Senado argentino: No a la RE-RE-elección

octubre 31, 2012

La oposición en el Senado firmó un documento conjunto en rechazo de la re-reelección

Los legisladores se comprometieron a rechazar cualquier intento legislativo de reforma constitucional. Entre los firmantes está el santafesino Carlos Reutemann.

Sin anuncio previo, la oposición busca ganarle la estrategia política al Gobierno Nacional. Después de votar favorablemente el per saltum, todos los senadores de la oposición firmaron un documento en el que se comprometen a “votar en contra de cualquier proyecto legislativo que intente declarar la necesidad de la reforma constitucional y en contra de cualquier intento de re-reelección Presidencial ajeno al texto vigente”

El senador puntano Adolfo Rodríguez Saá sostuvo que en 2015 la Argentina tendrá un nuevo presidente. El jefe de la bancada radical, Luis Naidenoff, afirmó que el compromiso es terminante: no a la reforma constitucional. Esa fue su respuesta ante la consulta que el oficialismo maquille el intento reeleccionista con una necesidad de una nueva carta magna.

El texto firmado también sostiene que votarán en contra “de cualquier intento de re-reelección Presidencial”. La movida conjunta del arco opositor incluye la firma del senador, Carlos Reutemann, una figurita difícil de la oposición. El Frante Amplio Progresista y el Peronismo Federal acompañaron la declaración sin fisuras.

De los 28 senadores, solo siete bancas serán puestas a renovación el año que viene. A la oposición le alcanza con renovar solo cuatro de las siete para poder bloquear cualquier intento reeleccionista. Para convocar a un debate por al reforma, el kirchenrismo necesita los dos tercios de la Cámara alta.

Fuente: Clarín.com, 31/10/12.  19:56 hs.

La riqueza de las naciones (abril 2011)

octubre 30, 2012

La riqueza de las naciones

Para crecer sostenidamente, un país debe aumentar su capital, invertir fuertemente en educación y generar clima de negocios

Cuando un conocido banquero argentino le preguntó a un gran productor avícola chileno cómo había conseguido liderar el mercado desde un establecimiento ubicado en un peñasco, el empresario contestó: «El maíz lo importo desde la Argentina y en los mercados que conquisté me aprecian mucho por la puntualidad en los envíos y la estabilidad en los contratos. Porque yo no exporto aves; exporto instituciones». La respuesta contiene una clave interesantísima sobre el desarrollo de las sociedades.

Los argentinos hemos sido educados desde nuestra infancia en la creencia de que nuestro país estaba predestinado a ser uno de los más ricos del mundo. Ese merecimiento provendría, sobre todo, de la disponibilidad de riquezas naturales, de la bendición que nos otorga un clima templado y de lo educada que es nuestra población. El hecho de que la Argentina haya sido una de las naciones más pujantes del planeta a comienzos del siglo XX agrega además la frustración de «ya no ser» y el deseo reivindicatorio, y casi mágico, de volver a ocupar «el lugar que nos merecemos».

Sin embargo, ni como habitantes nos situamos hoy entre los más ricos del mundo, ni el crecimiento que ha mostrado nuestro país en las últimas décadas nos augura un futuro mejor. Si bien siempre encontraremos algún culpable a quien responsabilizar por nuestras desgracias, deberíamos asumir que el cortoplacismo y las políticas erradas han sido las responsables de los pobres resultados que hemos obtenido como sociedad. En el afán de regresar rápido y sin escalas al supuesto sitio privilegiado que le correspondería a nuestro país, hemos equivocado el rumbo, que cada vez difiere más de aquel que, con tiempo y esfuerzo nos devolverá hacia un sendero de prosperidad y bienestar.

Creer que la simple disponibilidad de recursos naturales y de un clima favorable nos llevaría al desarrollo ha sido un error muy divulgado en la Argentina. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, fueron las naciones menos dotadas por la naturaleza las que más se desarrollaron. Al suplir la escasez mediante la educación, el ingenio, la austeridad y la calidad de las políticas públicas, muchas de ellas alcanzaron lo que la Argentina busca sin resultados desde mediados del siglo pasado. Entre 1960 y 2010, nuestro país ha crecido a un ritmo anual promedio del 2,3 por ciento. En ese mismo período, el mundo se ha expandido a una tasa anual del 3,7. De esa forma, la Argentina, que representaba el 1,6 por ciento del PBI mundial en 1960, vio caer su participación en la economía mundial a solamente el 0,8 en la actualidad.

Para crecer, un país debe aumentar su capital, es decir, invertir. También debe generar las condiciones para que crezca el empleo y esto implica invertir fortísimamente en educación. Finalmente, debe crear un clima en el que los productores de bienes y servicios se vean estimulados a aumentar su productividad incorporando tecnologías y conocimiento de última generación.

El aumento de la inversión depende de varios factores. La estabilidad en las reglas de juego, la seguridad jurídica, la rentabilidad empresaria y la disponibilidad de crédito a tasas razonables son condiciones muy necesarias. La Argentina nunca logró aunar esos ingredientes por un período prolongado de tiempo. En los últimos años, brillaron por su ausencia la seguridad jurídica y la estabilidad en las reglas de juego.

La inflación derrumbó la posibilidad de que el crédito a mediano plazo reapareciera. Sólo el aumento en la rentabilidad empresaria, generado por la licuación de deudas ocurrida en 2002, sumado a la excepcional situación externa y a políticas irresponsables de incentivo al consumo, ha permitido que la inversión se mantenga en niveles razonables en los últimos años.

