Los bancos de Uruguay cada vez más estrictos

febrero 7, 2014

Los bancos de Uruguay dejan de aceptar depósitos en efectivo y ahora cierran cuentas sospechosas”

En línea con el intercambio fiscal firmado entre la Argentina y Uruguay, los bancos de la vecina orilla comenzaron a tomar como sospechosas las operaciones por depósitos en efectivo que no tienen justificación documental. De la misma forma, pusieron en la mira a los ingresos por transferencias del exterior (o salidas) sin explicación comercial o patrimonial y también a los retiros en efectivo en forma rutinaria y sin una explicación razonable.

Solo en determinadas situaciones, pueden llegar a aceptar algún depósito en efectivo a excepción pero de poco monto, no mayor a los 5.000 dólares. En cambio, las extracciones en efectivo por grandes montos y en forma rutinaria, son tomadas como operaciones sospechosas y se termina cerrando la cuenta al cliente.

Al respecto, existen algunos ejemplos de quienes poseen cuentas en Uruguay para recibir dólares:

* Primer caso: el pequeño o mediano empresario que fabrica y exporta con costos internos cada vez más elevados. Como ya no puede trasladarlo a precios, dado que pierde ventas y clientes, y que el dólar oficial no llega a cubrir su costo de fabricación, le pide al cliente del extranjero que le pague parte a su banco en la Argentina, ingresando al dólar oficial, y parte en una cuenta en Uruguay. Al estar complicado financieramente, el empresario necesitará este último pago para cubrir el resto de sus costos, con lo cual no tiene otra alternativa que extraerlo de la cuenta uruguaya y traerlo al país en efectivo.

* Segundo caso: quien tiene una jubilación del extranjero y pide que se la depositen en Uruguay.

* Tercer caso: el ingeniero que diseña y exporta su trabajo, pero que obviamente no está dispuesto a traerlo al país al valor del dólar oficial.

Son todos casos en los que rutinariamente tienen que extraer el efectivo para vivir o cubrir costos.

“Muy por el contrario de lo que se cree en nuestro país, en Uruguay no es posible depositar efectivo, tanto en los bancos como en las cuentas de las sociedades de bolsa o casas de cambio, sin contar con la justificación y documentación debida“, advierte Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.

Para los extranjeros, el efectivo debe estar justificado con una declaración jurada de impuestos del país de residencia del cliente y con una declaratoria de Aduana (para sumas superiores a los u$s 10.000) si es que el dinero provino desde otro país. Si se originó localmente, por ejemplo por la venta de una propiedad, tiene que estar justificado con la correspondiente escritura de venta.

En este sentido, Uruguay cumple con los estándares mundiales en contra del lavado de activos.

Justificación de fondos

De hecho, todas las instituciones financieras están obligadas a solicitarle a sus clientes justificación sobre el ingreso y egreso de fondos de sus cuentas, tanto para los de vía electrónica como para los de efectivo, para evitar dinero proveniente del narcotráfico y de la corrupción.

Los clientes deben entender que las regulaciones con las que se enfrentan las entidades financieras son cada día más estrictas y las multas y riesgos de perder las licencias son cada vez mayores, en caso de que se compruebe que hayan recibido dinero proveniente del narcotráfico o de la corrupción.

Pero fuera de eso, esta situación no debería ser un inconveniente para ninguna persona o empresa con negocios lícitos y normales. Cualquiera puede demostrar perfectamente el origen del dinero dado que está relacionado con la actividad profesional o comercial que tiene o tuvo el cliente, así como también el flujo de fondos que pasa por sus cuentas con la correspondiente documentación, que podría ser una factura, un contrato, un recibo, una escritura o cualquier otro documento que justifique la operación. Y en esto no influye si el dinero está declarado impositivamente o no en el país de residencia del cliente; ese es un tema que a los bancos puede importarles o no, y va a depender del país de que se trate o de la política interna del propio banco.

Siempre debe haber un ordenamiento del tipo documental y, obviamente, tiene que ser real. La persona debe demostrar que se trata de dinero generado o proveniente de actividades lícitas. “Nadie con actividades lícitas debería tener problemas. Eso es lo que los bancos necesitan que se les demuestre y para eso los particulares y las empresas deben estar adecuadamente asesorados para poder tener su situación en regla”, sostiene Sardáns.

Fuente: El Cronista, 07/02/14.

La universidad aún es una gran inversión

febrero 7, 2014

La universidad aún es una gran inversión, dice la presidenta de Harvard
Por Alexandra Wolfe

Hace 50 años, el costo anual de estudiar en la Universidad de Harvard era inferior a los US$2.500 al año, los que hoy equivaldrían a unos US$18.000. El costo actual, sin embargo, casi llega a losUS$60.000, incluyendo la matrícula, la vivienda y otros honorarios.

En momentos en que se intensifica el debate sobre el creciente costo de estudiar en las universidades de Estados Unidos– el encarecimiento de las matrículas llevó la deuda total de los estudiantes del país a alrededor de US$ 1,2 billones. Drew Gilpin Faust, presidenta de la universidad, está lista para defender su postura. Todavía vale la pena el esfuerzo, insiste, y no sólo para los pocos afortunados que logran ingresar a una universidad de élite como Harvard.

