Grecia al borde del default

junio 28, 2015

La UE ya se alista para el default griego

Por Luisa Corradini.

PARÍS – La Unión Europea (UE) quedó enfrentada, ayer, a la peor de sus pesadillas: el default de Grecia, que podría producirse pasado mañana, y su consiguiente salida de la zona euro.

grecia-06-defaultEse temido final se hizo más palpable que nunca después de que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, convocó anteanoche a un referéndum sobre las exigencias de sus acreedores internacionales para el domingo 5 de julio.

Indignados, sus socios de la zona euro se negaron a extender el actual plan de ayuda. La ruptura de las negociaciones, aparentemente definitiva, amenaza con provocar una corrida bancaria y un corralito, seguida por la imposibilidad de hacer frente al vencimiento de 1600 millones de euros que debe pagar Grecia al FMI. Si Atenas no cumple con ese compromiso, entrará en el proceso de cesación de pago.

El default podría colocar a Grecia en la misma situación que conoció la Argentina en 2001

«La decisión de Tsipras de rechazar el ofrecimiento de sus acreedores internacionales [el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI] y llamar a referéndum «saboteó» las negociaciones en curso, que hubieran permitido desbloquear 15.300 millones de euros en un nuevo programa de ayuda que Grecia necesita desesperadamente», lamentó Jeroem Dijsselbloem, el ministro de Finanzas holandés, que presidió ayer en Bruselas la reunión del Eurogrupo, calificada de «última chance».

Puestos entre la espada y la pared, los otros 18 ministros del Eurogrupo permanecieron reunidos hasta avanzada la noche para analizar las eventuales consecuencias que tendría para Europa un default a partir de pasado mañana, cuando expire el actual programa de rescate, y luego el «Grexit» (la salida de Grecia del euro). En otras palabras, cuando los griegos vayan el domingo próximo a las urnas, el país estará técnicamente en default y, probablemente, el gobierno se habrá visto obligado a aplicar un riguroso control de capitales para evitar la quiebra de todos los bancos.

Ése es el temor más inmediato. El sistema bancario griego se encuentra en este momento bajo asistencia respiratoria, gracias a los programas de liquidez consentidos por el BCE.

Pero las dramáticas consecuencias de la situación ya eran visibles ayer, cuando larguísimas colas de ahorristas esperaron durante horas frente a los distribuidores para retirar la mayor cantidad de dinero posible por temor a un «corralito» (ver aparte).

Anteanoche, tras el anuncio de Alexis Tsipras, el gobierno reforzó la presencia policial en torno de las agencias bancarias.

Los responsables del Banco Central de Grecia y del BCE mantendrán hoy una teleconferencia a fin de analizar las modalidades de aplicación de un control de capitales a partir de mañana.

Una posibilidad sería declarar feriado bancario hasta que se haya realizado el referéndum, en vez de restringir los movimientos de capitales. El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, afirmó sin embargo que los bancos permanecerán abiertos.

Varoufakis lamentó que el Eurogrupo haya rechazado su propuesta de prolongar el programa de rescate en curso. Un poco más de tiempo hubiera permitido a ambas partes acercarse a un acuerdo que el gobierno griego podría haber recomendado a los electores, estimó.

Optimista, también dijo que «un acuerdo seguía siendo posible en los próximos tres días».

Una jugada riesgosa

Para muchos, sin embargo, la decisión de Tsipras debe ser interpretada como una auténtica jugada de póquer… pasablemente magistral.

Grecia, el país donde nació la democracia, pone en manos de los ciudadanos un compromiso que el gobierno no puede tomar, después de haber sido elegido para hacer exactamente lo contrario.

En lo político, Tsipras sortea así el peligro de presentar el programa de reformas ante el Parlamento y arriesgarse a que el ala ultraizquierdista de su partido lo deje en minoría. Por fin, el primer ministro sabe perfectamente que, según un sondeo realizado entre el 24 y el 26 de junio, el 57% de los griegos está a favor de la conclusión de un acuerdo con los acreedores internacionales, mientras sólo el 29% reclama una ruptura.

Pero tanto Grecia como el resto de la zona euro entran a partir de ahora en un período de extrema incertidumbre. Por primera vez, uno de sus miembros podría verse obligado a renunciar a la moneda única, con imprevisibles consecuencias para todos.

Eso es precisamente el «plan B» que trataban de analizar anoche los ministros de Finanzas de la zona euro: cómo prepararse para las inevitables consecuencias del default griego sobre el resto del bloque. El escenario más temible es que se produzca un «efecto dominó».

El peligro es particularmente agudo en los pequeños países, señala Jacques Sapir, director del grupo de investigación Irses.

Sapir prevé que, en caso de «Grexit», los mercados intentarán «testar» la capacidad de la zona euro de defender su unidad política, atacando ciertos puntos débiles de la zona euro: Portugal, Eslovenia o Chipre, por ejemplo.

¿Estarán dispuestos esos países a invertir miles de millones de euros para evitar el contagio? ¿Esas enormes sumas no volverán a dejar exangüe la economía europea? Un default griego sobre los títulos del BCE obligaría sin duda a esa institución a solicitar un aumento de capitales a los Estados miembros, pues sus reservas, ya frágiles, se debilitaron aún más en los últimos meses.

Acosados por esos negros nubarrones, los europeos aceleran sus preparativos.

«El plan B se está transformando en plan A», reconocieron ayer al unísono el ministro finlandés Alexander Stubb y el español Luis de Guindos. Los griegos, por su parte, sólo pueden esperar ahora un milagro de los dioses del Olimpo.

Cómo sigue el drama griego

7200

Millones de euros

Es la ayuda que Grecia y sus acreedores negociaban desbloquear a cambio de un plan de reformas

1800

Millones de euros

Es la deuda que Atenas debe saldar con el FMI pasado mañana; pero no tiene la plata necesaria

5 de julio

Referéndum

La convocatoria griega a una consulta en esa fecha para decidir si aceptaban las reformas europeas hizo fracasar el diálogo

Plan B

Los ministros de Finanzas de la eurozona discutirán alternativas para Grecia con el trasfondo de una posible bancarrota y salida del euro

Asistencia técnica

El líder del grupo de ministros de Finanzas de la eurozona, Jeroen Dijsselbloem, dijo que Grecia deberá tomar medidas para proteger su sistema financiero, y se dijo dispuesto a dar asistencia técnica

Los escenarios

  • En las últimas semanas aumentó la salida de depósitos de ahorristas griegos por temor a la bancarrota o la salida del euro, lo que llevaría al gobierno a imponer un control de capitales para frenar la sangría
  • El Banco Central Europeo decidirá hoy si mantiene un mecanismo de asistencia a los bancos griegos, el ELA, vigente desde febrero y en este momento la única fuente de liquidez del sistema financiero local
  • Sin liquidez, el gobierno podría estar obligado a emitir pagarés para los sueldos de los empleados públicos y las pensiones, y luego podría salir del euro e introducir otra moneda
  • Volver al dracma o recurrir a otra moneda devaluada con respecto al euro podría hacer más competitiva la economía griega, pero complicaría su capacidad de importaciones
  • Si los griegos deciden votar en el referéndum a favor de las propuestas europeas, el gobierno podría solicitar a organismos internacionales la negociación de otro rescate

Fuente: La Nación, 28/06/15.
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El BCE cierra el grifo a Grecia: pondrá fin al programa de asistencia a los bancos

El BCE corta el grifo a Grecia. Hoy mismo pondrá fin a la línea de asistencia de liquidez de emergencia – ELA- a los bancos griegos. Por su parte, Varoufakis habría confirmado que están estudiando implementar controles de capital y cerrar bancos mañana. El corralito no espera. 

