Aumentó la expectativa de vida y la medicina permite un envejecimiento activo, con la posibilidad de seguir en casa para el adulto mayor. ¿Pero a quién debería dejar entrar la familia para que lo cuide?
Los adultos mayores siguen siendo sujetos con derecho a protagonizar su vida. .
Además de administrar personalmente los tres geriátricos que abrió en Buenos Aires hace cinco décadas junto con su marido, hasta hace poco Virtudes F. iba sola al supermercado y volvía a su casa cargando dos bolsas llenas de provisiones. Sólo después de sufrir un trastorno cardiovascular que la obligó a bajar el ritmo, aceptó contratar una empleada con cama adentro para que la acompañe por las noches. “No puedo quedarme sin hacer nada. Lo intento, pero no puedo. Tener ocupada la cabeza te obliga a no pensar tonterías. Hay que hacer, moverse, trabajar hasta el último minuto. Eso es lo que te mantiene vivo”, advierte esta gallega guapa de 92 años y memoria prodigiosa, que –a pesar de que sus hijas siempre se ofrecen a ayudarla– sigue ocupándose personalmente de los trámites bancarios de la empresa familiar.
La suya es de esas tantas excepciones que últimamente son noticia: personas longevas que se conservan en impecable estado físico y mental, como la nonagenaria actriz y conductora Mirtha Legrand, por citar un caso conocido. “No hay día en que la llame por teléfono y ella no me diga ‘bueno, te corto Marce, tengo que lavarme la cabeza para salir’”, contaba su hija recientemente, a propósito del cumpleaños de la diva de los almuerzos.
El aumento de la expectativa de vida y los avances de la medicina preventiva permitieron a muchos adultos mayores transitar lo que hoy se conoce como un “envejecimiento activo”, evitando o retrasando así la internación en residencias para adultos mayores. Los geriátricos u hogares de ancianos eran hasta hace una década la alternativa inexorable, más allá del grado de dependencia de la persona. Hoy existe una instancia anterior gracias a la profesionalización del cuidador domiciliario, una figura que tarde o temprano se vuelve imprescindible dentro de cualquier familia donde haya abuelos.
«Se necesita ser fuerte y decidido para soportar la parte más delicada de la tarea, que es compartir el último tramo de la vida».
Personas capacitadas. Los cuidadores no son asistentes ni acompañantes terapéuticos, tampoco enfermeros. Son personas capacitadas para garantizar “la supervivencia social y orgánica de las personas con dependencia, es decir, de aquellas que carecen de autonomía personal y necesitan ayuda de otros para la realización de los actos esenciales de la vida diaria”, según coinciden las definiciones autorizadas.
Actualmente, sólo a nivel oficial, existen en todo el país más de 45.000 cuidadores domiciliarios inscriptos en el Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios implementado dentro del programa que lleva adelante el Ministerio de Desarrollo Social. La mayoría de ellos se formó profesionalmente en los cursos teórico/prácticos que dicta ese organismo y otras instituciones educativas, donde se imparten conocimientos específicos que habilitan para la tarea de atender, evitar situaciones de riesgo y tomar decisiones orientadas a mantener la integridad de adultos mayores, personas con discapacidad y enfermedades crónicas.
Una vida integrada. “Como criterio general, es necesario privilegiar la atención en el domicilio y brindar en la casa y en su ambiente las ayudas necesarias para que la persona continúe en su ámbito familiar y social habitual. En estos casos, la presencia de los cuidadores es importante porque permiten que el anciano lleve una vida integrada. Hoy, el objetivo de la medicina es conservar la autonomía de las personas mayores y prevenir discapacidades para alcanzar una vejez sana, activa e independiente”, explica Enrique Rozitchner, médico psiquiatra y psicoanalista ex coordinador de Psicogeriatría de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). De ese modo, se refiere a que el ámbito familiar y social contribuye a la salud física y también anímica.
“Los factores sociales y psicológicos son de suma importancia para evitar la soledad y el aislamiento. Un factor importante es la salud mental por las limitaciones que traen, por ejemplo, trastornos como la depresión. Por eso, el apoyo de amistades, la familia y las actividades recreativas son un soporte importante para conservar la salud y la autonomía. Con todo esto quiero señalar la importancia de prevenir la institucionalización de las personas mayores, reservándolos únicamente a los casos de deterioro avanzado de las funciones”, agrega el Dr. Rozitchner.
