La pista austríaca del dinero K
diciembre 14, 2014
La pista austríaca del dinero de los K
Por Eduardo van der Kooy.
Se afirma la idea de que no habrá una negociación con los buitres en enero. Esos acreedores presionan buscando dinero clandestino K por el mundo. El ojo se detuvo en bancos de Austria.
No parece haber respiro para Cristina Fernández. El sosiego que le prometió Axel Kicillof con el control policial del dólar blue, la emisión de deuda –con pobre resultado– y otra mano de China para resguardar reservas del Banco Central, fue desbaratado por novedades impactantes. Una conocida: el juicio oral para Amado Boudou solicitado por el juez Claudio Bonadio, a raíz de la falsificación de documentación pública. Otra, al parecer, en curso: el pedido que Suiza hizo a Austria para verificar si en ese país existen ramificaciones de la ruta del dinero clandestino K, que tiene al empresario patagónico Lázaro Báez en el ojo de la tormenta.
Desde hace casi dos años Suiza está detrás de las huellas de Báez. No ha recibido, hasta ahora, ninguna colaboración del juez Sebastián Casanello, que también investiga aquí al empresario K por presunto lavado de dinero. ¿Por qué motivo el gobierno helvético recurriría ahora a Austria? Por información que habrían arrimado los fondos buitre. Esos acreedores empezarían a consolidar una impresión: que el Gobierno kirchnerista no se apresurará a reiniciar con ellos negociaciones en enero próximo, cuando vence la cláusula compensatoria de los bonistas que ingresaron en los canjes de la deuda. Está en el medio el controvertido fallo del juez de Nueva York, Thomas Griesa, que ordenó a la Argentina abonar a aquellos usureros US$ 1.330 millones. Los hombre-ave tendrían olfato fino: Cristina habría ordenado a Kicillof no hacer nada con ese conflicto por lo menos hasta marzo.
A caballo de esa impresión, los buitres estarían multiplicando el rastreo de fondos secretos kirchneristas por el mundo. Hasta ahora contaron para la pesquisa con la colaboración de una consultora británica. Se sumaron otras dos, de diferente nacionalidad. La brújula de los cazadores de dinero habría conducido hasta el corazón financiero de Viena.
En bancos de esa ciudad imperial podrían permanecer ocultos, según los reportes, alrededor de US$ 400 millones. O su equivalente en euros. Una cifra muy superior a la que detectó Suiza y que pertenecería a Báez y sus hijos. ¿También serían esos fondos aún desconocidos propiedad del empresario K? ¿O habría, quizás, nuevos y diversos titulares? Ninguno de los interrogantes podría tener una respuesta, por una razón sencilla: Austria no levantó todavía su secreto bancario pese a que adhirió a la determinación que, sobre el tema, adoptaron las naciones líderes de la Unión Europea. Por ahora, el gobierno austríaco liberó el intercambio de información fiscal. Pero durante el 2015 comenzará a correr el velo sobre cuentas bancarias de extranjeros no residentes. El proceso concluiría recién en el 2017.
La presión de los fondos buitre y el blanqueo, más tarde o más temprano, irremediable de las cuentas secretas habría activado algunas alarmas del kirchnerismo. Curioso: nunca figuró Austria, como tantos otros países de ese continente, en la atención de Néstor Kirchner y Cristina. El ex presidente estuvo de visita en mayo del 2006 para la Cumbre de la UE, América Latina y el Caribe. La actual mandataria pasó como senadora y candidata en septiembre del 2007, durante una gira que incluyó también a Alemania. Aunque, tal vez, mucho dinero K de la década ganada pudo sentirse atraído por las garantías y la discreción del sistema financiero vienés.
Los kirchneristas no serían los únicos alarmados del mundo. El final del secreto bancario en países con añeja tradición estaría provocando un flujo millonario de fondos hacia paraísos no convencionales, en general distantes de Occidente. Uno de los destinos dilectos sería el Territorio Federal de Labuán. Forma parte de Malasia, aunque no integra ninguno de los Estados que componen el país. Su condición de territorio común a toda la federación malaya, en pleno sudeste asiático, hizo de esas islas un sitio ideal para el funcionamiento de un centro offshore. Desde 1990 rige un estatuto jurídico-fiscal absolutamente protectivo. En Labuán estarían registradas en la actualidad más de 5 mil sociedades offshore de baja tributación, más de 200 bancos, aseguradoras y fondos de inversión. ¿Podrían derivarse también hacia esa zona los fondos K detectados en Austria? ¿Cómo lo harían sin ser sorprendidos por la voracidad de los buitres?
Ese problema en apariencia acuciante, pero geográficamente lejano, no figuraría en este momento entre las angustias de la Presidenta. Por mucho menos que aquellos millones escondidos en Austria, se está exponiendo a un jaque político a raíz del avance judicial sobre los desaguisados de Boudou. El vicepresidente está a tiro de un juicio oral por haber intentado en su divorcio retacear la división de bienes. Adulteró papeles sobre la fecha de compra de un automóvil en la década del 90. El juez Ariel Lijo, por su lado, recabó documentación en Economía por supuestas irregularidades administrativas de Boudou cuando ocupó ese ministerio. El mayor escándalo en el que aparece involucrado, el de la compra de la imprenta Ciccone, donde se fabricaron billetes moneda nacional, progresa paradójicamente a ritmo más cansino.
Las irregularidades administrativas suenan casi a anécdota comparadas con la cantidad de acusaciones que carga en su espalda el vicepresidente. Aunque añadidas al entuerto del auto, servirían para desnudar la calidad ética del hombre que Cristina ungió para compartir la cima del poder. La lupa de Lijo se detuvo en esa cuestión porque Boudou admitió haber incorporado viáticos de viajes al exterior a su propio patrimonio. Intentó de esa manera justificar bienes que serían, de verdad, injustificables. Se trata de la causa por enriquecimiento ilícito.
Algunas corroboraciones, del montón de pruebas que Gendamería se llevó de Economía, podrían causar asombro. La cuestión no sería sólo la presunta apropiación de viáticos. También la adulteración de muchas facturas sobre rendición de gastos. Habría al menos tres ejemplos: los alojamientos hoteleros en diferentes viajes efectuados a París, Londres y Nueva York. Aquellas facturas presentadas no serían originales. Habrían sido duplicadas. Falsificadas. Impresas quizás en algún taller clandestino. ¿Un sistema montado dentro del mismo ministerio? Es una hipótesis que barajaría la Justicia. Por un motivo: esa práctica se habría extendido –un tiempo prolongado– también durante la gestión de Hernán Lorenzino. El economista está ahora como embajador ante la Unión Europea y Luxemburgo, después de ser raleado por Kicillof de las negociaciones por la deuda externa.
