La AFIP dictaminó que los tenedores de LEBACs no deben pagar impuestos
Seguirán sin tributar Ganancias y Bienes Personales; hubo consultas entre el Banco Central y el organismo tributario que conduce Alberto Abad para tomar la decisión.
Por Florencia Donovan y Martín Kanenguiser.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dictaminó hoy que las Lebacs son títulos públicos y, por lo tanto, que sus compradores no deben pagar impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales.
Así lo informó la AFIP, al precisar, luego de un intercambio de ideas con el Banco Central, que se decidió conservar su criterio original al considerar a estas demandadas letras del Central como títulos públicos.
La duda se había originado por una consulta del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) porteño, que había preguntado al Banco Central si los tenedores de Lebacs debían tributar impuestos nacionales o no.
Aunque en un primer momento el Central indicó que no se trataba de títulos públicos, ahora acordó con la AFIP mantener la exención.
En un comunicado la AFIP informó esta tarde que «las operaciones con Letras y Notas del Banco Central (LEBACs y NOBACs) no están alcanzadas por los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales, tanto para personas físicas como sucesiones indivisas».
«La normativa vigente establece que, para personas físicas, tanto la tenencia como el rendimiento de los títulos públicos, están exentos del pago de Ganancias y Bienes Personales», explicó el organismo que lidera Alberto Abad.
La AFIP considera a las LEBACs y NOBACs como títulos públicos, por lo que no están alcanzadas por los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales.
«En tal sentido, AFIP considera a las LEBACs y NOBACs como títulos públicos. Las LEBACs y NOBACs son instrumentos de regulación monetaria emitidos por el Banco Central (BCRA)», agregó el organismo fiscal.
La decisión de la AFIP tiene fuerte impacto en el mundo inversor, ya que las Lebac se habían transformado este año en el instrumento estrella del mercado financiero. Ya no sólo estaban siendo buscadas por expertos, sino que cada vez más inversores minoristas las demandaban a través de bancos y sociedades de Bolsa. Con una tasa de interés de 37,5% anual a 35 de plazo, prácticamente no hay instrumento financiero que les compita. Un plazo fijo bancario a 35 días y en pesos está pagando, por ejemplo, casi 10 puntos porcentuales menos.
«Si se gravaba, la tasa de Lebac te quedaba en un 20% de rentabilidad, no es para nada atractiva», dice Gustavo Neffa, socio de Research for Traders. «Esto nació como mercado mayorista y para bancos. Pero desde diciembre los minoristas pueden comprar Lebac en forma directa. Hoy en día, 5% de las licitaciones son minoristas que compran en forma directa, pero también hay quienes las compran en forma indirecta vía bancos», agregó.
De acuerdo con la normativa vigente, los títulos públicos argentinos no están gravados en el caso de que estén en poder de individuos, pero sí cuando quienes los compran son empresas. «Para las empresas, los títulos están gravados en todo. O sea que cuando se habla de gravar la renta financiera las empresas tienen todo gravado: el resultado de la venta de los bonos, la renta y la exposición, si tienen que pagar ganancia mínima presunta», explica el tributarista César Litvin. «En cambio, para las personas físicas, los títulos están exentos en Ganancias y Bienes Personales. En Ganancias tanto la renta de los títulos públicos, como el resultado favorable de la compraventa. Y en Bienes Personales la tenencia también», aclara.
Los títulos públicos, dice Litvin, tienen el mismo tratamiento que los intereses de depósitos a plazo fijo en caja de ahorro. «El fundamento es la política extrafiscal. Esto significa que son instrumentos tributarios para motivar determinadas decisiones económicas», dice el tributarista.
Pero la AFIP, ya en la Resolución 3835 -con la cual todos los años se informan los valores de los bienes para la liquidación de Bienes Personales-, agrupaba a las Letras del BCRA dentro del cajón de «títulos públicos». «Dentro de la teoría de los actos propios, si la AFIP los considera en una resolución me está dando una señal clara. Y si voy al artículo 20 de la ley de Ganancias, en el inciso «h» están exentos los intereses originados otras formas de captación de fondos del público, que en definitiva es lo que son las Lebac», detalla Litvin.
Las Letras del Banco Central o LEBACs, son títulos a distintos plazos que licita el BCRA los martes de cada semana con el fin de regular la base monetaria. Se negocia la tasa de interés dada como tasa de descuento. El total del capital se paga al vencimiento funcionando como un bono cupón cero, es decir, que amortizan la totalidad del capital al vencimiento y no hacen pagos de interés.
Sturzenegger apunta a una bancarización al estilo sueco
En ese país ya casi no usan monedas ni billetes; inquietud por la apreciación del peso.
Por Javier Blanco.
El presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, se comprometió ayer a avanzar hacia una mayor bancarización y reveló estar manejando al respecto una agenda de «implementación gradual», que comenzó con la puesta en práctica de las cajas de ahorro gratuitas, pero será tan «ambiciosa» que abrevará en la experiencia sueca.
La definición sorprendió en una economía con casi un tercio de sus operaciones en negro, pero deja bien en claro su nivel de objetivos: Suecia es el país con menor nivel de uso de efectivo del mundo.
Comentario de EconomiaPersonal.com.ar: Es un enorme peligro eliminar el dinero en efectivo, podemos literalmente vernos inmersos en un mundo orwelliano donde los gobiernos puedan controlar literalmente cada compra, transacción, y movimiento económico, de cada persona.
Sturzenegger disertó ayer en un seminario del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Buenos Aires. Allí ratificó que el objetivo principal de su mandato es lograr que la inflación «sucumba definitivamente».
Además, volvió a reiterar que no avanzará en el «reacomodamiento de su política monetaria», en el sentido de auspiciar una baja en las tasas, hasta no terminar de ponderar «cuán sostenido, definitivo y claro es el proceso de desaceleración» de la inflación que dice haber detectado durante abril. «Excluyendo los precios regulados», aclaró.
Pero las definiciones más novedosas las dio cuando se refirió a los problemas que enfrenta para evitar una apreciación cambiaria y cuando se atrevió a mirar más allá.
En el primer caso dijo estar lidiando con el problema que implica convivir con un «exceso de dólares». «Tratar evitar una apreciación del peso por la vía monetaria no es una opción, porque genera emisión y, a la postre, inflación», dijo, en relación a su resistencia a comprar reservas con ese fin. Pero admitió que tampoco es bueno que el tipo de cambio lo defina el flujo de capitales. «No quiero que pase porque dos tipos en una oficina en Wall Street decidan que ahora es momento de invertir en Argentina. Quiero que el peso se aprecie cuando tengamos un boom exportador», proclamó, aunque no dio pistas sobre las herramientas a que apelaría para lograrlo.
