El dólar fuerte complica a la Fed

enero 28, 2016

El dólar fuerte se cruza en el camino de la Fed

Por Jon Hilsenrath, Ben Leubsdorf, Ben Eisen y Min Zeng.
El banco central de EE.UU. mantuvo sus tasas, pero no descarta un alza en marzo.
El banco central de EE.UU. mantuvo sus tasas, pero no descarta un alza en marzo.

El plan de la Reserva Federal de Estados Unidos de continuar este año con el alza gradual de las tasas de interés quedó enmarcado por las dudas el miércoles luego de que el banco central expresó su preocupación por las turbulencias de los mercados y el lento crecimiento de la economía mundial, pero no se pronunció acerca de si tales amenazas lo obligarán a archivar su programa de incrementos.

En diciembre, la Fed elevó en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia y contempla otras cuatro alzas de idéntica magnitud para este año, la próxima de las cuales podría tener lugar en marzo.

federal-reserve-01Ahora, el comunicado de prensa que la Fed difundió después de su reunión de dos días volvió a generar dudas sobre si la entidad subirá las tasas en marzo. Los mercados de futuros asignan una probabilidad de apenas 25% a un incremento para esa fecha. Aun así, el banco central mantuvo todas las opciones sobre la mesa mientras analiza la evolución de la economía.

Las acciones cayeron tras el comunicado. El Promedio Industrial Dow Jones cerró con un descenso de 223 puntos, 1,38%, a 15.944 unidades y acumula un repliegue de 8,5% este año. Los precios de los bonos del Tesoro estadounidense, considerada la deuda más segura, también bajaron, lo que impulsó sus rendimientos a 2,003%. El dólar no registró grandes variaciones. El WSJ Dollar Index, que mide el desempeño de la divisa contra las monedas de los principales socios comerciales de EE.UU., cayó apenas 0,08%.

“La (Fed) sigue de cerca los acontecimientos financieros y de la economía global y evalúa sus implicaciones para el mercado laboral y la inflación”, dijo el documento.

El banco central indica habitualmente en estos comunicados si observa que los riesgos que se ciernen sobre la economía son equilibrados o si se inclinan hacia su fortalecimiento o debilitamiento. El hecho de que la entidad se haya abstenido de opinar al respecto subraya las dudas que persisten sobre cómo interpretar el derrumbe de las acciones y el petróleo y las consecuencias de la desaceleración de China, la segunda economía del mundo.

Se puede tratar de baches pasajeros en el camino o de señales de problemas más arraigados y duraderos. La Fed ha albergado estas dudas desde agosto, cuando un derrumbe de la bolsa y la moneda china desataron una ola de ventas en los mercados mundiales. Una vez que los mercados se tranquilizaron, la Fed subió las tasas de corto plazo en diciembre. Las renovadas turbulencias han vuelto a poner al banco central en la incómoda posición de tener que determinar la peligrosidad de las nuevas amenazas a la economía.

La Fed “mantuvo sus opciones abiertas para marzo”, destacó el economista de Barclays Michael Gapen en una nota a sus clientes. “Un nuevo deterioro en las cifras o en los mercados financieros podría producir un retraso en las alzas de tasas, mientras que una mejora en los datos y la estabilización de los mercados financieros abriría la puerta a un segundo incremento de tasas en marzo”.

Por el momento, el banco central mantiene su tasa de referencia entre 0,25% y 0,5% y su pronóstico de que EE.UU. se expandirá en forma modesta, generará empleos y la inflación aumentará gradualmente hacia la meta de 2%. El organismo actualizará sus previsiones durante la reunión de marzo, que ya ha adquirido la condición de crucial.

dolar fuerte

Uno de los temas que desvelan a los inversionistas es el fortalecimiento del dólar. El WSJ Dollar Index registra un aumento de 23% en los últimos dos años. El alza del dólar ha complicado la campaña de la Fed para subir las tasas en forma paulatina, pero no ha tenido un efecto muy nocivo sobre la economía.

El fortalecimiento de la moneda exacerba algunos de los desafíos más notorios que ha afrontado la economía global durante el último tiempo, como la caída de los precios del petróleo y la baja inflación que impera en las economías desarrolladas, e intensifica las tensiones en los mercados emergentes más vulnerables.

El avance de la divisa estadounidense se ha moderado en lo que va del año, con un incremento de apenas 1,23% del WSJ Dollar Index, lo que contrasta con las violentas oscilaciones de las bolsas y el repunte de los precios de la deuda soberana.

Muchos, sin embargo, prevén que la apreciación del dólar se acelere. La moneda ha caído 0,3% frente al euro y 1,3% ante el yen, pero se ha apreciado 3,7% ante el real y 8,5% respecto del rublo.

Los gestores de dinero señalan el eje del probable ascenso del dólar se está trasladando a Asia en medio de los últimos movimientos del yuan. Ray Uy, gestor sénior de portafolio de Invesco, que administra activos del orden de los US$775.600 millones, apuesta a un alza del dólar frente a las divisas de Taiwán, Singapur, Malasia y Corea del Sur. Lo denomina “una nueva ronda” del fortalecimiento del dólar.

El alza del dólar, sin embargo, encarece las exportaciones estadounidenses y perjudica las ganancias de las empresas del país. Las compañías que cotizan en bolsa son particularmente susceptibles a estas presiones en momentos en que las ganancias pierden fuerza, advierten los inversionistas.

En la raíz de la reciente volatilidad que se ha apoderado de los mercados está el hecho de que “el dólar subió muy pero muy rápido y está teniendo un impacto”, dice Binky Chadha, estratega jefe global de Deustche Bank AG. “Si soy una empresa con ganancias en EE.UU. y Europa, cuando cae el euro, también lo hace el valor de las ganancias que anuncio”, indica.

El debate en torno a la dirección del dólar subraya la vulnerabilidad de los mercados a las repercusiones imprevisibles en momentos en que se considera que las políticas de estímulo de los bancos centrales son necesarias para sentar las condiciones para un crecimiento global. “La incertidumbre en torno a los mercados de divisas en todo el mundo está conduciendo las decisiones de políticas de una forma que no habíamos visto durante décadas”, afirma Daniel Tenengauzer, director de mercados emergentes y estrategia global de divisas de RBC Capital Markets.

