Los Kirchner duplicaron la presión tributaria
enero 17, 2016
Durante el kirchnerismo se duplicó la presión tributaria
Impuestos: En 2002 era 18,3% y el año pasado terminó en 36,6%. Uno de los tributos que explicó más la suba fue Ganancias.
Por Ismael Bermúdez.

Ricardo Echegaray, ex titular de AFIP.
En 2015, el Estado Nacional, las provincias y los municipios recaudaron por impuestos y cargas sociales el récord de más de 2 billones de pesos (más de $ 2.000.000 millones), lo que representó 36,6% del PBI. Con relación a 2002, cuando alcanzaba 18,3%, la presión tributaria efectiva se duplicó: creció 100%.
Así lo marca un informe del IARAF (Instituto de Análisis Fiscal) que agrega que el Estado Nacional es el principal recaudador porque entre impuestos y Seguridad Social se llevó 27,7% de los 36,6%. Las provincias, incluidas las cajas provisionales locales, 7,6% y los municipios los restantes 1,3%.
Si se excluye Seguridad Social, el fuerte aumento de la presión impositiva provino del impuesto a las Ganancias, responsable del 35% del aumento recaudatorio y eso se produjo “por la falta de actualización de los parámetros de cálculo de ese impuesto (escalas, mínimos y deducciones) así como también la imposibilidad de realizar el ajuste por inflación”, dice el IARAF.
Luego siguió el IVA –que cuenta con una muy alta imposición (21%)-, que contribuyó con 30% del incremento fiscal y en tercer lugar ingresos brutos, principal tributo de las provincias. La lista se completa con el impuesto a los débitos y créditos (“al cheque”) y el quinto lugar lo comparten los derechos de exportación, las tasas de seguridad e higiene y el impuesto a los sellos.
De la estructura impositiva y su evolución distorsiva de los últimos años se infiere que prevalecen los impuestos indirectos, más regresivos, que gravan el consumo, con una participación del 70%, mientras los impuestos directos, que tienen en cuenta la capacidad contributiva de empresas y personas, representan el 30%. A su vez, dentro de este segmento, cobró más peso Ganancias sobre los asalariados y autónomos de ingresos medios que sobre los contribuyentes de altos ingresos. En definitiva, en proporción, las franjas de menores recursos terminaron pagando más impuestos que los sectores más favorecidos.
Con relación a Ganancias, el informe del IARAF dice que “la falta de actualización de sus parámetros de cálculo ha hecho que este impuesto sea cada vez menos progresivo puesto que los rangos de menores ingresos que pagan el impuesto han visto aumentada su alícuota efectiva sustancialmente más que los estratos de ingresos más elevados”. Asalariados, jubilados y profesionales de ingresos medios están alcanzados por la tasa máxima del 35%, al igual que los super grandes contribuyentes.
El informe también plantea que se necesita una reforma integral. “Debería eliminarse gradualmente el impuesto al cheque, eliminar el impuesto a la ganancia mínima presunta, bajar de manera importante el impuesto a las Ganancias a las personas físicas actualizando las escalas y elevar el piso de bienes personales, a la vez que se debería restablecer para dichos impuestos mecanismos de actualización automáticos.”
Fuente: Clarín, 17/01/16.
Descubra cómo disminuir su carga impositiva:
Los Paraísos fiscales, últimos refugios de libertad
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Varias Islas del Caribe ofrecen ciudadanía por inversión
diciembre 24, 2015
Islas del Caribe ofrecen ciudadanía por inversión

Desde la crisis financiera global, diminutos países en el Caribe, como las islas de San Cristóbal y Nieves, Dominica y Granada, han tenido dificultades para atraer inversiones en bienes raíces que impulsen el sector turístico.
Un método que estos países han encontrado para elevar su atractivo es la oferta de ciudadanía. Varios de estos países caribeños han seducido de esta forma a personas ricas de China, Rusia, Medio Oriente y Estados Unidos, quienes han invertido US$200.000 o más cada una en desarrollos inmobiliarios en la región. Estos inversionistas han ayudado a financiar nuevos proyectos de resorts de grandes empresas hoteleras como Hilton, Hyatt y Four Seasons.
A cambio de comprar una unidad residencial o una participación en algún proyecto, los propietarios obtienen la ciudadanía local. Debido a que muchos provienen de países que imponen restricciones para viajes internacionales, los nuevos pasaportes les permiten visitar más de 100 países, entre ellos gran parte de Europa, sin tener que sacar una visa. En el caso de los estadounidenses, el atractivo es la reducción de sus impuestos.
Estos programas no son un concepto nuevo. EE.UU. tiene las visas EB-5, que otorgan la residencia a extranjeros que inviertan al menos US$500.000 en proyectos empresariales que generen empleos. El Caribe, sin embargo, se está convirtiendo en el nuevo lugar de moda para los llamados programas de ciudadanía por inversión, en parte porque el proceso para obtenerla es más ágil que en otras partes del mundo. Algunos gobiernos temen no poder alcanzar relevancia empresarial sin estos programas.
“Nos dimos cuenta de que nos estábamos volviendo menos competitivos con los desarrolladores inmobiliarios al no contar con un programa de ciudadanía por inversión”, dice Ernest Hilaire, presidente de la junta del programa de Santa Lucía. El país isleño comenzará a aceptar solicitudes a partir del primero de enero, sumándose así a San Cristóbal y Nieves, Dominica, Granada, y Antigua y Barbuda, entre otros países del Caribe.

Esos programas son una de las pocas maneras en que estas pequeñas naciones pueden atraer inversionistas en momentos en que muchos bancos y desarrolladores inmobiliarios las consideran apuestas arriesgadas. No obstante, también tienen sus escépticos. El gobierno de EE.UU. ha dicho que algunas personas han utilizado su nueva ciudadanía en al menos un país del Caribe para encubrir delitos financieros.
Los países generalmente no comparten las cifras relacionadas con estos programas, pero Timothy Harris, el primer ministro de San Cristóbal y Nieves, dijo en una entrevista que los ingresos de su país por este concepto superaron este año las expectativas en 42%.
Apex Capital Partners, una firma de gestión de patrimonios con sede en Montreal que se especializa en estos programas, estima que en 2015 los países del Caribe otorgaron hasta 2.000 ciudadanías a inversionistas, cifra que por lo menos duplica la de hace cinco años.
Decenas de ciudadanos estadounidenses que buscan reducir el pago de impuestos están ayudando a impulsar la tendencia. Apex calcula que en los últimos meses más de 100 estadounidenses han recibido una nueva ciudadanía en el Caribe a través de estos programas.
Aun así, y a pesar de que la mayoría de las naciones del Caribe imponen poco o ningún impuesto, los estadounidenses que renuncien a su ciudadanía deben realizar un pago único considerable por la liquidación de sus activos en EE.UU.
El desarrollador Valmiki Kempadoo dice que ha visto unos pocos ciudadanos estadounidenses entre los muchos inversionistas asiáticos y de Medio Oriente de su proyecto de US$500 millones en San Cristóbal y Nieves. Esta nación de dos islas en las Indias Occidentales tiene una población de alrededor de 55.000 y es conocida por sus selvas tropicales y sus playas de arena negra.
Kempadoo cuenta que ha realizado cerca de 200 ventas en su proyecto Kittitian Hill a propietarios que buscaban ciudadanía. El desarrollo incluye un hotel de lujo de 84 habitaciones y un campo de golf de 18 hoyos. “Fue muy útil”, dice sobre el programa de inversión extranjera. “Sobre todo en las primeras etapas, cuando no podíamos vender nada”.
Christophe Harbour es una comunidad planificada en San Cristóbal que incluye un puerto deportivo, residencias privadas y un Park Hyatt de lujo de 125 habitaciones, que tiene previsto abrir sus puertas el próximo año con tarifas promedio de más de US$700 la noche, de acuerdo con su desarrollador, Buddy Darby.
Hasta el momento, su grupo ha gastado cerca de US$350 millones en el proyecto y ha recaudado más de US$42 millones de inversionistas ricos que aportaron dinero a cambio de obtener la ciudadanía de San Cristóbal y Nieves, señala Darby. El urbanizador les ha vendido residencias de US$400.000 o lotes de 1.000 hectáreas valuados en US$700.000.
El año pasado, el Departamento del Tesoro de EE.UU. envió una carta a las instituciones financieras en la que advertía que “ciertos individuos extranjeros” estaban usando el programa de San Cristóbal para obtener pasaportes “con el propósito de participar en actividades financieras ilícitas”.
El primer ministro Harris afirmó que después del informe, su país colaboró con EE.UU. y otros gobiernos extranjeros para asegurarse “de que nuestro proceso de diligencia debida cumpliera los más altos estándares internacionales”.
A pesar de la advertencia del gobierno de EE.UU., los programas de ciudadanía por inversión continuarán floreciendo en las Indias Occidentales, sostiene Rick Newton, socio fundador de Resort Capital Partners, una firma de asesoría de inversión inmobiliaria especializada en la región.
Mientras los bancos extranjeros sigan reacios a prestar para proyectos en esos lugares, los nuevos ciudadanos de San Cristóbal y sus vecinos “se están convirtiendo en los prestamistas de última instancia”, recalca.
Fuente: The Wall Street Journal, 23/12/15.
Santa Lucía
Santa Lucía (en inglés: Saint Lucia) es un pequeño estado insular en América, ubicado en el mar Caribe, al norte de San Vicente y las Granadinas y al sur de la isla de la Martinica. Es miembro de la Comunidad del Caribe y de la Organización de Estados Americanos.
Tiene un sistema jurídico basado en el derecho común inglés. El sector financiero ha resistido la crisis financiera mundial, pero la recesión ha afectado el turismo.
Fuente: Wikipedia, 2015.
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Bahamas: Un paraíso
diciembre 6, 2015
La aventura de la playa: Bahamas
Frente a Florida, sobre el Atlántico, estas islas son ideales para el relax en la arena, pero también para vivir experiencias fuera de lo común.
Sobre el Atlántico, frente a las costas de Florida, este archipiélago está formado por unas 700 islas, rodeadas de islotes y cayos, de las cuales sólo 20 están habitadas. El hecho de que no estén sobre el Caribe no significa que sus aguas sean menos cálidas y agradables: Bahamas cuenta con grandes playas de arena blanca bañadas por aguas cristalinas.
De sus 380.000 habitantes, unos 250.000 viven la capital, Nassau, en la isla de Nueva Providencia. Allí llegan diariamente enormes cruceros cuyos ocupantes pueden aprovechar el día para visitar alguna playa, pasear por el centro o saborear la comida local.
Los habitantes de Bahamas son en su mayoría descendientes de africanos occidentales. Las islas fueron colonia británica hasta 1973 y conservan algunas costumbres inglesas. Por ejemplo, los autos circulan por la izquierda, aunque la mayoría son importados de los Estados Unidos, por lo que el volante se encuentra normalmente a la izquierda.
Pero los bahameños también tienen sus costumbres y rituales autóctonos. Como el Junkanoo, el carnaval que se celebra el 26 de diciembre y el 1° de enero de cada año y que en Nassau cuenta con un museo para conocer su historia. Después de admirar la evolución histórica de los disfraces utilizados para la festividad, los visitantes son invitados a crear su propia música para el evento, con campanas, tambores y silbatos.
Los bahameños se caracterizan por la alegría y el ritmo. La música (el reggae, entre otros géneros) es un elemento fundamental de las islas: incluso en el aeropuerto, mientras el visitante hace los trámites de migraciones, hay una banda que toca en vivo.
Un paseo por el paraíso

En Nassau todas las playas son públicas, aunque las que rodean a los hoteles suelen ser de difìcil acceso para los que no son huéspedes y, en general, son las más lindas. Pero el verdadero atractivo son los cayos, islas e islotes que forman parte del archipiélago y que ofrecen diferentes tipos de experiencias.
Las islas Exuma, por ejemplo. Desde Nassau se puede tomar un vuelo, pero también hay paseos en lancha que hacen paradas en otros islotes del camino. El tour diario cuesta unos 175 dólares por persona e incluye la comida. En la isla, tiburones y mantarrayas merodean la costa e interactúan… con los que se animen, claro (ver recuadro).
En otra playa de las islas Exuma, un grupo de simpáticos cerditos que habitan en el lugar son entusiastas nadadores y buena compañía para los visitantes. Al ver llegar los barcos, se aventuran al agua para reclamar atención y comida por parte de los turistas.
Las aguas de Bahamas son ideales para hacer snorkel y buceo. Entre arrecifes de coral, en medio del océano pueden apreciarse peces de todos los tamaños y colores. Un tour en barco con dos paradas para hacer snorkel puede costar desde 100 dólares por persona. Por algo extra, el turista más osado puede animarse a observar desde el agua también a una familia de tiburones.
