Las mujeres son más vulnerables a los problemas cardíacos de lo que se cree
Por Marlene Cimons. The Washington Post.
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Según las agencias gubernamentales, en los Estados Unidos una de cada cuatro mujeres muere por una enfermedad cardíaca, la misma proporción que entre hombres. Para la Asociación Nacional del Corazón, la proporción es una de cada tres. En todo caso, las enfermedades coronarias, el tipo más común de enfermedad cardíaca, son la primera causa de muerte de hombres y mujeres.
Por la investigación se ha comenzado a reconocer que «los hombres y las mujeres son diferentes en muchos aspectos, no sólo en cuanto a los sistemas reproductivos», dijo Janine Clayton, directora de la oficina de investigación sobre salud de la mujer en los Institutos Nacionales de Salud (CDC). Esto es especialmente cierto cuando se trata de enfermedades del corazón:las diferencias entre hombres y mujeres pueden ser sorprendentes.
En un hombre, el signo más frecuente de ataque al corazón es el dolor de pecho. Las mujeres también lo experimentan, pero son más propensasa sentir náuseas, dificultad para respirar, mareos, indigestión, dolor en el hombro o la mandíbula o incluso en la espalda, y una fatiga que puede durar días, según el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NHLBI).
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Además, las mujeres sufren ataques al corazón sin obstrucción coronaria con más frecuencia que los hombres, lo que dificulta detectar el peligro con antelación. En esos casos la placa arterial no se acumula y causa una obstrucción, sino que se extiende uniformemente por las paredes de los vasos sanguíneos y pasa inadvertida en las pruebas. Sin embargo, estas mujeres tienen un riesgo alto de sufrir infartos como resultado de un estrechamiento de las arterias pequeñas del corazón.
«Las células y los pulmones de las mujeres son diferentes a los de los hombres», dice Clayton, y las mujeres tienen vasos sanguíneos coronarios más pequeños. «Si muchos vasos sanguíneos pequeños están implicados múltiples (en un ataque al corazón)», agrega, «no se sienten fuertes dolores de pecho». Pero puede dar lugar a una enfermedad coronaria microvascular, que afecta a las paredes y el revestimiento interior de los vasos sanguíneos pequeños que se ramifican en las arterias coronarias más grandes.
Estos vasos normalmente no tienen placa arterial, pero a veces causan espasmos y la disminución del flujo sanguíneo al músculo cardíaco, lo cual afecta la capacidad de bombeo de sangre del corazón. «Cuando el músculo que rodea la pared de la arteria tiene un se obstruye el flujo de sangre, aunque no es una obstrucción típica», dice Nakela Cook, director del NHLBI.
Clayton concuerda: «Las mujeres tienden a sufrir un tipo de enfermedad cardíaca en la que los vasos sufren espasmos cortos y luego se normalizan. Por ejemplo, si una mujer hace una prueba de estrés y no está sufriendo un espasmo, el resultado de la prueba será normal».
Las mujeres también son vulnerables a la miocardiopatía de Takotsubo, un tipo de debilidad muscular también conocido como «síndrome de corazón roto«, que fue descrito por primera vez en 1990 en Japón y está relacionado con el estrés emocional extremo. Más del 90% de los casos informados ocurren en mujeres de 58 a 75 años, según la Escuela de Medicina de Harvard.
Por último, la disección espontánea de la arteria coronaria, otra afección más común entre mujeres, se produce cuando la vía de suministro de sangre al corazón se desgarra espontáneamente, y a veces forma un coágulo de sangre o un colgajo cerca del desgarro.
Esto puede estar relacionado con la displasia fibromuscular, un trastorno que produce una reducción del flujo sanguíneo a varios órganos, no sólo al corazón, de acuerdo con Pamela Ouyang, la directora del Centro de Salud Cardiovascular de Mujeres Johns Hopkins. «Un alto porcentaje de personas (con esta disección) presenta esta anormalidad en otros vasos sanguíneos», dice. «Es mucho más común en mujeres que en hombres.»
También puede tener una conexión hormonal. «Los hombres son mucho menos propensos a sufrir un desgarro», dijo Cook. «Parece que ocurre en los momentos en que el estrógeno está en sus niveles más altos, como durante el embarazo. Tenemos que ver si la terapia hormonal también puede desencadenarlos. Lo hemos visto en mujeres mayores, aunque no necesariamente pensamos que los mecanismos son los mismos».
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Las hormonas han sido un foco del escrutinio, sobre todo porque las mujeres tienden a tener ataques al corazón más tarde en la vida que los hombres, típicamente después de la menopausia; también viven más que los hombres.
«Está claro que las mujeres premenopáusicas tienen menos enfermedades cardiovasculares que los hombres, pero una vez que llegan a ser post-menopáusicas, igualan a los hombres«, señaló Elizabeth Murphy, jefa de Fisiología Cardíaca en el NHLBI. El razonamiento indicaría que «el estrógeno tiene propiedades protectoras».
Históricamente, las enfermedades cardíacas se consideraban de hombres, y la mayoría de los estudios se realizaba sobre ellos. Ya no es el caso. Pero la creencia persiste entre muchos médicos y entre mujeres.
«Los médicos necesitan elevar su grado de sospecha cuando las mujeres presentan estos síntomas vagos», dijo Clayton. «Si tenemos pruebas de que el sexo importa, como es el caso, tenemos que aplicar ese conocimiento al tomar decisiones de tratamiento». Del mismo modo, las mujeres no deben ignorar síntomas extraños o sospechosos. «Es importante que una mujer reconozca que está teniendo un ataque al corazón porque el tiempo es un factor crítico», indicó Ouyang.
Doctor Japonés Confirma los Beneficios para la Salud de Hacer Menos Ejercicio, Pero Más Intenso
Por Joseph Mercola.
Hace poco más de seis años, escuché por primera vez del entrenamiento en intervalos de alta intensidad, conocido comúnmente como HIIT, cuando conocí a Phil Campbell en un campamento de fitness en México. Lo denominé entrenamiento Peak Fitness.
Desde entonces, los investigadores han confirmado en repetidas ocasiones la superioridad del HIIT con respecto a los beneficios para la salud en comparación con los ejercicios aeróbicos tradicionales.
Por ejemplo, el entrenamiento en intervalos de alta intensidad da un impulso natural a la producción de la hormona del crecimiento humano (HGH) – que es esencial para optimizar la salud, la fuerza y el vigor – y ha demostrado mejorar significativamente la sensibilidad a la insulina, aumentar la pérdida de grasa y el crecimiento muscular.
