Grecia al borde del default

junio 28, 2015

La UE ya se alista para el default griego

Por Luisa Corradini.

PARÍS – La Unión Europea (UE) quedó enfrentada, ayer, a la peor de sus pesadillas: el default de Grecia, que podría producirse pasado mañana, y su consiguiente salida de la zona euro.

grecia-06-defaultEse temido final se hizo más palpable que nunca después de que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, convocó anteanoche a un referéndum sobre las exigencias de sus acreedores internacionales para el domingo 5 de julio.

Indignados, sus socios de la zona euro se negaron a extender el actual plan de ayuda. La ruptura de las negociaciones, aparentemente definitiva, amenaza con provocar una corrida bancaria y un corralito, seguida por la imposibilidad de hacer frente al vencimiento de 1600 millones de euros que debe pagar Grecia al FMI. Si Atenas no cumple con ese compromiso, entrará en el proceso de cesación de pago.

El default podría colocar a Grecia en la misma situación que conoció la Argentina en 2001

«La decisión de Tsipras de rechazar el ofrecimiento de sus acreedores internacionales [el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI] y llamar a referéndum «saboteó» las negociaciones en curso, que hubieran permitido desbloquear 15.300 millones de euros en un nuevo programa de ayuda que Grecia necesita desesperadamente», lamentó Jeroem Dijsselbloem, el ministro de Finanzas holandés, que presidió ayer en Bruselas la reunión del Eurogrupo, calificada de «última chance».

Puestos entre la espada y la pared, los otros 18 ministros del Eurogrupo permanecieron reunidos hasta avanzada la noche para analizar las eventuales consecuencias que tendría para Europa un default a partir de pasado mañana, cuando expire el actual programa de rescate, y luego el «Grexit» (la salida de Grecia del euro). En otras palabras, cuando los griegos vayan el domingo próximo a las urnas, el país estará técnicamente en default y, probablemente, el gobierno se habrá visto obligado a aplicar un riguroso control de capitales para evitar la quiebra de todos los bancos.

Ése es el temor más inmediato. El sistema bancario griego se encuentra en este momento bajo asistencia respiratoria, gracias a los programas de liquidez consentidos por el BCE.

Pero las dramáticas consecuencias de la situación ya eran visibles ayer, cuando larguísimas colas de ahorristas esperaron durante horas frente a los distribuidores para retirar la mayor cantidad de dinero posible por temor a un «corralito» (ver aparte).

Anteanoche, tras el anuncio de Alexis Tsipras, el gobierno reforzó la presencia policial en torno de las agencias bancarias.

Los responsables del Banco Central de Grecia y del BCE mantendrán hoy una teleconferencia a fin de analizar las modalidades de aplicación de un control de capitales a partir de mañana.

Una posibilidad sería declarar feriado bancario hasta que se haya realizado el referéndum, en vez de restringir los movimientos de capitales. El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, afirmó sin embargo que los bancos permanecerán abiertos.

Varoufakis lamentó que el Eurogrupo haya rechazado su propuesta de prolongar el programa de rescate en curso. Un poco más de tiempo hubiera permitido a ambas partes acercarse a un acuerdo que el gobierno griego podría haber recomendado a los electores, estimó.

Optimista, también dijo que «un acuerdo seguía siendo posible en los próximos tres días».

Una jugada riesgosa

Para muchos, sin embargo, la decisión de Tsipras debe ser interpretada como una auténtica jugada de póquer… pasablemente magistral.

Grecia, el país donde nació la democracia, pone en manos de los ciudadanos un compromiso que el gobierno no puede tomar, después de haber sido elegido para hacer exactamente lo contrario.

En lo político, Tsipras sortea así el peligro de presentar el programa de reformas ante el Parlamento y arriesgarse a que el ala ultraizquierdista de su partido lo deje en minoría. Por fin, el primer ministro sabe perfectamente que, según un sondeo realizado entre el 24 y el 26 de junio, el 57% de los griegos está a favor de la conclusión de un acuerdo con los acreedores internacionales, mientras sólo el 29% reclama una ruptura.

Pero tanto Grecia como el resto de la zona euro entran a partir de ahora en un período de extrema incertidumbre. Por primera vez, uno de sus miembros podría verse obligado a renunciar a la moneda única, con imprevisibles consecuencias para todos.

Eso es precisamente el «plan B» que trataban de analizar anoche los ministros de Finanzas de la zona euro: cómo prepararse para las inevitables consecuencias del default griego sobre el resto del bloque. El escenario más temible es que se produzca un «efecto dominó».

El peligro es particularmente agudo en los pequeños países, señala Jacques Sapir, director del grupo de investigación Irses.

Sapir prevé que, en caso de «Grexit», los mercados intentarán «testar» la capacidad de la zona euro de defender su unidad política, atacando ciertos puntos débiles de la zona euro: Portugal, Eslovenia o Chipre, por ejemplo.

¿Estarán dispuestos esos países a invertir miles de millones de euros para evitar el contagio? ¿Esas enormes sumas no volverán a dejar exangüe la economía europea? Un default griego sobre los títulos del BCE obligaría sin duda a esa institución a solicitar un aumento de capitales a los Estados miembros, pues sus reservas, ya frágiles, se debilitaron aún más en los últimos meses.

Acosados por esos negros nubarrones, los europeos aceleran sus preparativos.

«El plan B se está transformando en plan A», reconocieron ayer al unísono el ministro finlandés Alexander Stubb y el español Luis de Guindos. Los griegos, por su parte, sólo pueden esperar ahora un milagro de los dioses del Olimpo.

Cómo sigue el drama griego

7200

Millones de euros

Es la ayuda que Grecia y sus acreedores negociaban desbloquear a cambio de un plan de reformas

1800

Millones de euros

Es la deuda que Atenas debe saldar con el FMI pasado mañana; pero no tiene la plata necesaria

5 de julio

Referéndum

La convocatoria griega a una consulta en esa fecha para decidir si aceptaban las reformas europeas hizo fracasar el diálogo

Plan B

Los ministros de Finanzas de la eurozona discutirán alternativas para Grecia con el trasfondo de una posible bancarrota y salida del euro

Asistencia técnica

El líder del grupo de ministros de Finanzas de la eurozona, Jeroen Dijsselbloem, dijo que Grecia deberá tomar medidas para proteger su sistema financiero, y se dijo dispuesto a dar asistencia técnica

Los escenarios

  • En las últimas semanas aumentó la salida de depósitos de ahorristas griegos por temor a la bancarrota o la salida del euro, lo que llevaría al gobierno a imponer un control de capitales para frenar la sangría
  • El Banco Central Europeo decidirá hoy si mantiene un mecanismo de asistencia a los bancos griegos, el ELA, vigente desde febrero y en este momento la única fuente de liquidez del sistema financiero local
  • Sin liquidez, el gobierno podría estar obligado a emitir pagarés para los sueldos de los empleados públicos y las pensiones, y luego podría salir del euro e introducir otra moneda
  • Volver al dracma o recurrir a otra moneda devaluada con respecto al euro podría hacer más competitiva la economía griega, pero complicaría su capacidad de importaciones
  • Si los griegos deciden votar en el referéndum a favor de las propuestas europeas, el gobierno podría solicitar a organismos internacionales la negociación de otro rescate

Fuente: La Nación, 28/06/15.
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El BCE cierra el grifo a Grecia: pondrá fin al programa de asistencia a los bancos

El BCE corta el grifo a Grecia. Hoy mismo pondrá fin a la línea de asistencia de liquidez de emergencia – ELA- a los bancos griegos. Por su parte, Varoufakis habría confirmado que están estudiando implementar controles de capital y cerrar bancos mañana. El corralito no espera. 