Más adelante, fue incluso más allá. Fue cuando comentó al auditorio que mantiene contacto fluído con Stefan Ingves, su par del Riksbank (Banco Central de Suecia). «Hoy estamos recibiendo su asesoramiento personal», dijo. La mención constituye toda una definición: Suecia ya es caso de estudio en el mundo como el país que ha desterrado el uso del efectivo.
Actualmente, los billetes y las monedas representan apenas un 2% del circulante total en esa economía, donde menos del 20% de las transacciones se cancelan con efectivo, frente a un promedio del 75% en el resto del mundo, según la agencia Euromonitor.
Y en los últimos años se ha multiplicado el número de suecos que ni siquiera usan tarjetas de crédito o débito para hacer los pagos más cotidianos, sino que ya los realizan por medio de aplicaciones móviles. Incluso la mitad de sus bancos ni siquiera manejan efectivo ni aceptan depósitos cash. Ese escenario se ve muy lejano para la Argentina, pero peor sería no proponérselo.
El uso de la tecnología para crear una moneda digital implica el enorme riesgo de que el Estado transforme el sistema tributario en violatorio de los derechos individuales, al exigir al contribuyente que le proporcione información privadísima para fiscalizarlo.
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Los argumentos que usaría Bonadio para procesar a Cristina
Por Daniel Santoro.
El juez apuntaría a demostrar que la ex presidenta hizo violar la carta orgánica del Banco Central.
La decisión de Bonadio sobre si procesa a Cristina gira sobre valorar la prueba reunida en la causa en cuanto a si se violó la carta orgánica del Banco Central, si la venta del dólar futuro fue ilegal y si se trata de una decisión política no judiciable.
Se trata de un tema complejo y vidrioso pero que dejó al Estado un quebranto de entre 50 mil y 75 mil millones de pesos. En tribunales se hace una comparación sencilla para explicarlo. Sería como si un consorcio vota un reglamento y elige un administrador. Pero luego el presidente cambia por propia decisión el reglamento varias veces y echa a tres administradores hasta que consigue a uno que cumple con una orden que le hizo perder plata al consorcio. En tribunales trascendió que Bonadio estaría estudiando que Cristina hizo renunciar a tres presidentes del Banco Central durante su gestión: Martín Redrado, Mercedes Marcó del Pont y Juan Carlos Fábrega antes de ponerlo a Vanoli y que cada renuncia llevó a una modificación de la carta orgánica según sus deseos.
Por esta razón, en la parte técnica de su defensa, Cristina hizo suyos “todos y cada uno de los argumentos” de Kicillof y de Vanoli quienes “han actuado en un todo de acuerdo con lo que prescribe la Ley 24.144, Carta Orgánica del BCRA”. Este y otros párrafos demuestran que hubo una coordinación técnica entre las defensas y que Cristina nombró a su abogado a último momento solo como un gesto de rebeldía.
Entonces, el debate se centra en si la carta orgánica permite al Banco Central vender dólares a futuro y en qué condiciones. De acuerdo, varios de los testimonios tomados a los ex presidentes del BCRA Redrado, Fábrega y el también actual ministro de Economía Alfonso Prat Gay, entre otros, el Banco Central podía hacerlo pero “a precio de mercado”. “La cuestión es que en la época del cepo cambio no funcionaba el mercado, no había oferta y demanda y, por lo tanto, el precio fijado era una decisión arbitraria del vendedor”, contó una fuente judicial.
– ¿Bonadio investigará también si hubo entrega de información privilegiada?
— Lo está viendo porque en la lista de compradores aparecen asesores de Scioli pero no es su eje- contestó la fuente. Pero el magistrado se inclinaría a pensar que la culpa por el negocio seguro e inmediato que hicieron los compradores fue el Banco Central. Y de una reunión, en particular, en la que participó Kicillof como delegado del Ministerio de Economía con voz pero sin voto. Dicen en Comodoro Py que Bonadio se guarda una carta en la manga sobre los argumentos que usaría para un eventual y primer procesamiento de Cristina. Por lo pronto, la ex presidenta usó un arma de doble filo: se negó a responder preguntas y así se perdió una posiblidad de saber hacia donde apunta el juez.
Charlton Heston protagonizó en 1973 la fantástica película Soylent Green, aquí titulada Cuando el destino nos alcance, un policial duro, futurista y oscuro, que algunos citan como antecedente de la extraordinaria Blade Runner, del director Ridley Scott.
El personaje de Heston anda investigando otras cosas en un planeta oscurecido por la contaminación, mientras el discurso oficial dice que todo pasará, que la Tierra volverá a ser sustentable. Finalmente el investigador termina descubriendo que no es así, que hay un «relato» que miente y que esconde un futuro mucho peor.
¿Una metáfora del final del kirchnerismo? ¿Por qué no? Los dólares vendidos a futuro y a muy corto plazo crearon la ilusión de que Cristina Krichner no había devaluado, lo que terminó sucediendo durante la gestión de Mauricio Macri.
La ex presidenta y los suyos se las arreglaron vendiendo «soñar futuro» de un modo claramente dañino para los activos del Banco Central (BCRA).
Sólo en los últimos días parece que Cristina Kirchner y los funcionarios que participaron de la maniobra pueden terminar condenados por el uso de un ruinoso esquema que consistió en comprometer la venta de dólares a un tipo de cambio mucho más bajo que el del mercado.
El mecanismo incluía que el pago debía ser afrontado cuando ya estuviera el nuevo gobierno en el poder. Las autoridades que asumieran en diciembre deberían hacerse cargo de afrontar la operación de encubrimiento, emitiendo pesos a raudales, ya que esa clase de contratos se hacen y pagan en moneda local al tipo de cambio vigente, en un cóctel explosivo de emisión, inflación y caída del salario real.
Pero el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, tomó precauciones y previó el dislate, lo que ahora pone a la ex presidenta y a su equipo económico por primera vez muy cerca de una condena, a pesar de las múltiples causas que la persiguen.
No deja de ser curioso que se trate de una causa provocada por el descubrimiento de los tan visibles «futuros» o «derivados» (también conocidos como «derivativos», para los que traducen mal el inglés financiero). Se trata de sistemas complejos y muy riesgosos, desaconsejados para los que no son expertos y que se hicieron muy conocidos en los últimos años.
El caso más emblemático fue el de la crisis del sudeste asiático en la década del 90, que se desató cuando Tailandia dejó de vender reservas, lo que desató una corrida que contagió a otras economías de la región, como Corea del Sur y Hong Kong. El entonces presidente del Banco Central tailandés, al que algunos llegaron a acusar de alcohólico, confesó que lo que contaba como reservas estaba vendido a futuro y por lo tanto no podía ser usado. A partir de ese caso, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial hicieron un extenso trabajo internacional que la Argentina también aplicó, diciendo qué podía llamarse reserva y qué no. Lo que estaba vendido a futuro, claramente, no debía contabilizarse.
