El colapso de un banco grande no pondría en peligro al sistema, dice presidente del FDIC
PorVictoria McGrane.
Martin Gruenberg, presidente de Federal Deposit InsuranceCorp. Drew Angerer/Getty Images
WASHINGTON — Casi siete años después de la crisis financiera, el presidente de Federal Deposit Insurance Corp (FDIC), Martin Gruenberg, señaló que los reguladores estadounidenses pueden guiar con seguridad a una gran firma financiera a la quiebra sin que eso exija rescates de los contribuyentes ni tenga consecuencias catastróficas para el sistema financiero.
En un discurso el martes, Gruenberg, señalará que es menos probable que vuelva a ocurrir un colapso como el de Lehman Brothers Holdings Inc dada la capacidad de los reguladores de obligar a realizar cambios estructurales en los bancos, los nuevos poderes que se les han otorgado de embargar y desmantelar firmas fallidas y la coordinación regulatoria mundial.
En una entrevista, Gruenberg indicó que si una gran firma financiera tuviera problemas hoy “se le permitiría colapsar y sufrir las consecuencias de dicho colapso”. “No teníamos esta opción en 2008”, agregó.
Los legisladores, los responsables de la política monetaria y los grandes bancos no se ponen de acuerdo sobre si Gruenberg está en lo cierto o no. La FDIC y la Reserva Federal dijeron en agosto a los bancos de Wall Street que no están haciendo lo suficiente para garantizar que pueden quebrar sin dañar a la economía y amenazaron con penalizarles si no avanzan lo suficiente en este apartado el próximo año.
Las calificaciones crediticias de los mayores bancos impuestas por Standard & Poor’s Ratings Services aún asumen que el Estado rescataría a una gran firma financiera, aunque la agencia de calificación admite que la probabilidad de que el Estado dé su apoyo está reduciéndose a medida que los reguladores elaboran el nuevo régimen de resolución.
“¿Qué cambios han hecho [los grandes bancos] que los hagan más transparentes, simples, pequeños y fáciles de manejar si quiebran? Honestamente, no se me ocurre ninguno”, dijo Simon Johnson, execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional y catedrático de la Escuela de Gestión Sloan del Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT.
Sin cambios más importantes, “es inconcebible” que una gigantesca firma financiera pueda superar con éxito un proceso de quiebra, agregó Johnson.
Los grandes bancos de Wall Street han vendido activos y líneas de negocio y, en algunos casos, reducido una parte de sus miles de entidades legales. Sostienen que están respondiendo de buena fe a las solicitudes de los reguladores pero en muchos casos están a la espera de que las normas se pongan por escrito, como en el caso del requisito previsto de que las matrices tengan una cantidad determinada de deuda de largo plazo. Dieciocho bancos mundiales firmaron el pasado otoño un acuerdo voluntario por el que se comprometen a esperar hasta 48 horas antes de intentar poner fin a contratos de derivados si otro banco comienza a colapsar.
La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (Federal Deposit Insurance Corporation o FDIC) es una agencia federal independiente de los Estados Unidos y está formada a consecuencia de la Gran Depresión del año 1929.
Esta agencia fue creada tras aprobarse la Ley Glass-Steagall (1933), que entre otras cosas establece la creación de la FDIC, la cual tiene como misión garantizar la recuperación de su dinero a los depositantes si un banco quiebra. La FDIC abastece de dinero cuando las instituciones financieras fracasan, inspirando confianza a los bancos y los clientes.
La agencia garantiza depósitos de hasta $100.000 en bancos comerciales miembros, contribuyendo a mantener la solvencia del sistema financiero de los Estados Unidos y que ahorristas y depositarios que no deben preocuparse por su dinero.
El 3 de octubre de 2008, el gobierno federal incrementó provisionalmente el depósito asegurado de $100.000 a $250.000, lo cual está vigente hasta el presente.
El plan para evitar un nuevo rescate de los bancos
Por Victoria Mcgrane
WASHINGTON — Cuando la próxima crisis ponga de rodillas a las principales firmas financieras, los reguladores estadounidenses tomarán control de sus casas matrices, pero permitirán que sus unidades alrededor del mundo sigan operando hasta tanto el desastre haya resuelto, según un anuncio hecho el jueves por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés).
Aquellos que posean acciones de un gran banco u otra firma financiera perderán sus valores, en tanto que los tenedores de bonos enfrentarán pérdidas cuando sus valores sean canjeados por acciones en una nueva entidad, como parte del plan de la FDIC.
Casi cuatro años después de los masivos rescates de la crisis financiera por parte del gobierno estadounidense, los reguladores buscan desvirtuar el entendimiento tácito de que el gobierno intervendrá para salvar a las principales instituciones financieras vistas como vitales para la economía o el sistema bancario.
Como parte de ese esfuerzo, el presidente interino de la FDIC, Martin Gruenberg, delineó el jueves la estrategia de la agencia en un discurso en Chicago, en su primera declaración pública sobre el plan de desmantelamiento de los bancos. En las últimas semanas, autoridades de la FDIC discutieron los planes con The Wall Street Journal. Si varias agencias federales y el Departamento del Tesoro acuerdan intervenir a una firma, la FDIC desmontará la compañía bancaria matriz de la empresa en dificultades, colocándola en situación de quiebra y revocando su estatuto. Las filiales de la firma en todo el mundo continuarían operando, con el apoyo de la liquidez de la empresa matriz controlada por la FDIC podrán pedir prestado al gobierno en el marco de la reforma financiera (Ley Dodd-Frank).
