de casi US$500 millones para Artisan Funds. «Sólo que no está en los mismos lugares».

Lo que no cambió, afirman los inversionistas veteranos, es el riesgo. Y la volatilidad. Y la intriga diaria que viene con hacer una apuesta en cualquier casino donde uno no habla el idioma ni entiende las costumbres. Los mercados emergentes, después de todo, son la clase de lugar donde una bolsa puede caer 17% en un día, como lo hizo el Micex de Rusia un desafortunado martes en septiembre de 2008. De hecho, el fondo diversificado promedio de mercados emergentes cayó 54% en 2008, según Morningstar, una pérdida que fue 17 puntos porcentuales peor que la caída general del mercado de EE.UU. incluso durante lo peor de la Gran Recesión. La caída de una moneda, un descenso en los precios de los commodities o un cambio de gobierno pueden transformar la dinámica del mercado en segundo (como, por ejemplo, sucedió en Perú luego de la elección del nuevo gobierno en junio pasado, tras el cual las acciones mineras registraron caídas de dos dígitos).

De todos modos, los gerentes de mercados emergentes de alguna forma dejan de lado esos temores mientras recorren el mundo en busca del mismo objetivo escurridizo, El Dorado de las inversiones. Y sin embargo, un mundo nuevo y un orden nuevo han significado hacer cambios, repensar clases de activos y, sí, mover el dinero de los clientes. ¿Entonces dónde están los buscadores de tesoro más sofisticados por estos días? Nuestra guía para inversión de aventura ofrece algunas pistas.

De emergente… a emergido

Sin dudas, han pasado muchas cosas en el mundo. Poco después de que el economista de Goldman Sachs Jim O’Neil acuñara el nombre BRIC hace una década, Brasil, Rusia, India y China despegaron de una forma que el mundo de la inversión apenas podía creer: pasaron de representar alrededor del 8% del PIB mundial en 2000 a tener una participación de aproximadamente 17% en 2010. Resulta que lo que hizo posible el crecimiento fue una confluencia de eventos destacables: desde regímenes comunistas que abrieron sus puertas a los grandes negocios a países pobres pero muy poblados que repentinamente entraron a la cadena económica mundial. Y con estas nuevas maravillas económicas llegó un auge sin precedentes en las bolsas de cada uno de esto países. En la primera década del milenio, la bolsa de Shangai, en China, creció más del doble; los mercados en Brasil e India se cuadruplicaron, y el principal índice bursátil de Rusia creció nueve veces.

Pero mientras las enormes economías de estos países casi sin dudas seguirán creciendo a buen ritmo, administradores veteranos afirman que las perspectivas de sus mercados bursátiles son más modestas. De hecho, acciones de buen desempeño en el bloque BRIC ya están experimentando una pausa, si no es un fin, en su bullicioso ascenso, y la mayoría de los analistas considera que es inevitable. «Es difícil comportarse como un mercado emergente cuando ya se ha emergido», afirma Negrete-Gruson de Artisan Funds.

Más allá de esta probable caída, los países BRIC sin embargo enfrentan un problema que llegó con el auge de la década pasada: se llama inflación. Según David Riedel, de RIedel Research, que sigue estos mercados desde hace décadas, los salarios crecientes en India y China están comenzando a afectar las ganancias de las empresas. Mayores costos laborales, de hecho, ya han llevado a una cantidad de empresas a trasladar los pedidos a fábricas, irónicamente, en sitios de manufactura aún más baratos, como Bangladesh y Vietnam.

Eso no quiere decir que no se puedan seguir encontrando oportunidades de inversión en los países BRIC. El veterano inversionista Robert Horrocks, director general de inversión de Matthews Asia, aún busca oportunidades en China, y sostiene que su clase media continuará gastando. Además, señala que los consumidores chinos comienzan a gastar en sectores como seguros, cobertura médica, educación y entretenimiento, categoría que según Horrocks crecerán.

Más allá de los BRIC

Entonces, ¿adónde apuntan los inversionistas más allá de los BRIC? A un nuevo grupo de acrónimos, naturalmente. «Los inversionistas que se concentran sólo en un puñado de países pierden oportunidades», afirma un nombre legendario, Mobius, de 75 años, de Templeton. Y ahora mismo, esas oportunidades están en lugar que no es probable encontrar en un atlas tradicional de inversión. Por ejemplo, HSBC Asset Management se interesó en CIVETS, los mercados en vías de desarrollo de rápido crecimiento en Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica. Una división de Fidelity en con sede en Londres, en tanto, ha estado hablando con asesores sobre los países MINT —México, Indonesia, Nigeria y Turquía— que caracterizó en un informe reciente como con el potencial de ser «tan reconfortantes para los inversionistas durante los próximos 10 años como lo fueron los BRIC en los últimos 10».

