El INDEC, la máquina de la mentira

abril 15, 2015

El INDEC, la máquina de la mentira

Crónica de la destrucción de las estadísticas públicas durante el kirchnerismo.

«Kirchner quiere tu cabeza»

gritó Clyde Trabuchi, entonces directora de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Miraba a una pasmada Graciela Bevacqua, directora de Precios al Consumidor -encargada de calcular inflación en el país- y su subordinada en ese momento. Era la mañana del lunes 29 de enero de 2007 y el final de una secuela cargada de presiones sobre esas mujeres.

K lapiz IndecEnfurecida por los altos precios de la lechuga, el turismo y las prepagas, el último fin de semana de enero de 2007, la mano derecha del entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y flamante “interventora” en el Indec, Beatriz Paglieri, había acordado con varios directores nacionales no difundir el índice que Bevacqua venía calculando. Para la tercera semana de enero ya sumaba 2,1%, una suba intolerable para el inicio de un año de elecciones presidenciales, que ganaría Cristina Kirchner.

1,1%Es lo que subieron los precios en enero de 2007 según el Indec.

Una semana después, la intervención se formalizaba. El decreto 100, del 6 de febrero, desplazó a Bevacqua y nombró a Paglieri a cargo de la Dirección de Precios. Un día antes, luego de forzar a los encargados del Departamento de Informática a manipular un documento público, el Gobierno había difundido el primer dato de inflación falseado: en enero, según el Indec, los precios habían subido sólo 1,1 por ciento.

La intervención oficial del Indec se convirtió en un símbolo de la degradación institucional de la llamada “década ganada”. Pero no sólo significó una sistematización de la mentira del “relato oficial”, sino que avaló diversas prácticas de persecución estatal a empleados que simplemente pensaban diferente.

Francisco Jueguen

Periodista de la sección Economía & Negocios de La Nación 

Este trabajo busca contar por qué un gobierno que se proclama “nacional y popular” decidió intervenir un organismo técnico e institucionalizó la mentira como verdad estatal, destruyendo valiosas estadísticas y amedrentando a quienes se oponían. En ese sentido, es además un testimonio de los que sufrieron amenazas o persecuciones y de quienes se animaron a resistir.

 

Capítulo1

Historia del desembarco

La decisión de intervenir el Indec no tuvo necesidades netamente económicas -como justificó el Gobierno- sino también una clara intencionalidad política. En octubre de 2007, se efectuaban las elecciones presidenciales y Néstor Kirchner buscaba entronizar a su mujer, Cristina Kirchner. Pero el país atravesaba un problema argentino: la inflación.

Lucas Llach

Economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) 

Un año antes de que se interviniera el organismo, Moreno buscó acceso a los datos protegidos por el secreto estadístico. Conocida la lista de comercios relevados por el Indec, el secretario de Comercio Interior sabría sobre qué empresarios presionar para falsear el índice de precios oficial.

Graciela Bevacqua

Ex Directora del IPC 

2007Es el año en el que nació el primer índice de inflación de la era Moreno.

Moreno no logró que los técnicos le abrieran el índice. Sin embargo, lejos estuvo de rendirse. Así llegó en 2007 el desembarco físico sobre las estadísticas oficiales. De la mano de Paglieri y la entonces directora de Recursos Humanos del Indec, Ana María Edwin, no sólo se violó el secreto estadístico sino que la falsificación se profundizó con otros mecanismos. Se encomendó a los especialistas informáticos la creación de un “parche” informático que limitara las subas de productos. Por otro lado, los precios de los acuerdos firmados durante 2006 comenzaron a tener más peso en las ponderaciones que los relevados en el mercado por los encuestadores. Bajo este influjo, el 5 de febrero de 2007 nació el primer índice de inflación de la era Moreno.

En un primer momento, el Gobierno justificó la intervención del Indec –nunca la aceptó como tal- como una herramienta para desinflar el peso de la deuda ajustada por el CER, un coeficiente ligado al índice de precios. Según la versión oficial -que nunca tuvo una denuncia en los tribunales- los trabajadores desplazados del organismo estadístico estaban complotados con los acreedores de deuda para hacer subir el dato de inflación y mejorar la rentabilidad de sus bonos. Incluso se llegó a afirmar, sin pruebas contundentes, que se vendía información al mercado.

Otra postura oficial radicó en las supuestas “desprolijidades” en algunos de los procesos de relevamiento de información y en las áreas de cobertura que tenía el viejo índice de precios. Tales cuestionamientos aparecen en los descargos de Moreno y Paglieri en la Justicia.

Ese argumento derivó en las proclamas oficialistas que reclamaban modificaciones metodológicas acordes para estadísticas que dejaran de ser puramente técnicas y sirvieran a la política de un “un gobierno nacional y popular”.

Capítulo2

La metodología de la intervención oficial

Las primeras discusiones dentro del Indec apenas desembarcó la gente de Moreno fueron sobre los elevados aumentos de algunos productos puntuales. En ese sentido, el primer índice se manipuló precariamente. Pero tras el desplazamiento de Bevacqua de la Dirección de Precios comenzó un proceso de falseamiento estadístico más sofisticado que -en un principio- tuvo tres ejes.

Por último, Moreno logró acceder a los listados de informantes del Indec protegidos legalmente por el secreto estadístico. Varios de los testigos que declararon ante la Justicia dijeron haber visto a personal que respondía a Paglieri, mano derecha de Moreno, fotocopiar los listados secretos y llevarlos en cajas a la oficina del secretario de Comercio Interior. Entonces, los empresarios empezaron a hablar del “precio Moreno”: era el que cambiaban los hombres de negocios en sus comercios cada vez que un encuestador del Indec pasaba. Luego, volvían a poner los originales. Esto, como se explicó al comienzo, manipulaba “externamente” el índice oficial.

El Indec es, en rigor, un gran sistema estadístico. Cada cálculo funciona como un insumo para otro. Manipulado el índice de inflación oficial, comenzaron a expandirse los problemas, primero a los datos de pobreza e indigencia -que se congelaron- y luego también al cálculo del crecimiento -que fue sobrestimado-. Desde diferentes sectores ideológicos afirman que el Indec esconde millones de pobres. Por otro lado, la oposición denuncia que la sobrevaloración del PBI tuvo como consecuencia que el país debiera pagar más deuda por los bonos atados al crecimiento económico.

Manipulado el índice de inflación oficial, comenzaron a expandirse los problemas

El escándalo público que produjo la intervención del Gobierno en el organismo estadístico derivó en que varios senadores de la oposición denunciaran el caso ante la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), que encabezaba Manuel Garrido. Luego de dos meses de relevamiento y de entrevistas con decenas de testigos, el fiscal dictaminó que en el Indec había habido “graves irregularidades”.

A continuación, una guía interactiva para entender las claves de su resolución con la voz del propio fiscal y hoy diputado para explicar cada punto.

Su dictamen fue retomado por el fiscal Carlos Stornelli, quien pidió medidas al juez Rodolfo Canicoba Corral. Hasta hoy, la causa principal por falseamiento está dormida.

Acceso al dictamen de Stornelli

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Manuel Garrido

Fiscal del caso Indec y Diputado Nacional 

Para entender la historia del Indec, es clave visualizar lo que ocurrió en todo 2007, o sea, durante el primer año de la intervención oficial. Durante esa época, se desplazó a los directores más importantes, se reclutó a la llamada “patota” de Moreno en el instituto y se afinó el complejo proceso para falsear todo el sistema estadístico.

La intervención del Indec, camino a la elección de CFK

A pesar de los reclamos de funcionarios de Economía y de las promesas electorales de mayor institucionalidad, a fines de 2007, la recién electa presidenta Cristina Kirchner decidió que nada cambiaría en el Indec: el camino que habían inaugurado su esposo y Moreno seguiría avanzando.

Graciela Bevacqua

Ex Directora del IPC 

Capítulo3

La lucha de los trabajadores contra la mentira

La violencia -algo desconocido en el Indec desde su creación en 1968- comenzó a ser moneda corriente desde 2007. La minoritaria Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) se opuso a la manipulación de los datos oficiales y a los desplazamientos de trabajadores. Debido a eso chocó contra la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), el gremio peronista y mayoritario, que fue el músculo que Moreno usó para su desembarco. La llave para seducirlos fue la entonces directora de RR.HH. del organismo: Ana María Edwin. Su lealtad a Moreno la llevaría a la conducción del Indec.

Las formas de violencia variaron. Muchos fueron desplazados o despedidos, a otros los empujaron a jubilarse y no faltó a quienes despojaran de tareas, su lugar de trabajo o les quitaran montos variables de su salario. A contramano, muchos de los que apoyaron a Moreno fueron beneficiados con mejores cargos.

Marcela Almeida

Ex coordinadora del IPC Nacional 

Fueron muchas las oportunidades en que los trabajadores de ATE-Indec se vieron sometidos con violencia frente a la llamada “patota de Moreno”. Fueron golpeados en asambleas en el edificio central del organismo o en el mismo Ministerio de Economía y varias veces sufrieron destrozos en el local que la junta interna tiene en el décimo piso del Indec.

La situación de Marcela Almeida fue representativa. La intervención en el Indec la desplazó porque era la coordinadora del IPC Nacional, índice que se usaba para desenmascarar la manipulación del IPC-GBA. Almeida fue primero dejada sin tareas en su trabajo, pero -como su vínculo laboral con el Indec era precario- terminó quedándose un año completo sin cobrar su salario hasta que la Justicia le dio la razón y obligó al Indec a que la repusiera en su cargo con el mismo sueldo. Pero el Indec no cumplió del todo con el fallo judicial.