¿Por qué Cristina Kirchner y su equipo en el Banco Central, incluido Kicillof, a quien ella consideraba un genio, se escondieron tras esa endeble cobertura? La respuesta parece ser que por un tiempo funcionó, aunque lo hizo sumando daños a la economía y manteniendo los ilusorios resultados de consumo general.
Claro que se requería también mantener en niveles altos la inflación y la emisión, un déficit fiscal en crecimiento, una industria planchada y el empleo en peligro. Nada apto para una nueva gestión, que parece no haber tenido más remedio que cortar con el artificio y poner a sus mayores responsables en el duro camino en que parece haberlos alcanzado el destino, como mencionaba la película de Heston.
Es cierto que nunca pareció estar tan cerca un final trágico para quienes no hace mucho se sentían eternos e invencibles.
No parece el final optimista de la versión más conocida de Blade Runner, que por cierto a Scott no le gustó y por esto editó una propia, más oscura y realista.
Mucho más dramática y cercana al final de Soylent Green, en la que Heston demuestra ser algo más que un galán recio y un gran actor anticipando que el destino fatalmente matará al relato, como está ocurriendo ahora.
El equipo económico de Mauricio Macri llegó a un acuerdo por los futuros de dólar
Por Florencia Donovan.
Tras una ardua negociación, acordó repactar los precios de los contratos vendidos a través del Rofex, el mercado de Rosario, y de recomprarles las posiciones a todos los bancos que habían operado a través del Mercado Abierto Electrónico (MAE).
En su larga lista de temas por resolver, el equipo económico tildó el primero de los casilleros: el de los futuros de dólar. Tras una ardua negociación, acordó repactar los precios de los contratos vendidos a través del Rofex, el mercado de Rosario, y de recomprarles las posiciones a todos los bancos que habían operado a través del Mercado Abierto Electrónico (MAE).
El Rofex declaró recién la emergencia, tal cual lo prevé el artículo 4° de su estatuto, y llamó a deshacer las posiciones de los contratos que se habían vendido a partir del 30 de septiembre pasado y con vencimiento hasta junio de 2016.
En rigor, el Rofex corregirá el precio original de todas las posiciones abiertas entre el 30 de septiembre pasado y el 27 de octubre de este año en 1,25 pesos. A las posiciones abiertas desde el 28 de octubre inclusive, se les aplicará una corrección de 1,75 pesos. Quedan excluidas las compras calzadas con lanzamiento de calls y las operaciones de pases.
Mientras que los bancos que operaron futuros a través del MAE deberán venderles nuevamene los contratos al Banco Central. La autoridad monetaria les deducirá el 35% del Impuesto a las Ganancias en el momento de la cancelación.
Los futuros de dólar son contratos en pesos, pero que se actualizan en función del tipo de cambio. Ante la falta de dólares para volcar en el mercado, en los últimos meses, el ex presidente del Banco Central Alejandro Vanoli multiplicó exponencialmente la participación del Central en futuros. Así, por ejemplo, se comprometía a pagar un tipo de cambio de $ 10 para enero de 2016, cuando en el exterior esos mismos contratos superaban los 15 pesos.
El problema ahora residía en que, si la nueva administración devalúa el peso, como se prevé que va a hacer, el Central debía emitir pesos para pagar la diferencia entre los $ 10 en que fijó el cambio, por ejemplo a enero, y el valor real al que se ubique el dólar oficial. Economistas estiman que por el total de los contratos iba a poder tener que emitir cerca de $ 70.000 millones, poco menos de la mitad de lo que emitió Vanoli en todo 2015, un año en que de por sí, la inyección de pesos ya estaba en un nivel récord.
Alejandro Vanoli renunció a la presidencia del Banco Central
Sturzenegger y Llach conducirán la entidad. El presidente del Central dimitió dejando el lugar libre para los designados por Mauricio Macri.
El presidente del Banco Central Alejandro Vanoli en el acto de balance de gestión.
Alejandro Vanoli presentó su renuncia como presidente dek Banco Central. La noticia se conoció esta tarde, aunque ya se rumoreaba desde la semana pasadam cuando dio una conferencia de prensa en la que anunció que pronto tomaría una decisión personal.
Vanoli fue presidente de la autoridad monetaria entre octubre de 2014 y hoy. Había un debate sobre la finalización legal de su mandato. Vanoli decía que era en 2019 pero expertos en finanzas sostenían que era octubre del año próximo.
El macrismo, dejando de lado estas cuestiones, soliticó que Vanoli dejara el cargo ahora y propone que allí vaya Federico Sturzenegger.
«Tengo el honor de dirigirme a usted a fin de poner a su disposición mi renuncia indeclinable al carto de Presidente del Banco Central con que el que usted me ha distinguido», escribió Vanoli. «Mi decisión es clara e irrevocable».
La salida de Vanoli es una de las condiciones que el equipo económico de Macri sotiene que debe darse para eliminar el cepo. Además, renunció el vicepresidente de la entidad, Miguel Pesce, quien se había hecho cargo del Banco Central cuando Redrado fue echado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Frente a la crítica situación de la entidad monetaria, al gobierno cristinista sólo se le ocurre responsabilizar a la Justicia por una corrida cambiaria.
El reciente allanamiento del Banco Central por las controvertidas operaciones de venta de dólares a futuro dispuestas por la autoridad monetaria, que merecieron una denuncia por presunta defraudación a la administración pública, es apenas un capítulo más sobre la grave herencia económica que dejará el gobierno kirchnerista a quienes asuman el 10 de diciembre próximo.
Más que las acciones dispuestas por el juez federal Claudio Bonadio en el marco de la investigación que se sigue por las sospechosas operaciones del Banco Central, llamaron la atención algunas declaraciones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, difundidas a través de la red social Twitter, en contra de las medidas judiciales.
La primera mandataria habló de una «corrida cambiaria judicial» al referirse al allanamiento dispuesto por el citado juez para secuestrar documentación sobre las operaciones en el mercado del dólar a futuro. Señaló que esa decisión judicial «interrumpió por primera vez en la historia el funcionamiento del mercado de cambios». Posteriormente, se preguntó: «¿Qué puede suceder si se interrumpe el normal funcionamiento del BCRA en el mercado de cambios? Básicamente, el mercado pasaría a controlar el valor del dólar y con toda seguridad se generaría una devaluación o pérdida de reservas».
