Cómo evitar el próximo carnaval financiero

octubre 3, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

La sucesión de fraudes, quiebras y crisis que han marcado las últimas décadas —desde esquemas Ponzi monumentales hasta quiebras tecnológicas y manipulación de índices de referencia— no es un punteo de anécdotas aisladas. Constituye, más bien, la señal de un fallo sistémico: la colisión entre incentivos privados mal alineados, arquitecturas regulatorias fragmentadas y una cultura pública que ha normalizado la incomprensión de los riesgos financieros. El resultado es un mercado que, con demasiada frecuencia, traslada pérdidas a familias, empleos y estabilidad social.

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Casos paradigmáticos: síntesis y lecciones

Bernard Madoff representa la cara más dramática y humana del desastre. Sentenciado a la pena máxima —150 años de prisión— por montar lo que se considera el mayor esquema Ponzi conocido, su caso recordó que la enorme sofisticación aparente puede ocultar fragilidad operativa, y que la connivencia involuntaria o deliberada de intermediarios agrava la tragedia. La documentación judicial y las crónicas periodísticas conservan el relato de una estafa que arrasó el patrimonio de particulares, fundaciones y fondos.

Las investigaciones y demandas posteriores pusieron el foco sobre bancos que habían tratado con Madoff, y uno de los capítulos más ilustrativos fue el acuerdo de JPMorgan Chase: la entidad acordó en 2014 pagar 2.600 millones de dólares para resolver reclamaciones relacionadas con su presunta inacción pese a señales de alerta. Ese acuerdo no borra la pregunta central: ¿hasta qué punto las instituciones financieras toleraron o ignoraron irregularidades por interés propio?

El caso del fondo Abacus, con Goldman Sachs en el centro, mostró otro riesgo: el conflicto de agencia. En 2010 la Securities and Exchange Commission (SEC) resolvió una denuncia contra Goldman por la comercialización de un producto sintético ligado al mercado hipotecario, con un acuerdo por 550 millones de dólares y exigencias de reforma en prácticas comerciales. La acusación no era mera mala praxis técnica: señalaba que los diseñadores del producto tenían posiciones contrarias a las de los clientes a quienes se les vendía, una estructura que convierte al asesor en jugador y vendedor al mismo tiempo.

Más reciente en la cronología, Wirecard —la fintech alemana entonces alabada por mercados y gobiernos europeos— colapsó cuando se descubrió que cerca de 1.900 millones de euros «faltaban» en sus cuentas. La compañía entró en insolvencia y su caída puso en evidencia fallas de auditoría, supervisión y credulidad política. La lección es doble: las narrativas de éxito tecnológico pueden enmascarar déficits de control, y la presión política para preservar empleos o relato económico puede retardar controles efectivos.

En el nuevo terreno de las criptomonedas, el derrumbe de FTX es el ejemplo vivo de cómo modelos de negocio opacos y conflictos operativos pueden traducirse en pérdidas planetarias. La caída de FTX y el proceso penal contra su fundador muestran que la ausencia de reglas claras y supervisión efectiva en mercados emergentes produce víctimas masivas —clientes minoristas incluidos— y exige respuestas regulatorias contundentes. En 2024, la justicia estadounidense condenó y sancionó duramente a los responsables de esa trama.

Finalmente, la manipulación de índices referenciales (como la LIBOR) y la constatación de mercados de divisas concertados descubiertos por autoridades, han sido episodios que erosionaron la confianza en la infraestructura misma del mercado, con multas y procesos contra bancos globales. Estos hechos confirman que no basta con supervisores débiles o sanciones ex post: hay que modelar incentivos para evitar la captura y el abuso antes de que el daño sea sistémico.

A finales de 2022 y principios de 2023, los ejecutivos clave de FTX y Alameda, Caroline Ellison , Gary Wang y Nishad Singh, se declararon culpables de defraudar a clientes de FTX y cargos relacionados. Los tres declararon que fue Sam Bankman-Fried quien les ordenó cometer el fraude.

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Causas estructurales: por qué se repiten las fallas

No existe una única explicación; hay un mosaico de factores que interactúan:

Desalineación de incentivos: remuneraciones basadas en resultados de corto plazo, estructuras de comisiones y posiciones en sentido contrario fomentan la toma de riesgos oportunista.

Complejidad opaca: productos financieros empaquetados en estructuras casi herméticas resultan ininteligibles para la mayoría de supervisores y clientes.

Regulación fragmentada y política débil: la regulación frecuentemente es reactiva, capturada por intereses sectoriales o limitada por fronteras nacionales en un mercado que opera globalmente.

Cultura institucional permisiva: cuando la reputación y el lobby institucional pesan tanto como la ley, la prudencia queda subordinada a la ganancia. Alan Greenspan, en su testimonio de 2008, reconoció una falla de juicio en confiar en que la autorregulación sería suficiente para contener excesos. Esa admisión pública resalta el problema: las creencias ideológicas pueden volverse riesgos sistémicos.

Paul Volcker, por su parte, sintetizó con ironía el descrédito de una «innovación» financiera que ha generado más complejidad que valor social, cuando observó que muchas de las llamadas innovaciones no habían contribuido al crecimiento real en la economía; su comentario sobre el cajero automático se ha transformado en emblema de una crítica mayor a la deriva de la ingeniería financiera

Qué funciona y qué no: principios de una reforma creíble

La prevención del próximo gran fraude exige medidas que combinen técnica, institucionalidad y cultura pública:

1. Órganos reguladores verdaderamente independientes. No basta con crear entidades; hay que blindar su financiación, rotación de personal y mecanismos contra la captura política. La autonomía debe ser real y operativa.

2. Transparencia operativa radical. Registros centralizados de posiciones, contrapartes y exposición a derivados que permitan auditorías en tiempo razonable y acceso razonado por autoridades.

3. Fiduciaria obligatoria y sanciones personales. Endurecer la responsabilidad legal de ejecutivos y auditores, con sanciones proporcionales y realistas que disuadan la toma de riesgos deliberada.

4. Herramientas de supervisión tecnológica. Reguladores con capacidades analíticas para detectar patrones anómalos (matching de transacciones, análisis de redes, control estadístico) antes de que las pérdidas se escalen.

5. Cooperación internacional. Los productos y flujos transfronterizos exigen marcos acordados y procedimientos de ejecución que no permitan a actores trasladar operaciones a jurisdicciones de baja vigilancia.

6. Protección y premio al whistleblower. Incentivos para empleados y consultores que detecten irregularidades y las eleven con garantías reales.

7. Educación financiera pública. Una ciudadanía que entienda los productos, y que pueda exigir mejores prácticas, constituye la defensa última contra la normalización de abusos.

Además, en mercados nuevos (fintech, criptomonedas) es imprescindible aplicar el principio de «prudencia antes que permisividad»: la innovación no puede ser un asidero para eludir supervisión. Los casos de las criptomonedas $LIBRA y Diem —una estafa pump & dump y un caso de vacíos normativos, respectivamente— alertan sobre la necesidad de marcos claros desde el diseño.

La educación financiera es clave para evitar los fraudes.

Entre la ética y el mercado: la necesidad de un capitalismo más humano

Frente a este escenario, la discusión va más allá de reformas puntuales. Lo que está en juego es el sentido mismo del sistema económico global. El Papa Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in Veritate, subrayó que “la economía necesita de la ética para su correcto funcionamiento”. No se trata de moralizar superficialmente los mercados, sino de reconocer que, sin un anclaje en valores, las finanzas se convierten en un casino global que traslada las pérdidas a los más vulnerables.

El Distributismo, inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia y defendido por pensadores como G.K. Chesterton y Hilaire Belloc, proponía desde principios del siglo XX un modelo donde la propiedad y la producción estuvieran más equitativamente distribuidas. Aunque en gran medida fue relegado por la hegemonía del capitalismo financiero, existen ejemplos de empresarios que buscaron ese equilibrio. En Argentina, Enrique Shaw —hoy en proceso de beatificación— mostró que era posible conjugar rentabilidad económica con respeto a la dignidad humana, uniendo eficiencia empresarial con compromiso social.

Enrique Ernesto Shaw (1921-1962) fue un empresario católico argentino. Por su vida ejemplar, la Iglesia inició su proceso de canonización. Fue director general de Cristalerías Rigolleau, donde puso en práctica con muy buenos resultados los principios económicos de la Doctrina Social de la Iglesia. Fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).

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La resistencia a la regulación

Cada intento de imponer controles más estrictos a las instituciones financieras se topa con la resistencia férrea de lobbies y parlamentos. La reforma de Wall Street posterior a 2008, conocida como Dodd-Frank, fue denunciada por Madoff como un chiste. Y, en efecto, buena parte de sus disposiciones fueron luego diluidas. La lógica de los ciclos electorales, sumada a la influencia del dinero en la política, hace que la reforma estructural del sistema financiero sea siempre una promesa postergada.

Es sabido que la acumulación de capital en muy pocas manos tiende a crear desigualdades extremas si no se establecen mecanismos correctivos. El problema es que esas desigualdades no son solo económicas: generan un poder político que captura al Estado, impidiendo que las regulaciones se materialicen.

No todos los problemas se resuelven con normas técnicas. La restauración de la confianza requiere un cambio cultural: una ética pública que presuma responsabilidad en la esfera financiera y una dirigencia dispuesta a sacrificar ventajas de corto plazo por la estabilidad y el bien común. La justicia, entendida como sanción ejemplar y reparación real a las víctimas, tiene un componente simbólico importante; pero sin reformas estructuradas la sanción individual se queda en anécdota.

Las sanciones monumentales y las condenas dramáticas generan titulares, pero sin arquitecturas que impidan la repetición del delito, el mercado permanecerá vulnerable. En otras palabras: la justicia punitiva sin arquitectura preventiva es meramente paliativa.