El HIIT anaeróbico se puede realizar en una bicicleta estacionaria o en una máquina elíptica, o bien corriendo al aire libre (con la guía apropiada para evitar lesiones).
Aunque existe una gran variedad, la rutina HIIT que recomiendo involucra requiere el máximo esfuerzo durante 30 segundos y descansar durante 90 segundos entre cada sprint. El ejercicio por lo general consta de 8 repeticiones. En total, realizará toda la sesión en 20 minutos y sólo necesita realizar el HIIT de dos a tres veces a la semana.
Pero investigadores como el Dr. Izumi Tabata han demostrado que los ejercicios de una duración aún menor también pueden funcionar, siempre y cuando la intensidad sea lo suficientemente alta.1
Modificaciones Personales
Personalmente modifiqué el Peak 8 a Peak 6 este año, ya que algunas veces llegaba a ser demasiado extenuante para mí hacer 8 repeticiones. Al escuchar a mi cuerpo y reducir las repeticiones a 6, ahora puedo tolerar fácilmente la sesión de ejercicio y completarla sin problema.
Otro truco es incorporar el método de respiración Buteyko y respirar por la nariz durante casi todo el ejercicio. Esto lleva el desafío a otro nivel. Hablaré más sobre los beneficios de esto en otro artículo pero realmente creo que tiene muchos beneficios.
Después termino mi sesión Peak 6 con estiramientos en el PowerPlate, 10 barras, 10 fondos o dips y 20 lagartijas invertidas y eso es todo. Personalmente no he hecho el protocolo Tabata ya que me parece demasiado intimidante y no estoy seguro de poder hacerlo, pero es otra opción para todos ustedes.
¿Puede Ponerse en Forma en Tan Sólo Cuatro Minutos, Cuatro Veces a la Semana?
Después de monitorear la velocidad del equipo de patinaje japonés a principios de la década de los 90s, el Dr. Tabata se dio cuenta de que el ejercicio extremadamente intenso pero intermitente parecía ser al menos tan efectivo como los ejercicios estándar que requieren de varias horas a la semana.
El protocolo de entrenamiento que se le ocurrió como resultado de este descubrimiento toma tan sólo cuatro minutos, cuatro veces a la semana. ¿El secreto? Intensidad extrema.
El protocolo HIIT del Dr. Tabata recomienda tan sólo 20 segundos de máximo esfuerzo, seguido de 10 segundos de descanso. Este ciclo intenso se repite ocho veces. De acuerdo con el Dr. Tabata:2
«El esfuerzo máximo a 170% de su VO2 max es el criterio del protocolo. Si se siente bien después de realizarlo, entonces significa que no lo hizo bien. Las primeras tres repeticiones se sentirán fáciles pero las dos últimas parecerán imposibles. En el plan original el objetivo era hacer ocho repeticiones, pero algunas personas sólo logran hacer seis o siete».
Cuando lo hace cuatro veces a la semana durante seis semanas, los participantes en un experimento aumentaron su capacidad anaeróbica en un 28% y su VO2 max (un indicador de la salud cardiovascular) y potencia aeróbica máxima en un 15%.
Esto a diferencia al grupo de control, que realizó una hora de ejercicio cardiovascular constante en una bicicleta estacionaria, cinco veces a la semana. Estos participantes mejoraron su VO2 max en tan sólo 10 % y su régimen no tuvo ningún efecto en su capacidad anaeróbica.
El Dr. Tabata también tiene hallazgos que está por presentar que demuestran que su protocolo reduce el riesgo de diabetes, algo que ya sugerían otros estudios realizados sobre el HIIT. Y de acuerdo con el artículo presentado:3
«Otro hallazgo que está por presentarse, que el Dr. Tabata describe como «sumamente significativo» demuestra que su protocolo quema 150 calorías extras 12 horas después de hacer ejercicio, incluso mientras descansa, esto debido al efecto del consumo excesivo de oxígeno post-ejercicio.
Así que aunque la mayoría de las personas lo hacen para ponerse en forma – queman grasa al mismo tiempo».
Según un Estudio Previo, Tan Sólo Tres Minutos de HIIT a la Semana Pueden Mejorar Su Salud
Las afirmaciones del Dr. Tabata podrían sonar descabelladas, pero investigaciones previas también han encontrado que realizar ejercicios de alta intensidad durante tan sólo unos cuantos minutos a la semana, puede mejorar significativamente los índices de salud.
Uno de esos estudios encontró que tan sólo tres minutos de HIIT a la semana durante cuatro semanas, mejoró la sensibilidad de insulina de los participantes en un promedio de 24%. Esto es realmente sorprendente y aunque la capacidad aeróbica es importante, mejorar y mantener la sensibilidad a la insulina quizá es uno de los aspectos más importantes de una salud óptima.
Otra investigación también ha demostrado que 20 minutos de entrenamiento de alta intensidad, de dos a tres veces a la semana puede brindarle mejores resultados que los ejercicios aeróbicos convencionales y constantes, cinco veces a la semana.
Pero el hecho de que puede mejorar su sensibilidad a la insulina casi en un 25% con un tiempo invertido de menos de UNA HORA AL MES realmente demuestra que puede mejorar significativamente su salud sin tener que ocupar horas de otros compromisos de su calendario.
Como le mencioné anteriormente, ni siquiera he intentado hacer este protocolo, ya que sé lo difícil que puede ser el Peak Fitness con sus 90 segundos de recuperación. Me estremece pensar difícil que debe ser el protocolo Tabata con los 10 segundos de recuperación.
Dicho esto, creo que aunque es teóricamente posible obtener valiosos resultados con tan sólo tres minutos una vez a la semana, podría ser más benéfico hacer estos ejercicios de dos a tres veces a la semana, con un total de cuatro minutos de esfuerzo intenso, especialmente si no hace entrenamiento de fuerza.
Sin embargo, no debe hacerlo más veces de lo que se recomienda. De hecho, hacer el HIIT con mayor frecuencia de dos a tres veces a la semana puede ser contraproducente, ya que su cuerpo necesita recuperarse de estas sesiones intensas. Si siente la necesidad de hacer más, asegúrese de realmente esforzarse al máximo durante las dos o tres sesiones a la semana, en lugar de aumentar la frecuencia.
Recuerde, la intensidad es la CLAVE para obtener todos los beneficios que le puede ofrecer el entrenamiento en intervalos. Para realizarlo correctamente, debe aumentar su frecuencia cardíaca a un umbral anaeróbico y para lograrlo, tiene que dar su máximo esfuerzo en esos 20 a 30 segundos.
Phil Campbell sugiere que necesita ser aún más alto que su frecuencia cardíaca máxima calculada, que es de aproximadamente 220 menos su edad.