Faust se reclina en el sofá color crema de su espaciosa oficina en el Massachusetts Hall en Cambridge, Massachusetts, y habla de los altos retornos que ofrece una educación universitaria tanto en la vida como en el desarrollo intelectual. La educación superior, sostiene, muestra a los estudiantes el resto del mundo y les abre los ojos a otras culturas. «¿Cómo puede alguien imaginar un nuevo mundo si no conoce un mundo diferente al propio?», se pregunta. En el caso de Harvard, Faust destaca las diferentes formas en que la universidad expandió y enriqueció sus ofertas.

«Hay muchas más oportunidades para los estudiantes en una serie de ámbitos, más experiencias intensivas de investigación, clases más pequeñas… y un número de unidades administrativas que están ayudando a los alumnos», tales como asistencia ante problemas de alcohol y de salud, señala.

Aunque «el costo de una mejor educación aumentó», afirma, «el costo real neto de asistir a una universidad se redujo». Para compensar los altos precios, la universidad permite que los estudiantes cuyas familias ganan US$65.000 o menos al año no paguen matrícula, además de que 60% de los alumnos recibe becas. Con todo esto, puntualiza, los estudiantes que reciben asistencia financiera pagan un promedio de US$12.000 por año. (La ayuda financiera habitualmente sólo abarca a los residentes de EE.UU.).

La doctora Faust, historiadora especializada en la Guerra Civil y el Sur de EE.UU., está decidida a mantener la relevancia de las humanidades en esta era tecnológica. Pero a medida que los alumnos acuden en masa a los cursos de ciencia y tecnología, está agregando nuevos cursos en Internet e iniciativas en esas áreas.

El giro es especialmente notorio en las estudiantes de Harvard. Durante la última década, la cantidad de mujeres que se graduaron en ciencias creció 70%. Hay 45 alumnas en estadísticas este año, por ejemplo, en comparación con apenas dos en el período 2007-2008.

También planea lanzar el esperado proyecto Allston, un nuevo campus con más de 130.00 metros cuadrados de instalaciones a construirse durante los próximos 10 años. El campus incluirá un nuevo edificio de ciencias que albergará a la facultad de ingeniería y ciencias aplicadas. Estas iniciativas llegan después de la creación del Harvard I-Lab, un centro dedicado a promover el emprendimiento y la innovación.

Con una decoración minimalista, donde prima el blanco su oficina podría fácilmente confundirse con la de una startup de tecnología en Palo Alto, California.

La nueva plataforma en Internet de Harvard (edX), creada junto con el Instituto de Tecnología de Massachusetts, expande la oferta de la universidad más allá del campus. Hay cursos gratuitos por video, con tareas asignadas y discusiones en foros en línea. Más de 28.000 personas en 183 países, por ejemplo, se inscribieron para la primera edición edX del curso «Los primeros cristianos: Las cartas de Pablo» que comenzó en los primeros días de enero.

¿Pueden estas clases extender la educación superior a nuevos grupos? Faust dice que hay «un amplio uso» de los cursos edX, con un número considerable de estudiantes que no son universitarios, aunque hasta ahora, «el usuario promedio es, de hecho, una persona con bastantes estudios».

Lograr la transición de profesora a presidenta de la universidad fue un desafío para la doctora Faust, de 66 años. Tenía experiencia en administración universitaria y fue parte de comités que trataron un amplio rango de temas, pero nada de esto la preparó para la forma en la que la crisis financiera afectó a Harvard. «En ese momento descubrí que había una curva de aprendizaje muy pronunciada», reconoce.

En 2008, la dotación de la universidad cayó 27%. Puesto que esos fondos cubren más de un tercio del presupuesto operativo de la universidad, Faust tuvo que reducir gastos, cambiar de planes y explicar a los ex alumnos qué había pasado con sus donaciones.

Pese a esto, Faust dice que haber sido profesora la preparó bien para otras responsabilidades vinculadas con la presidencia. Al igual que dictar clases, dice, ser presidenta exige mucha «comunicación y tratar de explicar las cosas a las personas».

«La gente a menudo dice ‘¿Qué tiene que ver ser historiadora con ser presidenta?’. Y me miran de manera burlona, y yo respondo Tiene todo que ver, porque la historia es sobre los cambios y entender cómo se producen esos cambios, qué lleva a las personas a aceptar un cambio, qué lleva a las personas a resistir un cambio».

Faust se interesó en la historia del Sur de EE.UU. cuando era joven. Al haber crecido en Shenandoah Valley, en Virginia, en los años 50 y 60, vio los efectos de casos judiciales emblemáticos en la historia estadounidense como el de Brown vs. Board of Education, que puso fin a la segregación en los colegios públicos del país. A los nueve años, sin decirle a nadie, le escribió una carta al presidente Dwight Eisenhower para decirle que la segregación le parecía terrible. Para sorpresa de sus padres, recibió una respuesta de la Casa Blanca. Luego de haber contado la historia varias veces, años después quiso confirmarla y fue a los Archivos Nacionales, donde encontró su carta original escrita en una hoja de un cuaderno.

Faust se graduó de Bryn Mawr College en 1968, sin aspiraciones de ser presidenta de nada, menos aún la primera presidenta de Harvard. «Hubiera sido algo descabellado tener esa noción en mi cabeza a esa edad», explica. Las mujeres ni siquiera eran aceptadas en la biblioteca de Harvard para los estudiantes de pregrado cuando ella iba a la universidad. Luego de su paso por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, hizo su doctorado y dio clases en la Universidad de Pensilvania, donde pasó los siguientes 25 años.

