14 de marzo Día internacional de las Matemáticas

noviembre 29, 2019

La UNESCO declara el 14 de marzo como Día Internacional de las Matemáticas

Por Nova Ciencia.

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Lenguaje de las matemáticas

Las Matemáticas ya tienen su día internacional en el calendario. La Unión Matemática Internacional (IMU) ha comunicado a sus organizaciones adheridas, entre las que se encuentra el Comité Español de Matemáticas (CEMat), la proclamación por parte de la UNESCO del 14 de marzo como el Día de Internacional de las Matemáticas. Esta resolución ha sido adoptada en la 40 Conferencia General de la UNESCO, celebrada en París del 12 al 27 de noviembre de 2019. Con el apoyo de numerosas organizaciones internacionales y gobiernos, entre ellos el de España, la IMU había liderado en los últimos años este proyecto, en el que anualmente se invitará a los países a celebrar este día con diversas actividades dirigidas a los centros educativos y al público general.

La elección del 14 de marzo responde a la coincidencia del 3-14 con el número Pi, fecha en la que, de hecho, muchos países celebraban el “Día de Pi”. El lanzamiento oficial de esta celebración tendrá lugar el viernes 13 de marzo de 2020 en dos eventos paralelos, el primero de ellos en la sede de la UNESCO en París y el segundo en África, durante un evento paralelo en el Next Einstein Forum que se celebra en Nairobi (Kenia).

La IMU ha creado la página web www.idm314.org, en la que países y organizaciones están invitados a anunciar sus celebraciones. Además, pondrá a disposición de los interesados materiales en abierto y en diferentes lenguas, entre ellos, proyectos, ideas, actividades o “software” para usar en las aulas. El tema elegido para el próximo año será “Mathematics is everywhere” (Las Matemáticas están en todas partes), con el que los participantes están invitados a encontrar las conexiones de las matemáticas con la ciencia y la tecnología; en la organización de las ciudades, la sociedad y los gobiernos; los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o las actividades diarias de las personas.

Fuente: novaciencia.es, 27/11/19.

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03.14 Pi Day . 14 de marzo

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International Mathematical Union

The International Day of Mathematics is a project led by the International Mathematical Union.

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Geopolítica y Ciberseguridad

noviembre 28, 2019

La ciberseguridad, determinante en el tablero internacional

POR NORA PACHECO

La protección del ciberespacio se ha convertido en una de las principales prioridades de los gobiernos de todo el mundo, que lo consideran un asunto de seguridad nacional y un eje fundamental de la sociedad y de sus sistemas económicos. Mantener la infraestructura y los sistemas de información con unos niveles óptimos de seguridad, protegiendo la información y el patrimonio tecnológico de un país, formando al capital humano necesario y desarrollando estrategias y marcos legales posibilistas, representa una ventaja geopolítica incontestable en las relaciones internacionales actuales.

Tradicionalmente, la geopolítica se ha definido como la ciencia que analiza la influencia de los factores geográficos sobre las decisiones y los sucesos políticos, presentes y futuros, relacionados con la política internacional y las relaciones entre los distintos países. Todo ello teniendo en cuenta numerosos factores: ubicación, extensión, clima, recursos, fuerzas sociales y culturales, recursos económicos, etcétera.

La primera vez que se utilizó el término fue en 1900 por parte del geógrafo sueco Rudolf Kjellén, aunque fue desarrollada principalmente en la década de los años treinta por un grupo de geógrafos alemanes en la Universidad de Múnich. El principal de ellos, Karl Haushofer, mantenía que “el espacio supone poder” y aportó diversas teorías que daban argumentos para justificar la expansión territorial de la Alemania nazi: el denominado “espacio vital” o Lebensraum.

En aquel entonces, el espacio era un espacio físico y la expansión se centraba en la conquista de territorios. Sin embargo, los nuevos supuestos de la geopolítica se han ido sustituyendo. El carácter militar ha ido cediendo terreno al factor económico, al cultural o al de la información. Las fronteras actuales son electrónicas y el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ha posibilitado la aparición de un nuevo espacio, el ciberespacio, que se ha convertido en un factor decisivo a la hora de analizar las relaciones internacionales.

Mapa de ciberataques, estructuras de nodos de malware y ordenadores zombies. (Guerra híbrida, cibercrimen, APT). ILUSTRACIÓN: RAFA HÖHR

Espacio físico y virtual

Se entiende por ciberespacio al territorio digital o virtual donde están conectadas personas, objetos y procesos a través de una serie de dispositivos y redes de telecomunicación (internet). Según cifras de la UIT1, a finales del año 2018, el número de usuarios conectados a la red sería de unos 3.900 millones —un 51,7 por ciento de la población mundial—. Por su parte, la compañía We Are Social muestra unas cifras muy similares: en octubre de 2018 se estimaban unos 4.176 millones de usuarios en todo el mundo —el 55 por ciento—.

La era de internet y la conectividad ha traído grandes avances y ventajas importantes que benefician, tanto a los usuarios comunes, como a gobiernos y a empresas. No obstante, si bien es cierto que han permitido la aparición de nuevas oportunidades económicas y sociales de gran alcance, conllevan también una serie de riesgos. Las amenazas del ciberespacio, favorecidas por la rentabilidad económica o política, el bajo coste de las herramientas empleadas y la posibilidad de actuar de forma anónima, se dirigen transversalmente a los sectores público y privado, así como a los ciudadanos.

En este contexto, los ciberdelincuentes, los hacktivistas o los propios estados, son capaces de explotar las debilidades tecnológicas y no tecnológicas de un país para recabar información, desestabilizarlo, etcétera —guerra híbrida2—, sustraer activos de gran valor o amenazar servicios básicos para su normal funcionamiento, todo ello apoyado en acciones en el ciberespacio.

Así pues, garantizar e implementar seguridad en el ciberespacio, al tiempo que se respeta la privacidad y la libertad, se ha convertido en una de las prioridades estratégicas de los países más desarrollados, debido a su impacto directo en la seguridad nacional, en la competitividad de las empresas, y en la prosperidad de la sociedad en su conjunto.

La industria de los ataques digitales constituye un nuevo modelo de negocio. La mayoría de sus servicios se ofrecen a través de la web profunda

Liderar el mundo

En España, la Capacidad de Respuesta a Incidentes del Centro Criptológico Nacional, CCN-CERT, gestionó en 2018 un total de 38.192 incidentes —un 43 por ciento más que en el ejercicio anterior—. Existe, por tanto, un número creciente de ciberamenazas que son perpetradas a través de muy diversas técnicas:

• APT (Amenazas Persistentes Avanzadas). Ataques selectivos de ciberespionaje o cibersabotaje llevado a cabo bajo el auspicio de un país, por razones que van más allá de las meramente financieras/delictivas o de protesta política. Este ataque selectivo de ciberespionaje, dirigido por un Estado, emplea diversos tipos de malware para proceder al robo de propiedad intelectual, tratando de permanecer oculto el mayor tiempo posible.

• Ransomware3. Es un código dañino para secuestrar datos, una forma de explotación en la cual el atacante cifra los datos de la víctima y exige un pago por la clave de descifrado. Ha sido uno de los tipos de malware que más ha aumentado en los últimos tiempos junto a la minería oculta de criptomonedas. Por citar un ejemplo reciente, el pasado 3 de enero Luas, la web del tranvía de Dublín, Irlanda, fue hackeada por una persona que utilizó este método para inhabilitar la página y solicitar un rescate de 1 bitcoin —actualmente valorado en casi 3.800 dólares—. Los datos personales –nombre, número de teléfono móvil y dirección de correo electrónico– de al menos 3.226 usuarios fueron puestos en riesgo.

• Internet de las Cosas4. Se refiere a redes de objetos físicos —artefactos, vehículos, edificios, electrodomésticos, vestimenta, implantes, software, etcétera—; en definitiva, sensores que disponen de conectividad en red que les permite recolectar información de todo tipo. Una de las mayores ventajas es su conexión a internet, pero esa capacidad también es una de sus mayores debilidades, ya que esa conectividad puede amenazar la seguridad de todo el sistema al incrementar notablemente su superficie de exposición a ciberataques. Sus múltiples vulnerabilidades han sido explotadas a lo largo de 2018 y permiten que los dispositivos IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en inglés) se hayan utilizado como herramientas para llevar a cabo ciberataques (IoT en botnets), además de para espiar a sus usuarios o para manipular su entorno.

• Bitcoin. Es la criptomoneda digital por excelencia. Cuenta con numerosos riesgos, entre ellos el blanqueo de dinero y exención fiscal, así como la infección de dispositivos para minar criptomonedas ilegalmente. A finales de 2017 comenzaron a surgir webs con código incrustado para minar criptomonedas aprovechando la potencia del ordenador de sus visitantes. Esta técnica se ha extendido a multitud de webs, algunas lo advierten y otras lo ocultan y el visitante solo detecta que su ordenador está anormalmente acelerado y con la CPU (Unidad Central de Proceso, en sus siglas en inglés) muy ocupada. Incluso se han dado casos de webs que han sido atacadas y han inyectado este código de minado sin que sus propietarios lo supieran.

• Huella digital. Nuestros datos se han convertido en un activo muy valioso y, por tanto, debemos de ser conscientes de los peligros derivados de hacerlos públicos. Las redes sociales y los grandes proveedores de servicios en internet disponen de mucha información sobre sus usuarios que puede ser utilizada con un fin distinto al original.

• Ataques a la cadena de suministro. Se oculta malware (programa maligno o malicioso) en las propias infraestructuras de descargas de servicios, en teoría, de confianza, para lograr introducir virus antes de la propia instalación. El caso de CCleaner (software de limpieza) es uno de los ejemplos de este tipo de ataques. Los servidores de la empresa fueron comprometidos y la versión original del software fue cambiada por otra que contenía el malware, afectando a todos los usuarios que procedían a su descarga. Se estima que afectó a más de dos millones de usuarios entre agosto y septiembre de 2017.

• Cibercrimen como servicio (CaaS). La industria de los ataques digitales constituye un nuevo modelo de negocio. La mayoría de sus servicios se ofrecen a través de lo que se conoce como la deep web. Existe el fraude como servicio, malware como servicio, ataques de DDoS5 como servicio, ransomware, o secuestro de información, como servicio. A veces se ofrece soporte técnico las 24 horas e incluso disponen de estrategias de marketing y plataformas de compraventa donde los cibercriminales pueden comprar más de 70.000 servidores hackeados en internet.

Influenciar, alterar, manipular la opinión pública de una nación es una nueva arma de guerra que destaca por su eficacia, su bajo coste y su compleja trazabilidad

• Hacktivismo. Es la utilización no-violenta de herramientas digitales ilegales o legalmente ambiguas persiguiendo fines socio-políticos. Es el traslado al mundo digital de los tradicionales grupos activistas. El tipo de acciones que realizan se basan principalmente en desfiguraciones de webs, redirecciones, ataques de denegación de servicio, robo de información, parodias de sitios web, sustituciones virtuales y sabotajes virtuales.

• Ciberyihadismo. Los grupos yihadistas y terroristas constituyen una amenaza, aunque todavía no parecen ser capaces de desarrollar ciberataques sofisticados. Sin embargo, no es menos cierto que el Dáesh, parece estar decidido a desarrollar esta vía de agresión, aún cuando hasta el momento los resultados más evidentes han sido las desfiguraciones y los ataques DDoS, todos ellos de naturaleza propagandística. Además de lo anterior, los grupos yihadistas también pretenden desarrollar ciberataques dirigidos al desenvolvimiento diario de los ciudadanos mediante tácticas violentas o en la perturbación social, aunque no se han producido manifestaciones en tal sentido.

• Guerra híbrida. Las guerras de opinión pública se han convertido en una estrategia generalizada y recurrente a nivel global. Durante los últimos años se ha podido constatar y demostrar el interés que determinados estados tienen por influir en el debate público de países extranjeros. Influenciar, alterar, incluso manipular la opinión pública de una nación considerada adversaria se está convirtiendo en una nueva arma de guerra que destaca por su eficacia, su relativo bajo coste y, sobre todo, por su compleja trazabilidad. Las amenazas híbridas se caracterizan por pasar inadvertidas y por emplear recursos, técnicas, acciones, y métodos legales, o ilegales; bajo la cobertura de identidades difícilmente rastreables y no ligadas a los verdaderos actores ofensivos. Dichos actores generan contenidos narrativos transmedia (fake news), que difunden a través de medios propios y redes sociales, pero empleando para ello perfiles y redes de bot6 que, de forma automática, amplían la resonancia de sus mensajes9.

Prioridad nacional

Ante este panorama, garantizar e implementar la seguridad en el ciberespacio, al tiempo que se respeta la privacidad y la libertad de los ciudadanos, se ha convertido en una de las prioridades estratégicas de los países más desarrollados, debido a su impacto directo en la seguridad nacional, en la competitividad de las empresas, así como en la prosperidad de la sociedad en su conjunto.

La capacidad de recuperación de las personas y las organizaciones todavía sigue a la zaga de las crecientes amenazas. De hecho, las medidas adoptadas para mejorar su resiliencia digital son, todavía, limitadas. El crecimiento en el número de ciberincidentes señala que la resiliencia de los países occidentales sigue por detrás del crecimiento de las amenazas.

La adaptación a este escenario implica mejorar las capacidades de prevención, monitorización, vigilancia y respuesta en todas las instancias del Estado —ciudadanos, empresas y sector público—, con el fin de aumentar la disuasión para generar dudas sobre el coste/beneficio del ciberatacante —desgraciadamente, mientras que los autores de ataques solo teman al fracaso, carecerán de motivos para dejar de intentarlo—.

De igual modo, es necesario incrementar y mejorar las capacidades de inteligencia para la identificación de los atacantes, la determinación de sus objetivos y, sobre todo, la formación y concienciación de las personas para que los mecanismos de protección sean eficientes.

