Francia, Italia y España vs. Alemania
junio 21, 2012
Francia, Italia y España buscan un frente común contra Alemania
Por Gabriele Steinhauser y William Horobin
Italia, Francia y España están intentando adoptar un frente unido contra Alemania con el fin de encontrar nuevas formas de combatir la crisis de deuda de la zona euro.
Pero el plan más reciente del trío —usar los fondos de rescate de Europa para comprar la deuda soberana de España e Italia— probablemente reciba una fría recepción por parte de Alemania si implica flexibilizar las reglas del fondo de rescate o acudir a recursos del Banco Central Europeo.
Funcionarios del gobierno italiano afirmaron el miércoles que una propuesta aún vaga por parte del primer ministro Mario Monti de comenzar a comprar bonos con los fondos de rescate de Europa sería un tema de discusión en una cumbre entre los cuatro países que se celebrará en Roma el viernes.
Los fondos de rescate europeos pueden ser usados para comprar bonos gubernamentales, pero aún no se han utilizado con ese fin. Un programa de este tipo fue concebido de forma tal que permita a países bajo presión del mercado recibir ayuda sin los compromisos que implica un plan de rescate a escala completa. Hasta ahora, los países han preferido acudir al BCE cuando necesitan financiación. Hasta la semana pasada, el BCE tenía 210.500 millones de euros (US$267.000 millones) en bonos gubernamentales, pero siempre ha sido un comprador renuente y realizó sus últimas compras de este tipo a mediados de marzo.
Los comentarios de Monti, que fueron respaldados por el presidente francés François Hollande y que fueron calificados por un ministro español como «inteligentes», parecen sugerir que las compras de bonos usando los fondos del rescate podrían activarse automáticamente.
«La idea es que los países virtuosos, como Italia, puedan conseguir financiación para su deuda soberana a tasas de interés diferentes a las de países que se perciben como que no hicieron esfuerzos», sostuvo Hollande.
Bajo una propuesta, los fondos de rescate asegurarían contra pérdidas las compras de bonos realizadas por el BCE, indicó un funcionario europeo. La esperanza es que eso convenza al banco central, que tiene mucha más artillería, para reiniciar su propio programa de compra de bonos, señaló la fuente. El seguro contra pérdidas efectivamente apalancaría los recursos de los fondos de rescate.
Las propuestas de Monti parecen diseñadas para acelerar la activación de la compra de bonos con el dinero del rescate al reducir los obstáculos políticos, sostuvo Mujtaba Rahman, analista de Eurasia Group, en Nueva York.
Cualquier intento de flexibilizar las reglas de rescate, sin embargo, sería rechazado de plano por Alemania, que también se opone desde hace tiempo a un rol mayor del BCE en la resolución de los problemas de deuda de países individuales.
«Nunca habrá compras sin condiciones», señaló un vocero del gobierno alemán.
Especulaciones de que la zona euro pronto podría usar sus fondos de rescate para comprar bonos italianos y españoles redujeron el miércoles los costos de financiación de ambos países.
Los comentarios más recientes de Monti y Hollande también pusieron de manifiesto los cambios en la diplomacia europea desde que Hollande fue elegido en mayo. Durante las cumbres europeas de los últimos tres años, Merkel habitualmente encontraba apoyo en el ahora ex presidente francés Nicolas Sarkozy. El viernes, es más probable que Monti y Hollande —junto al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy— desafíen abiertamente a la líder alemana.
«Creo que ahora le piden a Merkel que dé una señal política sólida, para mostrar que está dispuesta a encontrar una postura común», indicó Franco Pavoncello, profesor de política en la Universidad John Cabot en Roma.
Una posible ventaja clave de que los fondos de rescate se usen para comprar bonos frente a un rescate a toda escala, como los recibidos por Grecia, Irlanda y Portugal en los últimos dos años, es que un gobierno podría, en teoría, beneficiarse de la ayuda sin cerrar el acceso a inversionistas privados.
Fuente: The Wall Street Journal, 20/06/12.
La Fed extiende la «Operación Twist» hasta fines de 2012
junio 20, 2012
La Fed extiende la «Operación Twist» hasta fines de 2012
Por Kristina Peterson y Michael Derby
WASHINGTON — Funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos dieron señales de una mayor preocupación por la economía el miércoles, al extender un programa que transfiere sus posiciones hacia valores a mayor plazo y señalar que «están preparados para tomar medidas adicionales» si fuera necesario.
Sin embargo, el banco central se abstuvo de adoptar la acción más agresivas de lanzar inmediatamente un nuevo programa de compra de bonos para estimular la recuperación de la economía estadounidense.
«El comité está preparado para tomar medidas adicionales según corresponda, para promover una recuperación económica más sólida y una mejora sostenida de las condiciones del mercado laboral en un contexto de estabilidad de precios», señaló la Fed en su comunicado.
Once de los 12 funcionarios de la Fed votaron a favor de mantener las políticas flexibles del banco central. El banco ha señalado desde enero que considera mantener las tasas de interés a corto plazo en niveles «excepcionalmente bajos» al menos hasta fines de 2014.
El banco central ha mantenido las tasas a corto plazo cerca de cero desde diciembre de 2008 en un intento por estimular el gasto y la inversión.
El miércoles, la Fed optó por extender la «Operación Twist», un programa bajo el cual el banco central busca bajar las tasas de interés a largo plazo por medio de la venta de bonos a corto plazo y utilizar los fondos para comprar valores a largo plazo. El programa, que fue anunciado en septiembre de 2011, concluía a fines de junio.
Bajo la extensión de la Operación Twist, la Fed espera comprar y vender unos US$ 267.000 millones en títulos del Tesoro, dijo el banco en un comunicado.
La autoridad también expresó inquietudes sobre la economía, destacando que el crecimiento del empleo «se ha desacelerado en los meses recientes, y la tasa de desempleo permanece elevada», mientras que el gasto de los hogares «parece estar aumentando a un ritmo menor que previamente en el año».