Aunque ya no sorprende el supino desconocimiento en materia económica de la titular del Poder Ejecutivo Nacional, indigna que, ante una medida judicial que resulta lógica frente a las denuncias sobre una eventual defraudación, desconozca que si alguien ha hecho hasta lo imposible para interrumpir el normal funcionamiento del Banco Central ha sido su propio gobierno. Desde poner fin a la independencia de la autoridad monetaria, que pasó a ser un apéndice del Poder Ejecutivo y, en los últimos tiempos, del Ministerio de Economía, a cargo de Axel Kicillof, hasta instrumentar un cepo cambiario que, lejos de morigerar la demanda de divisas frente a la huida de los inversores y del común de la gente del peso argentino, potenció la apetencia de dólares y las operaciones en el mercado paralelo.
Pese a que Cristina Kirchner esgrime que por primera vez se interrumpió el funcionamiento del mercado de cambios por una decisión judicial, hay que hacer notar que este mercado -paradójicamente denominado Mercado Único y Libre de Cambio, pese a no ser ni único ni libre- hace rato que ha sido destruido por el afán intervencionista y la ignorancia con que su gobierno enfrentó la crisis de confianza en materia económica.
A partir de una denuncia presentada por los diputados Mario Negri y Federico Pinedo, jefes de los bloques de la UCR y de Pro, respectivamente, se investiga si las decisiones en materia cambiaria impulsadas por el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, representan un daño para la solvencia de la entidad, en tanto se vendieron contratos a futuro por miles de millones de dólares a precios que no sólo resultan muy inferiores a las expectativas del mercado, sino francamente irrisorios en comparación con los valores operados en el mercado neoyorquino. Concretamente, el BCRA vendió en las últimas semanas dólares a un promedio de 10,65 pesos para los meses de enero, febrero y marzo, cuando esos mismos dólares cotizaban en Nueva York por encima de los 15 pesos. Y si bien las operaciones de venta de dólares a futuro son legales, resulta claramente sospechoso que el Banco Central se haya convertido en el único oferente de esos contratos, por cuanto nadie está dispuesto a vender dólares a esos valores.
El Banco Central expresó en un comunicado que su intervención en el mercado de futuros es «absolutamente transparente» y que continuará con su política «para garantizar la estabilidad financiera y cambiaria y contribuir al crecimiento económico con inclusión social». Sin embargo, de acuerdo con distintos cálculos que realizan analistas del sector privado, las últimas intervenciones de la entidad monetaria podrían derivar en pérdidas del orden de los 35.000 a los 45.000 millones de pesos, que deberían asumir las próximas autoridades nacionales.
Como se puede advertir, sobran motivos para pensar que estamos ante un caso más de mal desempeño de los deberes de funcionario público, que se suma a una política monetaria y cambiaria desastrosa, que ha virtualmente destruido el comercio exterior, al derrumbar las exportaciones, al tiempo que ha acentuado la presión sobre las reservas internacionales.
Lo cierto es que el actual nivel de reservas es el más bajo en los ocho años de gestión de Cristina Kirchner al frente del país; que el superávit comercial prácticamente ha desaparecido, pese a las fuertes restricciones sobre las importaciones; que el déficit fiscal ha trepado a niveles que no se veían desde hacía mucho tiempo, del orden del 7 por ciento del PBI, y que se ha dado lugar a una creciente expansión monetaria que alimenta una inflación descontrolada. El uso del atraso cambiario como ancla antiinflacionaria no sólo ha arrasado con el comercio exterior y con las economías regionales, sino que ha aumentado la brecha cambiaria con el mercado marginal y ya ha llegado a su límite.
Frente a esta crítica situación, que ha derivado en un pésimo manejo del patrimonio del Banco Central, el gobierno kirchnerista sólo puede atinar a seguir dando rienda suelta a su relato, al extremo actual de acusar a la Justicia y a un hipotético gobierno de la oposición por sus propios desmanejos.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ya utilizó el 85% del maquillaje que adquirió vía China el año pasado. Con él, la entidad intenta disimular la caída real de reservas que enfrenta dada la pérdida de competitividad que sufrió en los últimos años la economía y el marcado recelo que ganó a empresas e inversores, tras la imposición del cepo, a la hora de ingresar divisas en el país.
El banco que conduce Alejandro Vanoli ya contabiliza como parte de esa tenencia el equivalente a unos US$ 9.500 millones, sobre el total de US$ 11.000 millones que contempla el swap chino, coinciden en estimar los analistas.
Esto implica que sólo dispone de un remanente equivalente a US$ 1.500 millones para sostener la estrategia con la que busca tranquilizar a los mercados en el fin de ciclo. De mantener un ritmo de uso como el que le dio en las últimas semanas, tendría que ir buscando otro proveedor cosmético toda vez que la evidencia (acuerdos similares que firmó con Indonesia, Rusia y Brasil, por caso) muestra que China es renuente a ampliar acuerdos de este tipo que involucren cifras superiores al 2% del PBI local.
Los economistas llegaron a ese número tras seguir el derrotero de las intervenciones negativas que tuvo el BCRA en el último mes en el mercado de cambios donde, según datos oficiales conocidos ayer, debió desprenderse de US$ 1.373 millones sólo en el lapso que fue de la última semana de julio a la tercera de agosto. Durante ese período la cuenta que suele registrar el mayor ingreso de yuanes (identificada como «otros» en el archivo excel por el cual el BCRA detalla los distintos factores que explican la variación de sus reservas) registró entradas por el equivalente a US$ 1285 millones.
Esa sustitución de los dólares que salieron (para que las empresas o el Estado paguen importaciones o deuda, para cancelar los gastos que los viajantes locales tuvieron en el exterior o para que los ahorristas los atesoren, entre otras cosas) por yuanes es la que explica el descenso de apenas US$ 247 millones que reportó en su tenencia de reservas, que apenas cayó de US$ 33.931 millones a 33.684 millones en dicho lapso.
Claro que la situación se descuenta que siguió complicándose de allí en mas dado que en la semana que acaba de finalizar el ente reportó una intervención negativa en el mercado cambiario por US$ 240 millones, según datos preliminares y una nueva caída en las reservas hasta los US$ 33.594 millones que implicaría una merma adicional de US$ 110 millones en esa tenencia durante la semana.
El director de Empiria y ex administrador de las reservas, Pedro Rabassa, estima que sólo en la primera quincena de agosto hubo US$ 1.200 millones en nuevo maquillaje. «El Gobierno recurrió al swap con la idea de llegar tranquilo a octubre pero dado el ritmo de ventas actual ni usando todo podrá evitar reconocer una caída mayor en las reservas», dice.