Por Qué el Entrenamiento en Intervalos de Alta Intensidad Podría Ser Ideal para la Mayoría
Contrario a lo que muchos piensan, las sesiones extremas de cardio en realidad promueven los mecanismos inflamatorios que dañan su corazón.
Así que aunque su corazón está diseñado para trabajar duro y se fortalecerá de estos ejercicios, en realidad está diseñado para hacerlo únicamente de forma intermitente y durante períodos cortos – no durante una hora o más. Esta es la mecánica natural del cuerpo en la que entra cuando realiza el HIIT.
Abrumar a su corazón repetida y constantemente al correr maratones de larga distancia, por ejemplo, en realidad puede envejecer prematuramente su corazón y hacerlo más vulnerable a una frecuencia cardíaca irregular. Esta es la razón por la que algunas veces se dan casos en los que atletas de alto rendimiento caen muertos durante una carrera debido a un paro cardíaco.
Cada vez más investigaciones convincentes demuestran que la forma ideal de ejercicio son las explosiones cortas de ejercicio de alta intensidad.
Esto no sólo es mejor que los ejercicios de cardio convencionales, sino que es la forma de ejercicio más efectiva y eficaz, también le ofrece beneficios para la salud que simplemente no puede obtener de los ejercicios aeróbicos regulares, como es el tremendo aumento de la producción de la hormona del crecimiento humano (HGH), también conocida como la «hormona del ejercicio».
¿Qué Hace al HIIT Tan Efectivo?
Su cuerpo tiene tres tipos de fibras musculares: músculos de contracción lenta, rápida y súper rápida. Los músculos de contracción lenta son los músculos rojos que se activan con el entrenamiento de fuerza tradicional y los ejercicios de cardio. Los dos últimos (los rápidos y súper rápidos) son las fibras musculares blancas que se activan únicamente durante ejercicios en intervalos de alta intensidad o sprints.
De acuerdo con el experto en forma física, Phil Campbell, autor del libro titulado Ready, Set, Go, para obtener los beneficios cardiovasculares necesita trabajar los tres tipos fibras musculares y sus sistemas de energía relacionados – y esto no se puede lograr con el cardio tradicional, que sólo activa sus músculos rojos de contracción lenta.
Si su rutina de ejercicios no activa el músculo blanco, realmente no está haciendo que su corazón trabaje de la manera más benéfica. La razón de esto se debe a que el corazón tiene dos diferentes procesos metabólicos:
Aeróbico, que requiere oxígeno para el combustible y
Anaeróbico, que no requiere nada de oxígeno
El entrenamiento de fortaleza tradicional y los ejercicios de cardio trabajan principalmente el proceso aeróbico, mientras que los ejercicios en intervalos de alta intensidad trabajan tanto los procesos aeróbicos como los anaeróbicos, que es lo que necesita para obtener un beneficio cardiovascular óptimo.
Curiosamente, cuando se trata de ejercicios de alta intensidad, menos es más. Puede obtener todos los beneficios que necesita en una sesión de 20 minutos, de inicio a fin, de dos o máximo tres veces por semana.
Cómo Realizar Apropiadamente los Ejercicios Peak Fitness
Si está utilizando un equipo de ejercicio, le recomiendo una bicicleta estacionaria o una elíptica para el entrenamiento en intervalos de alta intensidad, aunque ciertamente puede utilizar una caminadora o correr al aire libre. Sólo tenga cuidado cuando corre al aire libre, recuerde que debe hacer estiramiento antes de correr.
Personalmente prefiero y recomiendo el protocolo Peak Fitness de 30 segundos de máximo esfuerzo seguido de 90 segundos de recuperación, a diferencia del protocolo del Dr. Tabata que es una rutina más intensa de 20 segundos de esfuerzo y sólo 10 segundos de recuperación.
Pero algunas personas podrían disfrutar más esta estrategia. Su protocolo podría ajustarse mejor a atletas de alto rendimiento que quieren llevar su entrenamiento a otro nivel, sin embargo podría ser demasiado intenso para la mayoría de las personas. Para una demostración del uso de la bicicleta, por favor échele un vistazo al siguiente video. Aquí los principios básicos:
Caliente durante tres minutos
Haga ejercicio lo más rápido que pueda durante 30 segundos. Debe costarle trabajo respirar y sentirse como si no pudiera seguir ni un segundo más. Lo mejor es utilizar menos resistencia y hacer más repeticiones para aumentar la frecuencia cardíaca.
Recupérese durante 90 segundos, siga moviéndose, pero un ritmo más lento y sin resistencia.
Repita estos ejercicios de alta intensidad y de recuperación 7 veces más (Cuando está comenzando, dependiendo de su forma física, tal vez sólo sea capaz de hacer dos o tres repeticiones en intervalos de alta intensidad. A medida que vaya agarrando condición física, podrá ir agregando repeticiones hasta llegar a 8 en una sesión de 20 minutos).
Enfríe durante unos cuantos minutos al reducir la intensidad en un 50 a 80%
Al final de su período de 30 segundos tendrá que haber alcanzado marcadores:
Le será relativamente difícil respirar o hablar porque no tiene mucho oxígeno
Comenzará a sudar mucho. Por lo general esto ocurre en la segunda o tercera repetición a menos que tenga problemas con la tiroides y normalmente no sude mucho.
Su temperatura corporal aumentará.
El ácido láctico aumentará y sentirá que sus músculos se «agotan»
Algunas Sugerencias a Considerar
Recuerde, aunque su cuerpo necesita cantidades regulares de estrés como el ejercicio para mantener sano, si le da más de lo que puede manejar su salud podría deteriorarse. Así que es sumamente importante escuchar a su cuerpo y en base a eso modificar la intensidad y frecuencia del ejercicio.
Cuando hace ejercicio, es bueno esforzarse al máximo esas dos o tres veces a la semana, pero necesita medir la tolerancia de su cuerpo a este estrés. Cuando está comenzando, dependiendo de su forma física, tal vez sólo sea capaz de hacer dos o tres repeticiones de Peak Fitness. ¡Está bien!
A medida que vaya aumentando su condición física podrá ir agregando repeticiones hasta lograr hacer las ocho. Y si seis son las repeticiones que pide su cuerpo, entonces deténgase ahí.
Si tiene antecedentes de enfermedades cardíacas o cualquier problema médico, entonces antes de empezar con este protocolo, consulte a su médico. La mayoría de las personas en una forma física promedio lograrán hacerlo, sólo es cuestión de cuánto tiempo le tomará llegar a las 8 repeticiones, esto depende de su nivel de intensidad.