El BCE ha decidido tomar el primer paso tras el rechazo de Grecia a la propuesta de Europa y la del Eurogrupo de las ayudas al país heleno: suspender el programa de asistencia de liquidez a los bancos, como medida para evitar la fuga de depósitos del país, según informa la BBC.

La liquidez de emergencia a un Estado miembro no está  supeditaca a que esté vigente un programa de asistencia, sino que depende de la solvencia de sus bancos. No obstante,  un posible impago de Grecia de los 1.500 millones que tiene que abonar al FMI el próximo día 30 de junio, pondría en cuestión la solvencia del Estado, lo que a su vez repercutiría en la banca. Y es que, si el BCE corta la liquidez de emergencia, Grecia tendría que verse obligada a imponer controles de capital. Las últimas informaciones apuntan a que, efectivamente, Varoufakis habría confirmado al medio británico que están estudiando implantar controles de capital y cerrar bancos el lunes.Precisamente ayer les contábamos que el BCE podria paliar esto pero su situación es muy difícil. «La ELA se basa en colaterales y Grecia no tiene más colaterales, según muchos analistas y, segun los más optimistas, tendría ara unos 4.000 millones más como mucho. es de suponer que el BCE se quede a expensas del punto siguiente». El primer ministro francés, Manuel Valls,  ha declarado a Reuters que el BCE no debería quitar su apoyo a los bancos griegos «incluso si el pais incumple su compromiso de pago de deuda el próximo 30 de junio. El BCE es independiente pero no dudo que asumirá responsabilidades».

Sin embargo, parece que más allá del 30 de junio o del 5 de julio, la fecha que barajan los expertos como «la verdadera clave» es el 20 julio. Es la fecha en la que el potencial impago de la deuda de 3.600 millones pondrá en una situación complicada a la Institución».

En Enero se filtró que Grecia sufrió una fuga de capitales del 15% de su PIB y una fuga de depósitos del 6%.

Depósitos en los bancos griegos. Fuente: Credit Suisse
Depósitos en Grecia

¿Qué pasará entonces? Primero impagará y después tendrá que incumplir sus promesas y aplicar recortes. Argentina, que no pidió rescate al FMI y no anunció un ajuste fiscal, tuvo que asistir a una depreciación del tipo de cambio del 75% y el PIB se desplomó un 11%. Hubo corralito, 14 monedas en circulación y el 20% de la población viviendo del trueque ante la incapacidad de comprar alimentos, medicinas y productos de primera necesidad, relata el economista José Carlos Díez en su artículo  «El dilema de Syriza».

Syriza gana el referendum

Tal y como explica José Luis Cárpatos en su sección, ayer por la noche se aprobó la convocatoria de referéndum por  178 votos a favor contra 120 en contra. Votaron a favor Syriza, el partido de extrema derecha con el que está en coalición, y el partido neonazi Amanecer Dorado. Los demás partidos socialistas, derecha y partido comunista en contra.

Tsipras hizo unas declaraciones al filo de la media noche diciendo que les guste o no a sus socios europeos habrá referéndum. También comentó que en su opinión la “insistencia” de los acreedores de no dejar fuera del acuerdo al FMI ha complicado todo.   Aseguró que no aceptaría la muerte lenta de la economía griega, y que sus intenciones de una solución viable siguen encima de la mesa. Dice estar seguro de que el pueblo griego dará un rotundo no en el referéndum. Algo que no está claro pues en los dos sondeos que se han publicado hasta ahora sale lo contrario.  Dijo por último que Grecia no es un visitante, que es un miembro de la eurozona en igualdad de condiciones y que el ultimátum que le dieron los acreedores fue un insulto.
Esta mañana el ministro de finanzas de Austria ha comentado que tal y como están las cosas ahora el Grexit parece casi inevitable. La mayoría de comentarios de funcionarios muestran su enfado no por el referéndum en sí, que hay que recordar fue apoyado por Schauble hace tiempo, sino por la convocatoria de improviso. Parece que las posturas entre ambos contendientes son muy tensas, y se ha roto cualquier hilo de confianza mutuo que pudiera haber entre ambos, lo cual no augura nada bueno.
De cara a los mercados, se espera una apertura mañana muy bajista. 

Fuente: Estrategias de Inversión, 28/06/15.

 

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Suiza emitió bonos a tasas negativas

abril 13, 2015

Suiza emitió bonos a tasas negativas

El 8 de abril 2015, Suiza se convirtió en el primer país en emitir un bono a 10 años con tasa de interés negativa. ¿Qué significa esto? Significa que los inversores están aceptando que les devuelvan menos dinero del que pagaron. El bono en cuestión vence en julio 2025 y paga un cupón anual del 1,5%. La tasa de interés de emisión fue -0.055%, dando un precio de emisión de CHF 115,6. Es decir, que si un inversor mantiene el bono hasta el vencimiento le devolverán CHF 100 más el cupón correspondiente.

suiza-escudoLas tasas de interés de los bonos, tanto al momento de la emisión como en las operaciones posteriores en el mercado, reflejan las expectativas (de inflación, riesgo, recesión, etc.) de los inversores. Una tasa de interés negativa refleja una falta de confianza de que la economía se reactive en el corto plazo. En este caso, el miedo a la deflación sumado a las acciones del Banco Central Suizo para combatir la recesión, influyó en que los inversores aceptaran este nivel de tasas.

El gráfico a continuación muestra la evolución de la inflación (deflación) en el país. Desde hace más de 3 años el promedio mensual de variaciones del IPC (índice de precios al consumidor) resulta deflacionario.

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Considerando a las tasas en parte como reflejo de las expectativas de recuperación económica, y en parte como medida de riesgo, entonces se puede hacer un análisis comparativo de las expectativas.