El Centro Criptológico Nacional intenta dar respuesta al gran desafío que supone preservar el ciberespacio español de todo tipo de riesgos y ataques y, por tanto, defender los intereses nacionales y garantizar a nuestro país su seguridad y progreso.

Notas

1Organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y la comunicación. Disponible en: https://www.itu.int/en/mediacentre/Pages/2018-PR40.aspx

2Se considera Amenaza Híbrida, a un cúmulo de actividades coercitivas y subversivas, de métodos convencionales y no convencionales, entre los que se  incluyen los  tecnológicos, económicos, diplomáticos, y sociales. Estas actividades y métodos son empleados de forma coordinada por agentes gubernamentales o privados, para la consecución de unos determinados objetivos.

3Guía CCN-STIC 401. Glosario de términos. Disponible en: https://www.ccn-cert.cni.es/pdf/guias/glosario-de-terminos/22-401-descargar-glosario/file.html

4Guía de Buenas Prácticas del CCN. Disponible en: https://www.ccn-cert.cni.es/informes/informes-de-buenas-practicas-bp/2258-ccn-cert-bp-05-internet-de-las-cosas/file.html

5Ataque de Denegación de Servicio Distribuido, del inglés Distributed Denial of Service (DDoS)

6Javier Lesaca. “Los hackers de la democracia”. Ponencia en las XII Jornadas CCN-CERT. Intervención disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=LD6HTDMgz8g&feature=youtu.be. Documentación en: https://www.ccn-cert.cni.es/pdf/documentos-publicos/xii-jornadas-stic-ccn-cert/3311-sp1-02-los-hackers-de-la-democracia/file.html

Bibliografía

Frías, Z. y Pérez, J. (2018): “Organizaciones multistakeholder para la gobernanza global” en Revista de Economía Industrial. Disponible en:
https://www.mincotur.gob.es/Publicaciones/Publicacionesperiodicas/EconomiaIndustrial/RevistaEconomiaIndustrial/407/FRIAS%20Y%20P%C3%89REZ.pdf

Frías, Z.; Pérez, J. y Steck, C. (2018): “Gobernanza de Internet y derechos digitales” en De la Quadra-Salcedo, T. y Piñar, J.L. (Eds.) Sociedad Digital y Derecho. Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. Disponible en: https://tienda.boe.es/detail.html?id=9788434024830

Kleinwächter, W. (2019): Internet Governance Outlook 2019: Innovative Multilateralism vs. Neo-Nationalistic Unilateralism. CircleID. Disponible en: http://www.circleid.com/posts/20190108_internet_governance_2019_innovative_multilateralism_vs_neo

Olmos, A. (2015): “Recursos críticos. Avances destacados en la gobernanza de Internet” en Serrano, S. (Ed.), La gobernanza de internet en España 2015. (pp. 48-58). Madrid, Fundetel. Disponible en: https://igfspain.files.wordpress.com/2017/04/gobernanza_internet_spain_2015_pdf.pdf

Internet Society (2016): Internet Governance–Why the Multiskeholder Approach Works. Disponible en: https://www.internetsociety.org/resources/doc/2016/internet-governance-why-the-multistakeholder-approach-works

Fuente: telos.fundaciontelefonica.com, 2019.

cibercrimen

El desafío de vivir más años

noviembre 28, 2019

Discapacidad, ¿el precio por vivir más?

Discapacidad

Diversos estudios establecen el límite de vida natural del ser humano entre los 120 y 130 años. Entonces, ¿por qué hoy la esperanza de vida rara vez supera los 80 años en la mayor parte de países?

La salud es un fenómeno social: más del 70 % del proceso salud-enfermedad se puede explicar mediante determinantes sociales. Gracias a los cambios sociopolíticos y los avances científicos, países desarrollados han logrado duplicar su esperanza media de vida en el último siglo. Japón supera el 25 % de personas mayores de 65 años y se espera que en 2050 roce el 40 %. Junto a España, encabeza la clasificación de los países más envejecidos del mundo.

Esto puede considerarse un éxito, pero acarrea el reto de mantener la calidad de vida y la capacidad física y mental durante el mayor tiempo posible. La discapacidad tiene un elevado impacto sanitario y socioeconómico en la población general; prevenirla y postergarla es un desafío para la Salud Pública.

el precio por vivir más

¿Qué es la discapacidad?

Existen diversas maneras de evaluar la discapacidad, pero el modelo aceptado hoy en todo el mundo es la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la OMS, establecido en 2001.

Este modelo entiende la discapacidad como un término complejo que engloba las deficiencias (en estructuras y funciones corporales), las limitaciones de la actividad diaria y las restricciones de participación social. En este proceso de capacidad-discapacidad interactúan factores biológicos, psicológicos y sociales. En ellos intervienen, a su vez, determinantes individuales, como la edad y el sexo, y contextuales, como el medio ambiente, que pueden representar barreras o facilitadores.

En algunos países ha surgido el termino de “diversidad funcional” con el fin de evitar el carácter peyorativo que conlleva “discapacidad” en lenguas latinas. Se considera, por tanto, que no existen personas con menos capacidad sino con capacidades diferentes, según la actividad a la que nos refiramos.

¿A cuántas personas afecta la discapacidad?

Existen en el mundo más de mil millones de personas discapacitadas, lo que supone un 15 % de la población mundial.

En Europa, un estudio epidemiológico reciente indica que el 14 % de las personas mayores sufren discapacidad severa, ya que necesitan ayuda parcial o total para realizar sus actividades básicas de la vida diaria. Existen importantes diferencias entre regiones: la prevalencia es el doble en el este de Europa que en el norte.

Las desigualdades en salud son relevantes incluso en Europa, donde los discapacitados de las regiones sur y este presentan un perfil menos favorable (mayor inactividad física, obesidad, peor calidad de vida, más casos de depresión) comparado con sus vecinos del norte.

Sin embargo, el sur de Europa se caracteriza por un mayor soporte social familiar, lo cual explicaría la menor institucionalización de personas dependientes. En el caso de personas que viven en residencias geriátricas, la prevalencia de discapacidad supera el 70 %.

¿Cómo ocurre el declive funcional?

Se comienza a perder funcionalidad a partir de los 30 años de vida. Este tope y la posterior curva de declive dependen de varios factores, algunos de los cuales son modificables, como la dieta y el ejercicio físico. La capacidad cognitiva es fundamental para el mantenimiento de la funcionalidad, así como el soporte social y la participación en actividades].

Además, los problemas de salud física pueden predecir el declive funcional. Sería el caso, por ejemplo, de la hospitalización y la incontinencia urinaria.

En residencias geriátricas la probabilidad de sufrir pérdida funcional es superior al 50 % cada 2 años. El proceso no es siempre irreversible: diversos estudios muestran que entre el 10 y el 25 % de residentes mejora su capacidad funcional en algún momento, lo que indica que el proceso de discapacidad es dinámico y susceptible de mejora si se toman medidas.

El declive funcional suele ser progresivo: en primer lugar afecta a las actividades instrumentales de la vida diaria, aquellas que requieren doble tarea (dual task) y de mayor complejidad. Por ejemplo, realizar compras y llevar las cuentas de la casa.

Después siguen las actividades básicas de la vida, necesarias para la supervivencia del individuo. También existe un orden, establecido hace ya seis décadas y recientemente corroborado en otros estudios: primero se ven afectadas las actividades de movilidad como caminar, ir al baño y subir escaleras, seguidas de las actividades de autocuidado como ducharse y vestirse. La última tarea que suele perderse es la capacidad de alimentarse.

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Tendencia reciente y situación futura

En países desarrollados, los cambios socioculturales y políticos de la segunda mitad del siglo XX han favorecido el denominado “modelo de transición de la discapacidad”, caracterizado por una postergación de la discapacidad a edades más avanzadas. La discapacidad llega, pero lo hace más tarde y con más lentitud.

Sin embargo, todavía se desconoce si esta tendencia se mantendrá durante las próximas décadas. Es difícil determinar el impacto exacto de los muchos factores que intervienen en la salud poblacional, como la exposición a factores de riesgo (contaminación atmosférica, estrés psicosocial) o la crisis económica de 2008, entre otros.

Cómo ocurre el declive funcional

Con tal de prepararse para el futuro y poder prevenir o atrasar el declive funcional, es fundamental la instauración de estrategias de Salud Comunitaria desde edades tempranas (recordemos que el concepto de envejecimiento saludable engloba todo el ciclo de vida). En este sentido, se recomienda implementar programas multicomponente que incluyan no solo ejercicio físico, sino también intervenciones nutricionales, cognitivas e incluso sociales.

Un desafío contemporáneo tiene especial relevancia. La nuestra es la primera generación que entiende el cambio climático como una amenaza a la vida en la Tierra y la última que está a tiempo de tomar medidas efectivas para combatir el problema.

El aumento global de la temperatura afecta a los ecosistemas, la disposición de alimentos y las enfermedades infecciosas. Esto puede aumentar la carga de morbilidad (años de vida perdidos ajustados por la discapacidad), sobre todo en países en vías de desarrollo. Una vez más el futuro dependerá del rumbo de la sociedad y las decisiones políticas que se tomen.

Javier Jerez-Roig, Professor of Physiotherapy; Research Delegate of the Faculty of Health Sciences and Welfare; Head of the Research Group on Methodology, Methods, Models and Outcomes of Health and Social Sciences (M3O), Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Fuente: grandesmedios.com, 2019.

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El fiasco de We Work

noviembre 28, 2019

El fiasco de WeWork mete miedo a los financistas: por temor a otra burbuja, expertos piden barajar y dar de nuevo

El fiasco de WeWork mete miedo a los financistas: por temor a otra burbuja, expertos piden barajar y dar de nuevo

Los principales players del sector están replanteando estrategias ante catástrofe de la startup de oficinas compartidas y el modelo de inversión desmedida

Por Juan Silvestrini.

 Las aguas del mundo emprendedor y la de los fondos de capital de riesgo siguen muy agitadas. Tras el cimbronazo que representó la catástrofe de WeWork y la especulación sobre el futuro de startups que gastan fortunas pero generan pocos ingresos, como Uber o Cabify, los principales players del sector se están reagrupando y replanteando estrategias.

Es que el caso WeWork caló hondo dentro del sistema: la compañía de oficinas compartidas llegó a estar valuada en casi u$s50.000 millones para luego, a los pocos meses, antes de que se confirmara la postergación de su debut bursátil en Nueva York, desvalorizarse a menos de la quinta parte de esa cifra.

Así, el fondo de inversión japonés Softbank –su principal accionista– se vio obligado a capitalizarla y a encarar un fuerte ajuste que arrancó con el despido de más de 4.000 empleados, como parte de su operativo para reordenar las finanzas e intentar llegar al punto de equilibrio.

El temblor tuvo su réplica en Latinoamérica, región en la que están apareciendo nuevos unicornios con proyección internacional. Más aún, teniendo en cuenta que Softbank destinó u$s5.000 millones para crear un fondo para acelerar startups.

Estos temas fueron abordados en Latin American Ventures Summit, un encuentro para emprendedores y fondos de inversión celebrado en Colombia y del que participó iProUP.

Ventures Summit, Cartagena, Colombia

Ventures Summit, Cartagena, Colombia

«Se nos vendió que existe una fórmula mágica: hagan tecnología, masifiquen, crezcan con un número alto de usuarios y eso, en algún momento, será rentable. Este sistema se  expandió a nivel global pero es muy muy peligroso», explica a iProUP José Torres, Senior Investment Manager del fondo internacional Bamboo Capital, en el marco del encuentro.

En un contexto en el que los grandes fondos de capital de riesgo tienen como estrategia inflar sumas multimillonarias en compañías para propiciarles un crecimiento desmedido, distintos players del sector comenzaron a buscar alternativas para apalancar emprendimientos más sostenibles en el tiempo y atados a objetivos más razonables.

Esto se da en el marco del colapso de algunas de las inversiones más prometedoras del gigante japonés. Carlos Correa, director de nuevos negocios de Rappi, quiere separarse del modelo de inyección de capital desmedido y asegura que son una empresa saludable: «Estamos subiendo nuestra valuación a partir de los números verdes y mejorando la eficiencia de nuestro algortimo».

Por eso, y más allá de disponer de una billetera abultada -con los ceros millonarios del fondo asiático-, en Colombia ya muestra números positivos y en México está cerca del break even (equilibrio entre ingresos y egresos).

«Aceleradoras, incubadoras y company builders, sumado al esfuerzo de corporaciones y multinacionales, se unen con los fondos desde un ejercicio estratégico de innovación abierta y trabajan cada vez más de manera creativa», asegura a iProUP Carolina Durán, directora ejecutiva de Corporación Ventures, organizadora del Latin American Ventures Summit.

A este evento internacional asistieron más de más de 2.500 personas del ámbito del emprendedurismo, los fondos de inversión y el ecosistema de innovación de América Latina para evaluar el futuro de una actividad en ebullición en medio de una región convulsionada. Además, para medir los riesgos de una posible burbuja en la región.

Perspectiva latinoamericana

Este año volvió a ser sumamente fructífero para las startups de América Latina: acapararon una inversión de capital de riesgo superior a los u$s2.000 millones. Es decir, se duplicó por segundo año consecutivo, consignan desde LAVCA. Pero no fue el único logro que consiguió la región:

– Emergieron 19 unicornios (emprendimientos con una valoración superior a los u$s1.000 millones)

– Se realizó la ronda de capital más grande hasta la fecha: iFood, una app de delivery brasileña, captó u$s500 millones 

– SoftBank creó un fondo de venture capital (capital de riesgo) de u$s5.000 millones para invertir en emprendimientos latinoamericanos

«Esta nueva generación, más digital, que usa dispositivos móviles e Internet de forma nativa, ayuda a repensar el futuro», indica Torres. Desde LAVCA revelan que los desembolsos de los venture capital se repartieron en 2019 de la siguiente manera:

– 56% en Brasil

– 21% en México

– 10% en Chile

4% en Argentina

– 4% en Colombia

– 2,4% Perú

– 2,6% en el resto del continente

En el horizonte aparece el fantasma de la burbuja del 2001, las falsas esperanzas y grandes pérdidas de la explosión de las puntocom, que dieron lugar al cierre de gran cantidad de empresas que no contaban con modelos de negocios realistas ni sustentables.