Para un Salud Óptima Añada Variedad a Su Programa de Ejercicios
Además de hacer ejercicios en intervalos de alta intensidad un par de veces a la semana, es buena idea alternar una gran variedad de ejercicios con el fin de realmente optimizar su salud. Sin la variedad, su cuerpo se adaptará rápidamente y los beneficios comenzarán a estabilizarse.
Como regla general, tan pronto como un ejercicio se vuelva fácil de hacer, necesitará aumentar la intensidad y/o hacer otro ejercicio para seguir desafiando a su cuerpo. Le recomiendo incorporar los siguientes tipos de ejercicio en su programa los días que no hace el entrenamiento anaeróbico de alta intensidad:
• Entrenamiento de fuerza: Si quiere, puede aumentar la intensidad, al reducirla. Necesita hacer las repeticiones suficientes para agotar los músculos. El peso debe ser el suficiente para hacerlo en al menos de 12 repeticiones, pero lo suficientemente ligero como para hacer cuatro repeticiones como mínimo.
También es importante NO ejercitar los mismos músculos todos los días. Se necesitan al menos dos días de recuperación, reparación y reconstrucción.
Para más información sobre el uso del entrenamiento con peso súper lento como forma de ejercicio en intervalos de alta intensidad, échele un vistazo a mi entrevista con el Dr. Doug McGuff.
• Ejercicios Core: Su cuerpo tiene al menos 29 músculos core ubicados en la espalda, el abdomen y la pelvis. Este grupo de músculos es la base para el movimiento de todo el cuerpo, fortalecerlos puede ayudar a proteger y reforzar su espalda, hacer que su columna vertebral y su cuerpo sean menos propensos a lesiones y ayudar a tener gran balance y estabilidad.
Los programas de ejerciciocomo Pilates, yoga y el Foundation Training son muy buenos para el fortalecimiento de estos músculos, ya que son ejercicios específicos que puede aprender con ayuda de un entrenador personal.
• Estiramiento: Mis tipo de estiramiento favorito es el estiramiento aislado activo(AIS) desarrollado por AaronMatters. Con el AIS, mantiene el estiramiento durante tan sólo dos segundos, lo que trabaja con la composición fisiológica natural del cuerpo para mejorar la circulación y aumentar la elasticidad de las articulaciones musculares.
Esta técnica también le permite a su cuerpo repararse a sí mismo y preparase para las actividades diarias. También puede utilizar dispositivos como la PowerPlate para que lo ayude a estirarse.
Improve your body’s ability to burn fat, growth hormone production, insulin sensitivity, and glucose tolerance by trying the Peak Fitness program, which incorporates minutes-long high-intensity interval training. Discover more about the benefits and proper way of doing this exercise program by checking out this infographic.
Cómo Finlandia dejó de ser el país del mundo donde más gente moría porque le fallaba el corazón
El gobierno le asignó a un médico de 27 años con un máster en Ciencias Sociales la tarea de resolver la situación.
A principios de los 70, una de las regiones de Finlandia le pidió ayuda urgente al gobierno pues las muertes de los hombres locales por problemas del corazón se habían convertido en algo cotidiano.
«Cuando le preguntaban a la gente si sufría de enfermedad coronaria, respondían ‘aún no'».
Así ilustró la dimensión del problema que Finlandia enfrentó en los años 70 Vesa Korpelainen, gerente ejecutivo del Centro para la salud pública de Carelia del Norte, una región en la frontera con Rusia.
Por aquellos años, los ingredientes favoritos de los norcarelios -así como de todos los finlandeses- eran la mantequilla, la leche entera, salchichas y sal.
Además, uno de sus hobbies era fumar.
Eso contribuyó a que Finlandia tuviera la tasa más alta de incidencia de muertes por enfermedades cardíacas del mundo. Y en Carelia del Norte era 40% más alta que en el resto del país.
Fue entonces que el gobierno le asignó a un médico de 27 años con un máster en Ciencias Sociales la tarea de resolver la situación.
Se llamaba Pekka Puska y lo nombraron Director General del Instituto Nacional de Salud Pública de Finlandia.
En menos de dos generaciones, la reducción en la mortalidad fue dramática y el estilo de vida de los finlandeses se tornó en un modelo para el mundo.
El precio de la celebración
El reto era inmenso.
En Carelia del Norte, donde vivían 180.000 personas, llegaron a haber mil ataques al corazón al año, la mitad de las víctimas eran hombres menores de 65 años y 40% eran fatales.
Eso a pesar de que la mayoría de los hombres eran madereros o granjeros, trabajos físicamente activos.
¿Qué había ocurrido?
En parte, la II Guerra Mundial.
Muchos la pasaron al borde de la inanición.
Así que cuando llegó a su fin, en 1945, celebraron dándose gusto con leche cremosa, mantequilla abundante, carnes suculentas y esos cigarrillos que no habían podido comprar por tanto tiempo.
Las frutas y los vegetales casi dejaron de ser parte del menú.
¿Cómo se logra un cambio a gran escala?
En 1972, cuando Stevie Wonder sonaba por todas partes y Francis Ford Coppola hacía historia en la pantalla grande con «El Padrino», en Finlandia «había mucho sufrimiento», recuerda Puska, en conversación con la BBC.
«El equipo que trabajaba conmigo había participado en las protestas que hubo en las universidades europeas y estábamos dispuestos a cambiar el sistema; en este caso, cambiar la salud pública, así que nos pusimos a trabajar».
Empezaron en donde la situación era peor: ese lugar tan remoto y bello que su paisaje inspiró al compositor finlandés Jean Sibelius a escribir la Suite Karelia… y uno de los lugares más malsanos del planeta.
«Era un área relativamente pobre, en la que la gente tenía vacas que le daban leche y productos lácteos. Pensaban que el trabajo que hacían era muy duro, así que debían consumir mucha grasa», explica Puska.
De por sí, eso no es un problema. Lo que pasaba era que habían dejado de comer otras cosas.
«Los hombres en esa época solían decir que los vegetales eran para los conejos, no para verdaderos machos: no se podía trabajar duro comiendo vegetales».
Lo revolucionario fue que ese equipo de jóvenes radicales entendieron que para enfrentar el problema no podían centrarse en una sola cosa. Tenían que transformar todo el sistema.
Así que la provincia se puso a dieta
Convencieron a políticos y profesores, trabajaron con grupos comunitarios y medios de comunicación y entraron en los hogares con un mensaje de cambio uniendo fuerzas con un grupo cuya influencia era enorme.
«Había una organización nacional de esposas (la Organización Marta) muy sólida y trabajamos muy de cerca con ellas. El mensaje tenía que ser positivo: nada de ‘no debes comer grasa o sal’ sino ‘disfruta de la comida buena para la salud de tu corazón'».