Marcela Almeida

Ex coordinadora del IPC Nacional 

La falsificación de las estadísticas oficiales y la persecución a los trabajadores del Indec que se opusieron a la intervención derivó en el nacimiento de los tradicionales “abrazos” al instituto que organiza todos los meses ATE. La consigna es “¡Fuera la patota del Indec!”. Quienes adhieren a esa consigna creen que el desmantelamiento del organismo -gracias a los desplazamientos y precaria situación laboral- fue lo que logró afianzar la posibilidad de que el Gobierno falsificara las estadísticas.

La consigna de ATE es “¡Fuera la patota del Indec!”

La historia de lucha de los trabajadores en el Indec se extiende hasta la actualidad. Se trata de una batalla que se extendió ya ocho años con diferentes intensidades y a pesar de que dentro de ATE existen diversas corrientes ideológicas. Sin embargo, a pesar de los embates ejercidos contra ellos, la resistencia aún se mantiene.

Capítulo4

La Argentina sin radar

La economía argentina se quedó sin su faro. Actores económicos, medios de comunicación, sindicatos y académicos, entre otros, comenzaron a buscar nuevas fuentes de información. Y comenzaron a surgir alternativas. Primero, algunos institutos estadísticos provinciales (Mendoza y San Luis, luego la Ciudad de Buenos Aires), después, las consultoras privadas. A pesar de las críticas del Gobierno a los economistas que producían sus propias estadísticas, fue Moreno quien les abrió el negocio de producción de insumos básicos. En tercer lugar, se sumaron algunos centros de estudio como Buenos Aires City (con Graciela Bevacqua a la cabeza) o Cenda, donde Axel Kicillof impulsaba un índice alternativo al oficial.

Los tentáculos de Moreno buscaron también acallar a las consultoras

Las consultoras privadas se habían habituado a utilizar los insumos básicos que relevaba el Indec para construir escenarios que luego vendían a sus clientes. La falta de confianza sobre esos insumos provocó que muchos economistas se decidieran a armar nuevos equipos de expertos para salir a tomar sus propios datos.

Para frenar esa tendencia, los tentáculos de Moreno buscaron también acallar a las consultoras. El funcionario intentó multarlas pero perdió su batalla en la Justicia.

Jorge Todesca

Economista y director de la consultora Finsoport  

La oposición en el Congreso decidió tomar los índices privados -en un promedio- y difundirlos

La consultora Finsoport de Jorge Todesca fue una de las presionadas para que no difundiera sus datos. Todesca, viceministro de Economía en la gestión de Eduardo Duhalde, apeló la multa a la Justicia Contencioso Administrativa. La cámara falló a su favor y revocó la decisión de la Secretaría de Comercio Interior. La multa quedó sin efecto. La situación llevó a varios economistas a impulsar una denuncia por abuso de autoridad contra Moreno que todavía se tramita.

La frágil situación de las consultoras privadas que calculaban un índice alternativo al del Indec tuvo repercusiones políticas. Tras el intento de Moreno de silenciarlas, la oposición en el Congreso decidió tomar los índices privados -en un promedio- y difundirlos con la protección que otorga el Parlamento. Así nació el índice Congreso.

Patricia Bullrich

Diputada nacional 

Todos los privados coinciden -incluso también los trabajadores nucleados en ATE- en que el organismo más capacitado para calcular la inflación, el PBI, la pobreza o el desempleo es el Indec. Y, por ende, reconocen las limitaciones de sus mediciones propias. No obstante, reivindican que -en tiempos de falta de información confiable- hayan nacido mediciones alternativas que buscaran ser más realistas que las del Indec.

Jorge Todesca

Economista y director de la consultora Finsoport 

La gestión de Kicillof decidió no informar más cuántos pobres e indigentes hay en la Argentina

La inflación no fue el único retoque. Desde mediados de 2007, cuando la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) fue intervenida por el Gobierno, el dato de pobreza e indigencia oficial comenzó también a ser cuestionado. Justamente uno de los insumos más importantes para calcular esos índices era el mismo dato de precios, ya falseado. Los últimos datos de pobreza e indigencia publicados por el Gobierno son de fines de 2013. Fue en ese año cuando, “por problemas de empalme”, la gestión de Kicillof decidió no informar más cuántos pobres e indigentes hay en la Argentina de Cristina Kirchner.

Cynthia Pok

Ex-directora de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec 

Recién en 2008, las universidades tomaron un rol más activo frente a la situación que vivía el Indec. Fue gracias a un decreto del entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, que se reunieron varias en el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento (CAES). Las casas de estudio presentaron un preciso informe en 2010 en el que decían que el IPC oficial “no era confiable” y en el que reclamaron un “cambio urgente” en el organismo. El entonces ministro de Economía, Amado Boudou, nunca lo recibió.

Sin embargo, gracias a algunos profesores de la Universidad de Buenos Aires (UBA), entre ellos Nicolás Salvatore, nació en marzo de 2009 Buenos Aires City, un centro de estudios que buscaba recrear el IPC-GBA gracias a la experiencia de Bevacqua, primera desplazada del Indec.

Nicolás Salvatore

Profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) 

Capítulo5

Las consecuencias de la intervención

Tras el escándalo público que suscitó la intervención del Indec, la desconfianza se expandió a todos los números oficiales. Moreno había tomado un organismo estadístico modelo en América latina y lo había desmantelado parte por parte.

La falsificación de los datos oficiales tuvo múltiples consecuencias. En primer lugar, la Argentina se quedó sin estadísticas confiables para planificar políticas públicas y la sociedad dejó de tener acceso información clave para poder interpretar su propia realidad. La manipulación del Indec, por ejemplo, derivó en el ocultamiento y desaparición de millones de pobres.

Sin datos objetivos, todos los contratos quedaron supeditados al capricho de los actores. Cada gremio maneja hoy sus datos de inflación para calcular las demandas salariales en paritarias, para los inquilinos es difícil establecer si es justo o no la suba de un alquiler, de la misma manera que es imposible determinar una fórmula de actualización para el pago por manutención de una madre divorciada y sus hijos, entre otros ejemplos.

Cynthia Pok

Ex-directora de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec 

La Argentina se quedó sin estadísticas confiables para planificar políticas públicas

La intervención al Indec generó un bache en los datos públicos que se extiende entre 2007 y la actualidad, y que dificulta el trabajo de académicos y universidades. Es un vacío que probablemente nunca se corrija por los juicios que podría provocar.

La intervención al Indec generó un bache en los datos públicos que se extiende entre 2007 y la actualidad, y que dificulta el trabajo de académicos y universidades. Es un vacío que probablemente nunca se corrija por los juicios que podría provocar.

Lucas Llach

Economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) 

2013El Fondo sancionó al país con una moción de censura

También el mundo comenzó a dudar de los datos que producía el Gobierno. El Fondo Monetario Internacional (FMI) empezó a destacar en sus anexos estadísticos las críticas locales que se vertían sobre el índice de precios oficial y el cálculo del PBI. La prestigiosa revista The Economist dejó afuera a la Argentina de su índice mundial sobre competitividad (en febrero 2012 decidió no publicar las estadísticas oficiales de la Argentina y todavía no las publica). Varios organismos de estadísticas a nivel global criticaron a la Argentina. El Gobierno, en busca de nueva deuda, pidió ayuda al FMI, para reformular su índice de inflación, algo que sólo habían hecho países africanos.

En un hecho inédito entre sus socios, el Fondo sancionó al país a comienzos de 2013 con una moción de censura debido a la mala calidad de estadísticas. El organismo advirtió entonces que, de no mejorarse los índices, el país podría ser expulsado. El caso argentino sigue en revisión y aún no tiene un punto final dentro del FMI.

Nicolás Salvatore

Profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) 

La reputación argentina se derrumbó. Una de las principales consecuencias de la falta de credibilidad de las estadísticas fue la retracción de las inversiones en el país, panorama que se agravó luego de la instalación del cepo cambiario y la imposibilidad de repatriar dividendos. Esta situación, sumada a la crisis energética, derivó en una importante escasez de divisas.

El Indec no perdió oportunidad. Según el análisis de varias consultoras privadas -en base a datos propios del Indec- el Gobierno comenzó en 2013 a inflar artificialmente las exportaciones locales en los informes oficiales que producía el mismo organismo estadístico para disimular el cada vez más flaco saldo comercial y la falta de divisas.

La falsificación estadística impulsada por el Gobierno fue “cómplice” además -durante el último año- de la licuación salarial de los trabajadores estatales (especialmente los maestros) y de las jubilaciones. En 2014 -año en el que el kirchnerismo impulsó un ajuste- el organismo estadístico ocultó la primera caída del salario real, incluso a pesar del nacimiento del nuevo índice de inflación elaborado sólo para complacer al FMI.

Capítulo6

El Indec, en la actualidad

En 2014, el Gobierno intentó un nuevo maquillaje de las estadísticas. Lanzó el llamado IPC-Nu, un índice de precios a nivel nacional. Si bien en un principio produjo cierta esperanza de cambio, la brecha entre el Indec respecto de las mediciones de los privados y los organismos provinciales volvió expandirse con el pasar del tiempo. Por otro lado, nunca se volvieron a publicar los precios promedio relevados ni la conformación de las nuevas canastas seleccionadas. Según expertos, en los últimos meses de 2014, el Gobierno modificó la metodología de relevamiento con el objetivo de darle más peso en la ponderación al programa oficial Precios Cuidados -acuerdos con las empresas- en la medición. Esto buscó congelar la suba del índice oficial.

