Economistas ven poco impacto del ‘brexit’ en el PIB de EE.UU.
Por Josh Zumbrun.
Planta de ensamblaje de Mack Truck Inc. en Pensilvania.
WASHINGTON (EFE Dow Jones) — El complicado divorcio político que están protagonizando la Unión Europea y el Reino Unido puede que haga mella en sus economías, pero los economistas prevén que este proceso no tendrá una gran importancia para el crecimiento estadounidense, según una encuesta mensual realizada por The Wall Street Journal.
Dicha encuesta recoge que los economistas consultados no han realizado grandes cambios en sus proyecciones de crecimiento económico para este año y el próximo, ni tampoco un cambio significativo en sus estimaciones de la tasa de desempleo de Estados Unidos, debido a la decisión de los ciudadanos británicos de salir de la UE.
Para desviar a la economía estadounidense de su camino se necesitaría “un impacto mucho mayor que el brexit”, dijo el economista jefe de Nationwide Insurance, David Berson.
Interrogados sobre si estaban modificando sus proyecciones debido a la decisión del Reino Unido de romper con el bloque, la media de las previsiones de crecimiento económico de los encuestados difería en menos de 0,1% respecto a la encuesta de junio, que se publicó semanas antes del referéndum del 23 de junio.
La previsión media para el crecimiento económico de Estados Unidos en 2016 se mantuvo sin cambios en 2%, mientras que para 2017 bajó a 2,2% desde un incremento de 2,3% reflejado en la encuesta anterior al referéndum.
A los encuestados se les pidió valorar cómo afectaría la decisión británica a las industrias clave de Estados Unidos. La principal preocupación fue la industria manufacturera, con casi tres cuartas partes de los encuestados afirmando que se vería perjudicada debido a una apreciación del dólar y a un entorno más duro para las exportaciones de Estados Unidos.
Otros sectores, en cambio, se beneficiarían por esta decisión política. En torno a 45% de los economistas dijeron que la construcción saldría ganando debido a las tasas de interés bajas, ya que reducen los costos de financiar grandes proyectos y de las hipotecas.
Respecto a las actividades financieras, 60% de los encuestados consideró que sufrirían, mientras que 18% señaló que se beneficiarían. A pesar de que la incertidumbre puede ser mala para los mercados, unas tasas de interés bajas pueden ayudar a suavizar las condiciones financieras, tal y como demostraron el Promedio Industrial Dow Jones y el S&P 500 cerrando en niveles históricamente altos el miércoles.
“Las ventajas e inconvenientes de la decisión británica casi se compensan”, afirmó Rajeev Dhawan, del Centro de Predicción Económica en la Universidad Estatal de Georgia.
The Wall Street Journal entrevistó a 60 economistas entre el 8 y el 12 de junio, pero no todos respondieron a todas las preguntas.
Los bonos del Tesoro de EE.UU. apuntan a un rendimiento de 1%
Por Min Zeng.
El edificio del Departamento del Tesoro de EE.UU. en Washington.
La caída el martes del rendimiento del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años a un mínimo histórico marca un nuevo hito en una racha bajista que lleva tres décadas y que los operadores veteranos nunca pensaron que tendría este alcance y duración.
El rendimiento cerró el martes a 1,367%, la primera vez que queda por debajo de 1,4%. La marca anterior había tenido lugar hace cuatro años, según datos registrados desde 1977. El miércoles, tocó un nuevo mínimo de 1,321% durante la sesión, para luego cerrar ligeramente al alza en 1,385%.
El interrogante ahora es cuán bajo pueden descender. Quienes compran deuda del Tesoro de EE.UU. en este momento están asumiendo grandes riesgos, puesto que los precios de los bonos de largo plazo pueden sufrir grandes declives si las tasas de interés aumentan de forma imprevista. Sin embargo, una generación de operadores se ha equivocado a la hora de determinar su cénit.
David Coard, ahora director de corretaje de renta fija en Nueva York de Williams Capital Group, creía que manejaba bien el tema de la dirección de los bonos del Tesoro cuando compró su primera casa con su esposa a finales de los años 80. Su hipoteca tenía un interés de alrededor de 10%, y le dijo a su mujer que las tasas hipotecarias, vinculadas de forma estrecha con los rendimientos de la deuda del Tesoro, nunca caerían a 5%. Hoy en día se ubican a menos de 4%. “Ha sido difícil luchar contra esta tendencia de rendimientos bajos”, reconoce Coard. “Si ha apostado a una caída [de los precios] de los bonos, ha estado en el lado equivocado”.
El movimiento del martes tuvo motivos familiares: los inversionistas, preocupados por la incertidumbre en los mercados y las economías importantes tras la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europa, se volcaron a los activos más seguros. Las acciones y el petróleo se derrumbaron, así como la libra esterlina.
Jae Yoon, director de inversión de New York Life Investment Management, que tenía US$286.000 millones de activos bajo gestión a fin de mayo, dice que el récord deja el bono a 10 años en una situación precaria. Su rendimiento podría subir a 2% antes de fin de año si el Reino Unido y la UE logran “un divorcio amigable”, solucionan las cuestiones comerciales y los temores se disipan.
Sin embargo, agrega, “si [las economías] global y de EE.UU. son lastradas por el brexit, entonces los rendimientos tienen margen para caer, y potencialmente podríamos ver rendimientos a 10 años en EE.UU. por debajo de 1%”.
Los rendimientos caen cuando los precios suben, y los precios de los bonos soberanos estadounidenses han aumentado de forma pronunciada. El Barclays U.S. Treasury Index registraba hasta el final de junio un retorno acumulado de 1.334,7% desde el 30 de septiembre de 1981, cuando el rendimiento de la deuda a 10 años alcanzó un máximo de casi 16%.
La racha bajista de los rendimientos desde el inicio de 2014 ha desconcertado a los inversionistas debido a que ha ocurrido pese a que la economía estadounidense se ha recuperado y la Fed elevó las tasas de interés por primera vez desde 2006.
De todos modos, pocas personas en los mercados financieros habían previsto tasas de interés negativas en Europa y Japón, lo que sugiere que los inversionistas están tan desesperados por encontrar un refugio que están dispuestos a comprar bonos por más de lo que recibirían cuando maduren.
El miércoles por la mañana, el rendimiento del bono soberano de Japón a 20 años descendió por primera vez a menos de cero, en tanto que el de la deuda a 10 años también cayó a un récord de -0,275%.
El monto total de deuda soberana en el mundo con rendimientos negativos aumentó de US$1,3 billones a fines de mayo a US$11,7 billones al 27 de junio, según Fitch Ratings.
“En este momento, no creo que se pueda ver nada más que tasas de interés bajas en EE.UU.”, dice Gemma Wright-Casparius, gestora de portafolio sénior del grupo de renta fija de Vanguard Group, que tenía más de US$2,4 billones en activos globales bajo gestión al cierre de marzo. “Continuamos sintiendo la gravedad de los mercados de bonos. La racha alcista aún podría tener unos años más”.