El kirchnerismo que pretende algún horizonte político desespera por Boudou. El agravamiento de su situación judicial y la persistencia en el cargo conspirarían contra la posibilidad de los herederos de desarrollar una campaña en el 2015 con cierta normalidad. La lógica de Cristina transcurriría, sin embargo, por otro andarivel. Si nunca cedió desde el 2012 por Boudou, cuando se destapó lo de Ciccone, no lo haría ahora –anoche lo sentó a su lado en el acto por los 31 años de la democracia– cuando las aguas de la corrupción humedecen su propio poder y el de su núcleo familiar. Por el contrario, podría acentuar el atrincheramiento.
Las desventuras del presente, a su entender, provendrían sólo de la áspera disputa con el Poder Judicial. Como se preveía, en la investigación por Hotesur, la empresa que administra la cadena hotelera de su propiedad en El Calafate, mandó a recusar a Bonadio. También indaga de qué manera podría aletargar las causas de Boudou. Apuesta a que el juicio oral se demore. Y aguarda que la Sala I de la Cámara Federal desdiga a Lijo en el procesamiento al vicepresidente por “cohecho” y “negociaciones incompatibles” con su cargo en el caso Ciccone. Pero las brisas de un tiempo político nuevo estarían abrazando a casi toda la Justicia.
Los jueces Eduardo Farah, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero tienen en sus manos aquella decisión sobre Boudou. Existiría entre ellos un “estado deliberativo” porque dos de los magistrados no estarían dispuestos a favorecer al vicepresidente. Tampoco querrían un fallo dividido. “No sería momento de ir en contra de la corriente judicial”, apuntó uno de los magistrados. Detrás de esa confesión, a lo mejor, podría inferirse la suerte de Boudou.
Cristina se ocupa de no dejar huecos en el entramado judicial. Luego de cinco años de vacancia –desde la renuncia del diputado Manuel Garrido– designó por decreto al titular de la Fiscalia de Investigaciones Administrativas. Es Sergio Rodríguez, un kirchnerista que pasó por la ANSeS. De idéntica forma destinó una partida extra de $ 650 millones para la procuradora Alejandra Gils Carbó. Serían, básicamente, para la designación de los 17 nuevos fiscales que autorizó la sanción del Código Procesal Penal. Le duele mucho el grano que significa la Auditoría General de la Nación. De ese organismo salieron informes muy críticos contra la gestión kirchnerista. Uno de ellos, sobre el pésimo estado de los ferrocarriles, antecedió a la tragedia en Once, que dejó 51 muertos. El malestar presidencial se hizo patente con el destrato que dispensó en un acto público a Leandro Despouy. Pero ese sillón, por mandato constitucional, corresponde siempre a un miembro de la oposición.
Cristina se asoma al último año en el poder con una economía en franco declive. También con denuncias e investigaciones por corrupción que se reproducen en su Gobierno como metástasis. Se trata de la peor combinación para cualquier despedida.
Fuente: Clarín, 14/12/14.
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Territorio Federal de Labuán
Wilayah Persekutuan Labuan ولايه ڤرسکوتوان لابوان Labuan |
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Localización de Labuan en Malasia |
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País | ![]() |
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• Wilayah Persekutuan | Territorio Federal | |||
Ubicación | 5°18′57″N 115°13′09″ECoordenadas: 5°18′57″N 115°13′09″E (mapa) | |||
Superficie | 98 km² | |||
Fundación | 16 de abril de 1984 | |||
Población | 78.000 (estimación) hab. (2000) | |||
• Densidad | 847,83 hab./km² | |||
Huso horario | +8 | |||
Alcalde | Datuk Suhaili Abdul Rahman | |||
Sitio web | http://www.pl.gov.my/ | |||
Labuan (Jawi: لابوان) es la isla principal del Territorio Federal de Labuan, Malasia, cuya capital es Victoria. Está localizada a 9,7 kilómetros de la costa noreste de la gran isla de Borneo, no lejos del litoral de Brunéi. Posee un área de 92 km². En 2001 su población aproximada era de 54.300 habitantes.
Historia
Poblada desde la antigüedad por malayos, a partir del siglo XVI Labuan fue reclamada por España junto a Sabah como parte del sultanato de Joló que se incorporó a las Filipinas.
En 1846 el sultán de Brunéi que, rivalizando con el de Jolo, aducía derechos sobre estos territorios entregó la isla a Inglaterra con el argumento de que la Marina Real Británica establecería allí una base para luchas contra la piratería, esto facilitó que en 1848 Labuan fuera transformada en colonia de Inglaterra y base para la penetración en Sabah.
Desde 1890 a 1906 Labuan fue administrada por la colonia británica de Borneo Septentrional e incorporda a los Establecimientos de los Estrechos con capital en Singapur también entonces colonia del Reino Unido. En plena Segunda Guerra Mundial, entre 1942-1945 Labuan estuvo, como toda la región, ocupada por tropas japonesas.
En 1946 Labuan volvió a depender de la colonia británica de Borneo Septentrional unido con el nombre de Sabah luego a Malasia en 1963, desde ese año y hasta 1966 Labuan pasó a ser el cuartel general de la Commonwealth ante el litigio planteado por Indonesia en torno a los límites en Borneo.
En 1984 la estratégica isla de Labuan fue cedida por el estado de Sabah al gobierno federal de Malasia que le dio el status de territorio federal.
Existe en Labuan una importante base militar y un importante centro financiero-comercial.
Enlaces externos
- Labuantourism.com. Información turística general. (En inglés).
- Talkmalaysia.com. Información general. (En inglés).
Fuente: Wikipedia, 2014.
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Las explicaciones que la Presidenta le adeuda a la sociedad
diciembre 6, 2014
Las explicaciones que la Presidenta todavía le adeuda a la sociedad
Por Claudio Jacquelin.
El Gobierno y sus representantes en el Consejo de la Magistratura, y los legisladores oficialistas, han emprendido una auténtica cacería contra el juez Claudio Bonadio luego de que el magistrado decidió hurgar en la relación comercial entre la familia presidencial y el magnate patagónico de la obra pública Lázaro Báez. Lo curioso es que el vínculo ya había sido reconocido por el propio titular de la AFIP, que nos aclaró, casi oscureciéndolo todo mucho más, que Báez y la familia Kirchner no son «técnicamente socios».
En tanto, la misma Presidenta que profesa el dogma de la comunicación directa con el pueblo, contra la intervención de los medios de comunicación, prefiere ampararse en la descalificación o la persecución de los que la critican o investigan antes que darle explicaciones a la ciudadanía sobre los hechos que se le cuestionan.
El caso del crecimiento del patrimonio familiar desde la llegada al poder de ella y de su fallecido esposo es elocuente: saltó de 7 a 89 millones de pesos entre 2003 y 2012. Aun así, la única argumentación pública que se le recuerda al respecto es su célebre exposición en la Universidad de Harvard hace ya dos años, cuando le respondió a un estudiante que su fortuna personal se debía a que había sido una «abogada exitosa».
Cristina Fernández de Kirchner no explicó entonces ni después cómo es que los réditos de su ejercicio profesional los obtuvo y se incorporaron a su patrimonio cuando ya hacía más de una década que había dejado la abogacía para dedicarse a tiempo completo a la política.
