La revolución robótica

diciembre 6, 2015

La revolución industrial robótica

La industria alemana invierte US$280.000 millones para lograr la digitalización completa de la manufactura.

Por Jorge Castro.

La revolución industrial robótica

La Escuela de Economía de Londres (LSE) estima, sobre la base del estudio de 14 industrias manufactureras en 17 países avanzados, que el incremento del uso de robots por hora trabajada ha aumentado 150% anual entre 1993 y 2007, y ha elevado la productividad 0,37 puntos porcentuales (p.p.) en relación al alza del PBI industrial por año, lo que representa 1/3 de la expansión del producto.

Esto implica una contribución de 0,36 puntos porcentuales al auge de la productividad del trabajo, que equivale a una sexta parte del alza de la productividad de todos los factores (PTF).

También se asimila al alza de la productividad lograda por la implantación de la Máquina a vapor entre 1820 y 1890 (0,37 p.p. / año); y equivale al aumento de la eficacia productiva obtenido por la construcción de los Ferrocarriles transcontinentales de EE.UU. en el siglo XIX. Esto sucede cuando la robotización abarca 2% del stock de capital de los países avanzados y sólo cubre 10% de las tareas laborales. LSE advierte que la robotización representaría 15% del stock de capital en 2025 y que cubrirá para entonces el 25% del total de las tareas.

Estas tendencias equivalen a una nueva revolución industrial, con un alza de la productividad de 3% anual en una década. Pero la digitalización completa de la manufactura y los servicios –nueva revolución industrial– es el resultado de la convergencia de 11 innovaciones, entre las cuales la robotización, en una perspectiva de mediano/largo plazo, probablemente no sea la más importante.

robot 01En el caso de Alemania, la nueva revolución industrial acarrea ganancias de productividad de 5%/8% en 10 años, acompañada por recortes de los costos manufactureros entre US$100.000 millones y US$180.000 millones en ese período, con un incremento del PBI de 1% por año. La industria alemana necesita invertir para este cambio histórico US$ 280.000 millones en el próximo lustro.

El caso chino muestra otros rasgos. El mercado robótico crece 53% por año y representa 25% de la demanda global. Esto significa que el nivel de robotización de la República Popular es el triple de Japón y el doble de Corea del Sur (n° 1 y n°2 del ranking global). Pero el nivel de intensidad robótica de China es el más bajo entre los 5 principales países (tiene 30 robots cada 10.000 trabajadores), mientras que la proporción en Corea del Sur es 15 veces superior y en Japón, 11 veces.

La intensidad robótica depende de la correlativa disminución del nivel de precios. En 2008 se requerían 11,8 años de utilización para recuperar la inversión realizada, y se necesitan ahora 1,7 años, que disminuirían a 1,3 años en 2016, para derrumbarse luego a 6 meses o menos en 2020.

La necesidad impulsa la robotización en China. El nivel de ganancias manufactureras es hoy inferior a la tasa de interés que se debe afrontar por la deuda corporativa (US$1,8 billones de deuda vs. US$1,05 billones de ganancias).

McKinsey sostiene que la nueva revolución industrial puede provocar una caída de los costos de producción entre US$18 billones y US$33 billones en una década; y crearía la fuerza de trabajo más productiva de la historia del capitalismo, con ganancias de productividad que llegarían a ser hasta 6 veces superiores a las fijadas por la “Ley de Moore” (la información procesada se duplica cada 18 meses y los costos caen a la mitad).

La esencia del capitalismo no es el capital sino el trabajo; y la fuerza de trabajo pierde toda forma directa y material en la nueva revolución industrial, convirtiéndose en “inteligencia colectiva”, una potencia puramente abstracta y universal.

En este nuevo mundo productivo, los robots son lo de menos. Lo decisivo es la extraordinaria inteligencia humana imbuida en ellos.

Fuente: Clarín, 06/12/15.

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Trabajar desde casa

noviembre 17, 2015

Dile adiós a la oficina y trabaja desde tu casa

Trabajar desde la casa tiene ventajas, pero es una modalidad que no es para todo el mundo.

Por Jeanne Sahadi.

(CNNMoney) — Imagina lo que sería trabajar a tiempo completo y con beneficios desde tu casa, el parque o la cima de tu montaña favorita.

Suena como el nirvana a los oídos de cualquiera que sufra los desgastantes viajes diarios, para quien encuentra difícil realizar el trabajo en la oficina o, simplemente, necesita más flexibilidad para atender las necesidades de la familia.

teletrabajoSin embargo, el llamado home office o trabajo a distancia se ha convertido en una realidad para muchas personas.

Aunque en Estados Unidos sólo 4,5% de los empleados a tiempo completo laboran a distancia cada día, un número creciente de empresas están entregándose de lleno al trabajo remoto, afirma Sara Sutton Fell, CEO de FlexJobs.

Es decir, no hay una oficina de la compañía o una sede. En su lugar, el personal trabaja desde cualquier lugar que deseen. Incluso, pueden vivir en diferentes zonas horarias. Algunas empresas ya tienen departamentos enteros que trabajan de forma remota.

Y la tecnología es esencial para lograrlo. Pero los trabajos a distancia no son sólo para los expertos en esta área. Contadores, abogados, grupos de base, especialistas en viajes, educadores, vendedores, consultores o escritores, por ejemplo, se encuentran entre los que tienen empleos de cuello blanco a tiempo completo y con beneficios en compañías que han adoptado las ventajas y riesgos del trabajo a distancia.

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La ventaja económica de no tener una oficina

Quienes dirigen empresas donde el trabajo es remoto argumentan que esto los ayuda a reclutar a los mejores talentos de cualquier parte del país o del mundo. También permite ahorrar costos, ya que hay menos gastos gravosos. Sin oficinas centrales, no hay que pagar alquiler.

Además, puede ser más fácil evaluar claramente el desempeño del empleado.

«En una oficina es fácil parecer ocupado en un escritorio. En línea, tienes que sacar el trabajo», dijo Aaron Bright, director de Hippo Education, que produce videos educativos y podcasts para médicos.

Pero el trabajo a distancia puede ser un desafío incluso para los empleados más productivos si la empresa no tiene una buena gerencia. Los directivos tienen que apoyar a los trabajadores comunicando claramente las expectativas, ofreciendo retroalimentación regular y directrices claras sobre los plazos, explicó Sutton Fell, quien también fundó Remote.co y asesora a empresas sobre el trabajo a distancia.

Para los empleados, la principal ventaja es una mayor flexibilidad. Las jornadas pueden ser largas pero tienen un mayor margen de maniobra para distribuir las horas. Algunos de los empleados de Sutton Fell, por ejemplo, se toman un par de horas a mitad del día.

Bright dice que él no lleva registro de las horas de sus colaboradores. Y no le importa si prefieren trabajar temprano en la mañana o tarde en la noche.

Sin embargo, admite que la empresa tuvo problemas al principio con el hecho de que los empleados vivían en zonas horarias que tenían una diferencia de hasta cuatro horas. Pero ahora lo ve como un punto a favor, ya que por lo general siempre hay alguien laborando después de las horas ‘normales’ de oficina.

Por su parte, Sutton Fell recomienda que las empresas establezcan al menos un par de horas comunes todos los días, cuando todo el personal esté disponible.

Del mismo modo, aconseja que las compañías realicen retiros un par de veces al año para que todos puedan pasar tiempo juntos en el mismo lugar.

Cuando el home office no funciona bien

No todo el mundo está hecho para el trabajo a distancia. A lo mejor quieres que te devuelvan tu oficina si estás en las siguientes circunstancias:

1.- Te falta disciplina: Para muchos trabajadores ayuda mantener un horario regular casi todos los días incluso si esas horas no son las tradicionales de 9 a 5. Y es importante trabajar solamente durante esas horas y no verse distraído por el perro o los niños.

2.- No tienes un espacio exclusivo para trabajar: Tu casa, aunque sirva de oficina, debe seguir siendo un refugio del mundo. No arruines tu sofá favorito trabajando en él. Por lo menos reserva un escritorio y unos cajones, o mejor aún, toda una habitación con una puerta que se puede cerrar al final del día.

3.- Quieres compañía: Trabajar desde casa puede resultar muy solitario. Usar una computadora para todas las comunicaciones con los compañeros del trabajo no es lo mismo que tener una conversación cara a cara. Y salir a almorzar con un colega no será una opción a menos que sea tu vecino.

4.- No te concentras hasta que todo esté limpio: Algunas personas no pueden concentrarse cuando hay desorden a su alrededor. Así que si te pones a aspirar, sacudir y lavar apenas ves una pizca de polvo, trabajar desde casa podría enloquecerte.

Fuente: CNNMoney, 12/11/15.


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Más información:

El Futuro del trabajo 2015…

¿Debería renunciar a mi trabajo?

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Los abogados y su juicio final

septiembre 17, 2015

Los abogados y su juicio final

Llegó la inteligencia artificial. Se retira el abogado?

abogadaPueden la computadoras reemplazar a los abogados? Veamos: almacene en una computadora todas las leyes que le regulan en su jurisdicción. Para resolver un caso, almacene todos los hechos, de todas las partes, que se relacionan con él. Luego, utilice un programa apropiado y obtendrá una sentencia. Así, sin interminables presentaciones, un conocimiento de la ley parejo y una rápida resolución.

Parece extraño, pero es posible. Hoy, los abogados se encuentran apabullados por la cantidad de información que deben procesar y lo cierto es que la inteligencia artificial puede adaptar softwares para que lleguen a conclusiones idénticas a las humanas.

Todavía no sabemos cuál va a ser el impacto final de estos avances, por ahora, los abogados pueden sacar ventajas: es más creativo concentrarse en el razonamiento de una solución, que analizar montañas de documentos, extraer pilas de información rutinaria y superficial sólo para evaluarla luego- también durante horas interminables.

De modo que no parece ser el final, sólo el comienzo del final…

Fuente: Foresenics, 17/09/15.


  >>>   ¿Cuál será el futuro del Trabajo?   <<<


 

Por primera vez, un robot da clases en una universidad

La nueva «profesora» se llama Hermosita. Basó su primera clase en una presentación de PowerPoint, mientras gesticulaba sus brazos articulados. Mirá las imágenes.

Xiaomei ('Hermosita', en castellano) es el nombre de la primera profesora robot del mundo, que dio una clase magistral en la Universidad Jiujiang, en China. (REUTER)

Xiaomei (‘Hermosita’, en castellano) es el nombre de la primera profesora robot del mundo, que dio una clase magistral en la Universidad Jiujiang, en China. (REUTER)

La Universidad Jiujiang, de la provincia china de Jiangxi, recibió ayer la primera clase impartida por una profesora robot del país, informó hoy el portal de noticias China.org.