Sin embargo, los funcionarios de la Fed mantuvieron su postura de que la economía estadounidense se ha expandido «moderadamente» este año. El banco central indicó que la inflación ha declinado, en gran parte porque los precios del petróleo y el gas han retrocedido. Las expectativas inflacionarias a largo plazo permanecen estables.
El miércoles por la tarde la Fed publicará proyecciones actualizadas para la economía y las tasas de interés, lo que será seguido por una conferencia de prensa del titular Ben Bernanke a las 2:15 pm, hora de Nueva York.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, Jeffrey Lacker, votó en contra de la decisión del comité porque «se opuso a la continuación del programa de extensión de los vencimientos», según el comunicado. Lacker ha disentido en las cuatro reunión del FOMC de este año.
Fuente: The Wall Street Journal, 20/06/12.
Argentina: El Plan Económico Bobo
junio 20, 2012
Mirmecoleón
Por Enrique Szewach
Creo que ya le conté que, en su Libro de los seres imaginarios, Jorge Luis Borges cita al “mirmecoleón”, un animal hijo de padre león y madre hormiga, cuya parte delantera tiene forma de león y la trasera de hormiga. No puede comer carne, como el padre, ni hierbas, como la madre; por consiguiente nace y muere.
Creo que se lo mencioné más de una vez, porque la política económica argentina engendra recurrentemente “mirmecoleones”, cuando fija objetivos contradictorios y simultáneos y utiliza, por consiguiente instrumentos equivocados.
Hoy estamos, nuevamente, frente a esa situación.
A la economía argentina le llegó, otra vez, el momento de pagar una fiesta populista.
Es cierto que la factura esta vez es menos costosa porque la fiesta no se financió con endeudamiento, sino con los extraordinarios precios de nuestros productos de exportación y por el efecto que ese mismo “mundo” tuvo sobre nuestros vecinos, en especial Brasil.
Pero no es menos cierto que, hacer crecer desmedidamente el gasto público (mediante récord de presión tributaria, expropiaciones varias y alta inflación) y el consumo privado con aumentos salariales bien por encima de la productividad, y subsidios otorgados por productores privados y por el sector público, ha creado una tensión tal en el superávit comercial, que ahora ya no hay dólares suficientes para importar ese exceso de consumo.
Insuficiencia de dólares generada, en realidad, no sólo por las mayores importaciones de energía (como sostiene el gobierno, culpando exclusivamente a Repsol y no a su política energética) si no, básicamente, por la intensa dolarización de los ahorros de estos años, inducida por tasas negativas, alta inflación y el clima expropiador, insultante y sin reglas que predominó en la política argentina, incluyendo no sólo al kirchner-cristinismo, si no a muchos de sus socios políticos y hasta sus supuestamente opositores.
Sin dólares, con los precios relativos desbocados, sin margen para subir más impuestos, la economía se tiene que ajustar.
Y allí es dónde el Cristinismo en el poder construye su mirmecoléon. La economía exige ajuste, y la política exige que siga la fiesta. Y para conjugar ambas cosas se hace el peor de los ajustes y los intentos de seguir la fiesta, agravan el problema.
Me explico. Para seguir la fiesta política, (la búsqueda del cristinismo eterno), el gobierno intenta pasarle el costo del ajuste al sector público de las provincias y a los “capitalistas amigos y no tan amigos” que “la juntaron con pala”.
Pero eso impide que se generen más dólares, dado que los que se fueron por dolarización de portafolios no vuelven (pusieron el “corral” cuando ya quedaban pocas vacas adentro), y el sector productor de dólares, fuera del agro, se encuentra, a estos precios relativos y dado el mundo, con fuertes pérdidas de competitividad.
Como el sector público no produce dólares –el intento por lograr que los imprimiera Ciccone, parece haber fracasado- sólo queda el control de importaciones.
Pero el control de importaciones, y el intento de pesificar por las malas, pega directamente sobre el nivel de actividad, “ajustando” al sector privado y reduciendo la recaudación de impuestos, dando lugar a otra ronda de ajuste desordenado.
Para tratar de compensar ese ajuste desordenado (ese círculo vicioso, como reconoció el “fallido” del Viceministro de Economía, el otro día), se anuncian aumentos de gasto, que termina siempre, al final del día, en mayor demanda de dólares, (energía para producir, o ahorro de los “ganadores”, con el mayor consumo).
El mirmecoléon a pleno. Ajustar y simultáneamente alentar el consumo.
Redistribuir ingresos en contra de los productores de dólares, y simultáneamente, exigir que se generen más dólares.
Trabar las operaciones inmobiliarias con la pesificación forzada, y simultáneamente, alentar la construcción de algunas casas en terrenos fiscales sin infraestructura alguna y con empresas de servicios públicos quebradas.
En síntesis, el gobierno se niega a un ajuste ordenado y por las buenas, e intenta que el ajuste, entonces, se concentre en los sectores que no lo votaron, ni lo votarán.
Pero esos sectores son los productores de los dólares que faltan y los creadores de empleos genuinos. Sin dólares suficientes y sin querer modificar precios relativos, el ajuste se hace igual pero desordenado y mucho más costoso.
Fuente: Perfil, 17/06/12.
Más información: www.szewachnomics.com.ar
Temores por España empañan el optimismo por Grecia
junio 19, 2012
Persistentes temores sobre España empañan el optimismo por Grecia
Por Charles Forelle en Atenas y Sara Schaefer Muñoz en Londres
Puede que Grecia haya optado por quedarse en la zona euro, pero el breve efecto de los resultados electorales del domingo se extinguió rápidamente por una oleada de malas noticias de España que volvieron a golpear la confianza en la recuperación de Europa.
Nuevas cifras del banco central de España mostraron que los bancos del país tenían en sus libros el nivel más alto de préstamos en mora en 18 años y que sus depósitos seguían disminuyendo. Estos datos pesimistas, sumados a los temores de que los auditores que están revisando el alicaído sistema bancario encontrarán más problemas, catapultaron el rendimiento de los bonos españoles a un territorio que sugiere que el gobierno cuenta con muy pocos interesados en comprar su deuda.
