Argentina: Ya se gastó el 85% del swap chino

agosto 29, 2015

Reservas: ya se usó el 85% del swap chino

Son US$ 9.500 millones sobre US$ 11.000 millones.

Por Javier Blanco.  

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ya utilizó el 85% del maquillaje que adquirió vía China el año pasado. Con él, la entidad intenta disimular la caída real de reservas que enfrenta dada la pérdida de competitividad que sufrió en los últimos años la economía y el marcado recelo que ganó a empresas e inversores, tras la imposición del cepo, a la hora de ingresar divisas en el país.

argentina país bananeroEl banco que conduce Alejandro Vanoli ya contabiliza como parte de esa tenencia el equivalente a unos US$ 9.500 millones, sobre el total de US$ 11.000 millones que contempla el swap chino, coinciden en estimar los analistas.

Esto implica que sólo dispone de un remanente equivalente a US$ 1.500 millones para sostener la estrategia con la que busca tranquilizar a los mercados en el fin de ciclo. De mantener un ritmo de uso como el que le dio en las últimas semanas, tendría que ir buscando otro proveedor cosmético toda vez que la evidencia (acuerdos similares que firmó con Indonesia, Rusia y Brasil, por caso) muestra que China es renuente a ampliar acuerdos de este tipo que involucren cifras superiores al 2% del PBI local.

Los economistas llegaron a ese número tras seguir el derrotero de las intervenciones negativas que tuvo el BCRA en el último mes en el mercado de cambios donde, según datos oficiales conocidos ayer, debió desprenderse de US$ 1.373 millones sólo en el lapso que fue de la última semana de julio a la tercera de agosto. Durante ese período la cuenta que suele registrar el mayor ingreso de yuanes (identificada como «otros» en el archivo excel por el cual el BCRA detalla los distintos factores que explican la variación de sus reservas) registró entradas por el equivalente a US$ 1285 millones.

Esa sustitución de los dólares que salieron (para que las empresas o el Estado paguen importaciones o deuda, para cancelar los gastos que los viajantes locales tuvieron en el exterior o para que los ahorristas los atesoren, entre otras cosas) por yuanes es la que explica el descenso de apenas US$ 247 millones que reportó en su tenencia de reservas, que apenas cayó de US$ 33.931 millones a 33.684 millones en dicho lapso.

Claro que la situación se descuenta que siguió complicándose de allí en mas dado que en la semana que acaba de finalizar el ente reportó una intervención negativa en el mercado cambiario por US$ 240 millones, según datos preliminares y una nueva caída en las reservas hasta los US$ 33.594 millones que implicaría una merma adicional de US$ 110 millones en esa tenencia durante la semana.

El director de Empiria y ex administrador de las reservas, Pedro Rabassa, estima que sólo en la primera quincena de agosto hubo US$ 1.200 millones en nuevo maquillaje. «El Gobierno recurrió al swap con la idea de llegar tranquilo a octubre pero dado el ritmo de ventas actual ni usando todo podrá evitar reconocer una caída mayor en las reservas», dice.

La consultora ACM estima que ya se han empledo del swap unos US$ 9.400 millones, lo que deja a la vista «un margen de financiamiento por esta vía cada vez más exiguo justo cuando más crece la pérdida de divisas que enfrenta.

Cuando se pactó el swap con China el BCRA se había comprometido a que la porción en yuanes de las reservas no superaran el 20% de la tenencia total. Pero la exposición a esa moneda (que acaba de devaluarse casi 5%) ya ronda 28,5%.

La Anses jugó contra el dólar

Una masiva liquidación de bonos por parte de la Anses puso freno a la carrera alcista de los precios del dólar en la Bolsa. El ente fue vendedor básicamente de Bonar 17 y 24, que en conjunto negociaron $ 1.300 millones ayer (el 39% del total operado en bonos) para hacer caer su precio y bajar al «contado con liqui» y el dólar-bolsa, que habían llegado a los $ 14. En la calle el dólar blue [dólar de libre cotización en el mercado negro] retrocedió otros 14 centavos, a $ 15,53.

Fuente: La Nación, 29/08/15.

 

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Argentina: El peor saldo de comercio exterior desde 2001

julio 23, 2015

El comercio exterior registró su peor saldo desde 2001

Por las trabas y el escenario global, el superávit se hundió un 63% interanual en el primer semestre del año; cayeron tanto las exportaciones como las importaciones.

Por Francisco Jueguen.

La fiebre por el dólar libre arrasa. Hace crecer las expectativas de devaluación en el comercio exterior, crea inestabilidad en el mercado de cambios y a la larga puede impactar en los precios al consumidor. Sin embargo, los potenciales beneficios de esa devaluación implícita no llegan a la economía. La suba del blue no fomenta la competitividad, fundida gracias a la estrategia oficial de un atraso cambiario con el único objetivo de impulsar el consumo en tiempo de elecciones nacionales.

 

En ese marco, los resultados del comercio exterior no sorprenden. Para encontrar un ingreso de dólares comerciales más bajo que el anunciado ayer para el primer semestre del año es preciso volver a 2000. De acuerdo con los datos del informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA), en los primeros seis meses del año el saldo comercial -la diferencia entre exportaciones e importaciones- se hundió un 63% en relación con un año atrás. Pasó de US$ 3326 millones en 2014 a US$ 1232 millones en el primer semestre de este año. Hace 15 años se registraba la marca más baja hasta ayer (853,1 millones de dólares).

argentina-bandera-botonLas exportaciones de los primeros seis meses del año alcanzaron los US$ 30.213 millones (una caída de un 18% en relación con un año atrás), y las importaciones, US$ 28.981 millones (un retroceso de 13,5%).

En junio el resultado de la balanza comercial fue positivo en US$ 456 millones, lo que marcó una caída de 57% en relación con el superávit del mismo mes de 2014. Las ventas externas de junio sumaron US$ 6266 millones (-14%), y las importaciones, US$ 5810 millones (7%).

Los datos del ICA son cuestionados por los economistas especializados en comercio exterior, que ahora se vuelcan por la denominada Base Usuaria (también la realiza el Indec, pero no la abre al público) para proyectar escenarios más realistas. De acuerdo con los cálculos de Jorge Vasconcelos, economista del Ieral, el déficit comercial de este año rondará los 3000 millones de dólares. «Las exportaciones de los últimos doce meses muestran una caída de 30% en comparación con el mismo punto de 2011», explicó el experto.

«Si las exportaciones del ICA de junio fueran iguales a las de la Base Usuaria, un supuesto fuerte ya que implica que no sobreestiman las ventas, el resultado del primer semestre de 2015 de la Base Usuaria sería un déficit de US$ 508,4 millones», indicaron en la consultora Ecolatina.

La caída local en el comercio exterior se dio tanto por cantidades como por precios. «Es una mezcla de los dos. Pero si toman países vecinos, que también venden commodities, la caída de las exportaciones locales es del doble», indicó Vasconcelos. El especialista afirmó que los principales obstáculos se deben a cuestiones impositivas, las trabas al comercio y la falta de acuerdos comerciales a nivel global. «Chile tiene cero arancel para entrar sus vinos a China. Nosotros pagamos 14%», ejemplificó con esa economía regional, actualmente en crisis.