Piratas y celebridades
Las historias de piratas abundan en las Bahamas. Entre los más conocidos, Edward Teach, el famoso Barbanegra, que aterrorizaba a los mercaderes que se atrevían a navegar en sus cercanías. Por casi cuarenta años, piratas como Henry Morgan y Calico Jack Rackman se instalaron en las islas y desde allí partían para saquear cuanta embarcación pasara por las Bahamas. También, Anne Bonny y Mary Read, dos históricas piratas mujeres que, disfrazadas de hombres, se hicieron conocidas por su ferocidad. Y, como en toda zona pirata, persisten los mitos sobre tesoros enterrados en sus aguas cristalinas.
Con la llegada del gobernador real Woodes Rogers en 1718, los piratas fueron erradicados y Barbanegra debió instalarse en otra parte del Caribe. Poco después, fue asesinado.

Por algo este fue el lugar elegido para filmar parte de la saga de Piratas del Caribe. Y también es el lugar en el que suele vacacionar Johnny Depp, protagonista del film. El actor cuenta con su propia isla, al igual que el mago David Copperfield, Shakira y Sean Connery.
Desde pequeños apartamentos hasta enormes hoteles, las islas ofrecen una variedad de opciones de alojamiento. Una cabaña sobre la playa, en el complejo Compass Point, puede costar desde 220 dólares por noche. Frente a este complejo se encuentra el edificio que años atrás fue un estudio, en el que grabaron Bob Marley, Ringo Starr, los Rolling Stones, entre otras leyendas de la música.
Para los que buscan un alojamiento all inclusive, con buena gastronomía y un ambiente tranquilo, en el hotel Meliá Nassau Beach una habitación estándar cuesta desde 350 dólares la noche. Para la categoría Level, que incluye un servicio más exclusivo, hay que añadir alrededor de 75 dólares extra por persona. El hotel cuenta con siete restaurantes, cuatro bares y piscinas con cascadas e hidromasaje frente al mar.
Tanto los que llegan en crucero, como quienes viajan en avión -para los latinoamericanos está la opción de llegar por Copa Airlines vía Panamá, sin necesidad de visa norteamericana- también eligen pasar un día o varios en el Atlantis. El complejo hotelero se emplaza en Paradise Island, conectada con Nassau por un puente, desde el que se aprecian sus cinco imponentes edificios. El lugar no sólo ofrece alojamiento y playas paradisíacas sino un parque acuático, variedad de piscinas y uno de los acuarios de agua salada más grandes del mundo, con unas 14 lagunas y más de 50.000 animales de unas 250 especies marinas.
Las habitaciones cuestan entre 300 y 25.000 dólares, pero también pueden conseguirse pases por el día, desde 135 dólares.
El parque acuático, entretenimiento para chicos y adultos, cuenta con toboganes que atraviesan túneles de acrílico, que a su vez pasan por una pileta llena de tiburones. También se pueden hacer competencias en toboganes dobles equipados con cronómetros. O navegar en gomones por el Lazy River Ride, un río artificial lento de 402,34 metros. O por The Current, de 1600 metros de longitud, que pasa por tubos internos y escaladoras acuáticas y tiene olas en movimiento y rápidos extremos.
Para los más grandes hay casino, bares y un club nocturno. También pueden utilizar el casino de una de las once piletas del complejo, exclusiva para adultos, con barra y DJ todo el día.
Los que quieren contar con comodidad a todo lujo, pueden alquilar cabañas sobre la playa, con televisión, caja fuerte y servicio de mayordomo.
En el Atlantis hay 40 restaurantes con gran variedad de precios y comidas y un paseo de compras de marcas exclusivas, como Gucci y Versace. Para los más chicos, hay muchas opciones de entretenimiento, algunas con un costo extra. Sala de juegos, pista de autos a control remoto, un boliche para adolescentes, actividades con delfines, y un taller para diseñar y pintar cerámica son algunas de las posibilidades para elegir.
De vuelta en Nassau, el paseo obligado es el Mercado de la Paja, donde puede conseguir una gran variedad de productos locales. Y el Fish Fry, un paseo de bares y restaurantes, para probar los sabores de Bahamas, que tiene como plato principal el conch (concha), fresco, en ensaladas o frito. La comida en estos bares es bastante económica. Por ejemplo, una ensalada de conch cuesta apenas 11 dólares.
En las islas se toma mucho ron, componente principal del trago típico: el Bahama mamma, que también tiene granadina, jugo de ananá, naranja y limón.
Aunque gran parte de los productos que se consumen son importados, en Nassau se puede ser testigo de la producción local de ron y tabaco. La destilería John Watling’s ofrece un tour para conocer parte de la historia de Bahamas y aprender sobre el proceso de producción del ron. El lugar cuenta con una taberna en la que el visitante puede probar diferentes tragos.
En el centro, a metros de la casa de gobierno, se encuentra el Gray Cliff, legendario hotel de estilo sofisticado, que cuenta además con una pequeña fábrica de tabaco. Hay tours para conocer el lugar y el proceso de producción de los cigarros. Este complejo, originalmente construido en 1740, tiene además una fábrica de chocolate. Propiedad de una familia italiana, el hotel cuenta además con una cava que, dicen sus dueños, es la tercera más grande del mundo, con más de 250 mil botellas de vino.
Hora de comer… entre mantarrayas

«No se asusten si se les acercan. No salgan corriendo. Dejen que pasen, los rocen y sigan; no les harán nada.» La aclaración no sirvió demasiado para aplacar el miedo con el que bajé de la lancha, espiando el mar desde el muelle, donde merodeaban mantarrayas y tiburones.
Las islas Exuma, donde nos encontrábamos, son unas de las más visitadas por los turistas que viajan a Bahamas. Hasta allí se puede llegar en lancha rápida, en alrededor de hora y media, o en 45 minutos de vuelo.
La transparencia del agua permitía apreciar el tamaño de los animales, que amedrentaba hasta a los más entusiastas de mis compañeros de aventura. Que los escualos permanecieran alejados, al menos al principio, me dio un poco de tranquilidad. Aunque no la suficiente.
Las mantarrayas, en cambio, se mostraban bastante más sociables. Y hambrientas. Arrodillada en la arena y con el agua hasta la cintura acepté la propuesta del coordinador del tour, que explicaba en inglés a los 25 integrantes del grupo lo que había que hacer. Éramos ocho los que veníamos de la Argentina, el resto de los visitantes eran norteamericanos. Y la mayoría nos animamos a participar de la actividad. Parecía bastante simple: tomar un trozo de pescado, ponerlo entre los dedos de una mano y apoyar la palma en la arena. Como si estuviera entrenada -o tal vez acostumbrada- una mantarraya (de aproximadamente 1 metro por 70 cm) fue pasando frente a toda la fila de visitantes que esperábamos expectantes. Otras mantarrayas seguían de cerca el espectáculo. Gritos y risas nerviosas fueron acompañando el andar del impresionante pez cartilaginoso que en pocos segundos ya estaba encima de mi mano. Y con una pequeña succión, que provocaba cosquillas, se llevó su alimento. Si el pescado estaba muy apretado entre los dedos, la mantarraya no se rendía: daba un par de vueltas alrededor e insistía.
Al pasar cerca se sentía el roce del que habíamos sido advertidos: una piel dura, pero sedosa al tacto. Tal como comprobamos en esta experiencia, las mantarrayas resultaron ser inofensivas. La advertencia del guía estaba más orientada a evitar que nosotros lastimáramos al animal si salíamos corriendo.
Para la segunda vuelta, el miedo desapareció. Aunque no perdía de vista a los tiburones. Estaban un poco alejados de la costa, al menos por el momento, pero se podían ver sus aletas en la superficie y eventualmente la sombra de alguno que se acercaba a la orilla. Aguardaban su turno para ser alimentados, actividad que observaríamos ya desde la seguridad de la playa.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión: desde Buenos Aires y Córdoba, hay vuelos de Copa Airlines vía Panamá hasta Nassau, con tarifas desde 1451 dólares, impuestos incluidos.
Dónde dormir
Atlantis: el precio de una habitación en este complejo arranca por los 300 dólares e incluye el acceso al parque de agua, el acuario y las piscinas, entre otros servicios.
Meliá: con modalidad all inclusive, una habitación estándar cuesta desde 350 dólares.
En Compass Point: fuera de los grandes hoteles, una cabaña para dos personas en Compass Point puede costar desde 220 dólares la noche.
Qué hacer
Delfines: interacción con delfines en Dolphin Cay (Atlantis), US$ 124 por persona. Nadar con ellos en aguas profundas, 162. Entrenador por un día, desde 250 dólares.
Isla Exuma: un tour de todo el día, con comida incluida, cuesta alrededor de 175 dólares.
Snorkel: paseos en lancha con paradas para nadar, desde 100 dólares.
También se puede visitar Visita el Straw Market (Mercado de la Paja), la Destilería John Watling’s, el Gray Cliff hotel (fábrica de tabaco y de chocolate) y el Museo del Junkanoo.Las tarifas varían de acuerdo a la temporada.
Para tener en cuenta
Para ingresar a Bahamas se exige el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. En Buenos Aires, la vacuna es gratuita y se aplica en Sanidad de Fronteras.
Más información: www.bahamasturismo.es
Fuente: La Nación, 06/12/15.
Las Bahamas también son conocidas por ser un Paraíso Fiscal, para saber más haga click en la imagen de abajo:
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Estrategias para evadir impuestos
octubre 24, 2015
Las cinco estrategias favoritas de los ricos para evadir impuestos
La multa de más de US$2.500 millones que tiene que pagar el banco Credit Suisse por ayudar a multimillonarios de los Estados Unidos a evadir impuestos ha dejado al desnudo la compleja trama de abogados, banqueros, contadores y cuentas secretas que aceita el delito fiscal a nivel global.
Empresarios, deportistas, músicos, actores, financistas forman parte de esta élite mundial que elude por todos los medios posibles el cumplimiento de sus obligaciones impositivas.
El impacto económico-social de estas maniobras no es marginal. Se estima que el monto total de la evasión fiscal equivale a cinco veces el tamaño de la economía global y es un factor de peso en la creciente desigualdad mundial.
Segun un informe, las 91.000 personas más ricas del planeta controlan una tercera parte de la riqueza mundial (y dan cuenta de la mitad de los depósitos en paraísos o guaridas fiscales) y unas 8,4 millones de personas –un 0,14% de la población mundial– tiene el 51% de la riqueza.
La evasión fiscal no hace más que profundizar esta brecha.
Estas son las cinco vías favoritas de los multimillonarios para pagar menos y acumular más:
1. Subdeclaración impositiva
El monto a pagar al fisco depende de la declaración impositiva.
El primer paso de toda evasión es subdeclarar las ganancias obtenidas.
Patrick Stevens, director de Política Impositiva del Chartered Institute of Taxation del Reino Unido, organismo que prepara a todos los funcionarios impositivos del país, identifica dos momentos en este primer paso.
«Por un lado la persona declara menos de lo que gana. Por la otra, esconde la diferencia, de manera que la Autoridad Impositiva no pueda rastrearla», señaló a BBC Mundo.
Para hacerlo tienen una red profesional muy aceitada que, según críticos como James Henry, de la Universidad de Columbia, se han convertido en una parte estructural del actual sistema financiero.
«Es una industria interna dedicada a la evasión fiscal y el potenciamiento de la ganancia financiera. Hay acá una contradicción entre el circuito del dinero financiero abocado a la multiplicación y el del fisco, que tiene que recaudar para hacerse cargo del funcionamiento de una nación, desde las autopistas hasta la salud y la educación», indicó a BBC Mundo.
2. Registrar empresas en paraísos fiscales
En su estudio «The price of offshore revisited» (El precio real de las Guaridas Fiscales») James Henry calcula que hay cuando menos unos US$21 millones de millones en estas «guaridas fiscales» (traducción literal del término original en ingles «Tax Haven»), suma aproximadamente semejante al PIB de Estados Unidos y Japón, es decir, de la primera y tercera economías mundiales.
Uno de las guaridas favoritas de este dinero son las Islas Caimán, que tienen 85 mil compañías registradas: más compañías que población.
Desde los años 70 el mundo se ha ido poblando de estas guaridas. Con poco más de 300.000 habitantes, las Bahamas tienen 113.000 compañías: una firma cada tres habitantes.
En las Islas Caimán o Bahamas no se hacen muchas preguntas para la creación de una compañía.
«Un millonario en Estados Unidos monta lo que llamamos una compañía fantasma en una guarida fiscal, con la que lleva adelante transacciones usando precios falsos para transferir dinero a estos lugares, donde no paga impuestos», indicó a BBC Mundo Henry.
Estas compañías fantasmas abundan. El mismo Barak Obama suele citar en sus discursos el caso del edificio Ugland en las Islas Caimán, que es sede de 18.000 firmas.
El presidente estadounidense no necesitaba apuntar tan lejos con el dedo. En el noreste de su propio país, el estado de Delaware cuenta con una población de 917.000 personas y 945.000 compañías.