Sin embargo, la pérdida en la competitividad provocada por la inflación y el deterioro que ya evidencian las cuentas públicas harán insostenible el aumento de la inversión en los próximos años, si es que se mantiene el rumbo actual de la política económica.

El segundo factor de crecimiento es el empleo. Y cuando hablamos de empleo debemos tener en cuenta la calidad de la educación de los nuevos empleados. Y en este campo, la Argentina también muestra un gran deterioro en la última década. Bastan como muestra los resultados de las pruebas de evaluación PISA de los últimos años.

No es de extrañar entonces que con baja inversión y un deterioro creciente en la calidad del empleo la productividad en la Argentina también haya mostrado un desempeño paupérrimo.

En definitiva, en las últimas décadas, la Argentina no ha podido generar la riqueza que nuestra sociedad considera que merece. Ni la inversión ha crecido de manera significativa, ni se ha creado suficiente empleo de calidad mejorando la educación, ni ha aumentado la productividad.

En vez de intentar un nuevo atajo, nuestro país debería dejar de mirar el pasado con nostalgia y cambiar el foco de su pensamiento. La riqueza de las naciones no está determinada por los recursos naturales. Viene dada por la educación de su gente, sus reglas de juego, las instituciones que se generan para proteger los derechos de propiedad y la estabilidad económica, que supone el combate constante contra la inflación. Nada de ello se crea de la noche a la mañana. Es la persistencia lo que convierte a una sociedad y a sus reglas en predecibles y atractivas.

La Presidenta se ufana de liderar el lapso de mayor crecimiento de la historia nacional. Se equivoca. Al atenuar el ciclo económico, se lograría que sea más duradero y estable. Las fanfarronadas del Gobierno sobre «los que quieren enfriar la economía» serían tomadas en cualquier país normal con la indulgencia de quien oye hablar a un adolescente. La moderación del ciclo económico es el método que se utiliza para crecer más durante más tiempo.

La educación es, como dijimos, fundamental. La mejora educativa permitiría que cada uno de nuestros habitantes pueda acceder a un mejor puesto de trabajo y que, por ende, la sociedad toda sea más rica. Pero no hay atajos tampoco aquí. Falta crear incentivos para que los docentes puedan capacitarse, desarrollarse y mejorar sus ingresos por sus méritos académicos y no sólo por «permanecer».

En definitiva, hay que concentrarse en el largo plazo. Al revés de lo deseable, el kirchnerismo promovió innumerables e innecesarias regulaciones, un pobre clima de negocios y la ausencia del crédito por el aumento de la inflación. Esas son las características salientes del «modelo».

La Argentina ha intentado nuevamente un falso atajo. Cuando la nueva frustración se agregue a nuestra triste historia de manías y depresiones, tal vez podamos comprender que no hay nada que inventar. Simplemente, una vez más, los argentinos deberemos entender que no hay razón alguna para justificar nuestra ya patética excepcionalidad.
Fuente: Editorial del diario La Nación, 30/04/11.

Multiplique sus ingresos

octubre 30, 2012


Cómo incrementar sus ingresos
Por Gustavo Ibáñez Padilla

Cualquiera sea la actividad que usted realice, siempre es posible hacerla con mayor eficacia y eficiencia. La clave está en saber aprovechar las nuevas reglas de juego. Para ello debe actualizar sus modelos mentales. Definir claramente su visión, su misión y sus valores. Adoptar el adecuado posicionamiento y mantener el enfoque.

Si es un empleado en relación de dependencia debe transformarse en lo que Tom Peters denomina: Empresa de Servicios Profesionales. Implica esto cambiar su mentalidad, dejar de realizar tareas para pasar a desarrollar proyectos; pasar de una orientación al trabajo a una orientación al resultado. Todo lo que realice deberá llevar su impronta personal que lo diferencie. Dígale no a la commoditización. ¡Distíngase de la multitud!

Lea el artículo completo: Multiplique-sus-ingresos

Argentina: Deficiente control del Lavado de Dinero

octubre 30, 2012

El 65% de las sospechas de lavado de dinero no se investigaron
Por Hugo Alconada Mon

La unidad antilavado dejó sin investigar 7400 de los 11.400 reportes de operaciones sospechosas (ROS) que integraban su base de datos a mediados de 2011. Los soslayó debido a la puesta en marcha de un nuevo sistema informático que tuvo graves problemas de aplicación, según surge de informes internos en los que se alertó sobre sus riesgos y dificultades.

La falta de análisis de casi el 65% de los reportes que la Unidad de Información Financiera (UIF) acumuló durante ocho años de labor contrasta con el énfasis que les dio su presidente, José Sbattella, a las investigaciones contra «enemigos» del Gobierno, entre otros, el Grupo Clarín; el jefe de la CGT, Hugo Moyano, y Sergio Schoklender . Esta información fue confirmada a LA NACION por tres fuentes al tanto de la operatoria dentro del organismo.

La desatención de esos 7400 reportes se debe a los problemas verificados en el sistema, conocido en la jerga como «matriz de riesgo». Se activó a mediados del año pasado, después de un largo proceso de desarrollo que mantuvo casi paralizado a un sector de la UIF durante seis meses.

La primera falla de la matriz es que, cuando al fin se implementó, no incluyó los ROS que hasta entonces llegaban impresos en papel y se procesaban con el sistema anterior, el SAIR. La segunda es que esos 7400 reportes sin analizar tampoco fueron cruzados con los ROS que comenzaron a llegar a la UIF desde que se activó la matriz.