Comparando la curva de rendimiento de bonos de la Unión Europea (siguiente gráfico) con la de Suiza, se puede ver que hasta el plazo de 8 años ambas tienen rendimientos negativos (tasas de interés negativa). Esto tiene sentido dado que el miedo a una espiral deflacionaria está presente en ambas zonas.

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Ni siquiera Japón, que sufre una presión deflacionaria desde hace más años logró colocar bonos a tasas inferiores a cero. Francia e Italia pudieron colocar pero para plazos más cortos, mientras que para Reino Unido la curva es superior a cero para todos los plazos.

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Últimos comentarios

El Banco Central Suizo estima continuar desalentando las inversiones en francos suizos (a través de tasas de interés negativas) dado que esta moneda se encuentra sobrevaluada. Esto último fue reforzado por la caída en los precios del petróleo y el consenso del mercado de que el franco suizo es una moneda segura para refugiarse ante la crisis.

La inflación estimada es de -1,1% para 2015, y de -0,5% para 2016. Recién para 2017, el Banco Central espera que la inflación sea de 0,4%.

Fuente: Carta Financiera, 12/04/15.

 

 

 

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El BCE en alerta por Grecia

febrero 20, 2015

El BCE se prepara para la posible salida de Grecia de la zona euro

grecia-bandera-en-movimientoAnte la complicación de las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo, el Banco Central Europeo (BCE) se estaría preparando para los posibles escenarios a los que podríamos asistir, entre ellos, una salida de Grecia de la unión monetaria, según publica Der Spiegel.

Las alarmas han saltado después de que la reunión del Eurogrupo haya sido aplazada para las 16:30 horas de esta tarde, mientras que el ministro de finanzas alemán, Dijssembloem, hará declaraciones a las 15:00 horas en el marco de este encuentro.

A pesar de todas las negociaciones que se están llevando cabo entre las autoridades monetarias europeas y Grecia, los socios europeos estarían preparándose incluso para la salida de Grecia del euro, según publica el medio alemán Der Spiegel.

Desde hace meses hemos oído declaraciones de líderes europeos, principalmente alemanes, diciendo que la eurozona está preparada para una salida de Grecia del euro, ya que los cortafuegos levantados en los últimos meses, evitarían el contagio a otros países.

Ahora bien, para la propia Grecia, una salida de la zona euro podría provocar que sus costes de devolución de la deuda se multiplicaran incluso por 3. Esto restaría libertad al país para proseguir con las reformas propuestas. Como explica José Lizán, gestor de SICAVs de Auriga SV, «si Grecia quiere acabar con la austeridad, va a tener el triple porque si sale del euro no va a tener ni el tercio de los ingresos que tiene ahora. Tendría un shock de dos o tres años y luego vendría la regeneración de la economía. Pero si se piensan que no van a tener austeridad, los primeros años van a ser peores de lo que piensan. Si que ganarían una competitividad brutal con la devaluación del dracma, pero tardaría unos dos años en regenerarse después de un shock inicial tremendo. Además, que sus deudas con el euro se triplicarían por la devaluación de sus divisas«.

Hoy los ministros de Finanzas del euro discutirán en una reunión especial el futuro financiero de Grecia. El programa de crédito y la reforma actual expiran la próxima semana, poniendo en peligro la situación económica del país, que no puede hacer frente a los vencimientos de deuda y el pago de pensiones que le sobrevienen en los próximos meses. La eurozona –con Alemania a la cabeza- han rechazado una extensión puramente técnica del préstamo y exigen mayores de compromiso con las reformas.

Ayer, Grecia solicitó formalmente la aprobación de un ‘crédito puente’ que le dé 6 meses más de tiempo para renegociar la devolución de su deuda. Mientras, el Ejecutivo heleno prometía cumplir con las exigencias del rescate e, incluso, reconocer la supervisión de la troika. En cambio, las condiciones del ‘crédito puente’ que ha propuesto Grecia serían bastante más laxas. Alemania no está dispuesta a pasar por este aro. No obstante, aunque las negociaciones hoy en el Eurogrupo no lleguen a buen puerto, Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, cree que «será la próxima semana cuando haya un acuerdo. Ahora con el Ibex por encima de 10.800 puntos, las posibilidades que se dan al Grexit son nulas«.

Grecia está asfixiada por los compromisos de devolución de la ayuda pues entre febrero y julio se concentran vencimientos de deuda por más de 20.000 millones de euros y, hasta el final del año, las amortizaciones alcanzan los 30.200 millones. En total, Grecia tiene que afrontar el reembolso de algo más de un 10% de su deuda, pero la recesión, la caída de los ingresos públicos y las presiones de la banca reducen su margen de maniobra. Además, una salida de la zona euro empeoraría las cosas para el país heleno, pues volver al dragma podría suponer triplicar su deuda por el efecto de la devaluación de la divisa.

Actualmente, la deuda de Grecia asciende a 315.509 millones de euros, lo que supone el 176% de su PIB. Tres cuartas partes de ésta se encuentra en manos de la troika. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, es prestamista del 10% de la suma y el Banco Central Europeo, del 6%. Por países, Alemania es el mayor prestamista de Grecia, habiéndole dejado hasta 66.310 millones de euros, seguido de Francia (49.800 millones) , Italia (43.750 millones) y España (29.080 millones).

Fuente: Estrategias de Inversión,  20/02/15

 

 

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La zona euro sigue estancada

noviembre 17, 2014

La demanda sigue siendo el gran reto de Europa

BERLÍN — La zona euro aún lucha para salir de un bajón económico que ya lleva seis años, como lo confirma el débil crecimiento que la región registró en el tercer trimestre.

Las expectativas se han vuelto tan sombrías últimamente que los analistas recibieron la tasa de crecimiento anualizada de sólo 0,6% como una sorpresa positiva. Alemania apenas creció, Francia se expandió en gran parte porque las empresas acumularon inventarios e Italia volvió a caer en recesión.

El Producto Interno Bruto del bloque sigue más de 2% por debajo de su nivel previo a la crisis financiera global de 2008, en momentos en que el crecimiento en otras economías avanzadas como Estados Unidos y el Reino Unido finalmente se fortalece.

Lo único rescatable fue Grecia, que desató la crisis de deuda de Europa y ha sufrido la peor depresión de la región. El gobierno informó el viernes que la economía se expandió en los últimos dos trimestres, por primera vez desde mediados de 2008. No obstante, el tamaño de la economía griega sigue siendo aproximadamente 25% más pequeña que hace seis años.

union-europea-logo-01La economía de la zona euro, de US$12 billones —sólo superada en tamaño por la de EE.UU.—, se ve afectada por un crecimiento y una inflación demasiado bajos como para corregir sus desequilibrios, reducir los altos niveles de deuda de los sectores público y privado, o bajar sustancialmente su crónico desempleo.

