El futuro de Europa – 2016

junio 29, 2016

Cuatro fuerzas que definen el futuro de Europa

El Reino Unido se ha convertido en el primer país en votar para abandonar la Unión Europea, pero el debate sobre el bloque recién empieza.

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Fuente: The Wall Street Journal, 30/06/16.


Más información:

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Tasas de interés negativas en Europa

La decadencia de Europa


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Las posibles repercusiones del Brexit

junio 29, 2016

Las posibles repercusiones del Brexit

28 de junio de 2016

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El voto sorprendente del Reino Unido para dejar la Unión Europea —que se ha denominado Brexit— ha hecho que la libra esterlina cayera a su nivel más bajo en 30 años frente al dólar y sembró la histeria en los índices bursátiles de todo el mundo. El fantasma resultante de la incertidumbre llevó a los inversores a buscar un lugar más seguro. La decisión de abandonar la Unión Europea también le costó el puesto al primer ministro, David Cameron.

El 24 de junio, el día después del referendum, el Industrial Dow Jones cayó un 3,4%, situándose en 17.400, el índice S&P 500 experimentó una caída similar, mientras que el Nasdaq cayó fuertemente y se situó en el 4,1%. El oro tuvo el mayor incremento en dos años, mientras que los futuros del petróleo cayeron. En Europa, el FTSE 100, de Londres, tuvo un retroceso del 3,2%, el francés CAC cayó un 8% y el índice alemán DAX terminó el día en un 6,8%. El mayor volumen de ventas lo registraron el FTSE MIB italiano y español IBEX, cada uno se dejó más de un 12%. En Asia, el índice Nikkei 225 cayó un 7,9% y el índice Hang Seng de Hong Kong retrocedió un 2,9%. El euro cayó un 2,5% frente al dólar. Los títulos del Gobierno de Estados Unidos se dispararon y el rendimiento del Tesoro a 10 años cayó a menos del 1,4%, un nivel casi histórico.

Jeremy Siegel, profesor de Finanzas de Wharton, dijo que los mercados respondieron como se esperaba en vista de lo que ocurrió en el Reino Unido, un resultado no previsto por la mayoría de los políticos y los brokers. Sin embargo, Siegel no tiene dudas en cuanto a la reacción de la Fed. Los acontecimientos están alejando “por completo cualquier expectativa de un aumento del índice este año”, dijo, añadiendo que “futuros de enero basados en los fondos de interés de los EE.UU. están siendo negociados exactamente a los valores de hoy en día”.

Joao Gomes, profesor de Finanzas de Wharton, está de acuerdo en que la Fed va a tomarse una pausa. “En el caso de Estados Unidos, la respuesta seguramente consistirá en retrasar los aumentos de las tasas de interés y quizás algunas declaraciones tranquilizadoras que dejen claro a los inversores que hay un refugio seguro y que cualquier riesgo de impacto negativo será limitado”.

Siegel cree realmente que la tragedia actual que vive el mercado va a ser fugaz. “Creo que habrá una gran cantidad de cambios a causa de lo que sucedió”, dijo durante el programa “Behind the Markets” [Detrás de los mercados], que se transmite desde Wharton Business Radio en el canal 111 de SiriusXM. Siegel señaló que el Ibex se mantuvo operando por encima del valor registrado hace una semana y el mercado, en dólares, disminuyó sólo un 3% en comparación con el 7% y el 9% de otros mercados regionales en Europa.

BrexitPor otra parte, “no hubo pánico. Había una gran cantidad de liquidez en estos mercados. Todos los principales mercados abrían con mucha efervescencia, pero sin mayores trastornos. Había liquidez”, dijo Siegel. “Esta imagen dice mucho acerca de un cambio importante de dirección en este escenario”. Siegel añadió que los futuros de acciones de Estados Unidos tuvieron una caída de 700 puntos, pero los mercados abrieron con normalidad y reaccionaron a la caída.

Gomes añadió que aunque “este es el tipo de incertidumbre y volatilidad que más puede mitigar las perspectivas de crecimiento a corto plazo” en el largo plazo, el impacto de Brexit debe ser contenido. “En el momento en que se tranquilicen las cosas, el efecto no será sustancial”, dice. “Europa no crece significativamente desde 2008 y no crecerá significativamente el próximo año. Ya estamos acostumbrados a este escenario y esta forma de crisis permanente”.

Impacto sobre EE.UU. y la UE

Scheherazade Rehman, directora del Centro de Investigación de la Unión Europea en la Universidad George Washington, dijo que el Brexit es lo que “nosotros llamamos un evento ‘cisne negro’ en Washington, D.C. Nadie lo esperaba”. ¿Cómo afectará a los EE.UU.? Además de la volatilidad del mercado, “hemos perdido efectivamente nuestro campeón del libre mercado, la globalización, nuestros ojos y oídos sobre el terreno en materia de seguridad y otros intereses hoy puestos sobre la mesa de la UE, puesto que ya el país no estará reunido junto a los demás a puertas cerradas”, dijo Rehman durante el programa de Knowledge@Wharton, canal 111 de SiriusXM.

En cuanto al Reino Unido, Rehman dijo que su economía se verá sacudida. “Será más caro negociar con la UE”, dijo. La UE le dirá el Reino Unido: “Todavía tienes acceso al mercado común, pero tendrás que pagar por ello. Tendrás que pagar más de lo que pagas hoy en día, pero ahora no tienes poder de decisión”. Sin embargo, Brian Klaas, investigador de la London School of Economics, dijo en “Behind the Markets” que la UE sólo puede castigar el Reino Unido en cierta medida. “Si el castigo es demasiado severo, la UE también se verá perjudicada”, ya que el Reino Unido representa el 6% de la economía europea. Sin embargo, si el castigo no es lo suficientemente grave, otros países querrán irse.

El Reino Unido tratará de preservar los acuerdos comerciales y de inversión existentes con la UE, pero el bloque no facilitará nada. “Al principio, veremos una posición, como mínimo, muy poco flexible de Bruselas en las negociaciones con el Reino Unido”, dijo Gomes. Olivier Chatain, profesor de HEC París e investigador principal en el Instituto Mack de Gestión de la Innovación de Wharton, considera que la UE —Francia y Alemania, en particular,— va a querer hacer del Reino Unido un ejemplo para evitar que otros países se marchen, dijo durante el programa de Knowledge@Wharton.

Todavía hay muchas dudas acerca de las condiciones de salida y cómo deben ser las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. El viernes, el Financial Times se refirió a un artículo publicado en un periódico alemán según el cual tienen una copia de la “estrategia post-referéndum del Brexit”. El informe dice que el Reino Unido no debe ser tratado con indulgencia en las conversaciones sobre su partida, ya que podría alentar a otros países a seguirle. El Handelsblatt informó, según el Times, que no habría ”acceso automático al mercado único”, porque otros países, entre ellos Francia, Alemania, Austria, Finlandia, Hungría y los Países Bajos podrían buscar acuerdos similares”. ‘El alcance de dichos efectos de imitación dependería en gran medida de cómo se trata al Reino Unido’”.