La falta de explicaciones públicas sobresale, entonces, cuando se observa que Bonadio no es precisamente un allanador precoz. Su investigación llega después de numerosas investigaciones periodísticas que han mostrado y demostrado irregularidades administrativas inexplicables, negocios inverosímiles, inconsistencias contables y relaciones comerciales opacas, en muchos casos incompatibles con el ejercicio de la función pública.
Más allá de lo que avance o resuelva definitivamente la Justicia, sobresale que la Presidenta no diga por qué comparte negocios con el hombre que se ha quedado con la casi totalidad de la obra pública de la provincial natal del kirchnerismo. Negocios en muchos casos difíciles de entender hasta por los más crédulos, tales como pagar alquileres millonarios por habitaciones en sus hoteles que jamás se usarían.
Podría apelarse a la paciencia social y dejar que la Presidenta encuentre el momento apropiado para dar explicaciones, si no fuera porque estos hechos no son los primeros, sino uno más de una larga saga de la que nunca se han dado respuestas a lo largo de casi una década. Al respecto, vale mencionar tres casos sólo a título de ejemplo:
1) Nunca Néstor ni Cristina Kirchner explicaron públicamente por qué un banco cuyos propietarios tenían estrechos vínculos con el ex presidente les pagó intereses que excedían largamente la tasa de mercado y nunca demostró haberles pagado lo mismo a otros clientes habituales. Con estos ingresos, hay que agregar, se justificó parte del primer salto sideral del patrimonio de los Kirchner. Y el banquero fue impuesto por el Gobierno como socio de YPF.
2) Nunca el matrimonio presidencial explicó públicamente por qué el contratista del Estado Juan Carlos Relats, que entonces además era acreedor de la Nación, alquiló para su explotación el primer hotel de la familia Kirchner en El Calafate y pagó por ello cifras que ningún operador hotelero habría pagado si ése fuera su negocio principal, ya que el monto excedía las perspectivas razonables de rentabilidad del negocio. De hecho, el propio Relats terminó por admitir que ese alquiler le causó pérdidas millonarias. Debe añadirse que poco después de que el empresario se convirtió en inquilino de los Kirchner logró cobrar deudas millonarias que el Estado tenía con su empresa.
3) Nunca Cristina ni Néstor Kirchner explicaron públicamente cómo hicieron para que una cadena de hipermercados chilena le comprara un terreno por un valor 50 veces superior al que había pagado sólo dos años antes el matrimonio presidencial. Para aumentar las curiosidades, el terreno sigue hoy estando tan desierto como hace 6 años. Del hipermercado prometido para justificar la sospechada compra no hay aún ni un ladrillo. Al matrimonio presidencial, en cambio, le quedaron más de dos millones de dólares de ganancia.
Se sabe que los tiempos judiciales no son ni tienen por qué ser los de la opinión pública, aunque también es cierto que justicia lenta no es justicia. De cualquier manera, nada impide que, más allá de la defensa que ejerza en Tribunales, la Presidenta le aclare al pueblo tantas aparentes oscuridades. Oportunidades y medios no le faltan. Y sería coherente con su declamado modelo de comunicación directa con el pueblo.
Fuente: La Nación, 06/12/14.
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Sanciones millonarias a bancos
diciembre 3, 2014
Más controles y más sanciones millonarias a bancos del mundo
Por Verónica Moyano.
Mientras que en el mundo entero se establecen nuevas y mejores estrategias para luchar contra delitos financieros, los grandes bancos e instituciones financieras son los actores fundamentales donde confluyen los mayores controles por su capacidad de mover el dinero a través de distintas jurisdicciones en todo el globo.
Sin embargo, la realidad parece demostrar que ni millonarias sanciones económicas, daños reputacionales, incluso sanciones penales contra directivos de entidades bancarias, han podido hacer mella sobre su presunta participación en delitos que van desde la evasión fiscal a gran escala a lavado de dinero.
Así es como en los últimos días, se dieron a conocer importantes investigaciones llevadas a cabo por la justicia y autoridades de control en distintos países contra grandes entidades bancarias involucradas en maniobras, que incluyen delitos financieros, entre los que se cuentan la evasión fiscal y la manipulación del mercado financiero, delito éste que llevó a la aplicación de millonarias multas contra las entidades involucradas.
Caso HSBC
En Bélgica, la justicia acusó a HSBC Private Bank, filial suiza del banco británico HSBC, de fraude fiscal, blanqueo de dinero, organización criminal y ejercicio ilegal de intermediación financiera.
La acusación se basa en las sospechas de que HSBC, durante varios años habría actuado de manera ilegal en el país, tramitando y gestionando los bienes de una clientela de alto poder adquisitivo, principalmente del sector de diamantes en Amberes.
Asimismo, se sospecha que la institución habría puesto a disposición de sus clientes privilegiados sociedades con ventajas fiscales “offshore”, ubicadas principalmente en Panamá e Islas Vírgenes y que no tenían ninguna actividad económica, como pantalla para disimular los bienes de dichos clientes, en una maniobra conocida de fraude fiscal.
Según investigan las autoridades, estas prácticas habrían permitido evadir miles de millones de dólares y habrían privado al Estado belga de la recaudación de varios centenares de millones de euros.
Al mismo tiempo, las autoridades francesas han abierto una investigación contra la misma entidad bancaria a la que le imputa los delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal por haber ayudado a sus clientes a evadir impuestos en 2006 y 2007, en una modalidad similar a la investigada en Bélgica.
“Confirmamos que HSBC Private Bank ha sido puesto bajo investigación formal por las autoridades francesas que examinan si la entidad actuó apropiadamente entre 2006 y 2007 en relación con ciertos clientes que tenían requerimientos fiscales de Francia, así como en relación con la forma en que el banco ofertó sus servicios en el país”, confirma la entidad en un comunicado.
Por este motivo es que la entidad bancaria aceptó depositar una fianza de 50 millones de euros.
Multas descomunales para seis gigantes
Días atrás se conocieron multas millonarias aplicadas contra seis importantes bancos acusados de manipulación del mercado de divisas por supervisores de Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza.
Los bancos sancionados son los británicos HSBC y RBS, los estadounidenses Citibank, JP Morgan Chase y Bank of America y el suizo UBS, quienes deberán afrontar las multas por 3300 millones de dólares.
El supervisor de Estados Unidos (la Commodity Futures Trading Commission, CFTC) ha sancionado a estas cinco entidades por «intento de manipulación y por complicidad en los intentos de otros bancos de manipular divisas«.
Por su parte, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, siglas en inglés) de Gran Bretaña ha multado con un total de 1114 millones de libras a los mismos cinco bancos por la «falta de control en las operaciones del mercado de divisas Forex».
A dichas entidades, se les acusa concretamente de haber conspirado durante casi seis años para conseguir manipular el tipo de cambio de las divisas y así adelantarse en las operaciones que les confiaban sus propios clientes.