«La salud debe ser positiva», declara Puska.
Las estrategias eran diversas, para atacar por todos los flancos.
Con «las Martas» cambiaron las recetas de platos tradicionales para volverlos más sanos.
Ni siquiera el a veces llamado «plato nacional de Finlandia», el estofado careliano -que se hacía friendo en mantequilla pedazos de carne y con mucha sal- se salvó. Si buscas la receta hoy, probablemente dirá que uses aceite de oliva o ningún tipo de grasa, más verduras y poca sal.
La reafirmación positiva también era importante.
Cuando los restaurantes reducían el uso de sal, ponían la que no habían usado en frascos a la vista de los comensales.
Había competencias de reducción de colesterol entre pueblos, en las que «la gente entraba en las casas de otros para revisar las neveras y comprobar que tenían vegetales en ellas», señala Puska.
En una especie de reality show, el equipo de doctores le hacían seguimiento a personas en riesgo que estaban dejando de fumar o cambiando sus hábitos alimenticios. Las cifras de audiencia eran considerables.
En 1977, el proyecto piloto de Carelia del Norte se extendió a toda la nación.
Para cambiar la alimentación, tienes que cambiar la comida
A escala más grande, con el respaldo del gobierno, pudieron replantear las prácticas agrarias de la nación.
«El gran problema eran las frutas, pues en ese clima helado hay pocas posibilidades de cultivar frutas. Pero nos dimos cuenta de que sí se podía tener muchas y deliciosas bayas, que son buenas para la salud».
«Con la ayuda de los ministerios de Agricultura y de Comercio lanzamos el Proyecto Bayas, para impulsar a los granjeros lácteos a cultivar frutas».
Hubo cooperación, pero también oposición.
En lo que ahora se conoce como «las guerras de la grasa», fueron retados por uno de los más poderosos de los protagonistas en la economía finlandesa.
«La industria láctea se resistió con vehemencia pues consideraban que la iniciativa iba en contra de sus intereses. Pero eventualmente, más y más compañías empezaron a abordarnos trayendo productos que se ajustaban al programa», recuerda Puska.
¿El resultado de este pionero experimento?
Para ser precisos, citemos a la Organización Mundial de la Salud:
«Los niveles de los factores de riesgo de la población se han reducido en gran medida, en consecuencia, la tasa de mortalidad por enfermedad coronaria ajustada por edad entre 30-64 años de edad de la población masculina se ha reducido de 1970 a 1995 por un 73% en Carelia del Norte y el 65% en toda Finlandia».
«También se demostraron cambios muy favorables con respecto al cáncer y todas las causas de mortalidad y la salud general de la población».
Hoy en día, es 80% más bajo. Y llevan años con un aumento en la tasa de obesidad de 0%.
No sorprende que el mundo se interesó. Políticos y funcionarios viajaron de otros países para enterarse de cómo lo habían logrado.
Pero, ¿qué aconsejaría el director de tan exitoso programa a los que no han logrado controlar el problema?
«En términos de dieta, en muchos lugares la discusión es muy confusa. Hay muchos intereses creados. Lo que la gente necesita es acciones firmes basadas en evidencia sólida», responde Pekka Puska.
En 1 de cada 4 pacientes los síntomas del ACV son transitorios: hay 17 mil casos al año
Por Florencia Cunzolo.
No dejan secuelas, pero deben recibir tratamiento inmediato. La cifra fue obtenida en el primer estudio epidemiológico realizado en el país para medir la incidencia de los ataques cerebrales.
Recibir atención en las primeras horas posteriores a la aparición de los los síntomas es clave.
Un dolor de cabeza repentino y muy severo, no sentido nunca antes. Debilidad en la mitad del cuerpo y pérdida de la visión de un ojo o ambos. Problemas para hablar o entender. Vértigo, falta de coordinación, inestabilidad. En uno de cada cuatro pacientes, esos síntomas del ataque cerebral son transitorios: duran pocos minutos y no dejan secuelas, pero deben ser tratados a tiempo para evitar que desemboquen en cuadros más graves. En Argentina ocurren 17.000 ataques isquémicos transitorios (AIT) al año y 58.000 ataques cerebrovasculares (ACV, ictus o stroke), según el primer estudio epidemiológico destinado a evaluar el número de casos que se producen en el país.
El Programa para la Evaluación Epidemiológica del Stroke en Tandil (PrEViSTA) puso durante dos años a los más de 120 mil habitantes de la ciudad situada a casi 400 kilómetros de la Capital debajo de una gran lupa. Todo paciente atendido en el único hospital público, las dos clínicas privadas o en alguno de los 10 centros ambulatorios por un ataque cerebral formó parte del exhaustivo registro. Veinte médicos (clínicos, neurólogos, cardiólogos) trabajaron en la pesquisa, que incluyó hasta contactos con las casas velatorias para determinar si personas que habían muerto en sus casas habían fallecido por esa causa: llamaban a los familiares y les hacían una “autopsia verbal”. Se ejecutaron campañas de concientización sobre el ACV en los medios y hasta con volantes que se repartían con la factura de electricidad. La ciudad es equivalente a gran parte del territorio argentino en la mayoría de los parámetros, por lo que los datos obtenidos pueden proyectarse a nivel nacional.
Los resultados fueron reveladores. “Hubo menos ACV de los que pensábamos, y muchos pero muchos accidentes isquémicos transitorios”, sostuvo en diálogo con Clarín Luciano Sposato, investigador principal del estudio quien, tras dirigir equipos en INECO y la Fundación Favaloro, se encuentra trabajando en el London Health Sciences Centre, en Ontario, Canadá. “Es la primera vez que se mide en una población cerrada la cantidad de casos y por lo tanto es la primera vez que se puede estimar cuántos hay en la población argentina. Hasta ahora estábamos ciegos, cualquier cálculo podría haber estado equivocado”, destaca el neurólogo argentino sobre la relevancia del trabajo que fue publicado en Stroke, la revista más prestigiosa sobre el tema.
El número de AIT que se producen anualmente en el país es de 37 cada 100 mil habitantes, casi tres veces mayor que los registrados en un estudio similar en Brasil (14 cada 100 mil). Un ataque transitorio irrumpe con los mismos síntomas que los de un ACV. Esos signos se prolongan por unos minutos (solo ocasionalmente duran horas) y no dejan lesiones cerebrales ni secuelas clínicas o funcionales. Sin embargo, eso no implica que no haya pasado nada. Son poderosos llamados de atención que conviene no desestimar. “De 100 personas que tienen un ataque transitorio, 10 van a tener un ACV en los próximos 30 días, de las cuales ocho lo van a tener en los dos días siguientes. Por eso es indispensable y fundamental consultar inmediatamente para hacer las investigaciones necesarias que permitan determinar por qué se produjo y empezar la prevención”, explicó Sposato. El 80% de su actividad clínica en Canadá es dentro de una clínica especializada en el tratamiento de pacientes con ataques transitorios.
