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Home / Archive: febrero 2015
Se trata de un delito de lesa humanidad
Por Andrés Gil Domínguez (*).

Alberto Nisman, el fiscal que investigaba la causa AMIA.

El requerimiento de instrucción promovido por el fiscal Pollicita imputando a un conjunto de personas, dentro de las cuales se destaca la figura de la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner, por la elaboración, concreción y consumación del encubrimiento del atentado terrorista a la AMIA violando los deberes que tienen como funcionarios públicos implica una ratificación y solidificación de la denuncia que oportunamente presentara el fiscal Nisman antes de su muerte.
El atentado a la AMIA configura un delito de lesa humanidad. Esto implica que es un crimen que vulnera los sentimientos que la comunidad internacional ha construido respecto de aquello que se entiende por tutela de la dignidad humana y límite al mal absoluto. Encubrir un delito de lesa humanidad implica cometer un delito de lesa humanidad. De allí que la imputación realizada a la presidenta adquiera una dimensión en torno a su gravedad que trasciende las fronteras nacionales y se proyecta al mundo. De eso se trata la investigación penal de un delito de lesa humanidad: que no exista ningún territorio, institución o ley que posibilite las más mínima impunidad.
Ejerciendo potestades constitucionales y legales, ambos fiscales presentaron una denuncia con hechos objetivos sostenidos por elementos probatorios concretos. Quizás también debería ser tenida en cuenta la declaración de inconstitucionalidad del Memorando de Entendimiento con Irán realizada por la Cámara Federal de Apelación, por cuanto, en el contexto explicitado por las denuncias, aprobar una norma teniendo pleno conocimiento de su inconsistencia constitucional y convencional se vincula directamente con los delitos imputados.
A partir de este momento serán los jueces y el proceso penal quienes tendrán la última palabra en cuanto a la verdad y la justicia. Los funcionarios y legisladores imputados están encuadrados en las inmunidades establecidas por la Constitución y la ley 25.320 que impide cualquier detención salvo que se concrete la previa destitución de sus cargos. Sostener que la necesidad de investigar la existencia de un delito de lesa humanidad implica un “golpe de Estado judicial” configura un “fallido político” que denota una desesperada búsqueda de impunidad y desigualdad ante la ley. Si la democracia argentina siguió marchado sin problema alguno con un vicepresidente procesado, no existe ninguna clase de impedimento para que siga funcionando normalmente con una Presidenta penalmente imputada, quién podrá ejercer su derecho de defensa con abogados que no confundan el Estado con las personas.
Desde su muerte, el fiscal Nisman ha recibido muchos agravios institucionales y ningún cumplido. La presentación realizada por el fiscal Pollicita es, sin lugar a dudas, el mejor homenaje que desde la Constitución y el Ministerio Público le podrían haber hecho a su carrera, memoria, capacidad y valentía.
(*) Profesor Titular de Derecho Constitucional, UBA.
Fuente: La Nación, 15/02/15.
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Crimen contra la humanidad
La definición de crimen contra la humanidad o crimen de lesa humanidad recogida en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional comprende las conductas tipificadas como asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, tortura, violación, prostitución forzada, esclavitud sexual, esterilización forzada y encarcelación o persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos, de orientación sexual u otros definidos expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.
Estos actos también se denominan crímenes de lesa humanidad. «Leso» significa agraviado, lastimado, ofendido: de allí que crimen de lesa humanidad aluda a un crimen que, por su aberrante naturaleza, ofende, agravia, injuria a la humanidad en su conjunto.
Evolución histórica
Resulta inescindible del delito de genocidio, siendo luego este segundo una especie del género de lesa humanidad.
El Acuerdo o Carta de Paris de 8 de agosto de 1945, que estableció el Estatuto del Tribunal de Núremberg, definió como «crímenes contra la humanidad» el «asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra».
En 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas confirmó los principios de Derecho internacional reconocidos por el Estatuto del Tribunal y proclamó la resolución 96 (I) sobre el crimen de genocidio, que define como «una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros», entre ellos los «raciales, religiosos o políticos», instando a tomar las medidas necesarias para la prevención y sanción de este crimen.
Esta resolución cristalizó en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 260 A (III), de 9 de diciembre de 1948, y que entró en vigor en 1951.
La definición de genocidio plasmada en la Convención de 1948 ha sido acogida en el artículo 4 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, de 1993, el artículo 2 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, de 1994, y el artículo 6 del Estatuto de Roma de 1998, por el que se creó la Corte Penal Internacional.
Características de estos delitos
- Sujeto activo: los crímenes pueden ser realizados por funcionarios estatales (con independencia de su jerarquía o cargo) o por miembros de una organización política. Ha fracasado todo intento por definir «organización política», pues podría resultar que gobiernos autoritarios lo utilicen para perseguir a opositores políticos.1 2
- Sujeto pasivo: debe tratarse de un ataque contra la población civil.
- Acción típica:
- No sólo se refiere a ataques militares: puede producirse tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz.
- El ataque tiene que ser generalizado o sistemático, por lo que los actos aislados o cometidos al azar no pueden ser considerados incluidos en esta tipificación.
La imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad
La prescripción en derecho penal es el instituto jurídico por medio del cual se produce la extinción de la persecución de los delincuentes en razón del transcurso del tiempo.
Los crímenes contra la humanidad tienen la especial característica de ser imprescriptibles, es decir que pueden ser perseguidos en todo tiempo.3
Tipos de delitos
Según el Estatuto de Roma, pueden constituir crímenes de lesa humanidad los 11 tipos de actos siguientes:
- Asesinato: homicidio intencionado.
- Exterminio: imposición intencional de condiciones de vida, entre otras la privación del acceso a alimentos o medicinas, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población.
- Esclavitud: ejercicio de derechos de propiedad sobre una persona, incluido el tráfico de personas, en particular de mujeres y niños;
- Deportación o traslado forzoso de población: expulsión de personas de la zona donde están presentes legítimamente sin motivos autorizados por el derecho internacional, entendiéndose que la deportación supone cruzar fronteras nacionales, mientras que el traslado forzoso ocurre dentro de ellas.
- Encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional.
- Tortura: dolor o sufrimientos graves, físicos o mentales, causados intencionadamente a una persona que el acusado tenía bajo su custodia o control.
- Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzosa u otros abusos sexuales de gravedad comparable. La violación y otros abusos sexuales también pueden constituirse en crímenes de competencia de la Corte como tortura, en tanto que éste es un crimen de lesa humanidad o un crimen de guerra.
- Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género o por otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier crimen comprendido en el Estatuto. Por persecución se entiende la privación intencionada y grave de derechos fundamentales en violación del derecho internacional en razón de la identidad de un grupo o colectividad. Se castiga en relación con otro acto que constituya un crimen de lesa humanidad, un crimen de guerra o un genocidio.
- Desaparición forzada de personas: detención o secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con su autorización, consentimiento o aquiescencia, junto con la negativa a reconocer la privación de libertad o a proporcionar información sobre la suerte que han corrido los «desaparecidos» con la intención de privarlos de la protección de la ley durante un largo periodo.
