Francia, Italia y España vs. Alemania

junio 21, 2012

Francia, Italia y España buscan un frente común contra Alemania

Por Gabriele Steinhauser y William Horobin

 

Italia, Francia y España están intentando adoptar un frente unido contra Alemania con el fin de encontrar nuevas formas de combatir la crisis de deuda de la zona euro.

Pero el plan más reciente del trío —usar los fondos de rescate de Europa para comprar la deuda soberana de España e Italia— probablemente reciba una fría recepción por parte de Alemania si implica flexibilizar las reglas del fondo de rescate o acudir a recursos del Banco Central Europeo.

Funcionarios del gobierno italiano afirmaron el miércoles que una propuesta aún vaga por parte del primer ministro Mario Monti de comenzar a comprar bonos con los fondos de rescate de Europa sería un tema de discusión en una cumbre entre los cuatro países que se celebrará en Roma el viernes.

Los fondos de rescate europeos pueden ser usados para comprar bonos gubernamentales, pero aún no se han utilizado con ese fin. Un programa de este tipo fue concebido de forma tal que permita a países bajo presión del mercado recibir ayuda sin los compromisos que implica un plan de rescate a escala completa. Hasta ahora, los países han preferido acudir al BCE cuando necesitan financiación. Hasta la semana pasada, el BCE tenía 210.500 millones de euros (US$267.000 millones) en bonos gubernamentales, pero siempre ha sido un comprador renuente y realizó sus últimas compras de este tipo a mediados de marzo.

Los comentarios de Monti, que fueron respaldados por el presidente francés François Hollande y que fueron calificados por un ministro español como «inteligentes», parecen sugerir que las compras de bonos usando los fondos del rescate podrían activarse automáticamente.

«La idea es que los países virtuosos, como Italia, puedan conseguir financiación para su deuda soberana a tasas de interés diferentes a las de países que se perciben como que no hicieron esfuerzos», sostuvo Hollande.

Bajo una propuesta, los fondos de rescate asegurarían contra pérdidas las compras de bonos realizadas por el BCE, indicó un funcionario europeo. La esperanza es que eso convenza al banco central, que tiene mucha más artillería, para reiniciar su propio programa de compra de bonos, señaló la fuente. El seguro contra pérdidas efectivamente apalancaría los recursos de los fondos de rescate.

Las propuestas de Monti parecen diseñadas para acelerar la activación de la compra de bonos con el dinero del rescate al reducir los obstáculos políticos, sostuvo Mujtaba Rahman, analista de Eurasia Group, en Nueva York.

Cualquier intento de flexibilizar las reglas de rescate, sin embargo, sería rechazado de plano por Alemania, que también se opone desde hace tiempo a un rol mayor del BCE en la resolución de los problemas de deuda de países individuales.

«Nunca habrá compras sin condiciones», señaló un vocero del gobierno alemán.

Especulaciones de que la zona euro pronto podría usar sus fondos de rescate para comprar bonos italianos y españoles redujeron el miércoles los costos de financiación de ambos países.

Los comentarios más recientes de Monti y Hollande también pusieron de manifiesto los cambios en la diplomacia europea desde que Hollande fue elegido en mayo. Durante las cumbres europeas de los últimos tres años, Merkel habitualmente encontraba apoyo en el ahora ex presidente francés Nicolas Sarkozy. El viernes, es más probable que Monti y Hollande —junto al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy— desafíen abiertamente a la líder alemana.

«Creo que ahora le piden a Merkel que dé una señal política sólida, para mostrar que está dispuesta a encontrar una postura común», indicó Franco Pavoncello, profesor de política en la Universidad John Cabot en Roma.

Una posible ventaja clave de que los fondos de rescate se usen para comprar bonos frente a un rescate a toda escala, como los recibidos por Grecia, Irlanda y Portugal en los últimos dos años, es que un gobierno podría, en teoría, beneficiarse de la ayuda sin cerrar el acceso a inversionistas privados.
Fuente: The Wall Street Journal, 20/06/12.

Alemania tendrá que pagar el precio de salvar al euro

junio 15, 2012

Alemania tendrá que pagar el precio de salvar al euro

Por Nicholas Hastings

 

Alemania ya no puede mantenerse distante del resto de la zona euro.

Hasta ahora, el país ha permanecido solo, como el bastión de la disciplina económica y el centro de la moneda única. Puede que los inversionistas hayan dudado del futuro del euro y el éxito de los deudores periféricos, pero su confianza en Alemania era inquebrantable.

Pero ya no.

Esta semana aparecieron las primeras señales de que los inversionistas ahora creen que la crisis arrastrará también a Alemania.

Después de muchos meses de reciclar sus fondos desde las naciones de la periferia hacia Alemania, los inversionistas ahora también están algo nerviosos al respecto.

Una subasta de bonos alemanes realizada el miércoles posiblemente haya proporcionado una vez más los fondos que el país necesita, pero los costos de financiamiento aumentaron e incluso los rendimientos del bono alemán de referencia en el mercado secundario, los cuales habían sido presionados a la baja hace solo unas semanas al 1,13%, fueron impulsados al 1,52% debido a que los inversionistas demandan mayores retornos.

¿La razón? Se dieron cuenta que el país ya no puede solamente resolver el problema con dinero, y que se llegó a un punto en que deberá acoger a los otros miembros en una unión fiscal más estrecha si el euro ha de sobrevivir.

Curiosamente, este punto aparece antes -y no después- de las elecciones griegas de este fin de semana, las cuales hasta ahora se consideraba un punto de quiebre de la crisis en general.

Si Grecia rechaza los partidos conservadores que aprobaron los términos del rescate de deuda de la Unión Europea, una salida de Grecia de la moneda única se volverá mucho más probable.

No obstante, fue la decisión de los líderes europeos de proporcionar un rescate de EUR100.000 millones (US$125.000 millones) para los bancos españoles la que parece haber sido el punto de quiebre.

