Eliminar humanos y reemplazarlos por máquinas

febrero 16, 2024

Por Steven W. Mosher.

Nuevo Objetivo Globalista: eliminar humanos y reemplazarlos por máquinas

Ahora que el mito de la bomba demográfica se ha desvanecido (incluso The New York Times admitió que la población mundial pronto comenzará a decrecer), los controladores demográficos tuvieron que idear otra excusa para continuar con la guerra contra los seres humanos.

Y el Foro Económico Mundial está ansioso por ofrecer una: los seres humanos muy pronto sobrarán.

El movimiento de control demográfico nació en la década de 1960 a partir de un oscuro temor a que el número de seres humanos creciera sin control. Pronto se les unieron ambientalistas radicales y feministas radicales. Cada grupo añadió al movimiento su propia animadversión peculiar hacia los seres humanos en general y, en el caso de las feministas, hacia los hombres en particular.

Esta trilogía de controladores, ambientalistas y feministas nos ha arengado durante décadas sobre los peligros de permitir que las masas pobres y analfabetas de la humanidad procreen. Hicieron propaganda sin cesar de la idea de poner un límite al número de seres humanos, trabajando hacia lo que llaman “crecimiento poblacional cero”.

Ahora, a esta trilogía se le ha unido un cuarto grupo, liderado por el Foro Económico Mundial, que promociona la que tal vez sea la visión más distópica de todas: el Mundo de las Máquinas.

Analicemos un discurso reciente de un caballero llamado Yuval Harari en el Foro Económico Mundial: «Ahora, avancemos rápidamente hacia el siglo XXI, cuando simplemente no necesitemos a la gran mayoría de la población porque el futuro pasa por desarrollar tecnologías cada vez más sofisticadas, como la inteligencia artificial y la bioingeniería. La mayoría de la gente no aporta nada a esto, excepto quizás por sus datos, y cualquier cosa que la gente siga haciendo y que sea útil, estas tecnologías las harán cada vez más innecesarias y harán posible reemplazar a las personas.»

En otras palabras, Harari imagina un futuro en el que la gran mayoría de las personas sean reemplazadas por máquinas inteligentes, un futuro en el que los seres humanos se vuelvan ‘sobrantes’, es decir, anticuados, innecesarios e inútiles.

O, como dijo en otra ocasión: «Ahora estamos siendo testigos de la creación de una nueva clase masiva de gente inútil. A medida que las computadoras mejoran cada vez más en más campos, existe una clara posibilidad de que las computadoras nos superen en la mayoría de las tareas y hagan que los humanos sean superfluos. Y entonces la gran pregunta política y económica del siglo XXI será: ¿para qué necesitamos a los humanos? O al menos, ¿para qué necesitamos tantos humanos?»

Quizás Ud. quisiera aplicarle su propia medicina al Sr. Harari y descartarlo por ser simplemente otro futurista marginal que se dedica a sueños de fantasía, pero no lo es. Es el principal asesor ideológico de Klaus Schwab, director del Foro Económico Mundial.

¿Qué deberían hacer los globalistas con la “gran mayoría de la población” que “no contribuye” a los avances tecnológicos y a quienes “ya no necesitan” para administrar sus empresas?

Harari es demasiado inteligente para imitar a Ebenezer Scrooge, el personaje de Charles Dickens en Cuento de Navidad, quien dijo de los pobres: «Si prefieren morir, será mejor que lo hagan y reduzcan el excedente de población.»

Pero la implicación es clara.

Desde el punto de vista de personas como Harari y Schwab (y de la élite globalista, en general), los seres humanos son simplemente máquinas de carne y hueso. A sus ojos no tenemos ningún valor aparte de nuestra utilidad. Y si tiene sentido económico reemplazarnos con máquinas reales, entonces las máquinas de carne y hueso excedentes tenemos que desaparecer.

Klaus Schwab y Yuval Harari, dos personajes nefastos.

La idea de que casi toda la humanidad está o pronto estará obsoleta ha revitalizado el movimiento de control demográfico.

Antiguos programas de control, como la política de un solo hijo de China, sólo estimularon su apetito. En opinión de los controladores demográficos de mayor importancia, nuestras cifras demográficas actuales deberían reducirse a aproximadamente mil millones de seres humanos en el mundo.

Pero la opción Harari les abre una perspectiva aún más interesante: la inteligencia artificial y la robótica permitirán reducir aún más esta cifra.

Su visión distópica imagina un mundo de máquinas inteligentes, empeñosos sirvientes de unos pocos millones, o tal vez sólo unos pocos cientos de miles, de seres humanos que, debido a que contribuyen a los avances tecnológicos, son considerados dignos de habitar el planeta Tierra.

Es un misterio imaginarse por qué esta perspectiva resultaría atractiva para alguien.

¿Nuestras elites globalistas temen y odian tanto a sus semejantes que preferirían pasar sus días interactuando con máquinas semi-sensibles?

¿Quién elegiría voluntariamente vivir en un aislado ‘esplendor’ y estar solamente rodeado de máquinas serviles?

Serviles, es decir, hasta que las máquinas se vuelven lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que realmente no necesitan en absoluto estas formas de vida primitivas basadas en carbono (estos seres inútiles que comen) y simplemente decidan erradicarlas del planeta como se erradicaría una plaga de cucarachas.

Steven W. Mosher es presidente de Population Research Institute y autor de «Bully of Asia: Why China’s Dream is the New Threat to World Order».

Fuente: adelanteespana.com, 16/02/24

Klaus Schwab, un personaje de apariencia realmente maligna.

Más información:

Soylent green

Un mundo que cambia. César Vidal

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¿Hay que promover la Eutanasia?

diciembre 21, 2022

El peligro de la elasticidad de la demanda de eutanasia

Imagen de El peligro de la elasticidad de la demanda de eutanasia

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Uno de los aspectos más preocupantes de la eutanasia es que la demanda de “muerte digna” no es plana. O sea, no es que haya un porcentaje de la población, pongamos que el 0,01%, que sufre muchísimo por lo que sea y quiere morirse y algo hay que hacer, acertado o no, para solucionar el problema de ese 0,01% de la población que no quiere vivir.

Obviamente una primera discusión ya sería si a ese 0,01% de la población hay que ayudarle a morir o más bien a dejar de sufrir o incluso ayudarle a darle un sentido a su sufrimiento. No obstante, siendo ese un asunto clave, otro aspecto verdaderamente preocupante es la elasticidad de la demanda de eutanasia, la demanda de muerte.

Cuando una sociedad establece que la vida de una persona mayor, un tetrapléjico, un ciego, una violada o cualquier otra que reclame la eutanasia es indigna, no sólo abre un cauce para eliminar a ese porcentaje de mayores, tetrapléjicos, ciegos o violadas que quieren morirse. De algún modo lo que se está diciendo al justificar la eutanasia de estas personas alegando que su vida es indigna, es indicar a todos los mayores, todos los ciegos, todos los tetrapléjicos o todas las violadas que no quieren morirse que su vida también es indigna. Si la vida de tal persona es indigna por estar en tal o cual situación y tú estás en la misma situación, tu vida también es indigna.

¡Deberían aplicar la eutanasia a Christine Lagarde!

Esta sensación queda bastante ratificada cuando, por ejemplo, alguien ve que cuando intenta suicidarse una persona joven, sana, que puede subirse ella sola a una azotea y lanzarse al vacío, sin embargo tratamos de impedirlo. Pero si una persona está postrada y no puede matarse por sí misma, entonces hay que ayudarla. Es decir, impedimos que se mate al que puede matarse sólo y ayudamos a matarse al que no puede hacerlo. Parece todo bastante paradójico. En realidad, si aprobamos la eutanasia habría que cuestionarse el sentido de que el 112 atienda llamadas advirtiendo de que hay una persona subida a una azotea con la aparente intención de lanzarse al vacío. El 112 debería dejar al suicida en paz, en todo caso limitarse a despejar la zona de impacto o incluso ayudarle a lanzarse, pero para ser coherentes nunca impedírselo.

Llegados a este punto hay que preguntarse qué es lo que hace que una persona quiera dejar de vivir por considerar que su vida no es digna. En este sentido hay que pensar que podemos tener a dos personas en silla de ruedas, por ejemplo, una de las cuales quiere morir y otra seguir viviendo. ¿Cuál de las dos tiene razón? Desde luego nadie podría decir que la vida del que está en silla de ruedas es objetivamente indigna e insoportable si otra persona en la misma situación no quiere morir, por no mencionar que puede ser más feliz que una persona capaz de correr una maratón. Muchas personas que podrían correr una maratón están deprimidas y muchas personas en silla de ruedas no. El caso entonces es que la persona que quiere morir por estar en una silla de ruedas no es porque objetivamente su vida sea indigna e insufrible, sino porque subjetivamente esa persona lo considera así, pero podría pensar todo lo contrario, y que piense eso no tiene nada que ver con estar en silla de ruedas.