Entrar en acción

El diagnóstico está claro: cuando la búsqueda del rendimiento convierte al mercado en un laberinto opaco y sus actores en agentes que entran en conflicto con los intereses de sus clientes y del público, la receta para la catástrofe está servida. Evitar el próximo carnaval financiero exige, simultáneamente, fortalecimiento institucional, translación de incentivos y una renovación ética del ejercicio profesional en finanzas.

Propongo tres pasos operativos y urgentes: (1) blindar la independencia y la capacidad técnica de los reguladores; (2) imponer requisitos de transparencia operativa en tiempo real para instrumentos complejos; (3) endurecer la responsabilidad fiduciaria con sanciones efectivas contra directores, auditores y gestores que oculten o faciliten fraudes. Si la economía no pone límites al oportunismo interno, la próxima crisis no será un fallo técnico: será la consecuencia previsible de decisiones humanas.

El mercado financiero no es una ruleta ni un teatro para ganancias sin costo colectivo. Es una infraestructura social que funciona —o falla— según las reglas que la sociedad impone. La tarea es política y técnica, requiere voluntad ciudadana y decisión de la dirigencia. Actuar ahora no es un ademán moral: es una inversión en estabilidad, crecimiento y en la dignidad de millones que confían sus ahorros, pensiones y esperanzas a instituciones que deben responder por ellas.

Fuente: Ediciones EP, 03/10/25.

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Actuación policial basada en la inteligencia: una pieza clave para enfrentar el crimen organizado y el terrorismo

septiembre 26, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

La actuación policial basada en la inteligencia —conocida por sus siglas en inglés como intelligence-led policing (ILP)— no es una moda operativa: es un cambio de paradigma en la Gestión del riesgo que traslada la iniciativa desde la reacción hacia la anticipación. En esencia, plantea que la prevención eficaz de actos graves —desde redes de narcotráfico transnacional hasta celdas terroristas— depende de transformar datos en conocimiento accionable, y conocimiento en decisiones que prioricen recursos, operaciones y políticas públicas. Analizaremos por qué ese enfoque resulta hoy imprescindible, cómo se ha desarrollado internacionalmente, qué lecciones arroja su aplicación práctica y qué desafíos y oportunidades presenta para Argentina.

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El crecimiento y la convergencia de amenazas

En la última década el paisaje global delictivo ha mostrado dos tendencias persistentes y peligrosas: la expansión de mercados ilícitos —especialmente de estupefacientes sintéticos y cocaína— y la sofisticación de las organizaciones criminales transnacionales. El informe mundial sobre drogas de la ONU documenta incrementos significativos en la producción y en las rutas de salida de estupefacientes, lo que multiplica recursos, redes y violencia asociada. Al mismo tiempo, organismos internacionales de policía constatan la intensificación de modalidades delictivas como el fraude en línea, el lavado de activos y la ciberdelincuencia, fenómenos que refuerzan la capacidad operativa de las organizaciones ilícitas.

Paralelamente se observa una convergencia entre crimen organizado y terrorismo: alianzas puntuales para financiación, utilización de rutas de contrabando o tecnologías compartidas, y la imbricación funcional cuando actores violentos recurren a actividades criminales para sostenerse. En América Latina este nexo ha sido objeto de análisis y alerta por parte de organizaciones académicas y de cooperación (a nivel global UNICRI; en Argentina: ISSP, IUSE, UBA), que describen escenarios donde el intercambio entre grupos armados, carteles y actores ideológicos genera riesgos híbridos complejos.

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¿Qué es y qué aporta la ILP?

El enfoque ILP articula cuatro bloques operativos: recolección y verificación de información multisectorial; análisis sistemático para detectar patrones y actores; priorización y asignación de recursos sobre objetivos que generan mayor daño social; y toma de decisiones estratégicas y tácticas informadas por inteligencia. A diferencia de la mera vigilancia reactiva, la ILP busca reducir daños agregando valor analítico a la gestión policial: identificar ‘puntos calientes’ (hotspots), redes logísticas, eslabones financieros y vectores tecnológicos que sostienen la amenaza. Esta arquitectura convoca no sólo a unidades policiales sino a toda la comunidad de seguridad —agencias de inteligencia, organismos judiciales, fiscales, aduanas, reguladores financieros y actores privados clave— configurando una red de información y acción.

Modelos y experiencias internacionales

El ILP tiene raíces conceptuales y prácticas en el Reino Unido, donde el National Intelligence Model (NIM) formalizó procesos de priorización y flujo de inteligencia a comienzos de los 2000. Ese modelo inspiró adaptaciones en Estados Unidos —entre ellas la proliferación de fusion centers para articular información entre niveles federal, estatal y local— y en múltiples policías europeas que integraron análisis espacial y temporal en su toma de decisiones. Las experiencias muestran éxitos operacionales —reducción de delitos focales, desarticulación de células logísticas— pero también límites: carencias de gobernanza, problemas de interoperabilidad tecnológica y cuestionamientos de derechos y privacidad en contextos mal regulados.

Un ejemplo ilustrativo es el de la Policía de Kent (Reino Unido), que con un enfoque analítico logró focalizar recursos sobre actores responsables de crímenes de alto impacto y documentó reducciones apreciables en indicadores locales; sin embargo, otras experiencias —como algunas fusiones en Estados Unidos— evidenciaron riesgos de dispersión de objetivos y de información irrelevante si no existe una gobernanza clara.

Fusion center.

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Lecciones y desafíos en el caso argentino

Argentina reúne lecciones dolorosas sobre la necesidad de inteligencia eficaz y responsable. Atentados como los de la Embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994) dejaron en evidencia fallas en coordinación, en la cadena investigativa y en mecanismos institucionales de control, con consecuencias públicas y políticas de larga duración. La investigación y las controversias alrededor de esos eventos han moldeado demandas sociales por mayor profesionalización y transparencia en los servicios de inteligencia. Más recientemente, la reestructuración del sistema nacional mediante el Decreto 614/2024 (que disolvió la AFI y reorganizó competencias bajo la nueva Secretaría de Inteligencia de Estado, SIDE) plantea una oportunidad para modernizar procesos, pero exige garantías de controles legales y de respeto a derechos.

Para un país tan extenso como el nuestro, donde las rutas de narcotráfico internacionales utilizan corredores y nodos locales y donde los vacíos institucionales han sido aprovechados por actores ilícitos, la ILP no es un lujo técnico: es una herramienta operativa para romper cadenas logísticas, detectar financiamiento ilícito y prevenir atentados mediante la gestión de riesgos acumulativos.

Comunidad de Inteligencia y Cultura de Inteligencia: dos condiciones necesarias

La Comunidad de Inteligencia en el marco policial implica más que compartir bases de datos: supone acuerdos operativos, protocolos de intercambio, régimen claro de responsabilidades y mecanismos para convertir información en productos analíticos útiles para mandos y fiscales. La gobernanza interinstitucional debe contemplar interoperabilidad técnica, estándares mínimos de calidad y procedimientos de validación.

La Cultura de Inteligencia es el cambio interno que demanda la ILP: valorar el análisis frente a la impulsividad operativa; profesionalizar roles del analista; aceptar errores controlados en la experimentación táctica; y reconocer límites legales y éticos del empleo de información. Sin esa cultura —que se construye con formación, disciplina, incentivos y reglas claras— los sistemas se transforman en archivos inertes o en instrumentos de abuso. Implementar ILP exige por tanto inversión en capital humano, plataformas analíticas y, fundamentalmente, liderazgo que promueva la colaboración sostenida entre agencias y con la sociedad.

Algunas recomendaciones prácticas

1. Consolidar marcos legales y de transparencia que permitan intercambio de inteligencia con salvaguardas de derechos.

2. Implementar modelos de gobernanza interoperable —sobre la base del NIM y experiencias adaptadas localmente— que orienten prioridades nacionales frente a riesgos transnacionales.

3. Fortalecer capacidades analíticas y docentes en la policía y en agencias afines, creando carreras profesionales para analistas y canales ágiles con la fiscalía y la justicia.

4. Desarrollar unidades operativas conjuntas para desarticular nodos logísticos (finanzas, transporte, puertos) y cortar fuentes de financiamiento.

5. Establecer controles civiles y auditorías técnicas que prevengan desvíos y resguarden libertades públicas.

Un llamado a la coordinación

La complejidad y la virulencia de las amenazas no admiten fragmentación institucional ni soluciones aisladas. Argentina necesita consolidar una comunidad de inteligencia profesional, regulada y legitimada, y cultivar una cultura de inteligencia que priorice análisis riguroso, colaboración y respeto por los derechos. La ILP ofrece el andamiaje metodológico: traducir datos en decisiones; priorizar lo que verdaderamente amenaza a la seguridad nacional; y operar con eficacia y control republicano. Pero esa promesa sólo se cumple si el conjunto de actores —gobierno, agencias de inteligencia, fuerzas de seguridad, justicia, organismos de control, sector privado y sociedad civil— coordina tareas, comparte riesgos y asume responsabilidades.

Hoy, la respuesta no puede limitarse a más recursos aislados; exige diseño institucional, formación profesional y voluntad política para integrar saberes y acciones. Convocamos —valorando la seguridad como bien público— a articular un compromiso nacional: modernizar los procesos de inteligencia y contrainteligencia, proteger las libertades, y coordinar con solvencia la lucha contra quienes, desde el crimen organizado o desde el terrorismo, ponen en riesgo la vida y el porvenir de los argentinos. El tiempo de la prevención inteligente es ahora.

Fuente: Ediciones EP, 26/09/25.