Y el mecanismo se ha convertido en un clásico de la evasión.
El portal de análisis financiero Fútbol Finanzas publicó recientemente una lista de lujo de jugadores que usaron técnicas similares en los últimos 20 años.
Desde el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, hasta leyendas del deporte como el brasileño Roberto Carlos, el portugués Luis Figo y el búlgaro Hristo Stoichkov formaban parte de la lista.
3. Testaferros
Una manera de invisibilizar el rastro de la persona en cuestión es nombrar a un testaferro que actúa como presunto propietario del bien o compañía.
«Se puede nombrar a un testaferro por razones legítimas, por ejemplo, para no atraer publicidad sobre la inversión en cuestión en el caso de alguien que está en la mira público. Mientras se informe a las autoridades impositivas no hay evasión. El problema empieza cuando no se informa, porque entonces lo que se está haciendo es pagar impuestos por una masa menor de dinero», señala Stevens.
No es necesario para este propósito que la compañía y el testaferro operen desde una guarida fiscal. Ambos pueden actuar en el mismo país donde tributa el multimillonario en cuestión.
Una variante de esta situación es el fideicomiso o Trust, un antiguo instrumento legal inglés, en el que el dueño de un bien cede el control de ese bien –sea una empresa, un cuadro o un palacio– a alguien para que lo administre en beneficio de un tercero.
«Los beneficiarios de esta cesión se pueden multiplicar al infinito. Puede ser la esposa, los hijos, tíos, primos, etc. Por las reglas internas impositivas en Estados Unidos, estos fideicomisos pueden enviar del extranjero parte de este dinero sin pagar impuestos», explica Henry.
Esto facilita el movimiento de grandes masas de dinero que con frecuencia atraviesan una compleja red de fideicomisos, firmas fantasmas y testaferros que logran el principal objetivo del evasor: borrar el rastro.
Es equivalente al «nada por aquí, nada por allá» de un mago.
4. Fijar residencia en otro país
Los países con bajos impuestos suelen ser los favoritos de músicos, artistas y deportistas.
En los 70 fue el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger, quien fijó residencia primero en Francia y luego en Estados Unidos para huir de los entonces altos impuestos británicos.
En diciembre de 2012, el actor francés Gerard Depardieu renunció a la ciudadanía francesa en protesta por los altos impuestos que proponía el gobierno de Francois Hollande, se mudó a Bélgica y obtuvo un pasaporte ruso, donde hay un impuesto único del 13%.
«Desde ya que una persona puede elegir el país que quiera para vivir. Si decide irse a un país para pagar menos impuestos es su derecho. Lo que es ilegal es decir que vive en un país para pagar menos impuestos cuando en realidad vive en otro con una carga impositiva más alta», señala Stevens.
Es lo que pasó con el tenista alemán Boris Becker.
Becker declaró a las autoridades alemanas que había vivido en Mónaco entre 1991 y 1993 cuando, en realidad, había estado en Munich.
El tenista terminó pagando US$3 millones en deuda impositiva con sus correspondientes intereses.
5. Aprovechar vacíos legales
La red de asesores y especialistas que rodean a los millonarios son expertos en encontrar vacíos legales de los sistemas impositivos.
En muchos casos no se trata de evasión fiscal sino de elusión fiscal, un mecanismo perfectamente legal: todos tenemos derecho a pagar menos impuestos siempre que lo hagamos dentro de la ley.
Las exenciones y deducciones impositivas que ponen en práctica los gobiernos para estimular las economías o la donación a organizaciones caritativas suelen ofrecer excelentes oportunidades.
Este mayo un juez británico dictaminó que el cantante inglés Gary Barlow, cuya riqueza está estimada en unos US$80 millones de dólares, había invertido en 51 sociedades financieras creadas exclusivamente para pagar menos impuestos.
Las organizaciones caritativas suelen ser otro vehículo de evasión.
«En Estados Unidos hay un millón de fundaciones privadas que tienen exenciones impositivas. ¿Alguien sabe qué hacen? Ha habido una explosión de ellos y nadie las audita como corresponde», señala Henry.
El futuro
Los problemas fiscales que tienen todos los países desarrollados y la fragilidad del sistema financiero internacional han colocado a la evasión impositiva en el ojo público, centro de un debate global.
La multa a Credit Suisse ha sido presentado como un gran triunfo del fisco estadounidense y hasta como el fin de la era del secreto bancario suizo, uno de los pilares de todo este sistema.
Según Henry el acuerdo alcanzado es, en realidad, un gran triunfo del banco.
«El Credit Suisse no fue obligado a revelar el nombre de ninguno de los evasores. Con lo cual el secreto bancario quedó en su lugar. Nadie en su actual estructura directiva tiene que renunciar, no han perdido la licencia para operar en Estados Unidos. Si quiere más pruebas de que ganó el banco, fíjese en su valor bursátil: aumentó en un 1,5%. EL negocio sigue intacto. El gran desafío ahora para este banco y el actual sistema financiero internacional es conquistar China y el conjunto de Asia», indicó Herny.
Fuente:
Más información:
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Los paraísos fiscales son una bendición
Elusión y evasión impositiva: ¿son sinónimos?
Los Paraísos fiscales, últimos refugios de libertad
Cómo pagar menos impuestos:
⇒ Planificación Fiscal o Tax Planning
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El principio de segregación de activos en Luxemburgo
septiembre 30, 2015
El principio de la segregación de activos en la legislación de Luxemburgo: qué es y cómo afecta a los tomadores de seguros
Clasificado entre los mejores cinco centros financieros del mundo, el Gran Ducado de Luxemburgo es reconocido hoy como un centro de gestión de patrimonio y fondos de inversión de primer orden. Auténtico centro neurálgico de las inversiones intra y extracomunitarias, el mercado luxemburgués no ha escatimado en esfuerzos durante las últimas décadas para convertirse en una potencia financiera con una legislación que fomenta la transparencia y la protección de capitales. En este marco se inscribe el «principio de la segregación de activos» que afecta a las compañías de seguro con sede en dicho país.
La normativa europea relacionada con la Libre Prestación de Servicios ofrece a las compañías de seguro de vida la posibilidad de ampliar su campo de actividad hacia otros países miembros diversificando así la oferta hacia los usuarios. Esta circunstancia, unida a la normativa prudencial del Gran Ducado de Luxemburgo en materia de seguros de vida y a la presencia en este país de numerosos profesionales del sector financiero, le han permitido desarrollar, en un periodo de dos decenios, un know-how único en Europa en materia de soluciones de seguros de vida transfronterizas.
Aunque los seguros de vida ofrecidos por compañías con sede en Luxemburgo están sujetos a la legislación fiscal del país donde resida el tomador, ofrecen un nivel de protección óptimo a los inversores, además de una gran flexibilidad con respeto a la estructuración del contrato y la gestión de los activos.
En este sentido, el tomador de una póliza tiene una especial protección que viene dada por el principio de la segregación de los activos propios y de los activos terceros previsto por la ley luxemburguesa. Luxemburgo aplica el principio de la segregación de los activos propios y de los activos terceros previsto por la ley del país (Reglamento del Gran Ducado de 14 de diciembre de 1994 art. 14 y 15, y ley luxemburguesa del 6 de diciembre de 1991, art. 36): la compañía de seguros está obligada a depositar en un banco autorizado por el Comisariado de Seguros (CAA) los activos necesarios para hacer frente a las obligaciones contraídas con sus clientes como contrapartida de la primas recibidas.
Esas obligaciones se materializan en los activos representativos de las provisiones técnicas de la compañía, que quedan segregados, es decir, separados de los activos propios de la compañía de los que la misma dispone libremente y que son considerados activos libres. Esto supone, en la práctica, que se lleva una contabilidad separada de estos dos tipos de activos y, por lo tanto, el capital del cliente está protegido en el supuesto de una hipotética quiebra de la aseguradora.
Por ello, los clientes se benefician de un privilegio especial: en caso de quiebra de la compañía, ellos son los acreedores que pasan en primer lugar para cobrar de los activos representativos de las provisiones técnicas de la compañía.
De este modo, los seguros de vida ofertados por compañías con sede en Luxemburgo están sujetos a la legislación civil del país donde reside el tomador del seguro, en este caso España, excepto en lo que se refiere a los aspectos prudenciales.
En conclusión, podemos decir que la industria financiera de Luxemburgo es un sector creado sobre una base legal saneada e innovadora, que se beneficia de la estabilidad y la previsibilidad de un mercado financiero de gran experiencia. Luxemburgo, como país fundador de las instituciones europeas, desempeña un papel importante en el proceso de integración europeo y en su evolución en materias como la unión fiscal o la transparencia financiera; cuestiones con una gran proyección también en el mercado de los seguros de vida de alta gama.
Fuente: elderecho.com, 29/09/15.
Luxemburgo
Oficialmente denominado Gran Ducado de Luxemburgo, es un pequeño país de Europa Central que forma parte de la Unión Europea. Se trata de un estado sin litoral, rodeado por Francia, Alemania y Bélgica. Luxemburgo cuenta con una población de medio millón de habitantes sobre un área de 2.586 kilómetros cuadrados.
El gobierno de Luxemburgo es una monarquía constitucional y parlamentaria, siendo el único Gran Ducado soberano en la actualidad. El estado tiene una economía altamente desarrollada, con el mayor Producto Interno Bruto por cápita del mundo de acuerdo al Banco Mundial, y el segundo de acuerdo al Fondo Monetario Internacional.
Luxemburgo es miembro de la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, las Naciones Unidas y el Benelux, reflejando la orientación política a favor de la integración económica, política y militar. Su capital, Luxemburgo, es sede de numerosas instituciones y agencias de la Unión Europea.
Luxemburgo posee culturas y tradiciones diversas por encontrarse entre la Europa romana y la Europa germánica. El país tiene tres lenguas oficiales: alemán, francés y luxemburgués. Se trata de un estado laico, siendo predominante el catolicismo.
Economía
Luxemburgo posee una economía basada en la gestión de fondos de inversión, fondos de alto riesgo (hedge funds), gestión de telecomunicaciones, logística (gracias a su situación privilegiada entre Francia, Alemania y Bélgica), inversión y gestión aeroespacial (especialmente en satélites gracias a la empresa luxemburguesa SES S.A.), banca privada, y gestión de capitales. Todo ello acompañado de uno de los regímenes fiscales más laxos de la Unión Europea, lo que ha generado ciertos escándalos bajo las acusaciones de que ciertas multinacionales como Pepsi, Ikea, Accenture, Burberry, Procter & Gamble, Heinz, JP Morgan, FedEx, Amazon o Deutsche Bank, entre otras, de evadir millones de euros en impuestos cada año.15 Su economía es estable, con altos ingresos y un crecimiento moderado, baja inflación y baja tasa de desempleo. El sector industrial, hasta hace poco tiempo dominado por el acero, se ha ido ampliando y diversificando hasta incluir la industria química, la de goma y otros productos. Durante las décadas pasadas, el crecimiento del sector financiero había más que compensado la declinación de la industria del acero. La agricultura está basada en pequeñas granjas familiares.
Luxemburgo es uno de los centros comerciales y financieros más importantes que compite con Bélgica y Países Bajos. Luxemburgo posee el segundo PIB per cápita más alto del mundo después de Catar.
Luxemburgo alberga las sedes centrales de varias corporaciones multinacionales, entre ellas Ternium, Tenaris, y a una de las seis sedes centrales del líder mundial acerero Arcelor Mittal.
Paraíso fiscal
Un paraíso fiscal (en inglés: tax haven, ‘refugio fiscal’) es un territorio o Estado que se caracteriza por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes, que se domicilien a efectos legales en el mismo. Típicamente estas ventajas consisten en una exención total o una reducción muy significativa en el pago de los principales impuestos.
Fuente: Wikipedia, 2015.
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Por qué invertir en Malta
julio 28, 2015
Invertir en Malta
La economía en Malta
La República de Malta, es un país insular miembro de la Unión Europea (UE), densamente poblado, compuesto por un archipiélago y situado en el centro del Mediterráneo, al sur de Italia, al oriente de Túnez y al norte de Libia. Debido a su situación estratégica, a lo largo de los siglos ha sido gobernado y disputado por diversas potencias. Desde 1964 es independiente y en 2004 se adhirió a la UE. En 2011 (último censo oficial) tenía una población de 452.215 habitantes con una distribución de 1.431 hab./Km.², la más alta densidad poblacional entre los países de la Unión Europea.
La economía, aparte de una agricultura prácticamente de subsistencia se funda sobre todo en las actividades portuarias, en el turismo y en determinadas industrias, algunas de tipo artesanal muy apreciadas (blondas, encajes, etc.). Su idioma es el maltés, un dialecto proveniente del árabe con influencias españolas, italianas e inglesas que se escribe con caracteres latinos. Entre sus principales industrias aparecen el turismo, equipos electrónicos, reparación de buques, construcción, alimentación, textil, calzado, ropa, bebidas y tabaco, mientras que sus recursos naturales son la piedra caliza y la sal.