- Crimen de apartheid: actos inhumanos cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial por otro con la intención de mantener ese régimen.
- Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionadamente grandes sufrimientos o atenten contra la integridad física o la salud mental o física: actos inhumanos de gravedad similar a otros crímenes contra la humanidad.
Referencias:
Bibliografía
Enlaces externos
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Entramos en un momento desconocido
Por Jorge Fernández Díaz.
El fantasma de Nisman, tantas veces vejado por sus enemigos, se levantó de su tumba reciente y ejecutó su jugada suspendida. Su jugada final. El hecho, sin embargo, sólo entraña gravedad simbólica. Dependerá ahora de la evaluación del juez y de la energía con que encare la eventual investigación, y en todo caso se tratará de un proceso largo y escabroso de muy incierto desenlace. Las causas judiciales de corrupción en la Argentina -a modo de parámetro tardan en resolverse un promedio de quince años. Y convengamos que este gobierno, experto en anomalías y malformaciones, no se sonroja ni se conmueve por nada: fue capaz de seguir adelante sin siquiera despeinarse con un vicepresidente procesado, un cepo cambiario, un default técnico, una inflación galopante, varios muertos y trescientos expedientes por irregularidades, cohechos y mal desempeño en distintos juzgados del país. Diez meses antes de retirarse de Balcarce 50, el único peligro estriba en que el cristinismo piense en tirar del mantel. Pero no parece tener resto ni aliento ni aliados para una «salida heroica». En su ofuscación y con los números en picada de las encuestas se les pasa por la mente toda clase de delirios. Por ejemplo, desempolvar a Braden, que huele a alcanfor, o armar una nueva 125, que los condujo a una derrota electoral de proporciones. Es cierto que esa «batalla cultural» le permitió recrear su militancia joven, pero ahora con la secta no alcanza. Si el proyecto unipersonal de Cristina Kirchner pretende sobrevivir a diciembre y garantizarle influencia y protección, debe enamorar a muchos más argentinos que a los «pibes para la liberación» y a los obedientes de Carta Abierta. Recordemos que no tiene candidato ni reelección. Y que en su ruinosa retirada, con una sorprendente y letal sobredosis de autoestima, les declaró la guerra a los jueces, que le perdonaban la vida y cajoneaban sus dolores de cabeza, y a los agentes de inteligencia, a quienes incentivó como nunca para manejarse con carpetazos. Muchas veces el kirchnerismo ganó con un cuatro de copas una partida, pero el jugador de barajas fue perdiendo su toque mágico; ahora hace malos cálculos, blufea con migajas y pierde todas las manos. Un proyecto feudal está concebido para ser eterno y no tener que vérselas nunca con la alternancia ni con la faena última de los jueces: Cristina hizo todo lo posible para que la Argentina fuera Santa Cruz, pero no lo consiguió. Y esta tormenta es hija de ese error de apreciación fundamental.
En las entrañas del propio gabinete se comentan en voz baja las malas decisiones que toma el timonel. La pifiada más notoria es ese tremendismo, originado en una mezcla de ira y pavor, que amplifica todos los problemas. Así como el Gobierno hubiera podido encajar con estoicismo y relativa serenidad la denuncia y posterior muerte de Nisman, sin caer en esa compulsión depredadora para imponer su «verdad» y profundizar su campaña de desprestigio, es también cierto que podría aceptar democráticamente la Marcha del Silencio como una expresión cívica sin mayores consecuencias. Pero hizo siempre todo lo contrario: sus tapones de punta agrandaron la acusación y convirtieron a Nisman en un mártir, y ahora sus insultos a los manifestantes no hacen más que robustecer la convocatoria. La gran dama es la más importante propagandista de la marcha del miércoles.
«Estamos entrando en un momento desconocido», se estremecía el viernes un referente del peronismo al comentar los insólitos baldazos de nafta que la jefa lanzaba al fuego. Estaba anonadado por esa provocación suicida, que adjudicaba menos al razonamiento pausado que al trampolín psíquico que a veces guía la lengua presidencial. Cristina confunde últimamente la iniciativa con el acto reflejo. «Nosotros somos el amor; ellos, el odio. Nosotros nos quedamos con el canto y la alegría; a ellos les dejamos el silencio», declaró desde los balcones interiores de la Casa Rosada. Ellos y nosotros. Una apuesta a la grieta y a la polarización, mientras pronunciaba de remate una frase surrealista: «Vamos a seguir pregonando la unidad de los argentinos».
Para los profesionales que integran el buque oficial, curtidos en cien refriegas, cartoneros de ideologías y cínicos de corazón, quizá lo más aterrador sea la constatación diaria de que hay un marcado deterioro en la conducción estratégica. Tienen un ejemplo muy cerca. Más allá de la inocencia o culpabilidad de Cristina en el presunto encubrimiento, la firma del Memorándum de Entendimiento resultó un Waterloo pocas veces visto. Esa determinación fue tomada en soledad total, impuesta a presión y sostenida con soberbia frente a los reparos de la mayoría de la comunidad politizada. Fue el paroxismo de la sordera y del capricho, y esta crisis inédita que hoy está en las portadas de los principales diarios del mundo deviene también de esa praxis endogámica y absolutamente agotada.
Otra resolución errada consiste en simular fortaleza extrema mientras se alarma a la población con un ficticio «golpe blando». Lógica y semántica. Ningún gobierno fuerte puede temerle a un movimiento «suave», y a nadie le interesa empujar del poder a quien le quedan pocos meses para abandonarlo. Al contrario, los opositores más enconados siguen apostando a su lento y progresivo desgaste, a que los cristinistas se vayan convertidos en verdaderos cadáveres políticos, y para eso faltan meses de gestiones fallidas. El nuevo relato se hunde en el puerto, antes de zarpar. Pero tiene, créase o no, ilustres personajes dispuestos a comprarlo. Algunos de ellos, que en su momento apoyaron con vehemencia las marchas por María Soledad y las movilizaciones por José Luis Cabezas, promueven hoy solicitadas para boicotear la concentración del miércoles. Sólo un movimiento esencialmente autoritario puede propugnar que una marcha de silencio es un acto de golpismo. Si marchás por el esclarecimiento de un crimen, sos un destituyente; si te preocupa la República, sos de derecha; si pensás que hasta un presidente puede ser juzgado, sos un desestabilizador, y si advertís sobre el atraso cambiario, sos un devaluacionista. También ese chantaje emocional ha entrado en una espiral de decadencia. Pero mantiene entusiasmados a pensadores y artistas de variedades del kirchnerismo, quienes encima dicen luchar contra el poder sin entender que ahora ellos lo encarnan y adulan, y que se transformaron en lo que abominaban. Aducen, en el colmo, realizar este boicot en nombre de la Constitución, la democracia, la justicia, los derechos humanos y la paz de la República. A la Constitución la hirieron varias veces, a la democracia la adulteraron, a la Justicia la avasallaron, a los derechos humanos los ensuciaron, a la paz la alteraron con sus antagonismos feroces y a la República la combaten día y noche: nunca creyeron en ella.