La rentabilidad del bono español a 10 años se ubicó en 7,18% el lunes por la tarde en Londres, un nuevo récord en la era del euro para la cuarta mayor economía del bloque monetario. Es una señal preocupante y demuestra que los apuros de España siguen acumulándose pese a lo que pasa en Grecia o el resto de la región.
La bolsa española cayó 3% y las acciones italianas perdieron 2,8%. Los bonos soberanos de Italia se debilitaron un poco, mientras que otros mercados europeos tuvieron un desempeño desigual.
Los griegos votaron el domingo a favor de los partidos pro-Europa que tratarán de continuar implementando el programa de rescate del país, lo que alivia la preocupación de que se desatara un levantamiento popular que habría supuesto una amenaza para el futuro de Grecia en la zona euro.
Muchos analistas temían que un voto por un partido que se opone al rescate en Grecia podría provocar repentinas fugas de capital y depósitos que podrían rápidamente propagarse a España. Los resultados de los comicios parecen haber aminorado ese riesgo.
El lunes, las calles de Atenas estaban tranquilas, conforme los líderes políticos se reunían para negociar las condiciones de un gobierno de coalición, uniendo a los partidos conservadores y socialistas. Al cierre de esta edición, la labor parecía bien encaminada y las autoridades expresaron su optimismo de que podría formarse un gobierno en los próximos días.
Los mercados griegos respiraron aliviados: la bolsa de Atenas cerró la jornada con un alza de 3,6% y los volátiles bonos del país se fortalecieron ligeramente.
Pero los resultados de Grecia fueron de poca ayuda para España. «El panorama no cambia gran cosa para España», señala Juan Pablo López, analista de Espírito Santo Investment Bank en Madrid.
Los principales problemas de España están en sus bancos y bonos. La semana pasada, el país recibió un salvavidas de hasta 100.000 millones de euros (unos US$125.000 millones) de otros países de la zona euro para rescatar a su sector bancario, hundido bajo la carga de préstamos hipotecarios fallidos. Todavía no se sabe con certeza cuánto dinero será necesario para que salga a flote y si este rescate será suficiente.
Eso ha bastado para quitarles a los inversionistas el apetito de bonos españoles. El plan financiero del país cuenta con que venderá este año más de 30.000 millones de euros en deuda a largo plazo.
Esta semana, el gobierno español recibirá los resultados de una «prueba de solvencia» de su sistema bancario, llevado a cabo por los consultores Oliver Wyman y Roland Berger Strategy Consultants. Los informes preliminares sugerían que el total de fondos recomendados por consultores externos podría superar el paquete de 100.000 millones de euros.
España parece estar atascada en un círculo vicioso en que la deteriorada economía pesa sobre los bancos, cuyos problemas arrastran al gobierno, que reacciona recortando el gasto, lo que a su vez vuelve a perjudicar a la economía.
La ansiedad de cara a las estimaciones de los consultores fue sólo uno de los factores que afectaron los costos de endeudamiento de España el lunes. El banco central indicó que los depósitos en abril cayeron 2,5% en comparación con marzo, y 5% frente al mismo mes del año pasado. Además, el porcentaje de préstamos morosos en bancos españoles, que ha ido subiendo desde el inicio de la crisis, saltó a 8,72% en abril, frente a 8,37% en marzo, el más alto en 18 años.
Debido a que el rendimiento de sus propios bonos está por las nubes, parece que España se está quedando sin alternativas. El lunes, volvió a hacer un llamado que pareció llegar a oídos sordos, al pedirle al Banco Central Europeo que intervenga. «El BCE debe responder con toda firmeza, con toda fiabilidad a esas presiones de mercados que todavía intentan obstaculizar el desarrollo del proyecto común del euro», dijo el lunes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Parlamento. «Persisten las dudas sobre el presente y el futuro del euro, sobre la capacidad de crecimiento de España».
En las últimas semanas, las autoridades españolas han pedido repetidamente al BCE que actúe para aliviar la crisis, lo que se ha interpretado como un llamado a que resucite un programa de compra de bonos diseñado para reducir el rendimiento de los títulos de deuda. Por ahora, esos rendimientos están en niveles peligrosamente altos.
—Jonathan House contribuyó a este artículo.
Fuente: The Wall Street Journal, 18/06/12.
La Argentina y la ausencia de Idoneidad
junio 19, 2012
¿Por qué no le dejan el lugar a los que saben?
Por Roberto Cachanosky
En esta nota explicó por qué dije en televisón la frase con que titulo esta nota. ¿Se me fué la mano?
El domingo 10 de junio, durante mi participación en Hora Clave, Pablo Rossi me preguntó qué le recomendaría al Jefe de Gabinete si me llamara para consultarme.
Reconozco que mi respuesta fue brutalmente sincera porque respondí que le diría: “¿por qué no le dejás el puesto a alguien que sepa?”.
Algunos amigos me dijeron que se me había ido la mano con esa respuesta dado que casi le estoy pidiendo la renuncia a la presidente. Me gustaría en esa nota explayarme sobre mi respuesta y el porqué de la misma.
En primer lugar, lo que hay que entender es que la economía y la calidad institucional no son compartimentos estancos. Dicho de otra manera, el tema no se resuelve proponiendo un retoque cambiario, suave movimiento de las tarifas de los servicios públicos o alguna medida monetaria o fiscal. Si bien hay cuestiones económicas para resolver, estas no pueden ser encaradas sin un contexto político e institucional determinado. La solución pasa por los dos compartimentos: el económico y el institucional. Ambos tienen que darse simultáneamente.
Muchos economistas suelen asesorar a los políticos para que éstos hagan lo mismo que hubiesen hecho si un economista no los hubiera asesorado. Puesto en otras palabras, si el economista da por hecho que las restricciones políticas no permiten, por ejemplo, bajar el gasto público, lo que terminan haciendo es buscar mecanismos de financiamiento alternativos que no resuelven el problema y generan un estallido inflacionario, cambiario y financiero posterior. El parche se transforma en una bomba de tiempo que aumenta el estallido como tantas veces lo hemos visto.