Los factores de riesgo también son los mismos para ambos ataques. Determinar si en el origen del cuadro hay una fibrilación auricular o una enfermedad carotídea es clave. “También hay que ver si el paciente que sufrió un AIT tiene presión alta, si es dislipémico, si es sedentario, si lleva una dieta no balanceada, si tiene diabetes y trabajar sobre eso. Cosas sencillas que hacen a la prevención, que es donde la medicina debería enfocarse, porque el problema ya está instalado. Debemos movernos antes. Pero es complejo por las barreras en el acceso, que hacen que no todos lleguen a la salud de la misma forma”, añade Cecilia Bahit, jefa de Cardiología de INECO Neurociencia en Rosario y coautora principal del trabajo.
Mariano Coppola es uno de los cuatro neurólogos que hay en Tandil y estuvo encargado de liderar el equipo de médicos que recolectó los datos entre 2013 y 2015. “Está más que demostrado que contar con unidades de stroke para el tratamiento agudo y el seguimiento baja la mortalidad y la discapacidad, pero también está demostrado que lo mejor es no tener un ACV y es ahí donde la prevención primaria juega el rol más importante”, coincidió.
El ACV es la segunda causa de muerte en Argentina después de la enfermedad coronaria y la primera de discapacidad. Antes de PrEViSTA, la incidencia se estimaba en base a estadísticas internacionales y se hablaba de un caso cada cuatro minutos. El trabajo arrojó que se producen 76,5 ataques cerebrovasculares cada 100 mil habitantes al año, lo que da un total de 58.100 casos, uno cada nueve minutos, la mitad de lo que se creía. La cifra es considerablemente más baja que las registradas en Brasil (137) y Chile (94). Sobre los tipos: el 78% son isquémicos (causados por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral) y el 22% hemorrágicos (por sangrado), proporciones similares a las de Europa o Estados Unidos.
“Si bien registramos menos ACV que otras poblaciones latinoamericanas, hay mucho que hacer en cuanto a tratamiento porque la mortalidad sigue siendo alta”, analizó Bahit. Es que uno de cada cinco pacientes que sufre un ataque cerebrovascular muere dentro de los 30 días posteriores al evento. El isquémico es el que tiene mejor pronóstico.
Sposato acuerda en que lo positivo es que “sorpresivamente estamos mejor de lo que pensábamos porque hay pocos casos”. La reducción de algunos factores de riesgo como el agregar menos sal a las comidas y la caída en el número de fumadores, sumado a las campañas de concientización pueden haber incidido, especulan los especialistas. “La parte negativa está relacionada con la deficiente atención del AIT para evitar que se produzca un ACV y con que el tratamiento agudo está absolutamente abandonado en Argentina en cuanto a lo que es trombolisis intravenosa (una medicación que se aplica en las primeras horas posteriores al ataque), unidades de stroke y lo nuevo que es la trombectomía mecánica (la aspiración del trombo que obstruye la arteria)”.
Para el neurocirujano Pedro Lylyk, presidente de la Asociación Argentina de Ataque Cerebral,“las autoridades sanitarias necesitan datos de la realidad argentina que les permitan desarrollar un plan nacional con unidades de ACV en todo el territorio (acá tenemos la primera unidad móvil de Latinoamérica) para que los tratamientos puedan administrarse en forma eficaz y en tiempo a toda la población». El director del Instituto Médico ENERI y Clínica La Sagrada Familia -que no participó de la investigación- concluyó que «este estudio constituye un buen punto de partida para la organización y distribución de los recursos en salud, debiendo ahora aunar los esfuerzos para bajar los tiempos para el tratamiento agudo. No olvidemos que tiempo es cerebro”.
Las cifras arrojadas por PrEViSTA ya son tomadas como referencia por la Organización Mundial de la Salud y el Instituto de Métricas en Salud de la Universidad de Washington.
Corazones en riesgo: hacer poco ejercicio causa el 17% de las muertes
En la Argentina se evitarían más de 7.000 decesos anuales si los mayores de 30 años alcanzaran la meta mínima recomendada: media hora diaria.
Si cruzó la barrera de los 30 y le cuesta aunque sea salir a dar una vuelta a la manzana, quizás, al final de esta noticia, revise si no valdría la pena invertir por lo menos media hora del día en la salud de su corazón.
Investigadores argentinos acaban de estimar que hacer poca actividad física explica el 17% de las muertes por causas cardiovasculares en el país entre los 30 y los 70 años de edad. Eso equivale a 7.278 personas que murieron debido a la enfermedad coronaria o un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico y podrían haberlo evitado con sólo recibir a tiempo el consejo de hacer dos horas y media por semana de actividad física o una rutina aeróbica de intensidad moderada y cumplirlo.
El equipo del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), afiliado a la UBA, calculó la magnitud del problema con las estadísticas de salud nacionales. Rosana Poggio, cardióloga del Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para el Cono Sur (Cesacas) del IECS, presentó los resultados en el 41er Congreso de la Sociedad Argentina de Cardiología.
«Nuestro análisis sugiere que caminar por lo menos 30 minutos a paso rápido 5 días a la semana reduciría la mortalidad por enfermedad cardiovascular a cualquier edad, en particular en las mujeres y en la población menor de 70 años -indicó Poggio-. Nuestros resultados tienen implicancias en la salud pública y destacan la importancia de que las mujeres, en especial, estén más activas físicamente.»
Su equipo utilizó las cifras locales de mortalidad cardiovascular de mejor calidad disponibles, que son las de 2010, y la III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2013. Luego, aplicó el método del Proyecto de Carga Global de la Enfermedad de la OMS para estimar las muertes que podrían haberse evitado en un año si los niveles de actividad física de la población fueran el mínimo recomendado (30 minutos/día) y el óptimo (1 hora/día) para cinco días a la semana, con una intensidad moderada, como andar en bicicleta o caminar con una marcha enérgica.
En el país, el 52,5% de los mayores de 30 hace menos de media hora diaria de actividad física. «Si esa población empezara a caminar 30 minutos diarios, cinco veces por semana, en 2010 se habrían evitado el 17% de las muertes por causas cardiovasculares. Es decir, 7.278 muertes», explicó Poggio.