En lugar de dar otro periodo de respiro a los mercados financieros mientras los políticos trabajan para resolver el problema, el rescate bancario parece haber galvanizado la percepción del mercado acerca de que es necesario acelerar las medidas hacia una unión fiscal.

En una intervención muy poco diplomática, el ministro de Economía del Reino Unido, George Osborne, destacó que la decisión de rescatar los bancos españoles proporcionando los fondos al gobierno español no ha podido convencer a los mercados de que la deuda soberana española es «completamente creíble». Sugirió que los alemanes, quienes hasta el momento han estado resistiendo una unión más estrecha, se convencerán de hacerlo solo una vez que Grecia haya sido eliminada de la moneda.

Y ése es precisamente el camino -hacia una unión bancaria y la creación de un bono conjunto de la zona euro- que están esperando ahora los inversionistas.

En ambos casos significará la dilución de la disciplina fiscal de Alemania tal como la conocemos.

En el primer caso, los bancos alemanes se volverían responsables de sus socios periféricos más débiles y, en el último caso, la emisión de un bono conjunto de la zona euro que financiara la región en general significaría que la propia Alemania ya no sería capaz de obtener las primas que alguna vez consiguió.

De hecho, el precio de financiar a la zona euro en su conjunto escalaría hacia el rango del 6% al 7% que ofrecen muchas de las naciones periféricas, y ya no sería del 1,50% que ofrece Alemania por sí sola.

En otras palabras, en tanto Alemania sea forzada a unirse al resto de la zona euro y a no estar más sola, el país y los alemanes comenzarán a pagar todo el costo de salvar al euro.
Fuente: The Wall Street Journal, 14/06/12.

Informe ING IM: La Eurozona y su posible final

junio 4, 2012

Un capítulo más en la saga soberana del euro

 

Los acontecimientos del pasado mes en España, Francia y Grecia y la tensión renovada que han acusado en los mercados financieros han llevado a ING IM a publicar un informe con varios escenarios posibles para la Eurozona y su posible final.

 

¿Cuál será el escenario que prevalezca? Es complicado de predecir, según comenta la gestora en su último informe “Focus Point – Another Chapter on the Euro Sovereign Saga”: mientras ING IM tiene muchas esperanzas en que se encuentre una solución a largo plazo, incluso este escenario optimista se alcanzaría tras un camino largo, arduo y muy volátil. El camino estará sembrado de encrucijadas que llevarán al euro a diversos escenarios, desde la supervivencia tensa al colapso parcial. Por lo tanto, ING IM aconseja en este informa que los inversionistas no se cieguen con el final del euro. Por el contrario, deben monitorizar de cerca los acontecimientos y ser capaces de adaptarse a los escenarios que surjan por el camino.

Grecia vota su permanencia en el euro

A muy corto plazo ING IM sugiere que el abandono de Grecia del euro es una posibilidad. Primero vendrán las elecciones del 17 de junio, y luego con mucha probabilidad, otras elecciones en las que los griegos voten sobre su permanencia en la Eurozona. Primero tenemos que preguntarnos si Grecia permanecerá en el euro pero sobre todo, debemos plantearnos las consecuencias de que no lo haga.

El sistema financiero griego peligra

En el caso de que Grecia salga del euro es posible que los fondos procedentes de la UE y del FMI desaparezcan y no parece probable que el sistema privado esté dispuesto a reemplazarlos. Por el contrario, según opina ING IM, es previsible una salida masiva de fondos privados depositados en los bancos griegos buscando destinos más seguros. El gobierno impondría controles de capital y límites a la retirada de efectivo de los bancos, pero no hay nada pueda frenar por completo el dinero en pánico. Este escenario situaría el sistema financiero griego al borde del colapso con necesidad de recapitalizarse y acceder a cantidades ilimitadas de liquidez.

¿Volver al dracma?

Según apunta ING IM en su informe, el país no tendría otra opción que volver a reintroducir el dracma para recuperar la capacidad de proveer liquidez al sistema financiero y monetizar la deuda pública. Se sucedería una escalada de la inflación dado el bajo grado de credibilidad de la nuevo moneda que erosionaría en parte las ganancias de competitividad que se hubieran conquistado con una divisa débil como el dracma.

ING IM apunta que algunos expertos hablan de la posibilidad de introducir un comité monetario encargado de fijar la cotización de la divisa, pero esto eliminaría los “beneficios” de un banco central que pueda proporcionar liquidez al sistema bancario. En definitiva, se produciría un endurecimiento de las condiciones financieras y de la disponibilidad del crédito en Grecia que, combinados con la pérdida de confianza en el país, generarían una caída en picado del PIB. ING IM añade que en esta tesitura, no sería de extrañar una desintegración social y política del país.

El contagio es inevitable

Desde el punto de vista de ING IM, la salida de Grecia del euro provocaría un contagio sustancial a otros países periféricos, tanto a través de los mercados de deuda soberana como del sistema financiero, y también por medio de la economía real a medida que el sentimiento empresarial y del consumidor se traslade a otros países. Tampoco puede descartarse un contagio de las protestas sociales. Como respuesta (o meramente ante la amenaza) de estos hechos, ING IM cree que los fondos del ESM y del FMI, al igual que el BCE, prepararían una respuesta contundente para contener estos acontecimientos.

En el mejor de los casos, todo derivaría en una sistema bancario único europeo, con una supervisión coordinada y un marco legal único que condujera la recapitalización del sistema financiero. ING Investment Management ha argumentado con anterioridad que el talón de Aquiles de Europa es que la unión monetaria ha generado una integración financiera profunda sin estar acompañada de una unión regulatoria.