«Disfruté mucho de dar clases y de investigar, y nunca quise tomar un trabajo administrativo», afirma. Luego, en 1999, el entonces presidente de Harvard, Neil Rudenstine, la llamó para consultarle a quién contrataría para ser decana de la Universidad de Radcliffe, que luego se fusionó con Harvard. Y luego fue directo al grano: si ella estaba interesada en asumir el cargo.

«Nunca olvidaré la forma en que describió el trabajo. Yo lo usé con otra gente», explica. Recuerdo que dijo: «si tienes 5% de interés en este trabajo, ¿me seguirás hablando?». Ella pensó que era fácil llegar a 5% y usó esa misma estrategia para contratar a otras personas, incluyendo a su actual decano, Alan Garber, que dejó Stanford para tomar el trabajo.

La oferta para ser decana le llegó justo cuando su propia hija se preparaba para ingresar a la universidad, por lo que pensó que podía ser un buen momento para aceptar el cargo. «También sentí que pasaba mucho tiempo en comités, por lo que pensé que tal vez era el momento para hacer de estas actividades institucionales mi trabajo cotidiano», afirma. Se transformó en la decana de Radcliffe en 2001. Luego, después de que el economista Larry Summers dejara la presidencia de Harvard en 2006, Faust recibió una segunda llamada preguntándole si estaba interesada en algo más importante. Se convirtió en presidenta de Harvard en 2007.

«Casi todas las etapas de mi carrera superaron mis expectativas», dice. «Me preocupa la gente joven que ahora tenga expectativas tan altas… Está bien que tengan grandes aspiraciones, pero es lindo verse sorprendidos».

Fuente: The Wall Street Journal, 07/02/14.

Argentina y Venezuela reviven el fantasma de la hiperinflación

febrero 6, 2014

Argentina y Venezuela reviven el fantasma de la hiperinflación
Por Taos Turner, John Lyons y Juan Forero

BUENOS AIRES — Carlos Bianchi, el director de una funeraria en esta ciudad, no sabe cuánto cobrar por sus ataúdes, lo que ilustra los problemas económicos que asedian a Argentina y Venezuela.

La devaluación que el gobierno argentino realizó el mes pasado, uno de los factores que desataron una venta generalizada de divisas de los mercados emergentes, también contribuyó a que los precios se dispararan en el país.

Lo que complica los cálculos de Bianchi es que tiene que usar una moneda inestable y que se sigue depreciando, el peso, para comprar las partes importadas de sus productos.

«Tengo que decirles a los clientes que les puedo dar un ataúd hoy, pero tendrán que pagarlo después, a quién sabe qué precio», dice, cigarrillo en mano. «Nadie quiere hacer eso».

Argentina y Venezuela enfrentan un alza de la inflación y una posible recesión, lo que amenaza con generar nuevos vientos en contra en los precisos momentos en que América Latina se ha visto afectada por la desaceleración de la economía china y el pesimismo de los inversionistas acerca de los mercados emergentes.

Venezuela registró una inflación de 56,2% en 2013, una de las tasas más altas del mundo. Economistas independientes dicen que los precios en Argentina aumentaron cerca de 28% el año pasado. Para este año prevén una cifra más alta, debido a la devaluación del peso.

Venezuela, mientras tanto, parece encaminada hacia una recesión a medida que los estrictos controles de precios y la escasez de importaciones, ante la ausencia de moneda dura, paralizan la actividad económica. El banco central canceló el miércoles una subasta de dólares haciendo mención a ciertas «anomalías» que no explicó, lo que ejerce mayor presión sobre las importaciones.

inflaciónBank of America-Merrill Lynch pronostica una contracción de 3% en Argentina, en momentos en que se reduce la inversión y los consumidores gastan menos debido al alza en las tasas de interés y la disminución del poder adquisitivo.

Alberto Príncipe, de 71 años, propietario de un concesionario de Hyundai en un elegante barrio cerca de un campo de polo, lamenta que la historia de los ciclos de auge y caída se repita.

«Nuestros ciclos son casi bíblicos», lamenta. «Pero el simple hecho de que uno se acostumbre a la inflación no significa que es más fácil de abordar», dice. Las ventas de automóviles han sido buenas en los últimos años, reconoce, pero los nuevos impuestos y la devaluación son «letales», añade. Una camioneta todoterreno Santa Fe Premium, que hace un año costaba US$63.000, ahora vale US$100.000, explica. «El mercado se ha cerrado por completo», asevera.

Muchos economistas señalan que el decepcionante desempeño de Argentina y Venezuela es una reprimenda a la fuerte intervención estatal, controles de precios y la nacionalización de empresas que han marcado sus políticas durante más de una década. Ambos países ahora se arriesgan a revivir el tipo de inflación desbocada que caracterizó a América Latina durante la «década perdida» de los 80, pero que la mayoría de los expertos creía controlada para siempre. «Hay un riesgo de hiperinflación, de que los precios realmente comiencen a acelerarse enormemente», afirma Claudio Loser, economista argentino que trabajó en el FMI. «No digo que habrá hiperinflación, pero es un escenario muy factible. En Venezuela, ya está sucediendo».

Cuando la inflación se disparó en América Latina en décadas previas —en 1989 alcanzó una tasa de 5.000% en Argentina— muchos de los socios comerciales del país también registraban rápidos aumentos de precios. Pero eso ha cambiado, lo que convierte a Argentina y Venezuela en casos anómalos en una región que, de todos modos, acusará recibos de sus problemas.

Uno de los países afectados sería Brasil, que exportaría menos vehículos, autopartes, alimentos y bienes manufacturados a Argentina, uno de sus principales socios comerciales, lo que podría acentuar la desaceleración que ya está en curso.