Sin embargo, el temor de que pueda haber una carrera hacia la puerta de salida tal vez sea exagerada. Siegel dijo que los países de la UE que han adoptado el euro como moneda son menos propensos a dejar el bloque. “Nadie quiere renunciar al euro”, dijo. “Esa es la diferencia con respecto a lo que está ocurriendo en el Reino Unido”. Para un país de la UE, que utiliza el euro, cambiar de moneda “es algo de una magnitud muy compleja e impopular” en comparación con el Brexit. Tomemos el caso de Grecia. A pesar de sus dificultades financieras, los griegos no quieren abandonar el euro para volver al dracma y enfrentarse a la devaluación. Si Grecia quiere quedarse, es probable que otros también, dijo Siegel.

En el futuro, Gomes espera que haya un acuerdo entre el Reino Unido post Brexit y la UE. “Después de algunas recriminaciones mutuas, que pueden durar algún tiempo, todos en Bruselas y Londres van a trabajar a favor de un acercamiento porque ambos tienen un fuerte interés personal en que esta relación funcione”, dice. “Esto significa básicamente la elaboración de un nuevo tratado que preserve lo más posible los lazos económicos más importantes, tranquilizando, al mismo tiempo, a los británicos de que la inmigración puede ser controlada”.

Sería irónico, sin embargo, que la UE utilice su influencia en las negociaciones para obligar al Reino Unido a adoptar sus políticas de inmigración. “El referéndum fue utilizado como una plataforma para negociar las consecuencias de la crisis de inmigrantes en Europa”, dijo Rehman. “Será interesante ver si, en el caso de las negociaciones de la UE con el Reino Unido, la inmigración entra de nuevo en la agenda de discusión. En otras palabras, ‘estaremos de acuerdo con los términos comerciales si ustedes están de acuerdo —sea lo que sea— con la cuestión de la inmigración’. Eso sería algo irónico”.

Gomes añadió que el “gran factor imprevisible” será el papel de los movimientos nacionalistas y anti-europeos en países como Francia, Polonia y España. “Habrá tensión en las próximas semanas y meses entre dos pensamientos y visiones del mundo opuestas”, dijo Gomes. Por un lado, se espera que la corte central en Bruselas actúe rápidamente “para tranquilizar a las empresas de que no habrá ningún cambio fundamental”. Por otro lado, él dice que los políticos hacen hincapié en que Europa está “rota” y que algo tiene que cambiar. “Hay un deseo por parte de los defensores del Brexit, los partidos y los votantes anti-europeos en varios otros lugares, empezando con las elecciones celebradas recientemente en España, para explorar el asunto, para obtener concesiones especiales de la UE o, simplemente, para ganar las elecciones”.

¿El futuro de Escocia en juego?

Entre los muchos resultados políticos del Brexit, uno que da mucho que pensar es la posibilidad de que Escocia exija un segundo referéndum sobre su permanencia o no en el Reino Unido. En el primer referéndum, en 2014, los escoceses votaron para permanecer en el Reino Unido. “Escocia es pro-Europa, y si los escoceses sienten que están saliendo de Europa por el voto de los ingleses, que no les gustaban mucho, pueden pedir un segundo referéndum”, dijo Sebastián Mallaby, investigador principal de economía internacional del Consejo de Relaciones Exteriores, en un reciente artículo de Knowledge@Wharton.

Una vez concluido el Brexit, la primer ministro de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que ahora es muy probable que haya un segundo referéndum. Ella también dijo que comenzaría a crear la legislación necesaria para una nueva votación sobre la independencia de Escocia. Irónicamente, algunos de los argumentos más sólidos utilizados en Inglaterra para convencer a los escoceses a permanecer en el Reino Unido en 2014 era que Escocia podría verse obligada a salir de la UE si se separaba del Reino Unido. Ahora es el voto del Brexit el que llevará a Escocia fuera de la UE a menos que, como algunos analistas creen que es posible, Escocia apruebe su independencia en un nuevo referéndum y decida permanecer donde está. El voto de los escoceses fue del 62% (frente al 38%) a favor de permanecer en la UE.

La respuesta de los escoceses también dependerá del próximo primer ministro del Reino Unido, de cómo se ejecuten las negociaciones y la creciente fuerza de la economía en los próximos años, dice Gomes. “En última instancia, la consulta es un reflejo de la conclusión a que han llegado muchas personas de que la economía estará mejor fuera de la UE”, dijo. “Escocia, en particular, tendrá que tomar su propia decisión, ¿qué es mejor, estar relacionado con el Reino Unido o la Unión Europea?”

Siguiente turno de la UE

El principal problema de la crisis europea es la falta de liderazgo a la hora de hacer frente a los problemas de la gente, dijo Gordon Brown, político del Partido Laborista británico, ex primer ministro y ex ministro del Tesoro del Reino Unido en la conferencia pronunciada en el Foro mundial de Wharton en Amsterdam. “El nivel de debate durante el referéndum en el Reino Unido era tan pobre que nadie trató de explicar los problemas de los cuales la gente se queja”. Inmigración y seguridad en el trabajo son las dos cuestiones clave.

Brown dijo que las personas son desplazadas por las “grandes fuerzas globales que cambian rápidamente, y no por la Unión Europea”. Mientras tanto, los ataques terroristas por parte de los radicales islámicos y grupos extremistas también generan prejuicios, intolerancia y odio. “Hay escepticismo en muchos países europeos donde la gente injustamente culpa a la Unión Europea de los problemas que surgen principalmente por el cambio global”, dijo. “A menos que haya líderes preparados para asumir esto y decirle a la gente: “Miren, estamos tratando de gestionar el cambio global. Vamos a trabajar juntos en esto”, aumentará el escepticismo.

Aunque algunos cuestionen si la UE sigue manteniendo su importancia, Brown dijo que Europa aún necesita esta estructura institucional única. “Europa tuvo que hacer frente en los últimos 30 años al hecho de que las identidades nacionales siguen siendo fuertes”, añadió. “Tenemos 28 naciones con tradiciones, culturas y lenguas propias y una forma particular de pensar sobre cómo se pueden integrar. Es necesario equilibrar este sentido de identidad con la necesidad de cooperación. No se puede suponer que es posible enterrar las identidades y avanzar hacia la formación de un superestado federal”.

Al final, los ciudadanos del Reino Unido decidieron que eran más británicos que europeos. “El voto a favor del Brexit era esencialmente un voto nacionalista sobre el control nacional y la reafirmación de orgullo sobre las decisiones que afectan a los ciudadanos británicos”, dijo Gomes. Chatain, sin embargo, cree que el Reino Unido es muy consciente de que las implicaciones de salir de la UE, “y el arrepentimiento del consumidor puede manifestarse antes de lo que pensamos”.

Fuente: knowledgeatwharton.com.es, 28/06/16.


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Brexit: Impact on Pensions and Investments

junio 29, 2016

Brexit: impact on pensions and investments

By Kirsten Hastings.

Everyone is still struggling to get to grips with the UK voting to leave the European Union, and quite frankly it has been ‘brexhausting’. Moving past the politics, Fidelity International has provided some tips about what this could mean for pensions, investments, and markets.