La favorable ubicación geográfica estratégica, dada su proximidad a muchas naciones de Europa, Norte de África y Oriente Medio, así como la existencia de conexiones muy convenientes tanto a nivel aéreo como marítimo, son elementos que influyen hoy en día en el creciente interés de proyectos para invertir en Malta.
Los sectores de negocios con actividad offshore incluyen la banca, administración de fondos de inversión, administración de fideicomiso y holding de inversiones, con tipos de sociedades, como por ejemplo, sociedades limitadas, sociedades públicas limitadas, sociedades de inversión con acciones de capital variable, asociaciones generales, asociaciones limitadas, sucursales, propiedades únicas y fideicomisos.
Fuente: paraisosfiscales.org, 16/06/15.
Los Paraísos fiscales, últimos refugios de libertad
julio 5, 2015
Paraísos fiscales: refugios de libertad
El sector financiero offshore está creciendo a un ritmo varias veces superior al del PIB mundial. En los últimos años se ha acentuado la transferencia masiva de capitales desde los países convencionales hacia estos refugios de libertad donde la gente se encuentra a salvo de la voracidad de Hacienda. Este boom de lo offshore presagia un futuro en el que los países “normales” se van a ver obligados a reconocer por fin la libertad económica de las personas y de sus empresas.
El siglo XX pasará a la Historia como el siglo del máximo protagonismo del Estado. Los Estados-nación compactos, con pretensión de uniformidad etnocultural y con vocación de compartimentos estancos tuvieron su mayor auge en la primera mitad del siglo. Su glorificación condujo al totalitarismo y, después de la terrible conflagración bélica de los años cuarenta, mantuvieron su vigencia durante cuatro décadas más a causa de la Guerra Fría. Sólo el abrupto e inesperado final de ésta —y de la correspondiente situación de bipolaridad— ha hecho posible que asistamos ahora a un considerable cuestionamiento del exceso de Estado, y pueda el ciudadano individual recuperar poco a poco fragmentos de la soberanía que, de forma tan sutil como implacable, le había ido arrebatando la insaciable maquinaria estatal. Casi todas las voces coinciden en señalar que, si efectivamente el siglo XX fue una centuria marcada por la hegemonía social, cultural, política y económica de los Estados, el nuevo siglo será el de la máxima devolución de poder a la persona. Un indicio fundamental de esta tendencia podemos encontrarlo en el auge imparable de la resistencia ciudadana a las hasta ahora numerosas y frecuentemente dolorosas imposiciones del Estado en todos los órdenes de la vida. Esta resistencia, que constituye una auténtica rebelión silenciosa de las generaciones finiseculares contra el poder, ha tenido una multiplicidad de expresiones, desde la temprana revolución sexual de los años sesenta hasta la espiritual de los setenta y la moral de los ochenta, desde el movimiento mundial contra el servicio militar hasta la presión social en favor de la soberanía individual respecto a cuestiones como el aborto, la eutanasia o el consumo de estupefacientes, y desde el cuestionamiento de muchos elementos del Estado-providencia hasta la generalización y popularización de los paraísos fiscales y otras fórmulas de protección frente a la fiscalidad. En todos los casos expuestos, la persona ha reivindicado su libertad y el ámbito en el cual ésta se ejerce, es decir, su propiedad (la propiedad de su vida, de su cuerpo, de sus decisiones, de su trabajo y de su patrimonio). Esta reivindicación choca frontalmente con la autopercepción de los Estados, herederos directos del Antiguo Régimen, que se han civilizado y democratizado en su relación con las masas, pero no tanto en su relación directa con el individuo —relación que constituye la gran asignatura pendiente de la organización sociopolítica actual—.
El Estado tal como hoy todavía lo conocemos, pese a ser consciente de una acelerada deslegitimación por parte de las personas —a la cual, naturalmente, se resiste—, se percibe a sí mismo como el dueño último de cuantos recursos de toda índole se encuentran en su territorio, siendo los ciudadanos una especie de pseudopropietarios a quienes en cualquier momento se puede expropiar si es necesario (antes en nombre de la “patria” o del rey, ahora en función del “interés general” o de la sociedad). Esta condición de dueño último de todo y de todos, de señor absoluto de vidas y haciendas, se denomina “soberanía” y explica la arrogancia con la que los estados se han adueñado de todo tipo de bienes, desde el cuerpo y el trabajo de los seres humanos obligados a trabajar gratis para él (como soldados o en cualquier otra actividad) hasta tierras para construir autopistas, y, explica también el crecimiento desmedido de la presión fiscal a lo largo del siglo, que en algunos países occidentales ha alcanzado más del ochenta por ciento de los ingresos laborales de una persona o de los beneficios de la actividad empresarial, en lo que contituye una auténtica nulificación del autogobierno personal y una infantilización casi total de los seres humanos, con la administración pública como paternal tutor de todos los ciudadanos.
Este nuevo “sheriff de Nottingham”, como el malvado personaje de la novela “Robin Hood”, está siempre al acecho para quitarle a la gente lo que es suyo. Ha moderado sus maneras y ha convencido a la mayoría de la conveniencia de sus impuestos, deslumbrando a las masas con todo tipo de infraestructuras y sistemas de “protección” social (logros, ambos, que la gente habría alcanzado por sí misma y en mejores condiciones mediante esa espontánea organización social que llamamos mercado). Pero la base del sistema sigue siendo la expropiación, y por montos mucho mayores en el siglo XX que los antiguos diezmos.
El Estado enseña los dientes a cualquiera que cuestiona su soberanía, porque es plenamente consciente de que sin este atributo tan cuestionable y obsoleto —al menos en su formulación presente y con sus actuales contenidos—, se tambalearía y daría paso a una situación de máxima libertad en la que los soberanos serían directamente los individuos, y las escasas funciones a desempeñar por entes colectivos no justificarían un Estado como el actual sino uno cien veces más pequeño y limitado. Esto asusta a millones de personas con un interés directo o indirecto en la continuidad del statu quo, desde los empresarios mercantilistas que viven de la protección estatal frente a sus competidores extranjeros hasta los líderes sindicales, desde los enormes regimientos de funcionarios públicos hasta la clase política en pleno. Todos estos sectores representan una coalición formidable, invencible por el ciudadano solo en una confrontación directa con semejante monstruo. Pero David está ganando a Goliat escapando del sistema, refugiándose en las oportunidades de afirmación de la soberanía individual que hoy permiten las nuevas tecnologías y la popularización de los transportes y las comunicaciones. ¿El Estado le sustrae su derecho a consumir marihuana? Vaya usted a Amsterdam. ¿Le impide abortar? Cruce la frontera o vuele al país más cercano con una legislación más liberal al respecto. ¿Le perjudica la debilidad de la moneda estatal? Protéjase cambiando su dinero a una moneda fuerte. ¿Le está robando a través de unos impuestos confiscatorios? Acuda a un paraíso fiscal. La globalización y la tecnologización de nuestra vida cotidiana son las grandes aliadas de la persona individual en su heroica resistencia frente al megaestado. Lo que no han conseguido los partidos políticos liberales o libertarios, ni los economistas “austriacos” ni el ejemplo de los grandes éxitos del sistema de pensiones chileno o de la revolución económica neozelandesa, lo están logrando los vuelos asequibles, las conexiones a Internet y, en definitiva, la abolición de las distancias en nuestro mundo.
Refugios de libertad
La presión fiscal, la política arancelaria y las diversas formas de intromisión del Estado en los asuntos de la gente son las causas principales, si no únicas, de que en el mundo existan hoy más de cuarenta paraísos fiscales. Es una constante histórica que allí donde alguien intenta limitar la libertad humana, otro se ingenia un sistema para preservarla. No se trata de lugares gobernados por perversos políticos locales decididos a minar la “base fiscal” de los países “normales”, ni de jurisdicciones corrompidas por el dinero de malvados millonarios. Se trata de países y colonias que de forma absolutamente ética y legítima ofrecen a la gente un respiro, una válvula de escape frente a la persecución, es decir, un refugio. De ahí viene su nombre original en inglés: “tax havens” (refugios fiscales), mal traducido al español como “paraísos”. Aunque la palabra “paraísos” es bastante ajustada a la realidad, en contraposición con el infierno fiscal que representa la Hacienda pública de las jurisdicciones ordinarias, creo que el nombre original, “refugios”, da una idea más precisa de lo que acontece en esos lugares. La gente se refugia, se asila. Y si siente esa necesidad es porque en sus lugares de origen ocurre algo injusto. Nadie se tomaría las molestias —y hasta los riesgos— de refugiarse en Liechtenstein o en las Bermudas si se le cobraran unos impuestos de un cinco o diez por ciento, si montar una compañía en los países “normales” fuera cuestión de horas y costara mil dólares, si la actividad empresarial o la simple gestión de los ahorros no fuera una carrera de obstáculos en la que uno percibe siempre en la nuca el aliento amenazador de esos perros de presa humanos: los inspectores de Hacienda.
Cuando una ley es injusta, la gente se resiste a cumplirla. Así, miles de jóvenes en todo el mundo se han resistido a cumplir el servicio militar —y muchos han ido a prisión por ello— y las sociedades generalmente les han dado la razón, hasta el punto de que este intolerable abuso estatal sobre la vida, el tiempo, el cuerpo y el trabajo de las personas ha quedado socialmente deslegitimado y está siendo abolido país tras país. Pues bien, aunque tenga un estigma social a veces insoportable —fomentado por la propaganda estatal pagada con los impuestos de la misma gente a la que se dirige—, el hecho de refugiarse en un paraíso fiscal no dista mucho conceptualmente, mutatis mutandis, de la insumisión a otro supuesto deber como es éste de prestar servicio armado al país.
Una palabra viene de inmediato a la mente cuando se discute la justificación moral de las obligaciones de toda índole que el Estado impone a las personas: “solidaridad”. La conclusión a la que el mundo está llegando tras las últimas décadas de rebelión individual en diferentes campos es que la solidaridad es una cualidad humana indisociable de la voluntad. Se puede incentivar pero no imponer, y suele aflorar por sí sola en cuantía suficiente —como demuestra el auge de las ONG— si se permite la actuación libre de la conciencia humana, en vez de organizarla desde un poder superior y paternal. La solidaridad es demasiado importante para dejarla en manos de los burócratas, y la gente empieza a darse cuenta de ello. La solidaridad forzada no es solidaridad sino abuso y expolio, y si se puede justificar en algún caso sería en muy contadas y excepcionales ocasiones, jamás como un mecanismo sistemático, articulado y planificado desde el poder político. ¿Es insolidario el emigrante que se lleva su capacidad intelectual y física a otro país porque las condiciones laborales creadas por la legislación corporativista y mercantilista le hacen imposible encontrar empleo? ¿Es insolidario el joven que se niega a perder un año de su vida —o su vida entera— en el servicio militar a esa entelequia que llaman “patria”? ¿Es insolidario quien refugia su dinero fuera de las fronteras nacionales, harto de que el “Gran Hermano” le succione su patrimonio para alimentar un sistema caduco e ineficaz? Insolidarios son quienes, ante cualquiera de estas situaciones, criminalizan al individuo en lugar de replantearse el sistema.
El auge de lo offshore
La palabra inglesa “offshore” (“fuera de la costa”) se emplea como sinónimo eufemístico de “paraíso fiscal”, ante la criminalización social a la que estas jurisdicciones han sido sometidas por los medios de propaganda estatales. El sector financiero offshore representa hoy, según los expertos, entre el diez y el quince por ciento de la riqueza mundial, cuando en 1994 no pasaba del cinco por ciento. El crecimiento es tan rápido que al término de la década de 2000 bien podría estar refugiado en estos lugares más de la mitad del capital mundial. Hasta hace unos años, los paraísos fiscales se consideraban como países y territorios reservados a grandes empresas y, sobre todo, a fortunas personales enormes. Pero la elevada presión fiscal del mundo desarrollado, que se ha reducido algo pero que sigue estando muy por encima de la medida esperada por la gente, junto a la simplificación y el abaratamiento de los viajes y las telecomunicaciones, ha hecho de lo offshore un entorno tentador y al alcance de cualquiera. Tener una cuenta cifrada o una sociedad exenta de impuestos ya no es un lujo, y en muchos casos es una necesidad.