Según dejó asentado por escrito en un reporte que elevó a Sbatella la entonces directora de Análisis de la UIF, Ana Helbardt, dijo que tal como estaba planteada la matriz, «quedan sin ningún tipo de tratamiento los ROS pendientes de análisis del SAIR (7400 de los 11.400 que integran esa base)». LA NACION procuró consultar al titular de la UIF, pero no respondió las llamadas ni los mensajes.

Helbardt explicó además que, al no poder cruzarse esos 7400 reportes con los ROS que comenzaron a llegar a la UIF desde que se activó la matriz, «las alertas que se generen (o no se generen) no cuentan con los antecedentes de los últimos ocho años de la Unidad».

El primer efecto nocivo de esas dos falencias -ni análisis ni entrecruzamiento- resultaba evidente, según la funcionaria. «Aquí se produce un riesgo importante, ya que puede descartarse un [nuevo] ROS que tenga antecedentes o vinculaciones con otros ya existentes» y soslayados.

Helbardt también alertó sobre las responsabilidades en juego, que excedían a su dirección de análisis y llegaban hasta la presidencia de la UIF. Consignó que con la matriz «debería preverse que esos ROS [por los 7400 pendientes] queden sin análisis hasta tanto se implemente una matriz complementaria», de la que además aclaró que sólo se habló en «reuniones informales» y sin mayores precisiones, como las que requeriría el tema.

Desde entonces, la mayoría de esos 7400 reportes continúa sin analizarse, según las fuentes que consultó LA NACION. Sólo se analizó un pequeño porcentaje, por las personas, empresas o montos de las operatorias sospechadas, o porque surgió algún tema «caliente» que justificó buscar entre los reportes sin analizar.

Con 280 parámetros o «a dedo»

Desarrollada durante meses por funcionarios y técnicos bajo la batuta del número dos del organismo, Gabriel Cuomo, la fórmula de la «matriz de riesgo» llegó a abarcar 280 parámetros de búsqueda y análisis. Algunos resultaban valiosos o incluso imprescindibles, pero otros carecían de asidero práctico.

«La fórmula incluía, por ejemplo, que se cruzaran datos con la AFIP, los registros Automotor y de la Propiedad de la Capital Federal o Migraciones, pero ni siquiera se sabía cómo se cruzarían esos datos», precisó un informante.

Aportó un caso concreto: «Si la idea era cruzar datos con el registro inmueble de la ciudad de Buenos Aires, ¿qué pasa si el reporte es sobre alguien que vive en Orán? Porque del registro de Salta no había nada en la matriz».

Ese primer bosquejo de la «matriz», sin embargo, sufrió luego una reformulación, con problemas casi opuestos. Fue cuando se marchó Helbardt y arribó un colaborador de Sbatella, Pablo Chena, como nuevo director de Análisis de la UIF, área a la que sumó a su hermana y a su cuñado.

De hecho, LA NACION publicó en septiembre pasado que Sbatella desplazó en la UIF a varios técnicos especializados en investigaciones antilavado y a muchos de ellos los reemplazó con militantes y familiares sin experiencia alguna en la materia.

«La matriz pasó de ser una ecuación compleja y larguísima a quedar reducida a sólo 10 parámetros que en la práctica no servían para detectar los reportes relevantes», detalló uno de los informantes, que indicó que dados los «problemas» registrados se inició una segunda «reformulación».

La relevancia de contar con una «matriz de riesgo» eficiente surge de los registros estadísticos del propio sistema antilavado. A medida que pasó de 350 a 22.500 sujetos obligados a informarle a la UIF las operaciones sospechosas, los reportes treparon de 351 en 2003 a 13.387en 2011, último año con datos oficiales conocidos.

El problema es que las falencias de la matriz y su posterior simplificación llevaron a Chena y sus colaboradores al otro extremo, según dos fuentes consultadas por LA NACION por separado. Ambas afirmaron que ahora se seleccionan «a dedo» los reportes que se investigan. O que se busca información en las bases sin que medie un reporte previo.

La última fase de la puesta en marcha de la «matriz de riesgo» registró, incluso, situaciones peculiares. Entre otras, que Chena terminó por apropiarse de la iniciativa en la que habían trabajado Cuomo y una larga lista de expertos. Y que en los fundamentos se sostuvo que matrices similares ya se aplican en Australia. «Lo cual -aclaró un informante- era pura cháchara. Pero pasó igual.»

Fuente: La Nación, 29/10/12.

José Sbattella, presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF).

Argentina: El país que falsea su historia

octubre 29, 2012

Pulseada
Por Enrique Szewach

La opinión generalizada es que la economía argentina parece estar rebotando contra el piso de actividad que se dio promediando el año.

Como la caída no fue demasiado fuerte –aunque si lo fue la desaceleración del ritmo de crecimiento- la recuperación tampoco mostrará demasiado. Es decir, la situación no empeora, pero tampoco mejora mucho.

Este ciclo coyuntural, que puede ser determinante para las aspiraciones electorales de oficialismo y oposición (no es lo mismo estar votando el próximo año, con la economía cayendo al 2-3% anual, que creciendo al 2-3% anual), convive con el agravamiento de los problemas estructurales que ya se manifiestan con toda su crudeza.

Estas cuestiones estructurales surgen, por un lado, de la “larga marcha populista” iniciada hace décadas, pero profundizada, con recursos abundantes, en los últimos años, (le recuerdo siempre que el populismo es una enfermedad “por acumulación”, como el tabaquismo o el alcoholismo) y, por el otro, a partir del giro de política económica protagonizado por el gobierno en este último año.

