¿Robar o Trabajar?

octubre 19, 2014

Por qué no es lo mismo robar que trabajar

Por Juan Carlos de Pablo.

¿Cómo puedo conseguir los 100 pesos que necesito? Puedo realizar alguna labor, o asaltar a alguien y juntarme con ellos. ¿Por qué algunas personas trabajan y otras asaltan? En el plano estrictamente económico, ¿qué diferencia existe entre que a las personas les convenga trabajar o asaltar, para conseguir lo que necesitan?

Para clarificar la cuestión, conversé con el norteamericano Gary Stanley Becker (1930-2014), quien llegó a la economía desde la sociología, y propuso aplicar el enfoque económico al análisis de toda la acción humana. Realizó aportes a la economía de la discriminación, la teoría del capital humano, la interconexión entre derecho y economía, y la economía de la familia y la asignación del tiempo. Cuando en 1992, le otorgaron el premio Nobel declaró que durante mucho tiempo sus trabajos habían sido ignorados y fuertemente criticados por parte de los principales economistas.

-Usted propone aplicar el análisis de costos y beneficios a toda acción humana. ¿No le parece exagerado?

-Lo que propongo es un método de análisis, no un supuesto motivacional. La idea es pensar que las personas actúan como si maximizaran su bienestar según lo perciben, de manera egoísta, altruista, leal, malévola o masoquista. El malvado no tiene por qué ser ineficiente. El modelo de decisión racional plantea la base más prometedora para generar un enfoque unificado, para analizar el mundo social por parte de académicos que cultivan diferentes ciencias sociales. Puedo exagerar, pero me parece más realista que partir de la base de que en algunas áreas los seres humanos se comportan de manera angelical.

-¿Así que para usted trabajar o robar son opciones que deben ser evaluadas con independencia de consideraciones éticas?

-De ninguna manera. No estoy diciendo que en la vida sólo interesa la riqueza material, estoy diciendo que los mecanismos que los seres humanos utilizan para conseguir lo que desean, se entienden razonablemente bien desde la perspectiva de los beneficios y los costos que las acciones tienen para quienes las realizan. En el plano personal, he trabajado intensamente a lo largo de toda mi vida y nunca asalté a nadie.

-Desde el punto de vista estrictamente económico, ¿por qué es mejor trabajar que asaltar?

-Porque así como, en el plano individual, parece dar lo mismo conseguir determinada cantidad de recursos, trabajando o asaltando, desde el punto de vista del conjunto es completamente diferente.

-Explíquese.

-En el menos dañino de los casos, el asalto transfiere ingresos del asaltado al delincuente. Digo en el menos dañino de los casos, porque también puede involucrar muertes, destrucción de propiedad, etcétera; además del impacto psicológico, no solamente de tener un arma cerca del asaltado o su familia, sino de la duda que nace, referida al sentido de seguir haciendo esfuerzos por trabajar.

-¿Y entonces?

-Desde el punto de vista general, una sociedad donde conviene «trabajar» de asaltante, más que de asalariado, profesional, etcétera, es una sociedad donde nadie produce. El PBI de un país lleno de asaltantes no está constituido por agricultura, industria, servicios de transporte, etcétera, sino por guardaespaldas, armas de fuego y puertas blindadas. Muy lejos, por cierto, de cualquier idea de bienestar humano.

-¿Cómo se puede utilizar su enfoque, para inducir a que a las personas les convenga trabajar más que asaltar?

-Dado que el ser humano se mueve sobre la base de los beneficios y los costos que para él [o ella] tienen sus acciones, las reglas de juego tienen que privilegiar el trabajo con respecto al asalto. Cuando el asaltante perciba que la probabilidad de ser detenido se vuelve significativa, y que si es detenido la probabilidad de ser enjuiciado y encarcelado también lo es, cabe esperar que algunos cambien de ocupación y busquen trabajo. Esta manera de combatir el delito luce más promisoria que la victimización del delincuente en términos del sistema económico imperante. Puedo entender que un hambriento robe mortadela, pero no un plasma.

-Don Gary, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 19/10/14.

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robar o trabajar

Cómo se mide el tamaño de un mercado

septiembre 28, 2014

Cómo se debe medir el tamaño de un mercado

Por Juan Carlos de Pablo.

La nueva escalada del precio del dólar, en el segmento «azul» del mercado de cambios, replanteó la cuestión de la importancia que el evento tiene sobre el funcionamiento de la economía. Al respecto se escucha que «el mercado es muy chico, se realizaron muy pocas operaciones», lo que plantea el interrogante: ¿cómo se mide el tamaño del mercado de los stocks, como los pesos, los dólares, los títulos, etc.?

Al respecto conversé con el italiano Bernardo Davanzati (1529-1606), comerciante y traductor, además de interesado en las cuestiones económicas. Lo entrevisté porque en 1582 publicó Lecciones sobre la moneda, pionera explicación del funcionamiento del mercado cambiario, cuando -al decir de Peter Diderik Groenewegen- las transacciones habían superado no solamente la etapa del trueque, sino también que sólo se usara moneda local. Planteó la existencia de los «puntos del oro», banda dentro de la cual fluctúan las cotizaciones, sobre la base de la oferta y demanda de billetes y oro, los costos de transportar metálico y los intereses perdidos mientras la moneda está en tránsito.

-¿Por qué sube el precio en el segmento informal del mercado de cambios?

-George Bernard Shaw afirmó que si a un loro le enseñamos a decir oferta y demanda, lo que tenemos es un economista. Exageró, pero no demasiado. Porque, puestos a explicar la modificación del precio de cualquier producto, los economistas les prestamos atención a los cambios en la correspondiente oferta y demanda. La cuestión es qué hay «detrás» de esos cambios.

-Cuando el precio del dólar aumenta de manera significativa, se realizan muy pocas operaciones.

-Volvamos al planteo de oferta y demanda. Cuando el dólar está aumentando fuertemente, y nada hace pensar que cambie la tendencia, entonces sólo vende dólares quien tiene que afrontar algún compromiso ineludible. Porque no tiene sentido morirse de hambre con los bolsillos llenos de dólares. Ahora bien, los compromisos ineludibles son escasos, por eso hay poca oferta. Júntele una demanda exacerbada por las expectativas y tiene la explicación.

-¿Quiere decir que todos los dólares que los argentinos tenemos en nuestro poder, están «en el mercado», aunque no se transen?

-Efectivamente, como ocurre con todos los stocks. Todas las acciones y los títulos públicos están en el mercado, aunque pocos cambien de mano de una día para el otro. Le digo más: los anillos matrimoniales, como el resto de las alhajas, están «en el mercado del oro». Deje usted que el precio se multiplique por 10, y verá cómo muchos matrimonios renovarán su juramento de amor eterno, pero del dedo anular de sus integrantes desaparecerán los anillos.

-Frente a la escalada del dólar, el Poder Ejecutivo ensayó todo tipo de explicaciones conspirativas.

-La esencia de la explicación conspirativa es que, al agregarles una intencionalidad perversa a las decisiones, transforma en éxito lo que superficialmente parecía un fracaso. A mediados de 1975, Celestino Rodrigo no fracasó porque en realidad nos quería reventar. A los argentinos nos encantan las explicaciones conspirativas de la realidad, nos fascina pensar que nada es lo que parece. Quien no las acepta pasa por ingenuo, algo inaceptable entre nosotros. El problema es que explicar la realidad de manera conspirativa induce la holgazanería intelectual, logrando distraer o entretener, pero no ayuda a entender.