Posteriormente, la FDIC transferirá la mayor parte de los activos de la empresa y algunos de sus pasivos a lo que se conoce como «empresa puente«, según funcionarios de la FDIC. Allí, los reguladores se encargarían de supervisar un canje de deuda por acciones similar a lo que ocurre bajo la reestructuración bajo las leyes de quiebra: los tenedores de acciones serían eliminados, pero los acreedores recibirían acciones a cambio de los valores que mantenían. Eventualmente, la compañía resurgiría del proceso como una nueva entidad privada recapitalizada.
Sin lugar a dudas, los mercados se han mostrado escépticos sobre la voluntad de los reguladores y su capacidad para desmontar una importante empresa financiera en tiempo real. Las principales firmas financieras de EE.UU. siguen disfrutando de una ventaja de financiación frente a sus pares más pequeñas, en parte porque los inversionistas creen que su dinero está más seguro allí. Las firmas de calificación de crédito, como Moody’s Investors Service y Standard & Poor’s Corp., dicen que todavía creen que el gobierno rescataría a los bancos más grandes.
La FDIC, más conocida por garantizar los depósitos bancarios, está trabajando para convencer a los principales inversionistas, analistas, economistas y banqueros que están construyendo un aparato que podría guiar limpiamente a una gran firma financiera a través de un proceso de desmantelamiento, sin recurrir a un rescate de los contribuyentes.
La reforma financiera Dodd-Frank de 2010 dio a los reguladores nuevos poderes para intervenir a los gigantes financieros en problemas y reducirlos de una manera que no lleve a los mercados a una situación de pánico.
El mecanismo, llamado «orderly liquidation authority«, fue diseñado para dar a los reguladores otras opciones diferentes a la dura decisión que enfrentaron en 2008, ya sea de comprometer miles de millones de dólares de los contribuyentes para evitar un colapso, como fue el caso de American International Group (AIG), o dejar que su desmoronamiento trastorne a los mercados financieros, como ocurrió con Lehman Brothers Holdings Inc.
Funcionarios de la FDIC dicen que su estrategia podría evitar algunos de los trastornos que se produjeron cuando múltiples subsidiarias de Lehman Brothers ingresaron a diferentes procedimientos de insolvencia en EE.UU. y el extranjero luego de que la empresa matriz se declaró en quiebra en septiembre de 2008.
Cerca de 88% de los activos internacionales y derivados de los principales bancos de EE.UU. se encuentran en el Reino Unido, donde funcionarios de la FDIC dicen que buscan la cooperación de las autoridades. El expresidente de la Reserva Federal (Fed), Paul Volcker, que ayuda a asesorar a la FDIC, dijo que está «impresionado» con el trabajo de la agencia con sus pares del Reino Unido.
Los críticos argumentan que la FDIC no tiene experiencia para desmontar una firma financiera de la dimensión de Lehman, por ejemplo, o dicen que las complejidades internacionales dejarían sin sentido los poderes de la agencia.
El ex-gobernador de la Fed Kevin Warsh dijo en abril que la nueva autoridad de la FDIC «es poco probable… que esté a la altura de la tarea» de mitigar el daño en la próxima crisis financiera.
Un grupo de administradores institucionales de renta fija llamado Credit Roundtable, que incluye al Sistema de Pensiones de los Empleados Públicos de California (Calpers) y a Vanguard Group, con sede en Pennsylvania, expresó su preocupación de que la FDIC pudiera sacar adelante una empresa tan compleja, de acuerdo con una persona que asistió a una reunión en Washington.
Los nuevos poderes de la FDIC son importantes, pero el desmantelamiento de un banco «tiene que ser hecho de la forma correcta», dice Anne Simpson, administradora de fondos y directora corporativa de Calpers.
Por ahora, los reguladores pueden seguir sembrando dudas sobre la probabilidad de los futuros rescates en las mentes de los participantes del mercado e instituciones financieras, dice Gruenberg el presidente interiono de la FDIC. «Bueno, hasta que no lo hagan, no estoy seguro de que realmente estén convenciendo al mercado de manera concluyente», dijo en una entrevista.
Algunos detractores están dando un segundo vistazo. David Skeel, experto en bancarrota corporativa de la Universidad de Pennsylvania y que ha sido crítico de la autoridad de resolución, considera «una propuesta muy interesante» la propuesta de la FDIC que consigue lo mejor de una serie de lo que él considera una mala serie de reglas en la reforma Dodd-Frank. Fuente: The Wall Street Journal, 10/05/12. ——————————————————
La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (en inglés: Federal Deposit Insurance Corporation o FDIC, por sus siglas en dicho idioma) es una agencia federal independiente de los Estados Unidos y está formada a consecuencia de la Gran Depresión del año 1929. Esta agencia tiene como misión garantizar la recuperación de su dinero a los depositantes si un banco quiebra. La FDIC abastece de dinero cuando las instituciones financieras fracasan, inspirando confianza a los bancos y los clientes.
La agencia garantiza depósitos de hasta $100.000 en bancos comerciales miembros, contribuyendo a mantener la solvencia del sistema financiero de los Estados Unidos y que ahorristas y depositarios que no deben preocuparse por su dinero.
El 3 de octubre de 2008, el gobierno federal incrementó provisionalmente el depósito asegurado de $100.000 a $250.000, lo cual está vigente hasta el presente. Fuente: Wikipedia.
El Riesgo moral (Moral hazard) es un concepto fundamental en la teoría económica y financiera, especialmente relevante en el contexto de las crisis bancarias. La caída de los bancos norteamericanos Silvergate Bank, Silicon Valley Bank, Signature Bank, First Republic Bank y el europeo Credit Suisse son un claro ejemplo.