Brexit: impact on pensions and investments

Pensions

“As with many of the consequences of Brexit, it’s too early to say how pensions will be affected in the long term,” says Richard Parkin, head of pensions.

Brexit

“The key message for retirees is to stay calm and avoid taking any unnecessary risks. Consider whether you really need to take cash from your retirement investments now. We sometimes see people taking cash from their pension savings at retirement just because they can.

“Many don’t realise that most pensions allow you to leave the money invested until you need it. If you do need cash now, taking smaller withdrawals over a longer time period will often be less risky than taking a large withdrawal all at once.

“If you are looking to convert your savings to guaranteed income by buying an annuity then it’s more important than ever that you shop around for the best deal. Annuity rates are based on long term interest rates which are already low and could be adversely affected by market uncertainty,” Parkin says.

Investments

“Investors can’t be blamed for feeling unnerved at the moment. With Britain exiting the EU the only certainty for now is uncertainty,” says Maike Currie, investment director for personal investing.

“At times like this it sensible to take a deep breath and focus on your long-term investment goals.»

“In uncertain times, wealth preservation is key. In an environment which is likely to continue to be punctuated by market and political uncertainty, your best defence is to diversify. An effective way to achieve this is via a multi-asset fund, which aims to smooth returns by combining a range of different assets.

“While the referendum clearly has global repercussions, its impact, like the ripples from a stone thrown into a pond, will be most intense closest to the action,” she says.

Markets

Tom Stevenson, investment director for personal investing, expects market uncertainty will remain for some time to come.

“At times like this it sensible to take a deep breath and focus on your long-term investment goals.

“Volatility is part and parcel of equity investing and shareholders are invariably rewarded over time for accepting the risks of stock market investing. Attempts to time the market are usually doomed to fail, which is why we caution against trying to finesse the ups and downs of the market.

“Remember that the best days in the stock market very often follow hot on the heels of the worst ones and missing these rallies can seriously compromise long-term investment returns. We calculate that missing just the 10 best days in the market over the past 30 years would have reduced the annualised return over that period from 8.8% to just 6.6%.

“That might not sound much but it has the effect of reducing the cumulative return from 1,168% to 572%, a massive difference,” Stevenson says.

Tags: Brexit, European Union, United Kingdom, Pensions, Investments.

About Author

—Kirsten Hastings is a reporter for International Adviser, covering global news stories about the financial services industry. She joined Last Word Media in October 2015 after two years working as a reporter covering the staffing and recruitment industry. Kirsten has a Masters in Financial Journalism from the University of Stirling. 

Source: international-adviser.com, June 29, 2016.


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Brexit, twilight of globalization?

junio 29, 2016

Brexit, twilight of globalization? Not quite, not yet

By Mireya Solís.

The Brexit vote has stunned us. It has shaken us. It has forced upon us a set of dreadful questions none of us ever wished answers were required for:

  • How do you disarticulate deeply integrated economies? How do you prevent the rancor of the U.K.’s divorce from the EU wreaking more havoc, not only in Europe but in the rest of the world? The divorce metaphor is apt here as it signals the treacherous waters ahead when the feeling of betrayal and the temptation of revenge may result in a misguided punitive approach to separation. Let’s not forget that almost half of U.K.’s referendum voters chose «remain.» Let’s not forget that the youth in the U.K. overwhelmingly chose the EU for their future. EU leaders therefore face the ultimate test of leadership. In negotiating exit terms they must strengthen this constituency for internationalism. The U.K. needs committed internationalists. We all need them.
  • How do you prevent rising nationalism from dialing back globalization? Is the «Great Convergence» at risk? In the past few decades, developing countries have emerged into the international trading system, and in opening their economies they have lifted millions from abject poverty. Will this future be off-limits to the next round of poor nations seeking to avail themselves of the opportunities of the international marketplace? Has globalization already peaked and are we to be the unlucky generation that lives through the tumultuous process of retrenchment? Are we to feel firsthand the dread that the generation of a century ago experienced when they all suffered from beggar-thy-neighbor policies?
  • Are we next? Are the forces of economic nationalism and nativism that drove the referendum outcome in the U.K. unstoppable elsewhere? Will they decide the outcome of the American presidential election this fall? And if so, what happens to the international economic order?

BrexitThese are still imponderable questions, but I would venture two answers: Brexit is not the final indictment of globalization, and our futures are not yet destined to be ruled by the politics of grievance.

The United States need not become the next domino to succumb to the harmful influence of populism. The parallels in the anti-globalization campaign on both sides of the Atlantic are of course unnerving:

  • Anti-elitism: Fueled by the sense of economic disenfranchisement of older white voters who feel that a future of «splendid isolation» is possible.
  • Nationalism: Driven by a desire to «take back» our country.
  • Nativism: Spurred by strong anti-immigration feelings and rejection of a multicultural polity.

But the differences are also striking, especially when it comes to the issue of trade which commanded so much attention during both the Brexit campaign and the American presidential nomination debates. In reading the «Leave» campaign’s statement on trade policy, you will not find:

  • The rejection of trade deals for «killing jobs» with special blame placed on developing countries (aka China) for inflicting a mortal wound on manufacturing prowess;
  • The promise to impose punitive tariffs on major trading partners even at the risk of initiating a trade war;
  • The call for a boycott of firms that relocate part of their production overseas.

Brexit then is not an endorsement of the Trump brand of predatory protectionism.

Instead, what the Leave campaign offered on trade policy are heaps of wishful thinking and hidden truths. It sought to downplay the importance of the EU market to U.K. producers in order to justify setting its sights on other horizons. It promised to open up trade opportunities and job growth by negotiating trade deals with emerging economies such as China and India. And it confidently stated that trade links with the EU could be restored through a U.K.-EU trade deal that would mirror what countries like Norway have done. But this optimistic prognosis left out a lot. For starters, a future U.K.-EU free trade agreement will most likely yield pared-down benefits. Norway gained access to the single market by agreeing to free movement of labor that Brexiters vehemently reject. Moreover, the U.K. cannot chart its own course on trade policy until its separation from the EU is complete. Restructuring U.K.’s trading relations will take years and the results are hard to predict. But the costs of uncertainty are immediate as companies and investors will recalibrate their strategies without waiting for a protracted process of trade negotiations.

Brexiters struck a xenophobic note, but did not produce an overtly protectionist manifesto. Yet, their success at the ballot did deliver a major blow to economic internationalism. Trumpism is both xenophobic and protectionist, and were it to prevail in the November election, its negative impact on globalization will be vastly more profound. But the die has not been cast, and there are sound reasons to doubt a Trump victory.

If we are to prevail in overcoming the politics of grievance, we must first reckon that populism did not materialize from thin air. It is based on a fact: As globalization intensified during the past two decades, the middle classes in the industrialized world experienced stagnant incomes. The inward push is enabled by the manipulation of this fact: Offering trade as an easy scapegoat for a vastly more complex set of factors producing economic disparities (such as technological change and political decisions on taxation, education, and safety nets). And this populism is based on a false promise—that «taking control,» i.e., taking our countries out of the existing trading regime will make those left behind better off. Its one unmistakable deliverable will be to make all of us worse off.