Vivir en Casa. Según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a mediados del siglo XXI se duplicará la población de individuos mayores de 60 años debido a la caída de las tasas globales de fertilidad. Ya el último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas realizado en 2010 en la Argentina indicaba que, en ese momento, en la ciudad de Buenos Aires había 626.1861 mayores de 60, lo que representaba el 21,7 por ciento de la población urbana.
“Las últimas investigaciones dicen que las personas mayores están bien y resuelven su vida cotidiana sin grandes problemas. En algunos casos, que aproximadamente el 5 por ciento de la población mayor tiene algún tipo de acompañamiento que, por lo general, lo proporciona un auxiliar gerontológico o una persona de servicio doméstico que cumple con la función de cuidado. De la población general, sólo un 2 por ciento se encuentra en internación geriátrica”, explica Julieta Oddone, coordinadora del Programa Envejecimiento de Flacso Argentina.
“Hace unos años hicimos un trabajo tomando una muestra representativa de la ciudad de Buenos Aires y eso arrojó, entre otros datos, que cerca del 1 por ciento de los que viven en hogares son personas en situación de pobreza, sufren enfermedades graves o no tienen familia. En esos casos, la institucionalización es un camino porque les mejora la calidad de vida, por eso no hay que demonizar el geriátrico. Eso no es conveniente. Si bien hay buenos y malos, a veces es la única salida, la única solución”, puntualiza.
Según cálculos de la ONU, a mediados del siglo XXI se duplicará la población de individuos mayores de 60 años debido a la caída de las tasas globales de fertilidad.
Cuidados especiales. La medicina moderna ha logrado que ciertas lesiones y patologías antes consideradas mortales ahora se traten como enfermedades crónicas, por lo tanto el paciente precisa cuidados especiales y permanentes. No obstante, cuando alguien ya no puede realizar por sí mismo el conjunto de actividades diarias básicas como levantarse de la cama, trasladarse, alimentarse, vestirse, higienizarse y manejar dinero, la familia debe asumir que necesita ayuda profesional. La búsqueda de personal idóneo, honesto y responsable suele ser un dolor de cabeza, pero la empatía, los conocimientos y el compromiso serán claves a la hora de elegir el cuidador adecuado. “El principal requisito para este trabajo es poner el corazón. De lo contrario, aunque uno lo intente, no se puede”, dice Lucila Fernández, que de lunes a viernes cuida a una mujer joven con una discapacidad mental y los fines de semana acompaña a una señora de 82 años que vive sola en una casa y no tiene familia directa.
Hace un tiempo, movilizada por su vocación, cursó la Diplomatura en Cuidados Domiciliarios e Institucionales que dicta la AMIA. “No es lo mismo atender a una persona enferma que a una sana. Esa es una primera gran diferencia. Hay que conocer las características de la patología para poder darle la atención que requiere el caso, tener mucha más paciencia, y sobre todo desarrollar la empatía. Los abuelos se enojan con la familia porque se sienten inválidos, e invadidos por un extraño que entra a su casa y que les toca sus cosas. No quieren reconocer que necesitan ayuda, ésa es una de las constantes en estos casos. La señora que cuido los sábados se puso mal al principio. Ahora nos llevamos bien. Pero no fue fácil. Voy los sábados cinco horas; en ese tiempo charlamos, me cuenta sus cosas, paseamos, tomamos la merienda, me fijo si tomó sus remedios, y así pasamos un rato agradable. Ahora hice un curso de acompañante terapéutico en la Universidad, y quiero seguir aprendiendo”, comenta.
Fuerza y decisión. Para Adelina Vásquez, experta en cuidar adultos muy mayores, además de paciencia, se necesita ser fuerte y decidido para soportar la parte más delicada de la tarea, que es compartir el último tramo de una vida. “Hay gente muy mayor viviendo sola en su casa, sin familia, abandonados. Se ven situaciones muy tristes. Hasta hace poco cuidé a una señora de 97 años y, antes, una de 100 y otra de 99. En esos casos hay que vigilar su higiene, mantener limpio su ambiente, que se alimenten y no se deshidraten, darles su medicación y escucharlos mucho. Siempre están recordando su pasado, las historias de su familia. Hice varios cursos sobre cuidados y realmente fueron útiles en la teoría, pero al final sólo es cuestión de amor. Lo único que funciona es el cariño. Y uno también se familiariza con la persona, comparte vivencias. Cuidé a una señora durante cuatro meses. Un día que no estuve se cayó, y la familia decidió ponerla en un geriátrico, y ahí murió por deshidratación. Fue al poco tiempo. Uno tiene que desarrollar el autocontrol para no sufrir y poder seguir ayudando. Hay que olvidarse de uno para poder dar. De eso se trata, nada más”, concluye.