Xiaomei (“Hermosita”), como se llama la robótica docente, basó su primera clase en Jiujiang en una presentación de PowerPoint y, mientras impartía la lección, gesticulaba con unos brazos articulados y se desplazaba por el aula universitaria.

La robot, diseñada por un equipo de investigación de la universidad, es capaz no solo de enseñar las lecciones para las que se la ha programado, sino también de establecer interacciones simples con los estudiantes que forman su audiencia.

El grupo de Ingeniería Informática y Robótica Inteligente de la Universidad Jiujiang es el responsable del nacimiento de este robot, explicó su director, Zhang Guangshun, a los medios locales.

Los robots habían trabajado hasta ahora en fábricas, en hoteles, en las tareas domésticas, en rescates en catástrofes, en la exploración espacial o incluso como periodistas y acaban de sumar una nueva profesión a la lista, la de profesor.

Fuente: Clarín, 04/06/15.

 

 

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Por qué las oficinas están quedando obsoletas

junio 28, 2015

Conozca por qué las oficinas están quedando obsoletas

La mayoría de las personas pasan trabajando. Muchos incluso pierden horas yendo al lugar donde pasan más tiempo: una oficina. Algunos aman sus trabajos, otros los odian. ¿Pero cuál es el futuro de la oficina con el avance de nuevas tecnologías?

Conozca por qué las oficinas están quedando obsoletas

 Foto: Película «Office Space».

En una nota titulada “Cinco razones por las que las oficinas se volverán redundantes”, la cadena de noticias CNN compiló las ideas que ejecutivos y expertos manejaron en Futurecast, una conocida conferencia de tecnología en Palo Alto, California.

¿Cuáles son los motivos por los que las oficinas quedarán obsoletas?

Las oficinas están pensadas como un lugar donde la compañía mantiene sus implementos técnicos para trabajar. Hoy en día la mayoría de nosotros llevamos dispositivos tecnológicos iguales o superiores a los que se encuentran en la mayoría de los lugares de trabajo. Incluso si las oficinas mejoraran tecnológicamente, siguen siendo un lugar fijo: en vez de aprovechar la conectividad y llevar el trabajo con nosotros, la oficina nos lleva y trae para trabajar.

Además, la oficina emplea personas para que cumplan un horario fijo. Con el aumento del auto-empleo y que la creatividad cada vez vale más que simplemente seguir las ordenes de un jefe, la idea del empleado que entra a las nueve y sale a las cinco va a contracorriente del futuro.

De acuerdo a algunas de las ideas compartidas en Futurecast, la sociedad va camino a dividirse en una elite de individuos creativos y habilidosos y un masa de empleados promedio que son menos valiosos. La oficina es el lugar de las empresas promedio, los empleados promedio y las ideas promedio.

Sin embargo, algunos advierten que es necesario reunir a un grupo de personas con distintas habilidades, sean excepcionales o promedio, para trabajar juntos. Por ende, la oficina todavía sería necesaria. Pese a esto, la conectividad que traen las nuevas tecnologías soluciona esto: de hecho, algunos empleados se comunican de manera más productiva a la distancia que en el mismo lugar. En algunos casos, como las videoconferencias, ahorran tiempo y dinero que de otra forma se gastaría en viajes.

Finalmente, la distinción entre el ocio y el trabajo es cada vez más difusa. Los correos electrónicos, para bien o para mal, hacen que las personas se lleven su trabajo a casa lo quieran o no. El problema es que en vez de potenciar esta herramienta, la mayoría de las empresas la usan de forma accesoria y se vuelve más una molestia para los trabajadores.

En la práctica, las oficinas ya están desapareciendo de a poco, sólo que experimentan una muerte lenta y silenciosa en vez de una ruidosa y espectacular.

Fuente: espectador.com, 08/10/13.

Trabajo basura [Office Space]

¿Estás cansado de tu Trabajo?

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Office Space conocida en el mundo hispano de Estados Unidos como Cubículos de la oficina, en España como Trabajo basura y en algunos países de Hispanoamérica como Enredos de oficina es una película cómica de Estados Unidos escrita y dirigida por Mike Judge. Es una sátira sobre el trabajo rutinario en una compañía de software a final de los años noventa, enfocándose en un puñado de individuos que están hartos de su trabajo. La representación de ordinarios trabajadores de la IT ha ganado un seguimiento de culto entre aquellos en esa profesión, pero también toca temas familiares para trabajadores de oficina y empleados en general. Fue filmada en Austin, Dallas y Houston (Texas).

Office Space está basada en la serie de caricaturas de Milton creada por Mike Judge. Office Space fue la primera incursión de una película de acción en vivo para Mike Judge y su segunda película distribuida (siendo la primera la película animada Beavis and Butthead Do America).

office space 01La historia comienza un lunes laboral cualquiera: los tres personajes principales lidian con el tráfico matutino: Peter (Ron Livingston) cambia constantemente de carril en la carretera para acabar en el que menos avanza y se da cuenta que el anciano que camina por la acera con ayuda de una andadera avanza más rápido que cualquiera de los automovilistas, Michael (David Herman) escucha un CD de Scarface, concretamente la canción «No Tears» a todo volumen, cantando al unísono, hasta que pasa junto a un vendedor callejero afro-estadounidense, el cual logra intimidarlo lo suficiente como para bajar el volumen del estéreo y activar los seguros de las puertas de su coche, y Samir (Ajay Naidu) prefiere tragarse su frustación por el tráfico hasta que explota golpeando el volante y maldiciendo sin parar.

Ya en la oficina, Peter es recibido por la usual descarga eléctrica que recibe cuando abre la puerta que conduce a los cubículos y es reprendido (por su jefe inmediato, el jefe de departamento y un tercer jefe que le llama por teléfono) por haber olvidado una portada en un informe.

La escena en la que Peter, Michael y Samir destrozan la impresora del trabajo con la canción Still de Geto Boys es parodiada en el capítulo 2 de la séptima temporada de Family Guy, en la que Brian y Stewie destrozan el disco de Surfin’ Bird de Peter.

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La oficina en el bolsillo

junio 21, 2015

La oficina en el bolsillo: el mobile avanza más rápido que la cultura en la empresa

La tendencia indica que casi todo el trabajo se podrá hacer desde el teléfono

Por Paula Urien.

La helada mañana del jueves pasado, a las 8, una fila interminable de ejecutivos se agolpó en el lobby de la calle Bouchard al 710, donde están las oficinas de Microsoft. El auditorio de la empresa de software, en el cuarto piso, fue la sede del primer encuentro en la Argentina organizado por WorkPlace Conference llamado «The future of Work» organizado por Contract Workplaces.

Hay un enorme interés por entender las reglas del futuro y prepararse para ellas. «El 80% de mi trabajo lo puedo hacer desde cualquier lugar del mundo y desde mi teléfono», dice Juan Lazzaro, de HP. Se trata de una práctica que, buena señal mediante, llegará, en poco tiempo, al 100%, según los expertos.

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Los cambios no esperan. «Me dedico todo el año a buscar gente para que participe de esta conferencia sobre el futuro del trabajo», dice el arquitecto Francisco Vázquez, presidente de Workplace Conference y director de la consultora 3G Office. Como muchos de los oradores que exponen hoy en diferentes congresos, comienza (algo que podría haber sido insólito hace unos años) mostrando la foto de sus hijos. En realidad, el sentido es, a través de sus caras, mostrar que ellos ya tienen los cambios asimilados en su ADN. Éstos son, la capacidad de cocrear a través de la Web, de compartir información con chicos del mundo entero, la idea de que la información no les pertenece y que hay que soltarla porque vuelve cada vez más completa.

mobile iconLos chicos son multitaskers, es decir, hacen más de una cosa al mismo tiempo: los deberes, escuchar música, chatear con los amigos y además tienen una relación cómoda y cotidiana con la tecnología (que además es móvil). Pero quienes trabajan en las empresas todavía usan, en muchos casos una computadora de escritorio, se dedican a una sola tarea y van y vienen al trabajo todos los días, con un horario acotado.

«Sin un cambio de espacio es difícil el cambio organizacional», dice Vázquez, haciendo referencia a una de las tendencias más fuertes en las grandes compañías: eliminar oficinas individuales, diseñar espacios donde los escritorios no tienen dueño sino que van rotando, ir por el home office. «La persona es móvil, ya no estamos atados a la oficina; el trabajo pasa a ser una actividad que se puede llevar adelante prácticamente en cualquier lugar», dice. Y lanza un número contundente: el 50 por ciento de los puestos de trabajo en cualquier compañía están permanentemente vacíos. «Estoy mal aprovechando, entonces, el espacio que tengo.»

Tres multinacionales con sede local como Citi, Microsoft y GE ya iniciaron este proceso de transformación con muy buenos resultados. Según Fernando Lerici, del Citi, «nuestras oficinas estaban desocupadas entre un 15 y un 20 por ciento todos los días. Su diseño fue concebido para generaciones anteriores y para una forma de trabajar que ha cambiado». Pusieron en marcha el programa Citi Works para optimizar costos y resultados favoreciendo la movilidad y flexibilidad con más tecnología y opciones en cuanto a los lugares para trabajar. En varias de las oficinas ya no hay puestos fijos de trabajo, algo que «maximiza la colaboración y mejora la satisfacción de los empleados», dice.

Más felices

Fabio Roszczewski, el brasileño director de RE Ericson Latam, comienza su charla con el audio del famoso «Brasil decime qué se siente…» invitando a la gente a cantarlo, para después decir «eso duele», en tono de comedia. Su tema, la cultura corporativa detrás del sistema mobile, se trata de uno de los ejes sobre los cuales se sostienen todos los cambios en una organización. «Las compañías que deciden implementar una cultura flexible sin conocer su propia cultura van directo al desastre», dice. «Hay que entender que las personas son individuos, cada uno con sus particularidades. Si esto se respeta, se van a lograr buenos resultados».

El respeto por las personas también fue el tema de Jordi Serrano Fundador de Future4Work, quien hizo a través de un video grabado, un llamado a lo que llama «la nueva responsabilidad social corporativa»: cuidar la empleabilidad de los colaboradores en un mundo donde Google tiene 53.000 empleados, mientras que WhatsUp tiene sólo 55. «Vemos una caída de los puestos de trabajo que corresponden a los salarios medios. La educación media está diseñada para una carrera predecible, pero el mundo actual es una montaña rusa mas que una autopista. El autoempleo, la resiliencia, la autonomía, son los valores con los cuales hay que educar hoy».

