Estados Unidos pretende ser el único paraíso fiscal en el mundo

abril 12, 2016

EE.UU quiere permanecer como único paraíso fiscal en el mundo

Por Giovanni Caporaso Gottlieb.

tio sam 01 uncle samEstados Unidos acaba de reconocer que pagó por el robo de información confidencial que se convirtió en los llamados “Panama Papers”. Resulta contradictorio que el mismo país que se ha considerado víctima por las revelaciones de WikiLeaks y Edward Snowden ahora desembolse dinero para tratar de desprestigiar a un país (Panamá). ¿Objetivo detrás de esa maniobra? Al menos uno: convertirse en el único paraíso fiscal mundo, porque, aunque no todos los reconozcan, hoy es más fácil abrirse una sociedad offshore en varios estados de la Unión que en Panamá.
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Supuestamente Estados Unidos “defiende la transparencia financiera”, pero según el diario británico The Guardian, Estados Unidos aparece en el número tres de los mayores paraísos fiscales del mundo, solo superado por Suiza y Hong Kong. En la larga lista están también otras jurisdicciones como Islas Caimán y Singapur.

delaware state flagLa Administración Obama “olvida” decir que es posible crear una sociedad de responsabilidad limitada en Estados Unidos sin mayores trámites en prácticamente cualquier estado. Delaware es uno de los lugares que más acogen este tipo de sociedades, cuyos beneficiarios son desconocidos, y es considerado por Transparencia Internacional como “uno de los casos más simbólicos de corrupción”. Cerca de un millón de empresas, muchas de ellas sociedades fachadas, están incorporadas en Delaware.
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En no pocas ocasiones estas sociedades son utilizadas para comprar tierra o hacer contribuciones políticas de manera anónima, sin hablar de las estafas en el mercado de valores a daño de los pequeños inversionistas y de los ahorros de los pensionados. Aunque algunos defienden que Delaware no es un paraíso fiscal, la ley es “opaca” a la hora de pedir cuentas a los beneficiarios exteriores de esas cuentas bancarias.
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En Estados Unidos no es necesaria ni siquiera la intervención de un abogado para incorporar una sociedad offshore, basta con ir a un sitio online, pagar la cantidad requerida y ya queda incorporada la sociedad offshore. En estos estados, a diferencia de lo que ocurre en Panamá, no es necesario conocer al beneficiario real de la sociedad.
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Este vacío legal, del cual Estados Unidos guarda silencio, porque necesita atraer capitales foráneos, permitiría a agentes extranjeros eludir sanciones utilizando una sociedad constituida en Estados Unidos.
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 “El IRS estará mejor equipado para garantizar que esas estructuras no faciliten la evasión fiscal”, afirmó un portavoz de la Administración Obama, que admitió que es necesaria una ley para resolver el problema. Pero no es un secreto que en la última década cada reforma fiscal presentada al Congreso ha sido vetada, porque los políticos saben cuánto está en juego.
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Entonces, vivimos en una paradoja: Estados Unidos critica a Panamá, por su supuesta debilidad ante la evasión fiscal; sin embargo, no reconoce que ellos son uno de los principales paraísos fiscales en el mundo. Al pagar por los Papeles de Panamá, Washington trata de lanzar una zancadilla sobre mecanismos legales de ingeniería fiscal para quedarse, aquí también, como único líder, aunque muy encubierto, del mundo offshore. El imperialismo financiero quiere que todos los capitales, sucios o no, vayan a EE.UU.
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—Giovanni Caporaso Gottlieb es abogado de la firma Caporaso & Partners de Panamá, politólogo y periodista.
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Fuente: paraisosfiscales.org, 11/04/16.


Ver: Aviso Legal

Esconder dinero es ahora más complicado

abril 7, 2016

Esconder dinero se ha vuelto un negocio más incómodo

Por Ken Brown.
La ciudad de Panamá.
La ciudad de Panamá. Panamá City.

Dos meses antes de la divulgación de los Panama Papers, el fiscal general de Suiza, otrora uno de los países más reservados del mundo, proclamó a los cuatro vientos que las empresas estatales de Malasia podrían ser víctimas de una malversación de fondos del orden de los US$4.000 millones.

Las palabras detonaron una bomba en un escándalo de larga data en torno de un fondo de inversión del gobierno malayo, conocido como 1MDB. También ilustraron lo mucho que ha cambiado en el turbio mundo de las cuentas bancarias y las compañías offshore. Tal vez lo más notable es que una declaración de esta naturaleza haya provenido del fiscal suizo, uno de cuyos antecesores señaló que “cuesta distinguir cuál maletín tiene dinero limpio y cuál dinero sucio”.

panamaAunque la información contenida en los Panama Papers es explosiva y sacudirá el mundo, un vistazo más de cerca sobre el cumplimiento global de las normas y el bufete de abogados detrás de los documentos filtrados muestra lo mucho que ha cambiado en una industria dedicada a esconder el dinero de las personas.

Los negocios de la firma panameña de abogados cuyos documentos fueron filtrados han estado decayendo durante décadas a medida que los reguladores globales, encabezados por Estados Unidos, emprendieron una ofensiva contra los Paraísos fiscales y el Lavado de dinero. La firma, Mossack Fonseca & Co., estableció 13.287 empresas offshore en 2005, pero apenas 4.341 en 2015, una caída de dos tercios. En los últimos tres años, sus clientes formaron 16.323 compañías, pero desactivaron 28.777.

El bufete de abogados ha enfatizado que no ha infringido ley alguna y que las informaciones aparecidas en la prensa sobre sus actividades “se basan en presunciones y estereotipos”. Los correos electrónicos y la información sobre el negocio de la firma no pudieron ser verificados de forma independiente.

Mossack Fonseca, al igual que muchas empresas en el mundo, tiene un rentable negocio de acciones al portador. Es una estructura un poco arcaica en la que las acciones de una compañía pertenecen a la persona que tenga los certificados de las acciones. Esto permite que las empresas sigan existiendo pese a no contar con un dueño inscrito. La firma de abogados tenía alrededor de 6.000 empresas con acciones al portador solamente en Panamá en 2005. La cifra actual es de 170.

“La gente está saliendo de este negocio”, afirma Bryan C. Skarlatos, un abogado tributario de Kostelanetz & Fink LLP.

Los Panama Papers, que tienen como punto de partida 1977, son en cierta forma un viaje al pasado del negocio de esconder activos offshore, ya sea por motivos de privacidad, evasión de impuestos u ocultar dineros mal habidos. Siguen habiendo numerosos lugares donde esconder fondos, pero los métodos tradicionales y con resultados comprobados se han vuelto más caros y riesgosos, lo que disminuye su atractivo.

patriot-actLa ofensiva contra los servicios offshore comenzó en EE.UU. con el esfuerzo para eliminar el financiamiento de actividades terroristas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. De ahí se extendió a la evasión de impuesto luego una serie de casos que involucraron a bancos suizos y la crisis financiera global. La mayor parte del resto del mundo se sumó a la ofensiva, algunos países a regañadientes, en parte porque no podían darse el lujo de quedar al margen del sistema financiero estadounidense, pero también porque vieron una oportunidad para aumentar su recaudación tributaria.

La Organización de para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que 96 países han acordado intercambiar información sobre transacciones financieras y utilizan estándares comunes. Panamá prometió ceñirse a las directrices, pero luego echó pie atrás, lo que lo hizo acreedor de las críticas en público de la OCDE en febrero.

EE.UU. no se ha sumado al plan de la OCDE, pero hace lo mismo bajo su propia legislación.

A pesar de la campaña global, el sistema sigue teniendo fallas. La mayor desventaja es que los países pueden optar por hacer la vista gorda sobre lo que ocurre dentro de sus fronteras. Pero incluso en ese caso, una vez que la información es compartida, a menudo se filtra.

Fue lo que pasó en Malasia. Las filtraciones de los investigadores malasios del escándalo de 1MDB indicaron que cerca de US$1.000 millones fueron transferidos a las cuentas del primer ministro Najib Razak y revelaron que la trayectoria de los fondos, que incluía el paso por bancos en Suiza, Luxemburgo y otros países.

Suiza y al menos otros seis países investigan 1MDB. Los suizos llevaban cinco meses de investigación cuando el fiscal general de Malasia exoneró al primer ministro diciendo que el dinero fue una donación legal de la familia real de Arabia Saudita.

La campaña interna para librar a Najib de toda culpa no llegó muy lejos. Días después, el fiscal general suizo dijo que quería compartir los hallazgos de sus investigadores con las autoridades malayas y soltó la bomba: US$4.000 millones podrían haber sido desviados en forma ilícita del fondo.

Es muy poco común que un alto funcionario de las fuerzas de seguridad apunte el dedo contra otro gobierno, pero el que lo haya hecho una autoridad suiza ilustra la transformación que ya lleva varias décadas de un país que pasó de ser un colaborador a regañadientes a un acusador. El anuncio de Suiza llevó a las autoridades de Luxemburgo y Abu Dhabi a lanzar sus propias investigaciones sobre el caso de 1MDB.

El fiscal general malasio y 1MDB han señalado que cooperan con los investigadores y Najib ha negado haber cometido irregularidades o haber aceptado fondos para ganancia personal.

big brotherLas personas que siguen de cerca el tema dicen que no cabe duda que han surgido nuevas maneras de ocultar el dinero de las autoridades. La estrategia principal es mantener los fondos lo más lejos posible del sistema bancario internacional. Algunos apuntan al ascenso de monedas digitales como bitcoin, mientras que otros que el combate contra los paraísos fiscal ha producido un auge de los bienes raíces de lujo.

“Los escondites son muy estrechos”, dice Monica Bhatia, jefa del Secretariado del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información para Efectos Fiscales de la OCDE. “Los contribuyentes pueden comprar diamantes y colocarlos bajo siete llaves, pero hay cada vez menos lugares donde esconderse”.

Fuente: The Wall Street Journal, 07/04/16.

los impuestos empobrecen

Más presión sobre los paraísos fiscales

abril 6, 2016

Se estrecha el cerco sobre los paraísos fiscales

Por Tom Fairless.
Vista de los rascacielos de la ciudad de Panamá, sede de Mossack Fonseca, la firma de abogados en el ojo del huracán.
Vista de los rascacielos de la ciudad de Panamá, sede de Mossack Fonseca, la firma de abogados en el ojo del huracán. 

FRÁNCFORT — Los esfuerzos internacionales contra la evasión tributaria y el lavado de dinero han estrechado los controles en numerosos paraísos fiscales, obligando a los usuarios de estas reservadas estructuras offshore a dirigirse a lugares más exóticos.

panamaLos llamados Panama Papers, revelados esta semana por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, una organización con sede en Estados Unidos, y otros medios de comunicación, muestran cómo clientes de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca & Co. lograron lavar dinero, esquivar sanciones y evadir impuestos.

El surgimiento de un escándalo tributario en Panamá “no es de extrañar”, señala Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Tributaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un organismo internacional que ha ayudado a coordinar la lucha contra la evasión de impuestos. “Vemos un avance muy importante hacia la transparencia en todos los paraísos fiscales (…) salvo Panamá y Vanuatu”.

Mossack Fonseca dijo esta semana que había operado de forma “irreprochable” durante 40 años y que jamás ha sido acusada ni imputada de algún delito.

Después de la crisis financiera de 2008 y la recesión que le siguió, los gobiernos de los países industrializados han emprendido una ofensiva sin precedentes contra la evasión tributaria, motivados por la necesidad de reducir sus déficits fiscales y responder a una serie de escándalos producidos por la filtración de documentos, de los cuales el caso de Panamá es sólo el más reciente.

Otras recientes filtraciones han involucrado las operaciones de banca privada de HSBC Holdings PLC en Suiza, que es acusado de proveer servicios a evasores fiscales, y una serie de documentos que muestran cómo Luxemburgo ayudaba a las multinacionales a reducir el pago de impuestos.