El BCE ha decidido tomar el primer paso tras el rechazo de Grecia a la propuesta de Europa y la del Eurogrupo de las ayudas al país heleno: suspender el programa de asistencia de liquidez a los bancos, como medida para evitar la fuga de depósitos del país, según informa la BBC.

La liquidez de emergencia a un Estado miembro no está  supeditaca a que esté vigente un programa de asistencia, sino que depende de la solvencia de sus bancos. No obstante,  un posible impago de Grecia de los 1.500 millones que tiene que abonar al FMI el próximo día 30 de junio, pondría en cuestión la solvencia del Estado, lo que a su vez repercutiría en la banca. Y es que, si el BCE corta la liquidez de emergencia, Grecia tendría que verse obligada a imponer controles de capital. Las últimas informaciones apuntan a que, efectivamente, Varoufakis habría confirmado al medio británico que están estudiando implantar controles de capital y cerrar bancos el lunes.Precisamente ayer les contábamos que el BCE podria paliar esto pero su situación es muy difícil. «La ELA se basa en colaterales y Grecia no tiene más colaterales, según muchos analistas y, segun los más optimistas, tendría ara unos 4.000 millones más como mucho. es de suponer que el BCE se quede a expensas del punto siguiente». El primer ministro francés, Manuel Valls,  ha declarado a Reuters que el BCE no debería quitar su apoyo a los bancos griegos «incluso si el pais incumple su compromiso de pago de deuda el próximo 30 de junio. El BCE es independiente pero no dudo que asumirá responsabilidades».

Sin embargo, parece que más allá del 30 de junio o del 5 de julio, la fecha que barajan los expertos como «la verdadera clave» es el 20 julio. Es la fecha en la que el potencial impago de la deuda de 3.600 millones pondrá en una situación complicada a la Institución».

En Enero se filtró que Grecia sufrió una fuga de capitales del 15% de su PIB y una fuga de depósitos del 6%.

Depósitos en los bancos griegos. Fuente: Credit Suisse
Depósitos en Grecia

¿Qué pasará entonces? Primero impagará y después tendrá que incumplir sus promesas y aplicar recortes. Argentina, que no pidió rescate al FMI y no anunció un ajuste fiscal, tuvo que asistir a una depreciación del tipo de cambio del 75% y el PIB se desplomó un 11%. Hubo corralito, 14 monedas en circulación y el 20% de la población viviendo del trueque ante la incapacidad de comprar alimentos, medicinas y productos de primera necesidad, relata el economista José Carlos Díez en su artículo  «El dilema de Syriza».

Syriza gana el referendum

Tal y como explica José Luis Cárpatos en su sección, ayer por la noche se aprobó la convocatoria de referéndum por  178 votos a favor contra 120 en contra. Votaron a favor Syriza, el partido de extrema derecha con el que está en coalición, y el partido neonazi Amanecer Dorado. Los demás partidos socialistas, derecha y partido comunista en contra.

Tsipras hizo unas declaraciones al filo de la media noche diciendo que les guste o no a sus socios europeos habrá referéndum. También comentó que en su opinión la “insistencia” de los acreedores de no dejar fuera del acuerdo al FMI ha complicado todo.   Aseguró que no aceptaría la muerte lenta de la economía griega, y que sus intenciones de una solución viable siguen encima de la mesa. Dice estar seguro de que el pueblo griego dará un rotundo no en el referéndum. Algo que no está claro pues en los dos sondeos que se han publicado hasta ahora sale lo contrario.  Dijo por último que Grecia no es un visitante, que es un miembro de la eurozona en igualdad de condiciones y que el ultimátum que le dieron los acreedores fue un insulto.
Esta mañana el ministro de finanzas de Austria ha comentado que tal y como están las cosas ahora el Grexit parece casi inevitable. La mayoría de comentarios de funcionarios muestran su enfado no por el referéndum en sí, que hay que recordar fue apoyado por Schauble hace tiempo, sino por la convocatoria de improviso. Parece que las posturas entre ambos contendientes son muy tensas, y se ha roto cualquier hilo de confianza mutuo que pudiera haber entre ambos, lo cual no augura nada bueno.
De cara a los mercados, se espera una apertura mañana muy bajista. 

Fuente: Estrategias de Inversión, 28/06/15.

 

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Grecia en problemas

junio 20, 2015

Los griegos se apuran a rescatar sus ahorros

Crece el temor a que el gobierno instale un control bancario

grecia-bandera-en-movimientoATENAS – No le sobra nada al gobierno griego de Alexis Tsipras. Ni tiempo, ni dinero, ni confianza. Ahogado en plazos y deudas, en los próximos días comienza a perfilarse si entra en cesación de pagos, si impone un cepo bancario o si sale de la eurozona, mientras los griegos se lanzan a una corrida bancaria para salvar sus ahorros.

Las cifras son claras: familias y empresas griegas retiraron 31.500 millones de euros de diciembre a abril y el movimiento se habría acelerado desde entonces. Sólo esta semana habrían partido 3000 millones a los colchones de hogares griegos o a cuentas en el exterior; 1000 millones de ellos fueron retirados anteayer.

Como telón de fondo está el temor a la instauración de un control de capitales si fracasa la cumbre de pasado mañana en Bruselas, donde el gobierno y sus acreedores europeos debatirán, una vez más, sobre la extensión de la ayuda financiera a un país en emergencia permanente.

Con los plazos a punto de expirar, la presión aumenta sobre Grecia para que incorpore las reformas que sus acreedores le exigen para sanear la economía, a cambio de un tramo de préstamos de 7200 millones de euros. Con eso debería afrontar, sobre todo, una deuda de 1500 millones de euros al FMI antes del 30 de junio, sin lo cual entrará en suspensión de pagos con ese organismo.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, subrayó la «crítica situación» de Grecia y mencionó la posibilidad de quiebra. «Estamos en un punto en el que el gobierno griego tendrá que elegir entre aceptar lo que a mi juicio es una buena oferta para seguir recibiendo asistencia o ir directamente a la quiebra», declaró el funcionario.

En un mensaje de video dirigido a Tsipras y al resto de los líderes europeos, Tusk advirtió que «nadie se haga ilusiones de que habrá una solución mágica porque el asunto sea tratado por los jefes de Estado y de gobierno de la eurozona». Porque «sólo puede ser una decisión y una responsabilidad griegas».