2014El Gobierno intentó un nuevo maquillaje de las estadísticas

Víctor Becker

Economista de la Universidad de Belgrano y ex-director de Indec 

Nadie sabe cuál es la inflación en la Argentina y, como se advirtió anteriormente, el dato de pobreza oficial desapareció completamente. El Gobierno no volvió a publicarlo. Los últimos datos cuestionados fueron, en tanto, los de desempleo. En un país en recesión se destruye empleo pero no sube el desempleo porque las personas -dicen las estadísticas del Indec- se retiran voluntariamente, algo que los expertos en el mercado laboral no avalan. En momentos de corridas cambiarias, baja de reservas y falta de dólares, las dudas se expandieron durante 2015 al informe oficial sobre el Intercambio Comercial Argentino (ICA).

Hay un consenso amplio sobre la necesidad de una transformación en el Indec. Incluso entre algunos sectores del oficialismo se pide en voz baja. Parece claro que, gane quien gane en las elecciones presidenciales de 2015, se avecina un fin de ciclo que simboliza el cierre de la etapa más oscura para las estadísticas públicas.

Línea de tiempo para resumir los principales hechos de la intervención

Créditos:

Producción general: Katherine Nagasawa (Senior at Northwestern University’s Medill School of Journalism, Media, Integrated Marketing Communications)
Producción periodistica: Francisco Jueguen
Programación interactiva: Cristian Bertelegni, Juan Elosua (becario del programa Knight-Mozilla Opennews), Gastón de la Llana
Producción de datos: Marthe Rubio, Gabriela Bouret, Romina Colman
Desarrollo Multimedia: Florencia Coelho
Cámara y edición de video: Katherine Nagasawa (Senior at Northwestern University’s Medill School of Journalism, Media, Integrated Marketing Communications)
Asistente de cámara: Matias Aimar y Sebastián Rodeiro
Gráficos interactivos y animaciones: Gastón de la Llana
Locución: Tomás Rivas
Jefe de realización: Juan López
Subjefa de diseño interactivo: Mariana Trigo Viera
Editora a cargo: Florencia Fernández Blanco
Editor responsable: Gastón Roitberg

Fuente: La Nación, 15/04/15.

 

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El Indec niega la recesión

marzo 21, 2015

El Indec niega la recesión: el PBI subió 0,5% en 2014

Por Francisco Jueguen.

Según las mediciones privadas, en cambio, el nivel de actividad cayó entre 2% y 2,5%; menos consumo e inversión.  

«La economía argentina sufrió una recesión durante 2014.» Ése fue el título que el Gobierno escatimó a los diarios de hoy. Como en 2009 -cuando las estadísticas oficiales borraron los malos resultados de la crisis financiera internacional-, los datos difundidos ayer por el Indec muestran que el nivel de actividad estuvo prácticamente estancado durante el año pasado, pero no cayó como señalan las mediciones privadas.

El Informe sobre el Avance del Nivel de Actividad elaborado por el instituto indicó que el producto bruto interno (PBI) en 2014 tuvo un leve crecimiento de 0,5 por ciento. Según economistas privados consultados por LA NACION, cayó entre 2% y 2,5% al finalizar el año pasado. Ayer, el PBI Congreso reflejó una baja de 2%.

K lapiz Indec

La admisión de lo que de todos modos es una mala performance económica servirá al Gobierno, principalmente, para el intento de comprimir las expectativas de aumentos salariales en tiempos de paritarias. El Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, estimó esta semana que espera que el ajuste de sueldos «estará más cerca de un 20% a un 25 por ciento» este año. Por otro lado, la decisión de esconder la recesión del año pasado avala el discurso que el Gobierno pretende instalar en la campaña electoral: que comenzó un incipiente incremento del consumo. La argumentación oficial ya era anticipada por los últimos datos positivos del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) y la construcción. Incluso algunas consultoras privadas advirtieron esta tendencia como consecuencia de la menor inflación.

En la semana, funcionarios de Economía dijeron que el alza de las importaciones en enero y febrero es la prueba de ese repunte de la actividad. Los economistas privados destacan, en cambio, que esa tendencia es un anticipo de las compras al exterior por el atraso cambiario.

«El mundo está sufriendo una situación muy complicada», dijo ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, que recordó que el fortalecimiento del dólar a nivel global afecta los precios de las commodities tanto para la Argentina como para sus principales socios comerciales.

«En la segunda mitad de 2014, gracias a distintas medidas instrumentadas por el Gobierno, vivimos un repunte que esperamos que se consolide en el crecimiento previsto para este año en el presupuesto [3%]», cerró.

 

 

El Indec informó que durante el cuarto trimestre de 2014, el PBI creció 0,4% en comparación con el mismo período del año pasado. Siempre sobre la base de los datos del organismo estadístico, la inversión cayó 5,6% en el año como consecuencia de la fuerte retracción del 12,5% en los desembolsos en equipos durables de producción y un incremento de sólo 1% en la construcción.

Ariel Coremberg, coordinador del proyecto Arklems de la UBA y Harvard, estimó que en 2014 la caída del PBI fue de 2 por ciento. Según sus datos, las principales caídas por el lado de la inversión en la construcción se dieron «por el cepo y la incertidumbre». El ex técnico de Cuentas Nacionales del Indec profundizó: «Existe además un efecto de wait and see en proyectos de inversión en reposición y mantenimiento en equipos, lo que claramente se refleja en desplome de importaciones de bienes de capital y partes y accesorios».

«Hicieron más licuado de bananas, pero con menos bananas», ilustró Fausto Spotorno. El economista de Orlando Ferreres y Asociados explicó así cómo con una caída de 15,6% de las importaciones se puede lograr un avance del PBI oficial. «Tal vez hubo un boom de sustitución de importaciones sin que la industria se enterara, porque, según el mismo Indec, esta cae desde hace varios meses», ironizó el especialista.

El principal desplome del consumo -según los datos de Coremberg- se dio en bienes durables y automotores. En tanto, el dato oficial produjo cuestionamientos. «No sólo ocultan una recesión, sino que con una caída del salario de casi 4% anual sostienen que el consumo privado sólo cayó un 0,5% en el año», cuestionó la economista Milagros Gismondi, de Empiria Consultores.

«Llama la atención lo poco que cayó el consumo cuando el salario real bajó más de 5% usando mediciones privadas de la inflación», criticó Spotorno. «Si usáramos mediciones oficiales de la inflación, el salario real debería haber subido 10% y en ese caso debería llamar la atención la pésima performance del consumo», agregó. De acuerdo con su medición, el PBI cayó 2,5% en 2014.

Según Coremberg, las exportaciones «fueron afectadas por la disminución del comercio internacional y la paralización en Brasil». Para el Indec, las ventas al exterior de bienes y servicios reales cayeron 8,1%. El investigador agregó que por el lado de la oferta hay caídas en todos los rubros menos en el agro.

Las claves de un índice con poca credibilidad

El dato oficial

El PBI oficial es cuestionado desde la intervención en el Indec. Para 2014 informó un alza de 0,5%.

Estancamiento

Como en 2009, el Indec escondió una recesión, aunque admitió un estancamiento en la economía.

Números privados

Las consultoras económicas afirmaron que la caída del nivel de actividad en 2014 fue de entre 2 y 2,5%.

Paritarias y elecciones

El Gobierno afirma que hay un repunte económico en 2015. Busca contener los reclamos en las paritarias.

Cálculos que no cierran

Los economistas cuestionan el número final porque el Gobierno sí admite caídas de importaciones, inversión y consumo.

Fuente: La Nación, 21/03/15.

Más información: Los números del Indec

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Ridículo: Costa aseguró que la inflación en 2015 será de 15%

febrero 22, 2015

Costa aseguró que la inflación en 2015 será de 15%

Pronóstico económico: Afirmó que «los precios suben pero a una tasa cada vez menor». Sobre los aumentos en autos, dijo que no se correspondió con una suba de costos.

fraude estadistico 01

No al fraude estadisticoEl secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, garantizó que se va a cumplir con la pauta de inflación de este año de 15,6% contemplada en el Presupuesto, y afirmó que «los precios suben pero a una tasa cada vez menor«.

«A partir de la política macroeconómica y la política específica, los precios se fueron desacelerando y llegamos a fin de año (2014) con tasas de suba de precios convergentes hacia niveles mucho más razonables en función de lo que es la estructura de la economía y que a nosotros nos dan la perspectiva de que estamos tendiendo a cumplir con el Presupuesto 2015», señaló.

Consultado sobre el aumento aplicado por la industria automotriz a los valores de autos nuevos, el secretario aseguró que según el análisis de su cartera «a partir de una estructura de costos típicos de una automotriz, los precios subieron mucho más«.

«No hay un movimiento de costos que se corresponda con el movimiento de precios», y agregó que «eso fue reconocido por las propias automotrices», al tiempo que previno que el gobierno siempre «está analizando si hay algún tipo de sancionable por parte de alguna empresa».

DTF040114001COSTASobre la asignación de divisas a las automotrices, explicó que «el criterio es permitir que todo lo que tenga que ver con insumos y autopartes esté garantizado para que no haya ningún problema en materia de actividad productiva por faltante de insumos o piezas».

En cuanto a la puesta en marcha del Observatorio de Precios, el funcionario planteó que una de las primera conclusiones es que «la información para poder hacer un análisis riguroso sobre la distribución de la renta a lo largo de las cadenas es absolutamente deficiente».

Costa indicó en una entrevista publicada por Tiempo Argentino que en el próximo encuentro del Observatorio se hará un primer diagnóstico de la cadena del cuero, curtiembres, marroquinería y calzado.

Fuente: Clarín, 22/02/15.


 

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La mentira estadística

febrero 4, 2015

El Indec, hoy: la máquina de la mentira

Por Francisco Jueguen.