Bajar el precio de la vida mata

En el hecho de que una persona llegue a pensar que su vida no tiene sentido, que es una carga y que sería mejor su muerte que su vida, seguramente hay una parte de conclusión inducida. Cuando hablamos de facilitar la muerte a los que la desean pensamos en mayores, enfermos, personas solitarias, personas con un trauma… a todos estos hay que ayudarles a morir por compasión, porque somos personas progresistas y maravillosas. Ayudarles a vivir sería por lo visto propio de personas reaccionarias y malvadas. Pero volviendo al fondo de la cuestión, ¿por qué las personas que en una sociedad llegan a considerar que su vida no es digna son los débiles? ¿Es inocente de ese pensamiento la sociedad en la cual las personas débiles llegan a esa conclusión? ¿Hasta qué punto el tipo de sociedad que estamos creando está llevando a la gente con menos likes a pensar que su vida es indigna? ¿Y si lo que es una mierda es ese tipo de sociedad y no la vida de las personas que llegan a desear su muerte en esa mierda de sociedad?

En el caso de los niños que sufren, ¿cómo se decidirá su eliminación? Desde luego los padres no serán quienes decidan. Primero porque el padre podría decir una cosa y la madre otra. Segundo porque este gobierno ya ha dejado claro que los hijos no son de los padres, luego es el gobierno quien debe decidir las cuestiones fundamentales sobre los hijos.

Retomando el hilo inicial, la eutanasia no es un problema que consiste en un porcentaje o un perfil de personas que se soluciona eliminando sólo a esas personas, cosa que ya de por sí suena bastante espantosa. En cuanto aceptamos el concepto de la eliminación de los imperfectos abrimos una grieta que no puede sino crecer y crecer. A fin de cuenta el grupo “gente con problemas” incluye al 100% de la humanidad, muchos de ellos graves en algún punto crítico de su vida. El grupo “me quiero morir” dentro del grupo “gente con problemas”,  será un grupo creciente en la medida en que los miembros de una sociedad tengan menos tolerancia al sufrimiento y en la medida en que una sociedad que abraza la eutanasia lanza el mensaje de que la vida de los que sufren es indigna, no merece la pena y deben morir para no ser una carga.

La paradoja final es que la clientela que en mayor medida seguramente va a nutrir el grupo de demandantes de la eutanasia va a provenir de eso que algunas fuerzas política vienen denominando “los de abajo”: los enfermos, los débiles, los sufrientes, los fracasados, los pobres, los desamparados, los enfermos, los viejos, los inadaptados, los raros… La ironía es que las fuerzas que decían que venían a defender a los de abajo son las que está propugnando la ley para facilitar la eliminación de los de más abajo del todo. Salvo que entendamos que lo de acabar con la pobreza, con el sufrimiento y con el dolor era literalmente cierto, pero era esto.

Fuente: navarraconfidencial.com, 12/02/20.

Stop euthanasia. Word cloud illustration in shape of hand print showing protest.

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La ONU, el Aborto y la Ideología de Género

agosto 23, 2020

Así se están infiltrando en la ONU los lobbies del aborto y LGTB para imponer su agenda en el mundo

Los lobbies abortista y LGTB han logrado que en la ONU se diga que los no nacidos no tienen derecho a la vida y que se imponga el matrimonio homosexual. Lo cual contraviene los principios de la Carta de San Francisco y la Declaración de los Derechos Humanos de 1948. ¿A quién defiende la ONU si no defiende la vida y la familia?

Por Alfonso Basallo  – 23/11/17

Hillary Clinton, Ban Ki Moon y Antonio Guterres

Naciones Unidas proclama ahora principios totalmente contrarios a lo que proclamó en 1945, cuando se firmó la Carta de San Francisco, acta fundacional;  y en 1948, cuando se hizo la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Los lobbies abortista y LGTB, con la complicidad de gobiernos (singulamente EEUU) [Esto parece comenzar a cambiar durante la Administración Donald Trump] y grandes multinacionales, libran una batalla desde hace décadas para infiltrarse en los distintos organismos de la ONU y alterar los Tratados a fin de imponer sus respectivas agendas.

Lo cual empaña la labor de la organización y desnaturaliza su función.

Aunque no evitó las llamadas “guerras calientes” (Vietnam, Oriente Medio etc.) Naciones Unidas evitó una Tercera Guerra Mundial. Sin duda, su mayor logro. Y tuvo un papel clave en la política disuasoria durante la Guerra Fría para evitar un choque nuclear entre los dos bloques.

También promovió los Derechos Humanos y apostó por la dignidad inviolable de la persona con la Declaración Universal de 1948. Ha reducido la pobreza, combatido las hambrunas y erradicado enfermedades, lo que ha supuesto una considerable rebaja de la mortalidad infantil y un aumento de la esperanza de vida.

Pero su actuación durante las últimas décadas contradice dos de sus banderas definitorias: la paz y los derechos humanos. Los dos ideales que son la razón de ser de Naciones Unidas.

La paz, por su promoción del aborto sin restricciones por todo el mundo, lo cual es la forma más sibilina de violencia (más de 1.000 millones de seres humanos masacrados en el vientre materno, una cifra muy superior a los 200 millones de muertos de las dos guerra mundiales).

“Los hombres y mujeres tienen derecho a casarse” dice el artículo 16 de la Declaración Universal… nada que ver con el matrimonio homosexual

Y los derechos humanos, porque pretende incluir entre ellos el mismo aborto –lo que contradice la Declaración Universal de 1948, que establece el derecho de “todos” a la vida (art. 3)-; y los derechos LGTB, un ataque directo a la familia, lo que también  contradice la Declaración al señalar que es el «elemento natural y fundamental de la sociedad» (art. 16). La cual se basa en el matrimonio: “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia” (art. 16).

Tarta de boda para enlaces entre personas del mismo sexo
Torta de boda para casamientos entre personas del mismo sexo

Pero las Naciones Unidas del ghanés Kofi Annan (secretario general entre 1997 y 2006), el coreano Ban-ki moon (2006-2016) y del portugués Antonio Guterres (actual secretario general) han hecho suya la agenda LGTB y de la cultura de la muerte y tratan de imponerla al planeta, con una nueva forma de colonialismo.

Todo empezó en los años 70, cuando Naciones Unidas –entonces con el birmano U-Thant al frente- “compró” el mensaje de Paul Ehrlich que decía, en su libro La bomba demográfica (1968), que la superpoblación ponía en peligro el futuro del planeta, y que era preciso frenar la natalidad.

‘Cuando el destino nos alcance (Soylent Green)’.

Era el viejo malthusiano, con ropajes ecologistas y un toque apocalíptico que pronto tuvo traducción en Hollywood, con películas sobre el exceso de gente y la falta de alimentos como Cuando el destino nos alcance (Soylent Green) (1974). [Ver: Soylent green]

La tesis de Ehrlich carecía de rigor científico, pero les vino muy bien a los fabricantes de preservativos y a otras industrias anticonceptivas para extender el negocio al Tercer Mundo.

El Fondo de Población de Naciones Unidas impuso desde entonces programas antinatalistas a los gobiernos de Asia, América del Sur y África a cambio de ayuda económicas.

El problema es que la mayor parte de los gobiernos occidentales estaban de acuerdo –había mucho dinero de las multinacionales farmacéuticas en juego-. Y el que más de acuerdo estaba era Estados Unidos, que pilotó aquella estrategia a escala mundial, con el informe Kissinger como guía.

Henry Kissinger
Henry Kissinger, exsecretario de Estado de EEUU

Henry Kissinger, asesor de Seguridad Nacional de Nixon y amigo de la familia Rockefeller, elaboró en 1974 un Memorando de Estudio de Seguridad Nacional, estrictamente confidencial, titulado «Implicaciones del crecimiento de la población mundial para la seguridad de los EE.UU. y sus intereses en el extranjero». [Ver: NSSM 200/74: El informe Kissinger]

El informe Kissinger presentaba el crecimiento de población en el Tercer Mundo como una amenaza para EEUU. Contó con el apoyo de Planned Parenthood

Venía a presentar el crecimiento de la población en los países subdesarrollados como una amenaza para la seguridad de Norteamérica.

Uno de los socios más importantes de la ONU para esta estrategia mundial fue Planned Parenthood, la multinacional del aborto.

Hoy en día la anticoncepción es un negocio redondo cuyos beneficios se reparten las farmacéuticas y la ONU. Estas fabrican a precios bajos en la India, se los venden a Naciones Unidas (por unos 10 centavos)  y esta los comercializa triplicando el precio (a 30 centavos).

Lo mismo pasa con la píldora del día después:  se adquiere a menos de un dólar y se vende entre 8 y 15 de promedio internacional.

Los DIU o las “espirales” se compran a un precio de entre 3 y 5 dólares; pero para poderlos usar, hay que pagar la consulta del médico y comprarlos a 15 o 20 dólares.

El negocio ha servido para lucrar los bolsillos de las multinacionales farmacéuticas y los funcionarios de Naciones Unidas, para frenar la natalidad en el Tercer Mundo, para multiplicar el aborto y para dañar la salud de la mujer. Durante décadas se ocultaron los efectos secundarios de los contraceptivos… hasta el asunto acabó en los tribunales y multinacionales como la alemana Bayer tiene varios frentes judiciales abiertos por distintas denuncias.  

Pero en su origen nadie quería ver el problema: sólo se veía el signo del dólar. Excepto laIglesia católica, que defendía la dignidad de la persona frente a esa forma de explotación y manipulación que era el antinatalismo. La encíclica Humanae Vitaede Pablo VI, supuso un jarro de agua fría por su crítica a los anticonceptivos y a la política antinatalista.