En términos generales, el riesgo moral se refiere a la posibilidad de que una de las partes involucradas en una transacción asuma riesgos excesivos debido a la presencia de un seguro o garantía que lo protege de las pérdidas.
En el contexto de las crisis bancarias, el moral hazard se manifiesta a través de la posibilidad de que los bancos asuman riesgos excesivos debido a la existencia de un seguro de depósitos o de una garantía gubernamental. Por ejemplo, si un banco sabe que sus depósitos están garantizados por el gobierno, puede asumir riesgos excesivos al prestar dinero a personas o empresas con alta probabilidad de incumplimiento. Si los préstamos no se pagan, el banco no sufrirá las consecuencias negativas de su mala gestión de riesgos, ya que el gobierno garantiza los depósitos de los clientes.
La solución para el riesgo moral en el contexto de las crisis bancarias es encontrar un equilibrio entre proporcionar una garantía para los depósitos y asegurarse de que los bancos asuman los riesgos adecuados. Esto puede lograrse a través de la regulación bancaria y la supervisión del gobierno. Los reguladores pueden establecer requisitos de capital para los bancos, que limitan la cantidad de riesgo que pueden asumir. Además, los reguladores pueden supervisar las prácticas de gestión de riesgos de los bancos y exigirles que mantengan reservas adecuadas para cubrir los préstamos incobrables.
La regulación bancaria y la supervisión del gobierno son herramientas clave para minimizar el riesgo moral y asegurar que los bancos asuman los riesgos adecuados. Además, es importante educar a los clientes sobre la importancia de elegir bancos sólidos y confiables, así como sobre la necesidad de diversificar sus depósitos en varios bancos para reducir el riesgo de perder sus ahorros en caso de una quiebra bancaria.
Otro aspecto relevante a considerar es el papel que juega la transparencia en la gestión del riesgo moral. Los bancos deben ser transparentes en su Gestión de riesgos (Risk management) y en sus prácticas de préstamos. Esto permitirá que los reguladores y el público en general puedan evaluar mejor el nivel de riesgo asumido por los bancos y tomar medidas adecuadas para minimizar el riesgo moral. La transparencia también puede ser un elemento disuasorio para que los bancos asuman riesgos excesivos, ya que saben que su gestión de riesgos será evaluada de manera crítica por los reguladores y el público en general.
La crisis de las Hipotecas subprime del año 2008 dejó muchas enseñanzas con relación al risk management y la importancia de las Buenas prácticas bancarias. El mejoramiento en la supervisión y las normas regulatorias han dado algunos frutos en 2023, ayudando a disminuir en parte el potencial de la actual crisis.
Es importante señalar que el moral hazard no es exclusivo del sector bancario. Este fenómeno también puede manifestarse en otros sectores, como en la industria de los seguros. En este caso, los asegurados pueden asumir riesgos excesivos debido a la presencia de un seguro que los protege de las pérdidas. Por ejemplo, si una persona sabe que tiene un seguro de hogar que cubre los daños causados por un incendio, puede no tomar las medidas necesarias para prevenir un incendio en su hogar, ya que sabe que cualquier pérdida será cubierta por su seguro.
En resumen, el riesgo moral es un concepto fundamental en economía y finanzas que se manifiesta en el contexto de las crisis bancarias y en otros sectores. La regulación bancaria y la supervisión del gobierno son herramientas importantes para minimizar el moral hazard en el sector bancario, mientras que la transparencia y la educación del público son elementos clave para prevenir este fenómeno. En última instancia, la gestión efectiva del riesgo moral es esencial para garantizar la estabilidad financiera y proteger los ahorros de los clientes y los intereses del público en general.
El gigante de los pagos PayPal no es un banco, pero hace sombra sobre varios
Por Telis Demos.
A pesar de no ser considerado como una entidad bancaria, PayPal ofrece servicios similares a los de prestamistas tradicionales.
.
Según varios indicadores, PayPal Holdings Inc. tiene más dinero de sus clientes que todos los bancos estadounidenses con la salvedad de 20. ¿Qué nos dice eso sobre el futuro de la banca?
A fines de marzo, los clientes de PayPal acumulaban más de US$13.000 millones en cuentas de la compañía de comercio en línea. Si se compara con el tipo más común de depósito, esa cifra ubicaría a PayPal como uno de los mayores bancos estadounidenses, detrás de TD Bank, la subsidiaria estadounidense del banco canadiense Toronto-Dominion Bank, o de Capital One Financial Corp., según el proveedor de datos S&P Global Market Intelligence.
La legislación estadounidense no considera a PayPal un banco y esos fondos no son depósitos, sino dinero en efectivo que no genera interés para los clientes y está listo para ser gastado. La compañía de San José, California, no ofrece seguro de depósitos a quienes estacionan el dinero en sus cuentas y carece de las facultades y los costos regulatorios de un banco. Sus ingresos, además, se generan cuando el dinero se mueve, no mientras se queda en sus cuentas.
No obstante, PayPal, que se escindió de eBay Inc. el año pasado, ofrece muchos de los servicios que la gente asocia con la banca. El papel protagónico que PayPal busca jugar en las vidas financieras de sus usuarios demuestra lo rápido que ha evolucionado nuestra visión de la banca y podría hacer que muchas de las mayores instituciones financieras del mundo se replanteen su forma de relacionarse con los clientes.