Sin embargo, no todos están convencidos de que el dólar está a las puertas de una nueva alza que tendrá un impacto significativo en los mercados globales. La moneda estadounidense tiende a subir más antes de que la Fed eleve las tasas de interés que durante el ciclo de aumentos, señala Scott Mather, director de inversión de estrategia de EE.UU. en la gestora de fondos Pacific Investment Management Co., en California.

“Creo que a la Fed le agradará que (el dólar) no se haya apreciado contra el yen y el euro”, señala.

Aun así, los fondos de cobertura (hedge funds) y los gestores de patrimonio han apostado unos US$27.000 millones a favor de un alza del dólar, según Scotiabank. La cifra ha caído desde los niveles récord de comienzos del año pasado, pero sigue mostrando que muchos inversionistas anticipan un nuevo despegue de la divisa.

Fuente: The Wall Street Journal, 28/01/16.

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La Fed ampliaría sus facultades sobre el sistema financiero

enero 14, 2016

La Fed evalúa ampliar sus facultades para supervisar el sistema financiero

Por Ryan Tracy.
Fachada del edificio de la junta de la Reserva Federal de Estados Unidos en Washington. REUTERS/Gary Cameron/Files Published Credit: Gary Cameron/Reuters Published Credit: Gary Cameron/Reuters Published Credit: Gary Cameron/Reuters
Fachada del edificio de la junta de la Reserva Federal de Estados Unidos en Washington.

WASHINGTON — La Reserva Federal de Estados Unidos está desempolvando una facultad legal que en general ha ignorado durante cuatro décadas y que podría aumentar de forma significativa su influencia sobre los mercados financieros.

Los requisitos de margen —reglas que limitan la porción de acciones o bonos que pueden comprarse a crédito— están subiendo al tope de la lista de tareas de la Fed conforme sus funcionarios se preocupan acerca de si disponen de las herramientas adecuadas para prevenir peligrosas burbujas de activos que pudieran provocar una nueva crisis financiera. También permiten al banco central ejercer influencia sobre todas las firmas financieras, no sólo los bancos.

federal-reserve-01Un acuerdo global reciente poco difundido allanó el camino para que el banco central siga adelante con sus planes de alterar los requisitos de margen. Bajo el pacto anunciado el 12 de noviembre, los reguladores de 25 economías acordaron adoptar normas similares a las que desarrolla la Fed, un frente unido que busca evitar que firmas financieras trasladen transacciones a otros países para eludir las normas más estrictas de la entidad.

El margen funciona como protección para los prestamistas que financian compras de valores. Si un inversionista quiere tomar prestado US$100 por un día, un prestamista podría pedirle al prestatario que pague una fianza de US$105, dejando un margen de US$5 en caso de que el valor de la fianza caiga.

A diferencia de reglas de margen anteriores de la Fed, que se enfocaban en gran parte en compras de acciones, las reglas que está redactando el banco central regirían transacciones de financiamiento de valores, un mercado de billones de dólares que involucra acuerdos de recompra, o repos, de acciones y bonos, así como el préstamo de valores.

Firmas de Wall Street de todo tipo usan las transacciones como una fuente de apalancamiento de corto plazo, créditos que le permiten realizar más apuestas y aumentar los retornos en las operaciones ganadoras. No obstante, tal apalancamiento también amplifica las pérdidas en las apuestas fallidas, y estas transacciones estuvieron en el centro del colapso de Lehman Brothers Holdings Inc. que desató la crisis financiera.

La Oficina de Investigación Financiera de EE.UU. (OFR, por sus siglas en inglés) estimó hace poco que el mercado de transacciones de financiamiento de valores mueve alrededor de US$4,4 billones, menos que durante la peor parte de la crisis pero una cifra sustancial. Las nuevas normas dejarían exentos los bonos del Tesoro y valores de agencias estadounidenses, que preocupan menos a la Fed puesto que son menos riesgosos que otras formas de garantía. Las transacciones que usan valores del gobierno estadounidense probablemente constituyen más de dos tercios del mercado de financiamiento de valores, según la OFR.

La Fed no quiso no quiso hacer comentarios sobre cuándo implementará la norma, pero funcionarios han indicado que se está convirtiendo en una prioridad, al hablar de ella en público con mayor frecuencia. Poco después del acuerdo global de mediados de noviembre, Daniel Tarullo, el zar regulatorio de la Fed, manifestó en un discurso que la entidad elaboraría las normas, que calificó como “un mecanismo para limitar la acumulación de apalancamiento en el sistema financiero” a medida que los recuerdos de la crisis se desvanecen.

A diferencia de gran parte de la autoridad regulatoria del banco central, esta regla tendría un alcance mucho más allá de los bancos y afectaría a todo el sistema financiero, incluyendo fondos de inversión y otros actores no bancarios, y reflejaría la creciente preocupación de la Fed acerca de lo que se conoce como la banca en la sombra.

Esta facultad no proviene de la ley de reforma financiera Dodd-Frank de 2010, que se concibió en respuesta a la crisis financiera, sino que data de la Ley del Mercado de Valores de 1934, promulgada después de la Gran Depresión, cuando las autoridades culparon al frenesí bursátil alimentado por deuda de exacerbar el colapso bursátil de 1929.

Los funcionarios de la Fed también tendrán que evaluar cómo los nuevos requisitos de margen interactúan con otras normas, como los requisitos de liquidez que limitan las actividades de los bancos en los mercados de financiamiento de valores al castigarlos por tomar demasiado crédito de corto plazo.

Karen Petrou, socia gerente de la firma de análisis político Federal Financial Analytics Inc., dice que esas reglas ya significan menos compradores y vendedores en el mercado, lo que puede causar volátiles oscilaciones de precios durante períodos de tensión. Los requisitos de margen podrían exacerbar ese problema si hace incluso más difícil que los bancos participen en el mercado.