 Los afiches, pósteres y cuadros de Néstor Kirchner, omnipresentes en el edificio del Indec, sobre Diagonal Sur. Foto: Francisco Jueguen

Las sombras invaden el Indec. Pocos caminan por sus pasillos a las 17.30 de un caliente viernes de enero. Todo lo que aún se mueve ya se está despidiendo. «¿Busca algo?», pregunta desde atrás de un gabinete metálico y oxidado la única empleada presente en el tercer piso. «Cuidado, hoy esto es un terreno hostil», alerta gente que trabaja en el organismo de las estadísticas, colonizado en 2007 por el kirchnerismo hasta convertirlo en una poderosa máquina de mentir.

La oficina principal de la Dirección de Precios, detrás de una puerta marrón con ojo de buey, parece una más en el viejo edificio de Diagonal Sur al 600. Pero no. Es el escenario de un crimen. Ocho años atrás, ahí empezó a cometerse una violación institucional que todavía perdura: la adulteración de las estadísticas sobre inflación.

Video: Ocho años de lucha contra la intervención del Indec:

«Kirchner quiere tu cabeza», le dijo una jefa del Indec a Graciela Bevacqua, directora de Precios, la mañana del lunes 29 de enero de 2007. Era la secuela de un 2006 repleto de presiones sobre esas dos mujeres.

Temeroso por la inflación, Néstor Kirchner había ordenado al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno , que apretara a las dos técnicas para obtener la lista de informantes del Indec. El objetivo: obligar a las fuentes del organismo a rebajar sus precios cuando los encuestadores pasaran a relevarlos. Moreno no logró doblegar a los directores del instituto, pero no se rindió. Por el contrario, redobló su apuesta.

El 29 de enero pasado se cumplieron ocho años de la intervención oficial , que incluyó, desde el primer día, la persecución de trabajadores.

K lapiz Indec«Néstor se pasó todo 2006 haciendo acuerdos de precios. Estaba muy preocupado», contó alguien que fue ministro en esos años. «Creía que la Argentina en materia de precios era como un alcohólico recuperado: si le mostrabas la inflación, se iba todo al demonio.»

Embravecida por los elevados precios de la lechuga, el turismo y las prepagas, el último fin de semana de enero de 2007 la mano derecha de Moreno y recién nombrada al frente del Indec, Beatriz Paglieri, había acordado con varios directores nacionales no difundir el índice de inflación que Bevacqua venía calculando. Para la tercera semana de enero ya sumaba 2,1%, cifra intolerable para el inicio de un año de elecciones presidenciales.

Una semana después todo tomó un tinte más formal. El decreto 100, del 6 de febrero, desplazó a Bevacqua y nombró a Paglieri a cargo de la Dirección de Precios. Un día antes -tras forzar a los encargados del Departamento de Informática a retocar un documento público-, el Gobierno había difundido el primer dato de inflación manipulado: en enero, según el Indec, los precios habían subido 1,1%.

El 29 de enero pasado se cumplieron ocho años de la intervención oficial, que incluyó, desde el primer día, la persecución de trabajadores.

Las entrañas del Indec han dejado de ser las de un organismo técnico. Hoy se parecen más a las de una unidad básica.

Muchos de los que formaron parte de la historia más sombría del organismo militan ahora en la oposición. Alberto Fernández , Miguel Peirano, Sergio Massa , Martín Lousteau y Julio Cobos , entre otros, reclaman una urgente normalización del Indec. De los tres principales candidatos presidenciales (Mauricio Macri, Daniel Scioli y Massa), el único que se niega a dar una definición tajante sobre el futuro del organismo es Scioli.

 
Estética de búnker de campaña en una oficina. Foto: Francisco Jueguen

«Es necesario que vuelva el equipo de técnicos anterior a la intervención», dice el ex vicepresidente Julio Cobos . «El problema será cómo volver a ensamblar todo lo que se destruyó.»

«El error nuestro fue creerle a Moreno que dentro del Indec había una confabulación con fines electorales», admite el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández.

«A Moreno hay que denunciarlo penalmente. Yo lo voy a hacer investigar», sostiene Massa.

«La desconfianza en el Indec tiene múltiples consecuencias negativas», analiza Lousteau, ex ministro de Economía de Cristina Kirchner. «Desde el punto de vista del hacedor de política económica, volás sin instrumentos. Además, cuando la gente percibe otra inflación que la que calcula el Indec, deja de creer en todos los otros datos.»

«Cualquiera que sea el próximo presidente va a cambiar el Indec. Se demostró que la estrategia fue un fracaso en términos de expectativa inflacionaria», afirma Peirano, ex jefe del Palacio de Hacienda durante el kirchnerismo.

Ningún dato elaborado por el Indec es confiable. Los resultados del nuevo índice de inflación a nivel nacional (IPC-Nu), de Axel Kicillof, ya renovaron las sospechas

LA NACION quiso consultar a Moreno, Felisa Miceli, Axel Kicillof y al actual director del Indec, Norberto Itzcovich. Ninguno aceptó.

Las entrañas del Indec han dejado de ser las de un organismo técnico. Hoy se parecen más a las de una unidad básica. «Clarín miente, LA NACION oligarca», dice un afiche que adorna la entrada a todos los ascensores de los diez pisos del edificio. La leyenda reaparece en la enorme bandera contra el multimedio que oculta la fachada de los pisos superiores. Las fotos de Néstor Kirchner se multiplican y se intercalan con pósteres de la agrupación Evita Inmortal y panfletos contra los «fondos buitre». La decoración cambia si se está en los pisos «amigables» -los dominados por UPCN, gremio que es la mano de obra de la intervención- o de ATE (los «enemigos»).

Hoy, ningún dato elaborado por el Indec es confiable. Los resultados del nuevo índice de inflación a nivel nacional (IPC-Nu), de Axel Kicillof, ya renovaron las sospechas. La composición de las canastas regionales nunca fue publicada y el instituto no difunde desde 2008 los precios promedio de los productos que releva. Varios especialistas comenzaron además a denunciar que, gracias a cambios metodológicos en el relevo de información en los comercios, creció la incidencia del programa Precios Cuidados en el IPC-Nu. Es una trampa para contener el aumento del índice.

Por «problemas de empalme», desde fines de 2013 el organismo dejó de publicar las canastas para calcular la pobreza e indigencia. La aguja del desempleo se mantiene inmóvil a pesar de la recesión. La tasa de empleo cae al mismo nivel que la tasa de actividad, en un contexto negativo. No hay experto en el país que no diga que lo lógico es que ocurra exactamente lo contrario

Por «problemas de empalme», desde fines de 2013 el organismo dejó de publicar las canastas para calcular la pobreza e indigencia.

La destrucción estadística sólo fue posible gracias al desmantelamiento institucional. «La intervención desplazó a muchos técnicos y al mismo tiempo tomó mucha patota», cuenta el delegado de ATE-Indec Fabio Peñalva. En 2006 había, según el Consejo Académico de Evaluación y Seguimiento (CAES), 1210 trabajadores, cifra que se había mantenido estable desde 1995. En 2007 (año de la intervención), la plantilla creció 24,9% (a 1506 trabajadores). Para la Oficina Nacional de Empleo Público, hasta el primer trimestre de 2013, el Indec tenía 1537 empleados, muchos en situación de precariedad (contratados o tercerizados).

Moreno se convirtió en el nuevo gerente de Recursos Humanos del Indec. Varios de los vigilantes de precios en el Mercado Central y militantes de su unidad básica (Pueblo Peronista) ocuparon cargos directivos en el organismo.

Llegaron también los barrabravas que formaron «la patota». Uno de ellos, Ariel «el Gusano» Pugliese, investigado por el asesinato de Marcelo Cejas, hincha de Tigre, el 25 de junio de 2007, tomó notoriedad en 2010 al revolear sillas en la Feria del Libro. En octubre pasado fue el turno del «Gordo Maxi» y el «Gordito Farfán», dos barras de Excursionistas. Ambos eran empleados del sector Logística del Indec cuando fueron detenidos por ser parte de una presunta banda que traficaba drogas. El allanamiento, en la sede del Indec, terminó con el secuestro de 300 gramos de pasta base escondidos en la caldera.

Los trabajadores que apoyaron la intervención se beneficiaron con cargos, mejores sueldos y ascensos. También algunos directores. Un ejemplo: la manipulación del índice de precios impulsó artificialmente el índice de crecimiento y, a su vez, el valor de los cupones atados a ese indicador. Susana Rosental, que elabora ese índice, admitió en su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción que a fines de 2012 tenía en su poder $ 72.194 en títulos en dólares vinculados al PBI. Ya se ve: el Indec es hoy tierra de oportunidades.

La destrucción estadística sólo fue posible gracias al desmantelamiento institucional

Las causas en la Justicia que tramita el juez Rodolfo Canicoba Corral por el Indec son dos. Una investiga lo que ocurrió con el IPC-GBA y el posible delito de «falsificación de documento público». La otra es parte del voto «no positivo» de Julio Cobos a Cristina Kirchner.

 
«Clarín miente. la nacion oligarca», en todos los ascensores. Foto: Francisco Jueguen

Eran las 7 de la mañana de un día de septiembre de 2007. Patricia Giménez, entonces directora de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de Mendoza, manejaba su auto camino a la oficina cuando la radio la estremeció. Se enteró en un noticiero de que el Indec había «corregido» su índice de precios de agosto. Para la DEIE, la inflación de ese mes había sido 3,1%. En Buenos Aires, el Indec de Moreno la bajó a 1,5%.