La incapacidad de la zona euro de recuperar sus niveles de producción, inversión y empleo previos a la crisis, así como la caída de la inflación anual a apenas 0,4%, indican una crónica falta de demanda en la economía europea.

La débil demanda de los consumidores es el problema más urgente que enfrentan las compañías del bloque monetario, según una encuesta del Banco Central Europeo publicada la semana pasada. La consideran más preocupante que otras trabas como los costos laborales, la burocracia y el acceso al crédito.

“Estamos estancados, y no creo que la demanda de productos vaya a aumentar tanto hasta que suban los sueldos”, dice Ricardo Palazuelo, un vendedor español del fabricante de relojes Festina. La compañía tiene sólo la mitad de los vendedores que solía tener en España, agrega.

Muchos líderes empresariales advierten que las débiles previsiones de ventas los desalientan de invertir en la región, lo que socava las esperanzas de los líderes de la Unión Europea de que la actividad privada impulse la recuperación mientras los gobiernos mantienen su austeridad fiscal.

En consecuencia, más compañías europeas están enfocando gran parte de sus inversiones en EE.UU. o en las economías emergentes, donde hay mayores probabilidades de un aumento de las ventas. El conflicto entre Ucrania y Rusia también ha mermado la confianza del sector empresarial en partes del continente europeo.

“El panorama es muy irregular en Europa”, dice el presidente ejecutivo del gigante suizo de ingeniería ABB Ltd. , Ulrich Spiesshofer. El grupo, con sede en Zúrich, está redoblando sus esfuerzos para expandirse en continentes donde las previsiones son más positivas.

En Alemania, muchas empresas, desde el fabricante de productos de consumo Henkel AG  hasta el grupo de construcción Hochtief AG, están registrando una caída en sus ganancias de sus actividades europeas y están destinando más inversiones a los mercados internacionales. “En Europa, proyectamos una economía en dificultades” en los próximos trimestres, con un consumo débil, dijo el jueves a analistas Kasper Rorsted, presidente ejecutivo de Henkel.

En Francia, que es presionada por Alemania y autoridades de la Unión Europea para que reforme sus regulaciones económicas, 47% de los ejecutivos del sector industrial dijo en una encuesta realizada en octubre por la oficina nacional de estadísticas, INSEE, que la falta de demanda era su principal problema, frente a 40% en julio. Sólo 16% señaló que los problemas del lado de la oferta eran los más importantes, mientras que 11% indicó que los perjudicaban factores tanto de la oferta como de la demanda.

Muchas autoridades de la zona euro, encabezadas por el gobierno alemán, han argumentado que sólo se podrá lograr un mayor crecimiento mediante reformas del lado de la oferta, en particular cambios que faciliten el despido de trabajadores y debiliten el poder de negociación de los sindicatos en las disputas salariales. Berlín y las autoridades de la Unión Europea esperan que Francia e Italia realicen esos cambios, emulando las reformas de España y otros países.

Los economistas dicen que esas reformas de mercado pueden mejorar el desempeño a largo plazo al facilitar el traslado de mano de obra y capital de industrias más viejas a nuevas.

De todos modos, si bien Europa ha lidiado desde hace décadas con normas laborales inflexibles, afirman muchos economistas, la región ahora enfrenta otro problema: una gran cantidad de capital y mano de obra subutilizados debido a la debilidad de la demanda.

“Está claro que son necesarias políticas tanto por el lado de la demanda como de la oferta”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en una conferencia de economía en Roma el martes. Sostuvo que el banco central por sí solo no puede impulsar la inversión pública y privada, que continúan muy por debajo de los niveles de 2007.

El BCE está tratando de elevar la inflación a un nivel más cercano a su meta de casi 2% comprando grandes cantidades de activos y podría incluir bonos soberanos si otras medidas no dieran resultados. No obstante, también ha intensificado su campaña para persuadir a los gobiernos financieramente más sólidos de la zona euro, entre ellos Alemania, a que gasten más, argumentando que el estímulo monetario no surtirá efecto si las políticas fiscales son demasiado ajustadas para el actual débil estado de la economía.

“Aunque la política monetaria puede y debería ser usada por completo, es claro que no puede soportar toda la carga de estimular el crecimiento en la región en el contexto de condiciones de demanda agregada débiles”, dijo el viernes en Washington Benoît Coeuré, miembro del comité ejecutivo del BCE.

En un desafío a la receta de Alemania, Coeuré aseguró que una mayor “devaluación interna” —bajar los sueldos y precios en los países del sur de Europa para hacer que sus exportaciones sean más competitivas— “no puede ser la respuesta”, porque no sería de mucha ayuda para impulsar la producción general en el continente con una demanda adecuada.

Funcionarios alemanes y economistas rechazan el creciente consenso que se forma en el resto de la zona euro de que la región se ve afectada por una demanda deficiente además de sus viejos problemas del lado de la oferta.

—David Román, William Horobin, Inti Landauro y Neetha Mahadevan contribuyeron a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 17/11/14.

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La decadencia de Europa

septiembre 30, 2014

José I. Torreblanca: «La construcción europea quedó en una tierra de nadie»

Por Martín Rodríguez Yebra.

bandera-de-europaMADRID – Las crisis se apilan sin resolverse en Europa. El populismo nacionalista y xenófobo gana terreno en países centrales, como Francia y Gran Bretaña, con la promesa de romper la construcción comunitaria. Reflotan los movimientos separatistas. La amenaza de una nueva recesión empieza a cristalizarse. Hasta la sombra de la guerra irrumpió en la agenda a partir del conflicto entre Rusia y Ucrania.

«Para los europeístas, defender hoy a Europa se ha convertido en un acto de fe», sostiene José Ignacio Torreblanca, uno de los más prestigiosos analistas geopolíticos españoles. Lo dice con la angustia de ser un defensor irredimible del proyecto de integración continental. En su reciente libro ¿Quién gobierna Europa?, describe cómo la gestión de la crisis del euro de 2008 dejó a la Unión Europea (UE) «en una tierra de nadie», con ciudadanos desencantados y gobiernos heridos en su legitimidad, sin capacidad para aplicar recetas distintas de la política de austeridad impuesta por Alemania y sus aliados.

Torreblanca dirige la oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), uno de los think tanks más influyentes de Europa. Es profesor de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, bloguero y columnista habitual del diario El País.

-¿Cómo se explica que Europa no haya podido encontrar una salida a una crisis que empezó hace seis años?

-Lo que le pasa es que no terminó de encontrar la respuesta a por qué se originó. La reacción a la crisis ha sido una lectura muy ideológica. Están aquellos que opinan que esta crisis se origina afuera, pero a Europa la afecta más porque el euro no está bien construido, y entonces cuando viene un golpe te rompes en dos, entre deudores y acreedores. Y hay gente que piensa que el problema es específico de las sociedades del Sur, que no son competitivas y viven en una ficción. Por lo tanto, mientras no hagan reformas, mientras no recuperen la austeridad, dan igual los problemas de diseño del euro. Con esos mismos problemas hay finlandeses y austríacos, y hay griegos y españoles.