La consultora ACM estima que ya se han empledo del swap unos US$ 9.400 millones, lo que deja a la vista «un margen de financiamiento por esta vía cada vez más exiguo justo cuando más crece la pérdida de divisas que enfrenta.
Cuando se pactó el swap con China el BCRA se había comprometido a que la porción en yuanes de las reservas no superaran el 20% de la tenencia total. Pero la exposición a esa moneda (que acaba de devaluarse casi 5%) ya ronda 28,5%.
La Anses jugó contra el dólar
Una masiva liquidación de bonos por parte de la Anses puso freno a la carrera alcista de los precios del dólar en la Bolsa. El ente fue vendedor básicamente de Bonar 17 y 24, que en conjunto negociaron $ 1.300 millones ayer (el 39% del total operado en bonos) para hacer caer su precio y bajar al «contado con liqui» y el dólar-bolsa, que habían llegado a los $ 14. En la calle el dólar blue [dólar de libre cotización en el mercado negro] retrocedió otros 14 centavos, a $ 15,53.
El Banco Central es dueño de menos de la mitad de las reservas declaradas
Por Javier Blanco.
Del total de US$ 33.870 millones que informó la entidad el viernes, sólo entre 40 y 47% son de su propiedad absoluta.
El Banco Central (BCRA) es dueño de menos de la mitad de las reservas totales que declara día a día, es decir, mantiene hoy la menor tenencia genuina desde que en 2003 dio comienzo el ciclo kirchnerista, más allá de las últimas operaciones que buscaron maquillar esa realidad.
La proporción propia, en el total contable que declara y mantiene bajo administración, cayó del 92% que reunía en 2007 a entre 40 y 47% en la actualidad, coinciden distintos consultores que sólo tienen divergencias menores sobre lo que debería computarse como propio y lo que no, lo que da lugar a ese rango.
Las diferencias surgen porque a la hora de hacer las cuentas y separar la paja del trigo algunos sólo restan a las reservas totales los préstamos que haya tomado el BCRA con entidades semejantes (su presidente, Alejandro Vanoli, reconoció días atrás que la entidad ya uso «aproximadamente la mitad» de la línea en yuanes equivalente a US$ 11.000 millones pactada con China), los pagos de deuda ya hechos pero bloqueados por el juez Griesa (unos US$ 1600 millones, cuyos verdaderos dueños son los tenedores de deuda argentina) y la porción de depósitos en dólares de ahorristas locales (unos US$ 8000 millones).
Por su parte, otros analistas agregan a esta sustracción la deuda que los importadores locales acumularon con contrapartes en el exterior (unos US$ 3500 millones) y los giros reprimidos por pago de dividendos de firmas multinacionales que no podrían eludirse sin caer en el riesgo de enfrentar juicios, entre otras cosas.
Por lo pronto, esto quiere decir que sólo de US$ 13.600 a US$ 16.000 millones de los 33.870 millones que declaró el viernes el BCRA como reservas son de su propiedad absoluta.
Para tener una idea del deterioro, vale tener en cuenta que a fines de 2007, más de US$ 42.000 millones de los US$ 46.200 millones que declaraba acumular contablemente, lo eran. Cuatro años más tarde, a fin de 2011 unos 35.500 millones de dólares de los 46.300 millones que se declaraban como total de reservas eran propiedad del BCRA.
Lo que siguió de allí en más fue un proceso de deterioro en la calidad de este activo, que se dio en consonancia con el progresivo regreso a una situación de paulatino atraso cambiario, el estrangulamiento creciente que comenzó a mostrar el saldo de la balanza comercial y la pérdida de participación que el país sufrió en la competencia por atraer inversión extranjera directa frente a otras economías de la región. El dato deja a la vista que el promocionado clima de calma financiera puede calificarse como «alquilado», ya que el proceso de deterioro en el activo de la entidad no dejó de agravarse en los últimos meses.
Más préstamos que ingresos
«Las reservas totales que informa son cada vez menos propias: incluyen los depósitos en dólares de los particulares y los préstamos del Banco de Basilea u otros bancos centrales que, como cualquier préstamo, es dinero que se debe devolver. Así, cuando se hace la cuenta se observa que las reservas netas pierden peso relativo año a año en el total declarado. Y nada de eso cambió en los últimos meses, porque el BCRA en realidad sumó más préstamos que ingresos genuinos», describió el economista de la consultora Economía & Regiones, Diego Giacomini.
Para su colega Nicolás Dujovne, «si bien con los ingresos de las últimas colocaciones de deuda las reservas brutas volvieron a los niveles que mostraban en octubre de 2013, la diferencia es que, en ese entonces, unos US$ 22.000 millones eran tenencia neta; ahora apenas llegan a los US$ 16.000 millones».
«Los dólares financieros que llegaron en reemplazo de los dólares comerciales no cambiaron la situación de fondo, más allá de la calma coyuntural: a 2016 llegaremos con una economía estancada, con cepo, con pocas reservas netas, sin saldo comercial y con un déficit fiscal mayor a 5% del PBI y todavía sin tener asegurado el financiamiento externo en magnitud y a tasas que no hipotequen el futuro», completa Dujovne.
El dato de reservas netas cobra relevancia porque, en lo que resta del año, el sector público aún debe afrontar pagos netos de deuda en moneda extranjera por 11.900 millones de dólares (sumando obligaciones de la Nación y de las provincias), y a la hora de realizar esas cancelaciones, por caso, los yuanes chinos no serán de utilidad.
«Lo que está haciendo la Argentina es endeudarse para generar un saldo positivo en la cuenta de capital y financiera, que le permite financiar el déficit por el saldo negativo en la cuenta de ahorro y turismo y afrontar los pagos de deuda. Pero hay que tener en claro que ese esquema supone cambiar dólares genuinos por dólares ?alquilados'», insiste Giacomini.
El cambio de composición en las reservas y el concepto de alquiler sirven para explicar, además, el creciente deterioro patrimonial del BCRA, una situación que parece no tener freno.
Aunque no publicó su balance de 2014, la entidad que conduce Alejandro Vanoli se apresuró hace unos días a aprobar la transferencia de $ 78.000 millones de sus utilidades en ese ejercicio contable al Tesoro nacional, en un intento por ayudar a disimular el creciente déficit fiscal.
Lo que debe tenerse presente es que el grueso de esa ganancia provino de las diferencias de cotización de sus activos nominados en dólares, dada la depreciación que tuvo el peso el año pasado. «El punto es que el Central posee dos grandes activos en dólares: las reservas (que promediaron durante 2014 unos US$ 28.000 millones) y los títulos públicos dolarizados, cuenta que en un 95% está compuesta por las denominadas Letras Intransferibles (promedio en 2014: US$ 47.000 millones). Éstas son los pagarés no negociables y de muy dudoso valor real que el Tesoro le fue entregando al Central cada vez que éste le cedía dólares para hacer frente a pagos de deuda pública», explica el economista y consultor Federico Muñoz.