Incluso O’Neil, el impulsor original de los BRIC, ha estado hablando cada vez más de una tierra llamada N-11, o los próximos 11. Estos países –incluidos algunos de los nombres mencionados en el párrafo anterior—tienen el potencial de ser las nuevas estrellas en el universo de los mercados emergentes, según Goldman Sachs. Y al menos una estadística sugiere que la migración de la nueva frontera ya ha comenzado: en 2006, 69% de los flujos de fondos de inversión hacia mercados emergentes se dirigió a países BRIC; para 2010, esa participación cayó a 53%.

Bonos globales

Por supuesto, para muchos buscadores de tesoro que recorren el mundo, el nuevo itinerario no sólo los lleva a regiones menos viajadas, también los lleva a rincones del mercado que les traen más malos recuerdos que buenos: deuda de mercados emergentes. Para quien haya vivido la crisis Tequila de 1994 (en la cual el peso mexicano colapsó), la crisis monetaria china que comenzó en 1997, y la crisis del rublo en Rusia y la cesación de pagos posterior, al idea de apostar a la deuda de algunos de estos países —y a la vez, a sus monedas— puede parecer una locura. Pero los gestores de fondos afirman que el panorama de deuda global se ha convertido en un espejo de lo que solía ser, y que algunos inversionistas temen por las crisis de deuda en Europa (e incluso EE.UU.) y buscan estabilidad en los mercados emergentes.

Según el Fondo Monetario Internacional, la carga de deuda del gobierno de EE.UU. en 2010 fue 92% de su PIB, mientras la deuda de Brasil fue de sólo 66%. ¿Y la de Chile? Un magro 9%. Según O’Neill, esto cambia el modelo para los inversionistas. En especial este es el caso de los inversionistas que buscan una alternativa a los bonos del gobierno de EE.UU. —por ejemplo, los bonos brasileños a 10 años en reales hace poco dieron un retorno de hasta 13%, contra un 2% de los bonos del Tesoro de EE.UU. — y comienzan a pensar en formas de reducir su exposición al dólar estadounidense.

Pero invertir en emisiones de bonos específicas en Brasil no es una tarea fácil para los inversionistas individuales. Los asesores afirman que la mejor forma de hacerlo es permitir que administradores de fondos con experiencia las elijan por usted. No es sorprendente que la industria de los fondos haya olido la oportunidad en esta área y haya lanzado una serie de nuevos fondos de bonos de mercados emergentes en los últimos años.

Aquí también hay peligro, advierten los administradores de dinero, y no sólo porque las inversiones hayan sido tan populares últimamente. Los bonos de mercados emergentes son más sensibles a presiones inflacionarias que aquellos en EE.UU. o Europa, porque los precios de los alimentos suelen ser un componente mayor de la inflación general en el mundo en vías de desarrollo, afirma el especialista del fondo de bonos de mercados emergentes T. Rowe Price, Chris Dillon.
Fuente: The Wall Street Journal, 27/11/11.

La ineficiencia creciente de la economía Argentina

noviembre 29, 2011

Sintonía

Por Enrique Szewach

 

Semana de definiciones presidenciales la que pasó.

En efecto, de a poco, la presidenta va dando pistas en torno al tipo de gestión que debemos esperar, al menos en materia económica, en los próximos meses.

La fiesta populista de estos años dejó varios problemas por resolver.

El Primero, un problema de gasto público y de déficit fiscal. No son la misma cosa. El gasto público alcanzó dimensiones inéditas para la Argentina histórica. Medido como se quiera medir. Financiarlo, no sólo implicó un aumento proporcional de la presión impositiva, sino, además, el uso intensivo del Banco Central, lo que, a su vez, llevó a un valor insostenible de la tasa de inflación (estacionada, al menos en las provincias, en torno al 2% mensual),

A estos dos temas la Presidenta ha respondido claramente: Reducción de subsidios (equivalente a un aumento de impuestos). Con esa nueva “caja” se hará la “sintonía fina” de ver, cuánto se reduce el gasto en términos netos, y cuánto se reduce la emisión monetaria, o el uso de las reservas para pagar deuda. Pero, ese ajuste dependerá de cuánto se afecta la tasa de crecimiento. “La Argentina no tiene metas de inflación sino metas de crecimiento”. Como si ambas cuestiones fueran antagónicas y no complementarias. El  mundo emergente ha crecido todos estos años, con metas de inflación, o algo parecido, a través de Bancos Centrales autónomos y profesionales y mal no le fue.

