Crisis en Venezuela: la tentadora oferta de viviendas de lujo a precio de saldo (y qué tiene que ver el “efecto Guaidó”)
Por Guillermo D. Olmo. Corresponsal de BBC News Mundo en Venezuela. 2019.
«Nunca imaginé que viviríamos en una casa así».
Quien habla es el satisfecho nuevo propietario de un apartamento en Chuao, una de las zonas más cotizadas de Caracas.
Después
de años trabajando duro en el sector audiovisual y ahorrando gran parte
de los dólares que le pagaban por ello, Germán pudo lanzarse a la
compra del apartamento en el que sueña que él, su mujer y su hijo pasen
los próximos años.
Son 3 dormitorios y 136 metros cuadrados en una planta alta de un edificio cuyo diseño recibió premios de arquitectura cuando lo construyeron.
Pero lo mejor, sin duda, es su precio, impensable en la Venezuela anterior a la crisis.
«Al principio lo estaban anunciando por unos US$200.000 ó 250.000, pero con el tiempo fue bajando y bajando. Nosotros lo compramos por US$56.000«, explica este comprador.
En cuanto se completen los trabajos de remodelación que ya ha encargado, Germán y su familia se mudarán a su nuevo hogar.
No
muchos en la Venezuela actual pueden permitirse adquirir una casa en
propiedad, pero, como muestra el ejemplo de Germán, para los que sí
pueden hay «muy buenas oportunidades en el mercado».
Motivo de venta: «Se van y no vuelven»
Las casas, también las de lujo, están hoy a precios muy bajos en Venezuela.
Un
apartamento con dos habitaciones, piscina y jardín en un complejo
turístico de la Isla Margarita, en pleno Mar Caribe, cuesta hoy
US$21.000, menos que muchos automóviles en Estados Unidos.
Los
dueños de un apartamento de 100 metros cuadrados en El Paraíso, otra
zona residencial de Caracas, piden US$36.000. Regalan los muebles y los
electrodomésticos.
Por una vivienda de 150 metros cuadrados con 3
habitaciones en la urbanización Colinas del Bello Monte, una zona
residencial de Caracas, sus propietarios piden US$70.000.
Han rebajado mucho sus expectativas. Cuando la pusieron en venta el precio era de US$250.000.
La razón de la rebaja es la misma que ha impulsado a muchos otros propietarios de Venezuela. Figura en el anuncio con el que se busca un comprador a través de grupos de Whatsapp: «Se van y no vuelven».
De acuerdo con las cifras de Naciones Unidas, más de
tres millones de venezolanos han salido del país en busca de
oportunidades en los últimos años.
La emigración masiva ha dejado un país con menos gente y cada vez más casas vacías.
Así, los precios se han desplomado.
Según
Roberto Orta, presidente de la Cámara Inmobiliaria Metropolitana, «los
precios cayeron de manera sostenida en los últimos 4 años entre un 50 %y
un 75%».
«Si en las principales ciudades de América Latina el precio de metro cuadrado se sitúa en unos US$1.500, en Caracas está ahora en US$500», dice Orta en conversación con BBC Mundo.
«En algunos casos el coste de construirlas es ya mayor que su valor en el mercado», añade.
Pérdida de confianza
El éxodo no es la única causa.
«La
caída del poder adquisitivo de los venezolanos, la falta de créditos
bancarios y la situación política, con acciones en contra de la
propiedad privada, han hecho que se pierda la confianza en el país»,
señala Orta.
Sin embargo, algo parece estar cambiando últimamente.
Los
problemas con la electricidad de los últimos días han paralizado aún
más la actividad, pero los profesionales del sector habían detectado ya
antes un fenómeno por el cual muchos vendedores se están echando atrás,
frustrando las transacciones de las que ellos obtienen sus comisiones.
Lo llaman «el efecto Guaidó«.
El líder de la oposición venezolana y presidente de
la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, invocó la Constitución y se juramentó
el pasado 23 de enero como presidente encargado ante lo que considera
«usurpación» de Nicolás Maduro.
Este acusa a Guaidó de ser «un títere» al servicio de «un plan golpista» orquestado por el gobierno de Estados Unidos.
Muchos confían en que, con su nuevo liderazgo, esta vez la oposición si logrará sacar a Maduro del poder.
Orta cuenta que «ante las expectativas de cambio se ha parado la caída de los precios e incluso se ve una leve subida«.
«Mucha gente que se marchó del país y llevaba tiempo con sus casas en venta estaría dispuesta a regresar».
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Nicolás Maduro acusa a Juan Guaidó de ser la cabeza de un golpe de estado orquestado por Estados Unidos.
¿Regresar?
Es el caso de Virginia, una médica venezolana que se marchó a España hace un año.
Desde
entonces ha reducido varias veces el precio del espacioso apartamento
que dejó en El Hatillo, un lindo pueblecito turístico a las afueras de
Caracas.
Ella esperaba recibir US$200.000 por él, pero el único
comprador que apareció no ofrecía más que 80.000 y finalmente se echó
atrás.
En el último mes, coincidiendo con la aparición en escena de Guaidó, varias personas se han interesado por su propiedad, pero ahora es ella la que no lo tiene claro.
«Algo bueno podría estar a punto de pasar y, si pasa, tal vez podamos regresar a Venezuela o quizá la casa se revalorice».
Orta,
sin embargo, matiza las expectativas, también para posibles compradores
foráneos: «Quienes hagan ahora una inversión en Venezuela pueden
obtener mucha ganancia, pero la subida no va a ser inmediata».
*Los nombres de los propietarios de casas citados en esta nota fueron alterados para proteger su identidad.
Curazao ocupó el terminal de almacenamiento de Pdvsa en Bonaire
Reuters . La estatal Refineria di Korsou (RdK) de Curazao ocupó el viernes un terminal de almacenamiento de petróleo en Bonaire por una disputa de pagos con la venezolana PDVSA, dijo un funcionario de la compañía en Willemstad.
Curazao buscará la aprobación de una corte holandesa para vender Bonaire Petroleum Corp (BOPEC) y su terminal de almacenamiento de 10 millones de barriles de crudo, en caso de que no reciba lo adeudado por PDVSA, dijo Marcelino de Lannoy, director gerente de RdK, en una declaración difundida en un video.
De Lannoy no detalló el monto que adeuda PDVSA y no pudo ser contactado de inmediato para obtener más comentarios. Ni PDVSA ni el gerente general de BOPEC, Reginald Pinto, respondieron a las solicitudes de comentarios.
PDVSA y el régimen chavista de Nicolás Maduro adeudan miles de millones de dólares a sus acreedores, montos que han subido en los últimos años a medida que la economía de la nación OPEP, que en el pasado recibió ingentes recursos por exportaciones de crudo, colapsó y puso en riesgo muchos de los activos de la petrolera en el exterior.
La estadounidense ConocoPhillips obtuvo en 2018 una orden judicial que congeló los inventarios de PDVSA en Bonaire y otras islas del Caribe para tratar de cobrar un laudo arbitral de 2.000 millones de dólares, aunque la orden se retiró más tarde.
En una declaración en video dirigida a los trabajadores de BOPEC, de Lannoy dijo que RdK tendrá en cuenta sus intereses “siempre que esto sea posible”.
Si la petrolera venezolana no respeta sus obligaciones “a RdK no le queda otra alternativa que usar su derecho de vender las instalaciones en una subasta pública”.
El año pasado, RdK finalizó el contrato que tenía PDVSA para operar en Curazao su refinería Isla, con capacidad de 335.000 barriles por día.