Los operadores de diferentes entidades actuaban coordinadamente para mover las cotizaciones antes de que se fijase el tipo de cambio de referencia. Se comunicaban a través de mensajes en grupos de chats a los que habían bautizado como Los Tres Mosqueteros, El Equipo A o La Cooperativa.
Según la acusación ninguna de estas seis entidades habría llevado a cabo los controles internos necesarios para evitar que sus operadores pusieran los intereses del banco por delante de los de sus clientes.
Mercado financiero en la mira del G 20
Ante una realidad que muestra cómo el mercado financiero resulta permeable para maniobras delictivas que ponen en jaque a las economías de todo el mundo, en la cumbre del G 20 celebrada en los últimos días en Australia, el tema fue uno de los puntos fundamentales abordados.
En relación a este punto, se acordó la importancia de que los grandes bancos que podrían hacer temblar el sistema financiero, tendrán una mayor regulación. Hasta 2016 se espera que también esté bajo la vigilancia de las autoridades la llamada «banca en la sombra», instituciones financieras que eluden los controles por no tratarse de bancos propiamente dichos, pero que tienen una gran capacidad de desestabilización y podrían ser destino de los flujos ilegales que salgan del mercado regulado.
Fuente: LavadoDinero.com – 24/11/14
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Cristina Kirchner pretende impunidad
diciembre 2, 2014
La Presidenta busca impunidad
Por Gerardo Milman.
Se cierra el cerco sobre la Presidenta. Hasta hace poco todo giraba en torno a Lázaro Báez como si éste hubiera nacido de un repollo. Ahora las conexiones se van transformando en pruebas judiciales cada vez más rotundas que seguramente pondrán en serios problemas a la Presidenta. Por eso, no sería de extrañar que busque pactar su impunidad condicionando, en todo lo posible, al futuro gobierno o que intente recurrir al viejo truco de obtener una banca que le garantice inmunidad parlamentaria. Es más: la semana próxima, el Congreso de la Nación comenzará a tratar el dictamen que, ¡oh casualidad!, le permitiría a la Presidenta encabezar la boleta del Frente para la Victoria por encima de su candidato a presidente, como representante de la Argentina ante el Mercosur.
Como respuesta política a las investigaciones que pesan sobre la Presidenta, se han sumado a las denuncias realizadas contra el juez Bonadio las inaceptables presiones del secretario de Justicia, Julián Álvarez, para apartar al magistrado. La acción de este funcionario, designado por la titular del Poder Ejecutivo, viola el Art. 109 de la Constitución Nacional que manifiesta que «en ningún caso el presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer fenecidas». Álvarez, además de secretario de Justicia es representante del Poder Ejecutivo Nacional en el Consejo de la Magistratura, lo que lo convierte en juez y parte en la causa que salpica a su jefa. Debería ser separado de su cargo y afrontar un juicio por ejercer presiones a todas luces destituyentes.
En 2015, los argentinos tenemos el deber cívico y ético de terminar con esta política de la impunidad y el reciclaje, con esta forma de valerse del poder para burlarse de todos.
Ahora que jueces y fiscales parecen estar decididos a investigar, frente a hechos ya indisimulables, el Gobierno no ha tenido mejor idea que recurrir a la cadena de medios oficial para defender lo indefendible. No dudan en echar mano al aparato mediático que han construido para atacar a la Justicia y a la oposición. ¿Por qué? Simplemente por hacer el trabajo que les corresponde. ¿O pretende la señora Presidenta que legisladores y jueces se hagan los distraídos cuando una empresa estatal como Aerolíneas Argentinas hace negocios llenando ficticiamente hoteles que son propiedad privada de la señora Kirchner?
El nivel de corrupción y de manejo discrecional de las agencias de noticias propias o «paraoficialistas» es escandaloso. Tan escandaloso como el nivel de corrupción que ha desbordado todas las estructuras del corazón del poder. Si la corruptela menemista consistía en una suerte de comisionismo sistemático por gestionar o favorecer privatizaciones a grupos extranjeros, la versión kirchnerista la ha superado. Ya no estamos frente a comisionistas, sino frente a apropiadores; gobernantes que toman lo público como bien propio, funden al país por la vía inflacionaria y, además, amplían monopolios extranjeros.
El caso Hotesur SA, potenciado por los contratos con nuestra pésimamente gestionada y deficitaria línea de bandera, vuelve absolutamente imposible de disimular este círculo vicioso de malversación, lavado e incumplimiento de los deberes de los funcionarios más encumbrados. Una mano lava a la otra y las dos juntas se lavan la cara mientras nos llenan los ojos de jabón.
Es de esperar que la Justicia siga investigando, descubra todas las ligazones, desarme la trama mafiosa de la que se alimenta el poder y que la ciudadanía pueda dar libremente su veredicto en las urnas el año próximo. Separar la función pública de los negocios privados de los gobernantes es una deuda pendiente que en 2015 saldaremos todos los argentinos sancionando una ley de fideicomiso ciego y juzgando a los corruptos. No me extrañaría que la Presidenta termine siendo procesada o busque un exilio de inmunidad en el Mercosur.
El autor es presidente del partido GEN de la provincia de Buenos Aires y director de la AFSCA por la oposición.
Fuente: La Nación, 02/12/14.
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La trama de Hotesur incluye a Cristóbal López
noviembre 30, 2014
Además de Cristina y Báez, la trama de Hotesur incluye a Cristóbal López
Por Nicolás Wiñazki.
Una causa que inquieta al Gobierno. Los negocios de la empresa de la Presidenta.Romina Mercado, sobrina de la Presidenta, es directiva de Hotesur y empleada de López. Osvaldo Sanfelice, titular del hotel, se asoció con el zar del juego y figura como contratado por él. También hay coincidencias de los escribanos que usan para sus negocios.
Alto Calafate. El hotel de la familia Kirchner, que controla la sociedad Hotesur, domina la ciudad desde la ladera de un cerro./ OPI SANTA CRUZ
La empresa Hotesur, con la que los Kirchner manejan su hotel Alto Calafate, resume los vínculos de la familia con los dos empresarios a los que oposición acusa de ser “socios” de la Presidenta en negocios no declarados. Uno es el constructor Lázaro Báez. El otro es el zar del juego, Cristóbal López.
La Justicia investiga a Hotesur para determinar si funcionó de modo irregular con protección del Estado, pero también para establecer si la compañía fue utilizada para lavar dinero.
Varias de las personas investigadas por Bonadio en este expediente forman parte de la trama de Hotesur y también participan en negocios de Cristóbal López.
Hasta fines del 2013, el hotel Alto Calafate fue administrado por una empresa de Lázaro Báez, quien fue acusado de alquilar cientos de habitaciones vacías, una maniora básica de quienes buscan blanquear divisas ilegales. El constructor es investigado por lavado en Suiza, Uruguay, los Estados Unidos y Argentina.
El jueves pasado, el juez del caso Hotesur, Claudio Bonadio, le pidió a la AFIP las declaraciones juradas de impuestos de la Presidenta; sus dos hijos, Máximo y Florencia; y las de quienes figuraban como integrantes del último directorio registrado de Hotesur.