Dentro de los primeros –problemas estructurales consecuencia de la acumulación de populismo- aparecen los vinculados a la quiebra del sector energético, al deterioro generalizado de la infraestructura de transporte y comunicaciones, y a su reflejo más directo, (además de las muertes, el aspecto más dramático y grave) la maraña de subsidios, fondos públicos, intervenciones, etc. que se propagan, a su vez, hacia la situación fiscal y la coyuntura.

Dado que el desorden fiscal, pese al récord de ingresos que se bate mes a mes, termina en el desorden monetario que obliga al abuso del impuesto inflacionario y a las restricciones a la compra de dólares para evitar que los tenedores de pesos lo eludan.

Se contabiliza también, en este rubro, la distorsión de otros mercados, relacionados con la agroindustria o la producción de bienes en general. Por ejemplo, hoy México exporta más carne vacuna que nosotros.

En el otro conjunto, el relacionado con el giro dado a la política económica, se destaca el fin del “capitalismo de amigos”, para avanzar con un estatismo que convierte a todos, amigos y no tan amigos, en “empleados” al servicio del interés general.

Obviamente, esto último puede sonar a exageración, porque todavía estamos en un marco relativamente híbrido, en dónde persisten “islas” del antiguo régimen, pero exagerado o no, lo cierto es que el entorno regulatorio, en general, se está modificando sustancialmente y no se trata de retoques menores, si no de verdaderos cambios de fondo que, desde la perspectiva del gobierno, pintan para irreversibles.

Es por ello que los pronósticos sobre el futuro cercano y no tanto, no pueden basarse, exclusivamente, en el ciclo coyuntural descripto al inicio de estas líneas.

El ciclo de corto plazo se mueve en torno a una tendencia de largo.

Paradójicamente, dicha tendencia luce objetivamente positiva. La Argentina puede ser, sin dudas, un eficiente proveedor de bienes agroindustriales, servicios sofisticados, recursos mineros, y energéticos, en un mundo con demanda creciente de estos bienes y servicios, inserto en una región que se ha convertido en un “buen vecindario”.

Y aquéllos sectores con mayor atraso relativo, o que requieren extremada protección, podrían, con incentivos adecuados, en su mayor parte, adaptarse o cambiar sin demasiados traumas y con un balance general de más ganadores que perdedores.

Sin embargo, para concretar esta tendencia positiva, los problemas estructurales arriba señalados, tanto los que responden a la acumulación de malas políticas, como los derivados del giro militante impuesto desde el comienzo del segundo período presidencial, deberían ser enfrentados con cambios drásticos, en algunos casos de ciento ochenta grados.

Como difícilmente esto pase, al menos en el corto plazo, la “pulseada” entre una coyuntura relativamente mejor, Dios soja, mediante, y esperando que la pesificación forzada no “explote”, y los crecientes problemas estructurales definirá el escenario futuro.

Pero a la larga, como lo demuestra la historia local e internacional, lo estructural siempre se impone Y le pone un techo a la tasa de crecimiento.

Se dice que los pueblos que ignoran su historia están condenados a repetirla.

Pero no se sabe qué les pasa a los pueblos que, en lugar de ignorarla, la reescriben, la reinventan o la falsean.

Fuente: Perfil, 28/10/12.

Día Mundial del ACV – Accidente Cerebro Vascular

octubre 29, 2012

En los países pobres hay más accidentes cerebrovasculares

Por Nora Bär

Debilidad en una parte del cuerpo, confusión, problemas para hablar, un dolor que «parte» la cabeza… Cualquiera de estas señales y otras, como vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación, puede indicar el comienzo de un cuadro que en el país se presenta una vez cada cuatro minutos: el accidente cerebrovascular (ACV), segunda causa de muerte y primera de discapacidad.

Se sabe que el ACV es ya una epidemia cuyas proporciones no sólo se miden en el drástico impacto que puede tener sobre la vida y el bienestar de los pacientes y de sus familiares, sino también por la carga que implica para los sistemas sanitarios.

Un trabajo firmado por dos investigadores argentinos que hoy publica en forma destacada la revista Stroke exhibe otra cara de este escenario epidemiológico: por primera vez demuestra, estadísticamente, que los países más pobres y los que menos proporción de su PBI invierten en salud son los que tienen una mayor incidencia y mortalidad por accidente cerebrovascular, mayor proporción de eventos hemorrágicos (causados por la ruptura de una arteria cerebral), y también aquellos en los que el ACV se presenta a edades más tempranas.

«Diversas investigaciones anteriores se habían centrado en la relación entre el riesgo de ACV y la situación financiera individual o familiar -explica el doctor Luciano Sposato, uno de los autores de este estudio y también director del Departamento de Neurología de Adultos del Instituto de Neurología Cognitiva y del Centro de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro-. Lo que nosotros hicimos fue «cruzar» los datos ajustados del PBI con los de 48 estudios poblacionales realizados entre 1998 y 2008 en 22 países de los cinco continentes. Lo que vimos fue que muchos de los ACV que ocurren en una población determinada se explican por el estatus socioeconómico del país. No sólo eso, sino también la mortalidad, la proporción de hemorragias y la edad a la que los pacientes los padecen. En los países más pobres se presentan más temprano que en los de mayor PBI.»