Los rendimientos de la deuda estadounidense se dispararon en los años 70 y principios de los 80 conforme la inflación subió, en parte debido al alza de los precios del petróleo. Paul Volcker, entonces presidente de la Fed, elevó la tasa de referencia del banco central a más de 19% en junio de 1981. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años alcanzó un máximo tres meses más tarde para luego iniciar su prolongado descenso.
“Siempre y cuando la reciente tendencia de inflación baja, crecimiento económico moderado y presiones salariales razonables sigan intactos, la probabilidad de un prolongado período de bajas tasas de interés parece sostenible”, afirma Bob Andres, socio gerente de Andres Capital Management LLC, que tiene unos US$700 millones en activos bajo gestión.
En septiembre de 1981, el índice de precios al consumidor registró un alza interanual de 11%. En mayo de este año, la inflación fue de apenas 1%.
El mercado de renta fija ha experimentado varias olas de ventas en las últimas décadas. Una de las más grandes fue la de 1994, cuando la Fed subió las tasas de interés temprano y de forma más enérgica de lo previsto. Ese año, el índice de bonos del Tesoro de Barclays tuvo un retorno total de -3,4%.
Thomas Roth, director ejecutivo del grupo de corretaje de tasas de MUFG Securities Americas Inc., ha estado en Wall Street desde mediados de 1984, cuando los mercados seguían preocupados por la alta inflación. Ahora, asevera, el problema es la inflación obstinadamente baja”.
Su hijo menor pronto comenzará su último año de secundaria. Roth teme que la economía estadounidense siga débil y que los rendimientos continúen en estos niveles deprimidos cuando su hijo entre a la fuerza la laboral.
“No sabemos cuán bajos pueden caer los rendimientos, y no sabemos cuál es el desenlace para el mercado de bonos”, dice. “Podría terminar mal. Esa es la parte que da miedo”.
The US Is a Tax Haven… and That’s a Very Good Thing
By Dan Mitchell.
I like tax havens for the simple reason that we need some way to restrain the greed of the political class.
Tax competition is an issue that arouses passion on both sides of the debate. Libertarians and other free-market advocates welcome tax competition as a way of restraining the greed of politicians because politicians are afraid that the geese that lay the golden eggs can fly across the border. But collectivists despise tax competition—for exactly the same reason. They want investors, entrepreneurs, and companies to passively serve as free vending machines, dispensing never-ending piles of money for politicians.
Simply stated, if profligate politicians think that we’re “captive customers,” they are much more likely to impose even higher tax rates (as we’ve seen in the past couple of years in Europe). But if they think that we have escape options, they’ll probably exercise some self-control.
So when a left-wing group puts together a ranking of the world’s “top secrecy jurisdictions” in hopes of undermining tax competition, proponents of individual freedom can use that list as a guide to world’s most investor-friendly nations.
That’s why I defend nations such as Switzerland, which often are persecuted by politicians from high-tax nations.
It’s also why I defend the tax system of the United States.
What do I mean by that?
Well, while there are many bad things about the American tax system (including pervasive double taxation and a very uncompetitive corporate tax system), one of the few redeeming features of our tax system is that we’re a tax haven.
Not for Americans, of course, but it turns out we have some good rules for foreigners.
The state of Delaware is usually always close to the top of those “secrecy” lists. The bad news is that American taxpayers aren’t allowed to benefit from many of Delaware’s “tax haven” policies.
Here’s some of what has been published by the Heartland Institute:
Some international tax experts note a big irony…. in continued U.S. government pressure to compel overseas banks to give up information on Americans with bank accounts in the belief those people may be hiding money from the taxman.
The irony: Much of the world considers the United States to be one of the world’s biggest tax havens.
“It’s very easy for anybody in the world today to set up, let’s say, a Delaware Corporation. You can do it online. You have to give very little information to get it up and running. And Delaware’s not alone. There are other states where you can do it as well,” said Jim Duggan, a tax, wealth and estate planning attorney with the Duggan Bertsch LLC law firm in Chicago.
Other experts agree. He’d get no argument from Kevin Packman, chairman of the Offshore Tax Compliance Team at the Holland & Knight international law firm.
“There are a number of countries that have said the U.S. is the biggest tax haven in the world,” Packman said. “There’s something to be said for that view.”
Packman also noted that the US is viewed by citizens of other countries—especially those where the government seizes assets or imposes confiscatory taxes—as more respectful of property rights. This leads those people to search for ways to move their investments into the US; this can include setting up a Delaware or other corporation, as well as parking money in US banks.
Here’s what a left-wing columnist in the United Kingdom wrote about the issue:
You’re a billionaire but you don’t want anyone, least of all the taxman, to know. What do you do? Head for a palm-fringed island paradise or a snow-covered Alpine micro-state?
Wrong. The world’s most opaque jurisdictions—the ones that will best shield you and your cash from the light—are mostly in the heart of the most sophisticated and powerful global financial centres.
London, Luxembourg and Zurich are in the top five most secretive jurisdictions, according the first comprehensive index of financial transparency ever compiled. Yet top of the pile, beating the British Virgin Islands, Belize or Liechtenstein as the best place to hide wealth, is Delaware.
One of the smallest states in the US, it offers the best protection for anyone who does not want to disclose their identity as a beneficial owner of a company. That is one very good reason why the East Coast state hosts 50% of the US’s quoted firms and 650,000 companies—almost equivalent to one company per Delaware resident.
Delaware—the political power-base of the US vice-president, Joe Biden—offers high levels of banking secrecy and does not make details of trusts, company accounts and beneficial ownership a matter of public record. Delaware also allows companies to re-domicile within its borders with minimal disclosure, and allows the existence of privacy-enhancing “protected cell” or “segregated portfolio” companies, among many other stratagems useful for protecting the identity of those who do business there.
Delaware is one of the world’s best tax havens because of its attractive incorporation policies, but the US also has very attractive federal tax rules for foreigners.
Dennis Kleinfeld adds his analysis in an article for Money News:
Tax havens serve two vitally important purposes to everyone lucky enough to have private investment capital.
First, they are a source by which foreign capital can be routed into the United States or other countries with tax efficiency.
Second, they represent a safe haven where investors’ private capital can flee from overbearing governments of all kinds—democratic, republic, dictatorship, monarchy and just plain thugs and despots—and with a comfortable level of privacy, confidentiality and secrecy.
What is the world’s largest tax haven?
[T]he United States can lay claim to that title.
[T]he United States would not be able to maintain its economy without large inflows of foreign capital.
Foreign investors can invest in the United States virtually tax free — in structures that are legally protected from risks and, currently, with secrecy.
With fairly simple planning, a foreign investor can avoid tax on interest as well as gains from sale of securities — all protected by the legal system…
As for secrecy, Delaware or Nevada are quite accommodating. In these states, a foreign company or individuals can form a limited liability company and open a bank account, but if the investor does its or his business outside the United States, there is no U.S. tax or reporting.