El esquema que se propone, entonces,  podrá moderar y hasta, eventualmente,  eliminar el déficit, pero el gasto público, aún después de recortar subsidios, seguirá siendo elevado. No sólo el nacional, si no también el de las provincias. (Dicho sea de paso, la eliminación de subsidios es sólo más caja para la Nación, es decir, seguirá el torniquete político sobre los gobernadores).

Y. por lo tanto, de lo único que se oye hablar en estos días, es de aumento de impuestos. (Aunque se disfracen de otros conceptos, es más transferencias de recursos administrados por el sector privado directamente, a recursos redistribuidos por el sector público al sector privado).

Este aspecto de una elevada presión fiscal y de una elevada participación del sector público en la economía como redistribuidor de fondos, es “la sangre del modelo” y eso no se negocia.

Y esto me lleva al segundo problema que enfrenta la economía argentina.

Tenemos un problema de productividad y competitividad. El uso intensivo del Estado en la provisión de bienes públicos y privados, Y esl Estado, dado que se trata de «others people money«, es muy ineficiente produciendo o dirigiendo las decisiones de producción de los otros. (En lugar de estatizar YPF propongo privatizarla, como al resto de las empresas argentinas que hoy tienen a sus mejores managers cumpliendo órdenes del gobierno, en lugar de tratar de producir más y mejor y competir). 

Este problema de ineficiencia creciente de la economía fue disimulado hasta ahora, por el aumento de volúmenes, y porque la región apreciaba sus monedas, logrando que “devaluáramos sin devaluar”, mientras los precios de la soja, daban más recursos para seguir importando gas y combustibles.

Pero la región dejó de apreciar. El precio de la soja dejó de subir, y ahora nos quedamos con el problema de competitividad y el problema de falta de dólares para seguir importando.

La respuesta de la “sintonía fina” es clara. Para los dólares, control de cambios, restricciones, presiones para liquidar más exportaciones y para importar menos.

Adicionalmente, usar el 54% de los votos, para enfrentar a los sindicalistas y la apelación a “un país con buena gente”, para acordar salarios, de manera que dejen de crecer contra el dólar pero que “parezca un accidente”.

Con deslizamiento del tipo de cambio “en su momento”, (tratando de bajar el costo laboral en dólares, hoy, también en niveles insostenibles).

Pero esto, de lograrse, no soluciona el tema de fondo: somos una economía cada vez más trabada e improductiva, y los precios e incentivos que reciben los productores para explorar y producir petróleo y gas, o para diversificar producción agroindustrial, o para innovar y crear, salvo aquéllos “muy amigos” o con “regalos directos” (también insostenibles en el tiempo), agravan la situación.

En síntesis, la “sintonía fina” salva el modelo, pero no soluciona los temas centrales, los agrava, en especial, si el mundo no mejora sustancialmente, y el dólar se fortalece.

¿Es un escenario de crisis? En el corto plazo, no. Pero es un escenario de desaceleración mediocre y conflictos crecientes.
Fuente: Perfil, 27/11/11.

La Eurozona contagia a las economías emergentes de Europa

noviembre 26, 2011

Eurozona contagia a las economías emergentes de Europa

Por Andrew Peaple

 

La crisis de la eurozona está contagiando al este del continente. Moody’s rebajó el viernes la deuda de Hungría a territorio especulativo, o «chatarra», lo que hizo que el florín caiga hasta un 2% frente al euro. Las monedas de Polonia y la república Checa bajaron más de un 1% cada una.

Meter a esos países al mismo saco junto a Hungría puede parecer injusto, dadas sus fortalezas relativas. Pero el punto débil común de la región emergente de Europa -la exposición a los atribulados bancos de Europa occidental- podría causar más descensos en las divisas en la región.

El alto nivel de deuda pública de Hungría, que llega al 80% del producto interno bruto, hace que el país sea particularmente vulnerable a las preocupaciones fiscales. La deuda pública de Polonia frente al PIB se situó en un 55% a fines de 2010. Otros países de la región tienen coeficientes cercanos al 40%.

Los hogares húngaros están particularmente expuestos a caídas en el tipo de cambio ya que tienen préstamos en monedas extranjeras equivalentes al 20,6% del PIB. Eso, a su vez, podría significar que el gasto interno se debilitará con rapidez en ese país.

Ciertamente Europa emergente será golpeada por una menor demanda del área desarrollada del viejo continente para sus exportaciones. Pero eso debería afectar más a las economías más pequeñas y abiertas como Hungría. La República Checa, donde las exportaciones equivalen al 75% del PIB, de seguro se verá afectada y su crecimiento podría caer al 1,0% en 2012, frente al 2,4% de este año, vaticina UBS. Economías más equilibradas como Polonia, donde la demanda y la inversión internas son más fuertes, podrían resistir mejor.