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La potencia comunicacional de X

septiembre 25, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

La red social X —antes llamada Twitter— es hoy mucho más que una cartelera de mensajes: es una aceleradora de sentido público. En menos de una generación pasó de ser un foro para observaciones personales a convertirse en una infraestructura que moldea la agenda política, reconfigura mercados y rehace prácticas diplomáticas. Esa transformación no es neutral: alimenta tanto oportunidades democráticas inéditas como riesgos que exigen atención inmediata y deliberada.

Un caso ilustrativo reciente es el anuncio de apoyo del gobierno de Estados Unidos a la Argentina -comunicado primero en la propia plataforma X– que provocó efectos instantáneos en los mercados y en la conversación política. Mensajes oficiales publicados en la cuenta del secretario del Tesoro, Scott Bessent, aparecieron como primicia en X y ayudaron a orientar la cotización de bonos, la percepción de riesgo y la interpretación diplomática en cuestión de horas. Esa doble condición -mensaje oficial y acto performativo en tiempo real- muestra el alcance de X como canal de poder.

Meme de agradecimiento a Scott Bessent, septiembre 2025.

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La plataforma funciona, sobre todo, como un ecosistema de amplificación. Líderes y audiencias lo usan para crear narrativas en fragmentos: desde encuestas que influyen en decisiones empresariales hasta declaraciones de gobernantes que sustituyen a ruedas de prensa. Elon Musk, por ejemplo, ha convertido X en su megáfono personal -lanzando encuestas, teasers y anuncios que, muchas veces, provocan respuestas en los mercados y en la prensa- y demuestra cómo la mezcla de informalidad, humor y poder económico puede redibujar los márgenes entre lo privado y lo público.

Al mismo tiempo, X es terreno fértil para experimentos creativos de comunicación política y cultural. La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez empleó plataformas sociales de manera original -pasando de hilos y respuestas en X a transmisiones en vivo en Twitch para acercarse a audiencias jóvenes de izquierda- y demostró cómo la interactividad puede transformarse en movilización cívica. Influencers globalistas como Greta Thunberg han usado X para internacionalizar protestas y coordinar días de acción climática; su perfil es un buen ejemplo de cómo una voz individual puede amplificarse hasta generar movimientos globales. En el ámbito religioso institucional, el Vaticano y la cuenta papal @Pontifex han demostrado la capacidad de la plataforma para llegar a audiencias masivas en múltiples idiomas, mostrando que incluso las instituciones más tradicionales pueden explotar X con fines comunicacionales. Artistas como Taylor Swift, por su parte, han convertido las pistas y las publicaciones en juegos de pistas que transforman a la audiencia en comunidad investigadora -otro tipo de creatividad comunicacional que aprovecha la escucha y la respuesta inmediata-.

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El reverso de esa moneda es la velocidad con que la desinformación circula en la plataforma. Episodios como la caza de sospechosos tras el atentado de Boston (2013) dejaron claro que rumores y acusaciones pueden viralizarse y causar daños irreparables antes de que se verifiquen. Pero también hay una lección complementaria: X alberga a verificadores, periodistas y comunidades que, muchas veces, detectan y denuncian falsedades en minutos -las agencias de verificación y los equipos periodísticos corrigen, contextualizan y etiquetan material engañoso, frenando la carrera de rumores aunque sin neutralizarla por completo-.

La emergencia de la inteligencia artificial complica el paisaje. Estudios y reportes recientes muestran operaciones que emplean IA para generar textos, voces y cuentas automatizadas que simulan actividad humana y fabrican consenso artificial. En Ghana, por ejemplo, se documentó una red de cuentas que usó modelos de lenguaje para amplificar mensajes políticos; investigaciones y agencias han señalado que la capacidad de la IA para crear contenido convincente baraja las cartas del ecosistema informativo. Esto exige pensar no sólo en moderación, sino en trazabilidad y estándares de procedencia digital.

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Para entender por qué X produce esos efectos conviene volver al concepto de EMIREC (emisor-receptor) de Jean Cloutier: en la era digital los usuarios alternan permanentemente los roles de quien envía y quien recibe; todos somos emisores y receptores a la vez. Esa condición explica por qué una simple publicación puede ser a la vez discurso y dato, noticias y reacción, rumor y verificación. Reconocer la lógica EMIREC es aceptar que la plataforma no es un micrófono neutro sino un espacio relacional que reconfigura la agencia comunicativa.

¿Qué hacer para potenciar lo positivo y mitigar lo negativo? Estas son algunas propuestas de trabajo:

1. Etiquetas para identificar contenido generado o amplificado por IA; transparencia sobre qué publicaciones son automáticas.

2. Acceso priorizado de verificadores objetivos y medios a metadatos de amplificación (sin vulnerar la privacidad) para desactivar campañas de desinformación.

3. Mecanismos de “desaceleración” en crisis: limitar recomendaciones y viralidad hasta que fuentes acreditadas corroboren.

4. Educación cívica digital: enseñar a distinguir origen, intención y contexto.

5. Auditorías públicas e independientes sobre botnets, pauta política y moderación de contenido.

6. Incentivos a la calidad informativa: priorizar fuentes verificadas en tendencias y resúmenes.

7. Herramientas abiertas de detección de cuentas artificiales.

8. Sanciones claras para quien organice manipulación deliberada con fines políticos o económicos maliciosos.

9. Protocolos de crisis para gobiernos: comunicar primero la verificación, no el rumor.

10. Compromiso ético de líderes: recordar que “el medio es el mensaje” y, por tanto, la forma en que comunicamos modela la política. (Marshall McLuhan).

Recordemos: X no es un monstruo ni un paraíso; es una herramienta potente que refleja nuestras decisiones colectivas. Si queremos que sea un foro de deliberación y no un campo de batalla informativo, debemos regular con inteligencia técnica y ética cívica, exigir trazabilidad y fomentar una ciudadanía que sepa tanto producir como juzgar información. Transformar la EMIREC en responsabilidad colectiva es la tarea democrática del siglo XXI: educar, auditar y exigir transparencia. No es un capricho técnico: es la defensa del criterio público.

Fuente: Ediciones EP, 25/09/25.

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El importante mensaje de Los tres días del cóndor

septiembre 16, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

La muerte de Robert Redford revive inevitablemente la memoria de una de sus interpretaciones más icónicas: Joseph Turner, el lector y analista de la CIA en Three Days of the Condor (Los tres días del cóndor, 1975). Una película que, bajo el ropaje de un thriller de suspenso, puso en primer plano una figura poco comprendida y muchas veces relegada por el imaginario popular: la del Analista de inteligencia, el eslabón clave en la transformación de datos dispersos en conocimiento estratégico capaz de guiar decisiones de vida o muerte.

Lejos del glamour del espía con gabardina, Turner es un lector meticuloso que detecta patrones ocultos en libros, artículos y publicaciones aparentemente inocuas. Su tarea consiste en “leer entre líneas” para identificar tendencias, amenazas y estrategias ocultas. Es decir, hacer aquello que en la jerga se denomina Análisis de inteligencia, el corazón del trabajo que sostiene a los servicios y que, en última instancia, protege a las naciones.

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El Ciclo de Kent: de la información al conocimiento útil

Para comprender el verdadero valor de la labor de Turner, conviene recurrir al clásico Ciclo de Kent, formulado por Sherman Kent, considerado el padre de la inteligencia moderna. Este ciclo describe el proceso continuo por el cual la información se transforma en inteligencia:

─Planeación: se definen las preguntas estratégicas que el decisor necesita responder. 
─Obtención: se recolectan datos desde múltiples fuentes, abiertas y secretas. 
─Procesamiento: se depura, clasifica y traduce la información. 
─Análisis y producción: se interpreta y sintetiza, elaborando escenarios y estimaciones. 
─Difusión: el conocimiento llega en forma clara y precisa al decisor. 
─Retroalimentación: el ciclo se ajusta a partir de nuevas necesidades o fallos detectados.

En esta cadena, el analista es el alquimista, quien convierte un torrente caótico de datos en conocimiento estructurado. Turner, en la película, descubre un patrón en novelas de espionaje baratas que anticipa una operación clandestina real. Allí reside la metáfora: la inteligencia no se basa en gadgets espectaculares, sino en la capacidad de discernir lo invisible en lo evidente.

Ciclo de Kent

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Inteligencia: mucho más que espionaje

El cine ha contribuido a consolidar la idea de que inteligencia equivale a espionaje. Pero la realidad es más amplia y sofisticada. La inteligencia estratégica busca dotar a los líderes de un mapa preciso de amenazas, riesgos y oportunidades.

Su función no es solo espiar; es comprender. Comprender al adversario, pero también comprender el contexto, las tendencias tecnológicas, los movimientos financieros, los cambios sociales. Inteligencia es tanto la CIA como los equipos de analistas financieros de Wall Street, los especialistas en ciberseguridad de Silicon Valley o las unidades de prevención de delitos en la policía urbana.

El mundo moderno, hiperconectado y saturado de información, multiplica la necesidad de analistas capaces de separar la señal del ruido.

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La contracara: la Contrainteligencia

Cada disciplina tiene su espejo. En este caso, la Contrainteligencia. Si la inteligencia busca conocer al adversario, la contrainteligencia procura impedir que el adversario nos conozca a nosotros.

Se trata de un entramado de medidas defensivas y ofensivas para proteger secretos, operaciones y vulnerabilidades. Su campo abarca desde la
disciplina del secreto y el principio de necesidad de saber hasta técnicas de engaño, velo y decepción.

En palabras simples: mientras la inteligencia ilumina, la contrainteligencia oscurece. Y ambas se entrelazan en una danza perpetua.

En este punto resulta inevitable recordar a Sun Tzu, quien en El arte de la guerra afirmaba: “Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo y en cien batallas nunca correrás peligro”. La frase condensa la esencia de la inteligencia (conocer al otro) y de la contrainteligencia (conocerse y protegerse a uno mismo). Ambas disciplinas, como hermanas mellizas, forman el núcleo de la seguridad estratégica.