Uruguay, cuya economía depende más de Argentina, está preocupado por una corrida contra los bancos de su vecino y una disminución del turismo.

A su vez, Venezuela, dicen economistas, ha empezado a hacer cesaciones de pagos selectivas: no ha pagado a aerolíneas europeas, empresas estadounidenses de servicios petroleros y exportadores de alimentos colombianos, entre otros, conforme lucha por conservar sus decrecientes reservas.

En Argentina, mucha gente ya cree que se aproxima una ola de inflación galopante y las tiendas ya empezaron a subir los precios para adelantarse a la devaluación del peso.

«Aumentamos los precios 15% en general tras la devaluación», afirma René Poirier, un vendedor de electrodomésticos en un suburbio de Buenos Aires. «Si no subís los precios, podés quedar atrapado y perder dinero», dijo rodeado de lavadoras y refrigeradores.

Los economistas señalan que se puede combatir la inflación en Argentina y Venezuela eliminando los subsidios y los controles de precios y de divisas.

No obstante, observadores indican que tanto la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, como el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, tienen un interés político en oponerse a las estrategias económicas ortodoxas que respalda Estados Unidos, como el libre comercio.

El jefe de gabinete de Kirchner, Jorge Capitanich, culpó a los empresarios por el aumento de precios. «Vemos un ardid impulsado por comerciantes y empresarios inescrupulosos, que pretenden afectar el poder adquisitivo de las familias y consumidores», dijo a la prensa.

—Ezequiel Minaya contribuyó a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 06/02/14.

fideicomiso azucarero condoazucar

.

Los estragos que produce la heroína

febrero 5, 2014

La producción, uso y muertes por heroína se disparan en EE.UU.
Por Arian Campo-Flores y Zusha Elinson

La muerte del actor Philip Seymour Hoffman debido a una aparente sobredosis de heroína resalta el resurgimiento de esta droga en los últimos años, impulsado por un suministro creciente desde América Latina y mayores restricciones a la prescripción de narcóticos que llevó a los adictos a buscar alternativas.

La cantidad de usuarios de heroína en Estados Unidos aumentó casi 80% de 373.000 personas en 2007 a alrededor de 669.000 personas en 2012, según encuestas de la Oficina de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de EE.UU., parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Las muertes anuales por sobredosis atribuidas a la heroína fueron 3.094 en 2010, el año más reciente con datos disponibles, un aumento de 55% desde 2000, indicó el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades.

A diferencia del flagelo de la heroína de entre fines de los años 60 y comienzos de los 80, que se concentró en centros urbanos, la epidemia actual también afecta suburbios y zonas rurales. Durante una reunión del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE.UU. el mes pasado, 17 de 20 investigadores de todo ese país reportaron que la heroína era su principal problema en alza, indicó James Hall, un epidemiólogo del Centro para Investigación Aplicada sobre Uso de Sustancias y Disparidades de Salud de la Universidad Nova Southeastern, en Miami.

«La heroína no tiene ningún tipo de límite geográfico o demográfico«, indicó Rusty Payne, vocero de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en Washington. «Toca a casi todos los segmentos de la sociedad».

Un factor importante que está impulsando el regreso de la heroína son los adictos a las píldoras recetadas contra el dolor, los cuales adoptaron la droga debido a que las pastillas se volvieron «demasiado costosas o menos accesibles», indicó Gil Kerlikowske, el zar contra las drogas de la Casa Blanca. La heroína es más barata y sin embargo es parte de la misma familia de drogas que la oxicodona y otros opios, cuyo uso ilegal ha perseguido con énfasis por las autoridades.

Alrededor de 80% de la gente que prueba la heroína por primera vez anteriormente usó medicamentos contra el dolor, según un informe del año pasado realizado por la Oficina de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias. Los usuarios nuevos suelen comenzar fumando o aspirando el polvo, y a veces pasan a inyectárselo, lo que causa el efecto más rápido e intenso.

Otro factor es que los fabricantes de heroína en México aumentaron la producción en los últimos años, indican funcionarios anti drogas. Los traficantes distribuyen cada vez más heroína mexicana, no sólo en el occidente de EE.UU., donde está presente desde hace tiempo, sino en el oriente, que había estado dominado por los envíos desde Colombia.

Las confiscaciones de heroína en la frontera entre EE.UU. y México aumentaron 232% entre 2008 y 2012, a 1.855 kilos, según datos de la DEA.

Además, la droga en si es cada vez más potente, en parte debido a métodos de producción más sofisticados, indicaron funcionarios.

Mientras la heroína se diluye con otras sustancias conforme llega a las calles, los compradores minoristas suelen obtener un producto más puro que en décadas pasadas, sostuvo James Hunt, agente especial a cargo de la división de la DEA en Nueva York. Mientras una dosis de heroína en los años 80 podría haber tenido una pureza de 5%, hoy es habitual encontrar una bolsa al público con una pureza de 50%, lo que la vuelve potencialmente más letal, agregó.

Además, la heroína a veces se combina con otras drogas peligrosas, incluido el opiato sintético fentanyl. Esa combinación ha sido responsabilizada por una gran cantidad de muertes en los últimos meses en la costa Este de EE.UU., incluidas 37 en el estado de Maryland y 22 en Pennsylvania.

Los usuarios «creen que están obteniendo heroína corriente», sostuvo Thomas Carr, director de la Zona de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad Washington-Baltimore. «En cambio, reciben algo que podría matar un caballo».

