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¿Hacia un Estado policial?

mayo 13, 2020

Espacio de Debate

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Un Estado policial es un Estado donde el gobierno mantiene un estricto control sobre la sociedad, particularmente a través de la supresión de las libertades civiles y a menudo mediante una fuerza de policía secreta y un gran despliegue e inversión en mecanismos de Vigilancia. Esto implica que el control por el gobierno contradice la voluntad de los individuos que están siendo controlados. Así, un Estado policial es inherentemente antidemocrático y es similar a la ley marcial.

La ley marcial es un estatuto de excepción de aplicación de las normas legales ordinarias, por medio del cual se otorgan facultades extraordinarias a las fuerzas armadas o la policía en cuanto a la administración de jurisdicción y resguardo del orden público. Casos usuales de aplicación son la guerra o para sofocar rebeliones.

La ley marcial implica una limitación y suspensión de algunos de los derechos civiles que el ordenamiento garantiza al individuo, además de aplicar procesos sumarios en los juicios y castigos severos más allá de los que se imponen en situaciones normales. En muchos casos de ley marcial, la pena de muerte es impuesta para crímenes que normalmente no serían crímenes capitales, como el saqueo o robos en caso de catástrofes. Los llamados normalmente a ejercer la ley marcial son los tribunales militares.

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Big Data y el Control social en Venezuela

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China representa un desafío para Estados Unidos

mayo 11, 2020

El desafío chino

Estados Unidos nunca se ha enfrentado a semejante adversario

Por David P. Goldman.

La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross describió cinco etapas de duelo: negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. Durante la última década, Estados Unidos ha negado la aparición de China como potencia global. No podíamos creer que un país que durante generaciones fuera sinónimo de pobreza pudiera competir con nosotros. Con la elección de Donald Trump en 2016, hemos pasado a la ira. Tal como están las cosas, estaremos negociando en poco tiempo.

Durante miles de años, las debilidades internas de China (desastres naturales, hambruna, peste, disturbios civiles e invasión extranjera) mantuvieron su atención interna. Ahora estamos en el mayor punto de inflexión en la historia de China desde su unificación en el siglo III a. C. China se está volviendo hacia afuera, pero no quiere gobernarlo. Al igual que los Borg en Star Trek , quiere asimilarte.

El presidente Trump tiene razón al insistir en que el status quo de Estados Unidos con China no puede continuar. Hizo campaña contra su robo sistémico de la propiedad intelectual de los EE. UU. Y la migración de nuestra fabricación a China. Revertió 20 años de negligencia benigna hacia el desafío de China a nuestro dominio estratégico y tomó medidas enérgicas para controlar la expansión de China. Pero no ha tenido éxito. Hasta ahora ha abordado los síntomas en lugar de las causas. Nuestra guerra comercial con China se instaló en una tregua incómoda a fines de 2019, con daños moderados a ambas economías pero sin un claro ganador.

Revolución industrial

El año pasado fue un hito. Tal como están las cosas, Estados Unidos será superado por China en los próximos años. China está desarrollando su propia propiedad intelectual en áreas clave. Algunos de ellos son mejores que los nuestros: en inteligencia artificial, telecomunicaciones, criptografía y guerra electrónica. En otros campos clave como la computación cuántica, posiblemente el santo grial de la tecnología del siglo XXI, es difícil saber quién está ganando, pero China nos está gastando mucho por un amplio margen.

La primera gran compañía multinacional de China, Huawei, está lanzando banda ancha móvil de quinta generación (5G) en toda Eurasia, desde Vladivostok, Rusia hasta Bristol, Inglaterra, a pesar de la presión de toda la corte por parte de la Administración Trump para detenerlo. En enero de 2020, Gran Bretaña, el aliado más cercano de Estados Unidos, rechazó la intervención personal de Trump y permitió que Huawei construyera parte de la red 5G de Gran Bretaña. La Comunidad Europea anunció que no tomaría medidas para excluir al gigante chino. Washington trató de estrangular a Huawei al aplicar controles de exportación a los componentes de EE. UU. Para equipos 5G y teléfonos inteligentes, solo para ver que Huawei continúa expandiéndose utilizando componentes asiáticos mientras logra la autosuficiencia en la producción de chips.

El ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich deploró esto como «el mayor desastre estratégico en la historia de los Estados Unidos». Están en juego no solo los nervios de la nueva era industrial, sino también decenas de aplicaciones derivadas que transformarán la manufactura, la minería, la atención médica, las finanzas, el transporte y el comercio minorista, prácticamente la totalidad de la vida económica, en lo que China llama la Cuarta Revolución Industrial .

China tiene sus propios desafíos, sin duda. Una variante mortal del coronavirus ha matado a más de 2.000 chinos y ha enfermado a decenas de miles de personas, en una severa prueba de gobernanza para el régimen de Beijing. La epidemia viral revela la vulnerabilidad de China, pero también el poder y la crueldad del estado chino. Los científicos chinos secuenciaron el genoma del virus dentro de las dos semanas posteriores al brote y lo publicaron para permitir que los laboratorios farmacéuticos del mundo trabajen en una vacuna. China construyó dos nuevos hospitales de mil camas en Wuhan en apenas más de diez días. El estado chino utilizó su poder absoluto para poner en cuarentena ciudades tan grandes como algunos países europeos, interceptar el transporte y controlar el movimiento de cientos de millones de personas. Analizó datos de ubicación de casi mil millones de teléfonos inteligentes para identificar posibles grupos de infección,

Las autoridades estadounidenses advierten que los sistemas 5G de Huawei permitirán a China espiar las comunicaciones del mundo y robar los datos del mundo. Eso es un riesgo, el grupo de «cinco ojos» de países de habla inglesa ha monitoreado el tráfico de señales del mundo durante décadas, pero otros riesgos son mayores. El cifrado de extremo a extremo de las llamadas de voz ya está aquí, y los avances en criptografía liderados por China pronto harán imposible que cualquiera pueda robar grandes cantidades de datos. Pero Huawei no cree que deba robar los datos del mundo. Se espera que el mundo lo entregue de forma gratuita.

Plan no tan secreto

Desde la publicación del popular The Coming Collapse of China de Gordon G. Chang en 2001, el Producto Interno Bruto per cápita de China se ha multiplicado por cinco. Las ciudades chinas que eran barrios marginales del Tercer Mundo se han convertido en gigantes de acero y vidrio que parecen escenarios de películas de ciencia ficción, no solo Shanghai, Shenzhen y Guangzhou, sino ciudades del interior como Chengdu y Chongqing, cada una con 30 millones de habitantes. . El crecimiento de China se ha desacelerado al 6% anual, aproximadamente tres veces la tasa de Estados Unidos. La carga de la deuda de China es un poco más de tres veces su PIB, casi lo mismo que la de Estados Unidos.

El profesor Graham Allison advirtió en Destined for War (2017) que la guerra es el resultado típico cuando un poder creciente desafía a uno establecido. Hay muchas cosas que están mal con la tesis de Allison, como dije en el número de otoño de 2017 del CRB («¿Debemos luchar?»). Lo más obvio es práctico: China ha invertido masivamente en cohetería, misiles de deslizamiento de hipervelocidad, submarinos y otras tecnologías militares que niegan el acceso a la costa de China y sus alrededores. Un estudio de la Universidad de Sydney de 2019 advirtió que la fuerza de misiles de China podría neutralizar la mayoría de los activos estadounidenses del Pacífico occidental en cuestión de horas después del estallido de la guerra. Incluso si quisiéramos buscar una opción militar contra China, nos han bloqueado.

El director del Centro de Estrategia China del Instituto Hudson, Michael Pillsbury, cree que China tiene un plan secreto para desplazar a Estados Unidos como la superpotencia líder mundial, pero no hay nada secreto sobre su acumulación militar de alta tecnología. China ha demostrado su capacidad de hundir barcos estadounidenses y cegar satélites estadounidenses. La combinación de cohetes chinos, submarinos, contramedidas electrónicas y defensa aérea hace que nuestros activos militares del Pacífico occidental se sientan como patos. Perdimos el Mar del Sur de China hace años. Como era de esperar, Filipinas en febrero de 2020 se retiró unilateralmente de su acuerdo de defensa conjunta con los Estados Unidos. Cuando nuestro aliado más antiguo en Asia va al otro lado, debemos preguntarnos: ¿por qué?

Tampoco hay nada secreto sobre las ambiciones globales de China. Su objetivo es integrar Eurasia en una esfera económica china bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta multimillonaria, y utilizar su dominio de banda ancha 5G para liderar una Cuarta Revolución Industrial. El sitio web de Huawei ha anunciado el plan de China para la supremacía económica mundial desde 2011; China lo ha proclamado con gran fanfarria, y un gasto considerable, en cada conferencia de telecomunicaciones durante los últimos diez años. La ambición militar de China es importante, pero está subordinada a una visión económica y tecnológica tan vasta que los analistas estadounidenses carecen del ancho de banda intelectual para percibirla.

Los estrategas estadounidenses parecen pensar que estamos tratando con la Unión Soviética de los años ochenta. ¡Si solo fuera así de facil! El comunismo es una ideología en bancarrota, un fracaso miserable en la organización social y económica. China es algo completamente diferente. Los comunistas soviéticos les dijeron a sus científicos más talentosos: «Inventa algo nuevo, y te daremos una medalla, y tal vez una casa de campo». China dice: «inventa algo nuevo, lanza una oferta pública inicial y conviértete en multimillonario». A fines de 2019 había 285 multimillonarios en China, incluido Jack Ma de Alibaba, quien, como muchos de sus compañeros multimillonarios, es miembro del Partido Comunista. Hay más marxistas en Cambridge, Massachusetts, que en toda China. Conocí a un marxista profeso durante una cena en Beijing hace un par de años, un tipo agradable que enseñaba doctrina marxista-leninista en la escuela de cuadros del Partido Comunista. Su hija acababa de graduarse de una universidad estadounidense de primer nivel; Me preguntó si podía ayudarla a conseguir un trabajo en Wall Street.

No nos enfrentamos a burócratas soviéticos corruptos y borrachos, sino a una élite mandarín elegida entre los graduados universitarios más brillantes del país más grande del mundo. Estados Unidos se enfrenta a algo mucho más desalentador que el marxismo devorado por las polillas: un imperio de 5.000 años que es pragmático, curioso, adaptativo, despiadado y hambriento. El régimen actual de China es cruel, pero no más cruel que la dinastía Qin que enterró a un millón de trabajadores reclutados en la Gran Muralla. China fue y sigue siendo completamente despiadada.

Huawei proporciona la plantilla para el nuevo imperio chino. La compañía quebró a su competencia y contrató a su talento. Domina la I + D en banda ancha móvil porque sus 50,000 empleados extranjeros realizan la mayor parte de la investigación básica. Por primera vez en su larga historia, China ha logrado asimilar una masa crítica de la élite científica y de ingeniería de Occidente y aprovecharlos para sus ambiciones globales.

La banda ancha móvil es solo el comienzo. El objetivo de China es ser dueño de los «puntos de control» en todas las esferas de la vida económica. Piense en robots industriales que se comunican entre sí a través de redes 5G y emplean inteligencia artificial para diseñar técnicas de producción sin intervención humana; diagnósticos médicos basados ​​en signos vitales continuamente actualizados e historias genéticas de mil millones de personas; robots mineros dirigidos por técnicos de bata blanca con visores de realidad virtual; y una docena de otras tecnologías disruptivas posibles gracias al matrimonio de banda ancha y IA

China ha rogado, prestado y robado la tecnología que hizo que su economía fuera tan grande como la de Estados Unidos. Paga $ 36 mil millones al año en regalías por propiedad intelectual, pero su factura debería ser mucho mayor. Los robos directos incluyen los planes para el avión de transporte militar C-17 de Boeing, robado por piratas informáticos chinos y utilizado para construir una imitación, el transporte Y-20. Los ingenieros chinos empleados en Occidente levantan otros planes que aprenden la tecnología de sus empleadores y salen por la puerta con las habilidades para duplicarla. Las compañías occidentales simplemente entregan aún más planes ansiosos por acceder al mercado chino y felices de regalar las joyas de la familia por el privilegio. Eso es malo para su competitividad a largo plazo, pero bueno para las opciones sobre acciones del CEO en un horizonte de cinco años.

Lo más importante que China se apropió de Estados Unidos es la gran idea que convirtió a Estados Unidos en la única superpotencia del mundo después del colapso de la Unión Soviética. Esa idea es impulsar la I + D fundamental a través de la búsqueda agresiva de sistemas de armas superiores, y dejar que las escisiones lleguen a la economía civil. China es como un cohete de dos etapas. La economía laboral barata y orientada a la exportación que lo convirtió de un país rural empobrecido en un próspero gigante urbanizado después de las reformas de Deng Xiaoping fue el impulso. China comenzó a descartar ese refuerzo hace diez años. La siguiente etapa es la Cuarta Revolución Industrial de Huawei, impulsada por inteligencia artificial, robótica, Internet y aplicaciones masivas de big data para la gestión de la cadena de suministro, transporte, atención médica y otros campos.

Vuelo del abejorro

La respuesta de Estados Unidos a las ambiciones globales de China ha fallado. Hay dos grandes razones para este fracaso. Primero, subestimamos crónicamente las capacidades y ambiciones de China. En segundo lugar, no hemos podido abordar nuestros propios problemas. China visualiza un imperio virtual en el que la tecnología revolucionaria domina la producción, las compras, las finanzas y el transporte. Pone recursos masivos en investigación básica, educación científica e infraestructura. El compromiso de Estados Unidos con la investigación básica y la educación científica, por el contrario, se ha reducido a aproximadamente la mitad de su tamaño durante la Administración Reagan.

La economía de China es como el abejorro que no debería poder volar, pero lo hace. Los comentaristas estadounidenses tienen problemas para explicar el éxito de China, por lo que fingen que no está allí o, si lo hay, no lo estará por mucho tiempo. Trump, por ejemplo, tuiteó el 30 de julio de 2019 que “a China le está yendo muy mal, el peor año en 27…. Nuestra economía se ha vuelto MUCHO más grande que la economía china en los últimos 3 años «.

Cuya economía es más grande depende de su medida. En términos de dólares estadounidenses, el de Estados Unidos es mucho más grande. Pero si incluye el costo relativo de bienes y servicios, la economía de China es aproximadamente $ 4 billones más grande que la de Estados Unidos, según la medida de paridad del poder adquisitivo del Banco Mundial. Eso explica el hecho de que los precios domésticos chinos son mucho más bajos que los precios estadounidenses. Un viaje de media hora en taxi desde el aeropuerto de Chengdu en agosto de 2019 me costó unos cinco dólares estadounidenses. En cualquier ciudad estadounidense hubiera costado entre $ 50 y $ 70 dólares. En dólares estadounidenses actuales, el PIB de China en 2018 fue de aproximadamente $ 13 billones frente a más de $ 20 billones para los EE. UU. Pero la paridad del poder adquisitivo es una medida más informativa.