«Este desglose -añade- pone en evidencia que la mayor parte de la ganancia se explica por la valorización en pesos de un activo que, en rigor, vale nada, lo que supone una emisión de pesos espuria en paralelo con una creciente descapitalización del BCRA».
En su último informe, el consultor recuerda que el Gobierno «con justa razón, calificaba de ?vaciamiento’ a la decisión de Repsol de distribuir el 90% de las utilidades anuales de YPF entre sus accionistas». Pero se pregunta: «¿Cómo deberíamos definir entonces a la conducta del BCRA, que cede sistemáticamente la totalidad de sus ganancias al fisco?.
La nueva directora del BCRA aún no se recibió, practica surf y toca el charango
Protegida de Kicillof: Bárbara Domatto Conti está en comisión, a la espera de que el Senado apruebe su pliego.
>>> Importante: Lea esta Nota hasta el Final, incluidos los Anexos. <<<
Una de las tres personas que el ministro de Economía Axel Kicillof eligió para ocupar un asiento en el directorio del Banco Central aún no obtuvo su título universitario. Se trata de Bárbara Domatto Conti, quien según expresó en el Curriculum Vitae que ya está en la comisión de acuerdos del Senado, aún adeuda la Tesis para obtener el título de Actuaria en Economía. La información fue revelada por el sitio TN.com.
Domatto Conti, que fue nombrada directora «en comisión» hasta que obtenga el aval del Senado, tiene 28 años, concurre a diario al BCRA y que ya va todos los días al banco.
Su experiencia laboral es escasa: trabajó en el banco Santander Río entre 2007 y 2012 como asistente de operaciones y project manager dentro de las gerencias de operaciones y de banca mayorista. A partir de 2012, de la mano de Kicillof, ingresó en el ministerio de Economía como economista en la subsecretaría de Programación Económica. Se ganó la confianza del ministro por su asistencia en la negociación del acuerdo de repago de la deuda con el Club de París que el gobierno firmó en marzo del año pasado.
También en su CV afirma que trabajó como «asesora de director» del Banco Central entre septiembre de 2013 y mayo de 2014. «Sin embargo, en el banco dicen que no cumplió esa función»dice el artículo de TN.com. «Con Juan Carlos Fábrega todavía al frente de la entidad, el ministro de Economía la mandó como «oyente» a la mesa de dinero para aprender la operatoria cotidiana».
En su CV de tres hojas, Domatto Conti también disfruta de la práctica del surf, del teatro stand up y de tocar el charango, según ella misma explica en su perfil en el sitio LinkedIn.
El Senado le dará entrada al pliego de esta directora del BCRA en la sesión del 21 de este mes. Domatto Conti deberá pasar por una audiencia pública en el marco de la Comisión de Acuerdos de la cámara alta, que por dictamen debe aprobar o rechazar su nombramiento, por ahora «en comisión de servicio». De rechazarla o no conseguir el oficialismo los votos para aprobarla, el gobierno puede retirar su pliego pero puede seguir trabajando como directora «en comisión». En el sitio del BCRA, ya figura su nombre en el directorio pero sin su foto ni antecedentes como los otros integrantes.
Fuente: Clarín, 13/05/15.
Nota Aclaratoria: No podemos espantarnos de este caso de falta de idoneidad cuando tenemos una Presidenta que dice ser Abogada a pesar de no poseer Título universitario.
Universidad rimolo otorga titulo de abogada a Kris
CFK la abogada que nunca fue
Cristina Kirchner, quien asegura haberse recibido en la Universidad Nacional de La Plata, a pesar de que todas las pruebas indican que jamás terminó esa carrera.
En realidad, no hacen falta demasiados documentos ni fuentes de información para detectar que la Presidenta no tiene real conocimiento de lo que es el Derecho. Sus propios discursos muestran su paupérrimo conocimiento ad hoc. Cristina ha llegado a ruborizar a propios y ajenos cuando llegó al extremo de confundir el término «sindicación» con «sindicalización». Lo hizo en media docena de oportunidades, en el marco de la trunca denuncia contra Papel Prensa por cadena nacional.
JUSTIFICA SU PATRIMONIO DICIENDO QUE ES ABOGADA
Por ese y otros motivos, ante la imposibilidad de mostrar título o certificado analítico alguno, la Presidenta optó por refrendar el decreto 2810/09A, que permite a los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional a poner su firma sin que a esta anteceda su calificación profesional.
Teniendo en cuenta que oportunamente se ha descalificado a Juan Carlos Blumberg por haber ostentado un título de ingeniero que en realidad no poseía y que algo similar se hizo con la figura de Jorge Telerman, Cristina debería sufrir el mismo escarnio público que estos debieron tolerar en su momento.
Sin embargo, ello no ocurre; no solo porque la Justicia no se atreve a avanzar contra ningún funcionario relevante del poder de turno, sino porque ningún referente de la oposición se ha animado a embanderarse en esa empresa, que develaría la más grande de las estafas al pueblo argentino.
Se ofreció toda la evidencia de este escándalo a Elisa Carrió, a través de algunos de sus referentes más cercanos; pero la líder de Coalición Cívica consideró que el tema no tenía relevancia tal como para prestarle su atención.
La trama comenzó en agosto del año 2004, cuando un importante ministro —enojado porque fue dejado afuera de un importante negocio oficial— se despachó ante tres periodistas de TDP respecto a la corrupción del kirchnerismo y lanzó al final una dura advertencia: «Que no me rompan las pelotas porque si no cuento que Cristina es abogada trucha».
Las dudas que Cristina nunca aclaró sobre su carrera de «exitosa abogada»
Incógnitas sobre su título y silencio de la Universidad de La Plata. Perfil.com accedió a sus matrículas en Santa Cruz.
El silenciado tema lo resucitó la propia Presidenta en la fatídica noche de Harvard. «Fui una exitosa abogada», dijo para justificar su crecimiento patrimonial. Es que la graduación de Cristina Fernández de Kirchner en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se mantuvo como un secreto de Estado y no fue hasta 2007, y por orden judicial, que la UNLP difundió un documento que probara la titulación de la entonces senadora.
Perfil.com accedió a dos documentos que pondrían fin a las sospechas que generó aquel secretismo ordenado desde la Rosasa. Cristina Elisabet Fernández figura en el padrón de letrados de la Justicia de Santa Cruz con la matricula 10.433.615, inscrita el 12 de febrero de 1980 (Tomo II Folio 160) y graduada el 1º de octubre de 1979.