«Los negocios se transforman con arte. Hay que abrirse y conectar disciplinas», dice el español Sergi Corbeto, socio fundador de Cookiebox, experto en management disruptivo, que rompe los códigos establecidos para innovar y lograr mejores resultados. Su eslogan podría ser «no a los zombis en la ofician». «Cada uno tiene adentro un superpoder, pero hay que encontrarlo y puede ser rentable». Propone rever algunas funciones del management:

1- No gestionar la fidelidad, sino la preferencia. «La única manera de mantener a tu tribu es dar más de lo que esperan. Hay que escuchar qué necesitan los clientes, internos y externos.»

2- Marketing: quienes trabajan en el área se convirtieron en gestores de comunicación de mensajes vacíos. La gente ya no quiere esto. «El marketing es ser silencioso y empático, esconder tu marca detrás de esfuerzos bellos, auténticos y sostenidos. Es importante que lo que hacés de verdad aporte valor, no se trata de decir, sino de hacer».

3- Finanzas: «El dinero no puede ser el freno».

4- RR.HH: de controlar, supervisar y evaluar conductas y comportamientos a «crear universos para que la gente sea feliz mientras trabaja. Hay que abrazar su singularidad y que sea fuente de inspiración».

5- Ventas: «Esto no va de hablar, sino de escuchar. Las ventas son un ejercicio de pura empatía, de escucha inteligente. Tenemos dos orejas y una sola boca, eso es por algo».

Qué depara el futuro

  • Byod o Bring Your Own Device, o Traé tu Propio Dispositivo, una opción para quienes trabajan y tienen sus preferencias en materia de tecnología. Algunas empresas financian una parte del costo y ya no proveen la tecnología, sino el soporte diario.
  • En un mundo donde la tecnología parece devorarse algunos puestos de trabajo, la nueva Responsabilidad Social Corporativa se trata de cuidar la empleabilidad de los colaboradores.
  • La oficina flexible consta de espacios abiertos, colaborativos, sin puestos fijos. El trabajo está donde está la persona, aunque se encuentre lejos de la empresa, pero la tecnología tiene que funcionar perfectamente

Fuente: La Nación, 21/06/15.

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¿Por qué quieres trabajar por tu cuenta?

junio 17, 2015

¿Por qué quieres trabajar por ti mismo?

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Por Charles Denney.

Si estás leyendo mis palabras en este momento, es probable que quieras empezar tu propio negocio exitosamente o quizás ya estas trabajando para ti mismo y quieres aprender como conseguir más clientes, lograr más ventas y generar más ganancias…

Es decir, tú quieres aprender a ser más exitoso, ganar más dinero más rápido y con menos esfuerzo.

¡Yo te felicito! Estas haciendo exactamente la misma cosa que los empresarios de mucho éxito hacen cada día para crear una vida de felicidad y de extraordinaria abundancia…

Con el paso de los años he conocido y aconsejado a muchos emprendedores y millonarios de mucho éxito, aunque ellos son diferentes en muchos sentidos, todos ellos han descubierto un “secreto inapreciable”.

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¿Quieres saber cual es el Secreto?

Bien, aquí te lo revelaré. Todos ellos han aprendido que para triunfar debes invertir continuamente en ti mismo.

Es cierto, ellos siempre están buscando maneras de adquirir el conocimiento y las habilidades especificas requeridas para ganar más dinero, ser más exitoso y crear el estilo de vida que ellos desean para sí mismos y para sus seres queridos.

Todos saben una verdad fundamental. Ellos saben que para hacer que su pequeña empresa y sus ingresos personales crezcan, deben primero crecer como empresarios.

Como emprendedores todos nosotros debemos entender este hecho sencillo e innegable. Las personas cambian su dinero duramente ganado por algo que ellos perciben que es de un valor igual o mayor.

Si quieres triunfar “debes agregar valor” a la vida de tus clientes. Y la mejor manera de agregar valor es dándote valor a ti mismo. Una persona valiosa es aquella que ha invertido en si mismo a tal grado que pueda contribuir de manera significativa o con un valor masivo en la vida de otros.

Andrew Carnegie, un famoso multi-millonario industrial que vivió en el siglo XIX dijo una vez…

“Ningún hombre llega a ser rico a menos que el enriquezca a otros”

Andrew CarnegieEste es un eterno secreto para crear más riqueza, prosperidad y negocios exitosos en tu vida. No lo olvides. Si encuentras maneras coherentes de agregar valor a las vidas de otras personas, entonces tu vida será más rica. Te lo garantizo.

Empezar y operar tu propio negocio es uno de las mejores formas de enriquecer las vidas de otras personas.

Una de las maneras mas rápidas, más seguras y más efectivas de aprender lo que necesitas saber para empezar y desarrollar un negocio exitoso es encontrar alguien que haya hecho lo que quieres hacer…

Esta persona será tu guía o para ser más preciso, tu mentor…

Un mentor te enseña lo que él ha aprendido por muchos años por medio de prueba y error. Tú te beneficias de sus fracasos y de sus éxitos. El te muestra cómo evitar errores costosos y te enseña sus secretos de éxito para que puedas triunfar de una manera más rápida y más segura de la que tú te hubieras imaginado.

Es decir, tu mentor te toma de la mano y te indica paso a paso a lo largo del camino hacia el éxito. El te ayuda a evitar la frustración, ahorrar tiempo y llevar al máximo tus ganancias, porque él ya recorrió el viaje en el que tú estás y ha llegado al destino donde tú quieres ir.

Lo más importante, él te ayudará a llegar a ser una persona más valiosa, para que en el futuro tú puedas agregar más valor en la vida de tus clientes.

Cuándo yo tenia 16 años, empecé mi primer micro-negocio. Lo llamame “The Dining Car” y lo promoví como el camión de perros calientes mas elegante del mundo que vendía perros calientes “al gusto del cliente”.

En aquel tiempo yo no tenía un mentor. Mi padre murió cuando tenia 3 años y mi madre me crió sola. Ella no sabía casi nada acerca de cómo organizar un negocio. Así que básicamente, lo hice solo.

Pero eso no me detuvo. Empecé leyendo libros escritos por empresarios exitosos. Compré y escuché cada programa en audio que podría encontrar sobre el tema de iniciar y construir una pequeña empresa.

Poco a poco empecé a aplicar lo que aprendía y mis ingresos del negocio de perros calientes empezaron a crecer rápidamente. Cuando alcancé 18 años, yo ganaba más dinero que todos mis amigos y la mayoría de mis profesores del “high school”.

Ese mismo año, yo vendí mi primer negocio con una ganancia de $10,000 dólares y aprendí algunas lecciones muy valiosas. Lo más importante fue que descubrí que debo encontrar a personas exitosas e “imitar” su manera de pensar y actuar.

Desde entonces, he empezado y desarrollado 5 compañías exitosas. Cuatro en los Estados Unidos y una en Sudamérica. Así fue como aprendí a hablar el español aunque todavía tengo acento de “gringo”.

Hoy, estoy dedicado a ayudar a emprendedores hispanos ambiciosos e inteligentes como tú… A comenzar, construir y promover sus propios negocios en los Estados Unidos y en otros países del mundo.

Tengo un estilo de vida maravilloso aquí en Miami, Florida. Vivo en una casa agradable frente a un lago hermoso. Trabajo en la oficina que tengo en mi casa la mayor parte del tiempo, así que puedo estar cerca de mi familia quienes trabajan conmigo en nuestra empresa.

Estoy enamorado de una dama Latina muy especial. Comemos en los mejores restaurantes, presenciamos grandes espectáculos y viajamos a lugares divertidos. Como mi hijo mayor Charley III dice… “la Vida es Buena”…

TU PLAN DE ACCION

Paso 1: Consigue lápiz y papel. Escribe tu lista de razones POR QUÉ, entonces haz una copia de ella y colócala al lado de tu computadora, una en el espejo de tu habitación, en tu vehículo, etc.

De esta manera, recordarás constantemente las razones del POR QUE decidiste llegar a ser tu propio jefe.

Tus “razones por qué” serán el “combustible” que necesitas para mantenerte en movimiento hacia la realización de tus sueños.

Paso 2: Decide exactamente lo que quieres lograr con tu negocio.

Uno de mis mentores favoritos es Robert Kiyosaki, el autor de Papá Rico, Papá Pobre, dice… “Tu negocio es un vehículo que puede llevarte a donde quieras ir”.

Robert dice que un negocio debe estar estructurado para lograr una o más de las siguientes metas…

1. Proporciona para ti y tu familia un estilo de vida próspero y cómodo.

2. Ayudate a adquirir las inversiones que no podrías comprar como individuo.

3. Date la oportunidad de vender tu negocio a un inversionista o inversionistas en el futuro y gozar una jubilación lujosa.

Cada meta requiere una estrategia diferente. Esto significa que debes planear y estructurar el negocio de una manera que te ayude a alcanzar tu objetivo tan rápido y eficiente como sea posible.

La palabra más importante para lograr el éxito es la “claridad”. Debes estar absolutamente claro acerca de lo que tú quieres realmente de tu negocio. Debes estar claro acerca de lo que haces y por qué… en cada paso de tu negocio y vida personal.

Se ha dicho que, “el Fanatismo es redoblar tus esfuerzos después de que tu objetivo haya sido olvidado. Y la definición de la locura es… “Hacer la misma cosa una y otra vez esperando conseguir resultados diferentes”.

Emprendedores exitosos son intensamente orientados hacia la meta. Ellos saben exactamente lo que ellos quieren y preparan el terreno para lograr sus metas todos y cada uno de los días. Como resultado, ellos logran mucho más que la típica persona en cada área de la vida.

Tú estarás empezando y construyendo tu propio negocio sólo si eres honesto acerca de por qué lo haces y cómo se ajusta en el resto de tu vida. Mientras más piensas acerca de tus metas y cómo lograrlas, más eficiente y efectivo serás.

Siete Pasos Para Lograr Tus Metas

Aquí está algo sencillo. Es la fórmula de siete partes que puedes utilizar para fijar y lograr cualquier meta en tu vida y negocio.

1. Decide exactamente lo que quieres. La mayoría de las personas nunca hacen esto.

2. Escribela. Una meta que no está escrita será solamente un deseo o una fantasía.

3. Establece una fecha límite y si la meta es suficientemente grande o tomará mucho tiempo, establece fechas limites adicionales.

4. Enumera todo que debes hacer para lograr la meta, si es un cierto nivel de ventas, de capacidad de ganancia, o de cualquier otro objetivo de tu negocio o la vida personal.