-Pero la historia muestra que las conspiraciones existen.

-Las conspiraciones pertenecen al plano de los hechos, estoy hablando de las explicaciones conspirativas. El 11 de septiembre de 2001 terroristas derrumbaron las Torres Gemelas. ¿Quién puede negarlo? Pero, ¿fue Al-Qaeda?, ¿fue la CIA para hacernos creer que fue Al-Qaeda? ¿O fue Al-Qaeda para hacernos creer que fue la CIA, cuando, en realidad, fue Al-Qaeda?

-¿Cuál es el problema en el caso del dólar blue?

-Que quien no estaba seguro de comprar dólares escucha a las autoridades plantear explicaciones conspirativas y sale corriendo a comprar.

-Estimado Bernardo, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 28/09/14.

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Las víctimas del cambio tecnológico

agosto 31, 2014

Ciccone y Donnelley, víctimas del cambio tecnológico

Por Juan Carlos de Pablo.

Juan Carlos de Pablo

La quiebra y posterior estatización de la imprenta Ciccone no deja de generar escándalos, el pedido de quiebra de la imprenta Donnelley fue inicialmente calificado como acto terrorista. Además de todo esto, ¿no habría que prestarle atención al hecho de que «el negocio de impresos de seguridad se achicó: no se imprimen más acciones, obligaciones y títulos públicos, porque ahora todo es registral; y se imprimen menos cheques, porque se paga más con tarjeta y mail», como puntualizó Juan Ernesto Alemann en la nacion el 7 de junio de 2014; y al hecho de que «en los dos últimos años a Donnelley la producción de folletos y revistas le cayó 39%», señalado por Diego Cabot en la nacion, el 16 de agosto pasado?

Al respecto entrevisté al norteamericano Herbert Alexander Simon (1916-2001), quien recomienda analizar el comportamiento humano desde la perspectiva de la racionalidad acotada, por lo cual, merecidamente, en 1978 recibió el Premio Nobel de Economía. Simon también sostiene que estamos bombardeados por tanta información que para entender las decisiones hay que plantear una teoría de la atención. Cuando en 1970 visitó la Argentina pidió entrevistarse con su admirado escritor Jorge Luis Borges, intrigado por el rol que los laberintos jugaban en su obra. «Concluí que él escribió historias, no creó modelos», sostuvo.

-Joseph Allois Schumpeter planteó la idea de destrucción creativa, para enfatizar la esencial no neutralidad del cambio tecnológico. Usted ilustró esta idea analizando las implicancias de la invención del tractor, desde la perspectiva del caballo.

-Enfrentado con el tractor agrícola, el caballo no pudo producir lo suficiente para pagar su manutención. El caballo de tiro debía arar lo suficiente para cubrir el interés y el desgaste del arado, así como el salario del hombre que lo conducía. La introducción del tractor no lo hizo menos productivo, pero elevó el costo del conductor, cuya productividad subió. Cuando el hombre exigió más remuneración a causa de la invención del sustituto mecánico, el caballo no la pudo pagar. En una palabra: no pudo sostener a su amo en el nuevo nivel de lujo permitido por la mecanización.

-Los cambios, ¿siempre crean y destruyen?

-Casi siempre, seguro. La energía eléctrica, Internet y el auto son considerados grandes inventos, pero claramente les complicaron la vida a los fabricantes de velas, carteros y la vida del barrio, respectivamente. Luna de Avellaneda es una excelente película, pero todos aquellos que busquen revivir al cine o al club de barrio deberían prohibir el auto, que fue el invento que terminó por desintegrar a este último.

-¿Es inevitable que lo que existía desaparezca?

-No, no es inevitable, si logra transformarse. La afeitadora manual sobrevivió a la afeitadora eléctrica, del mismo modo que la radio sobrevivió a la televisión. Pero como bien explicó Antonio Carrizo: «La actual es otra radio». ¿No debería ocurrir algo parecido en la industria de la impresión?

-La decisión de los directivos de Donnelley me hizo acordar a Ayn Rand.

-En La rebelión de AtlasAyn Rand - La rebelión de Atlas, Rand ilustra el caso de un emprendedor que, acosado por quienes vivían a su costa, un día les entregó las llaves de la fábrica. Los acosadores no querían saber nada, porque vivían mejor acosando que operando la empresa, pero ya era demasiado tarde. ¿En qué condiciones funcionan las empresas liberadas o recuperadas, desde el punto de vista del pago de la energía y los impuestos, la reposición de la maquinaria y la introducción de nuevos productos? El caso de la papelera Massuh recuerda que ni aun en condiciones ventajosas, impuestas por el ex secretario de comercio Guillermo Moreno, pudo sobrevivir.

-De lo cual deduzco que la idea de estatizar la empresa no le parece atractiva.

-La decisión está en manos de los argentinos. Pero bien les vendría tener presente la historia que tienen en materia de empresas estatizadas, no solamente de servicios públicos, sino también frente a la amenaza de cierre, por mal gerenciamiento o cambio de las condiciones generales en las cuales se desenvolvía la empresa. Digo, para no acumular errores.

-Don Herbert, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 31/08/14.

 

 

 

La credibilidad define el resultado de la política económica

julio 6, 2014

La credibilidad define el resultado de la política económica.
Por Juan Carlos de Pablo.

Una misma medida de política económica genera resultados muy diferentes dependiendo de si la población le cree al gobierno o no, afirma el economista argentino Guillermo Antonio Roberto Calvo. A partir de las fallidas experiencias de liberalización comercial y financiera de fines de la década de 1970, modeló las denominadas reformas increíbles, análisis que lamentablemente sigue siendo relevante.

Al respecto entrevisté al norteamericano Alvin Harvey Hansen (1887-1975), un raro contraejemplo de que resulta muy difícil cambiar de opinión a los 50 años de edad. Durante la década de 1930, pasó de deflacionista a entusiasta divulgador de La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, que John Maynard Keynes publicó en 1936. El seminario que dictó en Harvard, junto con John Henry Williams, entrenó a una generación de economistas norteamericanos dedicados a las políticas públicas. Su Guía de Keynes fue muy leída en su época. Las matemáticas no eran su fuerte, pero suya fue la idea de analizar de manera conjunta el multiplicador y el acelerador, que Paul Anthony Samuelson planteó en 1939.

Las expectativas y la credibilidad no parecen estar en el núcleo de La teoría general.

-Según la versión que se popularizó a través de mi libro o el comentario bibliográfico de John Richard Hicks. Pero para George Lennox Sharman Shackle, la clave del mensaje keynesiano está en la toma de decisiones bajo fuerte incertidumbre. Ahora bien, tampoco exageremos para el otro lado, como sugiere Roger Edward Alfred Farmer, quien en 1993 publicó La macroeconomía de las expectativas autocumplidas.

-Desde la década de 1980 las cuestiones de credibilidad y reputación ocupan un lugar importante en el análisis económico.

-En dos contextos diferentes. En los países desarrollados, cuando a partir de 1979 se decidió darle un corte a la tasa de inflación, se planteó la cuestión de cómo hacer creíble que el gobierno en general, y el Banco Central en particular, no se dejarán tentar por alguna ventaja de corto plazo, arriesgando su recuperada reputación. En 1983, Robert Joseph Barro y David B. Gordon plantearon la interacción entre el Banco Central y la población como un «juego» en el sentido técnico de la expresión, mostrando el costo de implementar una política monetaria dura cuando la población no le cree. Algo así como un modelo de dinero pasivo, planteado por Julio Hipólito Guillermo Olivera, en versión patrón inflación esperada.