Pero el desapalancamiento es una preocupación común. Las naciones de la región emergente de Europa han dado la bienvenida a los bancos occidentales en las últimas dos décadas. La propiedad extranjera de activos bancarios va desde el 72% en Polonia al 97% en la República Checa.

Con coeficientes de préstamos sobre depósitos típicamente superiores al 100% a lo largo de la región, las subsidiarias de bancos extranjeros a menudo dependen de préstamos de sus casas matrices para financiarse.

Tras la crisis financiera de 2008 los bancos occidentales mantuvieron su exposición a Europa emergente bajo la Iniciativa de Viena. Por ahora que los bancos están mucho más débiles, lo mejor que se puede esperar es un acuerdo para desapalancar en forma ordenada, dice una fuente involucrada en la última respuesta coordinada.

El retiro de los bancos occidentales podría eliminar entre medio y un punto porcentual del crecimiento de Europa emergente el próximo año, estima RBS. Desde luego, los inciertos efectos deberían mantener vivo el nerviosismo en los mercados de divisas de la región. La rebaja de Hungría es un augurio de que se avecinan más tiempos difíciles.
Fuente: The Wall Street Journal, 25/11/11.

Argentina: El Ajuste de la Eonomía

noviembre 24, 2011

Finalmente Cristina empezó con el ajuste

Por Roberto Cachanosky

 

El ajuste no es otra cosa que hacer subir los precios artificialmente baratos y retrasar los artificialmente caros. Esto recién comienza y es el mercado de cambios es el que está forzando al Gobierno a hacer lo que siempre dijo que no iba a hacer.

 

El 9 de febrero de este año, refiriéndose a los subsidios a la energía y al transporte, decía Cristina Fernández en un discurso en el Chaco: “por otra parte, como estos son bienes, servicios fundamentalmente, de los que no se puede prescindir y que tienen un gran impacto en el consumo, porque la gente si le aumentan demasiado los servicios restringe el consumo y va al pago de servicios que no crean nuevos puestos de trabajo” (sic). Tratando de traducir al castellano básico lo expresado por Cristina Fernández, lo que nos estaba tratando de decir era que al tener artificialmente baratas las tarifas de los servicios públicos, la gente disponía de más dinero para consumir y reactivar la economía. Habría que preguntarle a la presidente qué le hizo cambiar de opinión, ya que la eliminación de los subsidios, por ahora en energía, gas y agua, no se limitará a los que viven en Puerto Madero, Barrio Parque o en los countries, sino que le pegará de lleno a la mayoría de la población. Inicialmente “vendieron” la eliminación de los subsidios diciendo que se los sacaban a los más ricos, pero enseguida surgió lo de la declaración jurada, con lo cual, se viene el tarifazo. Vamos a ver cómo “venden” el aumento del transporte cuando llegue el momento. Tal vez digan que no es justo que el que toma el colectivo en Barrio Parque esté subsidiado.

Pero volviendo al discurso de Cristina Fernández, lo que olvidó decir que es que en economía nada es gratis. Alguien está pagando los subsidios con impuestos, consumiendo stock de capital o el impuesto inflacionario. La medida anunciada por Cristina Fernández es lo que ella tantas veces dijo que se negaba a hacer y que finalmente tiene que hacer: el ajuste. ¿Qué significa ajustar la economía? Cambiar los precios relativos. Los precios que están artificialmente bajos se suben y los que están artificialmente altos suben menos. Generalmente estos ajustes se hacen para tratar de equilibrar las cuentas públicas, como fue el Rodrigazo del 4 de junio de 1975. En ese momento Celestino Rodrigo devaluó el peso (subió el dólar) e incrementó las tarifas de los servicios públicos y combustibles, al tiempo que aumentaban menos los salarios. El resultado fue la primera huelga general que la CGT le hizo a un gobierno peronista.

En esta oportunidad empezaron con algunas tarifas de los servicios públicos mientras el mercado se encarga de devaluar el peso. Es decir, a diferencia del Rodrigazo, y por más que Moreno le responda con un cañón a la ley de la oferta y la demanda, el mercado se está llevando las reservas del Central forzando una devaluación. Es solo cuestión de tiempo. Obsérvese que el dólar está barato para lo que es este modelo económico y las tarifas de los servicios públicos fueron “pisadas”, al igual que el dólar, como mecanismos antiinflacionarios. Nada tan diferente a lo que se hizo en infinidad de planes anteriores que terminaron mal.