PayPal deja que sus usuarios decidan si quieren destinar su dinero a comprar en la web o hacer una transferencia. Además de vincular la cuenta a una tarjeta de crédito o débito o una cuenta de banco, hay 66.000 negocios asociados a través de los cuales el cliente puede ir y colocar fondos en sus cuentas de PayPal. La compañía ofrece préstamos y tarjetas de créditos con bancos asociados, además de explorar herramientas que podrían ayudar a los consumidores a gestionar sus presupuestos o hacer inversiones. “No veo ninguna razón filosófica para que PayPal no sea un banco. Puede ofrecer una cuenta, una aplicación de pagos y un crédito”, dijo Frank Rohde, presidente ejecutivo de Nomis Solutions, una firma de tecnología que ayuda a los grandes bancos a determinar los precios adecuados para sus productos de consumo.
En la carrera por trasladar más servicios financieros a Internet o a los dispositivos móviles, hay miles de millones de dólares en juego. En 2015, los bancos obtuvieron en todo el mundo 46% de sus ganancias de particulares y pequeñas empresas. Sin embargo, 17% de los US$1,2 billones de ingresos generado por esas fuentes en Estados Unidos y Europa podrían ser vulnerables al avance de las empresas de tecnología financiera para 2023, frente a 1% en 2015, estiman los analistas de Citigroup Inc.
Dan Schulman, presidente ejecutivo de PayPal, asegura que su empresa no tiene intención de sustituir a los bancos y quiere proveer productos que aumenten los ingresos de las entidades financieras. “Lo que pretendemos hacer es extender los servicios financieros tradicionales para las personas”, manifestó, y agregó que el mercado al que la empresa apunta son los más de 2.000 millones de consumidores que no están bancarizados.
En última instancia, un posible escenario para el futuro de los bancos tradicionales es que sirvan como cajas fuertes de dinero reguladas y conectadas a una variedad de servicios de tecnología financiera. Es algo semejante a lo ocurrido con otros sectores en los últimos diez años, como el de telefonía móvil, en los que los proveedores tradicionales perdieron su capacidad para fijar precios conforme prosperaban los fabricantes de teléfonos inteligentes como Apple Inc.
.
“Apple no tuvo que transformarse en un operador de telecomunicaciones para lanzar el iPhone”, señala Bill Ready, director global de producto e ingeniería de PayPal. “Un banco es el operador detrás de un sinnúmero de servicios que proveemos y cuando aportamos valor a nuestros clientes, también incrementamos el volumen de los bancos”.
Venmo, una filial de PayPal que tiene una aplicación que la generación del milenio utiliza para transferir fondos, es tal vez el ejemplo más notorio de cómo la tecnología puede acercarnos a una sociedad que no usa efectivo y depende menos de la banca.
Venmo permite transferir montos pequeños de dinero mediante la aplicación y publicar cada transacción en un foro público. Aunque se necesita una cuenta bancaria, tarjeta de crédito o de débito para depositar en la cuenta, una vez que los fondos están en Venmo permanecen allí hasta que el cliente los quiera gastar.
Trelawny Davis, una empleada de marketing digital de 24 años, usa Venmo una vez a la semana. Cuenta que a veces deja que los fondos se acumulen en lugar de transferirlos de inmediato de vuelta a su cuenta de Bank of America Corp. que usa para sus pagos. “Estoy empezando a dejar mi dinero ahí por un período un poco más largo intencionalmente. Es una forma de tener un ahorro”, señala. Agrega que estaría dispuesta a usar otras herramientas de ahorro de Venmo.
No todos acogen con beneplácito las nuevas tendencias. Los bancos critican a menudo a las empresas de tecnología financiera y las acusan de hacer muchas actividades propias de la banca si ser tan seguras puesto que no están sujetas a la estricta regulación de los bancos, que incluye visitas regulares de la Reserva Federal de EE.UU.
Pocas firmas de tecnología financiera ofrecen depósitos garantizados por el gobierno federal, una distinción importante para los clientes que dan prioridad a la seguridad de su dinero. Esto podría constituir un obstáculo para que una mayor cantidad de personas empiece a utilizar cuentas de entidades no bancarias para algunos fines.
“Si una cadena minorista cae en bancarrota y usted pierde US$13 en una billetera digital, no es el fin del mundo”, asevera Haskell Garfinkel, codirector de la práctica de empresas de tecnología financiera de la consultora PricewaterhouseCoopers. Pero añadió que muchas personas desearían la “seguridad y solidez” de un depósito regulado para la mayor parte de su dinero.
Los reguladores comienzan a escudriñar a las firmas de tecnología financiera. Agencias como la Oficina del Contralor de la Moneda y la Corporación de Seguros de Depósitos de EE.UU. (OCC y FDIC, por sus siglas en inglés), han analizado marcos regulatorios para esas empresas. La Fed y el Departamento del Tesoro también han estudiado el tema.
Aparte de PayPal, un grupo de startups bien financiadas que ofrecen servicios semejantes a los de los bancos incluye a Stripe Inc., Square Inc., Social Finance Inc. y TransferWise. Esto sugiere que el rostro de las finanzas del futuro no tiene que ser necesariamente el de un banco. Gracias a las “billeteras móviles” que se pueden usar para guardar dinero y realizar pagos, en ocasiones con los celulares, hay toda una serie de nuevos protagonistas, de Alphabet Inc., la matriz de Google, a Starbucks Corp.
Los fondos que los usuarios cargaron en las tarjetas y la aplicación de Starbucks ascendieron a los US$1.200 millones en el primer trimestre, un alza de 22% desde el tercer trimestre del año pasado, según la compañía.