¿Quién y cómo puede beneficiarse de los paraísos fiscales? En primer lugar son un refugio ideal para las personas que han ido ahorrando durante años y que o bien viven en países donde se les obliga a tener sus cuentas personales en una moneda nacional insegura (caso de varios países latinoamericanos) o bien han generado parte de su ahorro “en negro”, es decir, fuera del control estatal. En lugar de tener cantidades importantes debajo de la cama o perdiendo valor en la caja fuerte de un banco, ese dinero puede hacerse productivo realizando cualquier clase de inversión bursátil o simplemente manteniéndolo en una cuenta remunerada en un paraíso fiscal. Cualquier suma a partir de unos pocos miles de dólares justifica el recurso a estos territorios. Además, en los banco offshore se puede uno beneficiar de la ausencia de control de cambios y del uso exclusivo de monedas fuertes. Las cuentas bancarias normalmente admiten fondos en varias monedas, por lo que se puede diversificar cómodamente el capital teniendo en la misma cuenta una parte en dólares, otra en yenes y otra en francos suizos, por ejemplo. Las tarjetas de crédito emitidas por estos bancos se pueden utilizar en el país de residencia del interesado, y a veces sin dejar rastro. Y, por supuesto, estos bancos están obligados por ley a no suministrar información a las haciendas de los países “normales”, cosa que tampoco hace el propio gobierno del paraíso fiscal. Las cuentas se abren con enorme facilidad y las comisiones bancarias no son, por lo general, mucho más elevadas de lo habitual. Además de miles de bancos dedicados en exclusiva al negocio offshore, la mayoría de los principales bancos de cada país tienen bien organizada su estructura exterior y ofrecen a sus clientes todo tipo de facilidades para realizar y controlar sus depósitos, muchas veces sin siquiera desplazarse al paraíso fiscal en cuestión.
Empresarialmente, los paraísos fiscales constituyen en la actualidad una pieza clave del comercio internacional. En ellos se puede constituir una empresa en cuestión de horas, sin que se inmiscuya en ello la administración y por unas cantidades asequibles a cualquier bolsillo. Cada vez son más los profesionales independientes que cobran a sus clientes en el extranjero mediante este tipo de sociedades, cuyo precio no suele superar los mil quinientos dólares como mucho. Evitar la doble imposición, aliviar la carga fiscal que soportan y mantener el secreto de algunas operaciones comerciales son los principales motivos por los que las empresas acuden a un paraíso fiscal. No hay una sola multinacional que no tenga una sofisticada estructura offshore, y el tamaño de las compañías usuarias de estos territorios se ha reducido hasta alcanzar a muchas pequeñas y medianas empresas. Una de las ventajas del paraíso fiscal frente a la jurisdicción convencional es que la identidad de los verdaderos propietarios y administradores puede protegerse mediante figuras jurídicas que impiden a los Estados acceder a esa información. La extrema seriedad y confidencialidad de los despachos de abogados y del sector bancario son la clave del éxito de estos territorios, por lo que en la práctica totalidad de los casos uno puede estar tranquilo respecto a la seguridad de sus datos, de su identidad y de su patrimonio.
La hipocresía anti-offshore
Los Estados convencionales han reaccionado de dos formas ante el espectacular incremento del sector financiero offshore. Por una parte, han lanzado toda suerte de campañas de propaganda destinadas a deslegitimar y desprestigiar a los paraísos fiscales, presentándolos ante la opinión pública como nidos de terroristas, narcotraficantes y millonarios egoístas. Por otro, han intentado ponerle puertas al campo, legislando innumerables normas destinadas a dificultar el acceso de los ciudadanos a estos lugares y a asustar a la gente respecto a la utilización de un paraíso fiscal. Pero la realidad se impone y de nada le han servido a los Estados ni sus legislaciones liberticidas ni su hipocresía. Esta última tiene su mayor expresión en la tolerancia de facto de casi todos los grandes Estados frente a aquellos pequeños paraísos fiscales con los que comparten un mismo entorno geográfico y de idioma (Italia sobre San Marino, Francia respecto a Mónaco, Alemania con Luxemburgo, Gran Bretaña respecto a las islas de Man, Jersey y Guernsey, España frente a Andorra, Estados Unidos sobre Bermudas y Grand Cayman, etc.). Esa tolerancia se debe a la presión de la comunidad financiera de cada país, y a la preferencia de las haciendas públicas por mantener esas fortunas cerca, de forma que reviertan de una u otra manera en el país.
Los paraísos fiscales, salvo Suiza, suelen ser países minúsculos. Unos son antiguos y respetados microestados europeos. Otros son pequeñas islas del Caribe o del Pacífico sin muchos más recursos que el turismo y el sector offshore. Muchos son todavía países colonizados cuya escasa extensión y población les mantienen aún bajo depedencia política de la metrópoli, pero con una plena autonomía económica y fiscal. Todos ellos compiten entre sí por el aluvión de dinero que cada año huye de las economías ordinarias hacia el sector offshore. Son en la práctica totalidad de los casos territorios democráticos y con un correcto manejo de la economía doméstica. Algunos han logrado generar un elevadísimo nivel de vida para sus ciudadanos. Sin embargo, no faltan voces puritanas que exigen la anulación de sus “privilegios” y hasta la anexión a los países grandes cercanos, en el colmo de la arrogancia. Es lo que sucedió hace poco en Alemania, cuando se descubrió que el partido democristiano CDU tenía cuentas en Liechtenstein y hubo quienes se permitieron incluso reclamar la anulación de este pequeño país centroeuropeo. La OCDE intentó en 1998 y 1999 organizar a sus Estados miembros en una especie de cruzada contra el sector offshore, pero los mismos países que tanto vociferan contra los paraísos fiscales encontraron mil y un impedimentos para coordinarse. Tampoco las alarmistas conclusiones de la comisión Ruding del Parlamento Europeo motivaron acción alguna por parte de los Quince. En definitiva, la hipocresía no sirve cuando la realidad se impone, y la propaganda anti-offshore no es ni creíble ni eficaz. El dinero es de la gente y la gente quiere ser libre.
Un futuro “paradisiaco”
Los paraísos fiscales no son un mal sino un síntoma. La enfermedad que señalan es el prepotente soberanismo fiscal de los países frente a sus ciudadanos, la glorificación del Estado y la continua amenaza de éste a la propiedad de las personas y de las empresas. Esa y no otra es la dolencia, y la medicina que la combate se llama libertad económica. La globalización está suministrando a los individuos amplias dosis de ese medicamento milagroso. En el Occidente desarrollado hemos conquistado la libertad política, y América Latina se ha incorporado a ella tarde pero bien. Falta la libertad económica, y por ahora sólo los paraísos fiscales nos la proporcionan, mientras nuestros Estados nos la niegan. Además nos ayudan a forzarles para que nos la reconozcan de una vez. La tendencia apunta hacia un mundo donde el sheriff de Nottingham terminará recibiendo un sonoro y humillante corte de mangas y, en vista de no tener nada que recaudar por haber refugiado todos los aldeanos su dinero en el bosque offshore de Sherwood, bien custodiado por Robin Hood y sus amigos, se irá a casa con los bolsillos vacíos y dejará en paz, por fin, a las antiguas víctimas de su vampirismo convertidas ya en ex-súbditos económicamente libres.
(Agencia Opinionpress)
—Gorka Etxeberria Landaburu es escritor y periodista.
© Agencia digital Opinionpress, 2005.
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Los Paraísos fiscales del Caribe
julio 4, 2015
Informe sobre los Paraísos fiscales
Paraisos fiscales (2007-2010)
La reciente crisis financiera ha puesto de relieve la existencia de áreas geográficas peculiares: los paraísos fiscales. Generalmente discretos, fueron señalados como uno de los lugares vitales para la finanza internacional cuya carencia de transparencia permitió que se extendiera esta crisis mediante la proliferación de productos financieros de alto rendimiento pero muy especulativos. Los principales responsables de la política mundial denunciaron el papel de estos paraísos fiscales, hicieron establecer una lista más o menos exhaustiva para que éstos proyectaran tener prácticas menos opacas y firmaran acuerdos con las autoridades financieras de los principales Estados. ¿Ha llegado el fin de los paraísos fiscales?
Si es cierto que entre otras, la zona caribeña es donde más se utilizan estas herramientas financieras, es señal de que la cuenca del Caribe está completamente sumergida en la globalización financiera. En un primer tiempo, después de recordar cuáles son la substancia y el papel que desempeñan los paraísos fiscales en la vida de la finanza mundial, tomaremos algunos ejemplos caribeños significativos: tres archipiélagos antillanos (las Bahamas, las islas Caimán, las Islas Vírgenes británicas) y Panamá, antes de examinar su porvenir con prudencia.
1. Nudos de gran importancia en la red financiera mundial
1.1. El paraíso fiscal o el arte de valorizar la soberanía
Una definición sencilla del paraíso fiscal podría designar un país en el que los residentes extranjeros, ciudadanos ricos o empresas internacionales, depositan su dinero para no pagar impuestos en sus países de origen.1 De hecho, los paraísos fiscales no solo son el resultado de estrategias privadas sino también de estrategias de grandes Estados que los utilizan para satisfacer a numerosos clientes. A éstos, los paraísos fiscales ofrecen una residencia jurídica ficticia, una desconexión de las transacciones en el tiempo y en el espacio, entre el sitio real donde ocurrieron y el sitio jurídico.
¿Cuales son los criterios que definen un paraíso fiscal para los utilizadores profesionales? Se trata primero de la existencia de una imposición mínima o nula para los no residentes que gozan de un secreto bancario inviolable; la libertad de circulación de los capitales internacionales debe ser completa, los procedimientos de registro muy rápidos, sencillos y poco controlados. Todo paraíso fiscal debe respaldarse en un centro financiero importante y disponer de una alta accesibilidad informática. El territorio también debe inspirar confianza a sus clientes mediante una estabilidad política y económica, y ofrecer placeres para la vida de los no residentes. Una serie de acuerdos financieros bilaterales con las grandes potencias económicas lo protege de toda medida perjudicial de represalia.
Es difícil establecer la lista de los paraísos fiscales, la Guía Chambost de paraísos fiscales (2005) incluye una centena entre los cuales se encuentran tanto grandes Estados (Reino Unido, Suiza) como islas (Antillas, Pacífico), micro territorios europeos (Andorra, Mónaco, Liechtenstein) y ciudades (Kaliningrad, Tel Aviv, Trieste, Tánger). A partir de la crisis financiera de 2007-2008 prolongada por la actual crisis económica que afecta todos los países occidentales, operaron re clasificaciones (cf. 3.) y el número de paraísos fiscales fue reducido después de medidas de saneamiento.
1.2. Creadores de empresas para clientes múltiples
La función principal de estos territorios offshore es crear empresas ad hoc para responder a las necesidades de los usuarios. Se trata primero de filiales de grandes empresas que satisfacen varios objetivos: cambiar el sitio de residencia de la empresa o de su propietario, ocultar la procedencia geográfica de los ingresos o organizar un sistema de ocultación fiscal. Así se crean, mediante una cuota de unos centenares de dólares, sociedades IBC (International Business Corporation) que permiten recaudar fondos en el mercado internacional a través de acciones u obligaciones. También permiten tener lucrativas actividades de “trading” en los mercados a plazos, pero no tienen contacto alguno con los habituales residentes del paraíso fiscal. La fundación que no tiene dueño ni accionistas, permite gestionar bienes y muchas veces es una entidad privada. El trust, por su parte, es el resultado de un acuerdo contractual entre personas privadas y facilita el establecimiento de una barrera entre el propietario legal de un activo y el beneficiario efectivo.2
Los clientes de estos dispositivos son numerosos en el mundo entero. Primero hay los clientes ricos del “private banking”. Multimillonarios en dólares, son dueños de múltiples residencias entre las cuales transitan en busca de la imposición mínima de sus bienes y beneficios.
Las empresas multinacionales, cuyos clientes son los más influyentes, buscan en el paraíso fiscal la reducción de sus impuestos, pero también a veces un modo de ocultar su pasivo a fin de presentar un mejor balance financiero para su cotización bursátil. Pero lo más importante es aprovechar el diferencial de imposición entre la fuente de los beneficios y la residencia de la sociedad matriz, la cual beneficiará del sistema mediante los precios de transferencia hacia sus filiales.3
Cualquier paraíso fiscal atrae a los profesionales de la finanza. Hace decenios que los bancos están presentes en los paraísos fiscales a través de filiales conectadas en las redes electrónicas de transferencia de fondos. En el paraíso fiscal, la filial bancaria sirve de pantalla, sobre todo para las transacciones ilegales (comisiones y retro-comisiones) y también para el blanqueo del dinero que proviene del crimen organizado y de varios tráficos (armas, narcotráfico, prostitución, juegos). A esos financieros se añaden las compañías aseguradoras, en particular las que están en relación con las empresas multinacionales. Todos manipulan fondos de inversiones especulativos (hedge funds) que son el nervio de las especulaciones bursátiles tanto físicas (materias primas) como financieras (productos sofisticados de alto riesgo como los subprimes). Siguiendo los pasos de esta nebulosa de la finanza, los profesionales del derecho y de las cuentas son grandes utilizadores de los centros offshore. ¿No se encuentran en ellos los cuatro grandes del Consejo Internacional cuya influencia es considerable sobre la finanza mundial?4 La función de estos profesionales es convalidar y comercializar nuevos productos financieros muy complejos que provienen de áridas matemáticas financieras y que, muchas veces, no tienen relación alguna con la realidad económica. En realidad, su objetivo principal es permitir importantes ganancias que remuneran les enormes riesgos que suponen. Por fin, los grandes Estados también usan de los paraísos fiscales para transacciones secretas que no pueden aparecer en las cuentas públicas.