Cristóbal López hace negocios y emplea a algunos de los protagonistas de esa pesquisa.
El empresario, amigo de los Kirchner, es dueño de casinos, bingos, una petrolera, maneja concesiones de rutas y controla medios audiovisuales. Néstor Kirchner fue quien le permitió extender sus licencias de juego en Santa Cruz y en el Hipódromo de Palermo, medidas claves para su éxito. El ex mandatario lo trataba a menudo y lo llamaba “Cristóbal”, a secas.
Los negocios de sus herederos siguen hoy vinculados entre sí.
El presidente de Hotesur, por ejemplo, es Osvaldo Sanfelice, quien a su vez es socio de de Máximo Kirchner en la firma Negocios Inmobiliarios S.A; y también maneja la compañía que administra el Alto Calafate, llamada Idea S.A.
El emprendedor Sanfelice es un punto de unión entre los Kirchner, Báez y Cristóbal.
Según los registros públicos, el presidente del hotel K es empleado de López en la firma Alcalis de la Patagonia, única productora de carbonato de sodio de latinoamérica, según describe su web.
En el 2008, Cristóbal creó la empresa Talares de Posadas con un único socio, Sanfelice. La firma fue registrada para poder realizar diversas actividades, como obras de ingeniería, construcción y operaciones financieras, entre otras cosas.
Sanfelice es un personaje peculiar en el entorno presidencial: es empleado de Cristóbal López, de la Presidenta, y a la vez es socio de su hijo.
Otro vínculo entre Hotesur y los negocios de López es Romina Mercado, hija de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
La sobrina de la Presidenta fue inscripta en noviembre del 2008 como directora titular de Hotesur.
Según los registros públicos, Mercado es hoy empleada de una de las compañías más grandes de Cristóbal: Inversora M&S. Esa firma es utilizada por el zar del juego para realizar operaciones financieras con otras de sus compañías, como Oil Combustibles e Indalo Petróleo, entre otras. Bonadio también pidió a la AFIP información de la sobrina de la Presidenta.
Los vínculos entre Hotesur y las empresas de López incluyen a personas que ocupan roles relevantes en cuestiones administrativas.
La escribana María Bulubasich, por ejemplo, certificó un acta de Hotesur cuando fue comprada por los Kirchner. Y es la misma que trabajó en la formación o fusión de varias de las empresas de Cristóbal.
Algo parecido pasó con el escribano de Báez y los Kirchner, Ricardo Albornoz. Trabajaba en la administración Hotesur pero ayudó a López a comprar un hotel con el que supuestamente competía en El Calafate: Los Notros.
Fuente: Clarín, 30/11/14.
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Bonadio: El juez que apura los malos tragos
noviembre 30, 2014
El juez que apura los malos tragos
Por Joaquín Morales Solá.
Dicen que Claudio Bonadio conoce el oficio de juez y tiene instinto de político. Sin embargo, los que lo frecuentan aseguran que en los últimos días recordó sobre todo un viejo consejo de su madre. Obligado a tomar un té de gusto espantoso, el pequeño Bonadio se quejaba del tiempo que le llevaría terminar ese brebaje insoportable. Una oportuna recomendación de su madre, en aquellos tiempos de la niñez, volvió a visitarlo en los últimos días: «Tomalo todo de un solo trago. Hacele frente y no pierdas el tiempo», le dijo.
Los criterios del juez actuante y del político retirado se disiparon. Aquel consejo materno prevaleció más que nada en Bonadio.
Cristina Kirchner tropezó con ese investigador de su fortuna justo cuando todos los jueces federales se han declarado en estado de sublevación. Los que suelen darse una vuelta por Olivos contaron que debieron salir en el acto. La Presidenta tiene un humor de perros desde que Bonadio allanó las oficinas vacías de una empresa suya. Los cortesanos ya no saben qué hacer para calmarle el mal carácter. Acusaron al juez, a la denunciante (Margarita Stolbizer) y a la testigo de la causa (Silvina Martínez, una ex empleada de la Inspección General de Justicia). Revolearon sin confirmar una supuesta información sobre cuentas de argentinos en el exterior y convirtieron a Bonadio en el juez más perseguido y denunciado de la democracia argentina. Necesitan una cortina de humo o sacar un conejo de la galera. Pero el humo se desvanece rápidamente y los conejos salen muertos.
Bonadio está separando las capas de la cebolla que cubren a la persona de la Presidenta. Cuando el jueves pasado le pidió a la AFIP todas las declaraciones juradas de la familia Kirchner (Néstor, Cristina, Máximo y Florencia) apareció claramente la línea de la investigación: no es Lázaro Báez, sino Cristina. O no es sólo Lázaro Báez. La AFIP le devolvió el tamaño de un libro que le llevó seis horas fotocopiar. El juez se propone un cruzamiento de esas declaraciones para establecer de qué manera creció el patrimonio presidencial y por qué. ¿Lo paralizará a Bonadio la inédita campaña en su contra? «La duda era si daba el primer paso, pero ya lo dio. Ahora está en carrera y no puede ni quiere detenerse», asegura otro juez federal. Fiestas de fin de año amargas la aguardan a la Presidenta, que podrían comprometer su jactanciosa popularidad. No hay peor mezcla política que la de una crisis económica, como la que existe, con sospechas de corrupción en el poder.
La última declaración jurada de bienes que hizo Cristina Kirchner como senadora, antes de que su matrimonio llegara al poder, en 2002, consignaba la propiedad conjunta de 25 casas de bajo valor en Río Gallegos. Nada más. No había ninguna empresa ni hoteles ni grandes ahorros. Todo el emporio económico personal que existe hoy fue construido durante la gestión de los dos Kirchner como presidentes de la Argentina.
De todos modos, el gran desafío de Bonadio es comprobar que no se usaron las habitaciones del hotel contratado anualmente por Báez, Alto Calafate. Llegado el caso, deberá citar a declarar, uno por uno, a los supuestos ocupantes de esas habitaciones. Si terminara comprobando que Báez pagó millones de pesos anuales por algo que no usó, el caso de blanqueo de dinero quedará abierto. El blanqueo es la maniobra para convertir en lícitos dineros de origen ilícito. Es un delito autónomo; es decir, no se necesita comprobar el origen ilícito del dinero para configurar el delito.
¿Hasta dónde puede llegar la Justicia con Cristina Kirchner, jefa del Estado? La respuesta no está clara ni siquiera para los jueces. Algunos de ellos sostienen que podría repetirse el caso Boudou: el juez podría terminar en citaciones y procesamientos. Ese sería el límite. Otros no están tan seguros porque se trata de una jefa de Estado. En los tribunales están estudiando, previsores, toda la legislación argentina y extranjera. Hasta una sentencia de la Corte británica sobre el caso Pinochet, cuando el dictador fue detenido en Londres, en la que se hacen largas consideraciones sobre la inmunidad presidencial.