La refinería Isla es una refinería de petróleo venezolana ubicada en Curazao. Aunque no está dentro del territorio venezolano forma parte del «circuito venezolano» dirigido por PDVSA.
Curazao, una isla neerlandesa del Caribe, es conocida por sus playas ubicadas en ensenadas y sus extensos arrecifes de coral con abundante fauna marina. Turismo, refinación de petróleo y banca internacional son las principales actividades de la pequeña economía de Curazao, la cual es muy dependiente del exterior.
Bloquean blanqueo de capitales de Pdvsa en Bulgaria
Unas cuantiosas transferencias a un abogado búlgaro desataron las alertas de la Fiscalía y la Agencia de Seguridad Nacional, por lo que decidieron bloquear lo que les parece un blanqueo de capitales de Pdvsa en Bulgaria.
Así lo anunciaron en una rueda de prensa el fiscal general de Bulgaria, Sotir Tsatsarov, y el director de la Agencia de Seguridad Nacional, Dimitar Georgiev.
“Desde las cuentas que manejaba, se hicieron varias transferencias hacia bancos en terceros países y las razones de estas transferencias no tienen nada que ver con la actividad de un abogado”, dijo Tsatsarov.
Debido a que no existe ninguna justificación para esas transferencias, el Fiscal General precisó que se está investigando un posible caso de blanqueo de capitales de Pdvsa.
EE.UU. pasó el dato del blanqueo de capitales de PDVSA en Bulgaria
Tsatsarov no dio más detalles sobre el monto transferido ni sobre la identidad del propietario de la cuenta en una entidad financiera de pequeño tamaño.
Según el fiscal, la agencia estatal de contraespionaje ha iniciado investigaciones en todo el sistema bancario búlgaro para detectar otras posibles transferencias desde Venezuela después de hallarse este caso.
El anuncio de los bloqueos de estas cuentas se produjo después de una reunión del primer ministro, Boiko Borisov, con el embajador de EEUU, Eric Rubin, en la sede del Gobierno.
«El Gobierno de EEUU trabaja de forma muy estrecha con Bulgaria y los demás miembros de la Unión Europea (UE) para asegurarse que la riqueza de Venezuela no sea robada», dijo Rubín a los periodistas
Tanto EE.UU. como Bulgaria reconocen como presidente legítimo de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó, quien se proclamó mandatario interino de Venezuela el pasado 23 de enero, al invocar dos artículos de la Constitución venezolana.
Fuentes de PDVSA revelaron a S&P Global Platts que Venezuela está a punto de quedarse sin gasolina y que la producción de petróleo va en caída libre
Por Vanesa Vallejo.
Según el artículo, Venezuela disminuiría, en las próximas semanas, en más de una cuarta parte, su producción de petróleo. Esto, principalmente, porque las sanciones de EE. UU. impiden que PDVSA, -de propiedad estatal-, importe el diluyente necesario para extraer su crudo extra pesado.
Fuentes en PDVSA dijeron a S&P que la compañía venezolana espera producir unos 300.000 barriles diarios menos de crudo diluido por no tener los suministros que se mezclan con el crudo espeso para hacerlo transportable. De modo que la producción total de crudo de Venezuela caería a menos de 800.000 barriles por día para finales de febrero.
Las sanciones impuestas la semana pasada bloquearían los aproximadamente 120.000 b / d del diluyente que los EE. UU. envía a Venezuela a través Citgo, la filial estadounidense de PDVSA.
También explica Standard & Poor’s que Reliance Industries, otro de los principales proveedores de diluyentes para Venezuela, ya que proporciona aproximadamente 65.000 b / d enviados desde la India, probablemente evitará los negocios con PDVSA para que su subsidiaria estadounidense, RIL USA, no se vea afectada por sanciones.
Pero además de la falta de diluyentes y deterioro de plantas físicas, dice una fuente citada en el artículo que “hay una rebelión interna en PDVSA, la gran mayoría de los trabajadores no atienden llamadas y se niegan a cumplir órdenes que podrían poner en riesgo su seguridad personal”.
La situación es supremamente complicada, el socialismo acabó con la producción petrolera en Venezuela. Según un informe técnico al que Platts tuvo acceso, el Centro de Refinación Paraguaná de 955.000 b / d operaba a solo 20,6% de su capacidad la semana pasada, mientras que la refinería de Puerto La Cruz de 187.000 b / d solo funcionaba al 11.8% de su capacidad, y la refinería de El Palito de 140.000 b / d ha sido cerrada por completo.
Finalmente, la tragedia petrolera en Venezuela, por supuesto terminará en un desabastecimiento total de gasolina. “Los inventarios están agotados”, dice un operador de Paraguaná citado en el artículo de S&P. “Hay inventarios de gasolina y diesel por menos de dos días. Los inventarios de GLP también están agotados. Tampoco hay combustible para aviones”, se lee en la nota publicada la semana pasada. Por lo que en línea con esa información, en este momento la gasolina en Venezuela debe estar a punto de agotarse.
–Vanesa Vallejo es economista de la Universidad del Valle. Paleolibertaria, columnista, influenciadora en redes sociales y periodista de opinión en RCN Radio.
Aquí está el balance de cuánta riqueza y empresas destruyó el chavismo en 20 años
En 20 años las gestiones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro administraron y pulverizaron el 70% de los bienes materiales colectivos generados en los dos últimos siglos.
Por Orlando Zamora.
Vale la pena hacer el recuento de la generación y posterior desaparición de los recursos pertenecientes a 30 millones de venezolanos. ¿Se logró al final del proceso socialista algo significativo con tan colosales recursos?
Esta historia es conocida. Pero hay que volver sobre ella. Y hacerse la pregunta que nos asalta a todos: ¿Funcionó el aparato empresarial creado por Hugo Chávez, Rafael Ramírez y Jorge Giordani? ¿Qué Producen, donde venden sus abundantes productos? ¿Por qué la guerra económica avasalla a la revolución agro industrial socialista? Por el inventario que a continuación se expone, el éxito económico está oculto. No se ve.
Ingresos en dólares por petróleo, deudas, ventas de refinerías y préstamos multilaterales. Todo ascendió a 1.464.098 millones de dólares.
De estos se canalizaron a través del Fonden 143.631 millones de dólares y Fondespa 4.229 millones de dólares. El 60% lo mal utilizó PDVSA, el resto de la economía nacional se ajustó forzosamente al 40%.
Ingresos en bolívares bajo 8 modalidades de bonos
A lo largo de 20 años se emitieron series diversas de bonos en bolívares, que calculados en dólares representaron 243.298 millones de dólares, utilizados para gasto público, Misión Vivienda. PDVSA absorbió la tercera parte de esos ingresos.
IVA y tributos por 23 tipos de impuestos diferentes
Así se generaron bolívares que llevados a dólares representaron 923.364 millones, es la mayor captación tributaria en la historia de la República, se alcanzó en tan sólo dos décadas.
Aparición del fenómeno de emisión inorgánica de bolívares
En 7 años la edición digital de moneda local no soportada en dólares ni en producto económico alcanzó, llevada a bolívares soberanos actuales unos 6.860 millones aproximados. Hoy es fuente sustancial del ingreso gubernamental consolidado.
Oro monetario negociado entre los años 2012-2018
Este es el cálculo: 11.000 millones de dólares. El oro que trajo Chávez con tanto fervor nacionalista ya no existe.