Ejemplos abundan:

─El caso de Aldrich Ames en la CIA y Robert Hanssen en el FBI muestran cómo la contrainteligencia fallida puede desangrar a un sistema entero. 
─En contraste, la operación de engaño “Fortitude” durante la Segunda Guerra Mundial, que hizo creer a Hitler que el desembarco aliado sería en Calais
y no en Normandía, es un hito de contrainteligencia exitosa.

La Regla 99/1: cuando todo pasa en un instante

Aquí entra en juego la que yo denomino como Regla 99/1: “En Contrainteligencia y Seguridad, el 99% del tiempo no pasa nada, y en el 1% restante pasa todo”.

La sentencia es tan simple como brutal. Los sistemas de seguridad -estatales, corporativos o personales- enfrentan un dilema estructural: la rutina y la calma prolongada conducen a la relajación. Es humano bajar la guardia cuando nada ocurre durante meses o años. Pero es precisamente en ese instante de descuido cuando se produce la irrupción devastadora: un ataque terrorista, un hackeo masivo, un fraude financiero.

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Ejemplos recientes lo prueban:

─El 11 de septiembre de 2001, cuando la rutina de seguridad aérea parecía suficiente hasta que no lo fue. 
─El ciberataque a SolarWinds en 2020, que permaneció oculto durante meses hasta golpear simultáneamente a múltiples agencias estadounidenses. 
─El colapso de Lehman Brothers en 2008, anticipado por pocos analistas que supieron ver más allá de balances maquillados.

La regla 99/1 obliga a sostener la disciplina permanente, incluso cuando nada parece amenazante. Ese es el verdadero desafío de la seguridad moderna.

Conceptos esenciales del oficio

El mundo de la inteligencia y la contrainteligencia se rige por principios técnicos que merecen ser divulgados:

Disciplina del secreto: restringir el acceso a la información sensible. 
Necesidad de saber: solo quien requiere un dato para su función lo obtiene. 
Sigilo: la capacidad de actuar sin dejar huellas detectables. 
Velo y engaño: generar confusión deliberada en el adversario. 
Decepción: inducir al enemigo a adoptar decisiones equivocadas.

Estos conceptos son aplicables no solo en organismos estatales, sino también en la empresa privada, en la política y hasta en la vida cotidiana.

Desde proteger datos personales hasta evitar caer en una estafa digital, la inteligencia y la contrainteligencia están más cerca de lo que parece.

El legado de Robert Redford y la actualidad del Cóndor

Los tres días del cóndor sigue siendo vigente porque anticipó preguntas que hoy son centrales:

─¿Hasta qué punto los servicios de inteligencia deben actuar sin control democrático?
─¿Puede un simple analista descubrir conspiraciones que los jerarcas prefieren ignorar?
─¿Cómo evitar que la maquinaria del secreto se vuelva contra la propia sociedad que dice proteger?

Robert Redford encarnó al ciudadano común arrojado a un laberinto de poder, secreto y traición. Su personaje recordaba que detrás de cada análisis de inteligencia hay una persona de carne y hueso que debe decidir entre callar o denunciar, entre obedecer o exponer la verdad.

La inteligencia como función vital

La muerte de Robert Redford nos invita a revisitar Los tres días del cóndor, pero sobre todo a reflexionar sobre el rol insustituible de la inteligencia y la contrainteligencia en el siglo XXI.

El mundo vive bajo la ilusión de normalidad el 99% del tiempo, pero basta un 1% para que todo cambie. Solo los sistemas que comprenden esta lógica y mantienen la guardia alta sobreviven.

Por eso, la inteligencia no es un lujo de espías hollywoodenses, sino una función vital del Estado moderno, de las empresas y de los ciudadanos.

En un entorno marcado por la incertidumbre, la hiperconexión y la fragilidad, aprender a pensar como un analista de inteligencia puede marcar la diferencia entre la seguridad y el desastre.

La lección es clara: la inteligencia protege, la contrainteligencia preserva, y ambas son indispensables para la libertad, la soberanía y la vida misma. Hoy más que nunca, es momento de tomarlas en serio.

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Fuente: Ediciones EP, 16/09/25.

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Las nuevas generaciones enfrentan mayores desafíos para lograr un buen Retiro

septiembre 13, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

Las generaciones X y Z enfrentan una realidad inédita en el continente americano: las expectativas de un retiro digno se han vuelto más inciertas que nunca. La persistencia de la inflación, la volatilidad económica y la debilidad de los sistemas previsionales han erosionado la confianza en el futuro financiero. A ello se suma la necesidad urgente de proteger a la familia frente a riesgos crecientes: fallecimiento prematuro, incapacidad, enfermedades críticas o la simple posibilidad de vivir más años de los previstos sin los recursos suficientes.

La planificación financiera de largo plazo es hoy la herramienta más eficaz para afrontar este escenario, y cobra especial relevancia en países como la Argentina, donde la combinación de inflación crónica, presión fiscal elevada y falta de previsibilidad macroeconómica impone un desafío muy superior al de otros países de la región.

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La situación en Hispanoamérica y Argentina

Según investigaciones de LIMRA y nuestros propios Estudios de campo realizados en 2025, más del 89 % de los trabajadores latinoamericanos que piensan en su jubilación creen que tendrán dificultades para alcanzar un retiro adecuado. La caída de la natalidad y el aumento sostenido de la esperanza de vida complican aún más la sostenibilidad de los sistemas estatales de retiro. En Argentina, este fenómeno es particularmente evidente: la relación activos/pasivos en el sistema previsional se ha deteriorado de manera alarmante, lo que obliga a los trabajadores a buscar alternativas privadas para complementar sus ingresos futuros.

Más del 85 % de los encuestados en la región manifiesta preocupación por el desempeño económico futuro de sus países, y la Argentina es un caso paradigmático. Con un historial de crisis recurrentes, cambios regulatorios bruscos y pérdida de confianza en la moneda local, los argentinos más favorecidos económicamente recurren a seguros de vida, anualidades en moneda dura y activos internacionales como mecanismos de protección y ahorro de largo plazo. Estos instrumentos ofrecen seguridad, flexibilidad y protección frente a la depreciación de la moneda local, y constituyen una vía eficaz para preservar valor en contextos inestables.

El desafío del Retiro en Argentina

Nuestro país merece un análisis particular:

1. Alta inflación y pérdida del poder adquisitivo:

   La inflación anual en Argentina supera con frecuencia los dos dígitos, erosionando la capacidad de ahorro de los hogares. Esto hace inviable depender únicamente de instrumentos en pesos sin cláusulas de ajuste o sin exposición a monedas fuertes.

2. Fragilidad del sistema previsional público:

   El sistema estatal funciona bajo un esquema de reparto, en el que los aportes actuales financian a los jubilados presentes. La baja densidad de aportes (especialmente por la informalidad laboral, que ronda el 40 %) y la creciente longevidad hacen que las jubilaciones mínimas resulten insuficientes.

3. Voracidad fiscal y regulatoria:

   Las inversiones en inmuebles de renta o fondos locales, si bien siguen siendo opciones, se ven afectadas por altos impuestos, regulaciones cambiantes y controles de capital. Ello reduce la previsibilidad y el atractivo de estos activos como vehículos de retiro.

4. Preferencia por moneda dura y productos internacionales:

   Ante la incertidumbre, es cada vez más frecuente que los ahorros e inversiones se canalicen hacia seguros de vida con componente de ahorro, anualidades y productos en dólares, que permiten proyectar un ingreso en el futuro con mayor seguridad.

La planificación financiera bajo estándares internacionales

La calidad del proceso de planificación financiera depende no solo de los productos disponibles, sino también de la metodología con la que se diseñan las estrategias. En este sentido, resulta crucial destacar la importancia de la Norma ISO 22222 de Planificación financiera personal, que establece buenas prácticas internacionales en el asesoramiento, desde la identificación de necesidades hasta el diseño de planes y la revisión periódica. Adoptar estos estándares garantiza que el cliente reciba un servicio ético, transparente y de calidad, basado en un análisis integral de sus circunstancias.

Rol del Consultor independiente en la protección familiar

En todo el continente, y particularmente en Argentina, se observa una creciente demanda de asesoramiento profesional de calidad, con énfasis en consultores financieros independientes. Su valor radica en:

* Empatía y comprensión de las necesidades del cliente, más allá de los productos disponibles.

* Función docente, enseñando a los clientes a tomar decisiones informadas sobre seguros, inversiones y planificación patrimonial.

* Capacidad de adaptación, combinando entrevistas presenciales con encuentros virtuales, pero manteniendo la profundidad analítica que requieren las decisiones de largo plazo.

Como siempre señalamos en este sitio web Economía Personal, la educación financiera es un proceso de transferencia de conocimiento que permite a las familias apropiarse de las herramientas necesarias para proteger su futuro.

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Caso real: Familia argentina de clase media

Analicemos el caso de Jorge y Laura, ambos de 42 años, residentes en Buenos Aires, con dos hijos pequeños. Jorge trabaja en relación de dependencia en una empresa multinacional, y Laura ejerce como profesional independiente. Ambos realizan aportes al sistema previsional público, pero son conscientes de que el haber jubilatorio futuro difícilmente supere el 40 % de su ingreso actual.

Desafíos identificados:

* Su principal activo es un departamento en el que viven, con un crédito hipotecario en pesos aún vigente (con actualización UVA).

* Carecen de seguros de vida que cubran a ambos cónyuges.

* Tienen un pequeño ahorro en dólares, pero sin una estrategia de inversión definida.

* Desean garantizar la educación universitaria de sus hijos y mantener un ingreso suficiente en el retiro.

Plan de acción sugerido:

1. Corto plazo (1-3 años):

   * Constituir un Fondo de emergencia equivalente a seis meses de gastos en dólares.