Un chino de 30 años consume casi diez veces más que su padre o madre en su nacimiento. Los chinos que crecieron en hogares con pisos de tierra y dependencias ahora viven en apartamentos con calefacción central y plomería interior. Los chinos que escatimaron para comprar bicicletas ahora pueden pagar autos. ¿Se falsifican los datos del gobierno chino para que las cosas se vean mejor? No cuentes con eso. Los indicadores básicos de la actividad económica, como la producción de electricidad, el tráfico de mercancías y la producción de artículos industriales clave, son verificables y siguen de cerca el crecimiento del PIB reportado. China ha construido el sistema de carreteras más largo del mundo (alrededor de 90,000 millas), la red ferroviaria de alta velocidad más grande del mundo (alrededor de 18,000 millas hoy, creciendo a 24,000 millas para 2025), y suficientes viviendas para trasladar a casi 600 millones de personas del campo a las ciudades. . Nada de esto estaba allí hace 30 años. La infraestructura de China es la maravilla del mundo moderno. En comparación con los aeropuertos, carreteras y líneas de ferrocarril de China, la mayoría de los Estados Unidos parece un país del Tercer Mundo.

China ahora gradúa más científicos e ingenieros que los Estados Unidos, Europa, Japón, Taiwán y Corea del Sur combinados, y seis veces más que los Estados Unidos solos. Durante los últimos diez años, la calidad de la educación científica china ha alcanzado los estándares mundiales. La Revolución Cultural de Mao Zedong de la década de 1960 casi destruyó el sistema universitario de China. Gracias a las escuelas de posgrado estadounidenses, las universidades chinas han reunido una facultad científica y de ingeniería de clase mundial. Cuatro de cada cinco doctorados en ciencias de la computación e ingeniería eléctrica en Estados Unidos se otorgan a estudiantes extranjeros, de los cuales los chinos son el mayor contingente. Solo el 5% de los estudiantes universitarios estadounidenses se especializan en ingeniería, lo que significa que no hay muchos puestos docentes disponibles para los doctorados recientes.

Es difícil medir la calidad relativa de la educación STEM en China frente al resto del mundo. El Suplemento de Educación Superior Times (Londres) incluye cinco universidades chinas en su ranking de las 50 mejores escuelas de ingeniería y tecnología del mundo. Los ejecutivos de las empresas tecnológicas chinas me han dicho que prefieren no contratar graduados chinos con una licenciatura de una universidad estadounidense. Los programas chinos son más rigurosos, argumentan, y los estudiantes chinos que van al extranjero probablemente son hijos de familias acomodadas que no obtuvieron buenos resultados en el examen de ingreso a la universidad de China.

China ya no necesita robar o copiar tecnología occidental. En los últimos cinco años, China ha producido el mejor equipo 5G del mundo, algunas de las supercomputadoras más rápidas del mundo, misiles estratégicos de hipervelocidad, chips de computadora que rivalizan con los mejores diseños de Estados Unidos y una tecnología de ciberseguridad inquebrantable, criptografía cuántica. Una nave espacial robótica china realizó el primer aterrizaje suave en el lado oscuro de la luna en 2019. Eso es solo el comienzo.

Investigación y deuda

China ahora gasta alrededor del 2.2% del PIB en investigación y desarrollo, en comparación con el 2.8% en los Estados Unidos, pero, dados los tamaños relativos de nuestras economías, su gasto en I + D en términos absolutos es casi el mismo que el nuestro. Una gran diferencia está en la composición del gasto. La mayoría de la I + D estadounidense busca mejoras incrementales en los productos existentes: un detergente de lavandería mejorado o una lata de sopa menos salada. La I + D de China, como explicó el Pentágono en su evaluación de 2019 de las capacidades militares de China, se concentra en tecnologías de doble uso, civiles y militares. En áreas críticas, China gasta mucho más que nosotros. El analista del Hudson Institute, Arthur Herman, escribió en el Wall Street Journal en 2019:

Beijing es el principal rival de computación cuántica de Estados Unidos. Gasta al menos $ 2.5 mil millones al año en investigación, más de 10 veces lo que gasta Washington, y tiene un centro cuántico masivo en la provincia de Hefei. China aspira a desarrollar la “aplicación asesina” para descifrar códigos, lo que significa que proteger los datos y las redes estadounidenses de la intrusión cuántica es un interés vital de seguridad.

Huawei, el líder mundial de la industria en banda ancha móvil, gasta más en I + D que sus principales rivales, Nokia y Ericsson, combinados.

El apoyo del gobierno chino a la inteligencia artificial “enana” el esfuerzo estadounidense, según el profesor de Babson College Thomas Davenport:

En 2017, el gobierno nacional [de China] anunció que quería que el país y sus industrias fueran líderes mundiales en tecnologías de inteligencia artificial para 2030. Se espera que el último fondo de capital de riesgo del gobierno invierta más de $ 30 mil millones en inteligencia artificial y tecnologías relacionadas dentro de empresas estatales , y ese fondo se une a fondos de capital de riesgo aún más grandes financiados por el estado. Solo un estado chino ha dicho que dedicará $ 5 mil millones al desarrollo de tecnologías y negocios de inteligencia artificial. La ciudad de Beijing ha comprometido $ 2 mil millones para desarrollar un parque industrial centrado en la inteligencia artificial. Un puerto importante, Tianjin, planea invertir $ 16 mil millones en su industria local de IA …

Los planes de inversión de Estados Unidos, principalmente en la industria de defensa, se ven eclipsados ​​por el esfuerzo chino. DARPA, el brazo de investigación del Departamento de Defensa, ha patrocinado investigaciones y concursos de IA durante muchos años, y tiene un fondo de $ 2 mil millones llamado «AI Next» para ayudar a desarrollar la próxima ola de tecnologías de IA en universidades y empresas. Todavía no está claro cuánto progreso real han logrado sus esfuerzos.

Algunos analistas afirman que la economía de China sufrirá una crisis de deuda debilitante. Pero los números no respaldan esta opinión. Según el Banco de Pagos Internacionales, China y América tienen aproximadamente la misma carga de deuda. El crédito total al gobierno, los hogares y las corporaciones no financieras representa el 261% del PIB en China y el 249% del PIB en los Estados Unidos. La gran diferencia radica en quién debe la deuda. La deuda del gobierno central es aproximadamente la mitad del PIB en China, pero aproximadamente el 100% del PIB en los Estados Unidos. Por el contrario, la deuda de las empresas privadas es solo del 75% del PIB en los Estados Unidos en comparación con aproximadamente el 150% del PIB en China.

El sistema financiero de China tiene muchos problemas, sin duda. Depende demasiado de los bancos estatales gigantes que están acostumbrados a entregar préstamos a empresas estatales sin hacer preguntas. Esto fomenta la ineficiencia y la corrupción. Las autoridades chinas permiten que las empresas privadas quiebren en lugar de alentar a los bancos a tapar sus problemas. Diecisiete mil millones de dólares de bonos corporativos chinos incumplieron durante los primeros 11 meses de 2019, una pequeña cantidad en comparación con el mercado general de bonos corporativos en tierra de $ 4.4 trillones.

Sin embargo, la mayoría de la deuda corporativa china financiaba infraestructura que, en su mayor parte, puede soportar la carga de la deuda. La forma en que China financia el gasto en infraestructura explica la mayor parte de la diferencia en la concentración de la deuda. En los Estados Unidos, los gobiernos federales, estatales y locales financian el gasto en infraestructura con ingresos fiscales o préstamos; En China, las empresas estatales piden prestado a los bancos estatales para financiar la infraestructura.

En un estudio de 2017 para Asia Times calculé que solo 22 empresas debían dos tercios de la deuda neta adeudada por compañías no financieras en el índice de capital de referencia de China, el Shenzhen 300. Casi todos están involucrados en infraestructura básica (energía, infraestructura de comunicaciones, transporte marítimo, aerolíneas o metales). Este endeudamiento corporativo chino debe ser visto como una inversión en «obras públicas» por parte del soberano chino.

Después de pedir prestado aproximadamente la misma cantidad en relación con el tamaño de sus respectivas economías, ¿qué obtuvieron a cambio China y Estados Unidos? La deuda nacional de los Estados Unidos aumentó por encima de los $ 20 billones, sin contar un estimado de $ 46 billones más en pasivos no financiados del Seguro Social y Medicare. Gastamos la mayor parte de este dinero en pagos de transferencia. China utilizó su deuda para trasladar a 550 millones de personas del campo a la ciudad y construir la infraestructura más nueva y más grande del mundo.

Sin solución rápida

Usamos la palabra «imperio» para describir a China, evocando recuerdos de la conquista militar y la ocupación colonial. Pero China es una entidad completamente diferente: su objetivo es la asimilación y el control indirecto en lugar del dominio imperial. Evita la extralimitación imperial de los compromisos militares extranjeros y busca bloquear su influencia mediante el dominio del comercio y la tecnología.

No hay una manera fácil para que Estados Unidos responda a China, sin solución rápida, sin atajo. El mundo no ha visto nada como la ruptura global de China. Transformará la vida de todos los habitantes de este planeta, incluidos los estadounidenses. El revolucionario ruso Leon Trotsky dijo (apócrifamente) que puede que no te interese la guerra, pero la guerra te interesa a ti. Lo mismo es cierto de China.

Después de la Segunda Guerra Mundial, a los estadounidenses se les pagaba simplemente por ser estadounidenses. El mundo entero tuvo que venir a nosotros. Teníamos los únicos mercados de capital profundos, los únicos capitalistas de riesgo, el único establecimiento de defensa nacional capaz de poner recursos masivos detrás de la I + D básica y la única fuerza laboral capacitada lista para convertir las innovaciones en productos. Inventamos todos los componentes de la era digital: semiconductores, pantallas, sensores, láseres, redes e Internet en sí. Las empresas estadounidenses disfrutaron de monopolios naturales en docenas de campos. Nuestros bienes y servicios se venden a un precio superior. El dólar estadounidense era el rey. Cuando vivía en Alemania durante la primera administración Reagan, los soldados estadounidenses en bases alemanas compraron BMW con sueldo del ejército.

En 1960, Estados Unidos producía el 40% del PIB mundial. Ahora produce 24%. Aún más importante es la disminución de la participación de Estados Unidos en la producción industrial de alta tecnología: según el Banco Mundial, cayó del 18% en 1999 a solo el 7% en 2014, mientras que China aumentó del 3% al 26%. El compromiso de Estados Unidos con la fabricación de alta tecnología se derrumbó con la burbuja tecnológica de 2000, para nunca recuperarse. Por coincidencia, los ingresos de los hogares estadounidenses apenas crecieron durante los próximos 20 años.

El desafío de China es formidable. Estamos compitiendo con 1.400 millones de personas inteligentes y laboriosas. Los escolares chinos se presentan a las 7:30 a.m. y se van a las 5:00 p.m. Diez millones de adolescentes chinos toman los exámenes de ingreso a la universidad cada año y se preparan 12 horas al día durante dos años para obtener la aceptación en una buena universidad. La ética laboral asiática explica por qué el 28% de los estudiantes de las universidades de la Ivy League de Estados Unidos son asiáticos, aunque los asiáticos representan solo el 5.6% de la población de los Estados Unidos. Hemos educado a una facultad de ingeniería de clase mundial para universidades chinas, las mejores de las cuales están a la par con las mejores universidades estadounidenses.

Pero ya hemos pasado el punto en el que una comparación individual de la capacidad técnica de China y Estados Unidos puede explicar el equilibrio estratégico. China ha reclutado a miles de los mejores científicos y técnicos occidentales. Huawei ha creado un modelo de negocio único en la historia de China, con 50,000 empleados extranjeros y centros de investigación en dos docenas de países occidentales. No es una empresa china sino imperial , una especie de horda tecnológicamente impulsada que produce un efecto de bola de nieve. A medida que crece, aplasta a la competencia y absorbe su talento.

La caída de Bagdad ante los mongoles en 1258 ofrece una lección objetiva. La ciudad de un millón de personas refugiadas detrás de muros de 18 pies, y el califa abasí Al-Mustasim rechazó las demandas mongolas de tributo. Los mongoles eran jinetes ligeramente armados, razonaron los abasíes; ¿Qué podrían hacer contra los muros de 18 pies de grosor de Bagdad? Pero el jefe mongol Hulagu Khan trajo consigo a 1.000 expertos en artillería chinos, y les tomó solo tres semanas romper las paredes, después de lo cual los mongoles hicieron una pirámide gigante de las cabezas de los habitantes de Bagdad. Los chinos de hoy no son los mongoles, sin duda, pero la analogía se mantiene: los chinos han adquirido los medios técnicos de Occidente para arruinarnos. Los críticos de China se quejan de que ha robado la tecnología occidental. Mucho más peligroso es el hecho de que China ha aprendido a asimilar el mejor talento de Occidente.

¿Puede Estados Unidos seguir siendo el país más poderoso, productivo e innovador del mundo? Hemos enfrentado este desafío antes: durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el Arsenal de la Democracia superó al Eje; durante la carrera espacial, cuando vencimos una ventaja rusa temprana para aterrizar hombres en la luna; y durante la Administración Reagan, cuando la revolución digital superó las ilusorias ventajas de Rusia en tecnología militar. Requerimos un esfuerzo nacional en la escala de Moonshot de John F. Kennedy y la Iniciativa de Defensa Estratégica de Reagan para restaurar la ventaja decisiva de Estados Unidos en la fabricación de alta tecnología y aplicaciones militares. Si no lo hacemos, si China supera a los Estados Unidos, nos desvaneceremos en un estado de segunda clase, al igual que Gran Bretaña en el siglo XX. Seremos más pobres, más débiles y menos seguros. La elección es nuestra, al menos por un tiempo.

David P. Goldman es presidente de Macrostrategy LLC, una firma de consultoría financiera. Escribe la columna «Spengler» para Asia Times Online y el blog «Spengler» en PJ Media.

Fuente: claremontreviewofbooks.com, 2020.


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Para saber más sobre Big Data

mayo 9, 2020

Big Data. Conceptos, tecnologías y aplicaciones

El libro que tengo en las manos es una excelente aportación para el conocimiento del público en general del gran paradigma que conmueve los cimientos de nuestro mundo, el Big Data. Se trata de Big Data. Conceptos, tecnologías y aplicaciones, en la colección Qué sabemos de, escrito por dos expertos, David Ríos Insúa y David Gómez Ullate.

Comentaremos brevemente el contenido de este libro, aunque en entradas sucesivas seguiremos hablando de algunos de los temas que, al menos a mí, me han resultado tan interesantes como para querer saber más sobre ellos.

Una de las cuestiones más preocupantes del big data es que una gran parte de ese tsunami de datos lo estamos proporcionando nosotros mismos de manera gratuita y casi sin darnos cuenta, como si no nos importara. Y con esos datos, hay compañías que hacen negocios.  Google recibe 4 millones de peticiones por minuto, en Facebook compartimos 2 millones y medio de piezas por minuto, cada día enviamos 400 millones de tuits.

big data

La importancia de los datos y su análisis tiene un origen comercial, como conocer mejor a los clientes, sus gustos, como llegar mejor a ellos. Y si antiguamente (por ejemplo, Gallup) había que hacer encuestas, los avances tecnológicos (internet, móviles, GPS, …) han facilitado la tarea. Se dice que hay unos 15.000 millones de sensores distribuidos en el mundo, y no paran,

Pero estos datos se dan en bruto, tenemos que pulirlos y almacernarlos para poder usarlos. Y después tenemos que aplicar diferentes tecnologías para extraer información útil de los mismos. Y ahí es donde entran las matemáticas. Los autores muestran como una de las bases claves es la Estadística. El otro pilar es la Infomática. A lo largo del libro describen ampliamente como estas dos disciplinas interactúan en el Big Data. Y ello les lleva a hablar del aprendizaje automático (machine learning), redes neuronales, inteligencia artificial, ciberseguridad, y muchos otros temas.