“Estas reglas podrían mejorar la seguridad de los mercados, pero podrían socavar su liquidez debido a que hay menos actores” en un momento de estrés, asevera.

Las firmas financieras no se han referido mucho a las inminentes normas. Sin embargo, es probable que el banco central reciba críticas. Antes del acuerdo internacional de noviembre, algunos grupos de la industria financiera cuestionaron si los nuevos límites fortalecerían el actual régimen regulatorio, que según los actores del sector ya abordaba los riesgos sistémicos de los mercados de financiamiento a corto plazo.

Fuente: The Wall Street Journal, 14/01/16.

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La Fed eleva la tasa de interés de referencia

diciembre 16, 2015

Tras siete años, la Fed eleva la tasa de interés de referencia en EE.UU.

La Reserva Federal dijo que elevaría su tasa de interés de referencia desde casi cero por primera vez desde diciembre de 2008, e hizo hincapié en que probablemente la incrementará gradualmente a partir de ahora en una prueba de la capacidad de la economía estadounidense para sostenerse con menos apoyo de una política monetaria flexible.

Funcionarios de la Fed dijeron el jueves que iban a subir la tasa en un cuarto de punto porcentual a entre 0,25% y 0,5%, y que ajustarían su estrategia, dependiendo del desempeño de la economía. A estas tasas bajas, añadieron, los política sigue siendo “acomodaticia”.

federal-reserve-01“La (Fed) espera que las condiciones económicas evolucionen de una manera que requerirá sólo un aumenta gradual en la tasa de fondos federales”, dijo la Fed en un comunicado tras su reunión de dos días. Para recalcar este punto, los funcionarios añadieron en un segundo lugar en su comunicado que prevén “ajustes graduales en las tasas”.

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, logró un voto unánime.

Nuevas estimaciones muestran que los funcionarios anticipan un alza de hasta 1,375% a finales de 2016, a 2,375% a finales de 2017 y a 3,25% en tres años, según la proyección media de 17 funcionarios. Eso implica cuatro alzas de un cuarto de punto porcentual de la tasa de interés el año próximo, cuatro el siguiente y tres o cuatro en 2017.

Es un ritmo más lento de lo previsto por los funcionarios en septiembre y mucho más lento en comparación con la serie anterior de alza de tasas de la Fed. En el período 2004-06, por ejemplo, la Fed subió las tasas 17 veces consecutivas, un enfoque que funcionarios de la Fed no tienen intención de repetir.

La próxima alza de tasas de la Fed dependerá de cómo evolucione la inflación en EE.UU. La medida preferida de la Fed de la inflación ha permanecido por debajo de su objetivo de 2% durante más de tres años. El banco central puso especial atención a las perspectivas de inflación en su declaración, diciendo que “seguirá de cerca” el progreso real y esperado hacia su meta. Este punto implica que la Fed va a ser reacia a elevar las tasas de nuevo a menos de que vea que la inflación avanza al alza. Por ahora, los funcionarios dijeron que estaban “razonablemente seguros” de que la inflación subiría.

Fuente: The Wall Street Journal, 16/12/15.

 

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Ben Bernanke: Así salvó la Fed la economía de Estados Unidos

octubre 11, 2015

Así salvó la Fed la economía de EE.UU.

Por Ben S. Bernanke.

Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal, en una foto de septiembre de 2013.

Por primera vez en casi una década, la Reserva Federal de Estados Unidos considera un alza de su tasa de interés de referencia, lo que pondría fin a un prolongado período de tasas de interés de casi cero. Al igual que el cese de las compras de activos a gran escala de octubre de 2014, se trata de un hito importante en el desmantelamiento de las políticas monetarias extraordinarias adoptadas durante mi gestión como presidente de la Fed con el fin de ayudar a recuperar a la economía estadounidense de una crisis de proporciones históricas. Por lo tanto, es un buen momento para evaluar los resultados de esas medidas y considerar los pasos siguientes de los encargados de la política monetaria.

federal-reserve-01Como punto de partida, es esencial tener una idea clara sobre lo que la política monetaria puede y no puede hacer. Los detractores de la Fed a veces sostienen que imprimir dinero no es un camino a la riqueza y yo concuerdo, al menos en un nivel. La Fed tiene muy poco o ningún control sobre los fundamentos económicos de largo plazo, como las destrezas de la fuerza laboral, la energía y visión del empresariado y la velocidad con que se desarrollan nuevas tecnologías y se adaptan para su uso comercial.

La Fed puede hacer dos cosas. En primer lugar, al mitigar las recesiones, la política monetaria puede tratar de lograr que la economía haga pleno uso de sus recursos, en especial de la fuerza laboral. Un desempleo alto no sólo es una tragedia para los desocupados, sino que también es costoso para los contribuyentes, los inversionistas y cualquier persona interesada en la salud de la economía. En segundo lugar, al mantener la inflación baja y estable, la Fed puede contribuir a un mejor funcionamiento del mercado y facilitar que la gente planifique para su futuro. Tomando en cuenta los riesgos económicos que presenta la deflación, además de la probabilidad de que las tasas de interés se acerquen a cero cuando la inflación es muy baja, la Fed fijó una meta de inflación de 2%, parecida a los parámetros de otros bancos centrales del mundo.

¿Cómo se ha desempeñado la política monetaria en estos dos criterios? Las personas razonables pueden discrepar sobre si la economía estadounidense está en pleno empleo. La tasa de desocupación de 5,1% sugeriría que el mercado laboral se acerca a la normalidad. Otros indicadores, como la relativamente baja participación de la fuerza laboral, la aparente ausencia de presiones salariales, por ejemplo, señalarían que todavía queda camino por recorrer.

Pero no cabe duda de que el empleo hoy es mucho más saludable en EE.UU. que hace unos años. Tal mejora (medida por la tasa de desempleo) ha sido más rápida que lo previsto por la mayoría de los economistas, tanto dentro como fuera de la Fed.