«La llamé a Laura Montero [en ese momento ministra de Economía provincial y hoy senadora nacional] y me dijo que mantuviera el número original, que ya íbamos a hablar con el gobernador Cobos», recuerda Giménez.

Intervino el gobernador. «Mandé una nota al jefe de Gabinete e hicimos la denuncia penal», cuenta. También hizo su parte el entonces jefe de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), Manuel Garrido: «Accedimos a los registros informáticos. Los índices dibujados aparecían con la letra T. Los promedios que fijaban estaban por debajo de la cifra menor ponderada. Un técnico en estadísticas estableció que los resultados oficiales eran matemáticamente imposibles».

Moreno y Lousteau presentaron en la Casa Rosada sus propios planes para transformar el IPC. Cristina Kirchner no sólo eligió el diseñado por Moreno, sino que le pidió a Lousteau que lo presentara públicamente.

Moreno derrotó a todos por una razón: Moreno era Kirchner. Cristina heredó ese vínculo con el secretario de Comercio, pero con un cambio cualitativo. «Moreno es como un rottweiler. Kirchner lo tenía atado y a veces lo hacía chumbar. Cristina lo dejaba suelto en el jardín», grafica Alberto Fernández.

Luego de que Miceli y Roberto Feletti perdieran su batalla frente al rottweiler, todos los ministros de Economía kirchneristas sucumbieron ante Moreno. Ninguno cuestionó la falsificación de las estadísticas en público mientras participó del Gobierno. Dicen que sí lo hicieron en privado.

Peirano renunció luego de una discusión en Olivos con Moreno, Fernández y Néstor y Cristina Kirchner. «Las diferencias entre esta presidenta [electa] y usted son muy grandes», le dijo Cristina a Peirano después de que éste le reprochara a Moreno la persecución de los trabajadores en el Indec, la manipulación de las estadísticas y los primeros roces con los productores del agro.

Lousteau confió en sus buenos vínculos con Moreno desde sus tiempos de presidente del Banco Provincia. Pero antes de que saliera el primer IPC bajo su comando, en enero de 2008, Moreno se le adelantó y anunció que la inflación había sido de 0,8%. «Era matemáticamente imposible que el nivel general diera eso porque el transporte había subido 20%», relatan cerca del ex ministro.

Moreno y Lousteau presentaron en la Casa Rosada sus propios planes para transformar el IPC. Cristina Kirchner no sólo eligió el diseñado por Moreno, sino que le pidió a Lousteau que lo presentara públicamente. La crisis del campo aceleró su renuncia. El programa de Moreno fue dado a conocer por Alberto Fernández en 2008 en el hotel Sheraton de Pilar, para evitar protestas. «La metodología era correcta», se atajó Fernández. «El problema era que falsearon los datos.»

Desde 2007, el Indec se erige como símbolo de un capítulo fundamental del «relato» o «historia oficial» de los gobiernos kirchneristas.

La noche en que se votó la polémica resolución 125 en el Senado, un muñeco con la cara de Cobos apareció ahorcado en el décimo piso del Indec. Para oxigenar el gabinete, Massa reemplazó a Alberto Fernández. Massa y el flamante ministro de Economía, Amado Boudou (que lo había acompañado en la Anses), reclamaron a varias universidades un informe de situación sobre el Indec. Cuando los académicos lo terminaron, en 2010, nunca fueron recibidos por Boudou.

En el entorno de Massa recuerdan en especial un viernes de 2008. El decreto estaba firmado: se iba a intervenir el Indec. El hombre a cargo del organismo iba a ser Santiago Montoya. El secretario legal y técnico, Carlos Zannini, llevó el documento al despacho de Cristina Kirchner. La iniciativa murió ahí. «Decían que Montoya no era garantía», relata uno de los involucrados. Por ese entonces a cargo de Rentas en el gobierno de Scioli, Montoya había aceptado la misión, pero con condiciones. Más tarde también lo rechazarían como cabeza de la AFIP.

No al fraude estadisticoDesde 2007, el Indec se erige como símbolo de un capítulo fundamental del «relato» o «historia oficial» de los gobiernos kirchneristas. En plena crisis económica, el 2 de diciembre de 2013, Cristina Kirchner desplazó a Moreno. Kicillof, que en otras épocas había criticado la manipulación de las estadísticas por parte del Indec, llegó a la conducción de Economía. Su plan era volver a endeudarse y para eso, asesorado por el Fondo Monetario, lanzó el IPC-Nu. Además cortó algunos concursos sospechados y desplazó a un ariete de la intervención en el Indec: la directora Ana María Edwin. Pero no la abandonó: fue premiada con otro cargo en el Gobierno. De todos modos, el Indec gestado por Moreno se mantiene hasta hoy. La Presidenta no quiere cambios allí.

Una imagen explica por qué. En el segundo piso del Indec -donde están sus conductores-, un cuadro muestra al que, muchos años después, parece seguir siendo el verdadero patrón del lugar. El inspirador. El que lo hizo posible. Néstor Kirchner.

Fuente: La Nación, 04/02/15.

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Sigue la farsa del INDEC

diciembre 11, 2014

El IPC Congreso dio 1,86% en noviembre y supera 40% en el año

El grupo de diputados de la oposición volvió a presentar ayer el índice de inflación alternativo (IPC Congreso), que arrojó una suba de 1,86% en noviembre, la menor desde mayo de 2013, aunque el acumulado de doce meses sigue arriba del 40 por ciento.

K lapiz IndecComo cada mes, referentes de los partidos de oposición al Gobierno difundieron desde el Congreso el resultado del promedio de varias consultoras privadas y de algunas direcciones de Estadística provinciales.

La inflación promedio resultante fue en noviembre de 1,86%, la menor desde mayo de 2013, tal como habían anticipado algunas consultoras.

Sin embargo, por cuarto período consecutivo la tasa anualizada se ubicó por arriba de 40 por ciento, en línea con las mediciones de las provincias que siguen calculando sus estadísticas por fuera del Indec.

Aunque la intención del Ministerio de Economía y de legisladores del oficialismo fue imponer un recurso de amparo para que los legisladores no informaran el resultado, la diputada macrista de Unión por Todos, Patricia Bullrich, había anticipado su defensa del llamado IPC Congreso.

«Vamos a seguir dando este índice. Tenemos en nuestro país libertad de expresión y de palabra. No nos van a censurar», sostuvo la diputada en declaraciones radiales.

Por su parte, el diputado por Pro Federico Sturzenegger indicó que «si el kirchnerismo no está contento con la difusión de este índice, nosotros estamos menos contentos que ellos. No es de nuestro agrado estar todos los meses desenmascarando la mentira del Indec, y seremos los primeros en salir a defender el índice oficial si éste comienza a reflejar la realidad».

Por otro lado, señaló: «Quisiera, a nivel personal, hacer un reconocimiento al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, que se opuso a censurarnos, cuando muchos diputados kirchneristas intentaron no permitir difundir el IPC del Congreso».

Para el economista, «una de las razones de mayor peso por las que el Gobierno no quiere dar el verdadero IPC es para no tener que actualizar los sueldos en las paritarias con los verdaderos valores de inflación. Pero si quieren achicarle el sueldo a la gente más aún que los miembros del Gobierno tengan el coraje de decir la verdad y dejar de tratar de engañar a la gente».

Por otro lado, subrayó que «la Argentina está entre los tres o cuatro países con más inflación del mundo», al tiempo que defendió los números dados por las consultoras, al apuntar que se acercan a los datos difundidos por los gobiernos de Neuquén, San Luis y la ciudad de Buenos Aires.

El diputado radical Miguel Giubergia señaló: «Venimos a ratificar las facultades que tienen los diputados de dar su opinión y a defender la libertad de prensa». Luego indicó: «Si el Frente para la Victoria no está de acuerdo con este índice, discutamos los muchísimos proyectos para reformar el Indec».

En tanto, la diputada nacional y presidenta de la Comisión de Defensa del Consumidor, Patricia De Ferrari, participó, como todos los meses, de la difusión del indicador, y destacó: «Es una pena que sigamos teniendo un índice tan alto, porque si bien es cierto que algo bajó respecto del mes pasado, sólo significa que se está traduciendo la retracción económica, la menor actividad industrial que todos están reconociendo que existe y la pérdida de empleo. Eso es en verdad lo que nos dice el menor índice».

El lunes se conocerá el resultado del Indec, pero Economía anticipó que el año cerrará con una inflación de 24 por ciento.

La inflación de las consultoras

1,86%

Aumento

Fue la suba de los precios promedio, según las consultoras relevadas por el IPC Congreso, que el oficialismo quiso censurar, tanto desde el Ejecutivo como desde el Legislativo

40,6%

Aumento anual

Es el incremento anualizado de la inflación, según consultoras y las direcciones provinciales de estadística, como ciudad de Buenos Aires, Neuquén y San Luis, entre otras

24%

Indec

Sería el resultado previsto para este año por el Indec, según lo anticipado por el ministro de Economía, Axel Kicillof.

Fuente: La Nación, 11/12/14.

El INDEC sigue mintiendo

noviembre 15, 2014

Con nuevo jefe, en el Indec volvieron a subestimar la inflación

Por Martín Kanenguiser.

El índice de precios al consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) volvió a subestimar la inflación, al registrar una suba en octubre del 1,2% frente al 2,25% promedio de las consultoras privadas y el 1,9% medido por la ciudad de Buenos Aires.

Se trató del primer dato difundido durante la gestión de Norberto Itzcovich, que pasó del cargo de director técnico a jefe del Indec, en reemplazo de Ana Edwin, aunque ambos han estado al frente del organismo desde el inicio de la manipulación de las estadísticas públicas, en 2007.