Para que los líderes europeos evalúen un compromiso, Grecia primero tiene que presentar nuevas propuestas sobre temas controvertidos como recortes en pensiones y la ampliación de la base del impuesto al valor agregado, según señalaron funcionarios de la Unión Europea.

Grecia reaccionó ayer con dureza a las versiones de que estaba preparando un plan de control de capitales, y dijo que ese tipo de informaciones buscan «provocar disturbios» y «desestabilizar la economía».

Otro dirigente del bloque, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que Tsipras debería contarles a los griegos que las instituciones de la UE impulsaron un programa de inversiones de 35.000 millones de euros de 2015 a 2020.

Fuente: La Nación, 20/06/15.

 

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El BCE en alerta por Grecia

febrero 20, 2015

El BCE se prepara para la posible salida de Grecia de la zona euro

grecia-bandera-en-movimientoAnte la complicación de las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo, el Banco Central Europeo (BCE) se estaría preparando para los posibles escenarios a los que podríamos asistir, entre ellos, una salida de Grecia de la unión monetaria, según publica Der Spiegel.

Las alarmas han saltado después de que la reunión del Eurogrupo haya sido aplazada para las 16:30 horas de esta tarde, mientras que el ministro de finanzas alemán, Dijssembloem, hará declaraciones a las 15:00 horas en el marco de este encuentro.

A pesar de todas las negociaciones que se están llevando cabo entre las autoridades monetarias europeas y Grecia, los socios europeos estarían preparándose incluso para la salida de Grecia del euro, según publica el medio alemán Der Spiegel.

Desde hace meses hemos oído declaraciones de líderes europeos, principalmente alemanes, diciendo que la eurozona está preparada para una salida de Grecia del euro, ya que los cortafuegos levantados en los últimos meses, evitarían el contagio a otros países.

Ahora bien, para la propia Grecia, una salida de la zona euro podría provocar que sus costes de devolución de la deuda se multiplicaran incluso por 3. Esto restaría libertad al país para proseguir con las reformas propuestas. Como explica José Lizán, gestor de SICAVs de Auriga SV, «si Grecia quiere acabar con la austeridad, va a tener el triple porque si sale del euro no va a tener ni el tercio de los ingresos que tiene ahora. Tendría un shock de dos o tres años y luego vendría la regeneración de la economía. Pero si se piensan que no van a tener austeridad, los primeros años van a ser peores de lo que piensan. Si que ganarían una competitividad brutal con la devaluación del dracma, pero tardaría unos dos años en regenerarse después de un shock inicial tremendo. Además, que sus deudas con el euro se triplicarían por la devaluación de sus divisas«.

Hoy los ministros de Finanzas del euro discutirán en una reunión especial el futuro financiero de Grecia. El programa de crédito y la reforma actual expiran la próxima semana, poniendo en peligro la situación económica del país, que no puede hacer frente a los vencimientos de deuda y el pago de pensiones que le sobrevienen en los próximos meses. La eurozona –con Alemania a la cabeza- han rechazado una extensión puramente técnica del préstamo y exigen mayores de compromiso con las reformas.

Ayer, Grecia solicitó formalmente la aprobación de un ‘crédito puente’ que le dé 6 meses más de tiempo para renegociar la devolución de su deuda. Mientras, el Ejecutivo heleno prometía cumplir con las exigencias del rescate e, incluso, reconocer la supervisión de la troika. En cambio, las condiciones del ‘crédito puente’ que ha propuesto Grecia serían bastante más laxas. Alemania no está dispuesta a pasar por este aro. No obstante, aunque las negociaciones hoy en el Eurogrupo no lleguen a buen puerto, Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, cree que «será la próxima semana cuando haya un acuerdo. Ahora con el Ibex por encima de 10.800 puntos, las posibilidades que se dan al Grexit son nulas«.

Grecia está asfixiada por los compromisos de devolución de la ayuda pues entre febrero y julio se concentran vencimientos de deuda por más de 20.000 millones de euros y, hasta el final del año, las amortizaciones alcanzan los 30.200 millones. En total, Grecia tiene que afrontar el reembolso de algo más de un 10% de su deuda, pero la recesión, la caída de los ingresos públicos y las presiones de la banca reducen su margen de maniobra. Además, una salida de la zona euro empeoraría las cosas para el país heleno, pues volver al dragma podría suponer triplicar su deuda por el efecto de la devaluación de la divisa.

Actualmente, la deuda de Grecia asciende a 315.509 millones de euros, lo que supone el 176% de su PIB. Tres cuartas partes de ésta se encuentra en manos de la troika. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, es prestamista del 10% de la suma y el Banco Central Europeo, del 6%. Por países, Alemania es el mayor prestamista de Grecia, habiéndole dejado hasta 66.310 millones de euros, seguido de Francia (49.800 millones) , Italia (43.750 millones) y España (29.080 millones).

Fuente: Estrategias de Inversión,  20/02/15

 

 

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Grecia vuelve a sacudir los mercados

enero 10, 2015

El fantasma de una salida de Grecia del euro vuelve a sacudir los mercados

Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda Syriza, se dirige a sus seguidores en Atenas, Grecia. Bloomberg News

Francia y Alemania intensificaron el lunes la presión sobre los políticos griegos conforme se acercan las elecciones generales que tendrán lugar a fin de mes en el país heleno mientras el euro descendió a su menor nivel en nueve años y la economía de la zona euro exhibió nuevos síntomas de debilidad.

El presidente francés, François Hollande, sacó a relucir la posibilidad de que Grecia abandone el bloque conformado por 19 países, apartándose de su postura tradicional de que no se puede renunciar a la zona euro. A su vez, el ministro alemán de Economía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, advirtió que Berlín no será presa de un chantaje para ofrecer nuevas concesiones sobre el pago de la deuda griega o el programa de rescate.

La dura retórica subraya las preocupaciones que circulan entre los miembros del núcleo de la zona euro de que un cambio político en el país más frágil del bloque vuelvan a amenazar la estabilidad de la región en un momento en que la caída de la inflación y el estancamiento del crecimiento económico vuelven prácticamente imposible que las economías se libren del alto endeudamiento que enfrentan tanto a nivel privado como público.

A los políticos europeos les preocupa que una victoria del partido de izquierda Syriza, encabezado por Alexis Tsipras, en los comicios que se celebrarán el 25 de enero, puedan dejar en el poder a un gobierno que se opone tajantemente a las medidas de austeridad impuestas por la Unión Europea y envalentonar a los movimientos radicales en otros países.

Tales partidos han cobrado fuerza en lugares como España, Italia, Francia y la propia Alemania, donde el movimiento anti-inmigración y anti-Unión Europea Alternativa para Alemania capta alrededor de 6% de las preferencias en las encuestas, muy por encima del mínimo necesario para ser parte del parlamento federal.