Esta singular ecuación introduce un nuevo factor para el diseño de políticas públicas de salud, ya que hasta ahora «el riesgo de ACV y sus consecuencias se consideraban resultados de factores étnicos, genéticos, ambientales, socioeconómicos y de la calidad de la atención médica», escriben Sposato y Gustavo Saposnik, coautor del estudio y director del Centro de Investigación en Stroke del Hospital St. Michael’s, de la Universidad de Toronto.

Para llegar a esta conclusión, los científicos tuvieron que revisar 5000 estudios y analizar en profundidad 48 trabajos de 30 ciudades.

Se encontraron con que en los países de alto PBI el ACV se presenta a edades más tardías y tiene menor mortalidad. Pero también que la inversión en salud resultó ser otro factor que podía alterar este balance: «Si un país pobre invierte una proporción mayor del PBI en salud, tiene mejores marcadores», explica Sposato.

Para Saposnik, la explicación de este fenómeno no es tan obvia como parece. «No pudimos determinar cómo invierte cada país su presupuesto en salud, pero sí constatar una alta correlación del gasto en salud con el de prevención -dice, a través de una comunicación telefónica desde Toronto-. La alta inversión en salud está relacionada directa o indirectamente con una mayor inversión en prevención.»

En Canadá, se calcula que sólo los costos directos del ataque cerebral rondan los 30.000 dólares por paciente. Por otro lado, en el nivel poblacional la inversión en prevención exige unos pocos dólares por persona.

Según este trabajo, el bajo producto bruto interno de un país explica el 32% del riesgo de ACV, el 43% de la mortalidad a los 30 días, el 43% del exceso de hemorragias cerebrales y el 47% de la mayor frecuencia de en jóvenes.

Por su parte, la menor inversión proporcional en salud explica el 26% del riesgo, el 45% del exceso de mortalidad a los 30 días, el 32% del exceso de hemorragias cerebrales y el 36% de la mayor frecuencia en jóvenes.

Economía y salud

«Hasta ahora, la literatura médica sugería que los países latinoamericanos tienen mayor frecuencia de ACV hemorrágicos que isquémicos [aquellos en los que la obstrucción de una arteria impide la llegada de oxígeno al cerebro] por mal control de los factores de riesgo y por alcoholismo -dice Sposato-. Sin embargo, a partir de estos hallazgos, esa mayor frecuencia se puede explicar por menor riqueza.»

Podría pensarse que si un país tiene más recursos invertirá más en salud, ofrecerá atención médica de mejor calidad y sus habitantes observarán estilos de vida más saludables. Todo esto puede ser cierto, pero el trabajo de Sposato y Saposnik muestra que no sólo importa la riqueza, sino también qué proporción se invierte en salud.

«Son dos parámetros independientes -explica Sposato-. Sin embargo, aunque se especulaba con que podría haber alguna relación entre ACV y desempleo, nosotros no la encontramos.»

Para Saposnik, una de las virtudes que tiene este trabajo es que tomó en cuenta países de los cinco continentes y que se basó en estudios poblaciones y no de hospitales individuales.

Y así como los países pobres tienen mayor mortalidad e incidencia de ACV, lo contrario también es cierto. «En aquellos con mayor PBI -agrega este último-, las personas padecen cuadros de menor gravedad, de menor mortalidad y a edades más avanzadas.» En Canadá se presentan anualmente 50.000 nuevos pacientes con ACV, y entre 300.000 y 500.000 de ellos están vivos en la actualidad. En ese país se produce un ataque cerebral cada diez minutos. «Hace veinte o treinta años -dice Saposnik-, había una visión nihilista. Hoy se ha logrado una reducción significativa de la mortalidad, que a los 30 días es del 15%, aproximadamente.»
Fuente: La Nación, 28/10/11.

Más información:

https://www.economiapersonal.com.ar/acv-y-enfermedades-criticas/

https://www.economiapersonal.com.ar/los-riesgos-cardiovasculares/

https://www.economiapersonal.com.ar/la-enfermedad-vascular-periferica/

https://www.economiapersonal.com.ar/vivir-mas-de-cien-anos/


China lidera la Inversión Extranjera Directa

octubre 28, 2012

China lidera la inversión extranjera directa
Por Jorge Castro

China atrajo más inversión extranjera directa (IED) de las empresas trasnacionales que EE.UU. en los primeros seis meses del año, y lo mismo sucedió con el mundo emergente respecto al avanzado.

Es la primera vez que esto ocurre en la historia del capitalismo.

La República Popular recibió IED por U$S 59.100 millones entre enero y julio de este año, y EE.UU. U$S 57.400 millones en igual período. Asia, América latina y Europa emergente obtendrían este año una cifra mayor de IED que el mundo avanzado.

Este hecho revela un punto de inflexión histórico en el proceso de acumulación capitalista . Muestra que la tendencia de fondo de la época, que es el traspaso del centro de gravedad del sistema desde el mundo avanzado al emergente , se ha acelerado y ha adquirido un carácter cualitativo.

La IED es la mitad, aproximadamente, del flujo global de capitales, que en 2011 ascendió a U$S 1,5 billones, y treparía este año a U$S 1,6 billones, con una proyección de U$S 1,8 billones en 2013 y U$S 1,9 billones en 2014 (UNCTAD, 2012). También se precipita el vuelco de la IED al mundo emergente. Asia (Este y Sudeste), tras recibir U$S 336.000 millones en 2011 (22% del total mundial, que era 12% en 2007), aumentaría este año a U$S 342.000 millones. La inversión directa es el principal medio de acción de las empresas trasnacionales (ETN’s), que son los actores fundamentales del proceso de globalización . El sistema integrado de compañías globales está compuesto por 88.000 firmas y sus 600.000 asociadas o afiliadas en el mundo entero.