Por el lado de la inflación, varios indicadores sugieren que la inflación subyacente ronda 1,5%. La cifra está un poco por debajo de la meta de 2%, una situación que la Fed tiene que remediar. Pero si hay un problema con la inflación, no es el proyectado por los críticos de la Fed, que han previsto en reiteradas ocasiones que las políticas del banco central producirían una alta inflación (por no decir hiperinflación), un colapso del dólar y precios de las materias primas por las nubes. Nada de eso ha ocurrido.

Es ilustrativo comparar el reciente desempeño económico de EE.UU. con el de Europa, una economía industrializa de tamaño similar. Hay muchas diferencias entre EE.UU. y Europa, pero una fundamental es que la ortodoxia económica había, hasta hace poco, obstruido el uso de la política monetaria o fiscal para ayudar a la recuperación de la economía. El obstáculo no es la viabilidad, sino la filosofía económica. Grecia puede tener pocas opciones a su disposición, pero no es el caso de Alemania y varios otros países. Además, el Banco Central Europeo tiene facultades monetarias más amplias que la Fed.

La incapacidad de Europa para emplear la política monetaria y fiscal en forma enérgica después de la crisis financiera es una de las grandes razones por la que la productividad de la zona euro se ubica hoy 0,8% por debajo de su máximo previo a la crisis. En cambio, la productividad de la economía estadounidense está 8,9% por encima de su máximo anterior, una diferencia enorme en desempeño. En noviembre de 2010, cuando la Fed emprendió su segunda ronda de flexibilización cuantitativa, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, habría calificado la decisión como “despistada”. En ese entonces, las tasas de desempleo en Europa y EE.UU. ascendían a 10,2% y 9,4%, respectivamente. Hoy, la tasa desocupación laboral en EE.UU. es cercana a 5% mientras que la de Europa ha subido a 10,9%.

Seis años después de la Fed, el BCE ha iniciado un agresivo programa de flexibilización cuantitativa y la política fiscal europea se ha vuelto menos estricta. Tomando en cuenta esos cambios de política, no es de extrañar que las perspectivas económicas de Europa parezcan mejorar, aunque tendrán que pasar mucho tiempo para recuperar el crecimiento perdido en los últimos años. Mientras tanto, el Reino Unido disfruta de una sólida recuperación, lo que se explica en gran parte porque el Banco de Inglaterra siguió políticas monetarias semejantes a las de la Fed tanto en el momento elegido para ponerlas en práctica como en su magnitud relativa.

Es alentador observar que la economía estadounidense se acerca al pleno empleo con baja inflación, los objetivos a los que aspiraba la Fed. Esto ciertamente no quiere decir que todo marche sobre ruedas. Se están creando empleos, pero el crecimiento general de la economía es modesto, lo que refleja el mediocre avance de la productividad y el bajo crecimiento de la fuerza laboral, entre otros factores. Los beneficios del crecimiento económico no son compartidos en forma equitativa y, por ende, muchos estadounidenses observan una escasa mejora en sus estándares de vida. Estos, por desgracia, no son problemas sobre los que la Fed tiene el poder de aliviar.

Con el pleno empleo en la mira, un mayor crecimiento económico tendrá que provenir del lado de la oferta, principalmente de aumentos de la productividad. Eso significa que la Fed seguirá haciendo lo que esté a su alcance, pero que la política monetaria no puede ser el único factor. Las autoridades fiscales en el Congreso estadounidense tienen que hacer su parte. Como país, necesitamos hacer más para mejorar las destrezas de los trabajadores, alentar la inversión de capital y respaldar la investigación y el desarrollo. La política monetaria puede hacer mucho, pero como señalé a menudo cuando era presidente de la Fed, no es ninguna panacea. Es esencial realizar nuevos esfuerzos tanto dentro como fuera del gobierno para sustentar el crecimiento estadounidense.

—Ben Bernanke fue presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 2004 y 2014 y es autor del libro “The Courage to Act: A Memoir of a Crisis and Its Aftermath”, algo así como “La valentía para actuar: memoria de una crisis y sus consecuencias”.

Fuente: The Wall Street Journal, 05/10/15.

 

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¿Qué sucederá con la tasa de interés en los Estados Unidos?

mayo 22, 2015

¿Qué sucederá con la tasa de interés en los Estados Unidos?

Por Luis Palma Cané.

En los últimos meses, la mayor parte de los análisis sobre la política monetaria de la Fed se ha concentrado en cuál sería la estrategia de la entidad respecto a la futura evolución de su tasa de referencia.

federal-reserve-01El tema en cuestión es de gran importancia, no sólo para la primera economía del mundo sino también para la totalidad de los mercados financieros mundiales.

Luego de seis años de haber mantenido la tasa en su nivel mínimo histórico del 0,0%/0.25% – factor gravitante, junto a la política de «relajación monetaria», de la recuperación actual de la economía del país del norte post Gran Recesión 2008-2009- el «consenso» indica que el comienzo del endurecimiento de la política monetaria estaría próximo. La cuestión en debate sólo es «el cuándo y el cómo».

A este respecto, resulta de suma utilidad analizar las minutas de la última reunión de la entidad, llevada a cabo hacia fines del mes pasado. De la misma, las principales observaciones respecto a las variables claves que sigue la FED son:

  • En el primer trimestre la economía ha sufrido una leve desaceleración de su ritmo de crecimiento, debido no a factores estructurales sino «transitorios» (adversas condiciones climáticas, baja temporal de los precios de la energía y problemas en los puertos de exportación de la costa oeste, entre otros). Sin embargo, la mayoría de los funcionarios participantes en la reunión estimaron que el nivel de actividad retomaría su tasa de expansión a lo largo del año
  • En consonancia con lo anterior, el mercado laboral se ha debilitado levemente pero la tasa de desempleo se mantiene «estable»
  • Finalmente, la inflación aún se mantiene por debajo del target del 2%; en parte debido a la baja temporal de los precios de energía. En consecuencia, la mayoría de los participantes estimaron que -en el «mediano plazo»- la misma iría convergiendo hacia el mencionado target

A partir de la interpretación de este diagnóstico, en la autoridad monetaria se enfrentan dos posiciones. La primera de ellas corresponde a las «palomas», los cuales defienden una estrategia flexible ya que temen que -de apresurarse a subir la tasa- aborte la actual recuperación. La contraparte, «halcones», sostiene que sería muy peligroso demorar la suba; so pena de exacerbar la inflación y colocarla por encima del target.

