Importante Empresa MLM Acuerda Pagar 47 Millones de Dólares para Resolver una Demanda en su Contra
Según Reuters, “Nu Skin Enterprises Inc, una de las mas importantes empresas de network marketing del mundo, acordó pagar 47 millones de dólares para resolver una demanda que alega que la compañía fabricante de productos para el cuidado de la piel operó un esquema piramidal en China e hizo declaraciones falsas y engañosas sobre sus operaciones en el país.
No se espera que el acuerdo resulte en un cargo neto al estado de ingresos de la compañía, ya que el monto acordado será pagado por la aseguradora de la empresa, dijo Nu Skin en un comunicado.
Nu Skin también dijo el viernes que un tribunal Japonés había confirmado una decisión respecto a los gravámenes aduaneros relacionados con la importación de varios productos de la compañía.
Conforme al litigio con la aduana, el Gobierno de Japón le ha requirió a Nu Skin pagar más de 30 millones de dolares en impuestos.
“La compañía está decepcionada con la decisión del tribunal en este caso y considerará apelar”, dijo Nu Skin en el comunicado.
Como resultado de la decisión, Nu Skin dijo que espera registrar un cargo no monetario de aproximadamente $32 millones, o alrededor de 36 centavos por acción, en el primer trimestre del 2016.”
Después de la aprobación final del acuerdo por el tribunal, el caso será desechado con perjuicio, lo cual significa que el demandante pierde su derecho a llevar el caso nuevamente ante la corte.
Cabe destacar que el acuerdo no constituye una admisión de culpabilidad por parte de los demandados.
Con el cambio de gobierno, los hechos se han precipitado en la investigación sobre la muerte del fiscal del atentado a la AMIA; la hipótesis del asesinato, ya instalada en sede judicial, no parece descabellada.
Por Rogelio Alaniz.
Antonio Stiuso habló. Su voz está muy lejos de ser la palabra de Dios, pero era una palabra esperada por todos. Stiuso habló casi 17 horas. Sus afirmaciones no son palabra santa y cometeríamos un error si le creyéramos al pie de la letra, pero cometeríamos un error mucho más grande si cerráramos los oídos a esas palabras.
Por lo pronto, después de estas declaraciones, la jueza Fabiana Palmaghini consideró prudente sacarse la causa de encima. Sus motivos no parecen ser muy convincentes, y mucho menos profesionales, pero lo cierto es que ahora será la justicia federal la que tomará las riendas del asunto, una competencia que, de acuerdo con la investidura del fiscal Alberto Nisman, debería haberse establecido desde que fue encontrado muerto en su departamento.
No hacía falta que Stiuso hablara para que supiéramos del chiquero que deliberadamente se hizo en el escenario del crimen o de las reiteradas irregularidades en la investigación. Dicho con otras palabras: Stiuso no dice nada que quienes abonaban la teoría del crimen no hubieran ya expresado, pero en este caso se trata del hombre que en septiembre del año pasado fue acusado por la entonces presidenta de ser un protegido de Estados Unidos.
Pues bien, Stiuso volvió y habló. No lo hizo antes, pero lo hace ahora. ¿Qué cambió de un año a esta fecha? Obvio, cambió el gobierno, una novedad que no debería influir en las decisiones de la Justicia, pero que en la Argentina influye. Primero, la jueza Palmaghini se hace cargo de la causa; después, el dictamen del fiscal Ricardo Sáenz instala por primera vez en el campo jurídico la palabra «crimen».
Pero ahora los hechos parecen precipitarse: Stiuso declara y dice sin tapujos que Nisman fue asesinado porque lo que investigaba molestaba al gobierno de Cristina Kirchner. Unas horas después, en el Congreso, Mauricio Macri, la máxima autoridad política del país, dice ante la Asamblea Legislativa que Nisman murió en circunstancias inciertas y que sería deseable que comenzaran a aclararse. El Presidente no pronunció la palabra crimen, pero exigir desde su investidura que una muerte como la de Nisman se aclare es algo más que una insinuación.
La hipótesis del crimen fue la que ganó el sentido común de la gente, por la sencilla razón de que esto es lo que suele ocurrir cuando un funcionario de la estatura de Nisman aparece muerto pocas horas antes de lanzar una denuncia que colocaba al poder en el banquillo de los acusados.
Claro, los procedimientos de la Justicia y la propia búsqueda de la verdad no los resuelven las «hinchadas». Sin embargo, cuando ocurren episodios de esta naturaleza, el peso de la opinión pública es insoslayable. Visto desde esta perspectiva, la publicidad no sólo es inevitable, sino que en algún punto es deseable, en tanto permite que el conflicto salga de la oscuridad y el secreto.