En este sistema ha surgido 90% de las patentes de alta tecnología, su productividad es tres veces superior al promedio internacional y 2/3 del comercio mundial nace del intercambio intrafirmas de las cadenas de producción y comercialización que lo constituyen.

La red de compañías globales ocupa 3 millones de trabajadores y sus asociadas o afiliadas, 69 millones. Las filiales generaron el año pasado ventas por U$S 29 billones (el doble de las exportaciones mundiales) y disponen de un cash flow (fondos líquidos) de U$S 1,7 billones, surgido de las ganancias récord de los últimos diez años. Salvo en los cuatro años posteriores a 2008, no han traducido este nivel de liquidez en una tasa equiparable de inversión.

El sistema integrado trasnacional de producción es el núcleo estructural de la globalización. Como tal, es la línea directriz de la acumulación capitalista en el siglo XXI . Es el hilo rojo que subordina y tiñe al resto.

El vuelco de la IED al mundo emergente muestra que el sistema integrado de compañías trasnacionales ha trasladado allí su centro de gravedad; y esto ha ocurrido mientras más de 25% de las empresas globales tienen su base y origen en los países emergentes. El flujo global de capitales se canaliza a través del sistema financiero internacional. Significa que el capital productivo (IED) integra el capital financiero y es su flujo fundamental.

No existe entre ellos antagonismo, sino un principio de división internacional del trabajo , que hace que las empresas globales no sólo hayan dejado de autofinanciarse, sino que ahora lo hagan exclusivamente a través del sistema financiero internacional. De ahí que éste último crezca en una proporción de 3 a 1 respecto al productivo.

China/Hong Kong es una categoría aparte en materia de IED.

En 2011, recibió 54% de la inversión directa orientada a los países emergentes.

Pero América Latina es la región del mundo emergente en la que la IED crece más rápidamente , y se duplica entre 2009 y 2013 (pasa de U$S 137.000 millones a U$S 300.000 millones). Brasil obtiene 46% de ese total y China es allí el principal inversor extranjero directo. La tendencia es nítida y sus actores también. Esto es lo más parecido que se puede hacer en el capitalismo para realizar la tarea usualmente infructuosa de adivinar el futuro.

Fuente: Clarín, 28/10/12.

Argentina: Mayor control sobre el dólar

octubre 28, 2012

El Gobierno piensa profundizar los controles al dólar
Por Ezequiel Burgo

El cepo a la compra de dólares continuará. Un año después de que el Banco Central y la AFIP anunciaron una batería de restricciones a la compra y venta de divisas, la agenda económica de la Casa Rosada profundiza el rumbo.

La reforma del mercado de capitales y la obligación a las empresas aseguradoras a financiar obra pública, anunciadas en la semana, dan una clara seña l de ello: el Gobierno cuidará al máximo los dólares para lo que resta del año y el próximo cuando haya elecciones. El objetivo es seguir cumpliendo con los compromisos externos y evitar un movimiento brusco del tipo de cambio.

En esa línea llamará a los gobernadores alineados a dar batalla por pesificar las deudas de las provincias y presionar a empresas privadas para que hagan lo propio con sus acreedores externos. Será lo que el Gobierno denominará “la batalla cultural contra el dólar”.

El cepo se trata de una medida de control en el mercado de cambios. Según la visión oficial la iniciativa fue en respuesta a un ataque especulativo en los meses previos a que la Presidenta fuera reelecta: se habían fugado US$ 21.000 millones en lo que iba de 2011 y las reservas habían caído US$ 4.400 millones.

El Gobierno piensa que la medida fue exitosa. La salida de capitales hoy es un tercio de lo que era un año atrás. Y los que pronosticaban una devaluación brusca se equivocaron. El tipo de cambio se devaluó 11% durante los últimos doce meses.

El cepo nació a la semana siguiente que Cristina Kirchner ganó las elecciones presidenciales con el 54% de los votos. No consistió en una única medida sino en una red que se tejió sólo en una semana. Los principales puntos fueron: –Un decreto presidencial que obligó a las empresas mineras a liquidar en el país los dólares que obtenían de sus exportaciones.

–Las aseguradoras fueron exigidas a repatriar en 50 días las inversiones que tenían en el exterior.

–El Banco Central emitió dos resoluciones mediante las cuales se solicitaba justificar el origen de los fondos.

–Finalmente, una resolución de la AFIP lo habilitó como el organismo encargado de convalidar si los interesados en comprar divisas estaban en condiciones o no para llevar adelante el trámite.

La demanda sobre el mercado negro del dólar aumentó inmediatamente tras la instauración del cepo. La brecha entre el precio oficial e informal (blue) de la divisa era 5% antes del anuncio. Dos semanas más tarde llegó a 10%.

La economía arrancó el año enfriándose y luego entró en una recesión breve. Pero la brecha cambiaria siguió ampliándose. El 17 de abril, cuando el Gobierno nacionalizó YPF, el tipo de cambio paralelo superó por primera vez los $ 5. Y un mes más tarde pasó los $ 6.

El Gobierno redobló la apuesta en julio y perfeccionó el cepo: prohibió directamente la compra de dólares para atesoramiento.

Hoy la diferencia entre el precio de comprar un dólar en los mercados oficial y negro supera al 35% (en Venezuela es del 60%). Hace un año era 5%.