Al guardar el efectivo de sus clientes, PayPal genera interés de instrumentos líquidos de corto plazo como pagarés del Tesoro de EE.UU. y no comparte sus ingresos con las redes de tarjetas de crédito o débito. La empresa no desglosa sus ingresos por concepto de intereses en las cuentas de sus clientes, pero indica que el dato es parte de una clasificación más amplia de ingresos que subió 22% el año pasado a US$1.120 millones.
En promedio, los saldos en las cuentas de Paypal son modestos. Los US$13.000 millones de sus clientes en todo el mundo, un aumento de 23% desde 2014, se reparte entre cerca de 184 millones de cuentas activas, es decir un promedio de unos US$70 por cuenta. Los bancos, en cambio, tratan de captar menos cuentas, pero con más fondos.
PayPal genera buena parte de sus ganancias de los comercios, que van desde una persona que vende en eBay hasta cadenas gigantescas como Home Depot Inc. Los minoristas aceptan pagos mediante la red de PayPal o a través de servicios como Venmo.
Fuera de EE.UU., la convergencia entre la banca y las empresas de tecnología financiera se está produciendo con mayor rapidez.Xoom, el servicio de transferencias internacionales que PayPal adquirió el año pasado, permite que los usuarios usen sus cuentas para pagar las cuentas de luz, agua y telefonía móvil, entre otros servicios. “En lugar de preguntar ¿nos convertimos en un banco?, preguntamos ¿nos convertimos en el epicentro de la vida financiera?”, dice John Kunze, vicepresidente de Xoom.
El aumento de préstamos incobrables augura nuevos problemas para el sector energético y la banca
Por Bradley Olson, Emily Glazer y Matt Jarzemsky.
Una instalación de Whiting Petroleum Corp. en Keene, Dakota del Norte. Su presidente ejecutivo espera una reducción de US$1.000 millones en su línea de crédito.
Los préstamos incobrables probablemente superarán a los que se están pagando con regularidad en el cinturón petrolífero de Estados Unidos. El dato revela la presión que enfrentan las empresas de energía y sus acreedores debido al derrumbe de los precios.
La cantidad de créditos a compañías energéticas considerados “clasificados”, es decir que corren el riesgo de caer en cesación de pagos, se encamina a exceder 50% este año en varios bancos importantes, entre los que figuran Wells Fargo & Co. y Comerica Inc., según banqueros y fuentes del sector.
Varios bancos de envergadura están reduciendo su exposición a las empresas energéticas al tratar de vender las carteras en problemas, negarse a renovarlos o imponer condiciones muy estrictas para que las empresas puedan acceder a líneas de crédito, según los testimonios de más de una decena de ejecutivos de la banca, abogados y otras personas bien informadas.
El repliegue está frenando el flujo de dinero hacia las empresas que tratan de sobrevivir un prologando período de precios bajos, lo que probablemente acelerará el camino a la bancarrota de algunas de ellas. Desde el inicio de 2015, 51 compañías de hidrocarburos de América del Norte se han acogido a la ley de bancarrota, con una deuda total de US$17.400 millones, según la firma de abogados Haynes and Boone LLP. La cifra sigue siendo inferior a lo acontecido entre septiembre de 2008 y diciembre de 2009, durante el apogeo de la crisis financiera global, cuando 62 empresas solicitaron protección, pero se espera que aumente. Alrededor de 175 compañías correrían un riesgo alto de no estar en condiciones de cumplir las estipulaciones de sus créditos, según Deloitte LLP.
“Esto tiene toda la cara de una crisis gigantesca de financiamiento” para las empresas de hidrocarburos, dice William Snyder, director de la división de reestructuración en EE.UU. de Deloitte. Si los precios del crudo siguen en torno a US$40 el barril este año, “es bastante catastrófico”, advierte. El jueves, el crudo de referencia en EE.UU., el WTI, cerró a US$39,59.
La calificación de un número creciente de préstamos como en dificultades empezó a fines del año pasado con una ofensiva de la Oficina del Contralor de la Moneda de EE.UU. para que los bancos realizaran un análisis más estricto de los créditos a empresas de energía que podían ser pagados.
La entidad publicó este mes un manual actualizado para préstamos a compañías de hidrocarburos que establece directrices más severas para los créditos ligados a la producción futura de petróleo y gas. Una de las instrucciones les indica a los bancos que deben catalogar un préstamo como “de calidad inferior o peor” si la deuda del prestatario es cuatro veces mayor que su ganancia operativa, antes de costos de depreciación y amortización.
La publicación del manual actualizado tiene lugar después de varias llamadas en las últimas semanas entre la Oficina del Contralor de la Moneda y los bancos en torno a las directrices, señalan fuentes cercanas.
Buena parte de los préstamos en dificultades son líneas de crédito renovables, respaldadas por barriles futuros de petróleo y gas, que las empresas utilizan a menudo para cubrir sus necesidades de corto plazo. Habitualmente, cerca de una media decena de bancos comparten el riesgo, lo que reduce su exposición.
Aunque algunos créditos de los bancos pueden ser reemplazados por deuda de fondos de cobertura o firmas de private equity, muchas de estas empresas invierten con el objetivo de, a la larga, adquirir los activos, advierten banqueros y posibles compradores. Los precios que se negocian incluyen un descuento sobre el valor del préstamo de entre 65 y 90 centavos por dólar, señalan posibles compradores.