Las desventajas de la Donación con reserva de usufructo
Por Gustavo Ibáñez Padilla.
La Donación con reserva de usufructo es un instrumento legal empleado para evitar los trámites sucesorios al morir el dueño original del bien.
En Latinoamérica es usualmente aplicado en inmuebles, siendo el dueño original el padre (o madre) quien cede a título gratuito la “nuda propiedad” del bien a sus hijos y se reserva el uso y disfrute -generalmente en forma vitalicia-.
De esta forma transfiere a sus hijos la titularidad del bien (evitando así la sucesión) y sigue utilizando el inmueble como si fuera su dueño, pudiendo habitarlo, alquilarlo, pero no venderlo.
En Argentina, debe tenerse en cuenta que en aquellas jurisdicciones que tengan impuesto a la herencia (las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos), éste también alcanza a la transmisión a título gratuito (donación).
Las desventajas que surgen a emplear este instrumento están relacionadas con el devenir de las situaciones familiares. Muchas veces el dueño original quiere volver a disponer del bien, desconociendo que la donación es irrevocable.
Algunos padres creen que de ser necesario podían revertir la situación, contando para ello con la buena voluntad de sus hijos. Sin embargo, la experiencia nos muestra que son muy pocos los casos en que los hijos aceptan reintegrar la propiedad a su dueño original. Las excusas para hacerlo son muchas y diversas, algunas razonables y otras arbitrarias. El asunto es que el dueño original ya no lo es más -sólo se reservó el disfrute del bien- y la nuda propiedad es ahora de los hijos, los cuales pueden atravesar muy diversas circunstancias que impidan llega a un acuerdo con sus padres (léase intervención de cónyuges, problemas financieros, juicios, embargos e inhibiciones).
Por ello es importante analizar bien la situación y sopesar las ventajas y desventajas de emplear este instrumento, el cual ha quedado un poco desactualizado frente a la vertiginosa y cambiante vida actual.
Los ahorros estimados respecto a la sucesión deben compararse con los gastos a realizar hoy al inscribir por escritura pública la donación -y el eventual pago del impuesto a la herencia-.
La esperanza de vida ha crecido notablemente y lo seguirá haciendo cada día más y a esto se suma que las personas de edad avanzada pueden cada día hacer más cosas y por lo tanto también gastar más dinero. Los viejitos ya no se quedan en la plaza alimentando las palomas, ¡prefieren recorrer el mundo a bordo de un crucero!
Vale la pena consultar a un asesor y evaluar el uso de otros instrumentos -de la familia de los seguros de vida– para evitar la carga impositiva, garantizar un patrimonio futuro a los hijos y dejar el máximo de libertad a los padres.
Fuente: Ediciones EP.
Glosario
Donación: Acción de donar una cosa. – Cosa que se da a una persona de forma voluntaria y sin esperar premio ni recompensa alguna, especialmente cuando se trata de algo de valor.
Herencia: Conjunto de bienes, derechos y obligaciones que no se extinguen con la muerte de su titular; constituye una universalidad jurídica constituida a partir de la muerte del autor de la sucesión, hasta la partición y adjudicación.
Legado: Transmisión de uno o varios bienes determinados o determinables, que hace en su testamento el testador a favor de una o varias personas.
Nuda propiedad: Propiedad que carece del usufructo.
Propiedad: Hecho o circunstancia de poseer alguien cierta cosa y poder disponer de ella dentro de los límites legales.
Sucesión: Transmisión de todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona por causa de su muerte.
Usufructo: Derecho por el que una persona puede usar los bienes de otra y disfrutar de sus beneficios, con la obligación de conservarlos y cuidarlos como si fueran propios. – Provecho o conjunto de utilidades o frutos que se obtiene de una cosa.
