El dinero es una de las mayores fuentes de discordia matrimonial, y puede ser una de las más difíciles de resolver. Esto se debe a que cuando las parejas discuten sobre cómo gastar dinero, no solo están debatiendo sobre el tema inmediato. Están expresando ansiedades subconscientes de las que quizás in siquiera ellos están conscientes, y chocando con los temores que su pareja no ha articulado.
Quizás se trata de una infancia en la pobreza, o simplemente el temor constante de pobreza, que causa que un cónyuge deteste gastar dinero. Quizás la cuenta bancaria secreta de un primer cónyuge está causando desconfianza en un segundo matrimonio.
¿Qué pueden hacer las parejas para evitar tropezar con estos antecedentes emocionales cada vez que necesitan hablar sobre sus tarifas y su presupuesto? Pueden empezar por simplemente reconocer que todos reaccionan emocionalmente con el dinero, y después dedicar tiempo para descubrir qué recuerdos podrían estar impulsando la conducta de cada cónyuge.
Una pareja que se toma el tiempo para profundizar en sus patrones de dinero puede ganan un mayor entendimiento y potencialmente prevenir peleas, y llegar a acuerdos mutuos A continuación, cinco áreas comunes de conflicto, y cómo los terapeutas trabajan con las parejas para resolverlos.
¿Qué hacer cuando un cónyuge es más gastador y el otro más ahorrador?
Esta es probablemente la causa más común de tensión financiera en una relación: un cónyuge tiende a gastar impulsivamente, sin pensar sobre el futuro, el otro quiere economizar lo más que se pueda. El conflicto puede adoptar muchas formas, pero las raíces —y las soluciones— son raramente sencillas.
Brad Klontz, psicólogo, planificador financiero y profesor asociado de la Universidad Estatal de Kansas trabajó con una pareja que estaba experimentando un conflicto claro: La esposa sugería pequeños lujos —como salir a comer— y el esposo reaccionaba con ira.
La irritación del esposo con su mujer tenía su raíz en un temor profundamente arraigado, afirma Klontz. Creció en una familia humilde —incluyendo un periodo en que su madre dependía de asistencia pública— y le preocupaba que pudiera terminar allí de nuevo.
Por su parte, la esposa creció en una familia de clase media alta. Le regalaron un auto cuando cumplió 16 años, y no tuvo que trabajar de adolescente. ¿Su perspectiva sobre el dinero? Todo va a salir bien. Era despreocupada. No había ahorrado ni un centavo. Habría tiempo para eso más adelante.
Además, dice, “ella valoraba la comodidad”. Y esos valores chocaron contra los temores de su esposo. Por ejemplo, en los comienzos de su matrimonio, ella quería comprar un sillón. Eso causó tensión en la relación. “Había mucho conflicto entorno al dinero, ya que por cada 1% que ella quería gastar en lugar de ahorrar, a él le causaba un ataque de ansiedad”, apunta Klontz. “En su familia, nadie había ahorrado. Sus parientes vivían de la asistencia social. Había mucho temor que eso le ocurriría a él y a sus hijos”.
¿La solución? Primero, aprender a escuchar. Klontz les pidió que contestaran preguntas como “¿Cuál es tu mayor temor?”. Hablar sobre sus historias le ayudo al matrimonio a cambiar la ira y culpa por la compasión, dice Klontz.
“La labor, para (el esposo) consistía en cambiar su convicción de que ‘jamás habrá suficiente’ a una de ‘necesitamos una estrategia un poco más equilibrada’”, explica Klontz.
Después de que Klontz repasó sus metas de largo plazo, la pareja llegó a un acuerdo mutuo: el esposo reduciría su tasa de ahorro a 20%, y la esposa empezaría a ahorrar 20%. Además, el esposo estuvo de acuerdo que la esposa podía realizar decisiones de gastos, como comprar un sillón o planear unas vacaciones.
Otra estrategia útil: fijar metas concretas, dice Amanda Clayman, una terapeuta financiera en Nueva York.
Simplemente decir, “somos unos pésimos ahorradores. Necesitamos ahorrar más”, no ayudará a una pareja a progresar, anota. Establezca una meta específica de ahorro, aconseja, y reconozca como afectará los gastos diarios.
¿Cuánto dinero debería darle a un hijo adulto?
Los desacuerdos sobre cuánto apoyo darle a un hijo adulto pueden convertirse en asuntos secretos, cuando uno de los progenitores proporciona dinero bajo la mesa porqué el otro insiste en que es hora cortar el cordón umbilical del hijo, dice Susan Zimmerman, una terapeuta acreditada y cofundadora de Mindful Asset Planning en Minneapolis.
Imagínese, por ejemplo, que una esposa le está dando dinero a su hija de 26 años, que tiene un buen trabajo pero sigue quedándose sin dinero cada mes. La esposa no le dice a su esposo, ya que este cree que es hora de que su hija se valga por sí misma.