Los políticos alemanes, no obstante, enfatizaron que la zona euro está en mejores condiciones para afrontar una salida de Grecia que en 2010. Desde entonces, los gobiernos cuentan con fondos de rescate a su disposición y mecanismos para impedir que el colapso de algunos bancos, por grandes que sean, arrastre a toda la economía de un país.

El Banco Central Europeo, por su parte, ha prometido contrarrestar la clase de ola generalizada de ventas de bonos soberanos que amenazó la existencia de la zona euro a comienzos de la crisis. Los costos de endeudamiento de los países del bloque monetario han caído desde entonces y en las últimas semanas han permanecido estables, a pesar de los acontecimientos políticos en Grecia.

Menos de una quinta parte de la deuda griega está en manos del sector privado, mientras que el resto lo tienen gobiernos y otros acreedores oficiales. Eso significa que el riesgo directo de un contagio desde Grecia al resto del sistema financiero de la zona euro es reducido, señalan los analistas.

grecia-deuda-02Sin embargo, la mayoría de los economistas considera que la salida de Grecia de la zona euro es una opción remota y peligrosa que enviaría una señal de que el bloque puede cambiar de composición, lo que podría llevar a los inversionistas a desprenderse de los bonos de los países más débiles.

El abandono de la zona euro también implicaría, casi con certeza, la cesación de pagos al menos parcial de la deuda del gobierno griego, una pérdida que sería asumida en su mayor parte por el resto de los miembros del bloque.

“La zona euro está mucho mejor equipada para abordar una ola de ventas que hace cinco años, en especial gracias al BCE”, señala Dirk Schumacher, economista europeo sénior de Goldman Sachs, en Fráncfort. “No obstante, una salida de Grecia establecería un precedente y es difícil decir cuál sería el impacto en los costos de financiamiento de otros países de la periferia”.

Henrik Enderlein, profesor de economía política de la Escuela de Gobierno Hertie, en Berlín, cree, por su parte, que Grecia necesitaría algo parecido a un acuerdo como el Club de París, “donde todos los acreedores oficiales están juntos y deciden, si fuera políticamente deseable, una condonación de la deuda conjunta o la prolongación de los plazos para Grecia”. En Bruselas, los funcionarios europeos insistieron en que los tratados estipulan que ser miembro de la zona euro es irreversible. “El euro está aquí para quedarse”, declaró la vocera de la Unión Europea, Annika Breidhardt.

Los inversionistas no escondieron sus nervios. El euro cayó el lunes a su nivel más bajo frente al dólar en nueve años. En la tarde de ayer se cotizaba a US$1,1942. Los rendimientos de los bonos soberanos de Grecia a 10 años saltaron a 9,5%. Los movimientos fueron parte de un derrumbe más amplio en los mercados mundiales. El precio del petróleo Brent, la referencia internacional, cayó 5,9% a US$53,11 el barril, su menor nivel desde mayo de 2009. Los principales índices de las bolsas de París y Fráncfort bajaron 3% y 2%, respectivamente, mientras que al otro lado del Atlántico el Promedio Industrial Dow Jones cedió 331,34 puntos, 1,9%, para quedar en 17.501,65 unidades. Los inversionistas compraron activos seguros como el oro, cuya cotización subió 1,5%.

Las noticias tampoco fueron buenas en el frente económico. La situación de la economía europea se caracteriza por un crecimiento nulo, un desempleo persistentemente alto y una inflación baja, lo que dificulta que los países reduzcan sus deudas. Alemania, el motor económico de la región, también pierde fuerza. La inflación descendió bruscamente en diciembre en ese país a su nivel más bajo en cinco años, según datos divulgados el lunes.

El desacuerdo fundamental que afectó los primeros intentos de abordar la crisis de la zona euro sigue vigente. Por un lado, Alemania y otros países acreedores insisten en que la austeridad fiscal y severas reformas son la respuesta y advierten que una relajación de la disciplina griega enviaría el mensaje equivocado a otros gobiernos. Por el otro, Grecia y otras economías más débiles argumentan que la receta alemana ha aumentado los niveles de deuda, debilitado las economías y aumentado el resentimiento político hacia el euro.

Hollande indicó el lunes en una entrevista radial que seguir en la zona euro o abandonarla es una decisión “que compete única y exclusivamente a Grecia” y añadió que la capacidad de los europeos para soportar las políticas de austeridad tiene un límite.

—Brian Blackstone, Tommy Stubbington y Min Zeng contribuyeron a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 06/01/15.

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La zona euro sigue estancada

noviembre 17, 2014

La demanda sigue siendo el gran reto de Europa

BERLÍN — La zona euro aún lucha para salir de un bajón económico que ya lleva seis años, como lo confirma el débil crecimiento que la región registró en el tercer trimestre.

Las expectativas se han vuelto tan sombrías últimamente que los analistas recibieron la tasa de crecimiento anualizada de sólo 0,6% como una sorpresa positiva. Alemania apenas creció, Francia se expandió en gran parte porque las empresas acumularon inventarios e Italia volvió a caer en recesión.

El Producto Interno Bruto del bloque sigue más de 2% por debajo de su nivel previo a la crisis financiera global de 2008, en momentos en que el crecimiento en otras economías avanzadas como Estados Unidos y el Reino Unido finalmente se fortalece.

Lo único rescatable fue Grecia, que desató la crisis de deuda de Europa y ha sufrido la peor depresión de la región. El gobierno informó el viernes que la economía se expandió en los últimos dos trimestres, por primera vez desde mediados de 2008. No obstante, el tamaño de la economía griega sigue siendo aproximadamente 25% más pequeña que hace seis años.

union-europea-logo-01La economía de la zona euro, de US$12 billones —sólo superada en tamaño por la de EE.UU.—, se ve afectada por un crecimiento y una inflación demasiado bajos como para corregir sus desequilibrios, reducir los altos niveles de deuda de los sectores público y privado, o bajar sustancialmente su crónico desempleo.

La incapacidad de la zona euro de recuperar sus niveles de producción, inversión y empleo previos a la crisis, así como la caída de la inflación anual a apenas 0,4%, indican una crónica falta de demanda en la economía europea.

La débil demanda de los consumidores es el problema más urgente que enfrentan las compañías del bloque monetario, según una encuesta del Banco Central Europeo publicada la semana pasada. La consideran más preocupante que otras trabas como los costos laborales, la burocracia y el acceso al crédito.

“Estamos estancados, y no creo que la demanda de productos vaya a aumentar tanto hasta que suban los sueldos”, dice Ricardo Palazuelo, un vendedor español del fabricante de relojes Festina. La compañía tiene sólo la mitad de los vendedores que solía tener en España, agrega.

Muchos líderes empresariales advierten que las débiles previsiones de ventas los desalientan de invertir en la región, lo que socava las esperanzas de los líderes de la Unión Europea de que la actividad privada impulse la recuperación mientras los gobiernos mantienen su austeridad fiscal.