Las ciudades con rentas más altas tienen mayor esperanza de vida
Entre el municipio con más ingresos por habitante y el que tiene menos hay 4,7 años de diferencia en las perspectivas de longevidad
Por Cristina Delgado.
Un grupo de jubilados en Madrid Río.
Los ricos no se libran de padecer enfermedades pero la estadística muestra que los que viven en zonas más desahogadas, de media, pueden vivir más años. El Instituto Nacional de Estadística publicó ayer una abundante recopilación de datos urbanos que pertenecen a su aportación al proyecto europeo Urban Audit, un plan que coordina la UE para obtener datos comparables para conocer y medir la calidad de vida en las ciudades. Los indicadores son cientos, pero hay varios que, si se combinan, ofrecen un dibujo claro. Los municipios con mayor renta per cápita en España tienen las tasas de paro más bajas. Y salen en los puestos más altos de las tablas de esperanza de vida.
Seleccionando ciudades para las que el INE ofrecen ambas estadísticas y del mismo año (2015), a la ciudad con mayor renta por habitante de España (Pozuelo de Alarcón, 23.861,2 euros) y a la que tiene la menor (Sanlúcar de Barrameda, 6.753 euros), les separan 640 kilómetros y 4,7 años de esperanza de vida.
Tomando como referencia poblaciones de más de 20.000 habitantes, el municipio de Pozuelo de Alarcón, situado al noroeste de Madrid con sus urbanizaciones de chalés y adosados, repite de nuevo con la mayor renta media por persona (23.861 euros al año) y con menor tasa de paro (8,5%). La lista de las ciudades con las mayores rentas ha variado poco en los últimos años, peldaño arriba, peldaño abajo. A Pozuelo le siguen las Rozas (18.798 euros) y Majadahonda (18.627 euros), también en Madrid. Luego Sant Cugat del Vallès, en la provincia de Barcelona (18.325 euros) y Getxo, en Bizkaia (18.212 euros). En todos estos, la tasa de paro ronda el 10%, menos de la mitad que la media nacional en el momento del informe, del 22%.
Si se extraen los datos de esperanza de vida (entendida como el número medio de años que se espera que un individuo viva desde el momento de su nacimiento) la media nacional es de 82,7 años, una de las más elevadas del mundo. Y si se acude a los municipios grandes, entre los 20 primeros puestos de España aparecen todas las ciudades con rentas altas: Pozuelo es el segundo, con 85,48 años de media. Majadahonda el tercero, con 85,19 años. Las Rozas el quinto (84,68 años), Getxo el noveno (84,42 años) y San Cugat ocupa el puesto 11 (84,23 años).
Menos dinero, menos años
En el sentido contrario, también funciona la correlación. Los puestos más bajos de la tabla de esperanza de vida los ocupan La Línea de la Concepción (79,74 años), Melilla (80,31 años), Ceuta (80,46 años), Cádiz (80,57 años), Sanlúcar de Barrameda (80,7 años), El Puerto de Santamaría (80,79 años), Algeciras (80,84 años) y Torrevieja (80,88 años). Todos ellos tienen rentas por habitante bajas o medias-bajas: frente a la rica Pozuelo y sus 23.861 euros al año, en Sanlúcar de Barrameda la cifra por habitante es de 6.753 euros; en La Línea, de 7.777,23 euros; en Ceuta y Melilla se acercan a los 10.000 euros. En Torrevieja es de 7.108,5 euros por persona.
La excepción a la regla es Rivas-Vaciamadrid. Es, precisamente, el municipio con mayor esperanza de vida de España: 85,83 años. Y su renta está en medio de la tabla: 13.269 euros per capita.
Son muchos los estudios que han vinculado la renta a la esperanza y la calidad de vida y han hallado una correlación directa, incluso por barrios. Por ejemplo, según datos de la Universidad Carlos III (que elaboró una herramienta para hacer actuaciones según las necesidades de cada zona) en Madrid los vecinos del distrito de Chamartín tienen una esperanza de vida de 83,9 años. Allí está el barrio más rico de España, el Viso, con una renta de 36.250 euros por habitante, que multiplica por cinco la renta de barrios como San Cristóbal o San Diego, en el distrito de Puente de Vallecas, donde la esperanza de vida es de 81,7 años.