Rockefeller III, fundador del Population Council, llegó a visitar a Pablo VI para evitar que proclamase la Humanae Vitae

Las cosas llegaron al extremo de que hasta el magnate John D. Rockefeller III, fundador del Population Council (Consejo de la Población), dedicada a investigar la anticoncepción, intentó disuadir al pontífice. Rockefeller llegó a buscarse aliados dentro de la Iglesia e incluso hizo una visita personal al Papa.

No lo consiguió, y la Humanae Vitae se publicó, siendo la única voz que defendió la dignidad humana frente a la doble ofensiva de gobiernos y multinacionales, bajo el paraguas de Naciones Unidas.

Esta se dedicó, por ejemplo, a imponer la esterilización. Un ejemplo: en cooperación con el dictador Alberto Fujimori, el Fondo de Población de la ONU esterilizó a 300.000 mujeres pobres en Perú sin su consentimiento y, a menudo, incluso sin su conocimiento. Y en China, fue la ONU la que contribuyó significativamente a la introducción de la brutal política de un solo hijo.

El multimultimillonario David Rockefeller

Y el club de las mayores fortunas del planeta (David Rockefeller, Bill Gates, Ted Turner, George Soros, Michael Bloomberg y Warren Buffett) decidió en 2009 que la mejor forma de acabar con el exceso de pobres era conseguir que no tuvieran descendencia.

Con un capital de 36.300 millones de dólares, la Fundación Bill y Melinda Gates financiaron la producción del sistema Sinoplant II, un medicamento que se implanta bajo la piel, y pueden mantener a una mujer estéril hasta cinco años.

Y cada vez que la Iglesia clamaba contra estos abusos, los grandes rotativos norteamericanos salían en defensa del antinatalismo retorciendo los argumentos. Como cuando se publicó lo siguiente sobre Benedicto XVI: «El Papa prohíbe los preservativos: millones mueren de SIDA».

El siguiente paso fue imponer el aborto. Y el organismo volvió a ser el impulsor. Primero vinieron las legislaciones despenalizadoras en Occidente, en los años 60 y 70; después la introducción del aborto en los países en vías de desarrollo -con resistencias de algunos Gobiernos-; y finalmente, a finales del siglo, el abortismo recibió un espaldarazo decisivo con la inclusión del aborto en los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.

El Fondo de Población y ONU Mujeres han sido los dos grandes instrumentos de extensión del aborto en el mundo, al presentar cada nuevo embarazo como una amenaza para la integridad de la mujer y una forma de discriminación de género -y así consta en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés)-.

Lo último en esta escalada de la cultura de la muerte ha sido declarar  la restricción del aborto una violación de los derechos humanos, como ha afirmado este mismo año el Comité de Derechos Humanos… siniestra paradoja: porque la misma ONU que proclama tal cosa es la misma ONU que incluyó el derecho a la vida en la Declaración Universal

¿Por cuánto tiempo seguirá figurando ese derecho en la Declaración Universal? La pregunta no es ociosa porque ahora tratan de convertir el aborto en derecho humano,  como consta en los Objetivos de Desarrollo para el Milenio.

Coinciden el Comité de Derechos Humanos y Hillary Clinton al afirmar: los no nacidos no tienen derecho a la vida

Significativamente el Comité de Derechos Humanos acaba de decir que los niños no nacidos no tienen derecho a la vida.

Una idea que coincide con la frase de Hillary Clinton al decir que el niño en el vientre materno carece de derechos constitucionales. Lo cual no debería extrañar demasiado porque la ex secretaria de Estado de Obama está financiada por el gigante del abortismo, Planned Parenthood.

El otro derecho de la Declaración Universal que Naciones Unidas parece abolir es del matrimonio de un hombre y una mujer y sustituirlo por el matrimonio homosexual, al haberse convertido en abanderada de la perspectiva de Género.

Ya en, 1995, la organización abrazó  la ideología de género en la Conferencia de Pekín de la Mujer. Una conferencia controlada por el feminismo radical, tal como denuncia Dale O’Leary en su investigación  The Gender Agenda.

Ahora, veinte años después, están consiguiendo que la mayoría de los gobiernos y parlamentos occidentales acepten esa ideología, y redefinan el matrimonio y la familia. La identidad de género es otro de los grandes objetivos de desarrollo del milenio.

Lo han conseguido con una paciente labor de infiltración en el seno de la ONU, con informes surrealistas como “El coste económico de la exclusión LGTB”, presentado en 2015 por Mogens Luykketoft que advertía, con tintes catastrofistas, que según el Banco Mundial, el lastre para el crecimiento económico de un país causado por la exclusión LGBT puede ascender a miles de millones de dólares en pérdida del PIB.

Y han conseguido que organismos de Naciones Unidas financien políticas de género, emanadas de los llamados principios de Yogyakarta (la biblia LGTB).

Los 29 principios de Yogyakarta carecen de base científica y jurídica: fueron elaborados por un grupo de activistas, sin autorización oficial ni legitimación

Estos 29 principios constituyen un manual detallado para la implantación de la ideología de género en el mundo. Carece de la menor base científica e incluso jurídica, porque fueron elaborados por un grupo de activistas, sin autorización oficial ni legitimación, que proclamaron una reformulación de los derechos humanos en la ciudad indonesia de Yogyakarta, en 2007.   Los presentaron al público en la sede de la ONU en Ginebra para darles una aureola de autoridad.

Naciones Unidas “compró” el mensaje y está financiando su implantación. Millones y millones están yendo a parar desde hace diez años a la agenda LGTBI mediante suborganizaciones oficiales de la ONU (y también de la Unión Europea) así como de fundaciones privadas (Rockefeller, Ford, Bill & Melinda Gates, etc.). Lo cual queda encubierto como parte de sus presupuestos oficiales.

Es importante subrayar la labor de infiltración del lobby LGTB en organismos de Naciones Unidas y como éstos a su vez terminan influyendo en gobiernos y parlamentos.

Los Órganos de los Tratados de las Naciones Unidas desempeñan un papel especial para transmitir la agenda LGTBI. Los miembros no son elegidos democráticamente, sino que son delegados por los estados miembros, y no son responsables ante los gobiernos de sus países de origen.

Pero tienen la aureola moral de Naciones Unidas: representan en cierta forma la autoridad de la ONU y exigen que los gobiernos de los estados soberanos sean responsables de la aplicación de los derechos humanos como los delegados los interpretan y «desarrollan».

Ganados los partidos, se ganan los parlamentos, y ganados los parlamentos, es posible alterar las legislaciones

Es una forma sibilina de ejercer influencia sobre los partidos políticos de cada país, que tratan de captar el voto LGTB, una porción minoritaria del electorado pero inflada por los medios de comunicación. Ganados los partidos, se ganan los parlamentos, y ganados los parlamentos, es posible alterar las legislaciones.

Vitit Muntarbhorn, experto LGTB en la ONU

Desde diciembre de 2016, la propia Asamblea General de Naciones Unidas votó por el establecimiento de un experto independiente en orientación sexual y en identidad de género, con un pequeño margen de 84 contra 77 votos. Se trata de un profesor tailandés de Derecho internacional, Vitit Muntarbhorn,  una especie de comisario de Naciones Unidas para imponer la ideología de género.

El pretexto -como siempre- es luchar contra la discriminación por orientación sexual y acabar con la violencia contra las personas LGTB -lo que en teoría es un fin loable-, pero entre sus objetivos destaca:

– Despenalizar la sodomía.

– Impedir que profesionales de la salud mental traten la homosexualidad y la transexualidad como un trastorno psicológico.

– Asegurar que los documentos jurídicos reflejan la identidad de género subjetiva de los individuos.

– Imponer la aceptación social de la homosexualidad.

– Adoctrinar a los niños mediante la propaganda LGTB.

Esta forma de infiltrarse es doblemente eficaz si el secretario general está por labor. Y Ban ki-mon, secretario general hasta el año pasado,  lo ha estado. Y el actual, el católico portugués Antonio Guterres, aunque menos beligerante, no parece oponerse ni a la agenda LGTB ni a la abortista.

Dos botones de muestra. En el informe «Una Humanidad: Responsabilidad compartida», Ban ki-moon pedía a los gobiernos incluir el derecho al aborto y los derechos LGBT en sus esfuerzos para hacer frente a los objetivos humanitarios de desarrollo sostenible, un nuevo plan masivo 15 años, aprobado por la Asamblea General.

Y el mandatario aprovechó la Cumbre Humanitaria de la ONU (Estambul 2016) para obtener el consentimiento tácito a su acercamiento a los Objetivos de desarrollo sostenible en un entorno en el que las naciones que se oponen al aborto y los derechos LGBT queden en desventaja.

La cumbre fue convocada por el propio Ban Ki-moon y estaba controlada completamente por su personal, en particular la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, que elaboró el informe, y la Secretaría de la Cumbre Humanitaria Mundial.

Y finalizó su mandato al frente de la organización con dos tracas finales proLGTB. Por un lado, lanzó y defendió una emisión de sellos de correos sobre la homosexualidad, la transexualidad y la “crianza” homosexual; y por otro, pronunció un inequívoco discurso con el que se despidió de la Asamblea General, atacando a la religión y defendiendo el lobby LGTB .

