Danieles un ingeniero de profesión al que conocí por nuestra mutua pertenencia al grupoThinknomicsy al que pude ponerle cara hace un par de años en un encuentro en Marbella. Él tiene unblogen el que se dedica a matizar ciertos mitos económicos. No los niega pero expone una serie de datos y argumentos que nos llevan a dudar de que determinadas creencias muy comunes sean ciertas. Y uno de sus motivos recurrentes es la falsa idea que tenemos sobre la economía de los países nórdicos, tan idealizada por algunos políticos en España.
Por ejemplo, en una de sus últimas entradas, y ya que está tan de moda, explica cómo funciona el tema de las pensiones allí y resulta que lo que ocurre es que además de la pensión pública obligatoria (la única que lo es en España), allí también es obligatoria una pensión privada. Y ésta es tan importante que el porcentaje que supone la primera pensión pública que recibe un jubilado con respecto al último salario en España es del 72,3% (si alguien cobrara 1000 € antes de jubilarse, de media pasa a cobrar 723€), en Finlandia es del 56,6% y en todos los nórdicos es inferior hasta llegar al menor: Islandia en el que alguien que tiene un sueldo un 50% superior a la media sólo recibe un 2,1% de su último salario en forma de pensión pública. ¿Por qué ocurre esto? Porque en su día sindicatos y empresarios decidieron que parte del salario se iba a invertir para que ello redundara en mejores pensiones y en todos los nórdicos existe un sistema de pensiones privadas obligatorias o cuasi obligatorias a través de las negociaciones de los convenios colectivos entre trabajadores y empresas que acaban aportando más dinero a los jubilados que la pensión pública.. En resumen, que cuando los partidos de izquierdas ponen como ejemplo de avances sociales a “los nórdicos” deberían tener en cuenta que la mayor parte de los ingresos de sus pensionistas allí procede de fondos privados de pensiones. Ojo, que yo no defiendo ese sistema, sólo digo que a aquellos que les parece que es anti-social y de derechas fomentar los fondos de pensiones privados, entonces deberían dejar de poner a estos países como ejemplo.
Otro tema en el que se pone como ejemplo a “los nórdicos” es la desigualdad pero es otro mito y qué mejor que esta imagen para demostrarlo
Incluso si se mide por el Indicador Gini es así. Es decir, que no porque sean países con un –supuesto- gran gasto público social, son menos desiguales. Más bien al contrario.
En otro artículo también muestra que existe evidencia clara de que hay más empleo público en los países nórdicos, aunque también es cierto que no solamente los salarios que reciben sus trabajadores son de media notablemente inferiores a los españoles (medidos en relación al PIB del país), sino que las condiciones laborales que disfrutan las plazas de funcionarios en España no existen en los países del Norte de Europa (es decir, que losconvenios colectivos y leyes laborales protegen con mucha menos intensidad las plazas de los funcionarios públicos allí -por ejemplo no son cargos vitalicios- que aquí). Y que aunque los países del Norte de Europa sí presentan indicadores de protección al trabajador superiores a España, como por ejemplo períodos de notificación de despido procedente más amplios, más días de vacaciones remuneradas con respecto a nuestro país, más flexibilidad y prioridad en la renegociación de un contrato ante la notificación de un despido procedente, menor número de meses cotizados necesarios para acceder a la prestación por desempleo, mayor número de días mínimos de baja por maternidad/paternidad…etc. resulta que su mercado laboral está mucho menos regulado, son proclives a la libertad económica (es decir, más cercanos al liberalismo que al socialismo) y las indemnizaciones por despido son muy inferiores por lo que de nuevo, si se quiere copiar o poner como modelo a estos países resulta que la última reforma laboral del PP, tan criticada por la izquierda, acerca precisamente a este modelo (por ejemplo en Dinamarca el despido es casi gratis para la empresa).
También conviene tocar el tema de los impuestos, de nuevo espejo en el que algunos dicen que deberíamos mirarnos.Primero si nos fijamos en los impuestos sobre el consumo (desde IVA a impuestos especiales sobre bebidas, combustibles, tabaco etc.) son mucho más altos allí (y recordemos que son los impuestos teóricamente menos progresivos), también son mayores los impuestos al trabajo (la diferencia entre salario bruto y neto), también pagan más los autónomos y sin embargo, el tipo impositivo implícito para las empresas es bastante similar al igual que los impuestos al capital como porcentaje del PIB… contra lo que dicen algunos. Tampoco en impuestos al patrimonio hay grandes diferencias con nuestros vecinos del Norte:
Ni en los marginales máximos del IRPF
Y es más, España aplica un tipo efectivo a las empresas superior a todos los países nórdicos. En palabras de Daniel: “ni los nórdicos aplican más presión fiscal que España al capital, ni sus empresas tienen una cuña fiscal superior, ni aplican impuestos a la propiedad privada más gravosos, ni en todos los países nórdicos sus trabajadores de mayor renta colaboran con impuestos al trabajo muy por encima de nuestro país, ni los marginales máximos son muy diferentes. Por otro lado, recaudan mucho más a través de un impuesto poco progresivo como es el IVA, y son sociedades que permiten y toleran en general mucha más desigualdad en la riqueza“
Finalmente, a la vista de las estadísticas, ni España gasta poco en gasto públicosocial encomparación con los países más prósperos de la OCDE, ni los países nórdicos son quienes más gastan.
Podemos añadir muchas más particularidades que demuestran que no tiene sentido que la izquierda use a los nórdicos como modelo: Suecia privatizó Correos (y hay más carreteras privadas que públicas), el salario mínimo no es una imposición legal, en Noruega los estudiantes reciben créditos y no becas, la educación privada es fomentada y no se ve como un perjuicio para la pública, en casi todos hay copago sanitario, se castiga sin subsidio al parado que rechaza un trabajo, Dinamarca es un estado confesional (y la actual reina es la máxima autoridad eclesial)…etc.
Mi opinión es que por principio los modelos económicos no son transferibles y medidas que triunfan en un país podrían fracasar en otro y viceversa, que hay que tener en cuenta la Historia, las tradiciones, el carácter (un ejemplo: en Suecia si no anulas una cita médica con una anticipación de más de 24 horas te cascan una multa de 40€) y hasta la coyuntura. No tengo ni espacio ni ganas para analizar qué me gusta y qué no de los países nórdicos y además no era mi intención con este artículo, simplemente constato que quienes hablan de ellos como ejemplo de algo que no son, puede que o bien no los conozcan o lo hagan pero sólo ofrezcan, aposta, una versión parcial y adulterada de ellos. Y eso no está nada bien.