El abuso de opiáceos en EEUU es tan grave que está reduciendo la esperanza de vida
Por Amanda Erickson.
(Flickr)
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Por segundo año consecutivo, la esperanza de vida en Estados Unidos ha disminuido.
No es difícil entender por qué: en 2016 hubo un aumento del 21 por ciento en el número de muertes causadas por sobredosis de drogas, y los opiáceos causaron dos tercios de ellas. En 2016, la epidemia de opiáceos mató a 42,000 personas, más de las que murieron de Sida en cualquier año en el punto álgido de la crisis.
«Deberíamos tomar esto muy en serio», señala Bob Anderson, jefe de la Rama de Estadísticas de Mortalidad en el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, a mis colegas Lenny Bernstein y Christopher Ingraham. «Si nos fijamos en los otros países desarrollados del mundo, no están viendo este tipo de cosas. La esperanza de vida está aumentando«, advierte.
En otras palabras: en ningún otro país desarrollado hay personas que mueren a causa de los opiáceos con las tasas registradas en Estados Unidos.
¿Qué explica la discrepancia?
El sistema médico de Estados Unidos.
(Flickr)
A los estadounidenses se les prescriben opiáceos significativamente más a menudo que en otros países.En Estados Unidos se toman 50,000 dosis de opiáceos al día por cada millón de residentes. Eso es casi un 40 por ciento más alto que la tasa de Alemania y Canadá, y el doble de la tasa de Austria y Dinamarca. Es cuatro veces más alta que en Gran Bretaña y seis veces más alta que en Francia y Portugal. Como lo expresó la BBC, «los médicos estadounidenses prescriben, mucho».
Eso es en gran parte resultado de nuestra estructura de seguro de salud. A diferencia de los países que brindan servicios de salud universales financiados con impuestos estatales, Estados Unidos tiene un sistema de atención principalmente privatizado. Y los expertos dicen que es mucho más probable que las aseguradoras paguen una píldora que la terapia física o la repetición de tratamientos.
(Flickr)
«La mayoría de los seguros, especialmente los de los pobres, no pagarán nada más que una píldora«, comenta a la BBC Judith Feinberg de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Occidental. «Digamos que tienes un paciente que tiene 45 años. Tiene un dolor fuerte en la parte inferior de la espalda, lo examinas, y ves que tiene un espasmo muscular. Realmente lo mejor es la terapia física, pero nadie pagará por eso. Así que los médicos se preparan para tirar de la plataforma de recetas. Incluso si el seguro cubre la terapia física, probablemente necesite autorización previa, lo que implica mucho tiempo y papeleo».
Como resultado, a los estadounidenses se les receta opiáceos. A menudo, se les dan varias pastillas más de las que se podría esperar que usaran, para evitar más visitas.«Otros países lidian con el dolor de manera mucho más saludable», comenta Feinberg, profesora del Departamento de Medicina Conductual y Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la WVU.
El sistema de atención de salud de Estados Unidos también es diferente en comparación con los demás países. Hay presión para enfrentar el dolor y hay una actitud generalizada de que todo es reparable. Como resultado, los médicos en Estados Unidos son mucho más propensos a proporcionar analgésicos que los médicos de otros países. Un estudio comparativo encontró que los facultativos japoneses trataban el dolor agudo con opiáceos casi la mitad del tiempo. En Estados Unidos, el número fue del 97 por ciento.
(Archivo)
«Tengo 51 años«, comenta el profesor Keith Humphreys de la Universidad de Stanford a la BBC. «Si voy a un médico estadounidense y le digo: ‘Oye, corrí la maratón que solía correr cuando tenía 30 años, y ahora estoy adolorido’, mi médico intentará arreglar la situación. Si lo haces en Francia, el doctor dirá: ‘Es vida, toma una copa de vino ¿qué quieres de mí?'».
También hay otros culpables. Estados Unidos es uno de los dos únicos países que permite que las compañías de medicamentos con receta se publiciten en televisión (el otro es Nueva Zelanda). Las compañías hacen publicidad, y mucho. En 2016, las compañías farmacéuticas gastaron USD 6.4 mil millones en publicidad. Los expertos también dicen que las escuelas de medicina de Estados Unidos no han hecho lo suficiente para educar a los estudiantes sobre el manejo del dolor, la adicción, el uso y el abuso de los opiáceos.