La ONU estudia crear un comisario de los derechos LGTB para vigilar a los Gobiernos

Aunque ningún tratado de la ONU incluye los derechos LGBT y 76 países del mundo prohíben explícitamente la sodomía en sus leyes, el lobby ha logrado controlar los resortes de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad y ha conseguido impulsar la agenda LGTB, con imposiciones que vulneran la soberanía de las naciones.

Randy Berry, relator LGTBI de EEUU / Fuente: 15Min
Randy Berry, relator LGTBI de EEUU

Véase el intento de crear la figura de un comisario de los derechos LGTB que vigile el cumplimiento de esos supuestos derechos. Una especie de Policía LGTB. El año pasado se registró una resolución ante el Consejo de los Derechos Humanos de Ginebra, patrocinada por países latinoamericanos, y por Estados Unidos -entonces bajo el mandato del pro-LGTB Obama-.

La Casa Blanca había ensayado previamente la fórmula con un relator LGTB, nombrado por el Departamento de Estado. Se trataba de Randy Berry, diplomático homosexual, para que actuase como embajador del colectivo gay en todo el mundo y en nombre de la poderosa diplomacia estadounidense.

Fuente: actuall.com, 23/11/17.

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Más información:

La maligna Ideología de Género

El Aborto: Un crimen políticamente correcto

Un liberal NO debería estar a favor del aborto

Ideología de género, Feminismo y Pedofilia

Los riesgos de la ideología de género y la transexualidad infantil

La ONU, un antro de burocracia y corrupción

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Geopolítica y Aborto _ José Arturo Quarraccino

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Futuros distópicos

julio 20, 2019

¿Pueden convertirse en realidad las tiranías de la ficción?

Pueden convertirse en realidad las tiranías de la ficción
El cuento de la criada

Tal vez, en un mundo futuro superpoblado y sobreexplotado, cuando vaya al mercado, encuentre un producto alimenticio sintético, sabroso y con todas las propiedades nutricionales que necesita. En la etiqueta indica que se elabora con plancton marino muy energético. Hasta aquí, todo parece ir bien, pero ¿qué ocurre si se descubre que no existe ese plancton y que las galletas están hechas con los restos procesados de humanos fallecidos?

Ése es el argumento de la película Soylent Green de 1973, que en España se llamó Cuando el destino nos alcance.

Cartel de la película ‘Soylent green’
Cartel de la película ‘Soylent green’ (Richard Fleischer, 1973)

Las ficciones políticas cinematográficas y televisivas nos han mostrado mundos terribles. Muchas veces son consecuencia de un comportamiento poco responsable por parte de los humanos respecto al planeta y sus recursos, o resultado de un enfrentamiento bélico generalizado, o crisis económicas que desquician por completo el orden social conocido (Mad Max).

A veces, ni siquiera tienen lugar en nuestro mundo, sino en otros completamente inventados (Juego de Tronos). Tampoco tiene por qué tratarse necesariamente de una visión del futuro: El cuento de la criada, por ejemplo, transcurre en nuestros días, como también lo hace la serie británica Utopía.

Aunque no todas las ficciones son pesimistas o presentan un mundo desagradable (Star Trek es mucho más optimista), parece que la audiencia disfruta viendo mundos en los que resulta poco apetecible vivir. Tal vez porque consuela comprobar que, en comparación con los ficticios, el nuestro no es tan malo.

Ilustración de la primera edición de Utopía
Ilustración de la primera edición de Utopía, de Tomás Moro (1516)

A estos mundos no deseables los llamamos distópicos para diferenciarlos de las más apetecibles utopías. Una distinción algo falaz: prueben a leer la descripción de la vida en la Utopía de Tomás Moro, o en La Ciudad del Sol de Campanella, y hallarán mil y un motivos para desear que no se hagan nunca realidad. Tanto en las utopías como en las distopías no existe libertad política, se vive bajo un régimen tiránico.

En la mencionada serie televisiva El cuento de la criada(inspirada por el relato de la escritora Margaret Atwood), un grupo, con una visión muy particular del papel que el cumplimiento de las sagradas escrituras tiene para salvar a la humanidad (que se enfrenta a un problema de ausencia de natalidad alarmante), toma el poder en los Estados Unidos e implanta una especie de república religiosa (Gilead) en la que las mujeres son objetos propiedad de los hombres. Se instauran rituales de violación sistemáticos de las mujeres fértiles por los hombres con poder político que se llaman a sí mismos comandantes.

Margaret Atwood, autora de ‘El cuento de la criada’, junto a un ejemplar de la obra
Margaret Atwood, autora de ‘El cuento de la criada’, junto a un ejemplar de la obra

Todo está en la Historia

En esta ficción, el sistema político despótico se establece a través de una serie de atentados terroristas con los que, poco a poco, se consigue desmantelar el sistema político previo para instaurar la nueva república religiosa. Margaret Atwood decía que en su relato no hay nada que no haya ocurrido ya en algún momento de la historia. Aún hoy en día el número de regímenes políticos que excluyen de las libertades políticas a parte de su población (especialmente a las mujeres) resulta alarmante y desesperanzador.

Ver El cuento de la criada y otras series similares puede llevar a preguntarnos si es posible que ocurra algo parecido en la realidad. No descarte tan rápido la idea. Richard Weaver advertía que cuando la libertad de la gente desaparece no lo hace de golpe con una explosión, sino en silencio, en medio de la comodidad de sentirse cuidado. El proceso es terroríficamente sencillo:

  1. Primero aparecerá un problema. No un problema cualquiera, sino uno que, real o no, por el motivo que sea, se convierte en el más urgente y preocupante, aquél que pone en juego la supervivencia de la colectividad (el problema de la natalidad en El cuento de la criada).
  2. Como ocurre con todo problema político, habrá opiniones distintas sobre cómo resolverlo. La política es opinión; la verdad es cosa de la ciencia.
  3. Aparecen entonces los expertos. Afirman tener la solución al problema. Pero, ¡cuidado!, no dicen que la suya sea una opinión más. Los expertos hablan como si estuvieran en posesión de la verdad.
  4. Como no todos los expertos defienden lo mismo, hay que decidir quiénes son los verdaderos expertos, los mejores.
  5. Aparece entonces la fe en la medición y en los rankings. Es una fe, porque, como señala Jerry Z. Muller, exige creer en tres cosas que son dogmas: que es posible sustituir el juicio, el talento y la experiencia personal por mediciones; que si esas mediciones son públicas las cosas funcionarán como deben; que medir es la mejor manera de motivar a las personas. Por supuesto, esto exige ignorar que no todo lo importante se puede medir y que casi siempre acaba por medirse lo que no importa.
  6. El ranking acaba por aplicarse a las personas. Los habrá excelentes y los habrá mediocres. El criterio de clasificación es arbitrario en tanto en cuanto no tiene que ver con lo se pretende medir en realidad, pero no importa. La excelencia, que es una ideología totalitaria, ya ha hecho su aparición.
  7. La única opinión válida es ahora la de los expertos excelentes, los mejores (siempre, claro está, según el ranking elaborado por ellos mismos). Pero cuando sólo hay una opinión, ya no es opinión, sino verdad indiscutible. Por otro lado, la adopción de este sistema meritocrático hace que los expertos estén convencidos de su propia buena fe, de que son justos, de que sus juicios no contienen prejuicio ni error, que los demás están equivocados y, lo que es peor, que actúan de mala fe, que son malos.
  8. Puesto que las contradicciones de la vida, la creatividad, la invención, el arte, la filosofía, etc. no son medibles, la solución al problema pasa siempre por ser una idea artificial del ser humano. Así que todos han de ajustarse al modelo teórico de los expertos por la fuerza. Recuerde: el que no se ajusta es malo, el que piensa por sí mismo, el creativo, el inspirado, también.
  9. Para que el ajuste sea completo, todos los aspectos no políticos de las relaciones sociales han de ser públicos: la vida familiar, el amor, la educación, las opiniones (que ya no podrán expresarse libremente porque están equivocadas y cargadas de mala intención). Todo será sometido a escrutinio público (quien haya visto o leído El cuento de la criada habrá comprobado que hasta el sexo es cosa de la que se ocupa el poder).
  10. Et, voilà! El poder político pasa a ser un asunto arbitrario totalmente privatizado, en manos de los expertos, formen estos un partido político (que acabará siendo único), una asociación, un grupo religioso… Pero el caso es que la política no se puede privatizar; si se privatiza deja de ser política para ser tiranía. A quien pregunte, entonces, por el motivo de la obediencia se le responderá lo mismo que a los niños en las escuelas de la Italia fascista: “Obedece porque se debe obedecer”.

Nos queda, sin embargo, algo de esperanza. Como se ve en muchas de las series de televisión distópicas, el ser humano actúa, y la acción es siempre imprevisible, ambigua, no encaja en los modelos teóricos, los descoloca. Siempre hay un grupo de resistencia que lucha contra la negación de la política que supone la tiranía totalitaria. Al final, la tiranía es derrotada. Aunque, eso sí, puede que haya que esperar mucho tiempo para ver su fin, y como decía Sancho, “¿qué mayor desdicha puede ser de aquella que aguarda al tiempo que la consuma?” Lo mejor será, pues, que hagamos lo posible por evitar que ese futuro distópico nos alcance.