En consecuencia, más compañías europeas están enfocando gran parte de sus inversiones en EE.UU. o en las economías emergentes, donde hay mayores probabilidades de un aumento de las ventas. El conflicto entre Ucrania y Rusia también ha mermado la confianza del sector empresarial en partes del continente europeo.

“El panorama es muy irregular en Europa”, dice el presidente ejecutivo del gigante suizo de ingeniería ABB Ltd. , Ulrich Spiesshofer. El grupo, con sede en Zúrich, está redoblando sus esfuerzos para expandirse en continentes donde las previsiones son más positivas.

En Alemania, muchas empresas, desde el fabricante de productos de consumo Henkel AG  hasta el grupo de construcción Hochtief AG, están registrando una caída en sus ganancias de sus actividades europeas y están destinando más inversiones a los mercados internacionales. “En Europa, proyectamos una economía en dificultades” en los próximos trimestres, con un consumo débil, dijo el jueves a analistas Kasper Rorsted, presidente ejecutivo de Henkel.

En Francia, que es presionada por Alemania y autoridades de la Unión Europea para que reforme sus regulaciones económicas, 47% de los ejecutivos del sector industrial dijo en una encuesta realizada en octubre por la oficina nacional de estadísticas, INSEE, que la falta de demanda era su principal problema, frente a 40% en julio. Sólo 16% señaló que los problemas del lado de la oferta eran los más importantes, mientras que 11% indicó que los perjudicaban factores tanto de la oferta como de la demanda.

Muchas autoridades de la zona euro, encabezadas por el gobierno alemán, han argumentado que sólo se podrá lograr un mayor crecimiento mediante reformas del lado de la oferta, en particular cambios que faciliten el despido de trabajadores y debiliten el poder de negociación de los sindicatos en las disputas salariales. Berlín y las autoridades de la Unión Europea esperan que Francia e Italia realicen esos cambios, emulando las reformas de España y otros países.

Los economistas dicen que esas reformas de mercado pueden mejorar el desempeño a largo plazo al facilitar el traslado de mano de obra y capital de industrias más viejas a nuevas.

De todos modos, si bien Europa ha lidiado desde hace décadas con normas laborales inflexibles, afirman muchos economistas, la región ahora enfrenta otro problema: una gran cantidad de capital y mano de obra subutilizados debido a la debilidad de la demanda.

“Está claro que son necesarias políticas tanto por el lado de la demanda como de la oferta”, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en una conferencia de economía en Roma el martes. Sostuvo que el banco central por sí solo no puede impulsar la inversión pública y privada, que continúan muy por debajo de los niveles de 2007.

El BCE está tratando de elevar la inflación a un nivel más cercano a su meta de casi 2% comprando grandes cantidades de activos y podría incluir bonos soberanos si otras medidas no dieran resultados. No obstante, también ha intensificado su campaña para persuadir a los gobiernos financieramente más sólidos de la zona euro, entre ellos Alemania, a que gasten más, argumentando que el estímulo monetario no surtirá efecto si las políticas fiscales son demasiado ajustadas para el actual débil estado de la economía.

“Aunque la política monetaria puede y debería ser usada por completo, es claro que no puede soportar toda la carga de estimular el crecimiento en la región en el contexto de condiciones de demanda agregada débiles”, dijo el viernes en Washington Benoît Coeuré, miembro del comité ejecutivo del BCE.

En un desafío a la receta de Alemania, Coeuré aseguró que una mayor “devaluación interna” —bajar los sueldos y precios en los países del sur de Europa para hacer que sus exportaciones sean más competitivas— “no puede ser la respuesta”, porque no sería de mucha ayuda para impulsar la producción general en el continente con una demanda adecuada.

Funcionarios alemanes y economistas rechazan el creciente consenso que se forma en el resto de la zona euro de que la región se ve afectada por una demanda deficiente además de sus viejos problemas del lado de la oferta.

—David Román, William Horobin, Inti Landauro y Neetha Mahadevan contribuyeron a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 17/11/14.

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Europa y su crisis podrían arrastrar al mundo

junio 17, 2012

Europa y su crisis podrían arrastrar al mundo

Por Dani Rodrik

 

CAMBRIDGE – Consideremos el siguiente escenario. Después de una victoria del partido de izquierda Syriza, el nuevo gobierno de Grecia anuncia que renegociará los términos de su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, se mantiene firme en su postura y dice que Grecia debe cumplir con las condiciones existentes.

Por miedo a la inminencia de un colapso financiero, los depositantes griegos corren hacia la salida. El Banco Central Europeo se niega a salir al rescate y los bancos se quedan sin efectivo. El gobierno instituye controles de capital y se ve obligado a emitir dracmas para proporcionar liquidez doméstica. Tras quedar Grecia fuera de la eurozona, los ojos viran hacia España. Alemania es categórica: hará lo que haga falta para impedir una corrida bancaria. El gobierno español anuncia recortes. Aliviada por los fondos del Mecanismo de Estabilidad Europeo, se mantiene a flote durante varios meses.

Pero la economía española sigue deteriorándose y el desempleo se encamina a 30%. Protestas contra las medidas de austeridad del primer ministro Mariano Rajoy lo llevan a convocar a un referendo. Su gobierno no obtiene el apoyo necesario y renuncia, hundiendo al país en un caos político. Merkel reduce el respaldo a España con el argumento de que los alemanes ya hicieron lo suficiente. Lo que viene, una corrida bancaria, una crisis financiera y una salida del euro en España.

En una minicumbre convocada a las apuradas, Alemania, Finlandia, Austria y Holanda anuncian que no renunciarán al euro. Esto no hace más que aumentar la presión financiera sobre Francia, Italia y el resto de los miembros. Conforme se instala la realidad de la disolución parcial de la eurozona, la crisis financiera se propaga de Europa a Estados Unidos y Asia.

Nuestro escenario continúa en China, donde el liderazgo enfrenta su propia crisis. La desaceleración de la economía ya exacerbó el conflicto social y los recientes acontecimientos en Europa echaron más leña al fuego. En un momento en que las órdenes de exportación europeas se cancelan, las fábricas chinas se enfrentan a despidos generalizados.

El gobierno chino decide no arriesgarse a más conflictos y anuncia un paquete de medidas para impulsar el crecimiento económico e impedir los despidos. Estas medidas incluyen un respaldo financiero directo a los exportadores y una intervención en los mercados de divisas para debilitar el renminbi.

En Estados Unidos, el presidente Mitt Romney acaba de asumir, luego de derrotar a Barack Obama por ser demasiado blando con las políticas económicas chinas. La combinación del contagio financiero de Europa, que ya derivó en una crisis de crédito, y una inundación de importaciones a bajos precios provenientes de China dejó a la administración Romney en un brete. Anuncia derechos generalizados de importación sobre las exportaciones de ese origen. Sus seguidores del Tea Party, críticos a la hora de movilizar el respaldo electoral, lo instan a retirarse de la Organización Mundial de Comercio.