Vienen produciéndose, en opinión de algunos constitucionalistas, microgolpes de Estado en la Argentina. Se practican desde adentro, amparados en un sufragio circunstancial, y suceden cada vez que el Ejecutivo desoye sentencias o altera el régimen federal, ordena leyes de fondo y las impone con mayorías automáticas, vulnera las instituciones o extorsiona a otros poderes del Estado. Hay muchos ciudadanos indignados por este neogolpismo intestino que viene operando en nuestro país desde hace rato. Los muertos que vos matáis gozan de buena salud: el fantasma de Nisman es hoy el catalizador de esos indignados.
Fuente: La Nación, 15/02/15.

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Cristina, ante una rebelión judicial
Por Joaquín Morales Solá.
Cuando cae la noche sobre su poder, Cristina Kirchner, que siempre despreció a sus opositores, se enfrenta a una de las batallas más difíciles que le tocó. Tendrá que zigzaguear en lo que le queda de mandato con la abierta sublevación de jueces y fiscales. Éstos no están haciendo nada que no debieran hacer; por el contrario, están haciendo, en varios casos, lo que antes no hicieron. Hay certezas en la Justicia de que la Presidenta ofende y descalifica; hay viejas y nuevas operaciones para desplazar o desestabilizar a jueces y fiscales.
Y hay, por último, pruebas documentadas de supuestos delitos que ningún juez que aspira a permanecer puede ignorar.
La culpa directa de Irán en el atentado criminal a la AMIA no es sólo una hipótesis de Alberto Nisman y del juez Rodolfo Canicoba Corral, que ratificó en su momento las conclusiones del fiscal muerto. La responsabilidad de Irán es una hipótesis que suscribe toda la justicia argentina, desde la Corte Suprema hasta la mayoría de jueces y fiscales federales de primera instancia. Para todos ellos hubo un crimen masivo en la AMIA y, por eso, debe investigarse si el tratado con Irán no significa el encubrimiento de un delito enorme.
La propia Corte Suprema no podría pensar de otra manera. El máximo tribunal tiene a su cargo, por competencia propia, la investigación del atentado que voló la embajada de Israel en Buenos Aires. En esa investigación existen tres pedidos de capturas internacionales, la de un libanés y las de dos iraníes. El libanés, que murió, es el mismo libanés sospechoso de haber reducido a cenizas, dos años después, la mutual de la colectividad judía. Pertenecía a la organización político-terrorista Hezbollah. Los dos iraníes forman parte también del lote de cinco iraníes con pedido de captura internacional por la masacre de la AMIA. Las mismas personas para los dos atentados terroristas más importantes que sufrió el país. ¿Queda alguna duda? ¿Era necesario borrar todo ese trabajo y empezar de nuevo a buscar «la verdad» con Irán?
La fragilidad de la justicia argentina está en otro aspecto de la investigación: nunca encontró las complicidades internas indispensables para hacer ambos atentados. ¿Chocó con secuaces en la propia estructura del Estado? Nada se sabe.
Cristina Kirchner desafió esa certeza judicial cuando firmó el acuerdo con Irán sin consultar con nadie, ni con las victimas, ni con la dirigencia opositora, ni con la Justicia, que llevó las investigaciones. La denuncia más grave de los fiscales Nisman y Gerardo Pollicita es la que muestra un coqueteo permanente entre el gobierno argentino y el ex agregado cultural iraní en Buenos Aires en tiempos del atentado contra la AMIA, Moshe Rabbani. Rabbani es para los jueces argentinos «el asesino», a secas. Parece que ya no necesitan demostrar nada más. Si se probaran definitivamente diálogos directos de funcionarios argentinos con Rabbani, o mensajes enviados desde el Gobierno a él, la situación de la Presidenta y su canciller podría agravarse aún más de lo que ya está.
Daniel Rafecas, el juez de la denuncia de Nisman y Pollicita, anticipó el final de sus vacaciones y estará en su despacho el miércoles, el primer día hábil de la semana en los tribunales. Diferentes versiones circularon en los últimos días sobre la supuesta actitud de Rafecas. Sus colaboradores, que hablaron con él, descartaron todas. «El juez va a trabajar en esta causa más que nunca, según la ley y el derecho», dijeron. Esas mismas personas cercanas a Rafecas aseguran que los que perseguían al juez en el Consejo de la Magistratura ya no están, sobre todo la ex SIDE de Antonio Stiuso. «Nunca se sintió condicionado y nunca el oficialismo tuvo los votos necesarios para desplazarlo», dijeron. El propio Rafecas, con una excelente relación afectiva con la dirigencia de la comunidad judía, nunca disintió de la teoría de Nisman sobre la culpabilidad de Irán. Otra cosa es, desde ya, la investigación sobre el presunto encubrimiento.
Tal vez no esté lejano el día en que la propia muerte de Nisman pase de la justicia ordinaria, donde está ahora, a la justicia federal. Para algunos funcionarios judiciales ya es un caso federal. Muerte dudosa de un fiscal federal. ¿Qué más se necesita para que sea un caso federal? Algunos jueces y fiscales argumentan que fue correcto que la primera parte de la investigación estuviera en manos de la justicia ordinaria. «Ellos ven muertos todos los días. Nosotros vemos sólo muertos políticos», ironizó un juez federal.
La muerte de Nisman supone otra certeza de la Justicia. Ningún interlocutor serio, sea juez o fiscal, suscribe la hipótesis del suicidio simple. Nisman fue asesinado, dicen, sea cual fuere el método al que recurrieron los asesinos. Los médicos forenses que practicaron la autopsia a Nisman abonan la teoría de que no fue un suicidio. En el 70 por ciento de los casos, los suicidas con armas de fuego se disparan en la sien; casi el 30 por ciento restante lo hace en la boca. Una pequeña minoría se dispara en el corazón. Siempre, en el 100 por ciento de los casos, el arma se dispara apoyada sobre la piel del suicida. Nisman tenía el disparo a dos o tres centímetro de la oreja, no en la sien, y el tiro se había hecho también a dos o tres centímetros de la piel. Es lo que dicen los forenses. ¿Es cierto que vecinos de Nisman escucharon muchos ruidos y pasos en el departamento de Nisman y en la escalera de servicio el mediodía del domingo, no en la noche cuando dicen haberlo encontrado? ¿Es cierto que la Prefectura llevó a una testigo circunstancial que vio cosas extrañas en el departamento, que no suscribió un acta, como manda el protocolo, y que sólo dos días después le dieron un certificado de testimonio?
Esta certeza de la Justicia está acompañada por otra convicción: Nisman murió por la denuncia que hizo contra la Presidenta, contra su canciller y, por aproximación, contra Irán. Diplomáticos de países occidentales aseguran, a su vez, que sus servicios de inteligencia se acercan cada vez más a la teoría de que el fiscal fue muerto por sicarios iraníes con complicidades locales. Fue la primera teoría (y única, hasta ahora) del gobierno de Israel. Hubo después, para peor, otros casos de sospechosos seguimientos contra fiscales que precisamente tuvieron protagonismo en el caso de la muerte de Nisman. Las custodias de varios jueces federales están ahora bajo alerta roja, la máxima precaución para asegurar la vida de los magistrados.