En el caso de Hoffman, los exámenes toxicológicos están pendientes. La policía encontró varios sobres en su apartamento de Nueva York con lo que se cree que es heroína.

El suministro de heroína en Nueva York aumentó desde 2009, afirmó Bridget Brennan, fiscal especial para narcóticos en esa ciudad. «Comenzamos a ver fábricas de producción que podían producir cientos de miles» de bolsas al día, dijo. La epidemia actual se asimila a la de los años 70 por su alcance, agregó Brennan. Pero «el cambio es el nuevo usuario», aclaró. «Ese usuario actual suele ser más joven y con más dinero».

—Pervaiz Shallwani contribuyó a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 05/02/14.

Tabaquismo y Diabetes

febrero 4, 2014

Tabaquismo y Diabetes

La nicotina, una de las drogas que contiene el tabaco, es una de las sustancias más adictivas que se conocen; entre otros efectos, participa en la producción de neoplasias malignas de pulmón, boca, garganta y vejiga. También eleva los niveles de colesterol y glucosa, lo que puede resultar en mayores posibilidades de padecer Diabetes mellitus y en descontrol metabólico de la enfermedad. El tabaquismo incrementa la severidad y frecuencia de las complicaciones micro y macrovasculares de los pacientes con diabetes que tienen mayor dependencia del tabaco y tres veces más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares.

Artículo completo: Tabaquismo-y-Diabetes

Día Mundial contra el Cáncer – 4 de febrero

febrero 4, 2014

Día Mundial contra el Cáncer

La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) celebran el 4 de febrero de cada año como el Día Mundial contra el Cáncer.

El cáncer es un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células. Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo. El tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo. Muchos tipos de cáncer se podrían prevenir evitando la exposición a factores de riesgo comunes como el humo de tabaco. Además, un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia, especialmente si se detectan en una fase temprana.

La prevención y la detección temprana son fundamentales para detener el alarmante aumento de la incidencia de esta enfermedad. Más del 60% de los casos se concentran en África, Asia, América Central y del Sur. Esas regiones registran el 70% de las muertes a nivel global, principalmente por la falta de detección temprana de la enfermedad y el acceso a tratamientos.

————————————–

Más información:

https://www.economiapersonal.com.ar/2014/01/28/muere-otro-marlboro-man-por-una-enfermedad-relacionada-con-el-tabaquismo/

https://www.economiapersonal.com.ar/2013/11/03/como-prevenir-el-cancer/

https://www.economiapersonal.com.ar/2012/07/25/enfermedades-criticas/

Reputación y Credibilidad

febrero 3, 2014

Empresas en busca de crear reputación y credibilidad
Por Guillermo Nanni

«Si quieres gozar de buena reputación, esfuérzate por ser lo que aparentas ser«, sostuvo Sócrates; pareciera que se suele hacer exactamente lo contrario. Es impresionante cómo algunos conceptos se ponen de moda en el mundo del management, a tal punto de lograr que el árbol oculte al bosque. Desde hace tiempo el tema de la reputación, como nueva variable de gestión en la comunicación, conquista espacios en libros, medios y conferencias.

En ese camino, las empresas salen alocadamente a contratar especialistas en reputación. Así, se crean puestos nuevos, como el de Chef Reputation Oficcer (CRO), y se pagan fortunas con tal de oxigenar un poco el aire de las marcas. ¿Qué es la reputación? Hace un tiempo, el dueño de una consultora internacional de comunicación decía: «La reputación es lo que la gente dice de una marca». Luego de una mucha lectura sobre el temase llega a la conclusión de que reputación es el reconocimiento social de los stakeholders.

Ahora bien, ¿para qué sirve todo esto?, ¿para vender?, ¿para obtener una licencia social? No. No hay nada más falso que pensar que tener buena reputación garantiza un presente y un futuro próspero en términos de reconocimiento e imagen de una marca o persona frente a su público.

Muchas organizaciones ocasionan escándalos de comunicación y, sin embargo, su reconocimiento social era positivo hasta el momento en que se generó la crisis ¿Por qué sucede esto? Porque, aunque fuera con buena intención, las marcas se conforman con gozar de un buen pasado que mantenga bien posicionada su imagen actual. En una línea temporal, la reputación sólo ocupa el pasado de una marca. Nos dice cómo fue hasta ahora el reconocimiento social de alguien o de algo, pero no más que eso. Pero para influir y relacionarse en el presente y tener proyección hacia el futuro la reputación no alcanza, y he aquí la omisión que aparece casi de manera generalizada cuando sólo se piensa en reputación, llámese corporativa, personal, digital, o lo que fuere.

Así como la reputación es una foto de lo que se ha hecho hasta el momento, la confianza es la capacidad de prometer y de ser creíble hacia el futuro. Si la reputación dice acerca de lo que pasó, la confianza expresa sobre lo que pasará.

Pero la historia no termina aquí. Lo que verdaderamente existe no es el pasado ni el futuro, sino tan sólo el presente. Si la gestión de una marca hasta el momento puede medirse por su reputación, y hacia el futuro por el grado de confianza que genera con su público, pues entonces la gestión del presente se llama credibilidad.

La credibilidad es por definición la cualidad de ser creíble. En la medida en que hoy sea creíble generaré más confianza hacia el futuro y mañana tendré buena reputación. Cuando una empresa prolonga una crisis de comunicación es porque no reaccionó a tiempo. Muchas veces, por ocultar información al anteponer la buena reputación que tenía hasta ese momento. Si se pregunta frente al espejo con total honestidad ¿para qué estamos los profesionales de la comunicación?, la respuesta más sintética y categórica sería: para generar credibilidad.