Es muy relevante como las administraciones públicas están tan lejos de las grandes corporaciones empresariales y no están utilizando estas nuevas herramientas en beneficio de la sociedad; hay un enorme potencial en su uso, por ejemplo, en la medicina, tal y como detallan en uno de sus capítulos.

Aunque a veces la lectura nos produce el temor al Gran Hermano, los aspectos positivos son muchos, como ocurre casi siempre con la ciencia. El Big Data no es la panacea a todos los problemas de este mundo pero si que nos ofrece un gran cantidad de oportunidades. Enhorabuena a los autores por este magnífico libro que en apenas 134 páginas no nos da respiro.

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Sobre los autores

David Ríos Insúa. Es AXA-ICMAT Chair en Análisis de Riesgos Adversarios en el ICMAT-CSIC y numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Es catedrático de Estadística e Investigación Operativa (en excedencia). Previamente ha sido profesor o investigador en Manchester, Leeds, Duke, Purdue, Paris-Dauphine, Aalto, CNR-IMATI, IIASA, SAMSI y UPM. Entre otros, ha recibido el Premio DeGroot de la ISBA por su libro Adversarial Risk Analysis. Es asesor científico de Aisoy Robotics. Ha escrito más de 130 artículos con revisión y 15 monografías sobre sus temas de interés que incluyen la inferencia bayesiana, la ciencia de datos, el análisis de decisiones y el análisis de riesgos, y sus aplicaciones, principalmente, a seguridad y ciberseguridad.

David Gómez-Ullate Oteiza. Es investigador en la Universidad de Cádiz y profesor titular de Matemática Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid. Su labor reciente se centra en la transferencia de conocimiento al sector industrial en ciencia de datos e inteligencia artificial. Dirige proyectos en el sector aeronáutico, seguros y biomédico aplicando técnicas de visión artificial y procesamiento de lenguaje natural.

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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).

Fuente: madrimasd.org, 2020.



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Qué NO hacer en Twitter

mayo 9, 2020

Cosas que no debes de hacer en Twitter

La red de Twitter es  en realidad una comunidad que tiene sus reglas y unas características muy definidas. Voy a describirte algunas de ellas que debes evitar. Tienes que tener en cuenta que para que te respeten lo primero que debes de hacer es respetar a tus seguidores y no meter la pata cuando uses Twitter.

1) No intentes vender tus productos o servicios de forma insistente en cada Twitt y mucho menos sin aportar valor añadido en tus contenidos. Esa forma de comunicarte normalmente molesta a tus seguidores que de alguna forma te catalogaran como Spam. Ademas, no obtendrás los resultados que esperas. En algún otro post he escrito que las redes sociales y en especial Twitter no es lo más adecuado para generar y cerrar ventas en un mercado frío. No te centres en vender y vender. No te va a funcionar

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2) Si eres de los que se sienten provocados fácilmente, no te sientas tentado a dar malas respuestas a tus seguidores. Recuerda que estas en una red social abierta a diferentes tipos de personas y mentalidades y hay que cuidar las formas a la hora de relacionarte con ellos. Aunque es cierto que hay muchas personas que puedan tratarte de forma desconsiderada o incluso agresiva. Piensatelo tres veces antes de responder con el mismo trato descosiderado o agresivo. En Twitter no te va a ayudar en nada en posicionarte como persona relevante. En muchas ocasiones esos comentarios se responden solos o incluso algunos son defendidos por otros seguidores que te puedan conocer. Responde de forma clara pero educadamente.

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3) Ten cuidado con la forma en la que participas de las conversaciones. ¿A que me refiero con esto? Bueno las redes sociales y evidentemente en twitter especialmente se utilizan para socializar y mantener conversaciones con los diferentes seguidores y perfiles e incluso sumarse a alguna de ellas . Y eso no esta mal siempre que lo hagamos de tal forma que no parezca que nos estamos entrometiendo de forma indiscreta, pesada o descarada en una conversación ajena.  Por ejemplo si un grupo de personas es discutiendo sobre un tema y entras con comentarios que pueden molestar y lo haces de forma continuada. Casi con seguridad no vas a ser muy bien recibido. Recuerda que Twitter es como una fiesta o una reunión de amigos y si entras de forma desconsiderada, pueden excluirte. O peor aún, Bloquearte y considerarte no grato.

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4) No seas “demasiado” activo. Evita caer en la tentación de Twittear de forma masiva e incongruente. ¡Eso cansa! NO debes de saturar los Time Line de tus seguidores con Tweets innecesarios o fuera de lugar o que siempre estén vendiendo algo casi sin dejar un tiempo razonable de respuesta. Y si los programas para ser enviados como por ejemplo en Twittmate, procura que sean coherentes y con un margen de tiempo razonable. Algo que te va a ayudar a detectar si eso te está ocurriendo es comprobar si hay perfiles que te están dejando de seguir.

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5) Evita enviar siempre los mismos Tuits varias veces al día. Aunque esto ya no lo permite Twitter pero puedes caer en el error de hacer con pequeñas variaciones el mismo Tuit en el mismo día. Y aunque en principio no está mal repetir la información, porque tus seguidores no están conectados a su perfil permanentemente o estén con otras actividades y no les permita ver todo lo que publicas, pero ten cuidado de pasarte todo el día repitiendo lo mismo. Eso no contribuye a generar una conversación y te va a ayudar poco en tu marketing en Twitter

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6) No hagas Spam en los Mensajes directos. Procura enviar un saludo y en el mejor de los casos un regalo de bienvenida o información pertinente o una comunicación que no incomode a tus seguidores. Los Mensajes Directos no son para Saturar a tus seguidores.

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En definitiva, intenta tener personalidad propia en Twitter. Se tu mismo. Y sobre todo procura ser el mejor en lo que haces.

En Twitter se aprecia mucho cuando aportas contenidos de valor a los que componen tu red de Seguidores.

Ten en cuenta que es básico respetar las reglas de juego de la comunidad de Twitter. Procura responder cuando te hacen preguntas, aporta valor en tus tuits, mantén las formas, se respetuoso y  no hagas perder el tiempo a tus seguidores. Dicho así parece sencillo, pero no es nada fácil cumplirlo.

Fuente: juancarloscamano.com, 2016.

Más información:

Cómo sacarle el jugo a Twitter

El uso que hace Trump de Twitter es fascinante

Twitter, Facebook y el mundo de las Celebridades


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Geopolítica: teoría del Heartland

mayo 8, 2020

Teoría del heartland: la conquista del mundo

Teoría del heartland: la conquista del mundo
 Un ejemplo clásico de teoría geopolítica es la del heartland, que divide el mundo entre un área pivote y la creciente interior y la exterior. Quien domine Asia Central dominará Eurasia, y quien domine Eurasia dominará el mundo, según Mackinder.

Por Fernando Arancón.


A principios del siglo XX, el geógrafo Mackinder elaboró una teoría para comprobar qué potencia dominaría el mundo. Desde el Imperio ruso a la Alemania nazi, pasando hoy por el gigante chino, nadie ha conseguido cumplir esa profecía geopolítica.

En 1904 el político y geógrafo inglés Halford John Mackinder ideó una teoría generalista sobre el pasado, presente y futuro del poder mundial. Esta teoría, llamada teoría del heartland o del corazón continental, venía a decir que, históricamente, quien controlaba la zona de Asia central-Rusia central-Siberia tenía bastantes probabilidades de controlar tanto el resto de Asia como el resto de Europa y obtener así una posición privilegiada de cara al dominio mundial. Esta especie de profecía geopolítica nunca ha llegado a producirse realmente, aunque sí es cierto que en varios momentos de la Historia ha estado cerca de cumplirse.

En los últimos tiempos se ha relacionado este poder del heartland con el ascenso vertiginoso de China, que regionalmente es una potencia consolidada y mundialmente es una firme candidata a lograr el título de superpotencia en las próximas décadas. Por tanto, aunque esta teoría de principios del siglo XX sea simplista e inconcluyente en muchos aspectos, es interesante porque se ha tomado repetidamente como modelo de política exterior o económica, por lo que aquí intentaremos encajar la proyección del auge chino con las predicciones del geógrafo inglés.

Una idea sustentada en la Historia

En su conferencia “El pivote geográfico de la Historia”, Mackinder introducía la idea de que, históricamente, el poder se había expandido por un medio geográfico determinado. Hasta la Edad Moderna (siglo XV), la expansión se había dado a través del medio terrestre, gracias al caballo y los ejércitos montados. Añadía también el hecho de que hasta esa época todas las grandes invasiones que habían sufrido Europa o Asia provenían de una región en concreto: Asia central.

En la Edad Antigua, en los primeros siglos después de Cristo, los hunos comenzaron una expansión desde la zona de Mongolia y Asia central hacia el resto de Eurasia. De hecho, esta expansión fue uno de los motivos de la construcción de la Gran Muralla China. Por ese mismo continente llegaron a la India y Persia, mientras que en su expansionismo por Europa durante el siglo V d. C. estuvieron a punto de destruir el Imperio romano de Occidente —que sólo aguantó 20 años más—. Casi mil años después, durante el siglo XIII, los mongoles llegaron —en su etapa inicial liderados por Gengis Kan— hasta el sur de China, Irán, Turquía o países actuales tan distantes como Ucrania o Rumanía.

La Teoría del heartland es un concepto acuñado a principios del siglo XX por el geógrafo británico Halford Mackinder. En su primera versión funcionaba a modo de profecía geopolítica, intentando encontrar un patrón geográfico por el cual un país se convertía en potencia mundial. Según esta teoría, los grandes imperios a lo largo de los siglos tenían un fuerte componente de expansión terrestre y todos ellos procedían o habían controlado la zona de Asia Central

A partir del siglo XV, con el desarrollo de la navegación ultramarina y la llegada a América de los europeos, el medio de expansión más rápido y eficaz deja de ser la tierra y pasa a ser el mar, por lo que la ventaja del heartland respecto a la capacidad de expansión se pierde. Ahora son los países europeos con amplio acceso al mar los que se expanden de manera extraordinaria. España, Inglaterra, Francia y Holanda llegan a conseguir extensos territorios fuera de Europa gracias al desarrollo de sus armadas y al comercio marítimo. Es más, con la movilidad naval ganan en penetración terrestre, por lo que el efecto del corazón continental se ve aún más reducido. También las estructuras políticas, económicas y militares han cambiado desde las grandes invasiones. En la zona de Asia central siguen existiendo tribus o pueblos desunidos y que no se han desarrollado tecnológicamente, mientras que los pueblos europeos, que siglos atrás tenían una capacidad tecnológica similar a la de los invasores asiáticos, han desarrollado armas de fuego potentes, formas de gobierno eficientes, infraestructuras de calidad, poblaciones numerosas y medianamente densas, etc.

En este punto parece que la teoría de Mckinder se diluía en el propio devenir de la Historia, pero entonces llegó un avance que devolvió la vida al maltrecho heartland: el ferrocarril. Gracias a este invento se empezaba a reequilibrar la carrera entre la tierra y el mar. No cabe duda de que el ferrocarril ha sido uno de los puntos de inflexión en la Historia mundial: acortaba el tiempo de desplazamiento de ejércitos y productos y aumentaba la capacidad de transporte entre un punto y otro, especialmente en sitios alejados del mar.

Así llegamos a 1904, cuando nuestro autor explica de manera más amplia todo lo comentado anteriormente. El medio terrestre parecía estar ganando de nuevo la partida al mar, por lo que la teoría del corazón continental resucitaba. De manera más amplia, ahora debía haber una potencia terrestre y una marítima, que básicamente pugnarían por el control del heartland. Quien controlase el corazón continental controlaría el “cinturón interior”, zona que comprendía el resto de la Europa y Asia continental, y quien controlase ese cinturón interior probablemente acabase controlando el “cinturón exterior”, que venía a ser el resto del mundo.

La lucha por el heartland

Para entender este modelo también debemos verlo desde la óptica de la época en la que Mackinder lo propuso. En 1904 Gran Bretaña era la potencia indiscutible; su imperio colonial era el más extenso del mundo y su poder naval resultaba abrumador. En cambio, como potencia terrestre, había ciertas dudas. ¿Lo era el Imperio ruso, ocupante efectivo del heartland, pero industrial y militarmente atrasadísimo? ¿Sería Alemania, potencia terrestre en alza que miraba con cierto apetito al este de Europa?

A finales del siglo XIX casi estalla una guerra entre británicos y rusos en Afganistán e India por el control de Asia central, una región geoestratégica clave según Mackinder. La cuestión de entonces no era quién iba a controlar el corazón continental, puesto que se sabía ya sobradamente que en su mayoría esta zona estaba bajo el dominio del Imperio ruso, sino si este sería capaz de desarrollar el potencial suficiente para cumplir la profecía geográfica.

Conquista del heartland por parte del Imperio ruso

La Primera Guerra Mundial evidenció que Rusia no era ni iba a ser ese candidato a dominador mundial. Su ejército, pésimamente armado, apenas hizo nada en la guerra al no haber una capacidad industrial detrás que respaldase ese esfuerzo. Llegó la Revolución de Octubre, Rusia cambió su nombre por el de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) —con una dura guerra civil acompañada de hambrunas— y el puesto de potencia terrestre se quedó otra vez sin candidato al estar también Alemania puesta contra la lona tras el Tratado de Versalles.

El siguiente momento en el que saltaron las alarmas fue durante la Segunda Guerra Mundial. Gran Bretaña todavía mantenía el estatus de potencia marítima —le quedaba un lustro para perderlo a manos de Estados Unidos—, mientras que la alianza germano-soviética hacía temer que se consumase la gestación definitiva de una potencia terrestre. La ruptura de esa alianza con la guerra entre ambos hizo que el remedio fuese peor que la enfermedad: si Alemania, que dominaba de manera efectiva casi toda Europa Occidental, dominaba también la enorme extensión que suponía la URSS, heartland incluido, el mundo acabaría siendo alemán. El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt ya entreveía esta posibilidad el 29 de diciembre de 1940 en su célebre discurso “El arsenal de la democracia”:

“Los líderes nazis de Alemania han dejado claro que pretenden no solo dominar toda forma de vida y pensamiento dentro de su propio país, sino también esclavizar a toda Europa y entonces hacer uso de sus recursos para dominar el resto del mundo. […] ¿Alguien cree realmente que necesitamos temer un ataque mientras permanezca en el Atlántico como nuestro más poderoso vecino naval una Gran Bretaña libre? ¿Alguien cree realmente, por otro lado, que podríamos descansar en paz si las potencias del Eje fueran nuestro vecino ahí? Si Gran Bretaña cae, las potencias del Eje controlarán los continentes de Europa, Asia, África, Australia y los océanos. Y entonces se encontrarán en situación de convocar enormes recursos militares y navales contra este hemisferio”.

Desde Estados Unidos sabían perfectamente que, si la URSS y Gran Bretaña caían, ellos acabarían haciendo lo mismo en un tiempo. Finalmente, la máquina de guerra alemana acabó ahogándose en Rusia y hubo de retroceder todo lo andado hasta Berlín.

Dos potencias enfrentadas por el control mundial

El medio siglo posterior estaría marcado por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. Ahora sí había verdaderamente una potencia marítima con una capacidad de despliegue mundial —EE. UU.— y una potencia terrestre, de enorme extensión, con muchos recursos, una industria potente y un ejército numeroso y bien armado que además controlaba el heartland —URSS—. El modelo de Mackinder de esa lucha de gigantes empezaba a cuadrar.