No todo termina en Nisman, en su muerte, en su denuncia o en Irán. La Cámara Federal confirmará antes de fin de mes el procesamiento del vicepresidente Amado Boudou por todos los delitos por los que lo procesó el juez Ariel Lijo. La Cámara estaba remolona. Ya no lo está. Después vendrá el envío del caso a juicio oral y público y, por lo tanto, el consiguiente pedido de desafuero del vicepresidente. El escándalo tendrá la magnitud de un tsunami político.
Alejandra Gils Carbó le ordenó a uno de sus fiscales que pidiera la declaración indagatoria del juez Claudio Bonadio por enriquecimiento ilícito. Bonadio tiene el 20 por ciento de una estación de servicio, que es una empresa que comparte con un hermano y un cuñado. «Los que lo acusan son, según sus declaraciones juradas, mucho más ricos que Bonadio», dijo otro juez. Bonadio investiga el supuesto lavado de dinero de la familia Kirchner en complicidad con el empresario kirchnerista Lázaro Báez, aunque también está apareciendo Cristóbal López, tan amigo como Báez de la familia presidencial. El más comprometido de los Kirchner en esa causa es el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner, porque él firmó las actas del directorio de los hoteles, presuntamente lavadores, en nombre de la sucesión de su padre.
¿Lograrán amedrentar a Bonadio? No. Bonadio no es un juez fácil de presionar. La investigación ha llegado tan lejos, además, que ningún juez, ni Bonadio ni otro, podría esconderla ya. La revolución de jueces y fiscales es la obra perfecta de una estirpe política torpe y engreída.
Fuente: La Nación, 15/02/15.

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La estrella de American Girl de este año, Grace Thomas, es dueña de una pastelería. La niña de 9 años, apasionada por este oficio, se asemeja en muchos aspectos al típico emprendedor, alguien que supera los obstáculos que se le atraviesan. La particularidad es que Grace es una muñeca.
Más empresas de juguetes están lanzando productos diseñados para niñas pequeñas aprovechando un influyente concepto de marketing: el encanto aspiracional de un emprendedor.
American Girl, una división de Mattel Inc., busca cautivar la imaginación de las niñas y revertir el descenso de sus ventas acudiendo al atractivo de ser dueño de un negocio.
“Las historias sobre niñas que empiezan su propio negocio siempre han sido muy bien recibidas por las lectoras de nuestra revista”, dice Julia Prohaska, directora sénior de marketing de marca global de American Girl. “Combinar la idea del gran interés de las niñas en la pastelería y la cocina con el espíritu empresarial era algo natural”, agregó.
La estrategia de la compañía se produce en momentos en que la participación de las personas menores de 30 años que tienen negocios en Estados Unidos ha tocado un mínimo de 24 años. Cerca de 3,6% de los hogares encabezados por adultos menores de 30 poseían participaciones en empresas privadas en 2013, según los datos más recientes de la Reserva Federal de ese país.
De hecho, a algunos economistas y educadores les preocupan la baja tolerancia al riesgo de la actual generación de jóvenes y la falta de confianza para emprender su propio negocio. “Estamos creando generaciones de personas aterradas de cometer un error”, señala Ted Ganchiff, fundador de Science & Entrepreneurship Exchange, una organización sin fines de lucro de Chicago que ofrece clases para promover entre los niños el interés en la ingeniería y el emprendimiento.
Grace, que cuesta US$120 en EE.UU., sigue los pasos de Goldie, una niña inventora e ingeniera a la que le encanta armar cosas. Goldie es el personaje principal de GoldieBlox Inc., una startup de 3 años que vende sets de construcción que empiezan en US$19,99.
En junio, Mattel lanzó la Barbie empresarial, con su smartphone, tableta y maletín, a un precio de US$12,99.
Dawn Bowlus, directora del Instituto Jacobson de Emprendimiento Joven de la Universidad de Iowa, quien desarrolla planes de estudio para maestros de emprendimiento de primaria y secundaria, fue consultada para concebir la narrativa de Grace, que se cuenta en tres libros relacionados.
La historia de la muñeca, que abre su negocio con dos amigas, ilustra lo que se necesita para operar una pastelería, como registrar la empresa y obtener una licencia. Si bien la narración evita usar jerga como “ventaja competitiva”, los libros explican que lanzar un negocio puede ser “complicado y abrumador” y que es menos costoso “comprar muchos insumos a la vez, para así pagar precios al mayor”.
“Una de mis metas era que las niñas pudieran verse en este equipo incluso si no fueron las que tuvieron la idea de la pastelería”, dice Bowlus.
En EE.UU., las mujeres han abierto cerca de 200.000 empresas al mes en los últimos cinco años, según estimaciones de la Fundación Ewing Marion Kauffman, una entidad sin fines de lucro de Kansas City, estado de Missouri. Los hombres, en cambio, han fundado aproximadamente 325.000 negocios por mes durante el mismo periodo. Al igual que gran parte de los hombres, la mayoría de las mujeres emprendedoras comienzan a trabajar por cuenta propia, indica la organización.
Cuarenta y seis por ciento de todas las startups de EE.UU. con empleados sobrevive cinco años, según los últimos datos de la Fundación Kauffman.
Grace no es el tipo de compra que realizaría un emprendedor con un presupuesto ajustado. Sin incluir la muñeca, el local —una pastelería miniatura con ingredientes de juguete— se vende por US$500.
Mattel, en tanto, enfrenta sus propios desafíos. Las ventas en bruto de muñecas y productos relacionados de American Girl cayeron en el cuarto trimestre 4% interanual a US$318,3 millones. En todo 2014, descendieron 2% a US$620,7 millones. A fines de enero, Bryan Stockton dejó la presidencia ejecutiva después de una débil temporada de compras de fin de año.
Mattel no quiso proveer cifras de ventas específicas de la muñeca Grace Thomas, pero su director financiero, Kevin Farr, dijo el mes pasado ante inversionistas que la “nueva muñeca ha tenido un buen comienzo en 2015”.
American Girl ha lanzado una muñeca al año desde 2005 como parte de su esfuerzo por no perder relevancia en momentos en que la industria digital aleja la atención de los niños de juguetes tradicionales como muñecas y carritos.
Susan Levy, de Wesley Hills, estado de Nueva York, compró hace poco una muñeca Grace como regalo de cumpleaños para su hija de 10 años.
La madre cuenta que la niña eligió Grace por su “hermosa” apariencia. De todos modos, también “le gustó mucho la idea de que Grace tuviera su propio negocio y estuviera haciendo realidad sus sueños”, agrega.
Fuente: The Wall Street Kournal, 13/02/15.

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Por Marcelo Birmajer.
El edificio languidecía sobre la calle Lavalleja, en Villa Crespo. Los habitantes de cada uno de los departamentos habían llamado alternativamente y al mismo tiempo a la compañía de luz y a los organismos de control. Llevaban ya siete días sin luz ni respuesta, cuando inesperadamente se presentó en el palier un funcionario de la Unidad de Alivio. Era un joven vestido con una suerte de traje de buzo azul y blanco, estampado con una serigrafía del Nestornauta.