5. Organiza tu lista en un plan estableciendo de prioridades en las actividades. Decide lo que debes hacer primero, lo que debes hacer segundo, etcétera. Decide lo que es más importante y lo que es menos importante.

6. Toma medidas en tu plan inmediatamente. Desarrolla un sentido de urgencia. ¡Hazlo ahora!! Todos los empresarios exitosos están intensamente orientados hacia la acción. Ellos permanecen ocupados haciendo todo el tiempo las cosas que los mueven hacia sus metas.

7. Haz algo todos los días que te guié hacia tu meta más importante, cualquiera que sea en ese momento. Desarrolla el poder del ímpetu en tu vida personal y en tu negocio. Una vez que arranques, mantente hasta que alcances tu meta.

Fuente: infopresario.com, 2015.

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Los nuevos robots que transformarán las fábricas

junio 8, 2015

Los nuevos robots que transformarán las fábricas

Por James R. Hagerty.

Los robots actuales no pueden reconocer cuando tienen a una persona a su lado, pero los nuevos modelos podrán trabajar junto a los humanos. AFP/Getty Images

Una nueva generación de robots está en camino, más inteligentes, más móviles, más colaborativos y más adaptables. Prometen traer cambios importantes en la fábrica y en el panorama competitivo global.

Los últimos modelos que están incorporándose a las fábricas y que los laboratorios tienen en desarrollo pueden trabajar junto a los humanos sin ponerlos en peligro y ayudan a montar todo tipo de objetos, desde cosas grandes como motores de avión a otras pequeñas y delicadas como los teléfonos inteligentes. Pronto, algunos serán lo suficientemente fáciles de programar y desplegar que no necesitarán supervisores expertos.

robot 01Eso cambiará no sólo la forma en que se fabrica un número cada vez mayor de productos. También podría significar un trastorno en la competencia entre empresas y naciones. A medida que se tornan menos costosos y más accesibles, ayudarán a los fabricantes más pequeños a enfrentar cara a cara a los gigantes. La reducción de costos laborales también permitirá que EE.UU. y otros países de altos salarios puedan repatriar algunos de los procesos cedidos a China, México y otros países con vastos ejércitos de trabajadores de salarios bajos.

Algunos de los nuevos robots están diseñados específicamente para el difícil trabajo de ensamblar artículos de electrónica de consumo, ahora realizados sobre todo en Asia. Al menos una empresa promete que sus robots coserán prendas de vestir en EE.UU., reemplazando a los típicos talleres de mano de obra intensiva.

El rostro cambiante

Hoy en día, los robots industriales son más comunes en las plantas de automóviles, que han sido durante mucho tiempo los mayores usuarios de robots de tecnología y que hacen trabajos que no tienen mucha delicadeza: levantar objetos pesados, soldar, aplicar pegamento y pintura. La mayor parte del montaje final de los autos es todavía realizado por personas, sobre todo cuando se trata de pequeñas piezas o de cableado que necesita ser guiado a su lugar.

Ahora los robots están asumiendo algunos puestos de trabajo que requieren más sutileza. En una planta de Renault SA en Cleon, Francia, robots fabricados por Universal Robots AS de Dinamarca atornillan motores, sobre todo en partes de difícil acceso para seres humanos. Los robots tienen un alcance de poco más de un metro y emplean seis juntas de rotación para hacer el trabajo. También verifican que las piezas estén bien sujetas y comprueban que se estén utilizando las partes correctas.

El esfuerzo de Renault muestra un par de tendencias que están cambiando drásticamente cómo se hacen los robots. Por un lado, son mucho más ligeros. Las unidades de Renault pesan sólo unos 30 kilos, por lo que “los pueden quitar fácilmente y volver a instalarlos en otro lugar”, dice Dominique Graille, gerente de Renault que utiliza 15 robots de Universal y que planea duplicar ese número para fin de año.

Los investigadores creen que los robots serán tan fáciles de configurar y de moverse que podrán reducir la necesidad de las empresas para hacer fuertes inversiones en herramientas y estructuras atornilladas al suelo. Eso permitiría a los fabricantes hacer tiradas más o productos personalizados y de nicho sin tener que gastar un montón de tiempo y dinero reconfigurando sus plantas.

Otra gran tendencia en marcha: los robots de Renault son “colaborativos”, están diseñados para trabajar en proximidad a la gente. Los tipos más antiguos de robots de fábrica pivoteaban sus brazos de acero con tal fuerza que podían aporrear a cualquiera que estuviera demasiado cerca. Mediante sonares, cámaras u otras tecnologías, los robots colaborativos pueden sentir la cercanía de un humano y ralentizar o detener su movimiento para no hacerle daño.

Las innovaciones no se limitan a la industria automotriz. ABB Ltd de Suiza, Rethink Robotics Inc. con sede en Boston y otros han lanzado recientemente robots diseñados para ayudar a ensamblar artículos de electrónica de consumo, entre otros productos. Estos nuevos robots están diseñados para trabajar cerca de la gente y manipular piezas pequeñas, en lugar de levantar objetos pesados o hacer soldadura o pintura.

Hacer el trabajo más delicado está asociado a la capacidad de los robots para detectar si las partes están ensambladas correctamente, algo imposible para las generaciones de robots torpes. En una feria en Alemania en abril, Kuka Roboter GmbH mostró uno de sus robots instalando un tubo dentro de un lavavajillas. El robot de Kuka utiliza sensores de “fuerza de torsión” para juzgar si una parte está en el lugar correcto. “El robot es capaz de maniobrar (una parte) en su lugar, como lo haría un humano”, dice Dominik Bösl, director de innovación de Kuka. El uso de robots también reducirá el riesgo de error humano o contaminación, dice el ejecutivo. “Son muy precisos, no se cansan, y sólo hacen las cosas que se les dice”. Estos robots eliminarán dos puestos de trabajo, dice Williamson, pero los trabajadores serán reasignados a otras tareas.

Algunos en la industria de la robótica prevén que esas máquinas se incorporen a aún más industrias. Vegard Nerseth, director mundial de robótica de ABB, espera un aumento de la demanda de robots entre fabricantes de relojes, máquinas de afeitar, cepillos de dientes y juguetes. También piensa que los robots podrían ayudar a hacer magdalenas en panaderías locales, rebanar verduras y carne y lavar ventanas.

¿Robots en todas partes?

Pero aunque EE.UU., Europa y otras zonas de altos salarios deberían beneficiarse con estas tendencias, no tendrán todas consigo. China también está invirtiendo fuertemente en robots a medida que sus salarios se disparan y su población envejece. Por el momento tiene sólo 30 robots por cada 10.000 obreros, detrás de Corea del Sur (437), Japón (323), Alemania (282) y EE.UU. (152), según la Federación Internacional de Robótica, un grupo de la industria. Pero esa organización proyecta que China superará a América del Norte el próximo año en cantidad de rotos industriales. IHS Technology, una firma de investigación, proyecta que las ventas de robots en China aumentarán a alrededor de 55.000 unidades el año pasado a 211.000 en 2019.

La competencia entre las naciones manufactureras no es sólo en robots, sino también en impuestos, regulación, disponibilidad de trabajadores calificados y proveedores, costos de energía y voluntad de hacer inversiones a largo plazo. Como mínimo, sin embargo, invertir en robots y utilizarlos de manera efectiva será parte del precio a pagar para permanecer en el panorama industrial global, dice Hal Sirkin, un socio sénior de Boston Consulting Group. Así que incluso naciones que hoy dependen de la mano de obra barata se verán obligadas a explorar la robótica o arriesgarse a perder aún más puestos de trabajo.

Incluso si los robots permiten reubicar las fábricas, el impacto en la fuerza de trabajo será mixto. Más robots significa menos personas en las fábricas; quines hacen tareas rutinarias de poca calificación son los más vulnerables. Sin embargo, incluso fábricas altamente automatizadas crean o mantienen puestos de trabajo en diseño, ingeniería, mantenimiento y reparación de maquinarias, comercialización, logística y otros servicios. Y los robots tendrán que realizar más progresos en para permitir un cambio importante de la electrónica y otros trabajos de montaje para migrar desde Asia a los EE.UU. y Europa.

Fuente: The Wall Street Journal, 08/06/15.

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El impacto del Trabajo en la vida de las personas

mayo 18, 2015

Julio César Neffa: «La centralidad del trabajo es tan grande que puede afectar a la salud»

Por Paula Urien.

El investigador del Conicet habla sobre su especialidad: el efecto del empleo en la vida de las personas

Con un currículum que impresiona, el doctor Julio César Neffa sigue la línea francesa, sobre todo de Christophe Dejours, famoso titular de la cátedra Psicoanálisis-Salud-Trabajo en el Conservatoire National des Arts et Métiers de Francia. Neffa vivió en Francia durante varios años, donde obtuvo su doctorado en Ciencias Sociales del Trabajo expedido por la Universidad de París.

Como Dejours, cree profundamente en la centralidad del trabajo sobre la vida de las personas y es autor de numerosos libros sobre este tema. También es director de la carrera de Especialización en Gestión de las Relaciones de Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y director de las carreras de Especialización en Gestión de las Relaciones Laborales y de la maestría en Relaciones Laborales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, entre muchas otras actividades profesionales.

-Después de escuchar dos veces a Christophe Dejours cuando vino de Francia para hablar sobre su tema, el trabajo, quedó claro lo central e importante que es para las personas.

-Ese es un debate muy grande. En la década del 70-80 hubo un rechazo de las personas a la división extrema del trabajo, al autoritarismo, a la forma de gestión de las empresas. Aparecían problemas de salud que no se tenían en cuenta y que ahora muchas veces tampoco. Me refiero a todo lo que tiene que ver con las actividades cognitivas psíquicas y mentales. Pero empezaron a aparecer en cantidad todos esos problemas. La solución era psicologizar, cuando el problema era la organización del trabajo.

-¿Qué se hizo entonces?

-Se empezó a estudiar, sobre todo quienes se dedican a la epidemiología, el impacto psíquico y mental del trabajo en la vida de las personas y cómo eso se somatiza. Hoy, los estudios más modernos muestran que la mayor parte de los infartos, accidentes cerebrovasculares, úlceras, trastornos gastrointestinales y depresión tienen su origen en un problema del tipo psíquico y mental. Hasta hace poco tiempo, cuando alguien tenía un infarto, se preguntaba sobre los padres, se buscaba una explicación genética, biológica y se dejaba de lado lo más importante del ser humano, que es la mente.

-¿Y ahora?