¿Nisman se suicidó porque súbitamente lo aterrorizó la presentación ante legisladores, algunos de los cuales habían prometido recibirlo con los botines de punta? No perdamos de vista las perspectivas: no era Nisman precisamente quien tenía algo que perder si efectivizaba sus denuncias.
Resulta poco creíble que un hombre que derrochaba vitalidad, entusiasmo y confianza decida suicidarse de la noche a la mañana. Su ex esposa y su secretaria privada expresan la misma convicción. No, no era previsible el suicidio, pero además, en caso de haberlo consumado por motivos inescrutables, un hombre como Nisman, un funcionario con actividad pública desde hacía años, un padre preocupado por la relación con sus hijas y un fiscal con una autoestima consistente, antes de tomar la decisión fatal, deja un mensaje, una señal, algo que explique o justifique su acto.
Presidentes latinoamericanos como Getulio Vargas, Osvaldo Dorticós y José Manuel Balmaceda se quitaron la vida, pero dieron explicaciones. Lo mismo puede decirse de Leandro Alem, Lisandro de la Torre o Leopoldo Lugones. Todos, en todos los casos, dejaron una o varias cartas para explicar o justificar sus actos. Esto no sucedió con Nisman. No es que todo suicida tenga la obligación de dejar una carta, pero admitamos que la mayoría de los suicidas lo hacen. Nisman no lo hizo y eso no prueba nada, pero sugiere mucho.
¿Es tan descabellada la hipótesis del crimen en un país donde, en los últimos veinte años, funcionarios públicos como Rodolfo Echegoyen, Horacio Estrada y Marcelo Cattáneo, para no mencionar a Lourdes Di Natale, la secretaria de Emir Yoma, fueron «suicidados» en condiciones parecidas a la de Nisman?
Lamentablemente, y más allá de la buena intención de algunos, parece difícil que se logre establecer la verdad. Es probable que la duda siga flotando en el aire como un fantasma o un espantajo. La certeza íntima de que se trata de un crimen, esa convicción que impugna a una zona sombría y siniestra del poder, será, me temo, muy difícil de ser probada jurídicamente. Como los casos de Echegoyen, Cattáneo, Estrada o Di Natale, la muerte de Nisman corre serios riesgos de sumarse a la ya amplia galería de funcionarios públicos de los que no se sabe con certeza jurídica si se suicidaron o fueron «suicidados».
¿Crimen perfecto? No lo sabemos. Pero sí sabemos que no hay crímenes perfectos, sino investigaciones imperfectas. Y sospechosos silencios. Silencio por Nisman, silencio por su denuncia, silencio por los responsables del atentado contra la AMIA. Demasiados silencios para atribuirlos a la casualidad.
Reciente Estudio Revela que la Venta Directa Domina uno de los Más Importantes Mercados Globales
Un reciente estudio de Verify Markets sobre el mercado de la aromaterapia y los aceites esenciales, muestra que el mercado mundial tuvo un valor de más de 7,500 millones de dólares en 2015. Impulsadas por el crecimiento exponencial en Estados Unidos, las empresas se están dando cuenta del potencial del mercado mundial y del aumento de las tasas de adopción en los mercados asiáticos.
Importantes participantes del mercado, incluyendo a dōTerra y Young Living, se están enfocando en los mercados de Asia, especialmente en China, Japón, Taiwán, Hong Kong, Singapur y Malasia. Esta estrategia de crecimiento dará sus frutos en dividendos, ya que participantes clave están planeando la saturación del mercado de Estados Unidos, actualmente el mayor mercado, valorado en más de 4 mil millones de dólares. Se estima que los ingresos en Estados Unidos alcanzarán más de 10 mil millones de dólares para 2022.
El canal de venta directa domina la distribución cubriendo más del 60% del mercado. Los consumidores necesitan sentir y oler los aceites. También se les debe educar sobre los beneficios al principio, hasta que se familiaricen con el concepto y los productos. Estos factores hacen de la venta directa un catalizador perfecto para los aceites esenciales. dōTERRA es singularmente responsable del rápido crecimiento de la categoría, ya que crea conocimiento del producto a través de su modelo de Network Marketing. Incluso sus competidores han citado un crecimiento en las ventas desde la presencia de dōTERRA en el mercado.
La proliferación de la megatendencia de Salud y Bienestar, las preferencias de los consumidores hacia los productos orgánicos y naturales, los compradores femeninos, y el aumento de presencia minorista, son los mayores impulsores del mercado. Los beneficios cuestionables, falta de normas, una creciente competencia e información errónea, son algunos de los factor que restringen su crecimiento.