El primer paso de Zimmerman es asegurarse que el matrimonio esté de acuerdo con que hacer las cosas a la espalda del otro es un problema que debe resolverse. Después, presenta la idea que dar demasiado puede ser perjudicial para el crecimiento de la hija o hijo.
Su objetivo es ayudarle a la pareja a establecer reglas que ambos pueden seguir, incluyendo la cantidad de dinero que es aceptable dar, bajo qué circunstancias —como una pérdida de trabajo— y por cuánto tiempo.
Zimmerman dice que también es importante para el progenitor que está proveyendo el apoyo comprenda el motivo por el que lo está haciendo. Podría ser completamente benigno. Pero también podría estar impulsado por un sentido de incomodidad de que no quiere que su hijo o hija esté enojado con él.
Para ese padre o madre, dice Zimmerman, es importante reconocer la necesidad de superar esa incomodidad y concentrarse en el objetivo más importante: ayudarle a su hijo a volverse económicamente responsable, y recordar que dar demasiado puede crear una dependencia no saludable.
Una estrategia sencilla para una pareja que batalla para discutir el tema: cada cónyuge escribe la cantidad que consideran aceptable dar. Cuando revelan lo que han escrito, Zimmerman les pregunta: “¿De dónde cree que viene esa cifra?”
A menudo, la cantidad está vinculada a un recuerdo de la infancia, pero también podría ser una estimación de cuánto un cónyuge puede prescindir cada mes. No hay respuestas incorrectas, dice, y toda respuesta ayuda a los cónyuges a empezar a comprenderse mejor entre sí.
¿Qué hacer cuando los cónyuges tienen prioridades distintas con los gastos grandes?
Un cónyuge quiere comprar un nuevo comedor; el otro quiere tomar unas vacaciones lujosas. Uno quiere comprar un velero; el otro quiere renovar la casa.
Este tipo de conflicto por gastos grandes puede surgir porqué cada cónyuge escucha las mismas palabras pero las interpreta de manera distinta. Por ejemplo, cuando el esposo dice que quiere un velero, Clayman dice, en algunos casos lo que realmente está diciendo es, “Trabajo duro. Me merezco esto”. Su esposa, sin embargo, no sabe lo que está detrás del deseo de su esposo porque éste no lo está expresando.
Después, cuando ella cuestiona la lógica de comprar un enorme producto suntuario, su reacción es, “¿Por qué no crees que me lo merezco?” Clayman dice. Él no quiere explicar lo que está sintiendo en un nivel emocional, por tanto quizás diga, “Gano lo suficiente para comprar esto”. El subtexto es: “No discutas conmigo sobre esto”.
De la misma forma, la esposa podría sentir un sentimiento similar cuando argumenta a favor de una renovación de la casa. O quizás haya un motivo más de fondo; quizás está constantemente intentando rebasar una infancia en la que tenía muy poco. Pero, igualmente, no divulga nada de esto, por tanto cuando su esposo cuestiona la necesidad de una renovación, ella interpreta la oposición de su esposo como rechazo hacia ella: una reacción común cuando gente enfrente desaprobación sobre sus decisiones monetarias. La esposa, Clayman, siente: “No me ves. No te importan mis necesidades”.
La clave para el acuerdo mutuo es afirmar y validar los valores y necesidades de su cónyuge, dicen los expertos. Olivia Mellan, una asesora de dinero y relaciones, guía a parejas a emplear tres pasos: imitación, validación y empatía. La imitación, al igual que el método de Klontz, implica repetir palabra por palabra lo que el otro cónyuge dice sobre un objetivo monetario.
Después el oyente valida esa perspectiva y considera cual podría ser el estado emocional de su pareja. A continuación, la forma en que un cónyuge podría validar y mostrar empatía con alguien que quiere un velero: “Tiene sentido que quieras un velero. Amas el océano, y de esta manera puedes estar en el océano todo lo que quieras. Me imagino que te estás sintiendo frustrado por el tiempo que has esperado por un velero”.
El proceso se repite para el otro cónyuge. Esa conversación amable, dice Mellan, es la entrada al acuerdo mutuo.
¿Cómo ponerse de acuerdo sobre los hijos de un matrimonio anterior?
Las familias mezcladas están predispuestas para conflictos sobre dinero. Los cónyuges normalmente vienen con diferentes niveles de ahorros e ingresos. Y podrían tener ideas distintas sobre cómo quieren tratar a sus hijos. Cuando esas actitudes distintas chocan, eso puede llevar a batallas acaloradas que sacan emociones profundas a la superficie.
Dave Jetson, fundador de Jetson Counseling en Dakota del Sur, ofrece un ejemplo de su trabajo con Rick Kahler, un asesor financiero y fundador de Kahler Financial Group en Rapid City, Dakota del Sur.