Lo importante es generar negocios saludables

Lo importante es generar negocios saludables

«Desde la visión inversionista, queremos que los emprendedores generen valor real para la sociedad y dejen de pensar a corto plazo. Aquellos que sucumben a esta vanidad de la medición corta no pueden subsistir y dejan irresueltos problemas más profundos que amenazan el negocio. Si esto no está claro los venture capital no ponen plata», plantea Torres.

En esta misma línea, Durán asegura que las startups deben reordenar sus prioridades y, al mismo tiempo, generar impacto y tener sus «papeles en orden» para aprovechar la lenta creación de regulaciones.

«Los emprendedores no van al mismo ritmo que las leyes. Cuando se llega a ese punto, hay que ver que las cosas estén claras para lograr una rentabilidad sostenida», asegura Durán, quien agrega que «tanto los emprendedores como los fondos de inversión tienen la responsabilidad de medir su impacto».

Modelos sostenibles

Global Impact Investing Network revela que, durante 2019, se destinaron u$s228.000 millones en inversiones de impacto en todo el mundo. Sin embargo, los financistas están listos para desembolsar más dinero: unos u$s468.000 millones en 2020. Lo importante, para los grupos de capital, es la diversidad, medir el crecimiento y los resultados.

«El ecosistema está en un momento en el que puede generarse una gran atracción y Latinoamérica está lista para recibir todo el dinero necesario para innovar», suma Durán. Asimismo, asevera que para que una empresa sea valiosa debe crecer y perdurar.

Torres, en tanto, afirma que «para los inversionistas es importante elegir dónde poner la plata, ya que es muy difícil encontrar emprendimientos que crezcan rápido y, a la vez, perduren en el tiempo». «Se generó un vicio en el que el modelo de negocios está puesto más en levantar capital que en tener un esquema rentable», critica.

«Esta interacción entre capital privado, emprendedores y gobierno debe generar un trabajo colaborativo y una comunidad que apueste a la gestión de capital semilla para achicar la brecha social, donde se genere empleo formal y vigencia en el tiempo» asegura a iProUP Carlos Gamba, Coordinador Nacional de Emprendimiento y Fondo Emprender del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) del Ministerio de Trabajo de Colombia.

«Al fin y al cabo -añade-, el emprendedor es un actor político y social». Para Luis Gallo, miembro del Ventures Summit, «en esta nueva era, todas las corporaciones tienen que tener una convergencia entre generar impacto real y retorno».

«Además, los fondos están buscando empresas que tengan compromiso social, climático y empresarial muy importante», indica Gallo a iProUP

En este sentido, desde Bamboo afirman que tanto emprendedores como fondos deben volver a «las bases» y que las startups en las cuales apuestan puedan responder preguntas básicas:

– ¿Cuál es su modelo de negocios?

– ¿Qué problema soluciona?

– ¿Cuál es su durabilidad?

– ¿Quiénes son los competidores?

«Todas las empresas tienen que poder contestar estos interrogantes, incluso antes de hablar de su ‘tecnología disruptiva'», afirman desde la compañía.

Jorge Farfán, director regional del fondo Bamboo, afirma que los emprendedores tienen una «noción equivocada» de lo que valen sus emprendimientos. «El foco es errado, hay que pensar en clave de durabilidad, entendiendo las bases del negocio», remarca ante la consulta de iProUP.

Pero también hace un mea culpa: «Esto pasa porque los inversionistas generan un círculo vicioso. Hay un fuerte FOMO (siglas en inglés de «miedo a quedar afuera») dentro de estos contextos que lleva a poner plata sólo porque otros lo hicieron».

«También tenemos la presión constante de encontrar al ‘próximo unicornio’, pero la estrategia de SoftBank y lo que pasó con WeWork va a cambiar un poco el panorama de cara a lo que viene», completa Farfán.

Los objetivos de los venture capital empezaron a alinearse. Luego de observar cómo el ecosistema tambaleó con los traspié de WeWork y Uber, más la inyección de dinero en forma desmedida, los actores del sector comenzaron a pensar una nueva estructura para evitar una nueva burbuja.

Fuente: iproup.com, 26/11/19.

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Frágil, robusto y antifrágil

noviembre 27, 2019

Resumen del libro Antifrágil, de Nassim Nicholas Taleb.

Antifrágil

La tríada: frágil, robusto y antifrágil

Pensemos en algo frágil, algún objeto de nuestra sala de estar, como el televisor o la porcelana del aparador. Si los etiquetamos como “frágiles” significa, necesariamente, que queremos que gocen tranquilidad, orden y previsibilidad. A un objeto frágil no le sentará nada bien un terremoto ni la visita de un sobrino hiperactivo. Todo lo que aborrece la volatilidad aborrece los agentes estresantes (estresores), el daño, el caos, los sucesos, el desorden, las consecuencias imprevistas, la incertidumbre y, por encima de todo, el tiempo.En el lado opuesto a lo frágil hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar, al desorden y a los estresores, y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre.Pero, a pesar de la omnipresencia de este fenómeno, no existe una palabra que designe exactamente lo contrario de lo frágil. Aquí lo llamaremos antifrágil. Pensemos, por ejemplo, en Suiza, el lugar más antifrágil del planeta, ya que se beneficia de las crisis que se dan en el resto del mundo.La antifragilidad es más que resiliencia o robustez. Lo robusto aguanta los choques y sigue igual; lo antifrágil mejora. Esta propiedad se halla detrás de todo lo que ha cambiado con el tiempo: las revoluciones, la innovación tecnológica, el éxito cultural, la supervivencia empresarial, las buenas recetas de cocina, el ascenso de ciudades, las bacterias resistentes… incluso nuestra existencia como especie.La antifragilidad es relativa a una situación dada. Un boxeador puede ser robusto, sano en lo que se refiere a su condición física, y puede mejorar de un combate al siguiente, pero podría ser emocionalmente frágil y romper a llorar si su novia lo dejara. Nuestras abuelas podrían tener o haber tenido unas cualidades opuestas: una complexión frágil y una fuerte personalidad.El objetivo último de este libro es descubrir aquellas reglas que nos permitan pasar de lo frágil a lo antifrágil reduciendo la fragilidad o controlando la antifragilidad.

Lo antifrágil se beneficia de los estresores

Cuando algo no vivo se somete a estrés, sufre fatiga o se rompe. Nuestra casa o la mesa de nuestro despacho se acabarán gastando y no podrán repararse por sí solas. Puede que sean robustas, pero no pueden ser intrínsecamente antifrágiles.Por el contrario, los seres vivos y los sistemas complejos se comportan de una forma muy diferente. Están formados por componentes que interaccionan entre sí, intercambiando información por medio de estresores. Y precisamente por eso, pueden llegar a ser antifrágiles.Pensemos en el ser humano. Nuestro cuerpo no obtiene información sobre el entorno por medio del sistema lógico, la inteligencia o la capacidad de razonar y calcular, sino por medio del estrés y de las hormonas u otros mensajeros que aún están por descubrir. Los huesos del cuerpo, por ejemplo, se refuerzan cuando se ven sometidos a la gravedad, por ejemplo después de hacer ejercicio. Y del mismo modo que pasarse un mes en la cama provoca atrofia muscular, los sistemas complejos se debilitan si se ven privados de estresores.Me gusta el ejemplo de la adquisición del lenguaje: no sé de nadie que haya aprendido su lengua materna estudiando gramática y sometiéndose a exámenes cada dos por tres. Adquirimos mejor una lengua cometiendo errores, cuando debemos comunicarnos en circunstancias más o menos difíciles.El problema es que gran parte de nuestro mundo moderno tan estructurado nos ha estado perjudicando con artilugios y políticas desde arriba que hacen precisamente eso: menoscabar la antifragilidad de los sistemas. Esta es la tragedia de la modernidad: al igual que esos padres tan sobreprotectores que rozan la neurosis, quienes más nos intentan ayudar son quienes más nos acaban perjudicando.¿Por qué ocurre esto? En primer lugar, por lo que llamo “opacidad causal”. El intercambio de información entre los componentes de un sistema complejo es mucho más intrincado de lo que muchos nos quieren hacer ver. A nuestro alrededor hay muchas más fuentes de información de las que vemos y es difícil ver la flecha que relaciona causa y consecuencia. Esta opacidad hace que la lógica habitual y una gran parte de los métodos convencionales de análisis sean inaplicables. En un sistema complejo no podemos limitarnos a aislar una sola relación causal. Es más, la lógica, por definición, excluye los matices, y dado que la verdad reside únicamente en los matices, la lógica es un instrumento inservible para hallar la verdad en las ciencias morales y políticas.En segundo lugar, la idea de que los sistemas pueden necesitar algo de estrés y agitación ha sido pasada por alto por quienes la captan en un ámbito pero no en otro. Algunas personas pueden entender una idea en un ámbito como la medicina y no reconocerla en otro como la socioeconomía.Veamos un ejemplo de la dependencia del ámbito: preguntemos a un ciudadano estadounidense si alguna agencia gubernamental debería controlar el precio de los automóviles o de los periódicos. Seguramente nos acusaría de comunistas por el simple hecho de haberlo planteado. Vale. Luego señalémosle con mucho tacto que la Reserva Federal de los Estados Unidos se dedica, precisamente, a controlar y fijar el precio de otro bien, el tipo de interés. Ron Paul, candidato a la presidencia de los Estados Unidos, fue tildado de chalado por haber propuesto que la Reserva Federal fuera abolida. Pero también le habrían llamado chalado si hubiera propuesto la creación de un organismo que controlara otros precios.En los mercados, fijar los precios, o su equivalente consistente en eliminar a los especuladores, los llamados “negociantes del ruido” —y la volatilidad moderada que provocan—, genera una ilusión de estabilidad con períodos de calma interrumpidos por grandes saltos. Puesto que los participantes no están acostumbrados a la volatilidad, tienden a atribuir la más leve variación de los precios a información privilegiada o a cambios en el estado del sistema, lo que provoca episodios de pánico. Cuando una moneda no varía nunca, el más leve de los cambios hace que la gente crea que se acerca el fin del mundo. Inyectar un poco de confusión paradójicamente estabiliza el sistema.Las variaciones también tienen una función expurgadora. Los pequeños incendios forestales eliminan periódicamente el material más inflamable, impidiendo que se acumule. Pero la prevención metódica de los incendios por seguridad hace que los incendios grandes sean mucho peores. Por razones similares, la estabilidad per se no es buena para la economía: las empresas se debilitan durante los largos períodos de prosperidad carentes de contratiempos, y las vulnerabilidades ocultas se acumulan en silencio bajo la superficie.No forma parte de la manera aceptada de pensar que el éxito, el crecimiento económico o la innovación solo puedan surgir de una “sobrecompensación” ante ciertos estresores. Esta dificultad para traducir o extrapolar es inherente al ser humano; y solo podremos aspirar a la sabiduría y a la racionalidad si ponemos empeño en superarla.En la mitología griega, Procusto era un posadero que, para hacer que los viajeros cupieran en su lecho, estiraba hasta descoyuntarlos a los demasiado bajos y cortaba las piernas de los excesivamente altos. Así lograba que todos encajaran en la cama. Estamos fragilizando sistemas sociales y económicos negándoles estresores y azar, colocándolos en el lecho de Procusto de esta modernidad tan fácil y cómoda, pero a fin de cuentas perjudicial.