Los principales participantes del mercado son DōTerra, Young Living, Nu Skin, NOW Foods, Muji, Tree of Life, Air Aroma, Neal’s Yard Remedies, SpaRoom, Scentsy, y ZijaInternational (AMEO), entre otros. El mercado se define como el uso de aceites esenciales para la salud y el bienestar a través de la aplicación tópica, inhalación e ingestión.
dōTERRA® es una empresa de marketing multinivel que fabrica y distribuye aceites esenciales CPTG® (Grado Terapéutico Certificado Puro) de una calidad excepcionalmente alta a través de más de un millón y medio de distribuidores independientes de todo el mundo, también conocidos como defensores del bienestar.
dōTERRA Co-Impact Sourcing™ ofrece a los agricultores y a los destiladores locales una compensación justa por sus esfuerzos por crear economías locales más fuertes y una cadena de suministro estable y saludable.
Además de una línea de aceites esenciales de alta calidad que utilizan tanto los individuos como los profesionales de la salud por igual, la empresa también ofrece productos que son naturalmente seguros, puramente efectivos y con infusión de aceites esenciales CPTG, incluyendo productos para el cuidado personal y de spa, suplementos nutricionales y productos para llevar una vida saludables.
dōTERRA fue fundada en 2008 por David Stirling y ex ejecutivos, empleados y distribuidores de Young Living, una compañía que también vende aceites esenciales. su cede global se encuentra en Pleasant Grove, Utah, United States.
Beige partitions have given way to napping lofts, lunch gazebos and lots of open space. But are employees any happier or more productive?
I have known the inexorable sadness of pencils,’’ begins Theodore Roethke’s ‘‘Dolor,’’ the best poem in English about the grayness of the office. ‘‘All the misery of manila folders and mucilage,/Desolation in immaculate public places,/Lonely reception room, lavatory, switchboard.’’ For a century or more, office design has been our most useful metaphor for workers’ frustration. The color-sapped tedium of office life runs like a flickering current through the warrens of white-collar fiction — from Bartleby impassively facing his brick wall to Frank Wheeler caged in his dark cubicle in ‘‘Revolutionary Road.’’ The fluorescence, the screens, the fabric-wrapped plywood dividers: They’re demoralizing, humiliating.
But these days, to lament cubicles is to miss the point. Looking at the most sophisticated office spaces is to see that the lessons of Roethke and Bartleby — the design lessons, at any rate — have been learned. The offices of the ad agency Hi-ReS! in Berlin, designed by the German architecture firm Studio A/S, are painted garish colors — the workplace analogue of sucking on a Gobstopper — and crammed with a variety of spaces. No one sits in little cubicles: After a conference at a yellow table, you might climb a red ladder to a small loft, snuggling up against pillows while flicking through emails or furtively napping. The headquarters for the mobile-gaming company King, maker of Candy Crush Saga, is similarly brash and childlike, its employees working among brightly colored pink and green partitions and lunching under yellow-and-white gazebos. At the highest end, big-name architects treat the office like some spacecraft landed from the future. Zaha Hadid’s plans for a research center for Saudi Aramco, the world’s largest oil company, explode the usual boxy building envelope in favor of a network of woozily distorted honeycomb cells.
Over the last century, the office has been continually improved upon, in an attempt to make it work better and be a better place to work. But the whimsy and extravagance of the contemporary office is something new. Even when they were luxurious, the early offices of the 20th century were never wacky. Frank Lloyd Wright’s Larkin Administration Building from 1906 contained a soaring central light court and recreation rooms for its largely female staff: amenities that were unheard-of at the time. But no one was encouraged to take naps; there were no secret doors leading to interior ‘‘speakeasies,’’ like the one at LinkedIn’s offices in New York. Early offices were designed to extract relentless productivity from workers. The prodigal offices of today are the logical endpoint of a decades-long backlash against this way of thinking.
The influential American management theorist Frederick Winslow Taylor was the first to apply the principles of efficiency to office design. W. H. Leffingwell, a Taylor disciple, suggested in his treatise ‘‘Scientific Office Management’’ (1917) that a poorly placed water fountain could lead to unnecessary miles being walked by an average worker — which, multiplied by many workers over 52 workweeks, might mean tens of thousands of miles of wasted steps. Taylorist offices consisted of serried rows of desks, perfectly arranged to facilitate the flow of bodies through space. It was a model of existence that, like a hectoring fitness app, reduced human beings to bundles of numbers.