Dos cónyuges estaban batallando sobre cómo repartir el dinero entre sus hijastros en un testamento. (La pareja no tenía hijos juntos, pero cada uno tenía hijos con un matrimonio previo). Tenían un acuerdo prenupcial que estipulaba cómo serían divididos sus activos premaritales, pero la pareja no podía ponerse de acuerdo sobre cómo repartir los activos que adquirieron desde que se casaron.
Los cónyuges habían decidido establecer un fideicomiso, en que en el caso de la muerte de un cónyuge, el otro sería mantenido, y el dinero sería entregado a todos los hijos tras la muerte del segundo cónyuge. Pero había un escollo: la esposa estaba preocupada de que después de la muerte de su esposo, los hijos de su marido encontraría una forma de sacar a sus hijos del fideicomiso.
El conflicto, dice Jetson, se trataba menos de dinero y más de asuntos emocionales, que provenían de una falta de confianza. En lo profundo, la esposa temía que a su esposo le importaban más sus hijos que ella y sus hijos. Tenía miedo que sus hijos no serían cuidados.
Jetson ayudó a la pareja a hablar sobre estos temas. Ambos cónyuges acordaron que tras la muerte de uno de ellos, los fondos serían canalizados a un fideicomiso para el mantenimiento del sobreviviente y después serían distribuidos equitativamente a los hijos tras la muerte del cónyuge sobreviviente.
¿Cómo se puede administrar el conflicto cuando un cónyuge controla las finanzas?
Las discusiones sobre quién está controlando el dinero a menudo ocurren porque las parejas nunca hablan sobre cómo tomarán las decisiones monetarias.
Pero a pesar de que no están hablando al respecto, las decisiones sobre dinero se están tomando y cada cónyuge está actuando con sus expectativas no expresadas. Por ejemplo, el cónyuge que gestiona la cuenta de corretaje quizás invierta en acciones de alto riesgo, mientras que el otro piensa que el portafolio está bien diversificado. Cuando ocurre un desplome en la bolsa de valores, se suscitan las peleas.
A menudo, el cónyuge que cede el control de la gestión diaria del dinero es el “ahorrador”, anota Clayman, la terapeuta financiera. Este o esta no ponen atención a los gastos diarios, y después se molesta con el “gastador” cuando las cosas no avanzan según su plan no divulgado.
Los conflictos también pueden surgir cuando los cónyuges tienen “una diferencia bastante significativa en sus ingresos y uno piensa, ‘Si yo gano más, me toca tener mayor poder en las decisiones”, apunta Zimmerman.
En otros casos, el cónyuge que controla las finanzas podría realizar prácticas que desconciertan al otro. Zimmerman recuerda a una pareja en la que la esposa quedó escandalizada al descubrir que su esposo tiraba las facturas a la basura si andaban cortos de dinero.
“Eso simplemente excedía su imaginación”, dice Zimmerman.
Dice que incluso si está sorprendido por la conducta de su pareja, es importante minimizar el escándalo. “Veamos esto desde la perspectiva de curiosidad en lugar de la perspectiva de ‘quién está haciendo algo equivocado’. La clave es minimizar la defensiva, si no es que eliminarla por completo”.
Pide a las parejas considerar los menajes sobre el dinero que recibieron en su niñez para “realmente ayudar a la gente a aprender sobre sí mismos en el frente monetario”, afirma Zimmerman. Cuando los clientes divulgan esas lecciones monetarias, ella pregunta: “¿Es así como basas tu conducta financiera? ¿Cómo actúas de esa forma?”.
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Cómo planificar sus finanzas en caso de que muera su cónyuge
Por Kelly Greene
Cuando el esposo de Alexandra Kaye falleció el año pasado de un ataque cardíaco a los 57 años, la periodista británica pensó que estaba preparada financieramente, hasta que empezó a ocuparse de los detalles diarios.
Kaye y su marido, Jeff, que vivían en Washington, se habían preparado más que muchas parejas en caso de que uno de los dos falleciera. Entre otras cosas, tenían testamentos y habían hablado de forma extensa sobre qué harían si el otro moría.
Aun así, Kaye, de 51 años, tuvo que afrontar una serie de problemas inesperados, desde problemas bancarios hasta el bloqueo de la cuenta de correo electrónico de su esposo, lo que la dejó frustrada en un momento en que sólo quería paz.
«Lo que más me sorprendió es que pensé que había hecho todo lo correcto», cuenta.
Aunque la era de Internet ha dado lugar a un auge en la planificación financiera, también ha causado una maraña de relaciones bancarias, de pago de cuentas y de otro tipo en línea que requieren atención incluso después de que alguien fallece.