Lo antifrágil reacciona frente a los contratiempos

Creo que la innovación y la sofisticación surgen de una situación inicial de necesidad a la que se responde con algo que va mucho más allá de satisfacer esa necesidad (por ejemplo, efectos no buscados de un invento). Naturalmente, hay muchos dichos sobre esta cuestión como el que reza: “El hambre agudiza el ingenio”. Podríamos decir que lo que innova es el exceso de energía que se libera al sobrerreaccionar a un contratiempo.Esta idea contradice los métodos actuales para innovar que nos hacen pensar que la innovación es producto de la financiación burocrática, de la planificación, de colocar a la gente en una clase de la Harvard Business School impartida por un Muy Condecorado Profesor de Innovación (que nunca ha innovado en nada) o de contratar a algún consultor (que tampoco ha innovado en nada). Pero es una falacia: bastaría con pensar en los muchos empresarios sin formación que han contribuido de una manera desproporcionada a diversos avances tecnológicos desde la Revolución Industrial hasta la aparición de Silicon Valley.Sin embargo, a pesar de la visibilidad de esta contraprueba y de la sabiduría que podemos adquirir de manera totalmente gratuita de los antiguos (o de las abuelas), los “modernos” intentan innovar partiendo de una situación de comodidad, seguridad y previsibilidad en lugar de aceptar la noción de que la inventiva surge de la necesidad.A este respecto, es interesante observar que la automatización de los aviones ha hecho que volar sea muy fácil y cómodo para los pilotos, pero a costa de aumentar el peligro. El relajamiento de la atención de los pilotos por falta de estímulo ha provocado muchos accidentes. Parte del problema se debe a las normativas de los organismos que regulan la aviación comercial, que han obligado al sector a basarse más en la automatización. Por suerte, estos mismos organismos han acabado reconociendo el problema.Se dice que los mejores caballos pierden cuando compiten con otros más lentos y que ganan con rivales a su altura. La ausencia de un estresor y la ausencia de retos perjudica a los mejores. Como dice el poema de Baudelaire sobre el albatros, “sus alas de gigante le impiden caminar”: muchos rinden más en cálculo avanzado que en cálculo básico.Como vemos, la antifragilidad es lo que se despierta y reacciona en exceso para compensar los estresores y el daño. Ahora bien, no hay que confundir esto con mezclar ruido y señal a la hora de reaccionar. Imaginemos a una de esas personas a las que en el habla cotidiana calificamos de neuróticas. Si su negocio sufre un pequeño percance reacciona como si se hallara al borde de la quiebra. En lugar de reaccionar a las cosas, sobrerreacciona. Comparémosla con alguien imperturbable, con la capacidad de mantener la calma bajo fuego enemigo que se considera tan necesaria para llegar a ser un líder. En ocasiones, reaccionan si lo ven necesario y, a diferencia del neurótico, las raras veces que se enfadan todo el mundo lo nota y se lo toma muy en serio.Las personas ecuánimes solo reaccionan a información real y las neuróticas reaccionan principalmente al ruido. El ruido es lo que tendríamos que pasar por alto; la señal es lo que deberíamos tener en cuenta.Esta incapacidad personal o intelectual de distinguir entre ruido y señal es lo que está detrás de la intervención excesiva (e ingenua). Quienes actúan en las grandes empresas o en la política y cuentan con un complejo departamento dedicado a reunir datos sobrerreaccionan y confunden el ruido con información. Cuantos más datos miremos, más desproporcionada será la cantidad de ruido que obtengamos (en lugar de lo valioso, la señal).Y es que, en general, hay mucho ruido procedente de los medios de comunicación y su glorificación de lo anecdótico. Gracias a esto vivimos cada vez más en una realidad virtual separada del mundo real y cada vez nos damos menos cuenta. Y al ofrecernos explicaciones y teorías, los medios de comunicación nos inculcan la ilusión de que entendemos el mundo. Así, cuando los sistemas reprimidos y con hambre de desorden natural se vienen abajo —algo que les debe suceder tarde o temprano por ser frágiles— su caída nunca se atribuye a la fragilidad y se interpreta como el resultado de una mala previsión (que, según dicen, habría que “perfeccionar”). Sería muy poco inteligente atribuir el derrumbe de un puente frágil al último camión que lo ha cruzado, y aún lo sería más intentar predecir qué camión hará que se derrumbe. Pero eso es lo que sucede en demasiadas ocasiones. Lo que se debe estudiar es el sistema y su fragilidad, no los sucesos. No nos dejemos engañar: el índice de acierto en la previsión de sucesos raros importantes en ámbitos como la política o la economía no es que esté cerca de cero, es que es cero.Si prácticamente todo lo que viene de arriba fragiliza y bloquea la antifragilidad y el crecimiento, todo lo que surge desde abajo prospera con una cantidad adecuada de desorden y de estrés. El proceso mismo de descubrimiento, de innovación o de avance tecnológico depende de la manipulación o experimentación antifrágil, de asumir riesgos con audacia más que de la educación formal. A un vendedor de pistachos en el zoco de Damasco no le hace falta resolver ecuaciones generales del equilibrio para poner precio a su producto.El caso es que las cosas que se acaban implementando tienden a nacer de la práctica, no de la teoría. Pensemos en las bellas catedrales de Europa: parecen basarse en una geometría muy compleja. La simple credulidad nos haría pensar que estas hermosas obras se deben a la matemática. Pero los arquitectos (entonces llamados maestros de obras) se basaban en reglas heurísticas, métodos empíricos, herramientas y prácticamente ninguno sabía de matemáticas. Según el historiador de la ciencia medieval Guy Beaujouan, antes del siglo XIII no había más de cinco personas en toda Europa que supieran hacer una división. Ni teoremas, ni cuentos: los maestros de obras podían averiguar la resistencia de los materiales sin las ecuaciones que tenemos hoy y la mayor parte de aquellos edificios aún siguen en pie.Debe quedar claro que no estoy diciendo que las teorías o la ciencia académica no estén detrás de algunas tecnologías prácticas cuya aplicación final surge directamente de ellas. Pero hay todo un corpus de conocimientos prácticos que ha sido transmitido de maestros a aprendices. Y es que el papel del conocimiento formal está sobrevalorado precisamente por ser muy visible.

Tu fragilidad es mi antifragilidad

Los restaurantes son frágiles y compiten entre sí, pero el conjunto de los restaurantes de una localidad es antifrágil por esta misma razón. Si cada restaurante fuera robusto como unidad, y por lo tanto inmortal, el negocio global se habría estancado o debilitado y lo mejor que serviría sería un menú de bar al estilo soviético. Además, sufriría los efectos de carestías sistémicas y, de vez en cuando, caería en una crisis total y tendría que ser rescatado por el Gobierno.Todo lo que está vivo o es de naturaleza orgánica tiene una vida finita y acaba muriendo. Pero lo que muere lo hace después de dejar descendencia con un código genético que difiere en algún aspecto del de su progenitor. La naturaleza no considera que los individuos sean muy útiles cuando han agotado su capacidad de reproducción. Prefiere dejar que el juego continúe en el nivel informativo, el del código genético. Así pues, los organismos deben morir para que la naturaleza, esa naturaleza cruel, oportunista y egoísta, sea antifrágil.Hagamos el experimento mental de imaginar la situación de un organismo inmortal, sin fecha de caducidad. Para satisfacer las condiciones de la inmortalidad, los organismos deberían predecir el futuro a la perfección: menos que eso sería insuficiente. Pero al dejar que los organismos vivan y mueran y se produzcan modificaciones entre generaciones sucesivas, a la naturaleza no le hace falta predecir condiciones futuras más allá de una idea muy vaga de la dirección que se debe seguir. Cada suceso aleatorio traerá su propio antídoto en forma de variación ecológica. Es como si la naturaleza se modificara a sí misma y modificara su estrategia a cada instante.Consideremos este fenómeno desde el punto de vista de la vida económica. Si la naturaleza gobernara la economía, no rescataría constantemente a sus miembros para que vivieran eternamente. Ni tendría administraciones permanentes ni departamentos de previsión que intentaran adelantarse al futuro. No dejaría que los timadores de la Oficina de Administración y Presupuesto de los Estados Unidos cometieran tales errores de arrogancia epistémica.Ya hemos visto que en el contexto adecuado los estresores son información. Para lo antifrágil, el perjuicio causado por los errores debería ser menor que el beneficio. Naturalmente, me refiero a algunos errores, no a todos: los que no destruyen un sistema ayudan a impedir males mayores. Si el Titanic no hubiera naufragado y el coste en vidas no hubiera sido tan grande, se habrían construido transatlánticos cada vez más grandes y el siguiente naufragio habría sido aún más trágico. Este ejemplo ilustra la diferencia entre los beneficios para el sistema y los perjuicios para algunos de sus componentes individuales.Cada accidente aéreo nos acerca más a la seguridad, mejora el sistema y hace que el siguiente vuelo sea más seguro. Pero los sistemas de esta clase aprenden porque son antifrágiles y explotan los errores “pequeños”; no se puede decir lo mismo de las grandes crisis económicas porque el sistema económico no es antifrágil tal como está organizado hoy. La razón es que cada año hay centenares de miles de vuelos de pasajeros y el accidente de uno no repercute en los demás: los errores son localizados; en cambio, los sistemas económicos globalizados actúan como uno solo y los errores se propagan agravándose cada vez más.Para que la economía sea antifrágil y experimente lo que llamamos evolución, cada empresa por separado tiene que ser necesariamente frágil, estar expuesta a quebrar; y es que, para mejorar, la evolución necesita que los organismos (o sus genes) mueran para ser sustituidos por otros más aptos o que los menos aptos no se reproduzcan. En consecuencia, la antifragilidad de un nivel puede exigir la fragilidad —y el sacrificio— de un nivel inferior. Cada vez que preparamos nuestro café matutino con una cafetera, nos beneficiamos del fracaso —y la fragilidad— del empresario que no ha logrado que tengamos una cafetera mejor en la encimera.Es desagradable pensar que la crueldad sea un motor de la mejora. Pero hay maneras de mitigar el perjuicio para los más débiles. La solución es crear un sistema en el que la caída de uno no pueda arrastrar a otros porque los fracasos continuos actúan para mantener el sistema. Paradójicamente, muchas políticas sociales e intervenciones de los gobiernos acaban perjudicando a los débiles y consolidando a los ya establecidos.Para progresar, la sociedad moderna debería tratar a los empresarios arruinados de la misma forma que la humanidad ha venido honrando a los soldados muertos. Y es que del mismo modo que no hay soldados fracasados con independencia de que estén muertos o vivos (salvo que hayan dado muestras de cobardía), tampoco hay empresarios o investigadores científicos fracasados.

Lo antifrágil se puede enfrentar a los Cisnes Negros

Es mucho más fácil saber si algo es frágil que predecir un suceso que lo pueda dañar. La fragilidad se puede medir, pero el riesgo no (salvo en los casinos y en la cabeza de quienes se proclaman “expertos en riesgos”). Esto ofrece una solución a lo que he llamado el problema de los Cisnes Negros: la imposibilidad de calcular los riesgos de sucesos raros y de gran trascendencia y de predecir su incidencia.Los Cisnes Negros son sucesos a gran escala, imprevisibles, irregulares y con unas consecuencias de muy gran alcance que sorprenden y perjudican a ciertos observadores que no los han previsto y a los que llamaremos “pavos”. Un carnicero alimenta durante mil días a un pavo. El pavo es feliz. Y entonces llega el día de Acción de Gracias y ser un pavo ya no es muy buena idea… El día de Acción de Gracias será un suceso de Cisne Negro pero solo para el pavo, no para el carnicero. La historia del pavo también nos revela a la madre de todos los errores perjudiciales: confundir la ausencia de prueba (de un perjuicio) con la prueba de ausencia, un error que, como veremos, es bastante común.Nos dedicamos a refinar nuestra comprensión de lo ordinario creando modelos y teorías que no sirven para contemplar esos sucesos ni medir la posibilidad de que se den. Por ejemplo, los profesionales de la gestión de riesgos buscan en el pasado información sobre el llamado peor escenario y la emplean para calcular riesgos futuros: este método se llama “prueba de estrés”. Toman la peor recesión histórica, la peor guerra o los peores índices de desempleo como referencia para calcular el peor resultado futuro. Pero nunca se dan cuenta de esta incongruencia: cuando ese peor escenario del pasado sucedió, superó al “peor escenario” de su época. He llamado problema de Lucrecio a este fallo mental en honor al filósofo y poeta latino que escribió que el tonto cree que la montaña más alta del mundo es la más alta que ha visto él.Lo mismo sucedió con el reactor nuclear de Fukushima, que sufrió un fallo catastrófico en 2011 a consecuencia de un tsunami. Había sido construido para resistir el peor terremoto histórico y los constructores no imaginaron que pudiera ocurrir otro peor. Del mismo modo, en su disculpa ante el Congreso estadounidense, el expresidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el fragilista doctor Alan Greenspan, ofreció el clásico “Nunca había pasado algo así”. Pues bien, la naturaleza, a diferencia del fragilista Greenspan, se prepara para lo que no ha sucedido antes presuponiendo que puede ocurrir algo peor.Los Cisnes Negros nos hacen creer que “casi” los hemos previsto porque los podemos explicar retrospectivamente cuando ya han pasado. La ilusión de que los podemos prever impide que nos demos cuenta de su papel en la vida. La vida es más —muchísimo más— laberíntica de lo que aparece en nuestra memoria: la mente convierte la historia en algo uniforme y lineal y hace que subestimemos el azar.Si sabemos en qué lado estamos de la tríada, es decir, si somos frágiles, robustos o antifrágiles, podemos determinar más fácilmente nuestra sensibilidad al daño causado por la volatilidad en lugar de rompernos la cabeza tratando de prever el suceso raro (Cisne Negro) que nos puede causar un daño irreparable.Nuestra misión en la vida (y la de cualquier sistema complejo que se precie) pasa a ser, simplemente, la de no pensar como el pavo o, si es posible, la de ser todo lo contrario, es decir, antifrágiles. Pero para no ser como nuestro querido pavo debemos empezar entendiendo la diferencia entre la estabilidad verdadera y la artificial.Consideremos la suerte que han corrido los hermanos John y George. John lleva veinticinco años de administrativo en el departamento de personal de un gran banco. George es taxista.John tiene un sueldo totalmente previsible (o eso cree), además de seguro médico y cuatro semanas de vacaciones al año. Suele despertarse diciéndose a sí mismo que “la vida va bien”. Pero eso era antes de que estallara la crisis bancaria y se diera cuenta de que su trabajo pasaría a ser “redundante”. Estar en el paro le afectaría muchísimo ya que tiene más de cincuenta años.George tiene días buenos en los que puede ganar un buen dinero; otros son peores y apenas cubre gastos; pero viene a ganar más o menos lo mismo que su hermano. Dada la variabilidad de sus ingresos, siempre se queja de no gozar de la seguridad laboral de su hermano; pero, en el fondo, este anhelo es una ilusión porque acabará mejor parado que él.Y es que esta es la ilusión fundamental de la vida: la ilusión que nos dice que la aleatoriedad es peligrosa, que es mala, y que hay que eliminarla. Los trabajadores por cuenta propia tienen unos ingresos con cierta volatilidad pero son bastante robustos frente a un Cisne Negro de poca importancia que pueda dejarlos sin ingresos. Sus riesgos son muy claros. Pero no pasa lo mismo con los asalariados: no tienen volatilidad y se ven sorprendidos cuando sus ingresos se quedan en nada tras ser despedidos. Sus riesgos están ocultos.Gracias a la variabilidad, los profesionales autónomos tienen un poco de antifragilidad: las variaciones pequeñas hacen que se adapten y aprendan del entorno, porque en cierto modo se hallan bajo una presión continua para hacerlo. Recordemos que los estresores son información; estos profesionales afrontan continuamente esos estresores y se amoldan de una manera oportunista.Así pues, y lamentablemente, a los seres humanos nos da tanto miedo la segunda forma de variabilidad que de una manera ingenua fragilizamos los sistemas —o impedimos que sean antifrágiles— protegiéndolos. En otras palabras, evitar los errores pequeños hace que los grandes sean más graves. Cuanta más variabilidad observamos en un sistema, menos propenso es a los Cisnes Negros.Y es que la antifragilidad es el mejor antídoto contra los Cisnes Negros. Olvídese de los “científicos” que se dedican a predecir lo impredecible.