«La fuerte caída en las exportaciones se puede explicar principalmente a raíz de los menores envíos de harina de soja, responsable de más de un 30% de la baja del primer semestre», afirmaron en Abeceb.com. «Por otro lado, en el desempeño de las importaciones se destacan las menores compras de combustibles, explicadas mayormente por la caída de los precios, aunque también desciendan las cantidades», agregaron. Justamente, gracias a esta última tendencia en mayo y junio hubo una desaceleración en el retroceso de las compras al exterior. A pesar del desplome de las exportaciones y sin ingresos de dólares -con excepción del swap con China-, el Gobierno tuvo un mayor margen para destinar más divisas a la producción (amplió los cupos para Tierra del Fuego y las automotrices, por caso).

«Son varios los factores que explican el rumbo negativo del comercio exterior argentino», afirmó Marcelo Capello, también del Ieral, que enumeró: el ajuste en Brasil, la pérdida de competitividad cambiaria gracias a la apreciación del dólar en el mundo, las posibles represalias de otros países por el lado de las exportaciones, y el bajo nivel de la actividad económica interna y «especialmente» las restricciones existentes a las compras en el exterior, por el lado de las importaciones.

«En cualquier caso, se trata de una situación que en el futuro requerirá de una corrección en la competitividad cambiaria, salvo que el nuevo gobierno se decida por un plan general de reducción de costos impositivos y otros costos de producción, que siempre conllevan fuertes costos fiscales o políticos», analizó Capello.

El actual atraso cambiario golpea a los exportadores y a quienes buscan sustituir importaciones; en cambio, un dólar libre más caro aparece como un subsidio al dólar ahorro o a quienes son autorizados a importar. A mitad de camino, sufren las reservas y crece la incertidumbre.

Las razones detrás de la caída

Commodities en baja

Los precios de los productos que exporta el país sufrieron fuertes caídas

Las trabas al comercio

El cepo importador también provocó un descenso en el intercambio comercial con otros países

La crisis brasileña

El principal comprador de productos argentinos entró en recesión

El atraso cambiario

La inflación le ganó a la devaluación del peso, lo que se tradujo en menos competitividad de las exportaciones.

Fuente: La Nación, 23/07/15.

 

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Argentina: Grave crisis institucional

julio 1, 2015

Una grave crisis que pasa como si nada

La jueza Figueroa le avisó a Zannini cuando supo que el desplazado Cabral votaría en contra del pacto con Irán. La inconstitucionalidad del Memorándum podría ser a futuro peligrosa por la denuncia de Nisman.

Por  Eduardo van der Kooy.

justicia avasalladaSe desarrolla una crisis político-institucional de magnitud. Pero en la Argentina de los últimos años estas crisis transcurren como algo casi natural, alejadas quizá del interés público que deberían tener. La secuencia de esta crisis es indesmentible. Hay un enfrentamiento entre el Gobierno y el Poder Judicial. Existe una fragmentación en la Justicia que lleva a intentar dirimir instancias conflictivas, siempre, en la Corte Suprema. Persiste una colisión entre el kirchnerismo y la oposición política, en la cual el férreo control de los resortes estatales-institucionales que ejerce el oficialismo inclinan la balanza a su favor. Como única respuesta posible, la oposición busca desplazar el pleito al ámbito de la calle.

En la crisis presente estarían superpuestos dos planos. Cristina Fernández no quiere, de ningún modo, que el Memorándum de Entendimiento con Irán pueda ser declarado inconstitucional por la Cámara de Casación. La mandataria, a partir de este incidente, pretende acelerar además la ocupación de espacios clave del Poder Judicial en los cinco meses que le quedan de poder. Sobre todo, para cubrir su retirada. De allí, el súbito fin de la vigencia de la subrogancia de jueces de la Casación y los reemplazos con conjueces designados por decreto, en enero del 2014. Vale precisar: la Cámara de Casación representa el máximo tribunal penal del país, sólo por debajo de la Corte.

En su ámbito circulan las causas de corrupción de funcionarios públicos, las de narcotráfico y aquellas vinculadas a delitos de lesa humanidad. El caso del doctor Luis María Cabral obró ahora como detonante. Aunque no es el único.

Cabral estaba dispuesto a votar la inconstitucionalidad del pacto con Irán. Otro juez de la misma Cámara, Juan Carlos Gemignani, también. Es decir, se aproximaba un duro revés político para Cristina pese a que la tercera magistrada, Ana María Figueroa, atesoraba un voto acorde con las necesidades del Gobierno. El viernes 19 de junio Cabral le habría comunicado a Figueroa algunos de los fundamentos de su voto que debía concretarse en el plenario del martes 23. La magistrada se habría comunicado de inmediato con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini para prevenirlo. Pese a tal diligencia, Figueroa afirma que sólo una vez en su vida profesional, en una reunión social, se cruzó con el ahora candidato K a la vicepresidencia.

La votación de aquel martes 23 nunca se realizó. Figueroa garantizó en forma pública que se haría ayer. Tampoco sucedió. En el interín, la mayoría del Consejo de la Magistratura (7 miembros), incluyendo el voto de su titular, Gabriela Vázquez, dispuso el desplazamiento de Cabral y la designación en su lugar del conjuez Claudio Marcelo Vázquez, un firme defensor de la reforma judicial que, con suerte parcial, la Presidenta impulsó en el 2013. Delfín, además, del viceministro de Justicia y candidato, Julián Alvarez. Hubo en aquella oportunidad otras nominaciones. Incluso para reemplazar en la Sala III una subrogancia de la propia Figueroa. Pareció destinada, en especial, a cubrir las formas en el operativo para desbaratar el posible voto contrario al Memorándum con Irán.

A partir de ese momento arrancó una verdadera batalla leguleya que, en el fondo, sirvió para enmascarar la maniobra política K. Cabral presentó una cautelar por su separación que aterrizó en el escritorio del juez Daniel Rafecas. El mismo que rechazó in limine la denuncia del fiscal muerto, Alberto Nisman, contra Cristina y Héctor Timerman por encubrimiento terrorista. El fiscal de Cámara, Raúl Plee, acudió de modo excepcional a la Corte Suprema para que laudara sobre el conflicto. El alto Tribunal, apegado al rigor jurídico y soslayando el ardid político, desestimó con rapidez expedirse sobre el tema. También, sobre la constitucionalidad o no del pacto con Irán.

Remitió de nuevo el asunto a la Cámara de Casación.

En ese cuerpo habría ocurrido otro quiebre. El de la jueza Figueroa con Gemignani. Venían cruzados desde hacía tiempo porque el juez creyó descubrir varias veces en su colega el ensayo de maniobras dilatorias. El magistrado acompañó la presentación del fiscal Plee ante la Corte. Los camaristas habrían sostenido un áspero intercambio horas antes de la resolución de la Corte.

A partir de ahora podría abrirse una nueva instancia en Casación donde Cristina estaría muy cerca de lograr el objetivo: que el pacto con Irán no sea declarado inconstitucional. Ese acuerdo fue avalado en primera instancia por el juez Rodolfo Canicoba Corral. Pero resultó revisado por la Sala I de la Cámara Federal. Un voto clave en ese cuerpo fue el de Eduardo Farah, que ocupa allí un lugar como subrogante. Sería el próximo objetivo del kirchnerismo. Esa determinación de la Sala I sonó más adelante compensada con creces. Dos de sus jueces –Eduardo Freiler y Jorge Ballestero– rechazaron la apelación del fiscal Germán Moldes contra la desestimación de la denuncia de Nisman efectuada por Rafecas. El caso quedó virtualmente cerrado.