No obstante, existen formas de facilitar la transición, desde el almacenamiento de contraseñas y la actualización de formularios de beneficiarios hasta el establecimiento de nuevas cuentas de jubilación. Abogados y planificadores financieros están incluso sumando la «planificación de patrimonio digital» a su menú de servicios.
Kaye, jefa de la corresponsalía en Washington del diario Times of London, que al igual que The Wall Street Journal es propiedad de News Corp ., dice que desearía haber tenido una lista de las contraseñas de cuentas en línea y conocido las reglas sobre cómo deshacer cuentas financieras conjuntas antes del fallecimiento de su esposo.
Su mayor obstáculo: la cuenta corriente. Su banco, HSBC, le dijo que no podía eliminar el nombre de su esposo de la cuenta conjunta. En lugar de eso, tendría que cerrarla y abrir una nueva, pese a que la división británica del mismo banco había sacado su nombre de una cuenta conjunta en el Reino Unido. El banco declinó comentar específicamente sobre el caso de Kaye.
Sin embargo, el cierre de la cuenta significaba que tendría que encontrar los nombres de usuarios y las contraseñas para facturas de servicios que su esposo pagaba de forma automática desde dicha cuenta. Además, tendría que redirigir los pagos de su sueldo a la nueva cuenta. Kaye quedó tan frustrada que dice que esperará para cerrar la cuenta hasta que tenga más energía.
Las cuentas financieras no han sido su único problema. Kaye dice que ella y sus dos hijos han pasado horas tratando de ingresar al correo electrónico de su esposo para avisarles a sus amigos en el extranjero de su fallecimiento y para ingresar a su cuenta de Netflix y otras.
Para evitar posibles complicaciones de este tipo, estos son algunos pasos que se pueden tomar antes y después de que un cónyuge fallezca.
Ponga su nombre
Incluso si un cónyuge ha actualizado la información de beneficiario en activos obvios como cuentas de jubilación, algunas pertenencias pueden quedar a nombre de una sola persona.
JeanAnn Fenrich, una viuda de 60 años de Minnesota, se enfrentó a este problema el año pasado luego de que su esposo murió en un accidente de auto. La pareja había planeado mudarse a la casa de su suegra en unos años y hacer toda la documentación de escritura en ese momento.
Ryan McKeown, su asesor financiero dice que ve este problema con frecuencia. El remedio es tener una escritura con «derechos de sobrevivencia», lo que significa que la propiedad se hereda al esposo que queda vivo. Cada país tiene leyes diferentes al respecto, así que lo ideal es consultar con un notario especialista en escrituras.
También asegúrese de que el nombre de su pareja aparezca en cualquier certificado de acciones que posea, dice Jeffrey Cutter, contador público de Massachusetts.
Separe con cuidado las cuentas conjuntas
Para evitar cualquier sorpresa, es importante que entienda qué pasa con una cuenta conjunta cuando la quiere cambiar a nombre de una sola persona, es decir, establecer si le retendrán alguna parte de los depósitos o retiros y si su banca en línea se verá afectada.
Esa es la lección que Chuck Jarvis, un especialista en telecomunicaciones jubilado de Indiana, aprendió luego de que su esposa muriera de cáncer el año pasado. Después de pedir que quitaran el nombre de su esposa de la cuenta, su banca electrónica se evaporó. Lo que lo obligó a empezar de cero todo el proceso de pagos de facturas ligadas a esa cuenta.
No transfiera los fondos de jubilación
El consejo estándar es transferir los fondos de la cuenta de jubilación de un cónyuge que fallece a la suya, pero para los viudos jóvenes, esto puede causar una carga tributaria innecesaria.
Esta transferencia tiene sentido cuando no tiene que pagar una multa si el dinero se retira después de cierta edad (cada país tiene su propia edad de jubilación). Consulte las reglas de las cuentas individuales de retiro en su caso para ver cuál le conviene más. En EE.UU., por ejemplo, la multa no aplica después de los 59 años y medio, aunque tiene que pagar impuestos sobre los ingresos.
Proteja las contraseñas
Acceder a la vida en línea de un cónyuge que fallece es una de las tareas más difíciles que un esposo en duelo debe enfrentar. Por razones de privacidad, los proveedores de Internet son renuentes a permitir el ingreso de familiares a cuentas de correo electrónico o de redes sociales. A menudo, las familias se enfrentan al dilema de violar las reglas e ingresar a las cuentas o perder décadas de contactos de email, fotos familiares y otra información.
Cuando se hacen las listas de activos digitales protegidos por una contraseña, es mejor concentrarse primero en los que tienen valor monetario, dicen expertos. Mucha gente tiene ahora amplias bibliotecas en iPods y lectores digitales, e incluso cuentas de aerolíneas que contienen millas de viajeros frecuentes que podrían valer miles de dólares, dice Sally Hurme, un abogado de Washington especializado en clientes mayores.