Gracias a la valentía de jueces y fiscales como Sérgio Moro se está persiguiendo en Brasil la corrupción, el gran enemigo del progreso latinoamericano.
Que Lula, el expresidente del Brasil, haya entrado a una prisión de Curitiba a cumplir una pena de 12 años de cárcel por corrupción ha dado origen a protestas masivas organizadas por el Partido de los Trabajadores y homenajes de gobiernos latinoamericanos tan poco democráticos como los de Venezuela o Nicaragua, algo que era previsible. Pero lo es menos que mucha gente honesta, socialistas, socialdemócratas y hasta liberales consideren que se ha cometido una injusticia contra un exmandatario que se preocupó mucho por combatir la pobreza y realizó la proeza de sacar, al parecer, a cerca de 30 millones de brasileños de la extrema pobreza cuando estuvo en el poder.
Quienes piensan así están convencidos, por lo visto, de que ser un buen gobernante tiene que ver sólo con llevar a cabo políticas sociales de avanzada, y que esto lo exonera de cumplir las leyes y de actuar con probidad. Porque Lula no ha entrado a la cárcel por las buenas cosas que hizo durante su gobierno, sino por las malas, y entre éstas figura, por ejemplo, la espantosa corrupción de la compañía estatal de Petrobras y sus contratistas que costó al diezmado pueblo brasileño nada menos que tres mil millones de dólares (dos mil millones de ellos en sobornos).
De otro, quienes piensan tan bien de Lula olvidan el feo papel de corre-ve-y-dile que jugó como emisario y cómplice en varias operaciones de Odebrecht —en el Perú, entre otros países— corrompiendo con millones de dólares a presidentes y ministros para que favorecieran a aquella transnacional con multimillonarios contratos de obras públicas.
Es por esta razón y otros casos que Lula tiene no uno, sino siete procesos por corrupción en marcha y que decenas de sus colaboradores más próximos durante su gobierno, como João Vaccari o José Dirceu, su jefe de gabinete, hayan sido condenados a largas penas de cárcel por robos, estafas y otras operaciones delictuosas. Entre las últimas acusaciones que se ciernen sobre su cabeza está la de haber recibido de la constructora OAS, a cambio de contratos públicos, un departamento de tres pisos en la playa de Guarujá (São Paulo).
Las protestas por la prisión de Lula no tienen en cuenta que, desde que se produjo la gran movilización popular contra la corrupción que amenazaba con asfixiar a todo el Brasil, y en gran parte gracias a la valentía de los jueces y fiscales encabezados por Sérgio Moro, juez federal de Curitiba, centenares de políticos, empresarios, funcionarios y banqueros han ido a la cárcel, o están siendo investigados y tienen procesos abiertos. Más de ciento ochenta han sido ya sentenciados y hay varias decenas de ellos que lo serán en un futuro próximo.
Jamás en la historia de América Latina había ocurrido nada parecido: un levantamiento popular, apoyado por todos los sectores sociales, que, partiendo de São Paulo se extendió luego por todo el país, no contra una empresa, un caudillo, sino contra la deshonestidad, las malas artes, los robos, los sobornos, toda la gigantesca corruptela que gangrenaba las instituciones, el comercio, la industria, el quehacer político, en todo el país. Un movimiento popular cuya meta no era ni la revolución socialista ni derribar a un gobierno, sino la regeneración de la democracia, que las leyes dejaran de ser letra muerta y se aplicaran de verdad, a todos por igual, ricos y pobres, poderosos y gentes del común.
Lo extraordinario es que este movimiento plural encontró jueces y fiscales como Sérgio Moro, que, envalentonados con aquella movilización, le dieron un cauce judicial, investigando, denunciando, enviando a la cárcel a un abanico de ejecutivos, comerciantes, industriales, parlamentarios, autoridades, hombres y mujeres de toda condición, mostrando que es realizable, que cualquier país puede hacerlo, que la decencia y la honestidad son posibles también en el tercer mundo si hay la voluntad y el apoyo popular para hacerlo. Cito siempre a Sérgio Moro, pero su caso no es único, en estos últimos años hemos visto en Brasil cómo su ejemplo era seguido por incontables jueces y fiscales que se atrevían a enfrentar a los supuestos intocables, aplicando la ley y devolviendo poco a poco al pueblo brasileño una confianza en la legalidad y en la libertad que casi había perdido.
Hay muchas gentes admirables en Brasil; grandes escritores como Machado de Assis, Guimarães Rosa o mi muy querida amiga Nélida Piñon; políticos como Fernando Henrique Cardoso, que, durante su presidencia, salvó de la hecatombe a la economía brasileña e hizo un modelo de gobierno democrático, sin ser acusado jamás de una acción punible; y atletas y deportistas cuyos nombres han dado la vuelta al mundo. Pero, si tuviera que escoger uno de ellos como modelo ejemplar para el resto del planeta, no vacilaría un segundo en elegir a Sérgio Moro, ese modesto abogado natural de Paraná, que, luego de recibirse de abogado, entró a la magistratura haciendo oposiciones en 1996. Según ha confesado, lo ocurrido en Italia en los años noventa, el famoso proceso de Mani Pulite, le dio ideas y el entusiasmo necesario para combatir la corrupción en su país, utilizando instrumentos parecidos a los de los jueces italianos de entonces, es decir, la prisión preventiva, la delación premiada y la colaboración de la prensa. Han tratado de corromperlo, por supuesto, y sin duda es un milagro que esté todavía vivo, en un país donde los asesinatos políticos no son por desgracia excepcionales. Pero allí está, formando parte de lo que viene siendo una verdadera, aunque nadie la haya denominado todavía así, revolución silenciosa: el retorno de la legalidad, el imperio de la ley, en una sociedad a la que la corrupción generalizada estaba desintegrando e impidiéndole pasar de ser el “gran país del futuro” que ha sido siempre a ser el gran país del presente.