De acuerdo a estas posiciones encontradas, los «halcones» proponen que la modificación de la tasa se implemente a más tardar en junio próximo, mientras que las palomas no fijan un límite temporal sino que sostienen que el inicio de la suba debe definirse en función de la marcha de la economía.

Por ahora, la posición mayoritaria de la entidad es esta última; esto es: no existe un sendero predeterminado de tiempo para iniciar el endurecimiento de la política monetaria sino que será necesario ir avanzando reunión por reunión bajo un esquema «dato dependiente», en especial de la evolución de las variables macroeconómicas definidas como primordiales; esto es: crecimiento, nivel de empleo e inflación.

Una conclusión clara

La FED comenzaría a subir las tasas sólo cuando el crecimiento se consolide, el nivel de ocupación (hoy en 5,4%) se aproxime a la tasa considerada como de pleno empleo (5% / 5,2%) y la inflación gradualmente se acerque al objetivo del 2%.

En consecuencia, para poder pronosticar el inicio del período de endurecimiento es necesario pronosticar cuándo se llegará a este escenario. En nuestra opinión, lo más probable es que el mismo se verifique no antes del cuarto trimestre. Si este fuera el caso, recién hacia fines de año podría esperarse una primera suba; debiendo advertirse que, una vez iniciado el proceso, el mismo será leve y gradual. En efecto, la teoría y la experiencia indican que -en caso contrario- podría repetirse el error que en gran medida provocó la Gran Recesión de los años 30 del siglo pasado.

Fuente: La Nación, 22/05/15.

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La Fed y el BCRA

abril 2, 2015

Balances

Por Enrique Szewach.

Enrique Szewach

Enrique Szewach

El Banco Central norteamericano (FED) ha terminado la primera fase de su “vuelta a la normalidad”, frenando la expansión de su balance. (Compra de bonos y otros activos financieros).

La discusión, ahora, se centra en dos aspectos: 1. La suba de la tasa de interés que puede manejar la FED. (El piso del costo de los fondos de financiamiento de corto plazo). 2. El mecanismo que utilizará la FED para ir reduciendo su balance, es decir para ir bajando, simultáneamente, su activo y su pasivo.
Puesto en números, este segundo punto, volver a los valores previos a la expansión cuantitativa post 2009, implica retirar del mercado dolarizado global, el equivalente de 3 billones de dólares de los nuestros, vendiendo bonos y otros activos de largo plazo, para reducir las reservas de los Bancos comerciales depositadas en la FED por igual importe.
No está claro cuál será el valor al que la FED desea converger, pero, obviamente, cualquier cambio en el stock de liquidez de la moneda de reserva mundial tendrá influencia, en las tasas de interés de largo plazo, en el precio de los bonos, en los flujos de capitales al mundo emergente, en el precio de los commodities, etc.

El ritmo y la forma que este camino de normalización adquiera será clave para el futuro financiero mundial de los próximos años y así como el camino de ida fue “prueba y error”, así seguramente lo será el de regreso.
Stanley Fischer, el segundo al mando de la Reserva Federal, anticipó, en un discurso del 23 de marzo en New York, que la FED planea actuar sobre la tasa de interés, elevando la tasa que cobrará la FED sobre las reservas excedentes de los bancos.

Y respecto de la reducción de sus activos, la principal herramienta de la FED será no renovar sus inversiones al vencimiento.
En ese mismo discurso, mi gran amigo Stan, reconoce las incógnitas que todavía rodean a la forma que adoptará el camino de regreso. Sin embargo, da por seguro que la suba de tasas empieza este año.
Pasemos ahora a los problemas que enfrentarán las nuevas autoridades del Banco Central argentino a partir del 2016.
Más allá de a quién le toque la responsabilidad de manejar la política monetaria y cambiaria del nuevo gobierno, lo cierto es que, al igual que la FED, el Banco Central argentino tendrá que “normalizar” su balance.
Pero esa es la única semejanza.
Veamos las diferencias.
En primer lugar, la expansión del balance del Banco Central local se hizo incorporando en el activo “papelitos” sin valor (Deuda pública sin posibilidad de realizar y sin valor de mercado) y revaluando las reservas al ritmo de la devaluación del peso.

Mientras que el pasivo se expandió colocando deuda de corto plazo con el sistema financiero. (Recuerdo, dicho sea de paso, que la FED no puede financiar al gobierno comprando deuda en el mercado primario, sólo transfiere utilidades genuinas. Y que mientras la FED inyectó fondos para mejorar los balances privados, el BCRA retiró fondos para “moderar” la presión sobre precios y tipo de cambio y empeoró los balances privados).
Sólo para dar una idea, proyectando el déficit fiscal financiado con emisión monetaria, una expansión de la base monetaria al ritmo actual y un crecimiento de los depósitos también al ritmo actual, a fin de año, el stock de deuda de corto plazo (Lebacs) en el pasivo del Banco Central será equivalente al 70% de los depósitos a plazo fijo de los bancos y al 45% de los préstamos al sector privado.
Un sendero de “normalización” del balance del Banco Central debería, entonces, contemplar la reducción paulatina de la deuda de corto plazo, y el freno al financiamiento monetario del déficit fiscal.

Supongamos, sólo como ejercicio, que la expansión monetaria de los próximos años sea del 18% anual, necesaria para financiar un crecimiento real del 3% anual, y una tasa de inflación para los primeros años (luego del ajuste inicial de precios relativos) del 15% anual. Reducir a cero el stock de Lebacs que habrá a fin de año, y teniendo en cuenta que hay que emitir para pagar los intereses, llevará, ¡al menos cuatro años!, es decir todo el primer mandato del próximo gobierno.