-El clásico debate sobre si la culpa es nuestra o es del mundo?

-Sí. Y normalmente los ganadores, a los que les va bien, son los que tienen razón. Luego faltaron instrumentos para atajar el problema. En el Tratado de Lisboa, las normas que regían el euro lo que diseñaban era un sistema de cambio fijo, como un patrón oro donde todos los ajustes de fluctuación tenían que ir vía ajustes en cada país. En 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos aprobó un rescate de 800.000 millones de dólares para el sistema financiero. Estados Unidos puede ser heterodoxo con un presidente republicano. Se vuelven keynesianos en una noche y el Congreso, el gobierno y la Fed actúan en una misma dirección para evitar una recesión y un colapso del sistema financiero. En Europa esa discusión recién está empezando.

-La política de austeridad no parece tener una competencia seria todavía.

-Al final tenemos este debate sobre por dónde arreglar la crisis, si por la oferta o la demanda. Por el lado de la oferta, es el Banco Central Europeo (BCE) bajando tipos de interés, o por la vía de la demanda, con estímulo e inversión pública. Pero como los gobiernos no están en condiciones de endeudarse, tienes un avión al que le paras el motor privado y el motor público y luego te extrañas de que caiga. Mario Draghi, desde el BCE, está pidiendo un gran programa de inversión europeo. El BCE se convirtió en el auténtico gobierno de Europa, no tanto porque haya querido, sino porque sólo tenemos integrada la política monetaria.

-¿Por qué el poder político no toma las riendas?

-El poder político está fragmentado. ¿Quién decide la política fiscal? ¿Angela Merkel? Suponemos que ella podría idealmente abrir el camino de la política fiscal, cambiarla, promover el estímulo, un programa de inversión. No podría hacerlo sola, pero sí puede impedirlo ella sola. Tenemos una estructura de gobierno en el que la demanda está en la cancillería alemana y la oferta, en Fráncfort. Y el resto de Europa tiene un debate ficticio de izquierda-derecha.

-¿En cuánto influye esa falta de poder real de los gobiernos nacionales en el auge del populismo antieuropeo?

-En mucho. Hay un estrechamiento del margen de decisión de la política tradicional. Los partidos de centro ven que las recetas políticas y económicas que tienen que aprobar son prácticamente las mismas. Consolidación fiscal, recortes, aumento de la competitividad. Eso frustra a la ciudadanía, porque el mecanismo tradicional de cambiar a los políticos para que cambien las políticas deja de funcionar.

-¿El voto ya no pesa?

-Exacto. Por eso hablamos del fin de la soberanía desde el punto de vista democrático. La construcción europea se quedó en una suerte de tierra de nadie. Los Estados no son capaces de funcionar autónomamente, son incompetentes, pero tampoco consiguieron crear la estructura supranacional que lo sea.

-¿Eso puede terminar por romper a la UE?

-Creo que más que romperse lo que puede hacer es degradarse mucho. Desde luego, si Marine Le Pen gana las presidenciales en Francia habrá un riesgo serio. En Francia se le da todo el poder a una persona en una elección mayoritaria y eso agrava el riesgo. A la UE le costaría mucho superar a una Le Pen en la presidencia de Francia.

-Europa sin Francia suena apocalíptico.

-Intentaría sacar al país del euro. Sería un colapso total, un escenario nuclear.

-¿Qué riesgo implicaría que se fuera Gran Bretaña, si avanza la idea de convocar un plebiscito en 2017?

-Tendría un efecto muy demoledor. Primero, por la confianza, y luego, por la posición de Europa en el mundo. El impacto económico no sería tan grave. Pero el mensaje para el resto del mundo es un fracaso de Europa, la pérdida de un pilar de la construcción europea.

-¿Cuánto daño hubiera causado la independencia de Escocia si hubiera ganado el sí en el referéndum?

-Mucho. Hay un momento en el que activas mecanismos emocionales que se desbordan y que se quedan ahí. El sí hubiera dado un impulso a otros separatismos, como Cataluña. Y hubiera dado lugar a una discusión que la UE no quiere tener, que es aceptar un Estado nuevo por la vía de la secesión.

-Y ahora viene Cataluña. ¿Cree que España está en condiciones de controlar el desafío secesionista?

-En la cuestión de Cataluña, la comunidad internacional tendrá que decidir si hay un agravio y tomar partido. Mientras el gobierno español consiga mantener esto como un problema en el cual la legalidad y la legitimidad están de su lado, creo que no tendrá muchos problemas. Si se entra en una espiral de represión, desobediencia civil, violencia, suspensión de autonomía, detención de autoridades, se puede construir un caso internacional. España debe tener cuidado. Y si hay una declaración unilateral de independencia, debería conseguir que sea irrelevante.

-¿En cuánto influyó la crisis del euro en el auge del catalanismo?

-Los factores son sobre todo endógenos en el caso catalán, sobre todo a raíz de posicionamientos negativos del Partido Popular cuando estaba en la oposición, que ahora lo atan de manos. Lo que la crisis económica ha permitido es la posibilidad de presentar un proyecto que genera ilusión. La independencia es la magia, algo que aglutina a la gente y le da un horizonte.

Fuente: La Nación, 30/09/14.

Los próximos desafíos de la UE son geopolíticos

julio 23, 2014

Los próximos desafíos de la UE son geopolíticos.
Por Simon Nixon.

union-europea-logo-01Hasta hace poco, los mayores riesgos para la estabilidad europea eran internos. La crisis de deuda de la eurozona generó tales tensiones entre los miembros y dentro de los países de la región que en algunas ocasiones parecía que iban a provocar graves conflictos sociales e incluso la escisión de la región de moneda única.

Esos riesgos no han desaparecido, como quedó claro en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo, en las que los partidos euroescépticos lograron grandes avances. Pero pese a ello, la probabilidad de que las condiciones económicas internas provoquen una consecuencia extrema para la eurozona ha disminuido considerablemente desde 2012.

En lugar de eso, las amenazas más urgentes para la estabilidad europea son ahora externas.

El derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo ha agravado drásticamente el conflicto entre el Gobierno de Ucrania y los separatistas prorrusos en la región ucraniana de Donetsk, en la frontera entre ambos países. Si se demuestra la participación de Rusia en el derribo del avión, probablemente será imposible evitar que Europa reaccione imponiendo nuevas sanciones más duras.