Gestionar la credibilidad es andar en la verdad, haciendo coincidir lo que digo con lo que hago. Es reconocer hoy, porque mañana puede ser tarde, lo que he hecho mal ante quien se ha visto afectado por lo que hice. Es tener la plena conciencia de que ser creíble se actualiza a cada instante y que es una de las pocas cosas que nunca deberían perderse. Como sostuvo Ivonne Bordelois durante las charlas TED: «La palabra es lo que nos queda cuando todos los objetos se han perdido».

Fuente: La Nación, 02/02/14.

La importancia del contacto visual

febrero 3, 2014

Deje de mirar el teléfono y haga contacto visual
Por Sue Shellenbarger

Uno está conversando con alguien cuando de repente los ojos de esa persona descienden a su teléfono o se mueven para ver a otra persona.

Parece que está sucediendo más que nunca —en reuniones, en la mesa, incluso en fiestas íntimas— y hay señales de que el declive del contacto visual es un problema creciente.

Los adultos hacen contacto visual entre 30% y 60% del tiempo que dura una conversación normal, indica la empresa de análisis de comunicaciones, Quantified Impressions. Pero la firma de Texas dice que la gente debería hacer contacto visual entre 60% y 70% del tiempo para crear una sensación de conexión emocional, según su análisis de 3.000 personas hablando con individuos y grupos.

Una barrera para el contacto es el uso de los dispositivos móviles. Entre los veinteañeros, «ya casi se ha vuelto culturalmente aceptable responder llamadas durante la cena», o echar un vistazo a los marcadores de fútbol, afirma Noah Zandan, presidente de Quantified Impressions. (Un amago común, enviar mensajes de texto mientras uno mantiene contacto visual, no solo es difícil sino que también es percibido como falso).

Algunos psicólogos hablan del «miedo a quedarse al margen» de oportunidades sociales, según un estudio publicado este año en Computers in Human Behavior. Los adultos jóvenes que están insatisfechos con su vida o relaciones se sienten obligados a revisar sus aparatos móviles repetidamente para ver las oportunidades sociales que se están perdiendo, incluso cuando no las disfrutan, según el estudio.

Debido a la tendencia hacia el trabajo desde casa u otros tipos de trabajo remoto, la gente se ha acostumbrado hablar sin hacer contacto visual, señala Dana Brownlee, fundadora de Professionalism Matters, una empresa de capacitación corporativa en Atlanta. Brownlee menciona a un gerente en una compañía de servicios financieros en Carolina del Sur que empezó a ofrecer premios para que sus empleados se reunieran en persona. «La gente se estaba comunicando para reuniones telefónicas desde cubículos que estaban literalmente a unos cuantos pasos», anota.

Pero el contacto visual puede ser una herramienta para influenciar a otros. Mirar a un colega mientras uno habla transmite confianza y respeto. Un prolongado contacto visual durante un debate o un desacuerdo puede manifestar que uno mantiene su postura firme. También indica su lugar en la cadena alimenticia: la gente con estatus alto tiende a mirar por más tiempo a la gente con la que está conversando, comparado con otros, señala una reseña de investigación en la revista académica Image and Vision Computing.

Cuando la gente no hace contacto visual por descuido o falta de respeto, revela mucho. Suzanne Bates, autora de Speak Like a CEO (algo como Hable como un presidente ejecutivo), ha capacitado a ejecutivos que revisan sus teléfonos tan seguido durante reuniones que «es equivalente a estar ausente durante la mitad de la reunión», afirma. Los empleados reciben el mensaje de que no son tan importantes y normalmente lo resienten, pensando, «Estoy igual de ocupado que el presidente ejecutivo. Simplemente tengo cosas distintas con que lidiar», expresa Bates, presidenta ejecutiva de Bates Communications, en Massachusetts.

Mantener el contacto visual funciona de manera optima por 7 a 10 segundos en una conversación de dos personas, y de 3 a 5 segundos en un grupo, indica Ben Decker, presidente ejecutivo de Decker Communications, una firma de capacitación y consultoría en San Francisco. Decker, cuya empresa tiene 34 años, dice que la gente que desvía su mirada demasiado rápido, o evita el contacto visual por completo, es a menudo calificada de «no confiable, sin conocimientos y nerviosa». Alguien que habla a un grupo necesita mirar a varios de los interlocutores para que nadie se sienta olvidado o privilegiado.

Cuando la ejecutiva de capacitación de ventas Lisa Contini consultó a Decker para mejorar sus aptitudes de comunicación, descubrió que el contacto visual era un punto clave. Solía bajar o cerrar los ojos durante conversaciones. «Hacía una pausa para formular lo que quería decir, pero era percibido como que no sabía que decir», expresa.

Verse a uno mismo en video puede ayudar a detectar si hay problemas. Kiran Bhageshpur, un vicepresidente de ingeniería en una empresa de Seattle, intentó hacer eso durante una sesión de capacitación con Decker. Se percató que cuando no tenía certeza sobre un tema que abordaba, «instintivamente no hacía contacto visual, y eso se percibe como algo negativo», indica. Cambió sus hábitos y desde entonces ha facilitado que 30 de sus subordinados en su equipo de liderazgo reciban una capacitación similar.