La persistente ofensiva contra la evasión fiscal y el lavado de dinero ha hecho que algunos busquen paraísos fiscales “alternativos, más lejanos e incluso más exóticos”, dice Marc Sanders, director de Taxand, una firma internacional de asesoría tributaria.

FATCASuiza, Luxemburgo y otras jurisdicciones han estado sometidas a la presión sostenida de un conjunto de leyes que se aprobaron después de la crisis financiera, tanto en Estados Unidos como en Europa. El gobierno estadounidense dio el puntapié inicial en 2010 con la promulgación de la Ley de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (FATCA, por sus siglas en inglés), que exige que las entidades financieras revelen las identidades de sus clientes estadounidenses y los activos que poseen. Eso ha llevado a una serie de acuerdos extrajudiciales entre el gobierno de EE.UU. y los bancos suizos.

La Unión Europea no demoró en seguir el ejemplo y presionó a países como Suiza y Luxemburgo para que compartieran información sobre las cuentas de sus connacionales en el exterior. A mediados del año pasado, la UE divulgó los nombres de 30 jurisdicciones tributarias que no habían colaborado, basados en los datos de los diferentes países de la UE.

“Incluso las jurisdicciones británicas están bajo presión”, indica Ronen Palan, profesor de la City University of London, quien ha escrito varios libros sobre paraísos fiscales. Mencionó las Islas del Canal, que incluyen Jersey y Guernesey.

Panamá, en cambio, “es independiente y no trata de competir con el resto sobre, supuestamente, poner la casa en orden”, asevera.

Saint-Amans afirma que Panamá, que no es miembro de la OCDE, ha sido renuente ante iniciativas recientes como el intercambio de información de cuentas bancarias entre autoridades nacionales si surge una solicitud o en forma automática, además de una convención multilateral de asistencia mutua en temas tributarios.

“Por alguna razón u otra decidieron seguir siendo una jurisdicción bastante reservada”, dice Saint-Adams.

Funcionarios panameños no pudieron ser contactados de inmediato para que comentaran al respecto.

Ramón Fonseca Mora, el cofundador de Mossack Fonseca, formó parte del gobierno del ex presidente Ricardo Martinelli.

En un extenso comunicado publicado en Internet, Mossack Fonseca señaló que el Grupo de Acción Financiera Internacional, un organismo intergubernamental formado en 1989 para combatir el lavado de dinero, eliminó en febrero a Panamá de su lista de jurisdicciones que no colaboraban.

Otras jurisdicciones se podrían estar beneficiando de la lucha contra los paraísos fiscales tradicionales. Palan observa “señales de un movimiento hacia Asia” en las cifras sobre ahorros y depósitos de los bancos globales que publica el Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, Suiza. “El giro es claramente hacia Singapur, Dubai y Hong Kong”, dice.

Aun así, las campañas globales contra la evasión fiscal han alentado a más de 500.000 personas a declarar sus cuentas offshore en los últimos años, lo que ha generado unos 50.000 millones de euros (US$57.000 millones) en impuestos, estima Saint-Amans.

La presión tampoco ha cedido. Los líderes de las 20 mayores economías del mundo prometieron en noviembre reformar los estándares globales para combatir la evasión de impuestos. Holanda y el Reino Unido han señalado que adoptarán registros públicos con los nombres de los dueños de las empresas. La UE, asimismo, trata de elaborar su propia “lista negra” de paraísos fiscales que no colaboran.

Sin embargo, los expertos advierten que firmar acuerdos no significa que haya llegado la hora de declarar victoria sobre los paraísos fiscales.

“Las zonas exentas de impuestas existían incluso durante la Roma antigua”, señala Sanders. “Probablemente habrá países dispuestos a colaborar con esta clase de estructuras”.

Fuente: The Wall Street Journal, 05/04/16.


Foreign Account Tax Compliance Act

La Ley de cumplimiento tributario de cuentas extranjeras, conocida principalmente por sus siglas en inglés FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act) es una Ley de Estados Unidos aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 2010 y que está vigente desde 2013. Tiene como objetivo controlar la evasión fiscal de residentes norteamericanos mediante la identificación de los ciudadanos y residentes de ese país que tengan dinero o fondos depositado en instituciones financieras extranjeras. Para ello se requiere obligatoriamente a todas las instituciones financieras de fuera de ese país para que identifiquen e informen de los ciudadanos y residentes norteamericanos que tienen depósitos e inversiones en esos bancos. Deben poner a disposición del IRS (Internal Revenue Service es la autoridad fiscal de Estados Unidos) información relacionada con cuentas y productos financieros de dichas personas.

Para las entidades financieras que no acepten firmar acuerdos con el IRS, la ley prevé que las transferencias de rendimientos y otros conceptos provenientes de esos activos en el exterior, estén sujetos a una retención del 30%. Esta sanción por no reportar la información es en la práctica una prohibición para hacer negocios en Estados Unidos.

Para facilitar y reducir los problemas legales y costes de transacción del cumplimiento de esta ley, que tiene carácter extraterritorial por abarcar a las entidades financieras extranjeras sin posible presencia en Estados Unidos, este país ha firmado Acuerdos Intergubernamentales para implementar FATCA.

Fuente: Wikipedia, 2016.

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Los bancos globales usan habitualmente los servicios offshore

abril 5, 2016

Los bancos globales son usuarios frecuentes de los servicios offshore

Por Margot Patrick, Laurence Fletcher y Rachel Louise Ensign.
HSBC y sus afiliados solicitaron la formación de 2.300 de las 15.600 empresas formadas por Mossack Fonseca en Panamá.
HSBC y sus afiliados solicitaron la formación de 2.300 de las 15.600 empresas formadas por Mossack Fonseca en Panamá.

Las compañías offshore creadas en Panamá, las Islas Vírgenes Británicas y otros lugares pueden ser impenetrables para las autoridades o cualquiera que quiera investigar. Esto las ha convertido en vehículos legítimos para proteger patrimonios y planear estrategias tributarias, pero también en un escondite para los evasores de impuestos, el fraude y cosas peores.

offshore tax havensAlgunos de los mayores bancos del mundo, cuyos clientes buscan discreción, operan con los especialistas en paraísos fiscales que crean y registran empresas, encuentran miembros de juntas directivas y accionistas “nominados” que ocupan el lugar de los verdaderos dueños en formularios y arman estructuras complejas y a la medida.

Según el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), HSBC Holdings PLC, UBS Group AG y Credit Suisse AG estuvieron entre los que más usaron los servicios de creación de empresas de Mossack Fonseca, la firma de abogados panameña cuya cantidad masiva de documentos internos ha sido revisada por el grupo periodístico.

HSBC y sus afiliadas pidieron más de 2.300 empresas de un total de 15.600 que Mossack Fonseca ayudó a establecer para sus clientes en más de 40 años, dijo ICIJ.

El propio presidente ejecutivo de HSBC, Stuart Gulliver, utilizó una vez una empresa panameña creada por Mossack Fonseca para ocultar la propiedad de su cuenta personal de HSBC en Suiza. Gulliver dijo a legisladores británicos que quería ocultar de colegas curiosos el monto de su bonificación y que él no escogió la estructura.

Una vocera de HSBC señaló que los clientes con cuentas offshore son investigados a fondo. Un portavoz de UBS dijo que el banco conducía sus negocios en completa conformidad con las leyes y regulaciones vigentes y que “no tiene interés en fondos que no son gravados o que provienen de actividades ilícitas”.

Credit Suisse indicó que se rige por todas las leyes locales y que los clientes deben comprobar que cumplen con sus responsabilidades fiscaless. Tidjane Thiam, presidente ejecutivo del banco, señaló en Hong Kong que la entidad es “muy insistente” en que los clientes cumplan las regulaciones fiscales. “Sólo fomentamos el uso de estructuras cuando tienen un propósito económico legítimo”, enfatizó.

Mossack Fonseca señaló que “nada en los documentos filtrados sugiere que haya hecho algo mal o ilegal”. En un sitio web creado para los medios de comunicación, la firma dijo que siempre ha cumplido los protocolos internacionales para “asegurar, hasta donde sea razonablemente posible, que las empresas que incorpora no son usadas para evadir impuestos, lavar dinero, financiar el terrorismo u otros propósitos ilícitos”.

Astutos especialistas en paraísos fiscales pueden ensamblar una red de empresas que satisfagan las necesidades específicas del cliente aprovechando las ventajas de cada jurisdicción. Por ejemplo, los rusos querrán mantener activos extranjeros en una empresa en Chipre debido a tratados fiscales favorables. Pero Chipre tiene una lista de registro de accionistas corporativos, de modo que los inversionistas de una empresa chipriota pueden ser firmas inscriptas en otras partes.

BVI banderaNi Panamá ni las Islas Vírgenes Británicas (BVI) requieren que las empresas den a conocer los propietarios en un registro público, lo que significa que quienes traten de rastrear a los verdaderos dueños no obtendrán pistas en el país.

Por ejemplo, un artículo de 2014 de The Wall Street Journal halló que la agencia de publicidad rusa Vi era en gran parte controlada por empresas chipriotas, algunas de las cuales eran propiedad de firmas panameñas y de las Islas Vírgenes. No estaba claro quiénes eran los verdaderos dueños de las empresas, lo que representa un dolor de cabeza para compañías estadounidenses que tratan de determinar si están violando sanciones contra Rusia al hacer negocios con Vi.

En ese entonces, un vocero de Vi afirmó que Bank Rossiya, un banco ruso sancionado, poseía de forma indirecta 16% de la agencia, pero que ningún otro accionista había sido sancionado.

En otro ejemplo, los liquidadores del fondo de cobertura Heather Capital, sostuvieron en documentos presentados ante un tribunal de Escocia que 19 millones de libras esterlinas (US$27 millones) de Heather fueron desviados de forma fraudulenta a un corredor de bolsa llamado Nicholas Levene. El dinero fue enviado a la cuenta bancaria en Mónaco de una empresa panameña suya. Otros 9,4 millones de libras se dirigieron a una compañía de las Islas Vírgenes Británicas controlada por Gregory King, quien a su vez controlaba Heather, de acuerdo con los liquidadores.

Levene, quien cumple una condena de 13 años por fraude en un caso no relacionado, no pudo ser contactado para que comentara. Un abogado de King no respondió inmediatamente a solicitudes de comentarios.

A lo largo de los años, agencias reguladoras y policiales han endurecido las restricciones en estas jurisdicciones. Las Islas Caimán, domicilio de buena parte de la industria de fondos de cobertura que mueve US$2,9 billones estuvo por mucho tiempo bajo escrutinio pero ahora es “un centro líder para titulización y fondos de cobertura que no plantean problemas”, señaló Peter Astleford, socio de la firma de abogados Dechert. En 2009, las Islas Caimán pasaron a la lista blanca que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico mantiene de países que, en su mayoría, han implementado estándares tributarios internacionales.

Panamá tiene un historial con más altibajos. El informe de ICIJ ha “arrojado luz sobre la cultura y prácticas de secreto de Panamá”, dijo Ángel Gurría, secretario general de la OCDE. El funcionario llamó al país “el último gran reducto que sigue permitiendo que fondos sean ocultos offshore de las autoridades fiscales y policiales”.

panamaHasta febrero, Panamá estaba en la lista negra compilada por el Grupo de Acción Financiera Contra el Blanqueo de Capitales (FATF, por sus siglas en inglés) de países con estándares débiles en cuanto al lavado de dinero y la financiación del terrorismo.FATF eliminó en febrero a Panamá de la lista porque había establecido el marco legal y regulatorio necesario.

En años recientes, las autoridades estadounidenses han aplicado con renovado vigor las leyes contra delitos financieros, lo que ha llevado a bancos de EE.UU. y Europa a pagar multas gigantescas por violaciones de sanciones, deficiencias en los controles de lavado de dinero y evasión fiscal. Muchos bancos han reforzado sus defensas.

Se supone que las entidades financieras deben investigar a posibles clientes y aplicar un escrutinio adicional a funcionarios públicos, sus familias y sus socios empresariales, el tipo de personas que los documentos de Panamá han puesto en los titulares de la prensa.