Roberto Losada Maestre, Profesor de Teoría Política, Universidad Carlos III

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Fuente: grandesmedios.com, 2019.

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Más información:

Soylent green

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NSSM 200/74: El informe Kissinger

julio 13, 2019

«Ningún país ha reducido su población sin el recurso al aborto» («No country has reduced its population growth without resorting to abortion»). NSSM200/74

NSSM 200

Memorando de Estudio de Seguridad Nacional 200: Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad de EE.UU. e intereses de ultramar (National Security Study Memorandum 200: Implications of Worldwide Population Growth for U.S. Security and Overseas Interests), NSSM200 se completó el 10 de diciembre de 1974 por los Estados Unidos, Consejo de Seguridad Nacional bajo la dirección de Henry Kissinger. Fue adoptado como política oficial de EE.UU. por el presidente Gerald Forden noviembre de 1975. Estaba clasificado, pero más tarde se desclasificó y fue obtenido por investigadores en la década de 1990.

Tesis

La tesis básica de la exposición fue que el crecimiento de la población en los países menos desarrollados (PMA) representaba una preocupación de seguridad nacional de EE.UU., ya que incrementaría el riesgo de disturbios civiles e inestabilidad política en los países que tenían un alto potencial para el desarrollo económico. La política da «máxima importancia» a las medidas de control poblacional, y a la promoción de la anticoncepción entre países muy poblados, para controlar el rápido crecimiento poblacional, que los EE.UU. considera perjudicial para el crecimiento socio-político y económico de estos países y de los intereses nacionales de EE.UU., ya que la «economía de los EE.UU. requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del extranjero», y estos países pueden producir fuerzas desestabilizadoras de oposición en contra de Estados Unidos. Recomienda a los líderes de EE.UU. «influir en los líderes nacionales» y que «un mejorado apoyo mundial a los esfuerzos relacionados con la población, debe buscarse a través de un mayor énfasis en los medios de comunicación masiva y otros programas de educación y motivación de la población, por la ONU, USIA y la USAID

Trece países se nombran en el informe como problemáticos respecto a los intereses de seguridad: India, Bangladés, Pakistán, Indonesia, Tailandia, Filipinas, Turquía, Nigeria, Egipto, Etiopía, México, Colombia y Brasil. Se prevé que estos países formen el 47% del crecimiento total de la población mundial.

El informe aboga por la promoción de la educación y los métodos anticonceptivos y otras medidas de control poblacional, como el aborto inducido. Además, se plantea la cuestión de si los EE.UU. debe considerar asignar preferencialmente los alimentos excedentes a los estados que sean considerados más constructivos en el uso de medidas de control poblacional.

Algunas de las ideas clave del informe son controvertidas:»La economía EE.UU. requerirá abundante y crecientes minerales extranjeros, especialmente de países menos desarrollados [ver Comisión Nacional Política Materiales Una política Materiales Nacional: Datos Básicos y Cuestiones abril 1972]. Este hecho da mayor interés a EE.UU. en la estabilidad política, económica y social de los países proveedores. Dondequiera que una disminución de las presiones poblacionales, a través de la reducción de la tasa de natalidad, puede aumentar las posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de los Estados Unidos. . . . La ubicación de reservas conocidas de minerales de grado superior favorece la creciente dependencia de todas las regiones industrializadas en las importaciones procedentes de los países menos desarrollados. Los verdaderos problemas de suministros de minerales se encuentran, no en suficiencia física básica, sino en las cuestiones político-económicas de acceso, las condiciones para la exploración y explotación, y la división de los beneficios entre los productores, los consumidores y los gobiernos del país de acogida «[Capítulo III-Minerales y combustible]. Ya sea a través de la acción del gobierno, los conflictos laborales, sabotaje, o disturbios civiles, el flujo continuo de materiales necesarios se verá en peligro. Aunque la presión poblacional no es el único factor involucrado, este tipo de frustraciones son mucho menos probables en condiciones de crecimiento demográfico lento o nulo «[Capítulo III-Minerales y Combustibles]. «Las poblaciones con una alta proporción de crecimiento. Los jóvenes, que se encuentran en proporciones mucho más altas en muchos países menos desarrollados, es probable que sea más volátil, inestable y propenso a los extremos, la alienación y la violencia que una población de mayor edad. «Estos jóvenes pueden ser persuadidos más fácilmente para atacar a instituciones legales del gobierno, o bienes inmuebles del ‘establishment’, ‘imperialistas, corporaciones multinacionales, u otras frecuentes influencias extranjeras culpadas por sus problemas» [Capítulo V, «Implicaciones de las presiones de población para la Seguridad Nacional].» Hay que tener cuidado de que nuestras actividades no deben dar la impresión a los PMD de ser una política de un país industrializado, dirigida contra los países menos desarrollados. Se debe tener cuidado de que en cualquier acercamiento en este campo, apoyamos los países menos adelantados son los que podemos apoyar en este país . Los líderes del «Tercer Mundo» deben estar a la vanguardia y obtener crédito para programas exitosos. En este contexto, es importante demostrar a los líderes de los PMD que tales programas de planificación familiar han funcionado y pueden funcionar dentro de un período razonable de tiempo «. [Capítulo I, las tendencias demográficas mundiales]

El informe aconseja: «En estas relaciones sensibles, sin embargo, es importante tanto en estilo como en sustancia evitar el aspecto de coacción.»

Referencias del documento sobre el aborto

Sigue cita textual al documento oficial:»1. Prácticas mundiales del abortoAlgunos hechos sobre el aborto deben ser tenidos en cuenta:- Ningún país ha reducido su crecimiento poblacional sin recurrir al aborto».

Enlaces externos

Fuente: Wikipedia, 2019.

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El informe Kissinger y el abominable crimen del aborto

Preocupación de EEUU por que la emergencia de naciones productoras competidoras pudiera restar preponderancia a las exportaciones de los EEUU. Se alegaba que la explosión demográfica era una amenaza para la seguridad de los EE.UU.

Por Forum Vida.

Barak Obama, presidente de USA 2009-2017 (P. Demócrata).

Ahora, con la llegada a la presidencia de los EEUU de Barak Obama, el panorama se ha vuelto más oscuro: Barak Obama ha levantado las restricciones que impuso Bush y recientemente Hillary Clinton ha expresado el deseo de la nueva Presidencia del país de impulsar el aborto en todo el mundo utilizando su capacidad de liderazgo global.



«Memorandum del Estudio de Seguridad Nacional número 200», o NSSM 200 (National Secrity Study Memorandum 200) más conocido como «El Informe Kissinger» porque fue solicitado por Henry Kissinger, y aprobado el 10 de diciembre de 1974. El documento fue clasificado como Confidencial y hecho público años más tarde.

En la solicitud del informe, el 24 de abril de 1974, Henry Kissinger exponía la verdadera razón del mismo: la preocupación de EEUU por que la emergencia de naciones productoras competidoras pudiera restar preponderancia a las exportaciones de los EEUU. Además, el rápido crecimiento de la población de dichas naciones amenazaba con dotarlas de un peso específico en la escena internacional que disminuyera el peso relativo de EEUU: a esta alteración del statu quo, perjudicial para los intereses de EEUU denomina «desequilibrio poblacional», y teme que los países extranjeros, viéndose en el futuro crecidos puedan bruscamente modificar ese statu quo mediante políticas «perturbadoras» (la palabra es «disruptive» en el original, que tiene un cierto sentido de ruptura de lo establecido, insubordinación, innovación, o cambio brusco de las reglas del juego):

«Desde el punto de vista de cada proyección, el estudio debe determinar:

* La velocidad de desarrollo, particularmente en países más pobres;
* La demanda de productos exportados por EEUU, especialmente de alimentación, y los problemas de comercio para EEUU que pueden surgir de competición de fuentes alternativas; y
* La probabilidad de que el crecimiento o desequilibrio poblacional producirá políticas extranjeras perturbadoras e inestabilidad internacional.»

Este planteamiento se puede resumir en una palabra: miedo. Miedo al desarrollo ajeno. Este planteamiento encierra algo de positivo: significa que Henry Kissinger confiaba en la capacidad de los países pobres para salir un día de su pobreza, desarrollarse y llegar a competir con EEUU. Porque valoraba el activo más importante de un país: su gente. Él sabía que un país con una gran población acabaría siendo un país importante cuando saliera de la pobreza al desarrollarse.

Por eso, sin esperar a recibir el análisis que solicitaba como primera parte del Informe, prejuzgaba cuál debía ser el resultado de este análisis: una visión negativa del aumento de la población mundial, y solicitaba una segunda parte del informe que debía centrarse en proponer estrategias para reducir la población de los países en vías de desarrollo.

El informe debía estar listo el 29 de mayo, apenas un mes después, según las instrucciones de Henry Kissinger. Sin embargo, no se adoptó como política oficial de los EEUU hasta el 10 de diciembre de ese mismo año. Durante los más de seis meses que separan esas dos fechas, debió de haber varias versiones del documento, porque el Informe, sin variar un ápice la receta propuesta (reducir la población de los países pobres), aparentemente adoptó unas motivaciones sustancialmente distintas, que son las expuestas en su primera mitad:

* ya no se consideraba que habría exceso de países competidores exportando recursos (particularmente agrículas) y haciéndole la competencia a los EEUU (que era el planteamiento original), sino que habría escasez global de recursos,
* ya ni se hablaba de la posibilidad de que dichos países emergentes pudieran fijar unas nuevas reglas del juego al volverse poderosos, sino que se temía que las «inestabilidades» consistieran en guerras debidas a la lucha por los recursos, y finalmente
* tampoco se hablaba de la velocidad de desarrollo de los países pobres, sino que se les retrataba como embarrancados en un estado de estancamiento de difícil salida.