Buques de Conferry
Fuera de servicio se cuentan, El Lilian Concepción, El Tallin, Cacica Isabel, Carmen Ernestina. El mayor general Hebert García Plaza es señalado por la compra irregular por 50 millones de euros de los buques San Francisco de Asís, Virgen del Valle II y Virgen de Coromoto, que nunca prestaron servicios.
Lo que pasó en PDVSA
Esta empresa está intervenida, y ocurre mucho tiempo después de donarle 100.000 millones de dólares al resto del mundo. La pregunta ahora es qué será de la suerte de las 40 empresas que creó en territorio venezolano, las 100 empresas de producción social (EPS) que financió, las 13 empresas mixtas, las 6 caribeñas, las 27 fundadas fuera del país, las 6 mineras. Rafael Ramírez, El ex Zar de PDVSA que tanto reivindica su gestión, “desarrolló” unas 27 empresas para consumar la revolución que le solicitó Hugo Chávez. ¿Qué pasós?
Los 150 hatos ganaderos
Estas unidades de producción de alto rendimiento pasan a la revolución. Entre los cuales destacan Agroflora con 8 filiales, 4 hatos del boliburgués Ricardo Fernández Barrueco, el Piñero, El Maizal, El Cedral, El Frío, Charcote, La Marqueseña, Valle del Turbio. ¿Qué queda de ello?
El sector cafetero
El chavismo se quedó con estas empresas, Madrid, Cafea Fama de América, Colonial ahora Venezuela, CVA café.
El sector Azucarero
Aquí se cuentan por muchas las empresas de la tragedia. CVA Azúcar, Caaez, Río Guanare, Central Sabaneta, De Unare, CVA Monagas, Central Melador, Comuna Cachipo, Río Turbio, Lara, Cumanacoa, Sucre, 15 unidades de etanol, Venezuela, Torondoy, Santa Elena, Santa Clara, Motatán, Cariaco, Pío Tamayo.
Qué pasó en transporte
La mitad o más de los centenares de autobuses rojos chinos yacen sus días en 7 gigantescos cementerios. Unas 100 unidades utilizados en la Copa América de 2007 son chatarras. 1500 jeep donados por PDVSA para rutas populares fueron destruidos por los operadores de ocasión. Conviasa opera un tercio de los 23 aviones al igual que la línea Aeropostal.
El desastre eléctrico
Un inventario rápido: Eleoccidente, Eleoriente, Elecentro, Cadela, Semda, Enelbar, Enelven, Enelco, Seneca, Eleval, Elebol, Calife, Edelca, Caley, Termobarrancas. Todas fusionadas en Corpoelec. Que de 4.000 empleados pasó a 15.000. Y no es capaz de soportar su propia nómina.
En el sector agrícola
El chavismo se quedó con decenas de silos, Agroisleña y 15 sucursales, decenas de frigoríferos.
Cementerio de empresas públicas
Una lista rápida: Venepal, Éxitos, Abastos Bicentenarios, Invepal, Covinpa, Auto Irán-Venezuela, Inveval, Fribarsa, Rialca, Rualca, Enlandes.
El mundo de las cooperativas.
El Inces (Vuelvan Caras) financió 470.000 cooperativas pero sobreviven 17.000.
Qué pasó con las4.000.000 de hectáreas cultivables
Era el 10% del total de tierras productivas. Una inmensa parte de los beneficiados construyó ranchos precarios de vivienda, pues ese era el fin último de tantas invasiones fomentadas por el Gobierno.
Y los 40 gimnasios verticales amarillos-azul y rojos.
Estaban diseminados a lo largo de la República, sin propósito alguno, construidos por el Ministerio del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno.
Cómo la empresa china ZTE ayudó a Venezuela a construir un mecanismo de control social
Por Angus Berwick.
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CARACAS (Reuters) — En abril de 2008, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez envió a funcionarios del Ministerio de Justicia a visitar a sus homólogos en el centro de tecnología chino de Shenzhen.
La misión era conocer el funcionamiento del programa nacional de documentos de identidad de China, según dijo un miembro de la delegación venezolana.
Pero una vez en Shenzhen, los venezolanos se dieron cuenta de que una tarjeta podía hacer mucho más que solo identificar al dueño del documento.
En la sede del gigante chino de telecomunicaciones ZTE Corp, la delegación aprendió cómo China, mediante el uso de tarjetas inteligentes, estaba desarrollando un sistema que ayudaría a Pekín a seguir el comportamiento social, político y económico.
“Lo que vimos en China cambió todo”, dijo el asesor técnico Anthony Daquin, miembro de aquella delegación venezolana.
Su asombro inicial, dijo, se volvió gradualmente en temor de que un sistema así pudiera llevar a cometer abusos contra la privacidad de las personas en Venezuela.
“Ellos buscaban tener el control de los ciudadanos”, agregó.
Al año siguiente, cuando Daquin confesó sus preocupaciones a funcionarios venezolanos, fue detenido y extorsionado por agentes de inteligencia, dijo el asesor a Reuters. Le rompieron varios dientes al golpearlo con una pistola y lo acusaron de “traidor”, aseguró Daquin, quien dijo que por eso huyó del país.
Portavoces del gobierno venezolano no hicieron comentarios sobre la versión de Daquin.
El proyecto languideció, pero casi 10 años después de aquel viaje a Shenzhen, Venezuela lanzó una nueva tarjeta de identificación inteligente conocida como “carnet de la patria”.
La tarjeta transmite datos de sus titulares a servidores de computadoras. El carnet está cada vez más vinculado a la entrega de alimentos subsidiados, salud y otros programas sociales del gobierno, de los que depende la mayoría de los venezolanos para sobrevivir.
Y ZTE, cuyo papel en el proyecto de la patria se detalla aquí por primera vez, está en el corazón del programa.
Como parte de un esfuerzo oficial de 70 millones de dólares para reforzar la “seguridad nacional”, Venezuela contrató el año pasado a ZTE para armar una base de datos con los carnets y crear un sistema de pago móvil para usar con la tarjeta, según contratos revisados por Reuters.
Un equipo de empleados de ZTE ahora funciona dentro de una unidad especial de CANTV, la compañía estatal de telecomunicaciones de Venezuela que administra la base de datos, según dijeron cuatro empleados actuales y anteriores de CANTV.
El carnet de la patria genera preocupación entre algunos ciudadanos y grupos de derechos humanos que creen que es una herramienta para que el gobierno del presidente Nicolás Maduro monitorice a la población y reparta los escasos recursos entre sus leales.
“Es un chantaje”, dijo Héctor Navarro, uno de los fundadores del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y exministro de Chávez, sobre el programa del carnet de la patria.
“Los venezolanos que tienen el carnet de la patria tienen más derechos que los que no lo tienen”, agregó.
En una entrevista telefónica, Su Qingfeng, el jefe de la unidad de Venezuela de ZTE, confirmó que la empresa vendió a Caracas los servidores para la base de datos y que está desarrollando la aplicación de pago móvil.
La compañía, dijo Su, no violó las leyes chinas o locales y no tiene ningún papel en la forma en que Venezuela recopila o utiliza los datos de los titulares de tarjetas.
“No apoyamos al gobierno”, dijo. “Solo estamos desarrollando nuestro mercado”.
Un derrumbe de la economía en Venezuela está provocando hiperinflación, escasez generalizada de alimentos y medicamentos y un éxodo creciente de ciudadanos desesperados.
El presidente Maduro, el sucesor de Chávez, ha sido sancionado por Estados Unidos y es criticado por gobiernos desde Francia a Canadá por ser cada vez más autocrático.