Obviamente, este es sólo un ejercicio de “gradualismo”, y por el lado del pasivo. (Me guardo el ejercicio de “shock”).
Pero también hay que reconstruir el activo, básicamente el stock de reservas del Banco Central, lo que tendrá efectos monetarios (compra de dólares).
Podríamos plantear aquí, entonces, una segunda semejanza.
Así como la FED tendrá que volver de varios años de expansión cuantitativa, tasa cero e influencia directa en la liquidez dolarizada y el valor de los activos financieros del mundo, el Banco Central argentino tendrá que volver de varios años de una irresponsable política monetaria y cambiaria, con efectos sobre el valor de los activos financieros, la tasa de inflación, los balances de las entidades financieras, y el stock de crédito público y crédito privado.
En el caso argentino, para que esta normalización sea posible y creíble, habrá que independizar la política fiscal de la política monetaria, desafío no menor, aunque menos traumático que en el pasado, dado el monto de los subsidios económicos, no sociales, que predominan en el gasto público argentino.
En síntesis, un desafío mayúsculo para el Banco Central argentino, que será aún más complejo, dada la influencia que, sobre el mundo emergente, tendrá el desafío que enfrentan sus colegas en la FED.

Fuente: Ámbito Financiero, 02/04/15.

 

 

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El vicepresidente de la Fed lanza propuestas para regular la banca en las sombras

abril 2, 2015

El vicepresidente de la Fed lanza propuestas para regular la banca en las sombras

Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed Bloomberg News

STONE MOUNTAIN, Estados Unidos (EFE Dow Jones) — El vicepresidente de la Reserva Federal, Stanley Fischer, lanzó el lunes un conjunto de ideas para regular las compañías financieras no bancarias, la señal más reciente de que los responsables de política monetaria de Estados Unidos se están centrando en los riesgos del sector bancario en la sombra.

“Aunque ha habido progresos en el frente de las reformas financieras, no deberíamos ser complacientes con la estabilidad del sistema financiero”, dijo Fischer en un texto preparado para leer en una conferencia organizada por el Banco de la Reserva Federal de Atlanta.

Fischer dijo que las normas existentes crean incentivos para que las actividades de riesgo apuesten por compañías financieras menos reguladas, y señaló que es de esperar que serán necesarias más reformas.

federal-reserve-01Fischer, miembro del consejo de la Fed encargado de la supervisión de las principales compañías financieras del país, es el último banquero central en hablar de los temores de las entidades no bancarias, que están concediendo una mayor proporción de créditos que en el pasado. La semana pasada, Fischer y el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, dieron discursos en Alemania y hablaron de los temores a que este tipo de entidades puedan volverse inestables en tiempos de tensiones.

Fischer dijo el lunes que las entidades no bancarias han tenido un impacto positivo al mejorar el funcionamiento de los mercados financieros, pero que la reciente crisis financiera ha demostrado que los problemas de las entidades no bancarias pueden dañar a la economía real. El vicepresidente de la Fed explicó que empezó a resultar más difícil obtener hipotecas, préstamos para comprar vehículos y créditos a través de la emisión de valores.

Fischer explicó cómo podrían regularse estas entidades no bancarias –como los fondos de inversión o los agentes/corredores– y dijo que los responsables de política monetaria deberían centrar su atención en decidir si esas entidades se estructuran de manera que garanticen que puedan pagar sus facturas y obtener financiación para seguir operando en tiempos de crisis.

Fischer dijo que no estaría de más empezar a estudiar cómo fomentar la solvencia y la liquidez teniendo en cuenta las estructuras únicas y las actividades de cada tipo de entidad no bancaria.

La Fed ya ha exigido a las grandes entidades del país que tengan activos muy seguros en sus carteras, y está diseñando una norma que les exigirá emitir deuda para absorber pérdidas. Si se quisiera aplicar estas normas a las entidades no bancarias, se tendría que lograr el visto bueno de algunos reguladores, como la Comisión de Bolsa y Valores, dado que la autoridad de la Fed está principalmente limitada a las compañías bancarias.

Fischer dijo que la Comisión de Bolsa y Valores ya ha adoptado algunas positivas medidas, pero que hay que hacer más y estar atentos a cambios que puedan aumentar el riesgo sistémico.

Fuente: The Wall Street Journal, 31/03/15.

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La Fed se enfoca en los bancos para vigilar Wall Street

marzo 31, 2015

La Fed se enfoca en las juntas de los bancos para vigilar de cerca a Wall Street

Thomas Curry, el contralor de la moneda de Estados Unidos. MANDEL NGAN/AGENCE FRANCE-PRESSE/GETTY IMAGES

WASHINGTON — Los reguladores estadounidenses están centrando su atención en las firmas de Wall Street como parte de un escrutinio cada vez más intenso del sistema bancario, pasando de una supervisión tenue de los directores de las entidades a interacciones más frecuentes y severas.

fed officerLa Reserva Federal de Estados Unidos y otros reguladores realizan reuniones frecuentes, en algunos casos mensuales, en forma individual con directores de los mayores bancos del país, en las que exigen minutas detalladas y otra clase de documentación de las reuniones de la junta directiva. Los reguladores también están poniendo en la mira a las juntas en sus críticas a las regulaciones internas sobre operaciones y supervisión.

En algunas instancias, los supervisores de la Fed se reúnen con los directores más frecuentemente de lo que los directores lo hacen formalmente con sus respectivas juntas. Los directorios de los bancos pequeños también están siendo objeto de una atención renovada de parte de los reguladores. El siguiente relato se basa en entrevistas con funcionarios del gobierno, ejecutivos de la banca y personas al tanto de los esfuerzos, así como declaraciones públicas.

El cambio significa, en la práctica, que el gobierno estadounidense está supervisando a los encargados de supervisar a la banca, tratando de determinar si los directores cuestionan las decisiones del equipo de gestión y monitorean adecuadamente los riesgos en el sistema financiero.

Los reguladores revisan la información que los directores obtienen de la cúpula administrativa del banco, y preguntan sobre los planes de sucesión y sobre cómo evalúan las posibles desventajas de ciertas transacciones, entre otros aspectos, indicaron fuentes oficiales y del sector.