El cepo tuvo impacto sobre el bolsillo de la gente. Los depósitos en dólares se redujeron prácticamente a la mitad (46%) en doce meses. Los créditos en dólares cayeron 38% y el gasto de tarjetas en dólares se duplicó.

Los efectos de la medida se vieron también sobre variables que son relevantes para el Gobierno y las empresas. Por ejemplo la velocidad a la que crece la economía pasó de 9% a 1,4% (tomando en cuenta cifras del INDEC), las reservas cayeron 5% y la actividad del turismo pasó de registrar un superávit cambiario de US$ 60 millones a un rojo de US$ de 1000 millones.

En una charla en la Universidad de Harvard hace un mes, la Presidenta dijo que “el cepo cambiario es un título mediático”. Y que los productores o importadores que necesitan divisas pueden recurrir a 120 rubros para comprar dólares. “Sólo se eliminó la posibilidad de atesoramiento, que te permitía comprar dos millones de dólares por mes sin ningún fin concreto”.

Cuatro años antes, en octubre de 2008, Néstor Kirchner compró dos millones de dólares.

Según el ex presidente fue para adquirir el hotel Alto Calafate. Algo que ya no se podrá hacer más.

Fuente: Clarín, 28/10/12.

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Comentario de Gustavo Ibáñez Padilla:
Más allá de las opiniones y consideraciones sobre si existe o no el “cepo cambiario” y si es o no efectivo, debemos recordar que se trata de una medida absolutamente autoritaria, que cercena las libertades individuales y que es contraria a la Constitución Nacional. Por tal motivo, todos aquellos funcionarios que la propician, la aplican y la fomentan mediante la creación adicional de medidas reglamentarias y resoluciones administrativas incurren en diversos delitos, entre los cuales podemos mencionar el mal desempeño de la función pública y el abuso de autoridad. Que Dios y la Patria se lo demanden.

Las diferencias de opinión de los economistas

octubre 28, 2012

Los economistas, lejos de decir lo mismo
Por Juan Carlos de Pablo

Cómo puede ser que en la Argentina para algunos economistas hay recesión y otros la nieguen; que algunos afirmen que la emisión monetaria causa inflación y otros sostengan que no hay evidencia de ello, y que premios Nobel en Economía difieran de manera tan significativa acerca de lo que ocurre y lo que habría que hacer con la economía europea y con el euro?

Entrevisté al argentino Eduardo Andrés Zalduendo (1928-2003), profesor en la Universidad Católica Argentina y presidente del Banco Central. Fue autor de Libras y rieles, historia de las inversiones británicas en ferrocarriles durante el siglo XIX, Breve historia del pensamiento económico y la monumental Las seis Rusias. Sociedad, política y economía. Falleció dos días después de haber pronunciado su discurso de incorporación a la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

-Milton Friedman dijo que los economistas acordamos en el 98% de los temas; pero sólo hablamos del otro 2 por ciento. Parece una exageración.

-Friedman quiso decir que las diferencias de opinión que existen entre los economistas aparecen exageradas, porque en los medios masivos de comunicación el acuerdo aburre mientras que las discrepancias aumentan el rating. Pero ciertamente que aquellas son mucho mayores a 2 por ciento.

-¿Por qué difieren tanto las opiniones de los economistas, más allá de quienes actúan como voceros gubernamentales, sectoriales o regionales?

-Porque le asignamos distinta importancia a los diferentes objetivos de política económica. Todos estamos por el crecimiento, empleo y la estabilidad de precios, pero no nos ubicamos igual cuando aparecen conflictos. Por su propia experiencia y las lecturas de la historia, algunos se transforman en acumulomaníacos, otros en distribuciomaníacos, y por eso ante iguales circunstancias recomienden medidas diferentes. Por la diferente importancia que le asignaban a los beneficios y a los riesgos del comercio internacional, en 1815 David Ricardo y Thomas Robert Malthus discreparon sobre la derogación de las leyes de granos que regían en Inglaterra, sin que la diferencia de opinión hiciera mella en su amistad.

-¿Por qué no existe unanimidad entre las recomendaciones que efectúan economistas que persiguen los mismos objetivos?

-Porque utilizan diferentes modelos, entendiendo por tales esquemas generales. Por lo cual, con igual deseos referidos a que suba el PBI, probablemente planteen recomendaciones diferentes de política económica, quienes se inspiran en los escritos de Karl Marx, Friedrich August von Hayek o John Maynard Keynes.

-¿Elegir entre los modelos es una simple cuestión de gustos?

-No, pero debido a limitaciones técnicas es difícil que la econometría muestre la superioridad de alguno de ellos, con respecto a los otros, para utilizar en la Argentina. Desde la práctica es preferible hablar de situaciones concretas, que se entienden mejor desde la perspectivas libertaria, marxista o keynesiana.

-La dificultad que usted apunta es abusada por algunos colegas.

-Así es, la aprovechan para convertir la elección del modelo en una cuestión de gustos. Reflejan haraganería intelectual. Tienen respuestas nítidas para todo, pero desde la facilidad del principismo, no desde la complejidad de la realidad.

-¿Discrepan los economistas por alguna otra razón?

-A veces, por ignorancia. Como nadie se atreve a confesar que no sabe, algunos colegas se pronuncian sobre cuestiones fácticas sin prestarle atención siquiera a la información públicamente disponible. Puedo entender las diferencias sobre objetivos y sobre modelos, pero no tomarse el trabajo de mirar los hechos antes de opinar es imperdonable.

-¿Un tribunal de ética profesional para encarar este problema?