  • Mireya Solís is the Philip Knight Chair in Japan Studies and senior fellow in the Brookings Center for East Asia Policy Studies. An expert in Japan’s foreign economic policies, Solís earned a doctorate in government and a master’s in East Asian studies from Harvard University, and a bachelor’s in international relations from El Colegio de México. Her main research interests include Japanese politics, political economy, and foreign policy; international and comparative political economy; international relations; and government-business relations. She also has interests in broader issues in U.S.-Japan relations and East Asian multilateralism.

Source: brookings.edu, .


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El Brexit, un problema para los bancos europeos

junio 28, 2016

El ‘brexit’, un gigantesco dolor de cabeza para los bancos europeos

Por Jenny Strasburg y Max Colchester.
Las oficinas de Citigroup, HSBC y Barclays en el distrito de Canary Wharf de Londres.
Las oficinas de Citigroup, HSBC y Barclays en el distrito de Canary Wharf de Londres. 

Hace apenas unos años, los bancos europeos lograron por muy poco superar la crisis provocada por la crisis de la deuda. No obstante, la salida del Reino Unido de la Unión Europea podría volver a empujarlos al abismo, temen analistas e inversionistas.

Brexit

Una amplia gama de instituciones financieras europeas está en riesgo: gigantes heridos que llevan a cabo reestructuraciones difíciles, como Deutsche Bank AG y Credit Suisse Group AG ; bancos regionales presionados por las tasas de interés negativas; y bancos de la periferia de la zona euro abrumados por el peso de las carteras incobrables.

Los bancos europeos todavía no superan del todo las secuelas de la crisis de la deuda de la zona euro y necesitan la confianza de los inversionistas y un crecimiento económico estable para prosperar. La salida británica de la UE, un proceso conocido como brexit, ha puesto ambos requisitos en peligro.

El brexit también pone en duda la durabilidad de la UE y del euro. De repente, la probabilidad de que el marco político de Europa se desmorone en su centro —algo inverosímil hace apenas unos días— ha aumentado. “Si el mercado teme el riesgo de cola de una ruptura de la zona euro, [el brexit] podría desconcertar a los bancos”, indicó en una nota de investigación publicada el viernes Huw van Steenis, analista bancario para Europa de Morgan Stanley.

Y es posible que la medicina tampoco ayude. El mercado podría prever que los bancos centrales intervengan bajando las tasas de interés o recomprando deuda, añadió Van Steenis. Sin embargo, los recortes de tasas, que en numerosos mercados europeos ya son negativas, auguran un deterioro del entorno de negocios para los prestamistas.

Esto ayuda a explicar el desplome de los bancos europeos. Las acciones de Bankia S.A. cayeron 21% y las de UniCredit SpA 24% el viernes. Aunque el banco español repuntó 6,87% el lunes, la entidad italiana retrocedió otro 8,09%. El banco francés BNP Paribas, considerado uno de los más sólidos y mejor gestionados de Europa, se derrumbó 17% el viernes, a lo que sumó un descenso de 6,32% el lunes.

Al otro lado del Atlántico, las acciones de gestores de fondos y aseguradoras estadounidenses cayeron el lunes por culpa del brexit. Invesco Ltd. cedió más de 9%, mientras que las acciones de Affiliated Managers Group Inc., Waddell & Reed Financial Inc. y Legg Mason Inc. perdieron entre 5,5% y 6% de su valor.

Muchos bancos europeos deberán responder preguntas sobre cuánto han avanzado para recaudar capital adicional, reducir el uso de dinero prestado y desprenderse de activos de riesgo. La opinión de los inversionistas es negativa: las valuaciones de decenas de bancos, tanto grandes como pequeños, son muy bajas.

Aunque las autoridades europeas logren erradicar las preocupaciones existenciales, es probable que la economía reciba un golpe. Según la calificadora de riesgo Standard & Poor’s Global Ratings, el brexit podría restar 0,5 puntos porcentuales al crecimiento económico de la zona euro el próximo año. Es una cifra considerable: antes del referendo, la Comisión Europea había pronosticado una expansión de 1,8% en 2017.

El crecimiento es vital para las ecuaciones de viabilidad de la banca. En países como Italia y Grecia, donde los préstamos incobrables son endémicos, los bancos necesitan que sus atribulados deudores salgan a flote para pagar sus deudas. Eso es mucho más difícil si la economía se frena, los precios de las viviendas caen y aumenta el desempleo.

El brexit alimenta también preocupaciones de que los colchones de capital de los bancos europeos son demasiado escuálidos. El mayor banco alemán, Deutsche Bank, y su rival suizo Credit Suisse han prometido elevar sus niveles de capital mediante la venta de activos, la reducción de costos y el acaparamiento de las ganancias.

No obstante, la desaceleración de las fusiones y adquisiciones, sumada a la renuencia de las empresas a emitir nuevas acciones y deuda, podría abrir grietas en los negocios de banca de inversión y corretaje de valores, dos motores de ganancias. Las acciones de Deutsche Bank y Credit Suisse acumulan derrumbes de 44,2% y 51,6% este año, respectivamente. Eso se compara con un descenso de 34,7% del año hasta la fecha en el índice Stoxx Europe 600 Banks. El lunes, el índice cayó 7,7% y alcanzó su menor nivel desde 2011 tras una caída de 14,5% el viernes.

Aunque parece poco probable que se desate una crisis de acceso al crédito como la de 2008, los bancos británicos enfrentan gran incertidumbre a largo plazo. El resultado del referendo genera dudas sobre la continuidad de las sedes en Escocia de Lloyds Banking Group PLC y Royal Bank of Scotland Group PLC. Los líderes políticos escoceses han dicho que pedirán un nuevo plebiscito por la independencia de Escocia del Reino Unido, con el propósito de permanecer en la UE. Las acciones de Barclays PLC, con sede en Londres, cayeron 18% el viernes, tras un desplome de 30% durante la jornada. El lunes bajaron otro 17,35%.

El equipo de analistas bancarios de Citigroup Inc. dirigido por Andrew Coombs cambió el viernes la recomendación de Barclays de “comprar” a “vender”, previendo un fuerte aumento de los costos de financiación y menores ganancias.

Una de las preocupaciones es cómo abordarán Barclays y otros bancos que poseen grandes divisiones de corretaje de valores en Londres los acuerdos regulatorios que les exigen tener un domicilio legal en la UE. El tema está en el corazón de preocupaciones más amplias sobre la capacidad de Londres para conservar su enorme fuerza laboral en la industria de servicios financieros.

“Teniendo en cuenta que esto va a ser un cambio de combustión lenta, ¿los reguladores obligarán a los bancos a aumentar el capital ahora o esperarán seis meses?”, se pregunta Chirantan Barua, analista de bancos de Bernstein Research.

Es probable que los bancos de inversión con sede en Londres vuelvan a sacar las tijeras y eliminen potencialmente miles de puestos de trabajo, vaticina Barua.