Seguimos improvisando

Lo descrito anteriormente, incluyendo la salida de Grecia del euro, se engloba en el escenario de “improvisación”, en el que ING IM sitúa a la Eurozona. En este escenario las autoridades, a la vista de las restricciones políticas a las que se enfrentan, van realizar reformas mínimas, aunque encaminadas a mejorar la integración del sistema en Europa. Según ING IM la salida de Grecia del euro no va a considerarse como el final de la Eurozona porque los restantes mercados periféricos se perciben de forma sustancialmente distinta en lo relativo a reformas estructurales y al cumplimiento de los objetivos de déficit. La salida de Grecia de la Eurozona no será el detonante de una solución rápida y completa al problema soberano del euro pero irónicamente, puede actuar como catalizador para acelerar el proceso.
Fuente: Funds Americas, 01/06/12.
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 Solicite el informe completo (en inglés) enviando un e-mail a: [email protected]

Las empresas se preparan para lo peor de la crisis europea

junio 2, 2012

Las empresas se preparan para lo peor de la crisis europea

Por Vanessa Fuhrmans y Dana Cimilluca

 

Mientras los gobiernos europeos se apresuran para aliviar los temores de que Grecia abandone el euro, muchas empresas se preparan para lo peor.

Las multinacionales alistan varios planes de contingencia para adaptarse a una serie de circunstancias, desde un congelamiento de los pagos transfronterizos y disturbios en Grecia a un quiebre más amplio de la zona euro.

Un área en la que han hecho hincapié es preservar el valor de su dinero en efectivo. El temor es que los euros sean convertidos a dracmas y devaluados. En caso de que ello ocurra, se espera que Grecia imponga controles para impedir una fuga de capitales.

La cervecera holandesa Heineken NV está sacando efectivo de Grecia y la zona euro para colocarlo en monedas como el dólar y la libra esterlina. Las medidas son parte de la rutina normal de gestión de efectivo de la empresa, pero ahora se están haciendo más a menudo y en forma más focalizada, informó un vocero. «Nos aseguramos de no dejar demasiado efectivo en Grecia para limitar nuestra exposición», añadió. Otras compañías, como el grupo de licores Diageo PLC y la farmacéutica GlaxoSmithKline PLC, han adoptado precauciones similares.

Mientras tanto, varias firmas griegas han hecho uso de sus líneas de crédito con bancos extranjeros y locales por temor a perder acceso a ellas si el país vuelva a adoptar la dracma como moneda e impone controles al ingreso de capitales, dijo un directivo de un banco con operaciones en el país. El ejecutivo prefirió no identificar a las empresas o los bancos involucrados.

El operador europeo de turismo TUI AG y el vendedor inglés de electrónicos Dixons Retail PLC tienen planes listos para cambiar o proteger clientes y activos en caso de agitación social en Grecia. En algunos casos, están tomando como modelo métodos ensayados y probados en África del Norte durante la Primavera Árabe del año pasado. TUI dijo que, de ser necesario, podría desplazar a otros destinos a clientes que planeaban viajar a Grecia.

La consultora alemana Roland Berger recomienda a sus clientes corporativos ser precavidos e incluir en sus contratos cláusulas que estipulen qué moneda o tasa de cambio será usada en caso de que Grecia abandone el euro.

Las empresas que operan en Grecia y España también están insistiendo en el pago de cuotas iniciales más elevadas, en algunos casos de hasta 50%, por productos o servicios.

Una salida de Grecia de la zona euro «sería un desastre total y no se debería subestimar», señaló Benedict James, socio de la firma de abogados inglesa Linklaters. «El escaso trabajo que estábamos haciendo sobre este tema se convirtió hace unas semanas en una cantidad importante», afirma. El trabajo se concentra en los contratos de negocios y cuáles podrían darse por terminados en caso de que Grecia abandone el euro y adopte la dracma como moneda.

El último capítulo en la prolongada crisis europea se desató tras los sólidos resultados que el partido de izquierda radical Syriza obtuvo en las elecciones griegas del 6 de mayo. Si Syriza triunfa en los comicios del 17 de junio y cumple su promesa de dejar de cumplir las severas condiciones impuestas por los paquetes de rescate, Grecia podría quedar sin acceso a la financiación internacional y verse obligada a retomar la dracma.

El nerviosismo sobre la salud de la banca y la economía española ha exacerbado las preocupaciones sobre una salida griega del euro y una posible división del bloque de 17 países que comparten la divisa.

El gigante minorista francés Carrefour SA está consolidando su red en Grecia en menos locales de mayor tamaño para enfrentar el desplome de las ventas. También está poniendo en los estantes más productos de marca propia y menos de gigantes como Nestlé SA, Danone SA y Procter & Gamble Co.

Otras empresas también contemplan escenarios en caso de un quiebre mayor de la zona euro.

Directivos de la European Aeronautic Defence & Space Co. (EADS), la matriz de Airbus, dicen que un regreso a las monedas nacionales obligaría al conglomerado a replantear todo su negocio, desde dónde expandirse hasta la selección de sus proveedores y los salarios.

«Si regresamos, la moneda alemana probablemente será más fuerte que el resto, lo cual plantea dudas sobre expansión a largo plazo», dijo un vocero del conglomerado. «Existe un potencial para que exploten tensiones dentro del grupo porque los niveles salariales serían diferentes» de país a país, manifestó. EADS evalúa la creación de un banco interno para proteger su acceso y el de sus clientes al crédito. La medida también le permitiría acceder a los fondos baratos del Banco Central Europeo, tal y como lo hizo hace poco la automotriz francesa PSA Peugeot-Citroën SA.
Fuente: The Wall Street Journal, 31/05/12.

La medicina amarga para la crisis griega

junio 1, 2012

Los argentinos tienen la medicina amarga para la crisis griega

Por Michael J. Casey

 

Ahora que una salida de Grecia de la eurozona es ampliamente considerada inevitable, vale la pena reflexionar en lo siguiente:

–Las encuestas muestran que más del 70% de los griegos no quieren abandonar el euro.

–Angela Merkel y la mayoría de los demás líderes de la eurozona, si bien lamentan el día que permitieron el ingreso de Grecia a su club, están aterrados del contagio financiero que podría causar su salida.

–Ninguno de los tres principales partidos que se disputan el control del gobierno griego son partidarios de salir del euro.