-¿El otro contexto?

-El de las reformas estructurales, analizadas por Calvo. La desregulación laboral crea empleo en un país cuyo gobierno es creíble, y desocupación en otro donde los empresarios, si esperan que la reforma no perdure, se apresuran a despedir a los asalariados que les sobran o que les generan más conflictos. En los países desarrollados, la cuestión es cómo no perder la reputación, en países como la Argentina consiste en cómo recuperarla.

-¿Por qué es tan difícil recuperar la credibilidad?

-Porque como bien explicó Nissan Leviatan, existe la «trampa de la incredibilidad». El marido que engañó y fue descubierto está en período de prueba. Su presente es impecable, pero como su pasado no, la esposa sigue sin creerle. ¿Para qué me voy a portar bien si igual no voy a conseguir nada?, piensa el marido. ¡Y la esposa sabe que lo está pensando! El problema difícilmente tenga solución.

-¿Puede cambiar esto con el próximo gobierno?

-Nadie es ingenuo, pero a todo gobierno nuevo inicialmente se le da el beneficio de la duda. Cómo sigue depende del arranque de las nuevas autoridades. Al respecto es importante saber que, dependiendo de la variable, la falta de credibilidad se puede ubicar en un ministro de economía, en un gobierno en general o en el país, más allá de quién gobierne. Quien duda del ministro pero confía en el resto cambia su conducta cuando reemplazan al titular del equipo económico. En el otro extremo, quien duda del país migra o tiene sus ahorros fuera del sistema económico formal (en el colchón o en un paraíso fiscal, es lo mismo).

-Don Alvin, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 06/07/14.

La Casa de Moneda, una imprenta muy particular

junio 15, 2014

La Casa de Moneda, una imprenta muy particular.
Por Juan Carlos de Pablo.

¿Qué relación existe entre la Casa de Moneda y el Banco Central de la República Argentina? ¿El dinero existe cuando se imprime en la primera o cuando sale del segundo? ¿A través de qué mecanismos un billete «sale» del Banco Central? Los bancos comerciales, ¿también crean dinero?

Para saber más sobre esto entrevisté al alemán Michael Peter Bruno (1932 – 1996), cuya familia migró a Israel cuando él tenía un año. Riguroso economista que puso su saber al servicio de las decisiones públicas, jugó un rol crucial en el programa antiinflacionario aplicado en 1985, que tenía notables parecidos técnicos con el Austral, pero se implementó de manera más exitosa. Presidió el Banco de Israel entre 1986 y 1991 y luego trabajó en el Banco Mundial. Visitó nuestro país en más de una ocasión.

-¿Cómo caracterizaría a una Casa de Moneda?

-En el caso de los billetes, como una imprenta muy particular, porque tiene un solo cliente: el Banco Central. En el caso de las monedas, como una entidad encargada de acuñarlas. Durante 30 años nada menos que Isaac Newton dirigió la Real Oficina de Acuñación de Inglaterra.

-¿A qué se llama beneficio de acuñación?

-A la diferencia entre el costo de producción de un billete y su poder adquisitivo. Si fabricar un billete de $ 100 cuesta $ 2, el Estado que lo emite «gana» $ 98. Como el costo de producción de un billete aumenta muy poco con su denominación, hay incentivos para falsificar los billetes de mayor denominación. Por eso quienes diseñan billetes insertan más firuletes y trampas en los de mayor denominación.

-De manera que, en un sentido monetario, los billetes no existen hasta que no salen del Banco Central. ¿A través de qué mecanismos?

-Algunos modelos suponen que la creación monetaria se implementa tirando billetes desde un helicóptero. Útiles para analizar la neutralidad del dinero, esos modelos tienen poco que ver con la realidad. En la práctica, el Banco Central pone en circulación un billete cuando compra divisas, adquiere un bono del Tesoro o efectúa una operación de redescuento. Y absorbe dinero en circulación cuando vende divisas, el Tesoro abona un título o se cancela una operación de redescuento.

-¿Los bancos comerciales también pueden crear dinero?

-En ciertas circunstancias. Los fondos que salieron del Banco Central se denominan «base monetaria». Pero si sumo lo que la población tiene en sus bolsillos, más lo que tiene en depósitos, el número supera la base monetaria. Quiere decir que los bancos, a través de su operatoria, también crean dinero, multiplicando la base monetaria.

-Usted dice «en ciertas condiciones». ¿Qué condiciones?

-Que la población quiera tener parte de su dinero en efectivo y parte en depósitos, y que los bancos comerciales sólo mantengan como reserva una porción de los depósitos. Ambas condiciones se dan hoy en la Argentina.

-Por lo que usted dice, una huelga en la Casa de Moneda no afectaría la oferta monetaria tanto como una en el Banco Central.

-Sin exagerar. Una huelga prolongada o la insistencia por parte del Poder Ejecutivo de que el billete de máxima denominación haya quedado descolocado en función de la tasa de inflación generan crecientes problemas operativos. Pero sí, desde el punto de vista estrictamente monetario no interesa tanto la operatoria industrial de la Casa de Moneda como la operatoria monetaria del Banco Central.

-¿Cuál es el límite a la emisión de moneda local? Su compatriota Rudolf Albert Emil Havenstein creía que era la capacidad de las impresoras de billetes.

-Gran tontería que contribuyó poderosamente a generar la hiperinflación alemana de 1923. El límite último de la creación monetaria tiene que ver con la demanda de dinero, es decir, con el deseo de la población de seguir utilizando la moneda local, para transar y para ahorrar. En la Argentina, hoy la tasa de inflación bien medida supera en mucho al ritmo de creación monetaria, lo cual sugiere que se está huyendo del dinero. Las autoridades no deberían subestimar este problema.

-Don Michael, muchas gracias. .

Fuente: La Nación, 15/06/14.

Bajar la contribución patronal atenúa la baja del empleo

abril 28, 2014

Bajar la contribución patronal atenúa la baja del empleo.
Por Juan Carlos de Pablo.

La preocupación por el nivel de empleo, así como la pretensión de reducir la informalidad laboral, llevó al Poder Ejecutivo a propiciar la aprobación de una ley para disminuir la contribución patronal, que se abona como proporción de los salarios pagados en el sector formal de la economía. ¿Cuáles pueden ser los efectos, en las actuales circunstancias políticas y económicas?

Al respecto entrevisté al italiano Ezio Tarantelli (1941-1985), profesor de economía laboral en la Universidad Católica de Milán, en la de Roma y en la de Florencia. Fue asesinado por las Brigadas Rojas (el hecho inspiró una película). «Por una nota que dejaron junto a su cuerpo, vinculando el asesinato con el MIT, siempre me pregunté si también no me buscaban a mí», afirmó Franco Modigliani. También murieron asesinados Wabel Abdallah, Richard Cantillon, Ernest Lluchi Martin, Enrique Low Murtra, Rosa Luxemburgo, Alexandros Petersen, Walter Rathenau, Pellegrino Luigi Edoardo Rossi, Korekiyo Takahashi y Stefan Valavanis Vail.

-Economía laboral es un campo de estudio donde coexisten múltiples enfoques, en buena medida complementarios.