El gran enemigo del progreso latinoamericano es la corrupción. Ella hace estragos en los gobiernos de derecha o de izquierda y un enorme número de latinoamericanos ha llegado a convencerse de que aquella es inevitable, algo así como los fenómenos naturales contra los que no hay defensa: los terremotos, las tormentas, los rayos. Pero la verdad es que sí la hay, y precisamente Brasil está demostrando que es posible combatirla, si se tienen jueces y fiscales gallardos y responsables, y, por supuesto, una opinión pública y unos medios de información que los apoyen.
Por eso es bueno, para la América Latina, que gentes como Marcelo Odebrecht o Lula da Silva hayan ido a la cárcel luego de ser procesados, concediéndoles todos los derechos de defensa que existen en un país democrático. Es muy importante mostrar en términos prácticos que la justicia es igual para todos, los pobres diablos del montón que son la inmensa mayoría, y aquellos poderosos que están en la cúspide gracias a su dinero o a sus cargos. Y son precisamente estos últimos los que tienen mayor obligación moral de acatar las leyes y mostrar, en su vida diaria, que no hace falta transgredirlas para ocupar esas posiciones de prestigio y poder que han alcanzado, que ellas son posibles dentro de la legalidad. Es la única manera en que una sociedad crea en las instituciones, rechace el apocalipsis y las fantasías utópicas, sostenga la democracia y viva con la sensación de que las leyes existen para protegerla y humanizarla cada día más.
El caso Carrefour, la cadena que solicitó el procedimiento preventivo de crisis, operó como catalizador e introdujo en la agenda pública una pregunta clave: ¿qué está pasando en el consumo?
En cualquier caso, no se trata de una pregunta menor, porque el consumo privado representa el 73% del producto bruto del país.
Lo que está sucediendo trasciende a la cadena e incluso a los supermercados. Es un fenómeno mucho más complejo, profundo y estructural del cual la compañía francesa es tan solo una expresión, como pueden serlo a la inversa Mercado Libre, Samsung, Despegar, Motomel o Loma Negra.
Aquí y ahora asistimos a lo que el científico norteamericano Tomas Kuhn definiera como un cambio de paradigma. Irrumpe una nueva cosmovisión, que altera significativamente los parámetros de análisis. Es una instancia confusa, errática y oscilante, dado que la nueva lógica entra en tensión con la anterior. El paradigma de consumo de la «era M» es claramente diferente al de la «era K».
En su libro La estructura de las revoluciones científicas, de 1962, Kuhn planteó que «las revoluciones científicas se inician con un sentimiento creciente de que un paradigma existente ha dejado de funcionar adecuadamente».
Hoy cuesta comprender lo que sucede, básicamente porque el paradigma anterior ya no alcanza para explicar los sucesos actuales. No son pocos los que se preguntan cómo puede ser que caigan o estén estancadas las ventas de productos cotidianos como ciertos alimentos o bebidas sin alcohol, y estén «volando» las de notebooks, motos, celulares, cerámicos, viajes o cemento Portland.
En el paradigma que dominó la escena y estructuró las conductas durante doce años, cuando el consumo de corto plazo se estancaba -como sucedió en 2009, como producto de la crisis financiera global sumada a la sequía y la gripe A-, el consumo de largo plazo se desplomaba. Aquel año las ventas de autos cayeron 19%; las de motos, 25%, y las de inmuebles, 35%. El acto reflejo natural es asumir entonces que si las ventas de alimentos, bebidas, cosmética y limpieza cayeron un 4% en 2016, otro un 1% en 2017 (según Kantar Worldpanel) y se prevé que concluyan 2018 en un nivel similar o algo superior al de 2017 (0 a +1%), entonces el resto del consumo debe ir mucho peor. Las evidencias demuestran de manera contundente que no es así.
Se acaba de cumplir el mejor primer trimestre de la historia en ventas de autos 0 km y se proyecta llegar a un millón en el año. Sería también récord histórico. En motos sucede algo similar. Se vendieron 202.000 unidades en el trimestre (+14%). El año pasado fue uno de los sectores estrella: 688.000 unidades vendidas, +44%. Este año podrían llegar a las 750.000 unidades. Sería también récord histórico. Luego de haber crecido 55% el año pasado, las ventas de notebooks continúan en un ascenso exponencial: arriba del 40%. Se venderían más de 500.000 computadoras este año. El índice Construya, que mide sobre todo los insumos relacionados con la construcción privada, creció 14% en el primer trimestre 2018.
Entre muchas de las concepciones de Kuhn, tal vez una de las más relevantes sea comprender que las leyes de un paradigma no resultan operativas en el otro. Estas cosmovisiones entran en disputa, por tener justamente la entidad suficiente para hacerlo. «Los paradigmas no solo proporcionan a los científicos mapas, sino también algunas de las indicaciones principales para el establecimiento de mapas» afirmaba.
El nuevo paradigma se constituyó a partir de un movimiento simultáneo en las necesidades y en los deseos. Las correcciones macroeconómicas de 2016, para resolver básicamente dos temas de fondo, como eran salir del cepo cambiario y bajar el peso de los subsidios en el gasto público, tuvieron un impacto que, aun dentro de un modelo económico y social gradualista, fue percibido como un «shock» en la vida cotidiana. La devaluación se trasladó a los precios. La inflación llegó al 40% anual, los precios de los productos básicos pasaron de subir 22% a finales de 2015 a hacerlo un 39% hacia el final del año 2016. Y, fundamentalmente, hubo que pasar a pagar algo que durante 12 años había sido «casi gratis»: luz, gas, y agua. Se perdieron 7 puntos de poder adquisitivo. Los argentinos no solo se pusieron de mal humor, sino que cambiaron sus patrones de conducta. Tres conceptos emergentes en los estudios cualitativos que atraviesan todas las clases sociales y sintetizan la disrupción que provocó el salto de un paradigma a otro: «Antes compraba sin mirar, ahora me fijo en todo», «creo que aprendimos a gastar un poco mejor, tomar conciencia de que no se puede gastar tanto y armar un presupuesto y trabajar sobre eso» y «hoy comprar es un estrés, si te distraés, perdés» .