Ver: La importancia del Protocolo “Conozca a su Cliente”

Los documentos de Panamá son “un ejemplo perfecto” de por qué los bancos deberían estudiar a fondo a sus clientes. señala Brent Newman, vicepresidente ejecutivo de Accuity Inc., filial de RELX Group. “Estas personas tienen en general la capacidad o el acceso para cometer fechorías financieras”.

—Kane Wu, en Hong Kong, contribuyó a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 05/04/16.

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The World’s Favorite New Tax Haven Is the United States

enero 27, 2016

The World’s Favorite New Tax Haven Is the United States

Moving money out of the usual offshore secrecy havens and into the U.S. is a brisk new business.

By Jesse Drucker.
Bloomberg Businessweek. January 27, 2016.

Last September, at a law firm overlooking San Francisco Bay, Andrew Penney, a managing director at Rothschild & Co., gave a talk on how the world’s wealthy elite can avoid paying taxes.

His message was clear: You can help your clients move their fortunes to the United States, free of taxes and hidden from their governments.

After years of lambasting other countries for helping rich Americans hide their money offshore, the U.S. is emerging as a leading tax and secrecy haven for rich foreigners. By resisting new global disclosure standards, the U.S. is creating a hot new market, becoming the go-to place to stash foreign wealth. Everyone from London lawyers to Swiss trust companies is getting in on the act, helping the world’s rich move accounts from places like the Bahamas and the British Virgin Islands to Nevada, Wyoming, and South Dakota.

“How ironic—no, how perverse—that the USA, which has been so sanctimonious in its condemnation of Swiss banks, has become the banking secrecy jurisdiction du jour,” wrote Peter A. Cotorceanu, a lawyer at Anaford AG, a Zurich law firm, in a recent legal journal. “That ‘giant sucking sound’ you hear? It is the sound of money rushing to the USA.”

Rothschild, the centuries-old European financial institution, has opened a trust company in Reno, Nev., a few blocks from the Harrah’s and Eldorado casinos. It is now moving the fortunes of wealthy foreign clients out of offshore havens such as Bermuda, subject to the new international disclosure requirements, and into Rothschild-run trusts in Nevada, which are exempt.

The U.S. “is effectively the biggest tax haven in the world”
—Andrew Penney, Rothschild & Co.

The firm says its Reno operation caters to international families attracted to the stability of the U.S. and that customers must prove they comply with their home countries’ tax laws. Its trusts, moreover, have “not been set up with a view to exploiting that the U.S. has not signed up” for international reporting standards, said Rothschild spokeswoman Emma Rees.

Others are also jumping in: Geneva-based Cisa Trust Co. SA, which advises wealthy Latin Americans, is applying to open in Pierre, S.D., to “serve the needs of our foreign clients,” said John J. Ryan Jr., Cisa’s president.

Trident Trust Co., one of the world’s biggest providers of offshore trusts, moved dozens of accounts out of Switzerland, Grand Cayman, and other locales and into Sioux Falls, S.D., in December, ahead of a Jan. 1 disclosure deadline.

“Cayman was slammed in December, closing things that people were withdrawing,” said Alice Rokahr, the president of Trident in South Dakota, one of several states promoting low taxes and confidentiality in their trust laws. “I was surprised at how many were coming across that were formerly Swiss bank accounts, but they want out of Switzerland.”
Why the Wealthy Are Moving Their Money Into the U.S.

Rokahr and other advisers said there is a legitimate need for secrecy. Confidential accounts that hide wealth, whether in the U.S., Switzerland, or elsewhere, protect against kidnappings or extortion in their owners’ home countries. The rich also often feel safer parking their money in the U.S. rather than some other location perceived as less-sure.

“I do not hear anybody saying, ‘I want to avoid taxes,’ ” Rokahr said. “These are people who are legitimately concerned with their own health and welfare.”

No one expects offshore havens to disappear anytime soon. Swiss banks still hold about $1.9 trillion in assets not reported by account holders in their home countries, according to Gabriel Zucman, an economics professor at the University of California at Berkeley. Nor is it clear how many of the almost 100 countries and other jurisdictions that have signed on will actually enforce the new disclosure standards, issued by the Organisation for Economic Co-operation and Development, a government-funded international policy group.

There’s nothing illegal about banks luring foreigners to put money in the U.S. with promises of confidentiality as long as they are not intentionally helping to evade taxes abroad. Still, the U.S. is one of the few places left where advisers are actively promoting accounts that will remain secret from overseas authorities.
Illustration: Steph Davidson

Rothschild’s Reno office is at the forefront of that effort. “The Biggest Little City in the World” is not an obvious choice for a global center of capital flight. If you were going to shoot a film set in Las Vegas circa 1971, you would film it in Reno. Its casino hotels tower above the bail bondsmen across the street, available 24/7, as well as pawnshops stocked with an array of firearms. The pink neon lights at casinos like Harrah’s and the Eldorado still burn bright. But these days, their floors are often empty, with travelers preferring to gamble in Las Vegas, an hour’s flight away.

The offices of Rothschild Trust North America LLC aren’t easy to find. They’re on the 12th floor of Porsche’s former North American headquarters building, a few blocks from the casinos. (The U.S. attorney’s office is on the sixth floor.) Yet the lobby directory does not list Rothschild. Instead, visitors must go to the 10th floor, the offices of McDonald Carano Wilson LLP, a politically connected law firm. Several former high-ranking Nevada state officials work there, as well as the owner of some of Reno’s biggest casinos and numerous registered lobbyists. One of the firm’s tax lobbyists is Robert Armstrong, viewed as the state’s top trusts and estates attorney, and a manager of Rothschild Trust North America.

The trust company was set up in 2013 to cater to international families, particularly those with a mix of assets and relatives in the U.S. and abroad, according to Rothschild. It caters to customers attracted to the “stable, regulated environment” of the U.S., said Rees, the Rothschild spokeswoman.

“We do not offer legal structures to clients unless we are absolutely certain that their tax affairs are in order; both clients themselves and independent tax lawyers must actively confirm to us that this is the case,” Rees said.

The managing director of the Nevada trust company is Scott Cripps, an amiable California tax attorney who used to run the trust services for Bank of the West, now part of French financial-services giant BNP Paribas SA. Cripps explained that moving money out of traditional offshore secrecy jurisdictions and into Nevada is a brisk new line of business for Rothschild.

“There’s a lot of people that are going to do it,” said Cripps. “This added layer of privacy is kicking them over the hurdle” to move their assets into the U.S. For wealthy overseas clients, “privacy is huge, especially in countries where there is corruption.”

One wealthy Turkish family is using Rothschild’s trust company to move assets from the Bahamas into the U.S., he said. Another Rothschild client, a family from Asia, is moving assets from Bermuda into Nevada. He said customers are often international families with offspring in the U.S.

For decades, Switzerland has been the global capital of secret bank accounts. That may be changing. In 2007, UBS Group AG banker Bradley Birkenfeld blew the whistle on his firm helping U.S. clients evade taxes with undeclared accounts offshore. Swiss banks eventually paid a price. More than 80 Swiss banks, including UBS and Credit Suisse Group AG, have agreed to pay about $5 billion to the U.S. in penalties and fines.

“I was surprised at how many were coming across that were formerly Swiss bank accounts, but they want out of Switzerland”

Those firms also include Rothschild Bank AG, which last June entered into a nonprosecution agreement with the U.S. Department of Justice. The bank admitted helping U.S. clients hide income offshore from the Internal Revenue Service and agreed to pay an $11.5 million penalty and shut down nearly 300 accounts belonging to U.S. taxpayers, totaling $794 million in assets.

The U.S. was determined to put an end to such practices. That led to a 2010 law, the Foreign Account Tax Compliance Act, or Fatca, that requires financial firms to disclose foreign accounts held by U.S. citizens and report them to the IRS or face steep penalties.

Inspired by Fatca, the OECD drew up even stiffer standards to help other countries ferret out tax dodgers. Since 2014, 97 jurisdictions have agreed to impose new disclosure requirements for bank accounts, trusts, and some other investments held by international customers. Of the nations the OECD asked to sign on, only a handful have declined: Bahrain, Nauru, Vanuatu—and the United States.

“I have a lot of respect for the Obama administration because without their first moves we would not have gotten these reporting standards,” said Sven Giegold, a member of the European Parliament from Germany’s Green Party. “On the other hand, now it’s time for the U.S. to deliver what Europeans are willing to deliver to the U.S.”

The Treasury Department makes no apologies for not agreeing to the OECD standards.

“The U.S. has led the charge in combating international tax evasion using offshore financial accounts,” said Treasury spokesman Ryan Daniels. He said the OECD initiative “builds directly” on the Fatca law.

For financial advisers, the current state of play is simply a good business opportunity. In a draft of his San Francisco presentation, Rothschild’s Penney wrote that the U.S. “is effectively the biggest tax haven in the world.” The U.S., he added in language later excised from his prepared remarks, lacks “the resources to enforce foreign tax laws and has little appetite to do so.”

Firms aren’t wasting time to make the most of the current environment. Bolton Global Capital, a Boston-area financial advisory firm, recently circulated this hypothetical example in an e-mail: A wealthy Mexican opens a U.S. bank account using a company in the British Virgin Islands. As a result, only the company’s name would be sent to the BVI government, while the identity of the person owning the account would not be shared with Mexican authorities.

The U.S. failure to sign onto the OECD information-sharing standard is “proving to be a strong driver of growth for our business,” wrote Bolton’s chief executive officer, Ray Grenier, in a marketing e-mail to bankers. His firm is seeing a spike in accounts moved out of European banks—“Switzerland in particular”—and into the U.S. The new OECD standard “was the beginning of the exodus,” he said in an interview.

The U.S. Treasury is proposing standards similar to the OECD’s for foreign-held accounts in the U.S. But similar proposals in the past have stalled in the face of opposition from the Republican-controlled Congress and the banking industry.

At issue is not just non-U.S. citizens skirting their home countries’ taxes. Treasury also is concerned that massive inflows of capital into secret accounts could become a new channel for criminal money laundering. At least $1.6 trillion in illicit funds are laundered through the global financial system each year, according to a United Nations estimate.

Offering secrecy to clients is not against the law, but U.S. firms are not permitted to knowingly help overseas customers evade foreign taxes, said Scott Michel, a criminal tax defense attorney at Washington, D.C.-based Caplin & Drysdale who has represented Swiss banks and foreign account holders.

“To the extent non-U.S. persons are encouraged to come to the U.S. for what may be our own ‘tax haven’ characteristics, the U.S. government would likely take a dim view of any marketing suggesting that evading home country tax is a legal objective,” he said.

Rothschild says it takes “significant care” to ensure account holders’ assets are fully declared. The bank “adheres to the legal, regulatory, and tax rules wherever we operate,” said Rees, the Rothschild spokeswoman.

Penney, who oversees the Reno business, is a longtime Rothschild lawyer who worked his way up from the firm’s trust operations in the tiny British isle of Guernsey. Penney, 56, is now a managing director based in London for Rothschild Wealth Management & Trust, which handles about $23 billion for 7,000 clients from offices including Milan, Zurich, and Hong Kong. A few years ago he was voted “Trustee of the Year” by an elite group of U.K. wealth advisers.

In his September San Francisco talk, called “Using U.S. Trusts in International Planning: 10 Amazing Feats to Impress Clients and Colleagues,” Penney laid out legal ways to avoid both U.S. taxes and disclosures to clients’ home countries.

In a section originally titled “U.S. Trusts to Preserve Privacy,” he included the hypothetical example of an Internet investor named “Wang, a Hong Kong resident,” originally from the People’s Republic of China, concerned that information about his wealth could be shared with Chinese authorities.

Putting his assets into a Nevada LLC, in turn owned by a Nevada trust, would generate no U.S. tax returns, Penney wrote. Any forms the IRS would receive would result in “no meaningful information to exchange under” agreements between Hong Kong and the U.S., according to Penney’s PowerPoint presentation reviewed by Bloomberg.

Penney offered a disclaimer: At least one government, the U.K., intends to make it a criminal offense for any U.K. firm to facilitate tax evasion.