-En efecto. En su versión moderna nació dentro de la perspectiva institucionalista, desde mediados del siglo XX fue replanteada en base al enfoque neoclásico, en las últimas décadas el empleo y el desempleo, las remuneraciones y las condiciones laborales, también fueron explicados teniendo en cuenta las fricciones, el costo de reentrenar al personal, la segmentación del mercado laboral, la globalización, etc.

-El proyecto de ley reduce lo que los empleadores tienen que pagar sobre los salarios que abonan, reducción que tanto en duración como en intensidad depende de manera inversa del tamaño de las empresas. ¿Qué porción de la economía laboral inspira la iniciativa?

-El enfoque neoclásico, según el cual en el sector privado la demanda de servicios laborales depende de la demanda de bienes, y del costo relativo de producirlos con más o menos máquinas y mano de obra; y según el cual el salario nominal depende del precio al cual se vende el bien al cual se incorporan los servicios laborales, y de la productividad física del trabajo.

-De acuerdo a este enfoque, ¿qué cabe esperar?

Si en 2014 la economía argentina se encuentra en etapa recesiva, cabe esperar que la demanda de trabajo disminuya. Lo cual implica que se eliminan las horas extras, no se renuevan los contratos de trabajo temporario, hay suspensiones y finalmente despidos (despedir es lo último que hace un empleador, por razones humanas, pero también porque pierde lo que gastó en la capacitación específica de sus asalariados).

-¿Para qué la ley, entonces?

-Para intentar que la menor demanda laboral derivada de la recesión, pueda ser compensada por la reducción del costo laboral, afectando el financiamiento de la seguridad social, pero no el salario de bolsillo. Para los empresarios, capital y trabajo son complementarios: «Sólo necesito más operarios si tengo más máquinas». El enfoque neoclásico dice que en el largo plazo el grado de mecanización de una planta depende de cuánto cuestan los servicios del capital y del trabajo.

-La reducción de la contribución patronal también busca blanquear parte de la informalidad laboral.

-Al respecto, en la Argentina 2014 vuelve a plantearse la cuestión que Guillermo Antonio Roberto Calvo llamó reformas increíbles. Según este principio, la misma medida de política económica puede generar resultados diferentes, según la población le crea o no al gobierno. Reducir las contribuciones patronales se parece al blanqueo de capitales lanzado en 2013, que, a pesar de sucesivas prórrogas, dio resultados ínfimos, por un problema de falta de credibilidad. ¿Seguro que no habrá represalias para quienes incorporen parte de sus asalariados al sector formal de la economía?

-Pero entonces, ¿el esfuerzo es inútil?

-Con probar no se pierde nada, sólo que en las actuales condiciones no hay que generar grandes expectativas. Ojalá nos sorprendamos gratamente

-Don Ezio, muchas gracias..

Fuente: La Nación, 27/04/14.

Ezio Tarantelli

Ezio Tarantelli (Roma, 11 agosto 1941 – Roma, 27 marzo 1985) è stato un economista italiano, ucciso dalle Brigate Rosse in seguito ad un attentato.

Carriera

Laureatosi nel 1965 presso la Facoltà di Economia e Commercio dell’Università degli Studi di Roma, dove suo correlatore fu Federico Caffè. Frequentò, successivamente, corsi avanzati di economia e di metodi quantitativi presso l’Università di Cambridge, nel Regno Unito, e presso il MIT, Massachusetts Institute of Technology. Al MIT studiò con alcuni dei più importanti economisti, tra i quali Robert Solow e Franco Modigliani. Con quest’ultimo, in particolare, avviò una fruttuosa collaborazione scientitica che li portò a scrivere insieme diversi saggi ed articoli. Negli Stati Uniti, conobbe la sua compagna di vita e futura moglie, Carole Beebe Tarantelli.

Nel 1966 entrò come funzionario al servizio studi della Banca d’Italia, fino ad assumerne la direzione dal 1970 al 1973.

Dopo aver insegnato economia del lavoro presso la Facoltà di Scienze Politiche dell’Università Cattolica di Milano, divenne assistente ordinario di Politica Economica e Finanziaria presso la facoltà di Economia e Commercio di Roma e, nel 1976, professore ordinario di Politica Economica della Facoltà di Scienze Politiche «Cesare Alfieri» di Firenze e, successivamente, professore ordinario di Economia Politica presso la Facoltà di Economia e Commercio dell’Università «La Sapienza» di Roma. Fu anche docente di econometria alla Facoltà di Economia e Commercio dell’Università LUISS di Roma.

Tenne corsi di relazioni industriali al MIT, al Dipartimento di Economia dell’Università della California e all’Istituto universitario europeo di Firenze. Nel 1981 fondò l’Istituto di studi ed economia del lavoro, associato alla CISL, diventandone Presidente e fu uno stretto collaboratore dell’allora Segretario Generale della CISL, Pierre Carniti.

L’attentato

Il 27 marzo 1985, al termine di una lezione alla facoltà di Economia e Commercio dell’Università La Sapienza di Roma, due brigatisti agiscono con una mitraglietta contro il professore, nel parcheggio dell’ateneo.[2] L’assassinio fu rivendicato dalla formazione delle Brigate Rosse per la costruzione del Partito Comunista Combattente con un documento di settanta pagine lasciato sulla sua auto, nel quale Tarantelli venne attaccato per il suo ruolo di consulente CISL nell’accordo tra governo e sindacati sul taglio degli scatti di scala mobile — il sistema di indicizzazione della crescita dei salari attuato in Italia nei primi anni ottanta. Tale taglio dei punti di contingenza si proponeva come deterrente dell’inflazione, e prese forma nel cosiddetto decreto di San Valentino, firmato dall’allora presidente del Consiglio Bettino Craxi il 14 febbraio del 1984. Secondo l’analisi di Tarantelli, i salari non avrebbero dovuto inseguire la crescita dei prezzi al consumo ma piuttosto determinarsi a priori, in un confronto tra parti sociali e governo che tenesse conto delle condizioni reali del mercato, fornendo un segnale chiaro sulla loro crescita in un determinato periodo di tempo e finendo per contribuire in modo determinante a ridurre l’attesa di inflazione. Per tanto le Brigate Rosse avevano iniziato già da un anno un’inchiesta interna sulle attività ed i movimenti di Tarantelli.

I processi accertarono che ad uccidere il professore furono Antonino Fosso (assolto in primo grado e condannato poi all’ergastolo)[3] ed un’altra persona tuttora senza nome; Barbara Balzerani, come capo della colonna romana della BR che diede vita alle operazioni, fu condannata a due anni di carcere per «apologia di reato».[4] La mitraglietta Skorpion che venne usata per l’omicidio fu poi rinvenuta, nel 1988, in un covo delle Brigate Rosse, in via Dogali a Milano. Gli esami balistici svelarono che con quella stessa arma si agì anche contro l’ex sindaco di Firenze Lando Conti, nel 1986, e contro il senatore democristiano Roberto Ruffilli, nel 1988; inoltre, contro i due giovani militanti missini Franco Bigonzetti e Francesco Ciavatta, assassinati il 7 gennaio 1978 nella cosiddetta Strage di Acca Larentia.[5]

La memoria

A Tarantelli è oggi intitolata l’aula magna della Facoltà di Economia dell’Università La Sapienza, una casa dello studente a Roma e la biblioteca della Facoltà di Economia dell’Università della Calabria. Egli è inoltre ricordato da un monumento a forma circolare posto nel luogo dell’assassinio, nel cortile della Facoltà.