La mejor apuesta: mantener una lista accesible de sus nombres de usuario y contraseñas en línea y otras claves requeridas para cuentas que quiere que su familia vea.
Pero es difícil mantener esa lista actualizada. Otras opciones son redactar un «testamento de medios sociales», revisar las reglas y políticas en cada sitio web o estipular en su testamento tradicional que el «ejecutor en línea» reciba una copia de su certificado de defunción.
Una alternativa menos formal es mantener una libreta separada con todas las cuentas de Internet y formas de ingresar a ellas, sugiere Annalee Leonard, presidenta de Mainstay Financial Group, en Florida.
Igualmente, algunos asesores financieros y servicios de pago proporcionan planificación para un patrimonio digital, aunque es importante asegurarse de que estos servicios sean seguros.
Fuente: The Wall Street Journal, 14/02/13.
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Cinco tips para evitar que los gastos de diciembre nos dejen en bancarrota
Por Diego Yañez Martínez.
Las fiestas de fin de año, sumadas a los pagos y la organización de las vacaciones, hacen que los egresos aumenten considerablemente; consejos de qué hacer con el aguinaldo
Fiestas de fin de año. Navidad. Año nuevo. Y después vacaciones. Se sabe: diciembre es un mes difícil para el bolsillo y el aguinaldo se suele escurrir entre estos gastos a los que se suma además, en muchos casos, la cancelación de deudas. Así, sin más, se suele repetir una imagen: encontrase, sin previo aviso, con el saldo de la tarjeta al rojo vivo. Por ello, diversos especialistas consultados por LA NACION, recomiendan como esencial la planificación y además tratar de dejar algo del dinero, de ser posible, para ahorros e inversión.
Diversificar el aguinaldo, coinciden, parece ser lo más sensato. En ese sentido se debe realizar un presupuesto y ajustarse a él . Siempre es conveniente, remarcan, calcular con tiempo los gastos y tomar las previsiones necesarias para afrontarlos.
La experiencia personal de Gustavo Ibáñez Padilla, especialista en finanzas de particulares y autor del «Manual de Economía Personal«, es que la mayoría, aunque no lo aconseja, «asigna el aguinaldo en su totalidad a los gastos de fin de año».
Un sondeo realizado por LA NACION da muestra de ello. De 20 personas consultadas, 14 dijeron que tienen el aguinaldo destinado para las vacaciones, 3 para tapar agujeros y sólo 2 en ahorrar.
Qué hacer con el Aguinaldo
«Una de las mejores formas de utilizar los ingresos extraordinarios como el aguinaldo, es asignarlos al plan de inversión personal. Si no es posible hacerlo en su totalidad, conviene hacerlo entonces en un porcentaje preestablecido», señala Padilla. En ese sentido manifiesta que «el ideal es invertir a largo plazo el 100% del aguinaldo, si no resulta factible, entonces, se debe asignar un porcentaje predeterminado y respetarlo siempre».
Para Ibáñez Padilla «los gastos suntuarios como vacaciones quedan en el último lugar o también pueden presupuestarse como un ahorro corriente a lo largo del año». Según sostiene se puede invertir tiempo y dinero en capacitación personal aprovechando el período del verano , «que a veces tiene menor carga laboral».
Coincide con él, aunque con una visión más moderada, Marcelo Elbaum, director académico de la Escuela Argentina de Finanzas Personales . «Normalmente el aguinaldo suele usarse para las vacaciones, aunque es prudente no excederse con el monto de los gastos. De todos modos, también lo que se suele aconsejar es ir construyendo un fondo para cubrir imprevistos que debería ser entre 3 y 6 meses de sueldo: con lo que si no se tiene, el aguinaldo podría ser un buen puntapié «, opina.
Para Elbaum, «el aguinaldo es importante porque es una suma fija, y eso posibilita, por lo general que sea más fácil ahorrarlo, que cuando se recibe de manera mensual». Sugiere, dado el contexto inflacionario actual, no apresurarse en cancelar deudas que sean en pesos a tasa fija y, en cambio, sí hacerlo con las que cobran interese y la deuda es a tasa variable.
Cuánto ahorrar y cuánto gastar
La lógica para no sucumbir a las tentaciones y pasarse con los gastos es realizar una lista con las necesidades principales. Pero la pregunta es, ¿cuánto es el ideal para gastar, y cuánto dejar para ahorros?
Si bien la cuestión es subjetiva el economista Nicolás Litvinoff, director del sitio web estudinero.net , dice que «no recomendaría destinar más de un 20% a gastos; el otro 80% lo utilizaría para tratar de hacer inversiones que dejen alta rentabilidad».
La clave para Litvinoff pasa por «no considerar el aguinaldo como un ingreso esperado». «Gastarlo no parece lo más coherente», expresa.