Cuando CFK anunció que había elegido a Boudou como su candidato a vice, argumentó que su elección se había basado en que Boudou le había propuesto confiscar los ahorros que teníamos en las AFJP. Según la presidente, esa propuesta le mostraba el nuevo mundo que venía. Según mi visión, fue una propuesta de manotear alguna caja para seguir con la fiesta de consumo, pero en todo caso la propuesta de Boudou no contempló el derecho de propiedad, por lo tanto esa no es una solución, es un robo legalizado.
En 1988, antes de las elecciones del 89, se inventó el plan primavera con medidas inconsistentes para llegar a las elecciones y todo terminó en un estallido cambiario e hiperinflacionario. Y los ejemplos podrían seguir, mostrando como los economistas aceptan tantas restricciones políticas a sus propuestas que terminan sugiriendo barbaridades. Claro que nunca habíamos llegado al nivel de disparates económicos que vemos hoy.
¿Por qué dije: dejale el lugar a alguien que sepa? Porque considero que nadie puede ocupar un alto cargo público si no conoce la relación entre calidad institucional y crecimiento económico. Es tan elemental esta relación que desconocerla implica incapacidad para gobernar, entendiendo por incapacidad la capacidad de hacer algo con conocimientos. Tener idoneidad para ejercer un cargo.
¿Qué recomendación económica seria puede darle un economista a un gobierno que ignora los fallos de la Justicia, divide a la sociedad inventando enemigos y conspiraciones, sus funcionarios dicen que los argentinos tienen que pensar en pesos pero ellos ahorran en dólares, violan la Constitución confiscando sin indemnización previa y fundada en ley, prohíben la compra de dólares como si tal acto fuera tráfico de armas, inventan los datos de inflación, y el listado puede seguir?
¿Qué lógica económica puede desarrollarse con un gobierno que en un momento dice que el modelo está blindado contra la crisis internacional y, cuando el modelo hace agua por todos lados, argumenta que el mundo se nos cae encima, cuando en realidad lo que nos aplasta es un gigantesco gasto público y una presión impositiva que hasta Moyano viene a descubrir ahora que es insoportable? Ese un gobierno que no entiende el ABC de una sana política económica, esto es: a) respeto por los derechos de propiedad, b) disciplina monetaria y c) disciplina fiscal. Por eso digo que son incapaces.
¿Puede un economista decir públicamente: ¿por qué no le dejás el puesto a alguien que sepa? Yo creo que sí. Puede ser una cuestión de estilos, pero que alguien llegue al poder con los votos, no lo habilita para pasarle por encima con una topadora a todas las instituciones republicanas. El voto no es un cheque en blanco para violar los derechos de propiedad ni a utilizar métodos tipo KGB para controlar a la gente en sus transacciones económicas lícitas. Dicho de otra manera, alguien puede llegar al poder legítimamente, entendiendo por legítimamente votaciones libre y transparentes, pero también puede perder legitimidad su poder cuando usa el monopolio de la fuerza para violar los derechos de las personas. Hitler llegó al poder con los votos, aunque fue segundo en las elecciones, y no por eso sus medidas de gobierno tenían legitimidad. Doy este ejemplo solo para demostrar que tener el apoyo popular en las urnas no necesariamente traduce en legítimo cualquier acto de gobierno. Decir que porque uno tiene los votos puede hacer lo que quiere con el monopolio de la fuerza es no comprender lo que significa una democracia republicana.
Para ser más sinceramente brutal en mi pensamiento, considero que decirle a alguien que es un incapaz y que le deje el puesto a otro que sabe, no ofende ni es una falta de respeto, en todo caso, es una falta de respeto a la gente mentirle con la inflación, prohibirle comprar dólares, dividir a la sociedad entre buenos y malos, ignorar los fallos de la Justicia y tapar los actos de corrupción, por citar algunos ejemplos. Es más, no solo le faltan el respeto a la gente, sino que también le faltan el respeto a la institución presidencial con el comportamiento autocrático que tienen del poder.
Flaco favor les hacemos los economistas al país y a la gente si creemos que podemos sugerir medidas económicas aisladas de la calidad institucional. Y menos favorecemos al país si no exigimos la restitución de la institucionalidad como paso previo o simultáneo a la recuperación económica para llegar al crecimiento de largo plazo y el bienestar de nuestro pueblo.
Tampoco estaría dispuesto a asesorar a un gobierno para que le vaya bien económicamente bien por un tiempo si ese gobierno no está dispuesto a respetar los derechos individuales y una democracia republicana.
Termino con una historia personal. Unos años atrás un ex funcionario público, al que yo había criticado por radio por haber saltado de gobierno en gobierno, me dijo que lo juzgara por su performance como funcionario porque él era un técnico. Mi respuesta fue que lo que me proponía era como juzgar a un ingeniero en la época de Hitler por su capacidad para hacer buenos hornos en los campos de concentración sin importar para quién trabajaba. Cuento esta historia personal para que se entienda que los economistas no podemos limitarnos a hacer cuentas. La economía es la ciencia de la acción humana y eso implica relacionar instituciones, reglas, normas con los aspectos económicos.
Termino, creo que mucho más podemos contribuir los economistas a recuperar el país si le explicamos a la gente la relación entre instituciones y crecimiento económico. Y flaco favor le hacemos al país si nos hacemos los distraídos con el tema institucional y nos limitamos a hablar del dólar, las cuentas fiscales o el nivel de actividad.
Fuente: Economía para todos, 17/06/12.