cisne negro

El método de la haltera

Vamos a describir una estrategia para lograr antifragilidad, es decir, para pasar al lado derecho de la tríada. El primer paso para llegar a la antifragilidad consiste en reducir lo desfavorable antes de aumentar lo favorable; por decirlo de otro modo, consiste en reducir la exposición a Cisnes Negros negativos y dejar que la antifragilidad natural actúe por sí sola.Puede que sea evidente, pero se suele pasar por alto: reducir la fragilidad es un requisito, no una opción. Y es que la fragilidad es extenuante, igual que una enfermedad terminal. Si un paquete se rompe en condiciones adversas no se va a arreglar por sí solo cuando las condiciones vuelvan a ser adecuadas.Los hombres de negocios suelen pasar por alto la importancia de abordar la fragilidad primero de todo porque tienden a creer que su principal misión es generar beneficios. No ven que la supervivencia es más prioritaria que el éxito. Antes que obtener beneficios y comprarse un BMW, sería buena idea sobrevivir. En otras palabras, si algo es frágil, la amenaza de que se rompa implica que todo lo que hagamos para mejorarlo o hacerlo “eficiente” será inútil si antes no reducimos el riesgo de rotura.Es lo mismo que pasa con el crecimiento del PIB (producto interior bruto). Se puede lograr con toda facilidad endeudando a las generaciones venideras y permitiendo que la economía del futuro se pueda venir abajo por la necesidad de saldar esa deuda. Del mismo modo que la noción de “velocidad” es irrelevante para un avión que presenta un riesgo elevado de estrellarse porque sabemos que puede no llegar a su destino, al crecimiento económico con fragilidades no se le debe llamar crecimiento, algo que los gobiernos aún no han entendido. En la época dorada de la Revolución Industrial el crecimiento fue muy modesto, inferior al 1 %. Pero, aun siendo tan bajo, fue un crecimiento robusto, no como la carrera insensata de tantos Estados actuales que, en su intento de crecer, se comportan como conductores adolescentes borrachos de velocidad.¿En qué consiste la estrategia de la haltera? El objetivo de la haltera (la barra con pesas que utilizan los halterófilos) es ilustrar la idea de combinar dos extremos que se mantienen separados evitando el centro o punto medio. Con una haltera podemos adoptar la doble actitud de ir a lo seguro en algunas áreas (robusto ante los Cisnes Negros negativos) y de asumir muchos riesgos pequeños en otras (abierto a los Cisnes Negros positivos) con el fin de lograr antifragilidad.Veamos un ejemplo de haltera en el campo de las finanzas: si guardamos el 90 % de nuestros fondos en efectivo (siempre que estemos a salvo de la inflación) e invertimos el 10 % restante en valores de mucho riesgo, por un lado es imposible que perdamos más del 10% y por el otro podemos obtener pingües beneficios. Alguien que invierta el 100 % en los llamados valores de riesgo “medio” se expone a la ruina total por un mal cálculo de los riesgos. Esta estrategia de haltera soluciona el problema de que los riesgos de los sucesos raros no se puedan calcular y sean frágiles a los errores de estimación; en este ejemplo, la haltera financiera tiene una pérdida máxima conocida.La haltera evita la “media” o el “punto medio”… porque es muy peligroso. Si nos dijeran que nuestra abuela pasará las dos próximas horas a la temperatura media de veintidós grados centígrados podríamos pensar que es una temperatura ideal. Pero resulta que la abuela se pasará la primera hora a dieciocho grados bajo cero y la segunda a sesenta sobre cero con una media equivalente a veintidós grados. Así que lo más seguro es que nos quedemos sin abuela. Como vemos, la noción de media carece de importancia cuando uno es frágil a las variaciones.Las estrategias de haltera pueden ser muy variadas. El único límite es la imaginación y las circunstancias de cada persona. A modo de ilustración pensemos en la estrategia de haltera de algunos escritores. La literatura es una de las carreras más inflexibles, más especulativas, más exigente y con más riesgo. Entre los escritores existe la tradición de buscarse una profesión libre de ansiedad, con pocas exigencias intelectuales y gran seguridad laboral, la clase de trabajo que permite dedicar el tiempo libre a escribir lo que uno quiere.En política social, una haltera consistiría en proteger a los más débiles y dejar que los fuertes cumplan con su trabajo en lugar de ayudar a consolidar los privilegios de la clase media, lo que bloquea la evolución y genera toda clase de problemas económicos que tienden a perjudicar más a los más desfavorecidos.Antes de que el Reino Unido se convirtiera en un estado burocrático, presentaba una estructura de haltera formada por aventureros (tanto en lo económico como en lo físico) y por una aristocracia. No es que la aristocracia tuviera mucho peso, pero al menos ayudaba a mantener cierto sentido de precaución mientras los aventureros recorrían el planeta en busca de oportunidades de comercio o se quedaban en casa manipulando maquinaria. Hoy la City de Londres está formada por bohemios burgueses que viven de sus bonus anuales.Hay un proverbio yiddish que reza “Prepárate para lo peor, porque lo mejor se encarga de sí mismo”. Puede parecer una perogrullada, pero no lo es. Tenemos pruebas más que suficientes de que a la gente le disgustan las pérdidas pequeñas pero no tanto los grandes riesgos tipo Cisne Negro (a los que infravaloran) porque tienden a asegurarse contra pérdidas pequeñas probables, pero no contra pérdidas grandes e infrecuentes. Precisamente lo contrario de lo que deberían hacer.La haltera es una domesticación —que no eliminación— de la incertidumbre.

La haltera

La estrategia de las opciones

Tales fue un filósofo jónico de linaje fenicio, que vivía en la ciudad de Mileto. Cansado de que sus amigos de espíritu más comercial le repitieran que “el que puede actuar actúa, y el que no, filosofa”, llevó a cabo una proeza: compró a muy bajo precio el derecho a utilizar hasta final de temporada todas las prensas de aceite de los alrededores de Mileto y de Quíos. La cosecha de aceitunas fue tan abundante y hubo tal demanda de prensas que las acabó arrendando a sus dueños con sus propias condiciones y amasó una fortuna considerable. Luego, se dedicó otra vez a filosofar.En esta opción, Tales tenía el derecho —que no la obligación— de usar las prensas en el caso de que hubiera una gran demanda y la otra parte tenía la obligación —no el derecho— de cedérselas. Tales pagó muy poco por aquel privilegio que le suponía unas pérdidas muy limitadas y un beneficio potencial muy grande. Aquella fue la primera opción de la que se tiene constancia.La opción es un agente de la antifragilidad (si nos permite ganar más de lo que podemos perder). En las finanzas, las opciones pueden ser caras, porque la gente sabe que son opciones y que alguien las vende y cobra por ellas, pero las alternativas más interesantes son gratuitas o, en el peor de los casos, baratas.Por ejemplo, supongamos que vivimos de alquiler con un contrato indefinido. Tenemos la opción de seguir en el piso el tiempo que queramos, no la obligación de hacerlo. Si un día nos da por mudarnos, basta con que se lo notifiquemos al dueño y adiós. Por otro lado, el dueño está obligado a dejar que sigamos viviendo en el piso pagando un alquiler previsible. Si los alquileres aumentaran mucho y en el mercado inmobiliario se creara una burbuja que acabara estallando, estaríamos protegidos. Por otro lado, si el precio de los alquileres se desplomara, podríamos cambiar fácilmente de piso y reducir los gastos mensuales. La bajada de los alquileres nos beneficia y la subida no nos perjudica. En cierto modo, la incertidumbre aumenta el valor de este privilegio. Y es que, cuanto mayor es la incertidumbre, más valiosa es una opción.Consideremos ahora la llamada “investigación blue sky” donde se destinan fondos a personas en lugar de a proyectos, y se asignan pequeñas cantidades a muchos investigadores. Estos inversores tienden a financiar emprendedores, no ideas. Como dicen ellos mismos, apuestan por el jockey, no por el caballo. El saldo o resultado final de una inversión de capital riesgo tiene una distribución estadística, sigue una ley de potencias con unas ventajas grandes, casi ilimitadas y, a causa de la opcionalidad, con unos inconvenientes limitados. Como me dijo un inversor de capital riesgo, “los beneficios pueden ser tan grandes que no te puedes permitir no estar en todo”. Una propiedad de la opción es que no le preocupa el resultado medio: solo le interesan los resultados favorables (puesto que los negativos no cuentan más allá de un punto dado).Si alguien tiene opcionalidad no hace falta que posea inteligencia, perspicacia, o aptitudes. Y es que no es necesario que acierte tantas veces. Lo único que necesita es tener la prudencia de no hacer tonterías que le perjudiquen (algunos actos por omisión) y reconocer los resultados favorables cuando se den.La opcionalidad es una forma alternativa de hacer cosas de una manera oportunista, y con la gran ventaja de que surge de una asimetría con beneficios grandes y perjuicios leves. Es un modo de domesticar la incertidumbre, de obrar de una manera racional sin necesidad de entender (o “adivinar”) el futuro. Cuanto mayor sea la incertidumbre, más importante será el papel de la opcionalidad y mejor nos irán las cosas. Esta propiedad es fundamental para la vida.

Tales de Mileto

El problema de la eficiencia, el tamaño y la fragilidad

Un sábado por la tarde me acerqué hasta Nueva York en automóvil. Salí con tiempo de sobra (soy un defensor a ultranza de que la gente ponga redundancia en todos los ámbitos de su vida), pero según me iba acercando al centro me encontré en medio de un atasco monumental. Las autoridades de la ciudad habían dado permiso a una productora para rodar en el puente de la calle 59 bloqueando un carril; creyeron que, al ser sábado, no habría ningún problema. Pero aquel pequeño problema de tráfico se convirtió en un caos total a causa de los efectos multiplicativos. Este caso ejemplifica el problema fundamental de la eficiencia: una modificación pequeña da unos resultados que se acumulan en un sistema muy ajustado y que, por lo tanto, es frágil. Hay gente que pasa por alto que el funcionamiento sin problemas en unas circunstancias normales es muy, pero que muy diferente al funcionamiento en momentos de estrés. El cuello de botella de la “eficiencia demasiado eficiente” es la madre de todas las fragilidades.Pero no solo la eficiencia causa fragilidad; también el tamaño de los sistemas. El 21 de enero de 2008, el prestigioso banco parisino Société Générale se apresuró a vender en el mercado unos setenta mil millones de dólares en acciones. Los mercados no estaban muy activos porque era festivo en Estados Unidos, pero las bolsas de todo el mundo cayeron en picado cerca de un 10 %, lo que le costó cerca de seis mil millones de dólares en pérdidas solo por esta liquidación. Lo que sucedió es que habían descubierto un desfalco. Jéróme Kerviel, un administrador de operaciones financieras del banco, había estado apostando unas sumas enormes en el mercado y había ocultado estas exposiciones. Así que no les quedó más opción que vender de inmediato esas acciones que no sabían que poseían.Una liquidación de setenta mil millones de dólares en acciones supone una pérdida de seis mil millones. Pero una liquidación por valor de una décima parte, siete mil millones, no generaría ninguna pérdida porque los mercados absorberían esta cantidad sin caer en el pánico y hasta puede que no se dieran ni cuenta. Dicho de otro modo, si en lugar de un banco muy grande tuviéramos diez bancos más pequeños cada uno con su Micromonsieur Kerviel proporcional realizando estas operaciones fraudulentas al azar, las pérdidas totales para los diez bancos serían prácticamente nulas.Los análisis a posteriori fueron claramente erróneos porque atribuyeron el desastre a los malos controles del malvado sistema capitalista, y a la falta de vigilancia por parte del banco. Pero no había sido así. Tampoco fue un caso de “codicia”, como solemos pensar. El problema se debió básicamente al tamaño y a la fragilidad que conlleva.La historia de Kerviel es muy ilustrativa y la podemos generalizar a otros ámbitos. En el campo de la gestión de proyectos, Bent Flyvbjerg ha presentado pruebas sólidas de que un aumento en el tamaño de los proyectos se plasma en retrasos y en unos costes cada vez más elevados. Pero hay un matiz: hay proyectos que se pueden dividir en partes, pero otros no. Por ejemplo, los proyectos para construir puentes suponen una planificación monolítica porque no se pueden descomponer en partes más pequeñas. En el caso de las carreteras, que se construyen por tramos pequeños, el efecto del tamaño no suele ser muy grave, porque los responsables del proyecto solo cometen errores leves y se pueden adaptar a ellos.Antes se pensaba que esta subestimación de los costes de los proyectos se debía a un sesgo psicológico, a un exceso de confianza (optimismo). Pero el gran misterio es que esta subestimación parecía no existir hasta hace aproximadamente un siglo, aunque los seres humanos eran como ahora y tenían los mismos sesgos. Pensemos en el Crystal Palace de Londres, construido para la Exposición Universal de 1851. Entre la concepción del palacio y su inauguración solo pasaron nueve meses. El edificio era como un invernadero inmenso; se construyó a base de bastidores de hierro colado y de cristal fabricados casi exclusivamente en Birmingham y Smethwick.Para diseñar el proyecto no se usaron ordenadores, las piezas no se montaron lejos de su origen y en la cadena de producción participaron pocas empresas. En aquella época tampoco existían escuelas de empresariales que enseñaran algo llamado “gestión de proyectos” y fomentaran el exceso de confianza. Tampoco había empresas de consultoría. El problema de la agencia (la divergencia entre el interés del agente y el de su cliente) no era significativo. En otras palabras, era una economía mucho menos compleja que la de hoy.Los efectos de Cisne Negro van necesariamente en aumento como resultado de la complejidad, la interdependencia entre las partes, la globalización y la maldita “eficiencia” que hace que la gente se la juegue demasiado. Añadamos a eso los asesores y las escuelas de empresariales. Un solo problema en algún punto puede paralizar todo un proyecto, y los proyectos tienden a ser tan débiles como el eslabón más débil de la cadena. El mundo es cada vez menos previsible y nos basamos más y más en tecnologías que tienen errores y en interacciones que son difíciles de calcular y aún más de predecir.Y si pensamos en los gobiernos es fácil entender por qué nos meten en problemas con el dichoso déficit público: su infravaloración de los costes de los proyectos es crónica y al final terminan gastando más de lo que nos dicen. Esto me ha llevado a formular una regla de oro para todo gobierno: prohibido endeudarse, equilibrio fiscal obligatorio.