La deuda del sector global de hidrocarburos totalizó US$3 billones en 2014, el triple del nivel al cierre de 2006, según las cifras más recientes del Banco de Pagos Internacionales. El desplome del precio del crudo ha agravado la situación de deudores y acreedores de energía en todo el mundo puesto que afecta directamente el valor de las reservas y otros activos que respaldan parte de esta deuda.
La situación es más grave en EE.UU., donde muchas empresas pequeñas y medianas se endeudaron para expandirse durante el auge de la energía de esquisto, pero ahora la caída de los precios del petróleo y del gas ha hecho que producir sus activos no sea rentable.
Los bancos regionales que realizaron grandes préstamos a las empresas de energía son los más expuestos. Aunque los grandes bancos estadounidenses han provisionado cientos de millones de dólares en caso de que se produzcan pérdidas, su cartera de préstamos al sector es una parte más pequeña de su negocio. Entre 1,5% y 3% de la cartera de créditos de Bank of America Corp. , Citigroup Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y Wells Fargo correspondió al sector energético en enero, según Goldman Sachs Group Inc. y Evercore ISI.
“No me preocupa que vaya a derribar a todo el sector”, manifestó Thomas Hoenig, vicepresidente de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) de EE.UU., en una entrevista. “Un banco podría quebrar, pero sería un caso puntual”.
Sin embargo, las medidas más estrictas de los bancos impactarían a los productores de hidrocarburos, cuyas líneas de crédito renovables serían reducidas tras una evaluación bianual de sus reservas. Los analistas estiman que el crédito podría disminuir entre 205 y 30%.
James Volker, presidente ejecutivo de Whiting Petroleum Corp. , uno de los mayores productores de la formación de esquisto Dakken, en Dakota del Norte, manifestó en una reciente conferencia que esperaba una reducción de US$1.000 millones en su línea de crédito, es decir más de un tercio.
El ejecutivo, no obstante, mantenía el optimismo de que la empresa capeará la tormenta. “El tiempo está de nuestro lado en Whiting. Tenemos más de 6.000 lugares de perforación en la cuenca Williston (…) así que básicamente un tesoro enorme”, enfatizó.
—Erin Ailworth, Rachel Louise Ensign y Selina Williams contribuyeron a este artículo.
De tanto en tanto es bueno hacer un alto en las actividades cotidianas para reflexionar y sacar conclusiones. Tómese un respiro y vuelva a leer algunos de los artículos más relevantes sobre las regulaciones bancarias y la evolución de la industria financiera.
Más información sobre mercados financieros, fraudes y conflictos de intereses en el libro: Codicia contagiosa de Frank Partnoy (Buenos Aires: El Ateneo, 2003).
Cuatro años después de la promulgación de la ley financiera conocida como Dodd-Frank en Estados Unidos, el aparato regulador de Washington ha provocado cambios fundamentales en Wall Street.
Los bancos se están deshaciendo de líneas de negocios rentables, se retiran del mercado de financiación a corto plazo, cortan lazos con operaciones que podrían atraer un mayor escrutinio de los reguladores y levantan defensas para afrontar crisis futuras. Si bien sus ganancias se mantienen al alza conforme recortan costos y reducen los fondos destinados a cubrir posibles pérdidas futuras, su motor de ganancias tradicional —el corretaje— muestra señales de debilitamiento, en momentos en que se alejan de algunas actividades ante la presión regulatoria.
La semana pasada, Goldman Sachs Group Inc. anunció que recortó US$ 56.000 millones, o cerca de 6%, de su balance durante el segundo trimestre, la mayor reducción con respecto a los tres meses previos desde el punto más álgido de la crisis financiera. Su director financiero, Harvey Schwartz, dijo que el banco de inversión avanza «de forma preventiva para cumplir con acontecimientos regulatorios», incluido el proceso anual de «pruebas de resistencia» de la Reserva Federal, en el cual los bancos deben demostrar que pueden capear épocas económicas difíciles.
Morgan Stanley ha eliminado un tercio de sus activos desde la crisis de 2008, reducido su operación de corretaje de renta fija y aumentado su enfoque en la gestión de patrimonio, donde las firmas cobran honorarios de inversionistas particulares en lugar de poner en riesgo sus balances invirtiendo su propio dinero, otorgando préstamos y realizando operaciones. Citigroup Inc. se ha desprendido de casi US$700.000 millones en activos no esenciales, incluidos más de 60 negocios, y hace poco indicó que vendería sus filiales de consumo en España y Grecia.
En tanto, Bank of America Corp. ha vendido más de US$70.000 millones en negocios y otros activos desde 2010, incluidos los que exigían que el banco mantuviera una gran cantidad de capital como garantía. También ha eliminado 746 entidades legales, una reducción de 36% desde el final de 2009. Entre los activos que recortó hay inversiones de private equity, algunos negocios de tarjetas de crédito y una gran parte de su división hipotecaria.
«La Ley Dodd-Frank sin dudas catalizó grandes cantidades de simplificación y estamos avanzando mucho más allá a través de nuestras propias iniciativas», afirma James Mahoney, un vocero de Bank of America.
Los reguladores bancarios señalan los cambios en Wall Street como evidencia de que sus esfuerzos por eliminar el riesgo del sistema financiero están funcionando. «Realmente, estamos en un lugar sustancialmente distinto, y un lugar mucho mejor», sostiene Thomas Curry, contralor de la moneda de EE.UU.
Sin embargo, las medidas de los bancos no alcanzan para despejar los temores de algunas autoridades y legisladores sobre la continua vulnerabilidad de la economía en general al potencial colapso de una firma financiera de gran tamaño e interconectada. Los bancos se están volcando más al riesgo conforme intentan compensar el débil crecimiento económico, las bajísimas tasas de interés y los mayores costos para adaptarse a las regulaciones, aunque sus apetitos siguen siendo más moderados que en las épocas previas a la crisis.