Rothschild said the PowerPoint was subsequently revised before Penney delivered his presentation. The firm provided what it said was the final version of the talk, which this time excluded several potentially controversial passages. Among them: the U.S. being the “biggest tax haven in the world,” the U.S.’s low appetite for enforcing other countries’ tax laws, and two references to “privacy” offered by the U.S.

“The presentation was drafted in response to a request by the organizers to be controversial and create a lively debate among the experienced, professional audience,” Rees said. “On reviewing the initial draft, these lines were not deemed to represent either Rothschild’s or Mr. Penney’s view. They were therefore removed.”

—With assistance from David Voreacos and Patrick Gower.

Source: bloomberg.com, January 27, 2016.

Ver: ¿Son legales los Paraísos fiscales?

tax haven USA

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Los Paraísos fiscales, últimos refugios de libertad

julio 5, 2015

Paraísos fiscales: refugios de libertad

Por Gorka Etxeberria

Los llamados paraísos fiscales son hoy los principales baluartes de la libertad económica. El sector financiero offshore está creciendo a un ritmo varias veces superior al del PIB mundial. En los últimos años se ha acentuado la transferencia masiva de capitales desde los países convencionales hacia estos refugios de libertad donde la gente se encuentra a salvo de la voracidad de Hacienda. Este boom de lo offshore presagia un futuro en el que los países “normales” se van a ver obligados a reconocer por fin la libertad económica de las personas y de sus empresas.

El siglo XX pasará a la Historia como el siglo del máximo protagonismo del Estado. Los Estados-nación compactos, con pretensión de uniformidad etnocultural y con vocación de compartimentos estancos tuvieron su mayor auge en la primera mitad del siglo. Su glorificación condujo al totalitarismo y, después de la terrible conflagración bélica de los años cuarenta, mantuvieron su vigencia durante cuatro décadas más a causa de la Guerra Fría. Sólo el abrupto e inesperado final de ésta —y de la correspondiente situación de bipolaridad— ha hecho posible que asistamos ahora a un considerable cuestionamiento del exceso de Estado, y pueda el ciudadano individual recuperar poco a poco fragmentos de la soberanía que, de forma tan sutil como implacable, le había ido arrebatando la insaciable maquinaria estatal. Casi todas las voces coinciden en señalar que, si efectivamente el siglo XX fue una centuria marcada por la hegemonía social, cultural, política y económica de los Estados, el nuevo siglo será el de la máxima devolución de poder a la persona. Un indicio fundamental de esta tendencia podemos encontrarlo en el auge imparable de la resistencia ciudadana a las hasta ahora numerosas y frecuentemente dolorosas imposiciones del Estado en todos los órdenes de la vida. Esta resistencia, que constituye una auténtica rebelión silenciosa de las generaciones finiseculares contra el poder, ha tenido una multiplicidad de expresiones, desde la temprana revolución sexual de los años sesenta hasta la espiritual de los setenta y la moral de los ochenta, desde el movimiento mundial contra el servicio militar hasta la presión social en favor de la soberanía individual respecto a cuestiones como el aborto, la eutanasia o el consumo de estupefacientes, y desde el cuestionamiento de muchos elementos del Estado-providencia hasta la generalización y popularización de los paraísos fiscales y otras fórmulas de protección frente a la fiscalidad. En todos los casos expuestos, la persona ha reivindicado su libertad y el ámbito en el cual ésta se ejerce, es decir, su propiedad (la propiedad de su vida, de su cuerpo, de sus decisiones, de su trabajo y de su patrimonio). Esta reivindicación choca frontalmente con la autopercepción de los Estados, herederos directos del Antiguo Régimen, que se han civilizado y democratizado en su relación con las masas, pero no tanto en su relación directa con el individuo —relación que constituye la gran asignatura pendiente de la organización sociopolítica actual—.

paraiso fiscalEl Estado tal como hoy todavía lo conocemos, pese a ser consciente de una acelerada deslegitimación por parte de las personas —a la cual, naturalmente, se resiste—, se percibe a sí mismo como el dueño último de cuantos recursos de toda índole se encuentran en su territorio, siendo los ciudadanos una especie de pseudopropietarios a quienes en cualquier momento se puede expropiar si es necesario (antes en nombre de la “patria” o del rey, ahora en función del “interés general” o de la sociedad). Esta condición de dueño último de todo y de todos, de señor absoluto de vidas y haciendas, se denomina “soberanía” y explica la arrogancia con la que los estados se han adueñado de todo tipo de bienes, desde el cuerpo y el trabajo de los seres humanos obligados a trabajar gratis para él (como soldados o en cualquier otra actividad) hasta tierras para construir autopistas, y, explica también el crecimiento desmedido de la presión fiscal a lo largo del siglo, que en algunos países occidentales ha alcanzado más del ochenta por ciento de los ingresos laborales de una persona o de los beneficios de la actividad empresarial, en lo que contituye una auténtica nulificación del autogobierno personal y una infantilización casi total de los seres humanos, con la administración pública como paternal tutor de todos los ciudadanos.

Este nuevo “sheriff de Nottingham”, como el malvado personaje de la novela “Robin Hood”, está siempre al acecho para quitarle a la gente lo que es suyo. Ha moderado sus maneras y ha convencido a la mayoría de la conveniencia de sus impuestos, deslumbrando a las masas con todo tipo de infraestructuras y sistemas de “protección” social (logros, ambos, que la gente habría alcanzado por sí misma y en mejores condiciones mediante esa espontánea organización social que llamamos mercado). Pero la base del sistema sigue siendo la expropiación, y por montos mucho mayores en el siglo XX que los antiguos diezmos.

impuestos El Estado enseña los dientes a cualquiera que cuestiona su soberanía, porque es plenamente consciente de que sin este atributo tan cuestionable y obsoleto —al menos en su formulación presente y con sus actuales contenidos—, se tambalearía y daría paso a una situación de máxima libertad en la que los soberanos serían directamente los individuos, y las escasas funciones a desempeñar por entes colectivos no justificarían un Estado como el actual sino uno cien veces más pequeño y limitado. Esto asusta a millones de personas con un interés directo o indirecto en la continuidad del statu quo, desde los empresarios mercantilistas que viven de la protección estatal frente a sus competidores extranjeros hasta los líderes sindicales, desde los enormes regimientos de funcionarios públicos hasta la clase política en pleno. Todos estos sectores representan una coalición formidable, invencible por el ciudadano solo en una confrontación directa con semejante monstruo. Pero David está ganando a Goliat escapando del sistema, refugiándose en las oportunidades de afirmación de la soberanía individual que hoy permiten las nuevas tecnologías y la popularización de los transportes y las comunicaciones. ¿El Estado le sustrae su derecho a consumir marihuana? Vaya usted a Amsterdam. ¿Le impide abortar? Cruce la frontera o vuele al país más cercano con una legislación más liberal al respecto. ¿Le perjudica la debilidad de la moneda estatal? Protéjase cambiando su dinero a una moneda fuerte. ¿Le está robando a través de unos impuestos confiscatorios? Acuda a un paraíso fiscal. La globalización y la tecnologización de nuestra vida cotidiana son las grandes aliadas de la persona individual en su heroica resistencia frente al megaestado. Lo que no han conseguido los partidos políticos liberales o libertarios, ni los economistas “austriacos” ni el ejemplo de los grandes éxitos del sistema de pensiones chileno o de la revolución económica neozelandesa, lo están logrando los vuelos asequibles, las conexiones a Internet y, en definitiva, la abolición de las distancias en nuestro mundo.

Refugios de libertad

paraíso fiscalLa presión fiscal, la política arancelaria y las diversas formas de intromisión del Estado en los asuntos de la gente son las causas principales, si no únicas, de que en el mundo existan hoy más de cuarenta paraísos fiscales. Es una constante histórica que allí donde alguien intenta limitar la libertad humana, otro se ingenia un sistema para preservarla. No se trata de lugares gobernados por perversos políticos locales decididos a minar la “base fiscal” de los países “normales”, ni de jurisdicciones corrompidas por el dinero de malvados millonarios. Se trata de países y colonias que de forma absolutamente ética y legítima ofrecen a la gente un respiro, una válvula de escape frente a la persecución, es decir, un refugio. De ahí viene su nombre original en inglés: “tax havens” (refugios fiscales), mal traducido al español como “paraísos”. Aunque la palabra “paraísos” es bastante ajustada a la realidad, en contraposición con el infierno fiscal que representa la Hacienda pública de las jurisdicciones ordinarias, creo que el nombre original, “refugios”, da una idea más precisa de lo que acontece en esos lugares. La gente se refugia, se asila. Y si siente esa necesidad es porque en sus lugares de origen ocurre algo injusto. Nadie se tomaría las molestias —y hasta los riesgos— de refugiarse en Liechtenstein o en las Bermudas si se le cobraran unos impuestos de un cinco o diez por ciento, si montar una compañía en los países “normales” fuera cuestión de horas y costara mil dólares, si la actividad empresarial o la simple gestión de los ahorros no fuera una carrera de obstáculos en la que uno percibe siempre en la nuca el aliento amenazador de esos perros de presa humanos: los inspectores de Hacienda.

Cuando una ley es injusta, la gente se resiste a cumplirla. Así, miles de jóvenes en todo el mundo se han resistido a cumplir el servicio militar —y muchos han ido a prisión por ello— y las sociedades generalmente les han dado la razón, hasta el punto de que este intolerable abuso estatal sobre la vida, el tiempo, el cuerpo y el trabajo de las personas ha quedado socialmente deslegitimado y está siendo abolido país tras país. Pues bien, aunque tenga un estigma social a veces insoportable —fomentado por la propaganda estatal pagada con los impuestos de la misma gente a la que se dirige—, el hecho de refugiarse en un paraíso fiscal no dista mucho conceptualmente, mutatis mutandis, de la insumisión a otro supuesto deber como es éste de prestar servicio armado al país.

Una palabra viene de inmediato a la mente cuando se discute la justificación moral de las obligaciones de toda índole que el Estado impone a las personas: “solidaridad”. La conclusión a la que el mundo está llegando tras las últimas décadas de rebelión individual en diferentes campos es que la solidaridad es una cualidad humana indisociable de la voluntad. Se puede incentivar pero no imponer, y suele aflorar por sí sola en cuantía suficiente —como demuestra el auge de las ONG— si se permite la actuación libre de la conciencia humana, en vez de organizarla desde un poder superior y paternal. La solidaridad es demasiado importante para dejarla en manos de los burócratas, y la gente empieza a darse cuenta de ello. La solidaridad forzada no es solidaridad sino abuso y expolio, y si se puede justificar en algún caso sería en muy contadas y excepcionales ocasiones, jamás como un mecanismo sistemático, articulado y planificado desde el poder político. ¿Es insolidario el emigrante que se lleva su capacidad intelectual y física a otro país porque las condiciones laborales creadas por la legislación corporativista y mercantilista le hacen imposible encontrar empleo? ¿Es insolidario el joven que se niega a perder un año de su vida —o su vida entera— en el servicio militar a esa entelequia que llaman “patria”? ¿Es insolidario quien refugia su dinero fuera de las fronteras nacionales, harto de que el “Gran Hermano” le succione su patrimonio para alimentar un sistema caduco e ineficaz? Insolidarios son quienes, ante cualquiera de estas situaciones, criminalizan al individuo en lugar de replantearse el sistema.

El auge de lo offshore

La palabra inglesa “offshore” (“fuera de la costa”) se emplea como sinónimo eufemístico de “paraíso fiscal”, ante la criminalización social a la que estas jurisdicciones han sido sometidas por los medios de propaganda estatales. El sector financiero offshore representa hoy, según los expertos, entre el diez y el quince por ciento de la riqueza mundial, cuando en 1994 no pasaba del cinco por ciento. El crecimiento es tan rápido que al término de la década de 2000 bien podría estar refugiado en estos lugares más de la mitad del capital mundial. Hasta hace unos años, los paraísos fiscales se consideraban como países y territorios reservados a grandes empresas y, sobre todo, a fortunas personales enormes. Pero la elevada presión fiscal del mundo desarrollado, que se ha reducido algo pero que sigue estando muy por encima de la medida esperada por la gente, junto a la simplificación y el abaratamiento de los viajes y las telecomunicaciones, ha hecho de lo offshore un entorno tentador y al alcance de cualquiera. Tener una cuenta cifrada o una sociedad exenta de impuestos ya no es un lujo, y en muchos casos es una necesidad.