El inconveniente que había ahora era la amenaza nuclear, que implicaba la destrucción mutua si la situación se les iba de las manos, así que todo acabó derivando en la llamada doctrina de la contención, que trataba de impedir cualquier expansión, tanto territorial como de influencia, por parte de las dos superpotencias. De hecho, para que veamos la importancia que esta contención soviética suponía para los Estados Unidos, el presidente Reagan llegó a decir en 1988, casi 50 años después de que Roosevelt se refiriese a la contención nazi, lo siguiente:

“La primera dimensión histórica de nuestra estrategia es relativamente simple, clara y enormemente sensata. Es la convicción de que los intereses de seguridad nacional fundamentales de los EE. UU. se pondrían en peligro si un Estado o grupo de Estados hostiles dominaran la masa de tierra euroasiática. Y desde 1945 hemos procurado evitar que la URSS sacara partido de su posición geoestratégica ventajosa para dominar a sus vecinos de la Europa Occidental, Asia y Oriente Próximo, con lo que se alteraría el equilibrio mundial de poder en nuestro perjuicio”

Geografía política, P. Taylor y C. Flint, 2002

Los dos grandes superbloques: la OTAN y el Pacto de Varsovia

La Guerra Fría acabó en 1991 con la desaparición de la URSS y, con ella, la idea de que una superpotencia surgiese del heartland. Su heredera más directa, Rusia, estaba inmersa en una crisis tan profunda que la relegaba a la segunda división geopolítica. Por otro lado, las ex repúblicas soviéticas de Asia central —Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán, Turkmenistán y Tayikistán— se convertían en dictaduras tremendamente corruptas, con rivalidades étnicas; Mongolia no había sido nunca relevante como Estado y no tenía previsiones de serlo, y, finalmente, China acababa de despertar del funcionamiento comunista y apenas había echado a andar por la senda capitalista. Parecía que de nuevo estaba vacante la plaza de potencia terrestre.

China, candidata a potencia terrestre

Cuando Mackinder elaboró su teoría en los primeros años del siglo XX, es poco probable que pensase en China como un candidato aceptable para dominar el heartland. Mackinder sentía cierta fascinación por el Imperio ruso, que en aquellos años llevó a cabo reformas políticas y económicas en su interior para impulsar la industria en un país fundamentalmente agrario. Quizás no pensó en China porque el ahora gigante asiático era entonces un cortijo de las potencias europeas y su emperador poco tenía que decir: gobernaba —por decir algo— el centro y norte de lo que hoy es China; el resto, factorías europeas, influencia europea y todo dominado por europeos.

Como es lógico, los chinos acabaron rebelándose y los europeos optaron por salir de allí, no sin antes provocar que China acabase en un mosaico de varios Estados en un régimen casi feudal. Hasta la victoria de Mao Zedong en 1949, no podemos decir que China fuera un país totalmente unificado y controlado efectivamente por un poder central.

Siguiendo fielmente la delimitación original del heartland de Mackinder, las regiones del noreste de China entran dentro del corazón continental. Más concretamente, podemos incluir la región de Sinkiang, poblada mayoritariamente por uigures musulmanes, dentro de ese espacio conquistador. Así, China tiene medio pie metido en el corazón. Tampoco es que eso sea lo importante; las líneas en los mapas, como las fronteras, es algo imaginario, así que podemos extender el área del heartland a parte de China.

A finales de la década de 1990 y sobre todo en los primeros años del siglo XXI, China ha conocido un desarrollo económico sin precedentes. El tercer país más extenso del planeta y el más poblado, unas tasas de crecimiento vertiginosas que se creían imposibles de mantener a medio plazo en un país tan grande, un comercio exportador que poco a poco va copando el mercado, un presupuesto en defensa que no deja de aumentar, una política exterior ambiciosa, un poder económico apabullante al no tener apenas deuda pública ni una moneda que fluctúe —el yuan es la única moneda potente que no está en el sistema de cambio flexible—…

En definitiva, se constata que en la última década no ha habido tal crecimiento de poder en ningún país o región del mundo. Se empieza a hablar de que China podría ocupar muy pronto, si no lo ha hecho ya, el trono de potencia terrestre. Como bien dijo Napoleón: “Cuando China despierte, el mundo temblará”.

¿La potencia mundial del siglo XXI?

En el recién empezado siglo XX, las armas todavía hacían más daño que cualquier otra herramienta a disposición de Gobiernos o élites. Durante la etapa colonial, unos cuantos cientos de hombres con armas de fuego podían someter extensísimos territorios, igual que los hunos arrasaron media Europa por el simple hecho de tener caballos. La dicotomía tierra-mar duró hasta casi el fin de la URSS, quizás complementada por el aire, aunque sin duda no como medio independiente o comparable a los dos anteriores.

Ahora las cosas han cambiado. Y mucho. Las armas ligeras son relativamente baratas y fáciles de adquirir donde no hay un control estatal fuerte —véase África—, el sistema internacional está organizado mínimamente gracias a la ONU y el Derecho internacional y las armas —afortunadamente— no son sacadas tan alegremente como hasta hace 70 años. Pero no por esto vivimos en un mundo más seguro o menos agresivo. El poder mundial es como la energía: ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Cambia de manos o de manera de ejecutarse, pero siempre hay poder.

Que China vaya por delante de Estados Unidos en algunas cuestiones no quita para que Washington todavía saque ventaja a Pekín en otras. Fuente: The New York Times

Estados Unidos nunca ha parecido comprender el poder blando o económico —al menos su Gobierno, porque su sector privado lo ha entendido a la perfección—. Siempre han optado por la fórmula clásica, la guerra, ya con ejércitos profesionales, como en el caso de Irak o Afganistán, o mediante guerras encubiertas, como los golpes de Estado en América Latina o la lucha de los talibanes contra los soviéticos en Afganistán en los años 80.

En cambio, China, en su reconversión del comunismo al capitalismo, ha entendido a la perfección que este mundo ya no lo dominan las armas, sino el dinero. Dar una orden económica puede ser infinitamente más efectivo que guerrear contra un país o usar las armas. El dinero es el arma del siglo XXI. ¿El medio? El ciberespacio. Tierra y mar se ven cada vez más eclipsados por lo que supone lo virtual. Quien piense que Estados Unidos o China no pueden hacer quebrar un país y hundirlo en la miseria en unas horas tecleando cuatro cosas y levantando un par de veces el teléfono vive en un paraíso feliz. A punto ha estado Alemania de hacerlo con Grecia; no iba a ser capaz entonces de hacerlo Estados Unidos con cualquier otro.

China y Estados Unidos van a combatir. Van a acabar disputando la influencia hasta en el islote más perdido del Pacífico si hace falta. Estados Unidos languidece como potencia marítima mientras China crece como la terrestre. La influencia china en Asia es enorme y eso pone nerviosos a muchos, especialmente a los vecinos. Porque todas las potencias, antes o después, se sienten encerradas y apretadas en el territorio que tienen, por grande que sea. No es el hecho de expandirse territorialmente, sino de aumentar su influencia. Y, si los vecinos son reticentes a ello, mal asunto; empiezan los nervios.

Que desde Pekín hayan querido vallar para ellos los islotes del Mar de China ha hecho que más de uno tenga la mosca detrás de la oreja. De momento, el marcador está ‘Potencia terrestre 0 – Potencia marítima 4’. Para el próximo partido queda poco. Las apuestas están a que una posible Tercera Guerra Mundial sería principalmente entre Estados Unidos y China en un futuro inexacto. ¿Quién se proclamará vencedor en la disputa por el control mundial? ¿Será China, una potencia del heartland, del interior del gran continente euroasiático, como profetizaba Mackinder? ¿O será por el contrario Estados Unidos, una potencia del exterior del corazón continental? La conquista del mundo ha empezado; hagan sus apuestas.

La carrera entre Estados Unidos y China es evidente en multitud de variables. Sin embargo, en la mayoría las diferencias entre una potencia y otra son claras. Fuente: Visually

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Fernando Arancón: Director de El Orden Mundial. Graduado en Relaciones Internacionales por la UCM. Máster en Inteligencia Económica en la UAM. Especialista y apasionado de la geopolítica.

Fuente: elordenmundial.com, 27/12/13.


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Geopolítica y Libre comercio

mayo 8, 2020

La geopolítica del libre comercio

Por Sebastián Puig.

El pasado mes de junio, mis apreciados profesores y colegas divulgadores Jorge Díaz Lanchas y Manuel Alejandro Hidalgo Pérez escribieron un magnífico artículo en esta casa titulado “El comercio internacional no es héroe ni villano”, en el que, sin negar los beneficios contrastados que el libre comercio ha aportado al desarrollo económico de las naciones, efectuaban una sucinta revisión de los problemas que dicha apertura comercial lleva consigo, especialmente tras el advenimiento de la globalización. Coincido con los autores que la omisión deliberada de dichas externalidades negativas distorsiona el debate público abierto y sensato sobre el tema, imprescindible tanto para el conocimiento de nuestra realidad económica como para el diseño de políticas basadas en dicho conocimiento.

En la parte final del artículo se apuntaba un elemento muy importante dentro de la evolución del comercio internacional como es la geopolítica. En concreto, se afirmaba que los tratados de libre comercio (TLCs) del siglo XXI poseen una característica que los hace “(muy) diferentes” a sus antecesores: precisamente, su clara estrategia geopolítica. En este punto debo discrepar parcialmente con los autores, puesto que el elemento geopolítico siempre ha formado parte de la gran estrategia comercial de los países y ha resultado determinante en la configuración del comercio global tal y como lo conocemos, ya sea de manera explícita o implícita. Es por ello que hoy recojo el testigo de Jorge y Manuel en este preciso punto argumental y me propongo desarrollarlo brevemente en los siguientes párrafos. La geopolítica no ha regresado a los tratados comerciales: siempre estuvo ahí.

Un poco de historia

Adam SmithEmpecemos por mencionar dos antecedentes históricos relevantes. En 1786, el Tratado de Eden, también conocido como Tratado Anglo-Francés, directamente inspirado por las ideas de Adam Smith, marcó un hito en la historia del comercio frente al mercantilismo imperante en la época. Nunca dos naciones habían firmado un acuerdo para liberalizar sus relaciones comerciales, destinado a reducir aranceles y a terminar con una guerra económica que duraba desde Utrecht. El tratado tuvo una corta vida, debido a un proceso negociador favorable a Gran Bretaña que acabó afectando gravemente a la economía francesa, uno de los elementos desencadenantes del estallido de la revolución de 1789. Posteriormente, en 1860, las dos naciones lo intentaron de nuevo con el Tratado Cobden-Chevalier, destinado asimismo a liberalizar el comercio mediante la reducción o eliminación de aranceles. La iniciativa resultó un éxito que provocó, a su vez, la celebración de 56 acuerdos arancelarios bilaterales entre los demás países europeos en apenas 20 años. Casi todos ellos incluían un elemento fundamental que ha sobrevivido hasta nuestros días: la cláusula de nación más favorecida, según la cual si en un acuerdo de comercio internacional una nación concede a otra una ventaja especial (por ejemplo, la reducción del tipo arancelario aplicable a uno de sus productos), debe hacer lo mismo con las demás naciones con las que también haya firmado acuerdos comerciales. Se abría así, de manera informal, el camino hacia un nuevo comercio de naturaleza multilateral. La racionalidad geopolítica de tales iniciativas no escapó ni a sus promotores ni más tarde a los historiadores: el libre comercio, más allá del enriquecedor intercambio económico, suponía una importante garantía de estabilidad regional y, por tanto, una estrategia diplomática deseable.

Dicha incipiente configuración multilateral duró apenas unas décadas, hasta que el despegue de los Estados Unidos y la pujanza alemana propiciaron un regreso al proteccionismo. Se incrementaron aranceles, se establecieron cuotas y prohibiciones a la importación, se fijaron controles de cambio en las divisas y restricciones en la entrada de capitales. La Primera Guerra Mundial había puesto fin al orden internacional existente, estableciendo un nuevo mapa geopolítico global que trastocó estructuras económicas y comerciales. En 1930, en plena Gran Depresión, Estados Unidos abrió las hostilidades comerciales con la ley Smoot-Hawley, que supuso el incremento de tarifas arancelarias para más de 20.000 de productos importados, acción que fue contestada por el resto del mundo con toda clase de represalias proteccionistas. Resultados: reducción brutal del comercio internacional en un 66%, contagio global de la crisis y empeoramiento de la depresión norteamericana tras un breve período de mejora, haciendo al final inoperante la subida de aranceles. La irracionalidad económica contribuyó en este caso a empeorar el ya de por si muy complicado panorama geopolítico internacional. Pocos años más tarde, tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial. Un potente aviso a navegantes futuros.

Un nuevo orden mundial de posguerra

La posguerra trajo consigo la primacía geoeconómica occidental, liderada por Estados Unidos, y la división global en dos grandes bloques enfrentados en su concepción del mundo. Bretton Woods trajo el “patrón dólar”, constituyéndose éste como divisa de referencia global. También se acordó la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), y las negociaciones comerciales culminaron con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT en sus siglas inglesas), cuyo ya mítico artículo I consagraba definitivamente ese fantástico hallazgo del siglo precedente, la cláusula de nación más favorecida. El objetivo de la nueva arquitectura global iba mucho más allá de lo económico: se trataba de desarrollar instrumentos que facilitaran la cooperación pacífica entre naciones tras la sangría de la guerra. La misma racionalidad geopolítica subyació, años más tarde, en el nacimiento de la Comunidad Económica Europea.

Los acuerdos de Bretton Woods​​ son las resoluciones de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods, entre el 1 y el 22 de julio de 1944, que establecieron el nuevo orden económico mundial que estuvo vigente hasta principios de la década de 1970.

Toda esta nueva articulación económica multilateral, fiel reflejo de la configuración geopolítica del momento, se fundamentó en el convencimiento de la primacía del sistema capitalista. La política comercial durante la Guerra Fría se consolidó, en palabras de Robert Gilpin, como “un esfuerzo jurídico basado en reglas, que debe ser alcanzado por derecho propio y justificado por una creencia casi moral en la superioridad intrínseca de los valores capitalistas liberales y del libre mercado”. El desmoronamiento clamoroso del bloque socialista no hizo sino reforzar tal convencimiento. En las décadas subsiguientes, no hubo prácticamente otra consideración geopolítica en las relaciones comerciales internacionales, estabilidad que no debemos confundir con ausencia de geopolítica.

El éxito del modelo alcanzó su punto culminante al finalizar la Ronda Uruguay del GATT en 1994 con la cifra de 128 países firmantes. Esta Ronda constituyó la génesis de la Organización Mundial del Comercio (OMC/WTO), establecida al año siguiente en Ginebra (Suiza). Rusia se uniría a la OMC en 2012 como miembro número 156. Hoy en día la conforman 164 países, que comprenden más del 90% del comercio mundial. No obstante, el panorama global ya no es el mismo, como tampoco lo es la OMC. Un fenómeno geopolítico de primer orden vino a trastocar de forma espectacular las reglas del juego durante las últimas décadas del siglo XX: la globalización.

globalización del comercio

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Una nueva orientación geopolítica

El fenómeno globalizador ha cambiado rápidamente el statu quo existente en las relaciones comerciales internacionales. En palabras de Cristopher Crocker, la globalización comprende “los muchos y complejos patrones de interconexión e interdependencia surgidos a final del siglo XX. Tiene implicaciones en todas las esferas de la existencia social: económica, política e incluso militar. En las tres se enlaza la vida local con las estructuras, procesos y eventos globales”.