Más información en: www.economiaparatodos.com.ar
La Estafa a los Jubilados Argentinos
junio 18, 2012
Garantía
Por Enrique Szewach
Cuando la mayoría de la clase política argentina acompañó la idea del Ministro Amado Boudou de terminar con la parte de ahorro y capitalización del sistema jubilatorio argentino (AFJPs), para pasar a un sistema de reparto puro, los fondos acumulados hasta ese momento por los aportantes, que administraban por cuenta y orden entidades públicas y privadas, pasaron al ANSES con el rimbombante nombre de “Fondo de Garantía de Sustentabilidad”.
El objetivo explícito de dicho fondo era “constituir un fondo de reservas anticíclicas”, …pero “garantizando su carácter previsional”.
En otras palabras, dicho fondo podía invertirse en diversos instrumentos, pero siempre en la medida que se mantuviera el valor de largo plazo del mismo.
El FGS es, por lo tanto, la “herencia” dejada por los futuros jubilados en las arcas del Estado, para servir, eventualmente, de reserva, en la medida que algún problema cíclico impidiera el pago correspondiente de las jubilaciones en su momento.
Pero queda claro que el sistema jubilatorio es ahora un sistema de reparto que “paga” en función de lo que recauda, no sólo de los aportes previsionales, si no de un conjunto de impuestos varios creados para cubrir el bache entre lo que hay que pagar y los aportes genuinos al sistema (Bache que ronda el 45- 50% del gasto previsional nacional).
En otras palabras, el sistema de reparto no tiene recursos suficientes y se nutre, más o menos por el 50% del gasto, de otros impuestos, y paga también otros gastos no previsionales como la Asignación Universal por Hijo, las computadoras para las escuelas, etc.; complementariamente existe un supuesto Fondo de Garantía para el futuro, que se compone de lo recibido del sistema de capitalización anterior, y de las utilidades de lo invertido y a invertir por dicho Fondo.
Pero, ¿Cuánto tiene y que hay en ese Fondo? A fines del primer trimestre de 2012 (último dato publicado), el fondo era de 209.000 millones de pesos.(más o menos equivalente a lo que hoy se paga anualmente de jubilaciones y pensiones, mal liquidadas y con juicios pendientes).
En ese Fondo, el 60% son Títulos Públicos. A su vez, casi el 40% de dichos títulos, 43.000 millones de pesos, están colocados en un Bono en pesos al 2045. También hay 15.000 millones en un bono en dólares al 2033, y el resto son bonos al 2018, 2016 y 2014. (Suponiendo que los títulos están valuados a valor de mercado).
Obviamente, estos títulos no sirven como instrumentos contracíclicos, dado que si en algún momento hubiera problemas para pagar las jubilaciones, también habría problemas para pagar deuda.
Y liquidar estos bonos en el mercado secundario, en un momento negativo, haría que el precio de los mismos se derrumbara.
De manera que de los 209.000 millones, ya nos quedan, para uso y abuso unos 86.000. De esos 86.000 millones, casi 29.000 millones ya están “invertidos” en proyectos productivos y de infraestructura, que incluyen desde préstamos al sector automotriz (que ya se están devolviendo), hasta pagarés de AySA con vencimiento en el 2018 y 2019, programas de vivienda en Buenos Aires, Mendoza, La Rioja, Entre Ríos. Préstamo a la Municipalidad de Río Cuarto, y obras viales y financiamiento de centrales de energía, que más que inversiones a recuperar, son gasto público (seguramente muy necesario), disfrazado de fideicomisos y documentos varios.
Estas inversiones tienen muy poca capacidad de recuperación, sobre todo en momentos cíclicamente negativos.
Como no se detalla el cronograma de recupero de estos fondos, supongamos que de los mismos son líquidos el 10%, unos 3.000 millones de pesos.
Luego queda la inversión en acciones de empresas privadas, unos 17.000 millones de pesos, obviamente líquidas, pero en la medida que la eventual venta de estas acciones se haga muy lentamente en el mercado o en bloque a los accionistas mayoritarios. (Sólo de Telecom y Siderar hay cerca de 7.000 millones de pesos).
Quedan finalmente “líquidos” unos 25.000 millones de pesos en plazos fijos, y otros fondos, de los cuales casi la mitad están en el Banco Nación y el Banco Provincia).
Los fondos a plazo fijo están depositados a tasa negativa, y se van licuando con el tiempo, al ritmo del diferencial con la tasa de inflación real.
En síntesis, lo único verdaderamente líquido son plazos fijos y fondos comunes de inversión (que tampoco se pueden retirar rápidamente, sin generarle un problema, en particular a la Banca Oficial) y las acciones de empresas privadas, que deberían venderse en bloque, o muy lentamente. (Aquí se supone que los bonos y acciones están contabilizados a valor de mercado).
Dichos fondos líquidos si se usaran, en su totalidad, para el Plan de Viviendas creado por el PRO, perdón, para el plan PRO CREAR, alcanzarían, a un promedio de 150.000 pesos por crédito, a cubrir el 60% del programa anunciado. Pero de esa manera el Fondo se quedaría sin ninguna liquidez y se iría licuando, porque los préstamos son, en promedio, a tasas negativas.
En síntesis, por todo lo expuesto, el objetivo de un fondo anticíclico previsional no se cumple, ni se cumplirá.
No se hagan los rulos, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad no existe y Papá Noel tampoco, y de lo segundo no estoy tan seguro.
Fuente: Ámbito Financiero, 15/06/12.
Más información: www.szewachnomics.com.ar
Cómo no resolver una crisis
junio 17, 2012
Cómo no resolver una crisis
Por Joe Nocera
Las reacciones de EE.UU. y Europa frente a sus crisis son casos a comparar. En un caso es un país y en el otro son 17.
Hay un momento delicioso en la película Malas noticias, de HBO, en que Christine Lagarde, entonces ministra de Economía de Francia, llama a Hank Paulson, secretario del Tesoro de EE.UU. Es septiembre de 2008 y Lehman Brothers acaba de implosionar después que el gobierno no lo rescató. Hay pánico en el aire.