Pero Maduro tiene un aliado. La tarjeta también muestra cómo China, a través de empresas vinculadas con el estado como ZTE, exporta conocimientos tecnológicos que pueden ayudar a los gobiernos de ideas afines a rastrear, recompensar y castigar a los ciudadanos.
La base de datos, según empleados del sistema de tarjetas y capturas de pantalla de datos de usuarios revisados por Reuters, almacena detalles como cumpleaños, información familiar, empleo e ingresos, inmuebles propios, historial médico, beneficios estatales recibidos, presencia en las redes sociales, membresía de un partido político y si una persona votó.
La divulgación por parte del gobierno de la participación de ZTE se ha limitado hasta ahora a una referencia pasajera en un comunicado de prensa de febrero de 2017 que le da crédito a la compañía por ayudar a “fortalecer” la base de datos.
El gobierno de Venezuela no respondió a las solicitudes de comentarios para este artículo.
Nadia Pérez, portavoz de CANTV, la firma estatal de telecomunicaciones, declinó hacer comentarios y Manuel Fernández, el presidente de la compañía, no respondió a correos electrónicos ni a mensajes de texto de Reuters.
El Ministerio de Justicia de China y su embajada en Caracas no respondieron a los pedidos de comentarios.
Aunque ZTE cotiza en bolsa, su principal accionista es una empresa estatal china y el gobierno es un cliente clave.
ZTE se ha enfrentado a Washington en el pasado por tener tratos con gobiernos vistos como autoritarios.
La compañía pagó este año 1.000 millones de dólares para llegar a un acuerdo con el Departamento de Comercio de Estados Unidos, en una de las varias multas que la empresa recibió tras enviar equipos de telecomunicaciones a Irán y Corea del Norte, violando las sanciones de Washington y leyes de exportación.
La acción del Departamento de Comercio fue desencadenada por un informe de 2012 de Reuters indicando que ZTE vendió a Irán un sistema de vigilancia, que incluía componentes de Estados Unidos, para espiar las telecomunicaciones de sus ciudadanos.
Expertos legales en Estados Unidos dijeron que no está claro si ZTE y otras compañías que proveen el sistema del carnet de la patria violan sanciones impuestas por Washington a altos dirigentes venezolanos al dar herramientas que los críticos creen que refuerzan la permanencia del gobierno en el poder.
Fernández, el presidente de CANTV, es uno de los sancionados debido a la censura que la empresa aplica al internet en Venezuela, según un comunicado del Departamento del Tesoro.
Pero las prohibiciones hasta ahora buscan primordialmente frustrar los negocios con Maduro y otros altos funcionarios, no el comercio habitual en Venezuela.
Aún así, los legisladores estadounidenses y otros críticos del gobierno de Maduro están preocupados por el papel de ZTE en Venezuela. “China está en el negocio de exportar su autoritarismo”, dijo a Reuters el senador estadounidense Marco Rubio, en un correo electrónico.
“La creciente dependencia del régimen de Maduro en ZTE en Venezuela es solo el último ejemplo de la amenaza que las empresas chinas dirigidas por el Estado representan para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, agregó.
Para entender cómo funciona el carnet de la patria y cómo nació, Reuters revisó contratos confidenciales y documentos internos del gobierno relacionados con su desarrollo.
También entrevistó a docenas de empleados actuales y anteriores de ZTE, del gobierno venezolano y de CANTV, o la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, como se conoce formalmente a la empresa.
Los entrevistados confirmaron los detalles del proyecto y los orígenes del plan que narró Daquin.
“UN INTENTO DE CONTROLARME”
A lo largo del año pasado, Maduro instó a los ciudadanos a inscribirse y sacar la nueva tarjeta, y dijo que es esencial “construir un nuevo poder popular en Venezuela”. Unos 18 millones de personas -más de la mitad de la población- ya lo han hecho, según cifras del gobierno.
“Con este carnet vamos a hacer todo de ahora en adelante”, dijo Maduro por la televisión estatal en diciembre pasado.
Para alentar su adopción, el gobierno ha dado premios en efectivo a los titulares de los carnet por desempeñar tareas cívicas, como reunir a los votantes.
También ha otorgado pagos únicos, como a las mamás inscritas en el sistema, a quienes dio un bono por el Día de la Madre de aproximadamente dos dólares. El pago, en mayo pasado, era equivalente a casi un salario mínimo mensual, que alcanza para comprar un cartón de huevos al ritmo actual de la inflación.
Maduro además está tomando medidas para forzar la adopción de la tarjeta.
El gobierno ahora dice que los venezolanos necesitan el carnet para recibir beneficios que incluyen medicamentos, pensiones, canastas de alimentos y combustible subsidiado.
En agosto, los jubilados protestaron frente a las oficinas principales del instituto nacional de seguridad social y se quejaron de que la regla de exigir el carnet de la patria para cobrar su dinero limitaba el acceso a pensiones ganadas con esfuerzo.
Benito Urrea, un diabético de 76 años, dijo a Reuters que una médica estatal le negó recientemente una receta de insulina y lo acusó de ser miembro de la “derecha” porque no se había inscrito en el sistema del carnet. Como muchos venezolanos, sobre todo aquellos que se oponen al gobierno de Maduro, Urrea ve la tarjeta con sospecha.
“Lo sentí como un intento de persuadirme, comprarme, por mis necesidades”, dijo Urrea en su departamento de Caracas.
Reuters no pudo ponerse en contacto con la doctora.
Con los servidores comprados a ZTE, el gobierno está creando una base de datos que algunos ciudadanos temen esté identificando a quienes apoyan al gobierno y a los que no lo hacen.
Parte de la información, como los datos de salud, se recopila al usar el carnet. Otros datos se obtienen al inscribirse.
Los titulares de tarjetas y los grupos locales de derechos humanos dijeron a Reuters que los administradores hacen preguntas sobre ingresos, actividades políticas y perfiles de redes sociales antes de emitir el carnet.
Los funcionarios públicos se enfrentan a una presión especial para inscribirse, de acuerdo con más de una docena de trabajadores estatales.
Al escanear sus tarjetas durante la elección presidencial en mayo pasado, los jefes les dijeron a los empleados de varias oficinas gubernamentales que les enviaran fotos de ellos en las urnas, aseguraron.
Un documento del Ministerio de Justicia revisado por Reuters mostraba una lista de empleados estatales que no votaron.
Después de que Chávez asumió la presidencia en 1999, buscó empoderar a los venezolanos “invisibles” que no podían acceder a los servicios básicos.
En los años siguientes, más ciudadanos recibieron documentación, pero los carnets eran frágiles y fáciles de falsificar, según un informe del Ministerio de Justicia de 2007.
El informe, revisado por Reuters, recomendó una nueva tarjeta habilitada para usar un microchip que sería más difícil de falsificar, pero no se avanzó en ese esfuerzo.
Ese diciembre, luego de casi una década de gran popularidad, Chávez sufrió su primera derrota electoral, perdiendo un referéndum para eliminar los límites al período de gobierno.
Poco después, los precios del petróleo se desplomaron, golpeando a la economía casi monoproductora.
Chávez se esforzó para apaciguar su base de clase trabajadora, incluyendo a muchos que aún carecían de esos documentos de identidad. Y envió a China a Daquin, el principal asesor de seguridad de la información de su Ministerio de Justicia.
La tecnología que Daquin y sus colegas conocieron en Shenzhen fue la base de lo que se convertiría en el “Sistema de Crédito Social” de China.