Sin embargo, la posibilidad de que fuera declarada la inconstitucionalidad del Memorándum de Entendimiento podía dejar a futuro alguna peligrosa hendija abierta para la Presidenta. Los fundamentos de Cabral y Gemignani habrían apuntado a la figura de “traición a la patria por delegación de soberanía”. ¿En qué se habrían basado? En que el mecanismo suscripto por la Argentina y el régimen de Teherán podía entenderse como una cesión de derechos a terceros para el juzgamiento de los responsables de una tragedia –el atentado en la AMIA, en 1994, con 85 muertos–ocurrida en territorio nacional.

El acuerdo con Irán sería, en el prólogo de su retiro, uno de los mayores desvelos presidenciales. A diferencia de las causas de corrupción que podrían perseguirla, aquel Memoradum produjo una enorme onda expansiva interna y externa. Pareció significar aquí el quiebre definitivo del vínculo con la comunidad judía. Fue observado en el mundo como un giro muy difícil de explicar, si se tiene en cuenta la acusación contra ocho jerarcas iraníes por el ataque a la AMIA que el Gobierno de los Kirchner formuló durante años. Sobre todo ante los organismos internacionales.

Bajo la lupa quedó algo más que aquel Memorándum. También la estrecha relación diplomática, política y comercial con Venezuela. Hugo Chávez, en vida, habría sido la auténtica usina del acercamiento del Gobierno K con Irán. Cristina nunca pudo explicar ese pacto. Tal vez, tuvo la fortuna de que a Irán jamás le interesó de verdad, al margen de la chance frustrada de que Interpol levantara las alertas rojas internacionales contra los acusados. Por ese motivo fue a parar a un cesto y no adquirió vigencia.
El cierre definitivo de la historia –incluida la declaración de constitucionalidad del acuerdo– sería observado por Cristina como un blindaje imprescindible. Para su paso en falso. También para aquellos que fogonearon su giro y su entusiasmo. A Timerman –de él se trata– le haría falta. Es uno de los pocos ministros que no fue premiado con ninguna candidatura.

Fuente: Clarín, 01/07/15.

 

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Argentina: Desde 2002 aumentó 67% la cantidad de empleados estatales

agosto 13, 2014

Desde 2002 aumentó 67% la nómina de empleados estatales.
Por Paula Urien.

Según un informe de FIEL, hoy trabajan 3,65 millones de personas en los niveles nacional, provincial y municipal; se compensó así el estancamiento del sector privado.

El empleo público aumentó 67 por ciento durante el período 2002-2014, según los últimos datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). Según los datos de la entidad, hay más de 3.650.000 personas que trabajan para el Estado.

argetina K 3650000 empleados publicosEn esa cifra se incluyen los empleados de los tres niveles de la administración pública (nacional, provincial y municipal) y los de algunas de las empresas estatizadas (por ejemplo, Aerolíneas Argentinas), pero no de aquellas que son privadas pero para operar necesitan abundantes subsidios, como los ferrocarriles o las empresas de transporte, «donde el 80 por ciento de los ingresos, o más, provienen de fondos públicos», dice Juan Luis Bour, economista senior de FIEL.

«Uno de cada 4 asalariados es un empleado público, sin contar la cantidad de monotributistas y autónomos que trabajan para el Estado y otra cantidad de personas que trabajan para empresas que se declaran privadas pero que pertenecen el Estado», coincide Jorge Colina, de Idesa. «Posiblemente el número final esté llegando a un tercio del total de trabajadores.»

«En los últimos 10 años el empleo público aumentó un promedio de entre 6 y 7 por ciento anual», confirma Gonzalo Diéguez, director del Programa de Gestión Pública del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). «Éstos son datos comprobados -afirma-, pero ni el propio Estado tiene la cifra exacta. Además, uno de cada tres trabajadores que se incorporan al Estado lo hace de manera informal

A mayor velocidad

A partir de 2005, las incorporaciones de empleados estatales aumentaron a un ritmo mayor. «Entre 1995 y 1999 el empleo público promedió 2,08 millones de empleados, y se elevó a 2,18 millones entre 2000 y 2002. A partir de 2003, y más desde 2005, subió fuertemente, para sumar poco más de 3,65 millones de empleados estimados este año. El crecimiento supera el 67 por ciento si se consideran los últimos 12 años (2003-14)», agrega Bour.

Para este año, el economista estima que el empleo público seguirá creciendo en no menos de 86.000 puestos, con una caída del empleo privado de 135.000 ocupaciones. Si además crece el empleo informal en unas 100.000 personas, el empleo privado formal habrá caído en 235.000 puestos.

Víctor Beker, ex director de Estadísticas Económicas del Indec y actual director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, advierte que entre 2007 y 2013 el total del personal registrado en el sector público aumentó 21 por ciento, pero sin contar las diferentes modalidades de contratación que abarcan personal no registrado y que se estima en más de un millón. En el mismo período el empleo privado registrado creció sólo 8,5 por ciento.

«El país parece adoptar el modelo que caracteriza a muchas provincias argentinas, donde una minoría trabaja en alguna actividad privada y el resto de la población depende de ingresos que le proporciona el Estado», comenta Beker.

Sólo la semana pasada, como publicó LA NACIÓN, el Gobierno autorizó el ingreso de 7500 empleados a la planta permanente, un acuerdo de la presidenta Cristina Kirchner con los jefes sindicales de los empleados públicos para que cerraran la paritaria con un alza salarial por debajo del 30 por ciento.

Para tener una idea de la magnitud de las incorporaciones al plantel estatal, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) consigna que en 2011 el sector público creó 82.000 puestos de trabajo trimestralmente. En 2013 fueron 42.000 para los trimestres con información disponible. En esos períodos representaron el 43% del total de empleos creados y ascendieron al 49% en el tercer trimestre.

«El sector público actúa de manera contracíclica en términos de creación de empleo, participando más activamente en el mercado laboral cuando la creación de empleo en el sector privado decae», dice Nadin Argañaraz, del Iaraf.

Tal como consignan en Cippec, los trabajadores estatales van conformando «capas geológicas» dentro de los diferentes organismos, ya que se suman personas para puestos que ya están ocupados y que cuentan con la estabilidad del trabajador estatal, «en contra de la eficiencia del Estado», dice Diéguez.

«Hay un exceso de personal en áreas burocráticas y falta de personal en áreas críticas.»

El empleo privado formal dejó de crecer en 2007. Y en julio de este año, con el inicio de la recesión, la cantidad de despidos se incrementó siete veces con respecto a julio de 2013, según el relevamiento que hace regularmente la consultora Tendencias Económicas. Los despidos afectaron sobre todo a los sectores metalúrgico, clínicas privadas, concesionarios de autos, la industria maderera, fabricación de neumáticos, autopartes, construcción y petroleros. Aumentaron también las suspensiones y la conflictividad.
En problemas

El ahogo financiero es la causa principal de la merma del puestos de trabajo en el sector privado: altos costos laborales y falta de competitividad de los salarios comparados con otros países, alta inflación, falta de financiamiento, menor productividad y dificultad para importar insumos.

Como consecuencia de éste y otros factores, según registra el último informe de Idesa, sobre la base del Monitor Fiscal 2014 del Fondo Monetario Internacional (FMI), el gasto público como porcentaje del PBI creció del 31% en 2006 al 46% en 2013.

Argañaraz agrega que «de no haber mediado el retiro de unas 450.000 personas de la población económicamente activa (PEA) en el primer trimestre del año (es decir, que no buscaron trabajo), el número de desocupados sería muy superior al registrado. Se trata de desocupados latentes, que no son contabilizados como tales en las encuestas».