Just as important, Dennis explains that tax havens are not only good for the American economy, but also for individuals seeking to protect themselves from rapacious government.
There are no investors — the people who actually create investment capital—who have any complaint against offshore tax-haven financial centers.
To politicians, your capital is their means to advance their political goals. Notwithstanding their propaganda of serving the American people, the needs of the people are always subservient to the voracious needs of political advancement.
How can private investors protect themselves from becoming the spoils of war from the marauding armies of politicians fighting for power?
For that, investors need tax havens.
By the way, leftists also agree that the United States is a tax haven for non-Americans, so that’s not in dispute.
But there’s a big argument about whether it’s good for America to have these policies. I’ve argued over and over again in favor of tax havens as a general principle, but it’s also worth noting that America’s tax-haven policies have helped to attract trillions of dollars to the US economy.
Let’s conclude by assessing where we stand. Tax experts on the right and left agree that the United States is a tax haven for foreigners who need a safe place to invest their money.
There’s also no doubt that foreigners take advantage of these policies—to the tunes of trillions of dollars—in ways that attract huge amounts of money to the American economy. Being a tax haven is a magnet for investment and this is good news for US competitiveness.
Let’s be thankful that the United States is a so-called tax haven. Those pro-growth policies help to offset Obama’s bad policies.
But that’s not the moral of the story. Yes, I like that America is a tax haven for foreigners, but the real moral of the story is that we should apply the same good policies to Americans.
—Dan Mitchell is an economist and senior fellow at the Cato Institute. He’s a strong proponent of tax competition, financial privacy, and fiscal sovereignty. You can read his blog here.
A fin de lograr mejores resultados en el próximo Blanqueo, la AFIP ha iniciado una campaña de desinformación. Usamos el término desinformación para indicar “Información errónea que se da, generalmente de manera intencionada.”
Un claro ejemplo es la nota publicada hoy en La Nación, la cual reproducimos abajo, agregando nuestros comentarios [en color verde].
La AFIP accederá a los datos de las cuentas bancarias de los argentinos en Estados Unidos
Es en el marco de la ley FATCA de ese país; la AFIP ya se contactó con diplomáticos norteamericanos para comenzar a diseñar el convenio, que ayudará al éxito del blanqueo.
Por Martín Kanenguiser.
La Argentina y los Estados Unidos ya dieron los primeros pasos para negociar un acuerdo de intercambio de información tributaria sobre cuentas bancarias, que ayudará al éxito del blanqueo que promueve el Gobierno.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) pidió una reunión con diplomáticos norteamericanos para discutir la implementación de un convenio en el marco de la Ley de Cumplimiento Fiscal para Cuentas en el Extranjero (Foreign Account Tax Compliance Act, FATCA) de ese país, según pudo saber LA NACION.
El diario Ambito Financiero informó ayer que ambos gobiernos estaban comenzando a buscar ayer un acuerdo de intercambio de información tributaria en las próximas semanas, aunque el diálogo recién comienza. [La fuente de la informción es un medio argentino, no hay ningún dato respaldado por organismos norteamericanos]
Si llegara a tener éxito [Adviértase el uso del potencial], un convenio de esta clase implicaría la apertura de datos de las cuentas bancarias de los argentinos en Estados Unidos, hasta ahora inexpugnables, porque ese gobierno no firmó el acuerdo de intercambio multilateral de información tributaria bajo el auspicio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). [Esta es la única información veraz de la noticia. Estados Unidos NO firmó el acuerdo multilateral y NO comparte inforamción con terceros países. Esta es su política y no pretende cambiarla ya que le reporta enormes ingresos para su industria financiera –casualmente la más desarrollada del mundo- ]
FATCA fue impulsada por el Departamento del Tesoro de los EE.UU. para que, en principio, las entidades financieras de todo el mundo le aporten información al Servicio de Impuestos Internos de EEUU (US Internal Revenue Service, IRS), sobre las cuentas bancarias de norteamericanos en el exterior, con el objetivo de reducir la evasión en ese país. [El alcance de FACTA es exclusivo para ciudadanos norteamericanos y tiene como propósito que terceros países brinden información a los Estados Unidos y no a la inversa.]
La mayoría de los bancos argentinos que operan en los EE.UU. se anotaron ante el IRS para aportar esa información, porque de lo contrario el fisco norteamericano les retiene el 30% de su renta.
Hasta fines del 2014 se habían anotado Galileo Argentina, Prudential Seguros, Banco Macro, Banco del Tucumán, fideicomiso Supervielle Créditos, HSBC, BNP Paribas, Nativa, ICBC, Santander, Itaú, Compass, Tavelli, Banco de Valores, Compañía MetLife, Banco Columbia, Arpenta, American Express, Puente, Caja de Valores, BBVA Francés, SBS Asset Management, Comafi, Galicia, Tarjeta Naranja, Bradesco, Merrill Lynch, Allaria Ledesma, Cencosud, Mariva, Banco del Chubut, Banco Patagonia, Consultatio, Citicorp, Credit Suisse, Grupo Cohen, Banco de San Juan, Banco de Santa Fe, Banco de Entre Ríos, Raymond James, Piano, Corsiglia y Mapfre.
El Banco Central , en la gestión de Juan Carlos Fábrega, emitió la comunicación A 5581, que sostiene que en el marco del FATCA «las entidades financieras deberán arbitrar las medidas necesarias para identificar los titulares de cuentas alcanzados por dicho estándar».
Pero a los bancos se les presentaba un conflicto, porque esta cooperación chocaba con las leyes de secreto bancario y de protección de datos de la legislación argentina, a menos que se firmara un acuerdo de intercambio de información entre los organismos tributarios de ambos países (denominado IGA).
Durante la gestión de Ricardo Echegaray, la AFIP intentó avanzar en este sentido, pero la desconfianza generalizada en materia bilateral impidió cualquier tipo de acuerdo. [Estados Unidos por política no hace este tipo de acuerdos, es decir no brinda información a terceros países pero sí presiona para que dichos países le brinden información. No hay reciprocidad]
Ahora que mejoró sustancialmente el vínculo entre ambos gobiernos, el inicio de las negociaciones se destrabó, según confirmó LA NACION en Washington.[No hay ninguna base para sostener esta afirmación. De hecho Estados Unidos se resiste a firmar estos acuerdos bilaterales recíprocos. Tómese como ejemplo el Pacto de San José de Costa Rica o los acuerdos de no proliferación de armas nucleares. Históricamente USA nunca se sometió a este tipo de convenios multilaterales, simplemente porque tiene el Poder para no hacerlo.]
El abogado especialista en cuestiones tributarias Diego Fraga aseguró a LA NACION que «con un acuerdo como el que tienen Chile y Estados Unidos en el marco del Fatca, los gobiernos intercambian información financiera de todo tipo; así que los inversores argentinos que tienen algún depósito de Estados Unidos perderán el carácter de anonimato que tienen, lo cual impulsaría el blanqueo» que a fin de mes sancionaría el Senado. [A decir verdad, Estdos Unidos mantiene las condiciones de secreto bancario. Ver los artículos citados abajo.]