El sistema, en constante evolución y parte del cual usa “tarjetas inteligentes de ciudadanos” desarrolladas por ZTE, califica a las personas según su comportamiento, incluida su solvencia financiera y la actividad política.
El buen comportamiento puede hacer que los ciudadanos obtengan descuentos en servicios públicos o préstamos. Las “malas notas” pueden llevar a que se les prohíba usar el transporte público o que sus hijos no puedan ingresar a las mejores escuelas.
Los ejecutivos de ZTE mostraron las tarjetas inteligentes venezolanas a las que se integró una identificación por radiofrecuencia o RFID, una tecnología que permite a través de ondas de radio rastrear la ubicación y datos.
Otras tarjetas utilizan los llamados códigos de respuesta rápida, o QR, códigos de barras matriciales que se usan comúnmente para almacenar y procesar información.
Después del viaje, Venezuela volteó la mirada a Cuba, su más cercano aliado político, y le pidió ayuda para crear su propia versión de tarjetas RFID.
“El nuevo objetivo era Big Data”, dijo Daquin.
En junio de 2008, Venezuela acordó pagarle a una empresa estatal cubana 172 millones de dólares para desarrollar seis millones de tarjetas, según una copia del contrato.
Los funcionarios del gobierno cubano no respondieron a las preguntas sobre el acuerdo.
Para el año 2009, Daquin comenzó a inquietarse por el potencial que tenía el programa del carnet para cometer abusos en la privacidad de los ciudadanos. Y expresó sus preocupaciones ante funcionarios como Vladimir Padrino, un general de la época que ahora es ministro de Defensa de Venezuela.
El Ministerio de Defensa no respondió a las llamadas telefónicas, correos electrónicos ni a una carta presentada por Reuters para hacer comentarios.
En la mañana del 12 de noviembre del 2009, en su panadería habitual de Caracas, seis oficiales armados con uniformes de la agencia nacional de inteligencia esperaban a Daquin, según contó a Reuters.
Le mostraron fotos de su hija y lo obligaron a conducir hacia el este, hacia la ciudad de Guatire.
En un camino secundario, dijo Daquin, lo golpearon con pistolas, le metieron un arma en la boca y le sacaron varios dientes, que aún le faltan.
“¿Por qué traicionas a la revolución?”, preguntó uno.
Le exigieron 100.000 dólares por su liberación, dijo Daquin.
Daquin, quien dice que había estado ahorrando durante años para comprar una propiedad, fue a su casa, sacó dinero de una caja fuerte y se lo entregó a los hombres.
Esa noche, reservó un vuelo para él, su esposa y sus tres hijos a Estados Unidos, donde ha vivido desde entonces, trabajando como asesor de seguridad de la información.
Su hermano, Guy, que también vive en Estados Unidos, confirmó la narración de Daquin.
La documentación revisada por Reuters corrobora su papel en el Ministerio, y personas familiarizadas con el trabajo de Daquin confirmaron su participación en el proyecto del carnet.
Después de que Daquin huyó, el contrato con Cuba no llegó a ninguna parte, según otro exasesor.
En marzo de 2013, Chávez murió. Maduro, su heredero como candidato del Partido Socialista, fue elegido presidente al mes siguiente. El prolongado desplome petrolero arrastró a Venezuela a la recesión.
“AVERIGUAREMOS”
Con el aumento de la pobreza y el hambre, el gobierno lanzó en 2016 un programa para distribuir paquetes de alimentos subsidiados. Contrató a Soltein SA de CV, una compañía con sede en México, para diseñar una plataforma en línea para rastrear los paquetes, según los documentos revisados por Reuters.
La plataforma fue el comienzo de la base de datos que ahora se usa para el sistema del carnet de la patria.
Los directores de Soltein, según los perfiles de LinkedIn, son en su mayoría exempleados estatales cubanos.
Una persona que contestó un teléfono registrado a nombre de Soltein negó que la empresa trabajara en el sistema de la patria. Una mujer en la dirección registrada de la compañía en la ciudad turística de Cancún dijo a Reuters que nunca había oído hablar de Soltein.
El sistema funcionó. Un 90 por ciento de los residentes del país recibe hoy los paquetes de alimentos, según un estudio publicado en febrero por la Universidad Católica Andrés Bello y otras dos universidades.
Ya más satisfecho con su capacidad de rastrear las entregas, el gobierno buscó saber más sobre los beneficiarios, de acuerdo con personas involucradas en el proyecto. Así que volvió a ZTE.
La empresa china, que está en Venezuela desde hace aproximadamente una década, tiene más de 100 empleados que trabajan en dos pisos de un rascacielos de Caracas. Primero trabajó con CANTV, la compañía de telecomunicaciones, para habilitar la programación de televisión en línea.
Como muchas empresas estatales en Venezuela, CANTV está sedienta de inversiones.
ZTE se convirtió en un socio clave, asumiendo muchos proyectos que alguna vez hubieran sido responsabilidad de CANTV, dijeron personas familiarizadas con ambas compañías.
La compañía china está ayudando hoy al gobierno de Venezuela a construir seis centros de respuesta a emergencias que monitorizan las principales ciudades del país, según un comunicado de prensa de 2015.
En 2016, ZTE comenzó a centralizar para el gobierno la vigilancia por video de todo el país, dijeron empleados actuales y anteriores.
En su empuje final por los carnets de la patria, el gobierno ya no consideraba la tecnología RFID, según personas familiarizadas con el esfuerzo. La tecnología de rastreo era demasiado costosa.
En cambio, le pidió a ZTE que lo ayudara con los códigos QR, los cuadros en blanco y negro que los usuarios de teléfonos inteligentes pueden escanear para dirigirse a sitios web.
ZTE desarrolló los códigos, a un costo de menos de 3 dólares por cuenta, y el gobierno imprimió las tarjetas, vinculándolas a la base de datos de Soltein, dijeron esas fuentes.
En una llamada telefónica con Reuters en septiembre, Su, el jefe de negocios de ZTE en Venezuela, confirmó el acuerdo de la compañía con CANTV. Se negó a responder otras preguntas.
Maduro presentó las tarjetas en diciembre de 2016. En un discurso televisado, sostuvo una, agradeció a China por prestar un apoyo que no especificó y dijo que “todo el mundo debe carnetizarse”.
El sistema de identificación, que aún se ejecuta en la plataforma Soltein, todavía no se había migrado a los servidores ZTE.
El desastre pronto golpeó. En mayo de 2017, los hackers irrumpieron en la base de datos del sistema del carnet. El ataque fue llevado a cabo por activistas anónimos anti Maduro conocidos como TeamHDP.
El líder del grupo, en una cuenta en Twitter bajo el nombre @YoSoyJustincito, escribió que el pirateo fue “sumamente sencillo” y estaba motivado por la misión del TeamHDP de exponer los secretos de Maduro.
El hacker, que habló con Reuters por mensajes de texto, se negó a ser identificado y dijo que ya no está en Venezuela. Un administrador de CANTV que luego ayudó a migrar la base de datos a los servidores ZTE confirmó los detalles de la violación.
Durante el hackeo, TeamHDP tomó capturas de pantalla de los datos de los usuarios y eliminó las cuentas de los funcionarios del gobierno, incluido Maduro. Más tarde, el presidente apareció en la televisión escaneando su tarjeta y recibiendo un mensaje de error: “La persona no existe”.