1.3. Un legado anglosajón
A fines del siglo XIX se desarrolló una primera globalización económica caracterizada por une fuerte movilidad de los capitales más allá de las fronteras, en una época de afirmación más o menos agresiva del nacionalismo de los Estados naciones.5 Reconciliar soberanía y movimiento de capitales, ése era el dilema, particularmente para las potencias industriales como los Estados Unidos y Gran Bretaña que tenían la preocupación de apoyar la internacionalización de sus grandes empresas (petróleo, química, siderurgia, etc.). Como los tratados comerciales bilaterales no parecían proponer soluciones convenientes, las empresas privadas se esforzaron en solucionar el problema entre ellos. Fueron abogados de empresa de Nueva York los que sugirieron al Gobernador del Estado de New Jersey aumentar sus ingresos mediante la propuesta de un límite máximo de los impuestos a cualquier sociedad que se instalara en Estado. El Gobernador del Delaware hizo lo mismo en su ley fiscal de 1898.6
A este primer aspecto del offshore –la atracción de las empresas por motivos fiscales– iba a juntarse la decisión de los jueces londinenses que crearon, por dichos motivos, el concepto de residencia ficticia7 definida a partir del sitio de residencia de los que controlaban y eran dueños de la empresa. Entonces, las empresas británicas trasladaron sus consejos de administración al extranjero, huyendo así de los impuestos británicos. La última piedra del paraíso fiscal fue la ley suiza de 1934 sobre el secreto bancario que vino a ser inviolable so pena de persecución penal.
Hasta en los años 1960, los paraísos fiscales, todavía poco numerosos, eran ante todo refugios fiscales para ciudadanos ricos y para unas escasas grandes sociedades. Pero, en 1957, se creó en Londres el mercado de los “eurodólares”; así el banco de Inglaterra autorizó transacciones financieras con una divisa diferente de la libra esterlina entre dos entidades no residentes, fuera de todo control. Fue un paso decisivo hacia la globalización financiera. El eurodólar llegó a ser un juego de escrituras contables que permitía que un banco ubicado fuera de los Estados Unidos efectuara operaciones en dólares sin que fueran consideradas como realizadas en el sitio de residencia del banco sino en un espacio ficticio, el offshore, sin control público.
Armado de la firme voluntad de hacer de Londres el mayor centro financiero del mundo, el Banco de Inglaterra, independiente del poder político pero atento a las necesidades de los potentes banqueros de la City, atrajo a los grandes bancos norteamericanos. Sin embargo, éstos se dieron cuenta de que al establecerse en los territorios británicos de ultramar de las Antillas (Bahamas, Islas Caimán), sin desajuste horario con Wall Street, conseguían las mismas ventajas que en Londres. Fue así como empezó el crecimiento rápido de los paraísos fiscales en las islas tropicales. Aquel mercado sin regulación redujo la trazabilidad de las transacciones financieras internacionales.
Durante los años 1970, cuando decayó el modelo capitalista fordista, hubo una ruptura entre la productividad y el nivel de los salarios que produjo una debilitación de los beneficios. Para que se invirtiera la tendencia, elaboraron nuevas estrategias. Se desarrolló una verdadera economía offshore apoyada en los paraísos fiscales para la finanza, pero también en las zonas francas industriales con el fin de disponer de una mano de obra más barata y dócil y en el sistema de pabellones de complacencia para bajar el coste de los intercambios marítimos. Para escapar del coste de los conflictos sociales y de las cargas sociales de los Estados continentales, las empresas se desplazaron hacia los paraísos fiscales que les ofrecían una imposición mínima, el secreto bancario y una residencia ficticia.
1.4. Micro Estados vitales para la globalización financiera y económica
Si no es fácil determinar el número de paraísos fiscales de manera exhaustiva8 (cf. 1.1.), los especialistas estiman que del 2% al 5% del PIB mundial transita o está localizada en estos territorios; la mitad en valor del comercio mundial pasaría por ellos igual que la mitad de los flujos financieros internacionales. De este modo los paraísos fiscales intervendrían en la mitad de la finanza mundial tratándose de préstamos e ingresos.9
Pero también tienen estos territorios una importancia en la división internacional del trabajo. Cuando reciben la tercera parte de los flujos de inversión al extranjero de las empresas multinacionales, las filiales offshore de éstas son un engranaje esencial de la producción y de la distribución de bienes y servicios en el mundo. Por otra parte, la monetización en alza de numerosos actos de la vida tanto pública como privada, unida al excepcional desarrollo del intercambio informático de servicios de pago, hace que son muy útiles los paraísos fiscales para quien desea optimizar sus beneficios. Cada vez más flujos de pago en el internet (teléfono, proceso de datos variados, pagos bancarios)10 provienen del offshore.
Se atenúa entonces la ficción de una frontera entre una actividad financiera normal, regulada por grandes instituciones y bancos centrales y un mundo financiero sin regulación, opaco, poblado de actores desconocidos que manipulan de modo muy especulativo importantes montones de capitales. Al entrar esta economía de casino en crisis, contamina la otra, como ocurrió durante el verano de 2008. Como esta crisis financiera continúa en la actualidad a través de una muy grave crisis económica que afecta principalmente a los países del Occidente, no se puede sino deducir que existan lazos estrechos entre estos dos mundos, el segundo siendo indispensable al primero, sin que éste pueda controlar con éxito dichos lazos.
2. La considerable dimensión de la cuenca Caribe en las finanzas offshore
2.1. Los paraísos caribeños: una doble oportunidad geográfica e histórica
En la larga lista mundial de paraísos fiscales, la cuenca caribeña ocupa el primer puesto por el número y la categoría de ciertas especialidades financieras (cf. véase más adelante). En la lista del FMI del año 2000, figuran 19 países de la AEC sobre un total de 60, o sea la tercera parte. Ente ellos, tres son continentales (Belice, Costa Rica y Panamá) los demás diez y seis son islas y archipiélagos antillanos. Desempeñan un papel vital en la banca offshore en el mundo. Así en 2004, los tres archipiélagos de Bahamas, islas Caimán e islas Vírgenes británicas y también Panamá, detentaban la sede de 1 200 000 empresas offshore sobre un total mundial que se estimaba a 2 100 000 en esa época, o sea el 55% del total (cf. véase tabla más adelante). ¡Las islas Caimán y las Bahamas acogen respectivamente 500 y 4300 filiales de bancos offshore! Las mismas islas Caimán y más recientemente las islas Vírgenes británicas son el refugio privilegiado de las compañías aseguradoras. Reciben enormes flujos de inversiones directos afectados al extranjero.11 Las islas Caimán detendrían casi el 80% de los 1200 mil millones de fondos especulativos (hedge funds) muy implicados en la reciente crisis financiera mundial.
La proximidad con los Estados Unidos es una importante ventaja. Situados en el mismo huso horario que Wall Street, eje mayor de la finanza mundial y epicentro de la primera potencia económica del momento, benefician de una excelente accesibilidad, a la vez informática y aérea. Estos territorios son antiguas colonias de Europa, tardíamente emancipados o que siguen siendo colonias de sus antiguas metrópolis bajo la forma de Territorios Europeos de Ultramar (TOM). Poco poblados, estos territorios tienen recursos naturales limitados, mercados estrechos y su supervivencia socio económica no pudo existir sino a través de la búsqueda de nichos económicos que les permitieran integrarse en la economía mundial gracias a la valorización de los vínculos que mantenían con sus antiguos tutores. Territorios anglófonos o neerlandófonos,12 tienen sistemas políticos que reproducen los de las antiguas metrópolis y que, en general, se asientan en dos conjuntos políticos que gobiernan a través de una alternancia electiva de una gran estabilidad. Además, sus monedas se aprecian en paridad con respecto al dólar. Su situación insular en los trópicos favorece su vocación turística basada en una atención específica para el turismo del segmento alto con el fin de atraer a los no residentes ricos que desean discreción tanto para dirigir sus negocios como para gozar in situ de sus suntuosas residencias. La disparidad de categoría entre el mundo de los no residentes y él de la población local poco numerosa, casi nunca ocasiona disturbios capaces de matar la gallina de los huevos de oro.
Territorios que se dedican al servicio
Superficie (km²) |
Población (1000 hab.) |
Servicios financieros (% del PNB) |
Ingresos turisticos (% del PNB) |
Multinacionales (Número de sedes) |
Empresas (Número) |
|
Bahamas | 13 500 | 331 | 15 | 30 | 156 | 42 616 |
Islas Caimán | 260 | 52 | 14 | 17 | 1130 | 72 000 |
Islas Vírgenes británicas | 150 | 23 | 45 | 45 | 244 | 619 916 |
Panamá | 76 000 | 3350 | 7 | 9 | 125 | 369 652 |
2.2. Tres archipiélagos anglófonos modelos del “offshore” insular en el trópico
Estos tres archipiélagos ilustran la amplia gama de servicios que puede ofrecer un paraíso fiscal. Si las Bahamas son independientes, los otros dos siguen siendo colonias británicas. Los tres benefician de innumerables visitas turísticas, pero el turismo de masas no afecta sino las escalas de crucero, mientras los demás visitantes buscan una estancia de lujo. El gran número de islas deshabitadas y el ultraliberalismo del régimen inmobiliario local proporcionan a la gente adinerada la posibilidad de comprar residencias lujosas, discretas, accesibles en avión privado o en helicóptero. Se nota una gran actividad náutica en una región que favorece los viajes entre islas muy cercanas donde se encuentran casinos y otros lugares de placeres.
El archipiélago de las Bahamas estira sus 700 islas (de las cuales el 40% están deshabitadas) en 1200 km desde Florida hasta la punta oriental de Cuba.13 Más de la mitad de la población se concentra en New Providence y en la capital Nassau. Es el turismo una actividad primordial tanto de estancia como de crucero, y aporta anualmente 2 mil millones de dólares en ingresos. Este archipiélago ofrece el panel offshore más completo de las Antillas. Los servicios financieros representan el 15% de su PNB. Además, es conveniente añadir los ingresos de la amplia zona comercial de Freeport (Isla de Gran Bahama).14 A ésta se une una muy importante plataforma logística marítima que puede valerse de uno de los principales pabellones de complacencia del mundo.15
Las Islas Vírgenes británicas ofrecen una treintena de islas (la tercera parte deshabitada) sobre 150 km2. Colonia británica, viven sobre todo de los servicios financieros y del turismo (cf. tabla). El turismo combina escalas de grandes yates, viajes náuticos privados y residencias lujosas. El ascenso del archipiélago en el dominio del offshore es el más reciente de los tres y resulta por parte de la retirada de varios clientes del offshore de las Bahamas después de la independencia de este archipiélago. En consecuencia, el número de registros alcanza los 30 por habitante (cf. tabla).
Durante largo tiempo dependencia de Jamaica, el archipiélago de las islas Caimán también quedó como colonia británica después de la independencia de la citada Jamaica. A medio camino entre ésta y Cuba, estas tres islas con una población de 52 000 habitantes también viven del turismo de lujo y de los servicios financieros. ¡Estaría este archipiélago en el quinto rango de la finanza mundial! Es el paraíso de los fondos especulativos y de las sociedades pantallas y los paraísos preferido de la finanza estadounidense. Allí gestionan más de 1000 millones de dólares de fondos opacos. En consecuencia no existía impuesto en este territorio que vivía de la venta de licencias bancarias y de tasas de importaciones en un archipiélago que compra al extranjero el 80% de la totalidad de sus consumiciones. Pero, en 2004 el ciclón Ivan devastó el territorio y la crisis financiera de 2007-2008 disminuyó fuertemente la renta sacada de los establecimientos financieros que tuvieron que despedir a una parte del personal local. Decayó el número de turistas norteamericanos, disminuyendo asimismo los recursos de las autoridades locales a quienes Londres prohibió la posibilidad de conseguir préstamos en los bancos registrados en la plaza, lo que revelaba la impermeabilidad entre aquel mundo del offshore y el territorio que lo ampara. Londres exigió la creación de una contribución sobre los bienes de los ricos expatriados que representaban la mitad de la población. Este riesgo climático de los ciclones vale para la casi totalidad de la cuenca caribeña y añade una dosis de endeblez al mundo del offshore.16
2.3. El caso particular de Panamá: un corredor dedicado a los servicios de importancia mundial, estructurado en su canal transoceánico
La historia de Panamá es singular en centroAmérica. Nació de una separación con Colombia en 1903, bajo tutela de los Estados Unidos que construyeron y abrieron el canal en 1914, en medio del “Canal Zone” del que quedaron dueños hasta el 31 de diciembre de 1999. La transformación de aquella conexión logística vital para la geoestrategia americana en un corredor logístico multiservicios de amplitud mundial está en proceso de realización. Se respalda en un canal que están ampliando17 y que ve transitar el 5% del tráfico marítimo mundial. La actividad del canal aporta el 10% del PIB nacional y es factor, en las dos extremidades, de una intensa actividad portuaria que, en la parte de la costa del Caribe, alimenta la segunda zona franca del mundo (después de Hong Kong) y aporta el 8% del PIB nacional.