El expediente de Cristina en Río Gallegos está custodiado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). La Corte santacruceña, controlada por los Kirchner desde 1991, nunca dio en mano esa carpeta. Al no haber un colegio de abogados en Santa Cruz -la única provincia sin abogacía colegiada en todo el país-, los letrados titulados deben ser aprobados por el TSJ.
A su vez, fuentes judiciales de Santa Cruz informaron a este portal que la Jefa de Estado también se inscribió el 7 de octubre de 1985 ante la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia (Tomo 57 Folio 322) para poder ejercer como apoderada legal también en los fueros federales.
De todos modos, la revista Noticias precisó que la Presidenta tuvo un rol secundario en el estudio jurídico de Néstor Kirchner y el abogado Domingo Ortiz de Zárate. Sólo realizó un puñado de defensas a inicios de los ’80. En 1987 Néstor Kirchner se convirtió en intendente de Río Gallegos y el matrimonio abandonó para siempre la abogacía.
No obstante, de la Asociación de Abogados de Río Gallegos indicaron a este medio que la Presidenta no canceló su matricula ni que tampoco posee observaciones en su expediente a 25 años de abandonar la profesión.
Silencio y sospechas
Durante la campaña presidencial de 2007, el portal Tribuna de Periodistas puso en duda que Cristina hubiera acabado la carrera. De hecho, el apoderado legal de ese sitio, Fabián Bergenfeld, denunció a la entonces Primera Dama por «usurpación de título y honores» al negarle la Universidad de La Plata el título o analítico de materias que probaran la graduación de Cristina.
La querella recayó, cuándo no, en el juzgado de Norberto Oyarbide. En una medida hoy impensada, el polémico magistrado federal ordenó a la UNLP que hiciera una copia del certificado de estudios acabados. El tema comenzó a circular en los medios y el nerviosismo en la Rosada obligó a que la universidad diera a conocer ese documento, también por un pedido del entonces periodista de Noticias, Darío Gallo.
El certificado generó algunos comentarios en esas redacciones: la línea escrita a máquina en la que figura su fecha de nacimiento y número de matrícula pareciera estar borroneada, al igual que el espacio reservado para la fecha de expedición del título. En ese certificado aparece el 1º de octubre de 1979 como fecha de terminación de la carrera. Ese día, de todos formas, coincide con el padrón del TSJ de Santa Cruz que accedió en exclusiva Perfil.com.
Esta semana este portal solicitó a la UNLP que le brindara otro documento o listado de egresados donde figurara la Presidenta, pero se lo negaron. Eso sí, el vocero de la UNLP, Gonzalo Albina, aclaró a este medio que los títulos de abogados de Cristina y Néstor Kirchner están guardados en el propio archivo de Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y no bajo llave en una caja fuerte en un banco de La Plata, tal como se rumoreó a mediados de 2007.
Materias libres. En 1979, la carrera de Abogacía en la kirchnerizada UNLP se realizaba por «cursos de promoción sin examen», no con materias a cursar de forma presencial dado que no había aulas suficientes para todos los estudiantes. Los Kirchner migraron a Santa Cruz en 1976 y entonces Cristina no había terminado la carrera. Él, sí.
En esa primera etapa de estudios, Cristina conoció a Carlos Betini, hoy embajador en España (su padre, entonces Fiscal Federal de La Plata fue desaparecido en 1977), el diputado Carlos «Cuto» Moreno y supieron por primera vez del militante Carlos Kunkel.
Una abogada que en 1979 compartió el Pensionado María Auxiliadora en La Plata con María Cristina Kirchner, la desconocida hermana menor de Néstor y Alicia, contó a Perfil.com que a mediados de ese año María Cristina «Macri» Kirchner le confió que la novia de su hermano, Cristina Elisabet, «le faltaban varias materias para terminar la carrera, lo dijo en plural».
Según relató la letrada a este portal, la hermana menor de Néstor Kirchner -mientras estudiaba Bioquímica- le contó que «Cristina no tenía ganas de terminar su carrera y fue su hermana Giselle la que insistió para que culminara los estudios». ¿Y cómo hizo la Jefa de Estado para terminar Abogacía el 1 de octubre de 1979 si para mediados de ese año «le faltaban materias»?
«No es imposible, pero es muy raro que haya aprobado todas esas asignaturas en tan poco tiempo», estimó la fuente, quien pidió mantener su nombre en resguardo para no dañar su «buena relación» con «Macri».
Al parecer, Cristina habría viajado varias veces desde Río Gallegos a La Plata entre 1977 y 1979 -en el medio nació Máximo Kirchner- para rendir las asignaturas que adeudaba. No obstante, la ex compañera de «Macri» aseguró que la menor de los Kirchner en el pensionado nunca habló de los viajes de Cristina para dar los exámenes. Al igual que el título, la matrícula y el exponencial crecimiento de su fortuna, se trata de informaciones que la Presidenta nunca aclaró hasta el día de hoy.
Más evidencias:
1. No está inscripta en el colegio público de Abogados
Cristina «no está inscripta en el colegio público de Abogados de la Capital Federal ni en ningún Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires. En Río Gallegos, si bien no existe Colegio de Abogados, debería haberse inscripto en el Tribunal Superior de Justicia, lo cual no ha hecho jamás.
2. No está inscripta como abogada responsablemente autónoma ni como monotributista
No está inscripta como abogada responsablemente autónoma ni como monotributista, por lo que jamás pudo haber facturado en la profesión. Sólo aparece inscripta supuestamente como abogada en la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia bajo el Tomo 57 y el Folio 322, lo cual tampoco es muy claro, ya que nunca ejerció en dicho lugar».
3. Datos falsos
En la página del Colegio Público de Abogados de esa localidad, se podrá ver que el dato es falso.
Por las dudas, consultamos en su momento para saber si alguna vez Cristina Kirchner había sido registrada allí como abogada y por algún motivo su nombre fue luego retirado de la lista. La respuesta fue concluyente: no, nunca estuvo anotada.
Se rastreo en Comodoro Rivadavia a través de la consulta a otros estudios jurídicos y/o supuestos clientes que podría haber atendido. Toda pesquisa dio negativo.
Entonces, ¿a quién corresponde el tomo y folio que se arroga Cristina? Corresponde a una abogada de esa zona llamada Silvina García, dato sencillo de verificar por cualquiera que consulte al Colegio Público de esa localidad. No es la única falsificación que se llevó adelante para intentar cubrir la falta de titulación de Cristina.
4. Ficha falsa de entrega de título
También se «truchó» la supuesta ficha de entrega de título de la Universidad de La Plata, tal cual puede verse a continuación.