“Tenemos la atención de los directores independientes”, señaló en una entrevista el contralor de la moneda, Thomas Curry. Los principales examinadores de la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC, por sus siglas en inglés), una entidad que regula los bancos, incluyendo las filiales nacionales de grandes bancos como Bank of America Corp. y Citigroup Inc., se reúnen informalmente varias veces al año con los principales directores y los comités de auditoría y riesgo.

Los supervisores de la Fed han sostenido durante los últimos 30 días numerosas conversaciones con directores en torno a los resultados de las pruebas de resistencia anuales que los bancos rindieron y que evalúan su capacidad para devolver capital a los accionistas en contextos de crisis.

La Fed y la OCC señalan que la supervisión de los directores de los bancos les ayuda en su tarea de crear bases más sólidas del sistema financiero, pero que los directores se quejan discretamente de que se les está pidiendo que asuman una responsabilidad excesiva.

“Un director no es parte del equipo de gerencia”, dice un director independiente de un banco importante supervisado por la Fed.

La amenaza de ser considerado responsable de no supervisar en forma adecuada la gestión de un banco está “generando una gran tensión” para los directores, agregó la fuente.

Entrevistas con personas con conocimiento de la situación indican que la interacción entre los reguladores y los directores varía según el banco. El principal director independiente de Goldman Sachs Group Inc. se reúne mensualmente con su principal supervisor de la Fed. Morgan Stanley  ha seguido las instrucciones de su presidente ejecutivo, James Gorman, y permite que los supervisores de la Fed participen en parte de sus reuniones de junta, donde pueden escuchar y formular preguntas.

El director principal de Bank of America llama cada mes a los supervisores de la Fed y la OCC, mientras que los líderes de los comités de la junta se reúnen con sus supervisores mes de por medio. Los supervisores de la Fed asisten de vez en cuando a las reuniones de los comités de la junta directiva de J.P. Morgan Chase  & Co. y los directores del banco se reúnen en forma regular con sus supervisores al margen de los encuentros formales de la junta directiva.

Un ejecutivo del banco reconoció que los supervisores se ha habían vuelto una presencia habitual en las reuniones de directorio y definió la creciente atención de la Fed como “Occupy Board Meetings” (Ocupemos las Reuniones de Juntas, en alusión al movimiento “Occupy Wall Street”, que a finales de 2011 lanzó una protesta contra la banca ocupando una plaza en el centro financiero de Manhattan).

En al menos un caso, la Fed propone dictar la composición de una junta directiva de una firma bajo su jurisdicción. La Fed le informó a GE Capital, la filial de finanzas de General Electric Co., supervisada por la Fed tras ser designada como “una institución financiera sistémicamente importante”, que debe sumar dos miembros a su junta de siete integrantes que no tengan vínculos con los servicios financieros ni con el directorio de la empresa matriz.

La junta de GE manifestó en una carta dirigida a la Fed con fecha del 2 de febrero que tal requisito “no tiene precedentes” y que en la práctica “socavaría nuestra supervisión independiente de los riesgos de GE Capital como empresa al interrumpir la toma de decisiones cohesionada que se necesita para una gestión efectiva de una subsidiaria compleja y que nos pertenece en su totalidad como GE Capital”. Una de las personas que firmó la misiva fue Mary Schapiro, ex presidenta de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC), que en 2013 pasó a integrar la junta de GE en calidad de directora independiente.

—Ted Mann contribuyó a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 30/03/15.

 

 

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El enigma de tasas que enfrenta la Fed

marzo 25, 2015

El enigma de tasas que enfrenta la Reserva Federal

Se le conoce en los círculos de bonos como “el enigma”. Y podría convertirse en el próximo gran desafío de Janet Yellen.

Se prevé que en algún momento este año la Reserva Federal de Estados Unidos empiece a aumentar la tasa de interés de referencia de corto plazo, conocida como la tasa de fondos federales, desde su nivel actual de casi cero. El objetivo es impulsar las tasas de interés de todos los plazos, desde deuda que vence en 30 días hasta la de 30 años, para evitar alimentar la formación de burbujas en la economía y los mercados.

Sin embargo, aunque los inversionistas y analistas anticipan que la Fed no tendrá grandes inconvenientes a la hora de elevar las tasas de interés de corto plazo en el mercado de bonos, ya que están estrechamente vinculadas a la tasa de referencia de la Fed, algunos observadores creen que el banco central tendrá problemas para incrementar las tasas de plazos más largos. Esto complicaría sus esfuerzos para normalizar la economía.

En 2005, el entonces presidente de la Fed, Alan Greenspan, utilizó la palabra “enigma” para describir la persistencia de tasas de interés de largo plazo bajas o en descenso a pesar de que la Fed había subido las tasas de corto plazo durante 17 reuniones consecutivas entre 2004 y 2006.

“Este es el enigma 2.0”, expresó Erik Schiller, gestor sénior de portafolio de bonos soberanos globales en la división de renta fija de Prudential Financial Inc. que supervisa unos US$530.000 millones en activos.

interest-rates-01Muchos inversionistas, autoridades y reguladores observan muy de cerca la relación de las tasas de interés en el tiempo, lo que se conoce en el mundo de la inversión como la curva de rendimientos, como un indicador de la salud de la economía.

Una curva de rendimientos empinada —es decir, una brecha amplia entre las tasas de interés de corto plazo y las de largo plazo— es considerada saludable por múltiples motivos.

La deuda de plazos más largos, por ejemplo, tiende a reflejar las perspectivas de los inversionistas sobre la economía. Si el mercado demanda rendimientos más altos, esto indica que prevé que el crecimiento es lo suficientemente robusto para que la inflación vaya absorbiendo sus pagos de interés fijos a lo largo del tiempo.

No es lo único. Los bancos generan sus ganancias al endeudarse de manera relativamente barata a corto plazo y prestar dinero por periodos más largos a tasas de interés más altas. Si los bancos se sienten cómodos y empiezan a otorgar más crédito, esto se traduce en más endeudamiento y gasto por parte de países, empresas y personas.