El estado de ánimo en los pisos de negociaciones y entre los banqueros de inversión de Londres es pesimista, dijeron empleados de las entidades. “Mi equipo tiene una gran cantidad de [empleados de] diferentes nacionalidades, y están preocupados por sus empleos y por su capacidad de permanecer en el país”, reconoce un alto ejecutivo de un banco de inversión estadounidense en Londres.

El brexit está generando “muchas incertidumbres que agravarán los problemas de los bancos italianos y españoles”, advierte Filippo Alloatti, analista sénior de Hermes Credit en Londres.

Banco Santander S.A. , el mayor banco de España, genera una cuarta parte de su ganancia neta total gracias a los créditos hipotecarios y otros productos que vende en el Reino Unido. El viernes, las acciones del banco cayeron 20%, arrastrando al índice bursátil de referencia de la Bolsa de Madrid a la mayor caída diaria de la historia. La acción del banco retrocedió otro 2,48% el lunes.

Su presidenta, Ana Botín, quien antes de tomar el timón de Santander dirigió la filial británica, trató de tranquilizar a los inversionistas y señaló en un comunicado que el foco del banco en la banca minorista le confiere estabilidad. Se trató de un reconocimiento implícito de las preocupaciones de los inversionistas de que los bancos de inversión, en particular, podrían ser muy golpeados por la volatilidad financiera post-brexit.

Kian Abouhossein, analista de banca europea de J.P. Morgan, incluyó el viernes a Santander en su lista de “bancos más afectados” por una potencial debilidad del crédito en el Reino Unido.

Por otra parte, la banca italiana se ha visto sacudida por préstamos en mora, falta de capital y complicaciones gerenciales. Los analistas han advertido de que el mayor banco del país, UniCredit, está mal posicionado para hacer frente a las consecuencias del brexit. Su asediado presidente ejecutivo, Federico Ghizzoni, aceptó renunciar a finales de mayo, pero el banco no ha podido encontrar un sucesor.

En Portugal, los analistas dicen que aunque los bancos casi no tienen exposición directa al Reino Unido, van a sufrir debido a la aversión al riesgo de los inversionistas en un momento en que el sistema ya está luchando con una baja rentabilidad y una gran cartera en mora. Los analistas dicen que sus bancos necesitan reforzar sus niveles de capital. Además, la economía atraviesa una etapa de bajo crecimiento y altos niveles de deuda pública y de las empresas. Los prestamistas también han invertido en la deuda del gobierno portugués, que puede llegar a desvalorizarse en medio de la incertidumbre.

—Giovanni Legorano, Patricia Kowsmann, Jeannette Neumann, Sarah Krouse y Leslie Scism contribuyeron a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 27/06/16.

El impacto del Brexit dependerá de los líderes políticos

junio 27, 2016

El impacto del ‘brexit’ en la economía global dependerá de los líderes políticos

Por Greg Ip.

La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha arrojado nuevas sombras sobre la economía global. Si son pasajeras o duraderas depende fundamentalmente de cómo responda el resto del mundo, algo que estará motivado por la política, no la economía.

La principal lección del referendo del jueves pasado es que la soberanía y el nacionalismo ahora rivalizan con la economía como motores del ánimo de los electores. Es probable que eso lleve a la política en una dirección de menos apertura, menos crecimiento y medidas menos previsibles.

La caída inicial de la libra esterlina y las bolsas globales fue severa, aunque no catastrófica. Las preocupaciones sobre un pánico financiero similar al que tuvo lugar después de la bancarrota del banco de inversión Lehman Brothers o la cesación de pagos de Grecia parecen infundados. El Banco de Inglaterra y los bancos centrales de otros países indicaron su disposición a prestar a los bancos los montos que necesiten para financiar cualquier salida repentina de fondos. Los rendimientos de los bonos soberanos británicos cayeron, en lugar de subir, lo que indica que no hubo una fuga repentina de capitales.

BrexitDe todos modos, el descenso de las acciones es un síntoma de los nuevos riesgos que ensombrecen las perspectivas de la economía mundial. El voto inaugura dos o más años de incertidumbre mientras el Reino Unido renegocia sus relaciones comerciales con el resto del mundo y redacta las normas que reemplazarán los edictos de la Unión Europea. La incertidumbre ya había deprimido la inversión de las empresas.

Los economistas habían proyectado que la salida británica de la UE, un proceso conocido como brexit, reduciría el Producto Interno Bruto británico entre 1% y 6%: es decir, un rango que va entre una desaceleración moderada a una recesión profunda. El Fondo Monetario Internacional prevé que cause una disminución del PIB global de entre cero y 0,2 puntos porcentuales.

Se trata, sin embargo, de ejercicios que son, en gran parte, hipotéticos y que no pueden cuantificar las ramificaciones más amplias del brexit. En esencia, el referendo marca un hito para dos tendencias relacionadas: la mayor importancia de la reacción en contra de las clases dirigentes y el repliegue de la globalización.

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Lo segundo ha estado ocurriendo al menos desde 2008, cuando las finanzas globales estuvieron a punto de congelarse y colapsó la Ronda de Doha, que buscaba reducir las barreras del comercio global. Luego vino la crisis de la deuda soberana europea, que casi destruyó el euro, el mayor logro de la UE.

Estas crisis, y el posterior bajón económico, engendraron el desencanto con la clase dirigente. Ruchir Sharma, estratega jefe de inversión de Morgan Stanley Investment Management, sigue de cerca la tasa de aprobación promedio de los gobiernos de 20 democracias importantes. El índice ha estado cayendo desde 2010.

No obstante, fue otro factor —la reacción en contra de la inmigración, impulsada en parte por el terrorismo islámico interno en Europa y Estados Unidos— lo que catapultó el populismo desde los márgenes a un rol protagónico.

La semana pasada fue la primera vez en la posguerra que los votantes de una economía avanzada optaron por retirarse de una zona de libre comercio (salvo que se hayan cambiado a una que ofrecía mejores beneficios).

Hubo razones que son muy particulares de la situación británica. Las fuerzas llamadas euroescépticas son, tradicionalmente, defensores del libre comercio, no proteccionistas. Apoyan la globalización de bienes y capitales, pero no de las personas, y critican las regulaciones. La UE es más vulnerable a las críticas de los nacionalistas que, digamos, la Organización Mundial del Comercio precisamente porque es mucho más ambiciosa (algunos dirían que demasiado). Ante crisis financieras y de refugiados, algunos miembros de la UE se arrepienten de haber cedido el control de su política monetaria y de sus fronteras.

De todas maneras, el brexit podría acelerar el repliegue del consenso político y económico en todo el mundo. La historia está llena de ejemplos de contagio político, desde el derrumbe de los regímenes comunistas en Europa del Este a partir de finales de los años 80 al alza del populismo en América Latina en la década de 2000 y la Primavera Árabe.

El viernes, el brexit llevó a los líderes de la extrema derecha populista de Holanda y Francia a reiterar sus demandas para que se realicen referendos sobre la permanencia de sus países en la UE. Donald Trump, el presunto candidato republicano a la presidencia de EE.UU., hizo paralelos con su propia campaña. “La gente quiere recuperar su país”, manifestó.