¿Quién y cómo puede beneficiarse de los paraísos fiscales? En primer lugar son un refugio ideal para las personas que han ido ahorrando durante años y que o bien viven en países donde se les obliga a tener sus cuentas personales en una moneda nacional insegura (caso de varios países latinoamericanos) o bien han generado parte de su ahorro “en negro”, es decir, fuera del control estatal. En lugar de tener cantidades importantes debajo de la cama o perdiendo valor en la caja fuerte de un banco, ese dinero puede hacerse productivo realizando cualquier clase de inversión bursátil o simplemente manteniéndolo en una cuenta remunerada en un paraíso fiscal. Cualquier suma a partir de unos pocos miles de dólares justifica el recurso a estos territorios. Además, en los banco offshore se puede uno beneficiar de la ausencia de control de cambios y del uso exclusivo de monedas fuertes. Las cuentas bancarias normalmente admiten fondos en varias monedas, por lo que se puede diversificar cómodamente el capital teniendo en la misma cuenta una parte en dólares, otra en yenes y otra en francos suizos, por ejemplo. Las tarjetas de crédito emitidas por estos bancos se pueden utilizar en el país de residencia del interesado, y a veces sin dejar rastro. Y, por supuesto, estos bancos están obligados por ley a no suministrar información a las haciendas de los países “normales”, cosa que tampoco hace el propio gobierno del paraíso fiscal. Las cuentas se abren con enorme facilidad y las comisiones bancarias no son, por lo general, mucho más elevadas de lo habitual. Además de miles de bancos dedicados en exclusiva al negocio offshore, la mayoría de los principales bancos de cada país tienen bien organizada su estructura exterior y ofrecen a sus clientes todo tipo de facilidades para realizar y controlar sus depósitos, muchas veces sin siquiera desplazarse al paraíso fiscal en cuestión.

Empresarialmente, los paraísos fiscales constituyen en la actualidad una pieza clave del comercio internacional. En ellos se puede constituir una empresa en cuestión de horas, sin que se inmiscuya en ello la administración y por unas cantidades asequibles a cualquier bolsillo. Cada vez son más los profesionales independientes que cobran a sus clientes en el extranjero mediante este tipo de sociedades, cuyo precio no suele superar los mil quinientos dólares como mucho. Evitar la doble imposición, aliviar la carga fiscal que soportan y mantener el secreto de algunas operaciones comerciales son los principales motivos por los que las empresas acuden a un paraíso fiscal. No hay una sola multinacional que no tenga una sofisticada estructura offshore, y el tamaño de las compañías usuarias de estos territorios se ha reducido hasta alcanzar a muchas pequeñas y medianas empresas. Una de las ventajas del paraíso fiscal frente a la jurisdicción convencional es que la identidad de los verdaderos propietarios y administradores puede protegerse mediante figuras jurídicas que impiden a los Estados acceder a esa información. La extrema seriedad y confidencialidad de los despachos de abogados y del sector bancario son la clave del éxito de estos territorios, por lo que en la práctica totalidad de los casos uno puede estar tranquilo respecto a la seguridad de sus datos, de su identidad y de su patrimonio.

La hipocresía anti-offshore

Los Estados convencionales han reaccionado de dos formas ante el espectacular incremento del sector financiero offshore. Por una parte, han lanzado toda suerte de campañas de propaganda destinadas a deslegitimar y desprestigiar a los paraísos fiscales, presentándolos ante la opinión pública como nidos de terroristas, narcotraficantes y millonarios egoístas. Por otro, han intentado ponerle puertas al campo, legislando innumerables normas destinadas a dificultar el acceso de los ciudadanos a estos lugares y a asustar a la gente respecto a la utilización de un paraíso fiscal. Pero la realidad se impone y de nada le han servido a los Estados ni sus legislaciones liberticidas ni su hipocresía. Esta última tiene su mayor expresión en la tolerancia de facto de casi todos los grandes Estados frente a aquellos pequeños paraísos fiscales con los que comparten un mismo entorno geográfico y de idioma (Italia sobre San Marino, Francia respecto a Mónaco, Alemania con Luxemburgo, Gran Bretaña respecto a las islas de Man, Jersey y Guernsey, España frente a Andorra, Estados Unidos sobre Bermudas y Grand Cayman, etc.). Esa tolerancia se debe a la presión de la comunidad financiera de cada país, y a la preferencia de las haciendas públicas por mantener esas fortunas cerca, de forma que reviertan de una u otra manera en el país.

Los paraísos fiscales, salvo Suiza, suelen ser países minúsculos. Unos son antiguos y respetados microestados europeos. Otros son pequeñas islas del Caribe o del Pacífico sin muchos más recursos que el turismo y el sector offshore. Muchos son todavía países colonizados cuya escasa extensión y población les mantienen aún bajo depedencia política de la metrópoli, pero con una plena autonomía económica y fiscal. Todos ellos compiten entre sí por el aluvión de dinero que cada año huye de las economías ordinarias hacia el sector offshore. Son en la práctica totalidad de los casos territorios democráticos y con un correcto manejo de la economía doméstica. Algunos han logrado generar un elevadísimo nivel de vida para sus ciudadanos. Sin embargo, no faltan voces puritanas que exigen la anulación de sus “privilegios” y hasta la anexión a los países grandes cercanos, en el colmo de la arrogancia. Es lo que sucedió hace poco en Alemania, cuando se descubrió que el partido democristiano CDU tenía cuentas en Liechtenstein y hubo quienes se permitieron incluso reclamar la anulación de este pequeño país centroeuropeo. La OCDE intentó en 1998 y 1999 organizar a sus Estados miembros en una especie de cruzada contra el sector offshore, pero los mismos países que tanto vociferan contra los paraísos fiscales encontraron mil y un impedimentos para coordinarse. Tampoco las alarmistas conclusiones de la comisión Ruding del Parlamento Europeo motivaron acción alguna por parte de los Quince. En definitiva, la hipocresía no sirve cuando la realidad se impone, y la propaganda anti-offshore no es ni creíble ni eficaz. El dinero es de la gente y la gente quiere ser libre.

Un futuro “paradisiaco”

Los paraísos fiscales no son un mal sino un síntoma. La enfermedad que señalan es el prepotente soberanismo fiscal de los países frente a sus ciudadanos, la glorificación del Estado y la continua amenaza de éste a la propiedad de las personas y de las empresas. Esa y no otra es la dolencia, y la medicina que la combate se llama libertad económica. La globalización está suministrando a los individuos amplias dosis de ese medicamento milagroso. En el Occidente desarrollado hemos conquistado la libertad política, y América Latina se ha incorporado a ella tarde pero bien. Falta la libertad económica, y por ahora sólo los paraísos fiscales nos la proporcionan, mientras nuestros Estados nos la niegan. Además nos ayudan a forzarles para que nos la reconozcan de una vez. La tendencia apunta hacia un mundo donde el sheriff de Nottingham terminará recibiendo un sonoro y humillante corte de mangas y, en vista de no tener nada que recaudar por haber refugiado todos los aldeanos su dinero en el bosque offshore de Sherwood, bien custodiado por Robin Hood y sus amigos, se irá a casa con los bolsillos vacíos y dejará en paz, por fin, a las antiguas víctimas de su vampirismo convertidas ya en ex-súbditos económicamente libres.

(Agencia Opinionpress)

 

—Gorka Etxeberria Landaburu es escritor y periodista.
© Agencia digital Opinionpress, 2005.

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Los Paraísos fiscales del Caribe

julio 4, 2015

Informe sobre los Paraísos fiscales

Por Jean-Pierre Chardon.

Paraisos fiscales (2007-2010)

La reciente crisis financiera ha puesto de relieve la existencia de áreas geográficas peculiares: los paraísos fiscales. Generalmente discretos, fueron señalados como uno de los lugares vitales para la finanza internacional cuya carencia de transparencia permitió que se extendiera esta crisis mediante la proliferación de productos financieros de alto rendimiento pero muy especulativos. Los principales responsables de la política mundial denunciaron el papel de estos paraísos fiscales, hicieron establecer una lista más o menos exhaustiva para que éstos proyectaran tener prácticas menos opacas y firmaran acuerdos con las autoridades financieras de los principales Estados. ¿Ha llegado el fin de los paraísos fiscales?

paraíso fiscalSi es cierto que entre otras, la zona caribeña es donde más se utilizan estas herramientas financieras, es señal de que la cuenca del Caribe está completamente sumergida en la globalización financiera. En un primer tiempo, después de recordar cuáles son la substancia y el papel que desempeñan los paraísos fiscales en la vida de la finanza mundial, tomaremos algunos ejemplos caribeños significativos: tres archipiélagos antillanos (las Bahamas, las islas Caimán, las Islas Vírgenes británicas) y Panamá, antes de examinar su porvenir con prudencia.

1. Nudos de gran importancia en la red financiera mundial

1.1. El paraíso fiscal o el arte de valorizar la soberanía

Una definición sencilla del paraíso fiscal podría designar un país en el que los residentes extranjeros, ciudadanos ricos o empresas internacionales, depositan su dinero para no pagar impuestos en sus países de origen.1 De hecho, los paraísos fiscales no solo son el resultado de estrategias privadas sino también de estrategias de grandes Estados que los utilizan para satisfacer a numerosos clientes. A éstos, los paraísos fiscales ofrecen una residencia jurídica ficticia, una desconexión de las transacciones en el tiempo y en el espacio, entre el sitio real donde ocurrieron y el sitio jurídico.

¿Cuales son los criterios que definen un paraíso fiscal para los utilizadores profesionales? Se trata primero de la existencia de una imposición mínima o nula para los no residentes que gozan de un secreto bancario inviolable; la libertad de circulación de los capitales internacionales debe ser completa, los procedimientos de registro muy rápidos, sencillos y poco controlados. Todo paraíso fiscal debe respaldarse en un centro financiero importante y disponer de una alta accesibilidad informática. El territorio también debe inspirar confianza a sus clientes mediante una estabilidad política y económica, y ofrecer placeres para la vida de los no residentes. Una serie de acuerdos financieros bilaterales con las grandes potencias económicas lo protege de toda medida perjudicial de represalia.

Es difícil establecer la lista de los paraísos fiscales, la Guía Chambost de paraísos fiscales (2005) incluye una centena entre los cuales se encuentran tanto grandes Estados (Reino Unido, Suiza) como islas (Antillas, Pacífico), micro territorios europeos (Andorra, Mónaco, Liechtenstein) y ciudades (Kaliningrad, Tel Aviv, Trieste, Tánger). A partir de la crisis financiera de 2007-2008 prolongada por la actual crisis económica que afecta todos los países occidentales, operaron re clasificaciones (cf. 3.) y el número de paraísos fiscales fue reducido después de medidas de saneamiento.

1.2. Creadores de empresas para clientes múltiples

La función principal de estos territorios offshore es crear empresas ad hoc para responder a las necesidades de los usuarios. Se trata primero de filiales de grandes empresas que satisfacen varios objetivos: cambiar el sitio de residencia de la empresa o de su propietario, ocultar la procedencia geográfica de los ingresos o organizar un sistema de ocultación fiscal. Así se crean, mediante una cuota de unos centenares de dólares, sociedades IBC (International Business Corporation) que permiten recaudar fondos en el mercado internacional a través de acciones u obligaciones. También permiten tener lucrativas actividades de “trading” en los mercados a plazos, pero no tienen contacto alguno con los habituales residentes del paraíso fiscal. La fundación que no tiene dueño ni accionistas, permite gestionar bienes y muchas veces es una entidad privada. El trust, por su parte, es el resultado de un acuerdo contractual entre personas privadas y facilita el establecimiento de una barrera entre el propietario legal de un activo y el beneficiario efectivo.2

Los clientes de estos dispositivos son numerosos en el mundo entero. Primero hay los clientes ricos del “private banking”. Multimillonarios en dólares, son dueños de múltiples residencias entre las cuales transitan en busca de la imposición mínima de sus bienes y beneficios.