Fraga explicó que, «mientras tanto, los bancos en la argentina le están dando información al fisco norteamericano; si bien había un conflicto con las leyes de secreto bancario y de protección de datos, la solución a la que llegaron es que entregan datos con la conformidad de los clientes».
«Un acuerdo FATCAle serviría al fisco argentino y, al mismo tiempo, a Estados Unidos, que quiere mostrar a la Argentina como un ejemplo para la región», concluyó.
El tributarista César Litvin agregó que «no es acuerdo como el de la OCDE, pero va a ser muy importante porque ya no quedaría ningún lugar accesible para el dinero no declarado en cuentas financieras».
La política que aplica Estados Unidos se basa en exigir datos a terceros países y al mismo tiempo negarase a brindar información y mantener la confidencialidad de los inversores extranjeros en USA.
Fed proposes change to capital reserve rules for insurance companies
By Kristen Beckman and Jesse Hamilton.
The proposal includes two approaches that would apply differently depending on a company’s status as systemically important.
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The Federal Reserve Board of Governors today released details of a proposal that would affect insurance company regulatory capital frameworks. The proposal includes two approaches to regulatory capital requirements for supervised insurance institutions that would fulfill compliance needs under the Dodd-Frank Act.
The advance notice of proposed rulemaking (ANPR) applies to nonbank financial companies significantly engaged in insurance activities that are supervised by the board, or insurance companies such as AIG and Prudential, which are deemed systemically important financial institutions (SIFI), bank holding companies (BHC) and savings and loan holding companies (SLHC) significantly engaged in insurance activities. Companies with 25 percent or more of their total consolidated assets in insurance underwriting subsidiaries other than assets associated with insurance underwriting for credit risk would be included.
The proposed capital standards are less stringent for AIG and Prudential than those imposed on Wall Street banks under a long-awaited Federal Reserve proposal that’s meant to limit the chance a major insurer could threaten the financial system. Metropolitan Life previously was tagged with SIFI status but sucessfully sued the government to avoid the designation.
“This proposal is an important step toward capital standards that are both appropriate for our supervised insurance firms and that enhance the resiliency and stability of our financial system,” Fed Chair Janet Yellen said in remarks prepared for the Friday board meeting.
A building block approach (BBA) proposes to use as a starting point “existing legal-entity capital requirements for insurance companies, including state and foreign insurance risk-based capital requirements, and the BHC or bank risk-based capital standards for banking, non-insurance and unregulated entities. A firm’s aggregate capital requirements generally would be the sum of the capital requirements at each subsidiary, with adjustments to address items such as differences in accounting and to eliminate inter-company transactions, and scalars to reflect cross-jurisdictional differences such as differing supervisory objectives and valuation approaches.”
The board said this approach may be appropriate for the 12 insurance depository institution holding companies currently under board supervision as they are significantly engaged in insurance activities but are not systemically important, engage in less complex and foreign activities, and generally prepare financial reporting only using U.S. statutory accounting principles (SAP) rather than generally accepted accounting principles (GAAP).
A consolidated approach (CA) would “categorize all of a consolidated insurance firm’s assets and insurance liabilities into risk segments tailored to account for the liability structure and other unique features of an insurance firm, apply risk factors to the amounts in each segment, and then set a minimum ratio of consolidated capital resources to consolidated capital requirements.”
This approach may be suitable for institutions that are large, complex, international and systemically important.
“A consolidated form of capital requirements would better ensure that the risks these firms pose to the financial system are taken into account,” said the board in the ANPR.
The objectives behind developing capital standards for supervised insurance instittions were to protect insured depository institutions and to promote financial stability.
A draft Federal Register notice released by the board invites public comment on the ANPR. The agency will accept feedback on the capital plan for 60 days. But with a few steps still to go before the standards become a final rule, the process may be difficult to finish this year.
“The approaches to consolidated capital standards described in the draft ANPR reflect input received and considered through engagement with insurance regulators, industry and accounting experts, and representatives from the insurance industry, among other interested parties,” the ANPR said. “By seeking comment through the draft ANPR, the board would have an opportunity to receive input on general approaches to capital regulation for supervised insurance institutions before issuing a specific regulatory proposal for public comment.”
Also Friday, the agency is set to approve a formal proposal for new regulations on how the FSOC-designated insurers must govern themselves and manage their risks and liquidity, overseen by the Fed. This was another mandate from Dodd-Frank, bringing the insurers under prudential standards similar to those imposed on large banks, but tailored for insurers.
MetLife has been embroiled in a legal battle with the U.S. government. Because a judge reversed MetLife’s designation as systemically important, it may dodge the new rules. However, the Treasury Department is pursuing an appeal of the court’s finding that the process to label the company was flawed.
The Fed also intends to propose a capital plan Friday for the 12 insurers it oversees because they own banks, including State Farm Insurance Co., TIAA-CREF and Nationwide Mutual Insurance Co. The proposal for those companies largely defers to the capital requirements already imposed on insurance firms by existing regulators — often state agencies. The Fed will solicit comments from the public for 60 days.
Amigo latino de terrorista de San Bernardino, ¿también vinculado a Al-Qaeda?
Enrique Márquez Jr. fue identificado como el proveedor de armas de los terroristas de San Bernardino —hoy, mucha más información pesa en su contra.
Enrique Márquez (izq.) de 24 años, y Syed Rizwan Farook, de 28.
Foto: Archivo.
Cuando el gobierno de Estados Unidos entabló una demanda para evitar que la familia de la pareja terrorista de San Bernardino cobrara hasta $275,000 en seguros de vida, reveló más información sobre los nexos con el mundo extremista del islam —no solo de uno de los atacantes, sino de su proveedor de armas.
Enrique Márquez Jr., identificado como el hombre que compró los dos rifles de alto calibre que Syed Farook y su esposa, Tashfeen Malik, utilizaron para matar a 14 personas en San Bernardino, también estuvo involucrado con una banda de yihadistas que operaban en California.
La nueva información fue revelada en las más de 13 páginas de la querella que ahora pesa contra Minnesota Life Insurance y Supplemental Life Insurance.
Según la nueva información, en 2011 Márquez estuvo involucrado con el grupo “California jihadists”, una red de simpatizantes del yidahismo, quienes en 2012 fueron arrestados por intentar viajar a Afghanistan para integrarse a Al-Qaeda (una organización delictiva que practica el islam extremista). Más detalles sobre cómo colaboraba Márquez con este grupo no fueron difundidos.
La querella también indica que después de que Márquez se convirtió al islam en 2007, éste fue introducido a las ideologías radicales del yihadismo por su amigo Farook. Consecutivamente, ambos elaborarían planes para llevar a cabo atentados terroristas en el sur de California, específicamente en el condado de Riverside.