También el relevamiento de la ex directora del IPC hasta ese momento, Graciela Bevacqua, arrojó un incremento del 1,9% el mes pasado.

no-al-fraude-estadistico Así, la inflación del IPC nacional urbano acumula desde diciembre de 2013 una suba de 21,3%, mientras que para el IPC Congreso, que reúne el promedio de los pronósticos de las consultoras privadas, llegó al 33,2%, similar al IPC porteño, elaborado por la Dirección de Estadística de la ciudad de Buenos Aires.

Todavía no se conoce el dato interanual del IPC-NU, que arrancó en enero, mientras que el IPC Congreso arrastra 41,2%; el IPC porteño, 39%, y el de la provincia de Neuquén, hasta septiembre, un 42,7 por ciento.

En cuanto a los resultados de octubre del Indec, alimentos y bebidas arrojó una suba del 1%, mientras que en el índice de Bevacqua este rubro creció 1,5%; en indumentaria las subas fueron del 1,7% y 3,9%, respectivamente; en vivienda y servicios básicos, 2,1% y 2,2%; equipamiento y mantenimiento del hogar, 1,4% y 3,5%; atención médica y gastos para la salud, 2,5% y 2%; transporte y comunicaciones, 0,6% y 1,5%; esparcimiento, 0,7% y 1,2%; educación, 0,6% y 0,7%, y otros bienes y servicios, 0,9% y 1,8%, respectivamente.

A principios de 2013, el FMI aplicó una moción de censura al Gobierno por la desconfianza generada por los datos de crecimiento económico e inflación del Indec, que no fue levantada pese a que el Gobierno presentó a principios de año los nuevos indicadores. Esa sanción es la que ha llevado a un grupo de países, como Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Japón, a mantener su decisión de bloquear los créditos al país en el Banco Mundial y en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hasta que se normalicen las estadísticas.

El diputado Federico Sturzenegger, de Pro, reaccionó en Twitter tras conocerse el resultado del Indec: «Dijimos que la inflación Indec en promedio había sido 1% por debajo de la real. Este mes volvió a darse: la inflación del Congreso fue del 2,25 y la del Indec del 1,2 por ciento».

Esta semana, Itzcovich había ironizado en una nota publicada en Ambito Financiero diciendo que la inflación de las consultoras se asemejaba a la de los ricos, sin tomar en cuenta la baja credibilidad que tiene el organismo que conduce, aun para los centros de estudios ligados al kirchnerismo, como la consultora Equis, de Artemio López, y el Cifra, de la CTA oficialista, de Hugo Yasky.

Por otro lado, la mayoría de los datos que publica el Indec han perdido todo realismo, y desde fines de 2013, cuando asumió al frente del Ministerio de Economía Axel Kicillof, se han dejado de publicar los datos de pobreza e indigencia.

Fuente: La Nación, 15/11/14.

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Humor Criollo: «En la Argentina no hay un problema de inflación»

marzo 30, 2013

Para la número dos de Moreno, «en la Argentina no hay un problema de inflación»

La subsecretaria de Defensa del Consumidor, Pimpi Colombo -virtual número dos del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno -, afirmó que en la Argentina «no hay un problema de inflación » y consideró que el principal desafío que tiene el país es «cuidar el empleo». La funcionaria, en una entrevista radial que terminó a los gritos, con una radio de Mendoza, justificó la aplicación de un congelamiento de precios, pero lo desligó del fenómeno inflacionario en la economía nacional.

El reportaje, que se realizó ayer por la radio Nihuil , del Grupo Uno , de buena relación con el gobierno de Cristina Kirchner y uno de los más beneficiados con la pauta nacional, derivó en un cruce y una fuerte discusión.

«No es el problema de la Argentina la inflación. El problema de Argentina es defenderse de que no nos metan productos de afuera a precio vil, cuidar que el empleo», afirmó Colombo, y aclaró que el pacto con los supermercadistas «son medidas que ayudan a cuidar el empleo, la capacidad adquisitiva del salario, una cosa integral. No es que tenemos un problema de inflación».

Para la funcionaria del área económica, en la Argentina «no hay la inflación » que informan los medios de comunicación, principalmente los que son independientes. «En el país ha mejorado las condiciones de vida. Lo concreto, todo lo demás, toda la cháchara que arman para defender los negocios, nosotros no lo vamos a aceptar. Nosotros tomamos muchas medidas, ninguna es la totalidad o la panacea», indicó.

De todos modos, si bien defendió la aplicación del congelamiento de precios y la puesta en marcha de la » SúperCard «, la tarjeta de crédito para la compra de supermercados, pero aclaró que no se va a extender durante todo el año. «Yo no creo que nadie quisiera la paz de los cementerios, la economía es dinámica. ¿A ustedes le gustaría que le congelaran el salario?», dijo.

Fuente: La Nación, 30/03/13.

El fraude estadístico del INDEC

noviembre 1, 2012

El fraude estadístico del INDEC
Por Gustavo Ibáñez Padilla

Desde este sitio web y desde nuestro Boletín Economía hemos denunciado sistemáticamente el fraude estadístico y la destrucción del INDEC propiciados por Guillermo Moreno y Ana María Edwin; contando con el aval de ministros, Jefes de Gabinete y la propia presidente de la Nación, Cristina Kirchner. Todos ellos en forma conjunta y conformando una Asociación Ilícita han destruido la credibilidad del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), con la grotesca intención de manipular el índice que mide la inflación y muchos otros datos estadísticos. Para ello, removieron a numerosos funcionarios, presionaron a otros, violaron el secreto estadístico y adulteraron los valores de los índices oficiales. Todas estas maniobras constituyen delitos claramente tipificados en nuestra legislación (Falsedad ideológica -Código Penal Argentino, art. 293-, Manipulación de precios -Código Penal Argentino, art. 300-, Secreto Estadístico -Ley 17.622, art. 10- y otros). La ineficaz intervención de la justicia a través de diversos magistrados y funcionarios ha permitido esta gravísima degradación institucional de la República.
Gustavo Ibáñez Padilla, 01/11/12.

A modo de muestra citamos más abajo algunos de los comentarios publicados con anterioridad denunciando el fraude estadístico del gobierno Kirchner:

Inflación: Es el principal problema económico que nos aqueja y está totalmente subestimada por el gobierno. En abril, el “ministro” de Economía, Amado Boudou, calificó a la inflación como «supuesta» e insistió en hablar de una «tensión de precios», que atribuyó a los mayores ingresos que percibe la población. El jefe del Palacio de Hacienda, a quien ya califican de “hazmerreir” rechazó las críticas que recibe el Gobierno por el nivel de inflación y se quejó de las reiteradas «mentiras que se dicen». Luego de calificar de «supuesta» a la inflación, enfatizó: «¿Saben cuál es el problema de los precios en la Argentina? Que la gente tiene más dinero que antes». Tan obvia resulta su respuesta que la Casa de Moneda ya no da abasto para imprimir billetes y tuvo que encargar la confección de los papelitos de cien pesos en Brasil. Resulta curioso que un gobierno que cada día pretende apropiarse de más funciones de la órbita privada tercerice en otro país la impresión de la moneda nacional. ¿A dónde habrán ido a aparar nuestros aires de soberanía?
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 09/11/10.

Inseguridad: «El ventarrón de criminalidad no cesa. El Gobierno tiene un INDEC especializado en demostrar que no aumenta y que más bien está muy por debajo de otros países. Un ministro con inclinación verbosa y metafísica le dijo a la gente que padecíamos una sensación. Lo cierto es que es el episodio que más nos angustia en este mar de frustraciones. (…) Los Kirchner lograron demoler el básico esquema constitucional de orden público y de ejercicio de la fuerza exclusiva del Estado para cumplir con la misión esencial de reprimir (que, según la Real Academia, significa «contener, refrenar, templar o moderar».) Reprimir es obligación del Estado en cuanto «contención en acto del delito inminente». Se enfrenta al delincuente para garantizar la vida del ciudadano con sus libertades (la de circular libremente, por ejemplo) y sus bienes.» Abel Posse. La Nación, 10/12/09.

Engaños peligrosos: “Corremos el riesgo de que una institución tan prestigiosa como el (Instituto Nacional de Referencia) Maiztegui y una red diagnóstica nacional como la que tenemos en la Argentina, que concentra toda la estadística, sufra un deterioro de su imagen similar al que sufrió el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) y se pierdan años de trabajo en investigación científica.” Dr. Alfredo Seijo, jefe de Zoonosis del Hospital Muñiz. 16/04/09.

Mentiras presidenciales: “Desfigurar la realidad, engañar a la población sobre los reales propósitos de una iniciativa legal, ocultar actos y sus consecuencias -el destino de los fondos de Santa Cruz, por ejemplo-, difundir las escandalosas cifras del INDEC, efectuar promesas vacías de contenido, manosear determinadas informaciones con objetivos meramente electorales y disfrazar el pasado constituyen diferentes formas de mentira. Y faltar a la verdad desde un cargo público equivale a un abuso de poder y a un fraude político, que tarde o temprano, será castigado por la ciudadanía.” La Nación, 02/11/08. Editorial.

INDEC: Desde hace ya un año, un grupo de afiliados al sistema previsional de capitalización reclama ante la Justicia ser admitidos como querellantes, en una causa en la que se investiga la manipulación del índice de precios al consumidor (IPC) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La razón es que las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP) tienen parte de sus fondos invertido en bonos de deuda pública ajustables según la evolución de la inflación. La presentación se realizó ante el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral y sufre interminables dilaciones. ¿Sabrá este juez que la justicia cuando es lenta no es justicia?
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 23/08/08.