¿Por qué decidieron ahora aplicar un tarifazo? Porque el gasto público en subsidios se les fue de las manos, con un proyectado para este año de $ 70.000 millones. Además, la energía artificialmente barata le está pegando en el saldo de balance comercial por el incremento de las importaciones de combustibles para sostener funcionando el sistema energético. Esto les achica aún más el saldo de balance comercial y les quita poder de fuego para financiar la constante fuga de capitales que tuvo el kirchnerismo desde el 2003.

Un párrafo para la encuesta en la cual a uno le preguntarán si quiere dejar de ser subsidiado. Pregunta: ¿cuáles son los parámetros que tomará el gobierno para decidir a quién subsidia y a quienes no? Si se van a guiar el nivel de ingreso y relacionarlo con la canasta básica total del INDEC que marca la línea de pobreza, hasta los linyeras van a quedar por encima de la línea de pobreza. De manera que el sistema será asimilable al que usa la AFIP para autorizar a una persona a comprar dólares: el sistema del dedómetro o parecemetrometo.

Tiene el gobierno en este momento, al menos, dos frentes complicados: a) el frente fiscal con necesidad de aplicar un tarifazo y b) el frente externo en que hay drenaje constante de reservas de las arcas del Central.

El frente fiscal ni por casualidad lo resuelven con el tarifazo en energía y agua. Y el frente externo, a pesar de las cebitas con que le tira Moreno al mercado creyendo que tiene un misil tierra-tierra, lejos está de ser dominado. Mirando el balance del Banco Central se observa que al 7 de noviembre seguían subiendo los adelantos al Tesoro (emisión monetaria para financiar el gasto público), el rubro Otros Pasivos, que incluiría préstamos para disimular la pérdida de reservas, llegó a $ 21.728 millones. Al 31 de mayo pasado, antes que se acelerará la fuga de capitales, Otros Pasivos era de $ 4.917 millones, es decir, multiplicó por algo más de 4 este rubro. Si hoy fueran a una convertibilidad, el tipo de cambio de conversión sería de $6,62 por dólar al 7 de noviembre mostrando un claro deterioro respecto a las semanas anteriores. Aclaro, no digo que el dólar tiene que estar en $ 6,62, solo afirmo que si se quisiera ir a una convertibilidad esa sería la paridad que surge de los números del balance del BCRA. En enero del 2010, cuando Marcó del Pont se hizo cargo del Central, esa misma relación era de $ 4,30, así que la capacidad de demolición del patrimonio del Central ha sido proverbial. Finalmente, y esto es lo más preocupante, siguen aumentando los redescuentos a las entidades financieras. Estos redescuentos se otorgan cuando hay problemas para hacer frente a los pagos en ventanilla.

¿Cómo sigue la historia? Si aceptamos que la ciencia económica no es justamente el fuerte del kirchnerismo, todo parece indicar que el próximo paso consistiría en forzar una baja de la tasa de interés justo en el medio de una corrida cambiaria. ¿Para qué? Para que la economía no se les enfríe, porque si se les cae la actividad económica, la recaudación baja, aumenta el déficit fiscal y el tarifazo tendría que ser complementado con más medidas de restricción del gasto, la antítesis del modelo populista del gobierno.

El problema es que está científicamente comprobado que cuando hay presiones sobre el tipo de cambio, la tasa de interés tiende a subir. ¿Por qué? Porque la gente retira pesos de los bancos para comprar dólares. Al retirar plata de los bancos estos tratan de retener a sus depositantes ofreciéndoles más tasa de interés (salvando las diferencias, recordar el 2001). Si el gobierno fuerza una baja de las tasas de interés el retiro de depósitos se acelerará para comprar dólares. Sería como subirse al banquito, ponerse la cuerda en el cuello y saltar. Se estarían ahorcando solos.

En síntesis, el corralito a la compra de dólares fue presentado como un combate contra la evasión y el lavado de dinero, ahora el anuncio del tarifazo que está disfrazado de eliminación de los subsidios a los más ricos, es el primer paso hacia un cambio de precios relativos o, dicho en castellano básico: la fiesta se acaba. Con lo cual se confirma mi pronóstico de que o el gobierno ajustaba la economía o se encargaba el mercado de ajustar, y el mercado está forzando el ajuste con la corrida cambiaria. Por ahora, el mercado está empujando al gobierno, paso a paso, a hacer el ajuste. Si el gobierno se resiste a aceptar la realidad y sigue con el relato del modelo exitoso, o implementa mal el ajuste, las complicaciones serán mayores a las actuales. Digamos que la situación económica no está para que improvisados sigan con sus primitivas medidas. Aquí hace falta confianza y ciencia económica. El problema es quién se anima, entre los economistas serios, a sentarse en el sillón de ministro que es como una silla eléctrica por el populismo y la soberbia del kirchnerismo.
Fuente: Economía para Todos, 20/11/11.
Más información en: www.economiaparatodos.com.ar

Subasta alemana de bonos genera nuevas dudas en los mercados

noviembre 24, 2011

Subasta alemana de bonos genera nuevas dudas en los mercados

Por Geoffrey T. Smith y Emese Bartha

 

FRÁNCFORT — Una subasta de deuda soberana alemana atrajo una de las demandas más débiles desde la introducción del euro, en un indicio del apetito menguante del mercado por incluso los activos más seguros de la zona euro.