Los atentados jamás se ejecutaron, pero Márquez sí asistió a Farook y Malik en su atentado del pasado diciembre al proveerles las armas de fuego —dos fusiles de de asalto AR-15.
Márquez ahora se encuentra detenido. Son cinco los cargos por los que deberá responder: conspiración para suministrar apoyo material a terroristas, dos cargos por mentir sobre la compra de dos rifles (los que habrían utilizado los atacantes), fraude migratorio y dar falso testimonio en un supuesto matrimonio por conveniencia.
Farook, de nacionalidad estadounidense, y su esposa, Tashfeen Malik, pakistaní, presuntos seguidores del Estado Islámico (ISIS), fallecieron el 2 de diciembre, tras atacar un centro de asistencia para discapacitados en San Bernardino, donde mataron a 14 personas e hirieron a más de 20.
Si Sanders decide presentarse como un candidato independiente, arriesga dividir el voto de centro izquierda.
¿Recuerdan el recuento de votos en Florida en 2000?. Este año la amargura en la contienda por la nominación presidencial demócrata no ha llegado al punto en el que Bernie Sanders está amenazando presentarse como un candidato de un tercer partido. Pero se está acercando. Si no hubiera sido por la candidatura de Ralph Nader, Al Gore seguramente hubiera ganado el voto en Florida en 2000 y hubiera sido el presidente de EEUU en lugar de George W Bush.
El Sr. Sanders podría hacer lo mismo para Donald Trump. El multimillonario neoyorquino está pidiéndole al socialista que se presente como un candidato independiente en noviembre. Según el Sr. Trump, Hillary Clinton ha manipulado el sistema y está robándole al Sr. Sanders lo que realmente le pertenece. El Sr. Trump le ha sugerido al Sr. Sanders que él debería hacer que la Sra. Clinton pague el precio en la elección general.
¿Será tan ciego el Sr. Sanders que puede caer en las artimañas del Sr. Trump? La respuesta es tal vez. La evidencia muestra que hay paralelismos entre el Sr. Sanders y el Sr. Nader. El Sr. Nader, entonces de 66 años de edad, ignoró las peticiones para su retirada de la contienda presidencial de 2000, debido a temores de que dividiría el voto de centro izquierda y que le entregaría la victoria al Sr. Bush.
Al igual que el Sr. Sanders, de 74 años de edad, el Sr. Nader había sido parte de la cultura de protesta de la década de 1960 que consideraba a ambos partidos como productos de mundo corporativo estadounidense. Los describió como dos caras de la misma moneda. El Sr. Sanders sólo se unió al partido demócrata el año pasado. Él ha sido un socialista durante la mayor parte de su vida. El Sr. Nader fue un ambientalista del Partido Verde durante gran parte de su vida.
Sobre todo, comparten una mentalidad solipsística que tiene sus raíces en las manifestaciones estudiantiles de hace medio siglo más que en los cálculos políticos del siglo XXI. Esta mentalidad es, por supuesto, parte de su atractivo particularmente para los estudiantes. También es la fuente de su intransigencia. Entre más le piden al Sr. Sanders que se retire, más probabilidades hay de que no lo haga. Podría terminar mal.
Tienen otras similitudes. Los críticos de la Sra. Clinton creen que es una candidata poco atractiva y no dinámica. De hecho, sus habilidades políticas son realmente débiles. Pero en realidad sólo está siguiendo los pasos del Sr. Gore. El intento del entonces vicepresidente de presentarse como un rebelde en contra del orden establecido fue un presagio del problema de la Sra. Clinton. Es difícil tomar una posición en contra de una sociedad injusta cuando has jugado un papel clave en su gestión durante los últimos ocho años. Como está descubriendo la Sra. Clinton, es aún más difícil cuando el clima político está envenenado en contra del orden establecido.
Éste es el ambiente en que las quejas del Sr. Sanders se podrían volver tóxicas. La verdad es que la contienda demócrata no ha sido manipulada. En realidad, las asambleas electorales antidemocráticas, que favorecen a candidatos con una base apasionada y estrecha, como la del Sr. Sanders, han incrementado el recuento de sus delegados de manera artificial. En este momento la Sra. Clinton está ganando por 300 delegados. Si su porcentaje de los votos se calculara proporcionalmente, ya contaría con la nominación.
Las quejas del Sr. Sanders sobre el papel de los súper delegados tampoco son válidas. Las reglas del partido les otorgan una quinta parte de todos los votos a altos funcionarios del partido demócrata como senadores y gobernadores y presidentes del partido. Dado que el Sr. Sanders ni siquiera es un demócrata, no es de sorprenderse que la mayoría prefiera a la Sra. Clinton.
Si el Sr. Sanders estuviera ganando el voto popular o tuviera más delegados, los súper delegados estarían bajo presión para apoyarlo, como lo hicieron con Barak Obama en 2008, cuando el margen de votos a su favor como líder era muy estrecho. Pero el Sr. Sanders no está ganando en ninguno de estos casos. Tendría que ganar 90 por ciento de los delegados en las restantes ocho elecciones primarias en las siguientes tres semanas para sobrepasar a la Sra. Clinton. Eso no va a suceder.
¿Entonces por qué está actuando de esta manera el Sr. Sanders? La semana pasada sus seguidores imitaron a los partidarios del Sr. Trump cuando lanzaron insultos y muebles durante el proceso —supuestamente fraudulento— demócrata en Nevada.
La reunión acabó en caos. La denuncia del Sr. Sanders en contra de la violencia fue débil y no mostró los sentimientos de un candidato que está a punto de retirarse de manera cordial. Tampoco parece que el Sr. Sanders estará satisfecho si se añaden algunas de sus políticas — apoyo para un sistema universal de salud, por ejemplo, o la reforma del financiamiento de campañas electorales — a la plataforma demócrata en la convención que se llevará a cabo en julio en Filadelfia. Todo el mundo sabe que nadie recordará la plataforma después de la convención.
¿O qué tal un papel prominente como ponente? Esto también sería visto como una oferta irrelevante. Además, en este momento el Sr. Sanders está feliz dirigiéndose a grupos de hasta 20,000 aficionados fervientes.
Aunque parezca extraño, algunas de las celebridades que lo han apoyado también apoyaron al Sr. Nader en 2000. Parece que no han aprendido la lección. Por otro lado, el Sr. Trump la ha entendido muy bien. La batalla entre “El Loco de Bernie” y “Hillary la Chueca” le conviene al Sr. Trump. Entre más tiempo dure, más fuerte se volverá.
Relevamiento realizado por la consultora norteamericana Real Clear Politics sobre las últimas encuestas publicadas en los Estados Unidos. Se trabaja con un escenario de competencia directa entre Donald Trump y Hillary Clinton en una eventual elección general.
Elecciones de Estados Unidos 2016: los principales candidatos
Son Trump, Cruz, Rubio, Bush, Kasich entre los republicanos. Hillary y Sanders entre los demócratas.
Por Andrea Bonzo.