-¿Quién me cuida de los custodios?, preguntó Leonid Hurwicz en su conferencia Nobel. Por eso la idea no me entusiasma.

-Eduardo, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 28/10/12.

Juan Carlos de Pablo

Juan Carlos de Pablo

El costo de vivir en Buenos Aires

octubre 28, 2012

Vivir en Buenos Aires se torna más caro para estudiantes del interior y extranjeros
Por Katherine Villavicencio

Las cuentas no le cerraron este año a Shirley Cabrera, una ecuatoriana que vino a cursar un máster de periodismo en la Universidad de San Andrés. «Saqué un crédito de 18.000 dólares [85.680 pesos] para costerar mis gastos de marzo a diciembre, pero no me alcanzó», dice. El alto costo del alquiler para extranjeros debido a la falta de garantía y el aumento mes tras mes en el precio de los víveres era algo que no preveía.
Parte de ese crédito va para la cuota de los $ 35.000 que le cuesta el máster. Y con los 50.680 restantes paga el alquiler, los gastos de transporte y alimentación de diez meses. Para ahorrar buscó una vivienda compartida con otros siete estudiantes de la Argentina y el exterior en el barrio Villa del Parque, donde paga $ 1300 por un cuarto.
Son sus gastos fijos porque la alimentación y el transporte varían constantemente. «Cocino porque no tengo presupuesto para pagar todos los días 30 pesos en el almuerzo y gasto unos 2000 pesos en las compras. Y cada vez estoy gastando más.» Como ejemplo, cuenta que cuando llegó pagaba $ 4,50 por un kilo de mandarina y hoy $ 7, y por uno de papa $ 4 y, ahora, $ 6, en promedio un 50% más caro.
Como ella, los estudiantes extranjeros y del interior del país que vienen a cursar sus estudios en Buenos Aires sienten el impacto de la inflación, especialmente en sus gastos de alquiler y alimentación.
Según una estimación de la Universidad de Palermo, donde hay 3223 extranjeros en carreras de grado y posgrado, los costos se incrementaron en el último año entre 10 y 12%. Un año atrás sus alumnos extranjeros gastaban, en promedio, US$ 1250 ($ 5900) al mes para vivir en Buenos Aires. Este año se requiere US$ 1400 ($ 6600). La medición, que se proporciona a quienes consultan antes de venir, está compuesta por un alquiler (en general compartido), el arancel universitario, la comida y el esparcimiento.
Pero para otros ese incremento puede ser mayor. Miguel Ortiz, un colombiano que vive hace cuatro años en la Argentina, dice que lo que más gasto representa es el alquiler. «En 2009 conseguías un monoambiente por $ 900 o 1200. Hoy van de $ 1600 a 2200, sin amoblar», cuenta. Si es amoblado y según la zona, el costo de un monoambiente para un extranjero va de los $ 2600 a los 3800 y entre los $ 4500 y los 7000, uno de dos o tres ambientes; hasta el año pasado uno de dos ambientes en Barrio Norte se podía encontrar en $ 3000. Un aumento que fluctúa entre el 30 y el 50 por ciento.
Hace un año, recuerda Ortiz, que tiene un sitio (www.viajaraargentinahoy.com.ar) donde informa a sus compatriotas del costo de vida en Buenos Aires, podía comer afuera o pedía delivery y gastaba unos 2300 pesos al mes. Hoy cocina y gasta unos $ 1200 en el supermercado.
El colombiano Miguel Ortiz reside hace cuatro años en la Argentina. Foto: Patricio Pidal / AFV
Marisa Medina Abbate, una paraguaya que estudia Comercio Internacional, dice que cuando llegó gastaba entre comida y transporte $ 30 por día, hoy necesita $ 50. Lo que más le afectó fue el aumento en el boleto de subte, con lo cual pasó a gastar de $ 2,20 a 5 por día.
El alquiler fue otro gasto que se encareció debido a las restricciones cambiarias. Ella y su hermano pagan US$ 1150 por un tres ambientes en Palermo. Al cambio oficial ($ 4,76) les costaría $ 5474, pero al precio del mercado negro el valor les sube $ 7130, un 30% más.
Carlos Eduardo Villaroel tiene 27 años y es de Tapalqué, en la provincia de Buenos Aires. Vive hace nueve años en Capital y estudia logística y transporte en la Facultad de la Marina Mercante. Recuerda que cuando llegó pagaba por un departamento de dos ambientes en Barrio Norte 500; hoy paga 2300 pesos, más los 450 pesos de las expensas, que se incrementaron el año pasado con la quita de subsidios y el aumento del ABL (antes le salían 150 pesos).
«Es complicado conseguir algo por la garantía. Estás obligado a pagar a una inmobiliaria.» Ahora, que debe cambiarse, calcula que necesitará 12.000 pesos: dos meses de depósito, el mes de adelanto más dos meses de comisión de la inmobiliaria. Para comer hace tres años le alcanzaba con 700 pesos por mes. Hoy como mínimo gasta 1500 pesos para comer en casa.
Julián Busso, un marplatense que vino a cursar un máster en la Universidad Torcuato Di Tella, menciona que otros gastos básicos, como la lavandería, en un año pasó de $ 14 a 22 la bolsa de ropa, un 57% más.
María Pagano, 28 años, santafecina, que estudia también en la Universidad Torcuato Di Tella, encuentra por lo menos un 20% más caro cada semana el supermercado. Pero le encuentra la vuelta para intentar ahorra. En lugar de colectivo, usa las bicicletas de la ciudad.
Fuente: La Nación, 28/10/12.

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