Workers, unsurprisingly, hated these spaces and in the 1930s began to voice their grievances. The first strike in book publishing took place in the 1930s, and around the same time the staff of The New Republic unionized. The workers weren’t, of course, striking for better design, but it was better design that they got, along with more ‘‘caring’’ corporate policies: pensions, company picnics and, during the postwar boom, a significant and steady increase in salaries. A reaction against the factorylike office set in among planners and designers: Rather than treat its workers like machines, an office should cater to their psychology.
What followed, in the postwar decades, was the era of the glass-and-steel, air-conditioned box. Now ubiquitous and unremarkable, they were at the time considered architectural and design marvels. Descriptions of life in these companies sound conspicuously like the Googles and Facebooks of today: ‘‘Imagine a sea of blond desks with tan chairs, outdoor lighting pouring in everywhere, roomy offices with individually controlled air-conditioning and area-controlled Music by Muzak coming out of the walls.’’ That’s from Alan Harrington’s ‘‘Life in the Crystal Palace,’’ a rueful account of life in a wealthy suburban corporation in the mid-1950s. ‘‘At noon, enjoy movies in an auditorium the size of a small theater, visit the library, watch the World Series on color TV or play darts and table tennis in the game room.’’ Harrington, a quintessential and self-conscious ‘‘organization man,’’ spends a lot of time wondering whether these initiatives sap, rather than encourage, creativity.
Attempts to improve the office resulted in some significant innovations, like coordinating furniture design with the architecture of a space. But there were some impressive failures, too. The most infamous was the standard cubicle: Invented by the furniture company Herman Miller in the 1960s, it quickly became a company’s favorite design tool for squeezing more people into less space for as little money as possible (until they were laid off). By the 1990s, thanks above all to the comic strip ‘‘Dilbert,’’ which debuted in 1989, it had become the classic symbol of a stymied white-collar existence — a source of the so-called cubicle rage that supposedly led to workplace shootings.
The sudden efflorescence of the tech industry in the late ’90s took us from the desert of cubicles to the milk-and-honey offices of today. Many of the dot-commers had graduated from (or, very often, dropped out of) cozy university campuses to toil in big corporations. Starting their own companies, they recreated the effortless drift between work and play that characterized their college lives. The cubicle walls came down, and in the wide, open warehouse and loft spaces they occupied, exceptionally long workdays would be punctuated by frenzied Mario Kart races or fierce Ping-Pong battles. Creating a playful office became one of the standard ways of attracting skilled employees in a competitive environment: The hope was that a talented engineer wouldn’t leave a tech behemoth for the dinky start-up next door that didn’t have a gym and a resistance pool. Thus has the ‘‘fun office’’ spread throughout the world.
Studio A/S, the German design firm, captures the zeitgeist in describing its aims: ‘‘Generation Y’’ is searching for ‘‘greater meaning’’ from office design; a new generation ‘‘wants poetry, form and atmosphere’’ in its workplaces. The design firm Teknion uses the word ‘‘ethonomics’’ to describe the principles that ought to apply to the contemporary office. The idea is that design — by softly coercing people into walking more and being more active, incorporating nature through bountiful plants and better lighting and creating environments that evoke many different textures and moods through the use of varied materials — can help foster the new ‘‘ethical workplace.’’
Office design concerned with employees’ happiness, well-being, instincts for play — this ought to be the best of all possible worlds. There is no question that such offices look vastly more inviting than your average cubicle farm; it’s not surprising that so many companies seek to emulate them. Yet the ‘‘disruptive’’ thinking that insists a workplace ought to care not just for your average needs (supplies, potable coffee, a microwave) but for your deepest psychological ones as well has its insidious side. If the new workplace technology makes it impossible to leave work at work, the ‘‘ethonomic’’ thinking behind new workplace design is intended to make it increasingly difficult to separate our work lives from everything else. The sociologist William Davies has dubbed this complex of ideas ‘‘the happiness industry,’’ wherein your most private emotions and — through the introduction of ‘‘wellness’’ programs at work — even your health are now intimate concerns of your boss. One of the most popular and cited gurus of the new workplace, Tony Hsieh, the C.E.O. of Zappos, has argued that companies ought to employ ‘‘chief happiness officers’’ to ensure enthusiasm at the office. He has also suggested that they regularly identify the 10 percent of workers who share the least enthusiasm for the ‘‘happiness agenda’’ — and fire them.
Ultimately it’s not clear whether the new offices work in the way they’re advertised. Even when common spaces are covered over in beautiful, bright plywood paneling, as with Lenne in Tallinn, Estonia, the actual desks are often in open-plan setups. The move to take people out of private offices, the better to improve collaboration and productivity, has little empirical justification. Most widely cited studies of employee satisfaction tend to run against such trends in office design. A study from The Journal of Environmental Psychology in 2013 indicated that 50 percent of workers in open-plan spaces suffer from a lack of sound privacy, and 30 percent complain about a lack of visual privacy.