.–El Instituto Internacional de Finanzas, que representa a los mayores bancos del mundo, está librando una intensa campaña para que Grecia permanezca en la unión monetaria.

–Las cuentas de Grecia no están sujetas a la presión del mercado de la misma manera en que lo están las de España porque sus necesidades de refinanciación de deuda actualmente están cubiertas por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y el Fondo Monetario Internacional.

Para que ocurra lo «inevitable», en otras palabras, un grupo de personas debe conscientemente tomar decisiones que sabe que producirán un resultado que ninguno quiere. De hecho, hace falta que tomen medidas que podrían desencadenar un caos financiero de tal magnitud que terminará sus carreras políticas.

Aun cuando suene irracional, la historia de las crisis financieras nos dice que las fuerzas económicas y políticas con frecuencia pueden obligar a los gobiernos a cometer suicido político. Con esa historia en mente, los inversionistas han concluido que los políticos en Grecia y Alemania no salvarán la brecha entre un público griego cansado de la austeridad y un electorado alemán que no quiere entregar más dinero sin que haya un mayor ajuste.

El precedente más importante para esto fue la crisis de Argentina de 2001, que culminó con un final igualmente impopular de la paridad del peso argentino con el dólar y un estallido de caos financiero y político.

Entonces, igual que ahora, un organismo externo de acreedores del sector público (el FMI) y el mayor gobierno que lo respalda (Estados Unidos) estaban bajo presión política para abstenerse de prestar dinero a un país con reputación de mala disciplina. (Recuerde la advertencia del secretario del Tesoro de Estados Unidos Paul O’Neill en contra de que Argentina consuma el dinero de «plomeros y carpinteros estadounidenses»). También había resistencia política entre los argentinos al programa de austeridad del FMI, incluida una rebelión abierta contra el recorte de un 13% en las pensiones y los salarios del sector público, que obligó al gobierno a anular la medida.

Finalmente, las decisiones del gobierno argentino -en particular, el muy impopular «corralito», que limitaba los retiros desde los bancos locales- y del FMI, que se negó a aprobar el desembolso de US$1.300 millones a comienzos de diciembre de 2001, puso al país en la senda autocumplida del impago y la devaluación. Pocos argentinos querían terminar el plan de «convertibilidad» de la moneda, y aun así en el plazo de un mes, tras un colapso político que consumió a cinco presidentes en dos semanas, eso es lo que ocurrió.

Pedí a los dos encargados de política argentinos más directamente involucrados en el intento de salvar Argentina de ese desenlace que reflexionaran sobre aquellos momentos y ofrecieran consejo a los griegos. Sorprendentemente, sus recetas difirieron, lo cual pareció corresponderse con el grado en que cada uno de ellos estaba políticamente comprometido en proteger el plan de convertibilidad hace 10 años.

«Para mí es una barbaridad que muchos recomienden una salida del euro», dijo Domingo Cavallo, quien fue ministro de economía hasta la caída del presidente Fernando de la Rúa el 21 de diciembre de 2001. «Cuanto más lo recomienden, más se agravará la crisis de Grecia». Dice que Grecia debería aferrarse al euro porque una salida solo suscitará hiperinflación y convertirá al país en el «paria de Europa», de manera muy semejante a como Argentina se volvió un renegado internacional por sus acciones.

Cavallo era conocido como el padre del plan de convertibilidad, al haber introducido la paridad con el dólar durante su primer periodo como ministro en 1991, la cual inmediatamente puso fin a la pesadilla hiperinflacionaria. Diez años después, De la Rúa lo trajo nuevamente para tratar de salvar el sistema. Toda su reputación estaba comprometida en ello. Cavallo, quien en estos días da clases en Yale, rechaza la opinión generalizada de que la paridad debía acabar. Para él, su término reflejó «un fracaso de la dirigencia».

Pero -le pregunté- cómo debería haber lidiado el gobierno con la feroz resistencia de la sociedad a la austeridad. Cavallo respondió que, «Eso es lo que significa gobernar. Tener que tomar decisiones difíciles». De manera similar, dijo, el FMI y los acreedores de Argentina carecieron de liderazgo al no reconocer las ramificaciones internacionales de sus acciones. Al cerrar el grifo para Argentina, dijo Cavallo, atizaron las llamas del sentimiento antimercado y antiestadounidense en Latinoamérica, lo cual llevó a Hugo Chávez al poder en Venezuela y causó el fracaso del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, respaldado por Washington. Debería ser una advertencia para Alemania, dijo.

Daniel Marx, quien era secretario de finanzas bajo Cavallo hasta que renunció abruptamente el 15 de diciembre de 2001, tiene una perspectiva diferente. Dijo que las medidas más importantes eran «crear consenso político» dentro de la sociedad griega y establecer políticas que «distribuyen las pérdidas equitativamente» y protegen «el tejido social», incluso una devaluación si fuera necesario.

No está claro que el consejo de alguno sea de mucha utilidad para Grecia en esta etapa tardía. Pero a su manera, cada uno se concentra en lo que es necesario: líderes que ven más allá de los costos políticos de corto plazo y deciden lo que es verdaderamente lo mejor para la sociedad. Salga o no Grecia del euro, si la decisión se toma bajo estas condiciones, será para mejor.
Fuente: The Wall Street Journal, 01/06/12.

Con o sin el euro, Europa deberá redefinirse

mayo 29, 2012

Con el euro o sin él, Europa deberá repensar su juego

Por Alan Wheatley.

 

LONDRES- La apertura de un tramo de ruta a ninguna parte la semana pasada en el nordeste de España, con un costo de 37 millones de euros, es una metáfora inevitable de lo que sucede con el euro: un ambicioso proyecto concebido en mejores tiempos y que ahora parece a punto de descarrilarse.

Debido a la cuantiosa deuda española, las autoridades no tuvieron los recursos para terminar la ruta, pero inauguraron un tramo de seis kilómetros cerca de Lleida para impedir, por lo menos, que se transforme en una pista para correr picadas de auto.