Las capturas de pantalla de la información de varias cuentas de tarjetas, compartidas por TeamHDP con Reuters, incluían números de teléfono, correos electrónicos, domicilios, participación en eventos del Partido Socialista e, incluso, si una persona tiene una mascota.
Las personas familiarizadas con la base de datos dijeron que las capturas de pantalla parecen auténticas.
Poco después del hackeo, Maduro firmó un contrato de 70 millones de dólares con CANTV y un banco estatal para proyectos de “seguridad nacional”. Eso incluyó el desarrollo de una “base de datos centralizada de la patria” y una aplicación móvil para procesar pagos asociados con la tarjeta, como la compra de la caja de alimentos que entrega el gobierno a precio de descuento.
“La seguridad integral de la nación (…) pretende ser vulnerada por factores apátridas y antiimperialistas”, dice el contrato, que sostiene que una parte no revelada del dinero provendría del Fondo Conjunto de China y Venezuela, un programa de financiamiento bilateral.
Un contrato relacionado, también revisado por Reuters, asigna la base de datos y los proyectos de aplicaciones de pago a ZTE. El documento no revela cuánto de los 70 millones de dólares se destinarían a la empresa china.
ZTE declinó comentar sobre los detalles financieros de su negocio en el país petrolero. Ni el gobierno venezolano ni el chino respondieron a preguntas de Reuters sobre los contratos.
En julio de 2017, Soltein transfirió la propiedad de los datos del sistema de la patria a CANTV, según muestran los documentos del proyecto.
Un equipo de una docena de desarrolladores de ZTE comenzó a reforzar la capacidad y la seguridad de la base de datos, dijeron los empleados actuales y anteriores de CANTV.
Entre otras medidas, ZTE instaló unidades de almacenamiento de datos construidas por Dell Technologies Inc., con sede en los Estados Unidos, según un documento de ZTE. La portavoz de Dell, Lauren Lee, dijo que ZTE es un cliente en China, pero que la empresa no vende equipos a ZTE en Venezuela.
Agregó que Dell revisó sus transacciones en Venezuela y que tampoco tenía conocimiento de ninguna venta a CANTV.
“Dell se compromete a cumplir con todas las leyes aplicables donde hacemos negocios”, dijo Lee en un correo electrónico. “Esperamos que nuestros clientes, socios y proveedores sigan estas mismas leyes”.
En mayo, Venezuela celebró elecciones que fueron desacreditadas por gobiernos extranjeros después de que las autoridades electorales venezolanas inhabilitaran a varios partidos de oposición.
Antes de la jornada electoral, los funcionarios del partido gobernante instaron a los votantes a estar “agradecidos” por la generosidad del gobierno a través de los carnet de la patria.
Instalaron quioscos llamados “puntos rojos” cerca de los centros de votación, donde los votantes podían escanear sus tarjetas y registrarse. El mismo Maduro prometió un “premio de la patria” para quien votara.
Los que escanearon sus tarjetas más tarde recibieron un mensaje de texto agradeciéndoles por apoyar a Maduro, según varios titulares de tarjetas y un mensaje de texto revisado por Reuters.
Los premios para votar, sin embargo, nunca fueron emitidos, dijeron los dueños de las tarjetas y personas familiarizadas con el sistema.
Los empleados actuales y anteriores de CANTV dicen que la base de datos registra si votó una persona, pero no cómo.
Sin embargo, a algunos votantes se les hizo creer que el gobierno lo sabría.
Una organizadora de un comité de distribución de alimentos en la ciudad de Barinas, en el oeste del país, aseguró que empleados del gobierno le pidieron a ella y a sus colegas que les dijeran a los beneficiarios de las cajas con comida que podían saber cómo votaron.
“Nosotros nos vamos a enterar si va a votar o no por el gobierno”, recordó la mujer haberles dicho.
Los trabajadores del Estado dicen que son un blanco. Una presentación interna de CANTV del año pasado dijo que el sistema puede transmitir información de la base de datos a los ministerios para ayudar a “generar estadísticas y tomar decisiones”.
Después de la votación, oficinas gubernamentales, como el estatal Banco Bicentenario, enviaron listas a CANTV con nombres de empleados estatales para determinar si habían votado, según un gerente que ayudó a configurar los servidores.
El Banco Bicentenario no respondió a un pedido de comentarios.
Ahora que los datos personales están tan disponibles, algunos ciudadanos temen perder más que sus empleos, dijo Mariela Magallanes, una legisladora de la oposición que encabezó una comisión para investigar los carnet de la patria.
“El gobierno sabe exactamente quién es más vulnerable a la presión”, dijo.
—Reporte adicional de Adam Jourdan en Shanghái, Ben Blanchard en Pekín, Eric Auchard en Londres, Sarah Marsh en La Habana, Francisco Aguilar en Barinas, Iván Alonso en Cancún, Christine Murray en Ciudad de México y Andreína Aponte en Caracas. Editado en español por Vivian Sequera y Pablo Garibian.
Luis Almagro afirma que 22,000 cubanos se infiltraron en Venezuela. Almagro es el Secretario General de la OEA. Tiene buenas fuentes de información.
No existe la menor duda de que los servicios de inteligencia y otras ramas militares de Cuba controlan totalmente a Venezuela.
Nicolás Maduro es sólo un títere manejado por La Habana. Por eso lo eligieron Fidel y Raúl Castro. Su debilidad es su mayor atractivo. No tiene formación militar, los comunistas venezolanos piensan que es un improvisado. Todo lo que sabe de marxismo lo aprendió en un cursillo apresurado impartido en la Escuela de Cuadros del PC “Ñico López” de Cuba. Sus idioteces esotéricas – hablaba con los pajaritos, veía la imagen de Chávez en las paredes- lo desacreditaron totalmente. Para sus amos eso resulta conveniente.
La subordinación de Venezuela a Cuba es un acto contra natura. Venezuela tiene más deocho veces el tamaño de la Isla. Posee tres veces la población cubana. En los 40 años de democracia, comenzados, aproximadamente, un año antes que la Revolución cubana, el países desarrolló en todos los sentidos, alcanzando un estadio económico, social y cultural mucho mayor que el de la metrópolis que hoy la sujeta fuertemente por la entrepierna y absorbe una buena parte de sus riquezas.
En ese periodo, la nación creó medio centenar de universidades y la intelligentsia venezolana acudió a formarse a los grandes centros culturales del planeta. El resultado fue que, en torno al año 2000, Venezuela, pese a todos los errores cometidos por sus gobernantes, y no obstante la extendida corrupción que existía, era la primera nación de América Latina y un receptor neto de inmigrantes que acudían seducidos por las indudables oportunidades deprosperar que el país ofrecía a la riada de extranjeros.
No es la primera vez que un país pequeño, pobre y culturalmente inferior consigue dominara otro infinitamente superior. Hay otros, pero el ejemplo de Mongolia en el siglo XIII es elocuente. Gengis Khan creó un imperio, el mayor de la historia, que iba desde la península coreana en Asia hasta el Danubio en Europa, China incluida. ¿Cómo lo logró? Sabía hacer la guerra. Sus arqueros disparaban certeramente desde sus caballitos pequeños, pero fuertes, a los que los guerreros sangraban por las noches para alimentarse durante las largas cabalgatas.
Gengis Khan estaba determinado a triunfar. Premiaba generosamente a los que se sometían y era implacable con los que resistían. Recurría al antiquísimo método del palo y las zanahorias.