INDEC: El descrédito del instituto oficial no parece tener límites. La última novedad la constituye el nuevo índice de precios al consumidor que ya no medirá más la situación del interior y se circunscribirá a Buenos Aires. Todo parece señalar que la metodología será de menor calidad que la anterior y más fácilmente adulterable por parte de la interventora Ana María Edwin, que responde a Guillermo Moreno.
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 15/05/08.

INDEC: “El anuncio del nuevo índice de precios por parte del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, no puede ser más desalentador. Descubre que el Gobierno ha decidido seguir ignorando la inflación y utilizar una falsa medición para negar su existencia.” Jorge Oviedo. La Nación, 08/05/08.

INDEC: La estafa oficial es cada día más evidente. Ahora, además de la provincia de San Luis, también Santa Fe comenzó a medir la inflación en forma .seria e independiente. El resultado está a la vista: las cifras cuadruplican la información oficial. ¿Qué esperan los fiscales y jueces para procesar a la interventora del Instituto, a su mandante el secretario de Comercio Interior y al resto de funcionarios y ex-funcionarios de mayor jerarquía que permitieron y permiten semejante falsificación de las estadísticas oficiales? ¿Dónde está la justicia independiente? ¿Dónde está Marijuán?
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 25/04/08.

INDEC: “El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, lamentó hoy que se haya ‘instituido la idea de que acá hay una falsificación de los datos’ de inflación, y argumentó que si la gente percibe que los precios aumentan más que lo que dicen las estadísticas oficiales es porque compra productos diferentes de los que mide el INDEC.” Clarín, 15/04/08. – ¿No es hora de que algún fiscal se ocupe del tema y procese a la interventora del INDEC, a Guillermo Moreno y al propio Jefe de Gabinete por falsificación de datos oficiales?
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 18/04/08.

Grotesco estadístico: Curiosamente y al contrario de lo que la gente percibe en su vida diaria, según las estadísticas oficiales del INDEC, los precios en los shopping centers culminaron febrero con una baja de 1,3 por ciento, respecto del mes anterior. Comparados con igual mes del año anterior, los precios también muestran una “inexplicable” baja.
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 26/03/08

INDEK: En los últimos años, el Poder Ejecutivo, por medio de su “patovica”, Guillermo Moreno, ha destruido la credibilidad del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Con la grotesca intención de manipular el índice que mide la inflación, removió a numerosos funcionarios, presionó a otros, violó el secreto estadístico y adulteró los valores de los índices oficiales. Todas estas maniobras constituyen delitos claramente tipificados en nuestra legislación (Falsedad ideológica -Código Penal Argentino, art. 293-, Manipulación de precios -Código Penal Argentino, art. 300-, Secreto Estadístico -Ley 17.622, art. 10- y otros). La ineficaz intervención del juez Rodolfo Canicoba Corral permite, por su lentitud, esta gravísima degradación institucional de la República.
Gustavo Ibáñez Padilla, Boletín Economía, 06/03/08.

Solicite por e-mail el extracto del Libro: Cómo mentir con Estadísticas de Darrell HUFF (How to lie with statistics) a: [email protected]

Gustavo Ibáñez Padilla

Gustavo Ibáñez Padilla

Argentina: La inflación, un flagelo que ahoga la economía

octubre 7, 2012

Historia repetida: La inflación, un flagelo que ahoga la economía

Por Francisco Jueguen

 

Tras varios años con inflación de dos dígitos, volvió a arrasar en las elecciones con una cantidad de votos nunca antes vista en la historia. Haciendo uso de su legitimidad popular, apenas asumió la presidencia intentó que el modelo transmutara de la expansión al intento de estabilización. Por decreto, se congelaron las subas salariales -lo que produjo un aumento de la conflictividad gremial-, se multiplicaron los acuerdos de precios con empresas, los subsidios y las tarifas congeladas. Surgieron también fuertes campañas estatales contra los «especuladores» con aplicación de multas.

Para corregir desequilibrios externos, sobre todo por la gran cantidad de combustible que debía importar la estatal YPF, el Gobierno buscó seducir al capital extranjero para que invirtiera en la empresa y multiplicó las restricciones a las importaciones. Se echó mano al Banco Central para evitar una brusca devaluación y se administró el tipo de cambio. El Gobierno logró finalmente un superávit comercial. Sin embargo, se registró un desgaste de la autoridad presidencial y el clima social cambió.

«El estado de sitio, el cierre del Congreso, la movilización militar de los gremios, la censura de prensa fueron las medidas que comenzaron a ser discutidas en los círculos de oficiales», completa Juan Carlos Torre para terminar de describir el conjunto de medidas que caracterizaron el segundo mandato de Juan Domingo Perón en 1952. El plan, según explica el reconocido historiador en su libro Ensayos sobre movimiento obrero y peronismo, publicado este año, implicó además un freno del gasto público y una política monetaria más restrictiva, lo que derivó en un retorno al crecimiento económico y una súbita baja de la tasa de inflación. Se pasó, no sin fuertes tensiones sociales, de un 38,8% en 1952 a un 4% en un año.

«Si la inflación fuera de un 25% el país estallaría por los aires», aseguró días atrás la presidenta Cristina Kirchner en la Universidad de Georgetown. La historia la desmiente. Según coinciden ocho economistas consultados por LA NACION, entre 1945 y 1971, durante el denominado período del Stop & Go, el país soportó subas de precios similares a la actual sin el devenir apocalíptico que pronosticara la mandataria.

Sin embargo, es preciso marcar algunas diferencias entre períodos. La inflación fue «moderadamente alta» en ese ciclo y lo es también hoy, pero, en el pasado, la suba de precios fue un signo regional. En la actualidad, sólo afecta -con esas tasas- a la Argentina y Venezuela, y a algunos países africanos. Por otra parte, el crecimiento económico fue más sostenido durante el kirchnerismo y, por lo menos hasta 2011, se había evitado un ajuste y fuertes devaluaciones de la moneda por presiones en la balanza comercial [efecto soja mediante].

Pero apenas comenzado el segundo mandato de la Presidenta, el Gobierno buscó eliminar subsidios a la energía y al transporte para los usuarios, y reclamó por paritarias moderadas. Además, se restringieron el flujo comercial (cepo a las importaciones) y el de capital (cepo cambiario), ambas herramientas de mediados de los 50 cuando la economía era cerrada, para evitar una devaluación por atraso cambiario como consecuencia de una inflación moderada acumulada en años y un aletargamiento del tipo de cambio. «Si hoy el país quiere favorecerse con la globalización por los buenos precios de la soja y la compra de autos de Brasil, pero aplica medidas de los 60, cuando estábamos en Bretton Woods, eso no va a funcionar y, de hecho, no funciona», afirma José Fanelli economista de las universidades de Buenos Aires y San Andrés (UDESA).

El país no va a estallar, pero la experiencia histórica demuestra que la economía se desinfla. En la actualidad, el déficit fiscal acotado, el superávit comercial, el elevado nivel de reservas, buenas cosechas y un contexto internacional afín gracias al alto precio de las commodities y una baja tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos sostienen al país. A contramano, la acumulación inercial de una tasa de inflación moderadamente alta en relación con el mundo, sumado a un tipo de cambio atrasado, golpea la competitividad externa e impacta en la actividad y en el empleo. A esto hay que agregar los problemas con los precios relativos.

En este contexto, el cepo cambiario y las restricciones a las importaciones -que implicaron menos insumos para la industria nacional y una caída de su expansión- fueron soluciones de un Gobierno sin credibilidad para el acceso a los mercados de capitales y con una necesidad creciente de dólares para importar energía.

Durante el Stop & Go se registró un promedio de inflación anual de un 25%, según estimó el economista de la UBA afín al kirchnerismo, Mario Rapoport, en su paper «Una revisión histórica de la inflación argentina y de sus causas». Sin embargo, y pese a los pronósticos apocalípticos de la Presidenta para esas tasas, el período tiene férreos defensores oficiales.

«Es una etapa de la historia argentina [1955-1974, según su cita anterior] que desde el punto de vista económico muchos consideramos ejemplar, porque fue la fase en la que más empleo industrial se creó y en la que los asalariados tenían mejores condiciones de vida», afirmó el viceministro de Economía, Axel Kicillof, durante la presentación del presupuesto 2013, haciendo un paralelismo entre ésta y aquella época.

Pero Kicillof negó la crisis en el sector externo, característica de esa época. «La Argentina hoy no tiene un problema de balanza comercial, no lo tiene objetivamente, porque estamos terminando el año arriba de los US$ 10.000 de superávit comercial, cerca de los 12.000 millones», dijo el viceministro. «Hoy no tiene ese problema, pero fue endémico, es lo que los economistas llamaron -no los ortodoxos sino los otros- el problema de Stop & Go de la economía argentina.»

«Mientras la soja subía a US$ 600 destruimos el sector energético», precisa Fanelli. «Pasamos de un superávit energético de US$ 5000 millones hace dos años a un déficit de US$ 6000 millones en la actualidad. Desaparecieron 11.000 millones», afirma el investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).

Daniel Heymann, profesor del posgrado de Economía de UDESA, ex hombre de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) y -según sus pares- uno de los hombres que más sabe de inflación, concuerda con que el período del Stop & Go es el que más se acerca al actual en lo referido a la variación de precios. «La más parecida es aquella época», afirma Heymann. «En ese momento, se da la tradicional inflación en todo el Cono Sur de América Latina. Chile, Uruguay, Brasil la sufren, pero también Francia e Italia», agrega. Heymann estima que un régimen estabilizado en una inflación del 20% «no necesariamente estalla», aunque piensa que esas tasas son «atípicas» hoy.