Menos es más (antifrágil)

La idea de que, en la toma de decisiones, “menos es más” significa que los métodos más simples de predicción e inferencia pueden funcionar mucho (pero mucho) mejor que otros de mayor complicación. La idea es contar con estrategias heurísticas “rápidas y frugales” con las que tomar buenas decisiones aunque el tiempo, el conocimiento y la capacidad de cálculo sean limitados.Un ejemplo de regla sencilla: hay ámbitos en los que el suceso raro (bueno o malo) tiene un efecto desproporcionado que normalmente somos incapaces de ver, por lo que si nos centramos en el aprovechamiento de (o en la protección frente a) un suceso raro de ese tipo, produciremos un cambio más que considerable en nuestra exposición al riesgo. Preocupémonos simplemente por nuestra exposición a los Cisnes Negros y la vida será más sencilla.Algunas personas están familiarizadas con la “regla del 80-20”, basada en el descubrimiento que hizo Vilfredo Pareto hace más de medio siglo de que el 20 % de la población de Italia era propietaria del 80 % de la tierra. Sin embargo, pocas son las personas conscientes de que nos estamos desplazando hacia una distribución mucho más desigual, de un “99-1”, en muchos ámbitos: un 99 % del tráfico de internet es atribuible a menos del 1 % de los sitios web; un 99 % de las ventas de libros corresponden a menos del 1 % de los autores… Casi todo lo contemporáneo tiene efectos de “el ganador se lo lleva todo”, y ahí están incluidas fuentes tanto de daños como de beneficios. Como consecuencia, con un 1 % de modificación de los sistemas puede reducirse la fragilidad (o incrementarse la antifragilidad) aproximadamente en un 99 %, y lo único que se necesita para ello son unos pocos pasos, muy pocos, y con bajo coste por lo general, para hacer que las cosas sean mejores y más seguras.Sin embargo, la gente se empeña en tener más datos para “solucionar problemas”. Tener más datos, como prestar atención al color de los ojos de las personas que nos rodean cuando estamos cruzando una calle, por ejemplo, puede impedirnos ver el camión enorme que se nos viene encima. Tal como Paul Valéry escribió en una ocasión, “cuántas cosas hay que ignorar para actuar”.

Conclusión

Cuando ha tenido lugar un suceso, en lugar de echar la culpa a la incapacidad de haberlo visto venir habría que culpar a la incapacidad de entender la (anti)fragilidad; dicho de otro modo, deberíamos preguntarnos por qué hemos construido algo tan frágil a sucesos de esta clase. No prever un tsunami o una crisis económica es excusable; construir algo que sea frágil a ellos no lo es. Podemos ver una idea similar en las palabras (quizá apócrifas) de Warren Buffett cuando dijo que intenta invertir en negocios que sean “tan buenos que hasta los pueda dirigir un idiota; porque, tarde o temprano, alguno lo hará”.Pero no tendríamos una visión completa de la tríada si no abordáramos la cuestión de la ética. Y es que hay personas que, parapetadas tras la opacidad y la complejidad de nuestro mundo, tratan de ocultar riesgos y perjudicar a otras sin que la ley ni la justicia sean capaces de detectarlas y ponerles freno. El peor problema de la modernidad radica en la transferencia maligna de fragilidad y antifragilidad de unas partes a otras, de manera que las primeras se quedan con los beneficios y las segundas son las receptoras (inadvertidas) de los daños. Estamos ante el denominado “Problema de la agencia”. Imaginemos una situación en la que el administrador de una empresa no es el verdadero dueño de esta, por lo que sigue una estrategia que parece razonable, pero que ocultamente le beneficia y le vuelve antifrágil a expensas (en forma de fragilidad) de los verdaderos dueños o de la sociedad. Cuando ese gestor acierta, recoge abundantes beneficios; cuando se equivoca, son otros los que pagan la factura.Estas situaciones poco éticas, cuando salen a la luz, se intentan camuflar con todo tipo de argumentos espurios. Fijémonos en esas empresas “demasiado grandes para caer” que se parapetan tras el argumento de que tienen una plantilla compuesta por cientos de miles de personas a las que no pueden abandonar. Como si eso fuera una “virtud” para que grandes sociedades anónimas burocratizadas se hayan hecho con el control del Estado simplemente por el hecho de que son “grandes empleadoras” y, gracias a ello, poder extraer de este importantes ventajas a expensas de las pequeñas y medianas empresas.Pero ¿cómo resolvemos este problema? Los antiguos parece que estaban mucho más avanzados de lo que estamos hoy en día a este respecto. Los romanos, por ejemplo, consideraban que los ingenieros debían pasar un tiempo bajo el puente que acababan de construir. No se trataba de castigar a los culpables con efectos retroactivos, sino de salvar vidas proporcionando desincentivos para que quien desempeñara su profesión se abstuviera al máximo de causar daños a otros.Puede que tengamos mayor justicia social que nunca antes en la historia, pero también padecemos muchas más transferencias de opcionalidad. Cuando se trata de predicciones, las palabras de los académicos, los consultores y los periodistas pueden ser solamente eso, palabras despojadas de toda prueba de verdad. Como siempre sucede con las palabras, no siempre vencen las más correctas, sino las más cautivadoras.Si alguien conduce un autobús escolar con los ojos vendados y tiene un accidente, se enfrenta a dos posibilidades: o bien muere, o bien, si sale vivo, se verá sometido a tal cantidad de penalizaciones como para no poder conducir nunca más vehículos en los que transporte a otras personas. El problema, sin embargo, es que la mayoría de los fragilistas siguen ahí, al volante del autobús. No hay penalización prevista para los creadores de opinión, banqueros, consultores, irresponsables (y trajeados) ejecutivos de empresa, burócratas… que dañan a la sociedad. Y esa es una práctica muy negativa. Ahí está, por ejemplo, la administración Obama, que trató de combatir la crisis de 2008 nutriendo sus filas de aquellas mismas personas que, poco antes, habían conducido el autobús con una venda en los ojos. A los causantes se les premió, encima, con un ascenso.Los bancos han perdido últimamente más de lo que jamás ganaron a lo largo de su historia, pero sus directivos han cobrado miles de millones de dólares en forma de retribuciones y bonificaciones. Los contribuyentes se hacen cargo de las consecuencias negativas; los banqueros se quedan con las positivas. Y las políticas dirigidas a corregir el problema están perjudicando a personas inocentes mientras los banqueros siguen con sus vidas de lujo.Quien no vea esta transferencia de antifragilidad como un robo, ciertamente tiene un problema (o es que está en el ajo).

Fin del resumen ejecutivo

Biografía del autor

Nassim Nicholas Taleb

Nassim Nicholas Taleb (Amioun, Líbano, 1960) ha dedicado su vida a investigar las reglas y la lógica de la suerte, la incertidumbre, la probabilidad y el saber. Matemático empírico, a la vez que analista del comportamiento económico de los seres humanos, trabajó durante 21 años como gestor de hedge funds y trader de productos derivados. Taleb ha sido investigador y docente en diversas instituciones académicas, como la NYU’s School of Engineering o la Universidad de Massachusetts en Amherst.

Es autor de los libros ¿Existe la suerte? (Ediciones Paidós, 2009), The Bed of Procrustes (Random House, 2010), El Cisne Negro (Ediciones Paidós, 2011) y Antifrágil (Ediciones Paidós, 2013).

¿Existen los Derechos Civiles en el Socialismo?

noviembre 27, 2019

¿Es compatible el socialismo con los derechos civiles?

Por Franklin López Buenaño.

Hay una confusión bastante común mediante la cual se percibe como socialistas a varios países europeos solo por el hecho de que tienen un estado de bienestar.

A raíz del fracaso monstruoso del correato y del chavismo en Ecuador Venezuela, respectivamente, se abre al debate sobre qué mismo es socialismo y si un socialismo light es compatible con la democracia liberal, entendida esta como un sistema político que defiende y garantiza una serie de valores como el derecho a la vida, a la libre expresión, a la propiedad privada (menos ese eufemismo de “con función social”), a la libertad de cultos, a la igualdad ante la ley, la igualdad de contratación, la igualdad de asociación, división e independencia de poderes, alternancia en el poder, respeto a las minorías, y otras más.  Este ensayo pretende concluir que el socialismo no es compatible con la democracia liberal. Por supuesto, lo primero es definir qué es socialismo y qué no es socialismo.

Comienzo afirmando que hay una confusión bastante común en este campo. La confusión la resume de maravilla el columnista del diario El Comercio (Ecuador): Rodrigo Fierro Benítez[1]: “Me declaro socialista del siglo XXI, demócrata liberal si de precisiones se trata. No se crea que soy de los pocos: son millones los que abandonaron el marxismo-leninismo ortodoxo, es decir el socialismo real, el de la Unión Soviética[2]. Seis meses más tarde busca aclarar más su convicción ideológica y dice: “A mi juicio, es el socialismo con libertad el paradigma en nuestros días. El imperio de la Ley, la justicia independiente, la libertad de expresión, la gestión moderadora del Estado, he ahí el socialismo democrático, el del siglo XXI”.[3]

La raíz de la incompatibilidad estriba en la frase “la gestión moderadora del Estado”, supongo que esto significa el estado de bienestar como el que existe en los países europeos. Pero eso no es socialismo, es capitalismo, la búsqueda de ganancias no está estigmatizada, las empresas grandes continúan operando, y cuando algún programa de beneficio social tiene problemas se lo reforma. Por ejemplo, consideremos el sistema educativo. Hoy en Suecia el gobierno ofrece un bono o vale a cada padre o madre para que ellos escojan la escuela para sus hijos. El gobierno noruego concede la explotación de petróleo a más de diez empresas multinacionales y ahorra los excedentes de la producción petrolera –que se invierten en el mercado de valores– para mantener su gasto fiscal en tiempos de “vacas flacas”.  Los derechos individuales a la sexualidad, al arreglo matrimonial, se enmarcan perfectamente bien a la definición de libertad de John Stuart Mill, o en lo que muchos llamarían valores burgueses.

Si a este sistema quieren llamarlo socialismo light entonces qué es capitalismo. ¿No es este un sistema en que predomina lo individual sobre lo colectivo? ¿No es un sistema en que los dueños de la propiedad tienen derecho a las utilidades o a las rentas de su dominio?  Porque aunque el gobierno se apropie del 70 por ciento de ellas el derecho no se ha conculcado. ¿No es capitalismo el sistema en donde los precios se determinan en el mercado, es decir, por la interacción de la oferta y la demanda? Den cualquier adjetivo al capitalismo, sea sistema social de mercado o liberalismo social, pero no deja de ser capitalismo.

Para los socialistas “capitalismo” es mala palabra[4], si no se atiene a los postulados de su construcción mental entonces es “neoliberalismo” (otra mala palabra). Enrique Ayala Mora, uno de los más conocidos socialistas del Ecuador, en su referencia al gobierno del socialismo del siglo XXI de Rafael Correa sostiene enfáticamente que eso no era socialismo sino capitalismo, “al contrario de su retórica, la administración de Correa optó por modernizar el capitalismo”[5] [para lo cual se requería construir la infraestructura que necesita el capital para su florecimiento]. Y continúa: «[Pero] no hubo cambio social mayor, hubo crecimiento económico pero no cambio estructural significativo». También señala que el crecimiento del sector público fue un paso positivo, aunque excesivo. En otras palabras no era socialismo.