–Gracias a Dios –dijo doña Mirta–. Por fin responden. Ya una semana sin luz.
–A Dios, no –replicó el joven–. Al gobierno nacional y popular.
–¿La van a dar desde la calle o necesitan entrar a la cámara? –consultó el portero, Ignacio.
–No, no hace falta. Desde acá está bien.
Los vecinos, que se habían ido congregando a su alrededor, lo miraron desconcertados. No veían herramientas, ni ningún equipo que se estuviera acercando.
–Ahora quiero que cada uno suba a su departamento y prenda la luz.
–Yo lo haría con mucho gusto –replicó doña Mirta–. Pero vivo en el noveno y subo sólo una vez por día. Si no anda el ascensor, tampoco va a haber luz arriba.
–¿Quién le dijo que no anda el ascensor?– la contradijo el militante.
–Acá está –señaló Mirta el artefacto inmóvil–. Pruébelo usted mismo.
–El ascensor funciona –explicó el militante sin siquiera mirarlo–. Lo que pasa es que a ustedes les comió la cabeza la Opo.
–Hace mucho que no escuchaba ese término– comentó Isidoro, un cincuentón bohemio, que pasaba los cortes de luz en piyama.
–Ustedes tienen luz –aseveró el militante.
–En todo caso, no es la luz que utilizamos habitualmente para el ascensor, ni para el palier ni para nuestros departamentos– acotó sorprendida Giuliana, una profesora de italiano que llevaba diez años intentando adaptarse a Buenos Aires.
–Sí, sí, es luz –retrucó el militante–. Lo único que tienen que hacer es dejar de leer esos diarios mugrosos que insisten con que no hay luz. ¿Por qué no lo dijeron durante la dictadura? No se animaban. Y ahora que hay luz, critican.
–A este hay que hacerle el test de alcoholemia– sugirió Isidoro.
–Ahí lo tienen –se soliviantó el militante–. Un golpista. Les quiere arruinar el verano. ¿Por casualidad este oligarca no les habrá dicho también que hay inflación?
–Sí, yo me acuerdo –rememoró Lisandro, que acababa de llegar del mercado con una bolsa de alimentos para reemplazar la carne que se le había podrido en el freezer–. Hará cosa de una semana, Isidoro volvió del supermercado y dijo que la manteca valía más del doble que el año pasado.
–No me extraña– resopló el militante.
–¿Qué haya aumentado tanto?– investigó Mirta.
–Que este súbdito de la cadena del miedo haya propagado la operación basura de que la manteca aumentó.
–Y para colmo, como se pudrió, la tiré– dijo con resignación Isidoro.
–Clásico comportamiento de terrateniente –dictaminó el militante–, tirar manteca al techo. ¡Comandante Hugo Chávez Frías…!
Se quedó mirando a todos, tan desconcertados como él.
–¡Ustedes tienen que gritar “Presente”! –reclamó el militante, al borde de las lágrimas–. Tienen luz. Lo que les falta es alma.
Se produjo un instante de profunda desazón, particularmente señalada por las penumbras del palier. La gran diferencia residía en que al militante lo aguardaban distintos departamentos en variadas localidades de la ciudad de Buenos Aires; dos o tres de su propiedad, otro de una novia a la que había conquistado al ubicarla en una repartición pública, y uno que le cedía gentilmente un renombrado compañero, con el servicio de prostitución vip. En alguno fatalmente debía haber luz; no podía tener tanta mala suerte. Mientras que estos burgueses de Villa Crespo, con esa manía sedentaria de vivir siempre en la misma locación, tarde o temprano caían en el discurso neoliberal del “no tengo luz”.
–¡Ustedes tienen luz! –arengó–. Luz eléctrica. La luz del modelo. La luz que Néstor y Cristina conquistaron luchando contra el imperialismo; en el acto en Mar del Plata. Imaginen si hubiéramos caído en el Alca. Ahí sí que no tendríamos luz. ¡Alca…! ¡Alca…!
El militante volvió a mirar a todos, frustrado por el silencio, como si se le hubiera interrumpido un estornudo.
–¡Ustedes tienen que decir Al carajo!– se quejó.
Escucharon el sonido de una sirena, y contemplaron con asombro la ambulancia, con la inscripción Frenopático Almagro. Dos enfermeros descendieron con premura, con una camisa de fuerza. Los vecinos miraron con pena al militante. Quizás estuviera algo alterado, pero era tan joven. Con un poco de té y algo de compañía, pensaba doña Mirta, quizás retornara a sus cabales. Los enfermeros amordazaron e inmediatamente se llevaron a Isidoro.
Ahora suban a sus departamentos y disfruten de la luz– insistió el militante.
Y esta vez incluso doña Mirta hizo un esfuerzo, y comenzó a subir los nueve pisos por escalera.
Fuente: Clarín, 14/02/15.

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Un respaldo póstumo, un futuro muy complicado
Por Joaquín Morales Solá.

El fiscal Gerardo Pollicita hizo ayer el más grande homenaje a la memoria de su colega muerto, Alberto Nisman. Desarticuló en poco más de 60 páginas la calificación de «débil» que el Gobierno y sus voceros habían hecho de la denuncia de Nisman sobre el presunto delito de encubrimiento de la Presidenta, de su canciller y de otros cristinistas de poca monta y peor calaña. Cristina Kirchner ingresó, así, en un escalón más elevado de la crisis política que provocaron aquella denuncia y, sobre todo, la posterior y extraña muerte del fiscal. El conflicto político y judicial es más intenso ahora y el futuro de la Presidenta es, al menos en los tribunales, mucho más comprometido.
Nadie en su sano juicio puede darle una explicación racional a la existencia de una diplomacia paralela. No porque las diplomacias paralelas no existan, sino por la poquedad intelectual y moral de los diplomáticos paralelos que eligió Cristina Kirchner. Luis D’Elía, con claros antecedentes antisemitas, y Fernando Esteche, jefe del violento Quebracho, eran los mensajeros ante Irán. El diputado y jefe camporista Andrés «Cuervo» Larroque era el correveidile del Gobierno ante tales diplomáticos inverosímiles. Con semejantes operadores, la Presidenta no necesita de opositores ni de destituyentes para terminar sentada ante un juez. Ellos la llevarán.
Hubo un diálogo telefónico, que Pollicita reproduce, entre D’Elía y su amigo Jorge «Yussuf» Khalil, quien era (¿es?) el enlace con la embajada iraní en Buenos Aires, que es tan inquietante como sugestivo. D’Elía le dice a Yussuf que están hablando por teléfono con manos libres (es decir, por altavoces), que está «en Presidencia» y que no le puede decir el nombre de la persona que lo está escuchando. ¿Quién los estaba escuchando en la cima del poder? ¿Acaso el entonces secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, viejo amigo de D’Elía? ¿O era la propia presidenta de la Nación? Las respuestas a esas preguntas son cruciales para conocer el grado de involucramiento de Cristina en la causa.