Il figlio Luca, appena tredicenne quando il padre fu assassinato, si è assiduamente dedicato a ricostruire la figura sia privata che pubblica del padre. Ha dedicato al padre un documentario e un volume, sviluppando una originale tecnica storiografica di ricostruzione della memoria e che ha trovato esponenti in altri figli di vittime del terrorismo come Mario Calabresi e Benedetta Tobagi.[6]

Note

1. Professore ordinario di Politica Economica alla Facoltà di Economia della Sapienza Università di Roma, testimonianza riportata su Dalla parte dei lavoratori a cura di Ester Crea.

2. Quella mattina del 27 marzo 1985 una mitraglietta…, 4 aprile 2003 su Il Corriere della Sera

3. Tarantelli ergastolo a Fosso, 12 giugno 1993 su La Repubblica

4. Il mio papà Ezio Tarantelli, 26 marzo 2010 su La Stampa

5. Quella Skorpion di Jimmy Fontana, 8 gennaio 2008 su Il Corriere della Sera

6. Luca Tarantelli, Il sogno che uccise mio padre. Storia di Ezio Tarantelli che voleva lavoro per tutti, Prefazione di Carlo Azeglio Ciampi, Rizzoli, Milano, 2013.

Bibliografia

Opere di Ezio Tarantelli

E. Tarantelli, Salario e crisi economica, Savelli, Roma, 1976.

E. Tarantelli, Il ruolo economico del sindacato. Il caso italiano, Laterza, Roma-Bari, 1978.

E. Tarantelli, Economia politica del lavoro, Utet, Torino, 1986.

E. Tarantelli, L’utopia dei deboli è la paura dei forti: saggi, relazioni e altri scritti accademici, FrancoAngeli, Milano, 1988.

E. Tarantelli, La forza delle idee. Scritti di economia e politica, Laterza, Roma-Bari, 1995.

E. Tarantelli, Lo scudo dei disoccupati. Una proposta per il lavoro in Europa, Edizioni Lavoro, Roma, 2010.

Opere su Ezio Tarantelli

Acocella, N. e Ciccarone, G., «Il sindacato da Tarantelli ai modelli microfondati: rappresentanza o ruolo istituzionale?», in: Frey, L. (a cura di), Disoccupazione e strategie per l’occupazione in Europa, ‘Quaderni di economia del lavoro’, n. 52, Franco Angeli, Milano, 1995.

Acocella, N. e Leoni, R. (a cura di), Social pacts, employment and growth: A reappraisal of Ezio Tarantelli’s thought, Physica-Verlag, 2007.

Tarantelli, L. Il sogno che uccise mio padre. Storia di Ezio Tarantelli che voleva lavoro per tutti, Prefazione di Carlo Azeglio Ciampi, Rizzoli, Milano, 2013.

Fuente: Wikipedia, 2014.

Ezio Tarantelli

Ezio Tarantelli

El Estado, un controlador que no es controlado

abril 22, 2014

El Estado, un controlador que no es controlado

Por Juan Carlos de Pablo

No pasa inadvertida la diferencia con la cual los funcionarios califican y castigan las fallas producidas por algunas empresas privadas, y la liviandad e indiferencia con la cual se refieren a sus propias falencias. Ejemplo: habla y actúa con notable contundencia a raíz del «apagón» generado por Movistar durante algunas horas el funcionario responsable de que Argentina haya pasado de exportador e importador neto de energía y combustibles.

Al respecto conversé con el norteamericano Larry A. Sjaastad (1934-2012), pionero en la incorporación de la migración de mano de obra al análisis del capital humano. Profesor en la Universidad de Chicago durante 42 años, supervisó aproximadamente el 20% de las tesis doctorales escritas en ese período. Considerado el último representante de una forma de hacer economía, que también practican Arnold Carl Harberger, Harry Gordon Johnson y Robert Alexander Mundell, en la Universidad de Western Australia, en 2004 le obsequiaron 74 cartas de agradecimiento, escritas por ex alumnos. En la Argentina tuvo a su cargo el denominado Programa Cuyo, que hace medio siglo vinculó a la Universidad Nacional de Cuyo con la de Chicago.

– Con respecto al control, usted diferencia a las empresas privadas de las públicas.

-En efecto. Las empresas privadas son las que controla el Estado, mientras que las empresas públicas son las que no controla nadie.

– Muy ocurrente, pero explíquese.

-Que a las empresas públicas no las controla nadie en la Argentina lo sabe cualquiera que haya sufrido, o analizado, lo que ocurrió entre la segunda mitad de la década de 1940 y la primera mitad de la década de 1990. Casi medio siglo, bajo administraciones peronistas, radicales y militares, no puede ser explicado por la mala suerte. Resultaron ser el paraíso de los proveedores, empleados y funcionarios de esas empresas, lo contrario para sus usuarios y los contribuyentes impositivos.

– ¿Qué tiene el Estado que controlar, en el caso de las empresas privadas?

Me gusta cómo está formulada la pregunta, porque no plantea la cuestión de «Estado versus mercado» en términos abstractos. El control estatal de las empresas privadas tiene que basarse en un principio fundamental: los empresarios deciden sobre la base de los costos y beneficios esperados que esas decisiones tienen para ellos. Regalarles la energía, pedirles que la cuiden y luego criticarlos por no haberlo hecho lucirá bonito en los planos político y mediático, pero no da los resultados que los funcionarios dicen buscar.

– Insisto: ¿qué tiene que controlar el Estado?

-Por ejemplo, que se cumplan los contratos. En salud, el grueso de los seres humanos aporta durante buena parte de su vida y gasta mucho durante el último año de su existencia. Una empresa de medicina prepaga miope se alzaría con los ingresos de los primeros años, sin honrar el servicio pactado en el último. Los heladeros también venden por adelantado, pero no se tientan porque transcurren minutos, no años, entre el pago y la entrega del producto. Por ende, el Estado debería evitar la miopía de las prepagas y dejar tranquilos a los heladeros. Pero en medicina prepaga, en vez de verificar que los dueños de las empresas compren tomógrafos y no yates, el Estado las obliga a prestar servicios no contemplados en el contrato original, arriesgando destrozar el sistema.

-¿Cómo debe controlar?

-Nuevamente hay que partir del comportamiento del empresario. ¿Se quiere eliminar el abuso de los oferentes, cuando ejercen poderes monopólicos u oligopólicos? En el caso de un bien que puede ser objeto de comercio internacional, la apertura de la economía es la respuesta. También cabe preguntar: ¿en qué medida esa posición monopólica u oligopólica deriva de alguna restricción creada por el propio gobierno? Porque cuando éste es el caso lo que hay que hacer es eliminar la referida regulación. El Estado también tiene que resistir la presión de los seudoempresarios, quienes demandan control por si algo falla y le echan la culpa al propio Estado cuando eso ocurre.

– Larry, muchas gracias.
Fuente: La Nación, 27/05/12.
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Larry A. Sjaastad

Larry Sjaastad, académico de la economía internacional, 1934 – 2012

Larry Sjaastad, profesor emérito de economía y un destacado experto en comercio internacional en América Latina, murió el 2 de mayo a los 77 años. Residía en Hyde Park, barrio de la Universidad de Chicago.

El profesor Sjaastad hizo contribuciones fundamentales a la economía a través de un amplio espectro de temas, incluyendo: finanzas públicas, economía internacional y la teoría del tipo de cambio.