Las empresas multinacionales, cuyos clientes son los más influyentes, buscan en el paraíso fiscal la reducción de sus impuestos, pero también a veces un modo de ocultar su pasivo a fin de presentar un mejor balance financiero para su cotización bursátil. Pero lo más importante es aprovechar el diferencial de imposición entre la fuente de los beneficios y la residencia de la sociedad matriz, la cual beneficiará del sistema mediante los precios de transferencia hacia sus filiales.3

Cualquier paraíso fiscal atrae a los profesionales de la finanza. Hace decenios que los bancos están presentes en los paraísos fiscales a través de filiales conectadas en las redes electrónicas de transferencia de fondos. En el paraíso fiscal, la filial bancaria sirve de pantalla, sobre todo para las transacciones ilegales (comisiones y retro-comisiones) y también para el blanqueo del dinero que proviene del crimen organizado y de varios tráficos (armas, narcotráfico, prostitución, juegos). A esos financieros se añaden las compañías aseguradoras, en particular las que están en relación con las empresas multinacionales. Todos manipulan fondos de inversiones especulativos (hedge funds) que son el nervio de las especulaciones bursátiles tanto físicas (materias primas) como financieras (productos sofisticados de alto riesgo como los subprimes). Siguiendo los pasos de esta nebulosa de la finanza, los profesionales del derecho y de las cuentas son grandes utilizadores de los centros offshore. ¿No se encuentran en ellos los cuatro grandes del Consejo Internacional cuya influencia es considerable sobre la finanza mundial?4 La función de estos profesionales es convalidar y comercializar nuevos productos financieros muy complejos que provienen de áridas matemáticas financieras y que, muchas veces, no tienen relación alguna con la realidad económica. En realidad, su objetivo principal es permitir importantes ganancias que remuneran les enormes riesgos que suponen. Por fin, los grandes Estados también usan de los paraísos fiscales para transacciones secretas que no pueden aparecer en las cuentas públicas.

1.3. Un legado anglosajón

A fines del siglo XIX se desarrolló una primera globalización económica caracterizada por une fuerte movilidad de los capitales más allá de las fronteras, en una época de afirmación más o menos agresiva del nacionalismo de los Estados naciones.5 Reconciliar soberanía y movimiento de capitales, ése era el dilema, particularmente para las potencias industriales como los Estados Unidos y Gran Bretaña que tenían la preocupación de apoyar la internacionalización de sus grandes empresas (petróleo, química, siderurgia, etc.). Como los tratados comerciales bilaterales no parecían proponer soluciones convenientes, las empresas privadas se esforzaron en solucionar el problema entre ellos. Fueron abogados de empresa de Nueva York los que sugirieron al Gobernador del Estado de New Jersey aumentar sus ingresos mediante la propuesta de un límite máximo de los impuestos a cualquier sociedad que se instalara en Estado. El Gobernador del Delaware hizo lo mismo en su ley fiscal de 1898.6

A este primer aspecto del offshore –la atracción de las empresas por motivos fiscales– iba a juntarse la decisión de los jueces londinenses que crearon, por dichos motivos, el concepto de residencia ficticia7 definida a partir del sitio de residencia de los que controlaban y eran dueños de la empresa. Entonces, las empresas británicas trasladaron sus consejos de administración al extranjero, huyendo así de los impuestos británicos. La última piedra del paraíso fiscal fue la ley suiza de 1934 sobre el secreto bancario que vino a ser inviolable so pena de persecución penal.

Hasta en los años 1960, los paraísos fiscales, todavía poco numerosos, eran ante todo refugios fiscales para ciudadanos ricos y para unas escasas grandes sociedades. Pero, en 1957, se creó en Londres el mercado de los “eurodólares”; así el banco de Inglaterra autorizó transacciones financieras con una divisa diferente de la libra esterlina entre dos entidades no residentes, fuera de todo control. Fue un paso decisivo hacia la globalización financiera. El eurodólar llegó a ser un juego de escrituras contables que permitía que un banco ubicado fuera de los Estados Unidos efectuara operaciones en dólares sin que fueran consideradas como realizadas en el sitio de residencia del banco sino en un espacio ficticio, el offshore, sin control público.

Armado de la firme voluntad de hacer de Londres el mayor centro financiero del mundo, el Banco de Inglaterra, independiente del poder político pero atento a las necesidades de los potentes banqueros de la City, atrajo a los grandes bancos norteamericanos. Sin embargo, éstos se dieron cuenta de que al establecerse en los territorios británicos de ultramar de las Antillas (Bahamas, Islas Caimán), sin desajuste horario con Wall Street, conseguían las mismas ventajas que en Londres. Fue así como empezó el crecimiento rápido de los paraísos fiscales en las islas tropicales. Aquel mercado sin regulación redujo la trazabilidad de las transacciones financieras internacionales.

Durante los años 1970, cuando decayó el modelo capitalista fordista, hubo una ruptura entre la productividad y el nivel de los salarios que produjo una debilitación de los beneficios. Para que se invirtiera la tendencia, elaboraron nuevas estrategias. Se desarrolló una verdadera economía offshore apoyada en los paraísos fiscales para la finanza, pero también en las zonas francas industriales con el fin de disponer de una mano de obra más barata y dócil y en el sistema de pabellones de complacencia para bajar el coste de los intercambios marítimos. Para escapar del coste de los conflictos sociales y de las cargas sociales de los Estados continentales, las empresas se desplazaron hacia los paraísos fiscales que les ofrecían una imposición mínima, el secreto bancario y una residencia ficticia.

1.4. Micro Estados vitales para la globalización financiera y económica

Si no es fácil determinar el número de paraísos fiscales de manera exhaustiva8 (cf. 1.1.), los especialistas estiman que del 2% al 5% del PIB mundial transita o está localizada en estos territorios; la mitad en valor del comercio mundial pasaría por ellos igual que la mitad de los flujos financieros internacionales. De este modo los paraísos fiscales intervendrían en la mitad de la finanza mundial tratándose de préstamos e ingresos.9

Pero también tienen estos territorios una importancia en la división internacional del trabajo. Cuando reciben la tercera parte de los flujos de inversión al extranjero de las empresas multinacionales, las filiales offshore de éstas son un engranaje esencial de la producción y de la distribución de bienes y servicios en el mundo. Por otra parte, la monetización en alza de numerosos actos de la vida tanto pública como privada, unida al excepcional desarrollo del intercambio informático de servicios de pago, hace que son muy útiles los paraísos fiscales para quien desea optimizar sus beneficios. Cada vez más flujos de pago en el internet (teléfono, proceso de datos variados, pagos bancarios)10 provienen del offshore.

Se atenúa entonces la ficción de una frontera entre una actividad financiera normal, regulada por grandes instituciones y bancos centrales y un mundo financiero sin regulación, opaco, poblado de actores desconocidos que manipulan de modo muy especulativo importantes montones de capitales. Al entrar esta economía de casino en crisis, contamina la otra, como ocurrió durante el verano de 2008. Como esta crisis financiera continúa en la actualidad a través de una muy grave crisis económica que afecta principalmente a los países del Occidente, no se puede sino deducir que existan lazos estrechos entre estos dos mundos, el segundo siendo indispensable al primero, sin que éste pueda controlar con éxito dichos lazos.

2. La considerable dimensión de la cuenca Caribe en las finanzas offshore

2.1. Los paraísos caribeños: una doble oportunidad geográfica e histórica

En la larga lista mundial de paraísos fiscales, la cuenca caribeña ocupa el primer puesto por el número y la categoría de ciertas especialidades financieras (cf. véase más adelante). En la lista del FMI del año 2000, figuran 19 países de la AEC sobre un total de 60, o sea la tercera parte. Ente ellos, tres son continentales (Belice, Costa Rica y Panamá) los demás diez y seis son islas y archipiélagos antillanos. Desempeñan un papel vital en la banca offshore en el mundo. Así en 2004, los tres archipiélagos de Bahamas, islas Caimán e islas Vírgenes británicas y también Panamá, detentaban la sede de 1 200 000 empresas offshore sobre un total mundial que se estimaba a 2 100 000 en esa época, o sea el 55% del total (cf. véase tabla más adelante). ¡Las islas Caimán y las Bahamas acogen respectivamente 500 y 4300 filiales de bancos offshore! Las mismas islas Caimán y más recientemente las islas Vírgenes británicas son el refugio privilegiado de las compañías aseguradoras. Reciben enormes flujos de inversiones directos afectados al extranjero.11 Las islas Caimán detendrían casi el 80% de los 1200 mil millones de fondos especulativos (hedge funds) muy implicados en la reciente crisis financiera mundial.

La proximidad con los Estados Unidos es una importante ventaja. Situados en el mismo huso horario que Wall Street, eje mayor de la finanza mundial y epicentro de la primera potencia económica del momento, benefician de una excelente accesibilidad, a la vez informática y aérea. Estos territorios son antiguas colonias de Europa, tardíamente emancipados o que siguen siendo colonias de sus antiguas metrópolis bajo la forma de Territorios Europeos de Ultramar (TOM). Poco poblados, estos territorios tienen recursos naturales limitados, mercados estrechos y su supervivencia socio económica no pudo existir sino a través de la búsqueda de nichos económicos que les permitieran integrarse en la economía mundial gracias a la valorización de los vínculos que mantenían con sus antiguos tutores. Territorios anglófonos o neerlandófonos,12 tienen sistemas políticos que reproducen los de las antiguas metrópolis y que, en general, se asientan en dos conjuntos políticos que gobiernan a través de una alternancia electiva de una gran estabilidad. Además, sus monedas se aprecian en paridad con respecto al dólar. Su situación insular en los trópicos favorece su vocación turística basada en una atención específica para el turismo del segmento alto con el fin de atraer a los no residentes ricos que desean discreción tanto para dirigir sus negocios como para gozar in situ de sus suntuosas residencias. La disparidad de categoría entre el mundo de los no residentes y él de la población local poco numerosa, casi nunca ocasiona disturbios capaces de matar la gallina de los huevos de oro.

Territorios que se dedican al servicio

Superficie
(km²)
Población
(1000 hab.)
Servicios financieros
(% del PNB)
Ingresos turisticos
(% del PNB)
Multinacionales
(Número de sedes)
Empresas
(Número)
Bahamas 13 500 331 15 30 156 42 616
Islas Caimán 260 52 14 17 1130 72 000
Islas Vírgenes británicas 150 23 45 45 244 619 916
Panamá 76 000 3350 7 9 125 369 652
Fuente: Chavagneux y all.2009
 

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2.2. Tres archipiélagos anglófonos modelos del “offshore” insular en el trópico

Estos tres archipiélagos ilustran la amplia gama de servicios que puede ofrecer un paraíso fiscal. Si las Bahamas son independientes, los otros dos siguen siendo colonias británicas. Los tres benefician de innumerables visitas turísticas, pero el turismo de masas no afecta sino las escalas de crucero, mientras los demás visitantes buscan una estancia de lujo. El gran número de islas deshabitadas y el ultraliberalismo del régimen inmobiliario local proporcionan a la gente adinerada la posibilidad de comprar residencias lujosas, discretas, accesibles en avión privado o en helicóptero. Se nota una gran actividad náutica en una región que favorece los viajes entre islas muy cercanas donde se encuentran casinos y otros lugares de placeres.