El brexit también demuestra que los temas económicos han perdido fuerza entre los votantes. Las elecciones y los referendos a menudo colocan los temores al aislamiento económico y el empobrecimiento contra consideraciones más tradicionales y viscerales como la seguridad nacional y la identidad. Habitualmente, se impone el temor, lo que ayuda a explicar el voto de Escocia el año pasado por permanecer en el Reino Unido y la renuencia de los griegos a dejar la zona euro, a pesar de las penurias económicas.

La semana pasada, no obstante, el “Proyecto Temor” perdió en el Reino Unido. La pálida enunciación de estudios económicos no pudo competir contra la convicción de muchos británicos de que habían perdido el control de su propio país a manos de Bruselas o de los inmigrantes. “Creo que la gente de este país está harta de los expertos”, dijo Michael Gove, un ministro conservador del gobierno de David Cameron y líder del movimiento a favor de abandonar la UE.

Las elecciones a menudo se libran en terrenos ideológicos familiares, como progresistas versus conservadores o partidarios de un Estado grande versus defensores de un Estado limitado. Eso está dando paso a un enfrentamiento entre nacionalistas contra internacionalistas y trabajadores comunes y corrientes contra las élites. Eso quedó claro en la carrera presidencial estadounidense, donde Trump acogió explícitamente el proteccionismo, llegando incluso a invocar la autoridad de George Washington y Abraham Lincoln.

“La globalización (…) elimina la clase media y nuestros empleos”, declaró en un discurso la semana pasada. “Nuestro país estará mejor cuando empecemos a fabricar nuestros propios productos nuevamente, volviendo a atraer a nuestras costas nuestras otrora grandes capacidades manufactureras”. Trump prometió que, de ser electo presidente, los inmigrantes mal remunerados no les quitarían empleos a los estadounidenses y que “nuevas fábricas gigantescas regresarán en masa a nuestro país”.

Tales promesas no están respaldadas por los estudios económicos. La principal causa del descenso del empleo manufacturero en EE.UU. es un aumento de la productividad, lo que significa que menos empleados producen más bienes e implica un traslado del consumo hacia los servicios. Un alza de los aranceles a países como China o México tiene una mayor probabilidad de provocar represalias que empobrezcan a todos en lugar de devolver empleos a EE.UU. La presumible candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, lanzó su propia versión del “Proyecto Temor”, al advertir que las medidas propuestas por Trump son “irresponsables” y que generarán una crisis económica.

El debate en torno al brexit, no obstante, ha demostrado los límites de la práctica de advertir de una catástrofe económica, en especial en el caso de los trabajadores mayores y con menor educación que han sido los menos beneficiados por la globalización. Clinton ya ha reconocido esta realidad al retirar su respaldo al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, conocido como TPP, un pacto entre 12 países que abarca comercio, derechos laborales, propiedad intelectual e inversión. El acuerdo debe ser aprobado por el Congreso estadounidense.

Para las empresas y los inversionistas, todas las elecciones de los próximos años acarrean el riesgo de nuevas políticas nacionalistas que entorpezcan el libre flujo de bienes, capitales y personas. El shock financiero provocado por el brexit pasará con el tiempo, pero es poco probable que sea el último.

Fuente: The wall Street Journal, 26/06/16.

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Brexit: The Movie

junio 24, 2016

Documental

BrexitBrexit: The Movie lays bare the nature of the European Union – and shows why millions of Brits are voting to leave it.

Brexit: The Movie blows apart the pro-EU propaganda, and makes the case for an independent, confident and outward-looking Britain.

You can watch Brexit: The Movie as a feature-length film, or topic by topic in bite-sized, shareable sections.

ATENCIÓN: Las opiniones expresadas en este documental no representan necesariamente la opinión de EconomiaPersonal.com.ar


Más información: Posibles consecuencias del Brexit


Brexit

Posibles consecuencias del Brexit

junio 24, 2016

Las cinco posibles consecuencias del Brexit

Consulta en el Reino Unido: Desde la renuncia de Cameron y la elección de su sucesor hasta las condiciones de un traumático divorcio con Europa.

"Estamos afuera", titula en tapa el Evening Standard. / AFP

«Estamos afuera», titula en tapa el Evening Standard.

Los británicos votaron anoche la salida de la Unión Europea, un paso sin precedentes que podría tener consecuencias importantes.

Brexit

Aquí algunas de las más anticipadas:

1- Dimisión del primer ministro

David Cameron. (AP)

David Cameron y su mujer, tras anunciar su renuncia.

Aunque había dicho que no dejaría u cargo, David Cameron anunció su renuncia hoy. Y avisó que para octubre habrá un nuevo premier que se encargará de negociar el «divorcio» con Europa»No duraráni 30 segundos», ya había vaticinado ayerKenneth Clarke, del Partido Conservador. Cameron pusosu credibilidad en juego convocando un referéndum que ha fracturado a los conservadores, y luego defendiendo la permanencia. Los conservadores tendránque designar a un sucesor y el victorioso líder de los pro-Brexit, Boris Johnson, parece el candidato natural.

El victorioso líder de los pro-Brexit, Boris Johnson, parece el candidato natural./ AP

El victorioso líder de los pro-Brexit, Boris Johnson.

2- ¿El Reino Desunido?

La jefa del gobierno regional escocés, Nicola Sturgeon, ha repetido en numerosas ocasiones que la salida de la UE les llevaría a reclamar otro referéndum de independencia, lo que efectivamente sucedió hoy.

La premier de Escocia, Nicola Sturgeon./ AFP

La premier de Escocia, Nicola Sturgeon.

Escocia luchará por permanecer en la Unión Europea  y por ello comenzará a prepararse para un nuevo referéndum sobre una eventual independencia de Reino Unido, anunció Sturgeon este viernes.

Por su parte, la provincia británica de Irlanda del Norte vive un frágil proceso de paz. Suya es la única frontera terrestre británica con la UE, con Irlanda, por lo que habría que reinstaurar los controles fronterizos y eso podría provocar tensiones. Bruselas ha inyectado miles de millones de euros para apoyar los Acuerdos de paz de Viernes Santo, de 1998, que pusieron fin a tres décadas de enfrentamientos entre católicos y protestantes. Los nacionalistas, en particular, consideran a Bruselas como un contrapeso al gobierno británico.

3- Con la UE, un divorcio de resultado incierto

El país debe comenzar complicadas negociaciones con la UE, que podrían extenderse dos años como máximo, y en las que se decidirán las condiciones de acceso de Londres al mercado único. Varios escenarios son posibles. Por ejemplo, que se acordara un acceso mutuo a los mercados, pero ¿en qué condiciones? El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya advirtió que «el Reino Unido será un estado tercero que no tendrá el camino allanado».