Dichos procesos han propiciado un desarrollo económico sin parangón en la historia de la humanidad, pero a su vez han determinado, como bien explicaba el artículo de los profesores Díaz e Hidalgo, la aparición de ganadores y perdedores, una complejidad creciente en las relaciones comerciales y el despegue de nuevas y dinámicas potencias emergentes (empezando por los llamados BRICS), muchas de ellas reacias a seguir los dictados de un sistema basado en equilibrios hegemónicos de poder del siglo anterior.

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De aquel mundo bipolar de la postguerra hemos pasado, por consiguiente, a uno multipolar, hiperconectado y complejo donde cada vez resulta más difícil mantener posturas multilaterales. Los intereses geopolíticos y la competencia por el poder global frente a la cooperación parecen haber regresado con fuerza. Ello se ha traducido en una relentización drástica de los avances en el seno de la OMC, en una creciente regionalización de los intercambios económicos y en una preferencia marcada por los acuerdos comerciales bilaterales entre países o grupos de países. Prueba de ello han sido la aparición de numerosos bloques e instituciones regionales (ver imagen anterior) y la firma de acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA en sus siglas inglesas) o el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP en inglés), así como el intento de negociar un gran Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP). La misma UE, por su parte, no ha dejado de celebrar acuerdos comerciales con casi todo el planeta, tal y como refleja el mapa siguiente:

unión europea comercio

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Las iniciativas descritas han sido un reflejo de la voluntad de las grandes potencias económicas, tanto tradicionales como emergentes, de afirmar, conservar, defender o expandir su influencia en aquellas áreas que consideran de interés estratégico, cuestionando y tensionando el equilibrio geoeconómico e institucional emanado de Breton Woods. La robustez del paradigma liberal-capitalista se halla asimismo en revisión, a causa de las sucesivas crisis financieras, de la volatilidad extrema de los mercados y de los desequilibrios socioeconómicos inherentes al proceso de globalización. Todo ello está propiciando la aparición de movimientos sociales muy críticos con el libre comercio, pero también la emergencia de populismos que aprovechan en su favor dicho legítimo descontento, presionando a los gobiernos hacia políticas claramente proteccionistas. Actitudes como las del nuevo presidente norteamericano, con su decisión de abandonar el TPP, renegociar los términos del NAFTA e interrumpir las negociaciones del TTIP, son un claro ejemplo de esta tendencia.

En la encrucijada

Nos hallamos, por tanto, en un momento clave para el comercio global. A muchos analistas nos parece increíble que en pleno siglo XXI todavía tengamos que explicar el papel esencial que el libre comercio ha supuesto para el avance de la humanidad, pero la realidad nos dice que dicho papel no está siendo percibido por amplios sectores de la sociedad. Ello se debe tanto al oportunismo político como a los nuevos condicionantes geopolíticos y a la necesidad de actualizar un paradigma que ha permanecido incuestionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

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Las opciones son claras: o repensamos la arquitectura de la economía global (comercio incluido), mediante un nuevo impulso multilateral que refleje adecuadamente las nuevas realidades socioeconómicas y los actuales equilibrios de poder entre las naciones, o nos dejamos llevar por un creciente desinterés en cooperar y en definir unas reglas de juego aceptables para todos (esto es, Fair Trade además de Free Trade). El Profesor Heribert Dieter, en un magnífico trabajo del año 2014, anticipaba claramente los riesgos asociados a esta última opción: “La principal preocupación es que las lecciones políticas de los años 30 hayan sido olvidadas. La discriminación en el comercio ha regresado, y puede resultar en mayores conflictos y menos cooperación en las relaciones internacionales. Ninguna de las grandes potencias tiene un interés explícito en desarrollar el comercio a nivel multilateral. La geopolítica ha reemplazado el consenso liberal post-1945 en política comercial”.

Es una preocupación que comparto. La historia nos dice que olvidar las lecciones del pasado conlleva desagradables consecuencias en el presente y el futuro. Por desgracia, muchos políticos y economistas actuales parecen estar perdiendo rápidamente la memoria. No son buenas noticias para el comercio, ni para la humanidad.

—Sebastián Puig es Especialista en Tecnologías de la Información, Aprovisionamiento, Gestión Económica y Programas Internacionales.

Gentileza de: https://www.weforum.org

Fuente: revistalibrecomercio.com, 02/08/17.


Video publicado el 31 de octubre de 2019


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Geopolítica en los Negocios


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Adam Smith y su madre

mayo 8, 2020

¿Qué habría sido de Adam Smith sin su madre?

Por Juan Carlos de Pablo.

Juan Carlos de PabloSabemos mucho más de los padres que de las madres de los economistas. John Stuart Mill documentó cómo su padre, James, lo sometió a una educación rigurosa (aprendió griego a los 3 años y latín a los 9), ocasionándole graves falencias en el plano de los afectos. William Arthur Lewis recordó a su madre en términos muy claros. «Fui el cuarto de 5 hijos. El caso de mi madre es típico en la historia personal de los que logran cosas: una viuda con muchos hijos, poca plata, inmigrante, total integridad, coraje a toda prueba e ilimitada fe en Dios.»

¿Cómo fue la relación entre Margaret Douglas y su hijo, Adam Smith? Al respecto entrevisté al escocés Ian Simpson Ross (1930-2015), quien estudió y enseñó lengua y literatura inglesas. Lo entrevisté porque en 1995 publicó La vida de Adam Smith exactamente un siglo después de que John Rae publicara la suya, referida al «solterón escocés de peluca empolvada», como cariñosamente describía Paul Anthony Samuelson al autor de Los sentimientos morales y La riqueza de las naciones, cuyo rostro ilustra el billete de 20 libras esterlinas.

billete de 20 libras esterlinas scotland new 20 pounds

-Su biografía de Smith ha sido calificada de insuperable.

-Una exageración, sin duda, aunque como bien apuntó Gavin Kennedy, una autoridad sobre la vida y la obra de don Adam: «Ian fue el decano de los biógrafos académicos modernos de Adam Smith. Su biografía nunca será desplazada por otra».

-Como hoy se celebra el Día de la Madre, me gustaría que describiera la relación que Smith tenía con la suya.

-Estrechísima, por circunstancias que se dieron durante los primeros años de la vida de Adam. Por empezar, no sólo fue hijo único, sino que además, cuando Smith nació, su padre había fallecido; durante su niñez sufrió graves problemas de salud, por los que recibió todo tipo de cuidados por parte de su madre. Por si le faltara algo, cuando era niño fue raptado por unos gitanos.

-La correspondencia salvada del fuego, a pesar del deseo último de Adam Smith, muestra el intenso intercambio epistolar que mantuvo con David Hume. Pero también se conocen cartas que le envió a su madre, algunas con pedidos bien pedestres.

-Como la que le escribió el 23 de octubre de 1741, para pedirle que le enviara medias lo antes posible.

-¿Qué se sabe de ella?

-Que tenía fuertes inclinaciones religiosas que Adam no compartía, al menos totalmente, y que luchó para que su hijo fuera un destacado académico. En 1778 fue pintada, mostrando a una mujer austera, digna y de fuerte carácter. Falleció en 1784, luego de lo cual Adam afirmó: «Me quiso más que a cualquier otra persona, fue quien más me quiso y a quien quise más que a cualquier otra». Acaba de publicarse un libro escrito por Katrine Marcal, titulado ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?, pero no se refiere a Margaret Douglas Smith, sino a la economía de la mujer.

-¿Qué influencia tuvo la madre en las ideas básicas planteadas en La riqueza de las naciones?

-La relación, o la falta de relación, entre las vivencias de un autor y su obra ha generado un debate eterno. En el caso de la economía, Kenneth Joseph Arrow y George Joseph Stigler se pronunciaron por la falta de relación; mientras que William L. Breit, William Jaffé, Dierdre Nansen Mc Closkey y Don Patinkin se inclinaron por la influencia de la vida sobre la obra. Como ocurre con frecuencia, la realidad seguramente está alejada de los extremos: ninguna vida puede explicar toda la obra; alguna influencia probablemente tenga.

-¿Y en el caso que nos ocupa?

-No lo investigué a fondo, pero me inclino más por la posición de Arrow y Stigler. Bastante mérito tiene la mamá de Adam Smith con haber criado a su hijo en circunstancias nada fáciles como para que encima le pidamos que haya inspirado la importante teoría de la división del trabajo, ejemplificada de manera magistral con el ejemplo de la fabricación de alfileres, y el concepto de la «mano invisible«, que explica el milagro de que podamos desayunar diariamente sin que quienes producen café, leche, pan y manteca hayan coordinado sus decisiones, se conozcan entre sí o nos amen.

-Don Ian, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 16/10/16.

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Twitter para empresas: Una palanca para el éxito

mayo 5, 2020

Cómo utilizar Twitter para empresas

twitter-para-empresas

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¿Has abierto una cuenta en Twitter para tu empresa y no sabes por dónde empezar? Aquí encontrarás varios consejos sobre cómo gestionar tu perfil de forma efectiva. Antes de empezar, has de saber que la paciencia, la constancia y la calidad -de seguidores y contenidos-  serán esenciales para tener éxito en esta plataforma.

1. Establece objetivos

En el post  “Cómo crear un plan de social media perfecto” ya comenté que es clave establecer cuáles serán tus objetivos y tu target, si no tienes claros estos dos puntos ¡estás perdido! Algunos ejemplos de objetivos son: branding, atención al cliente, crowdsourcing, tráfico web, endorsement…

2. Elabora un Manual de uso

¿Debo utilizar emoticonos? ¿Hablar de usted o de tú? ¿Cómo he de reaccionar ante una crisis? Es muy recomendable fijar un estilo, un tono y una línea editorial para tu marca. Crear una política de comunicación ayudará a los Community Managers actuales y futuros a gestionar la cuenta de Twitter de tu empresa, además de asegurar que todo lo que se comunique en esta plataforma cumplirá con los objetivos de comunicación de tu negocio y será uniforme.

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3. Crea un calendario editorial

Si el usuario sólo encuentra en la cuenta de Twitter de tu empresa información corporativa, twits enfocados a la venta o enlaces sin interés el unfollow no tardará mucho en llegar. Debes asegurar, que además de aportar contenido de interés también diversificas el tipo de contenido que publicas, y el calendario editorial te permitirá tener un historial y planificarte mejor.

4. Cuenta con profesionales Social Media

twitter birdSi quieres que tu cuenta de Twitter para empresas obtenga resultados profesionales, debes contar con alguien que tenga la experiencia y los conocimientos necesarios. Todavía hay empresas que no tienen claro cuál es el perfil del Community Manager, algunos contratan a diseñadores otros a informáticos, pero ninguno de estos perfiles tienen porque saber cómo se gestiona una cuenta de Twitter para empresas.  El perfil de alguien con experiencia en comunicación es en la actualidad el más demandado para este puesto.

5. Cobertura continua

En Twitter no hay un horario para publicar, ni días festivos. Hemos de estar siempre atentos a una posible crisis, agradecer comentarios o menciones, responder dudas, etc. sin abusar de la automatización y sobre todo  monitorizando cada acción.

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6. Cuida tu imagen

Asegura que refleje la identidad visual de tu marca y que esté en sintonía con tu web corporativa y el resto de redes sociales de tu empresa. Aprovecha la cabecera para transmitir lo que te interese en cada momento.
Un detalle que suma es no esconder a la persona que lleve tu cuenta; ya sea en el avatar o en la Bio, los usuarios de Twitter más veteranos ya saben y aceptan que probablemente la herramienta no la lleve el director de la compañía.

7. Aprovecha la Bio

El copy será muy importante, ya que es lo primero -después de tu nombre de usuario- que leerá alguien que esté dudando en si seguirte o no. Aprovecha todo el espacio que tengas para presentar a tu empresa en el mismo tono y estilo que lo haces en tu web u otros perfiles sociales -a no ser que sea una cuenta específica de un producto concreto o dirigido a un target diferente-.

8. Las Listas sí importan

A veces son las grandes abandonadas de las cuentas de Twitter para empresas, pero es porque seguramente no sepan el gran potencial que hay detrás de ellas. El uso organizado de las listas siempre da sus frutos ¿de qué te sirve seguir a 2.000 usuarios si no puedes identificarlos correctamente?

Además, cada vez que incluyes a un usuario en una lista le llega una notificación, por lo tanto es una forma de decir “te reconozco” y las posibilidades de que te devuelva ese reconocimiento incluyéndote en una de sus listas o dándote el follow aumentarán.

10. Equilibra el número de seguidos y seguidores

Y el motivo es muy sencillo, aquellos usuarios que siguen muchas cuentas son percibidos como spam y los que tienen miles de usuarios pero no siguen a casi nadie no dan la impresión de que les interese la conversación, sólo es una cuestión de ego.

11. Conversa 

Tuitea, retuitea, menciona, responde, pregunta, dale al like, etc. de forma equilibrada y constante. Hacer mucho de una cosa y nada de otra dará un toque “robótico” a tu cuenta.

Con estos 11 consejos ya estarás preparado para empezar a gestionar tu Twitter para empresas.

Fuente: makingnoise.es

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El Poder de Twitter

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Pandemias y Ciencia-Ficción

mayo 2, 2020

Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

Ray Bradbury, Isaac Asimov, J. G. Ballard, Ursula K. Le Guin, Philip K. Dick y Stanislaw Lem imaginaron un futuro de pandemias, distancia social y redefinición del ser humano. Seis expertos analizan sus predicciones

Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

¿Qué escritor de ciencia-ficción adivinó mejor el futuro? Seis especialistas explican los pronósticos realizados por seis grandes maestros. Sus respectivas obras demuestran que la literatura se adelantó a fenómenos como la pandemia mundial, la distancia social, la preocupación ecológica, el sexo no binario, la robotización, la inteligencia artificial, la civilización de la pantalla, la realidad aumentada, la aspiración a la inmortalidad, los viajes espaciales, el control del Estado o la disidencia política en el siglo XXI. Como era de esperar, casi ninguno se consideraba a sí mismo autor de género, pero de su imaginación salieron futuros que se parecen mucho a nuestro presente.


Ursula K. Le Guin

Abriéndonos la puerta del universo
Por Rosa Montero

Ursula K. Le Guin.
Ursula K. Le Guin
Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

Cuando hablamos de escritores de ciencia-ficción que adivinaron el futuro, solemos estar refiriéndonos a individuos que intuyeron adelantos técnicos e innovaciones científicas. Ursula K. Le Guin no forma parte de ese colectivo; ella nunca fue muy tecnológica en su obra, sino monumental y mítica. Es uno de esos pocos autores capaces de atrapar en sus libros tanto las más pequeñas sutilezas del individuo como los más vastos anhelos de la humanidad. Y desde esa mirada de águila sí que ha sido capaz de ­anticipar grandes movimientos sociales e incluso viajes que apenas estamos comenzando.

Por ejemplo, su novela El nombre del mundo es Bosque, publicada en 1972, ofrece una profunda reflexión ecologista, un tema que por entonces no le parecía importante a casi nadie, así que podemos decir que Le Guin formó parte de la avanzadilla contra la crisis climática (por cierto que la película Avatar se inspiró en este libro, eso sí, sin decirlo). Del mismo modo, La mano izquierda de la oscuridad (1969), que habla de un mundo en donde los humanos son hermafroditas, neutros durante tres semanas y en la cuarta machos o hembras dependiendo de la pareja que tengan en ese momento, predice la manera en que los géneros están siendo dinamitados actualmente. Me refiero a la sexualidad líquida y mudable de los pansexuales, demisexuales o queer; de los trans y los bi; de los andróginos y los no binarios, todo este glorioso y resbaladizo lío, en fin.