“Hank ¿cómo dejaste que cayera Lehman? ¿Qué diablos estabas pensando?”, lo reta. Le pide que salve a AIG, que parece ser el próximo en desplomarse. “Esto no es sólo un problema de Estados Unidos”, concluye Lagarde. (Nota: fui asesor en la película) ¡Qué ironía! Aquí estamos, más de tres años y medio después, y en ese tiempo la zona del euro coqueteó con la catástrofe financiera. Hoy Lagarde lidera el FMI, que existe, en gran parte, para ayudar a los países a sobrevivir a esas catástrofes. Sin embargo, ni ella ni nadie en Europa está dispuesto o es capaz de hacer más que usar curitas para parar el desangre.
Un colapso de la eurozona, si sucede, sería devastador para las economías ya castigadas de Europa, y llevaría a una contracción crediticia generalizada, desempleo masivo y economías deprimidas en todo el Viejo Continente. Pero afectaría también a la economía de EE.UU. y sería un golpe fuerte a las perspectivas de reelección del presidente Obama. Parafraseando a Lagarde, esto no es sólo un problema europeo.
Las reacciones de EE.UU. y Europa frente a sus respectivas crisis son casos a comparar. El gobierno de Bush y la Fed aunaron esfuerzos: no sólo salvaron a AIG y recapitalizaron los bancos, sino que compraron miles de millones de dólares de hipotecas subprime que estaban intoxicando al sistema bancario y garantizaron casi toda la deuda de los bancos. Uno podrá decir lo que quiera sobre el riesgo moral que implica el rescate de bancos, pero la estrategia funcionó. Con el anuncio al mundo de que sería el prestamista de última instancia, Washington evitó un colapso bancario y, muy posiblemente, una depresión.
En la zona del euro no hay prestamista de última instancia. Alemania, que tiene el dinero y el poder para desempeñar ese papel, se niega a hacerlo. El Banco Central Europeo está condicionado por la política y por su escaso sentido de misión. Apenas la semana pasada, no quiso bajar las tasas de interés, en buena medida, según su presidente, Mario Draghi, porque “No creo que sería correcto para la política monetaria contrarrestar la inacción de otras instituciones”.
En la crisis del euro, la reacción de los gobernantes europeos ha sido tibia, reticente y poco convincente. Quieren jugar a las escondidas, y nada más. La decisión que se tomó en el fin de semana de prestarle a España US$125.000 millones para apuntalar su sistema bancario es típica . Por un lado, es improbable que alcance. Por otro, servirá de muy poco para mejorar los problemas de fondo españoles, que incluyen un 25% de desocupación, una economía en franco declive y un déficit federal en alza que puede requerir su propio salvataje. ¿Usted se pregunta por qué la gente ya especula con que la siguiente será Italia? Porque los inversores no confían en que el problema se haya solucionado. ¿Por qué tendría que haber confianza? No la hubo en todo este tiempo.
Una diferencia grande entre EE.UU. y la eurozona es que EE.UU. tiene un gobierno y ellos 17. Los alemanes están hartos de que se les pida que salven a quienes para ellos son los inútiles griegos. Los griegos están igual de hartos de los planes de austeridad que los alemanes les imponen. Y así, interminablemente.
Se dice que Europa necesita una integración fiscal y política para salvar al euro, pero no hay voluntad política para ello, y es probable que nunca la haya. Sucede que los gobiernos soberanos no ceden de buena gana su soberanía. Si la eurozona debe ser salvada, los europeos tendrán que salvarla.
Todo lo que han hecho durante el último año sugiere que prefieren arriesgarse a un desastre financiero que casarse con países con costumbres y políticas muy diferentes de las propias. La razón que explica por qué Europa no tiene un prestamista de última instancia es que sus ciudadanos no lo quieren.
En cuanto a EE.UU., todo lo que podemos hacer es observar y esperar lo mejor. Pero no se sorprenda demasiado si Obama llama a Angela Merkel y le pregunta: “¿Cómo dejaste que cayera el euro? ¿Qué diablos estabas pensando?”.
Joe Nocera es escritor y columnista de The New York Times.
Europa y su crisis podrían arrastrar al mundo
junio 17, 2012
Europa y su crisis podrían arrastrar al mundo
Por Dani Rodrik
CAMBRIDGE – Consideremos el siguiente escenario. Después de una victoria del partido de izquierda Syriza, el nuevo gobierno de Grecia anuncia que renegociará los términos de su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, se mantiene firme en su postura y dice que Grecia debe cumplir con las condiciones existentes.
Por miedo a la inminencia de un colapso financiero, los depositantes griegos corren hacia la salida. El Banco Central Europeo se niega a salir al rescate y los bancos se quedan sin efectivo. El gobierno instituye controles de capital y se ve obligado a emitir dracmas para proporcionar liquidez doméstica. Tras quedar Grecia fuera de la eurozona, los ojos viran hacia España. Alemania es categórica: hará lo que haga falta para impedir una corrida bancaria. El gobierno español anuncia recortes. Aliviada por los fondos del Mecanismo de Estabilidad Europeo, se mantiene a flote durante varios meses.
Pero la economía española sigue deteriorándose y el desempleo se encamina a 30%. Protestas contra las medidas de austeridad del primer ministro Mariano Rajoy lo llevan a convocar a un referendo. Su gobierno no obtiene el apoyo necesario y renuncia, hundiendo al país en un caos político. Merkel reduce el respaldo a España con el argumento de que los alemanes ya hicieron lo suficiente. Lo que viene, una corrida bancaria, una crisis financiera y una salida del euro en España.
En una minicumbre convocada a las apuradas, Alemania, Finlandia, Austria y Holanda anuncian que no renunciarán al euro. Esto no hace más que aumentar la presión financiera sobre Francia, Italia y el resto de los miembros. Conforme se instala la realidad de la disolución parcial de la eurozona, la crisis financiera se propaga de Europa a Estados Unidos y Asia.
Nuestro escenario continúa en China, donde el liderazgo enfrenta su propia crisis. La desaceleración de la economía ya exacerbó el conflicto social y los recientes acontecimientos en Europa echaron más leña al fuego. En un momento en que las órdenes de exportación europeas se cancelan, las fábricas chinas se enfrentan a despidos generalizados.