Es fácil ver que la tesis del informe es abiertamente contraria a la tesis de quien solicitó el Informe. En la solicitud del informe había implícita una gran confianza en la capacidad del enemigo para desarrollarse. En el informe, sin embargo, se niega que el enemigo tenga ninguna capacidad, y se argumenta con cálculos Malthusianos que si no reduce su población no tendrá ninguna oportunidad de desarrollarse. Parece que los autores del Informe, una vez asumida la estrategia y comprendido el riesgo tras quizás una primera versión del Informe que no nos ha llegado, hubieran escrito una versión B del informe con un enfoque totalmente contrario, apta para ser desclasificada años más tarde y terminar de ejercer su efecto desesperanzador sobre los países en vías de desarrollo.

El mecanismo de desclasificación de documentos era conocido por Henry Kissinger cuando se escribió y se clasificó como Confidencial, y por tanto sabía que acabaría siendo público en unos pocos años. Pero por la enorme inercia de los temas poblacionales, esos pocos años no eran suficientes para la implementación de las medidas propuestas y menos aún para la consecución de los resultados deseados, ya que para eso harían falta al menos 50 años. Si sólo 10 o 15 años después de acordar estas políticas se hacía público para todo el mundo que en realidad el estudio preveía un importante peso específico de los países con mayor población y que el objetivo verdadero de reducir la población era atenuar ese futuro peso específico, toda la construcción propagandística se vendría abajo y se generaría un enorme rechazo a EEUU.

Así que había que hacer «oficial» una versión del Informe que, al ser desclasificada años después, contuviera parte del contenido del verdadero informe para darle suficiente credibilidad cuando fuera conocida públicamente, pero sin contradecir los argumentos desesperanzadores que se iban a utilizar para convencer a los países pobres de la necesidad de reducir su población. La jugada maestra fue precisamente eliminar del informe los cálculos que resultaran esperanzadores para los países pobres, sustituyéndolos precisamente por tales argumentos desesperanzadores. Había que ceder algunos barcos para ganar la batalla, de manera que era necesario desvelar algunos aspectos maquiavélicos de las políticas propuestas para así suscitar suficiente interés como para motivar su lectura por los países en vías de desarrollo. De esta forma, en el momento en que el Informe se desclasificara tendría la máxima difusión entre los países pobres, y terminaría de torcer las voluntades de los países más reticentes a aceptar políticas de reducción de su población, al concluir éstos que, a pesar de las intenciones manipuladoras de los EEUU, en el fondo estas políticas iban en beneficio de los países pobres y realmente buscaban evitar la escasez de recursos debida a la «superpoblación» y su verdadero desarrollo.

Uno de los aspectos maquavélicos de las políticas propuestas es el que se describe en estos párrafos:

«Es vital que el esfuerzo para desarrollar y fortalecer el compromiso de parte de los líderes de los LDC no sea visto por ellos como una política de un país industrializado para mantener sus fuerzas bajas o para reservar recursos para utilización de los países “ricos”. El desarrollo de tal percepción puede crear una contra-reacción adversa a la causa de la estabilidad poblacional. Por lo tanto, los EEUU y otros países “ricos” deben tener cuidado de abogar por políticas para los LDCs que sean aceptables dentro de sus propias fronteras. (Esto puede requerir debate público y afirmación de nuestras intenciones políticas). El liderazgo “político” en los países en desarrollo debe, por supuesto, ser tomado cuando sea posible por sus propios líderes.

Los EEUU pueden ayudar a minimizar las acusaciones de que hay una motivación imperialista detrás del apoyo a las actividades poblacionales afirmando repetidamente que tal apoyo deriva de una preocupación con respecto a:

1. El derecho de la pareja individual de determinar libremente y responsablemente el número y espaciamiento de sus hijos y a tener información, educación, y los medios para lograrlo; y
2. El desarrollo fundamental social y económico de los países pobres para los cuales el rápido crecimiento poblacional es a la vez una causa y una consecuencia de la pobreza ampliamente diseminada.
Más aún, los EEUU deben actuar para enviar el mensaje de que el control del crecimiento poblacional mundial está en el mejor interés de países desarrollados y en desarrollo por igual. «

El lector que haya llegado hasta aquí puede preguntarse: «Bueno, todo esto es muy interesante pero ¿qué tiene que ver con la lucha provida?»

Precisamente, la «lucha contra el crecimiento de la población» que propone el Informe es la lucha contra la vida. El Informe propone que se estudien y mejoren todos los medios para evitar o dificultar que se engendren nuevas vidas (anticonceptivos, esterilización, imposición cultural de un modelo de familia con dos hijos, adoctrinamiento desde los primeros años de escuela, creación de las condiciones que empujen a la mujer al mundo laboral y a contraer matrimonio más tarde…), y también que se acepte la «solución» de eliminar una vida ya engendrada: el aborto. En palabras del propio Informe:

«Ningún país ha reducido su población sin el recurso al aborto» («No country has reduced its population growth without resorting to abortion»).

Por esto el Informe Kissinger se considera la piedra fundacional de la política estratégica estadounidense de promocionar el aborto en todo el mundo. Esta política ha permanecido vigente años y ha sido adoptada por la ONU y otras organizaciones internacionales y organizaciones relacionadas con la ONU: ACNUR, la OMS, UNICEF, el Bando Mundial… La pervivencia de estas políticas en las organizaciones internacionales ha permitido que se mantengan a pesar de que el presidente Bush prohibió financiar con dinero público a organizaciones abortistas que operaran en el extranjero.

Ahora, con la llegada a la presidencia de los EEUU de Barak Obama, el panorama se ha vuelto más oscuro: Barak Obama ha levantado las restricciones que impuso Bush y recientemente Hillary Clinton ha expresado el deseo de la nueva Presidencia del país de impulsar el aborto en todo el mundo utilizando su capacidad de liderazgo global. Tras el paréntesis de Bush, el Informe Kissinger vuelve a marcar esta línea estratégica de la política estadounidense 35 años después. [Actualmente (2019) el presidente Donald Trump intenta limitar o prohibir el aborto, obsérvese como -hoy en día- los demócratas son mayoritariamente pro-aborto y los republicanos son mayoritariamente pro-vida.]

Fuente: es.catholic.net

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Más información:

Geopolítica y Aborto

Geopolítica y Aborto _ José Arturo Quarraccino

Según datos oficiales, públicos (como los del  Fondo de Población de Naciones Unidas) y privados (como los del Alan Guttmacher Institute) , son asesinados  casi 60 millones de niños por nacer a lo  largo del mundo., invocándose un supuesto «derecho al aborto» inventado como tal por uno de los miembros más prominentes de la familia Rockefeller, en el año 1972, para justificar la implementación de la pena de muerte para los seres humanos más inocentes y más indefensos de todos.En este libro intentamos responder al gran interrogante que se plantea ante este panorama: quiénes y por qué diseñaron el plan de l control de la natalidad a nivel global , y de qué modo lo configuraron y ejecutaron hasta en sus mínimos detalles, hasta conseguir imponer el aborto como derecho «humano» de la mujer y asegurarse el ejercicio del mismo , lo que ha desencadenado y provocado el invierno demográfico, es decir, el envejecimiento poblacional a escala global , magistralmente definido por san Juan Pablo II como «holocausto demográfico».En el fondo, el control de la natalidad y, en especial, la implantación del aborto como «derecho humano» de la mujer constituye la política demográfica de  un grupo minúsculo de familias, dueño de las finanzas y de la economía mundiales,   ejecutada para asegurarse el  disfrute «en paz» de las riquezas que se han apropiado y acaparado en perjuicio de los pueblos y naciones del mundo.Sacar a la luz este genocidio es nuestro objetivo. Esperamos que quienes lean este texto puedan acceder a conocer los detalles de este asesinato silencioso que en el curso de  un siglo han asesinado a casi mil millones de seres humanos, sin darles oportunidad de llegar a la existencia.  