Según el economista que se especializa en finanzas personales, depende del monto del aguinaldo las posibilidades de inversión, pero siempre se debe buscar alternativas. «Si se cuenta con un ingreso promedio, lo mejor es tratar de buscar inversiones creativas. Un caso el de vinos finos tintos, que dejan rentabilidad anual en pesos de alrededor del 25%», señala. También recomienda negocios en Internet que tiene un barrera de entrada baja.
Para Elbaum, en cambio, es preferible quedarse con liquidez. » Hay que ir pensando que el 2013, va a ser un año difícil, con un crecimiento agónico, con no mucha creación de empleo, por lo que es importante conservar la liquidez. Dado que el tipo de cambo oficial se va a depreciar entre un 18% y 20% el año que viene, la inversión estrella será las colocaciones a plazo en pesos donde el capital se ajuste por tipo de cambio oficial y en dicho caso se podrá obtener un rendimiento cercano al 30%», dice.
En cualquier caso lo importante es prever y tener un presupuesto armado y no salirse de él. A grandes rasgos, lo mínimo que se debe guardar es un 15% del aguinaldo.
Tips
1) No considerar el aguinaldo como un ingreso esperado
2) Realizar una lista con las necesidades
3) Cancelar sólo las deudas que tienen tasa variable y cobran intereses. Dado el contexto inflacionario no conviene apresurarse y cancelar la que son en pesos a tasa fija
4) Asignar un presupuesto diversificado en: vacaciones, cancelación de deudas, y separar al menos un 15% para ahorros
5) De ser posible, realizar inversiones creativas. Hay distintas posibilidades de acuerdo a los ingresos.
El dato
El nombre real del aguinaldo es Sueldo Anual Complementario (S.A.C). La figura del «aguinaldo» fue instituida por decreto, en diciembre de 1945, un par de meses antes de que se llevaran a cabo las elecciones en las que triunfó Juan Domingo Perón. Consiste en un salario anual complementario, y debe pagarse en dos cuotas, al 30 de junio y al 31 de diciembre. Para la liquidación se toma el 50 % de la mayor remuneración devengada por todo concepto dentro del primer semestre o segundo, según corresponda. Así quedó establecido en el artículo 3º del Decreto Nº 1.078/84.
Aguinaldo se le llama en algunos países al regalo de dulces que se reparten principalmente en fiestas infantiles y posadas navideñas. Pero, jurídicamente, es un pago especial que se abona a los trabajadores asalariados.
Seguro de Vida con Valor en efectivo: Es una póliza de Seguro de Vida que acumula valores en efectivo en una cuenta, además de pagar en caso de muerte del asegurado. También se lo conoce como Seguro de Vida con capitalización. Es un instrumento financiero que permite obtener Protección e Inversión simultáneamente. Su uso está muy difundido por ser la herramienta ideal para constituir la columna vertebral de todo Plan Financiero de Largo Plazo.
El capital, el interés y las ganancias acumuladas en la póliza no son gravables (no están alcanzadas por el impuesto a las ganancias), y puede ser utilizado como un fondo del cual pedir prestado y como un medio para pagar primas de las pólizas en caso de no desear continuar los aportes (primas). Existen diversos tipos: de vida entera, de vida variable y de vida universal (el más empleado por ser el más versátil), son todos los tipos de seguro de vida con valor en efectivo. También conocido como seguro de vida permanente, ya que proporciona cobertura para toda la vida del asegurado, mientras que las pólizas de vida a término son por un plazo en vigor durante un período especificado.
Cash Value Life Insurance: A type of policy that accumulates value during the policyholder’s lifetime and pays out upon the policyholder’s death. The interest and earnings on the policy are not taxable, and it can be used as a fund from which to borrow and as a means to pay policy premiums later in life. Whole life, variable life and universal life are all types of cash value life insurance. Also known as permanent life insurance because it provides coverage for the policyholder’s entire life, while term life is only in force for a specified period.
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Cash Value Life Insurance: A Great Investment
Cash value life insurance has come atop the many life insurances available. The popularity of this insurance started because it is considered a great investment by those who have benefited from the deal. Its introduction has yield best results with all the rightful comments and testimonies coming from satisfied customers
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Though the holder passes away, there is still money which can be used by the beneficiary to pay for sudden fees. In some insurance policies, you can even garner money which you can use intently for the purpose of education. The sure credit is at hand.
It is considered a great investment too because you can make use of the money investment if you want to. Loans using this insurance are possible. You just have to be mindful that these insurance usually permits the insurance company to take amounts that if saved can be of great help to your beneficiary.
The more you depend on credit loans, the lesser the benefits that your family will get in the future. Should you choose to get all the money and forfeit the policy, you can do so at any time. Now, the investment becomes like a savings plan that you can just withdraw. You have the access of your money just when you needed it.