Desde 1925, Panamá ofrece a todos los armadores un pabellón de complacencia18 que hoy le proporciona el primer puesto mundial con 6842 buques que totalizan 271 millones de toneladas de peso muerto al 1º de enero de 2009. Así, el pabellón de Panamá posee casi la cuarta parte de la flota mundial, con 16% del total mundial de los petroleros, la tercera parte de los graneleros y más del 20% de los portacontenedores. Este dinamismo marítimo se apoya en una red de consulados marítimos que abarca todos los puertos importantes del mundo y donde en sólo dos días se registra un buque. El sistema panameño es muy laxista con respecto a las leyes sociales, no exige ningún impuesto sobre los beneficios y simplifica lo más posible los requisitos administrativos. En consecuencia, los gastos de notario, de inspección, de mantenimiento y de registro generan 200 millones de dólares cada año para Panamá.
Estas actividades se adosan en un centro financiero offshore de alto rango. Los Estados Unidos han guardado une fuerte influencia en Panamá cuya moneda (el balboa) se estima a paridad con el dólar. Son numerosos los jubilados norteamericanos que se instalan en la zona cercana del canal. Panamá es una confluencia para las dos Américas, pero también para Asia y América. China ha venido a ser el segundo usuario del canal después de los Estados Unidos y extiende sus intereses por toda América latina donde Japón cuenta ya con firmes posiciones comerciales.
Situado a medio camino entre el primer consumidor mundial de drogas al norte y los países productores de los Andes, Panamá también puede tener una gran utilidad para el blanqueo de los narco-dólares, a riesgo de manchar una reputación ya alterada por la presencia de su pabellón en numerosos naufragios lamentables.
Este corredor dedicado a los servicios es la columna vertebral de la economía panameña. En 2007, generó un excedente de casi 3 mil millones de dólares en la balanza nacional de servicios (16% del PNB) que permitió subsanar las dos terceras partes del déficit de la balanza comercial.
3. Paraísos fiscales: ¿Instrumentos en peligro o imprescindibles?
3.1. Las recientes leyes contra los paraísos fiscales: ¿reforma o postura?
A la vuelta del siglo XXI las autoridades internacionales y algunos países industrializados decidieron enfrentarse con la opacidad de la banca offshore. La reciente crisis financiera llamada crisis de los “subprimes”, ilustrada entre otras por la quiebra del banco Lehman Brothers, no hizo más que acentuar aquella voluntad. En 1999, el comité de los asuntos fiscales de la OCDE estableció una lista de 47 paraísos fiscales, pero en 2000, la publicación de la lista sólo contaba con 35 nombres. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) creado en 1989 para luchar contra el tráfico de estupefacientes estableció una lista, también en 1999, de 29 territorios “dudosos” entre los cuales se destaca un catálogo publicado en junio de 2000,19 de 15 territorios que no cooperan. Pero, en octubre de 2006, el GAFI no reconoce más a ninguno de estos territorios como no cooperativos.
El 2 de abril de 2009 la OCDE publicó una triple lista de los sesenta paraísos fiscales del mundo. Una lista blanca para los que habían firmado una docena de acuerdos bilaterales. Los que no cumplían con estas condiciones figuraban en una lista gris: 38 países entre los cuales la casi totalidad de los paraísos fiscales del Caribe. Costa Rica aparecía en la lista negra en compañía de tres otros Estados. Saldría de aquella lista algunos meses más tarde.20
¿Son estas rápidas actualizaciones el resultado de las presiones de las autoridades financieras internacionales (FMI, OCDE) o se trata de una postura para tranquilizar las opiniones públicas preocupadas por la importancia de la crisis financiera ampliada por la grave crisis económica que afecta a los países occidentales? Lo que se exige de los paraísos fiscales se refiere sobre todo al intercambio de datos fiscales, pero ante todo, el levantamiento del secreto bancario se limita únicamente a los asuntos penales. Pero ¡aun es necesario que las autoridades nacionales soliciten las informaciones! Actualmente, los países industrializados tienen graves déficit públicos que deberían agudizar su búsqueda de nuevos ingresos fiscales. De hecho, es más fácil crear nuevos impuestos que luchar con eficacia contra el fraude y la evasión de los impuestos. El porvenir de los paraísos fiscales no parece muy amenazado por aquellas exigencias reglamentarias que al parecer, sólo pretenden eliminar los países de mala fama.
3.2. El desplazamiento del núcleo de la economía mundial a costa de la finanza anglosajona
Los países de economía emergente sufrieron la doble crisis financiera y económica. Al parecer, la economía mundial se encamina hacia un duopolio Estados Unidos – China y respecto a la finanza, los excedentes de divisas chinas pagan el déficit de los Estados Unidos. ¿No existe el riesgo de ver agotarse los flujos de capitales hacia los paraísos fiscales antillanos a favor de sus competidores asiáticos?
Por otra parte, la subida espectacular de la finanza en los países del Golfo pérsico árabe ¿podría desviar los flujos destinados habitualmente a la City londinense para impulsar centros regionales (Dubai)? Además, una reciente tendencia de la finanza musulmana preconiza el respeto de la sharia en las transacciones financieras,21 lo que podría acentuar cierto empoderamiento de la finanza islámica en el seno de la finanza mundial.
3.3. Las fuertes ventajas de los paraísos fiscales del Caribe
El primer recurso viene asociado a una perennidad cierta de la potencia de los Estados Unidos. En los próximos decenios, este país debería quedar como una potencia económica de gran importancia en el mundo, aun si tuviera que compartir con China y otros demás países (India, Brasil) sus capacidades de innovación, y sus recursos intelectuales y materiales. Su potencial estratégico le protege contra una decadencia tan impresionante como debería ser la de la finanza europea.
La segunda ventaja resulta de la experiencia de los paraísos caribeños en el mundo del offshore. Primero, cuentan con una excelente accesibilidad a la que se añade el encanto de una residencia lujosa que aprecian los clientes de los paraísos y también sus amigos y contactos. Sus dimensiones y estatutos son la garantía de una fuerte estabilidad en una especialidad financiera que supone discreción y opacidad.
Sin embargo, estos archipiélagos estables viven en medio de una de las zonas más peligrosas del mundo donde se multiplican los homicidios, particularmente en la franja costera continental (desde México hasta las Guyanas). Esta situación proviene de la potencia regional del crimen organizado dominado por los cárteles de narco traficantes que asocian los tráficos de estupefacientes, de seres humanos (prostitución, migraciones), de armas (que aprovisionan las milicias privadas y las guerrillas), de fauna silvestre (rapiñada en las selvas tropicales y exportadas hacia el Occidente). Estos tráficos generan sumas considerables, las más veces en efectivo, que deben ser blanqueadas. El paraíso fiscal es el método ideal para esta operación. Ya evocamos (cf.2.3.) el caso de panamá al respecto.
3.4. Los obstáculos para una política en contra de los paraísos fiscales
El primer obstáculo viene de la actitud de los Estados. Algunos son paraísos fiscales o así los consideran como es el caso de Irlanda, Suiza, Luxemburgo, o de micro estados como Mónaco, Andorra, Liechtenstein.22 Por otra parte la economía resulta cada vez más globalizada y pesa fuertemente sobre las políticas. Por lo que se refiere a la economía, las políticas nacionales no hacen más que corregir marginalmente el complejo mundial que abarca la finanza, los seguros, las auditorias, las agencias de cotización y algunas potencias mayores.23 A nivel nacional, el conjunto económico-financiero pesa con fuerza sobre unos Estados, que casi en mayoría han adoptado la ley del mercado, aun cuando el régimen político no corresponde a este credo liberal.
Esta galaxia financiera que estructura y hace vivir la economía mundial por medio de los flujos financieros, no puede prescindir de las prácticas de la banca offshore de la cuales saca tantas ventajas. Merced a aquellos minúsculos territorios soberanos, la finanza mundial minora sus costes de explotación y optimiza sus beneficios. Entonces, se trata ante todo de borrar los abusos en vez de suprimir la práctica. Sin duda, es la significación más o menos admitida de las recientes medidas que han fomentado los estados en contra de los paraísos fiscales (cf. 3.1.). Al parecer, los estadistas no quisieron o no pudieron aprovechar la oportunidad de la crisis económica más grave de la post guerra para intentar una normalización de aquella economía casino. La existencia de los paraísos fiscales no parece estar en peligro, ni mucho menos. Las autoridades públicas que, hace poco, afirmaban su voluntad de destruirlos, hoy en día parecen conformarse con algunos reajustes legislativos acerca de la opacidad de prácticas que penalizan a los expatriados fiscales.
Así, gracias a sus paraísos fiscales, la Cuenca del Caribe ganó una notoriedad mundial en un sector de gran importancia: la finanza internacional. A través de un paralelismo sorprendente, esta función otorgada por sus mentores extranjeros recuerda el comienzo de la historia colonial de la región, cuando, bajo el dominio de los españoles, cargaban los metales preciosos del Nuevo Mundo en los puertos del Caribe para inundar la potencia imperial ibérica a lo largo del siglo XVII antes de enriquecer a las demás potencias europeas rivales. Escondidos en los archipiélagos como las Bahamas o las islas Caimán, los corsarios y más tarde los filibusteros acechaban los galeones para apoderarse de ellos. Hoy en día, son otros aventureros de la finanza y del internet quienes, armados de los ordenadores de las empresas pantalla, aguardan las oportunidades más lucrativas.
Pero, estos paraísos fiscales ¿no forman parte del fin de uno de los innumerables ciclos que conoció el Caribe durante cinco siglos? Igual que disminuyó el flujo de metales preciosos después del siglo XVIII, que decayeron las potentes refinerías antillanas de petróleo a partir de los años 80, que desde hace dos decenios sufren las zonas francas de las grandes Antillas y del istmo meso americano frente a la competencia asiática, ¿cuál es el porvenir de los paraísos fiscales caribeños?
Los responsables del Caribe siguen muy a favor de este nicho financiero que representa un gran parte de los ingresos de aquellos archipiélagos, aun cuando no es satisfactorio el reparto social de los beneficios.24
Más allá de un evidente traslado de la potencia económica mundial hacia Asia, los paraísos fiscales del Caribe permanecen a dos pasos de los Estados Unidos, mentor ambicioso y potente que sigue dirigiendo la economía mundial, aun si debe compartir cada día más esta función. Sin un cambio fundamental de las prácticas financieras internacionales, la financiarización de la soberanía de los micros estados sigue siendo preciosa. Es útil para acoger el dinero que huye de los impuestos, cuando no es de la ley; autoriza la venta de licencias de propiedad que cubren tanto el sector bancario como él de las empresas o de los armadores. También es parte de la panoplia de supervivencia de los pequeños territorios insulares del trópico, sobre todo cuando ofrecen a sus clientes una residencia “paradisiaca”.
1 Para la OCDE, un paraíso fiscal propone una jurisdicción que supone poco o ningún impuesto sobre la renta de los capitales, desarrolla prácticas opacas que permiten crear empresas ficticias y se niega a dar informaciones financieras a las autoridades extranjeras.
2 Existirían en el mundo más de 1000 trust que gestionan de 3 a 8 billones de dólares mediante 350 000 cuentas offshore (cf. libro de Chavagneux et Palan).
3 El precio de transferencia designa el precio más o menos ficticio de los bienes y servicios, facturados internamente por una empresa a sus filiales. De esta manera, la sede central establecida en un lugar, facturará lo más alto posible las transferencias hacia su filial situada en un paraíso fiscal y minorará las transacciones entre su filial y la sede social instalada en un sitio que exige más impuestos.
4 KPMG, Ernst and Young, Pricewaterhouse Cooper, Deloitte-Touche-Tohmatsu.
5 En 1913, las reservas de inversiones directas al extranjero (IDE) alcanzaron el 9% del PNB mundial. Se tuvo que esperar el año 1990 para volver a encontrar esta proporción.
6 Durante los años 1920, 40% de los ingresos fiscales del Delaware venían del registro de sociedades. Hoy, casi la mitad de las empresas americanas que tienen una cotización bursátil todavía tienen su sede social en el Delaware.
7 En 1906, los jueces de Londres obligaron la empresa diamantina De Beers, registrado en Africa del sur, a conformarse con los aranceles londinenses, valiéndose de la residencia en Londres de los que la dirigían y controlaban.
8 La lista FMI de 2000 señala a 61 países como centros offshore; el 2 de abril de 2009, la OCDE estableció tres listas según la opacidad creciente de las prácticas: lista blanca, lista gris (38 territorios) y lista negra (3 territorios).