Demasiado contacto visual también puede causar problemas. En el trabajo, mantener el contacto visual por más de 10 segundos puede parecer agresivo, vacío o inauténtico, afirma Decker. En el contexto social, podría ser considerado como si tuviera interés romántico, o simplemente raro. Un estudio publicado este año en la revista académica Applied Neuropsychology: Adult halló que los interrogadores que fijaron su mirada firmemente en los ojos de los participantes mientras les hacían un examen los desconcertaron tanto que su desempeño de la memoria a corto plazo se vio afectado.

Fuente: The Wall Street Journal, 2013.

En Argentina no faltan dólares, sobran malas políticas.

febrero 3, 2014

Causas
Por Enrique Szewach

Hace unas semanas se había instalado la idea de que, por razones climáticas, podrían faltar tomates. Los productores aseguraron que, dados los stocks, y las previsiones sobre el estado del tiempo, la oferta de tomates sería normal.

Pero imaginemos, por un instante, que no hubiera habido stocks acumulados, que hubiera habido una sequía, y que, por lo que se tarda en armar la cadena logística para importar, por unos días, no hubiera habido tomates. En ese caso, cualquiera fuera el precio que alguien estuviera dispuesto a pagar, no hubiera conseguido tomates.

Se dice que, en la Argentina, faltan dólares. Sin embargo, también se dice que, desde hace años, los argentinos venimos cambiando pesos por dólares, es decir que hay stock acumulado de dólares, y que, además, exportamos más de lo importamos, de manera que no hay «sequía».

En este caso, al contrario del ejemplo de los tomates, si faltan dólares no es un problema «tecnológico» es, simplemente, un problema de precio.

A este precio los que tienen dólares ahorrados, o los que tienen bienes que pueden transformarse en dólares, no los quieren ofrecer.

Y este es el problema de hoy. «A este precio» la demanda de dólares supera la oferta.

Para el gobierno, esto es producto de la «avaricia» de los productores agrícolas y de los medios de comunicación y los analistas que crean una «psicosis» de demanda de dólares.

Sin embargo, el gobierno confunde, o quiere confundir, causas, con efectos.

Veamos. Durante los últimos años, la política cambiaria fue utilizada para moderar la inflación, derivada de un gasto público creciente financiado con emisión y una política de ingresos incompatible con la productividad media de la Argentina.

El precio del dólar evolucionaba por debajo de la tasa de inflación, y la tasa de interés en pesos, también evolucionaba por debajo de la tasa de inflación.

Por lo tanto, fue el propio gobierno, con su política, que incentivó la demanda de dólares, emitiendo pesos que perdían valor al ritmo del 25% anual.

En ese contexto, el gobierno decidió, en lugar de modificar el precio, racionar la cantidad.

Terminando así, con veinte años de libre convertibilidad.

Al racionar,arbitrariamente un producto demandado, surgió el mercado informal.

Además, al suspender la libre convertibilidad entre pesos y dólares, se frenó el ingreso de dólares financieros, o para inversión, por la eventual imposibilidad de obtenerlos luego, para cancelar el préstamo o remitir utilidades.

Es decir, el cepo (que nunca existió), no redujo la demanda, pero sí redujo la oferta.

El resultado fue la creciente pérdida de reservas del Banco Central, dado el desequilibrio entre pesos emitidos, inflación, tasa de interés y precio del dólar.

En otras palabras, lo que se arreglaba, en su momento, con una devaluación moderada, un ajuste moderado del gasto público, para emitir menos, tasa de interés positiva, y, hay que decirlo, una recesión, también leve, al estilo del 2009, se agravó, por la decisión de «pesificar de prepo» y usar a la AFIP y a la Secretaría de Comercio, como sustitutos del Banco Central.

Lo que hemos visto, desde el cambio de gabinete, no ha sido un ataque conspirativo de especuladores y avaros.

Hemos asistido a la materialización de un fracaso del gobierno, en su intento por no reconocer el nuevo precio del dólar. (Toda devaluación es el reconocimiento de un fracaso).

Ahora, ha instrumentado el «dólar de convergencia» (Perdón ¿Convergencia a qué?), y ha permitido un ajuste todavía moderado de la tasa de interés y, simultáneamente, aflojó mínimamente, el racionamiento de dólares para operaciones pequeñas.

Pero sigue sin ajuste fiscal, y sigue usando a la Secretaría de Comercio y a la AFIP, como sustituto (ahora parcial), del Banco Central.

Es decir armó una «poción mágica» agregando a su mala política una dosis homeopática de buena política.

Por lo tanto, el problema continúa, dado que contra esa poción, el precio y, sobre todo, el temor a que el racionamiento vuelva, no calma expectativas.

La causa es el fracaso de la mala politica y la consecuencia es la «avaricia» la «especulación» y la «dolarización».

Mientras esto no se entienda, y este sea el «programa», lo más probable, aunque se calmen las reservas por un tiempo, es que sigamos en un escenario de alta inflación y ahora, con una caída mayor del nivel de actividad.

Recuerden no faltan dólares, sobran malas políticas.

Fuente: Perfil, 02/02/14.

Enrique Szewach

Enrique Szewach

Argentina y la vieja costumbre de devaluar

febrero 3, 2014

Argentina y la vieja costumbre de devaluar
Por Mary Anastasia O’Grady

A medida que caen las reservas internacionales de Argentina, una megadevaluación parece inevitable, nuevamente. Algunos países aprenden las lecciones de su historia monetaria, pero Argentina es un caso aparte.