In these ways, cash value life insurance is considered a great way to invest. As money is involved, you are also sure to get a lump sum on the interests that your money has accumulated during the times when you have been saving.
A lo largo de su vida se darán ciertos Acontecimientos Clave en que resulta necesario revisar su Plan Financiero. Consulte a su Asesor a fin de tomar las medidas que sean necesarias.
Los seguros de ahorro y fondos de inversión ganan adeptos respecto a los planes de pensiones por aportar una mayor liquidez
ESPAÑA – El plan de pensiones era, hasta hace poco, el producto más popular para planificar bien una buena jubilación. Sus privilegios fiscales son su principal atractivo. No obstante, con la crisis, la necesidad de disponer del capital cuando un cliente lo desee le ha hecho perder puntos. Además, sus rentabilidades son, en muchos casos, decepcionantes. En los últimos cinco años, los planes de pensiones acumulan, de media, una pérdida del 0,81% anual, algo que numerosos inversores no son capaces de encajar. A diez años, la rentabilidad anual es exigua, del 1,01%, lo que no cubre ni siquiera la subida de la inflación en este periodo. En general, la mayoría de los ciudadanos se plantea la inversión en planes de pensiones con el objetivo de maximizar lo mejor posible su capital, nunca de perder. Por eso, dado que muchos de estos productos no garantizan rentabilidades y dejan la puerta abierta a sufrir depreciaciones del capital, ganan adeptos otras alternativas en las que invertir. A continuación, se muestran las posibilidades que brinda el mundo de los seguros y los fondos de inversión.
Seguros de ahorro versus planes de pensiones Los seguros de ahorro se erigen en la actualidad como un claro rival para los planes de pensiones. No en vano, el ahorro depositado en seguros de vida alcanza los 155.079 millones de euros, lo que contrasta con los 51.000 millones de euros invertidos en planes de pensiones, ambas cifras a cierre de marzo de 2012. En número de asegurados, mientras en planes de pensiones individuales hay 8,3 millones de partícipes, solo en seguros de ahorro para la jubilación se contabilizan más de 9,7 millones de usuarios, según datos de Unespa (Asociación Empresarial del Seguro).
La mayoría de los seguros de ahorro permiten disponer del dinero cuando el partícipe lo requiera
En los años de crisis, sobre todo, los seguros de ahorro ven crecer tanto su patrimonio gestionado como su número de adeptos. ¿Por qué? Los inversores valoran, sobre todo, la liquidez de estos productos, ya que la mayoría de los seguros de ahorro permiten disponer del dinero cuando la persona lo requiera. También tienen en cuenta las mayores garantías del ahorro: muchos seguros presentan rentabilidades garantizadas.
En el mundo del seguro se localizan un sinfín de productos que pueden encajar con la filosofía de planificación del ahorro para la jubilación.
1. Plan de Previsión Asegurado (PPA).
Es un producto con la misma fiscalidad que el plan de pensiones. A los partícipes menores de 50 años les permite deducirse la menor de las dos cantidades siguientes: 10.000 euros anuales o el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio. A los mayores de 50 años les permite deducirse la menor de estas dos cuantías: 12.500 euros anuales o el 50% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos individualmente en el ejercicio.
Su diferencia respecto a los planes de pensiones radica en que los PPA garantizan una rentabilidad mínima y la totalidad del capital invertido en inicio. El inversor nunca perderá dinero. Esta protección es muy bien valorada en los tiempos que corren. Su inconveniente, no obstante, es que, como ocurre con los planes de pensiones, solo se puede rescatar el ahorro en la jubilación o si se dan sucesos extraordinarios (como enfermedad de larga duración o en situaciones de desempleo sin prestación).
Pese a su iliquidez, la preservación del capital es una ventaja que atrae a numerosos inversores. En los últimos 12 meses, el ahorro gestionado en PPA ha crecido un 32%, hasta alcanzar 9.162 millones de euros, según datos de Unespa. Hay 930.000 inversores con este producto.
2. Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIAS).
Los planes individuales de ahorro sistemático son el gran ganador de los últimos años. Superan ya los 2.822 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 22% en los últimos 12 meses (a cierre de marzo de 2012). Hay 677.009 asegurados, según las últimas cifras de Unespa. Entre las ventajas del producto destaca su liquidez. El dinero invertido en este instrumento se puede recuperar en cualquier momento, de forma parcial y total. Por lo general, las aseguradoras solicitan una comisión por reembolso. Pero incluso para fomentar esta ventaja, algunas entidades permiten ya disponer del capital sin cobrar penalizaciones.
Otro punto positivo del producto es su beneficiosa fiscalidad, sobre todo, si pasan más de 10 años desde su contratación. En este caso, el inversor disfruta de importantes exenciones para las ganancias generadas.