Es que el euro no está dando ninguna alegría. Tal vez esa ruta española se complete algún día, pero por el momento es un recordatorio más de que Europa ha vivido por encima de sus posibilidades.

En ese sentido, las desventuras del euro son mayormente irrelevantes. Con moneda única o sin ella, Europa tendrá que arremangarse la camisa. Los verdaderos grandes desafíos que enfrenta el estándar de vida europeo provienen de la globalización, del cambio tecnológico y del envejecimiento poblacional.

En otras palabras, si Europa quiere tener infraestructura de primer nivel y un Estado de bienestar abarcador sin seguir acumulando deuda, los gobiernos deberán cambiar los hábitos laborales para generar un crecimiento que impulse la recaudación.

Sin embargo, la respuesta de Europa, con sus planificadores políticos preocupados por la imparable crisis monetaria, ha sido tardía. Y mientras tanto, el resto del mundo, especialmente Asia, sigue avanzando.

El auge de China, la India, Brasil y Turquía le asesta a Europa un doble golpe. Son países capaces de producir más barato, firmando así el acta de defunción de muchas industrias europeas de mano de obra intensiva, y manteniendo al mismo tiempo los salarios a raya. Sin embargo, debido a sus necesidades energéticas y de materias primas, los mercados emergentes hacen aumentar los costos de producción en el continente europeo.

El resultado es una contracción del ingreso real que Europa -y Estados Unidos- fueron capaces de esconder durante mucho tiempo, contrayendo deuda. Eso se terminó.

Andy Xie, un economista independiente de China, dijo que la única salida de los países europeos que no tienen ventajas competitivas es trabajar más y gastar menos. Por el contrario, si lo que quieren es seguir viviendo como vivieron hasta ahora, no tendrán más remedio que aplicar reformas laborales y desregular el mercado de trabajo.

El índice de desocupación juvenil en Alemania en marzo fue del 7,9%, el más bajo de los 27 países de la Unión Europea, una insignificancia comparada con la misma tasa en Grecia y España, que ya superó el 51 por ciento.

Ese aumento se debió, en parte, a los recortes presupuestarios que exigió la crisis del euro. Pero Marc Chandler, economista de Brown Brothers Harriman, de Nueva York, dice que, de todos modos, la globalización habría terminado por exprimir a las economías más elementales y periféricas del sur europeo.

Desafíos

Se trata de uno de los desafíos que Europa tiene que enfrentar. El uso de computadoras se sumó al «efecto China» para eliminar ingentes cantidades de trabajos tradicionales, desde los empleados bancarios hasta los torneros. Al mismo tiempo hicieron eclosión los servicios que exigen mayor preparación, con la consecuente valorización de quienes se capacitaron en nuevas tecnologías.

Pero un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países más desarrollados, dice que uno de cada cinco jóvenes abandona la escuela sin haber completado siquiera el secundario. Y la mayoría de las veces los adultos no reciben la ayuda que les permita recapacitarse y reinsertarse en el mercado. Por ejemplo, Inglaterra que, al igual que Estados Unidos, tiene un irreductible índice de desempleo juvenil que no baja del 20 por ciento.

Paul Sissons, de la Fundación Trabajo, un grupo de estudios de Londres, dice que en 2011 sólo el 8% de los británicos de entre 16 y 24 años trabajó en la industria manufacturera, mientras que en 1981 ese índice se ubicaba en el 24%. La industria de servicios tomó la posta, pero los jóvenes no están adquiriendo la capacitación necesaria, como las habilidades comunicativas o de trabajo en equipo.

Otro de los problemas que Europa deberá enfrentar, con el euro o sin él, es el rápido envejecimiento de su población. La crisis de la eurozona tiene al menos la virtud de obligar a los políticos a proponer formas de solucionar el problema de la creciente carga de las jubilaciones y de la atención de la salud de la tercera edad.

«Estamos atravesando una transición demográfica de enormes proporciones que se suma a la crisis de la deuda debido a su impacto sobre la pirámide poblacional, así como sobre los niveles de crecimiento y de todo aquello que es sustentable y estable a largo plazo en términos de gasto público», dijo Edward Hugh, un economista que vive cerca de Barcelona.
Traducción de Jaime Arrambide .
Fuente: La Nación, 29/05/12.

 

Las perspectivas del euro

mayo 26, 2012

Otro pilar se cae bajo la casa del euro

Por Nicholas Hastings

 

LONDRES (Dow Jones) – Los cimientos del euro están bajo presión.

Primero, las elecciones griegas dejaron al país debatiendo una salida de la moneda única.

Después fue Alemania, que descartó nuevamente cualquier expectativa de que respaldaría los bonos de la eurozona, los cuales reducirían los costos de endeudamiento para las Grecias de este mundo.

Y ahora, tal vez incluso más importante en sí misma, es la economía alemana, que está demostrando que no va a ser el motor de la recuperación de la zona euro que todos esperaban que fuera.

Como se temía, en lugar de que una Alemania más fuerte ayudara a sacar al resto de la debilitada eurozona del embrollo, los problemas de la periferia están infectando la economía alemana.

Cuando el jueves informó una abrupta caída en la confianza de las empresas alemanas, el IFO fue explícito en destacar que la caída refleja la incertidumbre en la eurozona.

Esto no es como se suponía que fuera.

Hasta hace unos pocos meses, la economía alemana avanzaba bien, como un Mercedes-Benz en una autopista. De hecho, la segunda estimación del PIB alemán para el primer trimestre, también publicada el jueves, confirmó un crecimiento de 0,5% durante esos tres meses.

El consumo privado aumentaba y el crecimiento de las exportaciones mantenía al país en marcha.

No obstante, ya existían señales de que las ruedas del Mercedes estaban a punto de salirse. Según Carsten Brzeski de ING Financial Markets, una falla lo mostró en primer lugar, los inventarios disminuían y el crecimiento posiblemente era insostenible.

Y segundo, los detalles del comercio mostraban que aunque Alemania posiblemente estuviera importando más, la mayoría de esas importaciones no provenían del seno de la zona euro.