-Esto ha cambiado y el tema central es la pandemia que se origina en problemas psíquicos y mentales. Por supuesto que hay problemas que surgen de la vida doméstica o lo que fuera, pero la centralidad del trabajo es tan grande que el impacto que tiene sobre las personas afecta directamente a la salud a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo, si una persona tuvo un infarto, no se admitía que trabajó con tensión, o que estaba sobrecargado, o que había una relación tirante con su jefe o colegas. Estas cosas estaban ocultas.

– ¿Cuáles son los riesgos psicosociales en general?

trabajoHay que recordar que el trabajo no es patógeno. Son las malas condiciones lo que puede atentar contra la salud. La intensidad del trabajo, la carga horaria, el control de las emociones, los conflictos éticos y de valores, las relaciones sociales en el trabajo y las relaciones con la jerarquía, la autonomía y el control que tiene el trabajador entre otros factores pueden hacer que la competitividad de las empresas no sea sustentable.

-¿Qué papel cumplen las emociones en el trabajo?

-Los psicólogos durante mucho tiempo se dedicaron a las cuestiones cognitivas y las emociones parecían ser un rasgo de animalidad. Pero las emociones son muy importantes y en el trabajo nosotros podemos tener miedo quizá por el tipo de tarea que llevamos adelante (ser policía, por ejemplo), sin poder manifestarlo. En muchas profesiones hay que controlarse y hasta fingir (peajes, call centers), o mentir. Eso termina haciendo daño.

-¿Qué pasa después del retiro? En muchos casos las personas sufren enormemente.

miedo a perder el trabajoEs que el trabajo es tan central que cuando a alguien se le priva involuntariamente de la posibilidad de trabajar sufre. Si ha trabajado 20 o 30 años, y le falta el trabajo, pierde una parte de sí mismo, está privado de algo. El trabajo es un lugar donde la gente se realiza, donde puede ser creativa, donde siente que puede hacer cosas útiles para los demás. Quizá también hay una relación de solidaridad y cooperación con los colegas. Cuando esto se corta también hay un sufrimiento.

-¿Cómo puede evitarse?

Si las personas después de la jubilación no hacen cosas útiles o algo vinculado con su trabajo envejecen más rápidamente y eso termina mal.

-Quizá no sea fácil encontrar el camino.

-¡Hay tantas cosas para hacer en este mundo! En Francia, donde viví, la mayor parte de los jubilados que hicieron cosas y pasaron por buenos procesos de aprendizaje finalmente son los que arman las ONG, las dirigen, las sostienen y dedican buena parte de su tiempo libre a ocuparse de los demás. El problema es que hay gente que después de 30 años de trabajo termina gastada y pierde la aptitud para seguir haciendo cosas. Pero cuando se encuentra un sentido a la vida a través del trabajo se quiere seguir haciendo lo mismo.

-¿Qué se sufre más en la Argentina?

La incertidumbre con respecto a la continuidad del empleo. En este país hay un 7% de desempleados, 10% de subempleo, 33% de trabajo no registrado, y sumados los trabajadores precarios como monotributistas suman dos tercios de la Población Económicamente Activa (PEA). En Dinamarca hay un sistema interesante llamado flexiguridad: hay mucha libertad para contratar y despedir, pero la persona tiene un seguro de desempleo que cubre el 80% de lo que ganaba y un seguimiento personalizado para ayudarlo hasta que logra reinsertarse. Acá el seguro de desempleo son 400 pesos.

Fuente: La Nación, 17/05/15.

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Cómo gestionar una empresa en la era de los freelance

abril 3, 2015

Cómo gestionar una empresa en la era de los freelance

Leah Busque, fundadora y presidenta ejecutiva de la empresa de Internet TaskRabbit. 

Una noche de invierno de 2008, Leah Busque se dio cuenta de que no le quedaba alimento para su perro. Ese fue el origen de la idea de una plataforma en línea en la que las personas pudieran contratar a alguien para realizar trámites o tareas sencillas, como la limpieza de la casa.

taskrabbit 01Al poco tiempo, Busque renunció a su trabajo como ingeniera de sistemas en IBM Corp. y programó la primera versión del portal que más adelante se convertiría en TaskRabbit. Desde entonces, la empresa se ha expandido desde su servicio inicial en el área de Boston a 18 localidades en todo Estados Unidos y Londres.

Busque, de 35 años, habló recientemente con The Wall Street Journal sobre su trabajo como presidenta ejecutiva de una empresa en la llamada economía de los freelance. Estos son apartes editados del diálogo.

WSJ: Usted ha levantado cerca de US$40 millones en financiación hasta la fecha. ¿Cuál es su consejo para tratar con los inversionistas?

Busque: Es muy importante hallar un socio idóneo. Encuentre a personas que sean tan apasionadas como usted, no simplemente que tengan dinero. Querrá que tengan una visión alineada y es mejor que tengan experiencia en su industria.

WSJ: ¿Cuáles son los desafíos de usar proveedores independientes de servicios que no son empleados directos de su empresa?

Busque: Lo que he visto es la formación de nuevas empresas que solo se concentran en el lado de la demanda del consumidor. Piensan, “¿cómo podemos suministrar el costo más bajo de modo que podamos atraer la mayor cantidad de demanda?” Eso termina en detrimento de los trabajadores. Si los consumidores no están teniendo la mejor experiencia con sus proveedores de servicios, no van a usarlos nuevamente.

Lo que es más importante es lograr que nuestros realizadores de tareas tengan las herramientas y los recursos adecuados. Es por eso que seguimos escuchando a la comunidad de trabajadores independientes y seguimos expandiendo nuestras ofertas de recompensas que son relevantes al estilo de vida freelance, incluyendo acceso a descuentos en transporte, planes celulares, servicios de preparación de impuestos y seguros médicos.

WSJ: ¿Cómo establece estándares para los contratistas independientes?

Busque: Desde el primer día implementamos un sistema de verificación robusto, que incluye revisión de antecedentes. También tenemos un motor de reputación cuando alguien se une al sitio: reciben calificaciones y reseñas y se puede ver su desempeño comparado con el de otras personas en el área.

WSJ: ¿Cómo debería una startup establecer su propio ritmo al expandirse?

Busque: Al principio nos tomamos nuestro tiempo. Estuvimos en Boston y San Francisco por un par de años antes de salir a nuevas ciudades. Pero una vez que establecimos un manual, avanzamos rápido.

WSJ: ¿Cómo sabe a dónde expandirse?

Busque: A estas alturas entendemos de verdad qué mercados serán favorables para nosotros. Evaluamos a 50 criterios diferentes, incluyendo transporte público, densidad de la población y la tasa de desempleo. También tenemos listas de espera gigantescas de oferta y demanda acumulada.

WSJ: ¿Qué lecciones aprendió en cuanto atraer usuarios?

Busque: Nunca subestime el boca a boca. No gastamos mucho dinero para adquirir nuevos clientes, tampoco en marketing. Las startups deberían concentrarse en proveer la experiencia de producto adecuada y establecer una marca en la que la gente confíe, lo cual toma tiempo.

WSJ: Denos un ejemplo de generar confianza en una marca.

Busque: En enero, cuando la tormenta de nieve Juno azotó la región nororiental de Estados Unidos, sacamos un nuevo producto donde la gente podía buscar ayuda: contratar a personas que palearan nieve. Así es como pensamos en marketing y vimos cientos de tareas publicadas durante ese tiempo.

Fuente: The Wall Street Journal, 18/03/15.

Freelance Trabajo 3.0

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Nuevas formas de trabajar en la empresa del futuro

marzo 26, 2015

Nuevas formas de trabajar en la empresa del futuro

La era de la información

Nos encontramos en una confluencia interesante en la historia del trabajo. Conservamos prácticas laborales de la era industrial de los últimos doscientos años que conviven con los nuevos patrones de trabajo de la era de la información. Las organizaciones se siguen gestionando como sistemas jerarquizados de cadena de mando en un mundo de individuos en red y emprendedores autónomos.

trabajo siglo xxi 01Para que se produjera el último cambio histórico de semejante magnitud fueron necesarias muchas décadas y varias generaciones. Durante la Revolución Industrial, el trabajo se fue desplazando lentamente del campo a las fábricas, transformando así el rostro de la sociedad. Hoy estamos en plena revolución de la información y también nos enfrentamos a alteraciones fundamentales en nuestros modos de vivir y trabajar. La diferencia está en que la revolución en curso ha originado en una sola década tantos cambios como ocasionó la industrial a lo largo de un siglo.

De manera que tenemos prácticas laborales del siglo xx —en algunos casos junto a procesos de gestión del siglo xix— en compañías consolidadas, mientras que las nuevas trabajan de un modo muy diferente gracias a la tecnología. Algunas empresas reconocen que el mundo que las rodea está cambiando y tratan de adaptarse, pero muchas continúan como si nada hubiera sucedido. Aquellas que no aborden los cambios necesarios corren el riesgo de quedarse atrás en la carrera por atraer y retener en plantilla a los trabajadores más preparados, que se irán a empresas de la competencia más productivas.

Nuevos patrones de trabajo

Resulta evidente, incluso para el observador menos experto en patrones de trabajo, que la tecnología ha revolucionado nuestra capacidad de realizar todo tipo de tareas. Ahora podemos enviar y recibir correos electrónicos desde cualquier lugar, participar en reuniones convocadas en el otro extremo del mundo y mantenernos en contacto con nuestros colegas a través de diversos medios de comunicación sociales. Podemos acceder a toda la documentación de nuestra «oficina» sin necesidad de acercarnos a ella y estar al día de los últimos avances en nuestro campo sin tener que asistir a conferencias o reuniones interminables.

Pero, a pesar de la posibilidad de elegir dónde y cuándo queremos trabajar, seguimos siendo esclavos de las rutinas establecidas por generaciones anteriores de trabajadores. Para la mayoría, la «norma» sigue siendo tener un empleo fijo en un emplazamiento fijo y con un horario presencial fijo. A cambio de que acudan a su puesto de trabajo y realicen las tareas que tienen asignadas, las personas perciben un salario, disfrutan de una serie de prestaciones sociales y de cierto grado de seguridad económica. Pero este modelo cada vez es más visto como poco productivo, escasamente satisfactorio para el empleado y nada eficaz para el empresario.