Las compañías farmacéuticas también tratan de cortejar a los médicos con regalos. Algunas empresas organizan cenas lujosas y otras patrocinan conferencias. En 2016, por ejemplo, el fabricante de OxyContin Purdue Pharma gastó USD 7 millones en regalos para médicos y hospitales. De 1996 a 2001, la compañía patrocinó 40 «simposios nacionales de manejo del dolor» en distintos lugares. En el mismo período, la compañía duplicó su fuerza de ventas y distribuyó cupones para que los médicos pudieran ofrecer a los pacientes suministros de OxyContin por 30 días, además de otros medicamentos altamente adictivos. En esos seis años, las recetas de OxyContin aumentaron de más de 670,000 a más de 6 millones.
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Eso alarmó al menos a un grupo de salud pública, que publicó un boletín en 2009 titulado La promoción y comercialización de OxyContin: Triunfo comercial, tragedia de salud pública.
Ser presidente puede disminuir la esperanza de vida
Los riesgos del poder: Un estudio revela que los hombres en los más alto del poder viven hasta 2,7 años menos y tienen un 23% más de riesgo de muerte que los candidatos que no han sido elegidos.
El presidente de EE.UU. Barack Obama con menos pelo y más canas, en una imagen del 14 de diciembre de 2015.
Ser presidente del Gobierno puede disminuir hasta 2,7 años la esperanza de vida, según muestra un análisis en el que se ha comparado la supervivencia de 279 líderes del Ejecutivo de 17 países, con la de 261 candidatos no elegidos entre los años 1722 y 2015, publica hoy el diario La Vanguardia.
Estos datos se han obtenido tras medir la edad de cada candidato en las últimas elecciones generales en las que han participado, y tomando como referencia lo que se esperaría en una persona de la misma edad y sexo. Los países analizados han sido Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, España, Suecia, Reino Unido, y los Estados Unidos.
Así, los datos arrojados en el trabajo, publicado en la revista ‘BMJ’ y recogido por la plataforma Sinc, han mostrado que los líderes electos viven hasta 2,7 años menos y tienen un 23 por ciento más de riesgo de muerte que los candidatos que no llegan a la presidencia.
No obstante, ser diputado no parece ser perjudicial para la salud. Así lo ha comprobado un equipo de investigadores liderado por la Universidad de Surrey (Reino Unido) tras examinar la mortalidad de casi 5.000 miembros de las dos cámaras del Parlamento de Reino Unido entre los años 1945 y 2011.
De esta forma, el trabajo reveló que la tasa de mortalidad de estos políticos es un 28 por ciento inferior a la de la población general y un 37 por ciento inferior en el caso concreto de los lores. Además, la brecha de mortalidad entre los diputados y los ciudadanos se ha ampliado significativamente hasta, al menos, el año 1999.
Además, los investigadores han señalado que la mortalidad entre los parlamentarios conservadores es menor que en los diputados de otros partidos políticos, lo que, según han comentado, puede deberse a diferencias subyacentes en el origen social y, en particular, en la educación.
Finalmente, los resultados han mostrado que los diputados mayores de 60 años elegidos por primera tienen una mortalidad relativamente menor que los diputados que son elegidos cuando son más jóvenes.
Análisis comparado de la esperanza de vida con salud en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Revista Población de Buenos Aires, Año 10, Vol 18, pág. 7-32.
Octubre de 2013
Análisis comparado de la esperanza de vida con saluden la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Por Matías Belliard, Cristina Massa y Nélida Redondo.
El artículo presenta los resultados de un estudio estadístico efectuado mediante la aplicación del método Sullivan para estimar la Esperanza de Vida Saludable (evs) de la población de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (caba) en el año 2010, a partir del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 y de tablas de mortalidad de momento. El análisis contrastó indicadores de evs de la caba con los de la Provincia del Chaco ubicada en su antípoda desde el punto de vista del desarrollo humano y socioeconómico− y considera como patrón general los valores de la población total del país. Los resultados muestran que la caba tiene la esperanza de vida al nacer y a la edad de 65 años más elevadas de las tres poblaciones, al mismo tiempo que presenta las menores expectativas de años vividos con al menos una limitación permanente.