Los préstamos apalancados sindicados en EE.UU. ascendieron a US$1,244 billones (millones de millones) en volumen de acuerdos en 2013, frente a US$893 millones en 2012 y US$1,191 billones en 2007, antes de la crisis, según datos de Dealogic. Los bancos otorgan gran parte de estos préstamos para financiar compras apalancadas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, avivó el debate este mes, al decir que las autoridades deben considerar la implementación de más cambios para asegurar que el sistema bancario «haga lo que debe hacer para que crezca la economía real, pero no una situación en la que sigamos viendo que muchos de estos bancos asumen grandes riesgos».
Legisladores de los dos grandes partidos estadounidenses siguen convencidos de que hacen falta más medidas drásticas para terminar con el problema de las entidades «demasiado grandes para quebrar», o los bancos que tienen tal tamaño y están tan interconectados que el gobierno necesitaría rescatarlos para no correr el riesgo de que provoquen un colapso del sistema financiero en general. Las propuestas legislativas incluyen dividir grandes bancos, elevar aún más los requisitos de capital e imponer un gravamen a las mayores firmas financieras.
Analistas y banqueros de Wall Street sostienen que Washington se arriesga a imponer demasiadas reglas adicionales, que podrían obligar a las firmas a retirarse de actividades clave como los préstamos, que ayudan a impulsar el crecimiento económico.
Entre los mayores 25 bancos comerciales de EE.UU., los créditos aumentaron casi 2% en junio frente a un año antes, según un análisis realizado por SNL Financial en base a datos de la Fed.
Los grandes bancos ya se están marginando de uno de los principales motores de financiación de Wall Street: el mercado de recompra, o «repo», donde firmas e inversionistas intercambian valores por billones de dólares en préstamos a corto plazo. Algunos de los motivos son una nueva relación de apalancamiento que exige que los grandes bancos conserven capital extra contra todos los activos en sus libros, no sólo los que se consideran riesgosos. Esto dificulta obtener ganancias en lo que antes de la crisis ya era un negocio de bajos márgenes y alto volumen, señalan banqueros y analistas.
La frase en inglés too big to fail (en castellano, «demasiado grande para caer») es un concepto económico que describe la situación de un banco o de cualquier otra institución financiera cuya quiebra tendría consecuencias sistémicas desastrosas sobre la economía y que por consecuencia es necesario rescatar por los poderes públicos para evitar que ese riesgo de quiebra se realice.
Los principales actores del sistema financiero internacional asumen riesgos importantes contando con el hecho de que, para evitar ese riesgo sistémico, serán rescatados de la bancarrota a través de los conocidos como «planes de salvamento», que suelen ser financiados por los contribuyentes. Una reforma del sistema financiero iniciada en Estados Unidos en abril de 2010 por Barack Obama y detallada en particular por la Ley Dodd–Frank Wall Street Reform and Consumer Protection Actse dirige a limitar, en este sentido, el tamaño de los bancos.
Fuente: Wikipedia, 2014.
————————————————
« Too big to fail » (« trop gros pour faire faillite ») est un concept économique qui décrit la situation d’une banque ou toute autre institution financière dont la faillite aurait des conséquences systémiques désastreuses sur l’économie et qui par conséquent se retrouve renflouée par les pouvoirs publics dès lors que ce risque de faillite est avéré.
Les principaux acteurs du système financier international prennent des risques importants tout en sachant pertinemment qu’ils seront sauvés de la banqueroute le cas échéant par ce que les gouvernements appellent des « plans de sauvetage » financés par les contribuables. Une réforme du système financier, initiée par Barack Obama en avril 2010 et concrétisée en particulier par le Dodd–Frank Wall Street Reform and Consumer Protection Act, vise notamment à limiter la taille des banques.
Exemple:
Le cas de l’assureur AIG lors de la crise des subprimes illustre ce phénomène. Il a été renfloué par le gouvernement américain pour éviter que sa faillite ne cause des pertes de l’ordre de 3 200 milliards de dollars au sein du système financier international. Sa faillite aurait entraîné celle de nombreux établissements bancaires avec lesquels il était lié.
Fuente: Wikipedia, 2014.
————————————————
Reflexiones sobre la Ley Dodd-Frank y las Regulaciones Bancarias
Cada cierto tiempo es bueno hacer un alto en las actividades del día a día para reflexionar y sacar algunas conclusiones. Tómese un respiro y vuelva a leer algunos de los artículos más relevantes sobre las regulaciones bancarias y la evolución de la industria financiera.
Citigroup pagará US$ 7.000 millones para resolver investigación sobre hipotecas.
Por Saabira Chaudhuri y Christina Rexrode.
NUEVA YORK — Citigroup Inc. alcanzó el lunes un acuerdo por valor de US$7.000 millones para poner fin a las acusaciones de que vendió hipotecas de mala calidad en los momentos previos a la crisis financiera.
El banco anunció que pagará un total de US$ 4.500 millones en efectivo y que aportará otros US$ 2.500 millones en asistencia a los consumidores. La parte en efectivo del acuerdo consiste en una multa de US$ 4.000 millones pagadera al Departamento de Justicia y en US$ 500 millones en concepto de pagos compensatorios a los fiscales generales del Estado y a la Corporación Federal de Seguro de los Depósitos Bancarios de Estados Unidos, o FDIC por sus siglas en inglés.