Por otro lado, la UE se enfrenta a una enorme inestabilidad en la frontera sur de Siria, en Israel y los territorios palestinos, Egipto y Libia. Los líderes europeos también han estado muy pendientes de las recientes tensiones políticas en Turquía.

No es de extrañar que los inversionistas han considerado estos riesgos geopolíticos la segunda mayor amenaza para la estabilidad financiera de Reino Unido, después del derrumbe del mercado inmobiliario, en una reciente encuesta elaborada por el Banco de Inglaterra.

En cambio, hay pocas señales de este nerviosismo por los riesgos geopolíticos en los mercados financieros. Los mercados apenas se movieron tras el siniestro del vuelo 17. Las condiciones financieras en pocas ocasiones han sido más boyantes. El Banco de Inglaterra afirma que a corto plazo, los niveles de volatilidad están en niveles equivalentes o inferiores a los de antes de la crisis en los mercados de renta variable, divisas y de tipos de interés. Los diferenciales entre los bonos corporativos y los bonos estatales se han ajustado a niveles poco por encima de los de 2003-06.

¿Están siendo los mercados complacientes? A corto plazo, puede que no. Existen dos vías de contagio.

La primera es directamente a través del comercio. Pero estos vínculos son de sobra conocidos y las compañías e inversionistas europeos han adoptado medidas para limitar su exposición a Rusia y a otras zonas en conflicto. El crecimiento económico de Alemania se ha ralentizado como consecuencia del impacto de las sanciones contra Rusia. La promesa de la UE de aplicar nuevas sanciones tras el derribo del avión de Malaysia Airlines dañará claramente el crecimiento de los países más directamente expuestos al comercio con Rusia, como Alemania y Reino Unido, aunque no es probable que hagan descarrilar la incipiente recuperación europea.

La segunda vía de posible contagio es a través de los mercados financieros. El riesgo de convulsión en un mercado ha aumentado por las reformas del sector bancario tras la crisis, que han reducido considerablemente la liquidez de los mercados financieros.

Los reguladores afirman que el sistema financiero central es ahora más resistente a los impactos y que ahora existen mejores instrumentos para ofrecer liquidez de emergencia. Pero estas herramientas no han sido probadas y no se pueden descartar fuertes caídas de los precios de los activos en respuesta a golpe. Sin embargo, no es probable que se produzca una crisis, y tampoco hay certeza de cómo debería el mercado descontar este riesgo.

No obstante, aunque puede que los riesgos a corto plazo de inestabilidad geopolítica en las fronteras europeas sean manejables, los desafíos a largo plazo son grandes. Las violentas revueltas en los países al sur y el este del Mediterráneo ya están provocando una crisis de refugiados en todo el sur de Europa. En Grecia e Italia en particular, el problema de hacer frente a la enorme entrada de inmigrantes es un asunto político polémico.

Gracias al principio de libre circulación de personas en la UE, las fronteras de los países de la periferia de la UE son las fronteras de la propia UE. Esto significa que las tensiones en la periferia se contagian rápidamente al centro, a medida que los inmigrantes avanzan hacia los países del norte, mucho más ricos, lo que alimenta a los partidos de derechas y euroescépticos.

Hasta hace poco, la UE era capaz de estabilizar sus fronteras ofreciendo la posibilidad de convertirse en miembro o de tener acceso privilegiado al mercado a varios países, como Turquía, Ucrania, Armenia, Georgia, Moldavia y Serbia.

Pero los temores por las consecuencias de esta libre circulación de personas por la UE y la crisis de Ucrania han demostrado que la UE ha alcanzado los límites de esta postura.

El presidente entrante de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo la semana pasada que no se admitirán nuevos miembros en la UE durante los próximos cinco años. En cambio, la UE trata de encontrar una solución alternativa para que los vecinos del este y del sur puedan coexistir en armonía.

Sin embargo, es improbable que el poder blando estabilice las fronteras de la UE.

Con el tiempo, estos riesgos políticos podrían representar una amenaza tan grave como la crisis el euro para la cohesión y la estabilidad financiera de Europa. Y, al igual que sucedió con la crisis del euro, la solución podría residir en una mayor integración. Pero el hecho de que la integración sea necesaria no hace que sea más fácil de lograr.
Fuente: The Wall Street Journal, 22/07/14.

Con o sin el euro, Europa deberá redefinirse

mayo 29, 2012

Con el euro o sin él, Europa deberá repensar su juego

Por Alan Wheatley.

 

LONDRES- La apertura de un tramo de ruta a ninguna parte la semana pasada en el nordeste de España, con un costo de 37 millones de euros, es una metáfora inevitable de lo que sucede con el euro: un ambicioso proyecto concebido en mejores tiempos y que ahora parece a punto de descarrilarse.

Debido a la cuantiosa deuda española, las autoridades no tuvieron los recursos para terminar la ruta, pero inauguraron un tramo de seis kilómetros cerca de Lleida para impedir, por lo menos, que se transforme en una pista para correr picadas de auto.

Es que el euro no está dando ninguna alegría. Tal vez esa ruta española se complete algún día, pero por el momento es un recordatorio más de que Europa ha vivido por encima de sus posibilidades.

En ese sentido, las desventuras del euro son mayormente irrelevantes. Con moneda única o sin ella, Europa tendrá que arremangarse la camisa. Los verdaderos grandes desafíos que enfrenta el estándar de vida europeo provienen de la globalización, del cambio tecnológico y del envejecimiento poblacional.

En otras palabras, si Europa quiere tener infraestructura de primer nivel y un Estado de bienestar abarcador sin seguir acumulando deuda, los gobiernos deberán cambiar los hábitos laborales para generar un crecimiento que impulse la recaudación.

Sin embargo, la respuesta de Europa, con sus planificadores políticos preocupados por la imparable crisis monetaria, ha sido tardía. Y mientras tanto, el resto del mundo, especialmente Asia, sigue avanzando.

El auge de China, la India, Brasil y Turquía le asesta a Europa un doble golpe. Son países capaces de producir más barato, firmando así el acta de defunción de muchas industrias europeas de mano de obra intensiva, y manteniendo al mismo tiempo los salarios a raya. Sin embargo, debido a sus necesidades energéticas y de materias primas, los mercados emergentes hacen aumentar los costos de producción en el continente europeo.

El resultado es una contracción del ingreso real que Europa -y Estados Unidos- fueron capaces de esconder durante mucho tiempo, contrayendo deuda. Eso se terminó.

Andy Xie, un economista independiente de China, dijo que la única salida de los países europeos que no tienen ventajas competitivas es trabajar más y gastar menos. Por el contrario, si lo que quieren es seguir viviendo como vivieron hasta ahora, no tendrán más remedio que aplicar reformas laborales y desregular el mercado de trabajo.