A fines de los años 90, en Buenos Aires se hablaba de reemplazar el peso con el dólar estadounidense. El posible impacto de una dolarización se me vino a la mente la semana pasada, cuando el ministro de Finanzas irlandés, Michael Noonan, visitó las oficinas de The Wall Street Journal en Nueva York para conversar sobre la recuperación de su país de la crisis bancaria de 2008.

A Noonan se le consultó si se arrepentía de que Irlanda formara parte de la zona euro, lo que en la práctica impide que los irlandeses recurran a la política monetaria para arreglar una crisis de deuda. El ministro respondió que sin las restricciones del euro, la economía pequeña y abierta de Irlanda habría probablemente sufrido una suerte mucho peor: una devaluación de grandes proporciones cuando sus bancos colapsaron.

Devaluar la moneda es la senda menos dolorosa cuando un gobierno no es capaz de cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, como señaló Noonan, sus efectos sobre la población son brutales. La devaluación reduce el poder adquisitivo del país. Los salarios reales y el valor real de los ahorros de las personas comunes y corrientes disminuyen de un día para otro.

Lo que es peor, observó Noonan, es que son pocos los países que pasan por una megadevaluación solamente una vez. «Se vuelve un hábito», subrayó.

Tales palabras son demasiado amables para describir el caso de Argentina. Una historia de 200 años de devaluaciones recurrentes es una condición más seria que una adicción. Es patológico.

La última devaluación se produjo la semana pasada, cuando Argentina anunció que comprar un dólar del banco central costaría 8 pesos, en lugar de 6,9. La relación en 2006 era de 3 pesos por dólar. La cotización en el mercado negro es de más de 12 pesos, lo que sugiere que aún queda un doloroso camino por recorrer.

Esta crisis tiene lugar poco más de una década después de la última, que ocurrió poco más de una década después de la anterior. No obstante, socavar el valor del peso no es un fenómeno moderno en Argentina.

Según el economista chileno Sebastián Edwards, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles y autor del libro de 2010 «Dejada atrás: América Latina y la falsa promesa del populismo», la costumbre argentina de devaluar se remonta a la década de 1820. En 1827, el peso papel que circulaba en Argentina se devaluó en 33,2%, señala Edwards. La divisa perdió otro 68% en 1829. Hubo una devaluación de 34% en 1838, de 65,5% en 1839, de 95% en 1845 y de 40% en 1851. Un sistema de convertibilidad impuesto en 1868 fracasó en 1876 y otro establecido en 1891 sobrevivió hasta 1914.

Para los políticos, era apenas el comienzo. Según Edwards, hubo crisis cambiarias en 1938, 1948, 1949, 1951, 1954, 1955, 1958, 1962, 1964 y 1967.

En 1971, escribe Edwards, hubo una nueva crisis cuando el peso fue devaluado en 116,8%. (El porcentaje puede exceder 100 porque se calcula usando pesos por dólares). La inestabilidad económica en Argentina se agravó después de 1974. La inflación ascendió a 444% en 1976. Esta recurrencia de las crisis tuvo un impacto negativo en el crecimiento: el ingreso per cápita cayó a una tasa anualizada de 1,7% entre 1975 y 1985. Para 1985, la inflación llegaba a 672%. Entre 1981 y 1991, la tasa de devaluación del peso promedió un asombroso 1.346% al año señala el economista.

Las políticas que ha seguido el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como la expropiación, la anulación de contratos, la fijación de impuestos a las exportaciones y la imposición de topes a las tarifas de servicios públicos han destruido el capital. Mientras tanto, el gasto fiscal como porcentaje del Producto Interno Bruto se duplicó en los últimos 10 años. Ni los extranjeros ni los argentinos quieren tener pesos porque el banco central erosiona su valor al imprimirlos en exceso. Cuando eso ocurre, casi no hay forma de detener una corrida contra las reservas internacionales del banco central, una espiral inflacionaria y el empobrecimiento del país.

Las reservas de Argentina en moneda extranjera cayeron en US$1.250 millones la semana pasada conforme su banco central se empeñaba en defender el peso. Las reservas llegan ahora a apenas US$28.300 millones, frente a un máximo de US$52.600 millones en enero de 2011.

La agudización de la escasez de divisas extranjeras está destinada a tensionar una economía que depende de materias primas importadas y bienes intermedios en los sectores industrial y agrícola. Los argentinos ya reportan problemas para encontrar medicamentos que provienen de otros países. Los controles de precios, que se aplican en forma informal mediante la intimidación, complican aún más la situación. Los importadores pueden comprar dólares en el mercado negro para pagar a sus proveedores extranjeros, pero pierden dinero a menos que puedan ajustar sus precios minoristas.

El gobierno, que teme un alza de la inflación, anunció la semana pasada que aumentaría la competencia en los mercados locales al introducir más importaciones si los productores argentinos tratan de subir los precios. Aparentemente, a los genios del banco central se les olvidó decirles a los controladores de precios que no tienen los dólares necesarios para traer más importaciones.

Jorge Capitanich, el jefe de gabinete, dice que los especuladores, en su afán por ganar dinero rápidamente al castigar el valor de los activos para luego comprarlos, son la causa del colapso del peso. Esta clase de ignorancia económica de los gobernantes de una nación de 41 millones de personas es aterradora. Pero en Argentina no es de extrañar.

Fuente: The Wall Street Journal, 03/02/14.

Cristina Kirchner

Cristina Kirchner

« Página anterior