¿Y qué pasaría si el 76,5%, que es la población que hace menos de una hora diaria de ejercicio alcanzara esa meta de 60 minutos, considerada el umbral que evita más muertes? Se podría prevenir, entonces, el 26% de los decesos por problemas cardiovasculares. En 2010, eso habrían sido 11.234 fallecimientos menos.
«La Argentina tiene altas tasas de inactividad física. La falta de tiempo libre es la excusa principal de los sedentarios. Por otro lado, los médicos no recomiendan el ejercicio como deberían hacerlo», opinó Roberto Peidro, vicepresidente de la Fundación Argentina de Cardiología.
En un comunicado, durante el congreso, el especialista opinó que el estudio «demuestra que el impacto del sedentarismo en la mortalidad por enfermedad cardiovascular es significativo» y enumeró los motivos de la baja actividad física en las mujeres: «Las múltiples ocupaciones (el trabajo y el hogar), la menor cantidad de tiempo que las niñas les dedican a los deportes en comparación con los niños y la dedicación al cuidado de la salud de la familia».
Michel Komajda, ex presidente de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por su sigla en inglés), elogió los resultados del estudio y recordó que está demostrado que la actividad física regular beneficia la salud cardiovascular. «Las conclusiones muestran que el bajo nivel de actividad física es común en la Argentina y que la actividad física regular previene muertes por causas cardiovasculares, en general relacionadas con la enfermedad coronaria más que con el ACV», indicó Komajda, que dirige el Programa de la ESC en la Argentina.
Peidro señaló que faltan políticas para alentar a la población a moverse más: «Las sociedades científicas, los profesionales de la salud y el Estado deben trabajar juntos para resolver el problema del sedentarismo y, así, mejorar la duración y la calidad de vida», indicó.
Vivimos más años, pero convivimos con más enfermedad
Un relevamiento global concluye que aumentó la expectativa de vida, pero con complicaciones; el caso de la Argentina.
Por Fabiola Czubaj.
Vivimos más años, pero no plenamente sanos. Un estudio internacional revela que la expectativa de vida al nacer creció 6,2 años en las dos últimas décadas, principalmente por los avances en el tratamiento de las enfermedades transmisibles y los cuidados maternos e infantiles. Sin embargo, la esperanza de vivir esos años de más sin complicaciones de salud o discapacidad no estaría a la misma altura, de acuerdo con los resultados que hoy aparecen en la revista The Lancet.
Las enfermedades asociadas con los hábitos cotidianos, como el tabaquismo y el sobrepeso, y la falta de promoción de la salud, son los principales factores que atentan contra una vida más larga y mejor, de acuerdo con los resultados del primer estudio global del impacto que tienen 306 enfermedades y lesiones en la expectativa de vida de la población de 188 países.
El relevamiento de registros epidemiológicos desde 1990 de los países estudiados demoró un año y medio. Lo hizo un consorcio internacional de investigadores que coordina el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME, por su sigla en inglés) de la Universidad de Washington. Los resultados demuestran, por ejemplo, que las condiciones sociales y demográficas no influyen tanto en las enfermedades no transmisibles (como las cardiopatías o la diabetes) como en las transmisibles.
«Los análisis que incluyen a los ingresos y la educación demuestran que esos factores tienen un impacto importante en la salud, pero no dan un panorama completo. Observar la expectativa de vida sana y la pérdida de salud de cada país puede ayudar a orientar las políticas que garanticen que las personas de todos los lugares vivan vidas prolongadas y saludables, sin importar dónde residen», expresó a través de un comunicado el director del IHME, Christopher Murray.
De acuerdo con el estudio sobre la transición epidemiológica entre 1990 y 2013, el impacto del VIH/sida en la salud se redujo un 24% por los avances en su detección y tratamiento, sobre todo a partir de 2005. Pero la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que en la mayoría de los casos se debe a la exposición directa o pasiva al humo de tabaco, o la diabetes, por ejemplo, treparon para ubicarse entre las diez principales causas de pérdida de años de vida sana.
«El mundo hizo grandes avances en materia de salud, pero ahora el desafío es invertir en encontrar maneras más efectivas de prevenir o tratar las principales causas de enfermedad y discapacidad», sostuvo el profesor Theo Vos, investigador del IHME y autor principal del estudio llamado Carga mundial de morbilidad.
La tendencia en el país
En la Argentina, en estas dos décadas, la expectativa de vida sana creció lentamente. Mientras que, desde 1990, los hombres y las mujeres sumaron algo más de tres años a su vida (3,3 y 3,4, respectivamente), ellas siguen viviendo más que ellos: 79,6 versus 72,3, en promedio. Pero ambos ganaron menos años de vida sin enfermedad ni discapacidad: 2,9 los hombres y 2,8 años las mujeres, con hallazgos distintivos que valdría la pena conocer mejor.
«La expectativa de vida aumentó para los argentinos, pero no nos podemos detener en eso. No sólo queremos tener una vida más larga, sino también más saludable. Para eso, tenemos que mirar las enfermedades que están contribuyendo a la pérdida de salud, como la diabetes y la depresión», sostuvo la investigadora argentina que participó del estudio, Alicia Lawrynowicz, jefa a cargo del Departamento de Investigación Epidemiológica del Instituto Nacional de Epidemiología Dr. Juan H. Jara.
La cardiopatía isquémica (enfermedad de las arterias coronarias), la EPOC, la enfermedad cerebrovascular, la lumbalgia y el dolor de cuello, y los hechos de tránsito fueron en 2013 las cinco causas más importantes de pérdida de salud en los hombres. En cambio, en las argentinas, a la cardiopatía isquémica le siguieron el dolor de espalda y de cuello, los trastornos depresivos, la EPOC y la enfermedad cerebrovascular.
La diabetes, que no figuraba entre las diez causas más importantes en el país de disminución de la esperanza de vida sana en 1990, fue la que más creció entre los hombres en estas dos décadas. En las mujeres, la enfermedad que más se incrementó, en cambio, fue la EPOC, seguida de la lumbalgia y el dolor de cuello, y la ansiedad y la depresión.
«Si nos comparamos con Japón, estamos muy alejados [de la esperanza de vida sana alcanzada], pero en la subregión, con Chile y Uruguay, estamos bien posicionados», agregó Lawrynowicz por vía telefónica desde Mar del Plata sobre el puesto 45° que ocupa el país. «Retrocedieron las enfermedades transmisibles, pero van ganando terreno las crónicas o no transmisibles, que en la mayoría de los casos se deben al estilo de vida -dijo-. En este sentido, es clave la prevención y la promoción de la salud desde muy temprana edad.»