Las elecciones primarias de Estados Unidos, de donde surgirán los candidatos demócrata y republicano a la Presidencia, están en su etapa inicial.
Su próximo gran episodio será el “Super Tuesday” (“Super Martes”) del 1 de marzo: ese día se votará al mismo tiempo en 14 estados, en un múltiple comicio que podría perfilar de un modo nítido a los dos candidatos a suceder a Barack Obama.
En visperás de este evento crucial, Clarín trazó un perfil de los principales candidatos.
LOS CANDIDATOS REPUBLICANOS
Donald Trump
Es el hijo de un rico empresario de la construcción de Nueva York, de quien siguió las huellas. Es, sin duda, el más polémico y mediático de los candidatos. Maneja como ningun otro el medio televisivo, ayudado también por la experiencia en el reality show “The Apprentice”, que produjo y condujo entre 2004 y 2015.
Desde el comienzo de las primarias, Trump está constantemente liderando las encuestas.
Es considerado el candidato «anti establishment». el que mejor intercepta la rabia y la frustración de la clase trabajadora golpeada por la crisis económica y que observa a los políticos de Washington lejanos y desconectados de los verdaderos problemas del país.
Se considera el único capaz de “hacer otra vez grande América” (el lema de su campaña) y tiene muchas ideas radicales. La más polémica giró sobre el tema de la inmigración: Trump propuso deportar a todos los inmigrantes irregulares y construir un muro en la frontera con México. Sobre esta cuestión, fue duramente atacado por el Papa Francisco, quien dijo: “No es cristiano”.
Ted Cruz
Cruz es el senador de Texas. De origen cubano, evangélico, al igual que Trump, también representa a los electores más conservadores y anti-establishment. Sin embargo, a diferencia del magnate que se alaba de no ser un político, Ted Cruz tiene una larga trayectoria como funcionario público (es abogado y antes de ser senador fue Fiscal General de Texas).
Es uno de los candidatos del Tea Party, el movimiento de derecha del Partido Republicano surgido tras la derrota contra Obama en 2009. En Iowa ganó gracias al voto religioso, mientras en New Hampshire llegó tercero.
Está de gira con el padre, el pastor Rafael, y se hace continuamente fotografiar rezando. Trescientos pastores ya anunciaron que lo apoyaran.
Un vídeo: Ted Cruz cocina tocino con una ametralladora.
Marco Rubio
Marco Rubio es, junto a Cruz, el otro candidato de origen latino (y cubano) en la contienda.
Senador del Estado de Florida, tras un buen resultado en Iowa (tercero), le fue muy mal en New Hampshire. Como Cruz, él también apunta al voto religioso. Pero tiene un problema, porque en la cuestión de la religión tuvo un camino atípico: de católico se hizo mormón, volvió católico, pasó a una iglesia baptista y finalmente volvió otra vez al catolicismo. Rubio habla de estos cambios como de una búsqueda íntima y profunda, pero muchos desconfían porque dicen que no se puede ser católico y evangélico al mismo tiempo.
Por otro lado, tiene un perfil más moderado que Trump y Cruz, y es considerado el candidato más «presentable» e institucional entre aquellos con una postura más conservadora.
Es jóven -tiene 45 años- y el partido republicano ya le había propuesto de competir en las presidenciales de 2012, pero rechazó la oferta.
Un vídeo: Ted Cruz y Marco Rubio hablan en español durante el debate entre los candidatos republicanos.
Jeb Bush
Jeb Bush fue Gobernador de Florida entre 1999 y 2007 y donde, gracias a su popularidad, fue una ayuda fundamental para la elección a presidente de su hermano George W. Bush en 1999 y 2003. Es, junto a Hillary Clinton, el otro representante de una dinastía política en estas elecciones.
Sin embargo, no practica activamente la política desde 2008 lo cual, según muchos observadores, hace que haya perdido el antiguo brillo. En efecto, hasta ahora no tuvo grandes resultados ni en Iowa, ni New Hampshire.
Bush -que habla español y tiene una esposa mexicana- es bastante popular entre el electorado latino. Su objetivo es convertirse en el candidato del establishment y a la vez despegarse de la impopular élite política de Washington. Por eso, para resultar más cercano a la gente, publicó en Twitter la foto de una pistola con su nombre y la palabra “América”.
Un vídeo: Jeb había ayudado a George en las campañas presidenciales de 1999 y 2003. Ahora, le tocó al hermano devolverle el favor.
John Kasich
Rubio y Bush pelean para ser los candidatos del establishment moderado. Pero de esta batalla podría salir ganador un tercero: John Kasich.
Kasich, 63 años, es el popular gobernador de Ohio (está en el segundo mandato), donde fue además nueve veces diputado. El dato no es menor: porque Ohio es el “swing state” -el estado que en cada elección oscila entre demócratas y republicanos-por excelencia: desde el 1960 el candidato que ganó este estado terminó siendo elegido presidente. Por eso contar con los votos en ese distrito tiene una gran importancia política.
El problema principal de Kasich es la plata: gastó casi todos los fondos en New Hampshire, donde sorpresivamente llegó segundo detrás de Trump. Si quiere pelear la nomination, Kasich tiene que encontrar más financiadores lo más pronto posible.
Según algunos analistas, sin embargo, Kasich podría ser sobre todo un buen candidato a vicepresidente.
Un video:Kasich contra Trump en una propaganda en la que imagina al presidente ruso Putin como vicepresidente de EE.UU. si Trump ganara las elecciones.
LOS CANDIDATOS DEMÓCRATAS
Hillary Clinton
Hillary Clinton es probablemente uno de los candidatos presidenciales más capacitados.
Antes de empezar su carrera política, fue abogada y docente. Fue la primera mujer en ser admitida como socia en el «Rose Law Firm», uno de los estudios jurídicos más antiguos de Estados Unidos.
Ingresó a la Casa Blanca como primera dama en 1992, tras la elección de su marido Bill. Después fue senadora por el estado de New York y candidata a la presidencia en 2008, cuando perdió contra Barack Obama a pesar de haber sido, con 18 millones de votos, la candidata más votada. Luego, entre 2009 y 2013 fue Secretaria de Estado en la administración Obama.
Toda esta experiencia podría ser,pararadójicamente, la principal debilidad de Hillary: muchos la perciben como una persona demasiado comprometida con las políticas del pasado -más de uno le reprocha por ejemplo su voto en favor de la guerra en Irak- y vinculada a intereses económicos poco transparentes como los de Wall Street, lo que le impediría de representar un verdadero cambio.
Clinton tiene su base electoral en los votantes más ancianos y entre las minorías que tradicionalmente votan para los demócratas, como la afroamericana. Ganó los caucus en Iowa -aunque por un margen muy estrecho- y perdió contra Sanders las de New Hampshire por más de 20 puntos.
Después de la derrota algunos analistas previeron cambios en el staff de su campaña; también, podría cambiar un poco su discurso para interceptar algunos votos de Sanders, poniendo más énfasis en temas las desigualdades económicas.