En un contexto en el que baja la actividad económica, según Argañaraz, «el aumento permanente en la nómina de empleados públicos probablemente sea la solución por la que el Gobierno continúe inclinándose, aunque no podrá absorber todo el incremento de la PEA urbana (180.000 personas por año que se incorporan al mercado de trabajo) ni hacer frente a subas sostenidas y simultáneas de salarios y de cantidad de empleados»..
Fuente: La Nación, 13/08/14.

argetina K 3650000 empleados publicos

Argentina: El paraíso de las organizaciones criminales

junio 8, 2014

“Argentina es un país de muy bajo costo para las organizaciones criminales”

Entrevista a Edgardo Buscaglia. Investigador en Derecho y Economía.

El avance en los niveles de corrupción vinculada al dinero ilícito en nuestro país es alarmante y requiere respuestas, plantea este especialista en la lucha contra el crimen organizado.

Recorre entre 15 y 25 países por año. Y lo hace para determinar el nivel de corrupción en esos Estados. Para eso se apoya en la labor de un equipo de casi 700 personas que trabajan en 109 naciones. Asegura que es imposible desterrar totalmente el robo del patrimonio de los ciudadanos pero que se puede controlar a través de acciones de prevención. Cree fervientemente que la delincuencia organizada es un fenómeno social económico y no un fenómeno militar que pueda erradicarse por medio de la represión. El doctor Edgardo Buscaglia nació en Argentina, aunque se formó y vive desde hace 30 años en Estados Unidos. Esta vez regresó al país no sólo para hacer su evaluación periódica sino para hablar con varios de los principales candidatos a las elecciones del próximo año para que lleguen a un pacto de Estado anticorrupción.

¿Los candidatos lo escucharon?

Cuando la clase política argentina se dé cuenta del costo que va a pagar por dejar fluir ese dinero fácil a sus campañas electorales a través de sus policías provinciales, cuando los gobernadores se den cuenta del enorme costo que van a pagar ellos, sus familias y todo su entorno por el estado de indefensión, el estado de abandono del gobierno y de las instituciones, ahí van a tener una urgencia, desesperación diría, por llegar a un pacto político porque le van a ver la cara al monstruo. Se van a dar cuenta de que la cloaca de corrupción política que han creado o han dejado crecer, a sabiendas o no, se los va a comenzar a devorar, uno a uno, como sucedió en Italia o México, donde encontré a más de un legislador en fosas en el medio del desierto. Argentina no va a ser la excepción.

¿Que características tiene que tener un país para que las mafias intenten entrar en él?

La delincuencia organizada está compuesta por empresas criminales que operan con los mismos criterios que las empresas legales: buscan países de bajo costo. Si el costo país les baja, ellos van con más frecuencia y hacen su negocio a mayor escala y con mayor diversidad de delitos.

¿Cómo está ubicada Argentina en este sentido?

Argentina tiene vacíos de Estado en la mayoría de las instituciones necesarias que le pondrían un dique a las empresas criminales. Las organizaciones criminales trasnacionales que operan en la Argentina se dedican a 17 tipos de delitos. Realizan tráfico de bienes y servicios legales o ilegales. Ilegales pueden ser heroína o cocaína. Pero hay otros legales, como las explotaciones mineras, que se convierten en ilegales al transportar minerales preciosos a otros países fuera de las leyes. Empresas criminales, especialmente de origen asiático, se apoderan de empresas legales y explotan diferentes tipos de bienes como oro, litio, diamantes, etc. y los trafican ilegalmente. También se apoderan de empresas de transporte y puertos.

Argentina tiene varios puertos importantes sobre el río Paraná que están bajo sospecha.

Sucede en los puertos de Estados Unidos, Francia y también de la Argentina. Y uno tiene que partir del supuesto de que hay que intervenir esos puertos privados para averiguar “quién es quién”. Las empresas criminales no obedecen a la caricatura de los periódicos o la televisión, son mucho más sofisticadas y operan desde Estados Unidos o Alemania hasta Bostwana. La diferencia es que en los primeros el Estado reacciona ante esas empresas criminales y en países como Argentina no hay reacción o es una reacción insuficiente.

¿Qué necesitaría Argentina para enfrentar a las mafias?

Unidades de control patrimonial no financiero operando en red en cada provincia y coordinadas por una unidad de control patrimonial federal. Estoy hablando de dinero “lavado” o “inflado”. Hay un ejemplo sobre esto. Conozco el caso de una organización criminal que importó 10.000 sillas desde El Líbano hacia Argentina, que fueron compradas a centavos de dólares cada una y aquí las vendieron a mil dólares. Esto genera una cantidad extraordinaria de dinero que no necesariamente pasa por bancos o instituciones financieras. No hay ningún marco institucional que esté investigando estas transacciones no financieras. Se necesitan instituciones que cubran esos vacíos y que provengan de un pacto de Estado ratificado por el Congreso.

Si los políticos hicieran algo así se estarían suicidando porque es de ese tipo de negocios, que no tiene un marco regulatorio, de donde obtienen la financiación para sus campañas.

Todos los países del mundo regulan su corrupción. No la pueden eliminar. Es casi imposible eliminar la corrupción política, apenas la controlan. Pero siempre es posible reaccionar y poner límite a la corrupción política. Por ejemplo, la presidenta Dilma Rousseff no bloqueó las investigaciones y el procesamiento penal contra algunos de los más altos miembros de su partido y que habían estado en el gabinete de Lula. No lo bloqueó, dejó que sus instituciones funcionaran, se procesó y hubo sentencias finales condenatorias. Eso representa un acto político, simbólico y claro de que la corrupción tiene límite.

¿Por qué los carteles de la droga mexicanos o colombianos eligen a la Argentina para hacer sus operaciones hacia Europa?

Argentina es un país de alto costo para las empresas que deseamos que lleguen y de muy bajo costo para las empresas criminales. La delincuencia organizada tiene asesores muy sofisticados que le indican cuál es la reacción esperada cuando sus capitales llegan a un país.

Hay un vacío de Estado.

Hay grandes vacíos legales que al mismo tiempo se conjugan con una corrupción pirañesca, fragmentada, descentralizada, que como en México o Argentina rompe el Estado y cualquier señor feudal de las provincias hace lo que quiere por más que el presidente dé órdenes. Esto deja un vacío para que actúen las organizaciones delictivas en las que el tráfico de drogas es apenas uno de sus negocios.

¿Cómo ve las acciones que se están tomando para desbaratar el narcotráfico?

Inadecuadas. Cuando en España se detiene a una “mula” que está transportando cocaína en su cuerpo desde Buenos Aires a Madrid, los fiscales de la Audiencia Nacional investigan todas las ramificaciones de la empresa que estaba utilizando a esa persona para el transporte. No se investiga o se reprime, como en la Argentina, sólo a la “franquicia”, a los pibes, a los “soldaditos” que están vendiendo y comprando drogas al menudeo. Esos son franquicias y lo que hay que desmantelar son los directorios. Eso es lo efectivo y de nada sirve hacer “el show” de mandar los helicópteros a Rosario o Culiacán y desembarcar cientos de soldados. Esto es como tratar de controlar las transacciones ilegales de un banco deteniendo a los cajeros.

¿Un país puede actuar en forma individual contra las mafias o necesita de cooperación internacional?

Al crimen trasnacional hay que combatirlo con acuerdos y agencias trasnacionales. Hay instituciones internacionales que están desesperadas por obtener alguna cooperación de información por parte del gobierno argentino que no les atiende el teléfono. Nos consta en nuestros informes que países europeos, Estados Unidos y Brasil quieren auditar empresas que operan en la Argentina y no lo pueden hacer.