La subasta causó remezones en los mercados conforme los inversionistas, golpeados por una andanada de malas noticias provenientes de Europa en los últimos meses, inicialmente la interpretaron como una señal de que la crisis está llegando al corazón de la zona euro.

El gobierno alemán vendió apenas 3.644 millones de euros (US$4.920 millones) de los 6.000 millones de euros que tenía contemplado en bonos a 10 años a un rendimiento promedio de 1,98%.

Las tasas de interés de los bonos de Alemania a 10 años subieron pronunciadamente después de la transacción y alcanzaron 2,09%, su máximo nivel en tres semanas, superando el retorno de los bonos del Tesoro estadounidense del mismo plazo.

En los últimos años, los bonos alemanes, conocidos como bunds, han ofrecido un interés menor que el de sus contrapartes estadounidenses puesto que se considera que Alemania tiene un mejor perfil de deuda que EE.UU.

«Hay múltiples escenarios para Europa, pero casi todos proyectan un crecimiento bajo, lo que debería ser positivo para los bunds«, dijo Jack Kelly, director de inversión de renta fija de Standard Life Investment.

Ewald Nowotny, gobernador del Banco Nacional de Austria y miembro del consejo del Banco Central Europeo, calificó los resultados de la subasta alemana como una «señal de alarma«, según la Agencia de Prensa Austriaca.

El ministro de Finanzas canadiense, Jim Flaherty, expresó «preocupaciones muy serias» sobre la subasta alemana, argumentando que la crisis de la zona euro se está transformando en una tormenta global y que los resultados deberían reforzar la necesidad de que los estrategas del continente la zona euro encuentren una rápida resolución.

Otros fueron más optimistas, aludiendo a una serie de factores excepcionales que se habrían combinado para reducir la demanda de los bunds. En sus 60 años de historia, la República Federal de Alemania nunca había tratado de vender un bono a 10 años que pagara solamente un interés de 2%, y los rendimientos históricamente bajos parecieron deprimir el apetito en el tradicional círculo de compradores. «No se debe a una falta de demanda de los inversionistas finales», dijo Michael Krautzberger, director de inversión de BlackRock Asset Management Deutschland. «Por el momento, siguen prefiriendo refugios seguros como los bunds, dado el nerviosismo en los países vecinos».

.Ben Bennett, estratega de crédito de Legal & General Investment Management, en Londres, dijo que los inversionistas se distanciaron de la emisión en parte debido a una típica merma de liquidez al final del año, que se ha acelerado en 2011.

Asimismo, muchos inversionistas ya han acumulado una buena cantidad de bonos alemanes en sus portafolios tras huir de la deuda de los países de la periferia de la zona euro. «No se puede tomar [la subasta] en forma aislada y usarla como señal muy pesimista», observó. «Muchos indicadores técnicos explicarían porqué no fue de las mejores».

El euro cayó a su mínimo nivel en siete semanas contra el dólar y cotizaba a US$1,3333 en negociaciones al final del día en Europa. Eso reforzó la postura de que el capital ahora está saliendo de la zona euro. Hasta hace poco, muchos de los traslados de dinero habían ocurrido dentro de la unión monetaria, desde los bonos soberanos más riesgosos hacia los más seguros.

«La percepción del mercado es que la calidad crediticia de Alemania se ha deteriorado», manifestó Andrew Roberts, director de estrategia monetaria de Royal Bank of Scotland. «Mientras más se profundiza la crisis… la gente se va a empezar a preguntar quién va a pagar la cuenta una vez que termine la comida», aseveró. «Todos los caminos llevan a Alemania».
Fuente: The Wall Street Journal, 23/11/11.

Bienes Raíces Informe Global 2011

noviembre 23, 2011

Bienes Raíces: calidad y situación pueden asegurar un buen rendimiento en tiempos difíciles

 

Para los expertos inmobiliarios de Invesco Real Estate, a pesar de todas las incertidumbres que se ciernen sobre el mercado y la economía no estamos en otro 2008. Sin embargo, toda esta volatilidad tiene implicaciones para el mercado de bienes raíces que resumen en los siguientes puntos, tratados en profundidad en los informes adjuntos:

• Existe liquidez, aunque sea selectiva: los bancos están dispuestos a financiar operaciones de bienes raíces en mercados sólidos “core” a precios muy razonables. Para los mercados más riesgosos, la financiación es escasa y según recalca Invesco seguirá siéndolo al menos 12 meses más.