Socialismo, a mi entender, es un sistema socioeconómico diferente, es un sistema de instituciones, de actitudes y forma de vida diferente, es otro tipo de sociedad. En la declaración de principios en el Congreso del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) de 1987 se sostiene que el partido está construyendo un socialismo enraizado en el país que sea autónomo, latinoamericano, antiimperialista. Además, que sea revolucionario para construir una nueva sociedad y un nuevo Estado, en donde la participación y el trabajo del pueblo serán los cimientos del poder y el bienestar de todos los ecuatorianos, cambiando las estructuras y eliminando las desigualdades y la injusticia[6]. Me atrevo a suponer que esta nueva sociedad también se sustentará en nuevos valores: lo colectivo sobre lo individual, la solidaridad sobre el afán de lucro, el buró planificador sobre la invisibilidad de la mano capitalista, la naturaleza sobre la codicia del extractivismo, la cooperación sobre la competencia. Cito a un preclaro socialista:

Si el socialismo va a ser una formación socioeconómica nueva  —Debo martillar esta premisa— entonces debe depender para su dirección económica sobre alguna forma de planificación, y su cultura sobre alguna forma de compromiso con la idea de una colectividad consecuentemente [el socialism es un sistema] moral.[7]

En lo económico hay que enfrentar el problema de la escasez[8]. Hay que satisfacer las necesidades del consumo presente y reemplazar los bienes de capital que se van desgastando. El cambio tecnológico debe dirigirse de tal manera que no dañe el ambiente o extinga los recursos naturales. Y para progresar y crecer económicamente el consumo presente debe reducirse y el ahorro usarse para la inversión en nuevos bienes de capital. Como no se puede dejar estos procesos a merced de las fuerzas de mercado, hay que comandar, es decir del esfuerzo consciente de dirigir, administrar, asignar, y para ello requiere de burócratas, de individuos no sólo con conocimientos del caso (tecnócratas) sino incorruptibles. ¿No es el mayor problema legado por el correato[9] la obesidad y corrupción de la burocracia?

Entonces, ¿cómo lograr que el sistema económico funcione? ¿Voluntaria u obligatoriamente? En el capitalismo los impuestos, las regulaciones, los subsidios son incentivos para que se lo haga voluntariamente[10].  El mercado no es solo un medio de obtener utilidades, es también un mecanismo para mejorar la condición del individuo, un medio para “buscar la felicidad”. Pero en el socialismo tiene que haber obligatoriedad, y eso implica en cierta medida autoritarismo[11], pero mientras más extensas y profundas sean las actividades económicas que se excluyen del mercado más extenso y profundo el autoritarismo. Lenin se encontró con este problema y así fue como se inició el socialismo real que luego desencadenó en el estalinismo despiadado. El socialismo no puede eliminar el interés propio y subordinarlo al bien colectivo voluntariamente, por consiguiente tiene que hacerlo a la fuerza.

La obligatoriedad no se reduce a la actividad económica sino también se extiende a aspectos culturales. La cultura detrás del capitalismo ha sido calificada como burguesa. Los valores burgueses celebran y animan la idea de la individualidad. Inclusive en el triunfo de los deportes colectivos (como el fútbol) no deja de festejarse el valor individual. En el socialismo la cultura de la nueva sociedad debe ser diferente, debe celebrar, apoyar, y gestar lo colectivo. Si en el capitalismo la cultura se enfoca al logro material, en el socialismo la cultura debe enfocarse a los logros morales o espirituales. El problema como lo ve Heilbroner “radica en la dificultad que una cultura socialista pueda tolerar las actitudes políticas y sociales inherentes a la burguesía”.

Los valores burgueses toleran la disidencia, permiten inclusive la subversión, las huelgas y las manifestaciones callejeras. En las universidades, en la prensa, en los movimientos políticos los individuos escriben, argumentan a favor hasta de la sedición o la secesión. ¿Por qué? Por el valor que se da a la individualidad, a la diversidad y a la pluralidad. Se podría hasta sostener que se debe a la falta de significación moral a las actividades económicas y políticas. No hay prevalencia de valores absolutos, lo que existe son opciones, proposiciones, pragmatismo y hasta utilitarismo. La democracia liberal se fundamenta sobre estos valores burgueses.

Por el contrario, si el socialismo se debe fundamentar sobre valores morales, surge la pregunta, ¿moralidad de quién? El islamismo es un sistema fundamentado en los valores musulmanes y son sistemas despóticos. Las expresiones en contra de un sistema moral son blasfemias, no se pueden tolerar la oposición o la disidencia porque destruirían el sistema. En el liberalismo el individualismo no es destructivo del sistema, en el socialismo sí. 

Como la sociedad socialista aspira a ser buena, todas las decisiones y todas las opiniones están obligadas a ser morales. Por lo tanto, cualquier desavenencia, cualquier desacuerdo que cuestione la moralidad del sistema, no solo su eficiencia o eficacia económica, sino su validez ética serían inexorablemente reprobables y por tanto punibles, sería semejante a una herejía digna de la excomunión o del cadalso.

En conclusión, el socialismo llamémoslo utópico o idealizado que no quiere confundirse con el capitalismo, conduce irremediablemente a un sistema despótico, autoritario, disfrazado de moralismo que cuando se quita la vestidura y quedan al desnudo los resultados son atroces e inexorablemente desastrosos. Por esto, se cuentan en millones los muertos que deja en su camino, se da la pauperización de sociedades prósperas como la de Venezuela o la creación de islas prisiones como la de Cuba. Estos son crímenes de lesa humanidad.

Referencias:

[1] Un médico brillante en su campo.

[2] Rodrigo Fierro. “El socialismo del siglo XXI”, diario El Comercio, 28 de junio 2018.

[3] Rodrigo Fierro. “Mi derecho a pensar”, diario El Comercio, 10 de enero 2019.

[4] No he encontrado ningún escrito socialista en el que no se condene el capitalismo o el neoliberalismo.

[5] Enrique Ayala Mora.  “Authoritarian Caudillismo and Social Movements in Ecuador”. Capítulo en el libro Ecuador TodayLoc. 2562. 

[6] Ibid. Loc. 2524.

[7] Robert Heilbroner. “What is Socialism”, revista Dissent, https://www.dissentmagazine.org/wp-content/files_mf/1433884078summer78heilbroner.pdf  (Traducción y énfasis del autor)

[8]Todo texto de economía indica que el problema de la escasez se soluciona (o reduce) de tres maneras: tradición, mercado, o comando.

[9]También lo fue en la Unión Soviética y fue una de las razones para su colapso.

[10] Estoy consciente que los impuestos y otras medidas gubernamentales sufren de un cierto grado de coerción; no obstante, también en gran medida la coerción es soslayada por las mayorías y por tanto no le quita mérito a mi argumento sobre la noción de voluntariedad en el capitalismo.

[11] Autoritarismo no es siempre totalitarismo. No es necesario que el comando sea sobre toda la economía, pero como bien ha descrito Hayek en su Camino a la servidumbre, poco a poco la obligatoriedad avanza, aunque sea a paso de tortuga.

Fuente: elcato.org

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Etiquetas: Franklin López Buenaño, socialismo, capitalismo, liberalismo, Estado de Bienestar, autoritarismo, Totalitarismo, socialismo moderno, Socialismo del Siglo XXI.

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Galeno Seguros presente en Cariló

noviembre 22, 2019

Se inauguró una nueva oficina comercial de Galeno Seguros en Cariló, provincia de Buenos Aires.

En Cariló, acaba de inaugurarse la nueva oficina comercial de Galeno Seguros, razón por la cual su Representante Comercial, la Dra. Carla Frachia Sabaris, organizó un ágape –auspiciado por Cumeló Hotel– el viernes 22 de noviembre.

Carla Frachia Sabaris es abogada, licenciada en Seguros y reside en forma permanente en Cariló.

El evento consistió en una recepción, a la cual asistieron más de cien personas destacadas de la comunidad empresaria de Cariló, también participaron importantes ejecutivos de Galeno Seguros, el propio dueño del grupo Galeno –Julio Fraomeni–, autoridades de la municipalidad de Pinamar y asesores de seguros de la costa atlántica.

Julio Fraomeni es médico y fundador del principal grupo de salud de la Argentina, el cual actualmente amplió su actividad al área de seguros generales, ART y Vida.

Luego de la recepción inicial se realizó una conferencia sobre el futuro de la economía Argentina, a cargo del Ing. Gustavo Ibáñez Padilla, quien realizó un diagnóstico de la situación actual y brindó algunos conceptos sobre el posible futuro de nuestro país. Desarrolló ideas del famoso matemático Nassim Taleb y su importancia en los emprendimientos de negocios en relación a la gestión de sus riesgos inherentes. La exposición tuvo un balanceado equilibrio entre las perspectivas positivas y negativas que se esperan para los próximos cuatro años y cómo pueden aprovecharse desde el punto de vista de los emprendimientos y los negocios.

Ing. Gustavo Ibáñez Padilla
Gustavo Ibáñez Padilla, es consultor financiero, economista y conferencista profesional.

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En un ambiente ameno y distendido los empresarios, comerciantes, ejecutivos y profesionales de la zona intercambiaron ideas y comentaron proyectos que esperan realizar, para los cuales resulta de fundamental apoyo contar con el auxilio de aliados estratégicos como Galeno Seguros, ahora presente en Cariló.

Al ser consultados sobre la importancia de contar con una oficina comercial de la compañía en Cariló, muchos emprendedores locales manifestaron que facilitaría la posibilidad de desarrollar los negocios actuales y también los nuevos emprendimientos. Coincidiendo con dichas opiniones, el reconocido referente del sector seguros, Néstor Carlos Frachia –con más de cuarenta años de experiencia en los negocios del sector– explicó la trascendencia de contar con asesoramiento profesional especializado disponible en forma presencial en la localidad, a fin de no depender de una comunicación a distancia que nunca equipara al trato personal.

Luego de la conferencia continuó el festejo, que culminó con un auspicioso brindis y una amable despedida, en la cual numerosos concurrentes manifestaron su agradecimiento al empresario hotelero Kiko Forcada, por la invitación a tan notable evento en el hotel Cumeló.

Video del evento 22/11/19
Cumeló Resort & Spa, Cariló.

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Fuente: Ediciones EP, 22/11/19.

La amante cartesiana, una historia matemática

noviembre 20, 2019

La amante cartesiana

MATEMOCIÓN

No es la primera vez que escribo en la sección Matemoción del Cuaderno de Cultura Científica sobre matemáticas y cómics. He dedicado una serie de entradas a las matemáticas de la novela gráfica Habibi (Astiberri, 2011), de Craig Thompson (véase Habibi y los cuadrados mágicosparte 1parte 2 y parte 3), y otra a las matemáticas del cómic Ken Games (Diábolo, 2009-10), de José Robledo (guionista) y Marcial Toledano (dibujante) (véase la entrada Las matemáticas en el cómic Ken Games).

En la entrada de hoy vamos a centrar nuestra atención en la novela gráfica La amante cartesiana (Egales, 2016), escrita por Paloma Ruiz Román y dibujada por Juan Alarcón.

Portada de la novela gráfica La amante cartesiana, de Paloma Ruiz Román (guión) y Juan Alarcón (dibujo), publicada en 2016 por la editorial Egales

La historia de esta novela gráfica está inspirada en un artículo del matemático José Manuel Rey, de la Universidad Complutense de Madrid, titulado A Mathematical Model of Sentimental Dynamics Accounting for Marital Dissolution (algo así como Un modelo matemático sobre la dinámica sentimental para explicar los divorcios), publicado en 2010, en la revista científica PLOS ONE (esta revista está publicada por la Public Library of Science, que es una organización editorial estadounidense sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la publicación de una serie de revistas científicas de contenido abierto).

Este artículo, por su temática, tuvo cierta repercusión en los medios de comunicación. Por ejemplo, en ABC Ciencia se publicó un artículo con el título “El amor para siempre está destinado al fracaso, según una fórmula matemática”. O en el periódico Público apareció otro artículo con un título más destinado a llamar la atención que a describir la realidad de la investigación matemática explicada en el mismo, “El amor no existe, según las matemáticas”, con la volanta más descriptiva, aunque aún un poco exagerada “Un científico español elabora un modelo teórico que sugiere que las relaciones sentimentales duraderas y satisfactorias son prácticamente imposibles”. Y este artículo, con toda probabilidad, fue leído por la autora de La amante cartesiana.

La novela gráfica empieza presentando, en las primeras páginas, la relación sentimental entre la protagonista, una profesora de matemáticas de un instituto de enseñanza secundaria, a la cual se va a ver dando clase en varias páginas de la novela gráfica, y su pareja, una fotógrafa, que más adelante en la historia viajará a Islandia para realizar un reportaje fotográfico durante seis meses.

Página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que se ve a la protagonista, una profesora de matemáticas de enseñanza secundaria, dando clase de matemáticas. En concreto, explicando algunas propiedades del número dos

Presentada la relación sentimental de esta pareja, se muestra un dibujo, de página completa, que ofrece a la persona que lee el cómic la primera pista sobre cuál va a ser el tema de la novela gráfica. En la misma se ve al matemático ruso Lev Poltryagin escribiendo fórmulas matemáticas en una pizarra, además del texto “El matemático ruso Lev Poltryagin elaboró en la década de los cincuenta la teoría de control óptimo, alumbrada para solucionar un contratiempo con un avión de combate soviético. Pero nunca imaginó que unos años más tarde se emplearía para explicar por qué hay un divorcio aproximadamente cada 80 segundos”. Por lo tanto, uno de los puntos de partida de la novela gráfica es el fracaso de las relaciones de pareja.

Página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que se ve al matemático ruso Lev Poltryagin frente a una pizarra

La historia continúa hasta que la fotógrafa debe emprender su viaje a Reikiavik, dejando a la matemática sola, sumida en una cierta tristeza. Y entonces llega la segunda información relevante, relacionada con el artículo del matemático madrileño José Manuel Rey, sobre la historia que nos están contando. Un dibujo a página completa de la protagonista, acompañada de imágenes de su pareja, de un avión, de una ciudad y de fórmulas matemáticas. Todo ello acompañado de dos textos explicativos.

El primero: “En 2010, fue el matemático José Manuel Rey quien, combinando la segunda ley de la termodinámica con las ecuaciones de control óptimo, sacó a la luz una fórmula de conclusiones poco esperanzadoras: el amor no perdura”.

Y el segundo “Las matemáticas, disciplina capaz de explicar cualquier suceso que se repita, toman como punto de partida en la fórmula lo que se puede considerar un hecho común: las relaciones por sí solas, es decir, la sustancia que las mantiene vivas, tienden a extinguirse”.