Por último, la serie narrativa más ambiciosa de Le Guin son las novelas del Ekumen, una federación de mundos habitados por humanos que salieron de la Tierra hace milenios y que han ido conformando civilizaciones muy distintas. Y justamente ahora nos encontramos en el inicio de ese salto colosal hacia otros planetas. Hay un frenesí exploratorio en búsqueda de exoplanetas habitables y existen diversos proyectos para colonizar Marte, el más llamativo el de Elon Musk, que pretende transportar hasta el planeta rojo a un millón de colonos para 2050. Es decir (qué vértigo), estamos en el comienzo del Ekumen. Le Guin nos abrió la puerta del universo.

UN LIBRO. Los desposeídos, por ser la mejor novela del Ekumen, que nos enseña que los humanos tendremos que colonizar otros planetas.


Isaac Asimov

Los marcianos éramos nosotros
Por Javier Sampedro

Isaac Asimov.
Isaac Asimov
Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

Isaac Asimov (1920-1992) es conocido sobre todo por dos colecciones de novelas, una sobre robots y otra, llamada Fundación, acerca de una civilización galáctica. Ahora que la robótica ha despegado con fuerza impulsada por los avances en inteligencia artificial, las predicciones de Asimov se están empezando a discutir no ya en los foros coloridos de los aficionados al género, sino incluso bajo la luz tenue de los laboratorios de investigación. Los científicos y los ingenieros discuten, por ejemplo, si sus “tres leyes de la robótica” (un robot no dañará a un humano; obedecerá a un humano siempre que esto no contradiga la primera ley, y se protegerá a sí mismo siempre que esto no contradiga las dos primeras leyes) pueden ser de aplicación como una especie de código moral para máquinas autónomas. El futuro lo dirá.

Cuando sus editores le estimularon a escribir una ópera galáctica, pensando en un conflicto entre la especie humana y los seres alienígenas más extraños que el autor pudiera imaginar, Asimov razonó que la humanidad no tenía la menor oportunidad de salir victoriosa. Nuestra civilización tecnológica es apenas una recién nacida y lo más probable es que se quede muy corta respecto a cualquier otra civilización tecnológica de la galaxia. Así que el autor renunció por completo a cualquier guerra de los mundos e imaginó más bien un futuro en el que los humanos nos hemos propagado por toda la galaxia.

En la serie Fundación, los marcianos somos nosotros. Esa serie, que empezó siendo una trilogía y acabó creciendo tanto que no es fácil decir exactamente cuántos libros comprende, es también una predicción sobre las predicciones. Prevé el desarrollo de una nueva ciencia llamada “psicohistoria” capaz de augurar las grandes corrientes históricas del futuro. Una metapredicción. En un relato sin relación con las series anteriores, la humanidad está a punto de perecer junto al propio universo que la alberga, por la simple degeneración termodinámica que pondrá fin a todo. Los científicos le preguntan al mejor supercomputador del momento: ¿cómo se puede revertir la entropía del cosmos? El ordenador trabaja durante miles de millones de años y al final, con la humanidad ya extinta y olvidada, responde: “Hágase la luz”.

UN LIBRO. Anochecer, por inventar un mundo con siete soles donde nadie ve las estrellas, lo que impide despegar a la ciencia.


Philip K. Dick

Deshumanización tecnológica
Por Laura Fernández

Philip K. Dick.
Philip K. Dick.
Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

Philip K. Dick inventó el deshumanizado mundo de pequeñas y engañosas píldoras en el que vivimos. No, no se trata de píldoras reales, sino de píldoras de realidad. No es solo que escribiese sobre el exceso de información, descontextualizado, atomizado y ametrallador con el que convivimos, sino que lo utilizó para profundizar en su efecto sobre la psique implosiva del que la recibía. Sí, el mundo como un espejo roto en millones de pedazos en los que el individuo se refleja de una forma confusa y distinta y, por lo tanto, enloquecedora.

Tendía Dick a la paranoia —estaba convencido, desde niño, de que todo el mundo quería matarle— y eso le hizo desconfiar de todo y de todos. En especial, de cualquier ente autoritario existente, es decir, los Estados, pero también las empresas todopoderosas —hay al menos una de ellas en cada una de sus novelas— y, cómo no, de la cambiante historia. Esto es, el pasado como algo con lo que se juega en virtud de los intereses de quien puede jugar con él (por ejemplo, hacer creer al protagonista que sigue viviendo en la década de los cincuenta para utilizarlo como arma en la guerra que se libra en el futuro en el que vive sin saberlo).

Es decir, por un lado la confusión, que nunca es colectiva sino individual, y por otro, cientos de pequeñas cosas, como el aspecto cada vez más lúdico de la sociedad (pensemos en la guerra con una sociedad extraterrestre convertida en partidas de una especie de Monopoly en Los jugadores de Titán), la dependencia de las nuevas tecnologías (en Dick hasta los coches cuidan de nosotros y nos dan conversación de vuelta a casa porque no hay nadie más ahí, estamos rodeados de gente pero seguimos inquietantemente solos) y la precariedad (en The Crack in Space se ofrece dormir a aquellos que no van a poder pagarse una vida en el presente), que culminan con la dolorosa y desesperante deshumanización que explica hasta el cada vez más pujante negocio de las mascotas en nuestros días (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? anticipa la imperiosa necesidad del ser humano de volver a sentirse humano cuidando de algo vivo e inocente). No, Dick no era partidario de las catástrofes inexplicables, sino de todo aquello que hacía mal (y por maldad) el ser humano.

UN LIBRO. Ubik, por convertir la realidad en un espejismo que nos conduce hacia un pasado que no existió como lo imaginamos.


 J. G. Ballard

La enfermedad del futuro (y viceversa)
Por Jordi Costa

J. G. Ballard.
J. G. Ballard 
Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

Como si ya hubiera estado allí, J. G. Ballard escribió sobre el futuro con el desapasionamiento notarial de un forense que estuviese realizando la meticulosa autopsia de un nuevo milenio que ya había nacido cadáver. El llamado oráculo de Shepperton (1930-2009) podría haber declarado ayer mismo que “la enfermedad nos ha proporcionado una suerte de apuntalamiento a todos los procesos de alienación que han tenido lugar en nuestra cultura en los últimos 10 años”. En realidad, lo dijo en los ochenta, en el contexto de esa crisis del sida que infectaría uno de sus relatos, El amor en un clima más frío, miniatura distópica que imaginaba una sociedad donde el sexo sería práctica obligatoria legislada por los Gobiernos y gestionada por las Iglesias.

Con las herencias del surrealismo y el psicoanálisis definiendo una mirada única, capaz de detectar las lógicas perversas que subyacen bajo el tejido de lo cotidiano, la literatura de Ballard marcó un radical punto de inflexión en la ciencia-ficción de los sesenta al desplazar el foco del espacio exterior —el territorio de la space-opera— al espacio interior — esa subjetividad pulsional, bombardeada y al mismo tiempo activada por desastres apocalípticos, mutaciones del paisaje mediático o inquietantes derivaciones de la ingeniería social—. Su obra siguió un trazado riguroso desde el desbordamiento imaginativo —esas heterodoxas novelas de catástrofes (El mundo sumergido, La sequía, El mundo de cristal), cuyos personajes no se regían por el instinto de supervivencia, sino por la pulsión de muerte— hasta el aséptico hiperrealismo de sus últimos trabajos —de Furia feroz a Bienvenidos a Metrocenter—, que certificaron que ya llevábamos largo tiempo habitando un presente distópico. Entre uno y otro extremo, las obras que permitirían entender el poso autobiográfico del conjunto —El imperio del sol, La bondad de las mujeres— y, sobre todo, la ruptura abierta por las revolucionarias La exhibición de atrocidades y Crash, las piezas más violentamente transgresoras de su carrera, ambientadas en un universo, regido por la fusión de lo sadeano y lo tecnológico, que funcionaba como espejo, cromado y deformante, de una sociedad iluminada por el sol negro de la muerte del afecto.

UN LIBRO. Rascacielos, por abismarse en la barbarie potencial que yace bajo los frágiles cimientos de la sociedad del bienestar


Ray Bradbury

Nos vemos en Marte en 2026
Por Jacinto Antón

Ray Bradbury.
Ray Bradbury
Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

Tener que defender a Ray Brad­bury (1920-2012) en una competición sobre quién adivinó mejor el futuro puede parecer una faena. Porque Bradbury no es ni se consideró él nunca un escritor de ciencia-ficción. Al menos no de ciencia-ficción al uso. Su terreno creativo fue la fantasía, una fantasía llena de metáforas, teñida de un profundo lirismo con conmovedoras notas melancólicas, feéricas y con una propensión también, en muchas de sus creaciones, a lo tenebroso y hasta lo macabro. De hecho, obras como los estremecedores relatos de El país de octubre —con esas cúspides del escalofrío que son ‘La guadaña’, ‘La multitud’, ‘El viento’ o ‘El pequeño asesino’— lo convierten en un maestro del terror, con influencia en el género reconocida por el propio Stephen King. Dos de sus grandes novelas, las bellísimas y nostálgicas El vino del estío y La feria de las tinieblas, tampoco tienen que ver con la ciencia-ficción, sino con las experiencias y sueños de su infancia en su pueblo natal de Illinois, esa Arcadia rebautizada como Green Town.

Los dos libros más de ciencia-ficción, Crónicas marcianas y sobre todo Fahrenheit 451, tampoco es que se ciñan al canon estricto del género, aunque en la una narre la conquista de Marte por los terrícolas y la otra sea una distopía en la que una unidad de bomberos especializados se dedica a quemar libros. Ciertamente en la primera hay cohetes y marcianos, y en la segunda se podría considerar que se anticipan (es de 1951) algunos artefactos como la televisión plana y los airpods (“caracolitos”, “radios de dedal” que se meten en las orejas y te sumergen en “un océano electrónico de sonido”). Pero siempre está todo subordinado a una dimensión poética y maravillosa: la aventura del bombero Montag es por encima de todo un canto de amor a la lectura (las bibliotecas eran el paraíso de Bradbury) y las crónicas otro, una elegía al planeta rojo de las revistas pulp, Edgar Rice Burroughs y H. G. Welles.

¿Quiere decir todo esto que Bradbury no puede ganar la competición? En absoluto: él nos ha animado como nadie a pensar lo impensable, ha predicho que viajar al espacio nos hará inmortales y ha anticipado que un día de 2026 en Marte nos reconoceremos como los verdaderos marcianos.

UN LIBRO. Crónicas marcianas, por vaticinar que ir a otro planeta no nos librará de nuestros miedos ni de nuestros pecados.


Stanisław Lem

Un mundo de exclusiones
Por Patricio Pron

Cuando la realidad supera a la ciencia-ficción

No hay mucha ciencia en la obra de Stanisław Lem, pero sí muy buena ficción, así como la ruptura conceptual y el “extrañamiento cognitivo” que son los rasgos más salientes del género. Lem (1921-2006) reprochaba a una ciencia-ficción en cuyo marco prefería no ser leído su fijación con la tecnología y su incapacidad de anticipar el futuro: en particular, de admitir que nada cambia nunca porque la naturaleza humana condiciona las respuestas individuales y colectivas a toda situación de peligro y estas tienden a parecerse.

Stanislaw Lem.
Stanislaw Lem

Es lo que sucede en Solaris (1972), quizás su obra más conocida. Cuando Kris Kelvin llega a la estación de observación en torno a ese planeta descubre que uno de sus tripulantes se ha suicidado y que los otros dos no son los únicos ocupantes del módulo: un día ve caminando por el pasillo a una mujer negra desnuda; otro se encuentra con su esposa. Pero ésta también se ha quitado la vida, años antes.

Naturalmente, el problema aquí es el de cómo saber que lo que creemos observar es real. Lem confronta a sus personajes con sus miedos y sus anhelos más profundos al tiempo que critica el proyecto de comprender el universo mediante métodos supuestamente objetivos. Para alguien que como él escribía bajo un régimen totalitario que se amparaba en un cierto “socialismo científico”, el problema no era menor, por supuesto. Pero tampoco lo es para nosotros. Según el filósofo alemán Markus Gabriel, no existe una gran diferencia entre la negación de la ciencia de los extremismos religiosos y políticos y su transformación reciente en herramienta de control por parte de Gobiernos solo en apariencia menos radicales: ambas son respuestas “moralmente reprochables” a una situación de excepción instrumentalizada para reforzar el control ya sea mediante “pasaportes de inmunidad”, geolocalización, “distancia social” o confinamiento forzoso. Vivimos en un presente “construido con exclusiones, negaciones y diversas suposiciones, cada una más opaca que la anterior”, observa Lem en Máscara (1976), y en realidad no podemos saber, excepto, tal vez, que la “luz al final del túnel” será otra opacidad, quizás incluso más oscura que la anterior.

UN LIBRO. La investigación, porque habla, con molde policiaco, sobre la inutilidad de la prueba en un mundo absurdo y falaz.

Fuente: elpais.com, 22/04/20.

coronavirus covid 19

40 novelas sobre pandemias

En la literatura, como en el cine, las pandemias y epidemias han sido siempre una fórmula de éxito. Sin ir más lejos, en el Antiguo Testamento (Libro de Samuel II-24), Dios le da al rey David la elección entre tres castigos: siete años de hambruna, tres meses de guerra o tres días de peste. Boccaccio (1313-1375) también utilizó el drama de la peste negra en sus Cuentos del Decamerón, donde un grupo de diez jóvenes -siete mujeres y tres hombres refugiados en una villa a las afueras de Florencia para huir de la epidemia- narran cien historias durante 10 días. Edgar Allan Poe también utilizó este recurso en su relato La máscara de la muerte roja. Veamos otras novelas cuya trama se basa en las epidemias:

Novelas sobre epidemias y enfermedades contagiosas

La peste, Albert Camus

La peste narra las consecuencias del aislamiento de toda una ciudad, lo cual pone de manifiesto lo mejor y lo peor que cada uno de sus ciudadanos lleva dentro: sus miedos, traiciones, individualismo, pero también la solidaridad, la compasión, el espíritu de colaboración con el prójimo en tareas comunes… Novela apasionante, de gran densidad de pensamiento y de profunda comprensión del ser humano, se ha convertido en uno de los clásicos más indiscutibles de la literatura francesa de todos los tiempos y en uno de los más leídos.

Epidemia, Robin Cook

Ambientada en diversas ciudades de Estados Unidos, esta electrizante novela recrea la peripecia de un grupo de médicos y biólogos que emprenden una desesperada carrera contra el tiempo para evitar la propagación de una epidemia mortal.
Todo empieza cuando Melissa Blumenthal, doctora del Centro para el Control de Enfermedades, organismo gubernamental dedicado a la prevención de epidemias, es enviada a una clínica de Los Ángeles, donde un médico y varios pacientes se hallan en estado crítico a consecuencia de un virus misterioso.

Apocalipsis, Stephen King

Esta narración cuenta cómo un virus gripal, creado artificialmente como posible arma bacteriológica, se extiende por Estados Unidos y provoca la muerte de millones de personas. Los supervivientes tienen sueños comunes, en los que aparece una anciana y un hombre joven. La mujer anciana los incita a viajar a Nebraska para combatir a Randall Flagg, un abominable personaje que encarna las fuerzas del mal y posee un arsenal nuclear.