La transición de un modelo de consumo a otro se terminó de consolidar cuando, en 2017, el retorno del crédito provocó un cambio en el deseo. Se otorgaron más de 50.000 créditos hipotecarios y el stock de dinero en este tipo de financiación se duplicó de un año a otro: de $60.000 millones a $120.000 millones. Había una demanda latente e insatisfecha para uno de los bienes más trascendentales que puede adquirir una persona: su casa. Fueron más de 15 años sin crédito. Aquí, el humor social se movió en sentido inverso: resurgieron la esperanza y las buenas expectativas. También tuvieron un fuerte impulso los créditos prendarios (con una suba de 69%), y los personales (59%). No se trata solo de comprar una casa nueva, sino que también aquellos que no pueden hacerlo o no quieren están viendo una buena oportunidad para pintar, hacer un cuarto adicional, construir la parrilla o cambiar los muebles.
Al indagar qué harían los ciudadanos si recuperaran poder adquisitivo, solo el 9% dice que volvería a comprar como antes; el 25%, que mantendría la conducta restrictiva de 2016, y la gran mayoría, que haría una mezcla: «En algunas cosas ahorro y en otras me doy el gusto». Este será el gran desafío en el nuevo paradigma: frente a una sociedad atenta, prudente y calculadora, que está escribiendo en una página en blanco las nuevas leyes del consumo en la Argentina, qué cosas caen dentro de lo que hay que ahorrar y se enmarcan dentro de la concepción de la necesidad, y cuáles son definidas como esa merecida satisfacción en la que bien vale la pena gastar.
El clima social oscilará dependiendo de cómo se articule en cada instancia esa mezcla de restricciones y libertades, de necesidades y deseos.
Las dos caras del consumo
-1% En baja: Es la caída que tuvieron las ventas de la canasta básica en 2017.
27% En alza: Es la suba en las ventas de 0 km, lo que implica el segundo entre los mejores años de la historia.
La «austeridad salvaje» de Letonia sigue arrojando frutos
Letonia regresó al crecimiento a finales de 2009 y encadena ya ocho años de aumento sostenido del PIB.
Letonia
Entre los años 2007 y 2009, el PIB de Letonia llegó a acumular una reducción del 24%. El desempleo se disparó de forma espectacular, pasando del 6% al 21%. La situación era tan desesperada que el gobierno se vio obligado a solicitar un «rescate» valorado en 7.500 millones de euros y canalizado por el Fondo Monetario Internacional.
Pero aquel pedido exigía una serie de medidas orientadas a reequilibrar la salud fiscal del país báltico. Como explicó Libre Mercado, los ahorros públicos llegaron a ser del 15% del PIB, tras un plan de reducción del gasto que abordó todos los capítulos presupuestarios: burocracia, sanidad, educación, infraestructuras…
Reducción del 30% en el gasto corriente de los ministerios.
Recorte automático del 10% en las transferencias sociales.
Exigencia de elaborar presupuestos de base cero para el gasto público.
Tajo del 44% en los altos cargos burocráticos.
Optimización de hospitales, con el cierre de 35 centros.
Libertad de elección de centro educativo.
Cierre de 75 empresas públicas y del 65% de entes del Estado.
Reducción de la plantilla de empleados públicos de 90.000 a 65.000.
Gurús como Paul Krugman afirmaron que aquello no tenía sentidoy que era preferible devaluar el lats. Sin embargo, la evidencia desmintió rápidamente al economista de cabecera del ex presidente español Rodríguez Zapatero. Letonia regresó al crecimiento a finales de 2009 y encadena ya ocho años de aumento sostenido del PIB. Además, el lats pasó a la historia en 2013, dando pie a la entrada en la Eurozona.
Para ser precisos, el curso 2010 se cerró con un aumento de la economía del 3,8%, antesala de la subida del 6,4% que se produjo en 2011. También fue muy positivo el año 2012, en el que la economía se expandió un 4%. Desde entonces, la banda de crecimiento en la que se mueve Letonia oscila entre el 2% y el 2,5%, con una proyección del 4% para 2018.
WhatsApp: cuáles son los riesgos de usar grupos públicos y qué datos dejan al descubierto
Durante las últimas semanas, el escándalo de Cambridge Analytica puso a Facebook en el punto de mira de sus usuarios más críticos.
Uno de ellos es Brian Acton, uno de los fundadores de WhatsApp, que se sumó a una campaña para animar a los internautas a eliminar la plataforma de Mark Zuckerberg: “Ha llegado el momento. #deleteFacebook (borra Facebook)“, declaró en Twitter.
Sin embargo, ahora es su servicio el que ha despertado alarmas sobre la privacidad y la exposición de datos.
Un estudio de los investigadores Kiran Garimella, de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (Suiza) y Gareth Tyson, de la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) así lo demuestra. En seis meses, los especialistas lograron extraer sin dificultad información de 45.794 personas. Para ello, leyeron cerca de medio millón de mensajes que fueron enviados a 178 grupos públicos. Por definición, cualquier grupo que se crea en WhatsApp es privado. Pero su administrador (o administradores) pueden hacerlo público a través de una opción que se llama “Enlace de invitación de grupo” En ese momento, los miembros del grupo reciben una notificación automática. En su sitio web, WhatsApp recomienda lo siguiente sobre la utilización de esa opción: Importante: Usa esta función con gente de confianza. Es posible que alguien reenvíe el enlace a otra persona. Si esto sucede, esa persona también podrá unirse al grupo. En ese caso, el administrador del grupo no necesitará aprobarlo.
Los científicos tuvieron acceso a números de teléfono, fotos de perfil, videos, documentos, enlaces a sitios web y comentarios, además de la ubicación de los usuarios. Y en ningún caso comprometieron las normas de la plataforma. Y es que la popular aplicación —tiene más de mil millones de usuarios activos cada día— almacena toda la información que le proporcionan sus usuarios en la base de datos local del dispositivo que utilizan. El problema es que aloja la clave para descifrar los datos en ese mismo lugar, la memoria RAM. Los investigadores accedieron a esos grupos usando un “viejo” teléfono Samsung y ejecutaron una serie de códigos aparentemente fáciles de implementar, aprovechándose de un “error de diseño”. El proceso, aseguran, requiere “poca intervención humana”. WhatsApp ha defendido desde su creación el cifrado de extremo a extremo, una encriptación única no necesita crear chats secretos o especiales para proteger la privacidad, y que evitaría que terceros puedan acceder a datos privados.