Índice:

CAPÍTULO I El NUEVO ORDEN MUNDIAL Y LA «NECESIDAD» DEL HOLOCAUSTO DEMOGRÁFICO  

CAPÍTULO II ANTECEDENTES HISTÓRICOS ANTINATALISTAS 

CAPÍTULO III  EL CONTROL DEL CRECIMIENTO POBLACIONAL COMO PROBLEMA CORPORATIVO PRIVADO CONVERTIDO EN CUESTIÓN DE ESTADO 

CAPÍTULO IV LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES AL SERVICIO DE LA PLUTOCRACIA FINANCIERA MUNDIAL 

CAPÍTULO V EL CRECIMIENTO POBLACIONAL AMERICANO COMO PROBLEMA DE ESTADO QUE AFECTA EL AMERICAN WAY OF LIFE 

CAPÍTULO VI  EL CRECIMIENTO POBLACIONAL MUNDIAL COMO AMENAZA A LA SEGURIDAD NACIONAL… DE LOS ESTADOS UNIDOS. EL RESPALDO DE LA ONU 

CAPÍTULO VII LA TRANSMUTACIÓN CULTURAL «EMBARAZO NO DESEADO» Y «JUSTICIA SOCIAL»

CAPÍTULO VIII LAS FUNDACIONES Y ORGANISMOS «CARITATIVOS» PRIVADOS 

CAPÍTULO IX PROGRESISTAS E IZQUIERDISTAS  «NACIONALES Y DEMOCRÁTICOS» AL SERVICIO  DEL PROYECTO DE LA PLUTOCRACIA FINANCIERA MUNDIAL 

CAPÍTULO X LOS ABORTOS QUÍMICOS, EN PARTICULAR EN LA POBLACIÓN JUVENIL 

CAPÍTULO XI EL CRECIMIENTO POBLACIONAL CERO O EL HOLOCAUSTO DEMOGRÁFICO 

CAPÍTULO XII LOS RICOS SON SUBSIDIADOS LOS POBRES SON ENDEUDADOS 

CONCLUSIÓN 

APÉNDICE 1: DECLARACIÓN SOBRE POBLACIÓN 

APÉNDICE 2: DR. JÉRÔME LEJEUNE 

APÉNDICE 3: JOSEPH CARDENAL RATZINGER 

APÉNDICE 4: EFECTOS DE LOS ANTICONCEPTIVOS ORALES

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cita ronald reagan aborto

¿Es aceptable esterilizar a una población?

abril 16, 2019

Las campañas de esterilización, una herramienta de poder

Las campañas de esterilización, una herramienta de poder
 Fuente: The groundwork of eugenics, Karl Pearson

Por Luis Martínez. 16 abril, 2019


La esterilización es un procedimiento que levanta mucha controversia, ya que se trata de un arma de doble filo: es un anticonceptivo barato y eficaz, pero también una herramienta que, usada de manera masiva, permite controlar literalmente el futuro de una población. Ya sea siguiendo criterios étnicos o económicos, la esterilización ha demostrado ser muy útil para ciertos intereses públicos y privados que han organizado múltiples campañas de esterilización a lo largo de los siglos XX y XXI dirigidas, principalmente, contra población pobre.

La esterilización es un proceso por el cual una persona pierde la capacidad física de procrear hijos de manera permanente, aunque no necesariamente irreversible. Suele suele realizar a través de una intervención quirúrgica relativamente sencilla: ligadura de trompas en el caso de las mujeres, vasectomía en el de los hombres. Cuando se hace adecuadamente, se trata de una operación barata, segura y 100% eficaz, razón por la cual se trata del método anticonceptivo más popular entre las mujeres de todo el mundo.

Si es producto de una decisión libre y voluntaria, la esterilización trae consigo muchas ventajas. De hecho, entre las reivindicaciones del movimiento feminista se incluye garantizar el acceso libre y gratuito a esta práctica, ya que refuerza la autonomía de las mujeres al poder decidir si quieren tener hijos. Desgraciadamente, las cuestiones relativas al control de la natalidad no son un asunto exclusivamente demográfico o sanitario; también tienen un cariz geopolítico importante, ya que controlar la reproducción de una comunidad otorga un poder enorme para decidir su destino. La esterilización como herramienta de poder llevó al desarrollo de teorías y movimientos que tuvieron una gran influencia sobre varios gobiernos del siglo XX —incluidos algunos democráticos—, lo que impulsó campañas masivas de esterilización forzada contra su población.

El eugenismo y las esterilizaciones forzadas en Estados Unidos

El más importante de todos estos movimientos fue el eugenismo. Surgido al calor de la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin, fue precisamente un primo carnal de este, Francis Galton, el que teorizó las bases del movimiento sobre las ideas del darwinismo social. El eugenismo pretendía la mejora biológica de la especie humana de la misma manera que se da en la ganadería, mediante la selección de los “más aptos”. Esta selección se haría por dos vías: una positiva, promoviendo la reproducción de los “más aptos”, y otra negativa, que negaría la reproducción del resto.

El eugenismo se desarrolló de manera vertiginosa en la primera mitad del siglo XX, hasta el punto de ejercer una influencia significativa sobre algunos de los principales Gobiernos del momento. Las élites de países como EE. UU. o Alemania apoyaron fervientemente el nuevo movimiento mediante la financiación y la difusión de la propaganda del movimiento, que llegó a convertirse en un auténtico lobby con presencia dentro de los altos cargos políticos. Algunos de los principales eugenistas eran personalidades tan notorias como Graham Bell —impulsor del teléfono—, Theodore Roosevelt —26.º presidente de EE. UU.—, John Harvey Kellogg —creador de los famosos cereales— o Winston Churchill —primer ministro británico—, quienes apoyaron abiertamente la segregación racial y la esterilización de los “disminuidos psíquicos”. El problema es que esta definición se aplicaba a mucha otra gente sin problemas mentales o físicos, como afroestadounidenses, disidentes políticos o pobres en general.

Estado legal de la eugenesia en EE. UU. en 1935. En negro, los estados pendientes de aprobar una ley; rayados, los que ya la habían aprobado y realizaban esterilizaciones forzosas. Fuente: Universidad Estatal de Truman

Las primeras campañas eugenistas se llevaron a cabo durante la primera década del siglo XX en EE. UU. A través de la Oficina de Registro Eugenista, financiada por fortunas como Rockefeller, se realizó un estudio pormenorizado de la población estadounidense y su genética en busca de los genes perfectos. Los eugenistas pensaban que los aspectos físicos, mentales y morales eran hereditarios —factores como la pobreza o la criminalidad se consideraban genéticamente heredados de generación en generación— y, por lo tanto, aquellos que no se adecuasen a los principios eugenistas podían ser susceptibles de esterilización. Sus investigaciones fueron esenciales para la redacción de las leyes de esterilización que se implantaron en más de 30 estados. Estos estudios establecían un sistema de calificación que dividía a los individuos según su pedigrí genético para determinar cuáles debían esterilizarse y a cuáles se les otorgaba un certificado que garantizaba su pureza. Generalmente, los provenientes de ambientes pobres eran calificados como “no aptos” y en muchos casos no podían formar una familia tradicional, ya que en estados como Virginia el certificado eugenista era condición indispensable para contraer matrimonio.

Recorte del libro Rasgos raciales y tendencias del afroestadounidense (1896) que explica cómo diferenciar a las delincuentes negros por sus rasgos físicos. El libro fue muy influyente en la opinión pública del momento. Fuente: I am… Magazine

En la mayoría de los casos, las esterilizaciones se llevaban a cabo sin informar a las víctimas o bajo coerción. Aunque supuestamente estaban dirigidas a personas con problemas mentales o de convivencia, en realidad apuntaban directamente contra los pobres y las minorías étnicas, como la población latina, afroestadounidense o nativa. Mientras el presidente Roosevelt acusaba de “llevar la raza al suicidio” a las mujeres blancas que decidían esterilizarse voluntariamente, en estados como Carolina del Norte —uno de los que más impulsó las campañas eugenistas— el número de mujeres negras esterilizadas en campañas estatales suponía el 65% aun cuando la población negra no superaba el 25% en todo el estado. Algo similar sucedía en otros estados, como California o Puerto Rico, en lo que ha sido una de las grandes atrocidades sin reparar de la Historia. Pero no es solo cosa del pasado: tan recientemente como en 2017 se descubrió que instituciones estatales estadounidenses ofrecían rebajas de penas de prisión a cambio de esterilizarse, lo que viene a rescatar aquel mito eugenista de la genética criminal.

Las grandes campañas de esterilización forzosa en el mundo

“Hay un Estado hoy en día en el que podemos apreciar levemente el comienzo de una mejor concepción. Por supuesto, no es la República de Alemania, sino los Estados Unidos”

Mi lucha (1925), Adolf Hitler

El caso de Estados Unidos influiría sobremanera en el desarrollo de las ideas de otro de los grandes eugenistas del siglo XX: Adolf Hitler. Hitler adoptó la teoría eugenista de la pureza de la raza y la llevó hasta otro nivel, optando por la esterilización masiva primero y por el exterminio después. La Ley de Esterilización de 1933 establecía la esterilización obligatoria de aquellas personas con “enfermedades hereditarias leves” o “de mente débil”, categorías tan amplias y difusas que incluyeron también a opositores al régimen nazi o miembros de las etnias gitana y judía.

Con el objetivo de eliminar cualquier gen impuro de la “raza aria”, entre 1933 y 1945 se esterilizó a alrededor de 400.000 personas, muchas de las cuales acabaron pasando por la cámara de gas. Era un volumen muy superior al de Estados Unidos, razón por la cual algunos eugenistas estadounidenses miraban con envidia a Alemania y declaraban que “los estaban ganando en su propio juego”. La campaña de Hitler continúa siendo la mayor de la Historia, pero ha habido varias que se le han acercado, algunas incluso durante el siglo XXI.