Un video:Hillary Clinton, frecuentemente acusada de ser fría y distante, en el famoso llanto durante las primarias de New Hampshire de 2008.
Bernie Sanders
Bernie Sanders es el candidato del momento. Al igual que Clinton, es un político experimentado: fue por cuatro mandatos alcalde de la ciudad de Burlington, en Vermont, siete veces diputado y dos veces senador por el mismo estado.
Empezó desde muy joven a militar en el movimiento por los derechos civiles: en 1963, a los 23 años, participó también en la histórica marcha de “I have a dream” de Martin Luther King.
Pero a pesar de su trayectoria y de su edad -tiene 75 años- Sanders es visto como el candidato del cambio y de los jóvenes, que son su principal base electoral. Por otro lado, tiene dificultades en ganarse los votos de las minorías -sobre todo, los de la comunidad afroamericana -aunque últimamente parece estar revirtiendo esta tendencia.
Sanders se define políticamente como “socialista”, una palabra que en Estados Unidas se considera tradicionalmente un tabú. Sanders sueña para EE.UU. un modelo parecido al de las social-democracias del norte de Europa, con una sistema sanitario gratuito y universal. Es, además, un defensor de los derechos de los homosexuales, de las minorias y de los más pobres. También se opuso a la invasión de Irak y a la pena de muerte. En cambio, no es contrario a aumentar el control de las armas.
Algunos -con Hillary en primer lugar- tachan de «irrealizables» sus promesas. Pero hasta ahora esa crítica no lo está afectando demasiado.
The World’s Favorite New Tax Haven Is the United States
Moving money out of the usual offshore secrecy havens and into the U.S. is a brisk new business.
By Jesse Drucker.
Bloomberg Businessweek. January 27, 2016.
Last September, at a law firm overlooking San Francisco Bay, Andrew Penney, a managing director at Rothschild & Co., gave a talk on how the world’s wealthy elite can avoid paying taxes.
His message was clear: You can help your clients move their fortunes to the United States, free of taxes and hidden from their governments.
After years of lambasting other countries for helping rich Americans hide their money offshore, the U.S. is emerging as a leading tax and secrecy haven for rich foreigners. By resisting new global disclosure standards, the U.S. is creating a hot new market, becoming the go-to place to stash foreign wealth. Everyone from London lawyers to Swiss trust companies is getting in on the act, helping the world’s rich move accounts from places like the Bahamas and the British Virgin Islands to Nevada, Wyoming, and South Dakota.
“How ironic—no, how perverse—that the USA, which has been so sanctimonious in its condemnation of Swiss banks, has become the banking secrecy jurisdiction du jour,” wrote Peter A. Cotorceanu, a lawyer at Anaford AG, a Zurich law firm, in a recent legal journal. “That ‘giant sucking sound’ you hear? It is the sound of money rushing to the USA.”
Rothschild, the centuries-old European financial institution, has opened a trust company in Reno, Nev., a few blocks from the Harrah’s and Eldorado casinos. It is now moving the fortunes of wealthy foreign clients out of offshore havens such as Bermuda, subject to the new international disclosure requirements, and into Rothschild-run trusts in Nevada, which are exempt.
The U.S. “is effectively the biggest tax haven in the world” —Andrew Penney, Rothschild & Co.
The firm says its Reno operation caters to international families attracted to the stability of the U.S. and that customers must prove they comply with their home countries’ tax laws. Its trusts, moreover, have “not been set up with a view to exploiting that the U.S. has not signed up” for international reporting standards, said Rothschild spokeswoman Emma Rees.
Others are also jumping in: Geneva-based Cisa Trust Co. SA, which advises wealthy Latin Americans, is applying to open in Pierre, S.D., to “serve the needs of our foreign clients,” said John J. Ryan Jr., Cisa’s president.
Trident Trust Co., one of the world’s biggest providers of offshore trusts, moved dozens of accounts out of Switzerland, Grand Cayman, and other locales and into Sioux Falls, S.D., in December, ahead of a Jan. 1 disclosure deadline.
“Cayman was slammed in December, closing things that people were withdrawing,” said Alice Rokahr, the president of Trident in South Dakota, one of several states promoting low taxes and confidentiality in their trust laws. “I was surprised at how many were coming across that were formerly Swiss bank accounts, but they want out of Switzerland.”
Why the Wealthy Are Moving Their Money Into the U.S.
Rokahr and other advisers said there is a legitimate need for secrecy. Confidential accounts that hide wealth, whether in the U.S., Switzerland, or elsewhere, protect against kidnappings or extortion in their owners’ home countries. The rich also often feel safer parking their money in the U.S. rather than some other location perceived as less-sure.
“I do not hear anybody saying, ‘I want to avoid taxes,’ ” Rokahr said. “These are people who are legitimately concerned with their own health and welfare.”
No one expects offshore havens to disappear anytime soon. Swiss banks still hold about $1.9 trillion in assets not reported by account holders in their home countries, according to Gabriel Zucman, an economics professor at the University of California at Berkeley. Nor is it clear how many of the almost 100 countries and other jurisdictions that have signed on will actually enforce the new disclosure standards, issued by the Organisation for Economic Co-operation and Development, a government-funded international policy group.
There’s nothing illegal about banks luring foreigners to put money in the U.S. with promises of confidentiality as long as they are not intentionally helping to evade taxes abroad. Still, the U.S. is one of the few places left where advisers are actively promoting accounts that will remain secret from overseas authorities.
Illustration: Steph Davidson
Rothschild’s Reno office is at the forefront of that effort. “The Biggest Little City in the World” is not an obvious choice for a global center of capital flight. If you were going to shoot a film set in Las Vegas circa 1971, you would film it in Reno. Its casino hotels tower above the bail bondsmen across the street, available 24/7, as well as pawnshops stocked with an array of firearms. The pink neon lights at casinos like Harrah’s and the Eldorado still burn bright. But these days, their floors are often empty, with travelers preferring to gamble in Las Vegas, an hour’s flight away.
The offices of Rothschild Trust North America LLC aren’t easy to find. They’re on the 12th floor of Porsche’s former North American headquarters building, a few blocks from the casinos. (The U.S. attorney’s office is on the sixth floor.) Yet the lobby directory does not list Rothschild. Instead, visitors must go to the 10th floor, the offices of McDonald Carano Wilson LLP, a politically connected law firm. Several former high-ranking Nevada state officials work there, as well as the owner of some of Reno’s biggest casinos and numerous registered lobbyists. One of the firm’s tax lobbyists is Robert Armstrong, viewed as the state’s top trusts and estates attorney, and a manager of Rothschild Trust North America.
The trust company was set up in 2013 to cater to international families, particularly those with a mix of assets and relatives in the U.S. and abroad, according to Rothschild. It caters to customers attracted to the “stable, regulated environment” of the U.S., said Rees, the Rothschild spokeswoman.