   * Contratar un Seguros de vida universal indexado que garantice un patrimonio y cubra la educación de los hijos.

2. Mediano plazo (3-10 años):

   * Adquirir Anualidades internacionales en dólares, que mantengan un flujo futuro de ingresos.

   * Diversificar parte del ahorro en fondos globales, evitando la exposición exclusiva a la economía local.

   * Reforzar la cobertura médica privada con seguros que contemplen Enfermedades críticas.

3. Largo plazo (10 años en adelante):

   * Planificar la Sucesión de bienes mediante testamento o fideicomiso, minimizando la carga fiscal.

   * Convertir parte del capital acumulado en rentas vitalicias (annuities) para cubrir los gastos básicos durante la jubilación.

Con estas medidas, Jorge y Laura podrán transformar la incertidumbre en un plan estructurado, que no solo proteja a la familia frente a contingencias, sino que también construya un futuro sostenible.

Educación financiera y cultura familiar

La planificación de largo plazo no es un ejercicio individual aislado: implica también transmitir valores y hábitos a las nuevas generaciones. Como enfatizo en mi ya clásico libro Manual de Economía Personal. Cómo potenciar sus ingresos e inversiones, la familia es el núcleo donde se aprenden los valores económicos fundamentales, desde el ahorro y la responsabilidad hasta la solidaridad intergeneracional. Un plan exitoso no solo asegura el retiro de los padres, sino que también enseña a los hijos a organizarse, invertir y pensar en el futuro con criterios claros.

Asumir la responsabilidad

Generar ingresos, ahorrar, invertir y planificar el retiro y la sucesión son cuestiones vitales para la protección de la familia, a lo largo de las generaciones. Cabe siempre destacar que la Familia es la base de la sociedad, porque es el primer espacio donde los individuos aprenden valores, normas, afecto y desarrollan su identidad, transmitiendo cultura y asegurando la continuidad de la especie humana. Provee apoyo, seguridad y un sentido de pertenencia, sentando las bases para adultos responsables que contribuyen al bienestar común y para el desarrollo de sociedades pacíficas y armónicas.

La situación en toda América, y en particular en Argentina, exige un cambio de mentalidad. No basta con esperar que el Estado asegure el retiro ni confiar únicamente en el salario actual. La clave está en generar múltiples fuentes de ingresos, ahorrar, invertir y planificar el retiro y la sucesión con un enfoque integral.

Los seguros de vida, las anualidades y los productos de inversión internacionales en moneda dura son hoy aliados estratégicos frente a la volatilidad regional. El asesoramiento independiente, basado en estándares como la ISO 22222, asegura que los planes respondan a las verdaderas necesidades de cada familia.

El mejor momento para comenzar fue ayer. El segundo mejor momento es hoy. Inicie su Plan de Inversión y Protección Familiar cuanto antes, busque ayuda profesional independiente. Su mejor inversión no será un activo en particular, sino el plan integral que diseñe para proteger lo más valioso que tiene: su familia, su tiempo y sus sueños.

En última instancia, la planificación financiera de largo plazo es mucho más que un ejercicio numérico: es un acto de amor y de responsabilidad hacia la familia, hacia quienes dependen de nosotros hoy y hacia quienes seguirán nuestros pasos mañana.

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Bibliografía

* Ibáñez Padilla, Gustavo. Manual de Economía Personal. Cómo potenciar sus ingresos e inversiones. Buenos Aires: Dunken, 2013.

* Economía Personal. (http://www.economiapersonal.com.ar)

* LIMRA (2025). Estudios sobre retiro en América Latina.

* MAPFRE Economics (2023). El negocio asegurador en América Latina.

* Swiss Re Institute (2023). Mortality protection gap in Latin America.

* New York Life (2025). Wealth Watch Survey.

* Payroll Integrations (2025). Employee Financial Wellness Report.

* ISO 22222: Personal Financial Planning – Requirements for Personal Financial Planners.

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Fuente: Ediciones EP, 13/09/25.


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La Inteligencia Artificial en la Asesoría Financiera: Oportunidad y desafío para Argentina

septiembre 4, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

La profesión del Asesor Financiero vive una transformación profunda. La irrupción de la inteligencia artificial (IA), unida al cambio generacional de clientes y profesionales, está redefiniendo las reglas del juego. Lo que antes era un oficio centrado en cálculos, informes y proyecciones manuales, hoy se ve potenciado por algoritmos capaces de procesar en segundos lo que a un humano le llevaría días. Sin embargo, en nuestro país, donde la volatilidad económica es un factor estructural, la IA no elimina la necesidad de juicio profesional, creatividad y, sobre todo, responsabilidad ética.

En este nuevo escenario, el asesor financiero no puede limitarse a competir con la tecnología; debe integrarla en su trabajo para diferenciarse. Como sostengo hace años, ‘una persona debe verse como una empresa que brinda servicios, no como un empleado’. Esta concepción del profesional como una marca, con estrategia y propuesta de valor propia, es más vigente que nunca. La IA, lejos de desplazar, se convierte en aliada de aquellos que asumen ese rol empresarial de sí mismos.

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La nueva frontera: clientes jóvenes y asesores digitales

Las generaciones más jóvenes, tanto asesores como clientes, empujan la adopción tecnológica. Según el Betterment Advisor Survey 2025, los millennials ya constituyen el 57 % de la base de clientes y, junto con la Generación Z, representan el 70 % de los nuevos asesores en el mercado global. En Argentina, este cambio se refleja en la preferencia por plataformas digitales, atención en línea y soluciones rápidas.

Mientras los profesionales de mayor edad destacan el valor de la IA para mejorar la comunicación y la gestión de portafolios, los jóvenes priorizan la automatización de tareas administrativas y la detección de fraudes. Esta brecha generacional también se percibe en los clientes: los baby boomers buscan seguridad frente a la inflación o la volatilidad cambiaria, mientras que los millennials prefieren la personalización y la agilidad que ofrecen las herramientas digitales.

Casos locales: la IA en acción

• Mercado Pago redujo un 30 % los fraudes en pagos digitales gracias a algoritmos predictivos.

• Ualá utiliza modelos de IA para otorgar crédito a sectores antes excluidos, ampliando el acceso financiero.

• Banco Galicia incorporó chatbots capaces de responder dudas y guiar inversiones básicas, mejorando la experiencia del cliente.

• EY Argentina proyecta que la adopción de Gen AI permitirá ahorrar hasta un 20 % en costos operativos y elevar la eficiencia en un 30 %.

• N5 Now despliega ‘ejecutivos virtuales’ capaces de atender a millones de usuarios de manera simultánea.

• Naranja X, con su modelo ‘AI Native’, utiliza GitHub Copilot para acelerar el desarrollo de soluciones financieras, liberando a los equipos de tareas repetitivas.

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Aplicaciones de IA en el sector financiero argentino

Aplicación de IAImpacto ClaveEjemplo Local
Detección de fraudesReducción del riesgo en pagos digitales (~30 %)Mercado Pago
Crédito personalizadoInclusión financiera ampliadaUalá
Asesoría automatizadaMayor satisfacción del cliente (+25 %)Banco Galicia
Gen AI para eficienciaAhorro operativo (hasta 20 %), eficiencia (+30 %)EY Argentina
Atención predictivaEscalabilidad y personalizaciónN5 Now
Productividad en desarrolloDesarrollo más veloz (hasta 60 %)Naranja X

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La paradoja de la IA en las finanzas

Existe un fenómeno curioso: aunque cada año más asesores incorporan inteligencia artificial en su labor, la mayoría expresa preocupación por el uso que los clientes hacen de estas herramientas de manera independiente. Según encuestas internacionales, el 65 % de los profesionales teme que las personas reciban consejos erróneos o malinterpretados de parte de sistemas automáticos sin supervisión.

Esto revela una verdad fundamental: la IA puede sugerir, pero no decide. En temas de dinero, ahorro o inversión, las consecuencias de un error son demasiado costosas para dejarlas libradas a un algoritmo sin contexto. Aquí es donde la figura del asesor cobra sentido, no como intermediario burocrático, sino como traductor, intérprete y responsable último de la estrategia financiera.

Acción y criterio: dos pilares insustituibles

Toda decisión de inversión debe tomarse por acción, nunca por omisión. Ese principio es vital en un país como Argentina, donde la inflación erosiona cualquier pasividad y la falta de movimiento implica pérdida automática de valor. La IA puede detectar oportunidades, pero solo el asesor sabe cuándo es momento de avanzar, cuándo conviene esperar y cómo combinar instrumentos para mitigar riesgos.

El profesional que adopta IA como apoyo gana en velocidad, análisis y eficiencia. Pero lo que realmente agrega valor es su capacidad de aplicar criterio, considerar el marco regulatorio, entender la psicología del cliente y actuar con convicción.

El algoritmo necesita humanidad

La IA está revolucionando la asesoría financiera en Argentina, pero no puede reemplazar el juicio humano. Puede procesar miles de datos, proyectar escenarios y automatizar procesos, pero no tiene empatía, ética ni la capacidad de asumir responsabilidad fiduciaria.

El verdadero futuro de la profesión será híbrido. La tecnología se encargará de las tareas mecánicas; los asesores, de aportar confianza, estrategia y visión. El capital humano será aún más valioso, porque en la abundancia de información, lo que escasea es el criterio.

El asesor financiero debe verse como una empresa de servicios profesionales, con marca propia, capacidad de decisión y una propuesta clara. La IA es una palanca poderosa, pero el cambio duradero dependerá de la voz humana detrás del algoritmo. En definitiva, el futuro no será del software ni de las máquinas: será de quienes sepan integrar la tecnología sin perder la esencia de lo que hace único al ser humano.

Fuente: Ediciones EP, 04/09/25.