Esperan 9 millones de turistas extranjeros en 2020
El ministro de Turismo dijo que el sector será el mayor generador de empleo global de la próxima década.
Por Annabella Quiroga.
Cataratas del Iguazú, entre los sitios preferidos por los extranjeros. .
“A nivel global, nuestro sector va a ser el de mayor generación de empleo de la próxima década. A diferencia de otras áreas donde el avance de la automatización destruye empleo, en el turismo generaría más empleos todavía”, asegura Gustavo Santos, ministro de Turismo de la Nación. Desde su cartera se preparan para la Cumbre Mundial de Turismo, que se hará el 18 y 19 de abril en Buenos Aires. “Es la primera vez que esta cumbre se hace en Argentina. Es un evento importante que forma parte de la dinámica del G20 y reúne a los CEO de toda la industria mundial: grandes cadenas hoteleras, agencias de viaje internacionales, líneas aéreas y empresas de nuevas tecnologías”, cuenta Santos, en diálogo con el Económico.En 2017 la contribución total del rubro Viajes y Turismo al PBI de Argentina fue de $1055,8 millones, el 10,3% del producto. Para este año se pronostica que el sector crecerá 4,3%, muy por encima del promedio esperado para el resto de la economía, en torno al 3%. Santos se esperanza con que la Cumbre sea escenario de nuevos anuncios. “Esperamos tener nuevas inversiones extranjeras de líneas aéreas, en alojamiento y en algunas cuestiones de tecnología”.
—¿Cuántos puestos de trabajo genera el turismo hoy y cuántos prevén que existan para 2020?
—Hoy hay prácticamente 1,1 millones de puestos -el 5,4% total del empleo nacional- y vamos a estar creando unos 300.000 más de acá a 2020. Los datos muestran que el año pasado se llegó al número más alto de la serie, con 270.000 puestos directos en alojamiento y gastronomía. A eso hay que sumar todos los puestos indirectos. El turismo es el 10% del empleo registrado. La incidencia del sector es muy importante, vamos a ser generadores de empleo en forma sostenida. El año pasado tuvimos un récord de pasajeros de cabotaje, con 13 millones de viajeros, 2,7 millones más que en 2015. Y esto va a ir in crescendo. En 2020 aspiro a que tengamos 20 millones de argentinos volando, y en 2025 se puede llegar a 30 millones. Si generás más oferta, la demanda aparece. Y eso es lo que estamos haciendo con las nuevas aerolíneas que se sumaron al mercado. El impacto ya se está notando, pero todavía es incipiente. Las alternativas para viajar van a ser múltiples, hacerlo va a ser más accesible. En la medida en que desregulemos el mercado y haya más oferta, habrá una tendencia a la baja en los precios. El año pasado tuvimos 52 millones de viajes internos. La meta para 2020 es 70 millones de viajeros. Hoy viaja el 40% de la gente. Queremos que el 60% de la población haga al menos un viaje al año, que viajar se convierta en un aspiracional vital.
—El turismo interno es récord, pero al mismo tiempo es récord el gasto de los argentinos en el exterior. Y el saldo de la balanza turística es ampliamente deficitario. ¿Cómo se resuelve ese desequilibrio?
—Los viajeros argentinos al exterior son muchos. Tenemos más viajes emisivos en valores absolutos que Brasil, que tiene más población que Argentina. Lo primero que quiero dejar en claro es que jamás pondríamos ninguna traba para que los argentinos puedan viajar donde quieran y cuando quieran con su dinero. Pero también hay que considerar que en la cuenta del Banco Central que mide estos movimientos están sobreestimados los gastos y subestimados los ingresos. Esto ocurre porque la cuenta con los datos de turismo y gastos de tarjeta de crédito en el exterior, incluye compras de e-commerce y otros pagos en dólares, como el abono de Netflix o Spotify, por lo que son gastos que están en dólares pero no son hechos en el exterior. Además, no todo el ingreso de dólares se realiza a través de una casa de cambio. Después del cepo quedó una situación endémica: nadie cambiaba dólares en casas de cambio porque te daban $9 en vez de $15, entonces había dólares que entraban al país pero que no estaban registrados como ingresos formales. Según el Banco Central, el ingreso por turismo es de US$2.000 millones, pero la medición de turismo del INDEC nos da US$5.600 millones, más del doble de lo que se efectiviza en las casas de cambio. Esto indica que nuestro sector es el cuarto sector exportador de Argentina. De todos modos, la balanza es deficitaria. Los gastos de los argentinos en el exterior son de US$10.000 u US$11.000 millones según el Banco Central, pero si descontamos el e-commerce y los abonos que se pagan con tarjeta, sería un 30% o 40% menos. Entonces, el déficit es de US$2.000 o US$3.000 millones. Estimamos que la salida de viajeros de Argentina va a tener un techo, no sabemos cuál será todavía, y creemos que el ingreso de turistas extranjeros, en la medida que desarrollemos la conectividad, va a crecer. Hoy ingresan 6,8 millones y esperamos tener 9 millones en 2020 que nos dejen US$8.000 millones. Vamos a estar en nivel de equilibrio en 2020.
—¿Qué es lo que hace falta para que crezca el turismo extranjero?
—El desarrollo de un destino turístico es directamente proporcional a su conectividad. Hay que desarrollar la oferta. Lo que más va a demandar el planeta son destinos naturales.La gente demanda lo que no tiene. Los principales países emisivos han destruido los espacios naturales y eso no se recupera. Por eso nosotros queremos duplicar las reservas y parques.Queremos que en una década, cuando el mundo piense en naturales, piense en Argentina. En el 2030 va a haber 1.800 millones de viajes en el mundo, 600 millones más que los que hay hoy. Y esos viajes se los va a quedar el destino que tenga capacidad de carga y ofrezca atractivos. Los destinos tradicionales se van a quedar con una parte de esto, pero ya no tienen capacidad para absorber más turismo. Por eso el grueso va a ser para los emergentes. Aspiramos a que Argentina esté preparada para eso.
La política económica argentina es una generadora de discursos y prácticas alejadas de cualquier ortodoxia. Incluso se encuentran heterodoxos de la más pura estirpe ortodoxa. Y viceversa. Este es el país donde un titular del Banco Central no se puso colorado al afirmar que la emisión (de moneda, claro) no produce inflación. Y otro, con muchos laureles, inventó otra argentinada: metas de inflación con intervención cambiaria. O, si se quiere, uso de instrumentos monetarios (tasa de interés) para calmar los precios junto a un tipo de cambio ya no libre, sino “acomodado” para frenar, ceteris paribus, la trepada inflacionaria.