In 1980, the futurologist Alvin Toffler predicted that with increases in telecommuting technology, offices would soon become irrelevant. Downtowns would be emptied, and everyone would be connected through ‘‘electronic cottages’’ dispersed throughout the countryside. Digital advances in the years since have constantly threatened to make Toffler’s fanciful vision a real one. It has come true in one sense: We do often work at home. But we also work at work, before going home to work more. Commuting and telecommuting exist in an unholy alliance. The office has persisted, becoming even bigger, weirder, stranger: a symbol of its outsize presence in our lives.
—Nikil Saval is an editor at n+1 and the author of ‘‘Cubed: A Secret History of the Workplace.’’
—Julian Faulhaber is a photographer based in Berlin. He was nominated for the 2015 Deutsche Börse Photography Foundation Prize.
Mapa interactivo: mirá cuál es la esquina más cara y compará el precio del metro cuadrado de cada rincón de la Ciudad
En los barrios más baratos el valor oscila entre los US$900 y los US$1300; en los más caros puede llegar a los US$7000; en propiedades en alquiler varía de $50 a $350.
¿Cuál es el valor del metro cuadrado de cada esquina de la Ciudad? ¿Cuánto varía el precio de un inmueble dependiendo el barrio? ¿Hay mucha diferencia entre alquilar un departamento en Palermo, Belgrano o Caballito? Todas esas preguntas encuentran su respuesta endos mapas interactivos que permiten visualizar cuánto cuesta el m2 en cada punto de la Capital Federal. Con una novedad: también se puede observar el caso de propiedades en alquiler.
El sitio especializado Reporte Inmobiliario confeccionó y actualizó su mapa multimedia. Del relevamiento que en los barrios más baratos el metro cuadrado oscila entre los US$900 y US$1300, y en lado opuesto, los más caros, como Puerto Madero, llegan a más de US$7000.
El valor promedio actual de la totalidad de la oferta de unidades en venta en edificios en construcción en la ciudad es de 2.537 U$S/m2 mientras que para aquellos que ya se encuentran terminados listos para ser estrenados es de US$ 2.572.
Mapa del valor metro cuadrado de venta manzana por manzana en Buenos Aires
«El nuevo mapa interactivo permite observar el valor por unidad de superficie de toda la oferta de propiedades en su conjunto y observar claramente cuál es el valor de cotización en cada calle, cuadra y manzana», indicó Reporte Inmobiliario.
«Los datos surgen a partir de depurar, clasificar y georreferenciar la oferta disponible en el buscador de propiedades», agregó el sitio. Y precisó que tal información fue sometida a una «rigurosa clasificación combinada con la aplicación de algoritmos específicos que procesan, cruzan y chequean los datos previamente filtrados».
El mercado de compraventa de propiedades registró un repunte en los últimos meses en la ciudad de Buenos Aires, al cabo de una recesión que tuvo al sector en crisis desde la imposición de las restricciones cambiarias.
El fin del cepo llegó con una leve recuperación del mercado inmobiliario. En diciembre, las ventas de propiedades en la ciudad de Buenos Aires subieron 12,9% en la variación anual y, de esta manera, se completó 2015 con una suba de casi 11% en el total de escrituras realizadas, lo que significó cortar una racha negativa de tres años consecutivos de retrocesos para un negocio que sólo en la Capital Federal movió más de 40.000 millones de pesos.
Mapa del valor metro cuadrado de alquiler manzana por manzana en Buenos Aires
Estudio AGER de Amway Revela que 8 de Cada 10 Millennials Españoles está a Favor del Emprendimiento
A pesar de las dificultades económicas y laborales que están teniendo los jóvenes españoles para salir adelante, su generación, los Millennials, apuestan por el emprendimiento como solución a la situación económica que les ha tocado vivir. Así lo refleja el Estudio global de Emprendimiento Amway, realizado en colaboración con la Universidad Técnica de Múnich y la empresa de estudios de mercado GfK. En su sexta edición, presentada hoy en una mesa redonda sobre emprendimiento junto a expertos y académicos en la Facultad de Turismo y Comercio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), su objetivo ha sido analizar y comprender tanto las motivaciones como las dificultades existentes a la hora de emprender un proyecto empresarial a nivel nacional.