Información sobre Gustavo Ibáñez Padilla


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Suecia al límite: el precio de una utopía migratoria

junio 30, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

Por años, Suecia fue el ejemplo más nítido del modelo socialdemócrata nórdico: seguridad, cohesión social, excelencia educativa, salud pública universal y una economía sólida. Pero en menos de dos décadas, esta imagen se resquebrajó. La nación que otrora lideraba en calidad de vida hoy encabeza rankings de tiroteos, violencia sexual y explosiones. ¿Qué pasó? La respuesta, aunque políticamente incómoda, se encuentra en la política inmigratoria impulsada desde el 2010 en nombre de la solidaridad y la inclusión.

Un experimento ideológico que se volvió contra su creador

El punto de inflexión fue liderado por el Partido Socialdemócrata bajo el gobierno de Stefan Löfven, quien abrazó con entusiasmo las directrices migratorias de la Unión Europea. Con un discurso cargado de altruismo, afirmó: “No podemos construir muros a nuestro alrededor mientras millones sufren”, insistiendo en que Suecia tenía recursos y capacidad para recibir a quienes huían de conflictos armados, persecuciones religiosas o crisis económicas.

Y lo hizo. Entre 2010 y 2020, ingresaron al país más de 1,2 millones de inmigrantes, provenientes mayoritariamente de Siria, Afganistán, Somalia e Irak. En un país de poco más de diez millones de habitantes, esto implicó un aumento poblacional del 12% en solo una década. La acogida masiva no fue acompañada de políticas eficientes de integración ni de mecanismos de control cultural o legal.

Kjell Stefan Löfven (Estocolmo, 1957) político y sindicalista sueco. Presidente del Partido Socialdemócrata Sueco (2012-2021). Primer ministro de Suecia (2014-2021). Presidente del Partido Socialista Europeo (PSE) desde el 14 de octubre de 2022.

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Del paraíso escandinavo al caos urbano

Los datos no admiten eufemismos. En 2024, Suecia registró 262 tiroteos con 40 muertos. En 2023, fueron 300 incidentes con 44 víctimas fatales. Según datos de la televisión pública SVT, el 85% de estos delitos fueron cometidos por personas de origen extranjero. La violencia se concentra en barrios marginales con fuerte presencia de inmigrantes, como Rinkeby (Estocolmo), Rosengård (Malmö) o Biskopsgården (Gotemburgo), zonas donde la policía directamente evita ingresar. Las autoridades los llaman eufemísticamente áreas vulnerables; la realidad los clasifica como no-go zones.

El entonces jefe de la Policía Nacional, Anders Thornberg, reconoció en 2023 que “Suecia se enfrenta a una situación de violencia sin precedentes. Nunca habíamos tenido que lidiar con este nivel de criminalidad armada en zonas residenciales”.

El tabú del vínculo entre inmigración y delincuencia

Hablar de la relación entre inmigración y aumento del crimen ha sido un tema vedado en los medios y la política sueca. La corrección política llevó incluso a que se ocultaran datos por miedo a acusaciones de racismo. En palabras de la diputada liberal Ann-Sofie Alm: “Aquí, el peor insulto no es que te llamen violador, es que te llamen racista”.

Pero la correlación existe. En 2023 se registraron 135 explosiones con artefactos explosivos, muchas de ellas vinculadas a ajustes de cuentas entre bandas integradas por jóvenes de origen inmigrante. En enero de 2025, ya iban 30. Nunca, ni en los años más tensos de la Guerra Fría, Suecia había vivido semejante nivel de violencia interna.

La violencia sexual también alcanzó niveles alarmantes. Con 6.549 denuncias por violación solo en 2022 (18 por día), Suecia figura entre los países con mayor tasa de agresiones sexuales de Europa. Una investigación de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE señaló que el 41% de las mujeres suecas ha sufrido algún tipo de violencia sexual. Las víctimas denuncian temor a represalias y la indiferencia de las autoridades.

El caso del sirio Damir Al-Ali, que secuestró y abusó durante 17 horas de una joven sueca, evidencia el colapso judicial. Fue condenado, pero apeló con el argumento de no haber podido demostrarse su mayoría de edad, ya que había destruido sus documentos. No solo fue liberado, sino que recibió una indemnización del Estado.

Islamismo, guetos y sociedades paralelas

La raíz del problema no es únicamente la inmigración en sí, sino el choque cultural y religioso que ella supone cuando no hay voluntad de integración ni adaptación a las normas del país anfitrión. El islam, practicado por buena parte de los nuevos inmigrantes, no es solo una religión, sino un sistema jurídico, político y social completo que entra en conflicto con los valores occidentales del modelo sueco.

Los crímenes de honor, los matrimonios forzados, la poligamia encubierta y el desprecio hacia la cultura local son parte de una dinámica cotidiana en barrios donde el Estado ha perdido soberanía. En 2022, la policía investigó más de 300 casos de violencia de honor. Aun así, las cifras reales podrían ser mucho mayores.

El caso de Mohamedamin Abdirisek Ibrahim, quien asesinó a su novia sueca embarazada porque «su hijo no debía provenir de una mujer cristiana», fue silenciado en buena parte de la prensa por temor a “estigmatizar comunidades”.

Suecia colapsa ante el islamismo.

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La bomba demográfica y el colapso del Estado de Bienestar

De ocho millones de habitantes en los años noventa, Suecia saltó a más de diez millones. Este crecimiento repentino ha presionado hasta el límite al sistema educativo, sanitario y de vivienda. Más del 50% de los inmigrantes vive del Estado. En el caso de las mujeres, solo el 23% trabaja. Se forman comunidades dependientes, sin incentivo para integrarse, ni desarrollar vínculos con la cultura sueca.

El desempleo entre los inmigrantes islámicos supera el 21%, mientras que entre los suecos es apenas del 3,6%. Las diferencias culturales, el idioma, la falta de formación y la marginación autoimpuesta son obstáculos estructurales que ninguna ayuda económica resuelve.

La escuela pública, símbolo del modelo sueco, colapsa en las zonas más afectadas. Profesores agredidos, niños que no terminan la secundaria, segregación étnica y abandono educativo son la norma en estos entornos. Un informe de Sveriges Radio reveló que menos del 50% de los estudiantes de zonas “vulnerables” logran terminar el colegio con éxito.

Estado de excepción y respuesta tardía

En 2023, el Primer Ministro Ulf Kristersson tomó una decisión sin precedentes: anunció que el ejército patrullaría las calles para apoyar a la policía desbordada por la guerra de pandillas. Fue un giro drástico que reconocía, de facto, la pérdida del monopolio estatal del uso de la fuerza.

Simultáneamente, el gobierno ofreció hasta 34.000 dólares a inmigrantes para que regresaran voluntariamente a sus países. La medida fue un fracaso. La mayoría se negó a regresar, consolidando su presencia en un país donde los beneficios estatales siguen siendo sustanciales.

¿Quién protege a Suecia?

Suecia apostó por una política migratoria sin filtros, sin exigencias y sin límites. Lo hizo por convicción ideológica, más que por estrategia. No fue solidaridad: fue ingenuidad con consecuencias devastadoras. Abrió sus puertas a culturas profundamente diferentes, sin pedir reciprocidad ni respeto a sus valores fundacionales.

La multiculturalidad forzada, lejos de enriquecer, fragmentó a la sociedad. Cuando la diversidad no va acompañada de integración ni respeto a la legalidad común, se transforma en disgregación. Como advirtió el filósofo francés Alain Finkielkraut: “La identidad es como el oxígeno: uno no lo nota, hasta que le falta”.

Suecia aún tiene la oportunidad de revertir esta situación, pero requiere valentía política, honestidad intelectual y decisiones firmes. Es imprescindible reforzar el control fronterizo, reformular el sistema de asilo, y condicionar la permanencia al cumplimiento estricto de las leyes, la adopción del idioma y la participación productiva en la sociedad.

Porque si un Estado no protege sus fronteras, su cultura y a sus ciudadanos, pierde el derecho de llamarse Estado. La historia sueca es una advertencia para el resto de Europa y del mundo: no hay sociedad fuerte sin cohesión, ni progreso sin orden.

La estabilidad social y cultural no es un regalo eterno. Es una construcción frágil que debe protegerse, o desaparece.

Fuente: Ediciones EP, 30/06/25.

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Obligaciones Negociables en Argentina: Una alternativa de Alto Riesgo

junio 19, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

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Promesas de rentabilidad, sombras de incertidumbre

Las Obligaciones Negociables (ON) en Argentina son, para muchos inversores minoristas, una fuente de rendimientos tentadores. Prometen intereses en dólares que duplican o triplican los rendimientos que ofrecen los bancos en plazos fijos tradicionales. Pero, como en todo en economía, nada es gratis. Y en este caso, lo que muchos inversores no perciben con claridad es que esos retornos aparentemente elevados son directamente proporcionales al riesgo que asumen. En los últimos años, una serie de defaults corporativos han encendido todas las luces de alarma. Invertir en ON en el mercado argentino puede ser rentable, sí, pero también puede ser un verdadero campo minado si no se cuenta con la información adecuada y el asesoramiento correcto.

¿Qué son las Obligaciones Negociables?

Las ON son títulos de deuda emitidos por empresas para financiarse. Es decir, cuando un inversor compra una ON, le está prestando dinero a una compañía que promete devolverlo en el futuro con intereses. Se trata de un instrumento legalmente regulado por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y puede estar nominado en pesos o en moneda extranjera, generalmente dólares. La ventaja, en teoría, es que permite a las empresas obtener financiamiento fuera del sistema bancario, mientras que los inversores obtienen un rendimiento potencialmente mayor que en otros instrumentos de renta fija.