Hoy tenemos una generación de jóvenes que se incorporan a la fuerza laboral y que no han conocido un mundo sin internet. Dan por sentado que podrán comunicarse con sus colegas allá donde estén y en el momento que quieran. No entienden los límites tradicionalmente establecidos entre vida privada y laboral ni la necesidad de estar atado a un despacho para poder trabajar. Cuestionan la cultura de las largas jornadas y el modelo laboral del «presencialismo» heredado de las generaciones precedentes. Además, valoran su libertad personal, por lo que esperan tener poder de decisión sobre la prevalencia que debe tener el trabajo en sus vidas.

Revolución de la gestión

Esta combinación de cambio social en las actitudes hacia el trabajo con la libertad que da la tecnología choca abiertamente con las prácticas tradicionales de gestión. Se empieza a cuestionar la idea de que el trabajo ha de tener prioridad sobre todos los demás ámbitos de nuestra vida. ¿Por qué tenemos que organizar nuestras vidas personales alrededor de unos patrones laborales fijos cuando muchas de las actividades se pueden realizar con flexibilidad? Si puedo contestar a mis correos desde casa o mientras me desplazo y en el momento que me venga bien, ¿por qué debo estar en mi despacho de 9.00 a 17.30? ¿Por qué no puedo llevar a mis hijos al colegio y luego ir a la oficina en lugar de tener que estar en dos sitios a la vez? Si ahora llevamos nuestra oficina y nuestro archivador virtuales siempre en el bolsillo, ¿por qué seguimos anclados a puestos de trabajo en lugares físicos?

El hecho de que tengamos patrones laborales fijos se explica en gran medida por razones históricas. Cuando el trabajo consistía en pasar objetos físicos a la persona situada a nuestro lado, teníamos que estar juntos en un mismo sitio. En el sector industrial, este sigue siendo el modelo predominante, aunque en las fábricas automatizadas de hoy en día lo más normal es que el intercambio de objetos se realice entre robots y no entre seres humanos. En los trabajos de oficina, esto ya no es necesario. No tenemos que llevar los papeles de un despacho a otro, ni siquiera estar en la misma habitación con nuestros interlocutores en una conversación. Y, no obstante, el esquema estándar del trabajo en el sector del conocimiento sigue respondiendo a la fórmula de lugar fijo durante un periodo de tiempo fijo.

Los sistemas de gestión, las prácticas de liderazgo y los procesos de comunicación que usamos hoy fueron concebidos durante la era industrial. De acuerdo con ellos, las personas tenían que estar dispuestas a dedicar una parte fija de sus vidas a su trabajo y supeditar a este ocio, vacaciones y familia. Esto solía funcionar en los tiempos en que el hombre era el encargado de poner el pan en la mesa y se iba a trabajar dejando a su mujer al cuidado del hogar y los niños. Pero esta visión anticuada del trabajo no casa bien con los valores actuales de paridad, libertad y flexibilidad.

Trabajo flexible

Ofrecer jornadas reducidas en respuesta a las demandas de quienes tienen hijos ya no basta para satisfacer las expectativas de los trabajadores más jóvenes. Estos, tengan o no la responsabilidad de cuidar de otras personas, quieren poder elegir la manera en que van a trabajar. Es a lo que están acostumbrados en otros ámbitos de su vida. Pueden comprar y realizar actividades de ocio veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Como adultos que son, tienen libertad de decidir lo que hacen los fines de semana. En cambio, durante el resto de la semana se les trata como a niños. Si llegan tarde al trabajo pueden ser sancionados, a pesar del hecho de que tienen que desplazarse durante las horas de mayor tráfico.

Tengan o no la responsabilidad de cuidar de otras personas, los trabajadores más jóvenes quieren poder elegir la manera de trabajar

Muchas empresas han introducido esquemas flexibles de trabajo en un intento por satisfacer las demandas de sus empleados. Estas medidas por lo general adoptan la jornada fija como punto de partida y permiten variaciones respecto a ella con el fin de que haya cierta flexibilidad de horario. De manera que el concepto de presencia física en la oficina durante unas «horas centrales» sigue inamovible. El trabajo desde casa o desde una oficina virtual continúa siendo la excepción. El «presencialismo» sigue imperando y aquel que no está a la vista corre el peligro de ser olvidado. Los directivos dedican tiempo a averiguar lo que hacen los empleados cuando no los ven, y a menudo dan por hecho que no están tan comprometidos con su trabajo como los que acuden todos los días a la oficina.

El «trabajo flexible» suele ser una medida introducida por el departamento de recursos humanos a modo de prestación para empleados con responsabilidades familiares. Suele asociarse a situaciones como bajas por maternidad y está diseñada para aquellas personas que no pueden trabajar una jornada «normal». En consecuencia, los empleados más ambiciosos y dedicados prefieren no acogerse a ella. En lugar de ello siguen inmersos en la cultura de largas jornadas laborales que ha dominado el siglo xx y se ha colado a hurtadillas en el xxi.

Pero todo eso está a punto de cambiar.

Trabajo inteligente

Ahora que salimos de una recesión mundial y estamos abocados a una escasez de talentos clave, los empresarios tendrán que replantearse a fondo su concepción del trabajo. Tenemos amplia constancia de personas que deciden cambiar de empleo para equilibrar mejor vida privada y trabajo. Ya no basta con un buen paquete de incentivos económicos para retener a empleados con destrezas poco comunes. Los individuos saben que el tiempo es un bien tan valioso como el dinero, así que se sentirán atraídos por entornos laborales en los que se espere de los empleados que tengan una vida privada y no que sacrifiquen su libertad en aras del éxito profesional.

En la era del trabajo «inteligente», existe un nuevo enfoque del trabajo que implica una transferencia del control desde la empresa al empleado

Este nuevo enfoque del trabajo implica una transferencia del control desde la empresa al empleado. En la era del trabajo «inteligente», los individuos son dueños de su tiempo. Deciden cuándo y dónde trabajar y su jefe deposita toda la confianza en ellos. No se presupone que el trabajo solo se puede realizar durante el horario y el lugar habituales. Muchas personas, sobre todo las que han sido contratadas por su creatividad, realizan mejor su trabajo fuera del horario tradicional. ¿Por qué tenemos que limitarlas a trabajar en el horario en el que son menos productivas?

La primera gran medida que deben tomar los directivos de las compañías es dejar de medir aportaciones o input (horas trabajadas) y empezar a medir datos de rendimiento o output (consecución de objetivos). Si la base para el reconocimiento de un trabajo es la producción real, entonces el horario y el lugar donde se realice son prácticamente irrelevantes. Habrá muchos empleos en los que existan límites respecto a cuándo y dónde se puede hacer el trabajo, pero no tienen por qué estar impuestos por la dirección. Cuando se confía en una persona para que decida por sí misma cómo hacer un trabajo, asumirá los límites y trabajará dentro de ellos.

Así pues, la vieja versión del trabajo flexible —un regalo arbitrario de la dirección de las empresas— está siendo sustituida por prácticas de trabajo más ágiles en las que el individuo tiene verdadera autonomía sobre su patrón laboral. No se trata solo de un cambio en el contrato de trabajo, sino de una revolución en la cultura laboral. Implica pasar de una mentalidad de mando y control a un estilo de liderazgo que capacite a los individuos y confíe en que sabrán organizar su trabajo. Es la señal de que se empieza a tratar a los empleados como a adultos capaces de tomar decisiones que tengan en cuenta las necesidades de la empresa y también sus prioridades personales.

El trabajo del futuro

Esta evolución desde patrones fijos de trabajo a otros altamente flexibles es un viaje en el que actualmente están embarcados muchos empresarios. Se empiezan a utilizar sistemas de medición de resultados y patrones de trabajo autónomo en los que los empleados disfrutan de un alto grado de libertad. Otros no han ido tan lejos, aunque sí han aplicado distintos grados de «agilidad» y han variado los niveles de empoderamiento de su plantilla. Pero, con independencia de la etapa del viaje en la que se encuentre cada uno, el rumbo más evidente es el mismo para todos.

Alison Maitland y yo decidimos llamar a esto el «trabajo del futuro» en nuestro libro homónimo (Future Work).1 La expresión refleja el hecho de que avanzamos hacia un modelo futuro de trabajo que responda de verdad a las influencias sociales, tecnológicas y económicas del siglo xxi. Para muchas empresas, este cambio va a resultar duro, ya que cuestiona las bases de poder existentes y los controles de mando establecidos. Amenaza la existencia de determinados mandos intermedios y erosiona muchos de los símbolos de poder y estatus de las estructuras jerárquicas.

Avanzamos hacia un modelo futuro de trabajo que responda de verdad a las influencias sociales, tecnológicas y económicas del siglo xxi. Para muchas empresas va a resultar duro

Mientras investigábamos para el libro encontramos muchos ejemplos de nuevas formas de trabajar. Algunas empresas, como W. L. Gore y Semco, habían podido adoptar ideas radicalmente nuevas gracias a la visión de futuro de sus consejeros delegados. Otras, como IBM, Vodafone y Cisco, han usado sus tecnologías para impulsar el cambio. Y descubrimos unas cuantas que ya llevaban bastante camino recorrido y empezaban a observar beneficios en su cuenta de resultados.

Uno de estos ejemplos es Ryan, empresa global de servicios fiscales. Su programa MyRyan permite a los empleados trabajar en cualquier lugar y momento siempre que cumplan con su cometido. No hay horario obligatorio ni oficina fija y tampoco un calendario. Tal y como recogemos en Future Work, «los resultados son impresionantes», en palabras de Delta Emerson, actual jefa de personal. «En los últimos años hemos recibido más de cien premios a la excelencia en calidad de empleo, entre ellos el prestigioso Great Place to Work (gran lugar para trabajar) de Fortune, en Estados Unidos y Canadá. Nuestros empleados valoran mucho la flexibilidad, lo que nos convierte en “imán de talentos” y nos permite tener una plantilla más estable. Además, los indicadores de rendimiento que preocupan a cualquier consejero delegado —satisfacción del cliente y beneficios— se han disparado. La flexibilidad es un imperativo en los negocios y no simplemente un bonito detalle.»

Cambiar culturas

Nada de esto debería sorprendernos. Gurús de la gestión, psicólogos ocupacionales y líderes motivacionales llevan diciendo lo mismo cincuenta años. Si damos instrucciones a los individuos, se limitarán a cumplirlas. Si les damos responsabilidad, se sentirán motivados para ir más allá. Atrás queda la era del «taylorismo», en la que el trabajo se reducía a sus elementos más simples y los empleos eran intrínsecamente aburridos. Ahora, el trabajo repetitivo lo hacen ordenadores y robots, y las personas son empleadas por sus destrezas humanas.