Tan pronto como los mercados financieros comenzaron a digerir esas cifras, la IFO informó que la confianza de las empresas había caído mucho más de lo esperado por primera vez en ocho meses. El índice retrocedió desde 109,9 a 106,9. El mercado solo esperaba una caída hasta 109,5.

Pero, para aquellos que han estado dependiendo de Alemania para salvar el euro, fue más preocupante la noticia de que la actividad manufacturera alemana había caída aún más profundo en territorio de contracción y arrastró consigo al índice compuesto de gerentes de compras del país. El índice retrocedió de 50,5 a 49,6, lo que sugiere que la producción fabril y los servicios en conjunto dejaron de expandirse.

Finalmente, los números del índice de gerentes de compras de toda la eurozona confirmaron lo peor y el índice compuesto cayó de 46,7 a 45,9, en lugar de solamente ceder hasta 46,5 como se proyectaba.

Todas estas malas noticias se producen justo cuando la crisis de la deuda ingresa en una nueva fase, la cual muchos analistas consideran más peligrosa.

Grecia está esperando realizar una segunda elección, la cual está siendo considerada como un referendo sobre si el país se mantendrá dentro del euro. Y Alemania rechaza ofrecer cualquier concesión, como la emisión de bonos de la eurozona, los cuales harían la vida más fácil para Grecia.

Ciertamente, con su propio futuro económico ahora en terreno incierto, Alemania estará aún menos inclinada a ceder en el financiamiento futuro de los países periféricos y la crisis de la deuda se volverá aún más difícil de resolver.

No obstante, hay un solo remanso de buenas noticias. Una desaceleración económica en Alemania significa que el Banco Central Europeo será persuadido más fácilmente de relajar aún más la política monetaria, una medida a la que era reticente en tanto la inflación alemana estuviera en riesgo.

Sin embargo, en lo que respecta al euro, eso podría ser semejante a ver cómo un árbol robusto, que apuntalaba una casa sobre zancos, es reemplazado por una cerilla.
Fuente: The Wall Street Journal, 25/05/12.

¿Cuánto costará el «Grexit»?

mayo 25, 2012

El divorcio será millonario y vertiginoso

Por Luisa Corradini

 

PARIS – ¿Cuánto costará el «Grexit», es decir la salida de Grecia de la zona euro? La respuesta a esa pregunta es: entre 150.000 y 350.000 millones de euros, según estimaciones realizadas por economistas especializados y gobiernos de la región. Pero no es todo. Si Atenas abandona el euro para reemplazarlo por el dracma, que sufriría una devaluación de 50% a 60%, el país experimentaría una brutal recesión con una abrupta caída del PBI de 15% y una inflación de 30%.

Un golpe de esa naturaleza desangraría a las instituciones multilaterales que financiaron los planes de rescate acordados desde 2010, pero sobre todo sería un mazazo para los otros 16 países de la zona euro, teniendo en cuenta la feroz desaceleración económica que afecta a toda Europa (ver aparte).

Las simulaciones que circulan en gobiernos, ministerios, bancos y fondos de inversiones muestran que todos los actores políticos y económicos se preparan febrilmente para un posible big one de la zona euro provocado por la salida de Grecia. A pesar de las instrucciones de secreto impartidas por Bruselas, la Unión Europea (UE) también terminó por admitir que los países de la unión monetaria preparan planes de emergencia para el caso de que Grecia abandone la moneda única.

El Banco Central Europeo (BCE), por su parte, puso en funcionamiento una célula encargada de estudiar los diversos escenarios de crisis. Esa war room, que funciona en la sede de vidrio y cemento del BCE, en Fráncfort, fue confiada al alemán Jörg Asmussen, miembro del directorio y ex consejero del ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble.

Alemania y Finlandia reconocieron que trabajaban en un escenario de esa índole y hasta el Bundesbank consideró en su último informe mensual que la salida de Grecia era una hipótesis «manejable».

Esta es la primera vez que los planes de contingencia incluyen estimaciones cifradas sobre el costo que tendría el «Armagedón», como empiezan a decir los analistas cuando aluden a la salida de Grecia.

La alternativa ideal sería un «divorcio de común acuerdo», que tendría un costo de 50.000 millones de euros, sobre todo para la UE y el FMI. Pero esa hipótesis no entusiasma demasiado a los actores políticos griegos que son partidarios de una «ruptura completa». En la práctica, el cambio de signo monetario equivaldrá a un default. Eso significa que -en el mejor de los casos- Grecia suspenderá sine die el pago de la deuda y, en la peor de las hipótesis, dejará de «honrar su firma», como se dice en la jerga bancaria.

Los primeros afectados por la Grexit serían la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, y el FMI, que entre ambos prestaron 73.000 millones de euros en los diferentes programas de rescate acordados al gobierno de Atenas de 2010. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), creado especialmente en 2010 para acudir en ayuda de Grecia, perdería en ese huracán financiero 40.000 millones de euros.

El costo piscológico

El BCE atesora en sus arcas títulos de la deuda griega, comprados sobre todo en el mercado secundario, por valor de 45.000 millones de euros. Esos bonos probablemente se convertirán en papeles tan valiosos como los títulos del empréstito ruso de 1906, repudiado por los bolcheviques en 1918. Otros bancos centrales, incluyendo el de China, acumularon bonos por 11.000 millones.

A esa cifra es preciso agregar los 62.000 millones de euros que poseen todavía los bancos privados y que, en caso de default, deberán pasar a «pérdidas y ganancias» o reducir su valor a una suma insignificante.

El costo total de la salida de Grecia sumaría unos 335.000 millones de euros, cifra equivalente al PBI de Bélgica.