Es lo que han hecho todos los imperios. Tenía un método de gobierno primitivo y torpe, mas no era una horda desordenada. Simultáneamente, él y sus capitanes preñaban a cuanta mujer fértil les parecía atractiva. Hoy existen millones de europeos dotados de genes mongoles que ni siquiera saben de sus ancestros feroces.
Orlando Avendaño, un joven periodista venezolano, colaborador de PanAm Post, ha escritoun magnífico libro sobre el sometimiento de Venezuela a Cuba. Se titula Días de sumisión e inmediatamente se explica en el subtítulo: Cómo el sistema democrático venezolano perdió la batalla contra Fidel.
La obra lleva como exergo una paradójica frase del escritor francés Michel Houellebecq. Dice el novelista: “la cima de la felicidad humana radica en la más absoluta sumisión”. En su polémica ficción anticipatoria, titulada Sumisión, en las elecciones del 2022 los franceses eligen como gobernantes un partido y un presidente islamistas, sabedores de que les impondrán la implacable sharía como ley nacional.
¿Existe el componente masoquista de una parte sustancial de los venezolanos en las relaciones con el poder de los Castro? No lo creo. Se someten por miedo. Los que huyen piensan que todo está perdido y es preferible huir a resistir.
Los militares, como todos, no ignoran que el 85 por ciento de los venezolanos quisiera que terminara esa pesadilla, pero le temen a la inteligencia cubana, secretamente presente en todos los cuarteles, donde los rifles y los proyectiles están separados para que a nadie se leocurra conspirar.
El régimen de La Habana no sabe crear riquezas, pero es experto en mantener el poder. Lo aprendió del KGB y de la Stasi.
Incluso, se da la paradoja del “colaborador inconforme”. Es el agobiado personajillo convencido de que lo que hace es terriblemente perjudicial, pero insiste en ello porque forma parte de la estructura del terror (lo tiene y lo genera) y padece algo más poderoso que el acuciante juicio moral interno: el “espíritu de cuerpo”.
Esa sensación de pertenencia que vincula a los seres humanos y les permite convertirse en bestias.
@CarlosAMontaner. El último libro de CAM es una revisión de Las raíces torcidas deAmérica Latina, publicada por Editorial Planeta.
La debacle venezolana alcanza límites insospechados.
La última vez que Argentina tuvo una hiperinflación fue allá por el año 1990. En Alemania fue mucho antes, en la década del ‘20, cuando la inflación mensual más alta llegó a nada menos que 29.500%.
Para tomar dimensión de esa cifra, los precios en Alemania en 1923 se duplicaban cada 3,7 días.
En la actualidad, sin embargo, es difícil encontrar estos escenarios. Salvo por la lejana Zimbabwe, que tuvo un episodio de 98% de inflación por día en el año 2008, el mundo ha logrado dominar la inflación.
De acuerdo con un análisis del World Economic Forum, solo 2 de cada 10 países tiene inflaciones superiores al 5% anual.
Así como se escucha, mientras Argentina lucha por bajar la inflación del 30%, la gran mayoría de los países del mundo tiene tasas inferiores a 5%.
Obviamente, este no es el caso de Venezuela.
Dictadura y colapso hiperinflacionario
Recientemente se conoció un informe del FMI sobre América Latina. En dicho trabajo, que divulga algunas de las principales proyecciones del Fondo sobre los países de la región, hay un extenso espacio para referirse a la situación que atraviesa el país gobernado por la dictadura de Maduro.
De acuerdo con el comunicado oficial:
Venezuela permanece hundida en una profunda crisis económica y social. El PBI real esperamos que decrezca en 18% en 2018 –lo que constituye el tercer año consecutivo de caídas de dos dígitos-, debido a la fuerte merma de la producción de petróleo y las extensas distorsiones microeconómicas que se añaden a enormes desequilibrios macro. Esperamos que el gobierno continúe financiando su gran déficit fiscal con emisión de dinero, lo que continuará alimentando la inflación en medio del colapso de la demanda de dinero. Proyectamos un salto de la inflación hasta el 1.000.000% para fines de este año.
Tal como se escucha, un millón por ciento. Para tomar conciencia de lo que significa esta cifra, se trata de una inflación mensual de 115%, 31 veces la del pésimo mes de junio en Argentina. En menos de un mes los precios se duplican en Venezuela.
En medio de esta debacle monetaria, la economía se hunde.
El PBI, que caerá 18% este año según el FMI, acumula un descenso de 50% desde 2013, cuando murió Chávez y Maduro tomó las riendas del poder. O sea que hoy la cantidad de bienes y servicios que produce la economía venezolana es la mitad de la que producía hace 5 años.
La pobreza es moneda corriente en un país de estas características. Y las imágenes que llegan desde allí así lo demuestran.
Ahora bien, no es que Maduro haya recibido un país fascinante. La semilla de la destrucción del bolivarianismo estaba plantada hace largo rato. El nuevo gobierno, por arte de algún milagro, podría haber decidido cambiar de rumbo y abandonar el socialismo chavista. Sin embargo, eligió profundizarlo.
Es así que llegamos a esta situación, con una dictadura totalmente asentada, y con un colapso económico de proporciones impensadas.
Hiperinflación
En mi último libro, en el capítulo cuatro, analizo el fenómeno de la inflación. Allí planteo, tal como explica el FMI, que la inflación es exclusivamente un fenómeno monetario. Es decir, que es un problema que tiene el dinero que circula en un país, no un tema de avaricia empresaria, concentración económica u otras yerbas.
Mucho menos, claro, es el fenómeno derivado de la felicidad de la gente, que en su alegría está dispuesta a pagar más, como alguna vez dijo un filósofo local.
Ahora para que haya una hiperinflación no es suficiente con que se emita mucho dinero para financiar déficits fiscales. Eso, claro, puede generar una enorme suba de precios, con ritmos del 40%, 80%, o 160% anual… Sin embargo, una hiperinflación exige algo más. Y ese algo es lo que se conoce como “huida del dinero”. Manuel Solanet, autor de “La Hiperinflación del ‘89”, lo explica de esta forma:
Cuando la gente advierte que el dinero pierde valor cada vez más aceleradamente, también se desprende de él más rápidamente. Se apura a gastarlo o a cambiarlo por dólares, oro u otros valores estables. Los billetes permanecen menos tiempo en las billeteras y los depósitos bancarios rotan rápidamente. La velocidad de circulación aumenta… Una duplicación de la velocidad de circulación del dinero tiene el mismo efecto inflacionario que una duplicación de la masa monetaria.
Hoy Venezuela no solo tiene a un lunático en el poder, que emite dinero como si no hubiera mañana, sino que los venezolanos, temerosos y totalmente desesperanzados con el “Socialismo del Siglo XXI”, rechazan rápidamente los papeles que éste emite.
Argentina a años luz
Un año después de llegado Maduro al poder, la inflación en Venezuela pasó de las cercanías del 30% anual al orden del 60%. Un año después estaba por alcanzar el 200%.
La situación en Argentina es muy distinta. Tras la llegada de Macri, la inflación de 27% pasó al 40%, pero luego bajó al 25%. Para este año, los números no son alentadores, pero se espera que como máximo estemos en 32% anual.
En Venezuela, el tirano Maduro continuó con sus frenéticas políticas de gasto y emisión monetaria, mientras acusaba a los empresarios por los precios. Además, reprimió brutalmente manifestaciones, y todo el orden institucional en Venezuela tambalea.