El archipiélago de las Bahamas estira sus 700 islas (de las cuales el 40% están deshabitadas) en 1200 km desde Florida hasta la punta oriental de Cuba.13 Más de la mitad de la población se concentra en New Providence y en la capital Nassau. Es el turismo una actividad primordial tanto de estancia como de crucero, y aporta anualmente 2 mil millones de dólares en ingresos. Este archipiélago ofrece el panel offshore más completo de las Antillas. Los servicios financieros representan el 15% de su PNB. Además, es conveniente añadir los ingresos de la amplia zona comercial de Freeport (Isla de Gran Bahama).14 A ésta se une una muy importante plataforma logística marítima que puede valerse de uno de los principales pabellones de complacencia del mundo.15

Las Islas Vírgenes británicas ofrecen una treintena de islas (la tercera parte deshabitada) sobre 150 km2. Colonia británica, viven sobre todo de los servicios financieros y del turismo (cf. tabla). El turismo combina escalas de grandes yates, viajes náuticos privados y residencias lujosas. El ascenso del archipiélago en el dominio del offshore es el más reciente de los tres y resulta por parte de la retirada de varios clientes del offshore de las Bahamas después de la independencia de este archipiélago. En consecuencia, el número de registros alcanza los 30 por habitante (cf. tabla).

Durante largo tiempo dependencia de Jamaica, el archipiélago de las islas Caimán también quedó como colonia británica después de la independencia de la citada Jamaica. A medio camino entre ésta y Cuba, estas tres islas con una población de 52 000 habitantes también viven del turismo de lujo y de los servicios financieros. ¡Estaría este archipiélago en el quinto rango de la finanza mundial! Es el paraíso de los fondos especulativos y de las sociedades pantallas y los paraísos preferido de la finanza estadounidense. Allí gestionan más de 1000 millones de dólares de fondos opacos. En consecuencia no existía impuesto en este territorio que vivía de la venta de licencias bancarias y de tasas de importaciones en un archipiélago que compra al extranjero el 80% de la totalidad de sus consumiciones. Pero, en 2004 el ciclón Ivan devastó el territorio y la crisis financiera de 2007-2008 disminuyó fuertemente la renta sacada de los establecimientos financieros que tuvieron que despedir a una parte del personal local. Decayó el número de turistas norteamericanos, disminuyendo asimismo los recursos de las autoridades locales a quienes Londres prohibió la posibilidad de conseguir préstamos en los bancos registrados en la plaza, lo que revelaba la impermeabilidad entre aquel mundo del offshore y el territorio que lo ampara. Londres exigió la creación de una contribución sobre los bienes de los ricos expatriados que representaban la mitad de la población. Este riesgo climático de los ciclones vale para la casi totalidad de la cuenca caribeña y añade una dosis de endeblez al mundo del offshore.16

2.3. El caso particular de Panamá: un corredor dedicado a los servicios de importancia mundial, estructurado en su canal transoceánico

La historia de Panamá es singular en centroAmérica. Nació de una separación con Colombia en 1903, bajo tutela de los Estados Unidos que construyeron y abrieron el canal en 1914, en medio del “Canal Zone” del que quedaron dueños hasta el 31 de diciembre de 1999. La transformación de aquella conexión logística vital para la geoestrategia americana en un corredor logístico multiservicios de amplitud mundial está en proceso de realización. Se respalda en un canal que están ampliando17 y que ve transitar el 5% del tráfico marítimo mundial. La actividad del canal aporta el 10% del PIB nacional y es factor, en las dos extremidades, de una intensa actividad portuaria que, en la parte de la costa del Caribe, alimenta la segunda zona franca del mundo (después de Hong Kong) y aporta el 8% del PIB nacional.

Desde 1925, Panamá ofrece a todos los armadores un pabellón de complacencia18 que hoy le proporciona el primer puesto mundial con 6842 buques que totalizan 271 millones de toneladas de peso muerto al 1º de enero de 2009. Así, el pabellón de Panamá posee casi la cuarta parte de la flota mundial, con 16% del total mundial de los petroleros, la tercera parte de los graneleros y más del 20% de los portacontenedores. Este dinamismo marítimo se apoya en una red de consulados marítimos que abarca todos los puertos importantes del mundo y donde en sólo dos días se registra un buque. El sistema panameño es muy laxista con respecto a las leyes sociales, no exige ningún impuesto sobre los beneficios y simplifica lo más posible los requisitos administrativos. En consecuencia, los gastos de notario, de inspección, de mantenimiento y de registro generan 200 millones de dólares cada año para Panamá.

Estas actividades se adosan en un centro financiero offshore de alto rango. Los Estados Unidos han guardado une fuerte influencia en Panamá cuya moneda (el balboa) se estima a paridad con el dólar. Son numerosos los jubilados norteamericanos que se instalan en la zona cercana del canal. Panamá es una confluencia para las dos Américas, pero también para Asia y América. China ha venido a ser el segundo usuario del canal después de los Estados Unidos y extiende sus intereses por toda América latina donde Japón cuenta ya con firmes posiciones comerciales.

Situado a medio camino entre el primer consumidor mundial de drogas al norte y los países productores de los Andes, Panamá también puede tener una gran utilidad para el blanqueo de los narco-dólares, a riesgo de manchar una reputación ya alterada por la presencia de su pabellón en numerosos naufragios lamentables.

Este corredor dedicado a los servicios es la columna vertebral de la economía panameña. En 2007, generó un excedente de casi 3 mil millones de dólares en la balanza nacional de servicios (16% del PNB) que permitió subsanar las dos terceras partes del déficit de la balanza comercial.

3. Paraísos fiscales: ¿Instrumentos en peligro o imprescindibles?

3.1. Las recientes leyes contra los paraísos fiscales: ¿reforma o postura?

A la vuelta del siglo XXI las autoridades internacionales y algunos países industrializados decidieron enfrentarse con la opacidad de la banca offshore. La reciente crisis financiera llamada crisis de los “subprimes”, ilustrada entre otras por la quiebra del banco Lehman Brothers, no hizo más que acentuar aquella voluntad. En 1999, el comité de los asuntos fiscales de la OCDE estableció una lista de 47 paraísos fiscales, pero en 2000, la publicación de la lista sólo contaba con 35 nombres. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) creado en 1989 para luchar contra el tráfico de estupefacientes estableció una lista, también en 1999, de 29 territorios “dudosos” entre los cuales se destaca un catálogo publicado en junio de 2000,19 de 15 territorios que no cooperan. Pero, en octubre de 2006, el GAFI no reconoce más a ninguno de estos territorios como no cooperativos.

El 2 de abril de 2009 la OCDE publicó una triple lista de los sesenta paraísos fiscales del mundo. Una lista blanca para los que habían firmado una docena de acuerdos bilaterales. Los que no cumplían con estas condiciones figuraban en una lista gris: 38 países entre los cuales la casi totalidad de los paraísos fiscales del Caribe. Costa Rica aparecía en la lista negra en compañía de tres otros Estados. Saldría de aquella lista algunos meses más tarde.20

¿Son estas rápidas actualizaciones el resultado de las presiones de las autoridades financieras internacionales (FMI, OCDE) o se trata de una postura para tranquilizar las opiniones públicas preocupadas por la importancia de la crisis financiera ampliada por la grave crisis económica que afecta a los países occidentales? Lo que se exige de los paraísos fiscales se refiere sobre todo al intercambio de datos fiscales, pero ante todo, el levantamiento del secreto bancario se limita únicamente a los asuntos penales. Pero ¡aun es necesario que las autoridades nacionales soliciten las informaciones! Actualmente, los países industrializados tienen graves déficit públicos que deberían agudizar su búsqueda de nuevos ingresos fiscales. De hecho, es más fácil crear nuevos impuestos que luchar con eficacia contra el fraude y la evasión de los impuestos. El porvenir de los paraísos fiscales no parece muy amenazado por aquellas exigencias reglamentarias que al parecer, sólo pretenden eliminar los países de mala fama.

3.2. El desplazamiento del núcleo de la economía mundial a costa de la finanza anglosajona

Los países de economía emergente sufrieron la doble crisis financiera y económica. Al parecer, la economía mundial se encamina hacia un duopolio Estados Unidos – China y respecto a la finanza, los excedentes de divisas chinas pagan el déficit de los Estados Unidos. ¿No existe el riesgo de ver agotarse los flujos de capitales hacia los paraísos fiscales antillanos a favor de sus competidores asiáticos?

Por otra parte, la subida espectacular de la finanza en los países del Golfo pérsico árabe ¿podría desviar los flujos destinados habitualmente a la City londinense para impulsar centros regionales (Dubai)? Además, una reciente tendencia de la finanza musulmana preconiza el respeto de la sharia en las transacciones financieras,21 lo que podría acentuar cierto empoderamiento de la finanza islámica en el seno de la finanza mundial.

3.3. Las fuertes ventajas de los paraísos fiscales del Caribe

El primer recurso viene asociado a una perennidad cierta de la potencia de los Estados Unidos. En los próximos decenios, este país debería quedar como una potencia económica de gran importancia en el mundo, aun si tuviera que compartir con China y otros demás países (India, Brasil) sus capacidades de innovación, y sus recursos intelectuales y materiales. Su potencial estratégico le protege contra una decadencia tan impresionante como debería ser la de la finanza europea.

La segunda ventaja resulta de la experiencia de los paraísos caribeños en el mundo del offshore. Primero, cuentan con una excelente accesibilidad a la que se añade el encanto de una residencia lujosa que aprecian los clientes de los paraísos y también sus amigos y contactos. Sus dimensiones y estatutos son la garantía de una fuerte estabilidad en una especialidad financiera que supone discreción y opacidad.

Sin embargo, estos archipiélagos estables viven en medio de una de las zonas más peligrosas del mundo donde se multiplican los homicidios, particularmente en la franja costera continental (desde México hasta las Guyanas). Esta situación proviene de la potencia regional del crimen organizado dominado por los cárteles de narco traficantes que asocian los tráficos de estupefacientes, de seres humanos (prostitución, migraciones), de armas (que aprovisionan las milicias privadas y las guerrillas), de fauna silvestre (rapiñada en las selvas tropicales y exportadas hacia el Occidente). Estos tráficos generan sumas considerables, las más veces en efectivo, que deben ser blanqueadas. El paraíso fiscal es el método ideal para esta operación. Ya evocamos (cf.2.3.) el caso de panamá al respecto.

3.4. Los obstáculos para una política en contra de los paraísos fiscales

El primer obstáculo viene de la actitud de los Estados. Algunos son paraísos fiscales o así los consideran como es el caso de Irlanda, Suiza, Luxemburgo, o de micro estados como Mónaco, Andorra, Liechtenstein.22 Por otra parte la economía resulta cada vez más globalizada y pesa fuertemente sobre las políticas. Por lo que se refiere a la economía, las políticas nacionales no hacen más que corregir marginalmente el complejo mundial que abarca la finanza, los seguros, las auditorias, las agencias de cotización y algunas potencias mayores.23 A nivel nacional, el conjunto económico-financiero pesa con fuerza sobre unos Estados, que casi en mayoría han adoptado la ley del mercado, aun cuando el régimen político no corresponde a este credo liberal.

Esta galaxia financiera que estructura y hace vivir la economía mundial por medio de los flujos financieros, no puede prescindir de las prácticas de la banca offshore de la cuales saca tantas ventajas. Merced a aquellos minúsculos territorios soberanos, la finanza mundial minora sus costes de explotación y optimiza sus beneficios. Entonces, se trata ante todo de borrar los abusos en vez de suprimir la práctica. Sin duda, es la significación más o menos admitida de las recientes medidas que han fomentado los estados en contra de los paraísos fiscales (cf. 3.1.). Al parecer, los estadistas no quisieron o no pudieron aprovechar la oportunidad de la crisis económica más grave de la post guerra para intentar una normalización de aquella economía casino. La existencia de los paraísos fiscales no parece estar en peligro, ni mucho menos. Las autoridades públicas que, hace poco, afirmaban su voluntad de destruirlos, hoy en día parecen conformarse con algunos reajustes legislativos acerca de la opacidad de prácticas que penalizan a los expatriados fiscales.