Página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que se hace hincapié en el artículo del matemático José Manuel Rey, en el que se modeliza las relaciones de pareja

El tema para la novela gráfica está servido, la fragilidad de las relaciones de pareja, y su fuente de inspiración es el artículo A Mathematical Model of Sentimental Dynamics Accounting for Marital Dissolution en el que se obtiene un modelo matemático para describir la dinámica de las relaciones sentimentales.

Como se cita en la introducción del artículo publicado por PLOS ONE, la mayoría de las personas mencionan el amor y las relaciones de pareja cuando se les pregunta por los elementos importantes para tener una vida feliz. Además, cuando las personas inician una relación amorosa a largo plazo, lo hacen bajo la premisa de vivir juntas y felices para siempre. Sin embargo, las altas tasas de divorcios, por ejemplo, en Estados Unidos y Europa, donde prácticamente una de cada dos parejas acaba en divorcio, ponen de manifiesto cierto fracaso de las relaciones sentimentales. Es lo que el matemático de la Universidad Complutense de Madrid llama la “paradoja del fracaso”, es decir, aunque en la base de las relaciones sentimentales está el que duren para siempre, muy probablemente fracasarán.

El sicólogo estadounidense John Gottman, que se ha hecho famoso por su trabajo sobre la predicción del divorcio y la estabilidad en las relaciones sentimentales, fue uno de los primeros en utilizar las matemáticas para estudiar las relaciones de pareja, en concreto, utilizó una ecuación diferencial basada en lo que llama la “segunda ley de la termodinámica para las relaciones sentimentales”, es decir, al igual que un recipiente caliente se enfriará si no se le suministra calor, las relaciones sentimentales se deteriorarán si no reciben un aporte de “energía” que compense esa tendencia al enfriamiento. Aunque, como pone de manifiesto el sociólogo estadounidense, sería interesante poder contar con un modelo matemático que describa la dinámica de las relaciones de pareja y esto es lo que hizo el matemático de la Universidad Complutense de Madrid.

Parte de una página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que se aparece la protagonista dando clase de matemáticas, en concreto, hablando del número uno

Todo modelo matemático intenta describir el “objeto de interés”, en este caso la dinámica de las relaciones sentimentales, simplificando el problema, intentando quedarse con las partes esenciales del mismo. Uno de los ejemplos más ilustrativos de esta situación es el grafo del problema de los puentes de Königsberg, que está en el origen de la teoría de grafos (véase el libro Del ajedrez a los grafos (RBA, 2015) o la entrada El problema de los tres caballeros y los tres criados). Cuanto más se simplifique, más manejable será el modelo, más claras y útiles serán las conclusiones, aunque también puede ocurrir que perdamos parte de la información en el proceso de abstracción; pero si no se simplifica lo suficiente el problema, el modelo puede ser demasiado complejo para tratarlo y las conclusiones serán menos útiles. Algo así como ocurre con los mapas. En los mapas siempre se pierde parte de la información, pero son muy útiles. Por ejemplo, entre los mapas más importantes para su uso en la navegación están los que preservan los rumbos, los ángulos, sin embargo, estos no preservan las áreas, los caminos más cortos, ni las distancias; o los que son buenos para la divulgación o la comunicación de información porque preservan las áreas, fallan con los rumbos, los caminos más cortos o las distancias; y lo mismo ocurre con otros mapas (véase El sueño del mapa perfecto (RBA, 2011) o las entradas Imago Mundi, 7 retratos del mundoImago Mundi, otros 6 retratos del mundoImago Mundi, finalmente 9 retratos más del mundo). Por otra parte, el mapa de escala 1:1 que es (o sobre) la Tierra misma, como en el texto de Borges Del rigor de la ciencia, es el más exacto de todos, pero inútil e inservible.

Del rigor de la ciencia

…En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.

SUÁREZ MIRANDA: Viajes de varones prudentes, libro cuarto, cap. XLV, Lérida, 1658.

La historia elabora un concepto encontrado en Silvia y Bruno de Lewis Carroll: un mapa ficticio que tenía una escala de «una milla por milla». Uno de los personajes en la historia de Carroll hace notar varias de las dificultades prácticas con el mapa y asegura que «ahora usamos el país mismo como su propio mapa, y [le] aseguro que funciona casi igual de bien».

El matemático José Manuel Rey, para realizar su modelo matemático de la dinámica de las relaciones sentimentales, asume que las parejas estarán formadas por individuos más o menos similares, que se da la “segunda ley de la termodinámica para las relaciones sentimentales” y que dos elementos fundamentales en las relaciones de pareja son el sentimiento de bienestar que se siente dentro de la pareja y el esfuerzo que se va realizando desde que empieza la relación. Entonces, utilizando teoría de control óptimo (que es la que desarrolló el matemático ruso Lev Pontryagin), obtuvo la fórmula que describe la dinámica de las relaciones de pareja, que se incluye también en la novela gráfica.

La fórmula matemática obtenida por el matemático José Manuel Rey para describir la dinámica de las relaciones sentimentales. La imagen pertenece al artículo del periódico Público

Esta fórmula está incluida en el cómic, cuando se está produciendo la separación emocional de la pareja protagonista. De nuevo, en un dibujo de página completa, donde se muestra a la fotógrafa trabajando en Islandia, se incluye y se explica la fórmula, que en el texto se denomina “la fórmula matemática del desamor”.

Parte de una página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que se aparece la protagonista dando clase de matemáticas, en concreto, hablando del número uno

La información que proporciona la fórmula, la variable W, es la “felicidad del matrimonio” (entendiendo matrimonio en un sentido amplio). La fórmula consta de una integral, que como dice el texto “la integral suma las sensaciones cotidianas”. Y dentro de la integral hay dos partes, una positiva, que como dice en el comic “este grupo de variables es el bienestar que se siente dentro de la pareja”, y otra negativa, descrita como “este otro conjunto mide el coste del esfuerzo desde el inicio de la relación”.

Más adelante, cuando la relación entre la protagonista y su pareja ya se ha roto, se incluye otro dibujo con una metáfora sobre el significado del estudio, que seguramente fue fruto de las conversaciones entre la escritora y el matemático. En concreto se añade el texto “Tal y como explica Rey, la manera más sencilla de entender por qué se repite el hecho de que las relaciones no funcionen es a través de la metáfora del jardín”. Y nos la explica: “Para que las plantas se mantengan frondosas durante toda la vida, hay que aportar abono, agua y cuidados. Todo en su justa medida”. Y concluye: “Pero este esfuerzo continuo no es gratuito. Tiene un coste que suele ser excesivo, apocando antes o después a las plantas a un estado marchito”.

Parte de una página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que la protagonista reflexiona sobre las conclusiones del modelo matemático de la dinámica de las relaciones sentimentales

En otra página, que vemos en la anterior imagen, la protagonista reflexiona sobre las conclusiones que nos ofrece el modelo matemático de la dinámica de las relaciones de pareja. Recogiendo las palabras del autor del estudio: “el esfuerzo que es necesario para que una relación funcione siempre será mayor que el esfuerzo que esperamos tener que realizar para ello”.

Y se continúa afirmando en La amante cartesiana “o lo que es lo mismo, hagamos lo que hagamos para que una relación salga bien, siempre será insuficiente, ya que la tendencia natural conduce a la dejadez y, con ella, al fracaso”.

Como reacción a este pensamiento negativo que domina a la protagonista, fruto de su ruptura sentimental, la última parte de la novela es un alegato a favor del amor y las relaciones sentimentales.

Aunque el estudio matemático sobre la dinámica de las relaciones de pareja es la parte matemática central de esa novela gráfica de Paloma Ruiz Román y Juan Alarcón, lo cierto es que la ciencia de Pitágoras impregna toda la historia. Veamos algún ejemplo.

La protagonista de La amante cartesiana, que como hemos comentado es profesora de matemáticas en un instituto de enseñanza secundaria, explicará a sus estudiantes propiedades de ciertos números particulares en paralelo a su historia sentimental. Así, explica en clase algunas propiedades del número 2, cuando se presenta a la pareja en las primeras páginas, como que el 2 es el único número primo par y que es el único número tal que la suma consigo mismo es igual al producto consigo mismo, es decir, 2 + 2 = 2 x 2. Por otra parte, cuando la protagonista se queda sola, por el viaje de su pareja, habla a la clase del número 1, mientras que cuando su relación se rompe lo hace sobre el 0.

Por otra parte, cuando una tercera persona entra en escena, la profesora hablará del número pi, que no es 3, pero está muy cerca (3,14159…), y lo hace en relación con la poesía. En concreto, la bailarina a la que conoce la protagonista le lee una poesía con sabor matemático, el poema Escrito con tiza del poeta chileno Oscar Hahn, que incluimos a continuación.

ESCRITO CON TIZA

Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que Uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza

Cero más Uno somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano

Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida.

Detrás de todo gran amor la nada acecha.

La protagonista tras escuchar el poema, le contesta que “tiene la estructura de una ecuación, de un problema matemático” y realiza un análisis matemático de la misma. Este es el estudio que realizó el chileno Camilo Herrera y que podéis leer aquí.

Parte de la página de la novela gráfica La amante cartesiana, en la que la protagonista explica a su clase el poema irracional relacionado con el número pi del ajedrecista Manuel Golmayo

Tras esa relación entre matemáticas y poesía, en la siguiente escena de la novela gráfica, se ve a la protagonista hablando a sus estudiantes de un poema del ajedrecista español Manuel Golmayo (1883-1973) relacionado con el número pi. En concreto, uno de esos poemas, que en ocasiones son denominados irracionales, en los que cada palabra del poema tiene tantas letras como indican los dígitos del número pi (o también podría ser otro número irracional, como la razón aurea phi o el número e). El poema es el siguiente.

Soy y seré a todos definible, [3,14159]

mi nombre tengo que daros, [26535]

cociente diametral siempre inmedible [8979]

soy de los redondos aros [32384]

Pero en la novela gráfica hay más matemáticas. Descartes, Kepler, la música de las esferas, el azar o la probabilidad son algunas de las cuestiones matemáticas que también encontraréis en esta historia, pero eso lo descubriréis cuando disfrutéis de su lectura. Para terminar, os dejo con el problema de ingenio (relacionado con el problema amoroso de la protagonista) planteado por la profesora de matemáticas en el cómic.

Problema: Supóngase que los dos enunciados siguientes son verdaderos:

(1) Quiero a Elena o quiero a Adriana.

(2) Si quiero a Elena entonces quiero a Adriana.

¿Se sigue necesariamente que quiero a Elena? ¿Se sigue necesariamente que quiero a Adriana?

Bibliografía

1.- Paloma Ruiz Román, Juan Alarcón, La amante cartesiana, Egales, 2016.

2.- José Manuel Rey, A Mathematical Model of Sentimental Dynamics Accounting for Marital Dissolution, PLOS ONE, vol. 5, 2010.

3.- Periódico ABC: El amor para siempre está destinado al fracaso, según una fórmula matemática, Judith de Jorge, 13 de mayo de 2010.

4.- Periódico Público: El amor no existe según las matemáticas, Manuel Ansede, 25 de abril de 2010.

5.- Raúl Ibáñez, Del ajedrez a los grafos, la seriedad matemática de los juegos, El mundo es matemático, RBA, 2015.

6.- Raúl Ibáñez, El sueño del mapa perfecto, cartografía y matemáticas, El mundo es matemático, RBA, 2010.

7.- Camilo Herrera, La solución de la ecuación poética

Sobre el autor: Raúl Ibáñez es profesor del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaborador de la Cátedra de Cultura Científica

Fuente: culturacientifica.com, 20/11/19.

Paloma Ruiz Román

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Perspectivas y desafíos de la Argentina 2020, conferencia en Cariló, 22/11/19

noviembre 20, 2019

Perspectivas y desafíos de la Argentina 2020.
Qué podemos esperar de la economía del año próximo y en qué forma podemos beneficiarnos.

Gustavo Ibáñez Padilla

Expositor: Ing. Gustavo Ibáñez Padilla.

Día y hora: Viernes, 22/11/19. 17 hs.

Evento: Lanzamiento Oficina Galeno Seguros Cariló.

Lugar: Cumeló Resort & Spa – Ciruelo 78, Cariló.  www.cumelo.com 

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Cumeló Resort & Spa

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Cumeló Resort & Spa

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argentina

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Chile: El terror y la crisis como formas de gobernar

noviembre 19, 2019

De la evasión a la insurrección

Por Alexis López Tapia.

Texto completo en PDF

El modelo insurreccional que hemos estado viviendo, politológicamente se denomina “Revolución Molecular Disipada”. Ese nombre no es un “invento de los analistas”,sino de sus propios autores. Algunos de los teóricos de este modelo son los antes mencionados Gilles Deleuze y el Colectivo Tiqqun, y a partir de este, el texto clave que como vimos, ha sido adjudicado a Julien Coupat “La insurrección que viene”, firmado por «El Comité Invisible». A ellos se deben añadir los tres autores fundamentales de las tesis de la Deconstrucción: Félix Guattari, Michel Focault y Jaques Derrida. En general, todos ellos “abogan por un modelo de Deconstrucción para aplicar una “Revolución Molecular Disipada”, que, lejos de una política presencial, tal como se ha desarrollado (en espacios e instituciones) pretende organizarse a través de la acción nómade y sin lugares (cibernéticamente). Esto se traduce en una prescindencia de la jerarquía, o de un líder visible, o un vocero como sucede en la vertical” .

A través de la Revolución Molecular Disipada, “se intenta llevar a cabo un nuevo modelo de acción revolucionaria horizontal, que normaliza de manera gradual y cotidiana disposiciones y conductas en orden de alterar el estado de normalidad social del sistema dominante, con el objetivo de ser derogado y sustituido” .

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