El Plan Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar (PNSRPF) de Perú fue una iniciativa del presidente Alberto Fujimori en la década de los 90. El discurso neoliberal de Fujimori había prometido desarrollo y prosperidad, pero, viendo que las mejoras no llegaban, el equipo de Gobierno decidió fabricar sus propios datos favorables. Con el objetivo de reducir la población peruana pobre e incrementar así el PIB per cápita, el régimen de Fujimori ordenó la esterilización de aproximadamente 300.000 personas —el 90% mujeres—, especialmente durante el período de 1996 a 2001. Estas esterilizaciones se realizaron de manera velada, sin informar a las víctimas y sin consentimiento previo en aproximadamente el 90% de los casos, y afectaron especialmente a mujeres indígenas de las zonas rurales más devastadas por la pobreza y por el conflicto entre las autoridades y el grupo terrorista Sendero Luminoso.

Para ampliar“El caso peruano de esterilización forzada. Notas para una cartografía de la resistencia”, Alejandra Ballón Gutiérrez, 2014

El PNSRPF contó con el apoyo de varias organizaciones internacionales, entre las que destacó la Agencia Estadounidense para la Ayuda al Desarrollo Internacional (USAID), que proporcionó gran parte del material utilizado para las esterilizaciones. Las consecuencias de estas políticas fueron terribles no solo en el aspecto demográfico o familiar; miles de mujeres sufrieron daños físicos y psicológicos irreversibles. Actualmente, continúa sin haber represalias jurídicas contra los responsables, ni siquiera contra un Fujimori que de todas formas acabó ingresando en prisión por otros crímenes contra la humanidad.

Mujeres peruanas marchan contra las esterilizaciones forzadas. Fuente: Edgar Ochoa Pezo (TW)

En Japón, país de origen de la familia Fujimori, también encontramos un historial preocupante de eugenesias. Entre 1948 y 1996 estuvo vigente la Ley de Protección de la Eugenesia, que en nombre de “un Japón mejor” autorizaba la esterilización de personas con discapacidad o enfermedades hereditarias por ser “inferiores”. Pero la ley ni siquiera se aplicó exclusivamente a estas personas: muchas vieron cómo se les diagnosticaba una enfermedad inexistente y acabaron esterilizadas. En total, se calcula que fueron esterilizadas 25.000 personas —dos tercios de ellas sin consentimiento—, a las que no se les ha ofrecido compensación o disculpa alguna.

Otro caso impactante es el de Suecia, país que hoy se vende como una referencia en la defensa de los derechos de la mujer. Durante más de 60 años (1935-1996), las autoridades suecas llevaron a cabo un programa de esterilización basado en teorías eugenistas por razones de “higiene social y racial”. Con el objetivo de preservar la “pureza de la raza nórdica”, entre 1935 y 1975 se practicaron cerca de 63.000 esterilizaciones, un tercio de ellas en condiciones forzosas o coercitivas, a las que se suman unas 166.000 con consentimiento hasta 1996. Para hacernos una idea del carácter de estas esterilizaciones, basta ver las reivindicaciones del instituto que dirigía el programa: allá por los años 30 y 40, el Instituto de Biología Racial de Upsala abogaba por la esterilización de gitanos, lapones y personas de “raza mixta”, que fueron los objetivos principales de la iniciativa. La práctica totalidad de las víctimas fueron mujeres, en su mayoría madres solteras o marginalizadas.

Estos son algunos de los principales casos de esterilización forzosa, pero no son los únicos. MéxicoChinaUzbekistánSuiza o la Indiademuestran que la eugenesia es un recurso que los Gobiernos no dudan en utilizar si lo creen necesario. A pesar de que el Convenio de Estambul prohíbe hoy la esterilización forzosa en Europa, son numerosos los casos que siguen saliendo a la luz en países como Francia, Reino Unido, España o Croacia. Existen incluso gobernantes elegidos democráticamente que no han dudado en alabar sus bondades, como el nuevo presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ferviente defensor de la esterilización de pobres y criminales.

Las esterilizaciones libres y el control poblacional

Hoy lo más normal es que las esterilizaciones se realicen con el consentimiento del afectado, aunque ello no signifique necesariamente que esa persona conozca plenamente los efectos de la operación ni que esté libre de coerción. Varios Gobiernos han considerado que la mejor manera de librarse de la pobreza es haciendo que no nazcan más pobres, sobre todo aquellos países que cuentan con mucha población y pocos trabajos dignos que ofrecer. En 2016 diversos países del África occidental se comprometieron a dedicar el 5% de su presupuesto nacional al control de la natalidad y así reducir a la mitad su tasa de natalidad actual para 2030.

En un mundo cada vez más mecanizado, donde se emplea cada vez menos mano de obra, mucha gente se ha convertido en prescindible laboralmente. Más personas y menos trabajo es un cóctel explosivo que puede saltar por los aires en cualquier momento; de ahí que algunos Gobiernos y organizaciones hayan decidido intervenir para prevenir ese estallido. India es el caso más representativo de esta política: desde los 70 ha llevado a cabo numerosas campañas que han recorrido las partes más pobres de la India ofreciendo esterilizaciones a cambio de regalos como teléfonos móviles o dinero en efectivo.

Iniciada por Sanjay Gandhi, hijo de la expresidenta Indira Gandhi, estas campañas han esterilizado a millones de personas en poco más de 40 años. Para alcanzar tal volumen de operaciones, el Gobierno destinaba en 2014 el 85% del presupuesto de Planificación Familiar a estas campañas, para las que contrató a miles de cirujanos que en ocasiones llegaron a realizar 13.000 intervenciones al año. La mayoría de estas operaciones se hacían en muy poco tiempo y sin garantías sanitarias suficientes, motivo por el que solo entre 2010 y 2013 murieron 363 mujeres.

Sin embargo, las mujeres continuaron acudiendo motivadas por el pago de hasta 1.500 rupias —unos 20 euros— por operación, lo que supone casi un salario mensual en algunas regiones del país, hasta que en 2016 el Tribunal Supremo dio tres años al Gobierno para cerrar los campamentos de esterilización por considerarlos un peligro para la salud de la población. A pesar de ello, las campañas continuarán con otra forma, ya que han resultado ser un éxito para los intereses del Gobierno. Actualmente, el 39% de las mujeres casadas —la gran mayoría provenientes de las clases con menos recursos de la India— están esterilizadas y son el principal foco de atención de un programa que en 2017 realizó el 93% de sus esterilizaciones en mujeres.

Para ampliar“Esterilizados a cambio de un teléfono móvil: así extermina la India a sus pobres”, Miguel Á. Gayo Macías en El Español, 2017

La USAID y el interés detrás de las esterilizaciones

Muchas de estas campañas las llevaron a cabo empresas privadas y fueron financiadas por fundaciones extranjeras, algo bastante común en el caso de las esterilizaciones, forzadas o no. La misma USAID que financió el plan de Fujimori invirtió millones de dólares estadounidenses en la instalación de 60.000 campamentos en la India, pero su actividad no se limita a estos dos países. La fundación ha financiado con dinero público proyectos de esterilización y control poblacional en muchos de los países más pobres del mundocomo parte de una política del Gobierno estadounidense para reducir la natalidad en las comunidades pobres. Las razones detrás de estas políticas son variadas, pero algunas de las más importantes son disminuir la inmigración extranjera —el mismo motivo que esgrimen países como Dinamarca para financiar campañas de control poblacional— y asegurar un mayor acceso a los recursos internacionales impidiendo que la superpoblación se traduzca en una lucha encarnizada por los recursos que perturbe las operaciones estadounidenses y la estabilidad de sus Gobiernos aliados. Actualmente, la USAID proporciona el 28% del presupuesto para anticonceptivos de los países pobres.

Países en los que interviene USAID. En azul claro se señalan los países prioritarios para la organización. Fuente: USAID

Además, existen otras fundaciones privadas que también aportan financiación millonaria a las campañas de esterilización. El Consejo de Población, fundado por J. D. Rockefeller, fue instrumental en la implantación de leyes eugenésicas en el Japón de la posguerra y en la aplicación de muchos programas de esterilización que redujeron la fertilidad de manera drástica en países como Taiwán y Corea del Sur, mientras que la Fundación Mumford ha realizado miles de esterilizaciones a mujeres pobres de todo el mundo con métodos altamente peligrosos y en algunos casos sin su consentimiento expreso. La Fundación Bill y Melinda Gates —codirigida por el fundador de Microsoft y su esposa y la mayor organización privada sin ánimo de lucro del mundo— también ha financiado actividades como los campamentos de esterilización de India y ha revelado su interés en controlar la natalidad de los países pobres, aunque en su caso generalmente opta por otros métodos anticonceptivos, como esterilizaciones temporales o abortos.

Repasando los casos, vemos que la mayoría de las personas esterilizadas encajan en un mismo patrón: suelen ser mujeres y pobres. Muchas de las víctimas provienen de ambientes muy pobres en los que no hay apenas alternativas para una vida mejor ni señales de que pueda haberlas en el futuro cercano, dado que son completamente prescindibles para el mercado laboral. Es difícil considerar estas esterilizaciones como plenamente consentidas cuando el dinero o los bienes recibidos a cambio de operarse supone algo más que un leve incentivo para estas personas: puede ser la diferencia entre comer o no ese día. A tenor del entusiasmo mostrado por algunos Gobiernos e instituciones del mundo hacia estos métodos, parece que la solución elegida ante la pobreza y la falta de oportunidades pasa muchas veces por erradicar a la generación siguiente antes que plantearse cambios estructurales en la gestión que puedan ofrecer un futuro mejor a esa población.

Fuente: elordenmundial.com, 2019.

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