Las simulaciones preparadas hasta ahora son incapaces de cifrar los daños colaterales que causaría esa decisión: la repercusión psicológica que tendría para los 311 millones de habitantes que quedan en la zona euro, el riesgo de un auténtico efecto dominó sobre los países más endeudados -España, Portugal, Irlanda, Italia e incluso Francia- y, sobre todo, la posibilidad de una corrida bancaria.
Fuente: La Nación, 25/05/12.
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El ‘Grexit’ podría hacer perder un billón de euros

 

El coste de la salida de Grecia del euro, llamado ‘Grexit’, es ya un rompecabezas para los posibles afectados. Algunos cálculos sitúan entre quinientos mil millones y un billón de euros las consecuencias. Empezando por los propios contribuyentes que, a través de sus países, el Banco Central Europeo y el Fondo de Estabilidad Financiera, han destinado 291.000 millones en ayudas al país heleno. A ello, hay que añadir la exposición de los bancos con más de setenta mil millones.

“Aunque Grecia no tiene un peso considerable en la eurozona, su salida supondría un choque, una situación nueva”, analiza este responsable del banco francés Natixis. “Esto modificaría los equilibrios en el seno de la Unión Europea para saber si el coste de que Grecia salga es superior o inferior al dre que se quede… “.

Precisamente, las entidades financieras más expuestas son las francesas, seguidas de las alemanas. Entre ambas, suman más de la mitad de los poseedores de bonos públicos y, sobre todo, de créditos a empresas griegas. Portugueses, italianos o españoles llegan mucho más lejos.

Pero, esta posible salida de Grecia de la moneda única, podría crear un verdadero contagio a otros países periféricos. El caso de riesgo más alto es el de la filial Emporiki, del francés Crédit Agricole. El conjunto de los bancos europeos poseen de de más de un billón de euros en deuda de España, Portugal, Italia e Irlanda.
Fuente: Euronews, 23/05/12.
Ver video: http://es.euronews.com/2012/05/23/el-grexit-podria-hacer-perder-un-billon-de-euros/

 

Plan B por si Grecia abandona el euro

mayo 24, 2012

La UE prepara un plan B por si Grecia sale de la zona euro

Por Willian Boston, Brian Blackstone y Matthew Dalton

 

BRUSELAS — La zona euro está acelerando la planificación para contener las repercusiones de una posible salida de Grecia de la zona euro, pese a que los líderes reunidos aquí el miércoles tuvieron dificultades para acordar una solución común para resolver la crisis.

Los ministros de Finanzas de los 17 países que comparten el euro acordaron esta semana desarrollar planes de «contingencia» en caso de que Grecia salga de la zona euro, dijeron fuentes cercanas. Los planes tratan de aliviar las probables turbulencias en la deuda soberana, la banca y otros mercados financieros que producirían una salida griega del euro. «Todos los planes de contingencia giran en torno a lo mismo: ser responsable como gobierno significa estar preparado para lo que esperas evitar», dijo el miércoles Steven Vanackere, ministro de Finanzas belga, antes de asistir a la cumbre de líderes de la Unión Europea.

El primer ministro italiano, Mario Monti (izq.), la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande en la cumbre de Bruselas.

.Las autoridades europeas hicieron hincapié en que quieren que Grecia permanezca en la zona euro y advirtieron que las consecuencias de una salida serían desastrosas. No obstante, crecen los temores de que Grecia no está en condiciones de cumplir las estrictas medidas de austeridad necesarias para que siga siendo parte de la zona euro.

Los mercados financieros cayeron el miércoles, una reacción de los inversionistas a la mayor probabilidad de que Grecia abandone el euro, el escaso avance hacia una resolución de la crisis y la falta de crecimiento económico.

El índice Stoxx Europe 600, que agrupa a las principales empresas del continente, cayó 2,1% a 239,51 puntos, su segundo cierre más bajo del año. Las tasas de interés de los bonos soberanos alemanes a 30 años cayeron a 1,995%, un mínimo histórico. La tasa de la deuda del gobierno español a 10 años subió y la diferencia con las tasas comparables de Alemania se amplió a su mayor nivel en años, una señal del mayor riesgo del país.

Las autoridades europeas son cada vez más temerosas del escenario que podría producirse después de las elecciones del próximo mes en Grecia. Las encuestas muestran a Syriza –el partido de izquierda que quiere renegociar el acuerdo de rescate— empatado en las encuestas con Nueva Democracia, el partido conservador que ayudó a que las medidas de austeridad fueran aprobadas por el Parlamento griego.

Una victoria de Syriza arrojaría a Grecia a una confrontación con sus acreedores internacionales, el Fondo Monetario Internacional y los gobiernos de la zona euro, que insisten en que Grecia cumpla sus promesas. Un enfrentamiento a largo plazo podría dejar al gobierno del país sin financiación y a sus bancos sin acceso a los préstamos del Banco Central Europeo. Es probable que después de eso Grecia no tarde en salirse del bloque.

La cumbre del miércoles tenía el objetivo de trazar una hoja de ruta para la toma de «decisiones firmes» sobre las medidas necesarias para impulsar el crecimiento durante la cumbre de la UE del próximo mes, dijo Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, en unas breves declaraciones televisadas antes de inaugurar las negociaciones. «Nuestras discusiones esta noche deberían estar enfocadas y ser francas. Estamos preparando el terreno para las decisiones firmes de junio, dentro de cinco semanas», señaló. Varios líderes dijeron que aún estaban lejos de adoptar políticas más ambiciosas para frenar la crisis, tales como emitir «euro bonos», o deuda combinada garantizada por los gobiernos de la zona euro, lo que permitiría a las economías más débiles acceder a préstamos a tasas de interés más bajas. «Los euro bonos no contribuirían al crecimiento», apuntó la canciller alemana, Angela Merkel.

Los costos directos de una salida de Grecia de la zona euro no serían tan catastróficos. La mayoría de los bancos ya han asumido cuantiosas pérdidas sobre sus activos griegos, aunque los gobiernos tendrían que rebajar el valor contable de los créditos que ya concedieron a Grecia.
Fuente: The Wall Street Journal, 23/05/12.
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Se profundiza la contracción económica de la zona euro

Por Alex Britain

 

LONDRES (EFE Dow Jones) — La actividad empresarial de la eurozona se contrajo en mayo a su nivel más bajo en casi tres años, lo que agrava los temores de una recaída de la economía un día después de que los líderes europeos no fueran capaces de llegar a un acuerdo sobre la manera de impulsar el crecimiento y combatir la crisis de deuda.