• El precio de los activos inmobiliarios en mercados desarrollados está bien por debajo de máximos: en los últimos 12 meses se ha visto una cierta recuperación en el precio de estos bienes, tras la debacle que se inició en 2008, pero de forma generalizada siguen siendo precios bajos.

• Los fundamentales del sector en mercados desarrollados son muy distintos a los que había al explotar la crisis de 2008: El incremento de inventarios en vivienda estaba alcanzando su pico máximo cuando estalló Lehman Brothers. Hoy las promociones en curso son escasas en la mayoría de los mercados desarrollados y están muy limitadas por la exigencia de la financiación. Esta limitación de inventarios sirve de colchón al deterioro previsto en los fundamentales económicos.

• Las bases de crecimiento del PIB pivotan hacia el sector privado: debido a la austeridad fiscal exigida a los estados, las economías se están rebalanceando del sector público al privado. El efecto inicial sobre el PIB será negativo, afectando de primeras a los niveles de ocupación en el sector de bienes raíces, pero el resultado será un crecimiento más sostenible a largo plazo.

Con este escenario en mente, Invesco Real Estate explica sus perspectivas y estrategia para invertir en bienes raíces:

• Los inversionistas, en especial los financiados a largo plazo, buscan ingresos seguros de edificios con altos niveles de ocupación, alquileres con plazos largos y liquidez. Por tanto, existe una preferencia clara por los bienes raíces “prime” de la más alta calidad. Como consecuencia, este segmento se está encareciendo y los inversionistas que opten por él deberán sacrificar rentabilidad a cambio de seguridad.

• En el corto plazo los bienes raíces son más atractivos que los bonos soberanos, pero a lo largo del periodo 2013-2015, se espera que los bonos retomen rendimientos más normales. Esto puede poner presionar las expectativas de rendimiento del sector de bienes raíces, aunque probablemente el efecto se vea compensado por fundamentales económicos más favorables.

• En el mercado desarrollado, el sector de oficinas tiene las perspectivas más atractivas para el periodo 2011-2013, gracias al limitado número de proyectos nuevos en desarrollo y al incremento en la demanda por espacio de primera calidad, cada vez más escaso. En los mercados emergentes se prevé una continuación en la demanda de oficinas de primer nivel por parte de multinacionales expandiéndose a estos mercados, para los que Invesco Real Estate pronostica una disminución de nuevos desarrollos inmobiliarios.

• Invesco Real Estate es cauto con el sector comercial en países desarrollados hasta que mejore el consumo, posiblemente hasta final de 2012. En todo caso, prima la calidad, como en el mercado de oficinas. Invesco Real Estate espera un mejor comportamiento de las inversiones ocupadas por cadenas de alimentación bien financiadas, dado su carácter relativamente defensivo. En los mercados emergentes, el incremento de la clase media juega a favor de este segmento del mercado. En general, alertan sobre el riesgo que supone el incremento de las ventas por internet, en especial para localizaciones comerciales fuera de zonas Premium.

• En el corto plazo Invesco Real Estate no ve retornos excesivamente atractivos al sector logístico/industrial pero sí puede ofrecer cierta estabilidad de ingresos. A largo plazo, el boom de las ventas online es un factor positivo para este tipo de activos.

• Para el mercado residencial Invesco Real Estate se muestra cauto en Asia, a excepción de activos multi-familiares en Japón. En Estados Unidos el mercado de apartamentos puede ofrecer atractivos retornos en localizaciones con limitaciones de oferta con tasas de ocupación históricamente altas. En todo caso, las oportunidades deben analizarse a la luz de un mercado altamente competitivo en precio.

En su más reciente serie de informes sobre el mercado global de bienes raíces, Invesco Real Estate repasa las perspectivas sobre cada región (Global, Asia, Europa y Norteamérica), ofreciendo un resumen sobre los respectivos mercados inmobiliarios y un análisis amplio de las condiciones de mercado y de las previsiones locales.

Puede consultar de forma directa los informes en los siguientes links (documentos en inglés):

Invesco-real-estate-Asian-market-outlook-2011 

Invesco-real-estate-European-market-outlook-2011

Invesco-real-estate-Global-market-outlook-2011

Invesco-real-estate-North-America-market-outlook-2011

 

Fuente: Funds Americas, 22/11/11.