Sea como sea, según los papeles que hay ahora en la Justicia, el rol activo de Cristina Kirchner es nulo o menor en la administración de sus empresas. Es mucho más importante el protagonismo de Máximo Kirchner en esas empresas. De ahí, entonces, la preocupación por «los chicos» que dicen que existe en Olivos. El plural es injusto. No existe ningún papel, informe, testimonio o declaración que involucre a Florencia Kirchner. En cambio, Máximo Kirchner sí tomó decisiones en su nombre y en el de la sucesión de Néstor Kirchner. El hijo presidencial sería la primera figura en ser investigada si se constatara que hubo maniobras sospechosas de blanqueo de dinero.
Máximo Kirchner no tiene fueros, pero tampoco tuvo nunca ningún cargo público. No obstante, el eventual delito de lavado de dinero no es exclusivo de funcionarios; puede ser aplicado a cualquier ciudadano. Los tratos entre Lázaro Báez y los Kirchner o entre los hoteles de éstos y Aerolíneas Argentinas exhiben dosis colosales de chapucería y una igualmente enorme sensación de impunidad. Es habitual, por ejemplo, que se cancele un vuelo de Aerolíneas Argentinas entre El Calafate y Ushuaia. La tripulación de los aviones y los pasajeros son alojados en un hotel de los Kirchner. Nunca se explica la razón de la rutinaria cancelación de ese vuelo.
El cristinismo no tiene dos acciones posibles ante la adversidad. Golpea si está fuerte, y también golpea si está débil. La Presidenta es así. En la encrucijada actual se topó con un juez con la piel curtida para los golpes de la política. Cristina no está dispuesta a pestañear frente al juez, y Bonadio tampoco frente a ella. Los dos son como son.
El revolucionario cristinismo está aplicando el mismo remedio que el menemismo usó en su época agónica. No sólo nosotros somos malos. Todos son malos. Ricardo Echegaray verá caer sobre su persona decena de juicios de personas nombradas por tener supuestas cuentas en Suiza. Violó el secreto fiscal, no investigó para ver si existió un delito y, encima, dejó trascender nombres. El discurso consiste en hacer creer que es un delito que un ciudadano argentino tenga una cuenta en el exterior. Eso no es cierto. No hay ninguna ley que prohíba esa operación bancaria.
Una decisión correcta de la AFIP debió investigar si se trata, en primer lugar, de datos ciertos. En segundo lugar, debió analizar si esos dineros, en caso de existir, fueron o no declarados ante la agencia impositiva. Y, por último, debió emplazar a los dueños de las cuentas a ponerse al día con el fisco, si se comprobara alguna evasión. Una cosa es, por lo demás, el dinero de privados o de empresas privadas. Otra cosa es el dinero acumulado por funcionarios públicos en el ejercicio de su función en el Estado. No todo es lo mismo.
El único discurso que la Presidenta dio desde que se allanó la oficina de su empresa fue emblemático del agobio político e intelectual del oficialismo. Primero, se manifestó extorsionada por un juez, no se sabe si por Bonadio o por Thomas Griesa. «Carancho judicial» le cabe a uno u otro. Pero inmediatamente después empezó ella misma a extorsionar a Bonadio por la supuesta tenencia de acciones del juez de una empresa que estaría en idéntica situación que la de ella. Bonadio tiene el 20 por ciento de acciones de una estación de servicio, que fue el pago que un hermano le hizo por una deuda. El juez le aseguró a su equipo que es la tercera minoría en el paquete accionario y que nunca participó de ninguna decisión comercial.
Sucede lo mismo en el Consejo de la Magistratura. El cristinismo dice que Bonadio tiene nueve causas abiertas ahí; en rigor, tiene ocho. El propio oficialismo dejó pasar los tres años necesarios, en varias de esas causas, para tomar una decisión. Después de ese plazo, las causas contra jueces deben ir al plenario del Consejo para ser cerradas. Nunca fueron cerradas. Las tienen abiertas para ventilarlas en momentos como éste. Aunque nadie imaginó nunca un instante en el que Cristina Kirchner sentiría temor. Su destino está en manos de un juez que recordó que siempre es mejor apurar los malos tragos.
Fuente: La Nación, 30/11/14.
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CFK y su socio Lázaro Báez
noviembre 28, 2014
Lázaro Báez también estuvo relacionado con Los Sauces
Por Lucía Salinas.
El Caso Hotesur. El hotel boutique de la Presidenta en El Calafate se amplió en terrenos del empresario.
Desde que Lázaro Báez conoció al matrimonio Kirchner en 1987, los vínculos comerciales fueron en constante aumento. La obra pública fue el primer nexo importante que le permitió convertirse al empresario investigado por lavado de dinero en el principal adjudicatario en Santa Cruz: ganó más de 54 obras desde 2004 a 2013 por una suma superior a los $24.500 millones. Pero la relación benefactora del matrimonio presidencial hacia Báez no fue sólo a través de las obras viales, sino que El Calafate fue epicentro de millonarios negocios que hicieron en conjunto.
Ahora, la Justicia posó su mirada sobre Los Sauces, el hotel boutique de la Presidenta construido por el arquitecto Pablo Grippo. La casa patagónica de 42 suites y 6 casas es la de mayor lujo en El Calafate.
Los Sauces es el único hotel de los Kirchner que no administró Valle Mitre, una de las empresas de Báez, pero eso no impidió que el empresario y la familia presidencial realizaran negocios allí.
Para que Cristina ampliara su hotel, el de menos ocupación en la villa turística, necesitó obtener más tierra de la que adquirió originalmente por $1,19 el metro cuadrado. La Presidenta declaró en la Propiedad Inmueble de Santa Cruz que pagó $104.449 por la tierra en zona de chacras donde levantó el hotel. Báez le cedió el terreno lindante al hotel inscripto como «Quinta 10A» y la obra de ampliación comenzó meses después de finalizada la transacción. Allí se construyeron las seis casas de aspecto «campestre».
El gerenciamiento estuvo a cargo de otro amigo y beneficiado por la obra pública: Juan Carlos Relats, el hoy fallecido dueño del hotel Panamericano, que pagó al matrimonio presidencial más de U$S100.000 por regentear el hotel boutique. En ese hotel recibieron de Báez $1,1 millones en concepto de alquiler de habitaciones, igual que el Alto Calafate, hoy investigado por las irregularidades de Hotesur, otra de las empresas de la Presidenta.
La zona donde se construyó Los Sauces tuvo que rellenarse, y se pavimentaron las calles aledañas para facilitar su acceso. Lázaro Báez contribuyó en esas tareas. «Era una zona inundable y hubo que hacer mucho trabajo ahí», recordó el ex intendente Néstor Méndez, que le vendió la tierra fiscal a Cristina.
En 2009, con su sociedad Valle Mitre, Báez comenzó a gerenciar tres hoteles de la familia presidencial: Las Dunas (antes propiedad del empresario K y vendido después a Néstor Kirchner), La Aldea, de El Chaltén y el Alto Calafate. Báez y los Kirchner tienen una década de negocios y vínculos comerciales y el rubro hotelero fue una pieza clave allí.