Así, gracias a sus paraísos fiscales, la Cuenca del Caribe ganó una notoriedad mundial en un sector de gran importancia: la finanza internacional. A través de un paralelismo sorprendente, esta función otorgada por sus mentores extranjeros recuerda el comienzo de la historia colonial de la región, cuando, bajo el dominio de los españoles, cargaban los metales preciosos del Nuevo Mundo en los puertos del Caribe para inundar la potencia imperial ibérica a lo largo del siglo XVII antes de enriquecer a las demás potencias europeas rivales. Escondidos en los archipiélagos como las Bahamas o las islas Caimán, los corsarios y más tarde los filibusteros acechaban los galeones para apoderarse de ellos. Hoy en día, son otros aventureros de la finanza y del internet quienes, armados de los ordenadores de las empresas pantalla, aguardan las oportunidades más lucrativas.

Pero, estos paraísos fiscales ¿no forman parte del fin de uno de los innumerables ciclos que conoció el Caribe durante cinco siglos? Igual que disminuyó el flujo de metales preciosos después del siglo XVIII, que decayeron las potentes refinerías antillanas de petróleo a partir de los años 80, que desde hace dos decenios sufren las zonas francas de las grandes Antillas y del istmo meso americano frente a la competencia asiática, ¿cuál es el porvenir de los paraísos fiscales caribeños?

Los responsables del Caribe siguen muy a favor de este nicho financiero que representa un gran parte de los ingresos de aquellos archipiélagos, aun cuando no es satisfactorio el reparto social de los beneficios.24

Más allá de un evidente traslado de la potencia económica mundial hacia Asia, los paraísos fiscales del Caribe permanecen a dos pasos de los Estados Unidos, mentor ambicioso y potente que sigue dirigiendo la economía mundial, aun si debe compartir cada día más esta función. Sin un cambio fundamental de las prácticas financieras internacionales, la financiarización de la soberanía de los micros estados sigue siendo preciosa. Es útil para acoger el dinero que huye de los impuestos, cuando no es de la ley; autoriza la venta de licencias de propiedad que cubren tanto el sector bancario como él de las empresas o de los armadores. También es parte de la panoplia de supervivencia de los pequeños territorios insulares del trópico, sobre todo cuando ofrecen a sus clientes una residencia “paradisiaca”.


1 Para la OCDE, un paraíso fiscal propone una jurisdicción que supone poco o ningún impuesto sobre la renta de los capitales, desarrolla prácticas opacas que permiten crear empresas ficticias y se niega a dar informaciones financieras a las autoridades extranjeras.

2 Existirían en el mundo más de 1000 trust que gestionan de 3 a 8 billones de dólares mediante 350 000 cuentas offshore (cf. libro de Chavagneux et Palan).

3 El precio de transferencia designa el precio más o menos ficticio de los bienes y servicios, facturados internamente por una empresa a sus filiales. De esta manera, la sede central establecida en un lugar, facturará lo más alto posible las transferencias hacia su filial situada en un paraíso fiscal y minorará las transacciones entre su filial y la sede social instalada en un sitio que exige más impuestos.

4 KPMG, Ernst and Young, Pricewaterhouse Cooper, Deloitte-Touche-Tohmatsu.

5 En 1913, las reservas de inversiones directas al extranjero (IDE) alcanzaron el 9% del PNB mundial. Se tuvo que esperar el año 1990 para volver a encontrar esta proporción.

6 Durante los años 1920, 40% de los ingresos fiscales del Delaware venían del registro de sociedades. Hoy, casi la mitad de las empresas americanas que tienen una cotización bursátil todavía tienen su sede social en el Delaware.

7 En 1906, los jueces de Londres obligaron la empresa diamantina De Beers, registrado en Africa del sur, a conformarse con los aranceles londinenses, valiéndose de la residencia en Londres de los que la dirigían y controlaban.

8 La lista FMI de 2000 señala a 61 países como centros offshore; el 2 de abril de 2009, la OCDE estableció tres listas según la opacidad creciente de las prácticas: lista blanca, lista gris (38 territorios) y lista negra (3 territorios).

9 En 2004, se contaba con dos millones de empresas con sedes offshore. Los centros exóticos offshore captarían el 30% del total de los flujos financieros, estando Londres el primer centro financiero del mundo.

10 Cuatro años después de la recompra en 1991 de los correos de Guyana por una empresa americana, la duración mediana de las llamadas telefónicas pasó de 24 minutos a 2h20. En aquella época, se suponía que cada ciudadano de las Antillas neerlandesas utilizaba el teléfono durante más de tres horas (cf. libro de Chavagneux et Palan, p. 26).

11 La misma obra señala que en 2005, las islas Vírgenes británicas se alzaban en el segundo rango después de Hong Kong como centro de inversiones extranjeros en China con unos 9 mil millones de dólares, estando las islas Caimán en el 8º puesto con 2 mil millones de dólares.

12 Las antiguas colonias francesas (Guadalupe, Guyana, Martinica) son desde 1946 departamentos de ultramar de Francia y hacen parte de las Regiones ultraperiféricas (RUP) de la Unión Europea. La historia económica y política de Francia no deja que se establezca un verdadero paraíso fiscal. Su larga tradición de dirigismo y su hostilidad para con el liberalismo económico hacen que es en la actualidad uno de los más virulentos denunciantes de la finanza offshore, mientras disfruta de sus beneficios mediante sus bancos y empresas. Sin embargo, la parte francesa de San Martín y San Bartolomé, valiéndose del nuevo estatuto que les permite elaborar su propio código fiscal, tienen sin duda ambiciones financieras en el dominio del offshore.

13 Independiente desde 1973, las Bahamas, archipiélago de la Mancomunidad tiene un régimen parlamentario con una asamblea de 40 miembros elegidos para 5 años y un senado de 16 miembros designados por el primer Ministro. Un Gobernador general representa a la Reina de Inglaterra.

14 Una de las más importantes de la región después de las de Colón y Miami.

15 Gracias a su pabellón de complacencia, Bahamas abriga la 7º flota mundial: 58 millones de toneladas de peso muerto al 1 de enero de 2009 en 1240 buques entre los cuales numerosos cruceros.

16 Los ciclones más recientes causaron grandes estragos tanto en Bahamas como en las islas Turcas y Caicos, situadas en la punta sur del archipiélago de las Bahamas.

17 Construcción de una segunda serie de esclusas que permitirán recibir los buques de mayor tamaño.

18 Un “registro abierto” en el dominio marítimo permite a un armador o a una empresa registrar un buque en un país sin tener vínculo alguno con el país que otorga el pabellón. Un buque puede cambiar de pabellón varias veces al año.

19 Entre los cuales 6 pertenecen a la AEC: Bahamas, Islas Caimán, Dominica, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente.

20 Ya en marzo de 2010, tres paraísos fiscales dejan de figurar en la lista gris: San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Anguilla.

21 Tratándose de prácticas financieras, el mandamiento islámico prohibe el interés, impone el reparto de los beneficios, insiste en la obligación social de los dueños de capitales y se niega a financiar algunas actividades (juegos, productos ilícitos, etc.).

22 Londres, todavía es el primer centro de la finanza mundial.

23 Las actuales especulaciones contra el euro y las deudas públicas de Grecia y España bien muestran la perennidad de las prácticas financieras en el mundo.

24 En 2002, 21 Estados de la cuenca del Caribe establecieron un dispositivo de vigilancia de las actividades offshore, el GAFIC (Gruppo de Acciòn Financiera del Caribe).


Referencias bibliográficas

Brunet R., (1986), Atlas mondial des zones franches et des paradis fiscaux, Paris, Montpellier, Reclus coll. Atlas Reclus, 80 p.

Chambost E., (2005), Guide Chambost des paradis fiscaux, Fabre, Lausanne, 8e édition.

Chavagneux C., Palan R., (2009), Les paradis fiscaux, Nouvelle édition, Avril, La Découverte (ouvrage fondamental).

Duhamel G., (2001), Les paradis fiscaux, Paris, Grancher, 406 p.

Desse M., Hartog T., (2003-4), Zones franches, offshore et paradis fiscaux : l’antimonde légal, Mappemonde n° 72, p. 21-24.

Revues : Le Devoir (08.08.2005)

Presse internationale

Autor: Jean-Pierre Chardon

Fuente: http://atlas-caraibe.certic.unicaen.fr/es/page-144.html


Paraísos fiscales, zonas francas, tráficos ilícitos (2008-2012)

Por  Patrice Roth, Pascal Buleon.

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El Caribe insular, tanto como su franja continental, tiene fama de ser una de las regiones del mundo con mayor número de espacios que dan refugio a regímenes de excepción de toda índole: zonas de libre comercio, duty free, paraísos fiscales, centros financieros offshore.

Zona de libre comercio no es lo mismo que paraíso fiscal. Las primeras, en un área geográfica delimitada, abarcan tanto los pequeños almacenes del puerto de Jarry en Guadalupe, como los centenares de hectáreas de Colón en Panamá. Paraísos fiscales y centros financieros offshore cubren a menudo una isla entera o un Estado. Abundan los privilegios, las inmunidades comerciales, aduaneras o fiscales, los estatutos particulares de todo tipo, perfectamente legales aunque no se atengan al derecho común, hasta el punto de que los territorios que carecen de ellos son vistos como «rara avis». Un «paquete de ventajas», a cuya sombra prosperan el fraude y los trapicheos de toda clase, puede sustituir a una simple dispensa arancelaria o fiscal. Entre lo derogatorio y lo ilegal, lo ultra liberal y lo abusivo el límite es a menudo impreciso. Pero no cabe la menor duda de que la región goza de unas condiciones eminentemente favorables.

Los gigantescos flujos de capitales y de mercancías generados por el sistema económico y financiero americano, alimentan numerosas zonas y fomentan intercambios que, pese a situarse fuera de la ley común, mantienen con el gigante americano una relación simbiótica, compleja, ambigua y cambiante. Las rutas del eje Atlántico-Pacifico se cruzan en el istmo panameño donde convergen también las rutas de un doble eje América del Norte-América del Sur, uno que pasa por el istmo y el otro por las islas. La región se convierte así en un lugar de convergencia por donde transitan un sinnúmero de mercancías y de actividades. Ensamblaje y distribución de productos variados (Colón o Miami), tráfico de drogas, de armas, de capitales, contrabando de productos procedentes del Sudeste asiático.

Los numerosos micro Estados de la zona, los que tienen pocos recursos, intentan sacar provecho de su ubicación, en distinto grado y con mayor o menor éxito. En una incesante escalada, cada uno trata de atraer el maná extranjero. El cliente y el inversor son los reyes del mambo, estudian y comparan sin complejos
todas las ventajas y todas las ofertas. El cliente particular el industrial, el armador, la sociedad offshore, el turista, sin olvidar al narcotraficante o a los gánsteres mafiosos que blanquean el dinero sucio con absoluta impunidad, todos encuentran ahí cuantiosas ventajas.

Santo Domingo ha duplicado las zonas industriales de libre comercio. Bahamas y San Martin apuestan por el turismo de shopping gracias a las exoneraciones de tasas. Las islas Caimán, Turcas y Caicos, atraen capitales y empresas con exorbitantes facilidades bancarias y fiscales. Panamá tiene la cuarta flota marítima mundial gracias a una legislación extraordinariamente permisiva.

Se ha trabajado duro en las cumbres internacionales y en varios organismos, para poner coto al offshore financiero que cubre un amplio abanico de actividades, desde la ingeniería financiera sofisticada y librarse de pagar impuestos, para las grandes empresas inclusive, hasta el blanqueo de dinero sucio. Se han adoptado varias medidas de transparencia y de intercambio de datos, se han establecido listas de clasificación de países para influir en los Estados más opacos. Pese a tantos esfuerzos, el FMI calcula que la mitad de las transacciones financieras internacionales transitan por centros financieros extraterritoriales. En todas las clasificaciones, las islas Caimán y varias islas del Caribe, entre las cuales figuran las islas Vírgenes británicas, ocupan los primeros puestos.

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Autores : Patrice Roth, Pascal Buleon

Fuente: http://atlas-caraibe.certic.unicaen.fr/es/page-144.html

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