Pollicita suscribió una reflexión política de Nisman. Cristina Kirchner cambió radicalmente la política de su esposo, luego de que murió, porque éste promovía la persecución de los iraníes reclamados por la justicia argentina. El fiscal pone como pruebas las declaraciones públicas de ex ministros de Néstor Kirchner, como Alberto Fernández, Rafael Bielsa, Jorge Taiana y Roberto García Moritán, este último vicecanciller durante cuatro años. La estrategia de los fiscales es interesante: coloca al Gobierno contra la memoria del fundador del kirchnerismo y esposo de la actual presidenta. Dicho de otro modo: ¿podría haber un golpismo nestorista contra Cristina, si son las declaraciones de los ministros de Néstor las que acusan a Cristina? La hipótesis es desopilante, pero no se puede descartar en el paranoico universo del cristinismo.
Lo que Nisman hizo, y Pollicita ratificó, fue relacionar los hechos públicos con los secretos en las negociaciones con Irán. Es cierto que existen muchas referencias a publicaciones periodísticas, pero casi todas son para dejar constancia de declaraciones que hicieron funcionarios públicos argentinos e iraníes. O para anotar la existencia de una o de varias decisiones tomadas en Buenos Aires o en Teherán. No existe una sola referencia que aluda a opiniones periodísticas. Vale la pena hacer esta aclaración porque voceros oficiales habían dicho que la denuncia de Nisman se limitó a «reproducir artículos periodísticos».
Esas publicaciones fueron, a su vez, vinculadas con lo que concretamente pasaba en la realidad. Debe subrayarse que la política argentina, la que no tiene acceso al chato círculo que controlaba esas negociaciones, y el periodismo no encontraron nunca una explicación razonable al acuerdo con Irán. El tratado había convertido en nada la investigación de la justicia argentina sobre la devastadora masacre a la AMIA, que acusó al gobierno iraní, incluido el entonces presidente de ese país, de haber orquestado y financiado el atentado. El acto criminal lo habría ejecutado la organización Hezbollah.
El drástico giro geopolítico de Cristina Kirchner resultó en su momento sorprendente e inexplicable, aunque la única razón que se entrevió, sin pruebas importantes hasta ahora, fue la que imponía el creciente déficit energético del país. Siempre se dijo, además, que el nexo entre Cristina e Irán había sido el extinto presidente de Venezuela Hugo Chávez. D’Elía y Esteche han sido siempre, también, interlocutores privilegiados y defensores acérrimos del régimen chavista. ¿Es cierto que todo tiene que ver con todo, como dice Cristina?
Vinculadas las publicaciones periodísticas y la realidad, los fiscales respaldaron sus conclusiones con lo más sabroso de la causa: las grabaciones de conversaciones telefónicas. Ése el problema del Gobierno, porque esas grabaciones confirman las conclusiones que surgen de aquella vinculación. La denuncia tiene sustancia, dice Pollicita, para iniciar una investigación, aunque obviamente deben probarse todavía muchas cosas. El proceso sólo ha comenzado, pero Pollicita deslizó una posible acusación muy grave contra Cristina: encubrimiento de un crimen de lesa humanidad.
Dicen los que han escuchado las grabaciones de las conversaciones telefónicas que está probado en ellas que a los iraníes sólo les interesaba que cayeran las cédulas rojas de Interpol, que significan la máxima alerta para capturas internacionales, de cinco jerarcas del régimen de Teherán. Hay un dato que respalda esa certeza. El tratado se hizo sólo para que eventualmente declararan los cinco iraníes afectados por esas cédulas rojas de Interpol. Resulta que Nisman pidió la captura de tres más (ocho en total) y de un libanés. El libanés murió, pero los otros tres iraníes están vivos. Son el entonces presidente de Irán, el entonces canciller de ese país y el entonces embajador iraní en Buenos Aires. Interpol reconoció al ex presidente inmunidad de jefe de Estado e inmunidad diplomática a los otros dos. ¿Por qué el tratado habla sólo de cinco iraníes y no de ocho? ¿No es ésa la mejor prueba de que sólo se buscaba beneficiar a los que estaban perseguidos por Interpol?
El oficialismo argentino se enredó con la interpretación de la «pista iraní» o la «pista siria». Son la misma cosa. Irán y Siria tienen un acuerdo que viene de muy lejos y se mantiene hasta ahora. De hecho, fue Siria la que colocó el territorio y el escenario para la primera reunión secreta entre el canciller Héctor Timerman y su colega iraní, Ali Akbar Salehi. El déspota de Damasco, Al Asad, no hubiera sobrevivido a la última revuelta popular sin la ayuda de Irán y Rusia. Los nuevos mejores amigos de Cristina Kirchner. Aquella reunión de Timerman con Salehi, en la ciudad siria de Alepo, ahora destruida, fue una primicia del periodista Pepe Eliaschev, que Timerman desmintió y Salehi confirmó. A Timerman no sólo lo maltratan en Buenos Aires.
Tal vez la historia se habría escrito de otra manera si hubieran intervenido profesionales de la diplomacia. Quizás éstos hubieran hecho las cosas de manera que el tratado con Irán quedara registrado sólo como una decisión política, polémica y mala seguramente, pero decisión política al fin. D’Elía, Esteche y Larroque colocaron, en cambio, a la Presidenta y a su canciller al borde (o en el centro) del delito.
Fuente: La Nación, 14/02/15.

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Las personas que llegan crónicamente tarde a todo pueden ser frustrantes y desconcertantes para quienes las tienen que esperar.
Una explicación para su comportamiento es engañosamente simple, dicen los psicólogos: estas personas básicamente subestiman el tiempo que les llevará hacer una tarea.
Este es un concepto poco conocido llamado la falacia de la planificación, o una fuerte tendencia a subestimar crónicamente el tiempo que llevará completar tareas. Y este patrón de comportamiento es uno de los más difíciles de cambiar, dicen expertos.
“Es un juicio que se creería que las personas estarían motivadas para hacerlo correctamente”, dijo Justin Kruger, psicólogo social y profesor en el departamento de marketing de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.
“Hay todo tipo de desincentivos y castigos por llegar tarde y la paradoja es que llegamos tarde, incluso cuando existen los castigos y las consecuencias”.
Este tipo de comportamiento puede desacelerar la eficacia del lugar de trabajo y llevar a viejos amigos a la distracción mientras esperan por el retrasado. Los investigadores han estudiado el problema desde todos los ángulos para entender por qué pasa esto. Puede deberse a varias razones, desde una poca planeación hasta un problema médico serio.
Roger Buehler, profesor de psicología en la Universidad Wilfrid Laurier en Waterloo, Ontario, calcula que las personas subestiman en un promedio de 40% el tiempo que necesitan para realizar una tarea. Sus estudios han encontrado el mismo problema para asuntos tan pequeños como poner una carta en el correo y tan importantes como hacer la declaración de renta.
Los investigadores han probado varias estrategias que han demostrado ayudar a las personas lentas a finalizar su trabajo. Uno es predecir cuánto tiempo tomará terminar algo con base en experiencias pasadas. Otras es desglosar una tarea en pasos muy detallados.