El índice compuesto de gerentes de compra preliminar en los 17 países que comparten el euro descendió a 45,9 en mayo desde 46,7 en abril, de acuerdo con los datos de Markit Economics. Es la cuarta caída consecutiva del indicador y la marca más baja desde junio de 2009, cuando la eurozona estuvo por última vez en recesión.

El índice compila los resultados de las encuestas a gestores de compras tanto del sector manufacturero como del de servicios. Un dato por debajo de 50 significa que la actividad se está contrayendo mes a mes.

Las señales de debilidad en la actividad empresarial de la eurozona se añaden al mal dato de confianza empresarial de Alemania. El instituto Ifo dijo que su índice de confianza para la mayor economía de Europa cayó a 106,9 en mayo desde 109,9 en abril, afectada por la incertidumbre en torno al conjunto de la eurozona.

Otras cifras oficiales también mostraron el jueves que la confianza empresarial de Francia descendió bruscamente en mayo.

Entre los PMIs, el de Francia fue marcadamente débil, al caer a un mínimo de tres años de 44,7 en mayo desde 45,9 en abril. El índice de Alemania tuvo mejor comportamiento, contrayéndose ligeramente al llegar a 49,6 desde 50,5 en abril.
Fuente: The Wall Street Journal, 24/05/12.
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¿Para qué sirve el euro?

mayo 21, 2012

¿Para qué sirve el euro?

Por Alen Mattich

 

¿Tiene el euro todavía un propósito?

Aunque la moneda única fue un proyecto político desde el principio, también se le otorgó un fuerte fundamento económico. Una moneda europea rebajaría los costos comerciales, mejoraría los flujos y recortaría los costos del capital y, por ello, impulsaría el crecimiento económico al tiempo que uniría al continente evitando los sangrientos conflictos que habían caracterizado la primera mitad del siglo XX.

El grado en que el euro beneficiaba a sus estados miembros es una cuestión abierta.

Desde su introducción en 1999 hasta finales de 2011, los 17 estados miembros de la zona euro alcanzaron una tasa media de crecimiento anual del 1,5%. Mientras, Reino Unido, Suecia, Noruega y Suiza, todos fuera de la zona euro, crecieron un 2%, 2,7%, 1,7% y 1,8%, respectivamente, en el mismo período.

Si bien es cierto que en el mercado de bonos el diferencial entre cada uno de los miembros de la zona euro y Alemania se derrumbó a los mínimos alemanes, la baja rentabilidad desde la llegada del euro hasta la crisis financiera –casualmente desencadenando burbujas insostenibles de consumo y propiedades en Irlanda, España y Grecia, cuyos pinchazos han aplastado sus economías– no se ha vuelto a ver. Los diferenciales de los bonos se han recuperado con firmeza a los niveles anteriores a la introducción del euro.

Pero si el argumento económico para la moneda única parece flojo, el argumento político es todavía más endeble.

Mientras partes de la zona euro estaban cada vez más endeudadas con otras partes de la eurozona, las fricciones políticas sólo podían crecer.

El euro ya no es un barco que transporta a las economías de los países miembros a climas soleados, sino más bien una cadena para mantenerlos atados entre sí mientras el barco se hunde.

Sólo hay que mirar a las dificultades que la zona euro está teniendo para deshacer el lío griego –y la economía de Grecia es apenas un 2% del total.

En última instancia, la mayoría de los economistas y políticos están empezando a darse cuenta de que Grecia no pueda cumplir con sus obligaciones de deuda. Así que, pase lo que pase, las pérdidas de deudas pasadas tendrán que ser compartidas. Esto se puede hacer a través de una repentina quiebra griega y su salida del euro, lo que sería muy complicado y potencialmente paralizaría a los bancos alemanes y franceses, incluso ahora, o con la continuación de un mecanismo mediante el cual las deudas griegas son transferidas de los bancos al Banco Central Europeo.

La condonación de la deuda, en este caso, significaría que el BCE asumiría pérdidas y el resto de Europa cumpliría con ellas, pero de una manera estable.

¿Será esto bueno para Grecia? ¿Va a poner fin a la depresión?

Si usted piensa, como yo, que Grecia sigue siendo poco competitiva en relación al núcleo de la eurozona, el proceso de deflación continuará. A Grecia se le negarán nuevos préstamos y será aislada de los mercados de deuda, por lo que tendrá que ejecutar un presupuesto público primario. Esa es otra manera de decir que el gobierno no podrá incurrir en déficit año tras año. Grecia podría ser autorizado a permanecer en el euro, aunque sólo sea para evitar que el pánico se extienda a Portugal y otros países periféricos. Sin embargo, en muchos aspectos, Grecia estará sola. La condonación de antiguas deudas no detendrá la necesidad de una reforma estructural de su sector público y su economía en general.

El principal problema al que deberá enfrentarse Grecia no es la deuda pasada, es el hecho de que no se le permitirá endeudarse en el futuro, porque nadie va a confiar en el país. Y allí donde pueda vender deuda, los intereses a pagar serán altos y las condiciones duras.

Desgraciadamente, los primeros años del euro dieron al pueblo griego una falsa impresión de lo rico que era su país –la riqueza está determinada por el potencial productivo de un país, que se reduce a factores como condiciones laborales, sistema jurídico, inversiones en infraestructura y personas. Y lo que está sucediendo ahora es un reajuste doloroso de los estándares de vida griega a la riqueza del país.

El euro, en otras palabras, creó una ilusión de riqueza.

Y ahora que la ilusión se ha roto y no va a volver, es difícil ver para qué propósito sirve la moneda única.

Fuente: The Wall Street Journal, 21/05/12.

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