«La enseñanza de Larry y su apoyo a sus alumnos han tenido un efecto enorme en América Latina», dijo Jorge García – García, PhD’75, un experto en evaluación del Banco Mundial. «Sus alumnos ahora ocupan importantes cargos en el gobierno y la academia, y como resultado, sus ideas han tenido un efecto mayor en esos países».

Un buen ejemplo de la influencia de su investigación era el famoso coeficiente de cambio, «el porcentaje de protección de las importaciones que soportado por los exportadores del propio país «, dijo Kenneth Clements, PhD’77, profesor de economía en la Universidad de Australia Occidental.

Esto explica claramente por qué los países que gravan las importaciones tienden a languidecer en sus sectores de exportación. Los exportadores de América Latina y Australia – en la década de 1980 – no tardaron en darse cuenta de la importancia de esta investigación.

El profesor Sjaastad ayudó a organizar los Seminarios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago. Como un joven estudioso desarrolló su interés por América Latina, cuando dirigió un programa de capacitación que comenzó en 1962 para los estudiantes argentinos de economía el “Programa Cuyo” en Mendoza, organizado por la Universidad Nacional de Cuyo como un programa conjunto con profesores de la Universidad de Chicago [y de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue el primer programa establecido a través de la “Alianza para el Progreso” durante el gobierno de John F. Kennedy, que tenía la intención de mejorar las relaciones con América Latina.

Larry Sjaastad también fue profesor visitante en universidades de Chile, Colombia, Singapur, Australia Occidental y Brasil [y Suiza].

El Profesor Sjaastad nació en una granja cerca de Tagus en el Estado de Dakota del Norte, USA. Estudió ingeniería eléctrica en el Colegio Agrícola de Dakota del Norte. Posteriormente recibió una beca para asistir a Universidad de Chicago, donde desarrolló una pasión por el análisis, la economía aplicada.

Sus publicaciones en economía fueron significativas desde el principio. Después de recibir su licenciatura en 1957, continuó como estudiante de posgrado en economía y recibió un doctorado de la Universidad de Chicago en 1961.

Su tesis doctoral fue una extensión pionera de la teoría del capital humano en el estudio de las decisiones de migración, posteriormente su tesis se convirtió en un influyente artículo sobre «los costos y beneficios de la migración», estudio que sigue siendo ampliamente citado en la actualidad. El artículo publicado en el Journal of Political Economy, examinó el modelo de la migración en los Estados Unidos de una manera integral, determinando los costos sociales y personales de la migración en términos monetarios y no monetarios, tales como pasar de un Estado a otro buscando mejores condiciones de vida.

La tesis también se convirtió en legendaria para los estudiantes en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago.»La tesis de Larry sobre migraciones fue utilizada por (el ex profesor de la Universidad de Chicago) Gregg Lewis y otros maestros como modelo de una tesis para mi curso. Se trataba de una norma que muy pocos de nosotros reunimos «, dijo el Premio Nobel Robert Lucas, profesor de Economía en la Universidad de Chicago, quien recibió su doctorado de la misma universidad en 1964.

Después de un breve período enseñando en la Universidad de Minnesota, Sjaastad se unió al cuerpo de profesores de la Universidad de Chicago en 1962, donde permaneció hasta su jubilación en 2004. Durante su carrera docente de 42 años, supervisó 139 tesis doctorales y fue una fuente vital de orientación y apoyo a un enorme número de estudiantes. Conocido por su capacidad para presentar la teoría económica compleja de una manera clara y accesible, Sjaastad fue un ejemplo de excelencia en la enseñanza. «Tenía un don especial de ser capaz de entender a la gente y ayudarla, especialmente a los estudiantes internacionales que estudiaban Economía en el difícil entorno intelectual por el cual la Universidad de Chicago es ampliamente reconocida», dijo el Profesor Clements.

En 2008, recibió el Premio Norman Maclean Faculty Award ,otorgado por la Asociación de Egresados de la Universidad de Chicago, en reconocimiento a su destacada docencia.

Cuando se retiró el Profesor Sjaastad, se le presentó un trabajo titulado, «Las cartas de Larry Sjaastad” que incluye expresiones de gratitud y buenos deseos de sus ex alumnos, colegas y amigos. Un ex alumno elocuentemente resume el impacto de Larry Sjaastad instándole a «quedarse, porque estamos acostumbrados a contar con usted.»

Le sobreviven su esposa, Irene Glasner, y los hijos, Michael y John Sjaastad.-
Notas sobre este obituario:
El obituario del profesor Sjaastad ha sido traducido al castellano por el Prof. Juan Antonio Zapata. La versión original es obra de William Harms y fue publicada en la página web de la Universidad de Chicago, el 9 de mayo de 2012.
Fuente: http://www.fce.uncu.edu.ar/novedades/index/larry-sjaastad-academico-de-la-economia-internacional-1934-2012

Bendiciones no tan buenas; maldiciones no tan malas

abril 20, 2014

Bendiciones no tan buenas; maldiciones no tan malas.
Por Juan Carlos de Pablo.

A muchos países les gustaría contar con la pampa argentina o la ucraniana, o con petróleo, aunque se habla de la maldición de los recursos naturales. Por otra parte, constructores, fabricantes de colchones, cerrajeros y herreros se benefician con las consecuencias de las catástrofes naturales y el aumento de la inseguridad. ¿Da lo mismo, entonces, contar o no con recursos naturales, o sufrir cataclismos generados por la naturaleza o el accionar humano?

Al respecto entrevisté a Vilfredo Pareto (1848-1923), por muchos considerado italiano, aunque nació en París y falleció en Ginebra. Estudió ingeniería en el Instituto Politécnico de Turín. Complementó la obra de Marie-Esprit-Léon Walras, a quien sucedió en la cátedra que éste dictaba en la universidad de Lausana (Pareto y Walras se respetaban en el plano intelectual, a pesar de que disentían en el plano político). En 1899, un tío le dejó una herencia que le permitió vivir sin trabajar durante el resto de su vida, y se volcó a la sociología.

-Como criterio para evaluar una reforma económica, usted propuso que sólo se puede hablar de mejora de una comunidad, si como consecuencia de la modificación algunas personas están mejor, pero nadie está peor. ¿No es un criterio muy restrictivo?

-Me fui a un extremo, para contrarrestar la propuesta planteada por Jeremy Bentham, quien buscando el máximo de beneficio para el máximo número de personas postuló que la utilidad que generan los bienes es exactamente igual para todos los seres humanos, y que ésta decrece a medida que aumenta el nivel de ingreso. Por lo cual el máximo bienestar de una comunidad se logra igualando los ingresos de todas las personas. Esto también es un extremo.

-La denominada economía del bienestar avanzó mucho desde entonces.

-Fue una cuestión intensamente estudiada a mediados del siglo pasado, pero en términos prácticos no se avanzó mucho. Amartya Sen, entre otros, sugiere sacarla del estancamiento replanteando el análisis sobre otras bases.

-Según su criterio de bienestar, no podríamos decir que el petróleo es bueno para Arabia Saudita o que un terremoto es malo para el país donde ocurre.

-Ocurre que, desde el punto de vista de la decisión humana, los bienes están vinculados por relaciones de sustitución y complementariedad. El descubrimiento del petróleo en Arabia Saudita, seguramente, hizo quebrar algunas actividades artesanales, que fueron reemplazadas por importaciones. Un terremoto aumenta la demanda de ataúdes, cemento, vidrio, etcétera, así la mayor inseguridad la de los herreros y los cerrajeros y, por consiguiente, los beneficios de aquellos que producen esos bienes.