¿Por qué cree que es Santa Fe el epicentro del accionar de las bandas internacionales del narcotráfico?

Debido al dinamismo de algunos de sus actores y su posición geográfica estratégica, Santa Fe ha sido una de las provincias ideales para que las organizaciones delictivas se establezcan. Hay otras provincias de tránsito, donde tienen que tener controladas a la policía y algunos políticos clave, como Santiago del Estero. En el año 2011 de nuestras investigaciones surgió que grupos criminales mexicanos habían venido a la Argentina a establecer una infraestructura productiva. En ese momento todavía acá no se hablaba del tema.

¿Cuál sería la primera medida que habría que tomar para enfrentar la corrupción?

Una nueva ley de Extinción de Dominio, que es una figura no penal para “extinguirle” el dominio patrimonial a alguien que no pueda justificar el origen de los recursos que posee. Este es un mecanismo mucho más ágil que el del control del lavado de dinero.

¿Cuál es el país donde más se invierte el dinero negro?

Las organizaciones criminales no buscan colocar sus dineros mal habidos en países como Afganistán o Argentina donde no hay seguridad jurídica. Paradójicamente, el empresario criminal busca integrar esos recursos que genera en los países con mayor seguridad jurídica. El 68% del dinero que es lavado va a los países centrales y con mayor seguridad jurídica, después de pasar por 300 transacciones alrededor del mundo. Pasan en promedio por entre 10 y 17 países antes de convertirse en una inversión productiva a largo plazo.

¿Lo quiso comprar alguna vez la mafia?

Sí, varias veces. Cuando uno trabaja en estos temas se acercan personajes de gobierno que están infiltrados por grupos criminales o se acercan empresarios dudosos a ofrecer contratos vacíos donde quieren pagar mucho dinero sin hacer prácticamente nada, o por lo menos nada productivo.

¿Y amenazas físicas?

¡Muchas! Todo el equipo fue amenazado en los 109 países en que trabajamos. Y en Afganistán mataron a varios de nuestros colaboradores.

Fuente: Clarín, 08/06/14.

Argentina: El alarmante desasosiego de una sociedad vulnerable

abril 3, 2014

El alarmante desasosiego de una sociedad vulnerable.
Por Carlos Pagni.

La mención de Sergio Massa puso al juez Eugenio Zaffaroni al borde de un desequilibrio emocional. «Es un personaje lamentable que se pasa el 24 de marzo en los EE.UU., que va a hablar con el Tea Party, que se va a sacar fotos con el chanta de Giuliani (…) Si el general Perón viviera, lo consideraría un vendepatria

Es inusual que un ministro de la Corte polemice con un candidato. La animadversión de Zaffaroni hacia Massa está inspirada en la controversia sobre la reforma del Código Penal . Sin embargo, esa caracterización de Massa es atractiva más allá de su signo de valor y de las fobias que revela. El político que Zaffaroni retrató de esa manera es el más popular del país.

La descripción de Zaffaroni es verdadera. Massa realizó una gira por Nueva York y Washington en la que se entrevistó con los máximos responsables de la diplomacia de ese país hacia América latina. Visitó a un congresista ultraconservador del Partido Republicano. Habló en el Council of the Americas. Expuso ante varios hedge funds y en JP Morgan, la catedral de las finanzas. Y se fotografió con Giuliani, ícono de la «tolerancia cero».

En alguien que, como Massa, vive calibrando su imagen en las encuestas, lo relevante no es lo que hizo, sino el empeño que puso en divulgarlo. Lo más revelador del viaje es el viaje mismo, entendido como acto de campaña.

Es posible que hace apenas un año Massa no hubiera realizado esa visita. Ni hubiera propuesto, como hizo al regresar, una rebaja en el impuesto a las ganancias para empleados y pymes. Pero el cambio no se reduce sólo a Massa. Casi al mismo tiempo que él, Gabriela Michetti, Juan Manuel Urtubey y Margarita Stolbizer, que también están buscando votos, hablaron ante la audiencia de negocios del Council of the Americas. En Buenos Aires, Elisa Carrió, sobreponiéndose a antiguas diferencias morales, insiste en una alianza con la centroderecha de Mauricio Macri. Y el partido de Macri, Pro, se ubicó segundo en las elecciones municipales de Mendoza capital, confirmando una tendencia. Los candidatos de Macri ya habían conseguido ese lugar en ciudades como Córdoba, Rosario, Santa Fe, San Juan y Paraná. Además de haber ganado en Salta. Hay gestos y resultados reveladores de que en la opinión pública se ha abierto un espacio que aconseja a los dirigentes desplazarse hacia la derecha.

La Argentina insinúa hoy un nuevo encanto para las corrientes de inversión. Anteayer, The Economist, que en enero había previsto que el país se hundiría en el abismo venezolano, publicó un artículo sobre Cristina Kirchner y su ajuste con el título «Arrastrándose hacia la normalidad» (Creeping toward normality).

Sería un error, sin embargo, limitar el cambio a la corrección que realiza el Gobierno en su orientación económica -ayer, la Presidenta habló de «marchas y contramarchas»- y no advertir la mutación que se verifica en los pliegues de la sociedad, y que la conducta de los candidatos refleja y, a la vez, acelera. En las franjas más politizadas, es un giro respecto del alineamiento internacional, la relación con el mercado, el rol del Estado y la iniciativa privada. Ese cambio de clima, que los proféticos intelectuales del grupo Carta Abierta denunciaron como una inminente «restauración conservadora», ya parece estar produciéndose en las corrientes de fondo del electorado.

La variación es una respuesta a la crisis económica. Y no siempre tiene una modulación alentadora. En el imaginario de los vecinos de clase media y media baja de los grandes conurbanos, sobre todo en Buenos Aires, el presente comienza a tener rasgos de familia con la tormenta de 2001. Por numerosas razones, es un falso parecido. Pero a los sociólogos les sorprende que para muchos consultados la única diferencia con el trance de hace 13 años sea que «todavía conservamos el trabajo».

Los sondeos de opinión registran un deterioro marcado en la confianza en el Gobierno. La economía que ofrece el kirchnerismo ya no es percibida como una oportunidad, sino como una amenaza. Con un agravante: la Presidenta no ha acompañado el cambio de su política económica con un cambio de discurso. En vez de explicar las, para muchos, inesperadas restricciones, sigue hablando de una ola de bonanza que ya no se percibe.

Ese desfase produce un desasosiego que tiene manifestaciones preocupantes. Para un consultor que acaba de realizar una megaencuesta en La Matanza, «es cada vez más frecuente que la gente atribuya sus problemas a la presencia de extranjeros; si no consigue un turno en el hospital, es porque «está lleno de bolivianos y peruanos»». Con ese sociólogo coincide, sin saberlo, un funcionario porteño: «Nosotros realizamos reuniones con vecinos todo el tiempo y es cada vez más alarmante que problemas como, por ejemplo, la inseguridad dan lugar a expresiones xenófobas».

Violencia difusa

¿Estos sentimientos aberrantes son una novedad? ¿O han estado siempre allí y se manifiestan ante la escasez? Las respuestas son inciertas. Pero las investigaciones detectan un estado de violencia difusa. Los linchamientos de estos días hacen juego con ese registro. Son la derivación aberrante de una sensación de vulnerabilidad que se combina con la sospecha de que las instituciones no ofrecen solución.