Pero hay un detalle clave: las ON no cuentan con garantías estatales ni están cubiertas por un seguro de depósitos, como ocurre con los plazos fijos bancarios. Es decir, si la empresa no paga, el inversor puede perder todo o parte de su capital. Además suelen tener muy escasa liquidez (algo muchas veces dejado de lado en el análisis).

Argentina: tierra fértil para los riesgos

La historia económica argentina está plagada de crisis: defaults soberanos, cepos cambiarios, devaluaciones abruptas, inflación crónica, cambios regulatorios intempestivos y populismo económico. Este contexto afecta profundamente la capacidad de las empresas para planificar, crecer y -sobre todo- pagar sus deudas.

Muchas de las empresas que emiten ON lo hacen porque no logran financiamiento bancario, ya sea por falta de garantías, historial crediticio deficiente o simplemente por operar en sectores de alto riesgo. La alternativa es salir a buscar fondos al mercado, tentando a los inversores con tasas atractivas.

Sin embargo, como reza el principio legal romano siempre vigente: Caveat emptor, o en castellano: «Que el comprador se cuide». Este principio cobra vital importancia en el mundo de las finanzas: el inversor debe entender que la responsabilidad última de la decisión recae sobre él.

Defaults recientes: la lista crece

El mercado argentino ha sido testigo, solo en los últimos dos años, de una preocupante seguidilla de incumplimientos en ON emitidas por empresas de renombre:

Celulosa Argentina anunció que no pagaría capital ni intereses de sus ON con vencimiento en mayo.

Grupo Albanesi, a través de sus subsidiarias GEMSA y Central Térmica Roca, cayó en default por no pagar intereses de su bono en dólares al 11% anual con vencimiento en 2031.

Petrolera Aconcagua Energía declaró que no podía cumplir con el pago de un bono por US$20 millones. Su intento por colocar deuda en Nueva York fracasó ante las exigencias de tasas superiores al 12%.

-También se sumaron incumplimientos de Los Grobo, Agrofina y Surcos, todos nombres reconocidos en el ámbito agroindustrial.

Lo preocupante no es solo la cantidad de empresas que incumplen, sino la lógica detrás de estos defaults. En muchos casos, las compañías prefieren incumplir estratégicamente, porque el ‘castigo de mercado’ en una economía acostumbrada al impago no parece tan grave.

En países con mercados desarrollados, caer en default puede significar la muerte financiera para una empresa. En Argentina, en cambio, existe la cultura de “Qué le hace una mancha más al tigre”. Esto genera un clima de inestabilidad en el que incluso empresas solventes especulan con el incumplimiento como forma de reestructurar su Flujo de Caja.

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Riesgo de contraparte y Conflictos de interés

Un aspecto poco mencionado, pero clave para el pequeño y mediano inversor, es el conflicto de interés en la cadena de distribución financiera. Muchas ON son colocadas por bancos o agentes de bolsa que también tienen intereses comerciales con las empresas emisoras. ¿Cuál es el incentivo de estos intermediarios? Vender el producto. No necesariamente advertir al cliente sobre los riesgos asociados.

Aquí es donde entra en juego la necesidad de contar con asesores financieros independientes, que no cobren comisiones de la empresa emisora y que realmente trabajen alineados con los intereses del cliente. En un ecosistema como el argentino, donde los defaults son moneda corriente, esta precaución puede marcar la diferencia entre proteger el capital o perderlo.

¿Cómo puede protegerse el inversor?

-Estudiar los prospectos de emisión: allí se detallan los términos del bono, tasas, plazos, cláusulas de incumplimiento y plazos de gracia. Es fundamental leer -y entender- estos documentos.

-Analizar la salud financiera de la empresa emisora: ingresos, endeudamiento, margen operativo, historial de pagos anteriores y exposición a regulaciones gubernamentales.

-Diversificar: no poner todos los huevos en la misma canasta. Invertir en distintas empresas, sectores y monedas puede mitigar riesgos.

-Recurrir a asesores idóneos: no basta con “consultar al contador”. Se recomienda buscar profesionales certificados y ajenos a la empresa emisora.

-No dejarse tentar por la tasa: una ON que paga 11% en dólares puede parecer una joya, pero tal vez lo hace porque nadie más le presta. Las tasas altas casi siempre esconden problemas financieros graves o inminentes.

Educación Financiera: la mejor inversión

En un entorno volátil como el argentino, la educación financiera no es un lujo, es una necesidad urgente. Comprender conceptos como riesgo de crédito, liquidez, conflicto de interés, y estructuras de deuda puede ser la barrera que proteja al pequeño inversor de una catástrofe personal.

Al final del día, las ON no son intrínsecamente malas. Pueden ser útiles en ciertas estrategias, y algunas emisoras cumplen y pagan en tiempo y forma. Pero para invertir con responsabilidad, es indispensable hacerlo con conocimiento y asesoramiento. Como afirma Warren Buffett: «El riesgo proviene de no saber lo que estás haciendo».

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La decisión es suya, pero no está solo

Invertir en Obligaciones Negociables en Argentina es como navegar en aguas turbias: el viento puede ser favorable, pero también hay tormentas frecuentes. El inversor debe aprender a distinguir entre oportunidades y trampas, entre promesas seductoras y realidades riesgosas. El principio de Caveat Emptor  sigue tan vigente como siempre: quien compra, debe protegerse.

Y en ese cuidado, la información, la educación y el asesoramiento independiente son los mejores aliados. Porque, en finanzas, como en la vida, lo barato puede salir caro… y lo caro puede no valer nada si termina en default.

En este contexto, es clave mencionar la existencia de estándares internacionales que orientan al inversor hacia decisiones más seguras y responsables. Tal es el caso de la Norma ISO 22222, que establece un marco globalmente reconocido para la Planificación Financiera Personal. Esta norma internacional no solo promueve buenas prácticas, sino que define principios fundamentales como:

El deber fiduciario del asesor hacia el cliente.

La identificación clara de objetivos y tolerancia al riesgo.

La transparencia en los costos y la ausencia de conflictos de interés.

El seguimiento y ajuste del Plan Financiero a lo largo del tiempo.

Conocer y aplicar los lineamientos de la ISO 22222 puede marcar una diferencia enorme entre improvisar y actuar con estrategia. Porque una inversión no debe ser una jugada de azar, sino parte de un plan financiero bien estructurado, alineado con los objetivos personales, la etapa de vida del inversor y su capacidad de asumir riesgos.

En definitiva, si va a invertir en instrumentos complejos como las ON argentinas, hágalo con responsabilidad y conocimiento. No compre promesas: compre decisiones informadas.

Y recuerde siempre: el que no sabe lo que está haciendo no está inviertiendo, está especulando.

Fuente: Ediciones EP, 19/06/25.

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El Sesgo del Superviviente: La sutil trampa de la experiencia

mayo 21, 2025

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

En el vasto océano de la economía y las finanzas, una lección esencial nos llega de la mano del matemático Abraham Wald, quien desafió la lógica convencional y arrojó luz sobre un fenómeno intrigante: el Sesgo del Superviviente. Esta peculiar criatura conceptual, posteriormente popularizada por Nassim Taleb, se erige como una brújula ineludible para aquellos que desean surcar las agitadas aguas de la toma de decisiones económicas.

Wald, con su mente aguda y su devoción a los números, plantó la semilla del Sesgo del Superviviente al demostrar que centrarse exclusivamente en los casos de éxito o supervivencia puede llevar a conclusiones equivocadas. Es como si miráramos un campo de batalla y solo prestáramos atención a los soldados que regresaron, sin considerar a los caídos.

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Un paseo por el mercado bursátil: La danza del sesgo

Este fenómeno se manifiesta de manera vívida en el mundo de las inversiones. Tomemos, por ejemplo, el auge de las empresas tecnológicas en las últimas décadas. Los titulares celebran a los magnates que han acumulado fortunas colosales. Sin embargo, el Sesgo del Superviviente nos hace olvidar que tras cada Google, Facebook o Amazon, existen innumerables startups que se hundieron en el abismo del fracaso.

Es como si un observador desde el futuro destacara el éxito deslumbrante de ciertas criptomonedas, omitiendo el ocaso de las que se desvanecieron en la penumbra del anonimato. En este juego, el azar cumple su papel, a menudo subestimado. ¿Qué determina si una startup despega o se estrella? ¿Qué factores divinos intervienen para que una inversión florezca en vez de flaquear?

El teatro de lo inesperado: El factor azar

El azar, ese componente indomable de la ecuación, se encuentra intrínsecamente ligado al Sesgo del Superviviente. Imaginemos a un trader que juzga su habilidad en base a un período de éxito, sin considerar que la misma estrategia podría haberse desplomado en circunstancias ligeramente distintas. Es como si el viento cambiara de dirección y el marinero atribuyera su destreza a la elección acertada de la vela.

Como el propio Taleb señala, «subestimamos sistemáticamente el rol del azar en los resultados». Esta falta de aprecio por la volatilidad inherente a los mercados puede llevar a decisiones económicas desacertadas y a una confianza excesiva en nuestras habilidades predictivas.

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El juego de los sobrevivientes: Lecciones cotidianas

El Sesgo del Superviviente no es un fenómeno relegado a las altas finanzas. Se entrelaza en el tejido mismo de nuestra existencia diaria. Considere el mundo del emprendimiento: los medios tienden a glorificar a los empresarios exitosos, relegando a un segundo plano a aquellos cuyos sueños se desmoronaron como castillos de arena ante la marea.

El Sesgo también se insinúa en la vida personal. ¿Cuántas veces recordamos las victorias y no los fracasos en el ámbito doméstico? Esta distorsión puede llevarnos a creer que el éxito es más predecible y controlable de lo que realmente es, al subestimar el factor del azar.