El contraste no puede ser mayor con Argentina. Si bien todavía hay muchos desequilibrios por corregir, la institucionalidad está recomponiéndose, y el gobierno busca terminar con la inflación, financiando su déficit con deuda y restringiendo la emisión monetaria.
Obviamente, si la demanda de dinero cayera brutalmente, la inflación en Argentina podría dar un salto impresionante… ¿Pero por qué habría que suponer eso?
Es decir, si mi abuela no estuviera muerta, estaría viva. El razonamiento es impecable, ¿pero cuál es su relevancia?
Para ir cerrando, Argentina todavía tiene problemas de inflación en un mundo que prácticamente ha terminado con ella. Sin embargo, que ocurra un escenario hiperinflacionario, o que la inflación salte al 150%, 200% o 300%, es sencillamente una alucinación.
De hecho, después de este año, creo que finalmente vamos a ir viendo una convergencia hacia una mayor normalidad.
«El trueque es nuestra divisa»: la fórmula de los venezolanos ante la crisis del bolívar
La moneda nacional ha dejado de ser un valor de cambio para el pueblo de Venezuela, obligado al «living by trueque».
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El bolívar se ha devaluado tanto que los venezolanos están recurriendo cada vez más al intercambio de mercancías por servicios o cualquier otro producto, una práctica de los tiempos en que no existía el papel moneda.
«Living by trueque», dice en su cuenta de Twitter alguien que se hace llamar Martinera. «El trueque es nuestra divisa».
Se trata de una persona de Nueva Esparta citada por TalCual digital a quien la dueña de la vivienda que alquila le pidió que pagara la renta con comida, no con dinero.
«Ya había pagado carreras de taxi con harina de maíz y canillas, por solicitud del taxista», cuenta Martinera. «Pero lo del alquiler ya trasciende a otro nivel».
«Hago servicios por comida para poder sobrevivir», le dijo a la agencia Reuters Julio Blanco, un mototaxista de 34 años.
En Río Chico, estado de Miranda, los pescadores llegan con la captura del día y prefieren el trueque a la venta, según Reuters, y cita a una mujer de 30 años que ofrece la pesca matutina de su esposo a cambio de medicinas para un hijo enfermo de epilepsia o comida para los cuatro hijos.
Lo hace también Alfredo Silva, barbero de 40 años en la parroquia de La Vega, del municipio capitalino Libertador.
Dentro y fuera del país los billetes de la moneda nacional venezolana están siendo usados hace rato para confeccionar todo tipo de piezas de artesanía. La materia prima se consigue fácil: «La gente los bota porque no sirven para comprar nada, ya nadie los acepta», le dijo a la agencia AFP Wilmer Rojas, un venezolano de 25 años.
En un video posteado en Youtube a estas alturas de 2017, el autor, «Luisito Comunica», se escandaliza porque el cambio está a cinco mil bolívares por un dólar. Este jueves, dolartoday.com reportaba que el cambio está a más de tres millones y medio de bolívares por un dólar.
«El papel con el que se hace el billete tiene más valor que el billete mismo«, decía ya entonces el comentarista.
El año pasado, elvenezolanonews.com ya hablaba del trueque como una práctica creciente en el país. Curiosamente, el propio gobierno lo promovió alguna vez. En mayo de 2016 el Ministerio de Cultura de Venezuela, encabezado entonces por Freddy Ñáñez, lanzó una convocatoria en el estado de Bolívar «con el propósito de reimpulsar esta tradición».
Curiosamente todo esto sucede en un momento en que los precios han tenido un repunte histórico, momento que sería propicio para revertir la situación de acoso con acciones creíbles que impliquen una recuperación de la producción y un restablecimiento del crédito de la nación.
Por Aurelio Concheso.
Que la principal industria del país, y otrora cuarta empresa petrolera del Mundo se encuentre entre la espada y la pared es un testimonio a como la mala gerencia, la ausencia de una visión estrategia viable, la voracidad en utilizar para otros menesteres recursos correspondientes a reinversión en operaciones y una obsesión por esconder o adulterar las cifras de sus operaciones, puede llevar a esos resultados.
Entre otras cosas, se demuestra una peculiar habilidad en tornar las victorias en derrotas, como lo demuestra lo relacionado con la demanda de Conoco-Phillips que hoy tiene a los tanqueros venezolanos huyendo en desbandada antes que los embarguen, de las refinerías y terminales de las islas ABC (Aruba, Bonaire y Curazao), nodos logísticos claves para la operatividad de PDVSA.
Conoco demandó a PDVSA por USD $20,000 millones (con la esperanza de que le otorgaran USD $10,000 millones) por la apropiación de su mejorador de crudo de la Faja, y luego de diez años fue adjudicado tan solo $2,000. ¿Un triunfo para la nación? Bueno si, si alguien hubiera tenido la previsión de reservar es monto para hacerle frente al compromiso.. Pero claro, había otras “prioridades” ninguna de las cuales incluía invertir en sostener y aumentar la producción.
Paralelamente, el riesgo de acciones coordinadas de corto plazo por parte de los tenedores de bonos que hasta ahora no se han movido para demandar el pago de intereses vencidos, y de acreedores por servicios prestados como Halliburton y otros que hasta ahora habían esperado pacientemente a que alguien se dignara lidiar con el problema, han aumentado, ante el peligro para esto de quedarse como último en la cola.
Curiosamente todo esto sucede en un momento en que los precios han tenido un repunte histórico, momento que sería propicio para revertir la situación de acoso con acciones creíbles que impliquen una recuperación de la producción y un restablecimiento del crédito de la nación.
En vez de tomar esa vía, empieza circular en la prensa especializada (como Platts Oilgram) la especie de que se está considerando una declaratoria de fuerza mayor, como forma de salirse de los contratos de suministro de largo plazo con clientes tradicionales sin pagar costos de demanda por hacerlo.
No nos consta que eso se esté considerando, pero nos adelantamos a decir que en la práctica esa puerta está cerrada. Esto es así porque la “fuerzas mayor” es una situación claramente tipificada en la legislación internacional.
Su declaratoria requiere que la imposibilidad de cumplir sea producto de un acto de la naturaleza (terremoto, explosión volcánica, tsunami) o un evento bélico en la que el declarante no tiene arte ni parte, como por ejemplo un cierre del estrecho de Ormuz por una guerra Irán-Iraq que afecte tanqueros cargando en terminales saudí o kuwaitís. En inglés el término se traduce como “Act of God” o Acto de Dios y Venezuela trató de aducirlo cuando el paro petrolero de 2002 sin éxito.
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¿Cómo se sale del entuerto? Básicamente restableciendo los niveles de producción normales de la Nación del orden de los 3 millones de barriles diarios. El problema que eso requiere inversión, sobre todo en perforación de pozos, y PDVSA ni tiene el dinero para hacerlo, ni quien se lo proporciona. Los niveles de los que hablamos requieren unos 130 taladros perforando, cada uno costando unos USD $10 millones, y en la actualidad escasamente operan una treintena.
Existen empresas con tecnología de punta y capacidad financiera que pueden acometer esta tarea, pero no lo harán como subcontratistas de una entelequia quebrada y acosada, por lo que habría llegado el momento de repensar como lograr que haya producción sin que esta tenga que estar solamente en manos de un ente insolvente, plagado por el clientelismo y la ineficiencia. Hay formas de hacerlo sin perder soberanía, solo se requiere despojarse de algunos de los paradigmas que nos han traído hasta aquí.
—Aurelio F. Concheso es venezolano, ingeniero mecánico graduado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), empresario y moderador del programa radial de economía “La Otra Vía».