La carencia de seguridad domina las encuestas desde hace años. La novedad es que ahora más del 25% de los que expresan esa angustia la asocian con el narco. Para nada fantasioso: de repente, un traficante muere en los bosques de Palermo a manos de un sicario y otro es atrapado en Nordelta por las fuerzas de seguridad de tres países. El narco, a la vez, aparece ligado a la policía.

No es una combinación del todo novedosa. La convicción de que el Estado ya no puede hacer frente al delito ha inspirado en Colombia a los Vigiladores Locales y en México a las Autodefensas. ¿Las pequeñas hordas de vecinos que se enceguecen ante un punga son el rudimento de este tipo de organizaciones? Imposible saberlo. Pero conviene recordar que uno de los rasgos de las convulsiones de Córdoba y Tucumán durante los amotinamientos policiales del último noviembre fue la extraordinaria cantidad de gente que salió a la calle armada.

El cuadro es interpretado como la derivación de un «Estado ausente». No es una lectura satisfactoria. Si hay algo presente en la Argentina es el sector público. Sólo que está donde no se lo necesita. En las transmisiones deportivas o derrochando recursos en empresas mal administradas. Al próximo gobierno le tocará regenerar el mercado y el Estado al mismo tiempo.

Cristina Kirchner suele atribuir esta agenda de problemas a la lucha de ricos contra pobres. Los ricos «toman de la buena». Y «a la guerra de Malvinas fueron mandados los más pobres». Para explicar la barbarie, dijo: «Cuando alguien siente que su vida no vale más de dos pesos para el resto, tampoco le podemos reclamar que la vida de los demás valga para él más de dos pesos». No aclaró si se refería al linchado o a quienes lo linchaban.

El problema es que, al cabo de una década ganada, los pobres tienden a atribuirle a ella la pobreza. El año pasado, el 50% de los beneficiarios bonaerenses de planes sociales votó por Massa. Y el último domingo, en Mendoza, avanzó el Partido Obrero, lo que va resultando familiar.

La Presidenta ignora algunas lecciones elementales de la sociología. Una es que el 78% de los argentinos cree pertenecer a la clase media. Sobre todo en los estratos bajos estructurados, donde todavía se conserva un empleo. La otra es que los conflictos de clase son más severos en los bordes. Los que creen que «nada funciona» porque «los hospitales están llenos de extranjeros» son los que están condenados a la salud pública y viven a una cuadra de la villa de emergencia. Tampoco pueden contratar seguridad privada. Los que piden a Macri que libere los terrenos ocupados de Lugano son vecinos de Lugano. Tal vez la Presidenta ignore que los desamparados de los grandes asentamientos también tienen la maldita pretensión de que su hija no regrese violada a las tres de la mañana. Los muy desubicados son como los que viven en Palermo.

Según todas las encuestas, en esas franjas crece la irritación frente al oficialismo porque se le atribuye, con exageración, gobernar sólo para una clientela subsidiada. Este reproche convive con una novedad que se registra desde que se disparó la inflación: los mismos que sienten que el Estado se ha olvidado de ellos comienzan a tener la peligrosa fantasía de que aparezca «un líder fuerte».

Fuente: La Nación, 03/04/14.

Carlos Pagni

Carlos Pagni

Argentina: El problema no es el dólar, sino el Gobierno

enero 27, 2014

El problema no es el dólar, sino el Gobierno
Por Jorge Oviedo

Es increíble el esfuerzo que están haciendo las autoridades del país para llevarlo a una crisis económica de proporciones. En el extraordinario esfuerzo parecen no escatimar torpeza e ineptitud .

¿Alguien puede imaginar qué le pasaría a un paciente que recibe de su médico tratante medias palabras, pero siempre de malos modos, prescripciones contradictorias, cambios de medicación, marchas y contramarchas? El médico pasa a ser el principal de los problemas.

Desde hoy, si es que aparecen las normas y los procedimientos necesarios, la Argentina tendrá un dólar más. Al dólar oficial, el blue, el contado con liqui, Bolsa, tarjeta, se sumaría el «dólar para atesorar», que tendrá un valor distinto a todos los otros. El país tiene montones de tipos de cambio, pero ningún gobierno a la vista. Un grupo de exaltados se atropellan entre ellos. Dicen poco y se desdicen. O cambian rápido el rumbo de acción, o causarán pánico en la población y las consecuencias económicas serán imprevisibles.

Es evidente que la actual conducción está desbordada. Las incógnitas sobre lo que ocurrirá hoy en la apertura de los mercados son dramáticas. No faltan motivos ni antecedentes. El área más poblada del país padeció la peor crisis del servicio eléctrico en su historia en medio de una ola de calor récord. Hay miles de clientes sin luz y la catástrofe causa muertos. El secretario de Energía, Daniel Cameron, se entretiene jugando al golf. Una ola de saqueos y rebeliones policiales en las provincias deja decenas de muertos y pérdidas materiales incalculables. La Presidenta baila en público en una fiesta que dura horas.

Tras una devaluación abrupta, que antes negó aconsejando que se la pidieran a otra administración, la Presidenta se va de viaje a Cuba. Y Capitanich y Kicillof se enredan en una serie de explicaciones escasas, tardías, inconexas y contradictorias sobre el retorno de la venta de divisas para ahorro. Quienes lo logren pagarán el doble de lo que costaba cuando fue prohibido.

Kicillof acaba de decir que hay que aceptar que los mercados inmobiliario y de la construcción se mueven en dólares en la Argentina. Para que él saliera de su ignorancia hubo que destruir esos mercados con un insensato experimento de «pesificación». Los que perdieron sus puestos directos e indirectos en esas áreas deben saber que es el precio que han debido pagar por la educación tardía del ministro.

Juan Carlos Fábrega, en privado, y Ricardo Echegaray, en público, le dijeron que no había que aumentar el anticipo de Ganancias sobre las operaciones con tarjeta en el exterior. Los desautorizó y lo hizo. ¿Es por eso que ahora se resiste a dar marcha atrás? ¿Está la economía pendiente de su ego herido?

Empresarios preocupados

La preocupación en los sectores empresariales es grande. Y muchos argentinos sencillos y que en muchos casos votaron en 2011 por la actual administración están aterrorizados. ¿Qué piensan los pasajeros de un barco si ven que la tripulación se comporta como lo hace el elenco gubernamental?

A Mario Blejer le tocó ver la crisis de 2001 desde la vicepresidencia del Banco Central. De esa ingrata experiencia seguramente obtuvo el conocimiento para explicar, en un estudio presentado en 2006 en un seminario en Singapur: «La experiencia argentina indica que estructuras financieras sólidas, que cumplen bien con estándares internacionales, podrían deteriorarse rápidamente frente a intervenciones inadecuadas, incentivos distorsivos y políticas equivocadas». Sería un milagro que no sea el público el que pague las consecuencias.

Las teorías conspirativas de Kicillof y Capitanich no tienen asidero. En noviembre pasado, con este mismo elenco, que apenas esbozó algunas ideas medianamente razonables, la Bolsa repuntó, el dólar blue cayó y se redujo la brecha con el oficial, mientras parecía que podría evitarse el traslado automático a los precios de un mayor ritmo de devaluación. Había operadores económicos, desde multinacionales hasta gente común, dispuestos a invertir en el país, financiar la transición. Y gobernadores peronistas que respaldaban políticamente el proceso.

Todo terminó cuando la Presidenta jugó con fuego creyendo que sólo se quemaría José Manuel de la Sota, al que no le envió la Gendarmería para impedir una rebelión policial y saqueos de una gravedad inusitada. Las llamas se extendieron sin control y alcanzaron también a varios de los mandatarios más leales a la Casa Rosada. Los gobernadores peronistas ahora sólo parecen esperar el desenlace de una serie de desaciertos que crece minuto a minuto.