Pandemia, Wayne Simmons

Dos agentes de policía se abren paso a través de una multitud tan enfurecida como temerosa. Su destino es un bloque de viviendas de Belfast. Han recibido un aviso sobre un nuevo brote de gripe. Cuando alcanzan su objetivo, topan con los ojos inyectados en sangre de una niña lituana de seis años. Presenta todos los síntomas de la pandemia y hay que ponerla en cuarentena. Pero el virus no deja de mutar y otro suceso sacude con violencia a los supervivientes de Belfast: los cadáveres de los infectados se están alzando. Bajo los rayos de un sol implacable, la ciudad es el escenario de una batalla sangrienta e implacable entre los muertos y los vivos. La única esperanza de Belfast reside en la capacidad de los supervivientes de comportarse como lo que se suponen que son: seres humanos.

La peste escarlata, Jack London

La Peste Escarlata (1912) es un clásico memorable sobre la fragilidad de la civilización que inauguró el género de novela catástrofe. Su acción se desarrolla en 2072, sesenta años después de que una implacable epidemia, llamada Muerte Roja, diezmara la raza humana reduciendo a los sobrevivientes a un nuevo primitivismo salvaje y violento. Un viejo maestro sobreviviente de la pandemia intentará desesperadamente recuperar e inculcar los valores perdidos a sus nietos en un largo y difícil camino hacia el conocimiento.

Pandemia, Daniel Kalla

Novela basada en el tristemente famoso virus de la gripe aviar. Perfectamente documentado -el autor es médico de profesión-, el resultado es un thriller altamente realista que nos muestra un escenario no sólo posible, sino terroríficamente probable. Ambientada en China, el doctor Noah Haldane de la Organización Mundial de la Salud y experto en este tipo de enfermedades da la voz de alarma ante la existencia de un posible virus que trasciende las barreras existentes entre humanos y animales, exigiendo mayores y mejores medidas de prevención. Sin embargo, el doctor no sólo tendrá que enfrentarse a las horribles muertes. En el hospital del distrito entran dos personas, supuestamente oficiales gubernamentales, para sacar muestras de sangre de las víctimas. No les ha enviado ningún organismo oficial. Se trata de un desalmado grupo de terroristas que amenaza con hacer uso del virus en algún concurrido lugar del planeta. Pandemia es una apasionante y contemporánea visión de la sociedad actual que engancha desde la primera página y que hace de Kalla uno de los escritores más interesantes del panorama literario actual.

El libro del día del Juicio Final, Connie Willis

A mediados del siglo XXI, la joven estudiante Kirvin Engle se prepara para hacer un viaje en el tiempo. Junto con otros científicos, pretende recabar información de primera mano sobre una de las épocas más oscuras de la historia de la Humanidad: la Edad Media. Aparentemente, todo ha salido bien. Kirvin se encuentra en una nevada campiña inglesa en pleno siglo XVI. Lo que no sabe es que, en 2045, el técnico que marcó las coordenadas de su viaje ha caído fulminado, presa de una extraña plaga que parece asolar la población de ambos tiempos. La historiadora está atrapada en plena época de la Peste Negra, y su venida es interpretada como un acto de Dios; creen que es un ángel protector llegado del Cielo para evitar el Juicio Final.

Diario del año de la peste, Daniel Defoe

Un escalofriante relato novelado en el que se describen con crudeza los horribles acontecimientos que coincidieron con la epidemia de peste que asoló Londres y sus alrededores entre 1664 y 1666. Daniel Defoe, con precisión de cirujano, se convierte en testigo de los comportamientos humanos más heroicos pero también de los más mezquinos: siervos que cuidan abnegadamente de sus amos, padres que abandonan a sus hijos infectados, casas tapiadas con los enfermos dentro, ricos huyendo a sus casas de campo y extendiendo la epidemia allende las murallas de la ciudad. El Diario del año de la peste es una narración dramática y sobrecogedora, con episodios que van de lo emotivo a lo terrorífico, un relato preciso y sin concesiones de una altura literaria que todavía hoy es capaz de conmovernos hasta las lágrimas.

La amenaza Andromeda, Michael Crichton

Cuatro científicos estadounidenses, escogidos por sus logros en microbiología, patología, epidemiología y química electrolítica han sido convocados sin saber por qué y con la máxima urgencia a un laboratorio secreto que el Proyecto Wildfire esconde bajo tierra en el desierto de Nevada. Allí, rodeados por los más sofisticados equipos informáticos y sin poder comunicarse con el exterior, excepto por una línea directa con la oficina de Seguridad Nacional, trabajan para combatir la amenaza de una epidemia mundial. Han de encontrar un antídoto contra un microorganismo desconocido que, inexplicablemente, ha matado a todos los habitantes, excepto a un anciano y un bebé, en un pequeño pueblo de Arizona donde un satélite ha sido recuperado. Pocas piezas les faltan ya para completar el puzzle cuando una rotura en el sello que aísla el laboratorio ha permitido que su adversario microbacteriano salga al exterior. Entonces, su ya desesperada búsqueda de una respuesta médica se unirá a una frenética carrera para impedir el fin del mundo. Con su fuerza narrativa, el suspense y los conocimientos científicos que atesora, La amenaza de Andrómeda coloca al lector ante una trama que une la investigación espacial a los más altos secretos de estado.

El sueño de la aldea Ding, Yan Lianke

La muerte recorre las calles de la otrora próspera aldea Ding. Sus habitantes desaparecen igual que las hojas de los árboles en otoño. Una extraña fiebre se lleva sus vidas. Es la enfermedad de quienes hace ocho años vendieron su sangre por unas pocas monedas. Narrada por el pequeño Xiao Qiang, esta novela, de una sobrecogedora belleza, nos adentra en la historia de la aldea Ding, una de tantas afectadas por el escándalo de la sangre contaminada de la provincia china de Henan. Los aldeanos, incitados a vender grandes cantidades de su propia sangre, con la que se enriquecieron unos pocos, son ahora víctimas de la mayor epidemia conocida en el país. Abandonados e ignorados por las autoridades, solo pueden esperar la llegada de la muerte.

El último hombre, Mary Shelley

El último hombre es una novela apocalíptica, publicada por primera vez en 1826. El libro narra la historia de un mundo futurista (2073) que ha sido arrasado por una extraña epidemia. La novela fue criticada duramente en su época, y permaneció prácticamente en el anonimato hasta que los historiadores la resucitaron en la década de 1960.

Némesis, Philip Roth

Bajo el calor sofocante de la “Newark ecuatorial” hace estragos una espantosa epidemia de polio amenaza con dejar a los niños de la ciudad de Nueva Jersey mutilados, paralizados o minusválidos, e incluso con matarlos. El protagonista de Némesis es el joven de veintitrés años Bucky Cantor, responsable de las actividades al aire libre de los alumnos de una escuela. Cuando la polio empieza a asolar el patio de recreo, Roth se concentra en los dilemas de Cantor y en las realidades cotidianas a las que este se enfrenta, y nos conduce a través de todas las emociones que una plaga semejante puede engendrar: el miedo, el pánico, la cólera, el desconcierto, el sufrimiento y el dolor.

El año de la peste, Geraldine Brooks

Narrada en la voz de su protagonista, una joven viuda y madre de dos hijos, esta es la sobrecogedora historia de un pequeño pueblo inglés que en 1966 se vio asolado por la peste bucónica y, liderado por un carismático vicario, decidió aislarse del mundo.

Pandemia, Lewis Perdue

La existencia de la humanidad está en juego. Los creadores de armas biológicas están desarrollando formas de vida mortales, modificadas genéticamente que se activan con los genes relacionados con la raza y etnia. Los análisis de ADN muestran que la raza humana estuvo a punto de extinguirse en el pasado. Cuando Lara Blackwood, brillante ingeniero genética, recibe una llamada pidiéndole ayuda para combatir una espantosa epidemia, está dispuesta a hacer todo lo que está en su mano. Se horroriza al descubrir que el trabajo de su vida ha sido pervertido para producir una nueva arma genética revolucionaria, que mata al hacer que los cromosomas de las personas relacionados con la etnia afectada se vuelvan contra ellos mismos. ¡El reloj de la humanidad corre mientras Lara lucha contra sorprendentes inconvenientes para dejar al descubierto la conspiración que se oculta detrás del virus mortal, antes de que un complot terrorista amenace con extinguir a toda la raza humana!

Nivel 5, Douglas Preston y Lincoln Child

En un remoto lugar del desierto de Nuevo México, un enigmático centro de investigación lleva a cabo un ambicioso proyecto científico: un tratamiento definitivo para una enfermedad común pero molesta, y grave en algunos casos. El espectacular hallazgo representará sin duda sustanciosos beneficios para la empresa, y el Premio Nobel para el equipo de investigadores. Por todo ello, cuando un joven científico recibe la oferta de colaborar en el proyecto, no se lo piensa dos veces. Sabe que se halla ante la ocasión de su vida: trabajar con las más destacadas figuras de la medicina y la ingeniería genética y participar en el descubrimiento del siglo. No sospecha, sin embargo, que tras la aséptica y rutilante apariencia de la más avanzada tecnología se oculta un siniestro secreto.

España: guerra zombie, Jaime Noguera

Alejandro Noriega, un mediocre escritor español, es requerido desde su refugio en un archipiélago noruego para redactar un informe de la ONU sobre la Guerra Zombi en España. Sus reticencias iniciales para viajar a la Penísula Ibérica, ocupada en su mayor parte por las hordas de muertos vivientes, desaparecen cuando, junto a una jugosa cantidad económica, se le ofrece conocer el paradero de su familia, desaparecida durante la fase inicial de la pandemia. Lo que comienza como una tarea de recopilación de vivencias personales sobre la hecatombe zombi se convierte en un viaje pesadillesco, del Gibraltar ampliado a la fortaleza de Toledo, del País Vasco Independiente a la Barcelona nuclearizada, en la que Noriega se ve atrapado entre dos frentes que luchan por hacerse con el misterioso Profesor Saviola y su vacuna contra el virus.

La peste negra, Luis Miguel Guerra

En el año 1347, los mongoles someten a un duro sitio la ciudad portuaria de Caffa, que se defiende con uñas y dientes. Sin embargo, acabar con la resistencia de los italianos se convierte en un problema menos cuando surge entre las filas de los atacantes una enfermedad fulminante que se extiende como la pólvora: la peste negra.
Con este estremecedor episodio arranca una sorprendente novela, que a continuación conduce al lector a un apasionante recorrido por una Europa asolada y atemorizada por la enfermedad y en la que conocerá las correrías de tres médicos empeñados en encontrar remedio a lo que parece el Apocalipsis. Pero también hay quien ve en la propagación del mal una fuente de poder, y su búsqueda se convertirá en una aventura muy arriesgada.

El misterioso caso de la peste negra, Eduardo Mira

El célebre escritor inglés Godofredo Chaucer, autor de los Cuentos de Canterbury, deberá investigar el origen de la peste negra que acabó con más de treinta millones de personas.Godofredo Chaucer, además de un escritor inmortal, fue un espía británico testigo de la Guerra de los Cien Años, de la revolución campesina de Londres, del Cisma de Occidente, del asalto a las juderías española y de la peste negra: la epidemia que asoló Europa y acabó con treinta millones de personas. Eduard Mira utiliza como narradora a Isabel de Loris, biznieta de Corbino, que narra las memorias de este desde un prostíbulo valenciano.

La leyenda del rey de la peste, Lars Andersson

El rey Magnus Eriksson reinó en Suecia en la Edad Media, hacia la mitad del siglo XII. Gobernó un reino inmenso, con súbditos godos, visigodos, suecos, fineses y noruegos. La peste despobló su reino de campesinos, el hambre lo persiguió como un fantasma. Exiliado en su propio país, huyendo de la guerra que lo había enfrentado a su propio hijo, el rey recorrió Värmland completamente solo, como un vagabundo. Lars Andersson, uno de los escritores más notables que ha dado la literatura sueca contemporánea, ha recogido su leyenda y la ha transformado en una epopeya íntima, carente de héroes. El encuentro del rey solitario con un cazador furtivo, enterrador de las víctimas de la peste, es el encuentro de dos almas, de dos voluntades. El rey se confía a Göpa, que no lo traiciona. Ambos comparten miserias y dolores, y huyen juntos de la peste y del hambre. La leyenda del rey de la peste se mueve entre la magia y el sueño, en un mundo desolado, en el que sólo la muerte y la peste son verdaderas reinas.

Epidemia, Frank Slaughter

Nueva York, 1965. La ciudad se ve asolada por una terrible epidemia originada por una plaga de ratas africanas llegadas en las bodegas de un barco mercante. El pánico cunde y los científicos libran una carrera contra el tiempo para encontrar una vacuna y evitar una catástrofe sin precedentes, al tiempo que la delincuencia s e multiplica salvajemente por las calles de la Gran Manzana…

El húsar en el tejado, Jean Giono

Europa, siglo XIX. Angelo Pardi, joven aristócrata piamontés y coronel de húsares comprometido con el movimiento carbonario, que ha tenido que exiliarse en Francia a causa de un duelo, emprende el viaje de retorno a su patria para cumplir una misteriosa misión. Para ello debe atravesar la Provenza, pero la región está siendo azotada por una epidemia de cólera y los viajeros son inmovilizados y puestos en cuarentena. El joven oficial, acusado de envenenar las fuentes, se refugia en los tejados de la ciudad, desde donde contempla la tragedia de la muerte que asola esos bellísimos parajes, hasta que, en compañía de una enigmática mujer, emprende la huida.

En el blanco, Ken Follett

Escocia, unos días antes de Navidad. Toni, jefa de seguridad de unos laboratorios de investigación farmacéutica, detecta el robo de una droga antiviral en fase de experimentación: es muy peligrosa, un virus letal. Rápidamente hace saltar las alarmas, logra encontrar al ladrón (un empleado, que ha muerto por el virus) y aislar su casa contaminada. Cuando la noticia llega a los periodistas, la situación ya está controlada, como les informan en rueda de prensa ella y Stanley, el propietario del laboratorio. Algo así no volverá a ocurrir. Pero unos días después… Toda la familia de Stanley se ha reunido en casa de él para celebrar la Navidad y les cuenta su relación con Toni. Stanley es viudo y tiene tres hijos adultos. No aceptan a Toni; es una amenaza para ellos y no tardan en comenzar a discutir. A la reunión también ha venido Kit, el hijo problemático. Todos creen que quiere hacer las paces con su padre (que se vio obligado a pagarle todas su deudas hace un tiempo). En realidad, Kit vuelve a tener problemas. Debe millones a unos gángsters y estos han decidido cobrárselos de otra manera: quieren el virus.

El factor Hades, Robert Ludlum

Un vagabundo en Boston, un mayor del ejército en California y una adolescente en Atlanta mueren en forma súbita y dolorosa, a causa de un desconocido virus fatal que sorprende por elegir sus víctimas en forma precisa.
Durante días un equipo de científicos que trabaja en un laboratorio del gobierno de los Estados Unidos se dedica desesperadamente a la tarea de develar el secreto del mortal virus. Cuando el principal investigador, el teniente coronel Jonathan Smith, regresa de Europa, sobrevive casi por milagro a una serie de ataques muy bien organizados cuyo fin era acabar con su vida.
Después de eludir a sus perseguidores y regresar a su casa, descubre que el virus se ha cobrado una cuarta víctima, la doctora Sophia Russell, con quien Smith estaba por casarse. Devastado por la pena, pero impulsado por la furia, Smith no tarda en descubrir que la muerte de su prometida no fue casualidad, que alguien tiene en su poder el virus y que la pandemia que amenaza a millones de vidas tampoco es accidente.
Sin saber en quién confiar, Smith reúne un equipo privado para alcanzar la verdad oculta tras el virus letal. Y a medida que la lista de víctimas aumenta, su búsqueda llega a los niveles más altos del poder y a los rincones más oscuros de la tierra. Su capacidad de investigador se enfrenta con un genio decidido a todo, y el destino del mundo depende de ella.