“We do not offer legal structures to clients unless we are absolutely certain that their tax affairs are in order; both clients themselves and independent tax lawyers must actively confirm to us that this is the case,” Rees said.
The managing director of the Nevada trust company is Scott Cripps, an amiable California tax attorney who used to run the trust services for Bank of the West, now part of French financial-services giant BNP Paribas SA. Cripps explained that moving money out of traditional offshore secrecy jurisdictions and into Nevada is a brisk new line of business for Rothschild.
“There’s a lot of people that are going to do it,” said Cripps. “This added layer of privacy is kicking them over the hurdle” to move their assets into the U.S. For wealthy overseas clients, “privacy is huge, especially in countries where there is corruption.”
One wealthy Turkish family is using Rothschild’s trust company to move assets from the Bahamas into the U.S., he said. Another Rothschild client, a family from Asia, is moving assets from Bermuda into Nevada. He said customers are often international families with offspring in the U.S.
For decades, Switzerland has been the global capital of secret bank accounts. That may be changing. In 2007, UBS Group AG banker Bradley Birkenfeld blew the whistle on his firm helping U.S. clients evade taxes with undeclared accounts offshore. Swiss banks eventually paid a price. More than 80 Swiss banks, including UBS and Credit Suisse Group AG, have agreed to pay about $5 billion to the U.S. in penalties and fines.
“I was surprised at how many were coming across that were formerly Swiss bank accounts, but they want out of Switzerland”
Those firms also include Rothschild Bank AG, which last June entered into a nonprosecution agreement with the U.S. Department of Justice. The bank admitted helping U.S. clients hide income offshore from the Internal Revenue Service and agreed to pay an $11.5 million penalty and shut down nearly 300 accounts belonging to U.S. taxpayers, totaling $794 million in assets.
The U.S. was determined to put an end to such practices. That led to a 2010 law, the Foreign Account Tax Compliance Act, or Fatca, that requires financial firms to disclose foreign accounts held by U.S. citizens and report them to the IRS or face steep penalties.
Inspired by Fatca, the OECD drew up even stiffer standards to help other countries ferret out tax dodgers. Since 2014, 97 jurisdictions have agreed to impose new disclosure requirements for bank accounts, trusts, and some other investments held by international customers. Of the nations the OECD asked to sign on, only a handful have declined: Bahrain, Nauru, Vanuatu—and the United States.
“I have a lot of respect for the Obama administration because without their first moves we would not have gotten these reporting standards,” said Sven Giegold, a member of the European Parliament from Germany’s Green Party. “On the other hand, now it’s time for the U.S. to deliver what Europeans are willing to deliver to the U.S.”
The Treasury Department makes no apologies for not agreeing to the OECD standards.
“The U.S. has led the charge in combating international tax evasion using offshore financial accounts,” said Treasury spokesman Ryan Daniels. He said the OECD initiative “builds directly” on the Fatca law.
For financial advisers, the current state of play is simply a good business opportunity. In a draft of his San Francisco presentation, Rothschild’s Penney wrote that the U.S. “is effectively the biggest tax haven in the world.” The U.S., he added in language later excised from his prepared remarks, lacks “the resources to enforce foreign tax laws and has little appetite to do so.”
Firms aren’t wasting time to make the most of the current environment. Bolton Global Capital, a Boston-area financial advisory firm, recently circulated this hypothetical example in an e-mail: A wealthy Mexican opens a U.S. bank account using a company in the British Virgin Islands. As a result, only the company’s name would be sent to the BVI government, while the identity of the person owning the account would not be shared with Mexican authorities.
The U.S. failure to sign onto the OECD information-sharing standard is “proving to be a strong driver of growth for our business,” wrote Bolton’s chief executive officer, Ray Grenier, in a marketing e-mail to bankers. His firm is seeing a spike in accounts moved out of European banks—“Switzerland in particular”—and into the U.S. The new OECD standard “was the beginning of the exodus,” he said in an interview.
The U.S. Treasury is proposing standards similar to the OECD’s for foreign-held accounts in the U.S. But similar proposals in the past have stalled in the face of opposition from the Republican-controlled Congress and the banking industry.
At issue is not just non-U.S. citizens skirting their home countries’ taxes. Treasury also is concerned that massive inflows of capital into secret accounts could become a new channel for criminal money laundering. At least $1.6 trillion in illicit funds are laundered through the global financial system each year, according to a United Nations estimate.
Offering secrecy to clients is not against the law, but U.S. firms are not permitted to knowingly help overseas customers evade foreign taxes, said Scott Michel, a criminal tax defense attorney at Washington, D.C.-based Caplin & Drysdale who has represented Swiss banks and foreign account holders.
“To the extent non-U.S. persons are encouraged to come to the U.S. for what may be our own ‘tax haven’ characteristics, the U.S. government would likely take a dim view of any marketing suggesting that evading home country tax is a legal objective,” he said.
Rothschild says it takes “significant care” to ensure account holders’ assets are fully declared. The bank “adheres to the legal, regulatory, and tax rules wherever we operate,” said Rees, the Rothschild spokeswoman.
Penney, who oversees the Reno business, is a longtime Rothschild lawyer who worked his way up from the firm’s trust operations in the tiny British isle of Guernsey. Penney, 56, is now a managing director based in London for Rothschild Wealth Management & Trust, which handles about $23 billion for 7,000 clients from offices including Milan, Zurich, and Hong Kong. A few years ago he was voted “Trustee of the Year” by an elite group of U.K. wealth advisers.
In his September San Francisco talk, called “Using U.S. Trusts in International Planning: 10 Amazing Feats to Impress Clients and Colleagues,” Penney laid out legal ways to avoid both U.S. taxes and disclosures to clients’ home countries.
In a section originally titled “U.S. Trusts to Preserve Privacy,” he included the hypothetical example of an Internet investor named “Wang, a Hong Kong resident,” originally from the People’s Republic of China, concerned that information about his wealth could be shared with Chinese authorities.
Putting his assets into a Nevada LLC, in turn owned by a Nevada trust, would generate no U.S. tax returns, Penney wrote. Any forms the IRS would receive would result in “no meaningful information to exchange under” agreements between Hong Kong and the U.S., according to Penney’s PowerPoint presentation reviewed by Bloomberg.
Penney offered a disclaimer: At least one government, the U.K., intends to make it a criminal offense for any U.K. firm to facilitate tax evasion.
Rothschild said the PowerPoint was subsequently revised before Penney delivered his presentation. The firm provided what it said was the final version of the talk, which this time excluded several potentially controversial passages. Among them: the U.S. being the “biggest tax haven in the world,” the U.S.’s low appetite for enforcing other countries’ tax laws, and two references to “privacy” offered by the U.S.
“The presentation was drafted in response to a request by the organizers to be controversial and create a lively debate among the experienced, professional audience,” Rees said. “On reviewing the initial draft, these lines were not deemed to represent either Rothschild’s or Mr. Penney’s view. They were therefore removed.”
—With assistance from David Voreacos and Patrick Gower.