-Pero, entonces, ¿no se puede decir nada?

-Se puede decir, y mucho. Que casi siempre hay ganadores y perdedores, pero que la diferencia rara vez es cero. Antes del descubrimiento del petróleo, ¿cuál era el nivel de vida promedio de los sauditas? La cuestión, planteada en la economía del bienestar, es si los ganadores deben y pueden compensar a los perdedores. ¿Deben los fabricantes de lámparas eléctricas compensar a los fabricantes de velas, a quienes hicieron quebrar? ¿Es bueno utilizar Internet, a pesar de que no se compensó a los carteros, cuya demanda disminuyó?

-¿Y en el caso de las catástrofes?

-Lo mismo. Claro que los fabricantes de colchones ven aumentada su demanda cuando ocurre una inundación. Pero a nadie se le ocurre provocar inundaciones como estrategia de desarrollo. Si generar problemas sirviera para desarrollar un país, hace rato que la Argentina sería un país desarrollado.

-El fabricante de colchones especula con las inundaciones.

-A riesgo de que me malinterpreten, afirmo que menos mal que existen los especuladores. La gomería instalada al costado de una ruta «especula» con que se nos pinche un neumático. Si no existieran, ¿cómo llegaríamos a casa? Quienes demandan taxis en las primeras horas de cada primero de enero deberían agradecerles a los taxistas especuladores, quienes abandonan a sus familias para ganarse unos pesos satisfaciendo una demanda.

-Don Vilfredo, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 20/04/14.

El pesimismo estructural subestima al ser humano

abril 13, 2014

El pesimismo estructural subestima al ser humano.
Por Juan Carlos de Pablo.

En el siglo XIX, Thomas Carlyle calificó a la economía como «ciencia lúgubre». Cada tanto aparecen sombríos pronósticos sobre la evolución económica a largo plazo. ¿Qué dice la historia respecto de este tema?

Para saber más sobre esto conversé con el norteamericano David Saúl Landes (1924-2013), quien en 1969 publicó Prometeo desencadenado: cambio tecnológico y desarrollo industrial en Europa Occidental a partir de 1750, un análisis muy documentado y muy bien presentado, del cual concluyó: «La Revolución Industrial constituyó un punto de inflexión en la historia de la humanidad. El nivel de vida del inglés de 1750 estaba más cerca del de los legionarios de César, que del de sus bisnietos. La clave estuvo en la sucesión interrelacionada de cambios tecnológicos: sustitución de la mano de obra por la máquina, energía a partir de fuentes no sanguíneas y notable mejora en conseguir y procesar materias primas. La disciplina de la fábrica también fue importante. Desde la Revolución Industrial el cambio tecnológico es acumulativo y autosustentable, y sus repercusiones se sienten en todas las facetas de la vida diaria. La Revolución Industrial generó dolorosos cambios en la estructura de poder, pero sobre todo movilidad social».

David Ricardo, Thomas Robert Malthus y el Club de Roma pronosticaron el final del crecimiento a largo plazo y la llegada del temible estado estacionario. En tanto que Karl Heinrich Marx y Joseph Allois Schumpeter pronosticaron la desaparición del capitalismo. ¿En qué se basaron?

-Ricardo, en la ley de los rendimientos marginales decrecientes; Malthus, en la explosión demográfica; el Club de Roma, en el agotamiento de los recursos no renovables. Marx pronosticó que el capitalismo se transformaría en socialismo por sus contradicciones internas, Schumpeter porque desaparecerían las pautas de conducta que lo hicieron prosperar.

-Todos se equivocaron.

-Así es, gracias a Dios. Tanto Ricardo como Malthus efectuaron recomendaciones para zafar del problema (el libre comercio y el aumento de la edad del matrimonio, respectivamente).

El primero subestimó el cambio tecnológico; el segundo, la influencia que la mejora en el ingreso y la incorporación de la mujer a la fuerza laboral tendrían sobre la tasa de crecimiento poblacional. De haberse cumplido la conjetura planteada por el Club de Roma a comienzos de la década de 1970, hace tiempo que se habrían agotado las existencias de aluminio, cobre, gas natural, oro y petróleo.

Quizá valga la pena prestarles atención a los escritos de Marx y Schumpeter, pero no precisamente como pronosticadores.

-¿Cómo se explica tanta equivocación?

-A propósito del Club de Roma, Wilfred Beckerman afirmó: «Es totalmente cierto que si la demanda de un recurso crece de manera exponencial, y su oferta es limitada, algún día desaparecerá su demanda excedente. Pero esto fue así desde el comienzo de la humanidad, y no impidió el crecimiento desde la época de Pericles, cuando también se podría haber planteado un enfoque de crecimiento exponencial. Claro que sería una catástrofe si algún recurso desapareciera de la noche a la mañana, pero esto sólo ocurre en la ciencia ficción. En la realidad aparecen los incentivos a explorar, reciclar y usar sustitutos», cuando la creciente escasez se manifiesta en el correspondiente aumento del precio relativo.

-Pero seguimos insistiendo.

-Efectivamente. En 2012, Robert James Gordon sugirió que el crecimiento verificado en los últimos 250 años fue un episodio único e irrepetible, y por ende reaparecerá el estancamiento secular. A la luz de los antecedentes no hay que adoptar decisiones sobre la base de esta hipótesis.

-Así de simple.

-Lo que estoy diciendo no es aritmética, como lo sugieren los modelos más simples de crecimiento a largo plazo. La historia enseña que si los precios relativos señalan la escasez, los seres humanos utilizamos nuestra inteligencia para buscar sustitutos, tanto desde el punto de vista de la oferta como del de la demanda. Los pesimistas subestiman a los seres humanos.

-Don David, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 13/04/14.

Juan Carlos de Pablo

Juan Carlos de Pablo

La equivalencia no sirve para hacer pronósticos

marzo 30, 2014

La equivalencia no sirve para hacer pronósticos.
Por Juan Carlos de Pablo.

¿Cuál será la tasa de inflación del próximo trimestre o la del año en curso? Ésta es una pregunta cuya respuesta interesa vivamente a todos cuantos viven en la Argentina. Al respecto, algunos economistas trimestralizan o anualizan la inflación verificada en el primer bimestre del año, es decir, calculan el equivalente trimestral o anual, respectivamente, de lo que ocurrió en los meses de enero y febrero pasados. ¿Para qué sirve, y para qué no sirve, hacer este referido cálculo?

Para saber más sobre esto entrevisté al japonés Shizuo Kakutani (1911-2004), quien generalizó un teorema de punto fijo originalmente planteado por Luitzen Egbertus Jan Brouwer. Ambos merecen figurar en el Libro Guinness de los Récords, porque la prueba original de Brouwer ocupó cinco páginas, y la de Kakutani, apenas tres. A mediados del siglo XX, Kenneth Joseph Arrow y Gerard Debreu utilizaron los teoremas de punto fijo para explicitar de manera rigurosa las condiciones requeridas para que exista un equilibrio general competitivo.

Por favor, explique intuitivamente el concepto de equivalencia.

-Uno de los indicadores del tablero de los automóviles es el velocímetro. ¿Qué significa que la aguja marca 70 kilómetros? No que el rodado y su conductor recorrerán 70 kilómetros en la próxima hora (este último podría parar para comer, en cuyo caso en los próximos 60 minutos no recorrerá nada). Significa que si durante la próxima hora el auto siguiera a la velocidad que desarrolla en ese instante, en la próxima hora recorrerá 70 kilómetros. En otros términos, el velocímetro del auto calcula la equivalencia horaria de la velocidad que el rodado tiene en ese preciso instante.