Y sin embargo seguimos manteniendo culturas organizativas que reflejan este enfoque anticuado del trabajo. Tenemos estructuras jerárquicas en las que el poder pertenece a la cúpula y se delega a través de capas de mandos intermedios. Para justificar su pertinencia, los directivos acaparan el conocimiento en lugar de compartirlo con los demás empleados. Las instrucciones vienen de arriba y los de abajo las obedecen. Los que mejor se ajustan a la cultura predominante son ascendidos a puestos directivos. Los que cuestionan el statu quo son marginados. Con este estado de cosas, no debe sorprendernos que las empresas así se resistan al cambio. Defienden su modelo de gestión de las influencias externas y solo se sienten obligados a cambiar cuando llegan a un punto crítico.

En el mundo laboral, este punto crítico es inminente. La generación de «nativos digitales» que acaban de incorporarse a la fuerza laboral durante esta última década está cuestionando las ideas preconcebidas sobre empleo. No están dispuestos a limitarse a hacer lo que se les diga. Cuando preguntan por qué tienen que trabajar del modo en que lo hacen, no obtienen respuestas satisfactorias. En su vida privada utilizan tecnologías que los liberan de las limitaciones de tiempo y espacio, pero en sus empleos sigue imperando la idea de que son algo fijo. Usan las redes sociales para relacionarse con sus amigos a distancia, pero en su trabajo están obligados a asistir a reuniones interminables metidos en una oficina.

Recompensar resultados

Cuando muchos trabajos solo se podían hacer in situ, la vida era sencilla. Se iba al trabajo y se pasaba allí unas horas. El «trabajo» era un lugar al que se acudía durante el tiempo estipulado en un contrato y se percibía un salario por las horas cumplidas. El sistema de recompensa reflejaba las aportaciones o input. Ahora la vida es más compleja. La tecnología ha liberado al trabajo de las limitaciones de un emplazamiento fijo y ha dado al trabajador más opciones respecto a cuándo realizarlo. El «trabajo» ya no es un lugar al que ir, es una actividad con un propósito. Es un proceso dirigido a conseguir resultados y lo que cuentan son los datos de rendimiento o output. Recompensar resultados que contribuyan a los objetivos de la empresa parece mucho más lógico que premiar un esfuerzo que puede no contribuir al éxito del negocio.

En el mundo conectado de hoy, el trabajo se está transformando poco a poco en un bien comercializable. En lugar de convertir el trabajo en una serie de tareas a desarrollar por un empleado, se considera un producto que se paga según los resultados. De modo que para conseguir que alguien realice un trabajo, lo más práctico es publicar una oferta en internet y asignarlo a un contratista independiente o un trabajador autónomo. Según un estudio realizado en 20102 por la empresa de software Intuit, para 2020 más del 40% de la población laboral de Estados Unidos estará formada por los llamados trabajadores «contingentes». Eso supone más de sesenta millones de personas.

Contratistas y consultores pujarán cada vez más por el trabajo online y cobrarán según resultados. Se trata de una forma emergente de lo que se ha denominado crowdsourcing (externalización abierta de tareas), en la que se aprovecha el poder de internet para asignar tareas a personas en cualquier lugar del mundo mediante la difusión de una oferta de trabajo. En un principio, este fenómeno se asociaba sobre todo a la búsqueda de voluntarios dispuestos a aportar sus conocimientos de forma gratuita. El movimiento de software abierto y gratuito se basa en este modelo, y tenemos otros ejemplos notables como Wikipedia, la enciclopedia «libre».

Sin embargo, ahora hay un mercado laboral de pago creciente a través de internet. Elance y oDesk, lanzadas en Estados Unidos a mediados de la década de 2000, son dos conocidas bolsas de trabajo online donde las empresas pueden localizar profesionales autónomos que trabajan bajo demanda.

Desde 2005, Amazon gestiona su Mechanical Turk como un mercado de trabajo que permite a los interesados plantear «tareas de inteligencia humana» (IHT, por sus siglas en inglés) y pagar para que alguien las lleve a cabo. Suele tratarse de tareas simples y repetitivas, como búsquedas en la web, en las que se pagan unos centavos por cada resultado positivo. En el otro extremo del espectro está Innocentive, donde se ofrecen remuneraciones de hasta un millón de dólares por encontrar la solución a problemas de investigación. Se trata de un modelo muy atractivo para empresas con capacidad para asignar trabajos a través de internet, ya que podrán recurrir a proveedores que realicen estos trabajos por una fracción de lo que cuesta un empleado. De hecho, hay muchas posibilidades de conseguir que el trabajo se haga sin coste alguno si se encuentran colaboradores entusiastas dispuestos a donar sus esfuerzos.

Trabajo frente a empleo

Estos nuevos modos de conectar a las personas con el trabajo se están abriendo paso en los mercados laborales tradicionales. Las empresas («los empleadores») ya no necesitan ofrecer empleo, una carrera profesional y estabilidad para que alguien realice tareas. Cuando hay que hacer algo, simplemente se encuentra a alguien que lo haga y se le paga una vez que lo termina. No precisan «empleados», solo trabajadores «a medida» que realicen determinadas tareas. No tienen que preocuparse por la legislación laboral y, en cualquier caso, pueden encargar el trabajo a alguien que resida en otro país. Si los proveedores individuales cobran por resultados, entonces controlan su propio tiempo, y normativas como salario mínimo, expresado en términos de una cantidad por hora, resultan irrelevantes.

Podría pensarse que esta trayectoria beneficia más a la empresa y no es demasiado atractiva para los trabajadores, que echarían de menos las prestaciones de un empleo convencional. Sin embargo, para muchas personas es un modo de ganarse la vida preferible a estar atadas por un compromiso a un empleador. Son libres de decidir cuándo trabajan y tienen el control de sus vidas. Se unirán a las cada vez más nutridas filas de los autoempleados que están dispuestos a renunciar a la seguridad de un empleo tradicional por la flexibilidad de vender sus conocimientos expertos en el mercado abierto.

Una opción que va ganando popularidad es el llamado contrato «de cero horas», un sistema que permite flexibilidad al empleador y al empleado, manteniendo algunas de las prestaciones que no tiene el autoempleo. En un informe publicado en noviembre de 2013,3 el Colegio Profesional de Personal y Desarrollo (CIPD, por sus siglas en inglés) del Reino Unido analizó estos contratos rigurosamente. Y concluyó que el 23% de las empresas utilizaba estos contratos con una media del 19% de sus plantillas. En lugar de sentirse explotados, casi la mitad de estos empleados se declaraban satisfechos por no tener un mínimo fijo de horas, y tan solo la cuarta parte manifestaba no estar contenta. La mayoría de los trabajadores de «cero horas» (52%) no quiere trabajar más horas de las que cumpliría en una semana laboral normal.

A pesar de algunas reacciones negativas por parte de medios de comunicación, estos contratos flexibles están aquí para quedarse. En el estudio del CIPD, solo el 9% de los encuestados declaró que las condiciones del contrato de «cero horas» no les permitían trabajar para otra empresa cuando no había trabajo. De modo que estamos asistiendo al nacimiento de la era del portfolio worker o «trabajador de cartera», en la que un individuo puede tener varios acuerdos «laborales» y combinar varios «empleos» a tiempo parcial. La idea de que alguien solo puede trabajar para una única empresa y que tiene que hacerlo a tiempo completo para prosperar está a punto de pasar a la historia.

Auge del trabajo a tiempo parcial

También hay muchos ejecutivos de éxito que se han desembarazado de la carga que supone la dedicación a tiempo completo con largas jornadas de presencia física en el lugar de trabajo y han demostrado que el trabajo a tiempo parcial puede ser igualmente eficaz. De hecho, cada vez es más evidente que los trabajadores a tiempo parcial pueden contribuir más al éxito de una empresa que los empleados a tiempo completo. Posiblemente disfrutan de un mayor equilibrio entre trabajo y vida privada y por eso están menos estresados a la hora de desempeñar sus tareas. También es más probable que aporten una visión externa más objetiva y que no estén limitados por una visión corporativa y estrecha de la realidad.

Las empresas están dejando de ser organizaciones rígidas para convertirse en redes flexibles con el fin de sacar lo mejor de sus empleados. Las que se adapten sobreviviran

La página web británica de empleo Timewise publica una lista llamada «Power Part Time», que tiene por objeto acabar con el mito de que la dedicación a tiempo parcial solo sirve para trabajos de escasa cualificación. Dicha lista contiene las reveladoras historias de cincuenta hombres y mujeres que superan objetivos fijados de beneficio, fomentan la innovación y dirigen equipos numerosos; y todo ello con unos contratos laborales que les permiten mantener un equilibrio saludable en los otros ámbitos de su vida. La lista incluye consejeros delegados, directores generales, directores financieros y socios de empresas de servicios profesionales. Estos ejecutivos ocupan puestos con un altísimo nivel de exigencia, por lo que tienen que gestionar bien su tiempo y sus prioridades. Muchos de ellos subrayan la importancia de comunicarse con claridad y acordar objetivos con sus equipos y después confiar en estos para que saquen adelante el trabajo.

La idea tradicional de que el trabajo debe dividirse en tareas que han de realizar empleados a tiempo completo está claramente obsoleta. Las empresas están dejando de ser organizaciones rígidas para convertirse en redes flexibles con el fin de sacar lo mejor de sus empleados. Necesitan acomodarse a las distintas preferencias de su plantilla, que van desde un empleo fijo a tiempo completo hasta tener el control total del sistema de trabajo. Las que se adapten sobrevivirán. Las que se aferren al modelo actual lo tendrán más difícil.

El futuro ya está aquí

Este nuevo modelo laboral ya existe en las organizaciones punteras. En el libro Future Work describimos muchos ejemplos de compañías que se han dado cuenta de que la cultura de mando y control del pasado está desfasada. Las que han adoptado esquemas de «trabajo inteligente» o «trabajo ágil» como estrategia de negocio y han cambiado su cultura de liderazgo están viendo ya los beneficios. En cambio, aquellos líderes que han aceptado los nuevos modos de trabajo solo de cara a la galería y no han adaptado su cultura se encontrarán con empleados frustrados y poco productivos.