Fuente: Clarín, 28/11/14.
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El Lavado de Dinero en la Argentina K
noviembre 27, 2014
Lavado: la impotencia de la legislación
Por Juan Félix Marteau.

El castigo es una represalia estatal contra el transgresor de la ley penal: su expresión produce un coste calculado en el autor de un delito. Siguiendo la tradición de pensamiento inaugurada por Hegel, la doctrina jurídica moderna –destacándose G. Jakobs– ha sabido explicar que la punición no es sólo un hecho que causa un mal al agresor, sino más bien una experiencia que permite reafirmar la confianza de los ciudadanos en el derecho.
Así, la pena permite mantener activas las expectativas de que nuestras relaciones sociales se configuran con recurso a las normas jurídicas.
Sin embargo, para que el castigo sea un registro que permita a los individuos tomar los mandatos normativos como guía para su acción práctica, es necesario que aquél tenga un grado significativo de realización, esto es, que produzca el impacto que ha sido programado de acuerdo a la importancia del injusto.
Puede tomarse como ejemplo lo que sucede en la Argentina con la sanción a los lavadores.
La primera ley en esta materia data de 1989: ella reprimía a quienes encubrían el dinero proveniente de la producción, tráfico y comercialización de estupefacientes.
La segunda ley es del año 2000. En esta oportunidad no sólo se amplió el alcance de los delitos vinculados al lavado de activos, sino que también se diseñó un mecanismo de prevención y de detección financiera orientado a mejorar su control y represión.
La tercera y actual ley fue sancionada con la perspectiva de mejorar el encuadre normativo de la infracción. De acuerdo a cada modalidad, las penas principales van de seis meses a diez años de prisión y multa, siendo una pena accesoria el decomiso de los bienes.
Si se consideran únicamente los catorce años de vigencia del “sistema antilavado” (2000-14), se puede verificar que se produjeron condenas en cuatro casos. En tres de ellos, las penas de prisión no superaron los tres años y fueron dejadas en suspenso. Sólo en uno de los casos, el circuito de la reacción estatal (prisión efectiva, multa y decomiso de bienes) fue completo; en dos casos, hubo prisión en suspenso y decomiso; y en el restante, prisión en suspenso y multa.
Siendo más precisos, de los trece condenados en el conjunto de estos supuestos, seis no sufrieron la pérdida de libertad anunciada.
Antes de arribar a una conclusión, hay que poner la respuesta penal en contexto. Durante el mismo período de tiempo analizado, la actividad regulatoria fue significativa: en la actualidad, hay más de 30.000 sujetos obligados a reportar operaciones sospechosas de sus clientes; son más de 90.000 los reportes enviados a la Unidad de Información Financiera para su análisis; llegan a casi 7.000 las inspecciones realizadas para verificar el cumplimiento de la ley antilavado.
En ese marco, 18 sujetos obligados, la mayoría bancos, recibieron una multa por parte de la UIF. Estas sanciones pecuniarias, que en su totalidad alcanzan una suma cercana a los 220 millones de pesos, se encuentran en proceso de revisión por parte de la justicia contencioso-administrativa.
Objetivamente, puede verificarse que la presión del sistema antilavado sobre los clientes y el sistema financiero formal no encuentra correlato en el castigo efectivo a los lavadores, particularmente en aquellos que reciclan el dinero de las bandas organizadas.
Considerando que la actual administración impulsa un amplio cambio de la legislación penal de forma y de fondo, es oportuno tener presente que uno de los mayores desafíos de la reforma estructural del sistema penal argentino es acortar la brecha que existe entre pena comunicada y pena efectuada, particularmente frente a la comisión de delitos graves.
Debe examinarse que lo dicho sobre el lavado de activos es extensible a los otros hechos punibles “conexos” al crimen complejo, como la corrupción y el tráfico de influencias: en todos estos casos, las consecuencias para los autores son mínimas.
Diagnóstico de riesgos, decisión estrategia, (nuevo) enlazamiento productivo con el sector privado, criterios de oportunidad para la inteligencia financiera, técnicas especiales de investigación para los fiscales, análisis patrimoniales, especialización y apoyo logístico para los jueces son herramientas que han dado buenos resultados en la experiencia internacional. Además, es necesario el reordenamiento de las reglas de aplicación de las penas.
Los castigos que no se realizan en la realidad concreta se convierten en meras amenazas, esto es, en un puro anuncio intimidatorio que les hace perder su verdadero poder estabilizador.
Dicho esto, queda evidenciado que el problema de la efectividad de la ley penal es un conector clave de la seguridad jurídica con la seguridad política, dos condiciones esenciales para que el desarrollo de nuestra sociedad no sea una nueva utopía demagógica.
— Juan Félix Marteau es abogado. Profesor de Criminología (UBA).
Fuente: Clarín, 26/11/14.
Más información:
El lavado del dinero y la corrupción política
El Lavado de Dinero en Argentina
El vaciamiento del castigo al terrorismo
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CFK = LB
noviembre 25, 2014
La firma Hotesur SA reúne amigos, familiares, socios. Un blindaje perfecto para la empresa de Cristina Kirchner allanada el jueves pasado por orden del juez federal Claudio Bonadio. Los nombres detrás de la firma y quiénes administran su único inmueble, el hotel Alto Calafate, constituyen un círculo de extrema confianza para los negocios financieros entre los Kirchner y el empresario Lázaro Báez.
Uno de los últimos directorios informados por Hotesur S.A – por cuyas iregularidades Cristina es investigada por “abuso de poder y violación de los deberes de funcionario público–, parece una fotografía del kirchnerismo santacruceño durante esta última década. El director titular de los accionistas clase A hasta enero de 2009 era Osvaldo “Bochi” Sanfelice, socio de Máximo en la inmobiliaria “Sanfelice, Sancho & Asociados”, ubicada en Río Gallegos, en avenida Kirchner 496, domicilio fiscal de Hotesur.
El suplente fue Adrián Esteban Berni, un hombre de confianza de Lázaro Báez y presidente de Valle Mitre S.A, firma del empresario K que gerenciaba los hoteles de Cristina: Las Dunas, La Aldea y Alto Calafate. Por medio de esta empresa se “alquilaron” habitaciones por $14,4 millones entre 2010-2011.
Como directora de los accionistas clase B, se nombró a Romina Mercado, hija de Alicia Kirchner y actualmente empleada de Cristóbal López en Inversora M&S, del Grupo Indalo. Fue una de las beneficiadas con la venta de terrenos de El Calafate (Manzana 107 1 “C”). Su hermana Natalia –fiscal de la Villa Turística– investigó a su propio tío, Néstor, en la causa sobre la oscura compra- venta de esos terrenos.