El síndrome Pinocho, David Zeman

En el mundo tras el 11 de septiembre, todavía convulsionado por terribles ataques terroristas, un senador millonario y megalómano pretende derrocar al presidente de EEUU acusándole de ser demasiado débil contra los terroristas y avivando el odio de la opinión pública. Por otro lado, el brote de una extrañísima enfermedad acaba de crear al caos. Nadie sabe cómo surge, cómo actúa ni cómo se detiene, pero resulta mortal. Karen Embry, una joven periodista especializada en temas médicos pretende desvelar el misterio del síndrome, sin saber que su investigación acabará siendo una cuestión de alta política.

Gripe mortal, Pablo Caralps

¿Quién se beneficia de una epidemia de gripe? ¿Sabemos cómo funcionan las empresas farmacéuticas? Gripe mortal es un thriller científico que aporta material real suficiente y bien documentado; es una historia verosímil de ficción a ritmo de bestseller. Una novela que, de manera extraordinaria y sorprendente, nos lleva a conocer el funcionamiento de un oscuro negocio. El dueño de una importante empresa farmacéutica se encuentra atravesando una situación complicada: las ventas están descendiendo de manera abismal. Su colaborador estrella y mejor amigo, Luis, le presenta un perfecto plan de acción: robar la cepa llamada “gripe española”, un virulento virus que causó la pandemia de gripe más mortífera de la historia: murieron entre 20 y 50 millones de personas durante 1918. Con esta cepa podrían expandir la enfermedad en varios lugares del mundo, creando antes una vacuna y dos antigripales específicos. El único problema sería la OMS (Organización Mundial de la Salud), que es la que autoriza y programa las vacunas de cada año para cada continente. Pero si apareciera una gripe desconocida que rápidamente se convirtiera en pandemia, el laboratorio podría tener disponible la vacuna. Con esta operación no sólo podrían salvar su situación financiera, sino hacerse inmensamente ricos… ¿Realidad o ficción?

¿Alerta pandémica?, José Manuel Echevarría

En Guatemala, las autoridades sanitarias alertan de un nuevo virus de gripe que ha causado algunas muertes inesperadas. Ante la propagación del virus, que pronto alcanza a otros países americanos e incluso a otros continentes, la Organización Sanitaria Internacional (OSI) declara en Lausana el estado de alerta pandémica a escala global.
Las autoridades sanitarias gubernamentales cierran filas en torno a la OSI para hacer frente a lo que ya se presenta como una seria amenaza para la humanidad: una epidemia global con previsión de millones de muertos en todo el mundo.
Sin embargo, algunos profesionales, tras analizar los datos que se van generando, poco a poco comienzan a hacerse la misma pregunta:¿existen realmente razones para una alerta pandémica?
La terrible duda que provoca esta pregunta nos llevará hasta una ignominiosa trama de manipulación de la opinión pública, de pingües intereses económicos y de ansia de poder que, en realidad, había comenzado a urdirse siete años antes de la detección del brote epidémico… en un exótico mercado de un apartado rincón del Lejano Oriente.

Siempre en capilla, Luisa Forrellad

Tres jóvenes médicos, Leonard, Jasper y Alexander, se enfrentan a una epidemia de difteria que se extiende sin control por una barriada pobre de los alrededores de Londres. Estamos a finales del siglo XIX y no hay tratamiento médico para la enfermedad, por esto Jasper, siguiendo los métodos científicos de Pasteur, está desarrollando una vacuna, aun cuando no osa probarla en humanos. Un asesinato misterioso precipitará de forma sorprendente los acontecimientos y pondrá en riesgo la vida de los protagonistas.

La plaga, Ann Benson

¿Qué ocurre cuando la peste bubónica, ausente durante tanto tiempo del mundo moderno, reaparece en la sociedad del siglo XXI? La plaga urde con brillantez dos relatos paralelos. En el siglo XIV, el médico Alejandro Canches se salva de ser ejecutado por realizar una autopsia y en su huida recorre la Europa de la Peste Negra. Finalmente es enviado, contra su voluntad, a la corte de Eduardo III de Inglaterra para combatir la epidemia. En dramático contrapunto, la arqueóloga y médica Janie Crowe llega a la Inglaterra del siglo XXI e involuntariamente, provoca la difusión de una mortífera bacteria en un mundo que no está preparado para combatirla. En un futuro en que los antibióticos han perdido toda eficacia y un pasado dominado por el terror, estos dos héroes, muy a su pesar, se ven unidos por la historia.

Cibertormenta, Matthew Mather

Mike Mitchell es un hombre corriente, con una vida corriente, que hace todo lo posible por mantener a su familia unida, cuando de pronto se encuentra luchando solo para mantenerla con vida cuando una extraña cadena de desastres empieza a destruir el mundo que los rodea. Internet se cae. La comunicación se desmorona. Una epidemia comienza a atacar a la población de manera embravecida. Hay rumores que apuntan a que todo forma parte de un plan de ataque coordinado que llevará al mundo a una guerra tecnológica. Mike y su familia se afanan por sobrevivir en medio de una metrópoli en la que millones de personas ya están condenadas.

Ensayo sobre la ceguera, José Saramago

Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una “ceguera blanca” que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. Ensayo sobre la ceguera es la ficción de un autor que nos alerta sobre “la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron”.

La plaga, Jeff Carlson

¿Puede una vacuna causar el fin de la humanidad? Un laboratorio diseña un producto de nanotecnología para combatir el cáncer. Durante el proceso, un fallo de seguridad permite la fuga de estos mecanismos microscópicos cuando aún están en fase de pruebas y lo que debía ser un método curativo se convierte en una plaga tecnológica. El nanorobot creado para para combatir el cáncer se convierte en una plaga tecnológica que acaba con la vida de cinco mil millones de personas, cambiando la vida en la Tierra para siempre. Pero el mecanismo nanotecnológico se autodestruye a altitudes superiores a los tres mil metros. Aquellos pocos que han conseguido escapar luchan por sobrevivir en las montañas más altas. La última esperanza de la humanidad son una científica que se encuentra a bordo de la estación espacial internacional y un pequeño grupo de supervivientes en California.

Apocalípsis Z: el principio del fin, Manuel Loureiro

Un grupo de rebeldes caucásicos asalta unas instalaciones militares liberando una enfermedad que se expande sin freno por todo el planeta. La enfermedad mata a la persona que la padece pero el afectado resucita, sigue caminando y su único objetivo es saciar su hambre mordiendo a los no infectados. Las autoridades toman medidas creando Puestos Seguros donde agrupar a la población. Pero esto es insuficiente. Los No Muertos son demasiados y poco a poco terminan con la sociedad que conocemos.

Peste & Cólera, Patrick Deville

En 1887, mientras Francia prepara los festejos del centenario de la Revolución Francesa, Louis Pasteur funda una escuela de biología y descubre la vacuna contra la rabia. Con veintidós años, el suizo Alexandre Yersin llega a París y se enrola en la aventura pasteuriana. Investiga sobre la tuberculosis y la difteria, y todo lo encamina a convertirse en uno de los sucesores privilegiados de Pasteur. Pero a Yersin lo mueve un espíritu aventurero, como el de su admirado Livingstone, héroe de su infancia y adolescencia. Entonces, el joven se enrola como médico en un barco, se hace a la mar e inicia sus travesías por Extremo Oriente, explora la jungla, y viaja a China, Adén y Madagascar. Y durante la gran epidemia de Hong Kong, en 1894, descubre el bacilo de la peste.
Éstas son sólo algunas de las hazañas de un científico y explorador al que Patrick Deville consagra esta emocionante epopeya de tintes conradianos, donde el brillante ejercicio literario se combina con un preciso trabajo de documentación que llevará al escritor a sumergirse en el fascinante universo de la correspondencia mantenida por la «banda de los pasteurianos».

El puente de los suspiros, Elena Peroni

Una impresionante novela que cuenta la historia de amor entre un leproso y una mujer sana a comienzos del siglo XX y los sucesos históricos que han rodeado a la enfermedad en Colombia y el mundo. La novela narra cómo fue la suerte de los leprosos en Colombia. Su persecución, el estigma de ser rechazados, sus amores, sus anhelos, la solidaridad de algunas personas con su martirio, y el descubrimiento de que no era una enfermedad contagiosa.

El velo pintado, William Somerset Maugham

Kitty Garstin, joven y bella londinense, cumple sus veinticinco años sin haber alcanzado el objetivo para el que fue educada por su madre: hacer una buena boda. Por temor a que su hermana menor se case antes que ella, contrae matrimonio con un bacteriólogo, un hombre inteligente, educado y moralmente intachable, que la ador a pero de quien no está enamorada. Después de la boda, se trasladan a Hong Kong, donde Kitty se enamora de Charlie Towsend, un inglés apuesto y frívolo de la colonia extranjera, con quien será infiel a su marido. Descubiertas sus relaciones adúlteras, y traicionada por Charlie, se verá obligada a seguir a su marido a una zona del interior de China afectada por el cólera. Kitty, incapaz de obtener el perdón de su marido, se entrega a labores humanitarias. El contacto con la muerte y con una realidad dura y penosa harán de ella una persona nueva.

El año del tifus, Edorta Jiménez

El año del tifus es un trepidante thriller histórico ambientado en los mares belicosos del siglo XVI. La novela se desarrolla en una de las naves que conforman la Armada rumbo a Inglaterra, donde las diferentes razones e intenciones de los tripulantes se irán desentramando a lo largo del viaje. Marineros en busca de fortuna, o tal vez de aventura, galeotes obligados a remar sin descanso, personajes oscuros, enamorados y huidizos, para quienes la supervivencia en el barco se convertirá en una batalla a muerte… Todos permanecen encerrados durante meses, compartiendo confesiones y miserias, haciendo frente a tempestades, epidemias y a la peor y más corrosiva de todas las pestes: la envidia.

Partials: La Conexión, Dan Wells

En 2076, en un mundo devastado por la guerra, los seres humanos están al borde de la extinción y la clave de la supervivencia está en manos de una chica de 16 años. La humanidad está a punto de desaparecer tras haber perdido la guerra con los Parciales (seres creados con tecnología genética, idénticos a nosotros). Los humanos sobrevivientes fueron reducidos a unos pocos miles por el RM, un virus letal utilizado como arma biológica, al cual solo parte de la población es inmune. Los habitantes se concentraron en Long Island y, aunque los Parciales se han retirado misteriosamente, su amenaza persiste. Pero lo peor de todo es que en 11 años no ha habido un solo bebé que haya sobrevivido al RM.

Trilogía de Argel, Yasmina Khadra

Trilogía integrada por las novelas policiacas Morituri, Doble blanco y El otoño de las quimeras, protagonizadas por el comisario Llob.
El incorruptible comisario Brahim Llob (también escritor de novelas policiacas) está dispuesto a todo para acabar con los depredadores integristas que asuelan su país y desvelar sus ocultas conexiones con la mafia político-financiera. Con sus peripecias entrega al lector la implacable radiografía de una tragedia vivida a escasas brazas de Europa, mientras el mundo descubre, perplejo, el advenimiento de una plaga que habrá de propagarse como un reguero de pólvora.

La Tierra permanece, George R. Stewart

Un devastador y desconocido virus asola la civilización; inexplicablemente, Isherwood Williams sobrevive a la plaga. A la deriva, ha de afrontar un mundo sin humanidad, de paisajes degradados y hordas de insectos y roedores. Finalmente, dará con una superviviente, con la que fundará una nueva sociedad semejante a la de los antiguos nativos norteamericanos. Único testigo del pasado, Ish nos recuerda que “los hombres van y vienen, pero la Tierra permanece”.

El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez

La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo —por una vez sucesivo, y no circular—, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.

Fuente: eraseunavezqueseera.com, 2014.

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La CNV presiona a los Agentes de Bolsa

mayo 1, 2020

En una forma claramente ilegal, la CNV está presionando a los operadores bursátiles, con la intención de controlar la compra de dólares por vías alternativas.

Presión a las sociedades de Bolsa para que limiten la venta de dólares alternativos

Recibieron llamados para que limiten la publicidad de la operatoria y el pedido de que revelen el nombre de sus mayores clientes.

Adrián Cosentino, ex funcionario durante la gestión de Amado Boudou y Hernán Lorenzino y actual titular de la Comisión Nacional de Valores.

Llamados y un mail sospechoso. Las sociedades de Bolsa están en la mira del Gobierno. Además de que el Banco Central busca sacarlas del negocio de compra y venta de dólar oficial, la Comisión Nacional de Valores -reguladora del mercado bursátil- desplegó una serie de estrategias informales para instarlas a limitar o al menos bajar el perfil de las operaciones que permiten adquirir dólares de manera legal mediante operaciones en la Bolsa.

Con la aparición del cepo, que solo permite comprar US$ 200 por mes por persona y con el impuesto solidario del 30%, las casas de Bolsa -muchas que ya vendían dólar oficial- empezaron a ofrecer de manera más abierta el dólar MEP. Es el que se consigue comprando un bono en pesos y vendiéndolo en dólares. Es legal y no tiene tope de compra. El contado con liqui (CCL) es una operación similar pero que termina con los billetes fuera del país.

Inicialmente, las sociedades de Bolsa (Agentes de Liquidación y Compensación) recibieron el llamado de funcionarios de la CNV sugiriéndoles que no publicitaran ante el público el dólar MEP y CCL. En estas empresas dicen que el mensaje era: no pueden promocionar algo que no existe como producto de inversión (en realidad la operación es compra y venta de acciones y bonos). 

El Banco Central lleva a $ 4 millones el tope para los plazos fijos con tasa asegurada del 26,6%

Algunos de los operadores no tuvieron tiempo de digerir el «consejo amigo» que ya tenían en sus casillas un mail enviado desde una dirección personal bajo el nombre de uno de los vocales de la CNV que solicitaba que en 24 horas la sociedad le enviara al organismo oficial los nombres de los 10 clientes que habían operado el mayor volumen de dólar MEP, dólar cable y CCL tanto en compra como en venta entre el 6 y el 28 de abril. [Este pedido, cursado de esta forma, es claramente ilegal.]

Ante la sorpresa que generó el mail, el presidente de la Cámara de Agentes de Bolsa, Alejandro Porzio, le mandó una carta al titular de la CNV, Adrián Cosentino, para «solicitar alguna precisión ante la consulta que recibimos de nuestros asociados acerca de información requerida por CNV en relación a operaciones diarias referidas a los denominados ‘Dólar MEP, Dólar Cable y Dólar Contado con Liquidación «.

En la misiva se aclara que el pedido había sido hecho «a través de un canal que no es el habitual» y que había generado «cierta inquietud» entre las sociedades de Bolsa porque los datos que se pedían eran confidenciales y sensibles. Además, indicaron que «llama la atención la solicitud de tal información teniendo en cuenta que la CNV ya recibe dicha información acorde a lo dispuesto en la normativa vigente» a diario.

Fuente: Clarín, 01/05/20.

El Estado cada día invade más esferas de acción de los ciudadanos

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