La voz de los sabios: Reflexiones de figuras eminentes

Personalidades famosas y renombradas no son inmunes a los encantos del Sesgo del Superviviente. Warren Buffett, el oráculo de Omaha, ha señalado con sagacidad: «El ánimo festivo que prevalece en la Bolsa a menudo induce a los inversores a olvidar la muerte».

Por su parte, Winston Churchill, ese titán de la historia del siglo XX, reconocía la falacia del Sesgo cuando afirmaba: «El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el valor de continuar». Su historia personal era una muestra viva de ello.

El renombrado psicólogo y premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, en su libro Pensar rápido, pensar despacio, destaca la propensión humana a dar un peso desproporcionado a las experiencias que han perdurado, a menudo olvidando las voces silenciosas de aquellos que no lograron destacar.

Navegando en aguas claras: Aplicaciones prácticas

Ante esta marea de perspicacia, ¿cómo podemos usar el Sesgo del Superviviente a nuestro favor? En primer lugar, debemos aprender a escuchar el susurro de los naufragios olvidados, entendiendo que el éxito no es garantía de inmunidad contra el fracaso futuro.

En segundo lugar, debemos acariciar el timón del azar, reconocer su presencia y ajustar nuestras velas con humildad. No podemos controlar el viento, pero podemos aprender a navegar con él.

En última instancia, el Sesgo del Superviviente es un faro que ilumina las trampas de la experiencia selectiva. Nos insta a no confiarnos en las hazañas de los supervivientes, sino a mirar más allá y aprender de aquellos que yacen en el fondo del océano.

En el juego de la economía y los negocios, el Sesgo del Superviviente es la carta escondida en nuestro mazo. Ignorarlo sería como pretender que el mar no esconde sus secretos bajo la superficie tranquila. Apreciar su presencia nos convierte en capitanes más sabios y nos guía a través de las aguas desconocidas hacia el éxito duradero.

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Navegando más allá del Sesgo del Superviviente

En el imprevisible mar de la economía y las decisiones financieras, el Sesgo del Superviviente es la sirena que nos advierte de las trampas de la experiencia selectiva. Nos enseña a no confiarnos ciegamente en los relatos de éxito, sino a escuchar atentamente las lecciones de los naufragios olvidados.

Al reconocer el papel del azar y abrazar la humildad, nos convertimos en capitanes más sabios de nuestras propias travesías económicas. Aprendemos a ajustar las velas, a navegar con el viento en lugar de resistirlo.

Recordemos siempre que el éxito no es una garantía de invulnerabilidad y a menudo puede llevar a engaños. Encontrar la verdad en las sombras del fracaso es un arte que solo los más perspicaces saben dominar.

Así, con la brújula del Sesgo del Superviviente en mano, podemos mirar hacia adelante con confianza y sabiduría. El futuro no es solo un reflejo del pasado, sino una oportunidad para escribir nuevas historias, tejidas con la tela de la experiencia completa.

Que cada decisión, cada inversión, sea guiada por la luz de la sabiduría que emana de los naufragios y los triunfos por igual. En este enfoque, encontraremos no solo éxito, sino una travesía significativa y enriquecedora en el vasto océano de la economía y de nuestra propia vida.

Fuente: Ediciones EP, 25/09/23.

Información sobre Gustavo Ibáñez Padilla

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México, al borde del abismo

mayo 15, 2025

Crimen organizado, narcotráfico y corrupción en un Estado que se desangra.

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

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En México, la violencia dejó de ser un fenómeno aislado para convertirse en el corazón de un sistema fallido. El país se ha transformado, en menos de tres décadas, en un laboratorio de criminalidad compleja, donde convergen el narcotráfico, el terrorismo, la trata de personas y la corrupción política. Las cifras estremecen: más de 180 mil homicidios dolosos durante la administración de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), a razón de un asesinato cada 15 minutos, según el informe de la empresa TResearch con base en datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y el INEGI.

Este nivel de violencia no es casual, ni coyuntural. Es el síntoma más evidente de una enfermedad crónica que carcome el tejido institucional del país y amenaza con desbordar sus fronteras. México no es aún un “Estado fallido” en términos formales -mantiene soberanía, elecciones y relaciones diplomáticas-, pero en vastas regiones del país el Estado ha perdido el monopolio de la fuerza, dejando el control territorial, económico y social en manos del crimen organizado.

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El triángulo de la muerte: narco, política y corrupción

La relación entre el narcotráfico y la política en México no es nueva, pero se ha vuelto más sofisticada y letal. Hoy no se trata sólo de políticos cooptados por los carteles: hay estructuras institucionales enteras infiltradas, que operan en sincronía con los intereses criminales. Desde municipios controlados por bandas armadas, hasta policías locales que responden más al narco que al Estado, el sistema ha sido corroído desde dentro.

En este contexto, la corrupción no es una anomalía sino el lubricante que permite que la maquinaria criminal siga funcionando. Las redes de complicidad van desde alcaldías rurales hasta organismos federales, pasando por fuerzas de seguridad y órganos judiciales. El resultado es una impunidad estructural: el 94% de los delitos en México no se investigan ni se castigan, según cifras de la organización México Evalúa.

La consecuencia más visible de este entramado es la violencia, pero hay otras igual de devastadoras: Trata de personas, Tráfico de armas, Lavado de dinero, Migración forzada, y un auge del Terrorismo local -acciones armadas con fines de control territorial y dominación social-, muchas veces ejecutadas con tácticas propias de la insurgencia irregular.

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Un caldo de cultivo para la anomia

México padece una anomia estructural, un vacío de normas efectivas que regulen la vida social. En muchas comunidades, las leyes del narco reemplazaron a las del Estado. Esto ocurre no solo por la violencia explícita, sino también por la instalación de un “Estado paralelo” que proporciona empleos, seguridad, justicia (a su manera) y hasta asistencia social.

Las causas son múltiples y se retroalimentan: pobreza estructural, desempleo juvenil, desigualdad territorial, sistemas judiciales inoperantes, y una cultura de impunidad que desincentiva la denuncia. A esto se suma un discurso oficial, en el caso del gobierno de López Obrador, que optó por la estrategia de “abrazos, no balazos”, una política que en los hechos abandonó la lucha frontal contra los Carteles, cediendo espacios bajo una supuesta lógica de pacificación.

El resultado ha sido el contrario: más violencia, más control narco, más miedo. Estados como Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Baja California son ejemplos de regiones donde la soberanía estatal ha colapsado en manos de grupos como el Cartel Jalisco Nueva Generación o el Cartel de Sinaloa. En Guanajuato, por ejemplo, se registraron casi 22 mil homicidios en el sexenio de AMLO, y fue el estado con más policías asesinados.

Técnicos forenses trabajan en el lugar de un ataque con coche bomba en Jerécuaro,
Estado de Guanajuato, México. El 24 de octubre de 2024. Reuters.

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El riesgo geopolítico regional

La crisis mexicana no es un problema local. Es un foco de inestabilidad regional que afecta directamente a América Latina y, en especial, al Cono Sur. Las rutas del narcotráfico, por ejemplo, ya cruzan desde Centroamérica hacia Argentina, utilizando puertos como Rosario y Zárate para exportar cocaína a Europa y Asia. El riesgo de “mexicanización” de la violencia no es retórico: los Carteles ya operan fuera de sus fronteras, expandiendo su modelo de negocio y su lógica de terror.

En este contexto, Argentina no puede mirar para otro lado. El crecimiento de economías ilícitas, el aumento de la violencia narco en provincias como Santa Fe, el debilitamiento del sistema judicial y las señales de corrupción política son indicadores tempranos de una pendiente peligrosa. Aprender de los errores mexicanos no es una opción: es una necesidad estratégica.

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Seguridad Multidimensional: una respuesta integral

El concepto de Seguridad Multidimensional, desarrollado en la Organización de Estados Americanos (OEA), plantea que la seguridad no se limita al ámbito militar o policial, sino que incluye dimensiones sociales, económicas, ambientales y políticas. Aplicado a la situación actual, implica reconocer que la lucha contra el narcotráfico no se gana solo con balas, pero tampoco se gana con brazos cruzados.

Argentina debe desarrollar una estrategia preventiva y ofensiva que articule inteligencia criminal, cooperación regional, fortalecimiento institucional, inversión social y reformas estructurales. Algunas líneas de acción imprescindibles son:

─Reforzar la Justicia Federal con recursos, capacitación y autonomía real.

─Blindar las fronteras y puertos estratégicos con tecnología y personal especializado.

─Erradicar la corrupción institucional mediante controles cruzados y sistemas de monitoreo ciudadano.

─Articular una política de drogas integral, que incluya prevención, reducción de daños y alternativas socioeconómicas en comunidades vulnerables.

─Impulsar la cooperación regional con países vecinos y organismos multilaterales para compartir inteligencia, coordinar operativos y frenar el flujo de armas y dinero ilícito.

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El tiempo se agota

México ofrece una advertencia clara: cuando el Crimen organizado penetra las estructuras del Estado, la recuperación se vuelve titánica. La anomia se instala, la ciudadanía se desmoviliza, y el miedo se convierte en norma. No se trata de alarmismo, sino de realismo: si Argentina no actúa ahora, corre el riesgo de transitar el mismo camino.

La historia mexicana muestra que no hay atajos ni soluciones mágicas. La única vía es la reconstrucción paciente del Estado, la justicia y el tejido social. Pero esa tarea no puede empezar mañana. Debe comenzar hoy.

Porque cada minuto que pasa, en algún lugar del continente, alguien está siendo asesinado, secuestrado o esclavizado por organizaciones que no conocen fronteras, ni respetan derechos. Y si no construimos un muro de legalidad, justicia y democracia, seremos todos parte del próximo informe de TResearch.

Antes de que sea tarde, Argentina debe aprender, prevenir y actuar.

Fuente: Ediciones EP, 15/05/25.

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