Amén de que la fecha de pago y «remision al caligrafo» que muestra el documento es de un día feriado —12 de octubre—, donde no funcionaron las oficinas administrativas de esa casa de estudios, claramente se observa cómo se han borroneado los datos de su verdadero titular, Valentín Olmos, y se pusieron encima los de la hoy Presidenta de la Nación.
La fecha de nacimiento está claramente escrita sobre otra anterior (19 de Febrero de 1953 es la fecha de nacimiento de CK pero abajo se ve borroneado un 10 de Agosto de 1989) y la matrícula que es el DNI de la Primera Dama está tipeada sobre otro número matrícula, que también está claramente borroneada.
Para poder probar la adulteración del documento debimos contratar —y costear— un perito calígrafo, quien no dejó de sorprenderse por lo burdo del “truchaje”.
¿Tan complicado era averiguar a quién pertenece la matrícula que se arroga la Presidenta? Para nada, solo hay que dirigirse a la calle Juan Monje Ortega 2839, en la provincia de Salta y hablar con el propio Olmos quien confirmará la adulteración de la que fue víctima.
6. No hay constancia de existencia de ningún titulo
Como puede verse, el fraude es totalmente verificable. Lamentablemente, la única persona que podría desactivarlo es Cristina Kirchner mostrando su título o certificado analítico, cosa que jamás hará porque carece de ambos elementos.
Y allí aparece una duda esencial: ¿Nadie se preguntó por qué una persona como ella, que gusta ostentar como pocos, jamás hizo lo que haría cualquier abogado: colgar su título en una pared?
Las fuentes que consultamos los colegas que nos abocamos a investigar la supuesta titulación de Cristina fueron más de 30. Algunas hablaron a micrófono abierto y otras no se animaron, pero todos admitieron sus dudas respecto a que la hoy mandataria tenga un título profesional.
El ex vicegobernador de Santa Cruz, Eduardo Arnold; el abogado Domingo Zárate —ex socio de Néstor—; el periodista Daniel Gatti; el abogado Rafael Flores, el referente radical Jorge Vanossi, y muchos otros, son los que desconfían de Cristina. Este último fue incluso profesor de la Presidenta en la Universidad de La Plata y jura no recordar que se haya recibido. ¿Hace falta más evidencia?
Las dudas se acumulan sin cesar y empiezan a incomodar al poder. Por caso, ¿por qué la Universidad de La Plata insiste en no dar copias del analítico de Cristina o su diploma? Una veintena de veces pedimos copia de ambos documentos, pero la Facultad siempre se negó a entregarlos. Eso sí, una fuente de esa casa de estudios admitió en una de esas oportunidades que no existía ni título ni analítico. Esa grabación se presentó como prueba en el juicio iniciado por Christian Sanz junto al abogado Fabián Bergenfeld.
Perfil.com fue víctima de la misma negativa por parte de esa facultad: «Esta semana este portal solicitó a la UNLP que le brindara otro documento o listado de egresados donde figurara la Presidenta, pero se lo negaron». Tampoco quiso «colaborar» con la investigación el Ministerio de Educación, como se ve en el siguiente documento:
En la nota de perfil aparece un dato revelador: «Una abogada que en 1979 compartió el Pensionado María Auxiliadora en La Plata con María Cristina Kirchner, la desconocida hermana menor de Néstor y Alicia, contó a Perfil.com que a mediados de ese año María Cristina ‘Macri’ Kirchner le confió que la novia de su hermano, Cristina Elisabet, ‘le faltaban varias materias para terminar la carrera, lo dijo en plural'».
«No es imposible, pero es muy raro que haya aprobado todas esas asignaturas en tan poco tiempo», estimó la fuente, quien pidió mantener su nombre en resguardo para no dañar su «buena relación» con «Macri». Siempre de acuerdo a lo publicado por Perfil.com. http://www.perfil.com/contenidos/2007/10/01/noticia_0051.html
Para terminar, quiero aportar dos reflexiones: primero, la mayoría de las mentiras detectadas en torno a la titulación de Cristina provienen de afirmaciones del propio Gobierno; segundo, en 2007 ofrecimos desde TDP 10 mil dólares a quien pudiera aportar una foto de graduación de Cristina.
El plan de De Vido para conseguirle un título
A falta de un título genuino, Cristina se planifico conseguir un título «honoris causa» en la universidad más antigua del planeta, la de Bologna. Así al menos lo ha referido diario La Nación el sábado 21 de mayo de 2011, al asegurar que «el Gobierno ha ido a pedir un doctorado honoris causa para su jefa».
El autor de la movida sería Julio De Vido, «quien buscó el auxilio de Telecom Italia, propietaria de Telecom Argentina», según consigna el matutino.
Son interesantes los motivos que enumera La Nación a la hora de explicar semejante decisión oficial: «Los esfuerzos de Cristina Kirchner por envolver su gestión en una aureola intelectual son conocidos. Sus discursos siempre tienen una pretensión teórica, y ella misma, rodeada de ‘cuadros técnicos universitarios’, se define hegeliana.
Con la campaña, llegó la hora de conseguir un reconocimiento a ese aporte conceptual.»
Elocuencia aparte.
Febrero de 2013 – La escritora y periodista platense, Graciela Brunetti, se mete de lleno con uno de los grandes misterios de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, su título universitario. (Ahora es Nuestra la Ciudad):
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Cuarta parte de la entrevista en Ahora es Nuestra la Ciudad con la escritora y periodista Graciela Brunetti del 8 de febrero del 2013:
Concluyendo
En cualquier otro lugar del mundo, una trama como la relatada habría generado un escándalo de tal magnitud que hubiera puesto en jaque a cualquier gobernante de turno. En la Argentina, como siempre, ocurre todo lo contrario. Ni la sociedad, ni la política, ni la Justicia, parecen interesados en develar cuestiones de esta índole y gravedad.
Eso habla de la idiosincracia del argentino medio, pero sobre todo explica el por qué de la decadencia del país, donde ciertos ilícitos son bien vistos y permitidos en el marco de lo que se denomina «viveza criolla».
Dentro de esa denominación, se suele encuadrar como «picardías» a diversos actos ilícitos, muchos de los cuales no solo están reñidos con la ética y la moral,sino que se encuentran debidamente configurados en el Código Penal vernáculo.
¿Está bien hacer apología de lo ilegal, con el nombre que a ello se quiera denominar? ¿Es un buen ejemplo para las generaciones venideras?
Es una inevitable contradicción aplaudir esos cuestionables actos y al mismo tiempo protestar por la corrupción que corroe a la Argentina. En realidad, es lo que explica esa misma corrupción. Mal que le pese a quien le pese.