Además, la gran mayoría de estos productos garantiza la recuperación del capital invertido más un interés mínimo que se sitúa en torno al 2% en la actualidad. Las grandes aseguradoras como Mapfre, Allianz o Caser cuentan con PIAS conservadores de este tipo. Sin embargo, la especialización del mercado ha movido a muchas otras entidades a ofrecer también PIAS de sesgo más agresivo, que no garantizan rentabilidad. Estos últimos no son adecuados para los inversores más conservadores.
3. Seguros de jubilación.
Además de los PPA y los PIAS, las aseguradoras comercializan un sinfín de seguros de jubilación creados de forma personalizada o a la carta, en los que el titular puede decidir el plazo de su inversión, la cantidad que desea invertir… Una de las características más admiradas de estos seguros clásicos de jubilación es, al igual que en los PIAS, su liquidez. Contar con los ahorros ante imprevistos que puedan suceder es posible si se suscribe una póliza de este tipo. En la mayoría de los casos, estos seguros ofrecen una rentabilidad mínima garantizada y preservan el capital al 100%.
Dentro de este grupo, no obstante, hay que diferenciar los seguros de rentas vitalicias y los seguros vinculados a activos, en los que el riesgo lo asume el tomador. Estos últimos no pueden contemplarse como una alternativa al plan de pensiones, ya que solo están orientados a inversores de perfil de riesgo alto. Los seguros de rentas, en cambio, también son un claro rival del plan de pensiones.
n Rentas vitalicias o temporales.
Son una modalidad particular de seguros de jubilación. Permiten dosificar un gran ingreso a lo largo de un tiempo prefijado de antemano (rentas temporales) o durante toda la vida (rentas vitalicias). En la mayoría de los casos, estos seguros son de prima única, lo que implica que el cliente hace un ingreso al contratar el producto, que se distribuirá en forma de renta periódica (habitualmente mensual) o vitalicia. El cliente percibirá el capital dosificado más una rentabilidad garantizada.
La fiscalidad de estos seguros también es ventajosa, ya que una parte importante de las rentas que se cobra cada mes no tributa, al considerarse devolución de capital. El porcentaje libre de tributación de las rentas mensuales obtenidas dependerá de la edad. Así, hasta 39 años, la retención aplicada sobre el total de la renta cobrada será del 8,4%; de 40 a 49 años, será del 7,35%; de 50 a 59 años, del 5,88%; de 60 a 65 años, del 5,04%; de 66 a 69 años, del 4,20% y a partir de 70 años solo se tributa por 1,68% de la renta total percibida.
Este tipo de seguros también están al alza. A cierre de marzo, contaban con 2,8 millones de asegurados, un 3,57% más que en el mismo periodo del año anterior.
Fondos de inversión
El segmento de los fondos de inversión se presenta, en la actualidad, como una alternativa a la inversión en planes de pensiones por varios motivos: su mayor liquidez, especialización y flexibilidad.
La fiscalidad de los fondos de inversión no permite deducirse las aportaciones realizadas anualmente en la base imponible del contribuyente. Sin embargo, los fondos también permiten planificar el ahorro con vistas a largo plazo ya que, si el inversor no lo necesita, puede mantener su dinero mediante el traspaso de un fondo a otro, a su antojo, sin coste fiscal. La normativa actual acepta cambiar el capital de gestora y fondo de inversión sin tener que pagar a Hacienda. Solo se tributa cuando el inversor decide rescatar efectivamente su dinero.
Si el inversor no lo necesita, puede mantener su dinero mediante el traspaso de un fondo a otro sin coste fiscal
La especialización es otra de las características de este segmento que no deja de crecer. En España, a cierre de marzo de este año, hay 204.000 millones de euros invertidos en fondos de inversión y más de seis millones de partícipes, según datos de Inverco (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones). Cada vez son más las gestoras que cuentan con expertos diversificados por todo el mundo, con lo que tienen un conocimiento más exhaustivo de lo que acontece en mercados lejanos, pero con mucho potencial. Esto puede ayudar a obtener elevadas rentabilidades.
No obstante, no hay que olvidar que rentabilidad y riesgo son dos conceptos que van de la mano. El mundo de los fondos de inversión permite acceder a jugosos rendimientos, pero a cambio de asumir fuertes riesgos. Únicamente los fondos garantizados protegen el capital invertido, siempre que el inversor se mantenga en el producto hasta su vencimiento. El resto no garantiza ni la recuperación del capital ni una rentabilidad adicional.
En estos momentos, los fondos más aconsejables para un inversor de perfil de riesgo bajo son:
– los monetarios dinámicos.
– los fondos de renta fija flexible a corto plazo.
– los fondos de deuda corporativa o de deuda pública de alta calidad.
Etiquetas: fondos de inversión, liquidez, planes de pensiones, rentabilidad, seguros de ahorro, seguros de vida.
España: Alternativas a los Planes de Pensiones.
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