LA CONFIANZA EN EL AUTOEMPLEO ALCANZA SU MÁXIMO EN ESPAÑA
La actitud es la herramienta básica para afrontar los retos diarios. De esta forma, los españoles siguen confiando en el autoempleo como alternativa laboral (69%), lo que supone un incremento del 4% frente al año anterior y de un 9% respecto al 2013, alcanzando los niveles de 2011, el porcentaje más alto registrado en España en sus seis ediciones. En términos regionales, Cataluña y Madrid (75% en ambos casos) son los puntos donde se concentra mayor interés por el emprendimiento, mientras que en Andalucía (57%) o el País Vasco (66%) se encuentran los mínimos nacionales.
El deseo por convertirse en emprendedor es otra variable que mantiene su progresión y alcanza su cumbre, si bien más moderada: el 37% de los españoles se ve montando su propio negocio, frente al 36% del 2014 y el 30% de 2013. No obstante, la diferencia respecto al resto del mundo se estanca como el año anterior en seis puntos por debajo (43%). Significativas son las divergencias regionales en este apartado, ya que el 57% de los canarios se ve creando su propio negocio y por el contrario, solo el 26% de vascos comparten el mismo sentimiento.
LOS MILLENNIALS, LOS IMPULSORES DEL EMPRENDIMIENTO
Si alguien lleva y ondea la bandera del emprendimiento en España son los Millennials. El 79% de los jóvenes menores de 35 años son el grupo poblacional que muestra una mayor actitud positiva hacia el autoempleo. Esta visión es nueve puntos menor en la generación posterior (70%), la Generación X -los nacidos entre 1965-1981-, pero donde todavía se encuentran mayores contrastes es con la Generación del Baby Boom -nacidos entre 1945-1964-, ya que tan solo el 60% confía en el emprendimiento como alternativa laboral. En términos globales, la diferencia de los Millennials españoles con sus homólogos internacionales (81%) es únicamente de dos puntos por debajo, mientras que la Generación X y los baby boomers españoles se sitúan hasta ocho puntos menos que las medias mundiales (78% y 68% respectivamente).
Este germen emprendedor que llevan consigo los Millennials nacionales también se muestra en que son los líderes poblacionales a la hora de visualizarse emprendiendo: casi la mitad de los Millennials se ve montando su propio negocio (47%). Les sigue de cerca la Generación X (43), pero a larga distancia se encuentran los baby boomers, donde solo 1 de cada 4 se ve apostando por el autoempleo. A nivel mundial, la situación es similar, ya que los Millennials son líderes en el potencial de autoempleo (51%), secundados por la Generación X (47%) y cerrando el grupo se mantienen los baby boomers (33%).
“Los datos del estudio Amway nos muestran como los jóvenes están siendo un buen ejemplo de cómo encontrar soluciones laborales para hacer frente a un entorno económico adverso. El emprendimiento español goza de mejor salud año tras año gracias a la confianza y la iniciativa que depositan los Millennials en esta alternativa al desempleo”, afirma Monica Milone, Directora General Amway Iberia. “La formación es un punto de inflexión a la hora de apostar por el emprendimiento. Por ello, desde Amway asumimos la responsabilidad de apoyar a todas aquellas personas que se sientan interesadas en dar ese paso mediante una oportunidad de autoempleo basada en el mentoring y la formación continua gratuita donde nuestro know-how les facilitará la gestión de su propio negocio a la vez que adquieren nuevas habilidades y conocimientos propios de gestión”.
EL ÍNDICE AESI ESPAÑOL, POR DETRÁS DE LA MEDIA INTERNACIONAL
Como novedad este año, por primera vez el estudio Amway incluye el Índice de Espíritu Empresarial Amway (AESI), basado en la teoría del comportamiento planificado[1] y construido en base a tres variables: deseabilidad, firmeza y viabilidad. El 46% de los españoles tiene el deseo de llegar a ser emprendedor, un 45% llevaría a cabo su sueño de montar su propio negocio y el 42% está convencido que podría poner en práctica su iniciativa de autoempleo. Como consecuencia, la media AESI española se sitúa en un 44%, inferior a la internacional (51%), pero muy similar a la europea (45%).
AESI vuelve a reflejar el poder de los Millennials por el emprendimiento en España. Sus niveles de deseabilidad se elevan al 63%, lo que supone un 24% más que el resto de grupos poblacionales. En términos de firmeza alcanzan un 51%, un 9% más que el resto, y una viabilidad del 46%, lo que se traduce en un 6% más que la suma de la Generación X y baby boomers.
LA MOTIVACIÓN DE LOS MILLENNIALS: NO TENER JEFE
¿Qué les seduce a los Millennials para tener un espíritu emprendedor tan desarrollado? Según el estudio, la principal motivación para el 57% de los Millennials es querer ser su propio jefe, seguido del deseo de autorrealización (40%), dejando en tercer orden la vuelta al mercado laboral (23%), una opción con porcentajes elevados en otros países con una situación económica adversa como Portugal o Grecia.