El gobierno chino decide no arriesgarse a más conflictos y anuncia un paquete de medidas para impulsar el crecimiento económico e impedir los despidos. Estas medidas incluyen un respaldo financiero directo a los exportadores y una intervención en los mercados de divisas para debilitar el renminbi.
En Estados Unidos, el presidente Mitt Romney acaba de asumir, luego de derrotar a Barack Obama por ser demasiado blando con las políticas económicas chinas. La combinación del contagio financiero de Europa, que ya derivó en una crisis de crédito, y una inundación de importaciones a bajos precios provenientes de China dejó a la administración Romney en un brete. Anuncia derechos generalizados de importación sobre las exportaciones de ese origen. Sus seguidores del Tea Party, críticos a la hora de movilizar el respaldo electoral, lo instan a retirarse de la Organización Mundial de Comercio.
En los años siguientes, la economía mundial cae en la Segunda Gran Depresión. El desempleo aumenta y los gobiernos optan por soluciones como protección comercial y depreciación del tipo de cambio competitivo. Conforme los países se hunden en la autarquía económica, repetidas cumbres económicas globales arrojan escasos resultados.
Son pocos los países que se salvan de la carnicería económica. Aquellos a los que les va relativamente bien comparten tres características: bajos niveles de deuda pública, dependencia limitada de las exportaciones o los flujos de capital y sólidas instituciones democráticas. De modo que Brasil e India se podrían considerar refugios, aunque sus perspectivas de crecimiento también se reducen.
Como en la Gran Depresión, las consecuencias políticas son más serias y las implicancias a más largo plazo, importantes. El colapso de la eurozona obliga a una realineación importante de la política europea. Francia y Alemania compiten como centros de influencia frente a los estados más pequeños. Los partidos de centro pagan el precio por su respaldo a la integración europea y son repudiados en las encuestas por los partidos de extrema derecha o extrema izquierda. Los gobiernos nativistas comienzan a expulsar a los inmigrantes.
Para los países cercanos, Europa ya no brilla como un faro de democracia. El Medio Oriente árabe toma un giro decisivo hacia estados islámicos autoritarios. En Asia, el conflicto económico entre Estados Unidos y China se desborda hasta rayar en el conflicto militar.
Años más tarde, le preguntan a Merkel, ya retirada y vuelta una ermitaña, si piensa que debería haber hecho algo diferente. Su respuesta llega demasiado tarde como para cambiar el curso de la historia. ¿Un escenario remoto? Tal vez, pero no lo suficiente.
Fuente: La Nación, 17/06/12.
Argentina: Una coyuntura difícil y con final abierto
junio 17, 2012
Una coyuntura difícil y con final abierto
Por Miguel Kiguel
La economía argentina se está enfriando a pasos acelerados con riesgo de entrar en recesión. La confianza del consumidor se derrumbó, la construcción está parada por la falta de dólares, muchos sectores no pueden aumentar la producción por falta de insumos importados, el riesgo país ha llegado a niveles astronómicos (el más alto entre los países emergentes), lo que ha llevado a una parálisis de la inversión y no parece que el mundo nos pueda sacar del pozo en el que estamos entrando.
En este contexto, la suba del tipo de cambio paralelo ha sido la frutilla del postre. Una brecha cambiaria del 30% indica que hay problemas, y muchas veces en el pasado precedió turbulencias macroeconómicas serias.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿estamos al borde de otra de las grandes crisis argentinas o tal vez en la antesala de otro Rodrigazo? En general, las grandes crisis macroeconómicas argentinas ocurrieron en momentos en que hubo un gran deterioro en el escenario externo, que se combinó con vulnerabilidades importantes en algunos stocks en la economía local. Todo indica que este no es el caso hoy.
A pesar de que la situación económica internacional se ha deteriorado, especialmente debido a la crisis en Europa, el escenario externo no es tan adverso. Los precios de la soja y de otras exportaciones siguen altos, los países emergentes mantienen buenas tasas de crecimiento y las tasas de interés en el mundo siguen muy bajas. Sin ir más lejos, los bonos a 10 años en dólares de Brasil o Perú rinden menos del 4% anual.
Las crisis de deuda y cambiarias que sufrió la Argentina en 1982 y en 2001 fueron en gran parte crisis regionales en las que las tasas de interés de Estados Unidos eran muy altas, el dólar estaba muy fuerte en el mundo y los precios de las commodities eran muy bajos. Hoy no hay viento de cola, pero tampoco viento de proa.
A mediados de 2001 era claro que la megacrisis era inevitable; hoy tenemos una situación complicada pero con final abierto. El principal activo en esta coyuntura es que no hay problemas de stocks, que en general son los que gatillan las grandes crisis financieras. En otras palabras, la Argentina no tiene un problema de stock de deuda pública (ya que es sólo el 20% del PBI), tiene un buen stock de reservas internacionales para los próximos años a pesar de las señales de escasez que da el gobierno, mientras que el sistema bancario sigue gozando de buena salud.
Pero la Argentina sufre un problema de crecimiento y no tiene espacio para implementar políticas de estímulo económico tradicionales -llamadas keynesianas-, principalmente la monetaria y la fiscal.
La política monetaria expansiva, como la que llevó adelante Estados Unidos en respuesta a la crisis financiera de 2008, se basa en tasas de interés bajas. En la Argentina hay poco espacio para hacerlo, dado que las tasas ya son muy bajas comparadas con la tasa de inflación y si se tratara de bajarlas aún más, aumentado la oferta de pesos, existe el riesgo de que se dispare el tipo de cambio paralelo o de que haya mayor presión sobre los precios.
La alternativa sería un aumento en el gasto público o una reducción de impuestos que estimulen la demanda. El problema es que si bien el déficit fiscal es sólo del orden del 2,5% del PBI, que no parece elevado comparado con los países de América latina o europeos, lo cierto es que hoy es difícil de financiar porque la Argentina ha perdido acceso al mercado de capitales. La única fuente que existe es el Banco Central, lo que implica el riesgo de una mayor tasa de inflación.