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker./ EFE

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

4- Una transición económica difícil, incluso una recesión

El impacto en los mercados del Brexit saltó a la vista inmediatamente, con una caída pronunciada de la libra y las bolsas. Todos los escenarios para los dos años siguientes contemplados por las instituciones económicas internacionales son sombríos. Un estudio realizado por HSBC predijo una caída de la libra de un 15 a un 20%, una inflación del 5%, y una pérdida de 1 a 1,5% del PBI.

Una pantalla muestra datos bursátiles en el parqué suizo en Zúrich (Suiza)./ EFE

Mirá también: «Un jodido desastre»: la City de Londres aterrorizada por el Brexit

La City podría perder su condición de «pasaporte europeo» y varias empresas como JPMorgan e incluso el gigante británico HSBC anunciaron que trasladarían miles de puestos de trabajo a París o Fráncfort.

5- Endurecimiento de la política de inmigración

Un inmigrante en la "jungla" de Calais en Francia, esperando curzar a Gran Bretaña. / AFP

Un inmigrante en la «jungla» de Calais en Francia, esperando curzar a Gran Bretaña.

La inmigración ha sido uno de los temas centrales de la campaña pro-Brexit, que ha anunciado su intención de crear un sistema de puntos para aceptar a inmigrantes copiado del australiano. Cada solicitud de permiso de residencia y trabajo será tratada de acuerdo a las habilidades y calificaciones del solicitante. Una vez consumado el divorcio con la UE y el fin de la libre circulación, nada impedirá implementar esta política.

Fuente: clarin.com, 24/06/16.

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Los europeos apuestan al largo plazo

mayo 13, 2016

El dinero fácil abre paso a los bonos a 100 años en Europa

Por Christopher Whittall.

La sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort.
La sede del Banco Central Europeo, en Fráncfort. 

Los europeos apuestan por el largo plazo.

Las empresas y los gobiernos están optando por emitir deuda en euros a plazos cada vez más largos a medida que las políticas expansivas del Banco Central Europeo les permiten conseguir financiamiento barato con un horizonte de vencimiento de hasta un siglo.

dinero caja fuerteEs una buena noticia para los emisores de deuda, pero no tanto para los inversionistas.

El gobierno español vendió el miércoles 3.000 millones de euros (US$3.430 millones) en bonos a 50 años con un interés anual de 3,45%. No fue el único. El gigante estadounidense de salud e higiene Johnson & Johnson lanzó una emisión multimillonaria de cuatro tramos en euros, el mayor de los cuales vence en 2035.

Las colocaciones del miércoles culminan una serie de emisiones de plazos largos de parte de empresas y gobiernos en Europa.

La preferencia por deuda de plazos más largos se produce en un momento en que las medidas de estímulo del BCE han reducido los rendimientos de los bonos y los costos de endeudamiento en toda la zona euro. Ante el aumento de la deuda con un rendimiento negativo, los inversionistas han dado prioridad a los bonos de plazos más extendidos que ofrecen retornos positivos.

Los bonos de plazos más largos también son atractivos para inversionistas institucionales como los fondos de pensiones o las aseguradoras que tienen pasivos también de largo plazo.

Los vencimientos más largos, no obstante, acarrean riesgos. El valor de los bonos se vuelve más vulnerable a los cambios en las tasas de interés, comparado con los valores de plazos más breves, y el inversionista adquiere un compromiso de mayor plazo con el riesgo crediticio de un gobierno o una empresa.

“El impacto del BCE se refleja en el traslado de la demanda hacia el lado largo de (la curva) del bono”, dijo Fred Zorzi, director de deuda sindicada global de BNP Paribas SA .

En su campaña para impulsar la suba de la bajísima inflación de la zona euro, el BCE ha lanzado una serie de medidas de estímulo. Su programa de compra de deuda soberana, que será ampliado en junio para abarcar deuda corporativa, ha elevado el precio de los bonos y reducido su rendimiento, que se mueve en dirección opuesta. Los rendimientos también han caído conforme el BCE empezó a fijar tasas negativas para los bancos que querían depositar su exceso de efectivo en el banco central, lo que en la práctica los incentiva a invertir en bonos del gobierno.

La política del BCE contribuyó a aumentar el stock de deuda global con rendimientos negativos a US$9,4 billones al 5 de mayo, según los estrategas de Bank of America Corp. , equivalente al 23,6% del total de los activos de renta fija en el mundo. A comienzos de año, la cifra llegaba a sólo US$5,6 billones.

En este entorno, los bonos con vencimientos más largos y retornos más altos cobran popularidad. “Hay mejores formas de encontrar una mayor rentabilidad que limitarse a comprar bonos más riesgosos”, dijo Mitch Reznick, codirector de crédito de Hermes Investment Management. “Preferimos comprar bonos de mayor calidad con vencimientos más prolongados” en lugar de los bonos chatarra, es decir con una calificación por debajo de grado de inversión, observó.

Los gobiernos y las empresas están aprovechando la demanda.

El vencimiento promedio de las colocaciones de deuda sindicada de los gobiernos de la zona euro subió de cerca de 10 años en 2014 a alrededor de 15 años en 2015, según los cálculos de Goldman Sachs Group Inc. El banco de inversión estadounidense prevé que en 2016 el vencimiento promedio ascenderá a 25 años según los actuales niveles de emisión.

Cuando los rendimientos son tan escuálidos, pagan menos por la venta de bonos con vencimientos más prolongados.

Francia vendió en abril 9.000 millones de euros en deuda dividida en un tramo que vence en 2036 y otro que lo hace en 2066, pagando un interés de 1,25% y 1,75%, respectivamente. Cuando el gobierno emitió bonos a 50 años en 2005 y 2010, el interés fue de 4%.

Bélgica realizó en abril su primera emisión de bonos a 50 años.

Algunos gobiernos han ido más lejos. Irlanda y la propia Bélgica han vendido bonos de 100 millones de euros a 100 años en acuerdos privados este año.

Las colocaciones de Irlanda y de España —en la que los bancos a cargo de la venta recibieron órdenes de más de 10.000 millones de euros— demuestran que los inversionistas también están dispuestos a comprar deuda de largo plazo de países que hace algunos años nadie quería tocar. El gobierno italiano evalúa su primera oferta de bonos a 50 años, señaló una fuente cercana.

No se trata solamente de gobiernos europeos. México colocó el año pasado un bono a 100 años por 1.500 millones de euros con un cupón anual de 4%.

Las empresas también se han volcado a la deuda de mayor plazo. El tramo más grande de la emisión de 4.000 millones de euros de Johnson & Johnson fue la de vencimiento más largo: 1.500 millones de la divisa europea a nueve años. Royal Dutch Shell vendió el lunes 1.000 millones de euros a 12 años y 750 millones de euros a ocho años.

La mayoría de los inversionistas considera los bonos de empresas con vencimientos de más de 10 años como de mayor plazo.

En EE.UU., muchas compañías han emitido deuda a 30 años. Los bonos a 50 años, no obstante, siguen siendo una característica muy europea debido a las tasas más bajas de la región.

Cerca de la mitad de las ventas de bonos corporativos en euros tienen vencimientos de 10 años o más, según Joseph Faith, estratega de crédito de Citigroup Inc., un alza frente al 5% de comienzos del año.