Por el contrario, una curva de rendimientos plana o invertida —en la que las tasas a largo plazo están por debajo de las de corto plazo— a menudo ha presagiado una economía en aprietos o incluso una recesión. La última vez que esto ocurrió fue en junio de 2007, poco antes del estallido de la crisis financiera y la posterior recesión. También sucedió en diciembre de 2000, conforme la economía estadounidense caía en recesión.

El enigma de Yellen de 2015 proviene de una situación muy distinta.

Las tasas de interés son marcadamente bajas en todos los plazos, principalmente porque la Fed ha dedicado gran parte de los últimos siete años a mantener su tasa de referencia cercana a cero y comprar billones de dólares de bonos soberanos.

Ahora, sin embargo, conforme la economía estadounidense cobra fuerza, otras economías se están debilitando. Las tasas de interés en Europa, por ejemplo, son incluso menores a las de EE.UU., lo que está llevando a los inversionistas globales a comprar bonos del Tesoro estadounidense. La demanda está causando un aumento en los precios y un descenso en los rendimientos, lo que contradice las expectativas de que las tasas comenzarían a subir en anticipación a las medidas de la Fed. La robusta demanda por la deuda estadounidense probablemente continuará e incluso podría aumentar a medida que la Fed eleve las tasas, lo que crearía una tensión paradójica en el mercado.

Los inversionistas extranjeros aumentaron sus tenencias de bonos soberanos estadounidenses en US$361.000 millones el año pasado, a US$6,154 billones al final de diciembre, el alza más veloz en dos años, según Jonathan Rick, estratega de derivados de tasas de interés en Crédit Agricole en Nueva York.

“Probablemente habrá una mayor demanda por los bonos del Tesoro de EE.UU. en vista de sus competitivos rendimientos relativos”, vaticinó James Sarni, director ejecutivo sénior de Payden & Regal en Los Ángeles, que gestiona unos US$85.000 millones.

Fuente: The Wall Street Journal, 23/03/15.

 

 

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La Reserva Federal finaliza la expansión cuantitativa (QE3)

noviembre 5, 2014

Adiós al estímulo de la FED, una tarea monetaria bien lograda

federal-reserve-01La Reserva Federal la semana pasada puso fin a su tercera ronda de expansión cuantitativa (QE3), un experimento que atrajo advertencias de desastre para cuando fuera desactivada y suscitó críticas hasta por haber sido implementada.
El fuerte ablandamiento monetario de la Fed, y las medidas similares que tomó el Banco de Inglaterra» todavía no cuentan con una aceptación universal. En Tokio, el Banco de Japón el viernes anunció que, pese a la oposición interna, reforzará su propio programa de flexibilización cuantitativa. Pero en la eurozona, donde la semana pasada se supo que la inflación se ubicó por debajo de la meta durante 21 meses, el BCE todavía no lo hizo.
Si bien es imposible construir situaciones precisas contrafácticas, es altamente probable que la Fed y el Banco de Inglaterra tuvieran razón y que los escépticos del Banco Central Europeo y del Banco de Japón estuvieran equivocados. La compra de activos fue exactamente el programa correcto para tratar de revivir la economía estadounidense: de hecho, una escuela de críticos sugiere que la reactivación debería haber sido más rápida y que es prematuro retirar el QE ahora. Las tasas de desempleo en Estados Unidos ahora son menores que cuando la crisis financiera global estalló a fines de 2008: en el caso de la eurozona, es tres puntos porcentuales más alta.
Estados Unidos tuvo suerte que Ben Bernanke, un estudioso de la Gran Depresión, estuviera al mando de la Fed cuando se produjo la crisis. Si el Congreso norteamericano hubiera también aprendido las lecciones que dejaron los años treinta y mantenido una política monetaria blanda en vez de crear innecesarias crisis por el tope de la deuda, el banco central habría tenido una menor carga estimuladora. Errores similares se están cometiendo ahora con el contraproducente ajuste fiscal en la eurozona y el prematuro aumento del impuesto al consumo en Japón. Los fanáticos del dinero fuerte temían que el QE causara hiperinflación, pero quedó demostrado que estaban totalmente equivocados. El QE fue una respuesta a un momento de recesión, inquietud financiera y amenaza de deflación. Las reglas habituales de transmisión monetaria no aplicaban.
Hay, para ser justos, críticas más sofisticadas sobre el programa que el simple alarmismo inflacionario, y requieren de respuestas más completas. Una es que, al inflar los precios de las acciones y de otros activos de riesgo en manos de familias adineradas, aumentó la desigualdad. La otra es que, creando liquidez en los mercados financieros globales y conduciendo a los inversores a tomar activos de más riesgo, el QE fomentó los préstamos imprudentes y un apalancamiento peligrosamente elevado en las economías emergentes, que quedaron a la espera del caos cuando se cerrara la canilla.
La tesis de la desigualdad es creíble pero no está probada. Por ejemplo, Ben Broadbent, vicepresidente del Banco de Inglaterra, afirmó que los bancos centrales estaban simplemente ajustando la política a una tasa de interés natural más baja. En cualquier caso, si bien la mayor inequidad es una preocupación legítima, nivelando ingresos y riqueza no se enfrenta una recesión colosal.
En forma similar, el impacto sobre los mercados emergentes no debería descartarse. Pero si bien el QE provocó un mayor ingreso de capitales, esas economías tenían la facultad de apoyarse en el aluvión de dinero barato. Contaban con controles al ingreso de capitales, regulaciones para evitar los préstamos imprudentes, políticas fiscales ajustadas para restringir los déficits.
No es más trabajo para la Fed manejar el apalancamiento en las economías del exterior que abordar la inequidad en su país. La Fed hizo bien ampliando las líneas de swaps de dólares a otros países para mantener la liquidez en el sistema financiero global durante la crisis financiera. Pero no se puede esperar que ponga los intereses del resto del mundo por delante de los de EE.UU.
El programa QE de la Fed sirvió para garantizar que la crisis financiera global no se convirtiera en otra Gran Depresión. Los bancos centrales, en particular en la eurozona, deberían prestar especial atención.
Fuente: Financial Times, 03/11/14.

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