Nada es más favorable a una espiralización de una crisis que un gobierno sin conducción clara, con un conjunto de funcionarios asustados, enojados y peleados entre ellos.

Fuente: La Nación, 27/01/14.

Argentina: Elecciones

julio 1, 2013

Elecciones
Por Enrique Szewach

La economía argentina ha entrado, definitivamente, en «modo electoral».

Ello implica «en el flujo diario» un gobierno tratando de tener a la mayor cantidad de votantes contentos. Y «en el stock» un conjunto de votantes tratando de anticiparse al posible resultado electoral, tomando decisiones de ahorro, consumo, e inversión.

Obviamente, ambas acciones interactúan y se retroalimentan. Un mayor número de votantes contentos ayuda al oficialismo. Un oficialismo con más chances de ganar las elecciones, implica un posicionamiento determinado de los ciudadanos para el «después». Ese posicionamiento, a su vez, influye en la actividad económica diaria, afectando el bienestar de corto plazo de los votantes y alterando, eventualmente, el resultado electoral.

Veamos la práctica de este intríngulis.

El gobierno quiere tener un muy buen cuatrimestre en términos de nivel de actividad. Para ello, aspira a que el cierre de las paritarias, el aumento de los subsidios, la eventual reducción del impuesto a las ganancias y el efecto, en algunos municipios/provincias, de la combinación nuevos anuncios, y algo de obra pública concreta, acelere nivel de actividad y se desvíe lo menos posible a precios y ahorro en dólares.

Para esto último, se decidió, por un lado, «intervenir» el único mercado de cambios libre que quedaba y, por el otro, introducir, en esta economía bimonetaria, una tercera moneda, el CEDIN.

Extraño experimento. En un escenario, de por sí volátil, como es el que normalmente corresponde a un período pre electoral, el gobierno no ha tenido mejor idea que sumarle a una moneda de baja calidad como el peso, otra moneda, emitida por el mismo Banco Central, que implica alguna mejor calidad, sólo para el tenedor final, que pueda rápidamente convertirlo en dólares, aunque a un tipo de cambio diferente al oficial.

Puesto de otra manera, en medio del ruido preelectoral, van a convivir en la Argentina, una moneda inflacionaria llamada «peso», con un tipo de cambio «previsible» respecto del dólar. Una moneda, pseudo convertible a dólares, sólo para su tenedor final, si realiza una operación vinculada con el mercado inmobiliario, a un tipo de cambio «flotante» en el mercado y cuyo monto a emitir dependerá del éxito del blanqueo, es decir de una decisión privada. Y el dólar «verdadero», en sus distintas variantes: «blue», o «libre  y blanco» vía operatoria con títulos públicos, puestos en la Argentina, o en el exterior.

Del otro lado, los ciudadanos/empresas, tomarán sus decisiones en función del resultado esperado de las elecciones.

En sentido estrictamente económico, lo único que importa es si, después de octubre, el oficialismo estará en condiciones de «ir por todo»,  de «pelearla» o si entrará en una etapa irreversible de debilitamiento.

Si la gente espera el primer o tercer escenario, las decisiones de consumo no imprescindibles se postergarán, y el ahorro se hará en una moneda no emitida, ni respaldada por un gobierno en condiciones de «expropiar» o «en retirada».

Si, en cambio, el resultado esperado es más incierto, más «mixtas» serán las respuestas de los ciudadanos.

Pero, como se mencionara, cada acción tendrá una reacción.

Si la demanda de dólares aumenta y el Cedin no logra disuadirla, el gobierno se verá obligado a sacar algún otro conejo de la galera.

Si, sorpresivamente, la nueva moneda funcionara en el corto plazo, se afectará la demanda de pesos, y la evolución de la tasa de inflación, obligando también al gobierno, a ensayar nuevas alquimias.

A su vez, dichas propuestas mágicas generarán una respuesta de las empresas y consumidores.

Nos adentramos, por lo tanto, en un período muy «interesante» de la economía argentina.

Vamos rumbo a las elecciones de medio término, en un contexto en el cual la economía  ya no crece a tasas chinas, ni genera empleo privado, ni ganancias extraordinarias, ni salarios reales «volando», en medio de un experimento de «tres monedas».

El gobierno apuesta a que su alquimia pre electoral (dado que hace rato abandonó el intento de hacer política económica), funcione. Y los ciudadanos apuestan a elegir la mejor protección para sus patrimonios, de acuerdo a sus expectativas pos electorales.

Sin dramatismos, es esa dinámica, la que caracterizará los próximos meses.

Fuente: Perfil, 30/06/13.

Enrique Szewach

Enrique Szewach

Argentina: Expectativas económicas en descenso

abril 6, 2013

Seis de cada 10 familias dicen que no ganan para vivir dignamente
Por Jorge Oviedo

Seis de cada 10 argentinos afirman que el dinero que mensualmente ganan sus familias no les alcanza para vivir con decoro, mientras las expectativas económicas continúan cayendo casi todos los meses desde que la presidenta Cristina Kirchner resultó reelecta, en octubre de 2011. El porcentaje de familias que dice que no gana lo suficiente para vivir decorosamente es el más alto desde 2009, año en el cual, en medio de la recesión, el kirchnerismo fue derrotado en las urnas. El problema afecta a casi todas las clases sociales y es más serios entre los de menores ingresos, de menor nivel educativo y entre las mujeres.

Los datos surgen del relevamiento mensual del Índice General de Expectativas Económicas (IGEE) que realizan la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS-Gallup y que serán difundidos en los próximos días. En sólo doce meses hubo un salto muy importante en la proporción de familias que dicen tener ingresos insuficientes . En febrero de 2012 eran menos una de cada dos y se trataba de la proporción más baja desde septiembre de 2005. El peor registro se alcanzó en abril de 2008, en los inicios del conflicto con el campo, y llegó al 61 por ciento.

La percepción de que el ingreso familiar no alcanza para vivir con decoro es mayoritaria en todos los estratos sociales, con la excepción de los de mayor nivel educativo y socioeconómico; y crece en las mujeres (64%; 55% entre los hombres), entre los entrevistados de menor nivel educativo (65%;. 43% entre los universitarios) y de menor nivel socioeconómico (65%; 32% en la clase alta).

Las expectativas volvieron a retroceder en febrero un 2,6% y quedaron 8,2% por debajo de las de febrero de 2012. En octubre de 2011 la reelección de Cristina KIrchner coincidió con un récord de optimismo, pero desde entonces, las expectativas cayeron en once meses, en tres hubo ligeras mejorías y en tres se mantuvieron sin cambios.

En febrero cayó 5,3% la opinión sobre la situación actual; el 4,3% la del futuro inmediato (próximos seis meses) y sólo hubo un repunte de 2,8% acerca de la valoración de la oportunidad para comprar electrodomésticos. Probablemente se trata de la utilización de esa clase de compras como escape a la depreciación constante del peso.

El 42% de los entrevistados consideró que la situación económica actual es «mala o bastante mala», mientras que sólo el 18%, es decir, menos de uno de cada cinco, la consideró buena o muy buena. Se trató de un repunte al pesimismo, que había disminuido algo en diciembre y enero, probablemente por los pagos del aguinaldo y el inicio de las vacaciones. No obstante ello, las expectativas generales se habían mantenido estancadas.