En los años siguientes, la economía mundial cae en la Segunda Gran Depresión. El desempleo aumenta y los gobiernos optan por soluciones como protección comercial y depreciación del tipo de cambio competitivo. Conforme los países se hunden en la autarquía económica, repetidas cumbres económicas globales arrojan escasos resultados.

Son pocos los países que se salvan de la carnicería económica. Aquellos a los que les va relativamente bien comparten tres características: bajos niveles de deuda pública, dependencia limitada de las exportaciones o los flujos de capital y sólidas instituciones democráticas. De modo que Brasil e India se podrían considerar refugios, aunque sus perspectivas de crecimiento también se reducen.

Como en la Gran Depresión, las consecuencias políticas son más serias y las implicancias a más largo plazo, importantes. El colapso de la eurozona obliga a una realineación importante de la política europea. Francia y Alemania compiten como centros de influencia frente a los estados más pequeños. Los partidos de centro pagan el precio por su respaldo a la integración europea y son repudiados en las encuestas por los partidos de extrema derecha o extrema izquierda. Los gobiernos nativistas comienzan a expulsar a los inmigrantes.

Para los países cercanos, Europa ya no brilla como un faro de democracia. El Medio Oriente árabe toma un giro decisivo hacia estados islámicos autoritarios. En Asia, el conflicto económico entre Estados Unidos y China se desborda hasta rayar en el conflicto militar.

Años más tarde, le preguntan a Merkel, ya retirada y vuelta una ermitaña, si piensa que debería haber hecho algo diferente. Su respuesta llega demasiado tarde como para cambiar el curso de la historia. ¿Un escenario remoto? Tal vez, pero no lo suficiente.
Fuente: La Nación, 17/06/12.

Informe ING IM: La Eurozona y su posible final

junio 4, 2012

Un capítulo más en la saga soberana del euro

 

Los acontecimientos del pasado mes en España, Francia y Grecia y la tensión renovada que han acusado en los mercados financieros han llevado a ING IM a publicar un informe con varios escenarios posibles para la Eurozona y su posible final.

 

¿Cuál será el escenario que prevalezca? Es complicado de predecir, según comenta la gestora en su último informe “Focus Point – Another Chapter on the Euro Sovereign Saga”: mientras ING IM tiene muchas esperanzas en que se encuentre una solución a largo plazo, incluso este escenario optimista se alcanzaría tras un camino largo, arduo y muy volátil. El camino estará sembrado de encrucijadas que llevarán al euro a diversos escenarios, desde la supervivencia tensa al colapso parcial. Por lo tanto, ING IM aconseja en este informa que los inversionistas no se cieguen con el final del euro. Por el contrario, deben monitorizar de cerca los acontecimientos y ser capaces de adaptarse a los escenarios que surjan por el camino.

Grecia vota su permanencia en el euro

A muy corto plazo ING IM sugiere que el abandono de Grecia del euro es una posibilidad. Primero vendrán las elecciones del 17 de junio, y luego con mucha probabilidad, otras elecciones en las que los griegos voten sobre su permanencia en la Eurozona. Primero tenemos que preguntarnos si Grecia permanecerá en el euro pero sobre todo, debemos plantearnos las consecuencias de que no lo haga.

El sistema financiero griego peligra

En el caso de que Grecia salga del euro es posible que los fondos procedentes de la UE y del FMI desaparezcan y no parece probable que el sistema privado esté dispuesto a reemplazarlos. Por el contrario, según opina ING IM, es previsible una salida masiva de fondos privados depositados en los bancos griegos buscando destinos más seguros. El gobierno impondría controles de capital y límites a la retirada de efectivo de los bancos, pero no hay nada pueda frenar por completo el dinero en pánico. Este escenario situaría el sistema financiero griego al borde del colapso con necesidad de recapitalizarse y acceder a cantidades ilimitadas de liquidez.

¿Volver al dracma?

Según apunta ING IM en su informe, el país no tendría otra opción que volver a reintroducir el dracma para recuperar la capacidad de proveer liquidez al sistema financiero y monetizar la deuda pública. Se sucedería una escalada de la inflación dado el bajo grado de credibilidad de la nuevo moneda que erosionaría en parte las ganancias de competitividad que se hubieran conquistado con una divisa débil como el dracma.

ING IM apunta que algunos expertos hablan de la posibilidad de introducir un comité monetario encargado de fijar la cotización de la divisa, pero esto eliminaría los “beneficios” de un banco central que pueda proporcionar liquidez al sistema bancario. En definitiva, se produciría un endurecimiento de las condiciones financieras y de la disponibilidad del crédito en Grecia que, combinados con la pérdida de confianza en el país, generarían una caída en picado del PIB. ING IM añade que en esta tesitura, no sería de extrañar una desintegración social y política del país.

El contagio es inevitable

Desde el punto de vista de ING IM, la salida de Grecia del euro provocaría un contagio sustancial a otros países periféricos, tanto a través de los mercados de deuda soberana como del sistema financiero, y también por medio de la economía real a medida que el sentimiento empresarial y del consumidor se traslade a otros países. Tampoco puede descartarse un contagio de las protestas sociales. Como respuesta (o meramente ante la amenaza) de estos hechos, ING IM cree que los fondos del ESM y del FMI, al igual que el BCE, prepararían una respuesta contundente para contener estos acontecimientos.

En el mejor de los casos, todo derivaría en una sistema bancario único europeo, con una supervisión coordinada y un marco legal único que condujera la recapitalización del sistema financiero. ING Investment Management ha argumentado con anterioridad que el talón de Aquiles de Europa es que la unión monetaria ha generado una integración financiera profunda sin estar acompañada de una unión regulatoria.

Seguimos improvisando

Lo descrito anteriormente, incluyendo la salida de Grecia del euro, se engloba en el escenario de “improvisación”, en el que ING IM sitúa a la Eurozona. En este escenario las autoridades, a la vista de las restricciones políticas a las que se enfrentan, van realizar reformas mínimas, aunque encaminadas a mejorar la integración del sistema en Europa. Según ING IM la salida de Grecia del euro no va a considerarse como el final de la Eurozona porque los restantes mercados periféricos se perciben de forma sustancialmente distinta en lo relativo a reformas estructurales y al cumplimiento de los objetivos de déficit. La salida de Grecia de la Eurozona no será el detonante de una solución rápida y completa al problema soberano del euro pero irónicamente, puede actuar como catalizador para acelerar el proceso.
Fuente: Funds Americas, 01/06/12.
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 Solicite el informe completo (en inglés) enviando un e-mail a: [email protected]

Las empresas se preparan para lo peor de la crisis europea

junio 2, 2012

Las empresas se preparan para lo peor de la crisis europea

Por Vanessa Fuhrmans y Dana Cimilluca

 

Mientras los gobiernos europeos se apresuran para aliviar los temores de que Grecia abandone el euro, muchas empresas se preparan para lo peor.

Las multinacionales alistan varios planes de contingencia para adaptarse a una serie de circunstancias, desde un congelamiento de los pagos transfronterizos y disturbios en Grecia a un quiebre más amplio de la zona euro.