El índice de desocupación juvenil en Alemania en marzo fue del 7,9%, el más bajo de los 27 países de la Unión Europea, una insignificancia comparada con la misma tasa en Grecia y España, que ya superó el 51 por ciento.

Ese aumento se debió, en parte, a los recortes presupuestarios que exigió la crisis del euro. Pero Marc Chandler, economista de Brown Brothers Harriman, de Nueva York, dice que, de todos modos, la globalización habría terminado por exprimir a las economías más elementales y periféricas del sur europeo.

Desafíos

Se trata de uno de los desafíos que Europa tiene que enfrentar. El uso de computadoras se sumó al «efecto China» para eliminar ingentes cantidades de trabajos tradicionales, desde los empleados bancarios hasta los torneros. Al mismo tiempo hicieron eclosión los servicios que exigen mayor preparación, con la consecuente valorización de quienes se capacitaron en nuevas tecnologías.

Pero un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países más desarrollados, dice que uno de cada cinco jóvenes abandona la escuela sin haber completado siquiera el secundario. Y la mayoría de las veces los adultos no reciben la ayuda que les permita recapacitarse y reinsertarse en el mercado. Por ejemplo, Inglaterra que, al igual que Estados Unidos, tiene un irreductible índice de desempleo juvenil que no baja del 20 por ciento.

Paul Sissons, de la Fundación Trabajo, un grupo de estudios de Londres, dice que en 2011 sólo el 8% de los británicos de entre 16 y 24 años trabajó en la industria manufacturera, mientras que en 1981 ese índice se ubicaba en el 24%. La industria de servicios tomó la posta, pero los jóvenes no están adquiriendo la capacitación necesaria, como las habilidades comunicativas o de trabajo en equipo.

Otro de los problemas que Europa deberá enfrentar, con el euro o sin él, es el rápido envejecimiento de su población. La crisis de la eurozona tiene al menos la virtud de obligar a los políticos a proponer formas de solucionar el problema de la creciente carga de las jubilaciones y de la atención de la salud de la tercera edad.

«Estamos atravesando una transición demográfica de enormes proporciones que se suma a la crisis de la deuda debido a su impacto sobre la pirámide poblacional, así como sobre los niveles de crecimiento y de todo aquello que es sustentable y estable a largo plazo en términos de gasto público», dijo Edward Hugh, un economista que vive cerca de Barcelona.
Traducción de Jaime Arrambide .
Fuente: La Nación, 29/05/12.

 

El desempleo en la zona euro alcanza un máximo histórico

abril 2, 2012

El desempleo en la zona euro alcanza un máximo histórico

Por Paul Hannon

 

LONDRES (EFE Dow Jones) — El número de personas desempleadas en los 17 países que comparten el euro aumentó en febrero a un nuevo máximo histórico, mientras que la tasa de paro volvió a aumentar.

La agencia de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, informó que la tasa de paro se incrementó a 10,8% desde 10,7% en enero. La tasa estuvo en línea con las previsiones y es la más elevada desde junio de 1997.

El número de personas desempleadas aumentó en 162.000 a 17,134 millones, el más elevado desde que comenzó a recabarse la cifra en enero de 1995.

El continuo incremento del paro probablemente afectará negativamente al gasto de los consumidores en los próximos meses y limitará la capacidad de la economía de la eurozona para crecer rápidamente.

El Producto Interior Bruto de la eurozona se contrajo 0,3% en el último trimestre del pasado año y el índice Eurocoin de actividad publicado el viernes indicó que probablemente volvió a caer en el primer trimestre.

Parece improbable que haya un cambio en el mercado laboral a corto plazo. El informe de gestores de compras del sector manufacturero en la eurozona, publicado el lunes, mostró que el desempleo bajó por segundo mes consecutivo en marzo y al mayor ritmo en dos años.

Pero en el seno de la eurozona hay enormes diferencias en las perspectivas del empleo, ya que los miembros que tienen problemas de deuda y han recurrido a los programas de austeridad sufren los crecimientos más rápidos del paro.

Así que, aunque la tasa de paro se mantuvo estable en 5,7% en Alemania, en España creció a 23,6% desde 23,3% y se mantuvo en 21% en Grecia, aunque esta cifra fue la de diciembre y, probablemente, habrá aumentado desde entonces.
Fuente: The Wall Street Journal, 02/04/12.

El rescate no es el fin de la historia griega

febrero 21, 2012

El rescate no es el fin de la historia griega

Por Simon Nixon

 

Tras semanas de llevar la situación al borde del precipicio, mucha animosidad y el incumplimiento de fecha límite tras fecha límite, un acuerdo de deuda griega finalmente podría estar al alcance de la mano. Los ministros de Finanzas europeos se reunirán el lunes para decidir si aprobar un paquete de rescate de 130.000 millones de euros (US$170.900 millones) diseñado para reducir las deudas de Grecia a 120% de su PIB para 2020.

En los últimos días, un acuerdo había parecido imposible, tomando en cuenta el colapso casi total de la confianza de la euro zona en la clase política griega en general y en el líder de la oposición —y probable próximo primer ministro— Antonis Samaras. Incluso ahora, un acuerdo depende de que Grecia acceda a realizar sacrificios aún más humillantes en cuanto a la soberanía del dinero de rescate para priorizar el pago de intereses de deuda, y donde la zona euro tenga poderes extra en el escrutinio de los asuntos griegos.

Pero un acuerdo será un alivio para Grecia, la zona euro y los mercados: una cesación de pagos grave casi sin dudas llevaría a Grecia a abandonar la zona euro en circunstancias desconocidas pero potencialmente catastróficas. Por supuesto, Grecia aún deberá sortear muchos más obstáculos antes de recibir el dinero. El rescate depende de que Atenas logre asegurarse 100.000 millones de euros en alivio de deuda por parte de bonistas del sector privado, ya sea un acuerdo voluntario o al poner en marcha cláusulas de acción colectiva que deberán ser agregadas a los bonos en retrospectiva. Además, Grecia aún tiene que cumplir con más de 20 condiciones pendientes impuestas en su rescate previo de 110.000 millones de euros.

En tanto, el rescate deberá ser ratificado por buena parte de los parlamentos nacionales de la zona euro, incluidos los de Alemania, Finlandia y Holanda, países que tienen reservas sobre el acuerdo.

El que alivio proporcionado por el acuerdo sea de corto plazo o más duradero depende de lo que suceda a continuación. El segundo rescate griego sólo contribuirá a una resolución de la crisis del euro si las autoridades europeas reconocen que es sólo un paso en lo que seguramente sea un largo proceso para solucionar las fallas en la unión monetaria europea y no el último paso de ese proceso.