Hace falta un claro liderazgo desde arriba para desechar determinados procesos jerárquicos e introducir una estructura más horizontal. Los directivos tienen que actuar de acuerdo con los nuevos valores del mundo de los negocios y delegar poder de forma activa en sus empleados. Un ejemplo de esto, que citamos en el libro, es Unilever. Durante los últimos años, Unilever ha ido introduciendo modos de trabajar radicalmente nuevos en sus sedes de todo el mundo. A finales de 2009 puso en marcha su programa de Trabajo Ágil, que contiene los siguientes principios:

  • Todos los empleados pueden trabajar en cualquier momento y lugar siempre que cumplan con las necesidades del negocio.
  • Los líderes deben dar ejemplo trabajando de un modo ágil.
  • El rendimiento se determina por los resultados, no por horas de presencia. Todo empleado tiene un plan personal de trabajo que especifica los resultados deseados y la manera de medirlos.
  • Evitar los viajes siempre que sea posible.
  • Se evaluará anualmente la capacidad de los directivos de fomentar la agilidad laboral y de esta evaluación dependerá una parte variable de su salario.

Se exige a los líderes que sean un modelo y adopten los principios, la tecnología y los medios del Trabajo Ágil. Alrededor del 20% de los puestos de altos cargos de Unilever es «de libre localización», lo que significa que quienes los ocupan pueden residir en cualquier lugar del mundo. La empresa ha invertido en formar a la gente en los objetivos del negocio, en cómo trabajar y colaborar de forma remota y en gestionar y participar en equipos virtuales.

Reacciones de los directivos

Estos nuevos esquemas de «trabajo inteligente» a menudo encuentran resistencia en los mandos intermedios. Hablamos de individuos que han ido escalando puestos dentro de la organización a base de largas jornadas y sacrificando sus vidas privadas en el proceso. Esperan de sus empleados la misma dedicación y no entienden que sus prioridades sean otras. Estos mandos justifican su existencia con un equipo visible de personas que trabajan para ellos y un abultado presupuesto para nóminas. Sugerir que ese mismo trabajo podría hacerlo un pequeño grupo de colaboradores externos o personas trabajando desde sus casas constituye una amenaza directa a su posición.

Para estos mandos, su trabajo consiste en controlar a sus empleados, asignándoles tareas y enseñándoles a llevarlas a cabo. Vigilan el cumplimento de las normas de la empresa y se aseguran de que se siguen los procedimientos correctos. En aras del «trabajo de calidad», insisten en el modelo estándar, que garantiza consistencia. Recompensan a los que dedican un esfuerzo extra, son leales a la empresa y no cuestionan demasiado el sistema existente.

Los nuevos esquemas de «trabajo inteligente» a menudo encuentran resistencia en los mandos intermedios que han ido escalando puestos dentro de la organización y sacrificando sus vidas privadas en el proceso

El éxito en el siglo xxi dependerá de que los directivos estén dispuestos a hacer exactamente lo contrario. Tendrán que dar autonomía a los empleados y confiar en que no abusen de esta libertad. Permitirán que cada uno decida hacer su trabajo del modo que le resulte más conveniente. Expresarán con claridad los resultados que esperan, pero no intentarán imponer una metodología detallada para obtenerlos. Recompensarán nuevas ideas creativas que cuestionen las prácticas establecidas. Y su éxito se medirá por su capacidad de alcanzar los resultados con menos empleados y un presupuesto más reducido.

Trabajar en la empresa «inteligente»

Las personas que trabajen en estas compañías se sentirán verdaderamente empoderadas. Decidirán dónde y cuándo trabajar por la consecución de sus objetivos. Si saben que son más productivos de noche, pueden dedicar sus mañanas al ocio. Elegirán el lugar de trabajo que mejor se adapte a sus necesidades en vez de percibir un salario por hacer acto de presencia en las oficinas de su empresa. Aceptarán ser valorados por los resultados y no por un número de horas no necesariamente productivas.

Los individuos agradecerán ser tratadas como adultos y que se les permita tomar decisiones acerca de su trabajo, tal como lo harían en otros ámbitos de su vida. También a ellos les beneficiará idear formas más inteligentes de trabajar y alcanzar los objetivos en el menor tiempo posible. Los mejores trabajadores terminarán siendo los que menos horas trabajan. Los empleados cuestionarán la pertinencia de determinadas reuniones y serán recompensados por ello. Los supervisores se convertirán en asesores capaces de sacar lo mejor de las personas, motivándolas y dándoles apoyo, cediéndoles el control siempre que sea posible.

Gary Hamel resume bien esta situación en El futuro del management:4

Si algo ha obsesionado a los directivos del siglo xx, desde Frederick Taylor a Jack Welch, ha sido: ¿cómo conseguir más de nuestra gente? Hasta cierto punto, la pregunta parece inocua, pues ¿quién pondría objeciones al propósito de incrementar la productividad humana? Pero también está lastrada por la mentalidad propia de la era industrial: ¿cómo podemos nosotros («la dirección») conseguir más (unidades de producción por hora) de nuestra gente (los individuos que están obligados a cumplir nuestras órdenes)? Lo irónico es que el modelo de gestión que encierra esta pregunta prácticamente garantiza que una empresa nunca conseguirá lo mejor de su gente. Vasallos y reclutas pueden trabajar duro, pero nunca de buena gana.

El lugar de trabajo virtual

Una vez roto el vínculo entre trabajo y localización fija, emerge una amplia gama de lugares de trabajo potenciales. A algunos puede resultarles conveniente trabajar parte del tiempo desde casa. Cuando esto se traduce en una conciliación entre vida privada y compromisos laborales, el resultado puede ser muy provechoso. El ahorro de tiempo y molestias que supone no tener que desplazarse ya es gratificante de por sí, pero además hay constancia de que las personas rinden más en casa que en una ruidosa oficina.

Sin embargo, la mayoría de los trabajos implican contacto personal. Aunque la tecnología suple en parte esta exigencia, los individuos siguen necesitando reunirse para intercambiar ideas. Algunas reuniones pueden sustituirse por videoconferencias o foros online. Las redes sociales servirán para que equipos geográficamente distantes discutan puntos de vista. Pero seguirá existiendo la necesidad de contar con un espacio para reuniones presenciales. De modo que una misma oficina será aprovechada por diversas personas en distintos momentos y con diferentes propósitos. Estos espacios de trabajo definidos por la actividad permitirán que las personas se desplacen de un punto a otro del edificio en función de la tarea que estén realizando.

Pero este enfoque «a medida» nos lleva a cuestionar la necesidad misma de contar con un espacio de trabajo permanente. Si se puede alquilar una sala de reuniones o un espacio de oficinas por horas o días, ¿por qué asumir los gastos de una sede permanente? Para muchas personas, el lugar de trabajo podría ser una combinación de oficina multiusos, un espacio alquilado en una oficina equipada, al estilo de las que ofrece Regus, o una mesa en una cafetería, incluyendo algún día en casa de vez en cuando. Para el trabajador verdaderamente móvil, su lugar de trabajo va con él, siempre que tenga acceso a internet.

Integración de vida y trabajo

Para el empleado, esta posibilidad de trabajar en cualquier lugar es a la vez una bendición y una maldición. Puede que tenga el control sobre cuándo y dónde hacer su trabajo, pero también corre el riesgo de perder el de su vida privada. Si su jefe espera que esté disponible en cualquier momento, existe el peligro de invadir su vida privada. Para un directivo puede resultar tentador usar las tecnologías de manera que la gente a su cargo esté disponible continuamente.

También puede serlo para algunos empleados estar disponibles todo el tiempo, solo para impresionar al jefe. Pero con el tiempo las personas empiezan a sentirse incómodas con esta invasión de su vida privada. El trabajador de la nueva era tendrá que ser capaz de delimitar esta difusa frontera entre trabajo y hogar. La capacidad de autogestión, de elaboración de proyectos y la habilidad comunicativa serán destrezas importantes tanto para empleados como para profesionales independientes.

La autogestión o la capacidad de elaborar proyectos serán destrezas importantes para los trabajadores de la nueva era

La libertad de elegir cómo trabajar viene acompañada de la responsabilidad de producir resultados. Empresas como Netflix, que confían a sus empleados el control de sus sistemas de trabajo, también esperan de ellos un alto rendimiento. No les importa cuántas horas hayan dedicado, tan solo que trabajen bien. Un reflejo de esta política es que no hay vacaciones estipuladas. Puesto que no se controla el tiempo que dedica la gente a trabajar, tampoco tiene sentido calcular los días que no lo hace.

Sir Richard Branson recogió esta idea y la introdujo en las oficinas centrales de Virgin en Reino Unido y Estados Unidos. Como explica en su blog:5

El trabajo flexible ha revolucionado cómo, dónde y cuándo realizamos nuestro trabajo. Así que, si ya no sirve lo de trabajar de nueve a cinco, ¿por qué tendríamos que aplicar reglamentos estrictos a las vacaciones anuales? […]. Dejamos en manos del empleado la responsabilidad de decidir cuándo necesita tomarse unas horas, un día, una semana o un mes libres, porque estamos convencidos de que solo lo hará cuando esté seguro al cien por cien de que tanto él como su equipo están al día en todos los proyectos y de que su ausencia no va a perjudicar en modo alguno al negocio o, en consecuencia, ¡a su carrera profesional!

La capacidad de combinar trabajo y placer con la ayuda de la tecnología será un factor clave que modelará las vidas de las personas durante la próxima década. Si las empresas no se adaptan a esta tendencia es posible que pierdan a sus mejores talentos, que se marcharán a organizaciones más ágiles u optarán por alguna modalidad de autoempleo. Si asumen que el trabajo es una actividad que se puede desarrollar en cualquier lugar y en cualquier momento, limitarán menos a su plantilla. Y si son capaces de medir y recompensar el rendimiento y de tratar a sus empleados como personas adultas, tendrán éxito. Parece un objetivo fácil pero que, sin embargo, choca con la cultura dominante en muchas empresas, y conseguirlo puede exigir una profunda revolución en los estilos de liderazgo.

Notas

  1. A. Maitland y P. Thomson, Future Work: Changing Organizational Culture for the New World of Work, Basingstoke, Palgrave Macmillan, 2014. <http://www.futureworkbook.com>
  2. «Intuit Report 2020: Twenty Trends That Will Shape the Next Decade». <http://www.intuit.com/2020>
  3. «Zero Hours Contracts: Myth and Reality», informe de investigación del CIPD, noviembre de 2013. <http://www.cipd.co.uk/hr-resources/research/zero-hours-contracts-myth-reality.aspx>
  4. G. Hamel y B. Breen, The Future of Management, Boston, Mass. y Londres, Harvard Business School Press, 2007, p. 207 [ed. esp. El futuro del management, Madrid, Paidós, 2008].
  5. «Why we’re letting Virgin staff take as much holiday as they want«, blog de Richard Branson, 23 de septiembre de 2014. <http://www.virgin.com/richard-branson/why-were-letting-virgin-staff-take-as-much-holiday-as-they-want>

Fuente: Open Mind, 2015.

 

 

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