Un área en la que han hecho hincapié es preservar el valor de su dinero en efectivo. El temor es que los euros sean convertidos a dracmas y devaluados. En caso de que ello ocurra, se espera que Grecia imponga controles para impedir una fuga de capitales.

La cervecera holandesa Heineken NV está sacando efectivo de Grecia y la zona euro para colocarlo en monedas como el dólar y la libra esterlina. Las medidas son parte de la rutina normal de gestión de efectivo de la empresa, pero ahora se están haciendo más a menudo y en forma más focalizada, informó un vocero. «Nos aseguramos de no dejar demasiado efectivo en Grecia para limitar nuestra exposición», añadió. Otras compañías, como el grupo de licores Diageo PLC y la farmacéutica GlaxoSmithKline PLC, han adoptado precauciones similares.

Mientras tanto, varias firmas griegas han hecho uso de sus líneas de crédito con bancos extranjeros y locales por temor a perder acceso a ellas si el país vuelva a adoptar la dracma como moneda e impone controles al ingreso de capitales, dijo un directivo de un banco con operaciones en el país. El ejecutivo prefirió no identificar a las empresas o los bancos involucrados.

El operador europeo de turismo TUI AG y el vendedor inglés de electrónicos Dixons Retail PLC tienen planes listos para cambiar o proteger clientes y activos en caso de agitación social en Grecia. En algunos casos, están tomando como modelo métodos ensayados y probados en África del Norte durante la Primavera Árabe del año pasado. TUI dijo que, de ser necesario, podría desplazar a otros destinos a clientes que planeaban viajar a Grecia.

La consultora alemana Roland Berger recomienda a sus clientes corporativos ser precavidos e incluir en sus contratos cláusulas que estipulen qué moneda o tasa de cambio será usada en caso de que Grecia abandone el euro.

Las empresas que operan en Grecia y España también están insistiendo en el pago de cuotas iniciales más elevadas, en algunos casos de hasta 50%, por productos o servicios.

Una salida de Grecia de la zona euro «sería un desastre total y no se debería subestimar», señaló Benedict James, socio de la firma de abogados inglesa Linklaters. «El escaso trabajo que estábamos haciendo sobre este tema se convirtió hace unas semanas en una cantidad importante», afirma. El trabajo se concentra en los contratos de negocios y cuáles podrían darse por terminados en caso de que Grecia abandone el euro y adopte la dracma como moneda.

El último capítulo en la prolongada crisis europea se desató tras los sólidos resultados que el partido de izquierda radical Syriza obtuvo en las elecciones griegas del 6 de mayo. Si Syriza triunfa en los comicios del 17 de junio y cumple su promesa de dejar de cumplir las severas condiciones impuestas por los paquetes de rescate, Grecia podría quedar sin acceso a la financiación internacional y verse obligada a retomar la dracma.

El nerviosismo sobre la salud de la banca y la economía española ha exacerbado las preocupaciones sobre una salida griega del euro y una posible división del bloque de 17 países que comparten la divisa.

El gigante minorista francés Carrefour SA está consolidando su red en Grecia en menos locales de mayor tamaño para enfrentar el desplome de las ventas. También está poniendo en los estantes más productos de marca propia y menos de gigantes como Nestlé SA, Danone SA y Procter & Gamble Co.

Otras empresas también contemplan escenarios en caso de un quiebre mayor de la zona euro.

Directivos de la European Aeronautic Defence & Space Co. (EADS), la matriz de Airbus, dicen que un regreso a las monedas nacionales obligaría al conglomerado a replantear todo su negocio, desde dónde expandirse hasta la selección de sus proveedores y los salarios.

«Si regresamos, la moneda alemana probablemente será más fuerte que el resto, lo cual plantea dudas sobre expansión a largo plazo», dijo un vocero del conglomerado. «Existe un potencial para que exploten tensiones dentro del grupo porque los niveles salariales serían diferentes» de país a país, manifestó. EADS evalúa la creación de un banco interno para proteger su acceso y el de sus clientes al crédito. La medida también le permitiría acceder a los fondos baratos del Banco Central Europeo, tal y como lo hizo hace poco la automotriz francesa PSA Peugeot-Citroën SA.
Fuente: The Wall Street Journal, 31/05/12.

La medicina amarga para la crisis griega

junio 1, 2012

Los argentinos tienen la medicina amarga para la crisis griega

Por Michael J. Casey

 

Ahora que una salida de Grecia de la eurozona es ampliamente considerada inevitable, vale la pena reflexionar en lo siguiente:

–Las encuestas muestran que más del 70% de los griegos no quieren abandonar el euro.

–Angela Merkel y la mayoría de los demás líderes de la eurozona, si bien lamentan el día que permitieron el ingreso de Grecia a su club, están aterrados del contagio financiero que podría causar su salida.

–Ninguno de los tres principales partidos que se disputan el control del gobierno griego son partidarios de salir del euro.

.–El Instituto Internacional de Finanzas, que representa a los mayores bancos del mundo, está librando una intensa campaña para que Grecia permanezca en la unión monetaria.

–Las cuentas de Grecia no están sujetas a la presión del mercado de la misma manera en que lo están las de España porque sus necesidades de refinanciación de deuda actualmente están cubiertas por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y el Fondo Monetario Internacional.

Para que ocurra lo «inevitable», en otras palabras, un grupo de personas debe conscientemente tomar decisiones que sabe que producirán un resultado que ninguno quiere. De hecho, hace falta que tomen medidas que podrían desencadenar un caos financiero de tal magnitud que terminará sus carreras políticas.

Aun cuando suene irracional, la historia de las crisis financieras nos dice que las fuerzas económicas y políticas con frecuencia pueden obligar a los gobiernos a cometer suicido político. Con esa historia en mente, los inversionistas han concluido que los políticos en Grecia y Alemania no salvarán la brecha entre un público griego cansado de la austeridad y un electorado alemán que no quiere entregar más dinero sin que haya un mayor ajuste.

El precedente más importante para esto fue la crisis de Argentina de 2001, que culminó con un final igualmente impopular de la paridad del peso argentino con el dólar y un estallido de caos financiero y político.

Entonces, igual que ahora, un organismo externo de acreedores del sector público (el FMI) y el mayor gobierno que lo respalda (Estados Unidos) estaban bajo presión política para abstenerse de prestar dinero a un país con reputación de mala disciplina. (Recuerde la advertencia del secretario del Tesoro de Estados Unidos Paul O’Neill en contra de que Argentina consuma el dinero de «plomeros y carpinteros estadounidenses»). También había resistencia política entre los argentinos al programa de austeridad del FMI, incluida una rebelión abierta contra el recorte de un 13% en las pensiones y los salarios del sector público, que obligó al gobierno a anular la medida.

Finalmente, las decisiones del gobierno argentino -en particular, el muy impopular «corralito», que limitaba los retiros desde los bancos locales- y del FMI, que se negó a aprobar el desembolso de US$1.300 millones a comienzos de diciembre de 2001, puso al país en la senda autocumplida del impago y la devaluación. Pocos argentinos querían terminar el plan de «convertibilidad» de la moneda, y aun así en el plazo de un mes, tras un colapso político que consumió a cinco presidentes en dos semanas, eso es lo que ocurrió.