EL MIEDO AL FRACASO, UNA BARRERA PARA LOS MILLENNIALS ESPAÑOLES
Es una realidad, en España no se entiende que fracaso sea sinónimo de aprendizaje. 8 de cada 10 Millennials españoles afirman que el miedo al fracaso es un freno a la hora de emprender. Cuando se ahonda en los aspectos que conforman ese miedo al fracaso, la mayoría señala las elevadas cargas financieras que conlleva el emprender (54%), seguida del entorno de crisis económica (45%) y el miedo al desempleo (21%).
LA EDUCACIÓN FOMENTA LA PREDISPOSICION A EMPRENDER
Cuanto más elevada es la formación del individuo, mayor es su predisposición a emprender. Así lo confirma el dato revelado por el estudio Amway, el 84% de los españoles con una carrera universitaria muestra una actitud positiva hacia el emprendimiento, frente al 66% que no dispone de título universitario.
“La formación universitaria y la experiencia profesional facilitan la actitud emprendedora. Desde las instituciones educativas tenemos la obligación de seguir apoyando e incentivando a los más jóvenes a cultivar y saber gestionar este espíritu cargado de esfuerzo y tesón. El tejido empresarial español está formado en su mayoría por PYME (95,8%)[2], de ahí la necesidad de conseguir dotar de una formación sólida a los más jóvenes porque serán los futuros generados de empleo en el día de mañana”, apunta Ana María Romero, vicedecana de Gestión Económica y Relaciones Institucionales de la Universidad Complutense.
[1] Basado en la teoría del comportamiento planificado del prestigioso psicólogo Icek Ajzen [2] Subdirección General de Apoyo a la PYME (2015). Retrato de las Pyme 2015. Enero, 2015 http://www.ipyme.org/publicaciones/retrato_pyme_2015.pdf
Para el juez Lijo, «la campaña presidencial de Cristina se financió con fondos ilícitos»
Cuáles fueron las principales frases del magistrado federal que investiga el origen de los fondos que financiaron la campaña del FpV de 2007.
Afiche de campaña de Cristina-Cobos
El juez federal Ariel Lijo citó a declaración indagatoria a ex funcionarios kirchneristas y empresarios por el presunto delito de Lavado de Dinero durante la campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner para las elecciones presidenciales de 2007.
El magistrado federal habló del caso por primera vez por Radio Nacional y dejó varias frases para repasar sobre esta causa:
“La investigación es muy complicada y va a recorrer los ministerios».
«No existió ningún registro contable de los aportes de campaña».
«Está claro que el origen del dinero es ilegal»
«Entregaban un aporte por el que recibían una factura y en el banco se cubría el depósito con dinero en efectivo, por caja. Así es imposible establecer los orígenes y las firmas no pueden establecer el origen de los depósitos».
«No existía similitud con los parámetros de dinero que manejaban las empresas aportantes a la campaña de Cristina y Cobos».
«Es probable que el origen de este dinero esté relacionado con la efedrina, pero no lo podemos establecer y va a ser muy difícil probarlo».
“Las personas involucradas tienen vinculación con otras investigaciones en trámite por causas ilícitas».
«Se descartaron muchas hipótesis hasta llegar a la conclusión de que la campaña se financió en parte con fondos ilícitos».
«Hubo dos peritajes de la Corte en esta investigación», fueron algunas de las principales frases que dio hoy Ariel Lijo, juez federal.
Según Stiuso, a Nisman lo mataron por el trabajo que estaba haciendo
El ex espía le apuntó a los funcionarios que negociaron el Memorándum con Irán.
Por
Alberto Nisman, ex fiscal UFI-AMIA. (Foto: Reuters)
Antonio Horacio Stiuso, el ex director general de Operaciones de la ex Secretaría de Inteligencia, declaró ayer durante 15 horas en un ambiente hermético y con un fuerte operativo de seguridad.
Sin embargo, con el transcurso de las horas comienzan a surgir algunos datos de su declaración ante la jueza Fabiana Palmaghini, que investiga la muerte de Alberto Nisman.
Según Todo Noticias, en base a fuentes judiciales Stiuso señaló que a al fiscal Nisman lo mataron por el trabajo que estaba haciendo, en referencia a la denuncia por encubrimiento en al atentado a la AMIA contra Cristina Kirchner y funcionarios de su gobierno.