Citigroup tendrá que hacer frente a un cargo de unos US$ 3.800 millones antes de impuestos en el segundo trimestre. Estos resultados se publicarán antes de la apertura del mercado el lunes.
El acuerdo de Citigroup con el Departamento de Justicia se produce tras dos meses y medio de tensas negociaciones. El mes pasado, las dos partes se encontraban lejos de un acuerdo, con el Departamento de Justicia reclamando US$10.000 millones y Citigroup ofreciendo US$4.000 millones, una discrepancia lo suficientemente grande como para que el Departamento de Justicia amenazase con una demanda.
A Citigroup le interesaba llegar a un acuerdo para poder incorporar los costes legales del proceso a sus resultados del segundo trimestre. El banco no quería que se mantuvieran pendientes estos costes por más trimestres y no quería enfrentarse a una situación en la que tuviera que volver a publicar los resultados del segundo trimestre.
Fuente: The Wall Street Journal, 14/07/14.
—————————————————————————–
Otros artículo sobre multas millonarias por mala conducta de entidades financieras: BNP Paribas multado en U$S 9.000 millones en USA
Multa por procesamiento de pagos fraudulentos genera cierre de banco en Delaware
Por Brian Monroe.
Un banco del Estado de Delaware (Estados Unidos) pagó una multa de US$ 15 millones por haber ayudado a los procesadores de pago a enviar más de US$ 100 millones generados mediante un esquema fraudulento de telemercadeo y comercio en línea.
El Departamento del Tesoro y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC por sus iniciales en inglés) ejecutaron conjuntamente una acción civil contra el First Bank of Delaware por permitir que grupos criminales usaran los servicios bancarios de la entidad para ejecutar varios esquemas de fraude.
A pesar de una notificación federal recibida en 2008 sobre los riesgos de las cuentas de las empresas Landmark Clearing, Inc., Automated Electronic Checking, Inc., Check Site, Inc. and Check21.com, LLC, el banco «reconoció que cosecharon enormes ganancias» mediante el procesamiento de cheques creados de forma remota y con transacciones de la cámara de compensación automatizada, según indicó el Departamento de Justicia.
«Este fue un pequeño banco que asumió demasiado riesgo», aseveró Joseph Gunnell, consultor y ex funcionario de la FDIC, quien considera que las autoridades probablemente sabían que su acción legal produciría el cierre del banco.
Los procesadores de pagos, acusados por la Comisión Federal de Comercio de estafar a miles de consumidores, ayudaron a los comerciantes a extraer dinero de las cuentas bancarias sin permiso de los titulares, prometiéndoles descuentos en bienes que nunca fueron enviados o utilizando ofertas engañosas ofreciendo “períodos de prueba” de productos o servicios para sacar provecho de sus víctimas.
Internamente, los ejecutivos de First Bank estimaron ganancias relativamente amplias, anticipando que el programa de pagos electrónicos crecería de US$ 150.000 en 2010 a US$ 2.000.000 en 2011, lo que representaba un 1.300% de aumento. El banco cobraba honorarios por las transacciones, mientras que los procesadores regularmente manejaban tasas de retorno agregado superiores al 50%.
Este elevado nivel de retorno fue ignorado por la directiva del banco, a pesar de que un funcionario de la Reserva Federal había advertido que la tasa de retorno del 10% sería visto por los reguladores estadounidenses como “una evidencia clara que su banco sabía o debería haber sabido» que los procesadores de pagos estaban involucrados en actividades delictivas.
Un solo banco puede facilitar el fraude contra miles de consumidores, por lo que el «cierre de un banco puede acabar con un canal de fraude masivo», dijo una fuente que pidió mantener su nombre en reserva y quien afirmó que el próximo año pudieran producirse acciones similares contra varios procesadores de pagos.
La decisión del banco de poner en marcha un programa de pagos electrónicos se produjo luego de una multa de la FDIC del año 2008, que obligó al banco a pagar US$ 304.000 dólares por mercadear tarjetas de crédito de alto riesgo y por mantener a su junta directiva poco informada sobre las decisiones de cumplimiento. En octubre de ese año, la FDIC le ordenó al banco suspender todos los programas de préstamos mediante terceras partes.
En diciembre de 2011, el regulador impuso una orden requiriéndole al First Bank poner fin al programa de pagos electrónicos, así como cualquier relación comercial con otras empresas que implicara el procesamiento de pagos, negocios de servicios monetarios, creación de cheques de forma remota o cámara de compensación automatizada. La agencia ordenó mejoras generales de los controles internos del banco y en el programa de formación.
Un portavoz de la FDIC dijo que es probable banco decidió cerrar como consecuencia de la orden de consentimiento de diciembre del año pasado, fecha en que los activos del banco eran de US$ 200 millones en activos.
A principios de este mes, la firma The Bryn Mawr Trust anunció la adquisición de una parte de los activos y de la cartera crediticia del banco por un monto de US$ 8,7 millones.
Fuente: Lavadodinero.com, 26/11/12.
Important Notice
On November 16, 2012, Bryn Mawr Trust acquired certain First Bank of Delaware customer deposit and loan accounts.
If you were a user of First Bank of Delaware’s NetTeller online banking system, you can view your account history prior to November 17, 2012 until January 16, 2013. If you want to retain any account information we suggest that you print your account information prior to January 17, 2013. Bill payment access will be disabled on November 16, 2012. We recommend you print your bill payment history and payee details to have for future reference.
To view your current Bryn Mawr Trust account activity, as of November 19, 2012, please visit their website at www.bmtc.com or call 610-525-1700. You will need to re-register for On-line Banking.