También integró el directorio otro conocido de Báez. Se trata de Alejandro Fermín Ruiz, un contador propietario de “Cristina SA”, una concesionaria de autos también propiedad de César Andrés, contador de Lázaro y en cuyo domicilio habría funcionado una especie de “rosadita local”, donde se manejaba efectivo de Austral Construcciones. Ruiz también tiene cuotas sociales del diario Prensa Libre, propiedad del empresario K.
Otro nombre que integra el círculo empresarial K y que figura en el directorio de Hotesur, es Patricio Pereyra Arandia. Dedicado al servicio inmobiliario. Sin sociedades a su nombre, figura como empleado de Idea Sociedad Anónima, empresa de María José Fernández Clark, socia de Máximo Kirchner.
En la danza de nombres, como suplente en el directorio Hotesur, un hombre de extrema confianza de Lázaro Báez vuelve a aparecer: Roberto Saldivia, su abogado y mano derecha. Todos fijaron domicilio en Lavalle 975, Capital Federal, aunque la firma informó que aún está “en trámite” el cambio de la dirección de la sociedad, que figurará en Santa Cruz “porque allí está su único inmueble”.
Hotesur es propietaria del hotel Alto Calafate, que antes había sido gerenciado por Valle Mitre, una empresa de Báez. Sin embargo, desde diciembre de 2013 dicha responsabilidad la tienUnae “Idea Sociedad Anónima”, de María José Fernández Clark, socia de Máximo y esposa de Carlos Sancho –ex gobernador de Santa Cruz–. Idea también gerencia Las Dunas, que fue propiedad de Báez hasta que después vendió esa hostería a y un complejo habitacional de El Chaltén a Néstor Kirchner.
Fuente: Clarín, 25/11/14.
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El allanamiento a Hotesur CFK & LB SH
noviembre 25, 2014
El allanamiento a una empresa de la Presidenta
La negativa a rendir cuentas y la voluntad de ocultar información es una falta gravísima en un jefe de Estado
Luego de que la diputada Margarita Stolbizer (GEN) denunciara a la presidenta Cristina Kirchner y al ministro de Justicia, Julio Alak, por presuntas irregularidades que se verificarían en la firma Hotesur SA, que tiene a la jefa del Estado como accionista, el juez federal Claudio Bonadio allanó la Inspección General de Justicia (IGJ) y las oficinas porteñas de Hotesur, que estaban vacías.
La denuncia de Stolbizer consignó la presunta comisión de delitos de violación de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad, pues, según la diputada, Hotesur incumple sus obligaciones con la Inspección General de Justicia (IGJ), organismo que depende del Ministerio de Justicia.
Lo grave del caso no sólo es que las sospechas resultaron ciertas sino que la propia Hotesur, en un duro comunicado sin firma, confirmó el incumplimiento de los requisitos legales al tiempo que pretendió minimizarlos como «fallas formales» y «demoras», y cuestionó a Bonadio y a los medios de prensa que divulgaron el hecho. Pese a que Hotesur es una firma privada, su comunicado fue difundido por la agencia oficial Télam, la programación de Fútbol para Todos y la cuenta de la Casa Rosada en Twitter.
Hotesur es la empresa que controla al hotel Alto Calafate, de los Kirchner. Como reveló LA NACION en diciembre del año pasado, el pseudoempresario Lázaro Báez había alquilado centenares de habitaciones en ese y otros hoteles de la familia presidencial para empleados de sus empresas constructoras y, si bien pagó por esas prestaciones, sus empleados no se alojaron allí. Maniobras de esta clase suelen darse cuando se lava dinero.
A raíz de la denuncia de Stolbizer, el fiscal federal Carlos Stornelli formuló el requerimiento de instrucción ante Bonadio, quien ordenó los allanamientos. Para el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, esa medida formó parte «de un golpismo activo del Poder Judicial», una expresión tan inadmisible como lamentable.
La investigación de este diario había revelado que en la IGJ, uno de los tantos organismos copados por el kirchnerismo, no sólo se encubría al vicepresidente Amado Boudou por el caso Ciccone, sino también a Hotesur, sociedad anónima que adeudaba la presentación de los balances de 2011, 2012 y 2013 y el pago de tasas correspondientes, no informaba quiénes integraban su directorio desde hace años y sus directores incumplían la normativa sobre lavado de activos que dictó ese organismo, que obliga a detallar si algunos de ellos son «personas políticamente expuestas«.
Además, la firma controlante del Alto Calafate presentó su declaración jurada obligatoria de actualización de datos meses después de haber vencido el plazo. Tras confirmarse las irregularidades, el secretario de Justicia, Julián Álvarez, anunció ayer que a Hotesur sólo se le aplicará «una multa de 3000 pesos».
Similares protecciones recibieron tres empresas de Báez: Austral Construcciones y las petroleras Epsur y Misahar, además de la Asociación y Fundación Madres de Plaza de Mayo y la deficitaria Aerolíneas Argentinas.
Como puede advertirse, existe por parte de la IGJ una clarísima voluntad de encubrir las irregularidades en que incurren las máximas autoridades nacionales y sus allegados, socios o testaferros.
A raíz de las revelaciones de este diario, el Ministerio de Justicia acusó a LA NACION de «maniobras desestabilizadoras». En cambio, el juez en lo Penal Tributario Javier López Biscayart inició una investigación penal y allanó en diciembre del año pasado las oficinas porteñas de Báez.
En la sucesión de escándalos que constituye uno de los más genuinos legados del kirchnerismo, es fácil perder de vista cuáles revisten especial gravedad. El de Hotesur es uno de los principales y quizás uno de los más sensibles porque se trata de la sociedad que en 2008 adquirió Néstor Kirchner y que, tras su muerte, quedó bajo control de su esposa y de los hijos del matrimonio, Florencia y Máximo. El valor de las acciones de la Presidenta en esta firma es de 9.367.528 pesos, según su declaración jurada de bienes.
Por tratarse de la cabeza del Poder Ejecutivo, lo atinente a Hotesur debería exhibir la mayor transparencia. En cambio, allí sólo hay ocultamiento y franco incumplimiento de las normas.
Es inadmisible que una sociedad que pertenece a la Presidenta y a sus hijos tenga tantos y tan graves incumplimientos y reciba una tan descarada protección por parte de organismos de control del Estado, como la IGJ, que encubre irregularidades de altos funcionarios y persigue a sociedades que el Gobierno considera enemigas.
Casos de violaciones flagrantes como el de Hotesur permiten comprender las razones de la urgencia del kirchnerismo por reformar el Código Procesal Penal. Y también permiten confirmar que el kirchnerismo sólo se concibe a sí mismo fuera del alcance de la leyes y, por lo tanto, sin necesidad de rendir cuentas ante nadie. Lo demostró el senador Aníbal Fernández cuando, desde el colmo del desparpajo y la ignorancia, afirmó, refiriéndose al allanamiento, que «en ningún país serio del mundo, si es una empresa del presidente, hacen este gesto».
Una vez más, nos hallamos ante el ejercicio de un poder feudal.
Fuente: La Nación, 25/11/14. Editorial.
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