La racha favorable en los mercados desde diciembre le debe mucho al optimismo cauto de que la euro zona finalmente esté desarrollando una respuesta política coherente a la crisis del euro como a las medidas decisivas tomadas por el Banco Central. Los inversionistas apuestan a que los cambios de gobierno en Italia y España, y la creación de un pacto fiscal han generado el espacio político para la integración política y fiscal más profunda que se necesita para terminar con la crisis. Los mercados considerarán el acuerdo griego como una confirmación más de que existe la voluntad política para salvar al euro. Si los líderes, en cambio, interpretan este alivio como evidencia de que su trabajo está hecho y no realizan reformas más profundas, los mercados se tomarán una venganza terrible.

Eso es así porque pocos creen que un rescate que deja a Grecia con una carga de deuda equivalente a 120% de su PIB tenga posibilidades de funcionar. Cierto, cualquier evaluación de la sustentabilidad de la deuda griega posterior al rescate dependerá en parte de la tasa de interés y el perfil de vencimiento de la nueva deuda de país, incluyendo cualquier cambio a los términos de préstamos del sector oficial. La proporción deuda-PIB incluso podría caer por debajo de 120% antes de 2020 si la aceptación del canje de bonos por parte del sector privado es de 100% y el BCE accede a renunciar a las ganancias sobre su propia exposición de 45.000 millones de euros, según Credit Suisse. Pero esto depende en gran medida de lo que suceda con la economía griega. Muchos temen que tras cinco años de recesión durante los cuales el PIB cayó 14%, Grecia esté experimentando una fatiga ante la austeridad y que ya no hay apoyo político para implementar las reformas estructurales vitales para impulsar el crecimiento. Además, luego de dos años de objetivos no conseguidos, la confianza en los pronósticos oficiales es comprensiblemente muy baja.

La percepción de que este rescate no funcionará es tóxica ya que significa que la membresía de Grecia en la zona euro sigue en entredicho. Luego del acuerdo más reciente, el sector privado quedará con apenas un 30% de la deuda soberana griega, la cual se encontrará amparada por las leyes británicas, limitando las posibilidades de una nueva reducción de deuda en el futuro. Eso sugiere que cualquier pérdida futura quedará en manos de los contribuyentes griegos, algo que lo hace más difícil de vender políticamente y que podría alimentar las demandas de que Grecia sea expulsada de la unión. ¿Quién comerciará con Grecia si pende esa amenaza sobre ella? ¿Quién proveerá las inversiones vitales para crear nuevos empleos y crecimiento?

Por lo tanto, los líderes deben usar cualquier respiro que les de el rescate para profundizar la integración europea. Los inversionistas necesitan convencerse de que existe la voluntad política para salvar al euro, los votantes en Grecia necesitan convencerse de que vale la pena salvarlo.

La crisis ha desatado fuerzas poderosas y poderosamente repelentes a lo largo del continente, lo cual se refleja en el creciente apoyo a los partidos extremistas. Al mismo tiempo, la creciente aversión al riesgo entre los bancos, inversionistas y empresas amenaza con resquebrajar silenciosamente a la euro zona, a medida que los flujos de capital trasnacionales y el comercio se congelan. El BCE ha contribuido a esta balcanización del sistema financiero al permitir que los bancos centrales nacionales fijen reglas de colateral individuales.

Sólo una poderosa demostración de acción política colectiva puede revertir estas tendencias. Aliviar los términos del rescate de Portugal e Irlanda, reconociendo el cumplimiento de sus programas de austeridad, enviaría una señal de que la euro zona entiende la importancia de la zanahoria tanto como del garrote. La Unión Europea también debe profundizar urgentemente el mercado común, incluyendo el continuar con las medidas para liberalizar los sectores de energía y servicios y reformar la política agrícola común. También debería expandir el Banco de Inversión Europeo e impulsar los fondos estructurales para financiar un Plan Marshall genuino para Grecia y otros países periféricos.

Finalmente, la euro zona necesita reconocer que no habrá una solución a la crisis hasta que el destino de su sistema bancario se separe del de sus bonos soberanos. Eso requerirá la creación de un seguro de depósitos pan europeo y finalmente los euro bonos para darle a los bancos un activo alterno sin riesgos.

A menos que esto es lo que tengan en mente los ministros de finanzas de la euro zona cuando se sienten el lunes, no tienen por qué estar firmando el acuerdo. Para continuar con un rescate imperfecto, sin un plan para acelerar la integración de la euro zona y crear una unión monetaria funcional sería un acto de cinismo calculado que simplemente profundizaría la agonía griega, y la europea.
Fuente: The Wall Street Journal, 20/02/12.

Moody’s rebaja la calificación de la deuda de seis países de la euro zona

febrero 14, 2012

Moody’s rebaja la calificación de la deuda de seis países de la euro zona

Por Drew Fitzgerald

 

Moody’s Investors Service rebajó el lunes las calificaciones de deuda de seis países europeos y advirtió que sus calificaciones máximas para Austria, Francia y Reino Unido podrían estar en riesgo.

La firma rebajó la calificación de deuda de Italia en un escaño a «A3», lo que corresponde a cuatro escaños sobre el territorio de grado especulativo, y mantuvo la perspectiva Negativa para la tercera mayor economía de la eurozona.

Las calificaciones de España, Malta, Portugal y Eslovenia también se rebajaron en un escaño y mantuvieron sus perspectivas Negativas, indicó Moody’s.

Las perspectivas de Austria, Francia y Reino Unido pasaron a Negativas.

La medida de Moody’s sigue medidas similares tomadas el mes pasado por Standard & Poor’s y Fitch Ratings donde se rebajaron las calificaciones de varios países de una sola vez. Al igual que S&P y Fitch, Moody’s citó las preocupaciones por la actual crisis de deuda, la manera en la que está siendo manejada y el impacto sobre varias economías de la región como causal de las rebajas. Moody’s mencionó además la fragilidad de los mercados financieros en Europa y las posibilidades de futuros problemas en el sistema debido a la crisis.

Moody’s rebajó el lunes las calificaciones de deuda de Italia, Malta, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España. Las calificaciones de los seis países fueron rebajadas el mes pasado por S&P. En tanto, Fitch rebajó el mes pasado las calificaciones de deuda de Italia, Eslovenia y España.

Si bien Moody’s fue el último en tomar medidas, fue el más severo con Portugal y España. La rebaja de Moody’s a la deuda de Portugal lleva la calificación de deuda del país más hacia territorio chatarra, con «Ba3», tres escaños por debajo del grado de inversión.

Donde Moody’s sí se diferenció de las medidas recientes tomadas por otras calificadoras fue al modificar la perspectiva para Reino Unido. Moody’s señaló el lunes que los recientes acontecimientos señalan débiles prospectos macroeconómicos para Europa, lo que hace más difícil para los países implementar medidas de austeridad para reducir su deuda.
Fuente: The Wall Street Journal, 14/02/12.

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