Además, el problema de estas políticas contracíclicas es que son efectivas para estimular la demanda pero hoy el freno de la actividad económica está más vinculado con limitaciones del lado de la oferta.
¿Cuáles son las alternativas? Una podría ser aumentar la competitividad con una depreciación más rápida del peso, cosa que el Gobierno por razones que son difíciles de entender se resiste a llevar adelante.
Una segunda opción es levantar las restricciones a las importaciones para facilitar la entrada de insumos necesarios para la producción y de bienes de capital que favorezcan la inversión, ya que es cada vez más evidente que estas medidas están frenando el crecimiento.
Una tercera opción es tratar de bajar el riesgo país, que hoy está por encima de los 1000 puntos, el más alto entre los países emergentes. En la práctica esto implica que ni la Nación, ni las provincias, ni gran parte de las empresas pueden obtener financiamiento de largo plazo. Los números macroeconómicos de la Argentina no justifican un riesgo país tan alto, el problema son las señales confusas en temas como pesificación o controles cambiarios. Para bajarlo hay que buscar reinsertarse en la comunidad financiera internacional, lo cual parece poco probable.
La coyuntura es difícil, pero estamos lejos de otro Rodrigazo o de una crisis como la de 2001. Los déficits gemelos, la falta de competitividad cambiaria, la brecha del tipo de cambio paralelo, la elevada tasa de inflación y la pérdida de acceso al financiamiento externo implican que hay poco margen de maniobra en una economía que se frena. Lo positivo es que con un poco de sintonía fina, y otro poco de munición gruesa, se puede encontrar una salida. Esperemos que así sea, por el bien de todos… y todas.
Fuente: La Nación, 17/06/12.
Inflación e Indexación
junio 17, 2012
Si hay contratos en pesos, no hay otra que indizar
Por Juan Carlos de Pablo
El anhelo gubernamental para que los contratos se celebren exclusivamente en moneda local reflotó la cuestión de la indización (indexación es un galicismo). ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes del referido sistema de ajuste de las cuotas?
Al respecto me comuniqué con el inglés John Wheatley (1772-1830), considerado el más estricto monetarista de su época (a partir de la teoría cuantitativa del dinero, la de la paridad del poder adquisitivo y la del arbitraje del oro, dedujo que la emisión monetaria aumentaría los precios sin modificar la producción y el empleo). En su Ensayo sobre la teoría monetaria y los principios del comercio, publicado en 1807, propuso la indización en base a índices de precios. El índice más conocido fue inventado por Ernst Louis Etienne Laspayres en 1871; a comienzos del siglo XIX existían índices más rudimentarios, como los propuestos por George Augustus William Shuckburgh-Evelyn. Para escapar de sus acreedores, Wheatley vivió algún tiempo en India y Sudáfrica.
-¿Qué es la indización?
-Un método que permite modificar en forma automática el valor nominal de una variable, en función de los cambios que se producen en el valor nominal de otra. Ejemplo: cada vez que se duplica el precio de viaje en subte, a usted le pagan el doble de pesos por cada conferencia. La clave está en la automaticidad de ajuste, una vez establecido el criterio.
-¿Cuáles son las ventajas?
-La primera es la comodidad. Propietarios e inquilinos no se tienen que reunir cada mes para pactar lo que éste le tiene que pagar a aquel por seguir ocupando la vivienda.
Además no hay que pronosticar la tasa de inflación futura. Indización no se opone a «no ajuste» sino «a ajuste no automático». Si en un país con inflación se prohíbe la indización, la tasa esperada de inflación se incorpora a los contratos vía aumentos nominales, determinados al comienzo del acuerdo.
Cuando la realidad no coincide con las expectativas, el alquiler puede terminar siendo muy caro o muy barato en términos reales. Irving Fisher, Milton Friedman, Alfred Marshall y Mario Henrique Simonsen recomendaron indizar.
-Luce maravilloso, pero; ¿cuáles son los inconvenientes?
-La indización plena rigidiza los precios relativos, impidiendo absorber cambios originados más allá de la inflación. La circular del Banco Central (BCRA) 1050 es sí misma es un mecanismo que transforma tasas de interés en un índice. Pero ésta se estrenó en abril de 1980, momento desde el cual las tasas de interés superaron los aumentos de los salarios y del valor de las propiedades.
Los cambios en los precios relativos obligan a «purgar» los índices, como ocurriera en 1973 a raíz del primer shock petrolero, y durante un mes de 1979, cuando José Alfredo Martínez de Hoz publicó índices con y sin carne vacuna. Junto a los índices convencionales, Estados Unidos estima la «inflación núcleo», que ignora los precios de los alimentos y la energía, por ser más volátiles.
-La falta de indización genera problemas con los ingresos públicos.
-En efecto, en 1967, Julio Hipólito Guillermo Olivera, y una década después Vito Tanzi, mostraron que cuando el pago de los impuestos no se indiza, el valor real de la recaudación disminuye a medida que aumenta la tasa de inflación, sugiriendo que la relación causal podría ir de inflación a déficit fiscal.
Al contrario, la no indización de las deducciones en el impuesto a las ganancias eleva injustificadamente el pago de impuesto a las ganancias de las personas y las empresas.
-Si la pesificación de los contratos supone la indización; ¿cómo se puede aplicar cuando los índices de precios no reflejan la realidad?
-Buen punto. Los contratos no se celebran entre tontos o mal informados. Si junto a la obligación de pesificar los contratos la ley obliga a indizar según la estimación de la tasa de inflación que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), los valores iniciales reflejarán, no solamente el valor de lo que se contrata sino también la subestimación esperada por la estimación oficial de la tasa de inflación.
-Don Juan, muchas gracias.
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Más información:
Remarks on currency and commerce / By John Wheatley, esq. (London : Cadell and Davies, 1803)
Remarks on currency and commerce
By John Wheatley