-¿Cómo se usa la equivalencia en economía?

-Si los precios aumentaron 10% en dos meses, y continuaran subiendo a la misma velocidad durante los próximos diez, la tasa anual de inflación sería de 77%. Si el PBI de una economía aumentó 87% durante una década, subió 6,5% equivalente anual.

-¿Para qué sirve calcular la equivalencia?

-Para comparar. Ejemplo: qué producto bruto interno (PBI) creció más rápido, ¿el del país A, que aumentó 45% en 8 años, o el del país B, que subió 60% en 12 años? No es fácil contestar a simple vista. Respuesta: el PBI del país A creció 4,8% equivalente anual, mientras que el del país B subió 4% equivalente anual. Ergo, el PBI del país A creció más rápido que el del país B, si ignoramos qué ocurrió con el PBI del país A durante los 4 años que siguieron a los 8 para los cuales se cuenta con información.

-Por lo que veo la equivalencia es un concepto «teórico».

-En el sentido que usted lo dice es tan teórica la tasa de inflación equivalente anual como la información que surge del velocímetro del auto. No conozco quejas de los conductores, referidas a que el velocímetro es «teórico». Se trata de saber usar la información.

-¿Sobre la base de qué se puede pronosticar la tasa de inflación?

-Sabemos sobre la base de qué no se puede pronosticar. Que en los últimos 12 meses los precios mayoristas hayan aumentado 24% me dice muy poco acerca de lo que pueden llegar a subir en los próximos 12. Al mismo tiempo, si estoy en un proceso de aceleración, la anualización de la inflación verificada en un período más reciente resulta más realista que la inflación de los últimos 12 meses, pero de suyo la equivalencia tampoco sirve para hacer pronósticos.

-¿Qué se necesita para pronosticar la tasa de inflación de manera confiable?

-Nada más ni nada menos que un modelo macroeconométrico, basado en la realidad, que incorpore las futuras medidas del gobierno. Pero olvídese; tal modelo no existe y no va a existir.

-¿Cómo tomamos las decisiones, entonces?

-Estando todo el día «al pie del cañón» para operar en una realidad inevitablemente muy fluida, y por consiguiente enormemente cambiante. Las autoridades siguen exigiendo información histórica sobre precios, costos, producción, ventas, que ni a los propios empresarios les sirve para adoptar decisiones. En la Argentina 2014 los empresarios están tan ocupados que a veces no les queda tiempo para trabajar, y eso que con la expectativa de caída del volumen de venta y producción motivos de fuerte preocupación no les faltan.

-Don Shizuo, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 30/03/14.

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Lea el último libro de Juan Carlos de Pablo:

“Los argentinos de mi generación, en materia económica sufrimos en carne propia un par de experiencias bien dramáticas: la hiperinflación de 1989 y la crisis bancaria de 2001. Buena parte del resto del tiempo también vivimos en condiciones turbulentas, pero nada que ver con los referidos eventos.

A quien le ocurrió, le resulta imposible olvidar la cárcel, el destierro o algún episodio que puso en riesgo su vida. Lo mismo pasa con la serie de episodios narrados y analizados en esta obra.

Pero el paso del tiempo hace que a los jóvenes les resulte difícil imaginarse lo que efectivamente ocurrió, particularmente si los mayores, cuando nos preguntan, sólo atinamos a contestar: “fue horrible”.

La referencia al paso del tiempo es deliberada. Porque, créase o no, ¡ya transcurrió un cuarto de siglo en el caso de la hiperinflación, y más de una en el de la crisis bancaria!

Para luchar contra esto me tomé el trabajo de describir ambos eventos de manera bien detallada. Para lo cual no solamente presté atención al material publicado, a las disposiciones adoptadas y a las estadísticas, sino que además revisé las tapas de los diarios correspondientes a ambos períodos. Única manera de captar la forma en que se fue desenvolviendo la contundente realidad.

La lectura del texto que resulta de esto es casi exasperante, pero a la vez es necesaria para que el lector pueda recrear en su mente la dinámica de los acontecimientos, así como la dificultad en encontrarle la vuelta para volver a situaciones más normales… según estándares argentinos (si a usted le resulta exasperante leer esto, imagínese lo que fue vivirlo).

Esperemos que el material sólo tenga que ser usado como curiosidad o en los cursos de historia económica, y no ser consultado con la avidez con la cual en 1989 leíamos sobre otras hiperinflaciones, o en 2001-2002 sobre otras corridas bancarias.

Quienes practicamos el vicio de la escritura, no paramos. Lo cual implica que mientras esta obra transita el proceso de edición, otra ya comenzó a gestarse.

Bodas de oro profesionales es el título de la próxima. El 17 de diciembre de 1964 aprobé la última de las materias de la licenciatura en economía, en la Pontificia Universidad Católica Argentina, por lo cual me estoy aproximando al medio siglo de actividad profesional. Quiero volcar en el papel impresiones referidas a mi propio proceso de aprendizaje, los cambios que se fueron produciendo en la profesión a lo largo de los últimos 50 años, así como recordar con afecto y admiración a algunos colegas que no lograron ocupar en la “tabla de posiciones” profesional, el lugar que –según mi opinión– merecían. Pero no será una simple retrospección. Como digo, la próxima obra la estoy incubando, por ahora espero que disfrute la que acaba de llegar a sus manos.”

Juan Carlos de Pablo

ÍNDICE

Prólogo

VIVENCIA I:

LA HIPERINFLACIÓN DE 1989 7

¿A QUÉ LLAMAMOS HIPERINFLACIÓN? 9

HIPERINFLACIONES EN OTROS PAÍSES 10

LA INFLACIÓN EN ARGENTINA HASTA

COMIENZOS DE 1989 10

LA HIPERINFLACIÓN DE 1989 11

Contexto político 11

Bitácora 14

Conciencia de que “algo distinto” estaba ocurriendo 32

Medidas adoptadas 34

Hasta el 3 de febrero de 1989 35

a. Controles directos de precios. 35

b. Política fiscal. 39

c. Política monetaria. 43

A partir del 6 de febrero de 1989 46

a. Controles directos de precios. 49

b. Política monetaria. 52

A partir de comienzos de abril de 1989 53

a. Controles directos de precios. 53

b. Política fiscal. 59

c. Política monetaria. 61

Resultados 64

ESTABILIDAD, NUEVA HÍPER, ESTABILIDAD. 68

¿QUÉ APRENDIMOS? 69

VIVIENCIA II:

LA CORRIDA BANCARIA DE 2001 73

UN PAR DE CONSIDERACIONES RELEVANTES 75

Contexto político 75

La corrida de 1995 77

HASTA NOVIEMBRE DE 2001 85

Bitácora 85

Medidas adoptadas 104

Evolución de los depósitos 105

Evolución de otras variables 106

DESDE DICIEMBRE DE 2001 107

Bitácora 109

Medidas adoptadas 126

Evolución de los depósitos 131

¿QUÉ APRENDIMOS? 132

Anexo Datos 137

BIBLIOGRAFÍA 169

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Autor: JUAN CARLOS DE PABLO

Editorial: BARBARROJA

Juan Carlos de Pablo

Juan Carlos de Pablo

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