Pero el ceteris paribus es apenas una facilidad para el análisis (significa que se mueve un elemento de la economía pero el resto de las variables quedan inmóviles) en versiones teóricas de cualquier estructura o fenómeno de la Economía. La realidad es mucho más compleja. En verdad, está llena de Cisnes Negros (sucesos impredecibles y de grandes consecuencias globales, en la concepción habitual) aunque, en el caso argentino, hay cisnes negros (en minúscula) generados de forma endógena y de consecuencias casi previsibles.
Así, nuevamente, el Gobierno debe dejar de festejar algunos buenos indicadores de la marcha de la economía(y en algún sentido de la política) por nuevos exabruptos de la tropa propia. Por caso: la nueva suba de los combustibles, adelantada en este mismo Económico la semana pasada, que ya supera la inflación en el mismo período. Y eso, claro, acelerará los precios.
Será difícil que frente a un surtidor, el sufrido automovilista reconozca que es una buena noticia que bajó la brecha entre los que más tienen y los que menos ganan en el país. Es más, seguramente se incluirá en el segundo grupo. Sobre todo al sumar las subas en luz, gas, medicina prepaga, alimentos y bebidas, entre otros. Los gastos nuevos con ingresos viejos suelen generar algún tipo de incomodidad. El cisne negro de siempre.
En este marco, suenan como un signo de sensatez las palabras del vicejefe de Gabinete, Marío Quintana, al reconocer que gran parte de la inflación la generó el propio Gobierno con los aumentos de servicios y tarifas que dispuso. Seguramente, frente a aquel abnegado consumidor, esos dichos caerían mucho mejor que las declaraciones del ministro de Energía, Juan José Aranguren, que confesó que no repatriaba sus ahorros porque todavía no tenía suficiente confianza en el rumbo del país. ¿Temerá algún cisne negro?
Frente a una inflación anual que desbordará el 20% anual, el Gobierno se está anotando victorias significativas con gremios muy importantes que firman paritarias en torno al 15% incluyendo una claúsula de revisión. Como por lo general la “revisión” de ese porcentaje de aumento se produciría el año próximo, el tema salarial, al menos en el sector privado, quedaría como un ancla antiinflacionaria.
Claro que apostar a la sintonía fina en el manejo de la cosa pública suena aleatorio en un mundo cada vez más desafinado donde mandan los graznidos de potenciales, y posibles, Cisnes Negros (en mayúscula).
El caso de Brasil es, quizás, el más urgente. A pesar del vuelo supersónico del mercado bursátil, quedarían por evaluar los daños políticos a la incipiente recuperación de la economía brasileña, especie de tractor de varios sectores industriales locales, sobre todo para el automotor. Con una caída de la agricultura en torno al medio punto del PBI, un tropezón en Brasil sería preocupante.
Pero más grave podría ser la aparente guerra comercial desatada entre EE.UU. y China. Y como, nuevamente, los análisis más simplistas (“sube la soja, es bueno para el país”) suelen ser verdaderos cisnes negros propios porque no toman en cuenta la totalidad de los fenómenos. Un evento como una disputa comercial global podría convertirse en un Cisne Negro si el conflicto entre las dos grandes potencias económicas se derrama al terreno financiero o desata un proteccionismo irreductible. Un anticipo: Estados Unidos prohibió la importación de biodiésel argentino por cinco años. Se apeló a la OMC, pero es otro cisne que pocos vieron llegar.
Los temas ‘agrios’ como la renegociación del TLCAN y las elecciones presidenciales, no deben ser una preocupación para la nota crediticia del país, consideró la calificadora.
Los temas ‘agrios’ para la economía mexicana, como la renegociación del TLCAN y las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio, no deben ser una preocupación para la nota crediticia del país en los próximos meses, de acuerdo con la calificadora Moody’s.
La agencia mejoró la perspectiva de la deuda soberana de México de ‘negativa’ a ‘estable’ y mantuvo la calificación en ‘A3’, al considerar que la renegociación del TLCAN llegará a buen término; a los sólidos fundamentos macroeconómicos del país, tras las reformas estructurales; y a que sin importar quién gane las elecciones presidenciales, será difícil que se debilite la economía.
A3
La nota ‘A3’ se ubica en el séptimo de los 10 escalones que tiene Moody’s en su definición de calificaciones con grados de inversión.
Las obligaciones calificadas con ‘A’ se consideran de grado medio alto y están sujetas a un bajo riesgo crediticio.
Moody’s agrega los modificadores numéricos 1, 2 y 3 a cada clasificación. El número 3 significa que está en el extremo inferior de esta categoría.
En julio de 2017, Standard & Poor’s revisó la perspectiva de la calificación soberana de México de ‘negativa’ a ‘estable’, con el argumento de que el país estaba respondiendo adecuadamente a presiones externas y a la volatilidad financiera. Un par de semanas después lo hizo Fitch bajo el mismo criterio, por lo que Moody’s es la última en unirse a la tendencia.
Miguel Messmacher, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, elogió la acción de Moody’s, al considerar que es un fiel reflejo del buen manejo de las finanzas públicas y la solidez de la economía mexicana.
“Las tres calificadoras, Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch están resaltando el trabajo que se vino haciendo durante el año pasado, desde el punto de vista de las finanzas públicas, reduciendo el déficit y la deuda, así como la implementación de las reformas estructurales, que a su vez han mejorado las perspectivas de crecimiento a largo plazo”, dijo en entrevista con El Financiero | Bloomberg.
En referencia al tema de que no importa cuál partido político gane la elección presidencial, Messmacher recordó que hay elementos constitucionales como la autonomía del banco central, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y las reformas, que blindan de alguna manera y dan certidumbre ante cualquier cambio radical que quisiera implementar una nueva administración.
Reconocen disciplina
Gabriel Casillas, economista en jefe del Grupo Financiero Banorte, opinó que la decisión tomada por Moody’s es un reconocimiento a la disciplina fiscal del país.