En un estudio de 2004 del Journal of Experimental Social Psychology, el doctor Kruger y otro investigador descubrieron que al desglosar una tarea, los individuos estimaron de forma más acertada cuánto les tomaría terminarla. Los cuatro escenarios estudiados fueron prepararse para una cita, ir de compras, formatear un documento computarizado y preparar un alimento.
Un estudio publicado en 2012 en la revista Organizational Behavior and Human Decision Processes encontró que lograr que una persona se imagine mentalmente una tarea desde la perspectiva de un observador externo la lleva a realizar predicciones más realistas sobre el tiempo que llevaría hacer la tarea, dijo Buehler, el principal autor del estudio.
La investigación de Jeff Conte, profesor asociado de psicología en la Universidad Estatal de San Diego, ha encontrado que existen unas diferencias de personalidad que pueden contribuir al retraso crónico.
En un estudio de 2003 que coescribió para la publicación Human Performance examinó 181 operadores de metro en la ciudad de Nueva York. La investigación encontró que aquellos que preferían realizar varias tareas a la vez, eran los que con más frecuencia llegaban tarde al trabajo.
En las observaciones del doctor Conte, los individuos con personalidad de tipo A, aquellos que se mueven rápido, se guían por metas y son a veces hostiles, suelen ser más puntuales, dijo. Las personas de tipo B, que son más relajados, suelen llegar más tarde.
En términos de retraso en el trabajo, Lawrence T. White, profesor de psicología en Beloit College en Beloit, Wisconsin, dijo que los psicólogos organizacionales han encontrado que el retraso de los empleados puede ser estimado por la edad de sus hijos. Entre más pequeño el hijo, mayor probabilidades de que el empleado llegue tarde.
El retraso de un empleado también puede ser estimado por una baja satisfacción con el trabajo y una falta de compromiso organizacional, dijo.
Expertos dicen que casos más extremos de retrasos crónicos pueden ser síntomas de condiciones de salud más serias como un trastorno por déficit de atención, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo o un deterioro cognitivo leve, un preludio de la demencia.
Dichas personas a menudo requieren de tratamientos que pueden incluir terapias para manejar mejor el tiempo.
Lisa Bernstein, una trabajadora social clínica de Maryland, tiene varios pacientes con trastorno por déficit de atención. Una de las estrategias que usa con ellos es el planteamiento de un calendario semanal en incrementos de 30 minutos.
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Otra estrategia es el establecimiento de sistemas de recompensas. Eso podría significar abstenerse de Facebook o email hasta que cierta cantidad de trabajo esté hecha.
Las estrategias han funcionado para Mary Talley, quien ha sido una cliente de Bernstein por unos cinco años. Talley, de 60 años, recibió un diagnóstico de trastorno por déficit de atención como adulta y dice que su tendencia a llegar tarde era una fuente de ansiedad.
La creación de un calendario maestro extremadamente detallado ha sido de gran ayuda, señaló Talley, fundadora de una consultora de gestión de información de Washington, D.C.
“Me ayudó, de verdad, a calcular cuánto me tomaría hacer algo”, dijo.
Ahora, la ejecutiva tiene más cuidado en no programar citas muy pegadas y a declinar compromisos si tiene que hacerlo. Y se ha dado cuenta de que está llegando a sus citas más a tiempo.
Para su visita más reciente a la oficina de Bernstein, llegó 10 minutos antes.
Fuente: The Wall Street Journal, 12/02/15.


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Los trucos de los campeones para agudizar la memoria
Por Shirley S. Wang
Cuando Ron White decidió poner todo de su parte para ser el campeón de memoria de Estados Unidos, asumió la tarea como si fuera una misión militar.
Contrató a un ex Navy SEAL para que lo entrenara de la misma forma que estos infantes de marina especializados se preparan para la guerra: haciendo prácticas tan difíciles que la competencia se verá fácil.
White realizó simulacros de memoria mientras hacía saltos con los pies y los brazos extendidos, parado sobre una plataforma de madera tambaleante y bajo el agua con un esnórkel, es decir, cualquier lugar que estuviera lleno de distracciones.
«Tenía que preocuparme por respirar, flotar y por la pelota de los que estaban jugando a mi lado en la piscina», dice White de 38 años, quien ahora se dedica a dar charlas sobre la memoria.
White ganó el Campeonato de Memoria de EE.UU. en 2009 y 2010 al recitar listas interminables de números y el orden de las cartas de una baraja.
En 2011, sin embargo, fue derrotado por Nelson Dellis, un ex desarrollador de software de Miami que se obsesionó con mejorar su memoria al notar que a menudo olvidaba dónde había estacionado su auto y tras la muerte de su abuela producto del mal de Alzheimer.
White y Dellis se encontraron recientemente en la revancha en Nueva York durante el campeonato de 2012. Los dos fueron nuevamente los competidores de mejor desempeño y Dellis volvió a imponerse a su oponente.
El doble campeón, de 28 años, pasó el mes previo a la final practicando la memorización de rostros y nombres, cartas y números durante todas las horas que estuvo despierto.
Los dos usan una técnica que aseguran es popular entre los aficionados a la memoria, el método de loci, basado en la asociación con lugares y que se cree fue usado por los romanos y los griegos antiguos.
La teoría es que el cerebro está mejor equipado para recordar imágenes y lugares, porque esta información ha sido útil para la evolución del ser humano ayudando a las personas a, por ejemplo, recordar los senderos en medio de un bosque que llevan a su casa.
Al convertir nombres, hechos y figuras en imágenes y luego asociarlas en la mente con lugares familiares, como la casa de uno, se puede «caminar» por el lugar mentalmente para recordar dónde fue colocada cada imagen.
Una adicción
«Es un deporte/pasatiempo adictivo», reconoce Dellis. «Al principio, uno no cree que va a funcionar. Cuando ve los resultados, se siente como si se tuviera un poder sobrehumano».
Una de las claves es moverse dentro del lugar escogido de la misma forma todas las veces para poner cada recuerdo en orden. Cuando se usa una casa puede ser la puerta principal, el espejo del pasillo, la mesa en la sala, etc. Para recordar la lista del supermercado, imagínese los huevos rotos en el piso de la entrada, el pan reflejado en el espejo y el jugo de naranja regado en la mesa de la sala.
Algunas personas ubican la memoria en una cancha de golf, otros prefieren el recorrido que hacen para llegar al colegio o para visitar a los abuelos.
Una ex campeona de memoria solía mover los dedos a medida que recordaba información porque tocaba el piano y estaba haciendo música para recordar una serie de números, señala Tony Dottino, fundador del campeonato.
Los expertos dicen que entre más escandalosa o evocativa sea una imagen, más fácil de recordar la palabra. Por ejemplo, para recordar una lista del supermercado que incluye leche, se puede imaginar el líquido blanco saliendo del televisor.
Sus defensores señalan que estas técnicas de memoria tienen usos que van más allá de deslumbrar a la gente. Pueden, por ejemplo, ayudar a los empresarios a pronunciar discursos sin apuntes y a los estudiantes a memorizar datos para los exámenes.