«¿No está equivocada la Presidenta cuando señala que con inflación de un 25 o 26% [la que tenemos] estallaríamos por los aires? ¿No vivió la Argentina en el pasado con esta inflación de mediana intensidad sin estallar [por ejemplo: entre 1945 y 1967, 13 años tuvieron una de entre 17 y 39 por ciento]?», escribió el economista de la Universidad Di Tella Lucas Llach.

No obstante, el experto afirma que la diferencia es que en el pasado se intentaban planes de estabilización que bajaban la inflación y que además sí hubo momentos complicados, como cuando Arturo Frondizi liberó el tipo de cambio en 1959 y la inflación superó 100% por primera vez en la historia argentina. Eduardo Fracchia, profesor del IAE Business School, cita esos programas, que -según dice- fueron clave para que los precios no se espiralizaran. En ese sentido, enumera los planes de Raúl Prebisch (1955), el de estabilización (1962); Adalbert Krieger Vasena (1967) y José Ber Gelbard (1973), en el gobierno de Héctor Cámpora.

El Stop & Go no fue el único período de inflación en el país. A fines del siglo XIX, la emisión desmedida o el endeudamiento en exceso, según se lea a Rapoport o a Roberto Cortés Conde (Udesa), produjo altas tasas de variaciones de precios en la época de los llamados bancos garantidos. Los valores también subieron, pero por causas exógenas en la Primera y Segunda Guerra Mundial. También en los 70, durante el Rodrigazo (1975) o en la hiperinflación del 89, que disparó los precios un 3.079,5 por ciento.

A contramano de lo que repite la Presidenta, tanto Heymann como Fanelli afirman que el crecimiento de la economía no necesariamente implica inflación, algo que es fácilmente verificable si se observan los resultados de los últimos años en varios países de América latina y Asia. «¿Podés crecer con inflación?», se preguntó Heymann. «La experiencia dice que se puede hacer. ¿Ayuda la inflación al crecimiento? No. La inflación, por la imprevisibilidad, complica el crecimiento», explica.

¿Por qué se compró nuevamente una inflación moderada tras los 90? «Porque se recauda cerca de un 2% del PBI con el impuesto inflacionario, el más regresivo que hay, ya que afecta a los pobres. Porque es un impuesto no coparticipable y que no necesita aprobación del Congreso. El Gobierno se financia así», explica Fanelli.

Siguiendo sus reflexiones, hubiera sido clave que algún estudiante de Georgetown o Harvard le hubiera preguntado a la Presidenta si la inflación es condición necesaria para que la economía se expanda o si, en realidad, es bueno crecer con inflación para hacer caja.

INDICIOS QUE REVELAN LO QUE CRISTINA ESCONDE

A pesar de lo que afirmó Cristina Kirchner durante su presentación en la Universidad de Georgetown, su propio Ministerio de Trabajo avala oficialmente que la inflación en el país está más cerca de la que calculan las consultoras privadas que de lo estimado por el INDEC.

Con varias resoluciones publicadas en el Boletín Oficial y firmadas por la secretaria de Trabajo, Noemí Rial, más de una veintena de empresas, entre las que se cuentan importantes automotrices y petroquímicas, aceptaron actualizar entre 2009 y 2011 los salarios de sus trabajadores con relevamientos alternativos al que elabora el organismo oficial. Esos aumentos estuvieron en torno al 25 por ciento y las consultoras avaladas por Trabajo fueron Buenos Aires City, hoy perseguida penalmente por el Gobierno, y CREEBA, una entidad que supo mantener durante años un acuerdo técnico con FIEL.

Más allá de ese detalle, la economía se indexa, no en su totalidad, en torno a un 25 por ciento. Por ejemplo, la consultora Mercer estimó en su último estudio salarial presentado el mes pasado que el promedio de alza de sueldos estimado para este año estará entre un 23% y 27 por ciento. Para el año que viene, los empresarios pronostican un 25 por ciento. No obstante, los legisladores se subieron un 100% el sueldo durante este año.

Las alzas anunciadas por el Gobierno para los jubilados fueron de un 31 por ciento este año, mientras que la Asignación Universal por Hijo (AUH) se actualizó un 25,9 por ciento.

Con poco crecimiento, en tanto, la oferta monetaria está hoy en un 38% anual, mientras que la recaudación por IVA DGI, avanza entre un 25% y 30% anual.

Además, vale recordar las estadísticas de varias provincias (Santa Fe y San Luis), y de las universidades.-

 

TRES DEFINICIONES PARA SABER DE QUÉ SE HABLA

Los dichos en Georgetown

Durante su gira por los Estados Unidos y ante la incómoda pregunta de un alumno de la Universidad de Georgetown sobre la suba de precios, la presidenta Cristina Kirchner afirmó que «si la inflación fuera de 25%, el país estallaría por los aires».

La historia que desmiente

Hubo varios períodos inflacionarios en el país, pero el que más se parece al actual, según los académicos, es el del Stop & Go (1945-1971), cuando la Argentina tuvo una inflación promedio anual de un 25 por ciento. Entonces el país no estalló, pero si hubo ajustes.

La inflación y sus problemas

Según algunas provincias, consultoras privadas y académicos, la inflación anual es hoy de un 25 por ciento. La acumulación de tasas moderadamente altas durante años y un aletargamiento cambiario impactan en la actividad económica y el empleo.

 

NÚMEROS

25%

Es la variación de precios estimada

Las consultoras privadas, algunas provincias y las universidades dicen que ésa es la inflación anual en la Argentina.

 

Fuente: La Nación, 07/10/12.

Argentina: Los permanentes engaños del INDEC

septiembre 24, 2012

Datos polémicos: Según el INDEC, con 13 pesos al día alcanza para dejar de ser pobre

Por Ismael Bermúdez

 

Las estadísticas del INDEC siguen dando que hablar. Según el organismo estadístico si una persona tiene ingresos equivalentes a $ 13 por día ya deja de ser considerada pobre. Esto significa que con ese dinero esa persona puede comer, vestirse, viajar, pagar el alquiler, los gastos de la vivienda, de salud y de educación, y hasta hacer alguna actividad de esparcimiento.

Ese ingreso diario surge de tomar la valuación de la Canasta Básica Total que el INDEC toma como referencia para establecer la línea de pobreza. Para agosto pasado fue calculada en 1.555 pesos mensuales. Esto significa que una familia tipo (matrimonio con 2 hijos) o cuatro personas con ingresos superiores a ese monto -aunque sea por un peso- deja de ser pobre. Dividido el total por 30 días del mes, arroja $ 52 diarios por familia . A su vez, esto se puede traducir a $ 13 al día por persona.

En base a esta canasta básica total, el Gobierno hace gala semestralmente de un nivel de pobreza muy bajo, de apenas el 6,5% de la población. Este es el último dato oficial, que corresponde a la segunda mitad de 2011.

El 24 de este mes se publicará el próximo dato oficial sobre pobreza e indigencia en la primera mitad de 2012. Tal como viene mostrando la serie, la baja se profundizará y el Gobierno podrá anunciar que casi no hay indigencia y que la pobreza es un problema apenas marginal en la sociedad.

En cambio, si los cálculos se hicieran sobre la misma canasta del INDEC pero ajustada por la inflación real (tomando como referencia el promedio de la suba de precios que registran las provincias ), una familia tipo necesitaría al menos $ 120 por día o más de $ 30 por persona para no ser pobre. La canasta actualizada en base a las pocas provincias que miden en forma independiente se ubica en torno de 3.600 pesos.

De esta manera, las cifras de pobreza se multiplicarían por tres o más: por ejemplo, pasarían del 6,5% que informó el INDEC para la segunda mitad de 2011, al 21,9% que midió la encuesta que realiza periódicamente la Universidad Católica Argentina (UCA).

La brecha que surge no es menor: entre uno y otro porcentaje, hay -en menos o en más- una diferencia de unos 6 millones de pobres . La estimación de la UCA se refiere a 8,5 millones de personas pobres. Y la oficial limita el problema a 2,6 millones.

La irrisoria “línea de pobreza” de $ 13 diarios que fija el INDEC para calcular la pobreza, surge del mismo cálculo oficial que sostiene que es posible comer las cuatro comidas diarias con $ 6 al día.

La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que releva el organismo determinó que en esa franja de hogares alrededor del 40% de los ingresos se destinan a alimentarse – cubriendo los requerimientos calóricos y proteicos- que son los polémicos $ 6 por día.

Los otros 7 pesos diarios son los que la persona destina a costear todas los demás gastos antes detallados, que van desde vestirse y viajar hasta el esparcimiento .

De acuerdo con los reclamos de las organizaciones sociales, los $ 13 diarios no alcanzarían para cumplir con los hábitos de consumo de la población sobre los que se basa la encuesta del INDEC.

Y esto sería así aunque el grupo familiar no pague alquiler y viva en un asentamiento, estén “enganchados” a la luz, los chicos concurran a una escuela pública con comedor escolar incluido, el padre o la madre vayan en bicicleta al trabajo, todos se atiendan en el hospital público, reciban gratis todos los medicamentos y la recreación consista sólo en “matear” los domingos en la plaza del barrio.

Frente a la polémica que generaron las cifras oficiales, el propio INDEC buscó minimizar el alcance de sus cálculos de la canasta básica. Según su titular, Ana Edwin, es solamente un valor “teórico” o “tiene poco valor para saber cómo vive la población”.

Pero lo real es que se usa para medir la indigencia y la pobreza y para presentar una radiografía social que se divorcia cada vez más de la real. Y también para fijar los valores monetarios de muchos subsidios y planes sociales.
Fuente: Clarín, 19/09/12.

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