“(Han) estado muy satisfechos con el manejo fiscal de esta administración en el sentido en que las reformas fiscal, apoyadas por la energética y la laboral, que ha incentivado la formalización, hicieron posible disminuir significativamente la dependencia de los ingresos petroleros”.
Por otro lado, Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, coincidió en que la mejora de la perspectiva de la calificación de México es un reconocimiento al proceso de consolidación fiscal.
No importa el ganador
Un elemento clave para la mejora en la perspectiva de México ‘estable’, es la baja probabilidad que Moody’s da a que la próxima administración debilite los fundamentos crediticios del país, a través de un cambio fuerte en la dirección de la política.
“Cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas, no está claro que el nuevo titular será capaz de alterar la dirección de la política o revertir las reformas ya implementadas”, aseguró Moody’s en un comunicado.
Para la agencia, el marco institucional del país limita los riesgos a la baja, ante posibles reversiones de políticas.
En tanto, dijo que los limitantes al crecimiento derivados de la renegociación del TLCAN están retrocediendo a medida que el compromiso entre los miembros del tratado se ha mantenido sólido.
“La probabilidad de que no se firme la renegociación es prácticamente nula y ese era el principal riesgo para la economía mexicana”, dijo Gabriela Siller, de Banco Base.
—Con información de Víctor Piz, Jeanette Leyva y Clara Zepeda*
Las preguntas que siempre quisiste hacerle al profesor de matemáticas de YouTube
Por Diego Urdaneta.
«A veces bloqueo a los bullies cuando se pasan».
Hace 15 años miraba al techo durante mi clase de matemáticas sin entender absolutamente nada de lo que había en el pizarrón. Las matemáticas siempre me dieron dolor de cabeza, hicieron que fuera un poco menos feliz en la escuela y fue la asignación que mi mamá me obligaba a aprobar o si no me amenazaba con quitarme el Gamecube. Y quitarle el Gamecube a un niño de 13 años era cosa seria.
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Actualmente hay youtubers como Julio Ríos (Julioprofe), profesor de matemática y física, que da clases online para que las repitas las veces que sean necesarias. Atrás quedaron esas clases en las que no entendías nada por estar aún con lagañas en los ojos por no haber dormido viendo el último episodio de Yu-Gi-Oh!
El canal de Julio Ríos tiene más de dos millones de suscriptores y cuenta con más de mil videos. Platicamos con Julio sobre su experiencia de enseñar a la gente a sumar y a restar por Youtube y si alguna vez copió la tarea cuando fue estudiante.
VICE: ¿Qué es lo que menos entienden los alumnos?
Julio Ríos: Creo que lo que más les cuesta son los temas de cálculo. El cálculo es como una recopilación de todo lo que se ha visto en los años anteriores: lo de aritmética, álgebra, geometría, trigonometría, geometría analítica; todo eso se combina. Si un estudiante que ya está viendo temas de cálculo tiene fallas o debilidades en alguno de esos temas básicos, empieza a sentir que tropieza y que ya no puede avanzar con fluidez.
¿Cuál es la mayor diferencia que ves entre tu experiencia dando clases online y en vivo?
Hay una diferencia grandísima, ya que el estudiante a través del video maneja al profesor a su ritmo. Esto no ocurre en un ambiente presencial. Cuando yo trabajé en clases con grupos de estudiantes muchos me pedían que repitiera toda la explicación y me decían que no habían entendido nada. Como ser humano eso implica desgaste; a veces conduce al mal humor; y al final eso se traduce en la calidad de la clase que uno da. En cambio, a través del video, puedes concentrar toda tu energía en hacer una producción de la mejor calidad posible, y al final en internet solo lo ven las personas interesadas en aprender. Ahí queda a su disposición: lo pueden poner en cámara rápida, en cámara lenta, que se repita o retroceda hasta que puedan asimilar el contenido.
¿Crees que el sistema educativo actual está obsoleto?
Debería irse alineando con estos nuevos recursos. En muchos colegios y universidades ya deben de ir incorporando los videos como material de apoyo para que los estudiantes en casa revisen los temas con tranquilidad, tomen sus notas, y lleguen a la clase totalmente fortalecidos para trabajar las actividades que les propone el profesor. En otras instituciones seguramente seguirán dando la clase tradicional en un pizarrón. La clase debería de ser un espacio de interacción donde todos los estudiantes participen y el profesor oriente las actividades. Ojalá cada vez más las instituciones educativas (de nivel básico, medio o superior) traten de incorporar esos recursos tecnológicos.
Cuando eras estudiante, ¿llegaste a copiar alguna vez o dejabas que tus amigos te copiaran?
No, nunca acostumbré hacer ese tipo de cosas. Cuando estudiaba era muy juicioso. Siempre me distinguí por ser buen estudiante. Pero a veces sí dejaba que mis amigos se copiaran. Les pasaba la tarea. El lunes siempre llegaba con mi tarea hecha, entonces muchos me pedían el cuaderno para copiarla. Le quedaba a uno la tranquilidad de saber que uno había trabajado.
¿Has tenido estudiantes bullies? ¿Cómo lidias con ellos?
Sí, claro. Cuando los tuve en la vida real, en ambientes presenciales, era muy difícil porque si hay algo que no yo no tengo, es el manejo de grupo. Debo reconocer eso como una carencia. Sé que hay profesores que tienen un excelente manejo de grupo de hasta 50 estudiantes sin desgastarse para nada. Yo no tengo esa capacidad. En internet, tengo estudiantes que entran a mis videos a insultar o a comentar cosas ofensivas. Ahí yo tomo el camino de eliminar esos comentarios y a veces bloqueo a los bullies cuando se pasan. No entiendo por qué lo hacen, yo lo único que hago es compartir conocimiento. Al que no le guste mi trabajo ya conoce la salida y puede irse a otro canal o al material que le guste. Nadie está obligado a ver el contenido que publico.
Ok, pero ¿qué hacías con esos estudiantes en la vida real?
Tenía que hablar con ellos, reportarlos al coordinador o generar un documento para llamar la atención. Pero al final yo pensaba que era parte del deber como maestro en un ambiente presencial. Yo estoy diseñado para enseñar, no para estar lidiando con ese tipo de comportamientos difíciles que uno encuentra en los chicos. Aquí se necesita definitivamente una persona que tenga manejo de esa situación y yo no soy esa persona. Por eso renuncié.