9 En 2004, se contaba con dos millones de empresas con sedes offshore. Los centros exóticos offshore captarían el 30% del total de los flujos financieros, estando Londres el primer centro financiero del mundo.
10 Cuatro años después de la recompra en 1991 de los correos de Guyana por una empresa americana, la duración mediana de las llamadas telefónicas pasó de 24 minutos a 2h20. En aquella época, se suponía que cada ciudadano de las Antillas neerlandesas utilizaba el teléfono durante más de tres horas (cf. libro de Chavagneux et Palan, p. 26).
11 La misma obra señala que en 2005, las islas Vírgenes británicas se alzaban en el segundo rango después de Hong Kong como centro de inversiones extranjeros en China con unos 9 mil millones de dólares, estando las islas Caimán en el 8º puesto con 2 mil millones de dólares.
12 Las antiguas colonias francesas (Guadalupe, Guyana, Martinica) son desde 1946 departamentos de ultramar de Francia y hacen parte de las Regiones ultraperiféricas (RUP) de la Unión Europea. La historia económica y política de Francia no deja que se establezca un verdadero paraíso fiscal. Su larga tradición de dirigismo y su hostilidad para con el liberalismo económico hacen que es en la actualidad uno de los más virulentos denunciantes de la finanza offshore, mientras disfruta de sus beneficios mediante sus bancos y empresas. Sin embargo, la parte francesa de San Martín y San Bartolomé, valiéndose del nuevo estatuto que les permite elaborar su propio código fiscal, tienen sin duda ambiciones financieras en el dominio del offshore.
13 Independiente desde 1973, las Bahamas, archipiélago de la Mancomunidad tiene un régimen parlamentario con una asamblea de 40 miembros elegidos para 5 años y un senado de 16 miembros designados por el primer Ministro. Un Gobernador general representa a la Reina de Inglaterra.
14 Una de las más importantes de la región después de las de Colón y Miami.
15 Gracias a su pabellón de complacencia, Bahamas abriga la 7º flota mundial: 58 millones de toneladas de peso muerto al 1 de enero de 2009 en 1240 buques entre los cuales numerosos cruceros.
16 Los ciclones más recientes causaron grandes estragos tanto en Bahamas como en las islas Turcas y Caicos, situadas en la punta sur del archipiélago de las Bahamas.
17 Construcción de una segunda serie de esclusas que permitirán recibir los buques de mayor tamaño.
18 Un “registro abierto” en el dominio marítimo permite a un armador o a una empresa registrar un buque en un país sin tener vínculo alguno con el país que otorga el pabellón. Un buque puede cambiar de pabellón varias veces al año.
19 Entre los cuales 6 pertenecen a la AEC: Bahamas, Islas Caimán, Dominica, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente.
20 Ya en marzo de 2010, tres paraísos fiscales dejan de figurar en la lista gris: San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Anguilla.
21 Tratándose de prácticas financieras, el mandamiento islámico prohibe el interés, impone el reparto de los beneficios, insiste en la obligación social de los dueños de capitales y se niega a financiar algunas actividades (juegos, productos ilícitos, etc.).
22 Londres, todavía es el primer centro de la finanza mundial.
23 Las actuales especulaciones contra el euro y las deudas públicas de Grecia y España bien muestran la perennidad de las prácticas financieras en el mundo.
24 En 2002, 21 Estados de la cuenca del Caribe establecieron un dispositivo de vigilancia de las actividades offshore, el GAFIC (Gruppo de Acciòn Financiera del Caribe).
Referencias bibliográficas
Brunet R., (1986), Atlas mondial des zones franches et des paradis fiscaux, Paris, Montpellier, Reclus coll. Atlas Reclus, 80 p.
Chambost E., (2005), Guide Chambost des paradis fiscaux, Fabre, Lausanne, 8e édition.
Chavagneux C., Palan R., (2009), Les paradis fiscaux, Nouvelle édition, Avril, La Découverte (ouvrage fondamental).
Duhamel G., (2001), Les paradis fiscaux, Paris, Grancher, 406 p.
Desse M., Hartog T., (2003-4), Zones franches, offshore et paradis fiscaux : l’antimonde légal, Mappemonde n° 72, p. 21-24.
Revues : Le Devoir (08.08.2005)
Presse internationale
Fuente: http://atlas-caraibe.certic.unicaen.fr/es/page-144.html
Paraísos fiscales, zonas francas, tráficos ilícitos (2008-2012)
Por Patrice Roth, Pascal Buleon.
El Caribe insular, tanto como su franja continental, tiene fama de ser una de las regiones del mundo con mayor número de espacios que dan refugio a regímenes de excepción de toda índole: zonas de libre comercio, duty free, paraísos fiscales, centros financieros offshore.
Zona de libre comercio no es lo mismo que paraíso fiscal. Las primeras, en un área geográfica delimitada, abarcan tanto los pequeños almacenes del puerto de Jarry en Guadalupe, como los centenares de hectáreas de Colón en Panamá. Paraísos fiscales y centros financieros offshore cubren a menudo una isla entera o un Estado. Abundan los privilegios, las inmunidades comerciales, aduaneras o fiscales, los estatutos particulares de todo tipo, perfectamente legales aunque no se atengan al derecho común, hasta el punto de que los territorios que carecen de ellos son vistos como «rara avis». Un «paquete de ventajas», a cuya sombra prosperan el fraude y los trapicheos de toda clase, puede sustituir a una simple dispensa arancelaria o fiscal. Entre lo derogatorio y lo ilegal, lo ultra liberal y lo abusivo el límite es a menudo impreciso. Pero no cabe la menor duda de que la región goza de unas condiciones eminentemente favorables.
Los gigantescos flujos de capitales y de mercancías generados por el sistema económico y financiero americano, alimentan numerosas zonas y fomentan intercambios que, pese a situarse fuera de la ley común, mantienen con el gigante americano una relación simbiótica, compleja, ambigua y cambiante. Las rutas del eje Atlántico-Pacifico se cruzan en el istmo panameño donde convergen también las rutas de un doble eje América del Norte-América del Sur, uno que pasa por el istmo y el otro por las islas. La región se convierte así en un lugar de convergencia por donde transitan un sinnúmero de mercancías y de actividades. Ensamblaje y distribución de productos variados (Colón o Miami), tráfico de drogas, de armas, de capitales, contrabando de productos procedentes del Sudeste asiático.
Los numerosos micro Estados de la zona, los que tienen pocos recursos, intentan sacar provecho de su ubicación, en distinto grado y con mayor o menor éxito. En una incesante escalada, cada uno trata de atraer el maná extranjero. El cliente y el inversor son los reyes del mambo, estudian y comparan sin complejos
todas las ventajas y todas las ofertas. El cliente particular el industrial, el armador, la sociedad offshore, el turista, sin olvidar al narcotraficante o a los gánsteres mafiosos que blanquean el dinero sucio con absoluta impunidad, todos encuentran ahí cuantiosas ventajas.
Santo Domingo ha duplicado las zonas industriales de libre comercio. Bahamas y San Martin apuestan por el turismo de shopping gracias a las exoneraciones de tasas. Las islas Caimán, Turcas y Caicos, atraen capitales y empresas con exorbitantes facilidades bancarias y fiscales. Panamá tiene la cuarta flota marítima mundial gracias a una legislación extraordinariamente permisiva.
Se ha trabajado duro en las cumbres internacionales y en varios organismos, para poner coto al offshore financiero que cubre un amplio abanico de actividades, desde la ingeniería financiera sofisticada y librarse de pagar impuestos, para las grandes empresas inclusive, hasta el blanqueo de dinero sucio. Se han adoptado varias medidas de transparencia y de intercambio de datos, se han establecido listas de clasificación de países para influir en los Estados más opacos. Pese a tantos esfuerzos, el FMI calcula que la mitad de las transacciones financieras internacionales transitan por centros financieros extraterritoriales. En todas las clasificaciones, las islas Caimán y varias islas del Caribe, entre las cuales figuran las islas Vírgenes británicas, ocupan los primeros puestos.
Fuente: http://atlas-caraibe.certic.unicaen.fr/es/page-144.html
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Crecen 10% por año los fondos ilícitos del mundo emergente
agosto 29, 2014
Dinero sucio: crecen casi 10% por año los fondos ilícitos del mundo emergente
Por Martín Burbridge.
BUENOS AIRES – En un mundo en el que, tras la crisis subprime, el Grupo de los 20 principales países (G-20) decidió combatir los Paraísos Fiscales y darle mayor transparencia a los movimientos financieros internacionales, resulta desalentador confirmar que desde 2001 en adelante crece casi un 10% por año el flujo de fondos ilícitos provenientes de los países emergentes. Y que menos de un 1% de esos fondos ilegales (que totalizan cerca de un billón de dólares) es recuperado por los distintos gobiernos.

Multinacionales en la mira
Justamente, el trabajo realizado por el antecesor de Bohoslavsky (y que deberá profundizar el especialista argentino) apunta a la responsabilidad que le cabe a las compañías multinacionales en estos desvíos de fondos.

Fuente: El Cronista, 28/08/14.
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Ecuador considera Paraísos Fiscales a varios países de la UE y estados de USA
noviembre 2, 2012
Ecuador considera Paraísos Fiscales a varios países de la UE y estados de USA
El Servicio de Rentas Internas (SRI) ecuatoriano, en una reciente circular enviada el 3o de julio pasado, recuerda a los contribuyentes que se considerará territorio de baja tributación a cualquier país que cuente con un tipo impositivo inferior al 60% del vigente en el Ecuador. Para erradicar cualquier duda al respecto, se mencionan diferentes países europeos que tendrían la consideración de paraísos fiscales según este criterio, incluso cuando no se encuentran explícitamente incluidos en las listas existentes.
La circular menciona a Bulgaria (10% de impuesto de sociedades), Macedonia (10%), Montenegro (9%) y Serbia (10%). Se incluye además Estonia que si bien tiene un impuesto del 21%, este es sólo aplicable sobre beneficios distribuidos, por lo que el SRI considera que también debe considerarse como un territorio de baja tributación.
Por otro lado, el fisco ecuatoriano también considerará paraísos fiscales a los Estados norteamericanos de Delaware, Wyoming, Nevada y Florida, pero sólo en el caso de rentas obtenidas a través de una LLC, cuando esta tributa en régimen de transparencia fiscal. Es decir, que los impuestos no se pagan a nivel corporativo, sino por sus miembros o propietarios.
La consideración como paraíso fiscal tiene diversas consecuencias, como por ejemplo la imposibilidad de obtener contratos del Gobierno o la dificultad por parte de las empresas ecuatorianas para el descuento de facturas recibidas de dichos territorios.
Si bien la medida del Gobierno Ecuatoriano puede tener en principio un fin justificado que es evitar la evasión fiscal, consideramos que claramente excede este objetivo y atenta contra la libre competencia en materia de impuestos. La consideración de muchos países europeos como paraísos fiscales solamente por disponer de un sistema fiscal más competitivo, no está ni mucho menos justificado, ya que todos los territorios mencionados colaboran activamente en el intercambio de información fiscal (siempre que existan acuerdos en esta materia) y mantienen registros públicos sobre accionistas y directores. Tampoco cuentan con ningún régimen discriminatorio offshore o especial para no residentes, que provea amparo a la ocultación o al fraude, ni está permitido el uso de estructuras fiduciarias. Estos países no tienen por tanto absolutamente nada que ver con los paraísos fiscales clásicos, donde existen leyes especiales y toda suerte de mecanismos que posibilitan la ocultación de rentas. En el de los países europeos mencionados, se trata simplemente de estados que fomentan la inversión a través de tipos impositivos atractivos y que en parte han organizado su recaudación por otras vías de financiación, como por ejemplo el impuesto sobre el valor añadido (IVA).
En un mundo globalizado, donde con toda naturalidad aceptamos como algo inevitable la libre competencia industrial y económica, seria paradójico tratar de impedir que exista también una cierta competencia fiscal. Esta además puede ser positiva al obligar a los estados a ser más eficientes en la gestión de sus recursos, siempre y cuando, se jueguen con unas reglas comunes, que impidan la ocultación. Curiosamente el asunto de jugar con las mismas reglas no parece estar tan claro en otros sectores de la economía, donde difieren mucho las condiciones que los diferentes países aplican en cuanto a derechos humanos o laborales. Parece que la competencia, por injusta que pueda ser, es aceptada en todos los sectores, menos en el fiscal.
Es de destacar que otros países tienen cláusulas parecidas en sus legislaciones, pero generalmente limitan la aplicación de las mismas a los casos en los que no se pueda demostrar un establecimiento verdadero establecimiento permanente en el país de registro, algo que por otra parte parece mucho más razonable que considerar paraíso fiscal a cualquier país que tenga una fiscalidad más ventajosa.
Fuente: Paraísos Fiscales Info, agosto 2012.