Uno de cada tres argentinos cree que en los próximos seis meses las cosas estarán mejor, pero también seis de cada diez creen que estarán igual o mejor que ahora. En octubre de 2011, ocho de cada diez entrevistados creían que en los próximos seis meses las cosas estarían igual o mejor. En febrero último, los más pesimistas sobre la situación actual son las personas de más de 50 años (48%), los sectores altos (46%), y entre los habitantes de la Capital (53%).

Respecto de los próximos seis meses, el estudio encontró que en todos los segmentos prevalecen las opiniones intermedias. El 40%, en el promedio general, cree que las cosas seguirán más o menos igual.

Las mujeres son las más pesimistas respecto de la cantidad de puestos de trabajo disponibles (47%). Por estrato social, se quejan más de la falta de trabajo los sectores medios y bajos (48 y 44%) y en las provincias (50%) más que en la Capital (46%) y el conurbano (30%).

Acerca de lo que ocurrirá en el sector laboral en los próximos seis meses, las perspectivas del empleo el 18% de los entrevistados prevé que el empleo crecerá, mientras que casi uno de cada dos (47%) opina que habrá la misma cantidad de puestos de trabajo disponibles que hasta ahora. Uno de cada cuatro (25%) considera que habrá menos puestos de trabajo. Las opiniones intermedias predominan en todos los segmentos sociales.

Uno de cada cuatro encuestados (25%) opinó que es un buen o muy buen momento para comprar bienes durables, como electrodomésticos. Uno de cada tres (33%) opinó que no es ni buen ni mal momento, mientras que el 36% considera que es un mal o muy mal momento.

Si se trata de un esquema para defenderse de la inflación , no parece al alcance de los jubilados, los sectores de menores ingresos y tampoco es visto así en el interior. El pesimismo crece en los mayores de 65 años (41%), los que sólo tienen estudios primarios (43%), los sectores bajos (41%) y en el interior (39%).

El estudio se realizó entre el 21 y el 28 de febrero último, con 1003 entrevistas a población de 18 y más años, con alcance nacional.

Una percepción generalizada

Resultados del sondeo de la UCA y TNS Gallup

  • 61%
    El pico

    En abril de 2008 se registró el porcentaje más alto de familias que decían no poder vivir con decoro por su nivel de ingresos
  • Por sexo
    El pesimismo es mayor entre las mujeres (64 por ciento) que entre los hombres (55 por ciento)
  • -2, 6 %
    Expectativas en baja

    Retrocedieron las expectativas económicas de la población en febrero y quedaron 8,2% por debajo del nivel de febrero de 2012
  • 42%
    Disconformidad

    Es el porcentaje de entrevistados para los que la situación económica es «mala o bastante mala»
  • Trabajo
    La situación laboral también da pie al pesimismo. Por estrato social, se quejan más de la falta de trabajo los sectores medios y bajos (48% y 44%, respectivamente) y en las provincias (50%)

Fuente: La Nación, 06/04/03

Jorge Oviedo

Jorge Oviedo

Argentina: El Gobierno amenaza a empresas para que retiren publicidad en medios no oficialistas

marzo 23, 2013

ADEPA denunció que el Gobierno amenaza a empresas para que retiren la publicidad

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) endureció su condena al «boicot publicitario» que «pone en riesgo la supervivencia» de los medios independientes, generado por las amenazas del Gobierno contra los anunciantes de los diarios. A través de un comunicado difundido ayer, la entidad se mostró esperanzada en que el mensaje del papa Francisco permita atenuar el clima de «crispación» vigente y alertó: «A este paso se hará insostenible la prensa libre en la Argentina».

«La prensa ha sufrido, en los últimos seis meses, algunos de los ataques más duros de su historia desde el regreso de la democracia», enfatiza el documento presentado ayer por el vicepresidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de ADEPA , Guillermo Ignacio.

Además, calificó de «desaparición forzada» la inusual quita de anuncios publicitarios a través de las amenazas del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno .

«El boicot publicitario contra los medios, derivado de las amenazas del secretario de Comercio (Guillermo Moreno) contra los principales anunciantes, pone en riesgo la supervivencia de toda empresa periodística que pretenda informar con libertad», continúa el informe, para explicar el motivo de la preocupación de los medios: «Si se vulnera su autonomía económica, se liquida su independencia editorial y, con ella, el derecho ciudadano a recibir los datos y opiniones que le permiten participar del régimen democrático de manera activa».

El documento se encarga de describir «el sistema de pinzas» desplegado por el Gobierno, a partir de la distribución de dinero público a medios con «audiencias ínfimas», pero alineados con el kirchnerismo, las amenazas sobre los anunciantes privados de los medios independientes y las presiones fiscales y administrativas sobre las empresas.

«Los anunciantes privados son amenazados para que no pauten en medios independientes de distinta envergadura. Mientras, la publicidad oficial brilla por su ausencia en estos últimos y crece exponencialmente para alimentar al periodismo subordinado. El 80% de los 1900 millones de pesos de pauta estatal que se distribuyeron durante 2012, según estimaciones privadas, fueron a parar solamente a nueve medios en un país que alberga a más de 15.000», consigna el informe.

«Queremos que nuestra voz de alarma resuene en todas las conciencias: a este paso se hará insostenible la prensa libre en la Argentina», advierte el documento.

Además de estas presiones directas e indirectas, ADEPA volvió a llamar la atención sobre «el embate contra el Poder Judicial» a raíz de la aplicación «selectiva» de la ley de medios y el fallido 7-D que promovía el Gobierno, para concluir que «la independencia de poderes fue amenazada como nunca antes en las últimas tres décadas».

También remarcó los «más de 370 ataques a periodistas o medios» sobre los cuales realizó un seguimiento la entidad, entre los cuales destacó la muerte de Nicolás Pacheco, conductor de Racing o nada, de Radio Cadena Eco, cuyo cuerpo fue hallado sin vida el pasado 24 de enero, en la pileta del club Racing. «Los resultados de la autopsia y otros elementos probatorios sugieren que se trata de un homicidio relacionado con su oficio», sostiene.

En ese marco, la entidad se mostró esperanzada en que el mensaje que desplegó el papa Francisco colabore para atenuar el clima de crispación y los ataques a la prensa por parte del Gobierno.

«El mensaje del papa Francisco no puede ser más propicio en una época en que nuestro país, entre otras regiones del planeta, vive afectado por una crispación política que socava la posibilidad de convivir armónicamente, como desea la inmensa mayoría de los argentinos», indicó.

«Desde hace nueve días, sorprende al mundo un pastor austero, con firmes convicciones en favor de los más desprotegidos y consustanciado con los ideales de la tolerancia y la conciliación», se inicia el documento, que recuerda el mensaje que el entonces arzobispo de Buenos Aires supo dirigir a los miembros de ADEPA: «La comunicación, planteada como un espacio comunitario de búsqueda de la verdad, genera bienestar en la comunidad y evita las agresiones».

Con ese mismo ánimo concluye el documento difundido ayer: «ADEPA ansía que todos se sumen al abierto y urgente reclamo que formula: no excluir de esta aspiración ni siquiera a quienes, por ceguera o error, se han empeñado hasta aquí en lograr el silenciamiento definitivo de la prensa independiente».

MILITANTES K AMENAZARON A UN PERIODISTA

Una patota de militantes kirchneristas ingresó en el estudio de la FM Resistencia, en Chaco, para amenazar de muerte al periodista Luis Gasulla, que investigó el manejo de fondos del programa Sueños Compartidos y que participaba de un programa radial para presentar su libro El negocio de los derechos humanos..

Fuente: La Nación, 23/03/13.

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