¿Qué es lo peor que te ha hecho un alumno?
Nunca hubo cosas extremas. Digamos que yo tenía todo el grupo concentrado en una explicación y de pronto alguno pega un grito. También recuerdo a una chica que le tenía fobia a las mariposas: si entraba una mariposa al salón esa niña entraba en pánico y empezaba a gritar. Eran ese tipo de cosas. Captar la atención de treinta estudiantes no es fácil. Cuando ya están conectados con la explicación se necesita que ese nivel se mantenga, no que sea interrumpido súbitamente por una mariposa.
¿Qué es lo más raro que te ha pasado dentro de un salón de clases?
Recuerdo a un estudiante que se enojó conmigo porque borré el tablero. Fue en una universidad. Ya había pasado un tiempo desde que había escrito en el tablero y lo borré. El estudiante se paró, muy enojado, y me reclamó que lo había borrado y que no había alcanzado a copiar. Le dije : «¿Qué podemos hacer ahí? Yo ya borré. Te toca pedirle a algún compañero que te comparta la información». Nunca tuve situaciones extremas.
¿Por qué tantos problemas de matemáticas comienzan con una situación imposible como «Juan tenía dos mil kilos de tomates en su recámara»?
Ja, ja, ja. Eso viene cambiando. Anteriormente eran los libros que tenían esos ejemplos. Son situaciones que pertenecen al mundo abstracto que son como un gimnasio mental. Te permiten adquirir estrategias para plantear problemas para que cuando ya te vayas a un plano mucho más real —que ya tienes que hablar con términos propios de la realidad, con cifras, y con datos muy reales— se te facilite. Creo que es por eso. En la matemática hay que pasar de ese estado abstracto (poder entender ese mundo), para después llevarlo a la aplicación, a la realidad.
¿Tienes alguna fórmula favorita?
Hay una formula de integración por partes que para aprendérsela uno dice: «una vaca menos la integral vestida de uniforme». Es algo que suena un poco ridículo, pero es una manera de aprender una fórmula que uno utiliza en la integración por partes. La aprendí hace muchos años dando clases particulares con estudiantes de universidad. Desde que aprendí esa técnica de memorización, la he utilizado en mis videos.
Por qué las grandes empresas ya no requieren de una gran fuerza laboral
Por Kim Kiyosaki.
Durante muchos años hemos predicado el Cuadrante de Flujo de Dinero en Rich Dad.
El cuadrante CASHFLOW se divide en cuatro tipos de personas.
• E es para empleados
• A es para auto-empleados o especialista
• D es para dueños de grandes empresas
• I es para inversores
En el lado izquierdo del cuadrante están los Es y As. Ellos pagan la mayoría en impuestos y negocian su tiempo por dinero.
En el lado derecho del cuadrante están los Ds e Is. Ellos pagan los menores impuestos y crean o invierten en activos que producen flujo de dinero para ellos incluso cuando están durmiendo.
El cuadrante D es donde la gente va a crear los grandes negocios. Durante muchos años, para crear un gran negocio, necesitabas crear una gran fuerza de trabajo también. No era raro que las empresas que ganaban millones tuvieran cientos de personas trabajando para ellos.
Esto es porque un gran negocio exitoso es un negocio a escala, donde los sistemas y procesos se llevan a cabo, ganan dinero para el propietario, incluso cuando el propietario no está trabajando.
¿Cuál es la diferencia entre los auto-empleados y los grandes negocios?
Muchas personas se confunden inicialmente por la diferencia entre una persona A (Auto-empleado) y una D (Dueño de grandes negocios). La diferencia entre un negocio A y un negocio D es que tú trabaja para tu negocio A, pero tu negocio D trabaja para ti. Esto significa que tu negocio D está automatizado. Tus empleados siguen tus sistemas y saben qué hacer sin que les digas nada.
Hoy en día, sin embargo, ya no necesitas de una gran fuerza de trabajo (o incluso cualquier fuerza de trabajo en absoluto) para poder construir un negocio grande y rentable. Los empleados, si bien siguen siendo valiosos, no son la única opción.
Gracias a la tecnología, la mayoría de los sistemas y procesos empresariales pueden automatizarse utilizando sistemas de tu computadora y software, permitiendo que tu negocio funcione sin ti.
El poder del contratista
Pero la tecnología no es la única herramienta en tu cinturón de herramientas. Muchas empresas exitosas ahora están aprovechando el poder de la economía contratista. Como Inc. informa:
Cerca del 90 por ciento [de las pequeñas empresas] dijeron ser optimistas sobre las perspectivas de sus empresas para el primer trimestre de 2016. El setenta por ciento dijo que obtendrá ganancias, y sólo el seis por ciento dijeron que tendrán pérdidas. Todo esto es a pesar de que la economía, mientras crece, se está expandiendo a una tibia tasa de alrededor del 2,5 por ciento.
Pero las encuestas no toman en cuenta un cambio no tan sutil que está teniendo lugar en torno a la contrataciones desde la última recesión. Como Uber y Task Rabbit y Instacart dan testimonio, las empresas ya no necesitan tener empleados a tiempo completo. Pueden confiar en un suministro aparentemente interminable de trabajadores subcontratados, de los cuales hay unos 3 millones en los EE.UU.
El autor del artículo, Jeremy Quittner, comparte la historia de Jacob Wood, un minorista online que vende camisetas para hombres a través de su tienda woodiesclo.com.
De acuerdo con Quittner, Woodies se sostiene únicamente con contratistas para mantener este negocio, el cual gana cientos de miles de dólares, corriendo.
Wood, por otra parte, dirige una empresa global totalmente basada en trabajadores contratados. La empresa se basa en cinco diseñadores y desarrolladores web en Europa del Este, una fábrica en Tailandia que crea cada pedido, y la empresa de logística que envía las camisas. Los contratistas de desarrollo obtienen casi U$S 70 la hora.
La ventaja es clara. Usando el trabajo de contratistas, Woods ahorra significativos gastos generales tales como seguros de salud y los impuestos de nómina, por no mencionar el espacio de oficinas, y es capaz de invertir ese dinero en su negocio. Hace mucho dinero, está creciendo y opera internacionalmente, todo sin un solo empleado.
Él construyó un sistema que trabaja para él, no al revés.