Dos marcas en la línea de tiempo
6,2 años: Es lo que aumentó la expectativa de vida al nacer en la población mundial en el período 1990-2013, es decir, de 65,3 a 71,5 años, de acuerdo con un relevamiento internacional
5,4 años: Es lo que creció la expectativa de vida sana (libre de enfermedad y discapacidad) en el mismo período (de 56,9 a 62,3 años)
37,3 por ciento: Es lo que contribuyen los trastornos depresivos en la pérdida de la capacidad de las mujeres argentinas de tener una vida plena.
La obesidad puede reducir en 8 años la expectativa de vida
El exceso de peso aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes
Una mujer con sobrepeso pasea por Barcelona.
EFE / Londres – La obesidad puede reducir en hasta 8 años la expectativa de vida de las personas y en 19 los años de vida sin enfermedades, según concluye un estudio publicado en la revista médica ‘The Lancet’.
Un equipo del Instituto de investigación del centro de salud de la Universidad McGill de Montreal (Canadá), dirigido por el doctor Steven Glover, elaboró un modelo informático de la incidencia de enfermedades según el peso, con datos extraídos del Estudio de nutrición y salud nacional de Estados Unidos.
Los expertos calcularon el riesgo de contraer diabetes y enfermedades cardiovasculares para adultos de diferente peso y después analizaron el efecto del sobrepeso y la obesidad en los años de vida que perdían (y en los años de vida sana perdidos) de adultos estadounidenses de entre 20 y 79 años, comparado con personas de peso normal.
Comprobaron que las personas con sobrepeso (un índice de masa corporal, o IMC, de 25) perdían de 0 a 3 años de expectativa de vida, dependiendo de su edad y género.
Las personas obesas (IMC de 30) perdían entre 1 y 6 años, mientras que las muy obesas (IMC de 35) veían recortada su vida entre 1 y 8 años, comparado con personas con un IMC ajustado a su altura y dimensiones.
Se considera que un IMC por debajo de 18,5 indica desnutrición o algún problema de salud, mientras que uno superior a 25 indica sobrepeso. Por encima de 30 hay obesidad leve, y por encima de 40 hay obesidad elevada.
«Nuestro modelo informático prueba que la obesidad está asociada con un riesgo más alto de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes que, de promedio, reducirán drásticamente la expectativa de vida de la persona y sus años de vida sana, sin estas enfermedades crónicas», explica Grover.
Según su estudio, el efecto del peso excesivo en la pérdida de años de vida es mayor entre los jóvenes de entre 20 y 29 años, ascendiendo a 19 años de vida menos en los casos de obesidad extrema, y disminuye con la edad.
El exceso de peso no solo reduce la expectativa de vida sino también los años de vida sana, definidos en este estudio como los años sin enfermedades asociadas al peso, como la diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, apuntan los expertos.
«La pauta está clara», afirma Glover. «Cuanto más pesa una persona y cuanto más joven es, mayor es el efecto en su salud, pues tiene más años por delante en los que los mayores riesgos de salud asociados con la obesidad pueden tener un impacto negativo en su vida», declara.
Según este especialista, estos datos son útiles para que las personas obesas y los profesionales de la salud «puedan apreciar mejor la escala del problema y los beneficios de un estilo de vida más sano».
El término enfermedades cardiovasculares es usado para referirse a todo tipo de enfermedades relacionadas con el corazón o los vasos sanguíneos, (arterias y venas). Este término describe cualquier enfermedad que afecte al sistema cardiovascular , es utilizado comúnmente para referirse a aquellos relacionados con la arteriosclerosis (enfermedades en las arterias). Estas condiciones tienen causas, mecanismos, y tratamientos similares. En la práctica, las enfermedades cardiovasculares son tratadas por cardiólogos, cirujanos cardiotorácicos, (cirujanos vasculares), neurólogos, y radiólogos de intervención, dependiendo del sistema y órgano tratado. Existe un considerable enlace entre estas especialidades, y es común para ciertos procesos que estén diferentes especialistas en el mismo hospital.
La mayoría de los países lidian con altas y crecientes tasas de enfermedades cardiovasculares. Cada año más estadounidenses mueren de enfermedades del corazón que de cáncer.
Esta es la causa número uno de muerte y discapacidad en Estados Unidos y de la mayoría de países europeos(datos disponibles hasta 2005). Un amplio estudio histórico (PDAY) indica que los daños vasculares se acumulan desde la adolescencia haciendo los esfuerzos primarios necesarios desde la niñez. Un estudio reciente, determino que en 2011 murieron más de 17 millones de personas en el mundo a causas de enfermedades cardiovasculares.
Para el momento que los problemas del corazón son detectados, la causa fundamental (arteroesclerosis) está usualmente avanzada, habiéndose desarrollado por décadas. Por lo tanto, hay mayor énfasis en la prevención de la arteriosclerosis mediante la modificación de los factores de riesgo, tales como la alimentación sana, el ejercicio y evitando el hábito de fumar.
Tratamiento
A diferencia de las otras condiciones médicas crónicas, las enfermedades cardiovasculares son tratables y reversibles, incluso después de llevar un largo tiempo con la enfermedad. El tratamiento está enfocado en la dieta y la reducción del estrés.Si la enfermedad es muy grave puede llegar a una cirugía, y en extremo a la muerte.
Iniciación joven
Estudios basados en la población joven muestran que los predecesores de las enfermedades de corazón empiezan en la adolescencia. El proceso de arterosclerosis se desarrolla en décadas, y comienza en la infancia. Las determinantes patobiológicas de la arteriosclerosis en estudios basados en jóvenes demostraron que las lesiones internas aparecieron en todas las aortas y más de la mitad de las arterias coronarias derecha de infantes de 7 a 9 años. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes están más preocupados por otras enfermedades como el VIH, accidentes, y cáncer que por las enfermedades cardiovasculares. Es extremadamente importante considerar que 1 de 3 personas mueren de complicaciones atribuidas a la arterosclerosis. Con el fin de detener la marea de las enfermedades cardiovasculares, la prevención primaria es necesaria. Ésta se inicia con la concientización de que la enfermedad cardiovascular representa la mayor amenaza y la educación en las medidas para prevenir o revertir esta enfermedad.
Detección
Complejos de fibrina y de plaquetas pueden ser vistos con la técnica de microscopía de campo oscuro. Son mucho más grandes que los glóbulos rojos y fácilmente pueden bloquear los capilares. Estos complejos son claramente visibles en un campo oscuro, pero no en las muestras de campo teñido brillante porque los diferentes métodos de teñido los opacan. Este método de detección temprana permite identificar a las personas en situación de riesgo y tomar las medidas oportunas.