Pueden incluso mejorar la vida social al facilitar la forma de recordar nombres de personas que se conocen en una fiesta o un evento.
Durante una reciente conferencia en Ciudad de México, White demostró sus habilidades frente a unas 2.000 personas al memorizar los nombres de decenas de miembros de la audiencia.
Esa capacidad puede ser explotada, agrega White, al identificar una característica única de la cara de alguien (pueden ser los ojos, la nariz o la barba) y luego poner en dicha facción una imagen asociada con el nombre de la persona. Por ejemplo, Natalia puede ser asociada con la nata de la leche y Carlos con cartón.
White tiene 300 nombres con imágenes ya catalogados en su mente. La imagen enlazada al nombre es luego «almacenada» en ese punto distintivo de la cara del individuo.
Dellis, por su parte, dice que siempre trata de mejorar, de probarse a sí mismo que no hay límites para lo que su cerebro puede memorizar.
El año pasado marcó un récord en el evento final de la competencia al memorizar dos barajas de cartas y dijo que para el campeonato de este año practicó tratando de memorizar tres barajas.
Fuente: The Wall Street Journal, 30/03/12.
Más información:
Cómo cuidar su Cerebro
Cómo prevenir las demencias

Inteligencia financiera para enemigos
Por Juan Félix Marteau.

Juan Félix Marteau
La fisura institucional que ha generado la muerte del fiscal Alberto Nisman -en mi opinión el asesinato por sicarios profesionales más sórdido de nuestra democracia- ha comenzado a poner en evidencia que buena parte de la información reunida por los dispositivos de inteligencia del Estado no se destina a proteger a la Nación y sus ciudadanos, sino a alimentar los intereses facciosos del grupo gobernante.
Quienes intervenimos en el campo de la inteligencia financiera -sin dudas, el mecanismo actual más efectivo para obtener datos sensibles sobre un blanco determinado-, hemos tenido la posibilidad de comprobar que la degradación de este tipo procedimientos estratégicos obedece a una lógica política de varios años.
A comienzos de 2010, se produjo el desplazamiento intempestivo de los funcionarios de la UIF, incluidos muchos colegas honestos, capaces y competentes con los que tuve la posibilidad de trabajar durante la gestión de Néstor Kirchner. El motivo era que la actual Presidente necesitaba “soldados obedientes” para golpear al Grupo Clarín de la manera que fuese posible. Con el armado de una serie de falsas acusaciones sobre lavado de activos funcional al “relato”, se pretendía corroer la larga reputación de esta empresa y, en el asalto final, lograr la imposición de multas millonarias y condenas graves para sus directivos.
El semanario Veintitrés, del Grupo Spolsky, que recibe desde hace diez años una millonaria pauta publicitaria del gobierno, publicaba, el día 19 de agosto de aquel año, una larga nota sobre supuestas maniobras criminales de la compañía de multimedios. Este aparato de propaganda realizaba un montaje con información financiera confidencial que sólo se podía obtener de las agencias estatales que pergeñaban una artificiosa investigación. Luego se pudo comprobar que ese mismo día se producía el “pase administrativo” a la UIF de un expediente que por mandato legal debía ser estrictamente reservado. La operación era burda, pero efectiva en un país donde la impunidad es un cáncer avanzado. Este es un ejemplo concreto en los que la violación de los secretos de inteligencia se mezcla con el abuso de autoridad, la tentativa de cooptación de jueces y fiscales y la utilización ominosa de medios de prensa.
En aquel momento, muchos pensaron que este era un problema estrictamente de Clarín sin advertir que el éxito de este tipo de maniobras volvía posible cualquier operación contra el enemigo de turno, en nombre del Mov. Nacional y Popular.
En un momento crítico del país, en el que resulta prioritario el reordenamiento de las funciones esenciales del Estado de acuerdo a la Constitución y para beneficio de la ciudadanía, genera una expectativa alentadora la circunstancia de que la Justicia Federal haya avanzado en el esclarecimiento de este tipo de prácticas ilícitas.
– Juan Félix Marteau es abogado. Profesor de Criminología (UBA).
Fuente: Clarín, 13/02/15.
Más información:
El Lavado de Dinero en la Argentina K
El lavado del dinero y la corrupción política
El Lavado de Dinero en Argentina
El vaciamiento del castigo al terrorismo

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Imputan a Cristina por la denuncia de Nisman
JUSTICIA. Lo decidió el fiscal Pollicita. Es por posible encubrimiento a iraníes por el atentado a la AMIA. También fueron imputados Timerman, D’Elía y el diputado Larroque.
El fiscal federal Gerardo Pollicita decidió imputar este viernes a la Presidenta de la Nación, al canciller Héctor Timerman, al piquetero Luis D’Elía y al diputado Andrés Larroque por la denuncia efectuada por el fiscal Alberto Nisman cuatro días antes de su muerte.
La Causa 777/15 fue abierta tras la denuncia de Nisman sobre encubrimiento de iraníes involucrados en el atentado a la sede de la AMIA en julio de 1994 y que está radicada en el juzgado de Daniel Rafecas.
Así, Pollicita decidió darle curso a la acusación y requirió numerosas medidas de prueba para que se inicie de hecho una pesquisa al respecto.
En el dictamen, que Pollicita presentó esta tarde en el juzgado de Daniel Rafecas, también fueron involucrados el canciller Héctor Timerman, el dirigente kirchnerista Luis D’Elía y el diputado Andrés «Cuervo» Larroque, entre otros.
La denuncia de Nisman, hecha el 14 de enero, posee escuchas donde se habla de las relaciones del Gobierno con Irán.
En su resolución, Gerardo Pollicita, Fiscal titular a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nro. 11, señala que “corresponderá en lo sucesivo iniciar la pertinente investigación con miras a comprobar, en base a los elementos de convicción que se vayan incorporando y siguiendo los lineamientos del art. 193 del ordenamiento de forma, la existencia del hecho y, consecuentemente, si el mismo puede ser penalmente reprochado a sus responsables”.
“En principio, resultan imputados en la denuncia que dio inicio a las presentes actuaciones la Sra. Cristina Fernández de Kirchner –Presidenta de la Nación-, los Sres. Héctor Marcos Timerman –Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación -, Andrés Larroque –Diputado Nacional-, Jorge Alejandro “Yussuf” Khalil, Héctor Luis Yrimia –ex Fiscal Federal-, Luis Ángel D`Elia, Fernando Esteche y un sujeto identificado como “Allan” que sería Ramón Allan
Héctor Bogado”, detalla el fiscal.
“Esta confabulación habría sido orquestada y puesta en funcionamiento por las altas autoridades del gobierno nacional argentino, con la colaboración de terceros, en lo que constituye un accionar criminal configurativo, según refiere la denuncia, de los delitos de encubrimiento por favorecimiento personal agravado, impedimento o estorbo del acto funcional e incumplimiento de los deberes de funcionario público (arts. 277 incisos 1 y 3, 241 inciso 2 y 248 del Código Penal de la Nación)”, continúa en su resolución el fiscal Pollicita.
Fuente: Clarin.com – 13/02/15

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