Pedí a los dos encargados de política argentinos más directamente involucrados en el intento de salvar Argentina de ese desenlace que reflexionaran sobre aquellos momentos y ofrecieran consejo a los griegos. Sorprendentemente, sus recetas difirieron, lo cual pareció corresponderse con el grado en que cada uno de ellos estaba políticamente comprometido en proteger el plan de convertibilidad hace 10 años.

«Para mí es una barbaridad que muchos recomienden una salida del euro», dijo Domingo Cavallo, quien fue ministro de economía hasta la caída del presidente Fernando de la Rúa el 21 de diciembre de 2001. «Cuanto más lo recomienden, más se agravará la crisis de Grecia». Dice que Grecia debería aferrarse al euro porque una salida solo suscitará hiperinflación y convertirá al país en el «paria de Europa», de manera muy semejante a como Argentina se volvió un renegado internacional por sus acciones.

Cavallo era conocido como el padre del plan de convertibilidad, al haber introducido la paridad con el dólar durante su primer periodo como ministro en 1991, la cual inmediatamente puso fin a la pesadilla hiperinflacionaria. Diez años después, De la Rúa lo trajo nuevamente para tratar de salvar el sistema. Toda su reputación estaba comprometida en ello. Cavallo, quien en estos días da clases en Yale, rechaza la opinión generalizada de que la paridad debía acabar. Para él, su término reflejó «un fracaso de la dirigencia».

Pero -le pregunté- cómo debería haber lidiado el gobierno con la feroz resistencia de la sociedad a la austeridad. Cavallo respondió que, «Eso es lo que significa gobernar. Tener que tomar decisiones difíciles». De manera similar, dijo, el FMI y los acreedores de Argentina carecieron de liderazgo al no reconocer las ramificaciones internacionales de sus acciones. Al cerrar el grifo para Argentina, dijo Cavallo, atizaron las llamas del sentimiento antimercado y antiestadounidense en Latinoamérica, lo cual llevó a Hugo Chávez al poder en Venezuela y causó el fracaso del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, respaldado por Washington. Debería ser una advertencia para Alemania, dijo.

Daniel Marx, quien era secretario de finanzas bajo Cavallo hasta que renunció abruptamente el 15 de diciembre de 2001, tiene una perspectiva diferente. Dijo que las medidas más importantes eran «crear consenso político» dentro de la sociedad griega y establecer políticas que «distribuyen las pérdidas equitativamente» y protegen «el tejido social», incluso una devaluación si fuera necesario.

No está claro que el consejo de alguno sea de mucha utilidad para Grecia en esta etapa tardía. Pero a su manera, cada uno se concentra en lo que es necesario: líderes que ven más allá de los costos políticos de corto plazo y deciden lo que es verdaderamente lo mejor para la sociedad. Salga o no Grecia del euro, si la decisión se toma bajo estas condiciones, será para mejor.
Fuente: The Wall Street Journal, 01/06/12.

Las perspectivas del euro

mayo 26, 2012

Otro pilar se cae bajo la casa del euro

Por Nicholas Hastings

 

LONDRES (Dow Jones) – Los cimientos del euro están bajo presión.

Primero, las elecciones griegas dejaron al país debatiendo una salida de la moneda única.

Después fue Alemania, que descartó nuevamente cualquier expectativa de que respaldaría los bonos de la eurozona, los cuales reducirían los costos de endeudamiento para las Grecias de este mundo.

Y ahora, tal vez incluso más importante en sí misma, es la economía alemana, que está demostrando que no va a ser el motor de la recuperación de la zona euro que todos esperaban que fuera.

Como se temía, en lugar de que una Alemania más fuerte ayudara a sacar al resto de la debilitada eurozona del embrollo, los problemas de la periferia están infectando la economía alemana.

Cuando el jueves informó una abrupta caída en la confianza de las empresas alemanas, el IFO fue explícito en destacar que la caída refleja la incertidumbre en la eurozona.

Esto no es como se suponía que fuera.

Hasta hace unos pocos meses, la economía alemana avanzaba bien, como un Mercedes-Benz en una autopista. De hecho, la segunda estimación del PIB alemán para el primer trimestre, también publicada el jueves, confirmó un crecimiento de 0,5% durante esos tres meses.

El consumo privado aumentaba y el crecimiento de las exportaciones mantenía al país en marcha.

No obstante, ya existían señales de que las ruedas del Mercedes estaban a punto de salirse. Según Carsten Brzeski de ING Financial Markets, una falla lo mostró en primer lugar, los inventarios disminuían y el crecimiento posiblemente era insostenible.

Y segundo, los detalles del comercio mostraban que aunque Alemania posiblemente estuviera importando más, la mayoría de esas importaciones no provenían del seno de la zona euro.

Tan pronto como los mercados financieros comenzaron a digerir esas cifras, la IFO informó que la confianza de las empresas había caído mucho más de lo esperado por primera vez en ocho meses. El índice retrocedió desde 109,9 a 106,9. El mercado solo esperaba una caída hasta 109,5.

Pero, para aquellos que han estado dependiendo de Alemania para salvar el euro, fue más preocupante la noticia de que la actividad manufacturera alemana había caída aún más profundo en territorio de contracción y arrastró consigo al índice compuesto de gerentes de compras del país. El índice retrocedió de 50,5 a 49,6, lo que sugiere que la producción fabril y los servicios en conjunto dejaron de expandirse.

Finalmente, los números del índice de gerentes de compras de toda la eurozona confirmaron lo peor y el índice compuesto cayó de 46,7 a 45,9, en lugar de solamente ceder hasta 46,5 como se proyectaba.

Todas estas malas noticias se producen justo cuando la crisis de la deuda ingresa en una nueva fase, la cual muchos analistas consideran más peligrosa.

Grecia está esperando realizar una segunda elección, la cual está siendo considerada como un referendo sobre si el país se mantendrá dentro del euro. Y Alemania rechaza ofrecer cualquier concesión, como la emisión de bonos de la eurozona, los cuales harían la vida más fácil para Grecia.

Ciertamente, con su propio futuro económico ahora en terreno incierto, Alemania estará aún menos inclinada a ceder en el financiamiento futuro de los países periféricos y la crisis de la deuda se volverá aún más difícil de resolver.

No obstante, hay un solo remanso de buenas noticias. Una desaceleración económica en Alemania significa que el Banco Central Europeo será persuadido más fácilmente de relajar aún más la política monetaria, una medida a la que era reticente en tanto la inflación alemana estuviera en riesgo.

Sin embargo, en lo que respecta al euro, eso podría ser semejante a ver cómo un árbol robusto, que apuntalaba una casa sobre zancos, es reemplazado por una cerilla.
Fuente: The Wall Street Journal, 25/05/12.

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