Conforme se prolongan los vencimientos, aumentan los riesgos.

Jean Sayegh, gestor de portafolio sénior de Lyxor Asset Management, indicó que los bonos de plazos más largos son más apropiados para inversionistas como fondos de pensiones y aseguradoras que tienen que calzar activos y pasivos de largo plazo y no se preocupan por los movimientos diarios de los precios. Otros inversionistas, no obstante, se sentirán menos inclinados a comprar deuda a períodos tan largos “debido a la volatilidad”, aseveró.

Los fondos de pensiones y las compañías de seguros tienen que pagar anualidades fijas a los clientes durante varios años y han tenido problemas en un período caracterizado por los bajos rendimientos, por lo que los bonos de plazos más largos son una opción atractiva.

“Para inversionistas como aseguradoras y fondos de pensiones que necesitan rendimientos, esto puede ser una cobertura natural para sus pasivos de mayor plazo”, dijo Lee Cumbes, responsable de deuda del sector público de Barclays PLC.

Fuente: The Wall Street Journal, 12/05/16.

El Estado de Bienestar europeo desalienta el trabajo

septiembre 30, 2015

Cómo el Estado de Bienestar europeo desalienta el trabajo

Por Michael D. Tanner.

En 2013, el New York Times reportó el caso de Carina, una madre danesa soltera de 36 años que había estado recibiendo prestaciones sociales desde los 16 años. Dinamarca desde hace mucho ha tenido uno de los sistemas de prestaciones sociales más generosos en Europa, y Carina fue capaz de recibir más de €2.300 al mes en beneficios, una cantidad que le permitía vivir relativamente cómoda y sin trabajar.

Un segundo beneficiario discutido en el artículo, Robert Nielsen, había sido mantenido por el Estado por más de una docena de años. Él no había intentado encontrar trabajo y no pretendía hacerlo. Como él dijo, “Afortunadamente, nací y vivo en Dinamarca, donde el gobierno está dispuesto a mantenerme”.

Un nuevo estudio del Instituto Cato sugiere que, en demasiados países europeos, estos podrían no ser casos aislados. Los beneficios sociales pueden ser tan altos, comparados con lo que un trabajador de poca calificación podría esperar ganar en una posición de nivel básico, que desalientan el trabajo.

Utilizando datos provistos por la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para el año 2013, observamos el caso de una típica madre soltera con dos niños en 23 países de la Unión Europea (UE), enfocándonos en cuatros beneficios de cuatro categorías amplias: asistencia social, asistencia para vivienda, beneficios para la familia y los niños, y créditos tributarios.

Esta madre hipotética podría recibir un total de beneficios equivalentes a más de €15.000 al año en nueve países. En seis países, los beneficios excedían €20.000 (Austria, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Países Bajos, y el Reino Unido). De hecho, en Dinamarca, el país más generoso, el paquete de beneficios potenciales excedió €31.709. En nueve países, los beneficios sociales excedían el ingreso bruto del salario mínimo en ese país.

Las personas con ingresos bajos que participan en estos programas responden a los incentivos, como todas las demás personas. Cuando los niveles de los beneficios llegan a ser así de altos, pueden crear un importante desaliento al trabajo, especialmente considerando que alguien que abandone las prestaciones sociales por el trabajo no solo pierde beneficios, sino que también debe empezar a pagar impuestos e incurrir en otros costos asociados.

Los economistas muchas veces se preocupan acerca de las tasas impositivas marginales altas para los negocios o los ricos. Pero algunas de las tasas impositivas marginales más altas de hecho se aplican a una persona pobre que abandona las prestaciones sociales por un trabajo.

En Austria, Croacia, y Dinamarca, por ejemplo, la tasa tributaria marginal efectiva para alguien que deja las prestaciones sociales por el trabajo es cerca de 100 por ciento, lo que implica que una persona gana virtualmente ningún ingreso adicional por trabajar, luego de descontar los impuestos aumentados y los beneficios reducidos. En otros 15 países, los individuos se enfrentarían a un tasa tributaria marginal de más de un 50 por ciento.

Subiendo la escalera

Los desalientos al trabajo de esta magnitud son problemáticos por varias razones. Primero, erosionan la solidaridad social, al romper el contrato implícito con los beneficiarios de que ellos den los pasos que les permitirían volverse auto-suficientes lo más pronto posible. Dicho requisito no es simplemente una cuestión de sentimiento moral y reciprocidad. La percepción de que los beneficiarios están contentos viviendo de otros, precisa o no, es probable que socave el respaldo político al programa.

Segundo, dependiendo hasta qué grado los beneficios generosos fomentan que se salgan de la fuerza laboral a los que de otro modo serían capaces de trabajar, esto desacelera el crecimiento económico, haciendo que todos sean un poco más pobres.

Pero más importante todavía es que, si nuestro objetivo es en realidad ayudar a que los pobres escapen dejen de serlo, sabemos que el trabajo es una de las formas en que pueden lograr ese objetivo. En EE.UU., de la población en edad de trabajar, solo 2,7 por ciento de los trabajadores a tiempo completo durante todo el año eran pobres en 2013. Incluso el trabajo a tiempo parcial marca una diferencia significativa. Solo 17,5 por ciento de los trabajadores a tiempo parcial eran pobres, comparado con 32,3 por ciento de los adultos en edad de trabajar que no trabajan.

La evidencia sugiere firmemente que una vez que los individuos se inician en un trabajo, incluso uno de nivel básico, ellos suben en la escalera de ingresos. Por lo tanto, el trabajo debería estar en el centro de cualquier política anti-pobreza. Ayudar a la mayor cantidad posible de personas a que se trasladen desde las prestaciones sociales hacia el trabajo reduciría la pobreza y aumentaría la movilidad económica. Aún así el nivel alto de los beneficios disponibles en muchos países de la UE mueve a los beneficiarios en la dirección exactamente contraria.

Afortunadamente, muchos países europeos, notablemente Croacia, Lituania, Irlanda, y el Reino Unido, han reconocido el problema y han empezado a reformar sus sistemas de bienestar para crear una mejor transición desde las prestaciones sociales hacia el trabajo. De hecho, varios países de la UE puede que estén haciendo más para reformar sus sistemas de prestaciones sociales que EE.UU.

Pero en gran medida, las naciones de al UE todavía se quedan cortas al momento de establecer una clara preferencia de política pública por el trabajo sobre las prestaciones sociales. Los países que realmente quieren reducir la dependencia de las prestaciones sociales y recompensar el trabajo deberían considerar fortalecer los requisitos de trabajo, establecer límites de tiempo a la participación, y endurecer los requisitos para calificar y poder recibir los beneficios.

Los países deberían examinar el nivel de los beneficios disponibles y las tasas impositivas marginales efectivas que sus sistemas de prestaciones sociales crean, con miras hacia reducir los desalientos al trabajo y fomentarlo.

Este artículo fue publicado originalmente en Politico Europe (Europa) el 28 de agosto de 2015.

Fuente: elcato.org, 30/09/15.

crisis europea

 

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