En mayo del año pasado, un fallo de la Cámara de Casación Penal cerró dicha denuncia por considerar que había «inexistencia de delito».
Ahora, la causa por encubrimiento contra la ex presidenta podría reactivarse a partir de los datos aportados por Stiuso ante la jueza Palmaghini.
El ex espía dio varios nombres, remarcó que se investigue a quiénes redactaron el Memorándum con Irán y también a los funcionarios que negociaron con los iraníes sobre este tratado, que provocó una obstaculización del Ejecutivo a la investigación por el atentado a la AMIA
Muy pocos dudan de que la venta de dólares a futuro con que se despidió el kirchnerismo fue ruinosa. Están hechas las cuentas, que son escalofriantes.
Mientras tanto: ¿cuánto ha costado en esfuerzos inútiles, pago de honorarios, actualizaciones e intereses la prolongada pelea con los holdouts o fondos buitre?
Lo primero que ha estado perdiendo la Argentina es la posibilidad de desendeudarse gratis. Como lo ha estado haciendo España, que estuvo en los últimos meses pagando tasas negativas a quienes querían confiarle sus ahorros.
Parece increíble, pero es así. Como Alemania ha estado cobrándoles a quienes le prestan y pagándoles así con menor gasto público a quienes le habían prestado en el pasado. Una reestructuración de la deuda con quita hecha en el mercado y con nuevos inversores ingresando y dejando sus ahorros al Estado y pagando una comisión por ello.
The Economist calculó en su última edición que el Central del Reino Unido podría seguir pagando tasas negativas hasta 2020. El FMI acaba de pedir a las más grandes economía del planeta que inviertan sobre todo en los emergentes para evitar una nueva gran recesión como la que comenzó en 2007. Fue en el documento especialmente preparado para la reunión del G-20 en China. En cambio, que Cristina Kirchner y los suyos pudieran ir a foros diciendo que habían encontrado la fórmula para no pagar las deudas ha tenido un costo monstruoso. Los repudios de las deudas terminan costando más caros que las deudas mismas.
No era una salida el cese del pago. Como no lo era tampoco entrar en un proceso de endeudamiento irresponsable al cabo del cual fuera imprescindible una reestructuración. Vale la pena recordarlo ahora que los préstamos parece que volverán azuzados por el increíblemente bajo valor de las tasas internacionales.
Las multinacionales que operan en el país primero comenzaron a hacerlo en menor cuantía, pero dejaron de hacerlo. Radicadas en muchos países, dejaron de poner dinero allí donde no pagaban las deudas y donde pronto no les permitieron llevarse las ganancias.
El conflicto con los holdouts hizo perder a la Argentina la ola de inversiones que inundó a los emergentes en los tiempos de gloria de las materias primas. Un esquema más razonable, con acceso al mercado de capitales, facilitaría inversiones en el área energética en una medida que podría hacer hasta que los ajustes tarifarios no fueran tan altos. Y vale recordar que no estar en default es imprescindible no sólo para tratar con Occidente y sus tentadores fondos de pensión. Los acuerdos con los chinos exigen lo mismo. Y estar en buenos términos con el FMI, justamente para evitar un default ante un período desfavorable. Lo dicen los acuerdos firmados por el kirchnerismo.
Pareciera que ahora algunos negocios serán más baratos hasta con los chinos. Eso puede bajar el gasto en servicios de la deuda, abaratar el costo de aumentar el capital productivo. También es mucho más probable que las filiales locales de multinacionales participen menos en la interna entre filiales para quedarse con los nuevos desarrollos.
La aprovecharon otros. Chile mejoró increíblemente su condición de exportador de carne bovina. Al igual que Brasil y Paraguay, por no mencionar los progresos de Uruguay. Ocuparon en parte los lugares que la Argentina dejó libres porque el kirchnerismo prefirió aislarse.
Pocas cosas han sido tan ridículamente costosas aquí. Sus responsables se inflamarán ahora contra la actual gestión acusándolos de la única solución posible en un juicio comercial: el que pierde, paga. El escritor mendocino Jorge Sosa, famoso por la bellísima Otoño en Mendoza, bromeaba sobre que un choque de autos es un intento de demostrar por el absurdo el principio de impenetrabilidad de la materia.
Es lo que ocurrió con el default, al que no había que llegar por el camino de no tener déficit fiscal.
Kicillof tuvo en sus manos una salida, cuando había logrado que Fábrega le girara reservas, y saludó tras una charla con los holdouts con los pulgares arriba. Cristina Kirchner prefirió seguir la batalla y le prohibió salir del conflicto. Más propaganda para soñarse eterna, que al final no funcionó. Ni para ella ni para sus imaginarios delfines.