La zona euro se arriesga a hacer muy poco, muy tarde

noviembre 23, 2011

La zona euro se arriesga a hacer muy poco, muy tarde

Por Simon Nixon

 

Después de casi dos años en el que el que el foco de atención del de la crisis de deuda de la eurozona se ha desplazado de una capital europea a otra, finalmente ha llegado al lugar que le corresponde: la sede del bloque en Bruselas.

La crisis sólo ha sido en parte sobre la sostenibilidad de las deudas soberanas de Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España. Más importante, es que siempre ha sido una crisis política, una crisis institucional, una crisis de gobierno. Se trata de un fracaso para desarrollar mecanismos para establecer una disciplina fiscal entre los miembros de la eurozona y salir a la ayuda de países en problemas financieros. No podrá existir una solución a la crisis si primero no se resuelve esta crisis de gobierno.

Dos mitos han mantenido las esperanzas. Primero, que los crecientes rendimientos de los bonos soberanos reflejaban una pérdida de credibilidad de algunos gobiernos, para lo cual la solución era un mayor compromiso con la austeridad y la reforma estructural. El segundo indicaba que si la supervivencia de la eurozona llegaba a estar en entredicho, el Banco central Europeo haría uso de su poderosa «bazuca» para comprar bonos y prevenir un colapso y el caos.

El primer mito ha sido demolido. Pese a la elección incuestionable de un reformador fiscal en España, los rendimientos de los bonos a 10 años terminaron el martes al alza a 6,6%. Pese al nombramiento de un gobierno tecnócrata en Italia, liderado por Mario Monti, los bonos italianos se ubican en 6,75%. Mientras tanto, el BCE continúa haciendo todo lo que puede para desmentir el segundo mito, asegurando que no puede y no actuará como prestamista de último recurso para los gobiernos.

En respuesta a las pobres decisiones, los inversores, bancos y corporaciones están reduciendo su exposición a los bonos soberanos de la eurozona, excepto los de Alemania, en medio de temores de que ahora contengan riesgos de liquidez, de crédito y cada vez más riesgos de divisas.

Incluso si el BCE cambia de parecer sobre la legalidad de un compromiso para servir de prestamista, no se sabe si eso resolvería el problema. El BCE puede comprar bonos sólo en los mercados secundarios. Eso no garantizaría a España e Italia el acceso primario a los mercados de bonos. No se tiene claro por qué la intervención del BCE alentaría el retorno de los compradores del sector privado, ya que esto no marcaría una gran diferencia a las cargas totales de deuda y las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda persistirían. Además, los bonos adquiridos por el BCE serían de mayor nivel que los propios, lo que generaría mayores reducciones a lo que recibirían los acreedores en caso que la deuda llegue a convertirse en algo insostenible.

Además, la corrida en los mercados de deuda soberana es apenas el aspecto más visible de la crisis de la eurozona. La corrida al sistema bancario es igual de dañina. Los mercados de financiación en dólares a corto plazo y los mercados de deuda no asegurada han estado cerrados desde mediados del año y el mercado interbancario también está sufriendo. Los bancos se han visto forzados a elevar el costo y reducir la disponibilidad de crédito, socavando aún más el crecimiento y la competitividad.

En el mejor de los casos, el BCE puede ganar tiempo, pero ¿para qué? Cualquier solución verdadera debe comenzar con reparar el quebrado mercado de bonos soberanos, algo que ahora requiere la creación de bonos de la eurozona, pero un acuerdo al respecto podría tomar meses y los cambios al tratado, años. Mientras tanto, la pregunta es, y siempre lo ha sido, ¿qué precio político exigirá Alemania para poner su balance en juego?

El mayor temor de Alemania es el riesgo moral, ¿Cómo puede saberse que los países seguirán con las reformas después que se relaje la presión del mercado? Reemplazar a políticos electos con tecnócratas no elegidos puede ser un remedio de corto plazo. Tanto el presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso y el presidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy preparan propuestas para mejorar el gobierno económico. Pero la mayoría de las que están siendo discutidas representan apenas ajustes al escrutinio de los presupuestos nacionales, no a la completa unión política y fiscal que se necesita para apuntalar con credibilidad a los eurobonos.

Quizás la intensidad de la crisis obligará a un cambio político radical en Bruselas, como lo ha hecho en los estados miembro. Quizás los gobiernos adoptarán transferencias radicales de soberanía para evitar el cataclismo de un colapso del euro. Pero el riesgo es que, como sucede a menudo en las crisis, cuando los políticos finalmente se decidan a actuar, ya sea muy poco y muy tarde.
Fuente: The Wall Street Journal, 22/11/11.

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